Sei sulla pagina 1di 21

Centro Para la Educación y Prevención del Sida

“Encuesta de Opinión sobre Homofobia dirigida a


Estudiantes Universitarios en
Cinco Departamentos de Nicaragua”

Auspiciado por:

Hivos

Managua, República de Nicaragua


Julio, 2008
1. Presentación

El Centro Para la Educación y Prevención del SIDA, es una organización civil sin fines de lucro,
con 15 años de experiencia en el trabajo de prevención de las ITS, VIH y SIDA con una audiencia
específica, como son los hombres, independientemente de su orientación sexual e identidad de
género.

CEPRESI ha venido desarrollando programas y ejecutando proyectos que tienen como fin la
promoción de la participación de los hombres, hombres homosexuales y otros Hombres que
tienen Sexo con Hombres como agentes de su propio cambio, abordando las causas que
constituyen factores de riesgo a la diseminación del VIH/SIDA desde un enfoque integral de los
derechos sexuales, como parte inalienable e insustituible de los Derechos Humanos, en aras de
crear un clima propicio para la aceptación, tolerancia y respeto a la diversidad y la no
discriminación, a través de una estrategia de comunicación para el cambio social en el ámbito
local.

En el marco de la cooperación que CEPRESI ejecuta con la Agencia HIVOS y como parte de una
investigación comparativa que se está realizando en Honduras, Costa Rica y Nicaragua, se ha
llevado a cabo el presente Estudio de Opinión entre estudiantes universitarios en cinco
departamentos del país. El presente documento recoge una importante información y análisis
cuali – cuantitativo sobre esa población como un primer acercamiento científico sobre variables
importantes (tales como homosexualidad, derechos sexuales de gays y lesbianas, aceptación-
rechazo, homofobia y Sida), que parecen determinar las tendencias de la población joven en
general con nivel educativo superior, con respecto a sus actitudes homofòbicas y su relación con
la eficacia u obstáculos que experimentan los programas de educación y prevención del Sida en
la población masculina.

2. Resumen

El objetivo del estudio fue determinar la “reacción y creencia” (actitud) frente a posibles o reales
situaciones personales o ajenas con respecto a homosexualidad y homofobia, dirigido a jóvenes
universitarios –entre hombres y mujeres- en cinco departamentos de Nicaragua. Para ello se
aplicó a 500 personas una encuesta descriptiva (estructurada), anónima y con algunas opciones
de repuestas abiertas. Se buscó relación con edad, género, ciencias o carrera que estudian, con
o sin hijos o hijas, su relación o no con familiares “gays” o “lesbianas”, esto en cuanto a las
variables demográficas. También fue explorada su reacción sobre casos hipotéticos o reales
sobre su reacción hacia la homosexualidad, su relación con el VIH y aspectos relativos a
creencias religiosas o socio culturales, con el objetivo de inferir conclusiones en dichos resultados
con respecto a la homofobia como factor de obstáculo o resistencia en el abordaje de prevención
del VIH/SIDA y las ITS, así como de vulnerabilidad y factor de riesgo que enfrentan hombres que
tienen sexo con hombres.

Los datos fueron analizados con estadística descriptiva. Se obtuvieron 485 (96 %) cuestionarios
completos, con respuestas compatibles para actitud de “no aceptación” (desfavorable) en 93.8 %
con respecto a si tiene o si tuviesen hijos e hijas, hermanos o hermanas homosexuales, lo cual se
relaciona con variables de “creencias relacionadas con la homosexualidad” tales como:
promiscuidad (16.2%) soledad (11.4%), droga y alcohol (11.6%), enfermedad mental (8.4%), Sida
(21%), disgusto y desagrado (7.6%), de un total de 462 personas (95% de las encuestas válidas).
El análisis más cualitativo de los hallazgos y en comparación a investigaciones similares en otros
países, hace necesario un estudio socio antropológico y psico social que relacione actitudes,

2
conocimientos y creencias con respecto a la relación de variables “homosexualidad”, “homofobia”
y “VIH/Sida” que explore la “sutileza” o “aparentes ambigüedades” en las respuestas de los
entrevistados con respecto a lo que “piensan”, “lo que conocen”, “lo que realmente harían o
hacen” y lo “que le gustaría hacer” y el “deber ser”. Este estudio de opinión deja abierto el camino
para realizar estas exploraciones en una población joven frente a la epidemia del SIDA en
Nicaragua.

Palabras claves: Aceptación, rechazo, derechos, homofobia, gays, lesbianas, HSH, Sida.

3. Marco Teórico

En la medida en que analizamos los datos que arrojan las encuestas de opinión o estudios a
profundidad alrededor del fenómeno de la homofobia y su relación con los temas de salud y
educación para la prevención del VIH y las ITS, confirmamos la relación que existe entre la forma
cómo desde el género y el sexo se relacionan las personas, cómo influyen en estas relaciones la
orientación sexual y cómo los imaginarios sociales afectan la actitud familiar y particular con
relaciones a los seres que forman parte del circulo social y afectivo más cercano, y a las demás
personas en la comunidad, perneadas por el prejuicio y mitos, lo cual conlleva a obstáculos
asociados con la diseminación del VIH/Sida.

Esta relación de variables “sexualidad-género-prejuicio-VIH/Sida” permea todas las formas de


expresión de la sexualidad humana, pero en especial, afecta más profundamente las expresiones
de la diversidad sexual que no estén enmarcadas en la norma “heterosexual”. Más
específicamente de las relaciones HSH (Hombres que tienen Sexo con otros Hombres).

Estos hallazgos, ya convertidos en marco referencial para el abordaje de educación y prevención


del VIH/Sida y las ITS, relacionadas con los temas de Derechos en Salud Sexual y Reproductiva,
así como de iniciativas internacionales, regionales y locales para la lucha contra la discriminación
y la homofobia, fue consensuada y denunciada mundialmente en el seno del Programa Conjunto
de las Naciones Unidas para el VIH/Sida (ONUSIDA) durante la Campaña Mundial contra el Sida
2002 – 2003

En efecto, el documento de “Marco Conceptual de la Campaña” (2002) afirma que: “El estigma y
la discriminación son los mayores obstáculos para la prevención de nuevas infecciones, el
suministro de asistencia, apoyo y tratamiento adecuados y la mitigación del impacto. El estigma y
la discriminación relacionados con el VIH/Sida son universales, puesto que tienen lugar en todos
los países y regiones del mundo. Son provocados por muchas fuerzas, entre ellas, la falta de
conocimiento sobre la enfermedad, los mitos sobre los modos de transmisión del VIH, los
prejuicios, la falta de tratamiento, las informaciones irresponsables de los medios de
comunicación sobre la epidemia, el hecho de que el Sida sea incurable, los miedos sociales en
torno a la sexualidad, los miedos relacionados con la enfermedad y la muerte, y los miedos
relacionados con las drogas ilícitas y el consumo de drogas intravenosas.”1

