Sei sulla pagina 1di 5

Universidad Central de Venezuela

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales


Escuela de Sociología
Optativa: Elaboración de Tesis
Profesor: Jorge Reyes
Rubén Ramsés Martínez
Abril 2008.

El planteamiento de David Held gira entorno en torno a dos programas


políticos de singular importancia dentro de la política internacional: El Consenso
de Washington y la nueva Doctrina de Seguridad de EEUU.

Inspirado de cierto modo en la filosofía Kantiana y con una visión optimista


de la realidad, Held propone una agenda política al Consenso de Washington y la
Doctrina de seguridad no sin antes describir y explicar ciertas cuestiones
importantes de estos dos programas políticos.

En primer lugar reconoce la existencia de cuatro amenazas al orden


multilateral instituido después de la segunda guerra mundial: a) Fracaso de la
ronda Doha (elemento económico), b) poco avance de las metas del milenio y su
posible fracaso (elemento social), c) Calentamiento global (elemento ambiental) y
d) cuestionamiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Consejo de
Seguridad (elemento político).

Las cuatro razones que amenazan el orden multilateral, aunado a una


interconexión efectiva en diversas áreas y una interconexión social superficial con
poco compromiso con la justicia social, constituyen indicadores de la situación
internacional. Para poder explicar estas cuestiones el autor toma el Viejo
Consenso de Washington y la Nueva Doctrina de Seguridad.

El consenso de Washington es un programa económico impulsado por los


organismos financieros internacionales (Fondo Monetario Internacional y Banco
Mundial) y algunos gobiernos de las naciones mas desarrolladas del mundo y
auspiciado por las elites políticas gobernantes de los países en desarrollo. Este
programa ha constituido la ortodoxia económica dominante desde finales de los
ochenta hasta nuestros días.

Entre los diez puntos que conforman el Consenso de Washington original,


se puede resaltar para ilustrar este mainstream económico los siguientes puntos:
Reorientación del gasto publico, liberalización del capital financiero, liberalización
del comercio, transferencia de activos y responsabilidades del sector publico al
sector privado (privatización) y la garantía de los derechos de propiedad. Según el
autor estas políticas constituyen una barrera para contribuir al crecimiento
sostenido y el desarrollo económico equitativo y resta importancia al gobierno, a
un sector público fuerte y el desarrollo de la gobernanza multilateral. Además de
ser un programa político el Consenso se constituye como un instrumento de
dominación, es decir un instrumento vinculado a la geopolítica estadounidense.

El consenso de Washington original obvia elementos de interés social y


ambiental y tiene como ideas centrales: a) aumentar la liberalización económica,
b) desarrollar una forma neoliberal de globalización económica y c) adaptar a los
ámbitos públicos, locales, nacionales, regionales y mundiales a instituciones y
procesos destacados al mercado.

A pesar de que el consenso tiene como fin intrínseco “promover el


desarrollo y el bienestar”, este se ha constituido como un mecanismo de retroceso
económico. Elementos como la liberalización del capital se ha convertido como
dispositivo destructor de las economías. Según Held la liberalización del Capital no
genera per se crecimiento económico, por lo tanto recomienda precaución a la
integración económica global y resistencia a las medidas económicas del
Consenso.

Otra cuestión fundamental consecuencia del Consenso es el debilitamiento


de la capacidad de gobernar a distintos niveles (local, nacional y globalmente) y
por tanto la capacidad de brindar suministros de utilidad publica, trayendo como
consecuencia una perdida de la calidad de vida. “Se propugna la libertad
económica a expensas de la justicia social y de la sostenibilidad del medio
ambiente”.

En respuesta a las críticas al Consenso de Washington original se emitió un


nuevo programa conocido como el Consenso de Washington ampliado. Este
nuevo programa económico agrego a los primeros diez puntos programáticos del
viejo consenso que hace énfasis exclusivo en la liberalización y la privatización
otros diez puntos que sigue excluyendo algunos temas relevantes en el ámbito
internacional como el tema ambiental. De estos diez puntos los primeros ocho
posiblemente fueron diseñados en función de reforzar los intereses establecidos
en el primer programa y solo los dos últimos puntos hacen alusión al tema de la
seguridad social y la pobreza.

