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LAS ADICCIONES: ¿ENFERMEDADES DE LA FAMILIA O DE LOS


INDIVIDUOS?
Dr Javier Vicencio1

La inclusión de las adicciones como enfermedades no es tan reciente, a pesar de


que sea la versión que actualmente prevalece como un común denominador de
parte de los especialistas de la salud, de los mismos afectados y del público en
general

Se trata de una manera de conceptualizar a uno de los problemas más frecuentes


de la Salud Mental Pública que tiene una serie de ventajas que exceden a las
desventajas aunque, sin embargo estas últimas también tienen un lugar para
abordar uno más de los enigmas de la Psiquiatría ya que se resiste al tratamiento
o sigue creciendo, en proporciones alarmantes en México como en la mayoría de
los países a pesar de que se hayan puesto en práctica una serie de medidas para
controlarlo.

El uso y abuso de las drogas es tan viejo como la historia del homo sapiens.
Guerras y disputas territoriales por zonas de cultivo o de distribución nos
acompañan hasta ahora como lo atestiguan la actual y cruenta situación de
Afganistán, uno de los paraísos del cultivo de la amapola o el predominio de los
narcotraficantes sobre el Gobierno en la lucha contra la corrupción en México.

En nuestra historia más reciente, el narcotráfico y el combate a los distintos grupos


que se disputan el territorio mexicano ocupan las primeras páginas de los
periódicos y de la cobertura mediática. No ocurre lo mismo con los resultados de
los múltiples esfuerzos que se realizan en diferentes instituciones
gubernamentales o no gubernamentales (ONGs) para incidir en disminuir los
efectos de este complejo problema de Salud Mental de origen multifactorial y de
una categoría psicosocial más que biológica. No es una coincidencia de lo más
esperanzadora:¡ parece que en ambas guerras nos encontramos en el bando
de los perdedores!

Este artículo se propone analizar las diferentes dimensiones que caracterizan a


las adicciones en el dominio de las diferentes disciplinas de la Salud mental que
se encargan de su abordaje para proponer un modelo de capacitación en recursos
humanos que sea incluyente al mismo tiempo que realista, en la medida que sean
tomadas en cuenta, de acuerdo con las prioridades de las autoridades que se
encargan de las políticas públicas en este renglón en el actual Gobierno.

CONADIC( Consejo Nacional de las Adicciones) tiene en sus manos el proyecto


de la creación de 311 Centros de Atención de las Adicciones (UNEME- CAPAS) a
nivel primario lo cual no representa solamente una estrategia de enormes
proporciones sino que es también una oportunidad para reflexionar sobre un tema
1
Javier Vicencio G. MD, MRCPsych. Director General de Crisol, Centro de Postgrado en Terapia Familiar
C. Veintitrés No. 15 Col. San Pedro de los Pinos, México, D.F. CP 03800 (52) 55- 55988467 y 55988647
www.institutocrisol.org
2

que ha sido una prioridad para CRISOL, Centro de Postgrado en Terapia Familiar,
institución que ha estado presente en la capacitación de especialistas en las
opciones de tratamiento basados en lo sistémico familiar, de pareja o individual en
diferentes organismos que se han encargado de la prevención y el tratamiento
desde hace ya 25 años.

DIMENSIONES Y MODELOS.

El abordaje clínico de un problema tan complejo como las adicciones requiere de


una serie de diferenciaciones en cuanto a lo que proponen los distintos modelos
que se encargan del diagnóstico y tratamiento.

En primer lugar, el modelo médico biológico que predomina en la psiquiatría


actual no tiene dudas de su inclusión como una de las enfermedades en el DSM4-
R de acuerdo con el patrón de consumo, el grado de tolerancia y la presencia de
síntomas de abstinencia física y/o psicológica. Los datos que existen sobre una
causalidad genética se limitan a adolescentes violentos que inician el consumo
muy precozmente, especialmente de alcohol, aunque no se descartan los avances
que, en este campo, son prometedores a partir de las investigaciones sobre el
genoma humano.

