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ANTECEDENTES
En consecuencia, los colegios no son grupos sectoriales, sino los propios profesionales
organizados, que a través de sus legítimos representantes, procuran la adecuada
prestación de un servicio para toda la comunidad.
Es así que en febrero de 1962 se dicta el decreto-ley 29/62 por el cual se crea el
CONSEJO PROFESIONAL DE AGRIMENSORES, ARQUITECTOS, INGENIEROS
Y PROFESIONES AFINES, que contenía, para lo que existía en la Provincia con
cambios fundamentales para el ejercicio profesional de tales disciplinas, a saber:
Tras las elecciones de abril/62 se constituyo la primera comisión directiva cuyo primer
objetivo fue poner en vigencia el sistema de cobro indirecto previsto por el citado
decreto-ley y reglamentado por el decreto 1451/62, que se dictó poco después de la
citada norma básica.
Ello representaba poner en marcha una acción poco menos que revolucionaria, que
partiendo de un ejercicio profesional que se desarrollaba sin norma y seguridad alguna,
llegaba a implantar la orden de trabajo, la factura o liquidación de honorarios, el visado
de los planos por el Consejo previo al ingreso a las reparticiones oficiales, el depósito de
los honorarios en una cuenta especial habilitada en el entonces Banco Provincial de
Salta, la emisión de cheques de reintegro y la retención del 5% de las sumas facturadas.
Todo ello, sumado a la rematriculación obligatoria, puso de manifiesto la necesidad de
crear la Gerencia Técnica con su respectivo complemento administrativo.
Pero antes, los ingresos provenientes de las retenciones obligatorias del 5% de los
honorarios, habían dado ya al Consejo un rápido e inesperado crecimiento económico.
Se adoptó el primer Código de Ética.
La ley tenía, porque la desregulación del 93 los dejó sin efecto, aspectos muy
interesantes que protegían al profesional en su constante lucha por el cobro de su
honorarios. El artículo 25 ratificaba y ampliaba el sistema de cobro indirecto contenido
en el Decreto-ley 29/62, llevándolo a las obras públicas en cuanto referidas a los
honorarios de los representantes técnicos. En tanto, el artículo 26 fijaba el
procedimiento para aplicar ante las discrepancias entre profesional y comitente en la
fijación de honorarios, y facultaba al Consejo para actuar, nada menos que por la vía
ejecutiva, en el cobro de los honorarios adeudados mediante la “orden de trabajo” y la
factura aprobada por el Consejo.
El 15 de mayo de 1973 promulgaron la ley 4591 como una reestructuración del Consejo
creado por aquel mencionado decreto-ley. Entre las principales modificaciones o
agregados, corresponde mencionar: ampliación de las condiciones para ser consejero,
exigencia de la presentación del título original para proceder a la matriculación,
definiciones sobre los distintos casos de incompatibilidad que se pueden presentar en el
ejercicio profesional; lo mismo que en lo referente al uso del título, asambleas anuales
de carácter meramente informativo, en las que se aprueba u observa lo actuado por el
Consejo durante un período, sin necesitar ésta de someter a aprobación previa de la
asamblea ninguna de las resoluciones que adopta. Como se aprecia, el Consejo
constituye un organismo plenamente ejecutivo.
Debe tenerse presente que el Consejo es el único organismo de su tipo que en el país
cumple una función revisora de tal naturaleza. Por ese año completó la nómina de
secretarías y corresponsalías a su cargo según el siguiente detalle:
C.I.R.S.O.C. (Centro de Investigación de los Reglamentos Nacionales de Seguridad
para las Obras Civiles)
I.N.P.R.E.S. (Instituto Nacional de Prevención Sísmica).
A.A.T.H. (Asociación Argentina de Tecnología del Hormigón).
Asociación Internacional de Control de Calidad, Patología y Recuperación de la
Construcción.
Por ley 6574, se crea la Caja de Previsión Social para Agrimensores, Arquitectos,
Ingenieros y Profesionales Afines.
En 1991 se promulgó la ley 6639 de creación del Colegio de Arquitectos, que como tal
comenzó a funcionar exactamente el 27 de abril de 1992. Ello originó una serie de
medidas administrativas para llevar a cabo la correcta separación de esa parte de la
matrícula.
