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En momentos en que escribía mi tesis y más aún en los días que faltaban para el día de
la sustentación, un temor no se si natural, me visitaba constantemente. Ese temor se
relacionaba a que parte de mi tesis trataba acerca de la “responsabilidad”, si vale el
término, de parte de los organismos de defensa de los derechos humanos, en relación a
la ausencia de una agenda política que enfatice los derechos humanos como ámbito
específico de las relaciones Estado - sociedad en el país. Recuérdese que en febrero del
2008 ocurrió el asesinato de los dos campesinos de Suso y en agosto de ese mismo año
sucedió lo de Pichis (Vizcatán). En los dos casos nos enardecimos, salimos a las calles a
protestar, utilizamos los medios de comunicación para denunciar el espíritu fascista del
actual gobierno, yo escribí un artículo en Jornada, y de seguro muchos de ustedes
también ¿pero después…?
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Comisión de la Verdad y Reconciliación, que fue creada en el 2001 para investigar los acontecimientos
ocurridos en el conflicto armado interno de 1980 – 2000.
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Con enorme facilidad acusamos al Estado como el causante de nuestros históricos
males, pero somos incapaces de mirarnos en el espejo y encontrar en nosotros mismos
las causas de nuestros males. Yo reconozco el enorme esfuerzo de APRODEH,
COMISEDH, Paz y Esperanza y otros organismos de defensa de los derechos humanos,
pero acaso no es legítimo preguntarse de por qué terminamos eligiendo a Alan García y
haciendo del fujimorismo la segunda fuerza política del país. ¿Curioso no? Mientras
sentamos en el banquillo de los acusados a Fujimori, Keyko, su hija, se erige como la
candidata con enormes posibilidades para el 2011. Así como miramos la paja en el ojo
ajeno, en este caso del Estado, sería bueno también que miremos la paja en nuestros
propios ojos. De ahí que el temor de la cual les hablaba al empezar esta disertación se
iba disipando, porque cada vez me convencía de la legitimidad de la autocrítica.
Y es esta autocrítica que me permite abordar tres dimensiones, respecto del trabajo de
los organismos de derechos humanos y aún de las propias organizaciones de víctimas; y
a través de estas dimensiones quiero reflexionar respecto de la ausencia de un
movimiento social que plantee los derechos humanos como agenda importante de la
política en el Perú.
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Por otro lado, advierto que las luchas por la memoria, asumidas tanto por los
organismos de derechos humanos, cuanto por las propias organizaciones de víctimas
descuidaron y hasta negaron la lucha política; privilegiaron más bien el mero discurso y
la mera denuncia, pero tampoco contribuyeron a la construcción de un tipo de derechos
humanos acorde a la historia y experiencia de las comunidades campesinas; por el
contrario propiciaron un tipo de relación paternal y dependiente con respecto de la
población víctima que, entre otras cosas, les impide, en la actualidad, ejercer un
protagonismo político de manera independiente.
Me explico y, como dije, reconozco que si alguien mitigo en algo los estragos del
conflicto armado interno, fue el movimiento de derechos humanos. En un contexto
altamente violento, fueron los que denunciaron desde el principio la violencia, sea cual
fuere su origen y su justificación. Fueron quienes también asistieron a los familiares de
las víctimas cuando visitaban cuarteles, fueron también los que socorrieron a las
familias desplazadas por el conflicto armado interno. En un escenario en el que
campeaba el terror y el silencio cómplice fueron los que alzaron su voz de protesta,
amparados en ideologías humanitarias, progresistas y/o religiosas.
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de que fuera Accomarca la comunidad que mayor atención brindaron en comparación a
Lucanamarca, claro está aunque denunciaron tempranamente la masacre del 3 de abril
del ’83.
Pero más allá de evaluar el papel de estas organizaciones y los objetivos que
pudieron haber logrado, lo que me interesa trabajar son las formas de cómo abordaron el
problema.
