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Ê 6014
~
Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: X, Noviembre de 1999
Página: 489
VISTOS para resolver, los autos del recurso de revisión interpuesto por Manuel
Camacho Solís; en contra de la sentencia dictada el veintinueve de agosto de mil
novecientos noventa y siete, engrosada en fecha diecisiete de octubre siguiente,
por la Juez Cuarto de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal en
el juicio de amparo P-119/97; y
RESULTANDO:
consignadas en los artículos 1o., 14, 16 y 17, en relación con los numerales 49,
50, 71, 72 y 135 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
relató como antecedentes de los actos reclamados los siguientes:
"1. Como es público y notorio y por tanto no es necesario acreditar, fui jefe del
Departamento del Distrito Federal en el periodo comprendido del primero de
diciembre de mil novecientos ochenta y ocho al veintinueve de noviembre de mil
novecientos noventa y tres. 2. Con fecha veinticinco de julio de mil novecientos
noventa y seis, los señores ciudadanos Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos, Ernesto Zedillo Ponce de León; los diputados federales
Ricardo García Cervantes, Humberto Roque Villanueva, Jesús Ortega Martínez y
Alfonso P. Ríos Vázquez; así como los senadores Gabriel Jiménez Remus,
Fernando Ortiz Arana, Héctor Sánchez López e Irma Serrano Castro Domínguez,
en contra de lo dispuesto por la Constitución y las leyes, suscribieron y
presentaron a la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión una iniciativa
por virtud de la cual propusieron reformas a diversos artículos de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. En la iniciativa de referencia, a fojas
III y IV, se asentó textualmente lo siguiente: µEn esta instancia de trabajo, los
dirigentes nacionales de los partidos políticos representados en el Congreso y los
coordinadores de los grupos parlamentarios en el Senado y en la Cámara de
Diputados, arribaron a conclusiones que fueron el punto de partida para las
deliberaciones en el seno de las comisiones especiales de carácter plural creadas
en ambas Cámaras para tales efectos.¶ Y se sigue diciendo: µEn dichas
comisiones, cuyos trabajos incluyeron reuniones en conferencias, se enriqueció el
proceso de análisis de las propuestas derivadas de los acercamientos entre el
Partido Revolucionario Institucional, el Partido de la Revolución Democrática y
el Partido del Trabajo, mediante la consideración de distintas iniciativas
presentadas por el Grupo Parlamentario del Partido de Acción Nacional en la
Cámara de Diputados sobre materias coincidentes. Así, el foro del Congreso
constituyó un ámbito institucional para la evolución del diálogo entre los partidos
a través de sus legisladores.¶. Continúa: µEsta iniciativa de reformas y adiciones a
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos representa la
culminación de un esfuerzo que habrá de contribuir al desarrollo y
perfeccionamiento de las instituciones políticas y de la vida democrática de la
nación.¶. 3. Para los efectos de que se discutieran y, en su caso, aprobara la
iniciativa de reformas contenidas en la iniciativa, con fecha veintiséis de julio de
mil novecientos noventa y seis, la Comisión Permanente acordó convocar al H.
Congreso de la Unión a un periodo extraordinario de sesiones que se incoaría el
día treinta de ese mismo mes de julio, publicándose el decreto correspondiente en
el Diario Oficial de la Federación el día veintisiete de dicho mes. 4. La ilegal
iniciativa de reformas a la Constitución fue dictaminada por las Comisiones de
m
ella derivan del artículo 135 constitucional, hizo el cómputo de los votos de las
Legislaturas de los Estados y en virtud de haber estimado que había mayoría de
votos aprobatorios, declaró aprobadas las ilegales reformas. 12. Las aparentes
reformas a la Constitución Política del país fueron publicadas en el Diario Oficial
de la Federación, con fecha veintidós de agosto en curso, como ya quedó
asentado con anterioridad. 13. En el artículo primero transitorio de la reforma
aparente, se dispuso de manera literal: µEl presente decreto entrará en vigor al día
siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, con excepción
de lo previsto en los siguientes artículos.¶. 14. Sin importar qué partes del decreto
promulgatorio entran o no en vigor, lo cierto es que las autoridades que señalo
como responsables, por el simple hecho de haber aprobado y promulgado unas
reformas que no fueron hechas con observancia de los principios y
procedimientos que por virtud de la Constitución y las leyes que regulan el
proceso legislativo, y pretenden que formen parte de la Carta Magna, han
atentado contra los principios de legalidad, seguridad pública y de Estado de
derecho que a favor de los individuos consagra la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Consideraciones jurídicas de carácter general. Esta
demanda se presenta ante usted, con el efecto de que me sea concedido el amparo
y la protección de la Justicia Federal respecto de violaciones a derechos de
naturaleza individual, como son los de legalidad y de seguridad jurídica que se
consignan en forma expresa a favor de los habitantes del país, en el sentido de
que las relaciones entre particulares y autoridades se deben dar bajo el principio
de que en México existe un Estado de derecho, con todo lo que ello significa:
autoridades que apegan sus actos a lo que dispone la ley, la sanción de nulidad
para lo que se hace en contravención a ella, y el castigo de los infractores. A
pesar de que los actos que señalo como reclamados, violan mis derechos como
ciudadano, en lo particular y los de la ciudadanía, en general, la demanda no está
encaminada a defender derechos de naturaleza política, su defensa, como ya lo
han resuelto los tribunales federales, en forma reiterada, no puede entablarse por
la vía de amparo; al respecto conozco que son abundantes las ejecutorias que
niegan esa posibilidad y que, en especial, existe el siguiente criterio
jurisprudencial: µDERECHOS POLÍTICOS. La violación de los derechos
políticos no da lugar al juicio de amparo, porque no se trata de garantías
individuales.¶. Tomo III, p. 1312. Amparo en revisión. Villa García, vecinos de.
16 de diciembre de 1918. Mayoría de 9 votos. Tomo IV, p. 862. Amparo en
revisión. Heredia Marcelino. 17 de abril de 1919. Unanimidad de 11 votos. Tomo
IV, p. 1135. Amparo en revisión. Guerra Alvarado José y coags. 13 de junio de
1919. Mayoría de 7 votos. Tomo VI, p. 463. Amparo en revisión. Orihuela
Manuel y coag. 9 de marzo de 1920. Unanimidad de 8 votos. Tomo VII, p. 941.
Amparo en revisión. Ayuntamiento de Acayucan. 4 de septiembre de 1920.
