ESTRATTO
da
LE CACCE REALI NELL'EUROPA DEI PRINCIPI
LE CACCE REALI
NELL’EUROPA DEI PRINCIPI
a cura di
ANDREA MERLOTTI
Collana diretta da
Paolo Cornaglia, Clara Goria, Andrea Merlotti
Comitato scientifico
composto da:
Lorenzo Bianconi, Roberto Bizzocchi, Enrico Colle, Luc Duerloo,
Alexandre Gady, Michela di Macco, Costanza Roggero,
Beatrix Saule, Maria Antonietta Visceglia
CENTRO STUDI DELLA REGGIA DI VENARIA
LA CIVILTÀ DELLE CORTI
I
LE CACCE REALI
NELL’EUROPA DEI PRINCIPI
a cura di
ANDREA MERLOTTI
1 Biblioteca Nacional de España, mss. 11.260/9, f. 2: Noticias de Sevilla del año de 1729.
2 Cartas de la infanta María Teresa y sus hermanos en la corte de Felipe V. Para este corres-
pondencia, 1744-1746. De una Corte a otra. Correspondencia íntima de los Borbones (estudios, edi-
ción y notas de Margarita Torrione & José Luis Sancho). Madrid, Patrimonio Nacional 2010, so-
bre todo, I, pp. 384-403. Para un estudio acerca de la sociabilidad cortesana en durante esos años,
J.L. SANCHO, Los Sitios Reales españoles bajo Felipe V como espacios de representación y sociabili-
dad cortesana (1744-1746), en J. MARTÍNEZ MILLÁN – C. CAMARERO BULLÓN – M. LUZZI TRAFICAN-
TE (coords.), La Corte de los Borbones. Crisis del modelo cortesano, Madrid, Polifemo 2013, III,
pp. 1865-1913.
3 P. FERNÁNDEZ ALBALADEJO, «Soldados del Rey, soldados de Dios». Ethos militar y militaris-
mo en la España del siglo XVIII, «Espacio, Tiempo y Forma», XI, 1998, pp. 303-320, especialmen-
te, pp. 308-311.
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Lievre, du Chevreüil, du Sanglier, du Loup, & du Renard (...), París, Chez A. Sovbron 1655, en el
“Epistre”, sin foliar.
6 C. FLEURY, Traité du choix et de la méthode des études, París, chez P. Aubouin 1687, pp. 154-
158. Igualmente, P. BIANCHI, La caccia nell’educazione del gentiluomo. Il caso sabaudo (sec. XVI-XVI-
II), en P. BIANCHI – P. PASSERIN D’ENTRÈVES (coords.), La caccia nello Stato Sabaudo, Torino, S. Za-
morani editore 2010, I, pp. 19-37.
7 Acerca de las propiedades que debían tener los caballos en la caza, véase, J.M. DE ARELLA-
NO, El cazador instruido, y arte de cazar con escopeta y perros, á pie y á caballo, Madrid, Oficina de
J. González 1745, pp. 7-9.
8 M. DE LOS ÁNGELES PÉREZ SAMPER, Isabel de Farnesio, Barcelona, Plaza & Janés 2003, pp. 325-
330 y P. VÁZQUEZ GESTAL, Una nueva majestad. Felipe V, Isabel de Farnesio y la identidad de la
monarquía (1700-1729), Madrid, Marcial Pons 2013, pp. 175-178.
9 Un breve estudio y resumen de estos temas en G. MARINELLO, Territorio di caccia: tra ri-
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las casas reales de todas las Monarquías europeas introdujesen en sus estruc-
turas un departamento como la caza. Sin embargo, la casa de Borgoña de la
Monarquía hispana no presentaba esta sección, por lo que el estudio de la
caza y la cacería en esta Monarquía tiene que estar estrechamente vincula-
do a dos realidades: los sitios reales y la casa de Castilla. En cuanto al prime-
ro de ellos, cabe destacar que a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII
se produjeron numerosas jornadas a este conjunto de residencias regias que
rodeaban Madrid. Se percibía una clara estacionalidad de la residencia del
monarca en estos sitios reales y en Madrid, estando dicha residencia muy en
relación con los diferentes períodos de caza y el clima de cada uno de ellos.
