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EL COMPORTAMIENTO CRIMINAL*

Autor
VITTORINO ANDREOLI
Experto en Psiquiatría Forense, autor de diversas
publicaciones en E.E.U.U. e Italia

Traducción, adaptación y Lic. Leonardo Fuerte Montaño


comentarios Post Grado en el Centro de Estudios de Psicología
Aplicada de Roma Italia
Ex Docente de la Escuela de Post Grado UIGV y de la
Escuela Superior de la Policía Nacional
Docente de la Universidad Privada San Pedro
Chimbote y de la UTP - IDAT

Sobre el Homicidio.-

El Homicidio ha tenido en la historia significados diversos e inclusive opuestos. El


Antropólogo Napoleon Chagnon, que se dedicó a estudiar a los Yanomanis, una población
de la Selva Amazónica, ha demostrado cómo en esta cultura el homicidio es un elemento de
suceso social. Se trata de un comportamiento tan difundido, que el 30% de los hombres
con más de 25 años, han cometido al menos un homicidio. En esta sociedad, las muertes
son provocadas en un 40%, y el 70% de la población en edad superior a los 48 años,
cuenta al menos con un pariente asesinado. Chagnon notó que las mujeres tienden a
escoger entre los hombres más violentos y que los padres los prefieren como maridos para
sus hijas. En esta sociedad no existe castigo alguno para los homicidas.
Contrariamente los esquimales, asentados en la zona del norte de Alaska y del Canadá
desde al menos 5,000 años, no conocen guerras y mucho menos el homicidio, al punto que
no tienen un código penal e inclusive la palabra que describe el homicidio de un
congénere. Un comportamiento análogo a estado reportado en algunas islas del pacifico.

*
Publicado en : Le Scienze Nro. 309 Edición Italiana del Scientific American ( Milán )
De estos ejemplos se desprende la existencia de una relación muy estrecha entre cultura,
sociedad y crimen, sobre estas observaciones empíricas caen los dogmas que de una
parte tienden a describir al hombre bueno por naturaleza, (Jean Jacques Rousseau), y de la
otra como malo o malvado (“l’ homo homini lupus” de Thomas Hobbes.).

En las sociedades que conocen el crimen podemos observar como este ha tenido una
gravedad y un significado variable en el tiempo. Asesinar en tiempo de paz ha tenido una
connotación completamente diferente, de cuando nos encontramos en un escenario de
guerra: la evaluación se invierte hasta el punto que quien más asesina en guerra más se
avecina a la figura del héroe. En el libro “DE CIVITATE DEI” de San Agustín se
justifica así el homicidio: “Existen casos, en los cuales Dios ordena matar, o en base a una
ley positiva o en base a una orden dada a alguien en particular y en modo explícito y
limitado en el tiempo”.
@
“Para graficar esta situación, podríamos evocar el pasaje bíblico referente a
Abraham, cuando recibe la orden de sacrificar a su hijo, como prueba de lealtad a
Dios; el mensaje bíblico nos da a entender que en algunos casos los sentimientos
terrenales deben subyugarse a la voluntad divina”.

Respecto a los delitos de orden sexual.-

Se ha tomado como ejemplo el homicidio, pero para demostrar que el crimen es un hecho
que deriva de la cultura y de la historia se puede considerar el abuso sexual de menores y
de padres contra sus propios hijos. En Egipto el incesto era consentido no sólo para los
gobernantes, sino también para la población común. El amor incestuoso era una regla
entre las divinidades griegas (Gea madre de la tierra, tuvo una relación incestuosa con su
hijo Urano).
Con los Romanos la prohibición al incesto se convierte en una norma escrita y con el
cristianismo el tabú al incesto se agudiza; aunque si de incesto se trata, no faltan casos
célebres: El Papa Alejandro VI tiene una relación con su hija y él mismo en un edicto
papal se reconoce padre del hijo de su propia hija.

La masturbación de los hijos de parte de los padres representa un tipo particular de


relación incestuosa y se encuentra presente en muchas poblaciones como una práctica
habitual, especialmente en las poblaciones islámicas del Asia Central, como los Turkemis,
Usbeki, Kondi, Kasak, y los Siriones de la América meridional. Las motivaciones son
diversas y muchas veces ligadas a creencias mágicas: como para promover el crecimiento
de los genitales, para asegurar el desarrollo de la sexualidad vaginal y para calmar a los
niños.

