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Pase de pecho.
El pase de pecho más usado en el baloncesto, tanto profesional como amateur. Es
el primero que se suele enseñar a los jugadores principiantes.
Se usa tanto en situaciones de ataque estático como en contraataques.
Se toma el balón con ambas manos a la altura del pecho, se separan un poco los
codos del cuerpo. El balón se lanza extendiendo los brazos y ayudándose del
movimiento hacia delante del cuerpo, que suele ir acompañado de adelantar uno
de los pies.
Pase picado.
El pase picado, por definición, es un pase que golpea en el suelo y se eleva hasta
llegar al receptor del pase.
Se usa en varias situaciones de juego, por ejemplo, cuando queremos pasar el
balón al pívot y tenemos un defensor delante que nos está tapando con los brazos
el posible pase por arriba. En esa situación jugaremos el pase picado para superar
al rival.
Es un pase delicado, ya que hay que medir la velocidad y fuerza para que no
quede demasiado alto ni demasiado bajo. Por ello, debe ir a la altura de la cintura
una vez que bote para que sea cómodo para el receptor.
Pase de beisbol
Se denomina así por su semejanza al pase que se hace habitualmente en béisbol.
Es un pase que se da con una sola mano un poco por encima del hombro.
Normalmente se usa para dar un balón en largo, por ejemplo, cuando cogemos un
rebote en nuestra canasta y vemos a un compañero empezando a correr el
contraataque, pero está demasiado alejado para hacer otro tipo de pase.
Es un pase de gran potencia. Aunque hay que tener cuidado, ya que no suele ser
tan preciso como los otros.
Pase al toque.
El pase al toque podría entrar dentro de un “palmeo”, es decir, no llega a haber
control del balón. Se da golpeando la pelota con la mano abierta. Es un pase
rápido y eficaz en determinadas situaciones, pero con gran porcentaje de error.