Nicaragua no es la excepción, y a casi seis años de esta “declaración”, la realidad sobre la


relación entre prejuicios y el Sida se sigue constatando empíricamente. La falta de un sistema de
monitoreo consistente en el área de salud pública que permita conocer científicamente sobre las
tendencias de la epidemia del VIH y las infecciones por transmisión sexual (ITS) en general, no
nos permite revelar la magnitud del problema. No obstante, la observación permanente que se
realiza a través de la ejecución de proyectos y programas educativos y de prevención reflejan la

1
Marco Conceptual y base para la Acción: Estigma y discriminación relacionados con el VIH/SIDA. ONUSIDA.
Versión española, Junio 2002.Pág. 5.

3
presencia de múltiples manifestaciones de prejuicios, mitos, creencias, falta de información y por
lo tanto, se traducen en prácticas de riesgo.

Como hemos mencionado más arriba, aunque esta situación compleja afecta a toda la población
en general, el problema se agudiza cuando se trata de la situación que enfrentan los hombres
frente a la epidemia del VIH y las ITS y, en consecuencia, las mujeres.

Más particularmente, el rechazo hacia el comportamiento homosexual –desde el imaginario social


“heterosexual”, presente incluso entre la comunidad GLTB- muestra una complejidad que
requiere de mayor atención.

ONUSIDA plantea que: “… A menudo se cree que las personas con el VIH/SIDA merecen su
destino porque han hecho algo malo. Con frecuencia, estas “malas acciones” se vinculan con
relaciones sexuales o con actividades ilícitas o reprobadas por la sociedad… Los hombres
infectados pueden ser percibidos como homosexuales, bisexuales o clientes de prostitutas. Las
mujeres con el VIH/SIDA son percibidas como “promiscuas” o profesionales del sexo. A menudo,
la familia y la comunidad perpetúan el estigma y la discriminación, en parte por miedo, en parte
por ignorancia y en parte porque resulta cómodo culpar a quienes se han visto afectados
primero”.2

Consideramos que estas “declaraciones” que están enfocadas primariamente al estigma que
sufren las personas conviviendo con el VIH/Sida, de hecho son totalmente válidas cuando se
aborda la realidad que viven particularmente las personas que se perciben como homosexuales y
otros hombres que tienen sexo con hombres.

El prejuicio social alrededor de la homosexualidad –reconocido como “homofobia”- constituye un


obstáculo específico para el abordaje apropiado en la educación y prevención del VIH/Sida y las
ITS que incluyen, pero no agotan, las relaciones de variables expresadas anteriormente
aplicables a toda la población en general, tanto en Nicaragua y en cualquier parte del mundo.

La fobia (miedo irracional no fundado hacia un estimulo), es en este caso, hacia lo homosexual:
ya sea hacia la persona con orientación sexual homosexual, hacia quienes se les asigna
socialmente la homosexualidad como su orientación sin que ello sea verdad, hacia
comportamientos, actitudes, prácticas consideradas homosexuales. La homofobia y la lesbofobia
pueden presentarse de manera internalizada en la persona, y en los grupos familiares y sociales.

La homofobia/lesbofonia surge inicialmente como resultado de la contradicción entre la vivencia


particular y los imaginarios familiares y sociales. Induce a la auto-agresión, a la negación de sí
mismo y por lo tanto a la negación del deseo, el erotismo, la afectividad y la genitalidad; además
a no establecer una identidad particular sexual positiva, a la negación a considerarse homosexual
y a no tener una identidad particular positiva de la propia orientación sexual, por tanto, a no
identificarse homosexual o a no aceptar que se le denomine de esta manera. Como
consecuencia de ello, el hombre se ve obligado a posesionarse en un estilo de vida con el cual no
se halla identificado, a asumir en su cotidianidad una “doble moral”, a establecer vínculos y
relaciones que le vulneran, agreden, y que igualmente pueden llegar a violentar y lesionar a otras
personas.

2
Ibídem Pág. 9.

4
Las relaciones entre los hombres y las mujeres, y entre los mismos hombres y las mismas
mujeres son de carácter político, social y cultural. El carácter político se fundamenta en las
relaciones de poder y está asignado por las diferentes estructuras de este: tales como las
económicas, las determinadas por el acceso al conocimiento, la etnia, la edad, y por condiciones
de carácter sexual como las identidades particulares y sociales de sexo, género, la orientación
sexual, como también, por las expresiones de los comportamientos sexuales.

Lo masculino está relacionado socialmente con la sobrevivencia y el mantenimiento de lo


material, pero no con la ternura, los afectos, las emociones o las relaciones cálidas con los
hombres e incluso con las mujeres. Rivera (1991) afirma que “la socialización y el adiestramiento
a la cual se somete al niño desde temprana edad requiere la supresión de cualquier sentimiento
que implique debilidad, fragilidad, temor, sensibilidad, espontaneidad afectiva, y por el contrario
exige el aprendizaje de respuestas autodestructivas o de alto riesgo”.

Las ideologías masculina y machista no afectan únicamente a las mujeres; por supuesto,
vulneran igualmente a quien las propone, por tanto afectan a los hombres, quienes son
igualmente “víctimas” del machismo, el sexismo, la falocracia y de los propios imaginarios de la
masculinidad. En el caso de los hombres homosexuales la vulneración es doble, por cuanto la
reciben de la sociedad, y la ejercen sobre sí mismos y sus congéneres.

En las relaciones sexo-género entre los hombres y las mujeres, y entre los mismos hombres y las
mismas mujeres, las estructuras de poder no son inamovibles, ni siquiera lo son las referenciadas
a la sexualidad como las identidades particulares y sociales de sexo, género, orientación sexual e
inclusive las expresiones de comportamiento sexuales. En las relaciones entre hombres a su
protagonistas los han clasificado en la categoría “Hombres que tienen sexo con otros hombres”
(HSH). Esta clasificación que parece ser bastante “abierta” y “neutral” pretende recoger a los
hombres que no se autodeterminan homosexuales.

