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*** g75 22/5 págs. 27-28 ¿Es incorrecto trabajar en el séptimo día de la semana?

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¿Cuál es el punto de vista bíblico?
¿Es incorrecto trabajar en el séptimo día de la semana?

EL CUARTO de los Diez Mandamientos que Dios le dio a la nación de Israel declara: “Acordándote del
día del sábado para tenerlo sagrado, seis días has de rendir servicio y tienes que hacer todo tu trabajo. Pero
el séptimo día es un sábado a Jehová tu Dios. No debes hacer ningún trabajo.”—Éxo. 20:8-10.
El término “sábado” viene de una raíz hebrea que significa “descansar, cesar, cesar de trabajar.” La Biblia
especificaba que ningún israelita debería cocinar u hornear, juntar leña, cargar pesos o conducir negocios
en día sábado. (Éxo. 16:23, 29; Núm. 15:32-35; Neh. 13:15) Cualquier israelita que trabajara en día sábado
‘positivamente sería muerto.’—Éxo. 31:15.
Muchos dicen que la ley de Dios para guardar un sábado semanal todavía está en vigor. Algunos dicen
que los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob observaron este requisito y que, de hecho, su observación se
remonta hasta el jardín de Edén.
¿Cuál es el punto de vista bíblico sobre este asunto? ¿Es todavía incorrecto trabajar en el séptimo día de
la semana?
Un examen honrado muestra que las Escrituras no dicen que la observancia del sábado semanal se
remonta hasta Adán y Eva en el jardín de Edén. Y aunque Abrahán observó ciertos “mandatos,” “estatutos”
y “leyes” de Dios, en ninguna parte de la Biblia se menciona que él guardara un sábado semanal.—Gén.
26:5.
No fue sino hasta inmediatamente antes de dar el pacto de la ley mosaica en el monte Sinaí, unos
2.500 años después de la creación de Adán y Eva y siglos después de la muerte de Abrahán, que Dios
mandó por primera vez la observancia de un sábado semanal. Según Éxodo, capítulo dieciséis, Dios les dijo
a los israelitas que recogieran seis días a la semana el maná milagrosamente provisto, pero no en el día
séptimo. Este tenía que ser “un sábado santo a Jehová.”—Éxo. 16:23.
Indicando que la ley sabática era algo nuevo, Moisés hizo notar: “No fue con nuestros antepasados que
Jehová celebró este pacto. . . . Y tienes que recordar que llegaste a ser esclavo en la tierra de Egipto y
Jehová tu Dios procedió a sacarte de allí con mano fuerte y brazo extendido. Es por eso que Jehová tu Dios
te mandó llevar a cabo el día sábado.”—Deu. 5:3, 15.
¿Debería continuar en vigor para siempre el sábado semanal? La Biblia no lo indica, sino que explica
que Jesucristo vino ‘para cumplir la Ley.’ (Mat. 5:17) Por lo tanto leemos: “Por medio de su carne [Cristo]
abolió, . . . la Ley de mandamientos que consistía en decretos.”—Efe. 2:15; vea también Romanos 6:14;
7:4, 6.
Algunos objetan que estos textos aplican solamente a la “ley ceremonial” con sus sábados especiales
como la Pascua, la fiesta del Pentecostés, el Día de Expiación, el séptimo año y el año del Jubileo o año
quincuagésimo. Sostienen que los Diez Mandamientos, con su requisito de un sábado semanal, son cosa
aparte de la “ley ceremonial” que perdió vigencia. Otros dicen que puesto que el mandato de observar un
día séptimo-sabático fue dado poco antes de la ley mosaica, este mandato no dejó de tener vigencia con la
Ley. ¿Apoya la Biblia estos puntos de vista?
Es interesante que cuando Jesús estaba discutiendo la Ley que él vino a cumplir, incluyó el sexto y el
séptimo de los Diez Mandamientos, contra el asesinato y el adulterio. (Mat. 5:17, 21, 22, 27, 28) El apóstol
Pablo incluyó el décimo de estos mandamientos como parte de la Ley de la que los cristianos ‘han sido
desobligados,’ diciendo: “Realmente no hubiera llegado yo a conocer el pecado si no hubiese sido por la
Ley; y, por ejemplo, no hubiera conocido la codicia si la Ley no hubiese dicho: ‘No debes codiciar.’” (Rom.
7:6, 7; compare con Santiago 2:10, 11.) En cuanto a la ley del sábado semanal que fue dada antes de la
Ley, también lo fue la circuncisión; pero la Biblia muestra que la circuncisión tampoco es obligatoria para los
cristianos.—Gén. 17:9-14; 1 Cor. 7:19.
Sin embargo esto no significa que los cristianos no estén bajo una ley moral. Las Escrituras Cristianas
estimulan firmemente el respeto a los padres y el evitar cosas como la idolatría, el asesinato, el adulterio, el
