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INTRODUCCIÓN 4
2. CONTEXTO HISTÓRICO 16
3. MARCO CONCEPTUAL 28
4. MARCO METODOLÓGICO 40
5. CUERPO DE ANÁLISIS 48
6. CONSIDERACIONES FINALES 91
Marcial Fonrouge
F.P.yC.S.
7. BIBLIOGRAFÍA 95
ANEXO 98
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INTRODUCCIÓN
En la lucha por una sociedad libre, y en consecuencia más justa, el objetivo es recuperar un
oficial.
Dice Foucault, “La verdad es de este mundo, está producida aquí gracias a
discurso que ella acoge y hace funcionar como verdaderos; los mecanismos y las
sancionar unos y otros; las técnicas y procedimientos que son valorizados para la
apropiación de los discursos es una cuestión de poder. Por ello los grupos de poder, los
que ejercen una dirección hegemónica sobre otros grupos, se valen del control de los
La palabra gubernamental de los hechos del último gobierno de facto en Argentina, entre
momentos en los cuales la verdad alcanzaría su máxima exposición a los ojos del
pueblo.
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categoría-, rara vez han hecho una mea culpa explícita, ni brindaron explicación alguna
respecto de las motivaciones que minaron el rigor noticioso con el que deberían haber
tratado un suceso como el golpe militar. Por el contrario, se puede decir que lucraron
con esa situación, ya que incluso La Nación (junto con otros diarios) durante el proceso
por citar un ejemplo, y donde queda en evidencia entonces la manera en que primó el
la sociedad.
Para poder comprender algunas de las causas de los acontecimientos más sobresalientes
1
El proceso de confección de Papel Prensa había comenzado en agosto de 1969, mediante el Decreto Ley
Nº 18.312/69 firmado por el dictador Juan Carlos Onganía, creando un "fondo para la producción de
papel". Ya en Septiembre de 1978 se inauguró la planta de Papel Prensa S.A., convirtiéndose Clarín, La
Nación y La Razón en los portadores de las acciones de dicha empresa los diarios.
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instalación del tema (o temas) en la agenda política y en la opinión pública. Y para esto,
nos centraremos en uno de los diarios más importantes del país, La Nación.
dimensión económica, complementándose entre sí para atacar desde estos dos ejes al
dicho matutino argumentando esta preferencia a partir de los datos brindados por el IVC
(Instituto Verificador de Circulaciones), según los cuales tuvo una tirada de ejemplares
ventas para el año del derrocamiento de Isabel de Perón de 2.625.349, tanto como
del diario La Nación durante el período analizado, debido a su masiva tirada y llegada a
2
A título comparativo, vale decir que durante Marzo de 1976, La Nación fue uno de los tres diario más
vendido a nivel nacional, sólo por detrás de Clarín (315.882) y La Razón (315.376), y por delante de La
Opinión (83.681). Y ya en Diciembre de 1983 era el segundo diario con más tirada por detrás de Clarín
(530.381), y por delante de La Razón (199.307) y La Opinión (113.179).
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importancia de tomar las editoriales de un diario en tanto recurso para desandar las ideas
Asimismo, dado que el análisis de las ediciones de todo el período excedería los
límites de este trabajo, decidimos tomar dos momentos críticos de este proceso
histórico, en los cuales se haría visible la confrontación de dos modelos opuestos entre
esa época, y fundamentalmente qué temas llenaban las páginas del matutino
seleccionado.
Para ello, creemos importante desarrollar las siguientes secciones que permitirán
Arte, recuperaremos algunos trabajos previos afines que guardan puntos de contacto con
éste, con el objetivo de retomar los aportes realizados y marcar la originalidad del
Contexto Histórico para saber dónde estamos parados respecto de los puntos de
definirán los términos y conceptos usados como guías teóricas del trabajo de análisis.
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En primer lugar, encontramos el trabajo de Jorge Rivera y Eduardo Romano, “La prensa
1987. Este libro se propuso desarrollar y contribuir a un, hasta entonces, pobre
respecto de “los problemas generales del periodismo local, tanto en el pasado como en
la actualidad” (Rivera y Romano, 1987: 9). A tal efecto, decían convocar a distintos
las áreas de su incumbencia para aportar a esta discusión. Puntualmente nos interesan
dos partes de ese trabajo: por un lado, el capítulo ‘Sobre maneras de leer y de pensar la
prensa periódica’, escrito por los autores de este libro, realiza una retrospectiva de las
Editorial de Belgrano) sobre el cual, concluyen, que “muestra una prensa incapaz de
provocar una crisis política como la del caso Watergate norteamericano; su promedio
prefiere esforzarse poco” (Rivera, 1987: 37). Asimismo, en un trabajo de Patricia Terrero,
destacan una conclusión de la autora, para quien “…en el sector específico del
3
Trabajo presentado en el primer encuentro del grupo sobre comunicación de CLACSO, Santa Marta-
Colombia, Marzo de 1981
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relacionadas con esta Tesis. En primera instancia, señala que los trabajos académicos
sobre la prensa nacional durante el golpe militar, que comenzaban a surgir en 1987, no
(Rivera, 1987: 70). En segunda instancia, señala que lo que realmente comenzó en 1976
fue “la puesta en marcha del proyecto castrense-empresario que, bajo la conducción de
José Alfredo Martínez de Hoz y el apoyo de las cúpulas de las Fuerzas Armadas, habrá
y una apertura al exterior casi incondicional” (Rivera, 1987: 71). Y en tercera instancia, si
bien Gregorich confirma el pacto que los grandes medios hicieron con el gobierno
posición, el autor optó por realizar un breve relato de su paso por el suplemento cultural
Martín Zubieta, “Decíamos ayer”, publicado en 1998. Dicha obra se propuso “indagar y
testimoniar sobre la historia, el desempeño y el rol que jugó la prensa gráfica argentina
desde fines del año 1975 hasta la recuperación de la democracia” (Blaustein y Zubieta,
1998: 8), llevando adelante un análisis de 300 tapas de diarios y revistas, más de 2.000
citas textuales y decenas de notas y artículos, entre los cuales se distinguieron medios
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gráficos tales como Clarín, Crónica, Ámbito Financiero, La Nación, La Prensa, etc. Los
autores advierten que el texto no intentó crear nada hasta entonces desconocido y tan
sólo buscaba mostrar “lo que alguna vez pasó por los periódicos con mayor o menor
intensidad” (Blaustein y Zubieta, 1998: 10), aún cuando hayan terminado estableciendo, en
1998: 10).
