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Ruiz Flores Ruth Eufemia

QUITO
Noviembre 2010-Mayo 2011
Quito, 15 de Marzo 2011

TECNOLOGÍA EDUCATIVA PARA LA GESTION

Quito, 15 de Marzo 2011


NAVEGACION CON SENTIDO1

Navegación permite pensar en el ir y venir dentro de la red, de un sitio a otro, de una página a otra,
de una ventana a otra; pero también en ir hacia el futuro (cualquier punto en el futuro, 2012 o 2010
no importa); ambas direcciones son en este instante rápidas y vertiginosas.
En efecto navegamos en la red, buscando divertirnos, informarnos, hacer alguna tarea; o
simplemente tratando de aprender algo nuevo o de opinar en un foro al cual no hemos sido
invitados, sino que nos hemos presentado. Generamos una página, un blog o subimos un video con
la esperanza de que nos lean, nos vean, se contacten con nosotros y estamos a la espera... siempre
expectantes, persistentemente aprendiendo. A veces resulta y otras no…, en ciertos momentos nos
aburrimos apagamos el computador y nos vamos; ah, eso sí, llevando nuestro teléfono móvil y tal
vez el ipad. ¡Debemos seguir conectados!
Francisco Martínez plantea dilucidar los distintos aspectos de las relaciones entre la sociedad y la
tecnología, su mutua dependencia, el cambio que se genera en la una en función de la otra; toca
conceptos fundamentales que pueden ser repensados desde diversos ángulos como espacio y
tiempo, libertad, poder, cultura, educación.
Me parece agradable la metáfora de Alicia (aunque no es el primero que parafrasea a Carroll) como
pretexto para señalar los aspectos extraordinarios e inciertos de las relaciones entre sociedad y
tecnología, así como la imposibilidad de saber hacia dónde nos está llevando su desarrollo.
Es interesante su afirmación de que no son los principios los que hacen posible los imperios sino la
disponibilidad de una amplia red de comunicación, poner esto al comienzo de su análisis lleva
inmediatamente a la pregunta de cuál es el más poderoso controlador de la red, y eso nos revelará
toda clase de situaciones políticas y sociales que quedan de modo inmediato imbricadas en el uso de
esta tecnología y, por lo tanto, establece de principio la desigualdad a la que estamos sometidos a
pesar de que aparentemente todos tenemos acceso a la completitud de la información.
Este juicio y luego su aseveración de que crece la cultura que controla la reducción del espacio
distancia y las otras disminuyen y pueden hasta desaparecer, restringen el ámbito posterior de la
palabra usuario y libertad, pues nos damos cuenta de que no todos los usuarios estamos en el mismo
nivel ni tenemos la misma libertad, sino que los usuarios que pertenecen a estas culturas
privilegiadas que son capaces de ampliar el espacio distancia son aquellos que a su vez se
convierten en usuarios libres, así cuando afirma “ante estas nuevas tecnologías la libertad encuentra
todo su significado” no estamos hablando de la libertad de todas las personas sino solo de algunas.
Estoy en total desacuerdo con la afirmación (página 201): Efectivamente, la técnica parece cabalgar
en una dirección que ella misma determina y esperando que la sociedad se incorpore a su recorrido,
lo que probablemente ocurrirá…. Me pregunto: ¿Qué significa exactamente esta afirmación: que la
técnica es autónoma y en este caso de qué sociedad estamos hablando? ¿De qué naturaleza es esta
autonomía?
Frente a ciertas tecnologías “las posibilidades de tomar decisiones son prácticamente inexistentes”
(p. 196), ¡esto significa entonces que no tenemos libertad en absoluto!, o peor aún que creemos que
la tenemos pero esto no es cierto de ninguna manera. No me queda clara la posición del profesor
Martínez al respecto. Hacer un análisis punto por punto rebasaría por completo el ámbito de este
ejercicio, el texto es interesante y da para mucho.
Quisiera volver a la idea de los griegos, algunos de ellos pensaban que había una diferencia entre
tekné y poyesis, o entre tekné y filosofía, por ejemplo. Consideraban que la tekné era inferior en la
medida en que su conocimiento se dirige a un fin de carácter utilitario, mientras que en el caso de la
1 Martínez, F. (2007). Alicia en el país de las tecnologías. En Nuevas Tecnologías y Educación. Madrid: Pearson. Todo
el artículo ha sido construido como un ejercicio académico en base al texto de Martínez, lo que tomo textual de él lo
indico.
poyesis y de la filosofía, ellas son un fin en sí mismas. Hoy día y, especialmente, con el
pensamiento posmoderno tal vez no nos atreveríamos a calificar la una como inferior y la otra como
superior, digamos simplemente que son distintas y es allí donde radica la dilucidación del tema de la
libertad. Es cierto que la tecnología soluciona (y a veces soluciona porque genera como apunta
Martínez) ciertas necesidades y posibilita la nueva configuración sofisticada del mundo que nos
hace más fácil la vida.
Pero cabe la pregunta ¿para qué es ese tiempo que ahorramos con la tecnología?, si ella cubre
nuestras necesidades, ¿qué hacemos con el tiempo que invertíamos antes en solucionarlas? La
tecnología no vale por sí misma sino por aquello que nos proporciona, pero la vida de los seres
humanos no se restringe al uso de la tecnología, afortunadamente el sentido de la vida humana es la
búsqueda de un más allá, cuando llegamos queremos ir más lejos, ese es el significado de poyesis,
la capacidad que tenemos de crear siempre un sentido nuevo de las cosas y las situaciones; ese es el
significado de la filosofía, la capacidad de encontrar ese sentido ulterior de las cosas. Estamos ante
dos situaciones distinguibles, la tecnología satisface una necesidad, pero nosotros le damos un
sentido, así ocurre siempre el sentido no tiene que ver con esa “necesidad” únicamente, y esto no
pasa solo ahora, exclusivamente con la tecnología, lo hemos hecho siempre, lo hacemos también
con los objetos, es el significado lo que interesa si no por qué podríamos entender este objeto:

El objeto satisface una necesidad, pero el sentido del objeto rebasa esa necesidad, es más el sentido
del objeto puede ser completamente innecesario, si no ¿por qué Magritte habría podido poner este
título a su cuadro?
Aceptemos, aunque puede ser discutible, que no tenemos ninguna posibilidad de sustraernos al uso
de cierta tecnología, es decir no somos libres, pero solo en ese plano; en el otro, en el holograma de
nuestra vida esto no es así (¡esto no es una pipa!) porque nosotros somos libres o somos al menos,
en el peor de los casos, buscadores perennes de esa libertad y ella se nos da en el significado que las
cosas, los pensamientos, los objetos, las ideas tienen para nosotros, somos creadores (poyesis) de
sentido.
Para cada sujeto su vida tiene que tener sentido, aunque ese telos sea indefinible por momentos, por
tanto la reflexión, el repensar y no solo el navegar es lo que seguramente vale la pena meditar, no se
trata de navegar a un ningún lugar… se trata de navegar con sentido, aunque no sepa el lugar último
de mi empeño.
En cuanto a la educación ella debe criterios y no datos, tener claro que en la ciencia como en
cualquier otro pensamiento (literario, filosófico, religioso) siempre fue posible llegar por diversos
caminos y, que es muy probable, que los estudiantes lleguen por distintos senderos. El centro de la
educación no está en los datos, pero lo está ahora menos que nunca, porque tenemos los datos en la
palma de la mano (literalmente en la palma de la mano, pues están en un teléfono móvil) por lo
tanto ni como maestro peor como aprendiz tengo que afanarme por aprender miles de datos, pero
las bases esenciales de nuestras disciplinas por supuesto que tienen que seguir estando claras y
presentes en nuestra mente, esto es ineludible pero sobre todo aunque algún dato esencial se me
escape, tengo que saber los criterios de discriminación que validan una disciplina, esos juicios que
hacen que esta ciencia en especial siga siendo física, química o historia, y por dónde va, cuáles son
sus derroteros, cuáles son los planteamientos a futuro, tendré que investigar e intuir (al modo de
Bergson) por dónde va mi disciplina, más que nunca deberé convertirme en una docente que pueda
plantear las preguntas del futuro.
Si se quiere al po(y)etizar la utopía me veo de la misma manera que ahora, es decir estaré leyendo
las cosas que me agradan (aunque tal vez más navegando que con mis libros físicos) y tratando de
lograr establecer experiencias de aprendizaje que sean útiles a los propósitos de los estudiantes, es
seguro que la tecnología cambiará lo suficiente para que las otras formas de relacionarnos que ya
vemos se generan ahora, se ahonden; pero, es cierto también que en tanto humanos conseguiremos
que esas formas sean lo suficientemente cercanas para que no supriman la intimidad sino que nos
acerquen.
Será posible seguramente con mucha más rapidez que ahora transmitir el pensamiento, estaremos
escribiendo cada vez más en las redes sociales. Investigando en conjunto, lo que ahora es posible
eventualmente, no será difícil encontrarnos en las redes con otros grupos.
Pienso en esa cualidad superior que según el budismo debemos adquirir: la transferencia de
conciencia, nada mejor que la red para lograrla. Pero, por sobre todo, estaremos en el 2012 o
después generando sentidos nuevos y diversos, sentidos con sentido porque lo que buscamos como
exploradores empedernidos que somos no son las cosas sino su significado, no es la información
sino el conocimiento, no es la cantidad sino la cualidad. “El desarrollo tecnológico de los
cuadrantes de la Mano Derecha siempre ha ido por delante del desarrollo de la sabiduría, del respeto
y del uso compasivo de esa tecnología” 2, lo que debemos hacer a futuro será seguirla utilizando
pero cada vez con más sentido, generar hermenéuticas que nos permitan comprender cuál es el
significado de lo que encontramos, posibilitar éticas a partir de las todos podamos ser realmente
libres.

2 Wilber, D. (2000) Una teoría del todo. Barcelona: Kairos, p. 84

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