Por consiguiente, podemos considerar que los propios sitios reales serían
una extensión de la propia corte, o la corte misma (en el sentido de entender
a Madrid como corte) en tanto que el propio monarca residía en ellos tres
cuartas partes del año. La caza, entonces, contribuyó, junto con la adminis-
tración de los sitios reales, al control y orden del territorio de la Monarquía.
Desde el proceso de crisis de la casa de Castilla que se produjo durante
la segunda mitad del siglo XVII, la caza devino en un elemento de ligazón
entre ambos casas reales (la castellana y la de Borgoña), a partir del proceso
de fusión de oficios, como el montero mayor y caballerizo mayor, hasta los
servicios compartidos en la propia actividad de la caza. Esto explica que no
nos centremos en los elementos festivos, celebrativos y de sociabilidad de la
caza, para, por el contrario, adentrarnos en sus apartados estructurales, ad-
ministrativos, gubernativos e, incluso, jurídicos, siempre en relación con la
constitución de la propia Monarquía hispana.10
monarquía hispana, en S. CALONACI, Nello specchio di Diana. La corte e la riforma della caccia nel-
la Toscana di Cosimo III, en P. BIANCHI – P. PASSERIN D’ENTRÈVES (coords.), La caccia nello Stato Sa-
baudo, cit., II, pp. 153-170.
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11 Archivo General de Palacio (AGP), Administración General de la Real Casa (AG), legs.
929 y 939, exp. 55.
12 Don José Fernández de Velasco, VIII duque de Frías y Condestable de Castilla, sirvió como ca-
zador mayor desde el reinado de Carlos II, siendo confirmado en este oficio al inicio del reinado de Fe-
lipe hasta su muerte en 1713, cfr. AGP, Personal, c. 16.912, exp. 2 y AGP, Felipe V, legs. 11/1 a 15/1.
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que mira a la Alcaydia del Pardo, sin embargo, teniendo presente la Junta, la impor-
tancia de que este sitio este cuidado y en veneración, considera que V.Magd. por su
mesmo Real serbicio debe fiar a la atención del Duque este encargo, pues su amor a
la Real Perssona de Vuestra Magestad y su genio al Campo aseguran a V.Mgd. con
las providencias que se hacen tan precisas en lo abandonado que ha estado por lo
pasado su gusto y Real dibersion.13
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16 Para toda la relación, cfr. AGP, Felipe V, leg. 457/1. Sobre el marqués del Carpio como
montero mayor, véase también, AGP, AG, leg. 854. Relación dada en Madrid a 31 de mayo de 1707
y AGP, Personal, c. 496, exp. 42.
17 Sobre la Junta de Obras y Bosques, véase J.F. BALTAR RODRÍGUEZ, Las juntas de Gobier-
no en la Monarquía Hispánica (Siglos XVI-XVII), Madrid, CEPC 1998, pp. 464-487. Igualmen-
te, F.J. DÍAZ GONZÁLEZ, La Junta de Obras y Bosques en la época de los Austrias, Madrid, Dykin-
son 2002, passim.
