Señor Dios nuestro: tu Hijo Jesús ha des-
truido nuestra muerte y ha sacado a la
luz la vida inmortal; que tu misericordia
venga sobre nosotros, como lo espera-
mos de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LITURGIA EUCARISTICA
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón
de nuestros pecados y nos santifique en el cuer-
po y en el alma para que podamos celebrar dig-
namente las festividades de la Pascua. Por Jesu-
cristo, nuestro Señor.
Padrenuestro
Unidos a Jesús, que camina hacia la cruz, con-
fiando como él en el amor del Padre, nos a-
trevemos a decir: Padre nuestro…
Antífona de la comunión Mt 17,5
Este es mi Hijo amado, en quien me complazco;
escúchenlo.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Te damos gracias, Señor, porque al darnos en
este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hi-
jo, nos permites participar ya, desde este mun-
do, de los bienes eternos de tu Reino. Por
Jesu-cristo, nuestro Señor.
Lecturas para la Semana
Segunda semana del tiempo de Cuaresma
II Semana del Salterio
Lunes 21: Dan 9, 4-10; Sal 78, 8-9. 11. 13;
 Lc 6, 36-38
Martes 22: 1 Pe 5, 1-4; Sal 22, 1-6;  Mt
16, 13-19
Miércoles 23: Jer 18, 18-20; Sal 30, 5-6.
14-16;  Mt 20, 17-28
Jueves 24: Jer 17, 5-10; Sal 1, 1-4.6;  Lc
16, 19-31
Viernes 25: Gen 37, 3-4. 12-13. 17-28; Sal
104, 16-21;  Mt 21, 33-43. 45-46
Sábado 26: Mi 7, 14-15. 18-20; Sal 102, 1-
4. 8-12; Lc 15, 1-3. 11-32
Sugerencias para los cantos
Entrada: Oración del pobre, Perdona a tu
pueblo, Caminaré
Ofrendas: Trigo puro, Vino y pan
Comunión: Cristo está conmigo, Cristo nos
da la libertad, Dios es fiel
Final: Libertador de Nazaret
Avisos diocesanos
El próximo miércoles 23 de febrero a las 9:00
a.m. habrá reunión de vicarios en el arzobis-
pado de San Salvador.
El día sábado 5 de marzo será la reunión
men-sual de la Comisión arquidiocesana de
Segui-miento misionero, a las 10:00 a.m. en
la Pa-rroquia La Resurrección de la colonia
Mira-monte.
Notas litúrgicas
La Cuaresma: un tiempo de
preparación bautismal
Desde sus orígenes, el tiempo de Cuaresma
ha sido considerado como un período de pre-
paración para el bautismo, y para la renova-
ción de las promesas bautismales en la No-
che de la Pascua. Sería conveniente que to-
dos reflexionáramos en torno a este tema de
vez en cuando: nos preparamos para unir-
nos a Jesús en su Pascua y esto es precisa-
mente el bautismo (Cfr. Rom 6,3-11). Los
evangelios bautismales de los domingos del
ciclo A nos lo harán tener en cuenta de un
modo especial.
Por eso, también es deseable que no se
celebren bautismos durante la Cuaresma, y
se administre el sacramento especialmente
en la Vigilia Pascual y en los domingos del
tiempo pascual.
Tomado de Misa Dominical, Num 3, 2005
Centre de Pastoral Litúrgica, Barcelona
Comisión de Pastoral
MISALLitúrgica
DOMINICAL DE LOS FIELES
ArquidiócesisSEGUNDO
de San DOMINGO DE CUARESMA
Salvador(Morado) / 20 de febrero de 2005
2005
COMENTARIO A LAS LECTURAS
“Cristo y el Israel creyente”
En la montaña de la transfiguración aparecen guo Testamento aunque son hijos de Abraham.
