INSTALACIONES III Tarea 3: Elisabetta Rita Fanelli

22/FEB/2011 EL EFECTO DE LOS ESTIMULOS FISICOS SOBRE EL SER HUMANO 611128047

El usuario y la luz

El cuerpo es el medio que permite al hombre percibir la realidad que lo rodea. El factor de la iluminación representa una
componente fundamental de la percepción de la realidad natural o arquitectónica por parte del usuario de un espacio:
para desarrollar la mayoría de sus actividades, el hombre necesita encontrarse en entornos iluminados, que no solamente
le permitan utilizar el sentido de vista de manera más eficaz, sino que también le transmitan bienestar físico gracias al
calor que la luz produce.

Toda la vida sobre nuestro planeta depende de la luz, entonces son muchísimas las maneras en las cuales la presencia de
luz en un determinado ambiente puede influir positivamente sobre sus usuarios. Un volumen arquitectónico, por ejemplo,
puede también definirse como la particular distribución de superficies materiales en el suelo al fin de generar un espacio
nuevo: cada una de estas superficies se puede, según de la voluntad proyectual del arquitecto o diseñador, mover, inclinar
o abrir al fin de conferir características especiales de iluminación al producto y el mismo material de estas superficies
puede influir en la manera en que la misma luz se propaga dentro del espacio. Todos estos elementos inciden firmemente
no solo sobre la percepción “activa” de un entorno arquitectónico por parte del hombre, sino también, de manera
indirecta, “pasiva”, sobre la calidad de sus condiciones biológicas y psicológicas, de las actividades que desarrolla y de las
interacciones que tiene con otros usuarios del mismo espacio.

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El usuario y las condiciones térmico-atmosféricas

El cuerpo es el medio que permite al hombre percibir la realidad que lo rodea. Los factores térmicos y atmosféricos son los
que el organismo humano percibe de manera más intensa y aguda: la parte superficial de nuestra piel tiene
termoreceptores que informan el cerebro sobre las condiciones térmicas dentro del cuerpo y ayudan a controlar el
equilibrio térmico.

El organismo percibe las diferencias de temperatura como “frio” o “calor” a partir de la temperatura corporal (entre 36 y
38ºC, en condiciones normales) y reacciona a estas de manera diferente: en ambientes fríos, el flujo sanguíneo disminuye,
se empieza a temblar y el metabolismo aumenta; en ambientes cálidos, el flujo aumenta y el calor producido por el cuerpo
se vaporiza en sudor. Aunque el cuerpo adopte estos mecanismos para protegerse de los cambios fuertes en el medio
ambiente, esos procesos tienen una duración limitada y las variaciones fuertes, después de un tiempo, producen malestar,
quitan energía al organismo y lo exponen a enfermedades.

Hay muchas variables que los diseñadores pueden utilizar y modificar debidamente al fin de lograr una mejor calidad de
los espacios que proyectan como, por ejemplo, las áreas verdes, la topografía del suelo a intervenir y los mismos productos
urbano-arquitectónicos que se plantean en un determinado lugar.
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El usuario y el sonido

El cuerpo es el medio que permite al hombre percibir la realidad que lo rodea. El factor del sonido constituye uno de los
elementos que los diseñadores subestiman y que, al contrario, muy de seguido afectan de manera negativa al usuario de
un espacio.

La “respuesta” del hombre a los diferentes estímulos acústicos se puede medir de manera fisiológica, emocional o en
términos de rendimiento. Sin embargo, todas esas mediciones y las respuestas del cuerpo humano a los estímulos
producidos tienen que ver con una variación, que sea esperada o inesperada. En los entornos urbanos en los cuales el
hombre se encuentra más de seguido en el Siglo XXI, el factor sonido es uno de los más frecuentemente desagradables y
una de las causas fundamentales de malestar: el organismo reacciona a esos fuertes estímulos como a señales de
emergencia, con mecanismos de defensa frente al peligro como, por ejemplos, contracciones musculares.

Arquitectos y urbanistas – como diseñadores de espacios no solo agradables para el sentido de la vista, sino también
adecuados para todos los demás – deben tomar bien en cuenta la cuestión de la contaminación acústica de nuestras
ciudades y pretender lograr condiciones de bienestar para los usuarios de los espacios que proyectan, al fin de generar
ambientes que establezcan y mantengan orden en el ambiente sensorial, proporcionando comodidad ambiental.