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Abstract. – Effects of land use change on the hypothetical habitat availability for Mexican parrots.
– Habitat loss is one of the main threats for Neotropical parrots, being human-induced land use change a
key issue. In this paper, we analyze the modification of vegetation cover for three time periods (1976,
1996, and 2000) upon the hypothetical distribution of 22 Mexican parrot species, through the use of eco-
logical niche modeling (GARP). With the exception of three species, all others incur losses in the distribu-
tion areas under the land use change scenarios, with up to 86% loss for Ara macao. For Aratinga
strenua, Brotogeris jugularis, and Amazona auropalliata, all distributed in the southern coastal region of
Mexico, an apparent recovery in area exists. We also analyze the modifications in species richness
patterns for Mexican psittacids under the same scenarios and the role of protected areas as zones of
potential habitat conservation.
Resumen. – Una de las mayores amenazas para los psitácidos neotropicales es la pérdida del hábitat,
la cual resulta principalmente de la modificación de la cobertura vegetal por factores antropogénicos. En
este trabajo analizamos la modificación de la cobertura vegetal durante tres períodos (1976, 1996 y
2000) y su influencia en la distribución hipotética de 22 de las especies de psitácidos mexicanos, a
través de la predicción de áreas utilizando modelos de nicho ecológico (GARP). Con excepción de tres
especies, existe una pérdida general en el área de distribución hipotética al comparar los tres periodos
del uso de suelo llegando hasta un 86% de pérdida para Ara macao. Solo en el caso de Aratinga
strenua, Brotogeris jugularis y Amazona auropalliata, que habitan en la región costera sur de México,
existe un aumento aparente en cuanto al área de distribución potencial. Analizamos también las modifi-
caciones de los patrones geográficos de la riqueza de especies para los psitácidos mexicanos a nivel
nacional bajo esos mismos escenarios y el papel de las áreas protegidas como zonas de conservación
de hábitat potencial. Aceptado el 21 de Agosto de 2009.
Key words: Conservation, ecological niche models, land use changes, Mexico, parrots, protected areas,
species richness.
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hábitats que presentan poca perturbación cos de nicho utilizan información biológica
antropogénica (Morales-Pérez 2005), siendo (datos de colección de las especies) e infor-
limitantes importantes la disponibilidad de ali- mación ambiental o geográfica que es anali-
mento (Renton 2001), los sitios de anidación zada por medio de algoritmos, realizando una
(Renton & Salinas-Melgoza 1999) y la depre- aproximación del espacio multidimensional,
dación de la que pueden ser objeto (White et que es proyectada en un mapa para ser visua-
al. 2006). lizado geográficamente prediciendo las áreas
A pesar de su gran diversidad, los psitáci- donde se encuentran las condiciones ecológi-
dos son uno de los grupos biológicos más cas aptas para la presencia de la especie
amenazados a nivel nacional (SEMARNAT (Peterson 2001, Navarro et al. 2003b, Soberón
2002) e internacional (BirdLife International & Peterson 2004). Los resultados de este tipo
2000), pues son especies que han estado suje- de modelos sugieren distribuciones hipotéti-
tas por mucho tiempo al tráfico legal e ilegal cas debido a las limitaciones de los datos de
para el mercado de mascotas (Iñigo & Ramos entrada y a que existen factores bióticos e
1991, Cantú-Guzmán et al. 2007). Incluso, históricos que no son considerados al
algunas especies han sufrido disminuciones momento de generar los modelos (Illoldi &
poblacionales de hasta un 25% a un 30 %, y Escalante 2008) por lo que deben ser puestos
especies como Brotogeris jugularis, Amazona albi- a prueba.
frons y A. farinosa han sido extirpadas de cier- Una de las aplicaciones de estas he-
tas regiones del país (Macías et al. 2000, rramientas ha sido evaluar el impacto pro-
Cantú-Guzmán et al. 2007). Sin embargo, uno vocado por el cambio de uso de suelo
de los factores más importantes que afecta a (Sánchez-Cordero et al. 2005, Peterson et al.
las poblaciones de psitácidos mexicanos es la 2006), entendido como la transformación de
pérdida o degradación del hábitat (Macías et la cobertura vegetal original por factores
al. 2000), debida principalmente a factores antropogénicos (Velásquez et al. 2002).