Esta definición que busca enmendar errores en la planificación y puesta en práctica de


programas informativos y preventivos en VIH/sida, por supuesto es más teórica que de la vida
real, y puede llegar a ser “reduccionista” si no logra trascender lo sustantivo. Aun cuando la
definición no pretende ligar sexo a coito, si parece anteponer como determinante el carácter
genital de las relaciones, olvidando las vinculaciones afectivas, eróticas y deseantes, olvidando
que el Sida así haya sido clasificado como una enfermedad de transmisión sexual, se ve
influenciado directa o indirectamente por una serie de cofactores tales como lo cultural, lo
emocional, lo ideológico, lo político, lo socioeconómico e inclusive por las diversas formas de
control social.

Una de esas formas de control social que Nicaragua ha enfrentado –al igual que muchos países a
lo largo de la historia legislativa-, ha sido la afirmación legal “condenatoria” de la homosexualidad
tipificada como delito bajo la figura de “sodomía” –palabra que en sí misma encierra un prejuicio
por razones interpretativas erróneas3— manifiesta en el otrora Código Penal en su famoso
artículo 204.

En Nicaragua, el llamado “artículo 204” ha constituido un objetivo tangible en la lucha en contra


de la homofobia y la reivindicación de los derechos sexuales de las comunidades y grupos e

3
Aunque la literatura alrededor del tema es abundante –no tanto en Español- y no es el tema central de este estudio,
podemos recomendar al menos un par de obras muy reconocidas: “Lo que la Biblia realmente dice sobre la
homosexualidad”, de Naiel A. Helminiak, PhD. Ed. Egales S.I. 2003 de su texto original en Inglés y la obra “Papá,
Mamá, soy Gay” de Reina Riesenfeld, ed. Grijalbo, 2002. Recientemente se ha publicado la obra en inglés, aún no
traducida al Español, titulada “Gay Christian 101”. Spiritual Self-Defense for Gay Chrsitian, del exitoso
conferencista Rick Brentlinger, copyright 2007.

5
individuos GLTTB como derechos totalmente válidos para el cuerpo legal constituido en
declaraciones internacionales de Derechos Humanos.

El CEPRESI, uniéndose a los múltiples esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil, de


iniciativas comunitarias e individuos, ha denunciado en muchos foros nacionales e
internacionales esta forma legalizada de discriminación y control. Estas denuncias han sido
acompañadas de otras acciones tales como marchas, recursos de amparo ante los tribunales de
justicia –obviamente rechazados por la Corte Suprema de Justicia con argumentos seudo
religiosos y moralistas-, así como de programas y proyectos educativos y de prevención,
especialmente en la población mayoritariamente joven en Nicaragua. De esta manera se van
asumiendo las directrices que los países en consenso han definido para mitigar y luchar contra
las múltiples formas de discriminación y homofobia.

Finalmente, todos esos esfuerzos se han cristalizado en un nuevo Código Penal –que a la fecha
de este estudio empieza a tener plena vigencia- en el cual desaparece la condena explícita hacia
la homosexualidad. No obstante, aún hay mucho camino qué recorrer en este sentido.

No obstante, la lucha no termina ahí en lo legal, porque el fenómeno del prejuicio y las fobias no
son determinados, afirmados o extinguidos exclusivamente por la acción legal, aunque si
constituye un gran paso. El prejuicio y la homofobia en particular requieren de mayor análisis y de
estrategias de acción.

La comprensión científica del fenómeno en Nicaragua y en la región Centroamericana y la


búsqueda de acciones concretas, son objetivos estratégicos específicos que alianzas y
organizaciones –como el CEPRESI- están realizando, en esfuerzos conjuntos con Agencias de
Cooperación para el Desarrollo –como en este caso particular de HIVOS.

Por ello, este estudio explorativo sobre la relación entre homofobia y la prevención del VIH/Sida
pretende contribuir a abrir caminos para el debate, estudios a mayor profundidad y la definición
de nuevas acciones a ejecutarse en proyectos y programas estratégicos.

4. Material y Métodos

El diseño metodológico en este estudio está enmarcado en un diseño descriptivo comparativo,


puesto que la pretensión fue comparar las reacciones que personas jóvenes (hombres y mujeres)
con nivel educacional superior (universidad), en cuatro rangos de edad: menor de 20 (no
menores de 18), entre 20 y 26, entre 27 y 33 y mayores de 34 (no mayor de 37).

La encuesta fue aplicada de manera aleatoria a una muestra de 500 personas que participaron
voluntariamente y a las cuales se les exponía la consigna que “el cuestionario tiene como
propósito estudiar la forma en que la o el encuestado piensan y reaccionan con respecto a
determinados asuntos de sexualidad”. El fin práctico del estudio está relacionado con la obtención
de insumos que permitan “construir una propuesta apropiada de abordaje de la prevención del
VIH en la población joven, y en especial énfasis en lo referente la población masculina”.

El estudio fue dirigido a jóvenes universitarios –entre hombres y mujeres- en cinco departamentos
de Nicaragua: Managua, Masaya, León, Chinandega y Nueva Segovia (en sus respectivas
cabeceras municipales). Se buscó relación con edad, género, ciencias o carrera que estudian,
con o sin hijos o hijas, su relación o no con familiares “gays” o “lesbianas”, esto en cuanto a las
variables demográficas. También fue explorada su reacción sobre casos hipotéticos o reales
sobre su reacción hacia la homosexualidad, su relación con el VIH y aspectos relativos a

6
creencias religiosas o socio culturales, con el objetivo de inferir conclusiones en dichos resultados
con respecto a la homofobia como factor de obstáculo o resistencia en el abordaje de prevención
del VIH/Sida y las ITS, así como de vulnerabilidad y riesgos que enfrentan hombres que tienen
sexo con hombres.

Las preguntas con significados comunes fueron agrupadas en dominios que contuviesen un
significado más genérico, dando lugar a dos variables más cuyos nombres pretendían expresar lo
que había de común en el entendiendo “por creencias” y por “actitud” para inferir si hay
manifestaciones de “homofobia” en la población encuestada. Los reactivos de las preguntas siete,
catorce, quince, dieciséis, diecinueve, veinte, veintiuno, vencidos, veintitrés sirvieron para
establecer la variable “creencia. Los reactivos de las preguntas nueve, .diez, once, doce, trece,
diecisiete, dieciocho, veinticuatro, veinticinco y veintiséis sirvieron para establecer la variable de
“actitud”.

De los 500 cuestionarios previstos para la muestra fueron considerados para el análisis 485 (96
%) y eliminados quince (4 %) por presentar datos incompletos.