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Muchos de nuestros amigos, directivos y promotores de las ONGs de DDHH nos
dijeron que lo que le falta a la población es educación, es conocer sus derechos, que se
acostumbraron a recibir regalos y que no les importa los asuntos de la política, que no
tienen autoestima, que no les importa la justicia, la verdad y que más están esperando la
reparación. Todavía vuelve a mi mente las inmundas palabras de una funcionaria de
Chemonics internacional en la ciudad de San Francisco, que cuando le preguntamos,
conjuntamente con Leonor, del por qué no conversaban con la población que se resiste a
aceptar los beneficios del Programa de Desarrollo Alternativo; nos respondió que no
podían conversar con la población porque “el agricultor es un pobre ignorante, qué
vamos a conversar con esa gente, para qué nos vamos a pelear con gente ilícita que no
tiene ética; la mejor manera es demostrarles con hechos...” No es exagerado decir que
muchos de nuestros colegas todavía piensan como Clemente Palma del siglo XIX para
quien la raza india “tiene todos los caracteres de la decrepitud y la inepcia... y es
inadaptable a la educación”. 2
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Citado en Flores, 1999, 41
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Si alguna deuda tienen las ONGs de DDHH para con las poblaciones afectadas
por el conflicto armado interno, es no haber construido alguna forma de ciudadanía
étnica. No haber “sincretizado” los derechos humanos, con la historia y la experiencia
del mundo andino. No haber politizado, en el mejor sentido de la palabra, las luchas por
la memoria.
Tal vez me digan muchos de ustedes que eso es imposible. ¿Pero qué opción nos
queda después de haber sido testigos del fracaso de los modelos homogeneizantes, tanto
de derechas como de izquierdas. La globalización parecía significar el triunfo del
modelo capitalista, sin embargo, somos testigos del “choque de civilizaciones”,
inspirados en reivindicaciones étnicas. Pienso en Bolivia y su propuesta de “diálogo
cultural”. Dice Haberman y Kimlicha que “tenemos la importante tarea de
interculturalizar la política y comprometernos en la construcción de ciudadanías
culturalmente diferenciadas” (Tubino 2002, 54). Lo que digo es que es imprescindible
radicalizar la democracia, pero antes radicalizar la ciudadanía. Desterrar la utopía
colonial por el cual nos concebimos sujetos de tutela.
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Paz y Esperanza y el SER, me parece, en otras ocasiones denigraba del informe final de
la CVR. Por eso es que la población de Accomarca deforma el sentido de la justicia,
pues mientras los familiares de los asesinados en Lloccllapampa el 15 de agosto de
1985 merecen ser indemnizados, los demás familiares de los asesinados en fechas
anteriores y posteriores no tienen derecho ni a la justicia ni a la reparación. Y por eso
también es que la reconciliación horizontal y vertical se hace imposible en estas
comunidades y más bien se impone el fatalismo en tanto se propicia más bien la
reconciliación espiritual y la justicia divina.
Comentarios:
Pavel Trigos: ¿Por qué no se siente, en la mayoría de la población Ayacuchana, este
suceso de la violencia del ´80 al 2000? O sea la población no lo siente muy próximo, lo
siente muy lejano, en sus demandas no hay reclamos ante este suceso que ha habido.
Yo me pongo a pensar por qué la gente no termina sintiendo. Cuando se dio la muerte
de los 8 periodistas la prensa lo primero que saca es este suceso, pero sabemos que antes
ya habían 120 campesinos muertos. La prensa no da a conocer eso, lo primero que
resalta es de la clase media, urbana, de ciudad diría yo. Si no está ligado a eso nuestra
vida no vale mucho, no somos ciudadanos. Creo que una de las cosas que habrá que
pensar es esta distancia entre ciertas personas citadinas y los otros. Este ejemplo de los
periodistas y campesinos vuelve a pasar ahora porque me entero que había
movimientos de toma de terrenos en Torohuichqana (zona urbano marginal de
Ayacucho) donde hubo muertos y la gente ni se entera y eso no suena, no llega a
nosotros. Por otro lado después de la CVR todas las instituciones propiciamos las
reparaciones como derecho, como una necesidad, pero algo que estamos pasando por
alto son las consecuencias que han ocasionado la dicha violencia. Como la CVR lo
plantea son las reformas institucionales, sin reformas institucionales se vuelven a
repetir este problema como la falta de ciudadanía y el mismo Estado no hace nada ya
que las instituciones tampoco lo hacen. Quizá no se da mayor atención a estas reformas
institucionales porque tal vez se pueden ganar problemas políticos y al mismo tiempo
las financieras tampoco están muy propensas a estos temas.
