Sei sulla pagina 1di 20

Mesa Dorada: POSCONFLICTO Y DERECHOS HUMANOS EN AYACUCHO

Expositor: Mariano Arones

En momentos en que escribía mi tesis y más aún en los días que faltaban para el día de
la sustentación, un temor no se si natural, me visitaba constantemente. Ese temor se
relacionaba a que parte de mi tesis trataba acerca de la “responsabilidad”, si vale el
término, de parte de los organismos de defensa de los derechos humanos, en relación a
la ausencia de una agenda política que enfatice los derechos humanos como ámbito
específico de las relaciones Estado - sociedad en el país. Recuérdese que en febrero del
2008 ocurrió el asesinato de los dos campesinos de Suso y en agosto de ese mismo año
sucedió lo de Pichis (Vizcatán). En los dos casos nos enardecimos, salimos a las calles a
protestar, utilizamos los medios de comunicación para denunciar el espíritu fascista del
actual gobierno, yo escribí un artículo en Jornada, y de seguro muchos de ustedes
también ¿pero después…?

¿Acaso no convenimos en denunciar el conflicto armado interno como el más letal de


nuestros conflictos? ¿Acaso no la comparamos con la guerra entre los orejones
cuzqueños y la confederación chanca en el siglo XV, que provocó una diáspora de
mitimaes por todo los andes? ¿Acaso no la comparamos con la guerra con Chile, y aún
con la conquista española, en tanto sus secuelas todavía gravitan la conciencia nacional?
¿Acaso en el prefacio del informe final de la CVR 1 , no se denuncia a las dos décadas,
80 y 90 como “una marca de horror y deshonra para el Estado y la sociedad peruana? Y
entonces me pregunto sobre nuestra pasividad política respecto del asesinato cobarde de
los dos campesinos de Suso; y respecto del bombardeo cobarde de la zona de Vizcatán;
y me pregunto acerca de nuestra tranquilidad cuando con un cinismo extremo, propia de
la derecha más conservadora, se dice que los campesinos de Suso fueron asesinados con
las propias armas de los campesinos o cuando el actual ministro de defensa refiere que
detrás de la denuncia de una de las sobrevivientes del “glorioso” y “patriótico”
operativo “excelencia” operaba el interés del narcotráfico.

1
Comisión de la Verdad y Reconciliación, que fue creada en el 2001 para investigar los acontecimientos
ocurridos en el conflicto armado interno de 1980 – 2000.

1
Con enorme facilidad acusamos al Estado como el causante de nuestros históricos
males, pero somos incapaces de mirarnos en el espejo y encontrar en nosotros mismos
las causas de nuestros males. Yo reconozco el enorme esfuerzo de APRODEH,
COMISEDH, Paz y Esperanza y otros organismos de defensa de los derechos humanos,
pero acaso no es legítimo preguntarse de por qué terminamos eligiendo a Alan García y
haciendo del fujimorismo la segunda fuerza política del país. ¿Curioso no? Mientras
sentamos en el banquillo de los acusados a Fujimori, Keyko, su hija, se erige como la
candidata con enormes posibilidades para el 2011. Así como miramos la paja en el ojo
ajeno, en este caso del Estado, sería bueno también que miremos la paja en nuestros
propios ojos. De ahí que el temor de la cual les hablaba al empezar esta disertación se
iba disipando, porque cada vez me convencía de la legitimidad de la autocrítica.

Y es esta autocrítica que me permite abordar tres dimensiones, respecto del trabajo de
los organismos de derechos humanos y aún de las propias organizaciones de víctimas; y
a través de estas dimensiones quiero reflexionar respecto de la ausencia de un
movimiento social que plantee los derechos humanos como agenda importante de la
política en el Perú.

En primer lugar hablo de la “política de la impunidad”, como la política que caracterizó


la relación Estado – sociedad a lo largo del conflicto armado interno. Este secular
prejuicio, que trasciende incluso el periodo del conflicto mismo, se manifestó en la
negación de toda forma institucional de respuesta estatal frente al terror y más bien,
como sabemos el Estado ejerció mayor violencia, infundió temor y una insensibilidad
extrema que entre otras cosas permitió la construcción de una imagen negativa en la
población respecto del Estado y sus instituciones. Solo algunos ejemplos para graficar
este punto: en el anterior gobierno regional del señor Quesada solo dos personajes se
interesaban sobre la agenda post CVR, el señor Rimarachín, gerente de desarrollo
social, aún cuando su interés en él era más académico que institucional por cuanto es
sociólogo; y el consejero Pedro Yaranga, periodista y con una larga trayectoria en temas
sociales y políticos. En ambos casos, la del funcionario y la del consejero, sus intereses,
sin embargo se desvanecían en un mar de funcionarios insensibles. En el actual
gobierno del señor Molina, ni hablar. La frase “mutis sobre Putis, dice mucho de él y su
conducta anti derechos humanos. Y no quiero abordar más sobre este señor porque
seguramente ustedes conocen más que yo.

2
Por otro lado, advierto que las luchas por la memoria, asumidas tanto por los
organismos de derechos humanos, cuanto por las propias organizaciones de víctimas
descuidaron y hasta negaron la lucha política; privilegiaron más bien el mero discurso y
la mera denuncia, pero tampoco contribuyeron a la construcción de un tipo de derechos
humanos acorde a la historia y experiencia de las comunidades campesinas; por el
contrario propiciaron un tipo de relación paternal y dependiente con respecto de la
población víctima que, entre otras cosas, les impide, en la actualidad, ejercer un
protagonismo político de manera independiente.

Me explico y, como dije, reconozco que si alguien mitigo en algo los estragos del
conflicto armado interno, fue el movimiento de derechos humanos. En un contexto
altamente violento, fueron los que denunciaron desde el principio la violencia, sea cual
fuere su origen y su justificación. Fueron quienes también asistieron a los familiares de
las víctimas cuando visitaban cuarteles, fueron también los que socorrieron a las
familias desplazadas por el conflicto armado interno. En un escenario en el que
campeaba el terror y el silencio cómplice fueron los que alzaron su voz de protesta,
amparados en ideologías humanitarias, progresistas y/o religiosas.