En uno de los primeros apartado, homónimo al título del libro, Blaustein y Zubieta
esbozan un análisis de varios de los matutinos más significativos de la época, entre ellos
La Nación, y en uno de los pasajes más destacados encontramos una definición según la
cual “La Nación (con el golpe), sencillamente, pareció sentirse cómoda, como en su
casa” (Blaustein, 1998: 36), e incluso marcan un beneplácito por parte del diario, desde una
En el corpus principal, donde se transcriben las copias de las notas de los distintos
medios invocados, en los días cercanos a la instauración del gobierno militar se advierte
1976, sin que la acompañe algún análisis en particular al respecto, y recién el día 29 del
mismo mes encontramos no sólo la reproducción de una nueva tapa de dicho matutino,
sino que en esta oportunidad va acompañada de un breve análisis por parte de Rogelio
García Lupo, para quien La Nación combinó un apoyo al plan económico con la a
llegada de Martínez de Hoz junto con una crítica de tipo política (a lo cual podemos
agregar, sin aparente relación entre estas dos dimensiones), y sólo recién después de la
ida de Martínez de Hoz “… La Nación (…) consideró que con ese respaldo (inicial) el
compromiso principal estaba cumplido, y se permitió dar más información sobre temas
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interesa destacar una parte de su reflexión final que alimenta la idea de que “La
dictadura militar impuso, terror mediante, la primacía de un discurso que aún hoy
país como flamante Ministro de Economía, Martínez de Hoz señaló que con menos
lógico resultado, mejora salarial. Veinte años de primacía del discurso neoliberal
indican que lo ocurrido poco tiene que ver con el planteo enarbolado” (Blaustein, 1998:
630).
Cabe aclarar que el texto de Blaustein y Zubieta sólo guarda registro de los diarios
hasta el día 23 de Noviembre de 1983 quedando de esta manera fuera del trabajo de
desde arriba. Las ideas del diario La Nación (1909-1989), editado en 1993, más
claro que tomar las editoriales de un diario es un recurso para desandar las ideas
aproximadamente 80.000 notas de este tipo a lo largo ochos décadas, sobre el diez por
ciento de ellas debido a que ese el porcentaje “directamente relacionados con las
dimensiones analíticas en que centraremos nuestra atención. Esas dimensiones son las
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decir, una competencia con otros medios a fin de lograr la mejor ubicación posible en
cuanto el predominio discursivo y su influencia sobre las políticas del Estado: “… los
medios de prensa participan en una puja contra otros medios de prensa, en la que
tratan de convertirse en los más serios, los más prestigiosos, los de mayor tirada, los de
palabra más autorizada, los de prédica más legítima, etc.” (Sidicaro, 1993: 12).
importante, ya que la objetividad científica que persigue nuestro análisis excluye los
En la sección del texto que trabaja el período del último golpe militar, vemos que hacia
los comienzos del mismo, el autor señala la manera en que La Nación muestra su
acuerdo, especialmente, a través de un pasaje del acta donde los militares fijaron los
representativa y federal” (Sidicaro, 1993:.397). En esta misma línea, en la editorial del día
en que Videla prestó juramento, titulada ‘La edad de la razón’, el matutino no dejaba de
primer discurso de Videla, el autor notaba que el diario omitía por completo del análisis
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mensaje, pudiendo adjudicarse esa ausencia al hecho de que no haber derrocado los
poder’” (Sidicaro, 1993: 397). Una de las primeras conclusiones a las que arriba el autor
refuerza la idea que La Nación adhirió al ‘hecho de armas’, toda vez que por detrás
a los militares del golpe. El autor advierte que existió un apoyo del diario para con la
inevitable plano de igualdad ante ley, tanto de los guerrilleros como de los mandos
golpistas castrenses.
Sidicaro señala cómo las editoriales del diario expresaron los varios puntos de opinión
salvadores y los despidieron con horror y menosprecio: “La Nación fue, en esos años,
uno de los lugares (…) en que a la luz del fracaso del autoritarismo y de la experiencia
conservador revaloraron las instituciones democráticas (sin que por eso se hayan
según la cual La Nación no sólo habría apoyado desde sus páginas la toma del
poder por parte de los mandos castrenses el 24 de Marzo de 1976, sino que su
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Para esto, el objetivo general será indagar de qué manera los periodistas, en tanto
específicos consistirán en explorar dichas notas del diario La Nación en las fechas 24 de
correspondientes, tanto como revelar cuáles fueron esos temas relacionados con las
capítulo del Marco Conceptual será desarrollado); y b) hacer hincapié en los que
Argentina.
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2. CONTEXTO HISTÓRICO
Un primer interrogante nace sobre la manera en que se llegó a una situación de vacío
Portantiero, durante las dos últimas décadas previas al golpe de 1976, era fácilmente
los proyectos de las otras, pero sin recursos suficientes para imponer, de manera
perdurable, los propios” (Portantiero, 1977: 531). Estas fuerzas se prestaron poder a partir
de la propia incapacidad para saber cómo hacer del gobierno democrático algo
perdurable.
reforzado en la década del 40. En lo político, el fin del primer peronismo arrasó con un
orden legítimo, sostenido por una alianza de intereses expresada en el bloque populista
que Perón había articulado entre las FF.AA., el sindicalismo y las corporaciones
de las clases dominantes por poner ‘en orden la casa’. Esto es, recuperarse (sobre todo
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clases y también entre fracciones de clases. Es desde entonces que los rasgos
crecientemente.
la crisis no salió, otra vez, más que de estimular a la burguesía agraria pampeana a
través de una devaluación del peso, con el objeto de modificar a su favor la relación de
del sector industrial para ocupar mano de obra; d) estabilidad en los patrones de
de los asalariados; y e) descenso del nivel de desocupación que baja del 7,2% al 5,8%.
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El gobierno de Íllia no frenó esas tendencias, pero tampoco las impulsó. Frente a
una nueva realidad económica y social, la UCR no fue capaz de sintetizar en el Estado
ese nuevo impulso, y provoca su caída el 28 de Junio de 1966. Sin embargo, desalojar a
argentino lo decía expresamente: ‘Hoy (…) las Fuerzas Armadas, interpretando el más
alto interés común, (…) al operar una transformación substancial, lo sitúen donde le
Corroída por conflictos desde el exterior e interior del sistema, la fórmula de poder
que intentó establecer la Revolución Argentina se fue desvaneciendo frente al vigor que
siguieron demostrando, como voceros de opinión pública, los sindicatos y los partidos
políticos. En 1973, tras tres años a la defensiva, debieron ceder el gobierno al peronismo
triunfante en las urnas. Durante su paso por el poder habían agravado la crisis
urbana. “La totalidad del período 1966/73 puede ser nítidamente fragmentada en tres
formular un modelo con mayor participación de capitalismo nacional, pero bajo los
Será Perón quien retornará triunfalmente acompañado por los sindicatos, los
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condiciones mínimas para romper las bases sociales y políticas del empate. A su muerte,
en 1974, el proceso de deterioro general, sólo frenado por lo que quedaba en su inmensa
autoridad, era algo más que una conjetura. Sometidas a partir de entonces a un acelerado
nuevo modelo.
