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Historia de la
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Química En verso por


Rita Linares - Ritik
Cerdanyola del Vallès, Marzo del 2001
Vallés Occidental, en la provincia de Barcelona,
Comunidad Autónoma de Cataluña, España.

Editado por Margarita Patiño J. 2011


Medellín Colombia
Febrero 27 de 2011

Calle 73 No 76A -354 Vía al Volador - Medellín - Colombia | Tel: (574) 440 5100
Ha sido un placer muy grande Y además húmedo o seco,
Realizar esta tarea, Y de esta forma sencilla
Ojalá opine lo mismo Se explicaba el universo.
La persona que la lea.
Así resumió Aristóteles
He querido resumir Lo que antes habían expuesto
En unos versos sencillos Un tal Tales de Mileto,
Cómo se llegó a la tabla Anaxímedes y Heráclito
De los elementos químicos, Y Empédocles de Agrimento.
Y de paso reafirmar
-Para que quede muy claro- Otros en cambio pensaban
Que didáctica e historia De una forma diferente,
Han crecido de la mano. Y hablaban de una partícula
Indivisible por cierto.
Esta es, pues, la introducción “ATOMO” dieron por nombre
Del trabajo que presento al pequeño pedacito
Para culminar el curso el filósofo Demócrito
Que nos dictó Mercé Izquierdo. y su maestro Leucipo.

....... Pero los sabios de entonces


no les creyeron su cuento
DE ARISTÓTELES A HOY: y siguieron con la idea
PRESTEN ATENCIÓN QUE AHÍ VOY de solo cuatro elementos.
........