5. Análisis e Interpretación de los Resultados

La estrategia que se utilizó para el análisis de esta encuesta fue:

a. Describir la muestra, ya que fue realizada de manera voluntaria, aleatoria y en una cohorte
específica /estudiantes universitarios en cinco departamentos del país). Las principales
variables que describen a la muestra son por estratificación de edad y sexo distribuidos
territorialmente en las zonas de estudio..

b. Exploración de las reacciones para casos reales o hipotéticos entre las y los encuestados
relacionados con el tema de la homosexualidad en su círculo familiar (hijos, hermanos o
amigos), relacionando las variables indicadas en el acápite de Material y Métodos de este
documento, con el fin de inferir en manifestaciones expresas de prejuicio –en general- y
homofobia en particular.

c. Exploración de las creencias en la muestra alrededor de la homosexualidad y el VIH/Sida


y las ITS.

a. Descripción de la Muestra

La encuesta se aplicó en estudiantes universitarios de los siguientes Centros de Estudios


Superiores, con sus respectivas frecuencias entre las encuestas válidas, para un total de 484
cuestionarios (244 hombres y 240 mujeres, uno no respondió):

Porcentaje
3.- Lugar de estudio: Frecuencia Porcentaje acumulado
1.UNAN Managua 94 19,40% 19,40%
10.UCAN Chinandega 10 2,10% 21,50%
11.UACH Chinandega 25 5,20% 26,70%
2.UCC 40 8,30% 34,90%
3.UCA 105 21,70% 56,60%
4.UNIVAL Ocotal 51 10,50% 67,10%
6.UNAN Leon 100 20,70% 87,80%
7.Chinandega 1 0,20% 88,00%
8.UPONIC Masaya 48 9,90% 97,90%
9.UPONIC Chinandega 10 2,10% 100,00%
Total 484 100,00% 100,00%

7
Aunque las encuestas fueron aplicadas en algunos casos en varias universidades en un mismo
departamento del país, se pueden agrupar de la siguiente manera: Managua representa un
49.3% (lo cual es compatible con respecto a la concentración poblacional en la capital),
Chinandega 9.6%, León 20.7% (igualmente compatible con la concetración poblacional como la
segunda ciudad más grande del país), Masaya 9.9% Nueva Segovia (Ocotal) 10.5%.

La estratificación por edades se realizó de la siguiente manera, observándose en el mismo


gráfico que el mayor porcentaje se encuentra entre los 18 y 26 años (para un porcentaje
acumulado de 88.8%):

Porcentaje
2.- Edad: Frecuencia Porcentaje acumulado
1.Menor de 20 años 219 45,20% 45,20%
2.Entre 20 y 26 años 211 43,60% 88,80%
3.Entre 27 y 33 años 34 7,00% 95,90%

4.Más de 34 años 20 4,10% 100,00%

Total 484 100,00% 100,00%

A continuación se presentan las frecuencias por cruces de edades y sexo:

Estratificación de edades en hombres:

Porcentaje
2.- Edad: Frecuencia Porcentaje acumulado
1.Menor de 20
años 108 44,3% 44,3%
2.Entre 20 y 26
años 101 41,4% 85,7%
3.Entre 27 y 33
años 23 9,4% 95,1%
4.Más de 34
años 12 4,9% 100,0%
Total 244 100,0% 100,0%

Estratificación de edades en mujeres:

Porcentaje
2.- Edad: Frecuencia Porcentaje acumulado
1.Menor de 20
años 111 46,3% 46,3%
2.Entre 20 y 26
años 110 45,8% 92,1%
3.Entre 27 y 33
años 11 4,6% 96,7%
4.Más de 34
años 8 3,3% 100,0%
Total 240 100,0% 100,0%

Como podemos observar en las tablas anteriores, la mayor parte de la muestra está concentrada
en una población joven menor de 26 años y en esa estratificación, una representación mayor de
mujeres, para un 96,7% de mujeres y un 85,7% de hombres.

8
En cuanto a las disciplinas o carreras que estudian las y los encuestados que respondieron a esta
pregunta (413), se observa una concentración en las ciencias administrativas (31.5%), Ciencias
Sociales (23%) e ingenierías (17.7%). El resto de las ciencias (médicas, de la comunicación,
puras y agrarias) reflejan un acumulado de 27.8%:

6.- El área de la carrera que Porcentaje


cursa es: Frecuencia Porcentaje acumulado
1.Ciencias Sociales (T.
Soc., Sociologia,
Pedagogia, Psicologia,
Historia, Educacion 95 23,00% 23,00%
2.Ciencias Puras (Fisica,
Quimica, Matematica) 28 6,80% 29,80%
3.Ciencias Medicas 28 6,80% 36,60%
4.Ciencias de la
comunicacion 41 9,90% 46,50%
5.Ingenierias 73 17,70% 64,20%
6.Agrarias 18 4,40% 68,50%

7.Ciencias Administrativas 130 31,50% 100,00%


Total 413 100,00% 100,00%

Ante la pregunta sobre su autodefinición de su Orientación Sexual, con los reactivos:


heterosexual, bisexual, gay, lesbiana, se encuentra que un 95.2% (de las 478 que respondieron a
esa pregunta) se consideran a sí mismas como heterosexuales. El acumulado para gays,
lesbianas y bisexuales corresponde a un 4.8%, lo que parece estar por debajo de otros estudios
realizadas en grupos poblacionales afines en muchos países.
5.- Usted se Porcentaje
considera: Frecuencia Porcentaje acumulado

1.Heterosexual 455 95,20% 95,20%

2.Bisexual 9 1,90% 97,10%


3.Gay (Hombre
homosexual) 8 1,70% 98,70%

4.Lesbiana (Mujer
homosexual) 6 1,30% 100,00%

Total 478 100,00% 100,00%

No obstante, es notable que ante la pregunta de si “alguna vez se ha sentido atracción hacia
alguien de su mismo sexo”, hay un incremento en dicho porcentaje con respecto a como “se
definen a sí mismas”, sin que necesariamente la respuesta de “sentirse atraído o atraída”
signifique una relación genital. Este aspecto no fue profundizado en el estudio, ya que se enfocó
más en su actitud hacia terceros. El 7.5% del total de las personas encuestadas refieren que sí se
han sentido atraídas alguna vez por personas de su propio sexo, a como observamos en la
siguiente gráfica:

Alguna Vez ha sentido atracción hacia alguien de


su m ism o sexo

600

400
92,50%
200
7,50%
0
1.Si 2.No

9
Por otra parte, solamente el 12.2% de la muestran dijeron tener hijos o hijas, lo cual permite
explorar reacciones frente a los temas expuestos en una población joven mayoritariamente sin
experiencias concretas con respecto a situaciones relacionadas con su círculo familiar más
cercano. No obstante, un 52.8% afirma saber de amigos o familiares que son abiertamente
homosexual. Esto, de alguna manera marca una “distancia psicológica” entre lo que “creen” o
“cómo reaccionarían” ante situaciones reales o hipotéticas (sugerida por las preguntas y sus
reactivos) relativas a la homosexualidad, en la mayoría de las personas encuestadas.

