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LA DELINCUENCIA JUVENIL Y LOS VALORES SUBTERRANEOS Davi Marza nisi Cato Bakly) ‘GRESHAM: M, S¥KES Dermot Cote ‘Ler extcaiones acute sobre la deincucnci ele conentran prncpabnens on a gveracn da deinen nessa on fo que reipaca eu compartment tne obi oss nalre ubcontes Se peed armetar sh embarg etm sles eel linen extn mao moo corompida logue pt lo generel eer y que einen ered Drone de siaeme Heyes tele cise tea, Uta sve de valores supretanateSlevs sm my emis 8 8 Grecebies on ls sti ocoas dl sori donate, Paranal deecete en ge ‘os hace rere, bane expla protean de ses ro Ios etnvente como miambro de elas to ‘sade ce dotnovrcie noosa ss soils, LAS explicaciones actuales con respecto. a la Gelmevencia juvenil se pueden dividir, a grandes rasg en des tipos principales. Por un lado, la delincuencia |jwenil es vista como un producto de alieraciones de Ja personalidad o coafliotos emocionales en el individuo: por fur0 lado, He delincuencia se ve como consecuencis de personalidades relativamente normales expuesias # un fentorno social “perturbado” —especificamente, una subcultura corrornpida en la que el individuo aprende a ser Golincuente, al igual que otos sprender a respetar la ley Por desgracia, el conflicto te6rico enue estas dos posiciones se ha intensificado debido 2 que el orgullo profesional a veces lleva a. psicélog0s y sociélogos a Gefinirel problema como un conflicto entre las disciplines yy se atmen detras de sus posturas académicas respectvas, 'A pesar de muchos desacuerdas entre estos dos puntos de vista, se puede obtener una hipotesis que sea de apoyo comin, Se afizma que el éelincuente ests corrompido: 10 solo s0 canducta sino también sus norms fundamentales van en contra de le ley; ademas, sus acttudes y sus valores se oponen a Jos del orden social dominante, ¥ el orden sociel dominanie, mavoritariamente, resulta ser Ie clese media Hemos sugeride en un articulo anterior que esta imagen de los. delineuentes y le sociedad en general como ‘amagonisias puede ser engaiosa. Argumeniamos que ‘muchos delincventes son esencialmente el resuliado de le Sociedad en general, a} menos en lo que respecte al concepta de ta conducts infractora como “equivocada’, En vez de oponerse a las ideas convencionales de buena cconducta, el delincuente probablemente crea y se adhiera @ Jas nommat dominantes, pero. en Je practica. falla al adoptarlas, dado que sdquiere diversas actirudes y ppercepciones. que neurralizan las normas de comporamiente, Las “éonicas de nevtralizacion". tales como la negacion a la responsabilidad o la ereencis del, agravio come venganza legitima, lideren al individuo de Una gran parte del contol social. ‘Exe enfogue de la delincuencia concentra su atencién cn Je forma on ls que Jas intenciones de involuerarse en conductas delictivas se convierten en hechos. Sin embargo, deja sin respuesta una pregunta seria: ¢Que hace atractiva@ le delincuencia en primera instancia” Inciuso 8 se concede que las tecnicss de neutralizacion o algunas evesivas.similaes e ios conzoles sociales llamar el ‘camino para la delincuencia, sigue existiendo el problems Ge los valores « los fines subyacentes @ Ja delinevencia v la relaci6n de estos valores con los de le sociedad en general En pocas palabras. ete trabajo sastiene que (a) Ios valores eieamenls= relacionados con 1a delincuencia juvenil estin mucho ‘menos corrampidos que lo que cominmente se eree, y que (fo) Ia imagen errada se debe a uns burda simplificecidn del sistema de valores de la clase media 1.08 VALORES DE La DELINCUENCIA ‘Hay muchas teorias que describen el comportamiento de los delincuentes juveniles y sus valores subyacentes, con métodos que van desde la Observacién de los paricipantes Thasta Jas pruebas proyectivas. Aunque existen algunas diferencias imponantes de opinién en la interpretacion de este material, existe un consenso notable sobre el trasfondo real. Por supuesto, es posible delinear muchas Givisiones y subdivisiones en la clasificacién de estos patrones de conducta y los valores en los que se basan, ppero surgen tes grandes temas con marcads reguleridad. En primer Iugar, muchos observadores han sefalado que Jos delincuentes estan profundamente inmersos en una incansable bisqueda de emociones o disirutes. Muchos delincuentes afirman que