Antecedentes Históricos del estudio del delito:

Haciendo historia, es difícil establecer una separación neta entre las concepciones
científicas y aquellas que no lo son, pero son dos las concepciones fundamentales y
contrapuestas que han caracterizado la historia de la criminalidad:

@
Comentarios del Traductor
1ro. De una parte, aquellas según la cual el acto criminal es originado al interior de cada
individuo, ya sea por factores psíquicos u orgánicos.

2do. De otra parte tenemos aquella opuesta según la cual, el que realiza un crimen 1 es
simplemente un títere que responde a las situaciones del medio ambiente o a órdenes de los
dioses.

Es en la segunda mitad del siglo XVIII el momento histórico en el cual estas ideas
encuentran una explicación que llega hasta nosotros; de una parte tenemos el positivismo
y de la otra el liberalismo.

El enfoque biológico:

La Escuela Positiva italiana está representada por los criminólogos César Lombroso,
Scipio Sighele y Leonardo Bianchi. Era convicción de César Lombroso que el
comportamiento de cada individuo y de los diversos grupos étnicos, (razas) dependen de las
características biológicas y por tanto no son modificables, o por lo menos no lo son en
manera sustancial, esto seria válido para la” locura”, para la criminalidad, como también
para la genialidad.
Lombroso sostenía que la pena debía ser orientada no al delito, sino a la peligrosidad del
reo. En el Congreso de Antropología Criminal de Ginebra en 1896, Lombroso y sus
seguidores obtuvieron que fuese reconocido el principio, según el cual el detenido, aún
después de haber cumplido su pena, debería ser retenido por su peligrosidad. El problema
en conclusión era la peligrosidad, que encontraba fundamento en las concepciones de la
degeneración mental de Benedict Augustine Morel y el atavismo de Oskar Vogt.

“Según estos presupuestos, la peligrosidad es considerada una manifestación que se


debía controlar siempre y a cualquier costo. El criminal por tanto es un degenerado o
mejor dicho padece de anomalías cerebrales que son incurables y por lo tanto su
conducta es el resultado fatal de un mecanismo anómalo, si nos ponemos en la
posición extrema entonces contrariamente a intentar la resocializacion de un sujeto
que delinque, simplemente lo deberíamos de eliminar,esta concepción actualmente no
tiene vigencia, pero como referencia se debe tener en cuenta, para poder visualizar los
cambios que se han ido. dando a través del tiempo en el estudio del comportamiento
criminal”.

El enfoque sociológico :

Contemporáneamente a la ideas y obras de Lombroso, el psicólogo Gustavo Le Bon


desarrolla la “Psicología de las masas” (título de su libro publicado en París en 1895). El
sostenía que cuando un individuo forma parte de una multitud va hacia una regresión de la
actividad psíquica y por lo tanto no estaría en capacidad de poder decidir sobre conductas
que no realizaría en otras condiciones. Se trataría de una especie de anulación de la
personalidad y por el solo hecho de integrar un grupo el hombre descendería muchos
escalones en la escala de la civilización, convirtiéndose en un primitivo, en un bárbaro.

1
Entendida como cualquier acto de transgresión a la ley
Una concepción que muestra cuanto un individuo y su conducta resultan condicionados por
los demás, de hecho pertenecer a un grupo social lo inducirá a actuar de una determinada
manera. Esto será el punto de partida de aquellas concepciones que llegaron a considerar
no responsable al individuo, diseñándolo siempre como la víctima de una culpa social.

“Al respecto nosotros podríamos referirnos a los casos que se han dado en nuestro
medio, donde inclusive se registraron algunas muertes, luego de un encuentro
futbolístico, en los famosos enfrentamientos entre las “barras bravas”. De otro lado,
por ejemplo, en las marchas sindicales observamos como los manifestantes expresan
tanta violencia, que con seguridad, estando solos no lo harían. Cabe la siguiente
pregunta entonces, ¿ que pasó en cada una de las personas que ingresaron hace un
buen tiempo al Palacio de Gobierno, donde desenfrenadamente destruían todo a su
paso, rompieron los uniformes de la policía e inclusive ingresando al dormitorio de
estos continuaron con su desenfrenada violencia ? , hasta este punto podríamos
quizás aceptar la teoría de Le Bon y darle la responsabilidad a la sociedad, porque si
existen huelgas es la culpa del sistema social que no permite la posibilidad de la
igualdad y en consecuencia tenemos estas situaciones de continuo conflicto social”.

En 1890 el psicólogo Gabriel de Tardé, publica “Les lois de limitation” y sostiene que el
fenómeno psicológico de la imitación está en grado de explicar cada forma de relación
social y por lo tanto es uno de los elementos fundamentales del comportamiento normal y
aquel criminal.