Todo terminó la madrugada del 24 de marzo de 1976 cuando el general José Rogelio
Villarreal le decía Isabel Martínez de Perón: ‘Señora, las Fuerzas Armadas han decidido
tomar el control político del país y usted queda arrestada’. O todo comenzaba.
fue casual que a este último llegará José Alfredo Martínez de Hoz, quien sería la llave
para las primeras mediadas antipopulares-. Los gobiernos provinciales también fueron
repartidos en su mayoría entre uniformados de las tres fuerzas. Hasta los canales de
televisión fueron adjudicados con ese criterio. Se creó, en reemplazo del Congreso, la
funciones nunca se precisaron detalladamente. Al igual que los anteriores, este golpe
con la preparación de la sociedad para aceptar el golpe como única alternativa para salir
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podemos obviar la estrecha colaboración por parte de la Iglesia para con la dictadura:
“Yo no conozco, no tengo prueba fehaciente de que los derechos humanos, sean
conculcados en nuestro país. Lo oigo, lo escucho, hay voces, pero no me consta” decía
desnudaba esa acción reconfortante que las jerarquías eclesiásticas tendrían con los
Decíamos que, para aplicar el proyecto de esos grupos, que consistía en garantizar
una mayor concentración de las riquezas (nuevo modelo económico), fue necesario
destruir las articulaciones político-sociales que luchaban para impedirlo, romper el nivel
de organización que habían logrado grandes sectores del pueblo (nuevo modelo
etc.; es por esto que la represión fue centralmente dirigida contra los miembros y
dirigentes de estas organizaciones. Como era de esperar, esta opresión que amenazó la
cultura, que como bien dice Osvaldo Bayer supuso que “también desaparecieron libros.
Hay un famoso comunicado del entonces teniente coronel Gorleri, que era un oficial de
Menéndez, del Tercer Cuerpo del Ejército en Córdoba, cuya misión era quemar libros
poder político como representantes de los intereses de los grandes grupos económicos.
La industria argentina, con sus más y sus menos, sus altas y bajas, había alcanzado un
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gobierno y anunció sus satisfacción por la designación del mencionado Martínez de Hoz
la economía, con una idea muy antigua del liberalismo que venía de Adam Smith en el
el mejor de los casos (a modo de ejemplo, entre otras cosas, se implantó la reducción
del déficit en base a las privatizaciones y la transferencia de los gastos a las provincias.);
absoluta desigualdad.
Había directivas muy estrictas por parte del gobierno militar para que no hubiera ninguna
través de todas las herramientas posibles era que se confirme la existencia de los
campos clandestinos de detención, los secuestros, las torturas, y todos los demás
divulgar las acciones de las llamadas organizaciones subversivas. Así, ya el primer día
de la toma del poder por parte de los militares, mediante un comunicado de prensa se
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fuerzas de seguridad:
24/03/76).
Como señala Pigna (2005), la censura llegó a todos los órdenes, desde los medios
masivos hasta la vida cotidiana. Fueron cerradas las carreras universitarias de Psicología
Prohibieron toda difusión de los actos subversivos (a entender de los mandos) que
la lucha y el reclamo por las víctimas del golpe así como los familiares de estos4. La
escasa información a la que podía accederse era sobre algunas líneas militares; ya que,
como siempre sucede en todo gobierno (de facto o democrático), había una más blanda,
4
En referencia a ese momento, Joaquín Morales Solá afirma que: “Realmente fue una época que, como
periodista, no quisiera volver a vivir porque fue el antiperiodismo; es decir, saber cosas de la realidad y
no poder transmitirlas a los lectores, que es la obligación y el deber de todo periodismo. Fue una época
realmente muy dura donde estaba la amenaza personal permanente a los periodistas o la amenaza de las
propias empresas periodísticas que hacía a la supervivencia de las empresas periodísticas; es decir, que
las empresas que no cumplían las reglas muy fijas y rígidas del gobierno militar podían dejar de ser
empresas periodísticas” (Pigna, 2005: 367).
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una más dura, y entre ellas filtraban información acerca del otro bando en una típica
interna gubernamental.
Rodolfo Terragno recordaba: “Yo tenía una revista, Cuestionario, que vivió hasta la
dictadura (…) ahí estaban el capitán Carpintero y el capitán Corti, que aclaraban que
era gratuito el servicio de censura. El capitán Corti me aconsejó aceptar los servicios
de lectura previa para evitarme las consecuencias de la lectura posterior” (Pigna, 2005:
365).
Walsh, la agencia de noticias ANCLA, que producía contenidos sobre los temas que no
se podía hablar pero que se lograba distribuir por correo en forma clandestina, tanto a la
también fue un lugar donde apoyarse para poder contar, de alguna manera no explícita,
el lado oscuro de la historia de esos momentos. El juego entre ficción y realidad, el uso
ejemplo, al tema de la ‘libertad’ a sabiendas de que ese público entendía a qué se refería
través de su pieza teatral ‘El viejo criado’, donde se hablaba del pasado, del los mitos en
torno al tango, etc., “ponía a tres grupos y la gente entendía que era la Junta Militar
(…) tres comandantes en jefe. Había como una especie de código permanente, de
sugerir para que el público captara eso como un mensaje crítico a lo que estaba
pasando en ese momento” (Pigna, 2005: 375). Y también es justo mencionar tres valientes
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institución durante el golpe, como fueron Jaime de Nevares, Jorge Novak y Miguel
Hesayne.
La realización del Mundial de Fútbol en 1978 fue un objetivo perseguido por los distintos
gobiernos durante las últimas tres décadas. La dictadura militar declaró el tema como
una cuestión de Estado; se creó el Ente Autárquico Mundial 78, con presupuesto
ilimitado, que terminó gastando 520 millones de dólares en la organización. Videla dejó
Madres de Plaza de Mayo). Los festejos duraron varios días y fueron capitalizados por
relator José María Muñoz, que por radio invitó a la gente a cambiar el lugar de festejo
del Obelisco por la Plaza de Mayo, y así agradecerle a Videla el triunfo obtenido.
Ya a fines de 1981 Viola (quien había asumido en Marzo de ese año en lugar de
Videla) fue derrocado y reemplazado por el general Leopoldo F. Galtieri, que retuvo su
que los mismos jefes militares habían establecido. Galtieri se presentó como el salvador
del Proceso, el dirigente vigoroso capaz de conducirlo a una victoria que por entonces
identificado con el Establishment, quien se rodeó de buena parte del equipo de trabajo
agudizó, y con ella las protestas de sindicatos y empresarios; para el largo plazo,
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adelantar dicha operación, dado que la dictadura empezaba a “hacer agua y necesitaba
apoyos internos para mantenerse en el poder” (Pigna, 2005). El 2 de Abril, día del
formalmente el apoyo a Gran Bretaña (dando por tierra con el iluso pensamiento del
gobierno militar argentino acerca de la supuesta neutralidad del país de América del
Norte, creyendo de manera ingenua que tanto Argentina como Inglaterra eran naciones
Puerto Argentino, y días más tarde se produjo el hundimiento del crucero General
Belgrano (con un saldo de 368 muertos), que se encontraba fuera del área de exclusión
fijada por los propios ingleses. A pesar de que la dictadura seguía escondiendo la
información sobre el conflicto en las islas, (con la venia de la prensa que imprimía tapas
del tipo ‘Seguimos ganando’ -revista Gente, edición del 27/05/82-), el 15 de Mayo el
ejército inglés comenzó el avance hacia Puerto Argentino, donde los esperaban 10.000
jóvenes de tan sólo 18 años para intentar una resistencia. La inexorable rendición llegó
Se asume que la crisis interna del régimen militar fue el principal determinante de la
decisión de dar lugar a la transición a la democracia. Más aún, después de que la Junta
Militar había decidido ocupar militarmente las Islas Malvinas, y la posterior derrota en
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dicha contienda bélica, profundizó dicha crisis interna. Frente a esa situación, las
Fue entonces que la Junta de Comandantes decidió, como paso previo a decisiones
políticos garantías en torno a una serie de temas (…) lo que trataron de garantizar fue
la inmunidad jurídica de sus miembros. Sin embargo, los partidos dieron la espalda a
protagonistas militares del último golpe de estado en Argentina, mucho se escuchó que
validaban las muertes y otros hechos injustificables a través de la teoría de los dos
demonios, o en palabras del general Ramón Díaz Bessone, “no hubo represión, hubo
guerra. El gran problema que se genera acá es que luego se juzgan los excesos, fuera
violencia masiva para conseguir objetivos económicos que, sin un sistema que
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dirigida contra los grupos armados. Está claro que se reprimió a los grupos armados,
ningún peligro para ellos. Y un argumento claro que rebate por completo la famosa
suponiendo que tomamos y aceptamos como punto de partida un dato que Pigna ofrece
a través de una entrevista a Juan Gelman, quien en su respuesta cita un estudio del
coronel Prudencio García según el cual, en esa época, “había, a los sumo, mil
quinientos guerrilleros” (Pigna, 2005: 342), el interrogante que cae por sí sólo es saber qué
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3. MARCO CONCEPTUAL
dominación (…) entre las clases sociales y especialmente a las definiciones de una
vida” (Williams, 1980: 129). E incluso, dice Williams, la expresión va más allá porque
incluye a dos términos como ideología (a través de la cual un interés particular de clase
plasma un sistema de valores y significados) y cultura (en tanto proceso social en el que
también estaremos hablando del (intento de) predominio negociado de una sobre otra.