antropogénicos como la expansión de la Aunque algunas especies se han beneficiado
frontera agrícola y pecuaria (Velázquez et al. con estos cambios, como en el caso de ciertos
2002). mamíferos endémicos (e.g., Pappogeomys tylo-
El limitado conocimiento sobre los requi- rhinus y Spermophilus adocetus, Sánchez-Cor-
sitos ecológicos de los psitácidos mexicanos dero et al. 2005) y algunas aves introducidas
ha hecho que la información se analice sola- (e.g., Passer domesticus, MacGregor-Fors 2008),
mente de manera individual para algunas se ha visto que es una de las principales causas
especies (Macías & Iñigo 2003), o para de la pérdida de biodiversidad, pues puede
regiones muy localizadas (Morales-Pérez provocar la eventual desaparición de pobla-
2005). La utilización de modelos ecológicos ciones dentro de las áreas de distribución de
de nicho ha demostrado ser una herramienta las especies (Macías et al. 2000, Peterson et al.
eficaz en la generación de información para 2006). En el presente trabajo pretendemos
predecir sitios viables con base en sus condi- dar una aproximación cuantitativa sobre el
ciones ambientales (Peterson 2001, Navarro et cambio en el uso de suelo en México, rela-
al. 2003b). Estas herramientas se basan en el cionándolo con las hipótesis de distribución
concepto de nicho ecológico de Hutchinson generadas por los modelos ecológicos de
(1957, 1959), en el que las especies encuent- nicho y evaluando cómo dichas modifica-
ran condiciones adecuadas en un “espacio” ciones han impactado las áreas hipotéticas
multidimensional compuesto por condiciones disponibles para la supervivencia de los psitá-
bióticas y ambientales. Los modelos ecológi- cidos mexicanos.
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cia y ausencia se determinó un umbral en el (Álvarez-Romero et al. 2008). Por esta razón y
cual la especie se consideraba presente en los partiendo del hecho de que es difícil el
pixeles donde existía un consenso de siete de establecimiento de poblaciones de psitácidos
los 10 mejores modelos (70%). en sitios que han sido modificados significa-
Para probar la significancia estadística de tivamente de manera antropogénica (Morales-
las predicciones, todos los modelos fueron Pérez 2005), decidimos dejar sólo aquellas
evaluados con una prueba de χ2 (Peterson & áreas con hábitats sin modificación antropo-
Shaw 2003). Este procedimiento permite génica en donde sería probable el estable-
probar la capacidad de predecir puntos no uti- cimiento de poblaciones viables dentro de sus
lizados en la generación del modelo (i.e., áreas de distribución.
datos extrínsecos). Los valores esperados se Las áreas de la distribución hipotética con
calculan dada la proporción de área predicha hábitat sin modificación antropogénica
como presente con respecto al área total del fueron medidas por medio de un SIG y com-
estudio (= probabilidad de éxito); de esta paradas para obtener las proporciones de pér-
manera se determina si el número de puntos dida de área potencial predicha, basada en el
extrínsecos predichos correctamente es nicho ecológico de la especie. Con base en las
mayor al esperado por azar. La delimitación áreas hipotéticas obtenidas bajo el escenario
de las áreas de distribución de las especies se de cambio de uso de suelo de 2000, se obtuvo
realizó recortando la predicción generada el porcentaje de esas áreas que se mantienen
por el modelo dentro de las provincias bio- dentro de las áreas protegidas federales con-
geográficas en las cuales existían datos sideradas hasta Noviembre de 2008 (http://
históricos de presencia, ya que los modelos al www.conanp.gob.mx).
buscar coincidencias ambientales no asumen A partir de la información generada para
los factores históricos que han actuado sobre cada especie, las hipótesis de distribución se
la distribución de las especies (Soberón & sumaron para elaborar una serie de mapas de
Peterson 2005, Illoldi-Rangel & Escalante riqueza de especies para los escenarios de
2008). cambio de uso de suelo (Peterson et al. 2006).
Una vez obtenidos los mapas finales de las Este procedimiento permite visualizar los
áreas potenciales históricas, éstos fueron cambios en las regiones donde se concentran
recortados de acuerdo a donde han existido las especies, usando los mismos escenarios
modificaciones al uso de suelo que, posible- que fueron utilizados para cada una de las
mente, impiden el establecimiento de pobla- especies por separado (Velásquez et al. 2002,
ciones de las especies (zonas o centros urba- Peterson et al. 2006).
nos, pastizales inducidos, áreas sin vegetación
aparente, zonas agrícolas y pecuarias; RESULTADOS
Sánchez-Cordero et al. 2005, Peterson et al.
2006) en cada una de las tres fechas para Las distribuciones potenciales de las 22 espe-
poder compararse posteriormente. Aunque se cies modeladas (Figs. 1–4) tuvieron predic-
han reportado especies de psitácidos mexi- ciones por encima de lo esperado al azar
canos que pueden tolerar cierto grado de (prueba de χ2, todos p ≤ 0.01, gl = 1).
modificación del hábitat e incluso propiciar el Además, los modelos obtenidos presentaron
establecimiento de individuos fuera de sus bajos valores de omisión (i.e., los modelos
áreas de distribución (Juniper & Parr 1998), fueron exitosos en predecir la mayoría de los
no hay datos poblacionales que señalen que se datos de origen), presentando un poder de
trata de poblaciones con crecimiento positivo predictivo por arriba del 80%.