El hecho de que tanto en Accomarca como en Lucanamarca, por ejemplo, la


población recuerde nombres como Aprodeh o Comisedh dice mucho del rol que
cumplieron estas organizaciones a favor de quienes sufrían los embates del conflicto.
Estas organizaciones visitaron permanentemente estas comunidades, casi desde el
inicio. Con la diferencia de que sus visitas a Accomaca eran mucho más que a
Lucanamarca, en tanto que, como sabemos ésta última comunidad sufrió los embates,
principalmente de parte del PCP-SL; mientras que la comunidad de Accomarca sufrió
los embates de los agentes del Estado. Aparentemente esta diferencia explicaría el por
qué la comunidad de Accomarca mereció mayor atención de parte de éstas
organizaciones, pues en el argumento de estas organizaciones, el Estado era parte de la
comunidad internacional que había asumido el derecho internacional humanitario como
uno de los elementos base de las relaciones Estado - sociedad; mientras que el grupo
alzado en armas, no solamente irrespetaba los derechos humanos, sino también no se
sujetaban los convenios internacionales y el derecho internacional humanitario;
consiguientemente no podía exigírsele que la respetasen. Esto habría influido al hecho

3
de que fuera Accomarca la comunidad que mayor atención brindaron en comparación a
Lucanamarca, claro está aunque denunciaron tempranamente la masacre del 3 de abril
del ’83.
Pero más allá de evaluar el papel de estas organizaciones y los objetivos que
pudieron haber logrado, lo que me interesa trabajar son las formas de cómo abordaron el
problema.

En principio, repito, fueron los que alzaron su voz de protesta. Si el mundo


conocía que el país enfrentaba un conflicto por demás inhumano era gracias a ellos. Sin
embargo, nunca lograron que la justicia sancionase debidamente a los responsables de la
masacre de Accomarca, por ejemplo. Obviamente porque se enfrentaban, en última
instancia al poder del Estado, que en esencia era anti derechos humanos, pero también
debido a que reproducían el prejuicio paternalista que históricamente subyacían las
relaciones del poder en el Perú. Los familiares de las víctimas se hicieron dependientes
de estas organizaciones, pues se mostraban incapaces de actuar de forma independiente.
Muchas de las personas con quienes conversamos reconocieron la ayuda de estas
organizaciones; empero, la frase: “nos ayudaron” denota una relación subordinada. Es
cierto que los campesinos necesitaban ayuda, más aún cuando sabemos que
históricamente fueron víctimas del Estado; sin embargo la ayuda debió de ir
acompañada de la construcción de instrumentos que les permitiese en el tiempo,
enfrentar el abuso del Estado, independientemente de la asistencia de las organizaciones
de derechos humanos.

Les invito a hacer un esfuerzo y retroceder mentalmente en el tiempo: son los


peores años del conflicto. Hace unos días mataron gente en Lloccllapampa, días después
vienen los derechos humanos y nos dicen que todos tenemos derechos y que el Estado
está en la obligación de respetarlos. Les preguntamos: “¿quién es el Estado?” Es el
ejército, nos dicen. Termina la reunión, nos toman fotos y se van. Al día siguiente,
vienen los soldados y se llevan mi gallina, me dicen que es para alimentar la tropa. Me
pregunto: “¿No era el Estado que debía respetar mis derechos humanos?” “¿No era el
Estado que debiera alimentar a la tropa?” Nadie me responde, me oprimo en mi
sufrimiento.

4
Muchos de nuestros amigos, directivos y promotores de las ONGs de DDHH nos
dijeron que lo que le falta a la población es educación, es conocer sus derechos, que se
acostumbraron a recibir regalos y que no les importa los asuntos de la política, que no
tienen autoestima, que no les importa la justicia, la verdad y que más están esperando la
reparación. Todavía vuelve a mi mente las inmundas palabras de una funcionaria de
Chemonics internacional en la ciudad de San Francisco, que cuando le preguntamos,
conjuntamente con Leonor, del por qué no conversaban con la población que se resiste a
aceptar los beneficios del Programa de Desarrollo Alternativo; nos respondió que no
podían conversar con la población porque “el agricultor es un pobre ignorante, qué
vamos a conversar con esa gente, para qué nos vamos a pelear con gente ilícita que no
tiene ética; la mejor manera es demostrarles con hechos...” No es exagerado decir que
muchos de nuestros colegas todavía piensan como Clemente Palma del siglo XIX para
quien la raza india “tiene todos los caracteres de la decrepitud y la inepcia... y es
inadaptable a la educación”. 2

Además la categoría “derechos humanos” es una categoría importada. Los


esquemas de concientización no solo son homogéneas, sino también importadas. ¿De
dónde proviene, por ejemplo, el discurso de la “tolerancia” y “la cultura de paz”?
¿Dónde surge el famoso discurso de la “concertación”? ¿Hasta qué punto los derechos
humanos le son innatos al hombre y no un producto social? ¿Qué valor tienen las
reparaciones simbólicas para las poblaciones campesinas? Pienso en Totos y su
monumento a la memoria que no tiene un día que la visiten y más bien se ha convertido
casi, casi en un chiquero público. ¿Por qué hablamos de reconciliación, sin antes hablar
de conciliación? ¿Por qué hablamos de seguridad ciudadana, si no vivimos seguros ni
somos ciudadanos? ¿Qué valor tienen los presupuestos participativos, en municipios
que administran miseria? ¿Y la memoria, la verdad, la justicia? ¿Hasta que punto la
creación de la CVR, respondió al clamor de la población? ¿Acaso no es posible pensar
que su creación respondió más bien a la iniciativa y al interés de las ONGs de DDHH?
Parafraseando a Kimberly Theidon, hasta donde sabemos las comisiones de la verdad se
han convertido en modelos estándares para situaciones post conflicto o post dictadura.
Enfatizo: son modelos estándares.

2
Citado en Flores, 1999, 41

5
Si alguna deuda tienen las ONGs de DDHH para con las poblaciones afectadas
por el conflicto armado interno, es no haber construido alguna forma de ciudadanía
étnica. No haber “sincretizado” los derechos humanos, con la historia y la experiencia
del mundo andino. No haber politizado, en el mejor sentido de la palabra, las luchas por
la memoria.