“ Es evidente que en esta concepción es el individuo el que actúa; pero en términos


de responsabilidad, su conducta deviene de la sociedad de la cual ha recibido los
motivos para actuar y en donde ha encontrado los modelos a imitar .Estos conceptos
han sido bastante estudiados por Bandura quién reconoce el poder de la imitación y
técnicamente lo denomina Condicionamiento social, donde plantea que son los
modelos de conducta que tenga un niño, los que determinarán el comportamiento
futuro de este”.

En consecuencia de una parte tenemos una concepción rígidamente biológica que pone en
la estructura del encéfalo anómalo la explicación científica del comportamiento criminal, de
la otra parte, una concepción que pone en la dinámica social el origen del mismo
comportamiento.

En el ámbito de la biología es necesario relevar la importancia de la investigación, que


liga la genética a la violencia y al comportamiento criminal:
Separando en ratas por varias generaciones, los sujetos agresivos de aquellos menos
agresivos y apareándolos entre ellos, se concluyó por tener dos líneas con expresiones
conductuales del todo diferentes.

En el hombre se ha puesto mucha atención a la situación cromosomática de la doble yy,


cuando se presentaba en lugar de la relación normal de una xy en el varón, al presentarse
una xyy; estaría predeterminada una anomalía conductual: en 1965 Patricia A Jabobs,
asoció tal situación genética al retardo mental y a una propensión a la violencia y al
crimen.

Un orientamiento, igualmente importante es aquel que ha ligado las hormonas a la


violencia y a la tendencia homicida. La testosterona tiene una función importante en el
comportamiento agresivo, dado que está presente en mayor grado en el varón, respecto a la
mujer, y en esta comparación el varón siempre resulta mucho más agresivo. En varones
sujetos a castración esta diferencia disminuye notablemente, de otra parte modificando el
nivel hormonal de la mujer de acuerdo a parámetros masculinos, se ha podido evidenciar
en ellas una agresividad de tipo varonil.
Existen también algunos estudiosos que sostienen que niños nacidos de madres que
durante el embarazo habían recibido, por cuestiones clínicas, un tratamiento con hormonas
de progesterona o estrógenos, presentaban actitudes agresivas diversas de niños nacidos de
madres que no habían consumido tales hormonas.
Otro aspecto a nivel biológico se basa en el descubrimiento, de que en la anatomía
encefálica se encuentran estructuras que sobre entienden la actividad agresiva y por lo
tanto, los comportamientos de tipo homicida. Si en las ratas se extirpan los bulbos olfativos,
aumenta la posibilidad de las respuestas agresivas, también una lesión al hipotálamo facilita
las respuestas agresivas; en este caso a través de una mayor sensibilidad a los dolores y a
los estímulos sensomotores.

Particular atención se ha dado después a los neurotransmisores cerebrales, sobretodo a la


serotonina. Una reducción en la producción de esta, origina en ratas y gatos una mayor
impulsividad y por lo tanto, respuestas agresivas bastante altas.

También el lóbulo temporal y los frontales, han demostrado tener significación para que se
de el comportamiento agresivo y este concepto a tenido una aplicación histórica en el
hombre, al respecto el Neurólogo A.G. Egas Moniz (Nobel de Fisiología en 1949)
introdujo la “Lobotomia Pre-frontal” que consistía en la extirpación del lóbulo frontal o en
todo caso en la recesión de las fibras que lo ligaban a las otras estructuras. De este modo se
obtenían variaciones en la afectividad y en la reacción a los estímulos medio ambientales y
en los casos de comportamientos violentos, se observó una reducción hasta llegar a su
desaparición.

Estas correlaciones entre elementos biológicos y conductas violentas no significan haber


encontrado la razón del crimen, sino que, simplemente se han planteado algunos factores
que cumplan un rol en su manifestación. Sobre el versante de la culpa social, a los
observaciones de De Tardé y Le Bon , se suman otros análisis, de los cuales emergen
correlaciones que resultan igualmente importantes, entre los factores sociales y la violencia
y por lo tanto entre clases sociales y el riesgo criminal.

Respecto al suicidio, que se entiende como un comportamiento violento contra nosotros


mismos , se ha demostrado que existe una enorme influencia de la imitación; ya con la
publicación de “Dolori dei Giovani”2 , de Werther Goethe en 1774; una novela breve, en el
que el protagonista se suicida de una bala en la cabeza, se habló del efecto Werther,

2
Los dolores de los jovenes
después que en toda Europa la lectura del libro impulsó a varios jóvenes al suicidio, al
punto que en Lipsia fue prohibida, e inclusive en Milán fueron destruidas varias de estas
obras.

