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UNIDAD TRES

ESTRUCTURA DEL SER HUMANO

El ser humano se diferencia de los demás seres por su capacidad racional, ésta cuenta con
dos facultades: inteligencia y voluntad. Gracias a estas facultades el ser humano es
conciente de que es conciente y es libre, es decir, no está determinado a ningún fin, ni a
ningún medio para llegar a los fines que se propone.

1. UNIDAD DEL SER HUMANO:

Hay diferentes concepciones con respecto a la composición del ser humano:

a. Postura materialista: señala que el ser humano está compuesto sólo por materia. El ser
humano sólo es su cuerpo.
Esta postura señala que la capacidad racional es causada por el cerebro, pero si observamos
con detenimiento las funciones que realizamos nos damos cuenta que el cerebro no puede
ser la causa exclusiva de muchas funciones que realizamos: reflexionamos, generamos
conceptos universales, somos creativos, libres, generamos sentimientos, tenemos una
concepción del tiempo diferente a la animal pues podemos voluntariamente pensar en el
pasado y planear el futuro, etcétera. Estas facultades no se explican sólo con la materia,
necesitamos que intervenga algo más, algo inmaterial, pues la materia está limitada a lo
concreto, a un espacio y a un tiempo determinado, está limitada a lo particular; en cambio,
gracias a la reflexión podemos salir de nosotros y vernos desde fuera; los conceptos
universales hacen a un lado lo particular y se quedan con lo general, con lo universal;
podemos autodominarnos, encausar los deseos y las emociones materiales hacia donde
nosotros queremos... ¿cómo generar estas funciones si el ser humano sólo fuese materia?
Yepes señala que la inteligencia es inmaterial puesto que es capaz de superar el tiempo,
pensar, querer, amar, etcétera

b. La postura inmaterialista: señala que el ser humano es sólo espíritu, que lo que pensamos
es cuerpo en realidad no lo es, sino es un elemento inmaterial.
Pero es evidente la existencia de lo corpóreo material, sin cuerpo no podemos ponernos en
contacto con el mundo, no podemos generar interioridad, ni tampoco podemos
manifestarnos.

c. La postura dual: señala que el ser humano cuenta con dos elementos, el cuerpo y el alma
racional inmaterial.
Esta postura se divide a su vez en dos: la dualista y la dual moderada.
c.1. La dualista señala que el ser humano es su alma, su cuerpo sería la cárcel. Esta
postura desprecia lo material, pero sin esta materia que nos compone, sin esta carga
genética ¿seríamos siendo nosotros?
c.2. La dual moderada señala que el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma
racional inmaterial. Para esta postura el ser humano es un cuerpo inteligente y una
inteligencia corporeizada, para ser un ser humano en concreto se necesitan ambos
elementos.

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2. INTELIGENCIA:

La inteligencia es el apetito racional, la inteligencia busca el conocimiento de la verdad.

El conocimiento es la posesión inmaterial de la forma de una cosa sin perder por ello la
propia forma y sin afecta la forma de lo conocido.

El instinto no es conocimiento. Es una tendencia que permite la sobrevivencia, tanto a los


animales como a los seres humanos, consiste en que todos los miembros de una especie
actúen de la misma manera ante determinado estímulo en determinada circunstancia. El
instinto no puede ser modificado, es una respuesta automática. El origen del instinto sólo
puede explicarse como una especie de memoria genética.

El conocimiento humano se distingue del conocimiento animal por lo siguiente:

Conocimiento animal
Genera una interioridad y una apertura mayor que la que poseen los seres vegetales, pero
menor a la que poseen los seres racionales.
El conocimiento animal es empírico, éste se genera gracias a una sensibilidad tanto externa
como interna. El conocimiento empírico es la forma más elemental de conocimiento. Pasos
que se dan en el conocimiento empírico:
Sensación: gracias a ella el animal capta las cualidades, los accidentes de los seres.
El órgano sensorial recibe un estímulo del exterior, éste estímulo es transmitido por
el sistema nervioso central al cerebro.
Percepción: por ella el animal relaciona los sensibles, los integra en un órgano
común: el cerebro.
Imaginación: el cerebro construye una imagen (táctil, olfativa, gustativa, auditiva,
visual) del sensible percibido.
Memoria: el cerebro conserva las imágenes.
Estimativa: Permite asociar estas imágenes, valorándolas como apetecibles o
desagradables.
De esta manera el animal puede actuar condicionadamente, es decir, sólo busca lo
apetecible y huye de lo desagradable. Esto lo puede hacer gracias a las funciones apetitivas
que son las tendencias que mueven al ser vivo hacia su autorrealización.
Las tendencias sensibles se dividen en dos apetitos:
Los irascibles: son los impulsos que dirigen al animal a un fin.
Los concupiscibles: son los deseos.