Como alternativa al Consenso de Washington David Held propone


revitalizar la socialdemocracia, es decir un “proyecto concreto, un compromiso
entre los poderes del capital, los trabajadores y el Estado que trate de fomentar el
desarrollo de instituciones de mercado, la propiedad privada y la búsqueda de
beneficio dentro de un marco regulador que garantiza no solo las libertades civiles
y políticas de los ciudadanos sino también las condiciones sociales necesarias
para que las personas disfruten de sus derechos formales”.

De la lectura del paper de Held podemos tomar tres elementos que


caracterizan y definen a Socialdemocracia: a) reconocimiento del mercado, la
economía global y su papel en la generación de bienestar, b) conceptos y valores
socialdemócratas (estado de derecho, igualdad política, justicia social, solidaridad
social, eficiencia económica, etc.) y c) reconocimiento de la existencia del estado y
su papel regulador para evitar riesgos no deseados para sus conciudadanos.
El planteamiento del autor radica en la necesidad de ampliar la
socialdemocracia (que antes estaba restringida a el Estado-Nación) a escala
regional y global en respuesta a las políticas económicas del Consenso de
Washington. Para esto propone un programa socialdemócrata para la
globalización económica y la gobernanza económica global, compuesto por once
puntos donde se hace mención a cuestiones concernientes a la ayuda financiero
internacional, organismos multilaterales, deuda externa, propiedad intelectual,
Ronda de Doha, entre otros.

El otro asunto que desarrolla el autor adicionalmente al Consenso de


Washington es la cuestión de la Seguridad. Ciertamente después de los ataques
del 11 S se ha hecho efectivo o más bien visible el debilitamiento del Derecho
Internacional y con esto han aparecido nuevos elementos. Uno de estos
elementos post 11 S y tal vez el mas importante es la nueva doctrina de seguridad
estadounidense que arroga el papel de “establecer normas, sopesar riesgos,
evaluar amenazas y buscar justicia”, es en otras palabras la guerra unilateral y
preventiva.

Ante la nueva Doctrina de Seguridad de los EEUU, el autor propone una


nueva agenda de seguridad compuesta por tres puntos: a) compromiso con el
estado de derecho y el desarrollo de instituciones multilaterales, b) generar nuevas
formas de legitimidad política global para las instituciones internacionales
implicadas en la seguridad y en el establecimiento de la paz y c) el reconocimiento
de que no se puede dejar al mercado resolver cuestiones éticas y de justicia que
plantea la polarización global de la riqueza, los ingresos y el poder y con ellos las
enormes asimetrías de las oportunidades.

Para cumplir con los tres puntos de la agenda seguridad propuesta por Held
es necesario a) volver a las agendas de seguridad y derechos humanos en el
derecho internacional, b) reformar los procedimientos del Consejo de Seguridad
de la ONU, c) reconocer la necesidad de desplazar y modificar el acuerdo
geopolítica de 1945 como base de tomas de decisiones del Consejo de Seguridad
y ampliar la representación en condiciones de justicia e igualdad d) ampliar las
atribuciones del Consejo de Seguridad, e) fundar la organización mundial del
Ambiente y f) comprender que representación y tributación se presuponen
mutuamente, es decir que una gobernanza global, eficaz, transparente y
responsable exige corrientes de ingresos.

Por ultimo, otro elemento al que hace referencia el autor en el marco de la


Seguridad es la “intervención armada humanitaria”. El autor a pesar que condena
la Doctrina de Seguridad de EEUU no niega la importancia de la intervención
armada dadas ciertas condiciones. Para esto “se necesitan crear nuevos órganos
en el nivel global para sopesar pruebas, formular recomendaciones, ensayar
opciones, etc.”

El planteamiento de David Held descansa sobre una base de “Paz


perpetua” el mismo planteamiento filosófico donde Inmanuel Kant aboga por el
establecimiento de una federación mundial de estados republicanos, pero a
contrario del filósofo alemán, Held de cierta manera defiende la intervención
humanitaria, cuestión que Kant niega cuando escribió que “Ningún Estado debe
inmiscuirse por la fuerza en la constitución y gobierno de otro”.

Construir y aplicar una agenda alternativa distinta al Consenso de


Washington y la Doctrina de Seguridad de los EEUU, pasa por la voluntad de
quienes manejan la política internacional. El problema es que las grandes
decisiones mundiales son tomadas por un grupo de países representada por una
elite política que defiende los grandes intereses de las transnacionales. La política
mundial esta estrechamente vinculada al poder económico mundial.

Potrebbero piacerti anche