Estudios mas controlados y con análogos significados, han estado desarrollados en 1981
por S.K. Littman ; en una investigación referente a suicidios ocurridos entre 1954 y 1977
en la ciudad de Toronto, encontró relación entre el número de estos suicidios con el
número de artículos publicados en la prensa escrita, respecto a suicidios. En 1986 David
P.Phillips y L.L. Carstensen publicaron una investigación sobre el efecto que (entre 1973
y 1979), tuvieron en la frecuencia de suicidios de jóvenes, las noticias y las historias de
suicidios transmitidos en 38 canales de la televisión americana, en las semanas siguientes
a las transmisiones el número de suicidios aumentaba notablemente; respecto a la situación
habitual de dicho fenómeno. Siempre en el mismo año Madelyne S. Goold y David
Shaffer, refirieron que entre 1984 y 1985, se encontró en los adolescentes un significativo
aumento de suicidios en las dos semanas siguientes a la transmisión televisiva de películas
en la que de daban suicidios; con respecto a los casos registrados, en las semanas
precedentes a dicha transmisión.
Se trata de correlaciones, pero como en el caso de los elementos biológicos, no pueden
asumirse como factores causales definitivos; o en todo caso no pueden ser considerados
suficientes, para explicar el delito.

Conclusiones.-

1.- El comportamiento criminal, como cualquier otro, es el resultado de tres factores: |la
biología, en particular aquella del encéfalo ; la personalidad, donde se releva sobretodo el
primer periodo del desarrollo y por lo tanto depende bastante de la educación familiar y el
ambiente en el cual el individuo se desenvuelve , entendiéndose en sentido geográfico y
cultural.

“El comportamiento, por lo tanto, emerge de la integración de estos tres elementos.


Ignorar uno de ellos significaría caer en resultados parciales, o pecar de
reduccionistas. Si nos limitamos a la biología estaríamos en la misma situación
Lombrosiana, aunque en la actualidad se cuenten con datos más actuales, como
aquellos de las áreas cerebrales e inclusive de los neurotransmisores cerebrales que
regulan el funcionamiento del encéfalo”.

2.- Si nos limitamos a estudiar los factores macro ambientales, la ciudad y su dinámica, la
sociedad y sus estructuras de gobierno y los principios que regulan la vida civil, se caería
en un reduccionismo, sociológico y por lo tanto en la concepción que reduce el
comportamiento a las influencias externas al individuo.

“De otro lado si nos limitamos a estudiar las relaciones madre-niño o padre-niño, se
caería en la reducción psicologista, según el cual el comportamiento es el resultado de
algo que se fijó en los primeros años de vida: una especie de sello, que terminará por
inducir el comportamiento y estaríamos en este caso, aceptando la premisa
psicologista”
3.- Resulta fundamental considerar siempre estos tres elementos frente a cada caso; a fin de
encontrarnos con interrogantes a los que se debe dar respuesta con el auxilio de las técnicas
más avanzadas. Cada delincuente sirve simplemente para delinear algunos
comportamientos que en una determinada sociedad son considerados fuera de la Ley, por
lo tanto perseguidos y castigados; este tipo de estudios comporta análisis técnicos que
permitirían ubicar a la Criminología como una ciencia, en caso contrario resultaría ser
cualquier otra cosa y menos una ciencia objetiva y concreta.

LA PERICIA PSIQUIATRICA FORENSE.-

“Antes de continuar con esta parte de la presente traducción consideramos necesario


señalar lo referente a la normatividad legal que regula la ejecución del trabajo
pericial; en nuestro medio la pericia, podríamos decir, que parte de las causas de la
justificación de la antijuricidad, y es señalada en el Art. 20 de nuestro Código Penal
vigente. Y todo lo concerniente al nombramiento, obligaciones, informes y honorarios
profesionales se encuentra normado en el Capítulo VI, Art.160 al 169 del Código de
Procedimientos Penales; donde en primer lugar se indica que será el señor Juez quien
nombrará a los peritos, dándose cuenta al inculpado, al Ministerio Público y a la parte
civil”.

El hecho de que exista un criminólogo no significa que este cuente con un saber específico
que lo diferencia de quien se ocupa del comportamiento en general, por ejemplo del
psiquiatra. En el estudio criminológico se trata simplemente de aplicar los estudios sobre
las conductas, pero contrariamente a una finalidad terapéutica, está dirigido a evaluar
problemas de responsabilidad, enmarcada en la normatividad propia del sistema jurídico.