Conocimiento racional:
Genera una interioridad y una apertura mayor que el animal.
Este conocimiento tiene su origen en el conocimiento empírico, pero además interviene la
capacidad racional para generar el conocimiento racional.
Etapas del conocimiento racional:
a. Conocimiento empírico: El conocimiento racional parte de lo que generó el conocimiento
sensible.
b. Abstracción y formación de conceptos: A las imágenes construidas por el cerebro, el ser
humano le abstrae lo general, lo universal, y desecha lo particular, así forma los conceptos.

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c. Memoria racional: Estos conceptos son almacenados gracias a la memoria racional.
d. Juicio: Es un acto mental por medio del cual se unen (afirmando) o separan (negando)
los conceptos.
e. Raciocinio: Es un acto mental por medio del cual se unen o separan varios juicios y se
produce un nuevo juicio. Estos raciocinios pueden ser deductivos (van de lo general a lo
particular) o inductivos (van de lo particular a lo general).

El conocimiento humano genera el pensamiento, sus características son:


a. Ilimitado: es infinito, podemos pensar en todo lo real.
b. Alteridad: pensamos la realidad en sí misma, no con relación a nuestro estado orgánico.
c. Mundanidad: este pensamiento está contextualizado.
d. Reflexividad: se conoce a sí mismo.
e. Inmaterialidad: no material.
f. Unión con lo sensible: parte de lo sensible y puede regresar a lo sensible.
g. Universalidad: capta lo común, no se queda con lo concreto.
Las operaciones del pensamiento son:
a. Generación de conceptos. Producto de la abstracción o siempre aprehensión.
b. Juicio. Se reúnen y se conectan entre sí los conceptos, dando lugar a las proposiciones.
c. Raciocinio. Encadenamiento de proposiciones, lógicamente conectadas.
Los hábitos del pensamiento son dos:
a. Ciencia
b. Sabiduría
El pensamiento puede ser de dos tipos:
a. Teórico
b. Práctico

Gracias al conocimiento el ser humano puede generar interioridad y puede manifestarse, un


medio de manifestación es el lenguaje.

El lenguaje es exclusivamente humano, no instintivo. Comunica pensamientos,


sentimientos, etcétera, por medio de un sistema de símbolos producidos de manera
deliberada. La construcción de símbolos implica la abstracción, la conceptualización. Los
símbolos en concreto son un producto cultural, pero hacen referencia a un mismo concepto,
por eso es que se pueden traducir los diferentes lenguajes.
El lenguaje genera apertura. Gracias a él se puede manifestar el estado interior de los seres
humanos. Gracias al lenguaje se genera el diálogo, se genera la comunidad, la común-
unión.
Los animales no tienen lenguaje, la manifestación de su interioridad resulta del instinto, es
icónica, es decir, sólo se asocian estímulos, sólo se expresan necesidades orgánicas, el
número de mensajes que transmite es limitado.

3. VOLUNTAD

La voluntad es la apetencia del bien. La voluntad está determinada al bien en general, pero
no al bien en concreto. La voluntad está abierta a cualquier bien.

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La voluntad no actúa al margen de la razón, pues la inteligencia y la voluntad son dos
facultades de la capacidad racional que no están separadas en la realidad, sino que son dos
funciones de una misma capacidad, se distinguen con el objeto de estudiarlas.
Gracias a la voluntad nos inclinamos al bien conocido intelectivamente.

El ser humano actúa racionalmente de la siguiente manera:


a. La voluntad presenta un deseo racional que mueve al intelecto a presentar opciones
de bien.
b. Se valora y delibera racionalmente el bien a elegir.
c. La voluntad elige.