En lo que concierne al tratamiento, el modelo médico se ha limitado a realizar


encuestas epidemiológicas para medir la magnitud del problema en diferentes
países y a definir esquemas de tratamiento basados en la urgencia que implican
los estados de intoxicación producidos por las sustancias y en la disminución de
los síntomas del síndrome de abstinencia.

Existen datos derivados de la utilización de tecnologías recientes destinadas a


medir el funcionamiento cerebral (Tomografía de emisión de positrones – SPECT )
que demuestran la existencia de daños en cinco áreas del cerebro: la corteza
prefrontal, el sistema límbico, lóbulos temporales, núcleos basales y cingulados
( Landau,20082) como resultado de adicciones a la marihuana y a todas las drogas
legales e ilegales que se han señalado como uno de los factores predisponentes
para el desarrollo de una adicción en determinados individuos aunque parece más
probable que se trate de las consecuencias de las mismas y también se han
realizado investigaciones para disminuir el consumo de la cocaína con la
aplicación de vacunas que activan al sistema inmunitario para que elabore
anticuerpos que disminuyan el consumo.

Lo más prometedor, a mi juicio, consiste en la síntesis de bloqueadores


específicos para cada sustancia a nivel del sistema nervioso central como se ha
descubierto recientemente con vareniclina ya que actúa como antagonista en los
receptores nicotínicos de la acetilcolina en el caso del tabaco, aún la adicción más
difícil de abandonar.

2
Landau,J.(2008). Neurobiology and Adicction: Assisting the family and Support System to get Resistant
loved ones into treatment. .AFTA Monograph Series. Winter 2008: 29-35.
3

Por el contrario, considero perjudicial para el manejo terapéutico integral la


tendencia actual de considerar a las adicciones como enfermedades psiquiátricas
duales, basada en la concurrencia de una serie de síntomas característicos de
otras patologías como por ejemplo, trastornos de ansiedad generalizada, cuadros
depresivos de tipo distimia e incluso de psicosis que no son necesariamente
manifestaciones de la existencia de otra enfermedad sino que habitualmente son
inducidas por el propio consumo, que tiende a exacerbar el desequilibrio mental y
el mal funcionamiento nervioso produciendo estos efectos en el 30% de los casos
que se admiten para un tratamiento hospitalario. No hay dudas sobre la
necesidad de implementar medidas para tratar estas manifestaciones
correctamente con los fármacos que se requieran; sin embargo, no debería
conducir a privilegiar el discurso psiquiátrico porque se arriesga a transformarlo
en prácticas hegemónicas y esencialmente reduccionistas para enfrentar más
eficazmente un problema tan crónico y de tan mal pronóstico.

El modelo educativo plantea que las adicciones son el resultado de errores en el


aprendizaje conductual y cognitivo. Diferentes teorías del aprendizaje de hábitos
concluyen que se trata de distorsiones en la adquisición de los mismos que,
aunado a los efectos placenteros de las sustancias inducen al consumo sin
medida. Los circuitos de recompensa conductual son reforzados por una serie de
construcciones cognitivas o creencias equivocadas como, por ejemplo, que las
drogas orgánicas como la marihuana son buenas para la salud o que el alcohol es
un alimento, que no son tan dañinas como se dice y que el consumo nunca llega
tan alto como para que el afectado se considere un adicto como tal. Las creencias
sobre los efectos positivos de las drogas se ven reforzadas en aquellos individuos
que acceden al consumo como una manera de aliviar temporalmente un
sufrimiento de origen emocional que hace crisis en la adolescencia. El contexto
cultural de las generaciones actuales que promueve el placer individual sirve de
soporte adicional para que se induzca un consumo grupal como parte de una
ceremonia ritual de pertenencia al grupo que resulta atractivo y popular. Por otro
lado, el interés por la música de tipo electrónica que, desde su inicio con la
cultura del rock, ha ido progresando para que sea el “trance” actual en sus
diferentes versiones lo que predomine en los “raves” en los cuales se favorece la
utilización de drogas de diseño como MMDA(éxtasis) Cristal (Methanfetamin) y
diversas combinaciones con otras sustancias que no son controladas con respecto
a las dosis ni a los ingredientes que contienen.

