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No está muerto quien acaricia sueños. Sobretodo si ese sueño es el respeto a todos los animales.

Rosa Luxemburgo: “Ya es un crimen si alguien, en su prisa por obtener algo que considera vital, pisa a un gusano”.

Existen muchas personas que respetan a todas las especies, pues considero que somos tan
civilizados como lo demostramos en el respeto a todas las especies animales, el medio ambiente y
a la sociedad. Si falla alguno, es trágico, si fallan dos es cruel, si fallan los tres es barbarie.

Desde la cultura, en la escuela, en la familia se nos inculcan valores.

El escritor Ignacio Martínez definió a la cultura en la Reunión Nacional de Académicos y Trabajadores


de la Cultura sobre POLÍTICAS, DIVERSIDAD Y DERECHOS CULTURALES (Dirección Nacional de Cultura y
Proyecto Conjunto Viví Cultura. Montevideo 15 y 16/09/2010):

“Sin pretender dar definiciones acabadas ni nada por el estilo, este anhelo de encontrarnos y pensar colectivamente
quizá ya encierre una definición de la cultura. Es decir, entender la cultura como la elaboración de las estrategias
que nos damos los pueblos para encarar la vida, honrarla, agradecerla y engrandecerla... o degradarla. Esas
estrategias son las relaciones del ser humano con la naturaleza; la relación del ser humano en sociedad, con sus
prójimos; cómo vemos nuestro pasado y nuestra ubicación en la historia de la Humanidad; qué tipo de espiritualidad y
qué tipo de visión del mundo tenemos”… “No existe transformación cultural sin transformación social. No habrá
transformación social sustentable si no se afirma en un cambio cultural”.

Comparto la definición. Sería oportuno plantearnos si la escala de valores es la correcta. En un país


que fomenta el consumo de carnes, ser respetuoso y no carnívoro induce a errores y burlas.

El convivir nos hace comulgar con cazadores, consumidores de carnes, abrigarse y decorar su casa,
artistas con raras expresiones de arte, taxidermistas, gente con profesiones que tienen que ver con
la explotación animal en todas sus formas, siempre ejerciendo la muerte, el abuso y el asesinato.

No se es libre, de ayudar al resto de las especies, se nos endilgan motes o apodos, se nos sugiere
hacer beneficencia con los humanos. De hecho los activistas nos dedicamos más a ayudar a todas
las especies, incluida la especie humana, que quienes nos cuestionan.

No somos más buenos que nadie, quizá más conscientes. Hay una teoría acerca del especismo o
egocentrismo humano con las otras especies que nos ubica como seres parásitos de la tierra.

En el Código Civil se considera a los animales como bienes muebles, cosas que pueden
transportarse de un lugar a otro, opino que es minimizar a nuestros hermanos de otras especies.

A los esclavos se los registraba como propiedades junto a los animales en los libros. Todo es parte
de un proceso histórico, en un futuro tal vez se cambie el Artículo.

Los Indios norteamericanos la tierra es de los hermanos animales


Se dice que el Presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al Jefe de Seattle (Sioux) de
la Tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste, hoy el Estado de Washington, prometiendo a cambio
crear una "reservación" para el pueblo indígena. El Jefe de la Tribu responde a través de esta carta plena de amor a la
tierra materna, a los animales y a la naturaleza.

"¿Cómo intentar comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? La idea nos resulta extraña. Ya que nosotros no
poseemos la frescura del aire o el destello del agua. ¿Cómo pueden comprarnos esto? Lo decidiremos a tiempo. Cada
pedazo de esta tierra es sagrado para mi gente. Cada aguja brillante de pino, cada ribera arenosa, cada niebla en las
maderas oscuras, cada claridad y zumbido del insecto es santo en la memoria y vivencias de mi gente”… “¿Y qué vivir,
si el hombre no puede oír el adorable lamento del chotacabras o el argumento de las ranas alrededor de una charca
en la noche?”... “El hombre blanco debe tratar a las bestias de esta tierra como a sus propios hermanos. Yo soy un
salvaje y no entiendo ninguna otra forma. He visto millares de búfalos muertos por el hombre blanco, para que
pudiera pasar un tren. Yo soy un salvaje, y no entiendo como el humo del caballo de hierro puede ser más importante
que el búfalo, el que nosotros matábamos solamente para poder sobrevivir ¿Qué es el hombre sin las bestias? Si todas