Unanimidad de 10 votos. Apéndice al Tomo LXXVI, tesis 312, p. 516. Apéndice
Nación; no lo pueden hacer por virtud de que esas son materias cuya iniciativa
sólo compete al presidente de la República, por virtud de un mandamiento
constitucional expreso. Existen otros casos, uno es el que se plantea por vía de
este amparo y que es el que ha contemplado ampliamente la doctrina; a los
diputados sólo les es dable ejercer su derecho de iniciar ante su propia Cámara; lo
mismo sucede con los senadores, a ellos sólo les es dable ejercer su derecho de
provocar la acción del Poder Legislativo ante su propia Cámara. El principio
existe con el propósito de que no se desvirtúe el proceso legislativo, que busca,
por virtud del concurso de dos pareceres diferentes, que una iniciativa se
enriquezca y, en su caso, afloren sus vicios y defectos; ese propósito no se
alcanza o se desvirtúa en el momento en que se permite, impunemente, que un
diputado inicie en la Cámara de Senadores o viceversa. El criterio diferenciador
está encaminado, también, a evitar se violen las prelaciones que respecto de
ciertas materias se establecen a favor de determinada Cámara, como son las
siguientes: Prelaciones existentes a favor de la Cámara de Diputados para
conocer, como Cámara de origen, respecto de iniciativas que versen sobre
empréstitos, reclutamiento de tropas, impuestos, solicitudes de desafuero y
acusaciones respecto de violaciones a la Ley Federal de Responsabilidades de los
Servidores Públicos, que ellos cometan en el desempeño de sus cargos (art. 72
inciso h), 109, 110 y 111 constitucionales); prelaciones y materias exclusivas
establecidas a favor del presidente de la República en los artículos 27 fracción
XIX, 29, 76 fracción I, 86, 88, 100 constitucionales, entre otros. Todas esas
prelaciones tienen una razón de ser; así, por ejemplo, las establecidas a favor de
la Cámara de Diputados, que surgieron en el derecho inglés y que llegaron a
nuestro país por vía del derecho constitucional norteamericano, van encaminadas
a hacer operante el principio de que todo aquello que tenga que ver con la sangre
y el dinero de la población debe ser presentado en la Cámara de Comunes, la
Cámara baja, de Diputados, por cuanto a que se consideró, durante muchos
siglos, que en ellas se hallaban los auténticos, naturales y directos representantes
de la población. Si ellos aprobaban una iniciativa respecto a impuestos,
empréstitos o reclutamiento de tropas, entonces la iniciativa pasaba a la Cámara
de los Lores, o de Senadores. Esa es la misma razón que informa el hecho de que
las acusaciones por responsabilidades en el ejercicio del cargo, deban ser
presentadas en la Cámara de Diputados. Por otra de conformidad con el último
párrafo del artículo 71 constitucional, las iniciativas que µ... presentaren los
diputados o los senadores se sujetarán a los trámites que designe el Reglamento
de Debates.¶. Pues bien, el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso
General de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 30, fracción III, dispone
lo siguiente: µEn las sesiones se dará cuenta con los negocios en el orden
siguiente: ... III. Iniciativas del Ejecutivo, de las legislaturas y de los individuos
de la Cámara.¶. De lo transcrito se desprende un principio general que no admite
cc
49, todos ellos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por
los razonamientos jurídicos que a continuación se exponen. Asimismo el hecho
de que el presidente de la República hubiera firmado, junto con los senadores y
diputados la iniciativa correspondiente viola en mi perjuicio el principio de
división de poderes consignado en el artículo 49 constitucional. En efecto,
cuando una iniciativa es suscrita, en forma simultánea por el presidente de la
República, los diputados y senadores líderes de cada una de la Cámaras que
integran el Congreso de la Unión, se anula el principio de división de poderes y
desaparece el Estado de derecho. Una desaparición temporal del principio de
división de poderes sólo se puede dar en los términos previstos en los artículos 29
y 131 y ello, en el caso ahora cuestionado no se ha dado. Consecuentemente, la
Justicia de la Unión deberá ampararme y protegerme para los efectos de que no
se me aplique la supuesta reforma, en cuya aprobación, como se ha dicho, no se
observaron los requisitos que marca la Constitución y la ley."
de mil novecientos noventa y seis, según se desprende del Diario de los Debates
correspondiente. De las Legislaturas de los Estados Libres y Soberanos que
conforman la República Mexicana y que señalo como responsables, reclamo la
aprobación de las reformas constitucionales a que se ha hecho mérito, mediante
el decreto aprobatorio correspondiente, que le fueron enviadas para tal efecto por
el H. Congreso de la Unión. De la Comisión Permanente del H. Congreso de la
Unión, reclamo: el cómputo que realizó, con fecha veintiuno del mes y año en
curso, de los votos aprobatorios emitidos por las Legislaturas de los Estados; por
la declaración que emitió con fecha veintiuno de agosto del mismo mes y año en
el sentido de haber sido aprobadas las supuestas reformas constitucionales; así
como por el decreto que contiene el cómputo y la declaración señalados,
publicado en el Diario Oficial de la Federación correspondiente al día jueves
veintidós de agosto del año corriente. Del C. Presidente Constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos, reclamo: el decreto de veintiuno de agosto en curso,
por virtud del cual ordenó la promulgación y publicación de las supuestas
reformas constitucionales que se impugnan por medio de este juicio
constitucional de garantías.¶. Igualmente como la demanda de amparo constituye
un todo íntegramente de la lectura de la misma, concretamente en el capítulo
denominado µConsideraciones jurídicas de carácter general¶, a fojas diez, reclama
la reforma al artículo 122 de la Constitución, base segunda, segundo párrafo del
apartado I, que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el día
veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis, que reza en los siguientes
términos: µBase segunda. Respecto del jefe de Gobierno del Distrito Federal: I ...
Para ser jefe de Gobierno del Distrito Federal deberán reunirse los requisitos que
establezca el Estatuto de Gobierno, entre los que deberán estar ser ciudadano
mexicano por nacimiento en pleno goce de sus derechos con una residencia
efectiva de tres años inmediatamente anteriores al día de la elección si es
originario del Distrito Federal o de cinco años ininterrumpidos para los nacidos
en otra entidad; tener cuando menos treinta años cumplidos al día de la elección,
y no haber desempeñado anteriormente el cargo de jefe de Gobierno del Distrito
Federal con cualquier carácter. La residencia no se interrumpe por el desempeño
de cargos públicos de la Federación en otro ámbito territorial ...¶. De lo transcrito,
se desprende que la parte quejosa reclama: a) Los vicios que dice fueron
cometidos durante el proceso de formación que concluyó con la reforma
constitucional. b) La reforma constitucional contenida en el 122, base segunda,
segundo párrafo del apartado I del Pacto Federal. En ese orden de ideas, es
conveniente analizar supuestos de procedencia del amparo, los que están
limitativamente indicados en los preceptos 103 de la Constitución y 1o. de la Ley
de Amparo, al efecto los mismo establecen: µArt. 103. Los tribunales de la
Federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por leyes o actos de la
autoridad que violen las garantías individuales; II. Por leyes o actos de la
c9
autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados; III. Por
leyes o actos de las autoridades de éstos que invadan la esfera de la autoridad
federal.¶. µArt. 1o. El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia
que suscite: I. Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías
individuales; II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o
restrinjan la soberanía de los Estados; III. Por leyes o actos de las autoridades de
éstos que invadan la esfera de la autoridad federal.¶. Ahora bien, debe decirse que
en el presente caso, los actos que se impugnan no están comprendidos en las
hipótesis de procedencia del juicio de garantías, precisados en los artículos
transcritos. Lo anterior es así, puesto que los actos reclamados no encuadran en la
fracción II, ni en la fracción III de los artículos 103 constitucional y 1o. de la Ley
de Amparo, porque el promovente no alega invasión alguna de soberanía entre la
Federación y los Estados, ni está comprendido el caso que se analiza en la
fracción I de los referidos artículos, debido que para que un juicio fuera
procedente en términos de la fracción mencionada, sería preciso que el término
µleyes¶ a que aluden tales disposiciones, comprendiese a la Constitución, lo que
es inaceptable, ya que el juicio de garantías, es un medio de defensa, el más
eficaz de nuestra Constitución, por lo cual resulta contra toda lógica jurídica que
se pretenda utilizar ese medio de defensa para reclamar y en el caso, destruir la
Constitución, de la que forma la aludida reforma contenida en el artículo 122,
base segunda, segundo párrafo del apartado I. Cabe precisar que la µConstitución¶
y la µley¶ son conceptos que no deben confundirse pues mientras la Constitución
es un conjunto de normas supremas que rigen la organización y funcionamiento
de los poderes públicos y sus relaciones de orden social; la ley es el conjunto de
normas que derivan su validez y eficacia de la propia Constitución. Asimismo,
µConstitución¶ y µley¶, ya sea ésta federal y local se diferencian por su jerarquía,
por su proceso de elaboración y por su contenido. Por lo que respecta a su
jerarquía, es incuestionable que prevalece la norma constitucional respecto de la
ordinaria, cuando ésta se encuentra en contravención con aquélla en lo que atañe
a su proceso de elaboración, la Constitución emana del Poder Constituyente y
únicamente puede ser reformada o adicionada por el Poder Revisor también
llamado Constituyente Permanente, en tanto que la ley, proviene de los poderes
constituidos y, por lo que se refiere a su contenido la Constitución señala
originalmente los aspectos mencionados, en tanto, que la ley desarrolla los
preceptos constitucionales sin poder alterarlos. En conclusión, como el concepto
µleyes¶ a que aluden los artículos 103 constitucional y 1o. de la Ley de Amparo,
ambos en su fracción I no se comprende el de la Ley Suprema o sea la
µConstitución¶, atendiendo a lo ya manifestado. Consecuentemente, este juzgador
concluye que la demanda de amparo de que se trata, en la cual se reclaman
adiciones al artículo 122, base segunda, párrafo segundo del apartado I del Pacto
Federal, tildándola de inconstitucional; de ahí que deba desecharse por
c
El anterior escrito fue radicado el mismo día diez, mediante auto de Presidencia,
registrándose como expediente "Varios 631/96", turnándose al Ministro
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, para efecto de que propusiera el trámite que debía
dictar el Tribunal Pleno en relación con el asunto.