Tal vez me digan muchos de ustedes que eso es imposible. ¿Pero qué opción nos
queda después de haber sido testigos del fracaso de los modelos homogeneizantes, tanto
de derechas como de izquierdas. La globalización parecía significar el triunfo del
modelo capitalista, sin embargo, somos testigos del “choque de civilizaciones”,
inspirados en reivindicaciones étnicas. Pienso en Bolivia y su propuesta de “diálogo
cultural”. Dice Haberman y Kimlicha que “tenemos la importante tarea de
interculturalizar la política y comprometernos en la construcción de ciudadanías
culturalmente diferenciadas” (Tubino 2002, 54). Lo que digo es que es imprescindible
radicalizar la democracia, pero antes radicalizar la ciudadanía. Desterrar la utopía
colonial por el cual nos concebimos sujetos de tutela.

Para terminar y después de abordar el papel del Estado y de los organizamos de


derechos humanos, a lo largo del conflicto armado interno, digo que los procesos
posconflicto, entonces se desnaturalizan, en tanto que la política de la impunidad,
cuanto la despolitización de las luchas por la memoria propician una especie de
“retraimiento” de la población, principalmente de las víctimas del conflicto armado
interno, el cual se expresa en el fatalismo, el escepticismo, la desconfianza, la
frivolidad, y una lectura pesimista respecto del Estado y sus instituciones y aún de los
propios organismos de derechos humanos y aún de las propias organizaciones de
víctimas. Por eso es que la población convirtió a la Comisión de la Verdad y
Reconciliación en la “comisión de la mentira” o en la “comisión de la verdad y
reparación” y en cuanto no reparó, entonces su trabajo no sirvió de nada. Por eso es que
a los que trabajamos en organismos de derechos humanos nos dicen que lucramos con
el dolor del pueblo o que el supuesto presupuesto destinado a las reparaciones se
quedaron con nosotros y nuestras instituciones, tal como nos repitieron insistentemente
en Cayara. Por eso es que el tejido social aún se encuentra fracturada y sin indicios de
recomponerse. Por eso es que manejamos un “doble discurso”, pues mientras el actual
presidente del Frente de Defensa participa en el concurso sobre Putis organizados por

6
Paz y Esperanza y el SER, me parece, en otras ocasiones denigraba del informe final de
la CVR. Por eso es que la población de Accomarca deforma el sentido de la justicia,
pues mientras los familiares de los asesinados en Lloccllapampa el 15 de agosto de
1985 merecen ser indemnizados, los demás familiares de los asesinados en fechas
anteriores y posteriores no tienen derecho ni a la justicia ni a la reparación. Y por eso
también es que la reconciliación horizontal y vertical se hace imposible en estas
comunidades y más bien se impone el fatalismo en tanto se propicia más bien la
reconciliación espiritual y la justicia divina.

Comentarios:
Pavel Trigos: ¿Por qué no se siente, en la mayoría de la población Ayacuchana, este
suceso de la violencia del ´80 al 2000? O sea la población no lo siente muy próximo, lo
siente muy lejano, en sus demandas no hay reclamos ante este suceso que ha habido.
Yo me pongo a pensar por qué la gente no termina sintiendo. Cuando se dio la muerte
de los 8 periodistas la prensa lo primero que saca es este suceso, pero sabemos que antes
ya habían 120 campesinos muertos. La prensa no da a conocer eso, lo primero que
resalta es de la clase media, urbana, de ciudad diría yo. Si no está ligado a eso nuestra
vida no vale mucho, no somos ciudadanos. Creo que una de las cosas que habrá que
pensar es esta distancia entre ciertas personas citadinas y los otros. Este ejemplo de los
periodistas y campesinos vuelve a pasar ahora porque me entero que había
movimientos de toma de terrenos en Torohuichqana (zona urbano marginal de
Ayacucho) donde hubo muertos y la gente ni se entera y eso no suena, no llega a
nosotros. Por otro lado después de la CVR todas las instituciones propiciamos las
reparaciones como derecho, como una necesidad, pero algo que estamos pasando por
alto son las consecuencias que han ocasionado la dicha violencia. Como la CVR lo
plantea son las reformas institucionales, sin reformas institucionales se vuelven a
repetir este problema como la falta de ciudadanía y el mismo Estado no hace nada ya
que las instituciones tampoco lo hacen. Quizá no se da mayor atención a estas reformas
institucionales porque tal vez se pueden ganar problemas políticos y al mismo tiempo
las financieras tampoco están muy propensas a estos temas.

José Coronel: Es necesario reflexionar sobre estos grandes temas que dijo Mariano,
como el nivel conceptual de derechos que es una vieja discusión en el país ¿Cuál es la