La implementación del modelo de terapia cognitivo conductual para las adicciones


ha significado un avance significativo en la adquisición de nuevas conductas y
creencias que se adquieren como resultado de un procedimiento de aprendizaje
reeducativo secuenciado que ha demostrado una eficiencia notable para
conseguir la abstinencia, en primer lugar y favorecer su mantenimiento por medio
de una terapia que alcanza una efectividad cercana al 50%.

El modelo psicológico se inclina por considerar a las adicciones como síntomas


de defectos de la personalidad de tipo específicos e inespecíficos.
4

La identificación de rasgos de personalidad que con mayor frecuencia se


encontraban dentro del repertorio habitual de comportamiento de los adictos se
atribuyó inicialmente al predominio de una fijación de tipo oral, de acuerdo con las
primeras clasificaciones psicodinámicas de Freud (Abraham, 19493) que
establecieron paralelismos entre las diferentes etapas del desarrollo psicosexual
infantil y la aparición de diversas patologías psicológicas. Encuadrar a las
adicciones como trastornos derivados de fijaciones orales no tuvo mucho éxito, ni
siquiera para los trastornos de la conducta alimentaria, en la medida que implicaba
la implementación de estrategias terapéuticas que remontaban al sujeto a revivir
situaciones de un tiempo pretérito que no era modificable con éxito en el
presente.

Más recientemente, se ha comprobado que una vez que han desaparecido los
síntomas derivados de la adicción y de sus efectos en el cerebro, lo cual se
consigue después de un período de alrededor de 90 días de abstinencia, se
manifiestan rasgos de un funcionamiento anormal de la personalidad, dentro de
los que predominan los que caracterizan a la personalidad borderline. En un 60%
de los casos es posible encontrar trastornos de personalidad del Grupo 2, que
incluyen, además del borderline, a personalidades histriónicas, narcisistas y
antisociales. En menor número es posible identificar a personalidades del grupo 3:
de tipo evitativo, obsesivo compulsivo y pasivo agresivo.

En lo que se refiere a defectos de tipo inespecífico, su aparición es consecuencia


de estrategias de funcionamiento derivadas de la culpa, la vergüenza y de la
necesidad de ocultamiento de un mal que es reprobado socialmente. Por lo tanto,
las conductas manipulatorias, de negación y atribución de su problema a terceros
ha de ser reconocida como un intento para engañarse a si mismo como a los
demás que se relaciona con el ocultamiento de las prácticas que facilitan el
acceso al mercado de las drogas.

El tratamiento que el modelo propone consiste en una serie de modalidades que


están destinadas a la rehabilitación más que a la abstinencia y que se engloban en
lo que se conoce como comunidad terapéutica: se trata de un aprendizaje en la
acción de la convivencia en la cotidianeidad en un espacio protegido, en el cual se
cuenta con profesionistas y exadictos rehabilitados que reflexionan sobre su vida
pasada, presente y futura. Se incluye la asistencia a grupos de autoayuda
acompañada de actividades de terapia de grupo, individual y focalizada en las
emociones. No hay que descuidar la inclusión de actividades educativas y
laborales que permitan recuperar el paso perdido, especialmente cuando el
objetivo final es la recuperación integral.