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FIG. 1. Distribuciones geográficas potenciales de Aratinga holochlora, A. brewsteri, A. strenua, A. astec, A. cani-
cularis y Ara macao. En negro las áreas de distribución hipotética que mantienen cobertura vegetal original
(2000), en tonos de gris se observan las áreas que se han modificados desde la cobertura vegetal original
(Rzedowski 1978) y las modificaciones de cobertura vegetal para 1976 y 1996.
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FIG. 2. Distribuciones geográficas potenciales de Ara militaris, Rhynchopsitta terrisi, R. pachyrhyncha, Bolborhyn-
chus lineola, Forpus cyanopygius y Brotogeris jugularis en México. En negro las áreas de distribución hipotética
que mantienen cobertura vegetal original (2000), en tonos de gris se observan las áreas que se han modifi-
cados desde la cobertura vegetal original (Rzedowski 1978) y las modificaciones de cobertura vegetal para
1976 y 1996.
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FIG. 3. Distribuciones geográficas potenciales de Pionopsitta haematotis, Pionus senilis, Amazona albifrons, A.
xantholora, A. viridigenalis y A. finschi en México. En negro las áreas de distribución hipotética que mantienen
cobertura vegetal original (2000), en tonos de gris se observan las áreas que se han modificados desde la
cobertura vegetal original (Rzedowski 1978) y las modificaciones de cobertura vegetal para 1976 y 1996.
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Las proyecciones de los modelos en los tamaño del área de distribución hipotética
escenarios de uso de suelo indican las pérdi- original (Tabla 1). Con esta información se
das del área de distribución hipotética permi- pudo observar gráficamente el comporta-
tiendo una visualización en secuencia miento del área hipotética como porcentaje
temporal de las modificaciones de las dis- de cobertura vegetal primaria remanente (Fig.
tribu-ciones potenciales históricas de las espe- 5), en donde 19 de las 22 especies analizadas
cies (Figs. 1–4). A partir de los modelos muestran una importante pérdida de su área
predic-tivos pudo realizarse un compendio de histórica reduciéndose desde el 80–86% para
los cambios en tamaño de área bajo las tres Ara macao, la especie potencialmente más
fechas de uso de suelo analizadas (1976, 1996, afectada, hasta 15% para Aratinga brewsteri que
2000) y de los porcentajes de modificación resultó tener los menores valores de pérdida
calculados para cada especie a partir del de hábitat.
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TABLA 1. Tamaños de área de distribución hipotética aproximada y porcentajes de modificación de las 22 especies de psitácidos mexicanos analizadas en
este trabajo y área remanente dentro del límite de las áreas protegidas federales.
Especie Distribución Área hipotética Área hipotética Área hipotética Área hipotética incluida
hipotética “original” aproximada para 1976 aproximada para 1996 aproximada para 2000 dentro de áreas protegidas
federales
FIG. 5. Porcentajes de modificación del área de distribución hipotética en México para las 22 especies de
psitácidos analizados en este estudio bajo los escenarios de cambio de uso de suelo.
En tres casos (Amazona auropalliata, Broto- jugularis y Amazona auropalliata); áreas que en
geris jugularis y Aratinga strenua) se observó una las ultimas décadas sufrieron una transfor-
baja drástica de área predicha con los datos de mación significativa para dedicarlas a la agri-
1996 y una posterior “recuperación” para cultura y ganadería.
2000. Una de las posibles causas de esta recu- Finalmente a partir del área hipotética
peración es que las tierras que presentan un predicha disponible para 2000, se calculó el
uso predominantemente agrícola y pecuario, área y el porcentaje de área dentro de la red de
se conviertan en zonas de vegetación áreas protegidas federales para tener una esti-
secundaria al ser abandonadas cuando pier- mación del porcentaje que se encuentra sujeto
den su productividad (Mendoza & Dirzo a conservación mediante este sistema (Tabla
1999). Es posible observar (Figs. 1–4) que la 1). Seis de 22 especies (27%) se consideran
mayor parte de la pérdida de área hipotética escasamente representadas en las áreas prote-
predicha se encuentra asociada a las especies gidas al tener menos de 2% incluido. Ocho
cuya distribución abarca la planicie costera del (36%) se pueden considerar medianamente
Golfo de México (e.g., Aratinga holochlora, A. representadas al tener entre 2% y 10% de su
astec, Ara macao, Pionopsitta haematotis, Pionus distribución hipotética en áreas protegidas y
senilis, Amazona viridigenalis, A. autumnalis, A. siete (32%) mantienen entre 10% y 20% de su
farinosa y A. oratrix) y las tierras bajas de la distribución incluida en áreas protegidas lo
costa de Chiapas (Aratinga strenua, Brotogeris cual se puede considerar como bien represen-
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tada. Una sola especie (Ara macao) presenta el poblaciones de varias especies de psitácidos
23% de su área potencial predicha dentro las mexicanos.