junto a Jesús, personajes del antiguo testamen- Con Jesús y con personajes del Antiguo Testa-
to, descendientes de Abraham: Moisés y Elías; mento, aparecen en el monte de la transfigura-
todo el Israel creyente, todo el Israel que es- ción y Cristo en medio de ellos, resplandecien-
pera. Moisés es el signo de la ley; Elías es el te su rostro como el sol, blancas sus vestiduras
signo de los profetas. La ley y los profetas eran como la nieve. Es la figura de Dios hecho hom-
como la constitución de Israel. Lo que se ha- bre, lo testifica el Padre: ¡Este es mi hijo, el a-
bía escrito como alianza entre Dios y los hom- mado. Este es el prometido, este es el que yo
bres, lo que se había escrito como voluntad de dije que iba a ser fuente de bendición, descen-
Dios siempre activa a través de los profetas: diente de Abraham, en él serán bendecidas to-
“esto dice el Señor: conserven mis esperanzas, das las naciones! No se ha dado a los hombres
conserven mis promesas”. Y de esas esperan- otro nombre en el cual puedan ser salvos fuera
zas, vivieron todos los siglos anteriores a Cris- del nombre de Jesús, y Jesús aparece allí como
to. en una Pascua anticipada, como un resucitado
Y un día Cristo ya ha escogido a unos hom- que no tendrá ya nada que ver con la muerte y
bres que son del Israel de Abraham, pero que las miserias de la tierra.
ya van entrando al Israel del cristianismo. Pe- Mons. Oscar Arnulfo Romero,
dro, Santiago y Juan ya no pertenecen al Anti- Homilía del 19 de febrero de 1977
guo Testamento aunque son hijos de
MONICION AMBIENTAL
La Cuaresma es el tiempo favorable para la
conversión, en el que nuestra madre la Iglesia
nos presenta con mayor insistencia, toda una
serie de medios para salir al encuentro del Se-
ñor glorificado y de nuestros hermanos, con un
corazón transfigurado, renovado y solidario.
Por eso, queremos vivir nuestra celebra-
ción con la confianza puesta en el Señor, que
dirige con sabiduría los destinos de la huma-
nidad y nos invita a comprometernos en la
construcción de una sociedad más justa, que
refleje los valores del Evangelio. Con esa inten-
ción, iniciemos la Eucaristía dominical y cele-
bremos con alegría la presencia del Señor.
Antífona de entrada Sal 26,8-9
De ti mi corazón me habla diciendo: “Busca
su rostro”. Tu rostro estoy buscando, Señor; no
me lo escondas.

En el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén
Saludo:
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos
llama a la conversión, estén con todos uste-
des.
Acto penitencial:
Hermanos: En silencio, pidamos perdón al Se-
ñor por las veces que ha salido a nuestro en-
cuentro y no hemos sido capaces de buscarle
y reconocerle.
Tú que has sido probado con el sufrimiento:
Señor ten piedad
Tú que haces brillar la luz en nuestros cora-
zones: Cristo ten piedad
Tú que eres el resplandor de la gloria del Pa-
dre: Señor ten piedad
ORACION COLECTA
Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar
a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu pa-
labra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para
que podamos alegrarnos en la contemplación
de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Gen 12,1-4
M. Abraham, nuestro padre en la fe, fue esco-
gido por Dios como instrumento de bendición
para todos los pueblos de la tierra. En Jesús
de Nazaret, descendiente suyo, la humanidad
en-tera podrá contemplar la gloria de Dios y
re-cibir la bendición prometida.
Escuchemos.
Del libro del Génesis
E n aquellos días, dijo el Señor a
A-bram: “Deja tu país, a tu
parentela y la casa de tu padre, para ir a
la tierra que yo te mostraré. Haré nacer
de ti un gran pueblo y te bendeciré.
Engrandeceré tu nombre y tú mismo
serás una bendición. Bendeciré a los
que te bendigan, malde-ciré a los que
te maldigan. En ti serán bendecidos
todos los pueblos de la tie-rra”. Abram
partió, como se lo había or-denado el
Señor.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL Del Salmo 32
M. Invoquemos la misericordia del Señor, el
salvador de todas las naciones. Unamos
nues-tra voz al salmista y respondamos:
R. Señor, ten misericordia de nosotros
Sincera es la palabra del Señor
y todas sus acciones son leales.
El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades.
R. Señor, ten misericordia de nosotros
Cuida el Señor de aquellos que lo temen
y en su bondad confían;
los salva de la muerte
y en épocas de hambre les da vida.
R. Señor, ten misericordia de nosotros
En el Señor está nuestra esperanza,
pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo.
Muéstrate bondadoso con nosotros,
puesto que en ti, Señor, hemos confiado.
