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Departamento de Historia
Licenciatura en Educación en Historia y Ciencias Sociales.
I. Introducción:
Tras 1917, Estado Unidos intento aislar a la potencia soviética implementando una
especie de cerco, sin embargo debido al atractivo que poseía el gran mercado
ruso para los países latinoamericanos, muchos incurrieron en acercamientos e
intentos de negociación, Chile no fue la excepción. No obstante, fue solo hasta
después de 1924 que los diálogos entre las naciones latinoamericanas y Rusia
adquirieron un carácter formal. “Al parecer se produjeron en ese tiempo
importantes ventas de salitre chileno. En 1927, en la cámara de los comunes un
representante del Ministerio de Guerra británico declaro que el Soviet había
1
El Mercurio, Santiago, 9 de marzo de 1930
comprado 50.000 toneladas de nitrato chileno por intermedio de la firma
Gugenheim de Nueva York y otras firmas2”.
2
Soto, Hernán. “Las relaciones entre Chile y la Unión Soviética. 1917-1947”. Instituto de Ciencias
Alejandro Lipschutz, julio, 1991. Pág. 11
caso es el periodo “El Mercurio” de Santiago. Además, constantemente se hará un
trabajo hermenéutico en base a bibliografía.
Ahora bien, antes de dar paso al inicio del desarrollo, es necesario aclarar que se
entenderá por discurso, en tanto el concepto ocupa un lugar estructurante en la
investigación. Una definición no pormenorizada de discurso sería considerarlo una
secuencia coherente de actos de habla que están entrelazados unos con otros.
Sin embargo esta definición es demasiado banal en el sentido de que no logra
reflejar la complejidad existente en el concepto. En este sentido, se planteará que
el discurso tiene, a lo menos, cuatro características constituyentes.
En tercer, se sostendrá que el discurso es una forma de acción; una actividad que
los humanos realizan de forma controlada, intencionada y con un propósito
específico.
3
Van Dijk, Teun A. “El discurso como interacción en la sociedad” en… Pág. 28.
4
Van Dijk precisa que el contexto es “la estructura de aquellas propiedades sociales de la situación
social que son sistemáticamente (es decir, no casualmente) relevantes para el discurso”. Op cit.
Pág. 33.
5
Op cit. Pág. 33.
Por ultimo, se afirmará que existe una relación directa entre ideología y discurso;
ya que la ideología es quien supervisa cómo los sujetos construyen discursos en
tanto miembros de grupos u organizaciones; debido a que estas sirven “para que
los grupos desarrollen representaciones compartidas, generales y mutuamente
coherentes en dominios grandes o problemas importantes de la vida social y
cultural”6. Asimismo, el discurso es necesario para la preproducción de las
ideologías.
Muy relacionado con lo anterior, “el proyecto político durante el gobierno de Ibáñez
fue revestido de un peculiar carácter que le dio una connotación especial a su
cumplimiento. Quienes lo apoyaron lo consideraron una labor patriótica, que
salvaría al país de los problemas que lo aquejaban (…) Toda oposición era vista
como contraria a la obra de reconstrucción nacional del gobierno, y solo pretendía
la subversión del orden público7”. En este sentido es apropiado destacar que
durante el periodo en que Ibáñez se encontró a la cabeza del Estado existió un
sistema organizado de represión en contra de grupos tales como anarquistas y
comunistas. Especial importancia posee la lucha de Ibáñez en contra de los
comunistas, debido al acercamiento que estos estaban teniendo con la Unión
Soviética. Durante, este periodo, “por una parte el PC vivió su primer periodo de
6
Op cit. Pág. 53.
7
Rojas, Jorge. “Dictadura de Ibáñez”. Editorial Universitaria, 1993. Pág. 23
represión y clandestinidad que continuaría y fortalecería respecto al partido, la
época fundacional de sacrificio y martirio propia del movimiento obrero desde que
sus primeras acciones costaran la libertad e incluso la vida a cientos de sus
integrantes. Por otra parte, un conjunto de factores condujeron a la transformación
de este actor político chileno con profundo arraigo en los sectores mineros y
obreros, pero con débil vinculación orgánica e ideológica con las estructuras
Kominternianas, en una disciplinada sección de la internacional Comunista8”.