José Coronel: Es necesario reflexionar sobre estos grandes temas que dijo Mariano,
como el nivel conceptual de derechos que es una vieja discusión en el país ¿Cuál es la
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concepción de los derechos humanos dentro de los campesinos? ¿Lo hace suyo o es de
un sector de elite? ¿Por qué en el Perú no hay esa conciencia de demanda de derechos
humanos como hay en Argentina o en Chile? Entonces eso tiene que ver como el mapa
social de país ¿Qué franja social seria más sensible en la defensa de los derechos
humanos? Sectores clase media con un mayor ejercicio, mayor acceso a la información
y capacidad de la incidencia política y esa franja es mucho mas grande en Argentina,
casi no hay reductos indígenas, son muy pequeños, en Chile también es mas clase media
y urbana. En cambio en lo nuestro esa proporción sigue siendo todavía importante
aunque no la mayoría, según el ultimo censo la zona urbana es mayoritario aunque eso
es relativo.
Las elecciones nos demuestran cómo el país se fractura, a pesar que en la mayor parte
de las regiones gana Humala, pero pierde porque decide la votación en Lima y la costa
y ahí está concentrada la población mas involucrada en el mercado con mayores
posibilidades de ejercicio. Entonces en el área rural alto andina, la zona urbana marginal
y parte de la selva podemos decir que efectivamente Mariano tiene razón, pero yo no
creo tanto en los otros sectores medios que van creciendo en ese nivel de comprensión
del problema. Entonces ¿cuál es la concepción de ciudadanía del campesino? Que tiene
que ver con DDHH. La tesis de Sulmont que hizo en Quispicanchis en el Cusco hace
siete años, plantea que, a diferencia de Europa y de América donde primero son los
derechos políticos después los económicos, sociales y ahora los culturales en el Perú
nuestros campesinado primero demanda los derechos económicos y sociales más que
los políticos, esto es porque viven en un pobreza tan extrema tan terrible donde la lucha
por subsistir es más grave, por lo que exigen reparación económica y si no hay
reparaciones económicas es comisión de la mentira a pesar que se ha dicho en las
entrevistas que la reparación va dar el Estado pero después de la entrevista nos dicen:
“No me olvides”, en su percepción no nos diferencia mucho del Estado. Entonces la
demanda de ellas en su mayoritaria como en la situación de las viudas que no tiene nada
para comprar, como su bolsa de azúcar, su aceite, obviamente es una prioridad
fundamental la reparación económica, y por eso es la fácil aceptación a Fujimori,
porque ¿quién es la base de los regímenes autoritarios? Son los sectores más pobres; en
Odria fueron las barriadas, en Fujimori los campesinos más pobres y las áreas urbano
marginales. Claro que ahí tienen responsabilidad los partidos políticos también que no
cumplen esa función de mediación. Entonces en la concepción de la población andina
promedio y la amazónica, aunque la amazónica es un poco mas la defensa de los
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derechos culturales, nuestro campesinado reclama más los derechos económicos a
comparación de la experiencia en Bolivia, Ecuador, entonces no reclama como
prioridad los derechos políticos a la justicia.
Mama Angélica más de 20 años viene exigiendo justicia pero sus bases quieren más la
reparación económica, ella quería ver a Noel en la cárcel, pero no es el discurso común.