R. Señor, ten misericordia de nosotros
SEGUNDA LECTURA 2 Tim 1,8-10
M. En su segunda carta a Timoteo, el após-
tol san Pablo afirma que a través de Jesucris-
to, hemos sido llamados como Abraham, a con-
templar la gloria de Dios y la luz de la vida. Y
esto no por nuestros méritos, sino por pura
gracia de Dios. Escuchemos.
De la segunda carta del apóstol san Pa-
blo a Timoteo
Querido hermano: Comparte conmi-
go los sufrimientos por la predica-
ción del Evangelio, sostenido por la fuer-
za de Dios. Pues Dios es quien nos ha
sal-vado y nos ha llamado a que le
consagre-mos nuestra vida, no porque lo
merecie-ran nuestras buenas obras,
sino porque así lo dispuso él
gratuitamente.
Este don, que Dios nos ha concedido
por medio de Cristo Jesús desde toda la
eternidad, ahora se ha manifestado con
la venida del mismo Cristo Jesús, nues-
tro Salvador, que destruyó la muerte y ha
hecho brillar la luz de la vida y de la in-
mortalidad, por medio del Evangelio.
Palabra de Dios
Antes de la aclamación
M. Las palabras del santo Evangelio nos in-
vitan a reconocer a Jesucristo como el Hijo
amado de Dios, a quien debemos escuchar
pa-ra cumplir con la voluntad del Padre.
Reci-bamos esta Buena Nueva, aclamando
con jú-bilo al Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL
EVANGELIO
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del
Padre, que decía:
“Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO Mt 17,1-9
 Del santo Evangelio según san
Mateo
E n aquel tiempo, Jesús tomó
consigo a Pedro, a Santiago y a
Juan, el her-mano de éste, y los hizo
subir a solas con él a un monte elevado.
Ahí se transfiguró en su presencia: su
rostro se puso res-plandeciente como el
sol y sus vestiduras se volvieron
blancas como la nieve. De pronto
aparecieron ante ellos Moisés y Elías,
conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Se-
ñor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si
quieres, haremos aquí tres chozas, una
para ti, otra para Moisés y otra para E-
lías”.
Cuando aún estaba hablando, una
nube luminosa los cubrió y de ella salió
una voz que decía: “Este es mi Hijo muy
amado, en quien tengo puestas mis com-
placencias; escúchenlo”. Al oír esto, los
discípulos cayeron rostro en tierra, lle- vimos, oremos.
nos de un gran temor. Jesús se acercó a
ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no 6. Por nosotros, llamados a pasar de la oscuri-
teman”. Alzando entonces los ojos, ya no dad a la luz de la fe; para que no nos
vieron a nadie más que a Jesús. desanime-mos y confiemos en quien hace
nuevas todas las cosas, oremos.
Mientras bajaban del monte, Jesús (Pueden añadirse otras intenciones relacionadas
les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que con los sucesos de actualidad local o mundial)
han visto, hasta que el Hijo del hombre
haya resucitado de entre los muertos”.
Palabra del Señor
HOMILIA

CREDO O PROFESION DE FE

PLEGARIA DE LOS FIELES

Oremos al Padre, que dispuso darnos su
gracia por medio de Cristo. Responda-
mos diciendo:
Padre, escúchanos
1. Por la Iglesia; para que incesantemente se
reforme en sus instituciones y se renueve en
sus miembros, según el modelo que es Cristo,
oremos.
2. Por los que buscan a Dios sin saberlo y por
los que viven sin esperanza; para que puedan
descubrir, en la vida de los creyentes, el verda-
dero rostro del Dios vivo, revelado en Cristo,
oremos.
3. Por los que colaboran en transfigurar este
mundo; para que el común esfuerzo de todos
fructifique en una sociedad mejor, según el pro-
yecto de Dios, oremos.
4. Para que la humanidad entera trabaje por la
paz y la justicia, y para que el fruto de nuestras
oraciones y ayunos cuaresmales nos transfor-
me en artesanos de la paz, oremos.
5. Por los jóvenes, para que aprendiendo de
nuestro ejemplo de austeridad cuaresmal, se
conviertan en signo vivo de Jesucristo ante la
sociedad consumista y materialista en que vi-