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ballerizo mayor.18 Un año más tarde, el 27 de octubre de 1708, una vez rea-
lizada la reforma de las casas reales y asentado el caballerizo mayor como
montero mayor, se ordenaba que todos los monteros fuesen vecinos de Fuen-
carral y de Madrid, puesto que así se garantizaba el servicio de dichas pla-
zas, dado que las dependencias de la caza de montería se encontraba en esta
localidad de los alrededores de Madrid. Al mismo tiempo, se estipulaba que
los supernumerarios no podían superar los treinta y que los cuatro monteros
a caballo mantenía residencia en Alcobendas.19
La muerte del condestable de Castilla en 1713 supuso una restructura-
ción del gobierno de la caza de volatería. Unos días después de la muerte del
condestable, quien era mayordomo mayor y cazador mayor, Felipe V orde-
naba que el marqués de Castellón, veedor y contador de la casa de Castilla,
«gouierne en interin la Caza de Volateria», así como que don Andrés Díez
Navarro sustituyese, interinamente, la vacante de asesor de dicha caza que se
había producido por la muerte del conde de la Estrella.20 Seguidamente, se
indicaba que se debían suspender los goces de cinco cazadores y siete man-
cebos, puestos que eran considerados criados propios y vinculados al cargo
de cazador mayor, vacante en ese momento.21
El problema gubernativo surgía un año después con la queja interpuesta
ante el bureo por don Manuel José de Salazar, teniente de mayordomo ma-
yor de la casa de Castilla. Esta queja se enmarca en el conflicto de competen-
cias entre los dos cargos gubernativos de la casa de Castilla en ausencia del
mayordomo mayor: el teniente de mayordomo y el veedor y contador de di-
cha casa. Para resolver este problema, el bureo solicitaba que el pagador de
la casa de Castilla enviase al mismo bureo una relación de las cuentas y acti-
vidades de la dicha estructura doméstica. En este relación, presentada el 13
de agosto de 1714, se constata la fuerte actividad de don Juan Tomás Soto y
Temporal, marqués de Castellón, a la sazón veedor y contador de la casa de
Castilla en el gobierno de la caza de volatería durante 1713.22 En paralelo a
18 AGP, Felipe V, leg. 5/2 y AGP, AG, leg. 340. Relación hecha en Madrid el 22 de marzo de
1707 y firmada por don José Grimaldo. Para la nómina de dicho año, véase AGP, Felipe V, leg.
14/1.
19 AGP, Felipe V, leg. 457/1.
20 Ibídem. Documento sin fecha. Sin embargo, por una relación del propio marqués de Caste-
llón del 11 de agosto de 1714, se indica que el nombramiento fue el 6 de febrero de 1713, en AGP,
AG, leg. 340. Igualmente, el 11 de septiembre de 1714 el bureo indicaba «que se nombre Cazador
mayor o Governador Y que en caso de que continúe el Veedor de la Casa de Castilla al cuidado de
la Caza de Volatería, sea poniéndole interuención», siendo aprobada por Felipe V dicha interven-
ción; en Archivo General de Simancas (AGS), Gracia y Justicia, libro 315, f. 247v.
21 AGP, AG, leg. 340. Madrid, 15 de enero de 1747.
22 Para la nómina y planta de la casa de Castilla de 1712, AGP, Felipe V, leg. 4/2. Igualmen-
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25 Para la creación del título de duque del Arco, con grandeza de España, véase M. DEL MAR
FELICES DE LA FUENTE, La nueva nobleza titulada en España y América en el siglo XVIII (1701-1746).
Entre el mérito y la venalidad, Almería, Universidad de Almería 2012, p. 435.
26 M.Á. GACHO SANTAMARÍA, Las Reales Caballerizas en el Antiguo Régimen. Tesis doctoral
UCM, dirigida por Carlos Gómez-Centurión Jiménez, Madrid 2001, pp. 284-300.
27 AGP, Personal, c. 118, exp. 18.
29 Ibídem. En este expediente existen tres copias de este mismo documento sin fecha. Sobre
la vida del propio duque, véase C. COTTI, “El duque de la Mirandola”. Francesco Maria Pico alla
corte di Madrid 1715-1747, Mirandola, Centro Internazionale di cultura “Giovanni Pico della Mi-
randola” 2005, passim.
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38 AGP, AG, leg. 350, papel firmado por el susodicho en Madrid a 17 de agosto de 1720.