Una vez resuelto que este tribunal ejerciera la facultad de atracción solicitada, se
registró el asunto con el número A.R. 2696/96, mismo que en fecha tres de
febrero de mil novecientos noventa y siete, por mayoría de seis votos, se resolvió
en el sentido siguiente:
mexicano por nacimiento en pleno goce de sus derechos con una residencia
efectiva de tres años inmediatamente anteriores al día de la elección si es
originario del Distrito Federal o de cinco años ininterrumpidos para los nacidos
en otra entidad; tener cuando menos treinta años cumplidos al día de la elección;
y no haber desempeñado anteriormente el cargo de jefe de Gobierno del Distrito
Federal con cualquier carácter ...¶. Ahora bien, como en la especie el quejoso
expresa que impugna el proceso de creación de la reforma constitucional a dicho
precepto en cuanto, según manifiesta, le impide participar en el procedimiento de
elección de quien ocupará el cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal al
haber sido jefe del Departamento del Distrito Federal en el periodo comprendido
del primero de diciembre de mil novecientos ochenta y ocho al veintinueve de
noviembre de mil novecientos noventa y tres, es evidente que lo anterior afecta el
interés jurídico del aquí quejoso, pues con independencia de que el promovente
del amparo no reclama el contenido del artículo 122, del Pacto Federal, sino el
proceso legislativo de creación de la reforma constitucional al señalado precepto,
al aprobarse las reformas constitucionales se le imposibilita a postularse como
candidato a ocupar la jefatura del Gobierno del Distrito Federal; lo anterior se
estima así, en atención a que el interés jurídico de una persona surge cuando una
disposición limita el ejercicio de un derecho como sucede en el caso, pues a
virtud de las reformas constitucionales al repetido numeral, el aquí quejoso queda
excluido de la posibilidad de participar en el procedimiento de elección del cargo
a jefe de Gobierno del Distrito Federal. Sobre el particular, cabe citar la tesis de
jurisprudencia número ochocientos cincuenta y dos, publicada en la página
quinientos ochenta y uno, Tomo VI, del Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación mil novecientos diecisiete a mil novecientos noventa y cinco,
sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, que dice:
µINTERÉS JURÍDICO EN EL AMPARO. SU CONCEPTO. De acuerdo con el
artículo 4o. de la Ley de Amparo, el ejercicio de la acción constitucional está
reservado únicamente a quien resiente un perjuicio con motivo de un acto de
autoridad o por la ley. Por lo tanto, la noción de perjuicio, para que proceda la
acción de amparo presupone la existencia de un derecho legítimamente tutelado,
que cuando se transgrede por la actuación de una autoridad, faculte a su titular
para acudir ante el órgano jurisdiccional demandando el cese de esa violación.
Ese derecho protegido por el ordenamiento legal objetivo es lo que constituye el
interés jurídico, que la Ley de Amparo toma en cuenta, para la procedencia del
juicio de garantías.¶. Por otra parte, debe decirse que no se surte la causal de
improcedencia contenida en el artículo 73, fracción V, de la Ley de Amparo, en
virtud de que, según expresan las autoridades responsables, el amparista no
puede invocar la protección solicitada a favor de la ciudadanía, pues basta la
lectura del auto de admisión de la demanda de amparo de fecha tres de marzo de
mil novecientos noventa y siete, para percatarse que se tuvo al aquí quejoso,
]m
sentencia que al efecto llegare a dictarse carecería de todo efecto práctico que es
el objeto y alcance de la sentencia que otorga la protección federal, al haberse
llevado a cabo el procedimiento electoral y designarse a la persona que ocupará
el cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal. En consecuencia procede
sobreseer en el presente juicio con apoyo en lo dispuesto por el artículo 73,
fracción XVIII, 80 y 193, de la Ley de Amparo, en relación con la tesis de
jurisprudencia número cuatrocientos noventa y tres, citada en párrafos
precedentes y 74, fracción III, del citado ordenamiento legal. En apoyo de lo
anterior cabe citar los siguientes criterios: µAMPARO, PROCEDENCIA DEL.
REQUIERE QUE LA SENTENCIA PRODUZCA EFECTOS EN EL ACTO
RECLAMADO, CON QUE SE OBTENGA EL RESPETO DE INTERESES
JURÍDICOS DEL QUEJOSO. En acatamiento del artículo 80 de la Ley de
Amparo y la jurisprudencia de este Alto Tribunal, que con el número 174, página
297, puede consultarse en la Octava Parte del último Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación, para que un juicio de amparo resulte procedente es
menester que la sentencia que en él llegare a pronunciarse pueda producir la
restitución al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, de
manera que se restablezcan las cosas al estado que guardaban antes de la
violación, cuando el acto combatido en dicho juicio sea de carácter positivo; o
que sea factible obligar a la autoridad responsable, si el acto reclamado
constituye una abstención, a que obre en el sentido de respetar la garantía de que
se trate y a que se cumpla lo que tal garantía exija, ya que el juicio constitucional
debe tener siempre una finalidad práctica y no servir para realizar una actividad
meramente especulativa. De aquí que proceda contra leyes solamente cuando, por
ser éstas autoaplicativas, la determinación de su inconstitucionalidad pueda dar
por resultado la no aplicación de sus disposiciones; o cuando, por no serlo, ya
hayan sido aplicadas, sea factible la privación de efectos inconstitucionales del
acto de aplicación.¶. Séptima Época, Volumen semestral ciento cuarenta y cinco-
ciento cincuenta, Segunda Sala, página cincuenta y ocho. µEFECTOS DE LA
SENTENCIA DE AMPARO.¶. De acuerdo con lo establecido en el artículo 80 de
la Ley de Amparo y en la tesis de jurisprudencia número 174, publicada en la
página 297 de la Octava Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la
Federación de 1975, cuyo texto es el siguiente: µSENTENCIAS DE AMPARO.
El efecto jurídico de la sentencia definitiva que se pronuncie en el juicio
constitucional, concediendo el amparo, es volver las cosas al estado que tenían
antes de la violación de garantías, nulificando el acto reclamado y los
subsecuentes que de él se deriven; y en virtud de que el juicio de garantías debe
tener siempre una finalidad práctica y no ser medio para realizar una actividad
simplemente especulativa, para la procedencia del mismo es menester que la
sentencia que en él se dicte, en el supuesto de que sea favorable a la parte
quejosa, pueda producir la restitución al agraviado en el pleno goce de la garantía
V
CONSIDERANDO:
las razones para que los Jueces Federales estén impedidos para realizar ese tipo
de declaratorias ...¶. Por tanto, como fue sostenido por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, cuyo criterio en este sentido resulta inatacable, el amparo
fue interpuesto en contra de los vicios del proceso legislativo de toda la reforma
constitucional, aun cuando con motivo de la acción del amparo pudiera
producirse la consecuencia de que uno o varios de los preceptos reformados no le
fueran aplicados al impetrante, entre ellos, obviamente, el 122, en la especie de la
prohibición de contener en procesos electorales para ocupar el cargo de jefe de
Gobierno del Distrito Federal. Más aún, la propia Juez inferior, sostiene, para
desechar la causal de improcedencia que hicieron valer diversas autoridades
señaladas como responsables y a la que se refiere la fracción V del artículo 73 de
la Ley de Amparo, que sólo en el entendido de la prohibición mencionada en el
122, cuyo proceso de creación se impugnó, se surte el interés jurídico del suscrito
quejoso. Pero es de hacerse notar que en el considerando segundo, la Juez de
primera instancia no refiere en lo específico el proceso electoral del seis de junio
del presente año. Por lo contrario, alude, en general, al impedimento de participar
en los procedimientos de elección a ocupar el cargo de jefe de Gobierno del
Distrito Federal. Sin embargo en el considerando tercero de la sentencia
impugnada, en franca contradicción con lo expuesto en su considerando segundo
y los artículos 77 fracción I, 78 primer enunciado, 79 parte in fine y 80 de la Ley
de Amparo, señala (se transcribe). Y argumenta (se transcribe). Así, al hacer
contradictorios los argumentos contenidos en los considerandos primero y
segundo en análisis, violenta la a quo el artículo 76 al modificar el caso especial
materia de la demanda; el artículo 77 fracción I, al fijar y precisar pretensiones
sobre actos reclamados contradictorios; el 78 primer enunciado por cuanto
aprecia de manera diferente a como aparece probado el acto reclamado ante la
autoridad responsable; y el 79 parte final, al modificar los hechos de la demanda.
