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ÍNDICE.
Conclusiones………………………………………………………………….Pág. 18
Bibliografía……………………………………………………………………..Pág. 19
1
CAPÍTULO I: VISIÓN GENERAL DE LA PLANIFICACIÓN.
Al referirnos a la planificación, debemos decir que se trata de una institución que hace
referencia a la organización administrativa y económica del Estado; cuyas funciones están
constituidas en base a procedimientos metodológicos, por medio de los cuales se señalan
objetivos específicos que deben ser determinados por las autoridades administrativas para
alcanzar fines de desarrollo y estabilidad.
Durante el siglo XIX la planificación era aún desconocida puesto que, bajo el imperio de las
ideas liberales, a las fuerzas del mercado; que se veían como un mecanismo perfecto que
se ponía en marcha, se impulsaba, se frenaba y se lubricaba a sí mismo, automáticamente
se atribuía la capacidad de disponer las cosas del mejor modo posible. “Se consideraba
que en el libre juego de las fuerzas económicas, al chocar entre sí intereses
individuales opuestos, se generaba en el proceso de la producción, circulación y
distribución de bienes un efecto estabilizador que favorecía la consecución del
bienestar general, considerado como la suma de los bienestares individuales.
Cualquier intromisión de la autoridad estatal en el juego de las leyes “naturales” de
la economía no haría sino dañar su funcionamiento”.1
Es por ello, que el concepto de planificación es uno de los tantos elementos claves para
diferenciar a las ideologías políticas. Su aceptación o rechazo es una de las diferencias
específicas entre el liberalismo y las ideas socialistas.
1
Borja Cevallos, Rodrigo – ENCICLOPEDIA DE LA POLÍTICA TOMO II H-Z (Edit. Fondo de Cultura Económica),
México D.F., 1997, Pág. 1080.
2
Además, la planificación como institución al servicio del derecho económico, integra y
fomenta una serie de estrategias importantes; cuyas razones y fundamentos explican de
por sí la necesidad de ser aplicada especialmente en las naciones con menores
indicadores de desarrollo. Tales razones son:
“La planificación, en su sentido general, debe ser considerada como uno de los
instrumentos por medio del cual se adelante la dirección de la economía por parte
del gobierno; igualmente debe ser tenido en cuenta como un proceso integrador que
país”.2
Es entonces, que aparte del sistema político-económico vigente en cada Estado, también
la planificación es considerada como una de las herramientas que más puede colaborar en
imperativa” en donde “los medios de producción están en poder del Estado, el cual se
encarga de elaborar los planes y hacerlos cumplir obligatoriamente por todos los
He aquí, que tal situación se aplica en el Ecuador que hoy vivimos; donde por medio de la
planificación se quiere decidir qué producir, cuánta cantidad, cómo hacerlo, para quién y
cómo se utilizarán los recursos disponibles, pero a su vez no se especifican los medios
para conseguir esos objetivos, ya que el Gobierno y sus autoridades se han empeñado en
2
Leguizamón Acosta, William – DERECHO ECONÓMICO FUNDAMENTOS (Edit. Ediciones Doctrina y Ley Ltda.),
Bogotá D.C., 2002, Pág. 251.
3
Ídem., Pág. 252.
3
proclamar la justicia igualitaria y la equidad bajo una ficción que no se apega a la realidad
y en donde la izquierda siniestra demuestra que ese “sistema utópico” se constituye sin
“manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes” y como decía Thomas Jefferson:
“Nunca he podido concebir cómo un ser racional podría perseguir la felicidad
ejerciendo el poder sobre otros”.
Con las naciones de economía mixta, en las cuales se permite el libre ejercicio de
cualquier actividad lícita pero sometida a la intervención estatal, la planificación adquiere
unas características especiales por estar dedicada a la dirección y orientación de la
economía en general mediante un proceso indicativo. En este caso, el gobierno adelanta
actividades de control directo sobre el sector público y de manera indirecta hacia el sector
privado, con miras a la integración de todos los agentes y grupos en los asuntos
económicos del país, teniendo como base el desarrollo del libre mercado.
En ese sentido, la planificación debe contribuir a corregir las fallas y las imperfecciones
propias del mercado por medio del control directo e indirecto que adelanta el Estado;
procurando el pleno empleo y la correcta utilización de los recursos, para disminuir al
máximo los efectos negativos de las estaciones cíclicas económicas, propendiendo al
equilibrio de los agregados macroeconómicos y los ajusta al cumplimiento de unas metas
destinadas a lograr el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes y proveerlo de
los recursos suficientes para el fomento de sus funciones y fines.
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1.2 Características de la Planificación:
5
1.3 Modos de la planificación:
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Modelos de planificación participativa: Por medio de estos modelos, la actividad
política, económica y social del Estado se orienta hacia la participación de todos
los estamentos, de los agentes económicos y de los sectores público y privado en
general. Además, los agentes económicos; incluyendo al Estado como ente
regulador, participan en el estudio y ejecución de los planes de desarrollo en todos
los órdenes: la Nación, las provincias, los municipios, los resguardos indígenas;
también involucrando a los distintos actores de la sociedad: dirigentes públicos y
privados, representantes de los sectores económicos, sociales, ecológicos,
comunitarios y culturales. Mecanismo que tiende a la discusión de todos en los
planes de desarrollo.
Modelos de planificación centralizada: En estos casos, el proceso de
planificación es originado y orientado por el Estado con apoyo en el gobierno
central, mediante la formulación de programas y estrategias generales y globales,
especialmente diseñadas para ser ejecutadas y controladas desde un ámbito
centralizado.
La planificación desde el punto de vista de la propiedad de los medios de
producción: En este sentido, la planificación puede ser de carácter Imperativo y
aparece cuando el Estado es propietario de los medios de producción, en cuyo
caso los planes y objetivos determinados son de obligatorio cumplimiento. También
puede ser concertada, cuando el Estado formula el plan de expansión, teniendo en
cuenta los intereses de los propietarios de los bienes de producción del sector
privado y los trata de adaptar concertadamente a las aspiraciones de los grupos
sindicales nacionales y de las agremiaciones comprometidas.
La planificación de acuerdo con las necesidades sociales del Estado: En este
caso puede ser adoptiva, reactiva y generadora. La primera toma en cuenta a las
comunidades para determinar los cambios sociales que deben ser incorporados al
plan de desarrollo. La reactiva es adoptada directamente por el gobierno sin
considerar la opinión de las comunidades, tratando de mantener el control de la
distribución del ingreso nacional dentro de los marcos tradicionales y sin la
injerencia de la opinión pública y en la generadora, el Estado adelanta el cambio
social de acuerdo con su criterio, llegando a modificar el statu quo, a pesar del
desacuerdo de la opinión pública y de algunos sectores económicos.
La planificación de acuerdo con “el grado de desarrollo de los sectores
económicos”: Esta clase de planificación propone en algunos casos la adopción
de medidas especiales a favor de alguno de los sectores económicos considerado
como estratégico, para tomarlo como base de expansión de los demás sectores.
Sin embargo, puede existir una planificación desequilibrada cuando los planes de
desarrollo contemplan mecanismos de apoyo a todos los sectores, sin considerar
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un jefe que marque el camino de los demás; en este caso se adelantan estrategias
productivas y financieras conforme al grado de participación económica de cada
uno de ellos.
La planificación relacionada con el sector externo: En este caso, los planes de
desarrollo son orientados hacia el aumento de la producción de bienes y servicios
con destino a los mercados externos y se la denomina planificación hacia afuera;
por el contario, al fortalecer el mercado hacia el interior del país se la llama
planificación hacia adentro.
Aquí hay que acotar, que el éxito de los planes de desarrollo depende básicamente de los
recursos del Estado, especial en los obtenidos por conducto hacia los fondos públicos, que
los suministra del conjunto de ingresos tributarios y no tributarios y de los recursos de
capital originados por los empréstitos y la deuda pública o por la venta de los activos
disponibles del Estado. Es decir, que de acuerdo con los recursos del presupuesto general
de la Nación, dependerá el éxito o el fracaso de los planes de desarrollo.
Los planes de desarrollo, según el modo de ver la sostenibilidad del medio ambiente, están
relacionados con el concepto de desarrollo económico sostenible que se refiere
directamente al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del país, con la
disminución de los grados de pobreza, la solución de los problemas de salud, educación,
saneamiento ambiental y del agua potable, etc.
4
Guzmán, Marco Antonio – DERECHO ECONÓMICO ECUATORIANO TOMO I (Edit. Universidad Andina Simón
Bolívar/Corporación Editora Nacional), Quito, 1996, Pág. 109.
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segundo plano, por cuanto se les ha dado primacía a los problemas del desarrollo social.
“Bajo este esquema se piensa que la eficiencia del Estado se debe medir en
términos de calidad de vida, sin importar cuál podría ser el orden y el rango del
crecimiento económico, ni de dónde resultarán los recursos para adelantarlo”.5
Es por ello, que autores como Robert Goodland y G. Ledoc expresan lo siguiente: “Hay
muchas dimensiones de sostenibilidad: Primero, se requiere la eliminación de la
pobreza y de la privación, Segundo, se requiere la conservación y ampliación de la
base de recursos, lo cual puede, asegurar que la eliminación de la pobreza sea
permanente: Tercero, se requiere un concepto más amplio de desarrollo, de modo
que cubra no sólo el crecimiento económico sino también el desarrollo social y
cultural: y Cuarto, se requiere la unificación de la economía y la ecología en la toma
de decisiones a todos los niveles”.
Por tanto, los planes de desarrollo deben entremezclar en sus postulados y principios el
mejoramiento real de las comunidades, mediante políticas que refuercen los valores
individuales del hombre y sus aplicaciones a la sociedad, con el adelanto de reformas
estructurales destinadas a fortalecer los grupos humanos y una reasignación eficiente de
los ingresos del Estado.
De allí que, las Naciones Unidas por medio del PNUD (Programa de las Naciones Unidas
para el desarrollo), propone el desarrollo sostenible como: “El crecimiento de las
capacidades y oportunidades de la gente, mediante el aumento del capital social,
para lograr la mejoría de las condiciones de calidad de vida de las generaciones
actuales sin desmedro de las oportunidades de las generaciones futuras”.
Los intentos de introducir la planificación en el país son más bien tempranos. En 1934, un
poderoso y distinguido banquero guayaquileño, don Víctor Emilio Estrada, resaltó ante el
doctor José María Velasco Ibarra, en su primer Gobierno, en el que actuó como Ministro
5
Op. Cit., DERECHO ECONÓMICO FUNDAMENTOS, Pág. 261.
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de Hacienda, acerca de la necesidad de planificación como un imperativo nacional.
Formuló el “Plan Estrada”, que no tuvo mayor aplicación en la ejecución de medidas
concretas. Sin embargo, en el desarrollo de ideas expuestas en el “Plan Estrada” –que,
desde luego, estaban en boga en Europa– se creó en 1935, mediante Decreto Ejecutivo, el
Consejo Nacional de Economía, que tuvo muy corta duración. Debía encargarse, a nivel
Ministerial, de la coordinación de las iniciativas del Ejecutivo en materia económica.
Para 1937, volvió a instituírselo, esta vez con el rol de “organismo técnico, alejado de la
política”, pero se lo suprimió en breve (agosto de 1938). A inicios de la década de los años
cuarenta, con capitales ecuatorianos y americanos, se organizó la Corporación de
Fomento, para ejecutar programas de incremento de la producción, sobre todo de caucho
y otros productos estratégicos. Concluidas las condiciones especiales que generó la
Segunda Guerra Mundial, dicha entidad desapareció.
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estudio de los problemas económicos y la orientación de las finanzas del país”. La Ley
constitutiva de este organismo, expedida en febrero de 1947, le confió la función de
elaborar un Plan de Reconstrucción y Desarrollo de la Economía Nacional.
Posteriormente, se le dio la tarea de preparar un Plan Económico Integral. Pero no se
asignaron a la entidad recursos financieros ni administrativos que le permitieran poner en
práctica sus funciones legales, ni atender los prosopopéyicos encargos que se le habían
confiado.
Para 1948, el Ministerio de Economía presentó un plan de fomento de la producción y
sugirió la creación de un Instituto de Fomento de la Producción, que había sido establecido
y luego eliminado a principios de los años cuarenta. El Instituto se instauró en enero de
1949, para “promover el desarrollo y la explotación de los recursos naturales del Ecuador,
el aumento y la tecnificación de la producción y la elevación del nivel económico de sus
habitantes”. Se integró con dos organismos autónomos: los Bancos del Sistema de Crédito
de Fomento y la Corporación de Fomento (que ya existía desde 1940). Pocos años
después, con Decreto de 21 de junio de 1953, se eliminaron el Instituto y la Corporación de
Fomento, y asumió sus funciones el Banco Nacional de Fomento.
Desde 1951, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) trabajó en un informe
sobre el desarrollo económico del Ecuador, que intentaba “penetrar a fondo en los
problemas de desarrollo económico del país”. Lo presentó en octubre de 1953. A las
sugerencias de la CEPAL se unieron los auspicios del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento y del Banco Central del Ecuador, para establecer un organismo
nacional de planificación. Mediante Decreto-Ley de Emergencia No. 19, de 28 de mayo de
1954, publicado en el R.O. No. 527, del día siguiente, se creó la Junta Nacional de
Planificación y Coordinación Económica. El Decreto puso de relieve que se creaba dicha
Junta “con el objeto de formular planes sistemáticos de desarrollo, tanto regionales como
nacionales, en el campo económico y social; coordinar la política económica de los
ministerios y organismos estatales y, de modo particular, las inversiones que hagan los
mismos, intervenir en los procesos financieros, especialmente en la contratación de
deudas internas y externas”. Se asignó a dicha Junta, como su tarea fundamental, la
formulación de un Plan General de Desarrollo Económico y Social del país. Originalmente,
la entidad funcionó como un organismo asesor adscrito al Ministerio de Economía. En
varios aspectos, las atribuciones y funciones de aquella Junta, organizada hace más de
cuarenta años, resultaban más coherentes que las que tiene el actual CONADE.