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las bestias desaparecieran el hombre moriría de una gran depresión de espíritu. Cualquier cosa que les pase a los
animales le pasará también al hombre. Todos los seres están relacionados. Cualquier cosa que acontezca a la tierra
acontecerá también a sus hijos”... “Cuando los búfalos sean exterminados, los caballos salvajes amansados, la
esquina secreta de la floresta pisada con la esencia de muchos hombres y la vista rosada de las colinas sazonada de la
charla de las esposas ¿donde estará la maleza? se habrá ido ¿Donde estará el águila? se habrá ido... Si les vendemos
nuestra tierra, consideren la siguiente condición: que el hombre blanco trate a los animales de esta tierra como sus
hermanos. La Tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la Tierra. El hombre no ha tejido la red
de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo..."

Considero que es necesario no dejar de considerar a los precursores de los derechos de los
animales, esos Heraldos considerados como los caballeros que llevaban mensajes importantes y
organizaban. Ejemplos: Don José Batlle y Ordóñez, Escribana Olga Baldomir y de quién la historia
ignora el nombre, el Ángel en la Facultad de Química.

Luego los tiempos trajeron mucha gente unida a la causa, entre ellas la Dra. Lilián Ruiz, su madre
y su esposo, el Veterinario Gustavo Dittrich a quién dedico estas páginas. Pues la hermosa historia
que los llevó a ser uno de los grupos con ayuda más marcada en el tiempo, perdura hasta verse
concretado en este libro.

Al igual que mi madre, Alicia Laneri de D’Ambrosio, que son sus campañas despertó más quejas
que aliados en Montevideo y Salinas, Canelones. Hecho que la reafirmó en la lucha, pues prefería
quedar como tonta que permanecer indiferente ante el dolor de un animal.

He aquí algunos ejemplos y mi vivencia con la Escribana Olga Baldomir.

José Pablo Torcuato Batlle y Ordóñez (21/05/1856 – 20/10/1929). Político y Periodista


Fue presidente de la República Oriental del Uruguay en dos períodos, 1903/7 y 1911/5. Emprendió
una amplia reforma educativa y laboral, profundizando la implantación del sistema democrático.

Un tema poco conocido de su gestión fue la protección de los más débiles, entre ellos los animales,
Batlle era un hombre infinitamente bondadoso, dulce y sensible, respetuoso de la naturaleza,
tanto plantas como animales.

Crónicas cuentan que llevó a la Presidencia la defensa de los derechos de los animales. Creía que
había que suprimir radicalmente todo espectáculo en que se derramase sangre, para no despertar
el instinto de la fiera que a veces dormita en la condición humana. Rechazando riñas de gallos y
corridas de toros, en 1912 decretó que fueran prohibidas para siempre.

Su desbordante humanismo lo llevaba a aspirar que se castigase como delito cualquier maltrato
que se infligiera a los animales. No le gustaban los circos y las pruebas con animales, porque a
través de sus habilidades, entreveía las torturas de la enseñanza.-

Uno de los sueños edilicios de Batlle era hacer de los bañados de Carrasco un inmenso parque
donde las bestias pudieran vivir y pacer libres y felices.

Enemigo de la caza, opinaba: "Demasiado dolor para agregarle nuevo, prodiga el mecanismo ciego de la
naturaleza, en el que la vida vive de la vida y no se da un paso sin que cueste nuevas vidas".

Consideraba a la industria lobera una bárbara matanza a garrotazos y afirmaba que le parecía
advertir en las reses del matadero la angustia del que va al patíbulo.-

Asilaba a cuanto animal llegaba a su casa. Las hormigas fueron para él, una infinita preocupación,
refiriéndose a ellas decía: "Tan industriosas y tan inteligentes, pero tan dañinas... con que gusto, si fueran
capaces de hacer un tratado leal, les abandonaría una buena parte de mi predio, a condición de que no tocaran el
resto".

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Escribana Olga Baldomir (12/11/1917 - 21/06/2003)
No se sabe cuando comenzó, quizás como muchos de los defensores de los derechos del resto de
los animales, cuando era niña. No tuvo una vida fácil, por su boca, supe que no tuvo una buena
vida con su esposo.