Al arribar el año 93 el criterio desregulatorio estaba en consonancia con la política
económica adoptada por el gobierno nacional, el que, a través de los pactos fiscales,
trataba que las provincias siguieran parecida senda. Siendo Gobernador Ulloa, Salta
adoptó el criterio dictando en noviembre del 93, el decreto de necesidad y urgencia
2155, por el cual se desreguló el comercio de bienes y servicios por lo que en adelante
se dispuso:
1. La derogación del sistema de cobro indirecto de los honorarios
2. La derogación del carácter de orden público del arancel de honorarios, que pasó a ser
indicativo.
Pero quedaron firmes y obligatorias tanto la matrícula como los aportes establecidos
en leyes anteriores (para el Consejo, su Obra Social y la Caja de Previsión), los aportes
seguían siendo obligatorios ,lo mismo el pago del derecho anual de renovación de
matrícula.
Artículo 5° – Para ser inscripto en los registros, a que se refiere el artículo anterior, se
requiere poseer algunos de los siguientes títulos:
a) De Ingeniero, Arquitecto o Agrimensor, en cualquiera de sus ramas, expedido por
una Universidad Argentina oficialmente reconocida, o que en adelante expidan esas
universidades y que correspondan a nuevas profesiones conexas con las regidas por la
presente Ley; con tal que su otorgamiento requiera estudios completos de la enseñanza
media, previos a los de carácter universitario y que éstos acrediten conocimientos
superiores en las respectivas disciplinas.
b) De Ingeniero, Arquitecto o Agrimensor expedidos por Universidades extranjeras que
hayan sido reconocidos o revalidados por una Universidad Nacional o por el Gobierno
Nacional en virtud de tratados internacionales.
c) Diplomas no universitarios expedidos por escuelas, colegios o institutos de enseñanza
nacionales, provinciales o particulares, oficialmente reconocidos, que involucren la
posesión de conocimientos técnicos conexos con los de las profesiones de Ingeniero,
Arquitecto y Agrimensor, como son los de Maestros Mayor de Obras, Constructor de
Obras, Técnicos Electricistas, Técnicos Mecánicos, Técnicos en Obras Sanitarias, etc.
d) Poseer a la fecha de promulgación del Decreto – Ley 29/62, matrícula municipal
vigente de constructor de 2° ó 3° categoría con determinación de lugar de ejercicio.
e) Poseer a la fecha del Decreto – Ley 29/62, inscripción en los registros del consejo
Profesional de conformidad con lo dispuesto por la Ley 1039.
Artículo 6° – El Consejo Profesional podrá acordar autorizaciones especiales, a título de
excepción, para el ejercicio profesional sin llenar los requisitos establecidos en el
artículo 5° en los casos y condiciones siguientes:
a) A las personas que por sus conocimientos especiales hayan sido contratadas por
alguna autoridad pública o universitaria o por particulares, para el desempeño de tareas
no corrientes, las que deberán ejercer sus actividades exclusivamente en lo
indispensable para el cumplimiento de sus contratos.
b) A las personas que al entrar en vigencia el Decreto – Ley 29/62 estuvieran
desempeñando en propiedad, cargos, funciones o comisiones propias de las profesiones
que esta Ley reglamenta, solamente mientras permanezcan en el cargo y exclusivamente
para el mismo.
c) A las personas que a juicio del Consejo Profesional, formulado en base a pruebas o
antecedentes satisfactorios, puedan desempeñar en casos excepcionales y con carácter
precario, alguna función técnica en sitios en que no haya o sean insuficientes los
profesionales en condiciones legales. Las licencias serán acordadas por un período
máximo de un año, renovables a juicio del Consejo. Después de diez renovaciones
consecutivas, estas personas tendrán derecho a la habilitación definitiva para ejecutar las
tareas que se les autorizó.