Sin embargo hay una franja difusa cada vez más estrecha entre campo y ciudad; acá en
Ayacucho más de la mitad son gente que vienen de Cangallo, Vilcashuamán, de
distintas zonas rurales de interior. Entonces esos hijos de campesinos descampesinados
en proceso difícil de incorporación al mercado laboral urbano sí levanta la
reivindicación fuertemente, como son los jóvenes de afectados por la violencia política
de Huanta, Llochegua, La Mar, hay una ampliación de la franja social que asume como
derecho la ciudadanía, el derecho de incidencia política, el reclamo de justicia por las
violaciones de los derechos humanos se van ampliando, aunque algunas veces llegan a
la confrontación y no a la propuesta, se divorcia de sus bases campesinas, que exige las
reparaciones y el otro ya también se ideologiza proponiendo cambio del tipo de Estado.
Yo creo que tenemos que hacer una cosa útil un mapeo en el Perú promedio, habría que
hacer mapeos en nuestras zonas como Ayacucho, dónde está más o menos el espacio de
recepción del discurso de derechos humanos en la ciudad de Ayacucho, en la ciudad de
Huanta, en Vilcashuamán, en Puquio, en Querobamba, y algunas asociaciones de
campesinos como Llantanchikta Qatarichisun con el apoyo de Visión Mundial mas o
menos que están incorporando parte del tema y algunos municipios. Entonces pese a
todo yo creo la Coordinadora de los Derechos Humanos están marcando agenda para
los próximos 20 años, de Estado democrático, derecho a la verdad, justicia, derechos
económicos, sociales y culturales paralelos, porque no se puede ejercer ciudadanía en
una situación de pobreza tan extrema tiene que haber acceso intermedio mínimo y
exigir derechos.
Javier Torres también cuestionaba a la CVR, que debió haber hechos más incidencia
política, estaba en discusión pero era bien difícil al presidente de la CVR pedirle esa
militancia, mas actoría política sí creo que eso se puede aceptar, pero es una tarea en
construcción. Se tiene que construir para articular esa clase media de los sectores mas o
menos organizados de los zonas campesinas en coordinación de alianzas internacionales
que se forjen desde la coordinadora de los derechos humanos que a pesar de ser
relativamente pequeña tuvo un impacto político importante, son los que han logrado el
juicio a Fujimori, y anteriormente fueron parte de la transición, como Sofía Macher que
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era delegada ante la OEA al nivel de una congresista o ministra y me cuenta cómo fue
la negociaciones con los ministros para la transición. Entonces sí tiene su peso y su
importancia la defensa de los Derechos Humanos por la debilidad de los partidos
porque no hay actores políticos partidarios suficientes y el informe de la CVR marca
una agenda que cada vez va siendo más reconocido por las dirigencias aunque no
todavía suficientemente por las bases sociales y hay que difundirla y hay que voltearla
a otro lenguaje mas accesible.
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sociedad civil, organismos de derechos humanos, organizaciones de afectados sobre el
tema que justamente lo demandaba un contexto. Y si lo hubo ¿es posible recomponer
este movimiento de derechos humanos? y si no lo hubo, ¿es importante generar un
movimiento de derecho humanos en Ayacucho? cuando es Ayacucho quien sufrió los
avatares de la violencia de la manera mas insorpotable. No sé si me estoy aventurando
pero podría ser posible establecer un movimiento de derechos humanos en Ayacucho,
establecer una coordinadora regional de derechos humanos, porque necesitamos un ente
que centralice las preocupaciones en relación al tema que pueda trabajar políticamente
los temas, no politizar pero hacer incidencia política en los temas básicos que nosotros
demandamos.