7
concepción de los derechos humanos dentro de los campesinos? ¿Lo hace suyo o es de
un sector de elite? ¿Por qué en el Perú no hay esa conciencia de demanda de derechos
humanos como hay en Argentina o en Chile? Entonces eso tiene que ver como el mapa
social de país ¿Qué franja social seria más sensible en la defensa de los derechos
humanos? Sectores clase media con un mayor ejercicio, mayor acceso a la información
y capacidad de la incidencia política y esa franja es mucho mas grande en Argentina,
casi no hay reductos indígenas, son muy pequeños, en Chile también es mas clase media
y urbana. En cambio en lo nuestro esa proporción sigue siendo todavía importante
aunque no la mayoría, según el ultimo censo la zona urbana es mayoritario aunque eso
es relativo.
Las elecciones nos demuestran cómo el país se fractura, a pesar que en la mayor parte
de las regiones gana Humala, pero pierde porque decide la votación en Lima y la costa
y ahí está concentrada la población mas involucrada en el mercado con mayores
posibilidades de ejercicio. Entonces en el área rural alto andina, la zona urbana marginal
y parte de la selva podemos decir que efectivamente Mariano tiene razón, pero yo no
creo tanto en los otros sectores medios que van creciendo en ese nivel de comprensión
del problema. Entonces ¿cuál es la concepción de ciudadanía del campesino? Que tiene
que ver con DDHH. La tesis de Sulmont que hizo en Quispicanchis en el Cusco hace
siete años, plantea que, a diferencia de Europa y de América donde primero son los
derechos políticos después los económicos, sociales y ahora los culturales en el Perú
nuestros campesinado primero demanda los derechos económicos y sociales más que
los políticos, esto es porque viven en un pobreza tan extrema tan terrible donde la lucha
por subsistir es más grave, por lo que exigen reparación económica y si no hay
reparaciones económicas es comisión de la mentira a pesar que se ha dicho en las
entrevistas que la reparación va dar el Estado pero después de la entrevista nos dicen:
“No me olvides”, en su percepción no nos diferencia mucho del Estado. Entonces la
demanda de ellas en su mayoritaria como en la situación de las viudas que no tiene nada
para comprar, como su bolsa de azúcar, su aceite, obviamente es una prioridad
fundamental la reparación económica, y por eso es la fácil aceptación a Fujimori,
porque ¿quién es la base de los regímenes autoritarios? Son los sectores más pobres; en
Odria fueron las barriadas, en Fujimori los campesinos más pobres y las áreas urbano
marginales. Claro que ahí tienen responsabilidad los partidos políticos también que no
cumplen esa función de mediación. Entonces en la concepción de la población andina
promedio y la amazónica, aunque la amazónica es un poco mas la defensa de los

8
derechos culturales, nuestro campesinado reclama más los derechos económicos a
comparación de la experiencia en Bolivia, Ecuador, entonces no reclama como
prioridad los derechos políticos a la justicia.
Mama Angélica más de 20 años viene exigiendo justicia pero sus bases quieren más la
reparación económica, ella quería ver a Noel en la cárcel, pero no es el discurso común.
Sin embargo hay una franja difusa cada vez más estrecha entre campo y ciudad; acá en
Ayacucho más de la mitad son gente que vienen de Cangallo, Vilcashuamán, de
distintas zonas rurales de interior. Entonces esos hijos de campesinos descampesinados
en proceso difícil de incorporación al mercado laboral urbano sí levanta la
reivindicación fuertemente, como son los jóvenes de afectados por la violencia política
de Huanta, Llochegua, La Mar, hay una ampliación de la franja social que asume como
derecho la ciudadanía, el derecho de incidencia política, el reclamo de justicia por las
violaciones de los derechos humanos se van ampliando, aunque algunas veces llegan a
la confrontación y no a la propuesta, se divorcia de sus bases campesinas, que exige las
reparaciones y el otro ya también se ideologiza proponiendo cambio del tipo de Estado.
Yo creo que tenemos que hacer una cosa útil un mapeo en el Perú promedio, habría que
hacer mapeos en nuestras zonas como Ayacucho, dónde está más o menos el espacio de
recepción del discurso de derechos humanos en la ciudad de Ayacucho, en la ciudad de
Huanta, en Vilcashuamán, en Puquio, en Querobamba, y algunas asociaciones de
campesinos como Llantanchikta Qatarichisun con el apoyo de Visión Mundial mas o
menos que están incorporando parte del tema y algunos municipios. Entonces pese a
todo yo creo la Coordinadora de los Derechos Humanos están marcando agenda para
los próximos 20 años, de Estado democrático, derecho a la verdad, justicia, derechos
económicos, sociales y culturales paralelos, porque no se puede ejercer ciudadanía en
una situación de pobreza tan extrema tiene que haber acceso intermedio mínimo y
exigir derechos.
Javier Torres también cuestionaba a la CVR, que debió haber hechos más incidencia
política, estaba en discusión pero era bien difícil al presidente de la CVR pedirle esa
militancia, mas actoría política sí creo que eso se puede aceptar, pero es una tarea en
construcción. Se tiene que construir para articular esa clase media de los sectores mas o
menos organizados de los zonas campesinas en coordinación de alianzas internacionales
que se forjen desde la coordinadora de los derechos humanos que a pesar de ser
relativamente pequeña tuvo un impacto político importante, son los que han logrado el
juicio a Fujimori, y anteriormente fueron parte de la transición, como Sofía Macher que

9
era delegada ante la OEA al nivel de una congresista o ministra y me cuenta cómo fue
la negociaciones con los ministros para la transición. Entonces sí tiene su peso y su
importancia la defensa de los Derechos Humanos por la debilidad de los partidos
porque no hay actores políticos partidarios suficientes y el informe de la CVR marca
una agenda que cada vez va siendo más reconocido por las dirigencias aunque no
todavía suficientemente por las bases sociales y hay que difundirla y hay que voltearla
a otro lenguaje mas accesible.

Carlos Oriundo: Advertimos que las reparaciones colectivas se iban politizar y


partidarizar, creo que se está cumpliendo porque están siendo utilizadas en forma
electorera y politizada. Sin ir muy lejos, en las calles de Huamanga, cerca a la esquina
de Telefónica se puede ver: “26 millones de reparaciones colectivas el Perú avanza” y
falta que diga Alan presidente; donde vayamos vamos a ver así y también se le ha
exigido que coloque a cada municipio beneficiario esos avisos. Por otro lado debemos
señalar que hay gente desconsiderada que está lucrando con el tema de las
reparaciones, está sacando provecho de los afectados poco informados, especialmente
en el VRAE. En Kimbiri hay mucha gente que ha prometido becas para la Universidad a
cambio de dinero para la supuesta tramitación de documentos entre otras falsedades que
le hace creer con facilidad a los humildes campesinos.
Ahora la pasividad política frente a los derechos humanos se puede ver en los casos de
Vizcatán, caso Suso, no demandamos los derechos humanos porque no queremos
recordarlo, yo considero que es “la amnesia colectiva” o sea las generaciones de ahora
no conocen sobre la violencia política o si saben no quieren recordar, creo que las
amnesias colectivas son muy dañinas dentro de la sociedad, ¿por qué no estamos viendo
el pasado? Por eso se están repitiendo varios hechos de violaciones a los derechos.
A pesar que exista discrepancias sobre el Informe de la CVR, es un documento
fundamental, no hay otra, por eso propongo que en la Escuela Técnica de la Policía al
igual que en la Escuela Militar de Chorillos se lea el informe final de la CVR, debe ser
una lectura obligatoria para los que van a salir a las supuestas zonas de emergencia,
ayudaría mucho entender la realidad.