buscan un estilo de vida aventurero, Las actividades que involucren muestras de audacia y que conlleven peligro son muy apreciadas, en comparacion con los patrones de comportamiento mis mundanos y rutinarios. Esta busqueda de emociones no se satisface ficilmente por medios legitimos tales como le recreacion organizada, segin ha indicado Tappan. El hecho de que une actividad implique quebrantar la ley es precisamente lo gue, @ menudo, fe infunde un aire de emocion © disfrute, En efecto, las emociones pueden definirse como "todo acto considerado come tabi que realza e iniensifica la experiencia y la diferencia tanto ‘como sea posible de Is rutna monétona de is vida cotidiana, Pero en cualquier caso, el estilo de vide del delinouente esté @ menudo repleto de aventuras que se ‘valoran por la estimulacién que proporcionan, Cabe sefalar que con la bisgueda d= peligro fisico,'lo prohibido la provocacién 9 las autondades. el Gelincuente no busca simplemente soportar los riesgos, sino también generar riesgos en un intento deliberado por estimular las emociones. Como ha sedalado Miller, por ejemplo, en su, estudio de Roxbury, “para _mucbos delincuentes el ritmo de vida oscila entre Jos periodos de actividades rutinarias y relativamente repetitivas, y la bisqueda de sitaciones de mayor estimulacion ‘emocicnal". La emocion, enionces, —que varia desde rifias callejeras entre bandas’ y juegos con automéviles Iraste el consumo de drogas— no es slo un mero producto ‘incidental, sino una fuerza motivadora importante En segundo lugar, Jos delineuentes juveniles cominmente demuestran desprecio por adaptarse al ambito de trabsjo. Los objetivos ocupacionales relacionados con un trabajo estable © el progreso ‘cuidadoso tienden a ser insuficientes; en su lugar, nos ‘encontramos con una serie de objetivos a la deriva o svetes de grandeza por lograr el éxito a corto plazo. Ahora bien, las méximas de Benjamin Franklin imiplican una profunda fe o guizé une cierta ingemuidad, para creer que el wabajo duro en el rango inferior de ls jerarquia ‘cupacional es un camino seguro hacia el éxito mundano, El delincuente se describe tipicamente como la eleccién de foto camino, ya sea racional o irracionalmemte. La argucia Je manipulacién —que pueden interpretarse como adopeiones del comportamiento de los trabajadores sociales— 0 formas més elaboradas para "abrirse paso", ‘menudo en comparacion con Ja obtencién de un trabajo liviana que se cree que esté disponible sdlo para aquellos con conexiones influyentes: todo esto es visto como métodos de explotacién del entomo social, sin nevesidad de un arduo trabajo, y se les confieren un alto valor. Le simple expropiacién debe ser incluida, por supuesto, en forma de hurto, robo, etc.; pero es sélo un camino de una vveriedad de maneras de "teprimenda" y no tiene por qué conllevar un gran prestigio ante los ojos del delincuente, De hecho, hay alguna evidencia de que. entre algunos delincuentes, los robos y los asaltos en realidad pueden ser ‘considerados como la falta de ingenio o habilidad. Una ‘vide de comodidad sobre la base del proxenetismo o los Juegos de azar puede ser celebrada como una meta mucho mis admirable En cualquier caso, el delincuente por lo general esté convencida de que el trabajo es para estipidos y evita, si puede, el régimen de la fébrica, el comercio y Ta oficina, ‘Algunos escritores han relacionado ef desprecio del delincuente hacia el trabajo con el desdén hacia dinero. Se cree que Ia actividad delictiva en gran medida no es de ccerdeter utlitario y el delincuente repudia las aspiraciones materiales de la Sociedad en general, lo que lo protege contra le inevitable frustracién. Aliora bien, es cierto que los ataques de} delincuente contra ls propiedad son a ‘menudo una forma de juego, como ha seielado Cohen, en lugar de un medio para un fin material. También es cierto que el delincuente no se ve. atraido por Ia lente acumvlaci6n de recursos financieros. Sin embargo, en Juger de decir que el delincuente se muestra con desdén ante el dinero, seria més exacto decir que el delincuente, a su manera, estd profunda y constantemente preocupado por el problema del dinero. El delincuente quiere dinero, probablemente no mens que el qué respete Ia Tey, pero sin considerar la posibilidad de realizar un plan de ahorros 0 de agin objetivo