áreas protegidas y estaría considerada como
bien representada. DISCUSIÓN
Los mapas de la Figura 6 muestran las
variaciones geográficas de la riqueza de espe- En general, los psitácidos mexicanos se en-
cies bajo los tres escenarios de cambio de uso cuentran asociados a zonas dominadas por
de suelo. En general, los psitácidos se encuen- bosques que proveen sitios necesarios para su
tran distribuidos en ambas vertientes llegando alimentación y anidamiento (Lanning & Shi-
hasta las zonas montanas de la Sierra Madre flett 1983, Rodríguez-Estrella et al. 1992, Col-
del Sur y Sierra Madre Oriental, pero princi- lar 1997, Enkerlin-Hoeflich & Hogan 1997,
palmente en las tierras bajas dominadas por Juniper & Parr 1998, Renton & Salinas-Mel-
bosques tropicales perennifolios, caducifolios goza 1999, Renton 2001, Macías & Iñigo
y subcaducifolios. Las mayores concentra- 2003, Monterrubio-Rico & Enkerlin-Hoeflich
ciones de especies (entre 9 y 11 especies) se 2004a, Morales-Pérez 2005, Monterrubio-Ri-
observan en el Istmo de Tehuantepec, en la co & Escalante-Pliego 2006), por lo que la
zona donde convergen el bosque tropical presencia de sitios sin alteraciones antropogé-
perennifolio y el bosque tropical caducifolio nicas es una necesidad para el establecimien-
en la región de los Chimalapas y un pequeño to de sus poblaciones (Morales-Pérez 2005).
fragmento en el norte de Chiapas. El siguiente El modelado de nicho ecológico repre-
grupo (entre 6 y 8 especies) se encuentra senta solamente una conceptualización de la
asociado principalmente a la distribución de distribución de las condiciones ambientales
los bosques tropicales perennifolios y dos propicias en las cuales se encuentran las espe-
zonas ubicadas al occidente del país, una en cies (Peterson 2001), éstas son proyectadas en
Sinaloa y otra en la costa de Jalisco. Las zonas la geografía para tener una hipótesis adecuada
donde es posible encontrar entre 3 y 5 espe- de su distribución geográfica. La resolución a
cies corresponden a sitios dominados por la que fue realizado el trabajo (tamaño de píxel
ambientes semi-áridos, como la Península de de aproximadamente 1 km2) permite tener
Yucatán, la costa del Pacífico y Tamaulipas. una buena aproximación de las condiciones
En la última categoría se encuentran sólo del paisaje presentes en el país y hacer algunas
entre 1 y 2 especies; las áreas ocupadas corres- inferencias sobre lo que le ha sucedido al
ponden a los límites latitudinales de especies hábitat (Peterson et al. 2006). Sin embargo, los
que se distribuyen en el extremo norte y modelos de cambio de uso de suelo utilizados
noreste del país (e.g., Rhynchopsitta pachyrhyncha en el presente trabajo han sido generados en
y Amazona viridigenalis) o aquellas distribuidas distintos momentos, y a partir de métodos
en la Sierra Madre Oriental (Rhynchopsitta distintos (e.g., fotografías aéreas e imágenes
terrisi) y la Cuenca del Balsas (Aratinga canicu- de satélite), por lo que la compatibilidad, a
laris). Es posible observar a través del análisis pesar de tratar de ser lo más completa posible,
multitemporal de cambio de uso de suelo, no pudo ser total (Velásquez et al. 2002; Peter-
que la mayor pérdida se encuentra en las son et al. 2006). Estas diferencias hacen que
zonas de bosque tropical perennifolio. Estas los modelos tengan algunas limitantes a nivel
modificaciones han hecho que una gran espacial, pues son sólo adecuados al consi-
extensión de la planicie costera del Golfo y derar lo que sucede a escala nacional y en
zona costera de Chiapas en el sur de México patrones generales. A escalas más locales
puedan comprometer la permanencia de pueden representar problemas, ya que las
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Figura 6. Patrones de riqueza de especies de los psitácidos de México con base en la distribución hipo-
tética generada mediante GARP. Se representan las condiciones de vegetación sin modificación (Rzedow-
ski 1978) y sus modificaciones considerando evaluaciones de cobertura vegetal para 1976, 1996 y 2000.
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