Al mencionar el alcance de las funciones a que habilitan los
títulos enumerados menciona la norma:
a) Para los profesionales universitarios las competencias que determinen las
universidades o institutos que los expidieron o revalidaron, o las autoridades que
los reconocieron o expendieron.
b) En todos los casos el ejercicio profesional individual deberá consistir única y
exclusivamente, en la ejecución personal de los actos enunciados en el artículo
2°, pudiendo el profesional emplear la colaboración de ayudantes, solamente en
tareas que puedan ser íntegramente controladas por el mismo, quedando
expresamente prohibida la prestación de la firma profesional.
El ejercicio profesional realizado por reparticiones públicas de cualquier
clase, empresas, sociedades o particulares no habilitados, sólo podrá efectuarse bajo la
dirección técnica inmediata de un profesional que haya llenado las condiciones
establecidas en el artículo 4° y en la especialidad y categoría correspondiente.
Las disposiciones sobre el ejercicio profesional, decláranse de orden
público y nulo todo convenio o pacto que las contravengan, así como los contratos y
nombramientos para cargos, empleos o comisiones, hechos por cualquier autoridad, en
contraposición a aquellas disposiciones.
DE LAS INCOMPATIBILIDADES
Artículo 12° – Los profesionales pertenecientes a reparticiones públicas tendrán las
siguientes incompatibilidades, además de las propias e inherentes a cada cargo, y de las
que pudieran existir a juicio del Consejo Profesional:
a) El desempeño de un cargo público con la ejecución, tramitación, dirección y demás
actuaciones profesionales en trabajos particulares que tengan relación directa con la
municipalidad o repartición provincial a que pertenezca el profesional.
b) El desempeño de un cargo público con la contratación y/o dirección de obras,
asesoramientos, ejecución de proyectos o cualquier otro trabajo profesional encarado
por el poder público a que pertenezca el profesional.
c) El desempeño de funciones técnicas en organizaciones, empresas o para particulares
que tengan a su cargo la prestación de servicios al poder público al cual pertenezca el
profesional.
Artículo 13° – Es incompatible para cualquier matriculado, el ejercicio profesional
simultáneo, destinado a particulares con intereses opuestos, sin el consentimiento
expreso de los comitentes.
Es importante destacar que se entiende en la normativa por DEL
USO DEL TITULO, ya que según el Artículo 14° es toda manifestación que permita
referir a una o más personas, la idea del ejercicio de alguna de las profesiones regidas
por la presente Ley, tal como el empleo de términos como academia, estudio, instituto,
asesoría, cálculo, proyectos, planos, mensuras u otros similares, en avisos, leyendas,
chapas, dibujos, carteles, membretes, emisiones orales, radiofónicas, etc.
Artículo 15° – El uso del título propio de los profesionales objeto de la presente Ley,
estará sometido a las normas siguientes:
a) Sólo será permitido a las personas de existencia visible que lo posean y que hayan
cumplido los requisitos que esta Ley exige para su ejercicio.
b) En las asociaciones, sociedades o cualquier clase de agrupación de profesionales
entre sí o con otras personas, corresponderá individualmente a cada uno de los
profesionales y en las denominaciones que adopten las mismas, no se podrá hacer
referencia a títulos profesionales si no lo poseen la totalidad de sus componentes y en la
especialidad y categoría a que se haga referencia.
c) En todos los casos deberá determinarse con precisión el título de que se trata,
excluyendo toda posibilidad de error o duda al respecto.
La defensa del COPAIPA ante el uso indebido de titulo surge del
Artículo 17° por que ell Consejo Profesional querellará según lo establecido por el
artículo 247 del Código Penal a la persona que se arroge un título de cualquiera de las
profesiones sin poseerlo.
Siendo un código normativo de derechos y deberes nomina en su
artículo 18° que la violación a la Ley y demás reglamentos que se dicten, será
reprimida por el Consejo Profesional, el que podrá aplicar las siguientes correcciones
disciplinarias:
a) Advertencia.
b) Amonestación privada.
c) Censura pública.
d) Multas de 500,00 a 50.000,00 pesos Ley 18.188.
e) Suspensión en el ejercicio profesional hasta dos años.
f) Cancelación de la matrícula.
Las penas previstas en los puntos a), b) y c) sólo darán recurso de revocatoria ante el
mismo Consejo Profesional; las previstas en los puntos d), e) y f) tendrán recurso de
apelación ante el Poder Judicial en el término de cinco días hábiles.