Tiene usted Hijos/as

500

400

300 423 1.Si


2.No
200
87,80%
100 59 2.No
12,20%
0
1.Si

Finalmente, pues, podemos decir que la población explorada es mayoritariamente joven (menor
de 26 años), proporcionalmente a la población en general en términos de sexo y que en general
se define a sí misma como heterosexual (95%).

b. Actitudes Favorables o Desfavorables hacia la Homosexualidad

La primera reacción que se explora en el caso en que “Cual cree usted que seria su reacción si
descubre que su hijo es gay/lesbiana” despunta con un 93.8%:

Aceptaria a su hijo /a homosexual

500 Si
400 No
No
455
300
93.80%
200

100 Si 30
6.2%
0

No obstante, de esa cohorte, un 99.6% dijo que no recurriría a la agresión física, ni lo


desconocería, ni lo echaría del hogar, en los mismos porcentajes de posibles reacciones. Es
interesante notar que a pesar de que un 16% de las personas encuestadas creen que la
homosexualidad es una enfermedad, a como veremos en los resultados de la variable de

10
creencias, un alto porcentaje (96.7%) no enviaría a su hijo o hija a “terapia psicológica para
cambiar”.

Solamente cinco personas expresaron en opciones abiertas lo siguiente: “asombro pero


aceptación”, “lo comprendería”, “lo golpearía”, “no me gusta esa onda” y “quererlo mucho”, cuya
frecuencia es de 1 por cada individuo que respondió. Por su parte, solamente el 1% (cinco
individuos) expresaron un rechazo total ante la posibilidad de conocer que tuviera un hijo o hija
homosexual, compatible con la frecuencia de un 94,6% de las personas que respondieron que
“no” respetarían la opción sexual de su hijo o hija (si el caso fuese homosexual):

Respetaria la opcion sexual de su


hija/o

500
459
400
Si
300
No
200
100
0 26 94.60%
5.40%
Frecuencia Porcentaje

.
Un porcentaje similar (de las 485 personas que respondieron) se expresa cuando se les pregunta
de cómo reaccionaría si descubren que un hermano o hermana es gay o lesbiana:

Porcentaje
Aceptación Frecuencia Porcentaje acumulado
Si 30 6.20% 6.20%
No 455 93.80% 100.00%
Total 485 100.00% 100.00%

Asimismo, un 99.6% no les agrediría, ni lo desconocería, echarlo fuera del hogar o aislarlo dentro
del hogar, en iguales proporciones. La afirmación de no considerar que la terapia psicológica sea
apropiada como recurso para cambiar la opción sexual.

Igualmente, como en el caso de un posible hijo o hija homosexual, solamente un 1% rechazaría


totalmente a su hermano o hermana y solamente un 5% respetaría su opción, confirmando con
ello, una y otra vez la “no aceptación” en un alto porcentaje de la muestra.

No obstante, aunque la cohorte que no recomendaría la terapia psicológica para “cambiar de


opción”, se incrementa el porcentaje de quienes si recomendarían este recurso terapéutico para
ayudarle a “auto aceptarse”, lo cual indica una mejora en las actitudes de las personas
encuestadas:
Recomendaria ayuda Psicologica para
que su hijo/a, hermano/na se acepte
plenamente

600 423
400 Si
200 62 No
0
Si No

11
Recurrir a la terapia psicológica no parece ser una forma de reorientar la sexualidad de
homosexuales hacia la norma “heterosexual” del deber ser, ni tampoco recurrir a la religión. No
obstante, el “comunicar a la familia” si es más favorable en la opinión de los encuestados, lo cual
se presenta como un gran reto ante las organizaciones o iniciativas sociales que trabajan en
estos temas.

A pesar de la gran influencia de la religión en el imaginario social con respecto a temas de


sexualidad, sorprende que un 84.5% del total de los encuestados respondieron que no
recomendaría ni a sus hijos o hijas, ni hermanos o hermanas ”refugiarse en Dios o buscar la
religión”. No obstante, un 27% de los mismos si recomiendan “comunicarlo a la familia”,
favoreciendo así una opción para tratar el tema en el círculo familiar de manera más abierta. Esto
es compatible con un 23% que recomendaría “el auto cuido y la auto aceptación”:

Recomnedaria su hijo/ja, Hno./na cuidarse y


aceptarse

No 374

Si 111

Si No

Buscar “mejores amistades”, infiriendo con ello a amistades “heterosexuales” no parece ser una
recomendación favorecida entre las personas encuestadas:

Recomendaria a su hijo/ja, Hno/na homosexual hacer


mejores amistades

500
400
300
200
100
0
Hacer "mejores" Si No
amistades

Ahora bien, si estas posibles reacciones se trasladaran a la posibilidad de que esto le ocurriera a
las personas encuestadas (experiencia propia), las respuestas que favorecen las opciones de
auto aceptación, el auto cuidado o la búsqueda de recursos terapéuticos, se incrementan, aunque
la proporción sigue siendo más o menos equivalente a si se tratara de terceros:

12
Que cree usted que haria si alguna vez se sintiera atraido
por alguien de su mismo sexo

250 23%
200 16% 16%
150 10% 11%
100
9% 8%
5% 2%
50
0

Buscar ayuda

Cambiar de

Comunicarselo

Ocultarlo

Salir de la
amistades

a un amigo/a
psicológica

casa
A pesar del alto porcentaje de personas que no “aceptarían” el comportamiento o identidad
homosexual de hijos, hijas, hermanos o hermanas, parece haber un significativo reconocimiento
(53.9%) de quienes consideran que los gays y las lesbianas pueden ser buenos padres.

