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y PREVENCIÓN de la
violencia institucional
Proyecto piloto en el Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la
localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires.
REGISTRO Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL
Proyecto piloto en el Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires.
DIRECCIÓN EDITORIAL
Guemureman Silvia, Directora del Observatorio de Adolescentes y Jóvenes del Instituto Germani
de la Universidad de Buenos Aires (OAJ).
Liwski Norberto, Presidente de Defensa de Niños y niñas internacional (DNI)
Monath Hernán, Especialista de Protección, (UNICEF-Argentina)
COORDINACIÓN DE CONTENIDOS
Dinard María, Consultora del Área de Protección (UNICEF-Argentina)
Misuraca Mariángeles, Oficial de Protección (UNICEF-Argentina)
AUTORÍA
Avila Mónica (DNI)
Azcorra Adriana (DNI)
Carmen Celiz (DNI)
Guemureman Silvia (OAJ) (Capítulos II y III)
Liwski Norberto (DNI)
Molinari Liliana (DNI)
Torre Melanie (DNI)
Zajac Joaquin (OAJ) (Capítulos II y III)
EDICIÓN
Dinard María, Consultora del Área de Protección, UNICEF
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Laje María Florencia
© Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Defensa de los niños y niñas internacional
(DNI), Observatorio de Adolescentes y Jóvenes del Instituto Gino Germani (OAJ)
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REGISTRO Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL
Proyecto piloto en el Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos aquí publicados, siempre y cuando
no sean alterados, se asignen los créditos correspondientes y no sean utilizados con fines
comerciales.
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Prólogo ..................................... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
.
Introducción ............................ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
AN EXOS
I. Pautas de abordaje para casos de violencia institucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
II. Guía de entrevista .................... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
III. Legajo personal ....................... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
4
Prólogo
El trabajo de cooperación entre UNICEF Argentina y Defensa de Niñas y Niños Inter-
nacional (DNI) con el asesoramiento técnico y metodológico del Observatorio de Adoles-
centes y Jóvenes (OAJ) del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de
la Universidad de Buenos Aires (UBA) tuvo como eje central el registro de casos y acompa-
ñamiento integral de víctimas de violencia institucional.
La violencia ejercida por las fuerzas de seguridad contra niños, niñas y adolescentes
es un tema urgente de la agenda actual de derechos humanos que no podría visibilizarse
sin el compromiso de las organizaciones sociales que trabajan a nivel local, los organismos
estatales, el poder judicial, la academia y las organizaciones de derechos humanos. Estos
actores trabajan desde abordajes distintos, pero con un interés común en avanzar hacia la
prevención de la violencia y generar las herramientas técnicas, conceptuales y humanas en
pos de ese objetivo.
5
se analizó la implementación de la Convención sobre los Derechos del Niño en el país1. El
Comité manifestó su profunda preocupación por “las denuncias de actos de violencia per-
petrados por efectivos de las fuerzas de seguridad federales y provinciales durante la deten-
ción policial, con frecuencia contra niños y adolescentes en situación de marginación social,
y del uso desproporcionado de la fuerza contra niños y adolescentes por parte de agentes del
orden(…)”. Concretamente, en sus recomendaciones, instó al Estado a que se investiguen
las denuncias de tortura, violencia, acoso y maltratos y que sean sancionados los respons-
ables. También señaló la necesidad de que se “establezca un sistema de gestión de la infor-
mación para hacer un seguimiento del número de casos de tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes contra los niños en todos los entornos.”
Es importante recordar que bajo ningún concepto los Estados pueden ejercer tortura
o tratos crueles inhumanos y degradantes. Los hechos y acciones que violen la integridad
física y psíquica de niños, niñas y adolescentes se encuentran prohibidos por el derecho
internacional.
1- https://acnudh.org/comite-onu-realizo-observaciones-a-argentina-sobre-derechos-de-la-infancia/
6
fortalecer las instituciones del Estado que deben garantizar el acceso a derechos y la erra-
dicación de los abusos. En el mismo sentido, es fundamental que el país genere sistemas
de información y registro de los casos de violencia institucional, y en base a esa eviden-
cia pueda diseñar estrategias de prevención, abordaje y reparación cuando sucedan estos
hechos.
7
Introducción
Como anexos se incluyen los materiales elaborados para el desarrollo del proyecto, en-
tre los que se destaca, en particular, las Pautas de abordaje para casos de violencia institu-
cional. Se trata de una recopilación de buenas prácticas y recomendaciones para referentes
comunitarios y operadores que trabajen en el abordaje de casos de violencia institucional.
Esperamos que este material sea de utilidad para todos aquellos que trabajan pro-
blemáticas que atraviesan a las infancias y adolescencias. Si bien la sistematización de
esta experiencia se limita a un campo específico, puede aportar herramientas de diseño y
ejecución de propuestas para ser utilizadas por otros dispositivos en pos de la prevención
de la violencia.
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Presentación del Proyecto
de REGISTRO Y PREVENCIÓN
DE LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL
9
1. Fundamentos y objetivos del proyecto
La consolidación de la vida democrática en la República Argentina solo se afirma con
el respeto a los derechos humanos en los diversos ámbitos institucionales. En el transcurso
de los 30 años de vigencia de la Convención sobre los Derechos del Niño se han dado pasos
muy importantes en el orden legislativo con algunas variaciones distritales o regionales.
Frente a estas circunstancias, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el área me-
tropolitana de Buenos Aires (AMBA) se observa con frecuencia que el acompañamiento y
contención primaria de las víctimas es realizado por las organizaciones de las barriadas
populares. Entre ellas se destaca la labor de las parroquias y Hogares de Cristo incluidas en
la pastoral de los Curas Villeros, las organizaciones sociales de gran trayectoria como “La
Poderosa”, algunos equipos interdisciplinarios locales del Sistema de Justicia Penal Juvenil
10
y organizaciones de la sociedad civil. Son ellos quienes, en definitiva, permiten integrar res-
puestas que, aun siendo parciales, evitan que se agraven los efectos de la violencia.
Por otro lado, la ausencia de registros oficiales construidos sobre fuentes genuinas y
particularmente de inserción territorial sigue siendo un punto pendiente en la agenda de
la lucha contra la violencia institucional.
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2. Localizaciones elegidas
El Proyecto fue realizado en el sector de barriadas populares, villas y asentamientos
del Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y en el partido de San Martín
(AMBA), particularmente, en la localidad de José León Suárez.
Según la proyección del censo del año 2010, la zona descripta abarca aproximadamente
40.000 personas. Los hogares están compuestos predominantemente por familias numero-
sas y con gran porcentaje de personas migrantes de países limítrofes (Paraguay y Bolivia,
principalmente) y de las provincias del norte argentino. Esta realidad se percibe claramente
en la vida comunitaria ya que sus costumbres y tradiciones están muy presentes.
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3. Actores territoriales participantes
El diálogo constante y el trabajo articulado entre actores territoriales, diferentes sec-
tores de la sociedad civil y espacios gubernamentales resultó central para la implemen-
tación del proyecto de cooperación. En ese marco, se destaca particularmente la alianza
establecida entre DNI, la organización La Poderosa y el movimiento de Curas Villeros
quienes formaron parte central del proyecto y trabajaron activamente en la detección, re-
gistro y abordaje de las situaciones de violencia.
13
MARCO TEÓRICO
metodológico.
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1. Historicidad de la violencia institucional
A la par que esas distintas maneras de nominar las violencias letales de las fuerzas
represivas del Estado, una parte de las organizaciones políticas y sociales, asociaciones
de la sociedad civil, organismos nacionales e internacionales de derechos humanos y gru-
pos de familiares de víctimas, pergeñaron otro concepto distinto: uno que permitía hacer
referencia no solo a las formas más letales y altamente lesivas de la violencia punitiva
del Estado, sino también a formas mucho más cotidianas, sistemáticas e invisibilizadas
(Tiscornia, 2017).