Por otro lado, la hegemonía nunca es individual; por el contrario, es una plataforma de
punto donde vale destacar el papel importante que jugará el intelectual (ya veremos por
qué), que a su vez es quien recibirá las presiones específicas, fundamentalmente del
grupo dominante. Y los medios de difusión- y sus protagonistas primarios como ser los
periodistas y su labor y producción diaria- no están exentos de esta puja cultural, sino
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que por el contrario, hoy en día son una de las ‘patas’ más destacadas de dicha
contienda.
político y cultural, que así como por definición es dominante, en ningún momento lo
será de forma total o exclusiva. “Esto significa que las alternativas políticas y
culturales y las numerosas formas de oposición son importantes (…) como rasgos
finalidad de ejercer el control” (Williams, 1980: 135). En este sentido, se destaca el poder
(sutil o no) que se ejerce por medio de las declamaciones ideológicas, por ejemplo, de
entender qué relación puede darse entre el periodista (en este caso de un diario como La
periodista (la nota periodística). Ver cuáles son los matices de esa relación que se da en
la lectura.
Partimos de una base ofrecida por Morley (1996-a), quien cita el modelo Hall que
incluía no sólo la idea de lectura preferencial (es decir, la lectura hacia la cual el texto
intenta orientar al lector), sino que también reconoce la existencia de una lectura
ellas dependerá de dos factores consecuentes. Cierta información puede tener una
significación para determinada persona y una opuesta para otra, y en parte esto se ciñe a
la personalidad de cada una de ella y de la relación que tenga el mensaje con nuestros
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hobbies o intereses. Pero también es cierto que toda decodificación que cada uno de
también hay que tener en cuenta las diferencias subculturales, con diferentes orígenes
maneras en que la gente interpreta un mensaje particular, según Morley esas diferencias
escritura, pero cobra importancia el hecho que se encuentre con “lectores que
armonicen y funcionen ‘en paralelo’ con los códigos e ideologías del (diario), y
desechar los demás, sino a la intencionalidad de dicho medio para que, en ciertas
Tomando ahora a Frank Parkin, para quien así como a diferentes clases sociales le
decodifican los mensajes de los medios” (Morley, 1996-a: 129). Según dicho autor existen
tres sistemas de sentido que a su vez actúan a partir de una clase social diferente, por lo
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que no será extraño que sostengan una “interpretación moral distinta de la desigualdad
bajo status social; y 3- el sistema de valores radical, que revalida una interpretación de
Siguiendo a Parkin, pero adaptándolo, podemos señalar tres posiciones que podría
primera instancia existe la posibilidad que se acepte el sentido que le ofrece el marco
lectura) se realiza según el código dominante. Una segunda instancia es aquella donde la
lectura haga propia, a grandes rasgos, el sentido determinado por La Nación, pero
relacionando dicho mensaje con cierto contexto concreto que refleje la posición y los
intereses del lector, con lo cual este puede modificar parcialmente el sentido
contexto en el que fue escrita una nota periodística, pero aportando un marco de
directa oposición; esta lectura problemática no puede considerarse equivocada, sino que
En esta cuestión nos importa empezar a puntualizar que a lo largo de este trabajo se
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Por consiguiente, es vital dar con algunas definiciones teóricas que intentarán
• Existe la figura del intelectual que ejerce el monopolio del discurso; y los
hegemónica.
trabajo conlleva: “En el caso del intelectual se supone que además de las
pública” (Costa, 2007), más aún desde mediados del siglo XX con el auge y
Altamirano (quien cita a Said), para manifestar que “el intelectual hace uso
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Kant asegura que la ética del hombre tiene que ver con actuar en cualquiera
de los ámbito de la vida de manera que toda conducta pueda convertirse así
en norma para el resto de los hombres: “(…)el que obra es el portador de las
Una segunda incógnita que surge está vinculada a si los intelectuales son
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intervención.
lentes particulares mediante los cuales ven (o dicen ver) unas cosas y no
otras, así como interpretan de una forma determinada los hechos que
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cuentan. De esta manera, llevan a cabo una selección y luego elaboran lo que
han seleccionado: “dar nombre, como es bien sabido, significa hacer ver,
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comunicación?.
Associated Press en el año 1848, Reuters en 1851- hasta hoy con el auge y
119). Sin embargo este sentido negativo de la mediación ha ido dejando lugar
ella por medio del encubrimiento. Paralelamente, David Morley agrega que
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(Williams, 1980: 138). Dicho autor sostiene que una tradición selectiva depende
una falsa creencia la sola idea de que todos los puntos de vista (por
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medios de comunicación son, como dice Morley, “un foro cultural abierto,
referirnos brevemente a la audiencia, sobre la cual creemos que el hecho de que las
de modos distintos, por lo tanto, “ha sido uno de los hallazgos principales de las
investigaciones sobre los efectos de los medios durante casi medio siglo” (Morley, Curran,
la gente a buscar contenidos -en los medios de comunicación- que refuercen sus puntos
las instituciones mediáticas a la hora de construir los textos que el espectador interpreta
a continuación.
En una sociedad, la alteración del orden vigente de manera abrupta será traumática,
expondrá la resistencia al cambio de los actores del viejo modelo y tendrá un costo alto
en varios aspectos.