El modelo familiar considera a las adicciones como un síntoma más de


problemas psicosociales complejos que requieren de un diagnóstico familiar. En
efecto, es frecuente que en familias de los adictos coexistan otros problemas
psicosociales como por ejemplo: violencia doméstica, problemas de conducta y
3
Abraham,Karl(1949) Selected papers of Karl Abraham,M.D.,Hogarth Press and the Institute of
Psychoanalysis, Londres,1949
5

aprendizaje escolar, abuso sexual, embarazos precoces, delincuencia y


prostitución. Retrata, a menudo a familias multiproblemáticas en la que la gota que
derrama el vaso es, a veces, una adicción que va de mal en peor, poniendo en
peligro la integridad de la familia o la supervivencia del afectado (Cancrini,20024).

Para este modelo, las adicciones son algo más que enfermedades individuales ya
que se trata de una modalidad de funcionamiento familiar en la que participan
todos los involucrados, contribuyendo a sostener la presencia de una serie de
síntomas como indicadores de una difícil adaptación social a una realidad que no
los ha favorecido a lo largo de generaciones.

Aunque no se trata de impugnar a la pobreza como causa de estos problemas


como lo atestigua la alta prevalencia de las adicciones en las clases altas, no
ayuda que las necesidades básicas no estén cubiertas. Sin embargo, las posibles
causas de estos problemas se encuentran en el abandono de los niños desde
pequeños, por la ausencia de comportamientos parentales adecuados o por la
presencia cotidiana de la violencia.

Desde esta perspectiva se requiere de un diagnóstico familiar precoz que ayude a


reconocer los recursos y dificultades de cada familia para colaborar en la solución
de los problemas más urgentes. A continuación, en una primera fase, se proponen
sesiones semanales de orientación multifamiliar de tipo psiceducativo en las que
se abordan los efectos de las drogas y las medidas que las familias utilizan para
enfrentarlas con mayor éxito. El terapeuta, en una posición de colaborador más
que de experto, facilita el dialogo a través de preguntas más que de respuestas
( Asen.E,19975)

En una segunda fase, cuando la batalla contra la abstinencia ya no sea el foco


principal de las intervenciones, y especialmente cuando se planea la reinserción
social por medio del alta de la hospitalización, la terapia familiar se convierte en
uno de los ejes fundamentales para evitar las recaídas que surgen como resultado
de los conflictos familiares no resueltos y que originan una serie de emociones
“tóxicas”. El adicto es particularmente sensible a las emociones negativas porque
carga con un pasado de rechazo y desaprobación desde muy pequeño. No es el
momento de describir los modelos de tratamiento familiar más exitosos pero no
cabe duda que se requieran como primera opción para evitar las recaídas que son
el problema recurrente más importante en cuanto al mal pronóstico que les
caracteriza.

Por último, el modelo jurídico plantea que las adicciones, por el uso y abuso de
sustancias legales e ilegales promueve el ejercicio de actividades delictivas contra
la salud o de cualquier índole. Las sanciones, de tipo preventivo en menores y de
castigo con penas de encarcelamiento variables, conducen habitualmente a
agravar el problema, en la medida que no existen servicios adecuados de
rehabilitación en las cárceles ni en los hogares tutelares.
4
Cancrini,L La caja de Pandora. Ed. Paidos. Barcelona.1996
5
Asen,E.Intervención Familiar. Ed. Paidós. Barcelona,1997.
6

El análisis de estas distintas dimensiones de las adicciones tiene varias


finalidades. Por un lado, propone ordenar las concepciones predominantes en el
campo de las adicciones como un problema de Salud Mental complejo y
multifactorial para identificar las medidas que se utilizan para controlarlo en la
medida que son congruentes con su respectivo marco de referencia.

En segundo término, plantea que la concepción de enfermedad individual es


demasiado restringida para su abordaje y que requiere ampliarse a lo familiar,
psicosocial y cultural para entenderla más bien como un trastorno en la práctica de
la vida que afecta no sólo a los adictos sino que a los consumidores,
habitualmente al borde de los excesos y del abuso.

Por último, que no es necesario luchar para imponer ninguno de los modelos de
tratamiento por sobre otro ya que obedecen al predominio de la dimensión del
problema seleccionado por cada corriente de ideología terapéutica y que lo mejor
consiste en la búsqueda de una combinación de todos, de manera que se
promueva una colaboración mutua.