De estas apreciaciones deriva la pericia, que comprenderá el analizar los tres elementos
que definen un comportamiento criminal, que podría ser un homicidio, por ejemplo, o
cualquier otro delito previsto en el Código Penal, sobre esta base resulta cuando menos
absurdo que se pueda distinguir entre pericias de oficio (dispuesta por el juez) y la pericia
de parte (solicitada por la defensa). El termino “de parte” expresa ya la manipulación que
cada perito puede hacer, en el análisis de ciertos comportamientos que, por el mismo hecho
que debe estar en sintonía con una tesis jurídica de acusación o defensa, termina siendo
falsa, porque resulta guiada no de criterios técnicos científicos o de evaluaciones de los
elementos que determinaron el comportamiento, sino simplemente de la necesidad de
sostener una Subespecie (pseudo -científica) de tesis jurídica.

“Al respecto, nosotros consideramos que una pericia de parte, garantiza la correcta
aplicación de la ley, porque da la posibilidad de discutir un opinión diferente a la
oficial (debate pericial), siendo trascendental el sentido ético de cada experto, para
prevenir la manipulación.
De otro lado, consideramos pertinente proponer la definición de la pericia, y nos
parece la más acertada, aquella propuesta por nuestro maestro, el 3 Dr. Antonino

3
Médico Psiquiatra, docente de la Universidad Tor Vergata de Roma, Director Científico del Centro de
Estudio de Ps. Aplicada y ex director del Hospital Psiquiatrico Judicial de Castiglione Pelle Estiviere (Italia)
Jaría: “Es una elaboración técnica, motivada en hechos particulares que para ser
evaluados requieren de una previa experiencia”
Se dice una elaboración técnica porque, requiere una evaluación que implique la
aplicación de técnicas e instrumentos científicos, con una consistencia teórica que
garanticen los resultados, como por ejemplo, los test psicológicos, o como también
exámenes de la morfología y funcionalidad cerebral, como son la Tomografía
Computarizada y la Resonancia Magnética entre otros.
En la parte que se refiere a los delitos donde existan indicios de patología mental por
parte del autor, es lógico deducir que el juez deberá solicitar el trabajo pericial, a
efectos de poder determinar la existencia de esta y por tanto de la no responsabilidad
penal.
Como ejemplo podríamos señalar que se acostumbra a periciar hechos delictivos en
los cuales no existe una relación clara entre el móvil y el delito. Igualmente se
realizará este tipo de trabajos periciales en los denominados “Serial Killer” y en las
violaciones en serie, como fue en el caso conocido como el del “Monstruo de Parcona”.
Pero la pericia no solo se limita al campo del Derecho Penal, sino que también se
aplica en materia Civil, como es el caso de las adopciones y en los procesos en los
cuales se litiga por la patria potestad de un hijo, en los divorcios por causal de abuso
(especialmente maltratos de orden psicológico) , asimismo se recurre a ellas en
algunos casos de legados patrimoniales, en los que los herederos aducen la
incapacidad mental del causante, en detrimento de los derechos de los legítimos
beneficiarios.
La evaluación señalada, requiere de una experiencia previa, dado que el delincuente,
especialmente el habitual, tiende por naturaleza a la simulación, como a la
disimulación, por ende, a fin de que una peritación sea justa y objetiva, la experiencia
del perito, representa una garantía en el trabajo pericial; los advenedizos solamente
estarían entorpeciendo la justicia, contrariamente a la consecución de un criterio justo
de ley”.

Cada trabajo pericial, en cuanto al análisis de un comportamiento criminal, debe estar


dividida en tres partes; la primera tiene que ver con un análisis biológico, en particular a
nivel encéfalo; la segunda será un estudio del desarrollo de la personalidad del sujeto y la
tercera comprenderá un estudio profundo del ambiente y de las dinámicas sociales dentro
de los cuales el sujeto ha vivido y expresado su conducta delictiva.

Análisis Biológico.-

Para este primer parámetro, se deberá hacer uso de técnicas de análisis del cerebro más
avanzadas como la tomografía o emisión de positrones (PET) y de la Resonancia magnética
Nuclear (RMN), que permiten evaluar las funciones dinámicas superiores y por tanto
informarnos de la existencia de modificaciones importantes, como por ejemplo una
reducción en la actividad cerebral o de signos de una atrofia cerebral. De otro lado, no se
deberán descuidar anomalías en otros órganos que podrían indirectamente influenciar las
conductas, inclusive este análisis debería comprender la evaluación, hematoquímica4, a fin
del descarte de enfermedades sistémicas, metabólicas y otros.
4
Exámen químico de la sangre
Análisis Psicológico.-

Este análisis se basa en una profunda evaluación del primer periodo de vida del sujeto y
por lo tanto significa explorar las características relevantes relacionadas al ámbito familiar,
así como de las figuras presentes y más significativas durante su desarrollo.