Los años que abarca esta investigación, 1929 y 1930, son centrales en el proceso
de “bolchevización” del Partido Comunista chileno, lo cual se expreso
concretamente en el viaje que realiza el delegado de la SSA a Chile. “La
bolchevización del PC chileno realizada en esos años significo mucho más que la
sustitución de la estructura asambleísta del partido por una de células [y que un
apoyo económico] .Implico la intervención directa del Secretariado Sudamérica en
la definición de la línea política del partido y en la conformación de sus órganos
directivos9. Esto claramente se presento como un problema para el gobierno de
Ibáñez, debido –como mencionábamos anteriormente- a la presión que Estados
Unidos se encontraba ejerciendo para alejar a la URSS de América Latina.
8
Ulianova, Olga. “Chile en los archivos soviéticos 1922-1991”.Tomo I. Centro de investigaciones
Diego Barras Arana. LOM ediciones, 2005. Pág. 215
9
Op. Cit. Pág. 258
desde la derecha conservadora, totalmente negativa. Esto de cierta forma se
explica por la necesidad de deslegitimar a dicha potencia, en función de restarle
apoyo al Partido Comunista en Chile.
“Ha sido dictado un decreto, por el cual se dispone que las victimas de
los campesinos ricos sean consideradas como veteranos militares.
Esto indica la gravedad de las luchas que ocurren en miles de aldeas
entre los campesinos pobres y los ricos, pues estos últimos se oponen
desesperadamente a los esfuerzos que se hacen para comunizarlos”.
Tras presentar un escenario tan trágico, en marzo de 1930 publican una noticia en
que se comenta sobre Stalin y los actos de violencia cometidos por los
funcionarios de los Soviets.
Stalin señala con orgullo que la mitad del elemento campesino forma
parte ya del colectivismo pero deplora que se hayan empleado algunos
métodos para alcanzar los fines que se persiguen”10.
10
El Mercurio, Santiago, 4 de marzo de 1930
Uno de ellos dice que en febrero ultimo un centenar de miembros de
una secta religiosa sospechosos de incitar a la revuelta, fueron
obligados a cavar sus propias tumbas y a permanecer tendidos en ellas
hasta que murieron helados.
“una prueba evidente del menosprecio con que mira a los demás
países la URSS, se encuentra en el proyecto de desarme, presentado
por su delegados al secretario general de la Liga de las Naciones11”.
Y además agregan:
11
El Mercurio, Santiago, 3 de noviembre de 1929
“Es indudable que el Soviet necesita un periodo de paz internacional,
durante el cual se haga una propaganda conveniente y las
ramificaciones comunistas del Komintern dispongan del tiempo
necesario para introducirse en los organismos sociales y
administrativos de las naciones destinas a caer bajo el dominio
bolchevista”12.
Ante esta noticia, unos meses después, en un reportaje muy extenso, llamado “La
Rusia misteriosa y trágica de los Soviets. El poder militar de la URSS”, El Mercurio
postula:
“Creo firmemente que el fervor casi religioso con que los rusos
consideran los dogmas del comunismo hace que sea decididamente
imprudente que las demás naciones de desarmen hasta el punto de no
poder defenderse, mientras no haya una nueva confirmación de la
enunciada intención del gobierno de los soviets su interés en hacer
propaganda comunista por otros medios que no sean educacionales”14.
Por ultimo, la cuestión religiosa es el eje que más preponderancia tiene al interior
del discurso construido por El Mercurio. De hecho cada dos días
12
Ibid.
13
El Mercurio, Santiago, 9 de marzo de 1930
14
El Mercurio, Santiago, 28 de noviembre de 1929
aproximadamente aparecen noticias haciendo alusión al tema, aunque sean
informaciones de dos líneas. Así es posible encontrar titulares tales como: “La
persecución religiosa en Rusia” o “El pueblo que desea asesinar a Dios”.
Uno de los reportajes más extensos presentes al interior del diario se centra,
justamente, en la cuestión religiosa y tiene por titulo “La barbarie anti religiosa en
Rusia”. En este reportaje se pone énfasis en diversos casos de profanación a
Iglesias, ya que:
Además de presentar una lista bastante extensa de casos similares a las citados
más arriba, el reportaje realiza el siguiente cuestionamiento:
15
Ibid.
Soviet ordeno hace algún tiempo la apertura de las tumbas, en que se
custodian las reliquias veneradas de santos, patriarcas, zares, grandes
duques, boyeros, hombres ilustres, siendo todas motivo de burlas
soeces16”
“Bastara con citar el caso del Kremlin. Verdadero museo del arte y
verdadero asilo de la fe tradicional del pueblo y historia de los rusos.