Más de lo mismo, la C. Juez Cuarto de Distrito en Materia Administrativa del
Primer Circuito, para sobreseer, parte de los siguientes razonamientos: primero,
en términos de lo dispuesto por el artículo 88 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria, que faculta al tribunal a invocar
hechos notorios, llega a concluir que el proceso electoral del seis de julio del año
en curso, por lo que hace a la elección del jefe de Gobierno del Distrito Federal,
ya se llevó a cabo y fue designado (así) el que ocuparía tal cargo; segundo, que
en términos de lo dispuesto por el artículo 80, el efecto de toda sentencia de
amparo debe ser restituir al agraviado en el pleno goce de la garantía individual
violada, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación,
cuando el acto reclamado sea de carácter positivo y, cuando sea de carácter
negativo, el efecto es obligar a la autoridad responsable a que obre en el sentido
de respetar la garantía de que se trate y a cumplir por su parte, lo que la misma
garantía exija; tercero que por la causal de improcedencia genérica a que se
Vg
el caso que nos ocupa debe estudiarse la revisión adhesiva antes que la principal,
pues en aquélla se alega la improcedencia del juicio de amparo. Sustenta el
argumento referido, la tesis 2a. XLIII/96, visible en la página 373 del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo III, junio de 1996, Segunda Sala,
Novena Época, del tenor siguiente: µREVISIÓN ADHESIVA. SI EN ELLA SE
PLANTEA LA IMPROCEDENCIA DEL JUICIO DE GARANTÍAS, DEBEN
ANALIZARSE PREVIAMENTE LOS AGRAVIOS A LOS EXPRESADOS EN
LA REVISIÓN PRINCIPAL.¶ (se transcribe). Agravios. Los causa el punto
considerativo segundo de la sentencia dictada en el presente juicio en el que la
autoridad judicial sostuvo lo siguiente: µSEGUNDO. ... En el presente caso se
invocan las siguientes causales de improcedencia: I) Las autoridades señaladas
como responsables, Cámara de Diputados; Cámara de Senadores; Legislaturas de
los Estados de Chiapas; Chihuahua; Guanajuato; Hidalgo; México; Nuevo León;
Puebla; San Luis Potosí; Tamaulipas; Tlaxcala; Veracruz; Yucatán; Zacatecas y,
Secretaría de Gobernación, solicitan el sobreseimiento en el presente juicio por
estimar operante la causal de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción
V, de la citada Ley de Amparo, aunque con distintos enfoques, aduciendo, que:
a) No es el artículo 122 de la Constitución Federal, el acto impugnado en sí
mismo, sino el procedimiento legislativo que culminó con su reforma y diversas
consideraciones de índole político que no son susceptibles de reclamar haciendo
uso del juicio constitucional. ... c) El quejoso carece de interés jurídico al
interponer el juicio de garantías, en razón de que no acredita el agravio personal
y directo que el procedimiento legislativo pudiera causarle, toda vez que se limita
a narrar que la iniciativa de reformas fue firmada por senadores y presentada ante
la Cámara de Diputados; y ... III. A su vez, la Dirección de Asuntos Jurídicos de
la Secretaría de Gobernación, Cámara de Diputados y, Legislaturas de los
Estados de Aguascalientes; Chiapas; Chihuahua; Guanajuato; Hidalgo; México;
Nuevo León; Puebla; San Luis Potosí; Sonora, Tamaulipas; Yucatán y,
Zacatecas, hacen valer la causal de improcedencia prevista en el artículo 73,
fracción VII, del citado ordenamiento legal; lo anterior en atención a que, según
expresan, el peticionario del amparo argumenta que la reforma constitucional que
impugna lo imposibilita para postularse como candidato a ocupar la jefatura del
Gobierno del Distrito Federal, lo cual se traduce en el ejercicio de un derecho
político y no del goce de una garantía individual violada. IV. El presidente (sic)
de la República y las Legislaturas de los Estados de Guanajuato; Hidalgo;
México; Nuevo León; Puebla; Quintana Roo; San Luis Potosí; Sonora y
Tamaulipas, aducen la causal de improcedencia establecida en el artículo 73,
fracción XVII, en relación con el diverso 11, ambos de la Ley de Amparo, toda
vez que, según manifiestan, la iniciación de leyes es un derecho que cuando se
ejerce, no se traduce en un acto de autoridad. ... Pasando al estudio de las
causales de improcedencia que se proponen, se observa lo siguiente: Es
gg
derecho que tienen que al ser citado, no se traduce en un acto de autoridad. A ese
respecto, debe decirse que el juicio de amparo tiene por objeto analizar la
constitucionalidad de los actos materia de juicio a fin de determinar si la
actuación de las autoridades se ciñe al marco legal; en el caso, el promovente del
amparo impugna la reforma al artículo 122 de la Constitución Federal por los
vicios de inconstitucionalidad en su proceso de creación y, al ser las autoridades
responsables parte integrante del proceso de reforma al haber tenido participación
en la realización de los actos reclamados, es evidente, que están actuando como
autoridades para los efectos del juicio de amparo y, sus actos sí son actos de
autoridad sujetos a control constitucional.¶. Primero. El punto considerativo
transcrito, transgrede los artículos 77, fracción II, y 73, fracción V en relación
con el 74, fracción III, todos de la Ley de Amparo. Lo anterior es así, en razón de
la inobservancia en que incurre la Juez de Distrito, respecto de la causal prevista
en la fracción V del artículo 73 de la ley de la materia ya que, de lo contrario,
hubiera advertido que el quejoso no acredita su interés jurídico para la
interposición del juicio de garantías. En una de las consideraciones transcritas en
párrafos precedentes, la juzgadora estima que el quejoso µ... impugna el proceso
de creación de la reforma constitucional a dicho precepto (artículo 122
constitucional) en cuanto, según manifiesta, le impide participar en el
procedimiento de elección de quien ocupará el cargo de jefe de Gobierno del
Distrito Federal ...¶ es evidente que lo anterior afecta el interés jurídico del aquí
quejoso. Al respecto, es importante señalar que para arribar a esa determinación,
la Juez Federal no analizó el contenido de la demanda de garantías, en donde se
advierte que el quejoso no acredita el agravio personal y directo que el
procedimiento legislativo de reformas pudiera causarle, sino que se limita a
narrar que la iniciativa de reformas fue firmada por senadores y presentada ante
la Cámara de Diputados. A mayor abundamiento, en la sentencia sostiene que el
interés jurídico de una persona surge cuando una disposición limita el ejercicio
de un derecho. Sin embargo, como también lo reconoce, el promovente del
amparo no reclama el contenido del artículo 122 del Pacto Federal, sino el
proceso legislativo de creación de la reforma constitucional al señalado precepto.
Luego entonces, si en el presente caso no se reclama disposición alguna, sino un
proceso legislativo de reformas constitucionales que de ninguna manera limita el
ejercicio de un derecho, resulta que el interés jurídico no fue acreditado. Aunado
a ello, es de reiterarse que en la demanda de amparo, el quejoso se limitó a narrar
que la iniciativa de reformas fue firmada por senadores y presentada ante la
Cámara de Diputados, sin acreditar su interés jurídico. Por lo tanto, si aconteció
así, la a quo se encuentra jurídicamente imposibilitada para sustituirse en la
figura de la parte quejosa, al pretender acreditar de oficio un interés que,
evidentemente, no existe. De igual manera, es necesario recordar que tratándose
de amparo contra leyes, por mandato del artículo 11 de la Ley de Amparo, la
g
autoridades para los efectos del juicio de amparo y, sus actos sí son actos de
autoridad sujetos a control constitucional. Ese argumento lo sustenta, como
premisa mayor, en la participación de las autoridades en los actos reclamados;
como premisa menor, en que están actuando como autoridades para los efectos
del amparo y, como conclusión, que sus actos sí son de autoridad, mas no ofrece
otra explicación del porqué deben considerarse como tales, los actos del proceso
legislativo, lo que ocasiona agravio a esta recurrente. De las relacionadas
consideraciones, es de concluirse que las causales de improcedencia vertidas por
esta autoridad, son fundadas y suficientes para que, sustentándose en ellas, se
confirme la sentencia dictada por la Juez Cuarto de Distrito en Materia
Administrativa en el Distrito Federal y se decrete el sobreseimiento del presente
juicio de garantías."
a) Del Congreso de la Unión. El acto por virtud del cual la Cámara de Diputados
de dicho Congreso aprobó, como Cámara de origen, y parte del proceso
legislativo, el treinta y uno de julio de mil novecientos y seis, la iniciativa de
reformas a la Constitución General de la República presentada el veintiséis del
mismo mes y año. Asimismo, reclamó el acto por virtud del cual la Cámara de
Senadores, el primero de agosto del propio año, aprobó, como Cámara revisora y
parte del proceso legislativo, la iniciativa de reformas constitucionales presentada
el veintiséis de julio anterior.