UNA MIRADA A NUESTRA SITUACIÓN ACTUAL

La aproximación adoptada para realizar el somero análisis previo del problema de


las adicciones desde los diferentes enfoques adoptados para su tratamiento
privilegia el manejo intrahospitalario en instituciones especializadas como las que
existen actualmente en España e Italia, países en los cuales la reforma en las
leyes de Salud Mental realizada en la década de los ochenta ha favorecido el
establecimiento de este tipo de comunidades terapéuticas que otorgan el servicio
de manera gratuita y en algunos casos con implicaciones legales, a manera de
prescripción involuntaria.

En nuestro país, predomina la atención hospitalaria de tipo privada con estadías


breves (de dos semanas a tres meses) pero sin duda que es mayoritaria la
atención comunitaria extrahospitalaria otorgada por instituciones gubernamentales
(Centros de Integración Juvenil) y por ONGs, dentro de las cuales destaca la
presencia de AA (Alcohólicos Anónimos) o NA(Narcóticos Anónimos).

La creación de CONADIC en 1985 durante el gobierno de De la Madrid ha


contribuido a establecer un reglamento ( NOM 028-SSA2-1999 para la
prevención, tratamiento y control de las adicciones6) que debe cumplirse de parte
de las instituciones encargadas de proveer este tipo de servicios de prevención y
tratamiento y a elaborar un directorio de las que se encuentren en capacidad de
recibir una autorización de funcionamiento. Es necesario todavía realizar una
reforma más profunda en las leyes de Salud Mental para acercarnos a los
estándares europeos de países semejantes a México.

En este sexenio se ha decidido destinar recursos provenientes de los dineros


incautados a los narcotraficantes para la creación de 311 Centros de atención

6
Ver en www.salud.gob.mx
7

comunitaria de las adicciones en todos los Estados del territorio nacional. En


consecuencia, se aproxima un período en el cual se implementarán modelos de
prevención y tratamiento que sean, al mismo tiempo de innovadores, de probada
eficacia en otros países en los que se hayan utilizado.

Se trata, entonces, de una oportunidad para la formación de recursos humanos


que se especialicen en las diferentes dimensiones que se han destacado en la
primera parte, aunque estableciendo criterios más precisos con respecto a los
contenidos y a los alcances y la efectividad de los mismos.

En relación con el modelo médico biológico, por ejemplo, se requiere de un


conocimiento básico y actualizado de la Epidemiología de las Adicciones, de los
efectos de las drogas y de las medidas médicas necesarias para lograr la
abstinencia rápidamente, con o sin hospitalización. En una cierta medida, estos
contenidos son abordados por cursos tradicionales pero usando una metodología
en que la distancia entre el experto, habitualmente un psiquiatra, y los alumnos es
demasiado grande para que se despierte suficiente interés en un tema que,
igualmente, no pasará a sus manos en cuanto al manejo médico.

En Crisol7 hemos acostumbrado a nuestros alumnos a conocer las bases de una


Psicofarmacología esencial, al mismo tiempo que les enseñamos Psicopatología
del niño, adolescente, adulto y tercera edad desde la psiquiatría, psicoanálisis y
sistemas y estamos convencidos que, para quienes se van a dedicar a la
prevención y el tratamiento de las adicciones desde una perspectiva más integral,
se requiere de una capacitación en este tipo.

De esta forma, se obtendrían recursos humanos que estuvieran en condiciones de


detectar precozmente los trastornos que han sido señalados como precursores de
las adicciones en los niños, adolescentes y familias como por ejemplo, déficit de
atención (ADD) dificultades de aprendizaje, problemas de conducta, violencia
doméstica, etc.

También nos parece que existen una serie de medidas derivadas de la Medicina
Tradicional y Complementaria que son muy útiles y nos referimos específicamente
a la auriculoterapia, acupuntura, herbolaria, meditación y técnicas de relajación.