39 AGP, Felipe V, leg. 5/2. Madrid, 14 de marzo de 1722, papel de don José Spino y Navarro
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43 AGP, Felipe V, leg. 457/1, así como AGP, Personal, c. 118, exp. 19 y c. 856, exp. 2.
44 AGP, Felipe V, leg. 457/1. Asimismo, se le encomendaba el ordenamiento de los Justicias
de los lugares de caza siempre con una antelación de dos meses.
45 AGP, Personal, c. 856, exp. 2.
46 Ibídem.
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47 AGP, Felipe V, leg. 457/1. El 7 de mayo de 1737 satisfacía la media annata por la merced
49 Ibídem.
50 Ibídem.
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rio Iturralde instaba a cada uno de los jefes de los diferentes departamentos
de las casas reales a que elaborasen un nuevo reglamento acorde al decoro
necesario en el servicio regio y también al posible ahorro económico.52 El in-
forme que nos interesa es el realizado por don Francesco Pico, duque de la
Mirándola, ahora mayordomo mayor del rey.
La principal medida propuesta por el mayordomo mayor en dicho infor-
me era la unión de la Casa de Castilla a la de Borgoña, dado que la prime-
ra de estas casas estaba reducida «a poquísimos indiuiduos».53 Con esta for-
ma de ahorro del gasto en las casas reales, se concretaba en la supresión de
los oficios dependientes de la casa de Castilla con la excepción del tenien-
te de mayordomo mayor, los monteros de cámara, los porteros de cadena y
de toda la caza de volatería. Tras explicar el porqué cada uno de estos ofi-
cios debía subsistir en la unión de la casa de Castilla a la de Borgoña, el du-
que de la Mirándola concluía que la caza de volatería debía permanecer en
el estado en el que estaba,
sin aumento ni restricción en los gozes, a excepción solo del theniente de Cazador
mayor que siendo de su obligación mantener corrientes tres cauallos, no creo pue-
de hacerlo con la dotación de nueve mill Reales mayormente hauiendo cesado en el
goze de Cauallerizo de Campo, y asi lo propongo a V.M. aumentando su goze hasta
quince mill Reales.54
52 C. GÓMEZ-CENTURIÓN – J.A. SÁNCHEZ BELÉN, La hacienda de la casa del rey durante el reina-
do de Felipe V, en La herencia de Borgoña. La hacienda de las Reales Casas durante el reinado de Fe-
lipe V, dirigido por C. Gómez-Centurión y J.A. Sánchez Belén, Madrid, CEPC 1998, p. 42.
53 AGP, AG, leg. 929. Madrid, 16 de julio de 1739.
54 Ibídem.
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56 Sobre estas reformas, véase, C. GÓMEZ-CENTURIÓN, Las reformas de las casas reales del mar-
qués de la Ensenada, «Cuadernos de Historia Moderna», 20, 1998, pp. 62-65.
57 Archivo Histórico Nacional (AHN), Sección de Nobleza (SN), Frías, 594/8.
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58 Ibídem: «A esta humilde quanto berifica exposizion se añade el dolor que causa ver se haia
de perder en España el Arte tan prolijo, y casi sobrenatural con que se domestican, Cevan, Cazan,
Cuidan, y Curan estas aves por su Naturaleza, ferozes y carniceras, Criadas a su libertad, en el ayre
para ponerlas en estado de estar obedientes a el hombre [...]».
59 AHN, SN, Frías, 594/7.
60 J.E. HORTAL MUÑOZ, La integración de los sitios reales en el sistema de corte durante el rei-
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INDICE
PARTE PRIMA
LE CACCE REALI IN EUROPA
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INDICE
PARTE SECONDA
LE CACCE DEI SOVRANI ITALIANI
— 350 —
FINITO DI STAMPARE
PER CONTO DI LEO S. OLSCHKI EDITORE
PRESSO ABC TIPOGRAFIA • CALENZANO (FI)
NEL MESE DI MARZO 2017
ISSN 2532-2214