Por su parte, la Juez de Distrito, en la sentencia recurrida, tuvo por ciertos los
actos reclamados de las autoridades responsables y, después de desestimar
diversas causales de improcedencia, resolvió decretar oficiosamente el
sobreseimiento en el juicio, invocando, como hecho notorio, que el seis de julio
de mil novecientos noventa y siete se había llevado a cabo el procedimiento de
elección al cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal y, por ende, en el caso
debía decretarse la improcedencia del juicio en virtud de que, si en la especie, el
demandante impugnó el proceso de reforma al artículo 122 de la Constitución
Federal y posteriormente expresó en el contexto de la demanda de amparo que, a
virtud de la reforma aludida se le privaba de la posibilidad de presentarse como
candidato a ocupar el aludido cargo, cuyas elecciones ya habían tenido
verificativo, resultaba evidente, aun en el caso de que pudieran resultar fundados
los conceptos de violación propuestos, que la sentencia carecería de todo efecto
práctico, dada la imposibilidad de restituirle en el pleno goce de las garantías
individuales violadas, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de
la violación, determinación tomada con apoyo en lo dispuesto por el artículo 73,
fracción XVIII, en relación con el 80, ambos de la Ley de Amparo.
"II. Sólo tomarán en consideración las pruebas que se hubiesen rendido ante el
Juez de Distrito o la autoridad que conozca o haya conocido del juicio de
amparo; y si se trata de amparo directo contra sentencia pronunciada por Tribunal
Colegiado de Circuito, la respectiva copia certificada de constancias;
"V. (Derogada)
por diverso motivo, pues no puede perderse de vista que las causas de
improcedencia pueden actualizarse por diversos motivos, por lo que si el inferior
estudió sólo alguna de ellas, es dable e incluso obligatorio que se aborden por el
revisor, pues al respecto, no existe pronunciamiento que pueda tenerse firme."
reclamada y, por su parte, consideró de oficio que respecto de los restantes actos
había dejado de existir su objeto o materia; pero en revisión se advierte que existe
otra de estudio preferente (inobservancia al principio de definitividad) que daría
lugar al sobreseimiento total en el juicio y que, por ello, resultarían inatendibles
los agravios que se hubieren hecho valer, lo procedente es invocar tal motivo de
sobreseimiento y con base en él confirmar la sentencia, aun cuando por diversos
motivos, al sustentado por el referido Juez de Distrito."
Por todo lo dicho en el presente considerando, este Tribunal Pleno estima que, en
aras de evitar una innecesaria dilación en la resolución de los recursos de revisión
en que se advierta la actualización de un motivo de improcedencia diverso al que
sustenta el fallo de primer grado, el tribunal revisor puede válidamente omitir su
estudio.
SÉPTIMO. Por otro lado, procede ahora establecer los fundamentos y motivos
que sustentaron el desechamiento del proyecto original, resuelto por este
Tribunal Pleno en sesión de diecisiete de agosto de mil novecientos noventa y
nueve, por mayoría de siete votos de los Ministros Sergio Salvador Aguirre
Anguiano, Mariano Azuela Güitrón, José Vicente Aguinaco Alemán, José de
Jesús Gudiño Pelayo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga María Sánchez
Cordero de García Villegas y Juan N. Silva Meza.
"... Pues bien, establecido lo anterior, a juicio de este Tribunal Pleno, debe
confirmarse la sentencia que se revisa -aun cuando lo sea por razón diversa-, con
apoyo en lo dispuesto por el artículo 73, último párrafo, de la Ley de Amparo,
invocando de oficio una causa de improcedencia distinta. Efectivamente, este
tribunal revisor emprende su estudio de oficio, ya que sobre el particular sigue
vigente el principio de que siendo la procedencia de la acción constitucional de
orden público, su análisis debe efectuarse sin importar que las partes la aleguen o
no, y en cualquier instancia en que el juicio se encuentre, de conformidad con lo
dispuesto en el último párrafo del artículo 73 de la Ley de Amparo en relación
con el artículo 91 de la legislación de la materia, que establece las reglas para
m
resolver el recurso de revisión, entre las que se encuentran, según su fracción III,
la de estudiar la causa de improcedencia expuesta por la Juez de Distrito y de
estimarla infundada, confirmar el sobreseimiento si apareciere probado otro
motivo legal. Es aplicable a lo anterior la tesis P. LXXVI/98, de este Tribunal
Pleno, Novena Época, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo VIII, diciembre de 1998, página 244, que a la letra señala:
µIMPROCEDENCIA. ESTUDIO OFICIOSO EN EL RECURSO DE
REVISIÓN, DE MOTIVOS DIVERSOS A LOS ANALIZADOS EN LA
SENTENCIA COMBATIDA. Es cierto que las consideraciones expuestas en la
sentencia recurrida, que no son impugnadas en vía de agravio por el recurrente a
quien perjudican, deben tenerse firmes para seguir rigiendo en lo conducente el
fallo, pero esto no rige en cuanto a la procedencia del juicio de amparo, cuando
se advierte la existencia de una causa de improcedencia diferente a la que el
juzgador de primer grado estimó actualizada o desestimó, o, incluso, de un
motivo diferente de los apreciados en relación con una misma causa de
improcedencia, pues en este caso, el tribunal revisor debe emprender su estudio
de oficio, ya que sobre el particular sigue vigente el principio de que siendo la
procedencia de la acción constitucional de orden público, su análisis debe
efectuarse sin importar que las partes la aleguen o no, y en cualquier instancia en
que el juicio se encuentre, de conformidad con lo dispuesto en el último párrafo
del artículo 73 de la Ley de Amparo. Este aserto encuentra plena correspondencia
en el artículo 91 de la legislación de la materia, que establece las reglas para
resolver el recurso de revisión, entre las que se encuentran, según su fracción III,
la de estudiar la causa de improcedencia expuesta por la Juez de Distrito y de
estimarla infundada, confirmar el sobreseimiento si apareciere probado otro
motivo legal, lo que patentiza que la procedencia puede examinarse bajo
supuestos diversos que no sólo involucran a las hipótesis legales apreciadas por
el juzgador de primer grado, sino también a los motivos susceptibles de
actualizar esas hipótesis, lo que en realidad implica que, a pesar de que el
juzgador haya tenido por actualizada o desestimado determinada improcedencia,
bien puede abordarse su estudio bajo un matiz distinto que sea alumbrado por
diversa causa constitucional, legal o jurisprudencial, o aun ante la misma causa
por diverso motivo, pues no puede perderse de vista que las causas de
improcedencia pueden actualizarse por diversos motivos, por lo que si el inferior
estudió sólo alguna de ellas, es dable e incluso obligatorio que se aborden por el
revisor, pues al respecto, no existe pronunciamiento que pueda tenerse firme.¶.