Su profesión de Escribana sirvió para que más de alguna amistad le pidiera un favorcito, sin pagarle
los honorarios y para fundar una organización sin fines de lucro, ADEA (Asociación de Defensores de
Animales.

Durante muchos años junto con la Asociación San Francisco de Asís fueron las únicas que bregaron
por la ayuda y asistencia a los más desposeídos, a los amigos del hombre, perros y gatos (porque
no). Luego ésta última cuestionada se re-encauzó, hasta llegar al actual “El Refugio” en el que los
valores proteccionistas fueron rescatados.

Dedicada a su obra, se empezó a dar a conocer masivamente en programas de TV de los años ’70,
como el programa de televisión “Domingos Continuados” de la Sra. Cristina Morán.

Una de las historias que más me marcó fue un perrito descaderado al cual se le había construido
uno de esos carritos para movilizarse.

La conozco Allá por 1983, se me pierde una perrita, Bonnie, en Montevideo y comienzo a
recorrer todas las zonas aledañas al lugar plantando carteles, entonces, no existía la oportunidad
de enviar correos electrónicos. Escribo a mano unos carteles (no recuerdo si efectué fotocopias),
ofreciendo una recompensa a quien la hallara.

Es entonces que la llamo, al día siguiente tenía ubicada a la perra, por ella me entero que la
barbilla casi pura no se había perdido, estaba sentada en el escalón de casa cuando un joven pensó
en la oportunidad de negociar con ella y la subió a un taxi, llevándola a un asentamiento cercano a
la zona del hospital Pasteur. Uno a los que acudía Olga para castrar y ayudar a la gente a mantener
sanos a sus animales.

Al constatar que no conseguiría obtener un peso por ella, la quiso asesinar, enterándose justo un
matrimonio amigo quien informó a Olga sin saber de mi existencia, dado que ellos mismos no
deseaban quedarse con ella.

La perrita en realidad no era mía, sino de una hermana, ella vivía entonces en la casa de nuestra
familia en el Cordón, yo vivía en Salinas. La perrita casi no me conocía.

Cuando me llama para informarme del hallazgo me aclara que no desea la recompensa, si acaso
que se la entregue al matrimonio que la tiene. Se ofrece a acompañarme, me da una dirección en
la que nos encontraremos.

El lugar de la cita es una casa preparada para castraciones, cuando llego y me presentan a Olga,
está tomando por las patitas traseras a una perra a punto de ser operada con tranquilizante y
anestesia ya suministradas, maldiciendo porque avisó que debía estar en ayunas, la perra devuelve
el contenido del estómago y se recupera.

Después de asistir en todo al veterinario, de hablar con todas las personas que llevaron a sus
perras, pasó allí casi toda la mañana, a continuación debe ir a una casa cercana a atender una
denuncia, parece que han estado eliminándoles las mascotas a golpes de piedra, un perro, un gato
y un conejo.

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De allí va a la casa de una señora mayor llena de animales, le lleva comida y medicamentos contra
la sarna, y desparasitante, me comenta que ella le dijo que no recoja más animales del barrio,
porque no puede ni mantenerlos.

Finalmente, sí llegamos a la casa del matrimonio que tiene a Bonnie, la perra está atada y ni bien
me ve a lo lejos, hace todo un “bailecito” de alegría, Olga se vuelve hacia mí y dice que es la
segunda vez en su vida que ve tanta alegría y energía en un reencuentro, que el recuerdo más
marcado que se le viene a la mente, es el de una anciana ciega en un asilo, a la que le llevaron su
perrito. Entiendo que le permitieron quedárselo, por las dudas no pregunto más, pero me aclara
que el animal está cuidado, no pregunto si con ella o no. Entrego el dinero de la recompensa a la
pareja.

De allí surgió una amistad, unidas en el sentimiento de activismo animal.

Trajo al país, un sistema de castración rápido, que no se enseñaba en la Facultad de Veterinaria y


en el que adiestraba a los veterinarios que trabajaban con ella. Estos castraban por el mínimo,
creo que un viático para trasladarse, alguno que otro se fue espantado por su mal humor o por
temas que solo ellos sabrán.

Su estandarte era una campaña de castración masiva. Que haría mucho bien al perro en situación
de calle, abandonado o con dueño irresponsable y por tanto suelto en la vía pública.

