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Lactancia Materna

L a lactancia es la alimentación natural de todas las crías de

mamíferos entre los que nos encontramos

nosotros los seres humanos.

Las ventajas que la práctica de la lactancia

materna representan para la salud infantil, tanto en

relación al crecimiento físico como al desarrollo

sicoemocional del niño son ampliamente reconocidas;

sin embargo, por diversos factores

socioculturales

y por los avances logrados en el campo de la

producción industrial de productos lácteos, se ha

observado una preocupante tendencia

a disminuir

esta práctica natural. Así muy pocas de nuestras

mujeres logran una lactancia óptima según la recomendación de


la Organización Mundial

de la Salud (OMS): exclusiva por seis meses y con el

agregado de alimentos no lácteos hasta

avanzado el segundo año.

¿Cuáles son los beneficios de la lactancia materna para el niño, la


madre, la familia y la sociedad?...

Esta es una pregunta que debemos responder, para que nuestra


instrucción y la que posteriormente haremos, a otras personas, sea con los
fundamentos necesarios para enfatizar la importancia de esta práctica.

Para esto acude al texto sobre Lactancia Materna, editado por el Ministerio
de Salud para obtener esta información.

FISIOLOGÍA DE LA GLANDULA MAMARIA.

Tener el conocimiento de cómo se desarrolla la glándula mamaria y como


opera esta durante la lactancia, es fundamental para que comprendamos
el proceso y podamos realizar una adecuada orientación para el
establecimiento de una óptima lactancia.

Este aspecto comprende 3 diferentes procesos funcionales:

1. Mamogénesis o desarrollo de la glándula mamaria.


2. Galactogénesis, producción o síntesis de la leche.
3. Galactopoyesis o mantención de la producción de la leche.

En la Mamogénesis se distinguen cuatro etapas:

• Etapa Prepuberal.
• Etapa Puberal y adolescencia.
• Etapa Gestacional.
• Etapa Postgestacional.

Para entender mejor cada una de estas etapas realiza un Cuadro


Comparativo, con las principales características de cada una de
ellas.

Según Neville (1989) la Galactogénesis se deben considerar 3 etapas:

• Etapa I: Iniciación de la capacidad secretora glandular en el período


gestacional y postparto inmediato (calostro). En los tres primeros
meses de embarazo aumenta la formación de conductos debido a la
influencia de los estrógenos. Después de los tres meses, el desarrollo
de los alvéolos sobrepasa a la formación de los conductos, el
aumento de prolactina estimula la actividad glandular y los alvéolos
se llenan parcialmente con calostro.
• Etapa II: Iniciación de la lactancia propiamente tal, con producción
de leche, entre los 2 a 15 días postparto. Esta etapa depende de tres
factores: del desarrollo adecuado de las mamas durante el
embarazo, de la mantención en el plasma sanguíneo de adecuados
niveles de prolactina y de la caída de los esteroides sexuales.
• Etapa III: Mantención de la producción de la leche o
Galactopoyesis. Esta etapa depende tanto del ambiente hormonal del
plasma materno (ocitocina y prolactina) como de la remoción de la
secreción láctea de la mama.

Hemos revisado cada una de las etapas de la lactancia humana, además


existen mecanismos neurohormonales reflejos involucrados en la
producción eficiente y oportuna de leche para alimentar al niño según lo
demande:

• Reflejo Liberador de Prolactina.


• Reflejo Eyectolácteo, de Evacuación de la leche o de ocitocina.
• Reflejo de Erección y Protrusión del Pezón.
• Reflejo de Ingurgitación Areolar.

La necesidad de succión es imperiosa para el niño. Está en íntima relación


con el hambre y la necesidad de mantener el equilibrio hídrico y osmolar.

El recién nacido normal cuenta con un patrón de habilidades


neurosensoriales y reflejos incondicionados, propios de la especie, que le
permite reptar e ir en busca del pecho si se lo deja sobre el abdomen de
su madre durante los 25 a 30 minutos siguientes al nacimiento.

La succión-deglución forman un díptico funcional que se organiza


fácilmente en el recién nacido normal de término. La respiración en
cambio, recién estrenada en el momento de nacer, necesita de un tiempo
determinado para organizarse y luego formar un tríptico funcional
interdependiente con la succión y la deglución.

La deglución en el lactante es una función instintiva, refleja e involuntaria.