Hace mucho, mucho tiempo Con el tiempo y con las guerras,


En la ciudad de Estagira, Por imperios y conquistas
Allá por la Grecia antigua, A través de Alejandría,
Un hombre sabio pensaba: En los años cuatrocientos
“¿de qué estará hecho el mundo?” Fueron llegando hasta Europa
“¿qué tendrá todo por dentro?” Las ideas alquimistas.
Mirando a su alrededor
Mientras iba discutiendo La Alquimia, palabra árabe,
Con otros peripatéticos Mezcla de ciencia y de arte
Este brillante maestro -tildada de brujería-
Fue encontrando las respuestas en malolientes marmitas
A estos cuestionamientos. buscaba sin descansar
Miró de derecha a izquierda, transmutación de metales,
Miró arriba, abajo luego sublimación del espíritu,
Y dijo: cuatro elementos el elixir de la vida,
Son el principio de todo: ¡la piedra filosofal!
AGUA, AIRE, TIERRA Y FUEGO”
Dragones y salamandras
Todo era frío o caliente Como enigmáticos signos
Encerraban los secretos Que al quemar ciertas sustancias
De un profundo esoterismo. -En especial un metal-
El “flogisto” se desprende
Más de uno fue a la hoguera Y el residuo es sólo “cal”.
Por no dar explicación
De lo que hervía en sus retortas Y empieza por todas partes
A la Santa Inquisición. El estudio de los “aires”,
Y dele a la “combustión”
......... Y luego a la “reducción”,
Y que el flogisto va y viene...
Muchos siglos transcurrieron Y el avance de la Química
Y llegó el Renacimiento Ahora nada lo detiene.
Y con él la Iatroquímica
Del médico Paracelso, A fines del diez y ocho
Quien fuera el primer maestro La cosa se pone buena
De la cátedra de Química Pues todos quieren tener
En la bella Basilea De esta ciencia la bandera.
En el siglo diez y seis. Priestley, Cavendish y Black,
El ruso Lomonosoff,
Época de grandes genios Y, por supuesto, Karl Scheele,
De las Ciencias y las Artes: El sueco investigador.
Da Vinci, Bacon, Descartes...
Y también de Galileo Cada uno por su parte
A quien costó una condena Va encontrando nuevos “aires”:
Su teoría de los cielos. “aire ígneo”, “aire viciado”,
“aire desflogisticado”.
A mitad del diez y siete
“El químico más escéptico” Sin embargo, y a pesar
-el irlandés Robert Boyle- De todos estos esfuerzos
plantea un primer concepto Aún no pueden descifrar
sobre lo que es “elemento”: Lo que es un “elemento”.
“cuerpo simple o primitivo
que hace parte de otros cuerpos”. Mientras tanto un francés
Negociante y abogado
Atrás va quedando ahora Comienza a escribir de “Química
La teoría aristotélica Un elemental tratado”.
Con solo cuatro elementos,
Y de la alquimia y la hoguera Es curioso que a lo largo
Sólo quedan los recuerdos... De toda la humanidad
La historia se ha entrelazado
Y surge de los estudios Con el arte de enseñar.
Del alemán Georg Stahl Pues buscando una manera
La “sublime teoría” De los hechos explicar
Con la que se ha de explicar Más de uno se ha encontrado
Con lo que esperaba y ¡más!
Mas a pesar de haber sido
Así fue como este joven, De la Química “el papá”
Antoine Laurent Lavoisier, Como muchos entendidos
Con la paciencia de un santo A este hombre suelen llamar,
Y una muy buena mujer, La envidia y los viejos odios
La conservación de masa Que sentía por él Marat
Al fin logró establecer. Llevaron a Lavoisier
A su trágico final,
Colocó el agua en reflujo, Y el tribunal que regía
Pesó antes y después La Revolución Francesa
Y observando, cuidadoso, Mandó a un verdugo sin rostro
Dijo en perfecto francés: A cortarle la cabeza.
“de esta agua que aquí hierve
nada se gana o se pierde”. Algunos años después
Comenzando el diecinueve
El flogisto queda “out” La vieja idea de “átomo”
El camino ya está abierto, En una mente se mueve...
Y los secretos del agua John Dalton se lanza al ruedo
Han quedado al descubierto. Con su nueva teoría
Y propone su modelo
Con todo lo que ha encontrado Que en tres líneas resumía:
En estos experimentos “Primero: todo elemento
Define ahora Lavoisier de átomos está compuesto.
Cuerpo simple o elemento, Segundo: todos los átomos
Y hace la primera lista Si son de un mismo elemento
De elementos descubiertos Entre sí han de ser idénticos,
-aunque él no sabe que algunos Mas han de ser diferentes
son en realidad compuestos-. A los de otros elementos”.
Y finalmente concluye
Además con otros tres: Para así acabar el cuento
Fourcroy, Morveau y Berthollet Que “no hay transmutación
Crean una nomenclatura De uno en otro elemento”.
Que a la Química harto ayuda.
A partir de este momento
Se mezclan estos conceptos
Se acaban los nombres raros Y dan origen a otros:
De “espíritus” y “vitriolos” Moléculas y compuestos.
Pues cada sustancia tiene
Para sí, un nombre propio, Los símbolos alquimistas,
Acorde a sus propiedades Como los de Lavoisier,
Y a su real composición , Van tomando nuevas formas
De modo que en adelante En las manos del inglés.
Ya no habrá más confusión. Pero aunque era un adelanto
Lo que John Dalton hacía Y como no había encontrado
Aún era muy complicada Ningún libro de su agrado,
Toda esta simbología. -Así como Lavoisier
Hizo su propio “Tratado”-
Se iba haciendo necesario Él decidió hacer su libro,
Encontrar otra manera “Principios” denominado.
De representar los “cuerpos”
Sin cruces y sin esferas. Y otra vez nos encontramos
Con la estrecha relación
Berzelius propone entonces Que didáctica e historia
Un lenguaje universal, Tienen en esta cuestión.
Y de su nombre latino
Se tomará la inicial. Pero sigamos la historia
No más esfera con punto En orden, como venía,
Para llamar al hidrógeno Que antes de Mendeleiev
Ahora sólo es una “H” Ya algunos cuántos había
Y liquidado el asunto... Tratando de organizar
De alguna manera u otra
Volta se inventa la pila, Los elementos hallados
Con ella, la electroquímica, En varias partes de Europa.
Y una “pila” de elementos
Son descubiertos en Química. Döbereiner fue el primero
Que en tríadas observó
De modo que así las cosas En las medias aritmética
Casi cien años después La asombrosa relación
De aquella lista que hiciera De pesos equivalentes
El finado Lavoisier, -pesos de combinación.
Los elementos en Química
Ya van en sesenta y tres. Óxidos de calcio y bario
........ Divididos entre dos
Pesan igual que el de estroncio,
En la fría San Petersburgo Me lo crea usted o no.
Dimitri Mendeleiev
Su nuevo curso de Química Repitió del mismo modo
Se replanteaba otra vez, Con sodio, litio y potasio,
Pues claro, era complicado Selenio, azufre y telurio,
Con toda esta información Con bromo, con cloro y yodo...
Para los buenos maestros Con “químicas” similares,
Preparar bien la lección. Y siempre de 3 en 3,
La relación aritmética
Un listado de memoria No le falló ni una vez.
No resolvía este problema
Así que había que sentarse Muy importante aquí es Prout
A repensar este tema. Quien considera el hidrógeno
El elemento primero, Pero ¡ Ah, si hay ignorantes
Por lo cuál todos los pesos Aunque sean importantes!
De los demás elementos En la “Chemical Society”
De una fracción del hidrógeno Preguntaron con humor
Serían múltiplos enteros. Si en alfabético orden
No habría quedado mejor.
Esta hipótesis genera
Una fuerte discusión El otro era William Odling,
Entre los que están en contra Que en Oxford era profesor
Y los que están a favor, Y pretendía establecer
Incentivando –con creces- -Sin tener lugar a error-
Toda una investigación. Una ley que predijera
Que para los elementos
Unos añitos después, La secuencia de sus pesos
Béguyer de Chancourtois Y de su comportamiento
A la Academia de Ciencias En todos son paralelas.
Su idea fue a presentar:
Un gran anillo telúrico Pero tampoco la suerte
En cuyo eje vertical Le sonrió a este otro inglés...
Figuran pesos atómicos
Y el telurio, por supuesto, Y ahora si a Mendeleiev
Ocupa un lugar central. Retomemos otra vez.
Pero era muy complicado
Este esquema que ha propuesto Quizás por estar en Rusia
Y además mezcla el anillo O por eso de la “izquierda”,
Cuerpos simples y compuestos, Cierto es que Mendeleiev
Dos razones por las cuales La cosa empezó al revés,
Muy pocos se acuerdan de esto. Y en vez de similitudes
Empezó a hallar diferencias.
Mientras tanto, por su parte,
-aunque trabajando aparte- Halógenos y alcalinos,
Dos ingleses observaban Dos grupos tan diferentes
Ciertas regularidades Eran, al clasificar,
En algunas propiedades. Sus mejores referentes......