robar y la codicia. (Efe. 4:28; 6:2; 1 Juan 5:21; 1 Ped. 4:15; Heb. 13:4; Col. 3:5) No obstante, en ninguna
parte dicen los libros del “Nuevo Testamento” que los cristianos tienen que guardar un sábado semanal.
¿Por qué, pues, guardó Jesús mismo el sábado y alentó a sus oidores a observar todos los
“mandamientos” de Dios? (Mat. 5:19) Porque, mientras Jesús estuvo vivo en la Tierra, tanto él como sus
discípulos, por ser israelitas, estaban sujetos al pacto de la Ley mosaica. (Gál. 4:4) No fue sino hasta la
muerte y resurrección de Jesús, cuando había dado su “carne” en sacrificio, que fue abolida la Ley, al ser
reemplazada por un “nuevo pacto.”—Luc. 22:20; Heb. 8:13.
A causa de que todo el pacto de la Ley, incluso el mandamiento de guardar un sábado semanal, llegó a
su fin en Jesucristo, el apóstol Pablo pudo escribir a los cristianos: “Que nadie los juzgue en el comer y
beber, o respecto de una fiesta, o de una observancia de la luna nueva, o de un sábado; porque esas cosas
son una sombra de las cosas por venir, mas la realidad pertenece al Cristo.” (Col. 2:16, 17) Antes, Pablo
expresó temor de que se hubiera “afanado en vano” con respecto a ciertos cristianos de la provincia de
Galacia, pues todavía estaban “observando escrupulosamente días y meses y tiempos designados y
años.”—Gál. 4:10, 11.
¿Qué quieren decir, entonces, las Escrituras Griegas Cristianas en Hebreos 4:9 cuando dicen: “Queda
un descanso sabático para el pueblo de Dios”? ¿Indica esto que es incorrecto que los cristianos trabajen en
el séptimo día de la semana?
No, porque el contexto muestra que el “descanso sabático” significa que los cristianos deben dejar de
tener una actitud de incredulidad como la que impidió que la mayoría de los israelitas que salieron de Egipto
entraran en el ‘descanso de Dios’ en la Tierra Prometida. (Heb. 3:12, 18, 19; 4:3) Los cristianos también
tienen que descansar de “obras” de incredulidad, especialmente esfuerzos para justificarse ante Dios
simplemente por medio de hacer obras buenas o caritativas. (Heb. 4:10; Rom. 3:20) De acuerdo a la Biblia,
una posición correcta ante Dios viene solo por medio de fe en Jesucristo. (Rom. 3:28) Los cristianos tienen
que observar ese descanso sabático, no solo un día a la semana, sino todos los días.
Claro está que no hay nada de malo en tomar un día de cada siete para descanso. Esto puede
suministrar la necesaria recuperación física, oportunidad de estudiar la Palabra de Dios y para otras
actividades estimulantes. Le corresponde a cada individuo decidir qué día, si es que alguno, será apartado
para propósitos especiales.
Pero si alguien desea ahora trabajar en el séptimo día de la semana, no hay objeción bíblica en contra
de ello. Como lo expresó el apóstol Pablo: “Un hombre juzga un día como superior a otro; otro juzga un día
como todos los demás; cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.”—Rom. 14:5.

Isaias 8:19,20.
¿Qué sucede al morir?
La Biblia es clara al describir la condición de los difuntos. Sencillamente declara: “Los vivos tienen
conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en
absoluto [...]. También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido [...;] no hay trabajo ni formación de
proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol [la sepultura común de la humanidad], el lugar adonde
vas” (Eclesiastés 9:5, 6, 10). Hace tiempo que los auténticos adoradores de Dios han comprendido y
aceptado la verdad básica de la Biblia de que el alma, en vez de ser inmortal, puede morir y ser destruida
(Ezequiel 18:4). También saben que los espíritus de los difuntos no existen (Salmo 146:4). En la antigüedad,
Jehová ordenó a su pueblo que se apartara de todas las costumbres o ritos relacionados con la creencia de
que los muertos estaban conscientes y eran capaces de influir en los vivos (Deuteronomio 14:1; 18:9-13;
Isaías 8:19, 20).
Asimismo, los cristianos del siglo primero evitaron ritos y tradiciones basados en enseñanzas religiosas
falsas (2 Corintios 6:15-17). Hoy día, los testigos de Jehová, sin importar su raza, tribu o extracción social,
rechazan las costumbres basadas en la doctrina falsa de que una parte del ser humano sobrevive a la
muerte.

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