La voluntad es diferente al deseo animal porque éste solo valora en tanto apetecible o
desagradable. En cambio la voluntad valora racionalmente las opciones que le presenta la
inteligencia.

El bien es el objeto de la voluntad.

Existen dos posturas con respecto al bien:


a. Posturas del bien subjetivo: El bien es sólo lo placentero, el bien es lo útil, el bien es
producto del consenso, el bien es cultural... Estas posturas pueden resumirse en dos
máximas: la que señala que el ser humano debe seguir la moral dominante y la que
señala que el ser humano debe seguir su capricho. Las críticas que hace Spaeman a
la postura que señala que el ser humano debe seguir la moral dominante son tres: a.
una señala que no existe una moral dominante en una cultura determinada; b. que
los reformadores, revolucionarios, etcétera, indican que hay cambios en la moral de
las diversas culturas; c. además si existe una moral dominante en una cultura,
entonces no sería subjetiva. Y la crítica que hace Spaeman a la postura que señala
que el ser humano debe seguir su capricho consiste en que de ser así la vida en
comunidad sería imposible, pues cada uno seguiría su deseo, convirtiéndose la
comunidad en anarquía individualista.
b. Postura del bien objetivo: Es verdad que un tipo de bien es lo placentero, otro lo
útil, pero no todo bien se reduce a ello. Es verdad que muchas veces los consensos,
las leyes, las culturas señalan lo que es bueno, esto es así porque el bien se dice de
muchas maneras, es decir, existen muchos tipos de bienes, pero existen bienes
superiores y bienes inferiores. Esta jerarquización no depende de la cultura, sino que
objetivamente hay bienes superiores y bienes inferiores. A esto señala Spaeman que
“las coincidencias en las ideas morales de las distintas épocas son mayores de lo que
comúnmente se cree, pero son las diferencias las que nos llaman la atención porque
las coincidencias son evidentes. La experiencia de estas coincidencias morales
dominantes en las diversas culturas, de una parte, y el carácter inmediato con que se
produce nuestra valoración absoluta de algunos comportamientos, de otra, justifican
el esfuerzo teórico de dar razón de la norma común, absoluta, de una vida recta”. Es
verdad que cada ser humano actúa como quiere, pero para elegir mejor debe buscar
los bienes superiores. Dice Spaeman que “vivir rectamente, vivir bien, significa ante
todos seguir una jerarquía en las preferencias”. Esta jerarquía obedece al fin último
del ser humano: la felicidad. Esta felicidad no se logra aisladamente sino en
comunidad, y yo tengo que tomar en cuenta la felicidad de los demás, porque

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objetivamente todos los seres humanos tenemos la misma dignidad. ¿Cómo
conciliar mi bien con el del otro? Eligiendo los bienes superiores. El bien superior
es el bien común, el bien inferior es el egoísmo.

El bien común es el bien de todos y cada uno de los seres humanos tomando en
cuenta las generaciones futuras. Engloba y supera los bienes particulares. Respeta la
dignidad de cada ser humano y está encaminado al desarrollo de cada ser humano, a
la felicidad de cada ser humano. El bien común no está sobre los bienes particulares,
porque generaría totalitarismos. El bien común no es inferior a los bienes
particulares, porque generaría anarquía, individualismo, egoísmo.

El bien moral consiste en elegir un bien particular que no atente contra uno mismo
ni contra otro ser humano, es decir, que no destruya, dañe o impida el desarrollo de
cualquier ser humano; y que además, colabore al desarrollo integral de uno mismo y
de los demás. Para actuar bien es necesario: respetar al otro (reconocer al otro como
ser humano, como fin en sí mismo), sentir empatía (reconocer el sentimiento del
otro), sentir compasión (sentir con el otro), y amarlo (buscar voluntaria y
desinteresadamente el bien del otro como si fuese propio).
El mal moral consiste en elegir un bien particular que destruya, dañe o impida el
desarrollo de cualquier ser humano.

La libertad es la capacidad de autodominio, surge de la capacidad racional, es decir, surge


del conocimiento de la verdad, mientras más conozcamos la realidad más opciones
tendremos para elegir y mejores opciones elegiremos, y además, surge de la voluntad, de la
apetencia del bien, pues la libertad consiste en elegir entre dos bienes.