El segundo punto que quiero tocar es no olvidar lo que ha pasado, a pesar de conocer
nosotros los hechos ocurridos durante la violencia política, necesitamos referentes de
memoria como la construcción del Santuario de la Memoria, que nació a través de
ANFASEP, se ha establecido la posibilidad que tenga un paseo de la memoria, que
tenga un museo de la memoria, que tenga diversas formas de como la sociedad civil
pueda establecer el tema de la memoria en Ayacucho, entonces la familia van y pasean
alrededor de ese monumento y empiezan hacer historia, el adulto empiece a contar y se
genera una retroalimentación entre el pasado y el presente, como en Chile con Allende o
en Argentina con la Plaza de Mayo. Entonces necesitamos referentes de memoria en
Ayacucho, muchos dicen: “No, esos son temas de ONGs”, pero los referentes de
memoria no es que solamente se estén pregonando en el Perú, los referentes de la
memoria se dan luego de la conflagración después de la segunda guerra mundial, para
recuperarnos mentalmente después de la segunda guerra mundial en Europa fue
importante.
El tercer punto, el año pasado la ex Gerente de Desarrollo Económico propuso y
aprobaron a través de Consejo Regional, una ordenanza regional por el cual el tema de
comercio internacional formaba parte de la Currícula Educativa en Ayacucho, para que
los jóvenes puedan aprender ser agro exportadores. Con esa experiencia, es importante
generar a nivel de incidencia política de nuestros políticos, regidores y otros, para que
ellos también de alguna forma puedan promover la importancia de la cultura de paz y la
historia de la violencia en la currícula educativa de Ayacucho. Este tema fue incluido en
el Proyecto Educativo Regional - PER, se ha tratado de difundir a nivel de Ayacucho
pero se ha quedado en instituciones porque la sociedad civil todavía no lo ha rescatado
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el contenido, falta un poco todavía difundir el PER que es un documento bastante
importante.
Para finalizar, es cierto que los políticos de Ayacucho sobre todo el representante
regional que es el señor Ernesto Molina Chávez no ha sentado una posición política en
relación a los derechos humanos y lo han mencionado ustedes ante el caso de Viscatán,
Rió Seco, Pichis, Suso y etc. No ha querido asumir una posición, ha preferido estar más
a la prebenda del gobierno nacional. Entonces todos estos temas que estoy planteando
debemos centralizarlo a través de una coordinadora tal vez se ha intentado hacerlo desde
el Movimiento Para Que No Se Repita, pero si es que se trata de fortalecer este mismo
movimiento, de repente podría ser por aquí.
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Lossio y vamos a terminar siempre construyendo Estado anti derechos humanos. Ahí va
cuando yo planteo el tema y trato de analizar lo que hicieron los organismos de
derechos humanos ¿qué hicieron durante los 20 años de trabajo? me respondo,
privilegiaron el discurso, la mera denuncia, no construyeron un discurso político pro
derechos humanos y la tarea creo yo es politizar el tema de pro derechos humanos, en el
mejor sentido de la palabra. Obviamente los modelos autoritarios tienen como la base
social a la población pobre, sin embargo ¿qué hicimos nosotros como organismo de
derechos humanos frente a la población pobre? Y para terminar quiero volver a decirles
que en le tema que trabajé son tres aspectos básicos y yo les invitaría a reflexionar,
primero que esta pasividad política responde por un lado a que el Estado fue siempre un
Estado que violó derechos humanos históricamente. Por otro lado los organismos de
derechos humanos no politizaron el discurso y ahora tenemos un contexto donde la
gente no cree ni en la CVR, ni en el poder judicial, ni en le poder político.
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Finalmente qué fácil es acusar al Estado pero hay que ver nuestro rol como ciudadanos
¿qué estamos haciendo como ciudadanos?.
Mariano Aronés: Javier Torres propone que construyamos una agenda política pro
derechos humanos, pero ¿quién lo haría eso en Ayacucho, si tenemos como potencial
candidato a Edwin Donayre?