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El concepto de violencia institucional.
Para María Pita (2017), la categoría “violencia institucional” posee un “doble valor”. En primer
lugar, un valor descriptivo. Se trata de una categoría construida desde el saber experto y la “ex-
periencia distante” de las y los investigadores especializados, que permitió sistematizar infor-
mación y nominar un conjunto de prácticas habituales (algunas de ellas ilegales, otras, aunque
legales y legitimadas, violentas y arbitrarias), así como señalar sus vínculos con otras normas
y discursos, principalmente el de la “inseguridad”. Pero su principal valor fue político: se trató
desde sus comienzos de una forma de conocimiento “popular” a partir de la experiencia próxi-
ma e inmediata de algunos de los movimientos de víctimas y sus allegados. Adquirió su sentido
en el contexto local, aunque su objetivo fuera la intervención en el debate público, y está atrave-
sada por valoraciones morales y políticas (sobre la violencia del Estado, las fuerzas de seguridad,
los derechos humanos, etc.). Es según la autora, un producto histórico, progresivo, acumulativo,
es decir, fruto de acuerdos, disputas y tensiones.
2 -Los autores propician el uso del concepto de violencia estatal para reponer la centralidad del Estado en su ejercicio. No
obstante la reserva, los autores acuerdan con la utilización estratégica del concepto de violencia institucional.
3- Omisión que, a su vez, puede ser activa (como cuando las fuerzas de seguridad deciden deliberadamente “liberar zonas”
para que organizaciones criminales ejerzan un dominio territorial violento), o simplemente pasiva (cuando existen barreras
administrativas, presupuestarias, o de cualquier otra índole en el acceso a derechos fundamentales por parte de grupos de la
población).
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cios penitenciarios delegan el gobierno de sectores de las cárceles en determinados grupos de
presos). Posee a su vez diferentes grados de intensidad punitiva y lesividad. Las hay de elevada
y muy elevada intensidad lesiva y punitiva (tortura, desaparición, asesinatos, abuso sexual, etc.),
de intensidad punitiva media y alta (golpes, empujones, patadas, reducciones violentas, etc.) y de
baja intensidad lesiva (violencia verbal, amenazas, controles injustificados y constantes, “verdu-
gueo”, humillaciones e insultos, etc.).
Consideramos en este sentido, que es imposible concebir las violencias de las fuerzas de
seguridad, sin tener en consideración su conexión sistemática con las acciones u omisiones
estatales que son su condición de posibilidad y su sostén: impunidad judicial, ausencia de con-
troles políticos efectivos, marginación habitacional y laboral de determinados segmentos so-
ciales, tolerancia a determinados ilegalismos, estigmatización mediática de ciertos grupos,
etc.
En lo que respecta a lo penal, y más específicamente, a las relaciones con las fuerzas
de seguridad se observa, según Daroqui y López (2012), el papel clave que desempeña la
policía en los “procesos de constitución de trayectorias juveniles penalizadas”. Para las y
los jóvenes en conflicto con la ley penal, el encierro en “institutos de menores” no es por
lo general una experiencia “iniciática”. Mucho antes, los/as niñas, niños y adolescentes de
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sectores populares padecen una serie de prácticas habituales y rutinarias de “baja intensi-
dad punitiva” que se combinan en ocasiones con expresiones más severas (lesiones, malos
tratos, torturas, y heridas con armas de fuego); prácticas recurrentes que apuntan al mol-
deado de sus trayectorias vitales y penales.
Si bien el Operativo Cinturón Sur fue derogado en enero de 2017 (decreto 66/2017) y la
Policía de la Ciudad recuperó la jurisdicción sobre gran parte del territorio, Gendarmería y
Prefectura permanecieron apostadas en varias villas de la zona, a partir de un tipo de des-
pliegue conocido como “policía barrial”. Los “Cuerpos Policiales de Prevención Barrial” se
conformaron a partir de una división especial de la PFA transferida a la Policía de la Ciudad
en 2012 que fue disuelta no mucho tiempo después (Pita, Corbelle y Brescia, 2019). Así, se esta-
4- El Operativo Cinturón Sur implicó la llegada de 1.250 gendarmes y 1.250 prefectos al sur de CABA.
5 - Ambas fuerzas de seguridad con características militares poseen rutinas de actividad diferentes a las que despliegan las
policías como la Bonaerense o la actual Policía de la Ciudad.
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blecieron una serie de consideraciones especiales para el despliegue de fuerzas de seguridad
en el “interior” de villas o asentamientos: la construcción de puestos de vigilancia fijos en
“puntos emblemáticos” de los barrios, y una presencia constante de las fuerzas a partir de la
constitución de “trinomios” (grupos de 3 efectivos) que patrullaran “cuadrantes” del territorio
a pie (Ministerio de Seguridad, 2012). Más recientemente, el “Programa Barrios Seguros”, dio
continuidad a estos despliegues, a la vez que amplió su alcance y reforzó en algunos casos el
número de efectivos (como las villas 1-11-14 y 21-24, y Zavaleta -localización del proyecto-).
Entre ellos merece destacarse el Registro Nacional de Casos de Tortura (RNCT) cuyo
objetivo es conocer las modalidades de tortura, apremios y malos tratos que se producen
dentro de las cárceles federales, las dependientes de la Provincia de Buenos Aires y los dis-
positivos penales que alojan adolescentes infractores a la ley penal. El RNCT está integrado
por la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), por el Grupo de Estudios sobre Sistema
6- Muchas de estas experiencias se dieron cita en la Jornada de Encuentro: El trabajo en banco de datos y formas de registro
de torturas y malos tratos, organizada por el CELS en Santa Fe en 2012, que luego tuvo un segundo encuentro en Buenos Aires
en 2013, organizado por el GESPYDH en el Instituto Gino Germani, en el cual los participantes presentaron los resultados
empíricos y sus respectivos análisis conceptuales.
19
Penal y Derechos Humanos (GESPyDH) y la Comisión Provincial por la Memoria (CMP) y
fue creado en el año 20107.
Las diferencias entre bancos y registros son múltiples y también abarcan los criterios
metodológicos para el relevamiento y procesamiento de la información. En cualquier caso,
tanto bancos como registros han contribuido de manera decisiva a la visibilización de la
tortura, los apremios y los malos tratos como fenómeno extendido en forma de prácticas
complejas que se articulan en una variedad de actos. Es decir, como ya hemos mencionado,
el actual contexto institucional democrático no está exento de la ocurrencia sistemática de
hechos de violación de derechos humanos por parte de agentes estatales y los/as niñas, ni-
ños, adolescentes y jóvenes no han sido la excepción. Es decir, se trata de prácticas que no se
7- En 2014 se creó un Registro de casos sobre malos tratos y torturas por parte de policías y otras fuerzas de seguridad en el
espacio público y centros de detención no penitenciarios en CABA y Provincia de Buenos Aires.
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producen de forma espasmódica o casual sino que se producen como modalidad cotidiana
de gestión de los centros de privación de libertad de adolescentes y jóvenes, o de gobierno de
estos en los territorios por parte de las fuerzas de seguridad8. La sistematicidad, regularidad,
articulación y concatenación de dichas prácticas de torturas, apremios y malos tratos les
confieren un carácter estructural que muta permanentemente, por lo que se requiere del tes-
timonio y la voz de las víctimas tal y como ha afirmado Carlos Motto, como “documento vivo”
(Andersen, 2014:241) para captar su reconfiguración continua. Así como las víctimas son la
fuente primaria de información y su voz es insoslayable, los instrumentos de registro con
diseños apropiados para relevar esa información de tipo cualitativo, es imprescindible.