a largo plazo. Més bien, e} dinero es, por Jo general, algo que se debe derrochar en gestos de generosidad. un pawrén de evidente consumismo. El objetivo es obtener répidamente grandes cantidades de dinero, por lo que el delincuente emplearé, en lo posible, ‘medios legales y, de ser nevesario, medios jlegales. Dado {que los medios legales tienden a ser considerados come ineficaces, no es casual que la “inteligencia” sea una caracteristica de suma importancie para le perspective de Vide del definonente: “La inteligencia implica capacidades como la astucia, a artimage, la perspicaci, ete En tercer ugar, una cause de le delineuencia juvenil 6 entra en Je violencia. Resulta més ficil creer que la violencia es causante de la alienacién del delincvente regpecto a la sociedad en general. Le agresién fisica y verbal son temas trllados, y es comiin hacer referencia a ia hostilidad bésioa del delincuente, su odio y su deseo de provocar agravio y destuccién. ‘Cusndo se analizan las pandillas juveniles en los barrios marginales de las grandes ciudades, se recalea particularmente la predisposicién del delincuente para la, agresién. En estas pandillas, se encuentra la Iuche “territorial” y las peleas violeatas que forman tales elementos distintivos en la representacién de la delincuencia. Como ban seftalado Cloward y. Oblin, podemos-eaer-en-el error de afirmar que estas. pandillias delietivas son patrones comunes 8 todos Jos delincuentes. Bloch y Niederhoffer han indicado que muchas de las nociones actuales con respecto a las pandillas delictivas no sirven de aporte al andlisis y deben revisarse, Sin embargo, 2] empleo de Ia violencia por parte de pandillas delictivas para hacerse respetar, 0 como demostracién d= valor, parece representar una forma extrema de rudeza y, por lo tanto, masculinidad. Este concepto es moneda comin entre los delincventes. El concepto de machismo bsjo ese término, en eb proceso de adultez y la capacidad de solucionar situaciones, es ajeno al delincuente medio. En resumen, a delincuencia juvenil aparece impregnada por un conjunto de valores que se pueden caracterizar come la bisqueda de disfrutes, el desprecio por el trabajo y €) deseo de generar dinero por la via fécil, ademés de la Concepcion de le agresién como prueba de masculinidad. Ya sea que estos valores sean vistos como expresiones ppatoldgicas de una personalidad distorsionada 0 como rasgos de una subcultura -delictiva, se toma como indicative de la tergiversacién delictiva de la sociedad dominante, El delincuente, segin se dice, se aparta de. la sociedad dominante no sélo por su comportamiento ilegal, sino también por sus valores basicos. LA DELINCUENCIA Y ELOCIO § Le tergiversacién de los valores del, delincuente, primera vista, podria ser incuestionable. Cuando examinamos estos valores un. poco mag de cerca, puede impresionarnos la similitud con jos eédigos del caballero ocioso”. que describe Thorstein Veblen. El énfasis en la andacia y Ja aventure, el rechazo de la disciplina prosaica ante el trabajo, el gusto por los Tujos y ef consumo ostentosc, y el respeto a Jos mayores mediante la demostracién de la fuerza: todo encuentra un prototipo en sa imagen sarcéstica de una elite ociosa, Lo que 10 es familiar es el modo de expresar estos valores, a saber, 1s elincuencis. La calidad de los valores queda opacada por su contexto, Cuando ia "audacia se traduce, por ejemplo, cen actos de osadia de adolescentes contra adultos con una ‘autondad aceptada, tendemos 2 ver sélo el alarde de la autoridad y no el valor que posiblemente esté involucrado. * Miller, opi Tenemos Ja sospecha de que si Ja delineuencis juvenil fuera altamente apreciada por Je sociedad dominante — como € el caso en la tergiversacion de prisioneros de guerra o combatientes de Ia resistencia que se rebelen ‘conta Jas normas de sus apresores—, Ia interpretacidn de | naturaleze de Ja delincuencis y el delincuente podrian ser muy diferentes. En cualquier caso, Jos valores de una clase ociose parecen estar prescnics en la mayoria de las actividades ‘delictivas. Sin embargo, el orden social dominamie ‘considers este tipo de expresiones como brutales 0 pervertidas. Curiosamente, el propio Veblen vio una similitnd entre las personas enriguecidas, Ia, Personificacion de le clase ociose, y el delincuente, *E) ‘hombre