“Dado que toda acción es el resultado de diversas voluntades, con diverso grado
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Sin embargo, hay acuerdo completo entre la teoría y la práctica, en dichos límites y
el sentido siguiente: construir sobre una determinada práctica una determinada teoría
eficiente en todos sus elementos, es decir: tornándola poderosa al máximo; o bien, dada
fuerzas prácticas desencadenadas exigen ser justificadas para ser más eficientes y
expansivas, o cuando se multiplican los programas teóricos que exigen ser justificados
de manera realista en cuanto demuestran ser asimilables por los movimientos prácticos,
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4. MARCO METODOLÓGICO
En este apartado se describen los parámetros sobre los que se basan las
de análisis.
Los diarios -tanto por medio de sus artículos y notas periodísticas (mayormente), como a
tema explícito en cada página; contienen también mensajes subyacentes. Y para lograr
descifrar este nivel de comunicación (supuesto u obvio), habrá que avanzar por sobre la
mera lectura que establece el sentido común. He aquí el lugar donde nos encontramos
con una serie de preguntas sobre la metodología, “el camino para construir un método
de análisis que nos permita entender esos niveles más complejos de la comunicación”
presenta, sino la relación entre lo que se presenta y lo que está ausente de la exposición
explícita: “Es una forma de indagar si hay ciertos puntos ciegos característicos, ciertos
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Llegado a este punto, se deberá atender ciertas formas de análisis que pueden ofrecernos un
abordaje más provechoso que simplemente pretender establecer el sentido real o último
(Morley, 1996-a: 122), es decir que un mensaje siempre es capaz de producir más de un
eficacia de la comunicación, hará uso de las herramientas a su alcance para evitar que
los mensajes queden abiertos por igual a cualquier interpretación posible. Debemos
advertir que los periodistas se verán casi obligados a introducir una dirección o ciertas
clausuras en la estructura del mensaje (de la noticia), intentando así cuanto menos
pueden presentar diversas formas: por ejemplo, el título, la leyenda al pie de una
(Morley, 1996-a: 123), con el objetivo de lograr una complicidad por parte de estos
respecto de su producción, y así terminar por llevarlos hacia esta lectura ‘parcial o
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este caso implicancias referidas a nosotros en tanto lectores; nos interesará la manera en
que los diarios nos son destinados, y en que estos modos de destinación, al obligarnos a
adoptar diferentes posiciones hacia ellos, construyen nuestra relación con el contenido
justificación del por qué de su elección como soporte de objeto de estudio y análisis.
Sabemos que son leídos por diferentes estratos sociales, y su lenguaje intenta ser
influencia” (Carnevale, 1999). De esta manera, queda claro que no esperamos que los
identidad social de todos sus lectores, sino que sólo se remitan a la franja social que
siente a los medios como instituciones culturales propias. La elección del vocabulario
• En enero de 1870, a los cuarenta y ocho años de edad, Mitre funda el diario
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F.P.yC.S.
Kayser, que consistía en el análisis de los grandes diarios del mundo, entre
Saguier, que dieron otro envión al diario, encabezados por el presidente del
comprar acción por acción a los Mitre. Sólo Bartolomé Mitre decidió no
sostendría que habría sido el Grupo Clarín en realidad el que asistió a los
Saguier para hacerse del crédito. La noticia se basa en que Ernestina Herrera
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cesión del crédito que poseía como beneficiaria del fideicomiso financiero
este diario, que tuvo lugar en el año 1976, cuando funda Papel Prensa
manos de la Dictadura Militar. Este proyecto que se concretó tenía como fin
y nota editorial?).
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principalmente.
por los intereses del medio frente al flujo informativo general procedentes
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corporación editora que decide y los periodista que están a sus órdenes.
Un punto a comentar a modo de síntesis es que la influencia del periodismo aflora con
gobierno. “Suele recordarse en los manuales de historia del periodismo que el Times,
empieza a hacer mención a una frase que luego se utilizaría hasta nuestros días, para
convertirlo en un asunto de resonancia pública, cada vez más llamativo. Una campaña
el aviso publicitario).
Queremos señalar que el análisis de las notas periodísticas girará en torno a las dimensiones
política y económica que abordaran las mismas a través del discurso del diario, a saber:
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llegada de las Fuerzas Armadas’, ‘La amenaza subversiva y el deber del pueblo’ y
sección El Modelo Económico. Cuando los santos (neoliberales) vienen marchando, con
los enunciados ‘Un golpe de gracia a la ya débil economía’ y ‘Un nuevo modelo
Para terminar con este capítulo, resta indicar que a lo largo de este trabajo se tomarán,
de manera principal:
- diecisiete (17) notas editoriales de los días 20, 21, 22, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y
Diciembre de 1983,
- y tres (3) notas de neto corte informativo de los días 20 y 21 de Marzo de 1976
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5. CUERPO DE ANÁLISIS
La toma del poder por parte de la Junta Militar que traería aparejada la alteración del
argentina de cara a los cambios antipopulares que se avecinaban. Y para dicha empresa,
través de diferente editoriales y notas de opinión, reveló una campaña con dos ejes
opción castrense como la indicada para llevar adelante el denominado (por estos
‘subversión’, así como la necesaria lucha contra ésta. Esta acusación hacía la
intencionada salvedad de que los mandos castrenses no habían sido quienes fogonearon
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las herramientas jurídicas y políticas que permitirían esta lucha, y que en definitiva en el
personas por parte del gobierno de facto. Esta idea se expresa en la siguiente nota de
tapa:
una marcada intención por parte del diario de dejar en claro que los únicos habilitados
para asumir eran las FF.AA. La alianza de apoyo mutuo entre un Estado policial y las
grandes empresas (incluso de medios), reunía así fuerzas para atentar contra los
democrático, la editorial del diario publicada el 21 de Marzo deslizaba la idea de que las
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instituciones hasta ese momento vigentes (que no eran otras que las democráticas)
otorgaba a los militares el lugar de protagonistas de dicho cambio. Esta nota expresa la
urgencia del cambio y, al mismo tiempo deja, aunque elípticamente, el lugar vacante a
seguía alimentando la idea de que un golpe institucional era, a esta altura, ya inevitable:
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que los militares estaban preparados para afrontar el deber que la realidad nacional les
deparara. Esto revela de manera tácita que los militares ya conocían el desenlace (y lo
golpista):
tanto valor principal para le progreso de toda nación, se convirtió en el ‘arma’ con la
para que el diario (en tanto parte de un conjunto de actores sociales que propiciaron el
de temor y desconcierto sobre qué podía pasar si dicho gobierno continuaba tomando
malas decisiones en cuestiones vitales como ésta. El diario fomentó así una suerte de
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‘teoría del miedo’ a partir de una exacerbada incapacidad del la clase política y dirigente
“Hay razones, pues, para temer por el desarrollo del actual período
escolar y para repetir la necesidad de que los gobernantes hablen y
actúen en función de la realidad, no para disimularla” (La Nación,
22 de Marzo de 1976, pág.6, El comienzo del año lectivo).
Consumado el jaque mate a la democracia, el 25 de Marzo del mismo año se
respaldando desde el discurso explícito la idea de que el mismo constituía tan sólo un
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gobierno de Isabel Perón. Y por otro lado, se presentaba ante la opinión pública,
como una suerte de candidato ideal, la opción militar para asumir el control,
Otro de los ejes argumentativos giró en torno a la creación de un “enemigo” del orden
social que debía (e iba a) ser combatido por los militares, justificando de este modo la
presencia y el accionar del gobierno de facto de aquí en adelante. Ese papel de villano
mediante la cual los mandos castrenses hacían referencia a las agrupaciones como ERP
o Montoneros.
decir, desde el necesario apoyo de todos los argentinos como condición sine qua non
para el éxito del los militares en dicha contienda. Hay que destacar que sobre este eje se
apoyó el argumentos (tanto para el diario como para los militares) según el cual en
Argentina entre 1976 y 1983 hubo una guerra, y como en toda guerra hubo excesos.