Tycho Janampa: En la Región existe la necesidad de plantear los temas fundamentales


de los derechos humanos. ¿Realmente hubo un movimiento de derechos humanos en
Ayacucho a los inicios del 2000? O solo hubo una movilización de los interesados, de la

10
sociedad civil, organismos de derechos humanos, organizaciones de afectados sobre el
tema que justamente lo demandaba un contexto. Y si lo hubo ¿es posible recomponer
este movimiento de derechos humanos? y si no lo hubo, ¿es importante generar un
movimiento de derecho humanos en Ayacucho? cuando es Ayacucho quien sufrió los
avatares de la violencia de la manera mas insorpotable. No sé si me estoy aventurando
pero podría ser posible establecer un movimiento de derechos humanos en Ayacucho,
establecer una coordinadora regional de derechos humanos, porque necesitamos un ente
que centralice las preocupaciones en relación al tema que pueda trabajar políticamente
los temas, no politizar pero hacer incidencia política en los temas básicos que nosotros
demandamos.
El segundo punto que quiero tocar es no olvidar lo que ha pasado, a pesar de conocer
nosotros los hechos ocurridos durante la violencia política, necesitamos referentes de
memoria como la construcción del Santuario de la Memoria, que nació a través de
ANFASEP, se ha establecido la posibilidad que tenga un paseo de la memoria, que
tenga un museo de la memoria, que tenga diversas formas de como la sociedad civil
pueda establecer el tema de la memoria en Ayacucho, entonces la familia van y pasean
alrededor de ese monumento y empiezan hacer historia, el adulto empiece a contar y se
genera una retroalimentación entre el pasado y el presente, como en Chile con Allende o
en Argentina con la Plaza de Mayo. Entonces necesitamos referentes de memoria en
Ayacucho, muchos dicen: “No, esos son temas de ONGs”, pero los referentes de
memoria no es que solamente se estén pregonando en el Perú, los referentes de la
memoria se dan luego de la conflagración después de la segunda guerra mundial, para
recuperarnos mentalmente después de la segunda guerra mundial en Europa fue
importante.
El tercer punto, el año pasado la ex Gerente de Desarrollo Económico propuso y
aprobaron a través de Consejo Regional, una ordenanza regional por el cual el tema de
comercio internacional formaba parte de la Currícula Educativa en Ayacucho, para que
los jóvenes puedan aprender ser agro exportadores. Con esa experiencia, es importante
generar a nivel de incidencia política de nuestros políticos, regidores y otros, para que
ellos también de alguna forma puedan promover la importancia de la cultura de paz y la
historia de la violencia en la currícula educativa de Ayacucho. Este tema fue incluido en
el Proyecto Educativo Regional - PER, se ha tratado de difundir a nivel de Ayacucho
pero se ha quedado en instituciones porque la sociedad civil todavía no lo ha rescatado

11
el contenido, falta un poco todavía difundir el PER que es un documento bastante
importante.
Para finalizar, es cierto que los políticos de Ayacucho sobre todo el representante
regional que es el señor Ernesto Molina Chávez no ha sentado una posición política en
relación a los derechos humanos y lo han mencionado ustedes ante el caso de Viscatán,
Rió Seco, Pichis, Suso y etc. No ha querido asumir una posición, ha preferido estar más
a la prebenda del gobierno nacional. Entonces todos estos temas que estoy planteando
debemos centralizarlo a través de una coordinadora tal vez se ha intentado hacerlo desde
el Movimiento Para Que No Se Repita, pero si es que se trata de fortalecer este mismo
movimiento, de repente podría ser por aquí.

Mariano Aronés: No me gusta obviar el término politizar, yo soy un convencido de


que si no se politiza el discurso pro derechos humanos no vamos lograr nada. En un
taller que tuvimos en Lima Ludwig Huber nos habló acerca de la interculturalidad, una
frase que me llamaba la atención dijo: “Que la palabra interculturalidad es un discurso
despolitizado”, porque por un lado tú respetas a una cultura y la otra cultura que
respetas avasalla contigo. Lo mismo sucede con el tema de los derechos humanos,
mientras hablamos de tolerancia, de participación ciudadana, de no ejercer violencia,
viene el Estado y bombardea Vizcatán.
Con respecto de los referentes de memoria, también recién me di cuenta releyendo los
trabajos de Ponciano Del Pino, él refiere que memoria no es solamente recordar sino
también es olvidar, hay cosas que se recuerdan y hay cosas que se olvidan, es una
negociación constante entre el recordar y el olvidar.
En relación al movimiento de derechos humanos, el problema en este caso es trabajar
¿Cómo entienden los campesinos los derechos humanos? y partir de ellos, creo que
debemos construir un movimiento pro derechos humanos. Ahora podemos dividir de
repente el espacio peruano para ver qué sectores asumen compromiso políticos por
derechos humanos y qué sectores no, pero la idea no creo que sea eso, la idea es
trabajar políticamente para que el discurso y las propuestas de derechos humanos
tengan duración en el tiempo, por que sino vamos a terminar eligiendo a Fujimori. Con
el trabajo de la Comisión de la Verdad hay enormes avances que los expertos señalan; el
mismo hecho de sentar a Fujimori en el banquillo de los acusados es un enorme avance,
pero al mismo tiempo su hija es una potencial candidata. Carlos Iván Degrori decía en
un articulo en Perú 21, candidatos con mayor posibilidad son Keiko, Curi y Castañeda

12
Lossio y vamos a terminar siempre construyendo Estado anti derechos humanos. Ahí va
cuando yo planteo el tema y trato de analizar lo que hicieron los organismos de
derechos humanos ¿qué hicieron durante los 20 años de trabajo? me respondo,
privilegiaron el discurso, la mera denuncia, no construyeron un discurso político pro
derechos humanos y la tarea creo yo es politizar el tema de pro derechos humanos, en el
mejor sentido de la palabra. Obviamente los modelos autoritarios tienen como la base
social a la población pobre, sin embargo ¿qué hicimos nosotros como organismo de
derechos humanos frente a la población pobre? Y para terminar quiero volver a decirles
que en le tema que trabajé son tres aspectos básicos y yo les invitaría a reflexionar,
primero que esta pasividad política responde por un lado a que el Estado fue siempre un
Estado que violó derechos humanos históricamente. Por otro lado los organismos de
derechos humanos no politizaron el discurso y ahora tenemos un contexto donde la
gente no cree ni en la CVR, ni en el poder judicial, ni en le poder político.