Considera que los gays y lesbians pueds ser


buenos padres/madres
300
249
250
213
200
150 53.90% 1.Si
46.10%
2.No
100
50
0

Esta “actitud favorable”, a su vez es compatible con su “reconocimiento” de ciertos derechos que
podría o deberían gozar gays y lesbianas, por cuanto las opiniones aparecen claramente
divididas:

Derechos que usted reconoce de los homosexuales

500 83%
90%
400 75% Si
59% 57% 56% 60%
54% 54% 52% 53% No
300 46% 46% 48%
41% 43% 44% 40%
200 25% 27%
17%
100 10%

0
vivienda

Todos
Adopción

Bono de la

Herencia

Matrimonio

Ninguno

Pensión

indirecto

Unión libre
Creditos

migratorios

Seguro
Derechos
vivienda

social
para

Dado que el estudio refleja un alto porcentaje de personas que se identifican como
“heterosexuales (95.2), es interesante afirmar que este estudio confirma muchos hallazgos
encontrados en estudios similares en grupos poblacionales afines en diversas partes del mundo.
Barra (2002) comenta que existe poca información acerca de las actitudes de hombres y mujeres

13
heterosexuales del mismo y otro sexo. Y en ambos casos, ya sea de actitudes hacia los
homosexuales en general o hacia los homosexuales de cada sexo, existen resultados
discrepantes (Barra, 2002). De este modo, los datos obtenidos en este estudio no sólo
incrementan la evidencia acerca de las actitudes que hombres y mujeres poseen frente a los
homosexuales, sino que igualmente aporta nuevos conocimientos respecto a la interacción entre
las actitudes y las creencias, tanto positivas como negativas, como categorías constituyentes del
prejuicio según la teoría de Allport (1963).

Ante esta aparente contradicción entre el alto porcentaje de personas que no favorecen la
“aceptación de la homosexualidad”, versus un aparente reconocimiento favorable de ciertos
derechos, es importante hacer algunas distinciones, tales como la estratificación de edades, por
ejemplo:

Como podemos ver, el mayor porcentaje de las personas encuestadas que no aceptaría a un hijo,
hija, hermano o hermana homosexual, se encuentra entre las personas entre 18 a 27 años versus
las que si aceptarían. Entre la población mayor de 26 años, las proporciones se equiparan un
poco más y es el rango de edad donde se encuentran el grupo de personas que dijeron tener
hijos e hijas.

Los resultados de esta encuesta de opinión, en cuanto al análisis de las variables afines que
reflejen manifestaciones de “no aceptación” o rechazo frente a la homosexualidad (como actitudes
homofóbicas), dejan al descubierto una serie de “aparentes ambigüedades” cuando se trata de
apreciaciones generales, o incluso “polarizaciones” de opiniones y creencias cuando se entra en
detalle en determinadas cuestiones sobre homosexualidad, que podrían estar mediatizadas por
las profundas raíces socio culturales, antropológicas y psico sociales que subyacen en el prejuicio
social frente a los temas de sexualidad y particularmente sobre la homosexualidad.

Por otra parte, el alto porcentaje de “no aceptación” se ve mejorado cuando se confrontan “sus
reacciones emocionales” con lo que la cohorte encuestada considera lo “que debería ser”. Llama
la atención un mejoramiento aparente en el reconocimiento de ciertos derechos para gays y
lesbianas, la no necesidad de terapias psicológicas para cambiar de opción sexual, una cuarta
parte de la muestra que considera que la homosexualidad es una opción asumida
voluntariamente, casi la mitad de los mismos que consideran que el papel de la iglesia debería ser
de mayor comprensión y apoyo, un bajo porcentaje de personas que recurrirían a acciones
agresivas o de rechazo total ante la posibilidad de tener un familiar homosexual. Es importante
que las y los tomadores de decisiones que intervienen en temas de salud sexual y reproductiva,
Derechos Sexuales y temas afines, tomen en cuenta estas distinciones en la población joven,

14
tomando en cuenta que las proporciones entre hombres y mujeres en esta muestra están
mayoritariamente en las edades de 18 a 26 años.

Aunque cada vez existe mayor conciencia y aceptación de la diversidad humana en variados
planos, el tema de la homosexualidad sigue provocando intensas reacciones emocionales en
muchas personas, y aún se percibe a los individuos homosexuales como enfermos, desviados y
peligrosos, a como podemos comprobar en la tabla de ejemplos sobre la relación entre
homosexualidad y Sida/ITS. Tales percepciones y reacciones emocionales, en muchos casos
negativas, pueden ser incluidas dentro del concepto de prejuicio, “ya que aluden al estado de
ánimo favorable o desfavorable que acompaña a un juicio previo y sin fundamentos” (Allport,
1963).

c. Creencias frente a la homosexualidad o lesbianismo versus actitudes

Como observamos en los resultados de las frecuencias por reactivos que permiten explorar
algunas actitudes de las personas encuestadas con respecto a sí mismas y a terceros, parece
claro, por un lado, una evidente actitud desfavorable (“no aceptación”), pero a la vez, -por otro
lado-, una más favorable actitud (inferida por el reconocimiento de ciertos derechos), así como
baja frecuencia de personas que reaccionarían con un total “rechazo” o agresiones físicas.
Resulta pues, importante explorar algunas creencias que pudieran estar relacionadas con estas
aparentes ambigüedades.

En primer lugar, la opinión ante “el amor entre personas del mismo sexo” resulta dividida entre
aquéllas que consideran que es “imposible” y resultado de una “confusión sexual” (para un 41.8%
acumulado) y aquéllas que consideran que “verdadero aunque superficial”, “verdadero y
profundo” o aún “equiparable al amor heterosexual”, para un acumulado de 47.2% de las 452
personas que respondieron a la pregunta, polarizan la opinión de la cohorte.

Consideran que el amor entre personas del mismo sexo

21% 21%

12%
30%
16%

1.Imposible 2.Igual al heterosexual


3.Verdadero pero superficial 4.Verdadero y profundo
5.Confusion sexual

Cuando se pregunta “qué es lo primero que se viene a la mente cuando se habla de


homosexualidad”, las frecuencias cambian, probablemente porque no se enfrenta a la persona
encuestada ante la posibilidad que se trate de un familiar cercano (hijos o hermanos) o a sí
misma. Las siguientes frecuencias podrían reflejar un “posicionamiento” un poco más favorable
ante la homosexualidad versus las reacciones (actitudes) que asumiría si tratara de una
experiencia más cercana:

15
• Un 29% responde con “aceptación”.
• 15% con disgusto o desagrado.
• 23% relaciona homosexualidad con alcohol y droga.
• 16% con enfermedad mental.
• 23% con orientación sexual valida.
• 31% con promiscuidad.
• 21% con Sida.
• 22% con soledad.
• 14% piensa en solidaridad.
• Y 28 respuestas individuales (con frecuencias de 1 a 2) que refieren pensamientos la
mayor parte desfavorables, tales como: “alejamiento de Dios”, “algo fuera de lo normal”,
“algunos son vulgares, “asco”, “depresión”, “autonomía”, “locura”, “indiferencia”, “con tal
que yo no sea”, “vergüenza”