8- Vale hacer la extrapolación que desde el RNCT hacen sobre la gestión de la cárcel al gobierno de los territorios donde habi-
tan poblaciones socialmente vulnerables y blanco de control y vigilancia.
21
prevenir la violencia contra niños, niñas y adolescentes.
Por esto mismo, otra enseñanza que arroja la lectura de los antecedentes, ya sea que
se trate de un Banco o un Registro, es que la “captación” de los casos no puede ser nunca
una tarea de tipo burocrática ya que exige una sensibilidad enorme para empatizar con
las personas que vienen de sufrir situaciones de vulneración. Se requiere de una gran
sensibilidad y profesionalismo para “captar” la información, sin “sesgar” el testimonio.
Debe tenerse en cuenta que el instrumento de recolección no es un cuestionario en el cual
se suceden preguntas de las que se esperan respuestas estandarizables, sino que el instru-
mento contiene una cantidad de “campos” a completar (variables, dimensiones y propie-
dades) pero su obtención se produce a través de una entrevista en la cual prevalece la inter-
acción personal y en cuyo transcurso se relevan los contenidos de la ficha y se recupera la
vivencia de la víctima. Este tipo de relevamiento supone una vocación de conocimiento sin
pretensiones cuantitativas, ya que el objetivo último, a través de la intervención institucio-
nal o política, es la transformación de una realidad que produce y reproduce la violencia
estatal punitiva desde una matriz estructural.
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SISTEMATIZACIÓN DE DATOS SOBRE
violencia institucional
24
1. Metodología
El registro de los casos de violencia institucional constituye una herramienta que posi-
bilita la visualización de todos los hechos ocurridos. El objetivo que persigue la creación de
un Registro de Violencia Institucional es dar a conocer un fenómeno social determinado,
en este caso la violencia institucional, con toda la densidad conferida al concepto, a través
de una descripción exhaustiva de sus dimensiones y características.
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Por su parte, la Guía de Entrevista y el Legajo (ver anexos) constituyen dos herramien-
tas que fueron diseñadas con el propósito no solo de recoger datos en torno al hecho de
violencia institucional, sino también poder avanzar hacia la comprensión de las perspec-
tivas que tienen las víctimas respecto de sus vidas, experiencias o situaciones transitadas,
en forma esporádica, eventual o recurrente.
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Tipo de denuncia (hecho puntual, violencias Identificar los tipos de violencia punitivas
recurrentes, u omisión) estatales sufridas.
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Cantidad de efectivos que participaron del Establecer el aspecto cuantitativo de
hecho las dinámicas grupales que sostienen el
ejercicio de la violencia por parte de las
fuerzas de seguridad (agentes solitarios,
“trinomios”, operativos razias de muchos
efectivos, etc.).
Cantidad de personas que sufrieron hechos Calcular una tasa entre la cantidad
de violencia (además de la propia víctima) de víctimas y la cantidad de hechos
denunciados, para saber si las fuerzas
policiales reprimen mayormente a grandes
grupos, o a individuos solos.
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La revisación fue hecha por un/a efectivo/a de Conocer la dimensión de violencia de género
las fuerzas de seguridad de su mismo género de las violencias estatales punitivas.
29
Lugar de traslado Analizar si la violencia se produce de man-
era directa en el propio territorio o
en espacios de encierro, así como los
distintos tipos de “encadenamientos pu-
nitivos” (justicia penal, instituciones de
encierro).
Denuncia por omisión: hecho que originó la Identificar las características de las violen-
denuncia cias estatales por omisión.
Motivos por los que no hizo la denuncia Reconstruir las condiciones de posibilidad
institucionales de los hechos de violencia
estatal (impunidad, falta de controles, etc.).
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El Registro se completa a partir de las denuncias recibidas por los equipos en el territo-
rio. Para ello, la Guía de Entrevista (ver Anexo II) cuenta con una batería de preguntas que
cubren cada posible instancia de la actividad de las fuerzas de seguridad en la que pueden
producirse hechos de violencia: el contacto, el traslado y la detención. El instrumento per-
mite dar cuenta de distintas cuestiones sobre los hechos: lugar, momento del día y de la
semana, formas de violencia padecidas, fuerzas intervinientes, cantidad de efectivos invo-
lucrados, etc. Así mismo, está orientado según una definición amplia de la violencia institu-
cional, que permite recoger información no solo de hechos puntuales más o menos graves
de violencia, sino también formas reiteradas de hostigamiento de baja o media “intensi-
dad”, así como la omisión de intervención ante situaciones de riesgo (entendiendo dicha
omisión como una forma específica de violencia por parte de las fuerzas).
Parte fundamental del proceso de elaboración del Registro ha sido la búsqueda de con-
sistencia que ha implicado una constante reformulación de la matriz inicial de modo de
permitir el volcado de la nueva información obtenida por los equipos en las sucesivas en-
trevistas. La matriz es “un modo de ordenar los datos de manera que sea particularmente
visible la forma tripartita” (Galtung, 1966:3). Cada unidad de análisis de nuestro proyecto de
la que necesitamos almacenar información cuenta con su propia “submatriz”, no solo a los
fines del conocimiento sino también de elaborar estrategias de intervención: entrevistas (a
los efectos de profundizar el conocimiento a la vez que validar la consistencia y veracidad
de la información), víctimas y casos. Cabe aclarar que, si bien la investigación presenta un
diseño que combina lo cualitativo y lo cuantitativo, su alcance es exploratorio/descriptivo
(Hernández Sampieri et. al.,2006). Su potencia inductiva, radica en la exploración de re-
gularidades y patrones de comportamiento, perfiles de victimización, generación de cate-
gorías e instalación de debates públicos. La imposibilidad metodológica de generalizar los
resultados, no le quita relevancia ni significatividad al trabajo realizado, ya que como se
refirió en el apartado anterior de antecedentes de Registros y Bases de datos de casos, no
se busca la representatividad estadística sino la producción de conocimiento relevante
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que sea instrumentalmente útil para objetivar fenómenos poco visibilizados y propen-
der eficazmente a su prevención y reproducción.
32
2. Análisis cuantitativo
Por último, corresponde aclarar que para asegurar la coherencia con las definiciones
teóricas y los objetivos de investigación fijados al comienzo del Proyecto, así como asegu-
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rar mínimos niveles comunes en la de calidad de la información, no todos los casos que
componen este universo de hechos, víctimas y casos recabados fueron considerados en la
muestra que se describe y analiza más detalladamente en el próximo apartado. Los casos
que se ha decidido no incluir en la muestra para el análisis incumplían alguno de dichos
criterios de selección muestral: jóvenes con una edad mayor a lo establecido previamente
por el Proyecto; casos en que la residencia de las víctimas se encontraban fuera del al-
cance geográfico predefinido por el Proyecto; hechos de violencia estatal que ocurrieron
en lugares de encierro; casos en los que el tipo de violencia padecidas/denunciadas era in-
suficiente o ambigua y hechos de violencia institucional que ocurrieron en un marco tem-
poral previo al preestablecido por el Proyecto9. La muestra finalmente delimitada para
el análisis contempla entonces casos de violencia de fuerzas de seguridad a niñas, niños,
adolescentes jóvenes y adultos (hasta 24 años), ocurridos en la zona sur de CABA, barrios
populares de la cuenca del Reconquista o el partido de San Martín, o a jóvenes que residen
en estas locaciones, entre enero de 2019 y junio de 2020.
9- No obstante, todos estos casos fueron incluidos en elabordaje integral de las víctimas realizado por DNI en el marco del
Proyecto.
34
Caracterización de la muestra de víctimas
35,14%
30,41%
18,24%
16,22%
El género de las víctimas denunciantes es, en coherencia con estudios previos, predomi-
nantemente masculino, aunque las mujeres alcanzan un porcentaje significativo (un tercio).