Existen tres posturas con respecto a la libertad:


a. Una postura señala que el ser humano no puede actuar libremente, que está
determinado. Estas determinaciones pueden ser causadas por agentes internos o
externos. Los agentes internos pueden ser: los genes, los instintos, el inconsciente...
Los agentes externos pueden ser: dios o dioses, los astros, cultura, los deseos, las
emociones...
b. Otra postura señala que el ser humano es absolutamente libre, que puede hacer todo
lo que quiere.
c. Otra postura señala que el ser humano puede actuar libremente, pero esta libertad
está limitada a las potencias materiales, además puede condicionarse ante los
factores externos e internos antes mencionados. Pero con educación en el
conocimiento de la realidad y en el ejercicio de la voluntad, estas condicionantes
pueden superarse. El ser humano nace con la capacidad de ser libre, pero el ejercicio
de ella depende de cada ser humano, mientras más conozcamos la realidad, y
mientras más aprendamos a ejercitar nuestra voluntad, más libres seremos. Una
acción libre es aquella que es producto de una deliberación.

La consecuencia de la libertad es la responsabilidad. Responsabilidad significa responder,


hacerse cargo. Nuestra libertad tiene un límite moral: el respeto a la dignidad del otro.

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4. AFECTIVIDAD

Los seres humanos podemos generar sentimientos cuando, gracias a la libertad, encausamos
nuestros deseos (apetito concupiscible) y emociones (apetito irascible) hacia donde nos
indica nuestra razón. Es indispensable vivir con pasión, pero no dominados por ella. Las
pasiones no son fines en sí mismas, tienen que ser encausadas por la razón.
La virtud se da cuando el ser humano se guía por su razón, no cuando se deja llevar por
ellas (sentimental), ni cuando las suprime (cerebral, fío, apático), sino cuando las encausa.
En los sentimientos se unen la parte corporal y la espiritual del ser humano, genera las
conductas del hombre, se manifiesta a través del lenguaje: de los gestos, del arte...

5. VIDA LOGRADA

El ser humano no es un ser acabado, no es estático, es un ser dinámico, que busca su


perfección. Esta es una tarea personal, en las manos de cada ser humano está el acertar o
fracasar en ello, depende de la libertad personal.

Para lograr la armonía que conducirá al ser humano a la felicidad, es decir, para llegar a la
vida lograda, a la plenitud del desarrollo de todas las dimensiones humanas, el ser humano
necesita: conocer la realidad, ejercitar su voluntad y ayudarse del sentimiento. Esto exige
una armonía del cuerpo y del alma. La mejor manera de lograr esta armonía es encargar a la
razón el mando sobre el resto de las dimensiones humanas puesto que la inteligencia es la
facultad superior y distintiva del ser humano.

El fin del ser humano es la felicidad. La consecuencia de la felicidad es la paz. Algunos


piensan que la felicidad consiste en el tener cosas materiales, otros en el placer, otros en la
fama y otros en el poder. Estos fines ayudan a obtener bienestar, pero no producen una paz
verdadera. La verdadera felicidad consiste en luchar todos los días por lograr la perfección,
esta perfección consiste en lograr una armonía integral y colaborar a que los demás logren
esa armonía.
Esto sólo se logrará si nos amamos a nosotros mismos y si amamos a los demás como a
nosotros mismos.

Si realmente nos amáramos buscaríamos la armonía, la plenitud de todas nuestras


dimensiones, sobre todo de las más perfectas: de la inteligencia y de la voluntad. Esta
perfección se logra por medio de los hábitos buenos, de las virtudes (intelectuales y
morales) que perfeccionan al sujeto. También tenemos que lograr un equilibrio en los
sentimientos: vivir con pasión, pero encausada por la razón. Y, también, debemos lograr un
equilibrio en el cuerpo: mantenernos sanos.
Cuando un ser se ama y vive en armonía puede amar a otro ser humano, este amor consiste
en buscar voluntaria y desinteresadamente el bien del otro como si fuese propio. Es decir,
consiste en colaborar con el otro para que ese otro pueda lograr esa armonía integral.
Para amar hay que amarse, pero el amor a uno mismo y el amor a los demás tienen que
darse al mismo tiempo, porque de lo contrario podemos caer o en el egoísmo (cuando nos
amamos por encima de los demás), o en el sacrificio mal entendido (cuando buscamos el
bien de los demás y nunca buscamos nuestro bien).