Cuando el cuestionario busca respuestas aún más específicas para explorar creencias sobre la
razón u origen de la homosexualidad, las personas igualmente dividen sus opiniones en una
diversidad de posibilidades, como lo demuestra el siguiente cuadro:

Considera que la Homosexualidad es:

300 28%
250
200 19% 18%
150
100 7% 6% 7% 7% 7%
50 2%
0
Ab Ba De De De En Fa Fa M
us ja sc sic te fe lt a lt a ala
o au ar ió rm rm d o si
se to o/ n i n ed e pc nf
xu es Si p ac a es io lue
al tim nv ers ió n d pi ne nc
inf a er o me ritu s ia
an gu n al bio nt ali c /s s
t il e nz v l ó al da exo
a o l un gic a d /D .. .
t.. io
. s

Como podemos observar, hay mayor frecuencia entre opiniones que se relacionan a asuntos
biológicos o psicológicos tales como determinación biológica, trastornos por abuso sexual,
enfermedad mental. Un 7% por razones religiosas no parece ser muy significativo, pero si es
importante tomarse en cuenta en el diseño de programas relacionados con la temática, tomando
en consideración que un 28% cree que se trata de una “decisión personal voluntaria” y que un
29% considera que el “mayor problema” que enfrentan gays y lesbianas es la “discriminación”:

Los encuestados consideran que el mayor problema de los


homosexuales
9%
1% 9% 8%

8%
29%
3%
9%
12%
7%
5%

Dis criminación Doble vida Es piritualidad


Falta de es pacios Ines tabilidad emocional Ninguno en es pecial
No reconocimiento legal Otro: Promis cuidad
SIDA Soledad

16
A pesar de las consideraciones señaladas anteriormente, así como de las aparentes
ambigüedades sobre “aceptación y rechazo”, las respuestas fueron más contundentes cuando se
refieren a la relación entre homosexualidad y Sida/ITS:

Estana mas prospensos los Gays y las lesbianas


ha adquirir ITS

3.No sé
66

2.No
183

1.Si
235

0 50 100 150 200 250

Asimismo, en su relación con temas de alcohol y drogas con un 30.6.3%, y el resto dividido entre
un no sé y un no, lo cual reafirma un sentimiento de estigma y prejuicio:

Los Gays y Lesbianas consumen mas alcohol y drogas

3.No sé
23.10%

2.No 46.30%

1.Si 30.60%

0 50 100 150 200 250

Por otra parte, a pesar de que las consideraciones religiosas no parecen ser muy significativas
cuando se trata de explorar actitudes frente a sí mismas o hacia terceros, la asignación del papel
que “debería jugar la “iglesia” frente al tema de la homosexualidad es evidentemente dividido y
polarizado en las opiniones de las personas encuestadas:

Cual considera que deberia ser laposicion de la Iglesia con la


Homosexualidad

42% 45% 1.Aceptacion y cercania


2.Rechazo y lejania
3.Comprension y apoyo
13%

17
Dada la importancia que reviste que más del 20% de las personas encuestadas relacionan
directamente la homosexualidad con el Sida, las ITS, el alcoholismo y las drogas, dimos un
vistazo a las 353 expresiones de respuestas abiertas que nos indican frecuencias significativas
relacionadas con la percepción de las personas que respondieron a la pregunta que relaciona
homosexualidad con Sida/ITS por razones de promiscuidad (89% de las respuestas afines) y falta
de protección en las relaciones sexuales (97% de las respuestas afines).

A pesar que varias expresiones infieren algún tipo de prejuicio, rechazo u homofobia expresa,
también parece evidente que las y los encuestados consideran que la infección por VIH o las ITS
igualmente pueden ocurrir a heterosexuales u homosexuales, hombres o mujeres en
dependencia de las prácticas de riesgo en sus relaciones sexo-genitales. A continuación
recogemos algunas expresiones particulares entre las y los encuestados que reflejan grados de
prejuicios y homofobia explícita:

“El alcohol lo conlleva a eso.


Ellos (los homosexuales) están expuestos por la vida que llevan.
Esas personas no tienen pareja estable.
Están fuera de la realidad, porque son libertinos.
Hay mucha degeneración y hay mucho sexo.
La discriminación y la ansiedad los lleva a prácticas de riesgo.
La misma sociedad los lleva a una vida desorientada.
Los homosexuales les pagan a hombres para tener sexo.
Lo hacen solo para saciar sus deseos y no les importa nada.
Los gays y las lesbianas no usan anticonceptivos.
Los homosexuales nunca se protegen porque son promiscuos.
Por la vida desenfrenada que llevan.
Porque a veces la gente infecta a otras por maldad.
Porque gustan más de la vida alegre y no miden las consecuencias.
Porque no actúan de la manera correcta.
Porque son cochinos.
Porque son muy atrevidos.
Porque para los gays, el que se ponga va de viaje.
Porque utilizan muchos juegos sexuales para tener sexo.
Los homosexuales son más desaseados.
Lo que tienen es color.”

18
6. Conclusiones

Este estudio constituye un primer esfuerzo para documentar las actitudes y creencias que
subyacen en el imaginario de una población joven con un nivel educativo superior con respecto a
la mayoría de la población nicaragüense, en relación al trinomio “homosexualidad-homofobia-
Sida”.

No hay evidencias de estudios similares en nuestro país, por lo que este primer acercamiento
significa un paso importante para revisar y direccionar el diseño de estrategias y programas de
educación y prevención del Sida y las ITS, especialmente en población masculina, que se
enfrenta ante el fenómeno social de la homofobia, como factor de obstáculo para buscar
información, tener acceso de los servicios en salud sexual y reproductiva y aún, para asumir sus
derechos y responsabilidades frente a su salud sexual y reproductiva.

Como bien afirma el Dr. Javier Domínguez del Olmo, Oficial Nacional del UNFPA, Secretario
Técnico de ONUSIDA/México, en el lanzamiento de la Campaña (2005): “indudablemente se
necesitan cambios amplios y duraderos en las actitudes sociales si se quiere avanzar en el
ejercicio de los derechos humanos, en este caso en particular, en la lucha contra el estigma y la
discriminación relacionados con el VIH/Sida.”

Este estudio nos muestra algunos hallazgos que pueden ser utilizados como claves de
interpretación del fenómeno de la homofobia y su relación con el VIH/Sida y las ITS, en futuros
estudios a profundidad y en la incorporación de esos hallazgos en las estrategias de intervención
educativa y preventiva sobre la epidemia del Sida en Nicaragua y en la región Centroamericana.

Algunos de ellos son:

Un porcentaje alto de la muestra en la población de jóvenes universitarios mayores de 18


años y menores de 34 en cinco departamento del país, se identifica públicamente como
heterosexual (95%).