En las relatadas circunstancias, se estima innecesario entrar al estudio de los
agravios formulados, tanto por el quejoso en su recurso de revisión principal,
como los de las autoridades responsables: Congreso de la Unión, por conducto de
los secretarios de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y presidente de
la República, por conducto del director general de Asuntos Jurídicos de la
më
prevé el artículo 71, de forma tal que esa facultad compete exclusivamente al
presidente de la República, a los diputados y senadores del Congreso y a las
Legislaturas de los Estados. Dicho lo anterior y como se desprende del propio
texto del artículo en análisis, el Constituyente previó únicamente la adición o
reforma a la Constitución, es decir, presupone necesariamente que esa
Constitución sigue existiendo como tal y que no ha sido derogada por otra. Por
tanto, ambas actividades, de reforma y adición, se ejercitan siempre sobre una
Constitución que existe como vigente y sigue existiendo como tal. Por otro lado,
como se señaló, si bien el Constituyente dispuso la posibilidad de reforma o
adición a la Constitución, también no debe perderse de vista que, al considerarlo
un caso excepcional, estableció requisitos esenciales que deben cumplirse para
realizar dicha modificación. Así, según el artículo 135 se requieren los elementos
siguientes: 1. Que la reforma sea decretada por dos tercios del Congreso de la
Unión; 2. Que se consulte la aprobación en sus términos a las Legislaturas de los
Estados, y 3. Que estas legislaturas acepten la reforma o adición por mayoría
absoluta. Por supuesto, como requisito formal se añade una declaración que debe
hacerse por el propio Congreso Federal del acto de homologación que llevó a
cabo, y el resultado de la misma. En ese mismo momento -y sólo en ese
momento-, los entendimientos y consensos parlamentarios se vuelven normas
constitucionales, exactamente de la misma calidad y obligatoriedad que tienen las
primeras decretadas por el Constituyente, salvo que las sustituyan. Sobre el
particular, el constitucionalista español, Pedro de Vega dice: µEl hecho de que la
única legitimidad y el único límite del poder de revisión sean los establecidos en
el propio procedimiento, determina que, en sus contenidos y en el ejercicio
concreto de su voluntad, el poder de revisión aparezca como un poder
absolutamente libre y sin control. Y, naturalmente, un poder limitado en la forma
pero libre en el ejercicio de su voluntad, con capacidad de cambiar todos los
principios, valores y normas que fundamentan ideológicamente el sistema,
termina siendo el auténtico soberano del Estado.¶. Con ello dicho autor reconoce
que µla única legitimidad y el único límite del poder de revisión (que nosotros
llamamos Poder Reformador) sean los establecidos en el propio procedimiento¶;
es decir, primero: sí hay límites al Poder Revisor; y, segundo: la legitimación y el
límite es el procedimiento para reformar la Constitución. Así, además resolvemos
una posible alegación evidentemente ambigua y peligrosa para la paz de la
nación; creer que hay dos cuerpos Constituyentes: el históricamente original, y el
que se da cuando se modifica a la Constitución; cuando es bien claro que el
primero rige y regirá siempre -en todo momento-, al acto de modificación, al cual
expresamente condiciona mediante mandatos concretos. El Poder Constituyente
es ilimitado; el Poder Reformador es limitado por ser derivado. Dicho lo anterior
a juicio de este Tribunal Pleno debe sobreseerse en el juicio de garantías, en
términos de lo dispuesto por el artículo 73 fracción XVIII y 74, fracción III, de la
9
"...
"...
"V. Los preceptos constitucionales que contengan las garantías individuales que
el quejoso estime violadas, así como el concepto o conceptos de las violaciones,
si el amparo se pide con fundamento en la fracción I del artículo 1o. de esta ley."
amparo indirecto, siendo suficiente para que el Juez de amparo deba estudiarlos,
que el quejoso exprese con claridad la causa de pedir, consistente en la lesión o
agravio que estima le produce el acto, resolución o ley impugnada, y los motivos
que lo originaron, aunque no guarden un apego estricto a la forma lógica del
silogismo, según lo ha sostenido la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia, en la tesis jurisprudencial que este Pleno hace suya, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VIII, septiembre de
1998, página 323, cuya sinopsis dice:
Ahora bien, como ha quedado establecido al reseñar los antecedentes del caso y
se reconoce en el proyecto original, el quejoso adujo que en la especie se
actualizaban violaciones a diversos dispositivos de la parte dogmática y orgánica
de la Constitución, por inobservancia de preceptos secundarios durante la
presentación de la iniciativa de reforma constitucional así como en el trámite que
9m
siguió la misma, situación que evidencia que dicha parte expuso las razones por
las cuales considera que el referido procedimiento de reforma a la Carta Magna
es inconstitucional, con lo que satisfizo la exigencia de expresar la causa de
pedir, motivo por el cual no puede ser la ausencia de conceptos de violación,
menos aún con la exigencia de ciertas características, una razón para decretar el
sobreseimiento en el juicio.
Sentado lo anterior, se advierte que entre los agravios propuestos por el quejoso
recurrente, se aduce que la sentencia combatida es ilegal, porque la a quo, en el
considerando tercero, circunscribió el impedimento para contender en procesos
9
"Artículo 80. La sentencia que conceda el amparo tendrá por objeto restituir al
agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las
cosas al estado que guardaban antes de la violación, cuando el acto reclamado sea
9ë
de carácter positivo; y cuando sea de carácter negativo, el efecto del amparo será
obligar a la autoridad responsable a que obre en el sentido de respetar la garantía
de que se trate y a cumplir por su parte, lo que la misma garantía exija."
"... Con vista a esa legalidad formal, por virtud de la reforma aludida, se me han
disminuido mis derechos como ciudadano, al privárseme de la posibilidad de
presentarme como candidato al gobierno del Distrito Federal; se han limitado,
asimismo, los derechos que la ciudadanía tiene a elegir y ello se ha hecho en
forma retroactiva ..."
presunciones."
Sirve de apoyo a la conclusión a que se llegó, la tesis sustentada por este Tribunal
Pleno, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
IV, noviembre de 1996, página 136, aplicable por analogía al caso en cuanto a
que establece los efectos que produce el otorgamiento del amparo contra una ley,
que se extienden hasta el momento en que ésta no sea derogada o modificada, de
lo que resulta que la vigencia de una norma afectará a sus destinatarios hasta en
tanto no se reforme o derogue, criterio que literalmente expresa:
Ahora bien, para dar respuesta a los agravios que controvierten la desestimación
de la causal de improcedencia por falta de interés jurídico del quejoso, se hace
g
necesario transcribir las consideraciones emitidas por este Pleno al resolver, por
mayoría de seis votos, en sesión de tres de febrero de mil novecientos noventa y
siete, el amparo en revisión 2996/96, promovido por el aquí quejoso y recurrente
en lo principal, en cuya parte conducente al tema de improcedencia que se
examina, se estableció lo que enseguida se reproduce:
También se dijo que en el presente caso no es la Constitución, sino los actos que
integran el procedimiento legislativo que culmina con su reforma, lo que se pone
en tela de juicio, por lo que pueden ser considerados como autoridades
responsables quienes intervienen en dicho proceso, por emanar éste de un órgano
constituido, por lo que si su actuar no se ajusta a las formas o esencias
consagradas en los ordenamientos correspondientes, esa conducta puede ser
controvertida mediante el juicio de amparo, por violación al principio de
legalidad.
Carta Magna ni, por ende, podría restablecerse a los agraviados en los derechos
que estiman violados, con lo que se autorizaría la transgresión a derechos
fundamentales sin oportunidad defensiva.
La conclusión que se anuncia deriva del hecho consistente en que este Tribunal
Pleno consideró que no es óbice para la impugnación del proceso de reforma
constitucional la circunstancia de que ésta se hubiese incorporado al texto de la
Carta Magna, situación que conduce a determinar que si bien es cierto que el
contenido del dispositivo constitucional resulta inimpugnable a través de la
demanda de garantías, siendo sólo atacable el proceso de reforma
correspondiente, el interés jurídico para promover el juicio debe derivar
directamente de los efectos que produce en la esfera jurídica del gobernado la
vigencia del nuevo precepto, para estar entonces en aptitud de impugnar las
violaciones existentes en el proceso que le dio origen, conforme a los
razonamientos que a continuación se exponen.
En resumen, existe interés jurídico cuando el peticionario del amparo tiene una
tutela jurídica que se regula bajo determinados preceptos legales que le otorgan
medios para lograr su defensa, así como la reparación del perjuicio que le irroga
su desconocimiento o violación.
Cabe destacar que no deben confundirse las violaciones que propone el quejoso
en torno, principalmente, a la garantía de legalidad por infracciones que estima
cometidas durante el proceso de reforma a la Carta Magna, con el interés jurídico
que le asiste para promover el juicio, porque las primeras constituyen el aspecto
de fondo de la decisión, en el cual se verificará el apego del acto reclamado con
las prevenciones consagradas como garantías individuales en la propia
Constitución, mientras que, como se ha dicho, el interés jurídico se identifica
como la lesión a la esfera de derechos del gobernado, consistente, en la especie,
en el impedimento descrito con anterioridad, que le provoca el resultado del
proceso de reformas constitucionales.
"...
Cabe dejar asentado que si bien es cierto que, como lo aduce el Congreso de la
Unión en su agravio, la segunda jurisprudencia transcrita se refiere expresamente
a la admisión a trámite de la demanda de amparo cuando se advierta que el acto
reclamado, además de producir la afectación de derechos políticos, también
pueda provocar la violación a garantías individuales, debe decirse que su
invocación por la Juez de Distrito para sustentar la conclusión a que llegó no
resulta incorrecta, en razón de que la propia tesis consagra que será en la
sentencia definitiva cuando se establezcan las proposiciones conducentes, lo que
quiere decir que es en el fallo dictado en la audiencia constitucional donde el
ë]
Los elementos de juicio que han sido reseñados permiten concluir que asiste
razón a las autoridades recurrentes en el sentido de que la Juez de Distrito
soslayó indebidamente el carácter político de las consecuencias que produce el
procedimiento de reforma constitucional que constituye el acto reclamado en la
esfera de derechos del quejoso, lo que es incongruente con la conclusión respecto
de la demostración de su interés jurídico, en virtud de que aparece indudable la
connotación electoral que tiene la imposibilidad de su registro y postulación
como candidato para acceder al cargo de jefe de Gobierno del Distrito Federal,
por cuanto a que al ser un puesto de elección popular, resulta evidente que la
ëV
actuaron como autoridades para los efectos del amparo, siendo susceptibles de
control los actos que llevaron a cabo en ese proceso.
