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Sección: 2T
Profesor: Alumno:
La palabra fuente deriva del latín “frontis”, que significa ‘provenir’, ‘derramar’,
‘brotar’, ‘emerger’. Se refiere al manantial de agua. Etimológicamente fuente es el “lugar
de donde emana o fluye algo”. Fuente es el origen de algo. En sentido figurado significa
aquello que es principio fundamental u origen de algo.
• La historia.
• La constitución.
• La costumbre.
• La jurisprudencia.
• La doctrina.
• El derecho comparado.
La Historia
Las leyes políticas, norma emanada del Congreso para la modificación de la Constitución
política, por ejemplo Ley de Reforma de la Constitución Política del Estado, y las leyes
constitucionales, normas que reglamentan los postulados constitucionales por ejemplo Ley
Orgánica De Las FF.AA, Ley De Organización Del Poder Ejecutivo.
Ambas, las leyes políticas y las leyes constitucionales son fuentes del Derecho
Constitucional porque modifican una parte del objeto de estudio del Derecho
Constitucional: la constitución positiva. Ambas son leyes básicas excepcionales. Por su
forma sistemática y la amplitud con que encaran una cuestión se llaman también Leyes
Orgánicas.
Jurisprudencia constitucional
La Doctrina
Ambas, la Doctrina y el Derecho constitucional comparado son fuentes porque ambas guían
las sentencias constitucionales y las modificaciones a la Constitución, respectivamente.
La Costumbre
La Constitución
Las Constituciones son hechas para perdurar, rigiendo las estructuras, situaciones,
comportamientos y conductas que la interpretación del Constituyente tiene como afianzadas
a los valores de convivencia social en la comunidad a que se refieren. Pero el poder
constituyente originario, que es la manifestación primera y más elevada de la soberanía
popular, realiza su obra la Constitución, traduciendo en ella el principio de la supremacía,
y, con esto, se ausenta, se oculta, porque su poder soberano pasa a ser encarnado en aquella
supremacía constitucional. Pero como apunta Pedro de Vega derivada de la propia noción
de poder constituyente, se comparte la creencia de que el poder constituyente de un día no
puede condicionar al poder constituyente del mañana, lo que, en otros términos, significa
que la Constitución no puede ni debe entenderse como una ley eterna. Así lo dice el artículo
28 de la Constitución francesa de 1793 al declarar que "Un pueblo tiene siempre el derecho
de revisar, reformar y cambiar su Constitución. Una generación no puede someter a sus
leyes a las generaciones futuras". Significa esto que las Constituciones son mutables por
naturaleza, pues ya se ha desechado de la doctrina constitucional la tesis de la
inmutabilidad absoluta de las Constituciones, "sobre todo porque apunta Pinto Ferreira son,
en gran parte, una copia y un traslado de condiciones socioculturales en permanente
modificación dialéctica. El propio carácter movedizo y cambiante de las fuerzas sociales
contrastaría con la inmovilidad de la primera obra jurídica y constitucional, pero por más
depurada y perfecta que fuese: el Estado político y social no puede cristalizarse
indefinidamente en un texto legislativo". La modificabilidad de la Constitución implica, en
sí misma, la garantía de su permanencia y durabilidad, en la medida en que es un
mecanismo de articulación de la continuidad jurídica del Estado y un instrumento de
adecuación entre la realidad jurídica y la realidad política, realizando así la síntesis
dialéctica entre la tensión contradictoria de esas realidades.
Tratados internacionales