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Gráfico 2. Niños, niñas, adolescentes y jóvenes adultas/os víctimas de violencia de fuerzas de
seguridad por sexo. AMBA y CABA. 2019-2020
10- Tomamos en este trabajo la definición de María Cristina Cravino (2008): “Denominamos formas (o modalidades) de hábitat
popular al conjunto de las prácticas habitacionales de los sectores populares en todo su abanico: urbanizaciones informales,
situaciones de tenencia extra-legal como las ocupaciones de viviendas o construcciones vacantes, formas de autoconstruc-
ción en lote propio, barrios por cooperativa o por ONGs, conventillos, hoteles pensión, conjuntos habitacionales construidos
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Cuadro 2. Niños, niñas, adolescentes y jóvenes adultas/os víctimas de violencia de las fuerzas
de seguridad según ubicación y tipo de barrio de residencia. AMBA. 2019-2020.
Casos %
Sin datos 6 4
Como anticipamos, los hechos y también casos de violencia analizados en este registro
pueden ser de tres tipos: a) hechos puntuales (ocurridas en un lugar y tiempo concretos),
b) hechos reiterados (situaciones de violencia que se reiteran en forma frecuente en deter-
minado lugar y/o momentos del día) o; c) hechos de violencia por “omisión”, es decir, situa-
ciones puntuales en dónde la policía omitió intervenir, dejando que ocurriesen situaciones
de peligro y/o violencia interpersonal. Se consideran como muestra para los 196 casos
por el Estado, etc. Cuando se trata de barrios en sí mismos podemos denominarlos también barrios informales, que defini-
mos como aquellos que tienen problemas de dominio, es decir, barrios sin escrituras (como los productos de los loteos que se
realizaron particularmente entre las décadas del 40 y del 70), barrios mixtos (compuestos por zonas con problemas de dominio
y ocupaciones de lotes, por ejemplo), villas, asentamientos, barrios producidos por el Estado donde nunca se otorgaron las
escrituras o que se pensaron como alojamiento transitorio y que luego se consolidaron, etc.” (p. 46).
37
(ocurridos a 148 víctimas, en 132 hechos). Estos números permiten calcular un prome-
dio aproximado de 0,98 víctimas por situación y de 1,12 denuncias por víctima. La ma-
yoría de los hechos denunciados son “hechos puntuales” de violencia (152 denuncias,
más del 75% del total). Los “hechos reiterados” y los “hechos de violencia por omisión”
aparecen con menos frecuencia. Es probable que eso responda al diferente grado de
instalación de formas de violencia de menor “intensidad” punitiva, pero una mucho
mayor cotidianeidad, así como la muy incipiente problematización de la omisión de
intervención como forma de violencia institucional/estatal indirecta por parte de las
fuerzas de seguridad.
Las tres locaciones de CABA concentraron más del 65% del total de los casos denun-
ciados (66,5%), en concordancia con el porcentaje de víctimas incluidas (66,91%). En San
Martín las denuncias se reparten entre barrios populares de la cuenca del río Reconquista
(21,4%), y otras localidades del Partido (6,12%). Se registran algunos casos de violencia que
ocurrieron a las niñas, niños y adolescentes en otros puntos del AMBA (3,57%), y algunos
casos sin datos precisos de localización de los hechos.
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Cuadro 4. Casos de violencia de las fuerzas de seguridad sobre niñas, niños, adolescentes y
jóvenes adultos/as según barrio de ocurrencia de los hechos. AMBA. 2019-2020
Casos %
Por otra parte, es interesante observar lo que ocurre cuándo se evalúa tipo de lugar
en donde ocurrieron los hechos. El espacio público se lleva el mayor porcentaje de casos
(57,64% acumulado, si contemplamos en conjunto los hechos ocurridos en la calle y los es-
pacios públicos abiertos).
39
intensificación del castigo punitivo a las y los jóvenes como excusa o con “fundamento”
en la “guerra contra las drogas”.
Cuadro 5. Casos de violencia de las fuerzas de seguridad sobre niñas, niños, y jóvenes adul-
tos/as según tipo de espacio de ocurrencia de los hechos. AMBA. 2019-2020.
Casos %
Comisaría 4 2,04
Sin datos 1
Total 196
40
seguridad, y cada víctima, por lo mismo, denunciar a más de una.
Cuadro 6. Fuerzas de seguridad denunciadas por violencia sobre niños, niñas, adolescentes y
jóvenes adultas/os (respuesta múltiple). AMBA. 2019-2020.
Gendarmería 38 19,39
Prefectura 53 27,04
41
Tipos de violencia denunciados según intensidad lesiva
En este apartado describimos y analizamos los tipos de violencia denunciados en cada uno
de los casos de la muestra. Al ser una pregunta con respuesta múltiple, las respuestas que indi-
can los distintos tipos de violencia sufridos en cada caso superan ampliamente al total de casos:
746 respuestas indicando distintos tipos de violencia sufridos, para los 196 casos del registro. Los
hechos se agrupan en la siguiente tabla por intensidad lesiva, a fines del orden y la presentación
de la información, pero es importante remarcar que esto no constituye una clasificación tajante,
sino un esquema arbitrario para los fines de la exposición.
Las violencias de “baja intensidad” (violencias psicológicas o verbales) son las que pre-
sentan mayor cantidad de reportes: amenazas/intimidación (64,29% de los casos), insultos/
trato humillante (39,29% de los casos) y requisas arbitrarias (27,55% de los casos) son sus
formas más comunes. El 53,08% de las respuestas a esta pregunta por los tipos de violencia
sufridos en cada caso (396 sobre las 746 respuestas con opciones múltiples), corresponden
a violencias de este tipo. Este primer conjunto corresponde a una modalidad de violencia
principalmente verbal y psicológica, conocida en la jerga popular como “verdugueo”. Con-
figura una modalidad de intervención de las fuerzas de seguridad, que como anticipamos
en el marco teórico-metodológico, permite a estas ejercer una permanente y cotidiana ru-
tina de vigilancia, control, y sometimiento (GESPyDH, 2016) de niñas, niños, adolescentes y
jóvenes de sectores socialmente vulnerables, en los mismos territorios que estos habitan,
degradando su condición de sujetos de derecho y de ciudadanos plenos.
En tercer lugar, se puede comprobar viendo el final de la tabla una cantidad muy sig-
nificativa de reportes de comportamiento ilegal altamente vulneratorios de los derechos y
garantías de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, aun cuando la lesividad de estas prácti-
cas sea de carácter indirecto. Entre otras, aparecen los allanamientos irregulares y/o vio-
lentos (30,1% de los casos), manipulación/implantación de evidencias (11,22% de los casos),
las retenciones informales -en vía pública, garitas de vigilancia o patrulleros- (10,71% de los
42
casos). Esto demuestra que la violencia estatal punitiva que padecen niñas, niños, adoles-
centes y jóvenes no solo suele ser altamente lesiva y dañina, sino también ilegal, y vejatoria
de sus derechos y garantías fundamentales como ciudadanos y sujetos de derecho.
En suma, se puede verificar como por cada hecho grave o muy grave denunciado que
constituyen la “punta del iceberg” de las violencias punitivas estatales, existen infinidad
de otras formas de violencia de menor lesividad, que permanecen ocultas, sin sanción, y
que se reproducen de forma cotidiana. Estas vejaciones con distintos grados de lesividad
(algunas, lesivas solo de manera indirecta), se combinan y atraviesan toda la cadena pu-
nitiva, y redundan en considerables secuelas físicas, psicológicas y de incidencia en las
trayectorias vitales de las niñas, niños y adolescentes que las padecen.