enriquecide ideal es como ef delincuente ideal, — dijo Veblen— en su conversién sin escripulos de bienes y servicios para su propio fin, y en una total indiferencia por Jos semtimsientos y los deseos de los demas y de los efectos més remotos de sus acciones. Para” Veblen, este ‘comparacin probablemente no sea més que una parte de] atague polémico sobre la iresponsabilidad y las prelensiones de Jos gobernantes en uns sociedad industrial, Y no esta nada claro Jo que Veblen entiende por delincuencia, No obstanie, su comparacién punzante spunta a une ides importante. Hemos asumido con ‘demasiada facilidad que el delincuente tiene los valores tergiversados. en contraste con ls sociedad en general. Esto se debe, en parte, al hecho de que hemos tomado une visién demasiado simple del sistema de valores de las personas que supuestamente respeian Ja ley. En nuestro aff por crear uns norma con la que se pueda medir diche tergiversacidn, hemos reducido el sistema de valores de toda la sociedad a le de la clase media, Hemos ignorado tanto el hecho de que la sociedad no esta compuesie exchusivamente por la clase media como que Ta clase ‘media este Jejos de ser homogénes. En realidad. por supuesto, el sistema de valores de ccaalguier sociedad es sumamente complejo y no podemos resolver nuestos problemas en el andlisis de le Tergiversacién, tomando como referenciz una linea de referencia que, de hecho, no existe. No sélo las diferentes clases sociales difieren en sus valores, sino también hay diferencias importantes dentro de una clase por los diferemes origenes énicos. los movimientos entre las clases sociales. la regién. Ja edad. etc. Quiz mas importante atin. sin embargo. es la existencia de valores sublerméneos: valores que estin en conflicio o en competencia con otras valores profundamente arraigados, ETO que son reconosides y admitidos por muchos. Es fundamental sehelar que estes contradiceiones en las ‘valores ne son necesariamente Jos puntos de vista opuestos de dos grupos diferenies. También pueden existir dentro de un solo individuo y dar lugar a profundos sentimientos de ambivalencia en muchos ambiuos de la vida. En este sentido, los valores subterrineos son similares a los privados. dado que ambos se comtraponen 2 lz mora) ppblice, Son valores que el individuo tiene y cree, pero Que tatnbién son reconoeides come no del todo debidos. E) andlisis més sencilio es denominas dichos valores como tergiversados y acusar al individua con hipgcresie cuando ‘acitia en consecvencia, Le realidad social. sin embarge. es ‘algo més complejo que eso v no podemos tomar el mando en blanco y negra de los manuales del colegio como tn modelo exacto de los valores por Jos cuales viven los hombres ‘Ahora bien, Ja aventura como valor sin duda no proporciona el principio fundamental de organizacién del frden social dominante en la sociedad industrial modema, Esto es especialmente cierto en el mundo labore! diario, en el que la mayor parte de la actividad esta basada en la burocratizecidn y todo lo que eso implice, en Jo que respecte a la rutinizacién, estandarizacidn, etc, Pero esto no quiere decir que el elemento de la aventura sea completamente repudiado por la sociedad en general o que xno aparezca munca en la estructura motivacional de las personas que cumplen con la ley. En lugar de eso, parece que le aventura —es decir, la muestra de la audacia y la busqueda de emociones— es aceptable y deseable, pero sblo si restringe a determinadas circunstancias, tales como Geportes, recreacién y vacaciones. Sc he observado con frecuencia que las convenciones son, a menudo, visias como eventos sociales en los que los cénones convencionales de conducta Se interpretan con poco rigor. ‘De hecho, la mayorie de as sociedades parecen dar cabida, de una forma u otra, a los Satumales, una especie de anomia periédica en la que esté permitido que surja la baisqueda de emociones. En otras palabras, puede parecer que el cfudadano de clase media esti muy Iejos de los delincuemtes que estén a a caza de “emociones', pero ambos reconoven y comparten Ja idea de que vale Ix pena perseguir emociones” y, muchas veces, con la misma connotacién de sobrepasarse Jos limites, de preponderar la “diversion” ppor sobre Ja rutina. Dado que los miembros de la clase media —y otras clases— buscan sus eventuras en ef