Pues bien, poca cosa queda de él en la actualidad, porque ha sido
enteramente devastado”17.
Luego de imaginar este escenario dibujado por El Mercurio, no cabe más que
preguntarse ¿este discurso tiene alguna concordancia con la situación que
efectivamente se vivió en la URSS entre 1929 y 1930? ¿O es simplemente un
discurso ideológico que pretende deslegitimar el actuar de la Unión Soviética? La
respuesta a ambas interrogantes no puede ser un absoluto, en tanto la realidad
misma en un entramado complejo de factores que se influyen mutuamente.
Esta Gran Ruptura a la que se refiere Stalin, es tratada con bastante profundidad
por Orlando Figes en su libro “Los que Susurran”. Aquí el autor postula que:
Para los bolcheviques, los campesinos eran elementos sociales de los cuales se
debía desconfiar, ya que se encontraban muy arraigados al sistema tradicional.
Debido a esto, y en función de los planes económicos y políticos que poseía la
URSS, era necesario eliminarlos, no obstante, esta “limpieza” no se realizaba en
contra de todos los campesinos, sino que solo de aquellos que eran más ricos, es
decir, los Kulaks. “Stalin y sus seguidores optaron por una política de
colectivización masiva que les permitiera fortalecer el control del estado sobre la
producción de alimentos y extirpar cualquier amenaza Kulak de una vez y para
siempre20”. No obstante, para la fecha (1929-1930) la existencia de verdaderos
Kulaks era una ilusión, creada por los Soviets, en función de reclutar mano de
obra para los campos de trabajo. Tal como queda reflejado en la obra de Figes, la
mayoría de los campesinos, hacia finales de la década de los 20, eran personas
18
Figes, Orlando. “Los que Susurran”. Editorial Edhasa, 2009. Pág 151
19
Op. Cit. Pág. 145
20
Op. Cit. Pág. 149
pobres. Por lo que en varias ocasiones, la selección de los kulaks pasaba por
acuerdo entre los mismos vecinos o simplemente por el azar.
Por otra parte, la cuestión religiosa en Rusia fue un tema que levanto diversas
voces de protesta, sobre todo porque la mayor parte de la población campesina
era aferrada a ella. Como podemos apreciar en la siguiente cita, el “ataque a la
religión” vino de la mano con la colectivización agraria:
21
El Mercurio, Santiago, 29 de febrero de 1930.
22
“Toda religión no es nada mas que una reflexión fantstica de las mentes de las personas, sobre
las fuerzas externas que los dictan en sus vidas, una reflexión en la cual las fuerzas terrestes
toman la forma de fuerzas sobrenaturales”. Boobbyer. Citado en “The Stalin Era” de Philip
Boobbyer. Taylor & Francis Ltd. 2000. Pág. 169.
“Hay el más amplio respeto por todas las creencias y personas, pero
que es necesaria la clausura de las iglesias”23.
Palabras finales.
Ahora bien, llegados a este momento es preciso advertir que el discurso emanado
desde El Mercurio en relación a la URSS, posee un asidero en la realidad, en
tanto comunica hechos que recurrentemente ocurrieron y que marcaron
profundamente a la sociedad soviética. No obstante, se debe tener presente que
dicha construcción no es ingenua o azarosa, sino que responde al contexto en que
se publica dicho diario y a la intencionalidad de la línea editorial
predominantemente de derecha. Hacia la década de los treinta, como se pudo
observar, existía una proliferación del movimiento obrero y de los grupos de
izquierda, sobre todo del Partido Comunista, contra quienes lucho arduamente el
entonces presidente de la republica Carlos Ibáñez del Campo. De esta forma, es
posible afirmar que el discurso presente en El Mercurio, con respecto a la Unión
Soviética, respondía a esta necesidad de legitimar la desvalidación social hacia
cualquier opción de izquierda existente. En este sentido, El Mercurio genero un
discurso, en donde maximizó una imagen negativa de la URSS, enfatizando un
punto que seguramente fomentaría el desprecio de la sociedad: la religión.
Bibliografía:
23
El Mercurio, Santiago, 27 de febrero de 1930.
• Rojas, Jorge. “Dictadura de Ibáñez”. Editorial Universitaria, 1993
• Boobbyer, Philip. “The Stalin Era”. Taylor & Francis Ltd, 2000
Fuentes: