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PAUL WATZLAWICK ...................................................................................................................................

“La realidad inventada” Editorial Gedera. Paul Watzlawick y otros......................................................3

Profecías que se autocumplen. ............................................................................................................3

Mandatos familiares .............................................................................................................................4

PAUL WATZLAWICK

Teórico sobresaliente de la Escuela de Palo Alto, California, encuadrado dentro


del constructivismo sistémico, con una orientación analítica definida a través de
los procesos psicológicos de la comunicación. En su libro Pragmatics of Human
Communication, publicado con Janet Beavin Bavelas y Donald D. Jackson, se
establecen los cinco axiomas básicos del proceso de interacción humana.
En su segundo axioma, Watzlawick distingue entre los conceptos de comunicación
analógica y comunicación digital. La analógica se caracteriza por la similitud
entre lo que se quiere transmitir y el modo de comunicación; forma parte de la
esencia humana, de las relaciones humanas, de modo que la comunicación entre
personas de dos lenguas distintas, aun cuando no se comprendan, permite un alto
grado de entendimiento gestual, expresivo. Hay, pues, un contexto
comunicacional que da sentido a la interacción humana e incluye valores
culturales como los ‘modales’ personales, la sensibilidad compartida, los
perfumes, etc.
Entre los postulados teóricos de Watzlawick cabe citar el de la construcción
comunicativa a partir de dos elementos:
 el contenido: lo que se quiere comunicar

 y el contexto de la comunicación: las circunstancias ambientales de la


interlocución

El segundo envuelve al primero y adquiere el carácter de metacomunicación. La


comunicación analógica aparece en el orden de lo no verbal, mientras que la
comunicación digital, en la que incluye los lenguajes, tiene un carácter más
abstracto.

Los códigos analógicos crean, pues, las envolventes de los códigos digitales (las
lenguas y los lenguajes) y sólo ambos, analógicos y digitales, dan sentido a la
comunicación. Lejos, pues, de las teorías funcionalistas, donde el protagonismo
está en el emisor y el receptor parece tener un carácter pasivo y uniforme.
Comunicar es, para Watzlawick, un proceso de interacción, de formación del
conocimiento.

En Watzlawick encontramos una constante en el análisis para la comprensión de


la realidad. Aparece también aquí una visión dicotómica, ya que distingue entre
realidades de primer rango, descritas por la objetividad de su estado físico, y de
segundo orden, en las que interviene la subjetividad compleja del significado que
les atribuimos. No hay, pues, una ‘realidad real’, sino representaciones de la
realidad, donde también intervienen los imaginarios ‘patológicos’, las visiones
supuestamente distorsionadas. En este sentido, la salud y la enfermedad
mentales no son tasaciones de una interpretación cierta e inmutable, sino que
están relacionadas con referencias y códigos sociales y culturales.
La realidad aparece como un suceder ajeno e independiente de la propia
sociedad. Watzlawick analiza la percepción y la comunicación como instancias
constructivas, como protocolos de innovación, como construcción social de la
realidad, y no como meras constataciones de lo que ocurre, de la realidad
externa... La realidad es fruto de la convención interpersonal y social, de los
atributos que se asignan en un momento y lugar a las diferentes partes de esa
‘experiencia’ de realidad. Por eso, la realidad no es una, sino que la forman
sensaciones, visiones e interpretaciones.

“La realidad inventada” Editorial Gedera. Paul Watzlawick


y otros.

Profecías que se autocumplen.

Una profecía que se autocumple o predicción es la razón de haberse hecho,


convierte en realidad y el suceso supuesto, esperando o profetizando y de esta
manera confirma su propia exactitud.

Un hecho todavía no producido (futuro) determina efectos en el presente,


efectos que a su vez hicieron que cobraran realidad el hecho pronosticado. Aquí
el futuro determinó el presente.
Un acto que es resultado de una profecía que se autocumple crea primero las
condiciones para que se de el suceso esperado y en este sentido crea
presuntamente una realidad que no se había dado sin aquel. Crea una situación y
entre ella una “verdad”.

La presunta reacción (el efecto) es efectivamente una acción (la causa), la


solución crea el problema, la profecía de un sueño hace que se cumpla el proceso
profetizado.

Esta peculiar inversión de causa y efecto es visible en los conflictos


interpersonales.

Las profecías que se autocumplen en contextos interpersonales, pueden


utilizarse deliberadamente y con un fin.

La experiencia cotidiana nos enseña que sólo muy pocas profecías se


autocumplen. Cuando se cree en una profecía se la ve como un hecho que ya ha
entrado y en el futuro puede la profecía en el presente y así cumplirse. Cuando
falta un elemento de la creencia, falta también el efecto.

El psicoanálisis se atiene a una teoría de la conducta humana que postula una


causalidad lineal según la cual el pasado determina el presente.

Las expectativas a menudo desempeñan su papel: ayudan a que se produzca lo


que se esperaba.

Mandatos familiares
Estos mandatos (verdaderamente ordenes condicionantes) le llegan al niño de
diferentes formas. La más de las veces no explicitadas, desde mensajes no
verbales.

Eric Berne, para quien el yo se encuentra compuesto de tres estados (el Padre, el
Adulto y el Niño interior), dice que estos mandatos de nuestra educación
perduran en nosotros, dentro de nuestro Padre interno (la introyección de las
figuras materna y paterna) y que, de alguna manera, actuamos desde allí frente
a determinadas situaciones. Berne propuso trece mandatos básicos:

1. No seas: este mandato surge cuando un niño nace en una “situación


inoportuna”. Sus padres están por separarse, son demasiado viejos,
demasiado jóvenes, demasiado pobres, demasiado “solteros”. Este no es
siempre el resultado de un embarazo no deseado: es el resultado de un
nacimiento no deseado.
2. No seas lo que eres: aquí los padres querían a un niño de diferente sexo, o
querían un niño de diferente color, o querían un niño absolutamente sano,
o muchas veces querían un niño que ocupe el lugar de otra persona (el
padre de ella o la madre de él, o un hermanito que acaba de fallecer).
3. No te acerques demasiado: un mensaje que viene atado a la capacidad o
incapacidad de los padres de elaborar duelos. El niño, confrontado a la
herida que no cierra por una pérdida en la familia, puede construir con
facilidad una postura acorde con el mandato. Otras veces, es la expresión
transmitida por la propia dificultad de los padres para el contacto físico.
4. No pertenezcas: aquí puede ser una protección subliminal a la pérdida,
aunque muchas veces es la lectura del niño del aislamiento social de su
familia respecto del entorno.
5. No crezcas: este mandato ocurre con los padres que necesitan tener a
alguien a quien cuidar, requieren un niño en quien proyectar sus propias
necesidades de cuidados y protección.
6. No seas un niño: es generado por padres que no aceptan tener la
responsabilidad de tener hijos que los reclamen.
7. Vos no sabes hacerlo: es dada por los padres que brindan atención a sus
hijos, comparándolos permanentemente con los de otros niños, con los de
los adultos y a veces hasta con los de los propios padres, que fortalecen
por este mecanismo un ego muy debilitado.
8. No estés bien: es dada por los padres que brindan atención a sus hijos sólo
cuando estos tienen problemas o están enfermos. Los padres educan a los
niños desde temprana edad en los beneficios secundarios del estar mal.
9. ¡No!: este mandato es dado por padres demasiado asustadizos. El niño es
forzado a aprender que la vida es peligrosa y todo lo que haga fuera de la
familia es riesgoso.
10. No eres importante: aparece en padres que no tienen tiempo para el
colegio de sus hijos, para sus amigos, para sus necesidades. Estas
responsabilidades son derivadas en una mucama, un abuelo o simplemente
ignoradas.
11. Sé perfecto: los padres necesitan de las buenas notas, del destacarse en el
deporte, o de su habilidad para el dibujo, todo esto lo hacen para sentirse
orgullosos de sí mismos y no por sus hijos.
12. No pienses: aquí la sugerencia es el riesgo que existe en tener ideas
propias. Lo peligroso de tener ideologías diferentes. Lo dañino de pensar
en ciertas cosas (drogas, sexo, alcohol, etc.).
13. No sientas: los padres están muy asustados de su propio sentir o tienen
desterrado de su ámbito de sensaciones alguna emoción: muchas veces la
tristeza o el dolor.
Estos mandatos, son “puestos” en los niños más o menos sutilmente a través de
gestos, movimientos corporales, aceptaciones y rechazos que tenemos desde
antes de nacer la criatura; y que con seguridad, materializamos en nuestro
primer mandato: que viene entrelazado con la elección del nombre que hemos
de ponerle al hijo recién nacido.

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