Respuestas
Tipos de violencias % de los
Contacto Traslado Detención Total casos
Insultos/humillación 62 3 12 77 39,29
VIOLENCIA DE INTENSIDAD LESIVA BAJA
43
VIOLENCIA DE INTENSIDAD LESIVA MEDIA Y ALTA
Respuestas
Tipos de violencias % de los
Contacto Traslado Detención Total casos
Reducción violenta/lo tiraron al 49 1 50 25,51
piso
Empujones/ Agarrones 30 1 31 15,82
Golpes 43 3 12 58 29,59
Patadas 21 1 22 11,22
Respuestas
VIOLENCIA DE INTENSIDAD LESIVA MUY ALTA
Homicidio 4 4 2,04
TOTAL 37 1 4 42 21,42
44
Respuestas
Tipos de violencias % de los
Contacto Traslado Detención Total casos
Omisión 21 21 10,71
VIOLENCIAS INDIRECTAMENTE LESIVAS
45
Cuadro 8. Denuncias de violencias a niños, niñas, adolescentes y jóvenes adultas/os en las
que se produjeron traslados y/o detenciones. AMBA. 2019-2020.
2. Comisaría 15 45,45
Hospital 4 12,12
Patrullero 1 3,03
3. Análisis cualitativo
En esta sección realizaremos un análisis cualitativo y descriptivo de la información
contenida en este registro. El objetivo es ampliar y profundizar el análisis del apartado
anterior, para reconstruir y caracterizar así los patrones, rutinas y regularidades que se
observan en las prácticas desplegadas por las fuerzas de seguridad, así como los encade-
namientos que se producen entre distintas modalidades de la violencia y la explicación
de estas a partir de relacionarlas con estructuras de violencia estatal de largo aliento, por
un lado, y con las políticas de seguridad vigentes durante el período en que se relevaron
los casos, por otra parte. El propósito, finalmente, será el de contribuir a la visibilización
y denuncia de las violencias punitivas estatales, así como también mostrar como las for-
46
mas más extremas y altamente lesivas de violencia estatal conviven y se articulan per-
manentemente con otras rutinas mucho más cotidianas e invisibilizadas, que también
es necesario denunciar y desarticular para garantizar la plena ciudadanía y vigencia de
los derechos de niñas, niños y adolescentes. Tal como se dijo ut supra, el análisis se hace
a través de los testimonios que fueron recabados por los operadores territoriales del Re-
gistro. Esto significa que para nosotros se convirtió en “fuente secundaria”, y por lo tanto,
el análisis requirió de un esfuerzo adicional de interpretación que prescinde de la obser-
vación y captación directa.
En cada una de las situaciones de violencia institucional que se presentan en este do-
cumento las víctimas han sido sometidas a distintas situaciones de violencia que se han
presentado en modalidades diversas combinando agravio, daño físico y psicológico o moral
predominantemente con amenaza de represalia en caso de que la víctima denunciara la
situación de padecimiento experimentada por los integrantes de las fuerzas de seguridad.
En primer lugar, situaciones en las que la violencia se produce en el espacio público por
tareas de “prevención del delito”. Esta sección abarca a su vez dos formatos típicos de ac-
tuación policial en las que se producen violencias. A) Controles poblacionales “proactivos”
en vía pública, vehiculares y en el transporte público y B) Acciones de “despeje” del espacio
público en el marco de una política de “prevención situacional del delito” (Garland, 2005).
47
tivas que produjeron una serie de allanamientos irregulares, especialmente en CABA du-
rante el 2019.
En cuarto lugar, analizamos casos de violencia estatal por omisión cometidos por las
fuerzas de seguridad, es decir, casos en que deberían intervenir para evitar que una situa-
ción de violencia se agrave, y no lo hacen, ya sea por negligencia deliberada (“liberación de
zona”), o por fallas operativas. Este es un tipo de violencia estatal poco problematizado que
suele tener consecuencias altamente lesivas para sus víctimas.
El primer tipo de situaciones en las que niñas, niños y adolescentes padecen la violen-
cia de las fuerzas de seguridad es el de los controles proactivos de fuerzas de seguridad en
el espacio público. Estos controles son realizados con el argumento de que, al realizarlos,
están contribuyendo a prevenir el delito. Estas prácticas se enmarcan en las mencionadas
políticas de “Cuerpos Policiales de Prevención barrial” mencionadas en la introducción, en
particular el más reciente “Programa Barrios Seguros”11. En dichos programas, se pondera
la construcción de “vínculos de confianza” con vecinas y vecinos, así como la intervención
ante situaciones de conflictividad interpersonal que no necesariamente configuran deli-
tos. Sin embargo, en la práctica para las y los jóvenes, representó, como veremos, nuevas
formas de exposición a la violencia punitiva del Estado. Estas formas podrían agruparse
según la intensidad lesiva de dichas violencias.
11- En abril de 2016, se lanzó el “Programa Barrios Seguros” en la villa 31/31 bis, con un operativo policial masivo, que incluyó
42 allanamientos simultáneos realizados por 600 efectivos de Policía Federal y Gendarmería. Posteriormente, el programa fue
ampliado a otros barrios de CABA (1-11-14 y 21-24/Zavaleta, en septiembre de 2016), el AMBA (Carlos Gardel –3 de febrero- y Bar-
rio Borges –Vicente López-) e incluso del interior -Barrio Alto Verde, en Santa Fe- (Ministerio de Seguridad, 2019). El programa
es, en gran medida, una continuidad, ampliación y reformulación parcial de políticas de seguridad lanzadas durante el
gobierno del Frente para la Victoria. En primer lugar, el “Programa de Protección Integral de Barrios” de 2003 (Sánchez, 2008)
48
En primer lugar, tenemos un gran número de estos controles efectuados por las distin-
tas fuerzas de seguridad que consisten en contactos breves, pero cotidianos con las fuer-
zas, en los que se presenta una combinación de distintas violencias de baja intensidad
punitiva y lesiva. Detención en la vía pública, pedido de DNI y antecedentes penales (por
radio/teléfono), revisación invasiva o agresiva de las pertenencias, rotura o sustracción
de objetos personales, insultos, amenazas y humillaciones verbales (lo que los mismos
jóvenes denominan “verdugueo”), ser apuntado/as a distancia con armas de fuego, y en
algunos casos, la obligación de permanecer contra alguna pared. En ocasiones, estas ac-
ciones pueden tener una lesividad mayor. Este segundo conjunto de casos de intensidad
punitiva mayor puede incluir retenciones informales en la vía pública o en puestos de
vigilancia de duración breve, así como técnicas violentas para la reducción e incapaci-
tación (zarandeos, empujones, agarrones, golpes en los tobillos o piernas para separar-
las, y en algunos casos, cachetazos u otros golpes que buscan no dejar marcas para difi-
cultar su posterior denuncia), que no dejan representar un diferencial punitivo respecto
al primer grupo de casos, en los que solo se dan formas de violencia psíquica.
Se trata, en suma, de prácticas consistentes con aquello que Pita, Corbelle y Brescia
(2019) han llamado “hostigamiento policial”. Prácticas de difusa legalidad, baja o media in-
tensidad lesiva, muy difíciles de individualizar y denunciar. Hechos de violencia menos
lesivos, pero cotidianos, que pocas veces llegan a ser denunciados o adquirir visibilidad
pública, por varios motivos: 1. Porque dada su baja lesividad, dificultad y legitimidad que
tiene entre algunos sectores de los barrios, no son concebidos como “violencia institucional”
y los Cuerpos Policiales de Prevención Barrial de 2012 (Basualdo, 2012). Sin embargo, la retórica punitiva con la que el gobierno
decidió comunicarlo, así como una serie de casos resonantes de violencia estatal que ocurrieron en su marco desde los inicios
(la represión a la murga “Los Reyes del Ritmo” en la villa 1-11-14 en febrero de 2016, el secuestro y tortura de Iván Navarro y
Ezequiel Villanueva de la villa 21-24 en septiembre de 2016), generaron críticas muy resonantes desde la sociedad civil. Tanto
investigadores especializados (Pita et al., 2019; Skliar, 2016; Tellería, 2018), como de organismos de derechos humanos (Centro
de Estudios Legales y Sociales, 2017; Procuración Penitenciaria de la Nación et al., 2015), lo han colocado en serie con otras
medidas de incremento de la vigilancia, la captura penal, y la violencia policial sobre las clases populares.
