Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
ARTÍSTICA.
Es fundamental como primera referencia, referir al concepto que establece el MEN sobre la educación
artística en el documento mencionado, el cual gira en torno a tres precisiones. La primera aborda el
concepto desde el Plan Nacional de Educación Artística, donde se asume la idea de “campo” de Pierre
Bourdieu y se entiende la pluralidad que integra a este saber:
En segundo lugar, existe una conceptualización realizada por el MEN que entiende a la educación
artística como un área del conocimiento que tiene en cuenta la sensibilidad y las experiencias
individuales y colectivas de docentes y estudiantes.
2. “La Educación Artística es un área del conocimiento que estudia(…) la sensibilidad mediante
la experiencia (experiencia sensible) de interacción transformadora y comprensiva del mundo,
en la cual se contempla y se valora la calidad de la vida, cuya razón de ser es eminentemente
social y cultural, que posibilita el juego en el cual la persona transforma expresivamente, de
maneras impredecibles, las relaciones que tiene con los otros y las representa significando la
experiencia misma” ( Ministerio de Educación Nacional [MEN], 2000, p. 25)
Finalmente, la tercera precisión no se preocupa por definir a la educación artística, sino por exponer
sus fines en la educación integral y multicultural, dado que en su formulación participó junto con el
MEN la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco:
3. “expandir las capacidades de apreciación y de creación, de educar el gusto por las artes, y
convertir a los educandos en espectadores preparados y activos para recibir y apreciar la vida
cultural y artística de su comunidad y completar, junto a sus maestros, la formación que les
ofrece el medio escolar” (Ministerio de Cultura, MEN, Oficina Regional de Cultura para
América Latina y el Caribe de la Unesco, 2005, p. 5)
Ahora bien, sobre las orientaciones pedagógicas que indica el documento del MEN es importante
identificar algunos aspectos, sobre todo aquellos que apuntan a las competencias y su aplicación en la
escuela. La sensibilidad, apreciación estética y comunicación son las competencias que establece el
MEN como centrales en la educación artística y el proceso planteado para su aplicación esta encamina
en tres direcciones: el estudiante como espectador, el estudiante como creador y el estudiante como
expositor, donde la prioridad sea la apropiación del estudiantado por la práctica, construcción yt
apreciación de obras artísticas.
La educación artística en Colombia está constituida por la relación de las instituciones del Ministerio
de Educación y el ministerio de cultura. Por un lado, el ministerio de educación se encarga de velar
que se desarrollen competencias artísticas en los estudiantes de la educación formal y que esta sea de
carácter obligatorio en el currículo escolar de acuerdo, con la Ley general de educación.
Conjuntamente, el ministerio de cultura se enfoca en desarrollar políticas de educación no formal, está
de acuerdo con la ley de cultura (…). Por lo cual, es importante que estos dos ministerios tengan
como interés común velar que se dé la educación artística de calidad y que se exprese en el desarrollo
de los ciudadanos cualidades de expresión, sensibilidad y creatividad.
Según Stephanie Pérez, indica que unas de las dificultades que tiene la educación artística, por parte
del MEN, es que no tiene una constante presencia en la formulación (con una base de datos solida)
que vele sobre cómo se está prestando el servicio educativo en las artes en la educación media y
básica, por lo cual, se pone en riesgo la calidad y el acceso a la educación artística. Todo esto, debido
a una desarticulación educativa que parte de tener funciones de un lado por parte del MEN y otras por
parte MinCultura. Esta desarticulación entre lo formal y lo informal, da pie a que se desarticule un
panorama riguroso en cuanto a cobertura de la enseñanza de las artes, por lo cual, se ha repercutido en
que, con base en la constitución, la educación artística debe ser obligatoria en las instituciones, pero se
cuestiona que tan importante es para el desarrollo del ser humano con respecto a otras asignaturas con
más horas.
Una de las herramientas que ha sido fundamental para desarrollar proyectos en aras del desarrollo
cultural y socioeconómico es el Proyecto Educativo Institucional (PEI), el cual brinda democracia y
autonomía de en las instituciones. Lo anterior en conjunto con las formaciones por la serie de
Lineamientos Curriculares. Por esto, la educación artística se manifiesta en las instituciones de varias
maneras posibles: primero, como asignatura obligatoria, esta es la forma tradicional y que se
materializa en materias como música, artes visuales o danzas; el segundo, es la manifestación del área
por medio de un proyecto pedagógico, manifestándose en prácticas extraescolares con apoyo de la
educación no formal; la tercera es la formulación como un proyecto de formación artística, y la cuarta
es la creación de proyectos enfocados a la atención de niños, niñas o jóvenes con condiciones
especiales. De esta forma, hay instituciones educativas que buscan enfocarse en una formación
artística en una sola disciplina como música, pintura o danza.
En contraposición, la educación no formal enfocada en formación artística comprende más oferta que
la educación formal, por lo cual, no hay consenso en la forma en que nivela o las modales del sistema
educativo artístico, es decir, que tampoco hay un consenso pedagógico entre las instituciones formales
y no formales.