El precepto constitucional transcrito establece los entes políticos que cuentan con
la potestad de iniciativa de leyes o decretos federales, así como la consecuencia
inmediata que en el proceso legislativo respectivo produce su presentación.
Por su parte, el artículo 11 de la Ley de Amparo señala las autoridades que tienen
el carácter de responsables en el juicio de garantías, en función a la vinculación
que guardan con la ley o acto reclamado:
ë
Debe decirse que si bien es cierto que el contenido del precepto legal anterior no
consagra expresamente a la iniciativa de leyes o decretos dentro de la
enunciación de los actos atribuibles a las autoridades responsables en amparo,
esta Suprema Corte ha sostenido que, tratándose del proceso legislativo, los actos
que lo integran constituyen una unidad indisoluble para efectos de su análisis por
el juzgador en el juicio de garantías, por lo que no pueden quedar subsistentes o
insubsistentes de manera aislada, debido a que son esos actos instrumentales los
que, en conjunto, otorgan vigencia a la ley, siendo que la impugnación de los
posibles vicios de inconstitucionalidad es reclamable no sólo del Poder
Legislativo que la expidió, sino también contra las autoridades que participaron
en su promulgación, publicación y refrendo del decreto promulgatorio respectivo,
por haber llevado a cabo los actos necesarios para la vigencia del ordenamiento
general.
Ejemplo palpable de lo anterior son los criterios que este Alto Tribunal ha
emitido respecto del refrendo del decreto promulgatorio de los ordenamientos
legales, acto que no se encuentra expresamente señalado en el artículo 11 de la
Ley de Amparo y que, sin embargo, no ha impedido el examen de los posibles
vicios de inconstitucionalidad que se han atribuido a las autoridades que lo llevan
a cabo, tal y como se advierte de las tesis jurisprudenciales que aparecen en la
aludida compilación de 1995, Tomo I, páginas 263 y 265, que respectivamente
dicen:
sin que deba exigirse, además, la firma del secretario o secretarios de Estado a
quienes corresponda la materia de la ley o decreto que se promulgue o publique,
pues sería tanto como refrendar un acto que ya no proviene del titular o del
órgano ejecutivo sino del órgano legislativo, lo cual, evidentemente, rebasa la
disposición del artículo 92 constitucional, pues dicho precepto instituye el
refrendo sólo para los actos del presidente de la República ahí detallados. Lo
hasta aquí expuesto llega a concluir que es inexacto que el artículo 92
constitucional exija, como se sustenta en las jurisprudencias transcritas, que el
decreto promulgatorio de una ley deba refrendarse por parte de los secretarios de
Estado cuyos ramos sean afectados por la misma ley, pues tal interpretación no
tiene fundamento en el precepto constitucional en cita ni en otro alguno de la Ley
Suprema."
"Art. 135. La presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que
las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el
Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos
presentes, acuerden las reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la
mayoría de las Legislaturas de los Estados.
"Art. 72. Todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de
alguna de las Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose el
reglamento de debates sobre la forma, intervalos y modo de proceder en las
discusiones y votaciones.
"B. Se reputará aprobado por el Poder Ejecutivo, todo proyecto no devuelto con
observaciones a la Cámara de su origen, dentro de diez días útiles; a no ser que,
corriendo este término hubiere el Congreso cerrado o suspendido sus sesiones, en
cuyo caso la devolución deberá hacerse el primer día útil en que el Congreso esté
reunido.
a) Iniciativa. Se traduce en el acto por virtud del cual, los sujetos autorizados
constitucionalmente por el artículo 71, presentan o proponen, ante la Cámara de
origen del Congreso de la Unión que corresponda, un proyecto de ley o decreto,
con lo cual se pone en marcha el mecanismo para la formación de las leyes en
nuestro sistema constitucional.
d) Sanción. Una vez aprobado un proyecto de ley por ambas Cámaras del
Congreso Federal, se remite al Ejecutivo Federal para que, de no tener
observaciones, ordene su publicación. El ejercicio de observaciones al proyecto
se ha denominado como derecho de veto, que provoca su devolución a la Cámara
de origen para su revisión, discusión y, en su caso, nueva aprobación por dos
terceras partes del número total de votos, la cual, de darse, generará a su vez la
remisión del proyecto a la Cámara revisora para los mismos efectos, que, de ser
aprobada, deberá publicarse inmediatamente por el Ejecutivo.
½
Ahora bien, retomando el análisis de los conceptos de violación y con base en las
precisiones anteriores, debe desentrañarse la naturaleza jurídica de la iniciativa
de ley, cuya facultad compete a los sujetos señalados en el artículo 71
constitucional, así como la vinculación que tiene con las etapas de discusión y
aprobación en el proceso de reforma constitucional, para lo cual se atiende al
contenido de los artículos 55 a 57, 62 a 66, 87, 88, 94 a 98, 114 a 120 y 132 a 134
del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados
Unidos Mexicanos, que literalmente establecen:
"Artículo 63. Todo proyecto de ley cuya resolución no sea exclusiva de una de
las dos Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose este
reglamento respecto a la forma e intervalos y modo de proceder en las
discusiones y votaciones."
"Artículo 65. Para el despacho de los negocios se nombrarán, de cada una de las
Cámaras, comisiones permanentes y especiales que los examinen e instruyan
hasta ponerlos en estado de resolución. Las comisiones permanentes se elegirán
en la primera sesión que verifiquen las Cámaras después de la apertura del
periodo de sesiones de su primer año de su ejercicio."
que se funde y concluir con proposiciones claras y sencillas que puedan sujetarse
a votación."
"Artículo 88. Para que haya dictamen de comisión, deberá éste presentarse
firmado por la mayoría de los individuos que la componen. Si alguno o algunos
de ellos desistiesen del parecer de dicha mayoría, podrán presentar voto
particular por escrito."
"Artículo 96. El presidente formará luego una lista de los individuos que pidan la
palabra en contra y otra de los que la pidan en pro, las cuales leerá íntegras antes
de comenzar la discusión."
En los demás asuntos que sean económicos de cada Cámara, bastará que hablen
tres en cada sentido, a no ser que ésta acuerde ampliar el debate."
"Artículo 115. Cuando hubieren hablado todos los individuos que puedan hacer
uso de la palabra, el presidente mandará preguntar si el asunto está o no
suficientemente discutido. En el primer caso, se procederá inmediatamente a la
votación; en el segundo, continuará la discusión; pero bastará que hable uno en
pro y otro en contra, para que se pueda repetir la pregunta."
"Artículo 132. Todos los proyectos de ley que consten de más de treinta artículos
podrán ser discutidos y aprobados por los libros, títulos, capítulos, secciones o
párrafos en que los dividieren sus autores o las comisiones encargadas de su
despacho, siempre que así lo acuerde la Cámara respectiva, a moción de uno o
más de sus miembros; pero se votará separadamente cada uno de los artículos o
fracciones del artículo o de la sección que esté a debate, si lo pide algún miembro
de la Cámara y ésta aprueba la petición."
cc
Por su parte, los artículos 62 a 64 del reglamento a examen sólo reiteran las
previsiones y restricciones de carácter general señaladas en el artículo 72
constitucional, respecto de la presentación de iniciativas, discusión, votación,
aprobación, reforma y derogación de normas legales.
"4. De Investigación.
"5. Jurisdiccionales, y
"6. Especiales.
Vivienda;
El panorama del trabajo legislativo que ha sido destacado, lleva a concluir que si
bien es cierto que la iniciativa de ley, en el presente caso de reforma
constitucional, representa, como ya se ha dicho, la causa eficiente que pone en
marcha el mecanismo de creación de la norma general, para satisfacer y atender
las necesidades que requieren cierta forma de regulación, también se observa que
su presentación no vincula jurídicamente de ninguna forma el dictamen que al
efecto llegue a presentar la comisión respectiva, ni mucho menos condiciona el
sentido de la discusión y votación que realicen los miembros de la Cámara de
origen donde se delibere sobre la iniciativa.