Aunque un poco más del 7% admite haber sentido alguna vez alguna atracción por una
persona de su mismo sexo, parece que no infiere significativamente en su autodefinición
de su orientación sexual. Solamente cerca del 5% de esta población encuestada admite
ser homosexual o bisexual.

La exploración de actitudes hacia la homosexualidad utilizando el recurso de presentar


situaciones “reales o posibles situaciones” hacia terceros (hijos, hermanos amigos) y la
exploración de sus propias creencias parece ser una estrategia metodológica válida de
estudio que sería altamente enriquecida a través de estudios cualitativos con enfoques
socio antropológicos y psicosociales.

El dato de “lo religioso”, aunque está presente en el imaginario de la cohorte en estudio,


no parece ser muy significativo en sus actitudes o creencias como obstáculos tangibles
para la prevención del VIH/Sida. La exploración sobre la valoración de las respuestas
abiertas en la relación “homosexualidad – Sida” parecen ser más de carácter secular que
religioso, ya que se refieren mayoritariamente a lo que, según las y los encuestados
“observan o “creen” con respecto al comportamiento homosexual, ligado a los prejuicios
de “solamente ellos son promiscuos”, “no tienen parejas estables”, “lo hacen sin
protección con el que se les ponga enfrente”, reflejando una actitud adversa hacia la
homosexualidad, pero mejorada dicha actitud ante afirmaciones que se aplican tanto a
homosexuales como a heterosexuales, tales como “a cualquiera le puede dar”, esto es

19
como la ruleta rusa” o “si no te cuidas da igual con quien tienes sexo”. Esto parece
reforzar la estrategia de mayor información sobre las vías de transmisión del VIH y las
ITS.

Aunque las opiniones están divididas y polarizadas con respecto al papel que debería
jugar la religión o las iglesias con respecto a las personas homosexuales, un porcentaje
significativo aboga porque su papel debe ser de comprensión y aceptación. Asimismo, se
favorecen la opciones de “comunicarlo a la familia” o “buscar apoyo para auto aceptarse”
por encima de las tradicionales opciones de “terapias para cambiar de opción” o “cambiar
de malas amistades” o “refugiarse en Dios” con el fin de cambiar

Contrario a lo que se conocía y reconocía en términos de Derechos Humanos, en general


y Derechos de las Diversidades Sexuales, en décadas anteriores, parece haber una
mejoría en cuanto a las actitudes de una población joven con educación superior, con
respecto a la comunidad homosexual. El compararlo con “el amor heterosexual”, la
posibilidad de que sean “buenos padres”, cierto reconocimiento de que formen parejas
(favorecidas más por la unión de hecho que por el matrimonio tradicional legalmente
reconocido) u otros tópicos como el derecho a la propiedad al menos parece estar más
familiarizado en el imaginario de la cohorte estudiada, y por lo tanto favorecida en sus
actitudes.

7. Recomendaciones

En términos generales, consideramos que las estrategias de educación, acercamiento a


los círculos familiares, el apoyo a procesos de empoderamiento en términos de Derechos
y Responsabilidades en Salud Sexual y Reproductiva dirigida especialmente a la
población masculina deben continuar siendo pilares programáticos de intervención para la
educación y prevención del Sida, según parece confirmar este estudio.

La realización de estudios a más profundidad en grupos poblacionales específicos,


podrían ayudara a identificar factores que favorezcan el trabajo de prevención de la
epidemia del Sida y las ITS, lo cual queda sugerido en este estudio.

La consistencia de las respuestas abiertas que infieren un alto grado de homofobia y


prejuicio con respecto al Sida y la diseminación de las ITS parecen sugerir que es
imperativo reforzar las estrategias de mayor difusión de información adecuada hacia la
población en general y de manera más específica a la población masculina, a los
individuos que se identifican como homosexuales y a otros hombres que tienen sexo con
hombres, tomando en consideración los hallazgos de este estudios y otros realizados en
la región.

Las actitudes que favorecen el reconocimiento de los Derechos de las “personas


homosexuales” reflejadas en este estudio con respecto a lo que se podría constatar en
estudios realizados a finales del siglo pasado, podría ser una beta de trabajo muy
significativo en las estrategias de luchas por los Derechos Humanos de las comunidades
GLTTB, tomando en consideración la oportunidad que existe en Nicaragua de contar con
una nueva legislación penal y la aparente disminución de la “amenaza” que podrían
representar prejuicios con contenidos y justificativos religiosos, al menos en la población
explorada.

20
8. Referencias Teóricas Consultadas

Allport, G.W. (1963). La naturaleza del prejuicio. Buenos Aires: Eudeba.

Arias Ávila, N. (1996). Discriminación y orientación sexual. Su Defensor, 3, (30) p. 19 - 21.

Barberá, E. & Martínez, I. (2004). Psicología y Género. Madrid: Pearson Prentice Hall.

Barra Almagiá, E. (2002). Influencia del sexo y de la tipificación del rol sexual sobre las actitudes
hacia la homosexualidad masculina y femenina. Revista latinoamericana de Psicología, 34, 3, 275
- 284.

Conway, J. (1996). El género. La construcción cultural de la diferencia sexual. México: Porrúa


UNAM.

Feldman, R.S. (1998). Psicología con aplicaciones a los países de habla hispana. México: Mc.
Graw - Hill.

Gafo Hernández, F. (1997). La homosexualidad: un debate abierto. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Mirabet, A. & Mullol, A. (1985). Homosexualidad hoy: ¿Aceptada o todavía condenada?


Barcelona: Editorial Herder.

Montesinos, R. (2002). Las rutas de la masculinidad. Barcelona: Gedisa.

ONUSIDA. Marco conceptual y base para la acción: Estigma y discriminación relacionados con el
VIH/SIDA. Versión española Junio 2002. Ginebra.

Rick Brentlinger´s Gay Christian 101. Spiritual Self- Defense for Gay Christians. What the Bible
says really about Homosexuality. Copyright 2007 by Richard G. Brentlinger. EUA.

Rina Riesendfeld. Papá, Mamá, Soy Gay. Una guía para comprender las orientaciones y
preferencias sexuales de los hijos. Grijalbo 2002.

Rodríguez Madera, S. & Toro-Alfonso, J. (2002). Ser o no ser: la trasgresión del género como
objeto de estudio de la Psicología. Avances en Psicología clínica latinoamericana, 20, 63 - 78.

Young, K. (1969). Psicología social del prejuicio. Buenos Aires: Paidós.

21

Potrebbero piacerti anche