“ Mas allá de profundizar en el conocimiento de la personalidad del evaluado desde el


punto de vista histórico (anamnesis) , se debe analizar esta estructura con
instrumentos adecuados, como son los test y las escalas de medición, pero que tengan
consistencia científica como podrían ser la escala de inteligencia de WECHSLER, el
Psicodiagnóstico de H. Rorschach, el Inventario Multifásico de la personalidad
(MMPI), etc . Todos estos elementos permitirán que el evaluador pueda tener acceso
al funcionamiento psicológico integral del examinado por ejemplo darnos cuenta
sobre el tipo de inteligencia prevalente en este, que podría ser teórico - abstracto ó
simplemente concreto, como también se podría deducir el nivel intelectual que le
corresponde y en función a esto estaríamos determinando si le corresponde la
responsabilidad penal o no.

Una situación que resulta relevante en la evaluación psicológica, es la información


referente al control y manejo de los impulsos, lo que comúnmente se entiende como el
temperamento , esta situación nos permite deducir la capacidad que tiene el
examinado para reaccionar frente a las situaciones frustrantes, puesto que según
LORENZ (en su tratado respecto a la Agresividad) plantea que la violencia deviene de
la frustración, porque cuando una persona no tiene como compensar la ausencia de
algo significativo para él, simplemente arremete, ya sea física , como también
psicológicamente. Este autor propone que son las primeras experiencias afectivas, las
que irán determinando las conductas agresivas, al punto que propone la siguiente
hipótesis: Cuanto más temprana es la privación afectiva en un sujeto, mucho mayor
será la probabilidad de que este agreda.
Al respecto resulta interesante también el alcance que nos hace el Profesor Vincenzo
Mastronardi, responsable de la Cátedra de Psiquiatría Forense de la Universidad La
Sapienza de Roma, cuando señala que en la evaluación pericial se debe tener en
cuenta la: Dinámica del Delito, es decir la forma como se desarrolló la figura delictiva,
puesto que la tipificación legal puede ser la misma pero la ejecución diversa. Por
ejemplo: una señora que se dedicaba a los abortos, luego de una intervención vio que
su “paciente” entraba en estado de crisis, la condujo inmediatamente a un hospital,
pero su victima perdió la vida, su delito responderá la figura legal Aborto seguido de
muerte. En otro caso un Médico que realizaba las misma actividad ilícita, luego de
una intervención similar no actuó llevando a su paciente a un centro hospitalario,
sino que desmembró el cadáver y los restos los disperso por diversos puntos de Lima;
la figura legal es la misma, pero la dinámica del hecho nos permite inferir las
diferencias conductuales entre ambas personas, porque mientras una asume su
responsabilidad, la otra trata de rehuirla, igualmente podemos tener noción respecto
a la presencia de patología a nivel de la personalidad, dado que por lo menos nos
llevaría , en el segundo caso, a sospechar de un trastorno de la personalidad
antisocial”.
Análisis Social.-

Este tercer elemento comprenderá ocuparse de los grupos a nivel macro social y ponerlo en
relación con las conductas específicas; será relevar la importancia del ambiente, es decir
una investigación social que podrá permitirnos tener una idea respecto a la percepción del
examinado frente a las normas y parámetros que regulan la convivencia social.

“De acuerdo a esto, es cierto que el grupo social determina en alguna medida la
conducta, pero se ha considerado ya líneas arriba, que inclinarse hacia la presunción
de que un solo elemento es el que determina el delito, sería caer en reduccionismos,
pero un ejemplo a este nivel nos ayudará a graficar nuestras apreciaciones, si un niño
desde temprana edad observa continuamente robos y agresiones, asumirá esto, luego,
como una situación normal, al llegar a la adolescencia no le extrañará desenvolverse
en un ambiente de ese tipo, si contrariamente un sujeto no está acostumbrado a este
tipo de vivencias , en manera natural rechazará situaciones donde este presente la
agresividad y la violencia”

Se trata por lo tanto de un trabajo bastante profundo que requiere estructuras y


competencias específicas para los tres pilares de investigación. Ha finalizado el momento
en que la pericia era llevada a cabo por un solo perito, dado que deben integrarse
competencias; lo importante es verificar que sean aplicadas todas las técnicas que
consientan una evaluación científica en el sentido actual del comportamiento.