Para distintos sectores, entre ellos La Nación (caso que nos ocupa), los desaparecidos
país las agrupaciones como Montoneros o ERP; e incluso llegó a plantear que la
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“amenaza subversiva” excedía las fronteras del país y empezaba a abarcar dimensiones
grupos con autoridad en el poder que tomaran la decisión de hacerle frente al escenario
Nación se reforzó el carácter excepcional e ideal de los militares como los únicos
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sensación de que se estaba viviendo en constante peligro para la vida humana, pero no
subversión:
golpe, y cerraba con un desafío a otras instituciones sociales a entrar ‘en el juego’ para
salir adelante en esa lucha. Esto pretendía de manera engañosa e implícita generar
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debía ser combatida, sino que sus páginas mostraron algo más inquietante, como fue la
denuncia de una peligrosa conexión que podía darse entre la subversión y la juventud -
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el plan de exterminio que se llevó a cabo bajo la denominación de una ‘guerra contra el
terrorismo’, así como contra toda aquella persona o sector social que pareciera
relacionado:
aparentemente existente. Se instala así una política informativa que buscó ganar espacio
(más allá de las páginas de La Nación) en la sociedad a partir de un caos que estaba
llegando a la región, y que en definitiva sería la excusa perfecta para por ejemplo los
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habilitara a llevar adelante sus acciones golpistas. La Nación jugó un papel funcional a
dicho objetivo haciendo hincapié en algunas ideas puntuales que llenaron sus páginas, y
que se las podría presentar de la siguiente manera: por un lado, un apoyo explícito a la
llegada de las FF.AA. como los capaces de gobernar en medio del caos existente; y, por
opción que interrumpir la democracia, hacerse del Estado y usar los medios que fueran
necesarios para abatirlos -en todo los casos, la amenaza fue o bien exagerada o bien
inventada por la Junta-. Cómo vemos en al cita de la editorial del 25 de Marzo (Lo que
termina y lo que empieza), el diario alimentó la idea de que las FFAA cumplieron una
gobierno. En otras palabras, tenían que arreglar las cosas como sea y después, y solo
dictadura y su plan de gobierno, pero en términos de condición sine qua non para el
éxito de la misma.
“amenaza guerrillera”, sino que afirmaba lo acertado y necesario que había sido la lucha
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armada en su contra desde las FF.AA. De este modo, sostenía la “teoría de la guerra”
que se habría librado. Aún más, dentro de este eje argumentativo se buscó promover, en
los primeros días del nuevo gobierno democrático, un status de igualdad en cuanto a la
responsabilidad que les cabía a los supuestos bandos enfrentados a la luz de los graves
Vemos en una nota de opinión del 6 de Diciembre de 1983 como se volvía sobre
la idea de la ineludible lucha contra la subversión que había que llevar adelante para
normalizar al país:
ordinaria, aún cuando el delito cometido fuera de índole “subversivo”, lo que realmente
golpe militar: por un lado, la vigencia de una amenaza guerrillera; y por otro, lo
acertado de la lucha armada desde las FF.AA. contra esta amenaza, y peor aún, una
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lado, el ‘hacer memoria’ alimentado la idea de la subversión como causa del golpe, pero
abruptamente señalaba que el pueblo debiera olvidar el pasado reciente y mirar hacia
“Nada sería más sano para la suerte futura del país y de sus
habitantes que su extrañamiento definitivo del territorio nacional.
Hablan de errores, pero no de arrepentimientos. No prometen
enmienda ni admiten la culpa que cabe a la acción terrorista y
subversiva como desencadenante primera y principal de los largos
años de llanto, dolor y muerte que padeció esta tierra y que una clara
voluntad cívica quiere dejar atrás para siempre a partir de este
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tendencia informativa que confirmaba, no sólo que durante los últimos años hubo una
claro antagonismo entre dos bandos respecto del proyecto de país que se quería (y que
inherentes a toda guerra que eso conlleva), sino que nuevamente -en su edición del 14
tanto como de los guerrilleros, que a su vez desnudaba frente a la sociedad el apoyo
(desde el discurso) que La Nación había dado a la llegada del golpe, el mismo matutino
carecería de respaldo constitucional al no ser una medida adoptada por el Congreso sino
matutino en tanto alentaba el papel de los tres poderes constitucionales y sus funciones,
Por otro lado, el eje argumentativo también supo girar en torno al tono vindicativo
de los juicios a los militares, apoyando la idea de que los únicos responsables de que se
llegara a donde se llegó (un gobierno de facto, treinta mil desaparecidos, una economía
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militares).
incluso se sugería dar vuelta la página sin que importara revisar lo ocurrido en el
pasado inmediato:
defensa del funcionamiento de los tres poderes constitucionales así como sus
atribuciones de contralor entre sí, cuando quedó en evidencia la forma en que el diario
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antidemocrático:
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para la recuperación y pacificación del país. Y en todo caso, la revisión del pasado
reciente, se justificaba en la por entonces dudosa vigencia del peligro subversivo como
causa principal la llegada de las FF.AA. al poder. Y más aún, esa revisión habría de
tener en cuenta el controversial -y cuanto menos debatible- apoyo del pueblo al golpe en
su comienzo.
Obediencia Debida5, se difundió la idea de que los grupos terroristas fueron los únicos
victimarios de la paz social, y los militares fueron arrastrados a la lucha por la vuelta del
orden socioeconómico.
momentos era aquel que se llevaría a cabo contra los grupos subversivos:
5
Ley de Obediencia Debida Nº 23.521; disposición legal dictada el 4 de junio de 1987 durante el
gobierno de Raúl Alfonsín, que estableció una presunción de iure (que no admite prueba en contrario) que
los hechos cometidos por los miembros de las fuerzas armadas durante el último gobierno de facto entre
1976 y 1983 no eran punibles por haber actuado en virtud de obediencia debida.
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recuperar la paz social; pero que en rigor de los reales objetivos, de esta manera
en un marco de legalidad. El papel de La Nación fue asistir desde sus páginas a esa
diario buscó justificar el golpe (así como el apoyo brindado al mismo desde sus
desastrosa, treinta mil desaparecidos, etc.) en partes iguales tanto a los militares
como a la guerrilla.