juego de azar, én los bares, en pasar le gran noche en la ciudad, ftc,, no podemos ignorar que esta busqueda se rige por el cio, mi pretender que se basa en valores notabiemente tergiversados. Los valores de la clase ociosa_ ban modificado cada vez més las actividades de muchos individuos en le sociedad dominante, aunque es posible que limiten su expresién con mayores recaudos de lo que To hace ef delincuente. Por Jo tanto, la biisqueda de aventuras, excitacién y emociones es un valor subterréneo que ahora s menudo coexisie con los valores de ta seguridad, a sistematizacién. cic. No cs un valor tergiversado, en cualgaier sentido pleno. pero debe dejarse en suspenso hasta que legue eb momento y las circunstancias adecuadas pare manifestar su expresion. Es obvio que esté involucrado algo mas que el sentido de idoneidad de! delincuente, pero también est claro que, en muchos casos, el delincuente sufre de on mal momento el mismo modo, considerar que lo sociedad dominante sth figada a pleno y sin cuestionamientos a la virus del trabajo arduo y al ahorro cuidadoso es distorsionar la realidad. Las nociones de "atraccién” y el trabajo liviano son muy comunes y Ja persona que entiende tales nociones no puede ser discriminado por el mero hecho de que algunos socidlogos han considerado conveniente recrear tune percepcién simplificada de Jos valores laborales de la sociedad. Como Chinoy y Bell, junto con un anfitrién de otros autores. han sefialado que las condiciones de trabajo en le sociedad modema han destruide concepciones anteriores de trabajo y hay fuertes presiones para defini el trabajo come un lugar donde uno gana dinero 0 mis répido y sencillo posible. Si el detincuemte Neva esta idea mas lejos de lo que muchos de los miembros de la sociedad estarian dispuestos a Ilevarla, no necesariamente se ha trasladado a una nueva esfesa de valores. En el mismo sentido, se puede argumentar que el apego al consumismo dificilmente haga que el delincuente se vee como un extrafo ante la sociedad dominante. Asi como "Inside dopester” de Riesman, "Organization man" de Whyte y "Fixer" de Mills en muchos casos describen un entorno més auténtico gue un obsoleto _concepto vieberiano, la imagen del delincuente como un derrochador parece més valida que una imagen de él como tun adolescente que he renunciado a las espiraciones materiales. Sugerimos que el delincuente es mucho més acorde a su poce. Tal vez sea demasiado estrepitoso suponer que, al igual que Lowenthal, “los idolos dol trabajo hart sido sustituidos- por os fdolos de! ocio".-Sin embargo, parece indudable que estamos asistiendo a un compromiso entre le ética protestante y una ética de ocio. E] delincuente no se aparta de la sociedad sino que se ajusta @ ella, cuando incorpora el "dinero grande” en su sisteme de valores. Por itimo, hariamos bien en cuestionar fos puntos de vista prevalentes sobre Jas actitudes de la sociedad con respecto a la violencia y le agresiOn. Se podria argumentar por un lado, que la sociedad dominante exhibe un gusto generalizada por la violencia, ya que las fantasias de violencia en los libros, las revistas. las peliculas y le television estan en todas partes al alcance de la mano. El delineuente simplemente traduce en comportamiento aquellos valores que le mayoria teme expresar. Por otre pare, la negacién a le violencia es sospechoss no solo porque las fantasias de violencia son de amplio consumto, sino también por la justificacién del empleo real de lz agresién y la violencia en la guerra los distarbios racials, Jos conflictos laborales ye) trato de los delincuentes rismos de parte de la policia. Hay numerosos ejemplos de la aceptacién de la agresién y la violencia por parte del orden social dominante Tal vez es mas importante, sin embargo, reconocer que Ja idea fundamental de la agresién como pruebe de durezt y masculinidad es ampligmente accptada en muchos juntos en el sistema social. Acciones como Ja capacidad de eniender y solucionar problemas, de defender sus erechos y su reputacién por la fuerza, y de demostrar su thombria por la dureza y el coraie fisico estin muy extendidas en la cultura estedounidense, No se puede descartat~tomando--nota~de~le—observacién-igwalmente ‘valida que muchas personas declaran que “los nifos decentes no pelean". El uso de fe agresién para demostrar la