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humanos, pero no, primero hay que desarrollar el discurso, el debate, compartir; aquí
están muchos, pero faltan otros compañeros de Paz y Esperanza, Aprodeh, Comisedh,
los jóvenes afectados por la violencia de los distintos sectores que han desarrollado
trabajos interesantes, Paz y Esperanza formó el Grupo Jurídico de Ayacucho, con
Germán Vargas y él es creo un ejemplo de alguien militante de derechos humanos que
asume el discurso político, ha escrito cartas directas al General Donayre: “Usted como
ayacuchano debería respetar el uniforme denunciando que les juzgue a los violadores de
los derechos humanos, como ayacuchano debe defender a los ayacuchanos”, y el otro le
responde a medias, y lo sigue emplazando al gobierno actual. Y otro ejemplo alguien
que asume el discurso político y derechos humanos es Francisco Soberón amenazado
varias veces de asesinato. Pero todo esto no se ha articulado en una organización, sino
son actitudes, porque aparece asociado a la izquierda, dicen: ¿Quién es el defensor de
derechos humanos? el ex marxista reconvertido, así nos atacan. Y esto es un problema
que está asociado con la crisis de la izquierda en el Perú que ha sido manchado con la
barbarie senderista, con los que quizá no deslindamos a tiempo, los menospreciamos.
Entonces ¿Quiénes harían esa propuesta política?, eso es una tarea generacional, eso es
la tarea de estos muchos jóvenes.
Carlos Oriundo: Enfatizar en que defender los derechos humanos no significa que tú
seas rojo, rosado o verde, coincido que es más bien generacional y eso es un trabajo
arduo pero creemos no imposible. Por otro lado la creación de una coordinadora si
sería una buena propuesta aunque hay mucha gente que utiliza a los derechos humanos,
no politiza sino que lo inserta en su discurso político, creo que eso si es un poco
peligroso. Ahora insisto en ¿por qué no demandamos nuestros derechos?, porque de
una forma u otra estamos sufriendo una amnesia colectiva, nuestras generaciones son
aquellos que no recuerdan o no quieren recordar, mientras haya esa amnesia dentro de
nuestra sociedad no vamos a demandar los derechos humanos.
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política con campesinos de los distintos distritos, la experiencia que tuvimos es que a
veces si tienen la intención pero no saben cómo hacer, quieren reclamar pero no saben
por qué medio reclamar, lo ideal sería quizás brindar algún apoyo a esa población en
esas actividades para que puedan reclamar sus derechos. De otro lado en el campo se
está más próximo la sensación de lo que ha sucedido, pero aquí en la ciudad no se
siente, se siente lejano lo que sucedió en el campo, entonces a la pregunta de Tycho,
una coordinadora a nivel de Ayacucho estaría mas vinculado con los que están en el
campo, porque los que están acá la propia población no lo siente, porque como en el
grupo de Ama Qunqanap salíamos afuera y éramos unos cuantos, acompañábamos a las
señoras de Anfasep éramos pocos y a veces nos preguntábamos ¿dónde está la ciudad?,
no somos todos que estamos sintiendo esto. Por otro lado, si la intención es politizar los
derechos humanos, eso también hay que ver, porque la mayor población electoral está
en Lima, y por más que se haga una propuesta buena, siempre habrá la mayoría que
decida esto.
Doris Castillo: Sobre la pregunta ¿qué entienden los campesinos de derechos humanos?