Dentro de la revisión documental realizada para el desarrollo de esta propuesta nos encontramos con
investigaciones que buscaban reconocer la importancia de la educación artística en la formación
integral de seres humanos sensibles y empáticos, es el caso del trabajo de Miguel Huertas (2010) y su
texto “Reflexiones sobre la educación artística y el debate disciplinar en Colombia” donde se discute
y reflexiona en torno a la historia de la conformación de la educación artística en Colombia y su
llegada al plan curricular de la educación media y básica; ahora bien, el autor advierte varios
problemas dentro del campo de la educación artística (dado que el autor reconoce a la educación
artística en el marco del concepto de “campo”) enunciando inicialmente “El primero de los problemas
que encontramos es que la disciplina de la educación artística es, en Colombia, aún un campo en
construcción, en la medida en que no se han definido sus historias, sus tradiciones, sus cánones y la
mayoría de sus acciones está volcada al casi inevitable olvido al que lo condena la falta de una cultura
institucional del registro y archivo” ( p. 173) el problema identificado por el autor puede relacionarse
con la aplicación de la educación artística en la realidad educativa de los colegios, ya que
generalmente la enseñanza de las artes se encuentra enfocada a las artes plásticas y no se profundiza
conforme a la amplitud de conocimientos que componen a la disciplina. Sin embargo, el autor hace
énfasis en un problema aun mayor que obedece a la importancia que otorga la sociedad colombiana a
la promoción de las artes “En más de una ocasión se dan la espalda sin reparar en que su relación es
estructural: en Colombia, el ejercicio del arte ha estado muy cercano del ejercicio docente; los
procesos de legitimación y de construcción de autoridad están profundamente marcados por las
instituciones educativas; no es un país de grandes colecciones públicas o privadas, o con
considerables inversiones en la promoción, la circulación y la producción del arte. No hay suficientes
agrupaciones: el de los artistas sigue siendo un gremio sin seguridad social, es decir, en cierta manera,
inexistente.” (Huertas, 2010:174)
Finalmente, la educación artística también se debe enfrentar a algunos desafíos al intentar mediar
entre la educación y el campo disciplinar de las artes, es por ello que existe un debate disciplinar que
se cuestiona por la aplicación del saber artístico en las aulas de clase, presionando al docente, por un
lado, para que exponga rigurosamente los contenidos y por otro lado para que ponga en diálogo el
quehacer pedagógico.
Para ondear un poco en la importancia que radica el desarrollo en el individuo, el autor realiza una
analogía, bastante acertada, sobre la relación entre la cocina (común o profesional), su diferencia entre
comida rápida y comida tradicional, donde la educación en Colombia se asemeja a una clase de
proceso fordista, desconociendo que el proceso de formación no es igual en todos los estudiantes, no
todas las personas reaccionan de la misma manera ante un estímulo, por lo cual, cualquier forma de
expresión o creación (sea artística o no) tampoco lo son. Por lo cual, el autor recalca la importancia de
desarrollar ambientes y políticas que fomenten la creatividad y no la individualidad aislada, de forma
que el desarrollo del estúdiate sea lo más abierto a distintas realidades, materializándose, en la
creación espacios (horas de clase) para espacios como el arte, brindando un mejor equilibrio a las
materias que se imparten.
Por lo cual, el sistema de evaluación estandarizado no debería ser el centro del proceso educativo, ya
que, no fundamenta la totalidad del desarrollo en los niñas, niños y jóvenes, ya que es necesario hallar
una forma de evaluar algo tan subjetivo como el aprendizaje o la expresión misma. Teniendo en
cuenta esto, la masificación que supone el sistema educativo en el aula involucra, sobre todo, que se
pierda la construcción más individualizada (que reconozca de mejor manera el proceso educativo),
como se suele hacer en la enseñanza de las artes.
de des
Cada individuo posee capacidades, habilidades y personalidades diferentes, y por lo tanto los seres
humanos no tienen las mismas facilidades de comprensión y expresión, para entender esto en el plano
educativo es necesario remitirnos entonces a las inteligencias múltiples, las cuales según Gardner se
dividen en siete marcos intelectuales: el lingüístico, el lógico-matemático, el espacial, el musical, el
cinestésico, el interpersonal y el intrapersonal. Por lo tanto, cada individuo también posee una forma
de aprender, y si es así la escuela no cumple el rol de simplemente enseñar, ya que el ser humano
tiene la capacidad de aprender de forma innata y educarse en un contexto social, no obstante, el papel
de la escuela (y del maestro) es el de enseñar a aprender, eso quiere decir, que el estudiante va a la
escuela para aprender a aprender, para desarrollar sus habilidades y estimular sus inteligencias.
Antunes propone diferentes ejercicios, ejemplo y juegos para la estimulación las diferentes
inteligencias que podemos llegar a encontrar como maestros en un aula de clase, lo que se convierte
en una herramienta sumamente importante no sólo para la construcción de un ejercicio didáctico
concreto sino también para la eficiente internalización del conocimiento en los estudiantes a la vez
que desarrolla y estimula sus inteligencias.
Bibliografía