Juan José (moderador): Quisiera redondear algunas interrogantes que salió en la


presente Mesa Dorada y seguir reflexionando: ¿Cómo entienden los campesinos
derechos humanos, es necesario entenderlos a ellos para hacer nuestro los derechos
humanos? ¿Por qué no existe una demanda de los derechos humanos, si bien es cierto lo
hechos de violación a los derechos humanos se van reproduciendo por parte de Estado?
¿Por qué no existe la demanda de los derechos humanos de la sociedad civil? El
profesor José Coronel planteaba que la pobreza no permite priorizar ese reclamo de los
derechos humanos. ¿Es necesario construir una coordinadora de los derechos humanos
en Ayacucho habiendo ya varios colectivos?
Yo creo que un grupo representativo fue el Ama Qunanapap que se creó durante el
proceso de investigación de la CVR, pero luego quedó desestructurada porque muchos
de sus integrantes están en diferentes instituciones tocando ya otros temas. Entonces
¿qué ha pasado? será cierto que no se ha politizado el discurso pro derechos humano y
actualmente se encuentra el Movimiento Para Que No se Repita, sin mucha presencia.
¿Qué hicieron las organizaciones de derechos humanos durante muchos años en
Ayacucho, con presupuesto y apoyo internacional? ¿Por qué no ha sido sostenible el
discurso de derechos humanos en Ayacucho? Otra interrogante ¿Por qué existe esta
pasividad política desde sus autoridades, desde la sociedad civil y no se siente la
contundencia de los pronunciamiento frente a hechos que vienen aconteciendo?

13
Finalmente qué fácil es acusar al Estado pero hay que ver nuestro rol como ciudadanos
¿qué estamos haciendo como ciudadanos?.

José Coronel: La riqueza del debate y la exposición es magnifico. El tema de


interculturalidad ya no es visto como la aceptación de convivencia entre culturas, ya
avanzó del discurso hacia la necesidad de que sea una capacidad de empoderamiento
político. Por ejemplo más avanzado es Bolivia donde la interculturalidad también
propone una propuesta de gobierno donde se haga respetar ese derecho a la ingerencia
con los niveles de autonomía que son reconocidas por la constitución. Creo que esto
está avanzado en muchos sectores académicos del País pero está más avanzada en
Ecuador y Bolivia. Estamos avanzando con el movimiento amazónico que hizo
retroceder al gobierno en la venta de tierras en la selva y seguramente irán avanzando y
eso está asociado con la defensa de los derechos humanos y cuando es una propuestas
política entonces avanzaríamos a contribuir una agenda política democrática que incluya
el tema de los derechos humanos como uno de sus ejes transversales. Pero no se puede
negar a construir desde la sociedad civil avances locales, regionales, en instituciones,
en los medios, sería negarnos a nosotros mismos en esta tarea, porque podemos llegar al
extremo de decir si no cambia el Estado los derechos humanos es un discurso rosado,
intrascendente y al final decir que en vez de derechos humanos existen lo derechos de
clase, eso es un discurso común.

Mariano Aronés: Javier Torres propone que construyamos una agenda política pro
derechos humanos, pero ¿quién lo haría eso en Ayacucho, si tenemos como potencial
candidato a Edwin Donayre?

Pepe Coronel: Según Carlos Tapia lo ha incorporado en el Partido Nacionalista y


Humala lo firmó, no se trata de que lo firme sino que lo asuma, y no sólo él sino su
equipo, sus bases departamentales, regionales, los amigos que se reúnen en Ayacucho
cómo estarán incorporando esos temas. En San Martín el actual presidente regional lo
ha asumido el enfoque intercultural y derechos, y ha hecho eventos para presentar los
proyectos educativos regionales con enfoque intercultural, fue un antiguo directivo de
ONG. En Ayacucho hay que construir ese proceso en este espacio tan fragmentado,
que parte de una propuesta programática para organizar una plataforma y convencer.
Entonces como dice Tycho podemos constituirnos en una coordinadora de derechos

14
humanos, pero no, primero hay que desarrollar el discurso, el debate, compartir; aquí
están muchos, pero faltan otros compañeros de Paz y Esperanza, Aprodeh, Comisedh,
los jóvenes afectados por la violencia de los distintos sectores que han desarrollado
trabajos interesantes, Paz y Esperanza formó el Grupo Jurídico de Ayacucho, con
Germán Vargas y él es creo un ejemplo de alguien militante de derechos humanos que
asume el discurso político, ha escrito cartas directas al General Donayre: “Usted como
ayacuchano debería respetar el uniforme denunciando que les juzgue a los violadores de
los derechos humanos, como ayacuchano debe defender a los ayacuchanos”, y el otro le
responde a medias, y lo sigue emplazando al gobierno actual. Y otro ejemplo alguien
que asume el discurso político y derechos humanos es Francisco Soberón amenazado
varias veces de asesinato. Pero todo esto no se ha articulado en una organización, sino
son actitudes, porque aparece asociado a la izquierda, dicen: ¿Quién es el defensor de
derechos humanos? el ex marxista reconvertido, así nos atacan. Y esto es un problema
que está asociado con la crisis de la izquierda en el Perú que ha sido manchado con la
barbarie senderista, con los que quizá no deslindamos a tiempo, los menospreciamos.
Entonces ¿Quiénes harían esa propuesta política?, eso es una tarea generacional, eso es
la tarea de estos muchos jóvenes.

