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Bernard Guerrien
CAPITULO 4
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?videntemente esta nueva asignación supone que hay una discriminación entre
los clientes del monopolio en tanto el mismo bien puede tener un precio diferente
según el comprador. Ahora, esta consideración no interviene en tanto se aplica el
criterio de Pareto que sólo se refiere a la asignación de recursos y no al
procedimiento de hacerlo, bien sea por un sistema de precios cualquiera o por otro
medio.
Se puede señalar que, en el mundo que nos rodea, ciertas grandes empresas
buscan efectivamente aumentar sus beneficios y reducir así la sub-optimalidad de
la situación de monopolio proponiendo precios diferenciados según el tipo de
cliente potencial; se ven acá situaciones que van desde la ³tarifa de estudiante´ a
la ³Tarjeta Bermeja´ hasta la política de compañías aéreas que ³congelan´ sillas
en ciertas de sus naves de tal manera que ciertos ejecutivos o personas urgidas,
paguen por ellas precios muy altos.
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Sin embargo, para llegar a este resultado se necesita que el monopolio conozca la
d del bien producido por lo menos en los alrededores del
equilibrio, sitio en cual la función debe ser decreciente ya que, en caso contrario,
el beneficio no sería máximo.
- emplear tal precio para calcular el beneficio en cada oportunidad y así derivar la
oferta que maximiza tal beneficio.
Aasta ahora hemos la existencia de un monopolio, sin precisar como
esta existencia se justifica, incluso si hemos notado que la consideración de la
demanda de sus productos por las empresas conduce a considerar situaciones
³de tipo monopolista´.
Sin duda se puede vislumbrar situaciones donde, a causa del libre acceso,
algunas empresas producen al tiempo el mismo bien sin tener pérdidas; en tal
caso cada una de ellas ha de tener en cuenta la existencia de otras, lo que implica
comportamientos bastante mas elaborados que los del monopolio. ?xiste también
el caso de la competencia monopolística, al cual se asocia el nombre de ?dward
Chamberlin (Ñ -Ñ), en donde el énfasis se coloca en la
dd
d ; ello se traduce por ejemplo en la existencia de marcas -Renault,
Peugeot- caso en el cual la empresa tiene el monopolio sobre los productos de su
propia marca. Ahora, tal monopolio es evidentemente limitado por el hecho de que
existe la posibilidad, para el comprador, de sustituir un bien por otro dado que los
bienes considerados tienen características vecinas. Dicho de otra manera,
mientras más substituibles sean los bienes, hay mas competencia entre ellos.
Parece pues que el problema del ³libre acceso´ es muy complejo; es decir, los
agentes racionales han de adoptar estrategias mas o menos elaboradas, para
³entrar´ o para enfrentar a los ³entrantes´.
?sta teoría fue propuesta por W. Baumol, J. Panzer y B. Willing en una obra
aparecida en Ñ 2 titulada |
0 d Parte de la siguiente constatación simple, pero vaga: si una
empresa en situación de monopolio es amenazada por competidores potenciales,
³candidatos´ a la entrada, que pueden disputar -d su posición dominante,
entonces la única salida que le queda es la aplicación de la regla de la
competencia perfecta, disminuyendo su precio de venta hasta que sea igual al
costo marginal.
Para dar una forma mas precisa a tal constatación y presentar una teoría más
coherente, Baumol, Panzer y Willing recogen la siguiente hipótesis, que si fuera
verificada completamente, significaría que hay
d:
d d d ; además, y
de manera simétrica, el abandono de la producción del bien sujeto a la ³amenaza´
no implica tampoco gastos inevitables. ?n estas condiciones la amenaza ejercida
por los candidatos potenciales a la entrada es disuasiva: el monopolio sabe que, si
propone un precio por encima del costo marginal, van a surgir empresas
proponiendo un precio ligeramente menor que se ganará toda la demanda: él sólo
puede adoptarse al comportamiento competitivo.
?sta teoría, seductora a priori, que justifica todo tipo de monopolios con la
condición de que su situación sea ³amenazada´, está muy lejos de ser aceptada
unánimemente por los microeconomistas, por al menos, dos razones:
?sta última observación hace reaparecer otra vez los problemas ya superados a
propósito de la libre entrada y que serán objeto de la segunda parte de este
capítulo de manera directa o indirecta.