"No podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o
corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo, salvo el caso de
facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión, conforme a lo dispuesto en el
artículo 29. En ningún otro caso, salvo lo dispuesto en el segundo párrafo del
artículo 131, se otorgarán facultades extraordinarias para legislar."
órganos de poder específicos y distintos entre sí, destacando que por lo que toca a
la función legislativa, que por regla general debe ejercerse por un órgano
colegiado, admite como únicas excepciones de carácter extraordinario los casos
de suspensión de garantías individuales y regulación del comercio exterior, las
cuales pueden ser ejercidas por el presidente de la República.
"Artículo 30. En las sesiones se dará cuenta con los negocios en el orden
siguiente:
"IV. Dictámenes que consulten proyectos de ley o decreto y que deben sufrir una
lectura antes del día señalado para su discusión;
Aun cuando los diputados y senadores pudiesen llegar a carecer del derecho de
iniciar leyes y decretos en Cámara diversa a la que pertenecen, como lo aduce el
quejoso, tal argumento resultaría de cualquier modo inoperante para concederle
el amparo, pues ello no significaría que la iniciativa del proceso de reforma
constitucional impugnado hubiese sido presentada por un órgano que careciera de
legitimación para hacerlo, porque como de la propia iniciativa se advierte (fojas 1
a 41 del primer cuaderno de pruebas), al haberse presentado ante la Cámara de
Diputados y ser firmada no sólo por los senadores Gabriel Jiménez Remus,
Fernando Ortiz Arana, Héctor Sánchez López e Irma Serrano Castro Domínguez,
a que hace alusión el quejoso, sino también por el presidente de la República y
los diputados Ricardo García Cervantes, Humberto Roque Villanueva, Jesús
Ortega Martínez y Alfonso P. Ríos Vázquez (fojas 40 y 41 del citado cuaderno),
esta última circunstancia colma las hipótesis de competencia para la iniciación de
leyes y decretos que consagran las fracciones I y II del numeral 71 de la Carta
Magna, por lo que no puede existir violación procedimental en ese sentido.
cë
Una vez reanudada la sesión, se dio lectura al dictamen presentado por las
cc
"I. Cada miembro de la Cámara, comenzando por el lado derecho del presidente
se pondrá en pie y dirá en alta voz su apellido y también su nombre si fuere
necesario para distinguirlo de otro, añadiendo la expresión sí o no;
"II. Un secretario apuntará los que aprueben y otro los que reprueben;
"III. Concluido este acto, uno de los mismos secretarios, preguntará dos veces en
alta voz, si falta algún miembro de la Cámara por votar; y no faltando ninguno,
votarán los secretarios y el presidente;
"Se ruega a la Oficialía Mayor haga los avisos a que se refiere el artículo 161 del
reglamento interior.
"(Votación.)
"El presidente:
"Aprobado por 455 votos el proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga
diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en materia electoral."
Finalmente, debe destacarse que no pasa inadvertido a este Tribunal Pleno que el
quejoso, tanto en su escrito de alegatos como al desahogar las vistas ordenadas
por la Juez de Distrito en relación con los informes justificados rendidos por las
Legislaturas Estatales, de manera reiterada realizó diversas manifestaciones
tendientes a evidenciar que no se había cumplido con la aprobación mayoritaria
de la reforma constitucional por los Congresos Locales, requisito establecido por
el artículo 135 de la Constitución para la validez del proceso relativo. Sin
embargo, dado que tales planteamientos no se hicieron valer en la demanda de
amparo sino que fueron introducidos a manera de alegatos por la parte quejosa,
debe concluirse que no son susceptibles de examen en la presente ejecutoria, al
no haber formado parte de la litis constitucional y constituir simples opiniones o
conclusiones lógicas sobre el fundamento de su pretensión, pero sin tener la
fuerza procesal que la propia ley le reconoce a la demanda, según se advierte de
la jurisprudencia sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia,
consultable en la compilación de 1995, Tomo VI, página 27, cuyo texto se
reproduce en seguida:
Nota: Los rubros a que se alude al inicio de esta ejecutoria corresponden a las
tesis P. LXIV/99, P. LXVII/99 y P. LXI/99, publicadas en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo X, septiembre de 1999,
cc
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Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: X, Noviembre de 1999
Página: 604
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Los Ministros que suscribimos este voto consideramos necesario aclarar que nos
hemos pronunciado sobre el fondo de este asunto, sólo en acatamiento a la fuerza
de la cosa juzgada que deriva de la resolución dictada por el Honorable Pleno de
esta Suprema Corte el 3 de febrero de 1997, en el amparo en revisión 2996/96,
promovido por el mismo quejoso Manuel Camacho Solís; nos ha movido
también el deber imperioso de resguardar la congruencia de aquellas resoluciones
concatenadas o sucesivas que la Suprema Corte debe pronunciar en ocasiones
como ésta, pues de lo contrario se correría el riesgo de incurrir en resoluciones
inconexas y aun contradictorias, o bien, de propiciar resoluciones aprobadas por
c]]
Hecha esta aclaración de por qué votamos en cuanto al fondo (en el sentido del
proyecto), deseamos insistir en que nadie tiene acción para reclamar en juicio de
amparo la Constitución ni el procedimiento constitucional de sus reformas, tal
como lo sostuvimos en el voto minoritario a la resolución del mencionado
amparo en revisión 2996/96, voto al cual nos remitimos en todas sus partes y que,
en obvio de repeticiones, se sintetiza de la siguiente manera:
Sin embargo, las voces "leyes" empleadas en los artículos 103 y 107
constitucionales, y "Constitución" utilizada, entre otros preceptos, en el artículo
135 de la propia Ley Suprema, designan categorías jurídicas distintas que, por su
propia naturaleza, no pueden identificarse ni asimilarse entre sí; y precisamente,
porque las "leyes" a que se refieren los invocados artículos 103 y 107 no
corresponden a aquellas que emanan del proceso de reformas constitucionales, ni
los "actos de autoridad" son los que realizan quienes efectúan dichas reformas, es
que se considera improcedente la acción de amparo intentada.
Históricamente, se tiene que la idea del Constituyente fue crear el amparo como
un mecanismo que sujetara al control judicial todos los actos autoritarios,
inclusive las leyes, pero nunca se pensó en el amparo como un juicio apto para
censurar los preceptos constitucionales o los procesos de reforma constitucional.
Así aparece desde mediados del siglo XIX, cuando el Constituyente de 1857 crea
el artículo 101, antecedente directo e inmediato del actual artículo 103 materia de
estudio, según revela la historia de Francisco Zarco que plasma las
intervenciones de numerosos miembros de la Asamblea Constituyente;
posteriormente, al examinar en amparo la constitucionalidad de leyes en la
segunda mitad del siglo XIX, la Suprema Corte, aunque efectuaba en sus
sentencias consideraciones censurando las leyes reclamadas, no amparaba contra
éstas, sino exclusivamente contra los actos de aplicación (como ahora se hace en
el amparo directo), sistema que da idea de que si estando permitido el amparo
contra leyes, éste se otorgaba con efectos tan restringidos, nunca se tuvo la
intención de someter la Constitución o sus procesos reformatorios al control de la
Suprema Corte por la vía del amparo.
c]g
Tal como importa distinguir entre Órgano Revisor y órganos del Poder
Legislativo, importa diferenciar, desde los puntos de vista material y formal, las
normas constitucionales de las leyes ordinarias, de cuya distinción deriva que la
improcedencia del juicio de amparo intentado en contra de una reforma
constitucional obedece a que la Suprema Corte, al margen de cualquier
consideración, debe ceñirse puntualmente a la Constitución y a que no es
c]m
ampliación del amparo contra leyes, por los inconvenientes que conlleva.
Preferible sería la intervención de este Supremo Tribunal antes del decreto
promulgatorio, con lo cual, además de la garantía de la intervención de los tres
Poderes Federales y las Legislaturas Estatales, se daría la solidez y definición que
requieren las disposiciones constitucionales.
Por las razones anteriores estimamos que debieron declararse ineficaces los
agravios hechos valer en el mencionado asunto y confirmarse el auto
desechatorio de la demanda de garantías intentada en contra de la reforma al
artículo 122 constitucional.
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Novena Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: X, Noviembre de 1999
Página: 607
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