En lo que se refiere al modelo educativo, se requiere de un conocimiento básico


sobre la psicología del desarrollo del niño, adolescente, adulto joven y de la familia
(ciclo vital individual y familiar) para incluir el uso de drogas como una parte de la
evolución normal de los individuos en nuestra cultura e identificar los factores de
riesgo que pueden favorecer el abuso y la dependencia.

Si se tratara de formar a un especialista en el tratamiento, de acuerdo con este


modelo, lo que se debería enseñar es el modelo cognitivo conductual para que se
ponga en práctica con los adictos propiamente tal por la mayor eficacia del mismo
en comparación con otros métodos.

7
Ver en web:www.institutocrisol.org
8

Por último, no hay que descuidar los procedimientos de autoayuda como los 12
Pasos de AA o de otras instituciones con experiencia en el tema. La consejería se
ha ganado un lugar en este campo que hay que reconocerle porque incorpora a
los ex adictos con sus experiencias de luchas y combates heroicos para
enfrentarse a un problema que no todos los profesionistas hemos vivido. Es
conveniente enseñar los 12 pasos para lograr la abstinencia y vencer también los
otros síntomas bautizados por Elizondo como los doce pasos de la “borrachera
Seca”(Elizondo,J.A, 20058).

De acuerdo con el modelo psicológico, el personal que labore en estos centros


debería obtener una capacitación en Psicopatología como lo señalábamos
anteriormente, como una parte del modelo médico. Sin embargo, es necesario
señalar que el temario debe privilegiar lo psicológico por encima de lo psiquiátrico
para contribuir a desmitificar la patología que circunda a las adicciones, y no se les
circunscriba a la categoría de enfermedades crónicas e incurables, lo cual
estigmatiza al mismo tiempo que justifica una serie de comportamientos
indeseables como si fueran una parte más de la enfermedad.

En segundo lugar, la capacitación debería incluir una serie de técnicas derivadas


de la terapia gestalt y del psicodrama para diseñar talleres de alto impacto
emocional que permitan, posteriormente un dialogo de tipo equipo reflexivo
(Andersen)9 en el cual los pacientes tengan la oportunidad de conversar sobre la
utilidad( o no?) de las opiniones de los expertos y de los exadictos. Se generan,
entonces los fundamentos de una comunidad terapéutica tipo hospital de día que
es más económica y más efectiva que la hospitalización como tal.

Por último, y cuando las ventajas de la aplicación de estos métodos haya dado los
resultados que se esperan y se alcancen también sus límites, algunos de los más
capaces deberían aprender terapia de grupo y terapia breve individual, además de
técnicas de rehabilitación laboral y educativa para la reinserción del adicto en las
mejores condiciones posibles.

El modelo familiar se plantea una capacitación a dos niveles: prevención y


tratamiento.

En lo que se refiere a la prevención, se inclina por una estrategia más específica


que la que preconiza la vertiente “universal” que considera que la educación con
talleres en las escuelas apoyados con la utilización de materiales elaborados
especialmente para estos fines y que cubran a la mayoría de la población
vulnerable se alcanzan logros significativos en cuanto a la incidencia de las
adicciones. No es fácil medir la eficacia de esta estrategia, especialmente cuando
el problema sigue creciendo sin cesar, aunque no sea necesario descartar esta
forma de educación que crea conciencia sobre este mal endémico y sus
consecuencias en una población tan ávida de obtener información sobre este tema
y afines como son los adolescentes.
8
Elizondo,J.A..La borrachera seca.Libberadictus,AC.2005.
9
Andersem. T. (1987) The Reflecting team. Family Process , 26: 415-428
9