Carlos Oriundo: Enfatizar en que defender los derechos humanos no significa que tú
seas rojo, rosado o verde, coincido que es más bien generacional y eso es un trabajo
arduo pero creemos no imposible. Por otro lado la creación de una coordinadora si
sería una buena propuesta aunque hay mucha gente que utiliza a los derechos humanos,
no politiza sino que lo inserta en su discurso político, creo que eso si es un poco
peligroso. Ahora insisto en ¿por qué no demandamos nuestros derechos?, porque de
una forma u otra estamos sufriendo una amnesia colectiva, nuestras generaciones son
aquellos que no recuerdan o no quieren recordar, mientras haya esa amnesia dentro de
nuestra sociedad no vamos a demandar los derechos humanos.

Pavel Trigos: Sobre la concepción de los derechos humanos en los campesinos, me


vuelvo a preguntar, si es necesario estos derechos económicos entonces es difícil hablar
de ciudadanía en los campesinos que puedan ejercer un tipo de ciudadanía y
poniéndome extremista entonces es difícil poder hablar de democracia en estas
sociedades campesinas. Pero sin embargo, cuando hace dos semanas estuvimos en
Vilcashuamán se había formado una asociación provincial de afectados por la violencia

15
política con campesinos de los distintos distritos, la experiencia que tuvimos es que a
veces si tienen la intención pero no saben cómo hacer, quieren reclamar pero no saben
por qué medio reclamar, lo ideal sería quizás brindar algún apoyo a esa población en
esas actividades para que puedan reclamar sus derechos. De otro lado en el campo se
está más próximo la sensación de lo que ha sucedido, pero aquí en la ciudad no se
siente, se siente lejano lo que sucedió en el campo, entonces a la pregunta de Tycho,
una coordinadora a nivel de Ayacucho estaría mas vinculado con los que están en el
campo, porque los que están acá la propia población no lo siente, porque como en el
grupo de Ama Qunqanap salíamos afuera y éramos unos cuantos, acompañábamos a las
señoras de Anfasep éramos pocos y a veces nos preguntábamos ¿dónde está la ciudad?,
no somos todos que estamos sintiendo esto. Por otro lado, si la intención es politizar los
derechos humanos, eso también hay que ver, porque la mayor población electoral está
en Lima, y por más que se haga una propuesta buena, siempre habrá la mayoría que
decida esto.

Doris Castillo: Sobre la pregunta ¿qué entienden los campesinos de derechos humanos?
Para mí también fue muy difícil hacer el trabajo de campo cuando ellos testimoniaban
en el tema de la violencia, desconocían los derechos humanos; o sea cuando
preguntábamos: ¿Qué es derechos humanos par a ti? Y ellos no sabían cómo
responderme y que muchas veces los derechos se confunden con los deberes, eso por
un lado. Pero me preguntaba cuando estaba en campo, ¿qué hacen las instituciones que
trabajan en la zona si hablan el tema de género como un tema transversal a sus
proyectos y por qué no colocarlo también el tema de los derechos humanos como un
tema transversal a sus proyectos?, porque no era ABA (Asociación Bartolomé
Aripaylla) la única institución que trabaja ahí, eran muchas ONGs y está también el
municipio, por eso digo: “Si aquí la gente no sabe qué es derechos humanos”, pero si
mencionan de que sus derechos fueron violentados, es un poco ambivalente. Creo que
es un proceso largo que los campesinos lo asuman, se apropien de los términos, pero
también qué entienden ellos por los derechos humanos. Entonces podría proponer de
que las instituciones que trabajan en el ámbito rural como urbano empiecen realmente a
trabajar el tema en sus proyectos y que sean creativos para hacer entender a la
población, porque para nosotros es muy fácil hablar del tema porque conocemos los
conceptos, pero sin embargo para ellos no, quizás con cuestiones creativas de teatros y
cosas así la gente pueden entender. En segundo lugar, cuando se enfatiza en la ‘amnesia

16
colectiva’, como dijo Mariano, los recuerdos están llenos de olvidos y los olvidos están
llenos de memoria. La memoria es como la cara de una moneda, que por un lado está la
memoria y por el otro lado está el olvido, y es que cuando hablamos de memoria
hacemos énfasis también al olvido. En este proceso post conflicto quizás en la
comunidad donde yo estoy estudiando existe una batalla de memorias sociales acerca de
la violencia, y esto está básicamente relacionado con las cuestiones de poder que
existen en la zona, quizás hay un discurso colectivo que difiere o deja al margen otras
memorias particulares que están tratando de querer salir pero que no pueden. Creo que
hay que poner bastante atención al tema de las memorias cuando hablamos del tema de
las reparaciones colectivas como individuales.

Tycho Janampa: En todo esto, algo tienen que ver los partidos políticos, qué pasó con
los partidos políticos, si bien los ‘90 fue la década de la anti política de cómo los
partidos iban marchitándose y la posterior aparición de los movimientos. En este
contexto los mismos partidos políticos no han construido dentro de sus espacios, ni en
sus propuestas el tema de los derechos humanos. Hubo algunos intentos por ejemplo en
las ultimas elecciones internas intentó Ari Ayacucho pero era un conjunto de personas
vinculadas al tema de derechos humanos, al tema de la democracia, uno de sus ejes
centrales era el tema de los derechos humanos, pero no pudieron inscribirse y se fue
diluyendo. Pero la gente miraba más a los movimientos como el Hatun Tarpuy, ellos
no llegaron a sus posibles votantes con el tema de derechos humanos sino mas bien
engarzó y presentó sus propias demandas que tenían los campesinos, por ejemplo la
reivindicación de la coca, incluso llegaron a decir que ellos eran la opción de la
libertad de los campesinos, y se convirtieron algo así como unos mesiánicos. Con
Hatun Tarpuy el campesino iba a dejar de ser pobre, iba a ser revindicado en todos sus
sectores, sin aplicar la violencia sino la gestión local, se llegó a un populismo, el
alcalde dijo que iba a cobrar 1000 soles y que no iba a recibir mas, pero sin embargo
las normas municipales establece de acuerdo al número de electores, así que el Alcalde
tuvo que recibir como cinco mil soles para el descontento de sus seguidores.
Al campesino le proponen, por ejemplo en Huanta lo han propuesto la distritalización
de las comunidades alto andinas, ni siquiera le han dicho: “Vamos a distritalizar Iquicha
o Uchuraccay”, sino le dicen: “Comunidades alto andinas”, y ¿dónde está el límite
imaginario?, solamente nos podemos imaginar cuál es el limite. Entonces las propuestas
son mas de bando populista, de algo que yo me identifico ¿qué cosas quieres tú?, ¿con

17
qué sueñas tú? y yo comparto tu sueño y te propongo algo parecido y al final caemos
en populismos que no se cumplen. Entonces es necesario hablar de partidos, y cómo
proponer en sus agendas políticas el tema de derechos humanos en Ayacucho.