masculinided esta. por supvesto, restringido por rumerosas prohibiciones contra la violencia infundida, Ie Tacha "sucia" la iotimidacién, etc. Sin embargo, incluso si l espeetacula de la violencia se resiringe cuidadosamente tanlo por nifos como por adultos en toda la sociedad, existe un apoyo constante para la agresién que se manifiesta en las connotaciones despectivas de sobrenombres como "maricén" o "marica’.? En resumen, estamos argumentando que el delincuente no puede presentarse como un extranjero en el cuerpo de Je sociedad, pero puede representar una caricatura 0 un reflejo perturbado. Su vocabulerio es diferente, por cierto, pero los disfrates, los buenos momentos compartides y ¢] respeto tienen su contrapartida inmediata en el sistema de valores del que cumple con la Jey. El delincuente se he reeuperado e hizo hincapié en una parte del sistema de valores dominante, a saber, los valores subterraneos que ccoexisten con otros, valores proclamados puiblicamente que poseen un aire més respetable. Estos valores subterraneos, similares en muchos aspectos a los valores que Veblen’ atibuyd a una clase ociosa, vinculan al delincuente con Is sociedad cuyas leyes viola. Y sospechamos que esta puesta en comin de valores, este vinewlo-con el orden social -més- grande, faclita. la ‘reforma" fecuentemente observada de los delincuentes con la Tiegada de Ja condicién de adulto. A la objecién de que el comportamiento de la mayoria de Jos menores sin ineluir el comportamiento delincuente simplemente seria anslizedo como una extension del mundo adulto y no como un producto de una subcultura adolescente distinta, séio podemos coniestar que de eso se trata precisamente nuestra tesis. LA DELINCUENCIA Y LA CLASE SOCIAL, La persistencia de Ia suposicion de que el delinovente juvenil se desviari de la Jey en sus valores, asi como en su comportamiento, puede atribuirse en parte (sospechamos) a la gran cantidad de estudios que han indicado que los delincuentes estén desproporcionadamente representados en las clases bajas. En afios anteriores, era ficil creer que las clases bajas estaban apartadas de las clases soviales més altas en Ja mayoria de los’ atributos, entre ellos, la “jnmoralidad”, y que esta manche produjo una conducta delictiva. Los autores mas actuales han evitado este exror teanguilizador, pero, sin dejar de lado la creencia de que 1a delincuencia es un fendmeno predominantemente de la clase baja, no han dejado de buscar las caracteristicas peculiares de ciertos segmentos de la clase baja que podrian crear valores que estén en desacuerdo con los del resto de la sociedad y que fomenten la delincuencia ‘Sin embargo, desde hace tiempo, algunos criminélogos han expresado dudas sobre Ia validez de las estadisticas sobre la delincuencia y han sugerido que si todos. los hechos estaban al alcance de la mano. le tase de delincuencia en las clases bajas y en las clases por encima de ellos se encontrarla mucho menos divergente de lo que ahora aparecen, El tata preferencial de la policia y los wibunales y las medios de mejor calidad y més variados para el manejo del delinouente puede Hevamos a subestimar grevemente e} grado en que la delincuencia juvenil surge en lo que se denomina eufemisticamente "hogares relativamente privilegiados Dado e] estado actual de Jos datos en este ambito, es probable que sea imposible Ueger © alguna conclusién * Albert Bandura y Richarc Haig Walters, Adolescent Agression. Nueva York; Ronald Press, 1959, cap. 3 firme sobre esta cuestion. Sin embargo, um hecho parece bastante claro: la delincuencia juvenil se produce con frecuencia en las clases medias y akas, y los estadios recientes demuestran que existe un grado mayor de delincuencia en estos grupos que han sido estudiados en el pasado, Podriamos interpretar esto como muestra de que uestros métodos de investigacién han mejorado o que la elincuencia "de cuello blanco" es cada vez mayor. 0 tal ‘vez. ambas cosas. Pero en cuslgvier caso. lo existencie de Ja delineuencia juvenil en las clases medias y altas plantea un grave problema para las teorias que dependen de Ja privecion de estado. le desorganizacién social y similares variables explicatvas. Una solucién ha sido cambiar de objetivos en medio del sisiema de estratificacién, por asi

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