Este eje se complementaba con otro ‘actor’ que aparecía en escena, el pueblo
apoyo incondicional y pasivo del pueblo. Pero lo que no se preguntó el diario era si
para el grueso de la gente -dando por supuesto que la realidad nacional reclamaba
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Finalmente, respecto del eje argumentativo hasta aquí desarrollado, resta marcar
la contradicción en la que cayó La Nación. Como quedó expuesto, en los inicios del
golpe el matutino saludó la irrupción del gobierno por parte de los militares…y
siete años después, con las primeras medidas del nuevo gobierno democrático en
pos del enjuiciamiento de los mandos castrenses, el diario se acordó del valor
poderes constitucionales.
nacional” que se había iniciado en Marzo de 1976 y que llegaba a su fin en Diciembre
mismo nivel que otros procesos fallidos, como parte de un todo, como un eslabón más
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como autoritarios:
idas y venidas), sobre la base de la misma nota La Nación también hizo una
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argumento de instalar en la sociedad la idea de que el golpe de Marzo de 1976 fue tan
sólo uno más dentro de un gran ciclo de intentos malogrados de gobierno (tanto
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nación:
general y homogénea que dejaba de lado lo particular. Decíamos, esta mirada ubicaba al
golpe como parte de un proceso histórico más extenso que incluía por igual democracias
y gobiernos ilegítimos, señalándolo incluso como un período por el que todo el pueblo
debiera hacerse responsable; tanto por los aciertos como por los errores. De este modo,
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se equiparaba con total ligereza las equivocaciones de gobiernos democráticos con los
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(y en) el discurso del diario, que expresaba dos ideas fuertes: por un lado, la automática
“subversión” fue la causa del golpe; y por otro lado, en la creencia de que la guerra
se dijo acerca de que haya fue un plan de exterminio de los sectores que se oponían a la
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también se justificó la instauración del gobierno militar como un suceso inevitable. Más
‘asumir’ en medio del caos, para finalmente plantear el apoyo que existió por parte de la
gente para con las FF.AA (cuando en realidad lo honesto hubiese sido hablar de
‘irrupción’ de la democracia):
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Por último La Nación invocó al pueblo (al igual que en el anterior apartado),
sindicándole un espíritu cómplice frente a las ideas vertidas en sus páginas, pero
haciendo hincapié en dos aspectos: por un lado, los argentinos debían asumir parte
ser del golpe, así como una consecuente guerra contra ella.
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Tanto de manera explícita como tácita, La Nación buscaba ya no sólo denostar el modelo
económico imperante desde las décadas previas a aquellos años -con fuerte signos de
tenemos que hablar de un nuevo modelo económico. En este punto, el interrogante que
excusa, sobre la cual golpear cual talón de Aquiles, para crear las condiciones que
días previos al golpe, girara en contra del modelo vigente, de sus medidas “populistas”,
Hacia la instauración del golpe militar, en una nota de tapa de Marzo de 1976, el
diario se hacía eco de sus propios intereses (claramente empresariales) así como de los
economía vigente, como paso previo a la imposición del modelo que reemplazaría al
vigente:
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de lo que podríamos llamar el periodismo nacional (en tanto institución social), a través
Nación criticó las medidas económicas del modelo vigente, que -a el decir de la nota.
encarecía los insumos básicos para un normal quehacer periodístico de las empresas de
medios:
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crisis económica argentina, buscando debilitar el gobierno vigente (lo cual a esta altura
era casi una cinema continuado), sino que también en esos descontentos se empezaban a
vislumbrar las líneas del modelo económico que se buscaba instalar en un futuro
inmediato:
militares se podía jactar de atacar directamente el viejo modelo y sus fuertes bases
orden que nacía en la creada necesidad de un patrón económico de neto corte neoliberal,
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que priorizaría un feroz achicamiento del Estado (o cuanto menos una mínima
modelo con excesivo protagonismo del estado y un modelo neoliberal (sobre el cual el
el oficio periodístico por otro (en cuanto a las condiciones económicas para su práctica),
que fueron la razón para el ataque a la realidad económica así como el beneplácito del
diario en pos de un cambio drástico al respecto. Así pues, no resultaba casual que hacia
y a las instituciones responsables de tal objetivo, para ser presentada como víctimas de
desconcierto social:
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las riquezas del sector público en dirección al sector privado seguido de una enorme
la escena económica, aunque no desaparecerá (por el contrario, será el garante de que los
capitales privados puedan intervenir y crecer cada vez más), y por otro lado, la nueva
alimentando la dicotomía entre la opción por un modelo con fuerte presencia estatal,
que se presentaba desde el diario como poco menos que desastroso e ineficiente, versus
la opción cuasi reveladora y milagrosa por un modelo de contracción total del estado en
6
Liderada desde sus principios por Milton Friedman, en lo económico está fuertemente vinculada a una
teoría que rechaza las regulaciones económicas estatales (práctica de raíz keynesiana) en a favor del
liberalismo económico (con Adam Smith como máximo exponente).
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En una nota del 5 de Diciembre de 1983, empezaba a ensayarse una defensa del
golpe a partir del carácter ineludible del mismo en su momento; y más aún, se abogaba
por la continuidad del modelo económico impuesto, mediante el cual se había previsto y
ejecutado un enérgico recorte de las injerencias y controles estatales sobre las empresas
privadas:
neoliberal, en contra del modelo anterior, que con sus más y sus menos había intentado
asegurar ciertos derechos básicos. Incluso, se podría arriesgar sin temor a equivocarse
que la defensa del modelo del libre mercado, que comenzó a gestarse con el inicio del
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incurría, se vislumbraron los principios del nuevo modelo económico que buscaba
empresariales.
Y el cambio profundo de modelo económico que se alentaba desde la clase dominante, que
se vislumbraba traumático y de dudoso éxito respecto del bien común de los argentinos
y que por ende encontraría una fuerte resistencia en el grueso de la sociedad argentina,
necesitó por parte de La Nación una política informativa que comience a referirse
insistentemente a la idea de que el éxito del nuevo plan económico dependía en gran
parte si contaba con un respaldo popular masivo, incluso de cara al futuro inmediato y
Ya frente a los bruscos giros que depararía la economía propuesta por la Junta
Militar el diario alentaba de manera tácita a que la sociedad adopte una posición
acrítica; es decir, que fuera cómplice y no cuestionara los cambios que se venían por
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aparato productivo del país. Este aparato ha sido desquiciado por una
siniestra carrera entre los errores de una orientación económica
sujeta a conveniencias partidistas y los desbordes de un sindicalismo
ansioso por expandir su participación en el poder. El efecto de esa
carrera ha sido la ruina económica enancada a la largísimo crisis
política. La instalación de un gobierno militar es el final del desajuste
en lo que concierne a una anómala concepción del ejercicio de la
autoridad. Precisamente las características del tramo que ahora se
empieza a recorrer indican que ha sobrevivido un lapso en el cual los
fenómenos más irritantes de la desinteligencias política han sido
trasladados a un plano desde el cual no debe interferir en la
dificultosa obra de sacar al país de la postración económica” (La
Nación, 26 de Marzo de 1976, pág.6, El Rumbo de las Fuerzas
Armadas).