Sin embargo, consideramos que es preferible destinar recursos a la población en


alto riesgo de enrolarse en el abuso y la adicción. Nos referimos a las familias con
antecedentes de alcoholismo e incluso, en las que haya habido defunciones por
estas causas o en las que se detecte violencia domestica, uno de los precursores
más ampliamente reconocidos de adicciones en adultos: nos referimos, en
resumen, a las familias multiproblemáticas, con uno o más miembros ausentes en
condición de migrantes legales o ilegales en USA que aunque envíen remesas,
producen una serie de alteraciones que hemos descrito anteriormente como
perdidas ambiguas(semejantes a los desaparecidos del Cono Sur) y que
desaniman a los jóvenes a estudiar en México frente a las escasas facilidades de
trabajo remunerado y educación con futuro.(Gómez de Leon,J.200610),

Para implementar esta estrategia, se requiere de personal en condiciones de


detectar precozmente (con conocimientos de Psicopatología) a esta población
para ofrecerle talleres de Orientación familiar en los que se aborden estos
problemas y se propongan soluciones para los mismos

Un paso más en esta estrategia de prevención y que incluye técnicas de


intervención más específicas consiste en la atención de familias en crisis por el
continuo agravamiento del adicto que, sin embargo, se niega a solicitar cualquier
tipo de atención. En este caso lo que se requiere es trabajar con los integrantes de
la familia que estén más dispuestos a colaborar para identificar las conductas de
ellos mismos que han sostenido al adicto en iguales condiciones de consumo si no
es que en peores. En un segundo momento, en la medida que se restringen estas
conductas de parte de los familiares, se induce una crisis en el adicto que puede
“tocar fondo” de una manera más blanda y menos riesgosa para su vida. En ese
momento, se puede realizar una intervención en crisis exitosa porque es más
probable que el adicto acepte la ayuda voluntariamente. El personal que participa
debe estar entrenado en Intervención en Crisis que es uno de los métodos
iniciales de la terapia familiar utilizados en la década de los setenta en USA e
Inglaterra (Vicencio,J,198111).

Cuando el objetivo se desplaza más concretamente hacia el tratamiento, lo que se


requiere es el aprendizaje de un método de orientación familiar de tipo
multifamiliar como lo han implementado en Inglaterra con éxito colegas nuestros
en el Malborough Family Center entre los que destacan Eia Asen e Ivan Eisler y
que han participado, el primero, en los eventos que, a modo de Practicum, con
sesiones en vivo organiza CRISOL cada año desde 2001.(Asen,12)

Para los más avanzados, se requiere de una formación más completa en terapia
familiar a nivel de Maestría para que puedan afrontar los diferentes abordajes
clínicos que no sólo incluyen a las adicciones sino que a toda la problemática

10
Gomez de Leon,J. AFTA Monograph Series. Inmigrant families and Inmigration.Summer 2006. Vol 2: 34-
43.
11
Vicencio,J. Una experiencia de Psiquiatría Comunitaria en Inglaterra. Asoc Psiquiatrica Mex..1981
12
Asen,E. (2001).Multiple Family Therapy. The Malborough Model and its wider applications. Londres y
NY:Karnac Books.
10

psiquiatrica, psicológica y psicosocial que se le presenta a la consulta de un


especialista en Salud mental.

Sin embargo, no se descarta la necesidad de conocer los modelos que han


demostrado mayor efectividad en el tratamiento de las adicciones desde la
perspectiva familiar porque representa prácticamente una subespecialidad de la
terapia familiar. Luego de investigar sobre los modelos que han sido
implementados con mayor éxito, hemos seleccionado al modelo Multidimensional
creado por Howard Liddle (Liddle,H.200513) que alcanza porcentajes de mejoría
tan altos como del 70% de abstinencia en adolescentes con seguimiento a más de
un año plazo para invitarlo en el curso de este año a compartir con nosotros sus
conocimientos y habilidades en el Practicum que realizaremos el 30 y 31 de Mayo
en la ciudad de México. No sólo nos interesa su modelo sino que además,
impulsar las Investigaciones Basadas en la Evidencia( Evidence- Based Research)
para conocer los niveles de efectividad de los diferentes tratamientos que se
ofrecen en México a nivel privado y público.