Carlos Oriundo: Si hablamos de ciudadanía yo he conversado con algunos campesinos


y ellos entiende por ciudadanía el día de las elecciones que van a ir a votar, ese es el
concepto de ciudadanía que ellos tienen. Ahora ¿por qué el campesino cuando reclama
nadie le hace caso?, porque nunca va ser contundente al menos en estos últimos años,
como pasó con nuestros hermanos de Suso. Pero cuando hace algo contundente la
universidad juntamente con el Frente Defensa del Pueblo y ahí si. Por eso es importante
que aquí en la ciudad se deba trabajar este tipo de procesos.

Mariano Aronés: Considero que la pregunta ¿conoces tus derechos humanos?, no es


adecuado, sino el campesino te va mirar. El asunto es que ellos manejan conceptos muy
propios, por eso hay que entender a los campesinos. Porque si vamos a decir que no
conocen los derechos humanos estamos condenando su larga lucha por la tierra, por la
educación, por el trabajo. Ahora Pavel habló que en Vilcashuamán se formó una
asociación de afectados, sin embargo no sabían cómo hacer, yo creo es que no pueden
cómo hacer para satisfacer la demanda de nosotros, del Estado, de los organismos de
los derechos humanos, eso tiene que ver con la larga historia de relaciones de poder en
el Perú, al mismo tiempo los campesinos se quejan ante el gobierno por ser victimas al
ser analfabetos, pero al mismo tiempo utilizan el hecho de ser analfabetos para negociar
demandas. Por eso digo que las relaciones de poder tienen mucho que ver ahí somos
intelectuales y los campesinos supuestamente no han estudiado entonces no saben. Y
ahora lo otro de repente la gente no quiero recordar, de repente es un apasionamiento de
nosotros, eso hay que ver. Ahora dicen que hay que politizar y que eso es un proceso,
yo creo que eso ha empezado junto con la violencia, porque la historia de los derechos
humanos ha empezado junto con la historia del conflicto armado interno. Y ahora
sendero está viendo las soluciones políticas y copa ciertas instituciones en Ayacucho,
las Ongs que trabajamos nos alejamos y nos agrupamos entre nosotros mismos y no
queremos participar cuando el Frente Defensa convoca a las reuniones y yo estuve
hace poco en la presentación de Walter Humala, y no solamente fue un evento artístico
sino planteó por ejemplo que el Estado debe de amnistiar a los presos políticos, y
quienes estaban ahí jóvenes de la universidad con un discurso que reproducía el

18
discurso de sendero. Entonces mientras sendero va ganando al menos en discurso va
empoderándose de los jóvenes de la universidad y nuestros campesinos, nosotros nos
ensimismamos y por el contrario propiciamos la no politización, la tolerancia, etc.

Señora Carmen (Presidenta de la Asociación de San Cristóbal de Pujas): Por


ejemplo yo vengo de Vilcashuamán y hace poco estamos haciendo el pabellón de lo
nichos y pedimos con unos documentos que nos apoye con hormigones, y
prácticamente nos ha negado porque dicen que no tienen dinero. Ahora vienen una y
otra instituciones nos engaña, en realidad estamos perdidos no sabemos a quién
apoyar. Y también vienen abogados y nos dicen: “Para los terrucos no hay reparación,
porque del campo salió esos terrucos”, así nos dicen. Y prácticamente con eso nos está
matando, entonces no sabemos qué hacer.

Noemí Cabana: Quisiera compartir mi experiencia de ¿cómo entiende la población los


derechos humanos? Es entrar en ellos en ese proceso, en esa dinamizidad a la
formación que ellos tienen, aún ellos no conociendo quizás el tema de ciudadanía o
derechos humanos pero si conocen con otros términos, entonces es ver, captar y sobre
eso trabajar el tema de ciudadanía y los derechos humanos. Porque yo recuerdo cuando
trabajaba esos temas todavía el ´94 derechos humanos el tema ahí era bastante delicado
y entramos con bastante tino y cuando les explicamos los derechos humanos nos decían:
“Eso ahora no me sirve, me servía en los tiempo de matanza, ahora no me sirve, no
queremos”. Entonces finalmente cuando aterrizábamos y hacíamos entender y como que
ya asimilaban un poco como en la participación ciudadana en los gobiernos locales. Y
ya pasado un tiempo como vemos en esto del caso de Chaca ahí se ha visto como las
mismas mujeres -porque cuando entramos con el tema las mujeres eran muy reservadas
totalmente- en esas fechas vinieron haciendo movilización, reclamando por sus
derechos, eso se ha notado, y pienso que de alguna forma ha quedado en ellas han
asimilado ese tema, de participación ciudadana. En ese sentido creo que es ver cómo
hay que ir trabajando con la población, que nos enseñen también ellos de cómo hay que
ir trabajando, no es imponer cosas. Lo otro también que quiero decir es cómo esto ha
repercutido en sus líderes, y como ha movilizado a todo el distrito en defensa de sus
intereses y en revocatoria de sus autoridades, entonces eso es un tema muy sentida por
ellos.

19
Juan José (moderador): Bueno, agradecer a todos los participantes a nombre de
PRAXIS, no pretendemos cerrar el tema, porque da para más, lo que buscamos es que
sigamos reflexionado sobre estos temas.

20

Potrebbero piacerti anche