Está condicionada sólo para tragar líquidos. El cierre hermético anterior y
de una fuerza negativa de vacío interior. El cierre anterior se hace con el
adosamiento íntimo de los labios del niño contra la areola del pecho, y la
fuerza de vacío, con el leve movimiento de descenso del complejo linguo-
mandibular.

Figura N°1: Deglución Básica en el Recién Nacido

La hembra de cada especie de mamíferos produce una leche diferente,


especialmente formulada para las necesidades de sus crías. Así por
ejemplo, es más concentrada en grasa para los que nacen en lugares fríos,
como ballenas y focas o más concentrada en proteínas para los que
requieren un crecimiento acelerado en las primeras semanas de vida, como
lo roedores.

La leche humana también tiene características propias que la diferencian


significativamente de otras leches de mamíferos. Su especificidad hace que
sea un alimento más completo y seguro para el recién nacido y el lactante.
Los elementos nutritivos, enzimáticos e inmunológicos que la constituyen y
la proporción en que se encuentran, aseguran un crecimiento y desarrollos
óptimos para el lactante.

La leche materna es un fluido cambiante, que se adapta a los


requerimientos nutricionales del niño. Modifica su composición en la
medida que el niño crece y necesita otros nutrientes y otros factores de
protección. También tiene variaciones a las distintas horas del día, entre
cada mamada, en una misma mamada, según la temperatura del
ambiente, el estado nutricional de la madre, y en muchas otras
circunstancias que aún se investigan.

Los diferentes tipos de leche que se producen en la glándula mamaria son:


el calostro, la leche de transición, la leche madura y la leche de
pretérmino.
COMPARACIÓN DE LA LECHE HUMANA CON LA LECHE DE VACA.

• La lactosa y otros oligosacáridos se encuentran en pequeña cantidad


en la leche de vaca.
• Las proteínas y aminoácidos son específicos para cada especie, tanto
las del suero como las de la porción proteica no líquida (caseína).
• En la leche de vaca, la porción caseína de las proteínas es más
abundante que las proteínas del suero.
• El contenido total de proteínas en la leche humana es de 0,9
g/100ml, lo que cubre los requerimientos del lactante sin producirle
una sobrecarga renal de nitrógeno. En la leche de vaca el contenido
de proteínas es superior a 3,1 g/100ml.
• La osmolaridad de la leche de vaca (350 mosm) es
significativamente mayor que la de la leche humana (286 mosm). En
el niño que la ingiere genera una mayor carga renal en un período
de la vida en que la función renal es inmadura.
• La baja osmolaridad de la leche materna determina que el niño
amamantado no necesite una ingesta suplementaria de agua, en
cambio el niño alimentado con leche de vaca debe recibir agua como
complemento de su dieta.
• La alfa-lactoalbúmina es la proteína del suero más abundante en la
leche humana, en la leche de vaca sólo se encuentra en trazas.
• La beta-lactoglobulina, proteína más abundante en la leche de vaca,
ha demostrado tener un gran potencial alergénico para el niño.
• La taurina, aminoácido esencial para el prematuro, no está presente
en la leche de vaca.
• La grasa de la leche materna es absorbida más eficientemente que la
grasa de la leche de vaca debido a que las micelas que la
constituyen son más pequeñas y a la lipasa que se activa en
presencia de sale biliares. Este mecanismo facilita la digestión de las
grasas en el recién nacido, cuyas enzimas pancreáticas son
insuficientes.
• La lipasa no se encuentra en la leche de vaca.
• Los minerales están en distinta proporción y osmolaridad (riesgo de
sobrecarga renal). Los niveles de calcio-fósforo son más bajos en la
leche humana, pero la relación calcio-fósforo es mayor, 2:4. En la
leche de vaca es de 1:3. Esto determina que los niveles plasmáticos
de calcio en los recién nacidos amamantados sean mayores y que los
niños que se alimentan con leche de vaca tengan riesgo de tetania
neonatal por hipocalcemia.
• La leche de vaca contiene demasiado sodio y puede provocar
hipernatremia (convulsiones, diarrea).
• La vitamina A como beta-caroteno no existe en la leche de vaca y la
vitamina E es escasa.
• La IgA es la principal inmunoglobulina de la leche humana y su
concentración alcanza de 100 a 140 mg/100 ml. La leche de vaca
fresca contiene 3 mg/100 ml de IgA, la que se inactiva al procesarla.