49
(Zajac, 2018); 2. Porque, tal y como se observa en los casos de este registro, la rotación de tur-
nos dificulta la individualización de los efectivos de las fuerzas de seguridad, permitiéndoles
eludir las denuncia; 3. Porque los habitantes de los barrios comparten representaciones y
creencias sobre la burocracia judicial, su mal funcionamiento, y los niveles de impunidad
esperables ante este tipo de hechos, así como sobre las posibles consecuencias y peligros
de resistir, y formalizar denuncias contra las fuerzas. Ese temor a las represalias y el
deseo de evitar una escalada de violencia punitiva mayor disuade a las víctimas en mu-
chos casos (especialmente en los menos lesivos) de hacer una denuncia formal.
Lo que se observa entonces, es que las fuerzas de seguridad aplican “correctivos”, usos
de la fuerza que los efectivos suponen legítimos, por un lado, porque constituyen una “res-
50
puesta” a lo que perciben como faltas al “respeto” que merecen (Garriga Zucal, 2014). Es-
tas prácticas violentas, como el “correctivo”, son herramientas consideradas válidas por
los agentes para encauzar la relación en el camino que ellos conciben como “normal”. Así
mismo, dichas reacciones se asocian a la percepción compartida por los efectivos de las
fuerzas de que la administración de justicia es respecto a niñas, niños y adolescentes en
conflicto con la ley penal demasiado indulgente/blanda (Zajac, 2018). Por esto, en muchos
casos consideran legítimo asumir ellos mismos la función punitiva como una forma de
compensación (Fassin, 2016). Al decir de Fassin (2016), estas rutinas mortificantes suponen
una verdadera “educación física”, mediante la cual las fuerzas de seguridad buscan inte-
riorizar en los jóvenes una sumisión pasiva a sus órdenes y preceptos. Las fuerzas de se-
guridad se erigen de tal suerte no solo en guardianes de la seguridad, sino también de la
moralidad, o como afirma Tiscornia (1999), un poder de policía “moralizante”.
51
puestamente, la posibilidad de los delitos (Ministerio de Seguridad, 2019: 185-186).
Sea cual sea el nivel de violencia observado, un emergente del análisis de estas situa-
ciones evidencia un núcleo duro de “exclusión dentro de la exclusión”. Personas en “situa-
ción de calle” o “en situación de pasillo”12 aún dentro de los barrios populares. En muchos
casos estas situaciones reconocen su origen en problemáticas familiares de violencias y
consumos problemáticos que “expulsan” a algunos habitantes de la convivencia. Las ca-
racterísticas distintivas de estas poblaciones pueden resumirse en:
Los equipos territoriales comenzaron a registrar algunos de sus relatos, parciales, te-
merosos y atravesados en algunos casos por trastornos emocionales vinculados a la depresión,
estrés postraumático, consumo problemático de sustancias psicoactivas producto de violen-
cias previas, insuficientes espacios comunitarios para la convivencia y la ansiedad perma-
52
nente frente a las amenazas continuas de ser agredidos. A esta situación se suma, además, la
extrema pobreza y desamparo de estos grupos. Las entrevistas en estos casos dejaron de ser
un espacio individual, para transformarse en uno de reflexión colectiva.
En CABA, muchos de los hechos de violencia que se describen en este apartado ocu-
rrieron en las inmediaciones de un espacio abierto no parquizado. De forma sistemática
y cotidiana, alrededor de diez efectivos pertenecientes a las fuerzas de seguridad se pre-
sentan durante la noche en el lugar, rotando para evitar las denuncias, y pidiendo refuer-
zos si observan cualquier manifestación de resistencias. Una vez allí, los someten a un
control de rutina que incluye el desnudo total y la requisa invasiva que incluye prácticas
vejatorias de la integridad sexual. Buscan además la reacción de jóvenes y de adultos con
todo tipo de provocaciones, para poder arrestarlos. Los insultan y humillan, los golpean
y torturan (hay, incluso, denuncias de quemaduras)13. Muchas de las víctimas habitan
en dicho lugar y algunos tienen sus domicilios en locaciones lindantes con este. Todos
ellos se encuentran en situación de consumo problemático de sustancias y pertenecen a
sectores de altísima vulnerabilidad social en el marco de una manifiesta exclusión social
y marginalidad.
En San Martín, mientras tanto, se registran casos de desalojo violento de personas que
se encontraban habitando un predio en situación de extremo desamparo (agravado por
haber ocurrido en el marco de las medidas de aislamiento por la pandemia de COVID-19, y
que se analizan más adelante en este informe).14
13- DNI realizó una denuncia penal ante la gravedad de estos hechos. La investigación está en trámite a cargo del Juzgado
Federal en lo Criminal y Correccional Nro. 3 de la Capital Federal. (año 2020)
14- En este caso también se radicaron denuncias penales y notas institucionales para prevenir la reiteración de estos hechos.
(año 2020)
53
Federal, Policía de la Ciudad o Policía de la Provincia de Buenos Aires reciben un “llamado”
o “denuncia” de algún vecino/a, o se encuentran “persiguiendo” a algún joven por un su-
puesto delito. En estos casos, se sienten justificados/habilitados para detener y castigar
físicamente no solamente a las niñas, niños y adolescentes supuestamente en conflicto con
la ley penal, sino a todos en general. En muchos de los casos, aparecen técnicas de captura
“al boleo” de adolescentes que se encuentran en ese momento en la vía pública y que pre-
sentan características similares a los perseguidos o denunciados. En estos casos de cuasi
o pseudo flagrancia, la intensidad lesiva de la violencia desplegada es alta en comparación
con las modalidades de vigilancia proactiva analizadas en los apartados anteriores, aunque
quizás no tanto como las desplegadas en los casos de flagrancia plena que se analizan más
adelante en el próximo apartado.
Así mismo, en San Martín, es significativo como en una proporción relativamente ma-
yor de los casos, la violencia de altísima intensidad lesiva y letal sobre los jóvenes se pro-
duce en espacios de encierro (comisarías) y/o en otros barrios, lejos del lugar de residencia.
Esto puede estar indicando respecto de CABA, tanto diferentes dinámicas delictivas, como
54
un diferente modelo de policiamiento predominante, con modalidades de violencia más
lesivas, extraterritoriales y “reactivas” en lugar de “proactivas”.
3) Allanamientos
Pero, sobre todo, se destaca la nula consideración especial que estas fuerzas tienen
para con las niñas, niños y adolescentes, a pesar de que toda la reglamentación nacional
vigente así lo establece. Por ejemplo, el “Protocolo General de Actuación para la Realización
de Allanamientos y Requisas Personales”, Resolución 535-E/2017 del Ministerio de Segu-
ridad de la Nación, establece en el apartado 4.8 inciso J el “resguardo de los niños, niñas,
adolescentes, personas con capacidad restringida, incapaces, capacidades diferentes y mu-
jeres embarazadas”. Así, cuando en el lugar a allanar se encontraren menores de edad, con
discapacidad, y mujeres embarazadas, se debe procurar alejarlos del accionar policial, ha-
ciéndolos permanecer a la guarda de un familiar o de “personal idóneo para preservar su
integridad”. Se debe comunicar además a la autoridad judicial “a efectos de solicitar indi-
caciones con relación a la guarda de los menores”. Nada de esto se observa en los procedi-
mientos denunciados, evidenciándose una clara violación al “interés superior del/a niño/a”
presente la legislación nacional e internacional respectiva.