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Hay muchos tipos de amor: a Dios (sólo amamos a Dios si amamos a nuestro prójimo como
a nosotros mismos), a nuestros padres, hermanos, hijos, amigos, pareja, incluso a nuestros
enemigos... El amor es la máxima comunicación porque buscamos el bien del otro como si
fuese el propio, gracias al amor logramos la unión perfecta.
No es una pasión involuntaria, sino que depende del conocimiento y del ejercicio de la
voluntad, amar es una decisión, aunque debemos amar con pasión.
Para amar hay que saber ser agradecido ( reconocer el bien que se nos da y devolverlo con
otro bien cuando más se necesite) y perdonar ( el verdadero perdón consiste en desear y
buscar el bien del que nos hizo un daño).

Al amar trascendemos. Trascender significa ir más allá, salir de uno mismo, salir de nuestro
egoísmo.

UNIDAD CUATRO

1. EL SER PERSONAL DEL SER HUMANO

La definición de Boecio nos dice que una Persona es una “sustancia individual de
naturaleza racional”. Se refiere a las sustancias racionales, dueñas de sus actos, libres.

A continuación la explicación de los elementos de la definición:


a. Sustancia: Es sustancia en tres sentidos:
Porque es subsistente: existe en sí y no en otro
Porque es realidad de naturaleza: porque es portadora de determinada naturaleza
Porque es hipóstasis o substancia en sentido estricto: porque es sujeto de accidentes,
porque es la sustancia completa.
La sustancia no es esencia o ousía, sino que es sustancia porque es el sustrato último donde
recaen los accidentes.
b. Individual: Se refiere a que no puede ser asumida por otra sustancia. Es indistinto en sí,
distinto a los demás. Existe en sí y no en otro.
c. Naturaleza: Se refiere a la diferencia específica que informa cada cosa. Es la esencia
especifica que es lo que se expresa en una definición.
d. Racional: Se refiere a que cuenta con dos facultades: inteligencia y voluntad, y gracias a
ellas es libre, se autopertenece, y se domina.

Esto significa que el ser humano es persona. Es persona todo su ser (sustancia), no alguna
de sus partes, es persona cada ser humano (individual), es persona porque su diferencia
específica (naturaleza) consiste en poseer la capacidad racional (racional).

Persona es un término análogo. El término Persona se aplica a Dios principalmente, de


modo más excelente, pues es lo más perfecto. Es el Ser subsistente en la naturaleza
racional, en su esencia se encuentran todas las perfecciones. Cuenta con una inteligencia y
una voluntad perfectas.
El ser humano es un tipo de persona peculiar, pues no es perfecto y está compuesto de
materia y forma. El ser humano es persona porque fue creado a imagen y semejanza de
Dios en su inteligencia y su voluntad, por lo tanto, en su capacidad de actuar libremente.

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El significado originario de persona proviene del griego prosopa, esta palabra hace
referencia a las máscaras que se usaban en las comedias y tragedias para los seres dotados
de una dignidad especial.
Se aplicó el término persona a los seres racionales porque es de gran dignidad subsistir en
la naturaleza racional.
A todo individuo con esta naturaleza se le llama persona.
Una persona es tal por el sólo hecho de tener la capacidad de ejercer la racionalidad,
aunque no la ejerza en acto. Yepes señala: “El hecho de no ejercer, o de no haber ejercido
aún las capacidades propias de la persona, no conlleva que ésta no lo sea o deje de serlo,
puesto que quien no es persona nunca podrá actuar como tal, y quien sí lo es puede llegar
en el futuro a actuar como tal si tiene esa capacidad pues ya es persona”.