PRACTICA DE LA LACTANCIA

Así como la composición de la leche es específica para cada mamífero,


también lo son los patrones de amamantamiento.

Es interesante observar que las diferentes formas de amamantar de los


mamíferos tienen relación directa con los hábitos de vida y con las
necesidades fisiológicas de las crías. El patrón de amamantamiento del ser
humano se caracteriza por una alimentación frecuente y regular y por la
necesidad de constante contacto materno para una adecuada organización
neuro-sensorio-motora.

¿Cómo podemos reconocer un amamantamiento correcto?

1. Genera la producción de leche en la glándula mamaria a través del


estímulo de la succión en la areola y el pezón.
2. Extrae leche suficiente en calidad y cantidad para satisfacer su
hambre y su necesidad de succionar.
3. Satisface todas sus necesidades nutricionales, con un mínimo de
desgaste metabólico.
4. No provoca molestias en la madre y ella siente verdadero placer de
amamantar a su hijo.
5. Satisface sico-emocionalmente tanto a la madre como al niño.

¿Qué considera una adecuada técnica de amamantamiento?

1. Correcta posición de la madre.


2. Correcta ubicación del niño con respecto al cuerpo de la madre.
3. Correcta adhesión o acoplamiento de la boca del niño al pecho de la
madre.
4. Frecuencia de las mamadas según demanda del niño.
5. Duración de las mamadas que aseguren la extracción de los dos
tipos de leche.

"La elección de la posición para

Amamantar depende de las

circunstancias de la madre

y del niño y se buscará

la que sea más cómoda

y eficiente para ambos."

Figura N°2
Posición Tradicional, Figura N°4
Figura N°3 Posición Reversa
niño acostado de lado Posición de Canasto
o de Pelota
Figura N°6 Figura N°7
Posición Tradicional, Posición Niño
en decúbito lateral sobre la Madre,
en decúbito ventral

Figura N°5
Posición de Caballito

Figura N°8
Posición de
Amamantamiento a
Gemelos

Para que el recién nacido pueda realizar una adecuada succión. El


acoplamiento boca-pecho debe ser funcional.

El niño debe tomar el pecho de frente, sin voltear la cara, los labios
superior e inferior deben estar evertidos alrededor de la areola y la lengua
se debe ubicar adecuadamente en relación con la areola y el pezón. El
acoplamiento correcto permite que el niño introduzca el pezón y gran parte
de la areola dentro de la boca.

Ambos labios forman un cinturón muscular que cuando el niño succiona


hace un micromasaje en la zona de los senos lactíferos.

Para succionar, la lengua se proyecta por delante de la encía inferior. Con


su porción anterior se envuelve el pezón y parte de la areola y los presiona
suavemente contra la encía superior y el paladar.

Existe una regla muy importante que se debe cumplir en el


amamantamiento:
"La boca del niño se acerca al pecho y no el pecho al niño".

Una vez que el niño esté ubicado en la posición más adecuada para él,
para que pueda hacer un buen acoplamiento boca-pecho, la madre debe
ayudarlo.

Se toma el pecho con la mano en forma de C por detrás de la areola. Con


el pezón se estimula el labio inferior para que el niño abra la boca: En ese
momento, con un rápido movimiento, se atrae la cabeza del niño hacia el
pecho cuidando que el pezón y la areola entren en la boca. La punta de la
nariz y el mentón del niño deben quedar en contacto con la mama.

Aunque el niño tenga su nariz estrechamente aplicada contra la mama,


puede respirar normalmente debido a la conformación anatómica de ésta.

Posteriormente, el retiro del pecho debe hacerse cuidadosamente, ya que


el retiro brusco puede causar trauma del pezón. Romper el vacío succional
de la boca separando los labios con el dedo meñique en la comisura e
introduciéndolo entre las encías. Sólo entonces retirar el pecho
suavemente.

Régimen de Libre Demanda

En el régimen de libre demanda es el niño el que regula la frecuencia de


las mamadas de acuerdo a la necesidad que tiene de recibir alimento y de
hidratarse.