En el pasado casi la totalidad de los comportamientos criminales eran agrupados dentro de


una categoría psiquiátrica, en los últimos años, la correlación normalidad-criminalidad
aparece con particular frecuencia, dado que la sociedad ha ido evolucionando al punto en el
cual las motivaciones para el crimen puede estar presente aunque en sujetos no
pertenecientes a ninguna categoría psiquiátrica.

La falsa percepción del futuro y la consiguiente dificultad para hacerse proyectos, la falta
de un código conductual que favorezca la ética, según las condiciones y circunstancias en
que se encuentre un sujeto; el modo particular de percibir la muerte fríamente y no en su
sentido concreto, sino en aquellas formas espectaculares, por tanto sin las connotaciones
dramáticas y emotivas que le corresponden, son solo algunos de los factores característicos
del tiempo presente, que podrían favorecer el riesgo de los actos criminales.

“Inclusive en la actualidad los medios de comunicación transmiten violencia casi de


manera cotidiana, dado que una cosa es informar respecto a una situación delictiva
(asaltos, secuestros, homicidios ,violaciones), y otra cosa es traficar con la
información especialmente la denominada “prensa amarilla” o “ prensa chicha”, al
respecto a manera de ejemplo podríamos hacernos la siguiente interrogante : ¿ qué
hace más daño a una persona, enterarse que su menor hija ha sido víctima de una
agresión sexual violenta o el hecho de observar a la misma en una primera plana, tal
como quedó luego de la agresión? ; casos como estos nos hacen comprender que la
violencia ahora es cosa de todos los días y lo peor de todo es que empieza a ser
asumida como una situación “normal”, inclusive en algunos casos se ha llegado a
convertir a un delincuente en una especie de mito y por tanto quiérase o no en un
probable modelo a imitar, lógicamente que no estamos contra la libertad de
expresión , amparada por nuestra legislación, sino que nos dirigimos al libertinaje y al
abuso que se da en el hecho de comunicar”.

De hecho muchos homicidios verificados en los últimos años han sido llevados a cabo por
personas consideradas normales. Por ejemplo, Pietro Mazo (Italia), asesinó a su padres, en
complicidad de dos amigos; tanto este como los cómplices no estaban considerados en
ninguna categoría psiquiátrica ó Doretha Grameni (Italia), que junto a su enamorado
asesino a sus padres, abuelos y un hermano, resultó igualmente exenta de patología
psiquiatrica. De otro lado Jeffrey Dahmer, el “monstruo de Milwukee” famoso porque
después de asesinar a sus víctimas se los comía , luego de la evaluación respectiva se le
consideró exento de patologías de tipo psiquiátrica y finalmente el soviético Andrey
Cikatilo, que se confesó autor de 52 homicidios, no presentaba problemas de orden
psicopatológicos.

“En nuestro medio citaremos el caso de Nicolás Gutiérrez Mendoza , más conocido
como el “Monstruo de Parcona”, responsable de violaciones seguidas de muerte en
agravio de varias niñas, luego de la evaluación pericial correspondiente resulto exento
de patología mental que comprometiese su responsabilidad penal por tanto fue
sentenciado a cadena perpetua y actualmente se encuentra purgando su sentencia en
el E.P. de máxima seguridad “La Capilla”, ubicado en la ciudad de Juliaca”.

En conclusión se abre un capitulo importante que ve el crimen no solo como un síntoma de


una patología psiquiátrica, sino como una situación posible en una amplia gama de
ciudadanos considerados como normales y bajo este criterio de normalidad se encuentran
inclusive los crímenes más execrables, inclusive los homicidios en serie (Serial Killer).

RESPECTO A LOS DELITOS PASIONALES.-

Este tipo de hechos son clásicos en la historia del comportamiento criminal. Se caracteriza
por el hecho de presentarse en el ámbito sexual y por lo tanto tiene en modo directo un
contenido erótico. No hay duda que el acto sexual dirigido a la procreación o al simple
placer tiene connotaciones de conductas violentas. La penetración es siempre un acto que
produce dolor. Significativo resulta por ejemplo la desfloración que contempla como un
elemento ritual la sangre, prueba de la rotura del himen y por tanto de una violencia, una
violencia signo de poder, de posesión.