Olga siempre estaba dispuesta para organizar castraciones en Salinas, Canelones.

Traía papeles para levantar firmas por todo, en eso también fue precursora: contra "A farra do
Boi”, en Brasil, un pobre bovino que pasaba mil torturas y luego su carne era consumida, llena de
toxinas por la muerte a la que era sometido.

Siempre tenía alguna noticia suya, alguna nota en un periódico, advirtiendo sobre los problemas
ecológicos, pedía según sus propias palabras: “para ayer la solución”.

Una de las últimas veces que me hablaron de ella fue por su ida conjuntamente con otras
organizaciones de protección animal a Maldonado por la situación creada por la Administración
Municipal del Intendente de allá.

En julio del 2000 fue designada "Madrina de los Animales" por la Asociación Zoolófila de Campos do
Jordao, ubicada a 100 kilómetros al norte de San Pablo. El homenaje, brindado por la presidenta,
Nancy Ramos, se suma a los ya organizados en varios países por asociaciones proteccionistas, que
han calificado a Baldomir como "Olga de América" por su trabajo animalista.

2003 Sobreviene su muerte y se organiza un homenaje en Montevideo.

En muchas oportunidades tuvo que recurrir a personas y organizaciones internacionales, Brigitte


Bardot, Jacques Cousteau y la WSPA por no contar con ayuda de las autoridades nacionales.
Ejemplo de ello fue el caso de la extracción de los testículos de lobos marinos en Punta del Este.

Trabaja mayormente en asentamientos y se hace cargo de todos los gastos.

Su labor fue premiada en Cuba, Colombia, Brasil, Argentina y reconocida por la Asociación Mundial
para la Protección Animal (WSPA) como la mejor del mundo.

Si bien Olga se comprometió con la causa animal nunca dejó a un lado su compromiso político y
social con los hombres.

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Sobre su muerte La escritora y ecologista Irma María Oliveira, autora del libro "La Selva Muere",
titula un artículo dedicado a Olga: "Los perros de la calle están más solos".

El decreto de la Junta Departamental de Montevideo, el Nº 31278/2003, aprueba la erección de un


monolito con placa recordatoria de 60 x 40 cms., en su homenaje, en el espacio libre ubicado en la
intersección de las avenidas Dr. Américo Ricaldoni y Dr. Luís Morquio, frente a la fuente del Parque
José Batlle y Ordóñez, la cual lucirá la siguiente inscripción:

HOMENAJE DE LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE MONTEVIDEO A LA ESC. OLGA BALDOMIR, FUNDADORA


DE LA PROTECTORA DE ANIMALES (ADEA). PARA QUIEN SIEMPRE HIZO CAUSA ACTIVA EN LA
PROTECCIÓN Y EL RESPETO DEL VALOR SUPREMO DE LA VIDA.

y… donde está el monolito?: A fines del año 2005 concurrí a la IMM y nadie sabía nada, me
dieron algunos datos, pero aún hoy, al 2 de febrero de 2011, en el lugar sigue sin erigirse nada.

Un Ángel en la Facultad de Química


El Profesor José Pedro Sáenz fue Decano de la Facultad de Química en épocas muy difíciles, pues
enviaban a los porteros a recoger perros de las calles o en la perrera para en empleados en
exámenes de la Cátedra de Farmacología, y la esposa de Sáenz, que era profesora de dicha
Facultad, los liberaba de sus jaulas, ya que como su religión judía le había hecho padecer en
campos de concentración, se conmiseraba de todo ser oprimido.

Todo el mundo recuerda dichos eventos, no curiosamente el nombre de la profesora, pero sí de sus
piadosos actos.

Tanta gente no puede estar equivocada, los animales no son bienes, la experimentación (palabra
bajo lo cual casi todo es válido) ha demostrado lo que sufren, su nivel de inteligencia, aunque
medida curiosamente por valores humanos (no sé hasta qué punto válidos), obvio no hay otra
interacción con el resto de las especies que la del respeto, un amor limpio que se basa en el
conocimiento de sus costumbres y necesidades.

Hasta acá mis palabras, ahora es bueno leer el libro y concientizarse.

Patrizia D’Ambrosio - Periodista de Investigación


Historiadora permanente registrada en la Biblioteca Nacional

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