Durante los primeros días el vaciamiento gástrico se produce más o menos


cada 1,5 hora y con esa frecuencia el niño necesita recibir alimento y agua.
Se debe explicar esto claramente a las madres, ya que muchas veces esta
demanda frecuente se interpreta como que la leche materna no es
suficiente y se recurre a la fórmula, que obviamente mantendrá satisfecho
al niño por más tiempo porque se digiere más lentamente.

Hasta que se ajusta el proceso de producción de leche a la demanda del


niño, durante las primeras semanas, la madre tendrá que amamantar
frecuentemente (cada 2 1/2 a 3 horas), pudiendo también tomar la
iniciativa de dar de mamar cuando sienta los pechos

demasiados llenos.

Se recomienda amamantar al menos una vez en la noche, ya que esta


mamada produce una mayor secreción de prolactina influyendo
directamente en una mayor producción de leche y en la mantención de la
amenorrea e infertilidad postparto.

La base de la mantención de la producción de la leche está en permitir el


equilibrio natural entre lo que el niño pide y lo que la madre produce. El
poner horarios rígidos interfiere con el delicado mecanismo fisiológico de la
lactogénesis.

Cuando se inicia la mamada, el niño hace una succión vacía por algunos
segundos. Con esto estimula el reflejo de eyección y a la vez organiza el
sistema de succión-deglución para recibir la leche.

En cada mamada el niño debe recibir los dos tipos de leche de cada pecho:
la leche inicial, con más contenido de lactosa y agua, y la leche final, con
más contenido de grasa y mayor concentración.

Estudios han demostrado que en las primeras semanas, la segunda leche


empieza a fluir después de los 7 minutos, razón por la cual las mamadas
deben prolongarse al menos 15 minutos por lado, vaciando siempre un
pecho antes de ofrecer el otro.

La glándula mamaria posee un mecanismo de autocontrol de la producción


de leche para evitar que se dañen las células del epitelio secretor por un
exceso de presión intraalveolar.

Si la leche no es removida, la glándula produce una sustancia que inhibe el


proceso de síntesis celular, y si ésta situación persiste, cesa totalmente la
producción. El vaciamiento de ambos pechos es indispensable para que se
mantenga en ellos la producción normal de leche.

Anteriormente, se mencionó como poder reconocer el amamantamiento


correcto, dentro de algunos lineamientos generales. Ahora, en la práctica
de la lactancia ¿cuáles serían los aspectos que debo reconocer?:

1. Sonido de deglución audible.

Cuando el niño está extrayendo leche suficiente, su deglución es


perfectamente audible. El sonido característico de la deglución a
veces se acompaña de una especie de suave quejido producido por
el aire que se desplaza en el espacio retrofaríngeo.

1. Actitud del niño satisfecho.


Cuando el amamantamiento se hace correctamente, tanto el niño
como la madre sienten placer al hacerlo. El niño mama
tranquilamente, sin apuro ni ansiedad, en forma rítmica,
apreciándose claramente relajado y satisfecho.

2. Sueño Tranquilo.

Habitualmente después de mamar del segundo pecho, el niño se


queda dormido plácidamente y es habitual que suelte el pecho
espontáneamente cuando se relaja. El niño duerme 1,5 a 3 horas y
al despertar, con una actitud corporal, una actividad bucal y lingual
propias y un gemido o leve llanto característicos, pide de mamar
nuevamente.

3. Producción de leche constante.

La madre que amamanta en forma correcta puede notar que la


producción de leche es constante y sentirá que la bajada de la leche
está ajustada al horario de mamadas de su hijo.

4. Aumento de Peso Normal.

Desde el punto de vista nutricional, el niño que se amamanta


correctamente, con la frecuencia y duración de las mamadas que
corresponde a su edad, tiene un incremento pondoestatural
perfectamente adecuado.

5. Al menos seis pañales mojados.

Si el niño está recibiendo la cantidad de leche suficiente, mojará al


menos 6 pañales en el día, con una orina clara que no deja marca en
el pañal.

6. Deposiciones amarillas y fluidas.

Después que se ha eliminado el meconio, las deposiciones son de


color amarillo oro, de consistencia más o menos fluida y tienen un
olor característico.

7. Pezones y pechos sanos.

Si el niño se acopla bien y hace una succión correcta, el


amamantamiento no provoca dolor ni daño en los pezones. Por
otra parte, si la extracción de la leche es adecuada, se evita la
plétora y la congestión de los pechos.

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