Para mí también fue muy difícil hacer el trabajo de campo cuando ellos testimoniaban
en el tema de la violencia, desconocían los derechos humanos; o sea cuando
preguntábamos: ¿Qué es derechos humanos par a ti? Y ellos no sabían cómo
responderme y que muchas veces los derechos se confunden con los deberes, eso por
un lado. Pero me preguntaba cuando estaba en campo, ¿qué hacen las instituciones que
trabajan en la zona si hablan el tema de género como un tema transversal a sus
proyectos y por qué no colocarlo también el tema de los derechos humanos como un
tema transversal a sus proyectos?, porque no era ABA (Asociación Bartolomé
Aripaylla) la única institución que trabaja ahí, eran muchas ONGs y está también el
municipio, por eso digo: “Si aquí la gente no sabe qué es derechos humanos”, pero si
mencionan de que sus derechos fueron violentados, es un poco ambivalente. Creo que
es un proceso largo que los campesinos lo asuman, se apropien de los términos, pero
también qué entienden ellos por los derechos humanos. Entonces podría proponer de
que las instituciones que trabajan en el ámbito rural como urbano empiecen realmente a
trabajar el tema en sus proyectos y que sean creativos para hacer entender a la
población, porque para nosotros es muy fácil hablar del tema porque conocemos los
conceptos, pero sin embargo para ellos no, quizás con cuestiones creativas de teatros y
cosas así la gente pueden entender. En segundo lugar, cuando se enfatiza en la ‘amnesia
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colectiva’, como dijo Mariano, los recuerdos están llenos de olvidos y los olvidos están
llenos de memoria. La memoria es como la cara de una moneda, que por un lado está la
memoria y por el otro lado está el olvido, y es que cuando hablamos de memoria
hacemos énfasis también al olvido. En este proceso post conflicto quizás en la
comunidad donde yo estoy estudiando existe una batalla de memorias sociales acerca de
la violencia, y esto está básicamente relacionado con las cuestiones de poder que
existen en la zona, quizás hay un discurso colectivo que difiere o deja al margen otras
memorias particulares que están tratando de querer salir pero que no pueden. Creo que
hay que poner bastante atención al tema de las memorias cuando hablamos del tema de
las reparaciones colectivas como individuales.
Tycho Janampa: En todo esto, algo tienen que ver los partidos políticos, qué pasó con
los partidos políticos, si bien los ‘90 fue la década de la anti política de cómo los
partidos iban marchitándose y la posterior aparición de los movimientos. En este
contexto los mismos partidos políticos no han construido dentro de sus espacios, ni en
sus propuestas el tema de los derechos humanos. Hubo algunos intentos por ejemplo en
las ultimas elecciones internas intentó Ari Ayacucho pero era un conjunto de personas
vinculadas al tema de derechos humanos, al tema de la democracia, uno de sus ejes
centrales era el tema de los derechos humanos, pero no pudieron inscribirse y se fue
diluyendo. Pero la gente miraba más a los movimientos como el Hatun Tarpuy, ellos
no llegaron a sus posibles votantes con el tema de derechos humanos sino mas bien
engarzó y presentó sus propias demandas que tenían los campesinos, por ejemplo la
reivindicación de la coca, incluso llegaron a decir que ellos eran la opción de la
libertad de los campesinos, y se convirtieron algo así como unos mesiánicos. Con
Hatun Tarpuy el campesino iba a dejar de ser pobre, iba a ser revindicado en todos sus
sectores, sin aplicar la violencia sino la gestión local, se llegó a un populismo, el
alcalde dijo que iba a cobrar 1000 soles y que no iba a recibir mas, pero sin embargo
las normas municipales establece de acuerdo al número de electores, así que el Alcalde
tuvo que recibir como cinco mil soles para el descontento de sus seguidores.
Al campesino le proponen, por ejemplo en Huanta lo han propuesto la distritalización
de las comunidades alto andinas, ni siquiera le han dicho: “Vamos a distritalizar Iquicha
o Uchuraccay”, sino le dicen: “Comunidades alto andinas”, y ¿dónde está el límite
imaginario?, solamente nos podemos imaginar cuál es el limite. Entonces las propuestas
son mas de bando populista, de algo que yo me identifico ¿qué cosas quieres tú?, ¿con
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qué sueñas tú? y yo comparto tu sueño y te propongo algo parecido y al final caemos
en populismos que no se cumplen. Entonces es necesario hablar de partidos, y cómo
proponer en sus agendas políticas el tema de derechos humanos en Ayacucho.
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discurso de sendero. Entonces mientras sendero va ganando al menos en discurso va
empoderándose de los jóvenes de la universidad y nuestros campesinos, nosotros nos
ensimismamos y por el contrario propiciamos la no politización, la tolerancia, etc.
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Juan José (moderador): Bueno, agradecer a todos los participantes a nombre de
PRAXIS, no pretendemos cerrar el tema, porque da para más, lo que buscamos es que
sigamos reflexionado sobre estos temas.
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