En varios de los casos, las fuerzas se hacen presentes buscando a acusados de delitos.
Estos allanamientos esporádicos para cumplir órdenes judiciales constituyen la forma más
común de “entrada” a las villas por parte de policías y fuerzas de seguridad, previo a los
regímenes de policiamiento “barrial” al interior de estas (Basualdo, 2012).
55
en el plan “Argentina sin Narcotráfico”, aparece explícitamente como parte del “Compro-
miso para la erradicación del ‘paco’”, el objetivo de “Detectar y destruir cocinas, bunkers
y centros de distribución” (Ministerio de Seguridad, 2018). Se trata de intervenciones con
débiles efectos en términos de política criminal, así como de prevención de los consumos
problemáticos.
El hecho de que los espacios allanados como “bunkers” o “puntos de venta”, no sean
en muchos casos, más que comercios informales (kioscos, bares) o incluso viviendas
familiares, demuestra la compleja imbricación que existe en algunos barrios entre pro-
blemas de hábitat, la economía informal y economía ilegal, y la dificultad que existe
para brindar soluciones efectivas en torno al problema de la venta y consumo de sus-
tancias y drogas.
4) Omisiones
56
escenas. También la negativa a tomar denuncias por diversos delitos, incluidos la propia
violencia policial. Problematizar estas omisiones como formas denunciables de violencia
por parte del Estado, especialmente, en los casos en los que aparecen niñas, niños y adoles-
centes como víctimas, es una tarea pendiente.
Además de casos de omisión deliberada, existen situaciones en las que las fuerzas de
seguridad se hacen presentes para atender situaciones de violencia vecinal, familiar o de
género, y en lugar de cumplir su función de hacer cesar la violencia, terminan por agravar
la situación, desplegando violencias punitivas de lesividad alta sobre las y los jóvenes que
se ven involucrados en ellas.
En estas situaciones, se evidencia el riesgo de que dichas medidas, puedan actuar como
una situación de excepción que respalde y legitime el despliegue de las fuerzas de segu-
ridad de violencias punitivas altamente lesivas sobre la población, en especial, las y los
jóvenes. Así, existen casos de violencia institucional con la excusa de hacer cumplir la cua-
rentena. Se han presentado situaciones tanto en CABA como en el distrito de San Martin
que incluyen operativos de las fuerzas de seguridad con ejercicio de violencia despropor-
cionada en nombre del cumplimiento de las medidas de aislamiento social, preventivo y
obligatorio (ASPO).
También, casos de desalojos que son particularmente graves, dado que expone a las
familias desalojadas, y en especial, a los niños, niñas y adolescentes de esa familia, a una
situación de grave desamparo debido al contexto que estamos atravesando.
15- Luego de que el 11 de marzo del 2020 la OMS declarara al virus Covid-19 como una pandemia mundial, el Poder Ejecutivo
resolvió, mediante el DNU 297/2020 el aislamiento preventivo social y obligatorio por el plazo de 15 días, prorrogado hasta la
fecha de redacción de este informe.
57
En barrios en los que se combinan factores sociales críticos que dificultan el cumpli-
miento de las medidas, como el hacinamiento en las viviendas (existen casos en los que lle-
gan a convivir varios grupo familiares simultáneamente en unos pocos metros cuadrados),
la falta de ingresos económicos por la suspensión de actividades de la economía informal,
o el precario acceso a la salud y a los servicios públicos esenciales (como el agua corriente),
y los productos de higiene, la exigencia del Estado a estas poblaciones, tendría que tenerse
en cuenta la particularidades atravesadas en estos territorios.
58
estrategias de Abordaje
y prevención
de la violencia institucional
59
En los apartados anteriores se describieron los hechos de violencia de distinta
intensidad relevados por las y los referentes de las localizaciones en las que se desar-
rolló el proyecto. En este capítulo abordaremos las acciones desplegadas para la pre-
vención de la violencia institucional a partir de tres estrategias: 1) la intervención y
acompañamiento a víctimas de violencia institucional; 2) la articulación con actores
sociales e institucionales vinculados a la temática; y3)la capacitación de referentes y
operadores comunitarios.
Para las acciones del proyecto se tomaron como base las definiciones de tortura y
otros tratos o penas crueles, inhumanos y/o degradantes definidos por el derecho interna-
cional de los derechos humanos, en consonancia con las definiciones de nuestro derecho
local.16
La Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y/o degra-
dantes de Naciones Unidas (art. 1.1) establece que es tortura todo acto intencional por el
que se inflija dolores o sufrimientos graves: “A los efectos de la presente Convención, se
entenderá por el término “tortura” todo acto por el cual se inflija intencionadamente
a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de
obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que
16- El art 144 ter inc. 3 Código Penal Argentino define tortura: “Por tortura se entenderá no solamente los tormentos físicos,
sino también la imposición de sufrimientos psíquicos, cuando éstos tengan gravedad suficiente.”
17- Nash Rojas, Claudio,Alcance del concepto de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes** ANUARIO DE
DERECHO CONSTITUCIONAL LATINOAMERICANO. AÑO XV, MONTEVIDEO, 2009, PP. 585-601, ISSN 1510-4974, pág. 588.
60
haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o
a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejer-
cicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia.
No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente
de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas.” 18 (el destacado nos
pertenece)
Como puede advertirse, esta Convención regional contiene una definición de mayor
amplitud ya que no exige las finalidades requeridas por el Sistema Universal, sino que
agrega que la tortura, además de los fines que describe, puede tener “cualquier otro fin”.
Esta diferencia no resulta un problema ya que el art. 1 inc. 2 de la Convención de la ONU
establece que deberá utilizarse “cualquier instrumento internacional o legislación nacional
que contenga o pueda contener disposiciones de mayor alcance” (el destacado es propio).
Es decir, del juego armónico de los instrumentos internacionales y nacionales se conside-
rará aquella noción de mayor alcance.
Sara Slapak señala que ...“cuando el Estado ampara, en virtud del imperio de la ley, los
individuos y los grupos reconocen ese amparo no solo por el accionar del Estado de Derecho
18- Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y/o degradantes.Adoptada por la Asamblea Gen-
eral de Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1984, entrada en vigor 1987 y con jerarquía constitucional desde 1994).
19- Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, adoptada en Cartagena de Indias, Colombia, el 9 de
diciembre de 1985 en el decimoquinto período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados
Americanos. Ratificada por Argentina el 31 de marzo de 1989.
61
sino también porque ese amparo se conjuga con vivencias interiorizadas de protección y
esperanza.”20
La edad de las víctimas puede ser un factor que acentúe la vulnerabilidad de una
persona y limite el ejercicio pleno de sus derechos.22 Las niñas, niños y adolescentes son
propensos a sufrir más intensamente las vulneraciones de sus derechos fundamentales
porque se encuentran en pleno proceso de desarrollo. Esto se agudiza en los adolescentes
pertenecientes a barrios y sectores en situación de vulnerabilidad. A su vez, el contexto se
conjuga con una presencia parcial o insuficiente de organismos del Estado orientados en
la protección de sus derechos.
20 - Slapak, Sara: “Efectos psicológicos de las medidas con características de impunidad” en La protección de los Derechos
Humanos hacia el tercer milenio. Norberto Liwski (comp.). Ediciones CODESEDH. Buenos Aires, mayo 2001.