A uno de ellos: John A. Newlands Y mientras otros armaban


Se le ocurrió comparar La tabla a partir del centro
Los rasgos repetitivos Dimitri,-en su contra vía-
Con la escala musical, Iba de afuera hacia adentro;
Pues cada siete elementos Y estudiando uno por uno
Semejanzas encontraba Los elementos más típicos
Y a su sistema periódico Va organizando por fin
Llamó “ley de las octavas”. El comportamiento químico.
Entretanto en Alemania Hoy en día ya sabemos
El profesor Lothar Meyer Que no es por el peso atómico
De la periodicidad Mas por el número atómico
Buscaba sus propias leyes, Que este orden se establece,
E igual que Mendeleiev Y el número de elementos
Quería ofrecer a la Ciencia Cada día crece y crece,
Una tabla de elementos, Pues los que no se descubren
Mas basada en las valencias. Surgen artificialmente...

Compiten ahora los dos Unos durarán por siempre


Por tener la primacía Y otros “vivirán” muy poco,
-y ver cual tabla periódica -Como el ciento diez y ocho-,
en verdad perduraría-. Pero todos cumplirán
Aquella ley general
Mendeleiev gana el premio Conocida por los químicos
Que le concede la historia Como periodicidad,
Y su tabla de elementos Y diciendo estas palabras
Aún perdura en la memoria, Coloco el punto final.
Con sus casillas en blanco
Para elementos previstos:
Eka-boro, eka-aluminio
Y también eka-silicio. Rita Linares - Ritik
Cerdanyola del Vallès, Marzo del 2001
Hubo algunos elementos
Para él algo inquietantes
Como aquellos “gases raros”
Para nada reaccionantes
O también los radiactivos
De los esposos Curie,
Que con tal de conocerlos
Hizo viaje hasta París.

Y bueno, aquello del “éter”


No le resultó muy bien,
Pero realmente hizo mucho
Dimitri Mendeleiev
Y la tabla que hoy tenemos
En mucho se la debemos
A este ilustre profesor
Que buscando la manera
De enseñar mucho mejor
Encontró una ley periódica
Y un sistema ordenador.

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