Notas que diferencian a la persona:


a. Intimidad: Es el grado máximo de inmanencia. Esto se logra gracias al
conocimiento (producto de la inteligencia) y al querer (producto de la voluntad).
Esta intimidad puede manifestarse o no mediante el cuerpo (la manifestación del
cuerpo se ve principalmente en el rostro, en la mirada), el lenguaje (al hablar se
exterioriza la intimidad, lo que pienso se hace público) y la acción. El tener
interioridad significa tener un mundo abierto en el interior y oculto a los demás.
Esta intimidad no es estática, siempre brotan novedades, es capaz de crecer gracias
a la creatividad.
b. Apertura: Sacar de sí lo que hay en la intimidad. Se manifiesta esta intimidad
gracias al cuerpo. El cuerpo es el mediador entre el dentro y el fuera.
c. La máxima apertura es la capacidad de dar: La persona es efusiva, saca de sí lo que
tiene en su interior. Esta capacidad de dar consiste en el amar. Es importante ser
agradecidos, ser capaces de aceptar esta dación del otro, de acoger la intimidad que
se nos da. El ser humano no se cumple en solitario, no alcanza su plenitud sino
dándose a los demás. Este darse es comunicativo, exige reciprocidad. Si no hay
otro, la persona queda frustrada. La persona se realiza como persona cuando extrae
algo de su intimidad y lo entrega al otro como valioso y ésta lo recibe como suyo.
d. Diálogo: Es el intercambio inteligente de palabras. Es un intercambio de la riqueza
interior de cada uno. Se da con otro, con otra intimidad. Es un encuentro con el tú.
Para que se de el diálogo es importante escuchar. Para dialogar es necesario el otro,
una persona sola no dialoga. La condición dialógica es comunitaria, social.
e. Libertad: El ser humano es dueño de su intimidad y de la manifestación de su
intimidad. Es dueño de sus actos, de su vida, de su destino.

2. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA

La persona posee una dignidad derivada de su capacidad racional. Esta dignidad significa
que merece ser respetada como lo que es, como persona. Es decir, a las personas se les trata
como fines en sí mismas, se debe respetar su búsqueda de conocimiento, y su capacidad de
elección, por tanto, una persona no puede ser manipulada.

La dignidad del ser humano procede en última instancia de Dios, porque Él nos creo a su
imagen u semejanza, sin embargo, podemos justificar la existencia de esta dignidad porque

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los seres humanos poseen la capacidad racional, y gracias a ella los seres humanos pueden
ser concientes de sí mismos y ser libres.

De esta dignidad surgen los derechos humanos.


a. Estos derechos humanos son universales. Los iusnaturalistas dirán que se
fundamentan en la naturaleza común a los seres humanos. Los positivistas dirán que
son universales porque son aceptados por una universalidad de seres humanos. En
realidad son universales porque surgen de una naturaleza común. Sin embargo, la
dignidad es un valor del ser humano en singular, la definición de persona nos indica
que se llaman así a las sustancias INDIVIDUALES de naturaleza racional. Esto
quiere decir que todos los seres humanos individuales y concretos son persona, y
por lo tanto poseen una dignidad especial, de la que se derivan sus derechos. Estos
derechos surgen de esta dignidad, pertenecen al particular, son subjetivos, los posee
todo ser personal con dignidad por poseer la capacidad de conciencia y de libertad.
b. Estos derechos no son históricos. Aunque la historia ha permitido que nuestro
conocimiento sobre la persona se afine.
c. La fundamentación de estos derechos no incurre en la falacia naturalista (que señala
que no se puede concluir un “deber ser” de un “ser”), puesto que hay un paso
intermedio, “la razón práctica” que al conocer la naturaleza y al experimentar
mediante la acción, puede concluir que los seres racionales poseen una dignidad
especial a la que le corresponden ciertos derechos para respetar esa dignidad.
d. Estos derechos son derechos naturales, innatos, anteriores a cualquier positivación.
Es natural el reconocer la dignidad y respetarla como principio.
e. Aunque la dignidad, en última instancia provenga de Dios, no es necesario afirmar
la existencia de Dios para fundamentar los derechos humanos... basta con el
encuentro con la persona para que el imperativo absoluto que se desprende de su
dignidad obligue al ser humano a respetarla.
f. No hay que confundir la fundamentación positiva con la fundamentación racional
de los derechos humanos. Es necesaria la positivación para su cumplimiento. Pero el
reconocimiento de la dignidad no puede depender de la positivación.
g. Hay que luchar por la dignidad y los derechos del ser humano, independientemente
a que se hayan positivado.

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