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En días recientes se ha venido presentando un alza de precios en las materias primas y en los
energéticos como lo son: gasolina, electricidad y gas. Derivado de ello, se han incrementado los costos
operativos principalmente de las empresas que conforman el sector de alimentos, lo que
desencadenará un ajuste de precios al consumidor final de hasta 3%.
Dentro de las necesidades citadas previamente en el texto constitucional, se contemplan los alimentos
de una familia, pero surge una inquietud: ¿con los incrementos podrán todas las familias mexicanas
seguir pagando por su alimentación o ésta se verá afectada?
Velázquez agregó que la cuesta de enero para los capitalinos es un impacto directo en la canasta
básica, el aumento se estima en 16 por ciento -como se mencionó anteriormente- y algunos
presentarán aumentos de hasta un 80 por ciento.
En el presente son 89 productos los que conforman una canasta básica. Cuando una familia quiere
adquirir al menos 25 de ellos, va a requerir destinar casi 10 salarios mínimos, por lo que podemos
asumir que la gente con ingresos menores no tienen posibilidad de consumir lo indispensable.
La canasta básica es un conjunto de bienes y servicios indispensables para que una familia pueda
satisfacer sus necesidades básicas de consumo a partir de su ingreso. En la canasta básica mexicana
productos para la despensa y servicios diversos.
Esta es la conformación actual de la canasta básica: Alimentos, bebidas y tabaco; ropa, calzado y
accesorios; vivienda; muebles, aparatos y accesorios domésticos; salud y cuidado personal;
transporte; educación y esparcimiento, así como otros servicios.
1. Arroz
2. Los aceites y grasas vegetales comestibles
3. Huevo
4. Pan de caja
5. Galletas populares
6. Harinas de trigo
7. Pasteles y pastelillos
8. Pollo en piezas
9. Leche
De acuerdo a estudios del PT y Convergencia (la mayoría de ellos elaborados por nuestro amigo
diputado Mario Di Costanzo), en el 2009 la canasta básica aumentó 63.14 por ciento, al pasar de
812.98 pesos a mil 326.32 pesos. En diciembre de 2006 eran suficientes 134 horas de trabajo de
salario mínimo para adquirir la canasta básica (alrededor de 54 pesos por hora) y al día de hoy son
necesarias 193 horas laborales.
Sin duda alguna, el poder adquisitivo de la población ha venido disminuyendo, contrario al caso del
desempleo que ha estado aumentando, por ese motivo, incrementar la carga fiscal de las personas
físicas o el incremento de los bienes y servicios públicos afecta aun más los bolsillos de la población.
Para el diputado federal Mario Di Costanzo, a pesar de que entre diciembre de 2006 y diciembre de
2010, el crecimiento de los precios de muchos bienes y servicios de consumo básico o generalizado
han sido superiores al 60 por ciento, el salario mínimo, incluido el que estará vigente para el presente
2011, apenas y registra un aumento acumulado del 22 por ciento.
Di Costanzo ha señalado que mientras entre diciembre de 2006 y diciembre de 2010, el precio de un
kilogramo de frijol pasó de 9.60 pesos a 24 pesos -es decir que registró un crecimiento de 150 por
ciento- el salario mínimo diario, incluyendo el incremento para 2011, apenas creció 22 por ciento.
Eso significa que a lo largo de los últimos 5 años, el poder adquisitivo del salario mínimo se ha venido
deteriorando de manera importante, lo que finalmente debilita el mercado interno, el ahorro y el
bienestar de todas las familias del país.
Productos como el frijol, arroz o huevo, han registrado a lo largo del período mencionado, incrementos
superiores al 100 por ciento, o en otros casos, como el pan Bimbo, el pollo o la leche, dichos
incrementos han sido superiores al 30 por ciento.
Mientras que en diciembre de 2006, con un salario mínimo se podían adquirir 5.07 kilogramos de frijol,
ó 6.28 kilogramos de arroz, ó 2.43 kilogramos de pollo, o bien 3.5 paquetes de pan Bimbo; para el mes
de enero de 2011, con el salario mínimo sólo se podrán adquirir 2.44 kilogramos de frijol, ó 2.99
kilogramos de arroz, ó bien 1.8 kilogramos de pollo.
Pero eso no es todo, indicó que se añade también el incremento registrado en el costo de los
energéticos, ya que por ejemplo entre diciembre de 2006 y diciembre del 2010, el costo de un litro de
gasolina magna pasó de 6.61 pesos por litro a 8.76 pesos por litro, es decir, un incremento de 32.52
por ciento; en el caso del Diesel durante el mismo periodo se incrementó en 65.1 por ciento al pasar de
5.45 en diciembre de 2006 a 9 pesos durante el pasado mes de diciembre.
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Recientemente estudios realizados por el Instituto Tecnológico de Monterrey indicaron que al cierre del
2010 alrededor de 6.8 millones de mexicanos pasarán a formar parte a las filas de la población en
condiciones de pobreza, resaltando que de la cifra, 2.5 millones no dispondrán de los alimentos
necesarios para cubrir sus necesidades básicas.
Con dichas cifras, ahora el número de pobres en México será de 50 millones, de los cuales 19 millones
vivirán en condiciones de pobreza alimentaria, efectivamente ¡19 millones de mexicanos sin saber a
ciencia cierta si podrán comer o no diariamente!
Los mexicanos que realizan actividades informales rebasó los 12.84 millones que en comparación con
el segundo trimestre de 2009, representan 659 mil 571 personas más.
3.75 millones de mexicanos no perciben ingresos, lo que se traduce a 148 mil 427 personas que se
suman.
11.64 millones no tienen acceso a prestaciones distintas de la salud, lo que implica un aumento de 421
mil 648 entre 2009 y 2010.
Si las anteriores cifras ya nos ponen en alerta roja, falta decir que mientras la pobreza va en aumento,
el gasto corriente del gobierno presenta una tendencia al alza en los últimos años, todos los problemas
económicos se les está atribuyendo a la crisis, a la inseguridad, aunque estos factores si son
determinantes, no debemos olvidar que México tuvo una mayor recaudación fiscal en 2010 y que los
mayores recursos han servido sólo para pagar prestaciones y remuneraciones de funcionarios
públicos. Es decir, el dinero que hemos estado pagando los mexicanos no se ha reinvertido en
nosotros, sino que se ha despilfarrado generando entonces así un gobierno caro, con salarios de
primer nivel y por el otro lado, un pueblo sumergido en la miseria y con una baja calidad de productos y
servicios.