El delito pasional representa una extensión límite de la relación sexual que llega a la
posesión total y prevé la muerte. Dar muerte es una prerrogativa divina y cuando el
hombre mata se adosa un “poder” sobre humano. Es dable subrayar como frecuentemente
el instrumento usado para matar por la mujer sea el puñal, metáfora simbólica de un órgano
sexual siempre erecto, capaz de herir varias veces, prevalentemente en las zonas erógenas y
otras áreas del cuerpo. Resulta curioso que esta manera de realizar los homicidios haya
permanecido constante en la historia, no obstante el desarrollo de medios letales
extremadamente más refinados.
Inclusive en un delito de esta naturaleza, que cita el autor, como ejemplo, el homicida que
era un militar que tenia un arma de dotación, pero para asesinar a la esposa regresó a su
auto a fin de tomar un puñal. No considerado un arma ideal frente a la pistola que llevaba
consigo, fue impulsado a usar un instrumento más adecuado para el cumplimiento del rito
señalado líneas arriba.
Otras veces la posesión y por lo tanto el dominio total del hombre sobre la mujer, llega a
expresiones que nos hacen evocar ritos antiguos como cuando el cuerpo de la mujer es
devorado.
Es decir seccionado y luego usado como alimento, excluyendo solamente algunas partes,
otras veces se escogen solo zonas específicas como el pubis, o algunas partes de los senos,
como son los pezones. El acto de devorar el cadáver nos lleva a las antiguas ceremonias en
la cual se incorporaba la potencia de las víctimas. Esto concuerda con lo planteado por
Freud, referente al hecho de que en los grupos primitivos cuando los hijos no soportaban las
prohibiciones de sus padres, los asesinaban, pero decidían a la vez devorarlos a fin de
incorporarse la fuerza de su víctima.

En un delito pasional está siempre presente el amor, aunque podría parecer paradójico
afirmar que se puede matar por un gesto de posesión amorosa tan grande que prevea la
incorporación de la víctima como parte de si. En los homicidios aludidos al “Monstruo de
Florencia” (Italia), una de las características que los asemejaba era la extirpación del
triángulo púbico de las víctimas femeninas o también de los pezones izquierdos, que con
bastante probabilidad formaban parte después de un “banquete”. Se trata de un acto de
amor llevado al límite de la sensibilidad humana, de lo absurdo, pero no muy lejos de
expresiones simbólicas usuales en los tiernos intercambios amorosos, cuando el amante le
dice a su amada: “te comería”, o cuando la amada le dice “cómeme”.

En esta atmósfera ritual la muerte tiene el sentido de una posesión total, como sucede en
ciertas sociedades dichas primitivas, inclusive en religiones occidentales evolucionadas y
como, por ejemplo, “el cuerpo y la sangre” de Cristo forman parte de un rito de salvación.

Ciertamente el homicida pasional no tiene conciencia de esto, lo que nos llevaría a


repreguntarnos hasta que punto se da la inconsciencia en un crimen pasional. El aura sacra
reclama muchas celebraciones donde la muerte termina por ser una ofrenda a Dios, una
expiración y por lo tanto a través del homicidio se obtendría la gracia. Se dió el caso de
un hombre que después de haber dado muerte a la esposa que amaba, indicó que lo había
hecho porque que tenia miedo de que fuese poseída por otro; siendo esto lo que lo
angustiaba antes del homicidio, señalando al perito al momento de la evaluación, con una
gran sonrisa: “Doctor siento que estoy curado, luego de haberla matado”.

Concluyendo: en los delitos pasionales falta el odio, en todo caso la llave de lectura es el
amor, un amor tal que tiene la necesidad de ser total y por siempre; aunque esto comporte
la supresión del objeto amado o la incorporación de éste dentro de si (simbólicamente
hablando), modalidad que la dejaría fuera del alcance de otros.

Una de las grandes enseñanzas que se obtiene al tratar con diversos casos de homicidios
pasionales es que la percepción de la muerte como luto y pérdida es bastante limitada,
podría afirmarse que hablamos de una muerte como la solución a un problema y como
muestra de amor.
También la conducta criminal, así como la “locura” sirven para comprender al hombre,
como si estuviéramos ante una ampliación de comportamientos que son conscientemente
ocultos. Así, para comprender mejor la posición de las víctimas, necesitamos recordar los
casos en los cuales el amante desea morir en el momento del orgasmo: una experiencia al
límite de la existencia, más allá de lo terrenal.
No resulta entonces totalmente infundado pensar que el incremento de los homicidios
pasionales puede ligarse a la búsqueda de ritos y por lo tanto de una cierta necesidad de la
religiosidad.

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