Otro rasgo de manipulación que La Nación intentaba ejercer sobre la opinión
modelo -de rasgos populistas- fallido que decantó en una pauperización social y
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habrían de presentarse -que no serán otros que las víctimas que habrá de cobrarse la
afectaba al campo económico, debía tener durabilidad por varios años, y no restringirse
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errores, o en todo caso, con daños colaterales; pero sin reconocer los responsables e
De esta manera, la inflación y la deuda externa, así como los problemas que éstas
acarreaban para el país, empezaron a ganar espacio en las páginas del diario, y sin
embargo nada se decía sobre las causas de estos desajustes económicos para así
entender sus orígenes y llegar a alguna solución. Por el contrario, se le quería hacer
creer al pueblo que la respuesta llegaría como por arte de magia, desviando la mirada
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sobre qué había producido el aumento extraordinario de la deuda externa por ejemplo,
(y la corriente neoliberal) en materia económica nunca tuvo como real objetivo devolver
la salud a la economía, sino que su real fin consistió en enviar la riqueza a los de arriba,
Siete años después del derrocamiento de Isabel Perón, a las puertas de la asunción
de Raúl Alfonsín, la contienda discursiva desde las páginas de La Nación entre los dos
modelos económicos seguía más fuerte que nunca7. Por un lado, persistía la crítica al
modelo económico que priorizaba derechos básicos como la educación y la salud; y por
otro lado, se mostraba un manifiesto beneplácito por las recetas mágicas por llegar
7
Mirado retrospectivamente a treinta años del golpe el, en la práctica, el modelo económico populista
estaba totalmente en descomposición por obra y gracia de los militares; y las décadas subsiguientes no
hicieron más que demostrar que el modelo neoliberal instalado no solo no fue revertido, sino que fue
profundizado especialmente en la década del 90.
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desde el FMI lo cual, a la luz de lo ocurrido durante los 20 años subsiguientes marcaría
una tendencia:
“El déficit del presupuesto. Nadie duda de que el alto déficit fiscal,
que debe cubrirse con la creación de dinero nuevo, constituye un
problema gravísimo de nuestra actual situación económica.
Es de esperar que las nuevas autoridades económicas habrán de
realizar todos los esfuerzos a su alcance para reducir el déficit. Sin
embargo, parecería que las posibilidades no son muy favorables por
diversos motivos. Entre ellos, cabe mencionar a las poderosas
resistencias que siempre ponen a la disminución del gasto público, al
previsto aumento de ciertos rubros como la salud y la educación, y a
la política general de salarios de tanta influencia en la administración
pública.
Si a esto se agrega la dificultad para crear nuevos impuestos o impedir
la evasión, no se puede ser demasiado optimista en la rebaja de déficit
que, con algún éxito, supongamos pudiera llegar al 9% o al 10% del
PBI. Como se ve, todavía una proporción elevadísima, que impediría
cualquier programa monetarista contra la inflación, al estilo de los
que recomienda el Fondo Monetario Internacional” (La Nación, 8 de
Diciembre de 1983, pág.9, La batalla contra la inflación).
Vemos así como el diario siguió alimentando una lucha de modelos ya no para
apoyar la imposición de uno de ellos, lo cual era un hecho, sino fundamentalmente para
asegurar su perdurabilidad.
la misma bolsa’ con otros procesos fallidos, como parte de un todo, como un eslabón
más en una cadena histórica, inevitable y normal de sucesivos gobiernos errantes, tanto
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de 50 años de idas y venidas) en una nota del 10 de Diciembre de 1983 el diario hizo
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impuesto dependía no sólo del respaldo popular, sino también de una posición
acrítica de la gente. Y ese deber del pueblo de no cuestionar los cambios, no hizo
otra cosa que predisponer el escenario para los dolores que se presentaron a
Y llamó la atención que así como hacia Diciembre 1983 La Nación sembró la idea
de que el modelo económico impuesto que vio la luz en Marzo de 1976 acarreaba
no sólo en defensa del modelo neoliberal impuesto -por medio de una contienda
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6. CONSIDERACIONES FINALES
Es una creencia generalizada que el diario La Nación ocupó un lugar clave durante el
último golpe militar. Este trabajo partió de esta creencia y la puso a prueba a través del
Es importante porque nos llama a ver el rol que tienen los medios en todo momento
histórico, y eso le confiere actualidad, porque nos da las herramientas para ayudarnos
Al mismo tiempo, este estudio nos da herramientas para comprender lo que ahora
sucede, porque todavía pueden verse las consecuencias del rol que cumplió La Nación,
entre otros, como legitimador de aquel orden. Este proceso no obedeció un esquema
simplista según el cual, los militares vinieron por la fuerza, nadie los quería,
necesitaron del diario para imponerse, sino que fue un proceso más complejo en el cual
~
A lo largo de este trabajo quedó demostrado que el primer tema recurrente en las páginas
la vez que desnudó el reclamo de La Nación sobre un cambio drástico de gobierno que
reencausaría la situación del país. Pero más valioso aún fue ver como el diario legitimó
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atacó el modelo vigente (hacia Marzo de 1976), a través del recurso discursivo que lo
no hizo más que revelar los principios del nuevo modelo económico, creando una falsa
Pero el objetivo, por lo visto hasta aquí, no sólo fue asistir a la imposición de un nuevo
modelo en lo económico, sino que se vio como La Nación abogó por la continuidad de
• Otro tema que pudimos ver con constancia en las páginas de La Nación fue la defensa
del golpe. Así, en la dimensión política y económica confirmamos que La Nación buscó
justificar el golpe, describiéndolo simple y ligeramente como uno más dentro de una
través del discurso los penosos efectos económicos y sociales del mismo como parte
discursivas necesarias para que los militares dieran el combate en busca de la paz social,
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objetivo ahora de justificar los daños colaterales. Este tema La Nación lo coronó
reforzando el sentido de una sociedad argentina que no sólo había aceptado y apoyado
la teoría de la “subversión” como la razón de ser del golpe, sino también la consecuente
• Un cuarto tema importante esclarecido fue el papel que el diario le endilgó al pueblo
argentino, responsabilizándolo -en tanto garante- del éxito o el fracaso del Proceso de
Reorganización Nacional. Y el valor agregado en este punto del análisis fue evidenciar
Y si hablábamos del deber del pueblo, también se demostró que La Nación volvió sobre
condición sine qua non para el éxito del patrón neoliberal en beneficio de todos-, pero
haciendo la salvedad que el objetivo perseguido en este caso por el diario fue
predisponer el escenario social para el malestar que se presentó a medida que el nuevo
• Finalmente, hubo dos perlas que dejó este trabajo de investigación. Por un lado, llamó
la atención que así como hacia Diciembre 1983 La Nación sembró la idea de que el
modelo económico impuesto que vio la luz en Marzo de 1976 acarreaba errores
de dicho patrón neoliberal. Y por otro lado, queremos puntualizar una significativa
contradicción en la que se vio expuesto el diario, ya que en los inicios del golpe La
Nación congratulaba la irrupción del gobierno democrático por parte de los militares…y
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siete años después, dando un grotesco giro de 180 grados, el diario revalorizaba el
Por tanto, el desarrollo de esta investigación -que nos obligó a indagar si (y confirmar
pudieron encontrarse huellas de esa legitimación en los temas que aparecieron en las
del diario se basó en las dimensiones políticas y económicas como ejes del ‘ataque’
~
Es cierto que este trabajo estuvo ligado a una crítica dirigida a un medio de comunicación
responsable de lo que esta cualidad le confiere, en cada una de sus intervenciones en los
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F.P.yC.S.
7. BIBLIOGRAFÍA
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2007.
Argentina.
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ANEXO
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