Por último, en cuanto al modelo jurídico, nos parece que los esfuerzos que se
han hecho para implementar normas de funcionamiento y certificar a las
instituciones que se dedican a la prevención y al tratamiento representan un
avance significativo aunque desgraciadamente, todavía predominan las clínicas y
centros de tratamiento a cargo de exadictos o de AA.

La actual política de crear centros especializados en adicciones a lo ancho del


país es una medida de enormes proporciones que requiere de especiales
cuidados para implementarla con éxito y para lo cual estamos dispuestos a
participar de la manera en la que nuestros servicios sean solicitados en los rubros
anteriormente señalados.

Sin embargo, lo que se necesita urgentemente es una Reforma de la legislación


en Salud Mental como la que se ha hecho en Italia y en España para crear los
servicios adecuados para atender a los que sufren de trastornos mentales y que
alcanzan a cifras superiores al 25% de la morbilidad en nuestro país, sin
considerar que es posible que se dupliquen si se toma en cuenta los índices de
pobreza y falta de oportunidades que afecta a la mitad de la población.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

La consideración de las adicciones como enfermedades ha cumplido con sus


objetivos iniciales porque ha conducido a elaborar diferentes modelos de atención
que son los que se han descrito sumariamente en este artículo. Desgraciadamente
los límites de estos modelos han sido rebasados porque el pronóstico sigue siendo
pobre, alrededor del 30% de mejoría, y por lo tanto es necesario cuestionar y

13
Liddle.H(2005) Multidimensional Family therapy: A science treatment for adolescence drug abuse. En J.
Lebow(Ed.), Handbook of clinical family thaerapy(pp128-163). NY: John Wiley and Sons.
11

reflexionar sobre la eficacia de otros modelos que no acentúan su abordaje


basado en lo estrictamente médico sino que se plantean un marco más integrativo
que incluye dimensiones derivadas del aprendizaje cognitivo conductual, de las
características de la personalidad de los adictos, de sus familias que los hacen
especialmente vulnerables desde la infancia y del contexto cultural y jurídico que
impera en nuestro país con respecto al tema.

En la medida que el marco de referencia se amplía de la manera que hemos


descrito, el concepto de enfermedad resulta insuficiente, a menos que se extienda
a la familia y se le otorgue el carácter de problema psicosocial, entendiendo así
que se requiere de los avances provenientes de la psicología, la terapia familiar y
la psicología social para que se incluyan en la prevención y el tratamiento.

La necesidad más importante en la actualidad consiste en evaluar los resultados


de los distintos programas de prevención y tratamiento de una manera
independiente para evitar las cifras que cada Institución proporciona de acuerdo
con las más variadas metodologías.

Se requiere también una capacitación de recursos humanos más realista e


innovadora para renovar el interés en un tema tan relevante pero que por su mal
pronóstico actual, tiende a desanimar al personal encargado de poner en
funcionamiento una tarea de grandes dimensiones como la que se propone
CONADIC.

Por último, es indispensable contar con modelos que hayan sido probados en
cuanto a su eficacia en varios países con investigaciones y material didáctico que
permita el entrenamiento de recursos humanos en México que estén a la altura de
los estándares internacionales en la materia.

La propuesta de CRISOL consiste en proporcionar una capacitación integral en lo


que nos corresponda y además formar parte de un equipo multidisciplinario en el
que las otras versiones de abordaje se discutan y se combinen lo mejor posible
dentro de una posición colaborativa.

Por último, invitar a todos los interesados en adicciones a concurrir a nuestro


Practicum que se realizará en la Ciudad de México el 30 y 31 de Mayo para
conocer la puesta en práctica del Modelo Multidimensional de Howard Liddle que
ha sido reconocido como el más eficaz a nivel internacional por medio de
Investigaciones Basadas en la Evidencia.

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