Entre 1954 y 1960 la entidad se afirmó en forma realmente notable. Un pequeño y selecto
grupo de técnicos efectuaron trabajos trascendentes. Nuevas y variadas responsabilidades
fueron agregándosele a la Junta, por encargo de la legislatura o el Ejecutivo. En agosto de
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1961 se expidió un Decreto Ley de Emergencia, en cuya virtud la Junta Nacional de
Planificación pasó a constituirse en organismo asesor del poder público y directamente de
la Presidencia de la República. Además de la formulación de los planes para el desarrollo
del país, se le encargó el control de su ejecución y la coordinación de la política económica
gubernamental. Se incorporaron al Directorio todos los Ministros de Estado, con voz y voto
en los asuntos concernientes a sus respectivos ministerios. Se estableció una nítida
diferenciación entre el directorio de la Junta y la Secretaría General de Planeación
Económica, integrada por los Departamentos Técnico y Administrativo, que dieron a la
entidad una firme base de sustentación. Se configuró el Sistema Nacional de Planificación
al crear, en todos los ministerios responsables de la política económica y social,
departamentos de programación, que colaborarían con la Junta en la preparación de
programas de acción, presupuestos y elaboración del plan de desarrollo.
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posesionarse como Presidente Constitucional de la República, el doctor Jaime
Roldós Aguilera pidió que se publicara la Ley Estatutaria del Banco de Desarrollo
del Ecuador. Se lo hizo mediante D.S. No. 3731, expedido el 6 de agosto de 1979,
y publicado en el R.O. de 22 del mismo mes.
Las actuaciones del Ejecutivo entre 1992 y 1994 han sido contrarias al
mantenimiento de un sistema de planificación. Sin embargo, en el Reglamento
Orgánico Funcional del CONADE, expedido por el Vicepresidente de la República,
Alberto Dahik, en agosto de 1993 –que configuraba una ampulosa estructura
orgánica para la Secretaría General de Planificación, mientras decaía
sensiblemente la actividad planificadora nacional– se ponía de relieve una
profunda discrepancia entre los enunciados y la acción.
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2.3 Condiciones actuales de planificación en el Ecuador (Ventajas,
desventajas y problemas):
Aumento en la capacidad de No fomenta la prosperidad por la vía No responde a la realidad actual que
planificación de asistencia social de la iniciativa individual. vive el país.
(salud, educación, etc.)
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suficiente para permitirle actuar
como el elemento moderador del
desenvolvimiento de una sociedad
concreta.
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producen en el Ecuador en la primera fase de un racional proceso de
planificación: la obtención de una visión objetiva de la realidad”.6
6
Artículo, en Revista: NUEVA SOCIEDAD NRO. 13 – LA EVOLUCIÓN DE LA PLANIFICACIÓN EN EL ECUADOR,
Julio-Agosto, 1974. Autor: José Moncada Sánchez, Pág. 32.
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3.5 Período de aplicación del Plan de Desarrollo:
Tampoco se precisa en nuestro sistema legal qué período de vigencia debe tener
el Plan de Desarrollo Nacional. ¿Debe durar cuatro años, como el período
presidencial? ¿El lapso en que se lo aplique se ha de prolongar por un año o ha de
cubrir cinco? ¿Acaso ha de durar diez años? No hay ninguna determinación
jurídica al respecto.
Una vez que se haya adoptado el Plan Nacional de Desarrollo para aplicarse en un
período determinado, viene, naturalmente, el proceso de ejecución de ese plan.
Dentro de este proceso merecen especial atención tres aspectos fundamentales:
7
Ídem., Pág. 44.
17
la de mercado de valores, la de descentralización y desconcentración, la de
ejecución de obras.
CONCLUSIONES.
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justificación, han ido empujando el aparecimiento de la crisis inflacionaria en laque
hoy vivimos y ha provocado la disminución de producción que está desajustando la
economía y perjudicando a los más pobres.
Bibliografía:
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