21 - Graciela Guilis y Equipo de salud mental del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), “el concepto de reparación
simbólica”, disponible en www.cels.org.ar
22 - MPF Procuvin/Dovic, Guía para la recepción de testimonios de víctimas de violencia institucional. Disponible en https://
www.fiscales.gob.ar/violencia-institucional/recuperar-la-palabra-de-las-victimas-procuvin-y-dovic-elaboraron-una-guia-
para-la-recepcion-de-testimonios-por-hechos-de-violencia-institucional/
62
En la sentencia de la Corte IDH en Villagrán Morales, un caso en el que cuatro niños de
la calle fueron secuestrados, torturados y asesinados por agentes de la Policía Nacional de
Honduras, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte)IDH sostuvo por primera
vez que los hechos probados en el caso violaban la prohibición de tortura contenida en el
artículo 5 de la Convención Americana. Según la Corte IDH, en el caso había numerosas y
concurrentes evidencias “de que la integridad personal de los cuatro jóvenes fue vulnerada
y de que ellos fueron víctimas de graves maltratos y de torturas físicas y psicológicas por
parte de agentes del Estado...” 23
Sobre las pruebas y su valoración la Corte Interamericana señaló: “Por lo que respec-
ta específicamente a las pruebas de la tortura, la Corte estima pertinente señalar que, en
orden a establecer si se les ha cometido y cuáles son sus alcances, deben tenerse pre-
sentes todas las circunstancias del caso, como por ejemplo, la naturaleza y el contexto
de las agresiones de que se trata, la manera y método de ejecutarlas, su duración, sus
efectos físicos y mentales y, en algunos casos, el sexo, la edad y el estado de salud de las
víctimas.”24 (el destacado nos pertenece)
En este sentido, la Corte IDH fijó como estándar para evaluar si un trato resulta cruel,
inhumano o degradante, “la calidad de niños de los afectados por ellos”.25 En otro caso en
que el Estado argentino fue condenado, la Corte IDH dijo que el sufrimiento “se acentúa
cuando se trata de niños”.26 Es por su calidad de niñas, niños y adolescentes, entonces, que
cualquier trato cruel puede ser aún más intenso que si la víctima fuera un adulto.
23 - Corte IDH, caso “Villagrán Morales y otros”, (caso de los“niños de la calle”), sentencia del 19 de noviembre de 1999, párrafo
157 en Bueno, Gonzalo, “El concepto de tortura y de otros tratos crueles, inhumanos o degradantes en el derecho internacional
de los derechos humanos”, en “Nueva Doctrina Penal”, 2003/B, Editores del Puerto. Buenos Aires, pág. 623.
24 - Corte IDH, caso “Villagrán Morales”, párr. 74.
25 - Corte IDH, caso “Instituto de Reeducación del Menor” vs. Paraguay, sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112,
párr 162. “En íntima relación con la calidad de vida, están las obligaciones del Estado en materia de integridad personal de
niños privados de libertad. La calificación de penas o tratos como crueles, inhumanos o degradantes debe considerar necesari-
amente la calidad de niños de los afectados por ellos.”
26 - Corte IDH Caso Bulacio vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C No.
100, párr. 98. “Es propio de la naturaleza humana que la persona sometida a detención arbitraria experimente un profundo
sufrimiento, que se acentúa cuando se trata de niños. Es razonable concluir que estas aflicciones se extiendan a los miembros
más cercanos de la familia, particularmente aquéllos que tuvieron un contacto afectivo estrecho con la víctima. No se requi-
ere prueba para llegar a esta conclusión.”
63
que reviste el que pueda atribuirse a un Estado Parte en dicha Convención el cargo de haber
aplicado o tolerado en su territorio una práctica sistemática de violencia contra niños en
situación de riesgo. Cuando los Estados violan, en esos términos, los derechos de los niños
en situación de riesgo, como los “niños de la calle”, los hacen víctimas de una doble agresión.
En primer lugar, los Estados no evitan que sean lanzados a la miseria, privándolos así de
unas mínimas condiciones de vida digna e impidiéndoles el “pleno y armonioso desarrollo
de su personalidad”, a pesar de que todo niño tiene derecho a alentar un proyecto de vida
que debe ser cuidado y fomentado por los poderes públicos para que se desarrolle en
su beneficio y en el de la sociedad a la que pertenece. En segundo lugar, atentan contra
su integridad física, psíquica y moral, y hasta contra su propia vida. (…)”27 (el destacado es
propio).
A lo largo del Proyecto pudo visibilizarse el temor que implica para niñas, niños, ado-
lescentes y sus familias realizar una denuncia por los hechos de violencia institucional
que experimentan -en la mayoría de los casos de manera casi cotidiana por parte de las
fuerzas de seguridad. La posibilidad de sufrir represalias (mediante amenazas, intimida-
ciones, hostigamiento, y hasta serio riesgo de afectar su integridad física) es un factor muy
importante que condiciona y generalmente impide tomar la decisión de exponer su caso
ante los tribunales.
Resulta muy valiosa la conducta de aquellos/as adolescentes que, superando las dudas,
temores e incertidumbres luego de haber sido víctimas de violencia institucional, asumen
la decisión de denunciar, acompañados/as por sus familias y por instituciones defenso-
ras de derechos humanos, aun dudando de la efectividad del procedimiento por el cual se
deberá juzgar a los perpetradores. Estos casos permiten visibilizar las vulneraciones de
derechos y exponer las falencias que requieren de políticas específicas, tanto a nivel de
justicia y reparación como a través de decisiones administrativas que pongan freno a los
abusos.
Por otra parte, algunas de las prácticas de violencia institucional denominadas de “baja
intensidad” (tales como los controles de rutina con abuso de poder, insultos, humillaciones,
64
denigraciones, empujones, etc.) en muchas situaciones son naturalizadas y asimiladas como
“prácticas comunes”, “como algo normal”, no reconociéndolas como hechos de violencia y
mucho menos como hechos factibles de denunciar. En este sentido, se destaca la impor-
tancia de un trabajo de concientización sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes
como ciudadanos/as y de las vulneraciones que padecen diariamente. El acompañamiento
y fortalecimiento de su grupo familiar, junto a la concientización e información sobre sus
derechos, son un paso fundamental en el proceso reparador.
El reconocimiento y la reparación por parte del Estado de las violaciones que provocó
y/o posibilitó, como así también el enjuiciamiento de los responsables son aspectos funda-
mentales en las estrategias asistenciales a las víctimas, ayudando a salir del silencio, de la
ambigüedad, de la confusión, de la culpa y de la marginación. Ello les permitirá reiniciar su
vida, lograr una nueva coherencia tanto en su interioridad como con el medio que lo rodea.
Desde esta perspectiva, “reconocer las funciones indelegables del Estado en su campo con-
creto de acción, identificando el campo de complementación entre la política del estado y
28 - Silvia Amati: “La modesta omnipotencia” en Democratización y Protección de la Dignidad Humana. Ediciones
CODESEDH. Buenos Aires, mayo 1999.
65
las organizaciones comunitarias orientadas hacia el bien común”29 es un paso ineludible a
la hora de pensar una reparación integral del sujeto.
Modalidad de intervención
Durante los últimos 15 años DNI desarrolló una metodología de abordaje para el trabajo
con víctimas de graves violaciones de derechos humanos que fue aplicada a este Proyecto.
Se trata de un dispositivo de intervención transdisciplinar que articula diferentes planos y
donde la perspectiva de derechos humanos está presente de forma transversal. El abordaje
se realiza teniendo en cuenta tres parámetros esenciales: 1) la valoración ética del vínculo
con la víctima y su grupo familiar y social; 2) el fortalecimiento de la cualidad ciudadana
en el ejercicio pleno de sus derechos; y 3) el trabajo con la víctima, su familia y su entorno
social. Sobre estos principios se organizó el trabajo de los equipos transdisciplinarios de
cada localización, compuestos por profesionales de diferentes disciplinas y referentes co-
munitarios que llevaron adelante estrategias diversas de intervención de acuerdo con las
características específicas de cada caso.
29 - Norberto I.Liwski. Salud Comunitaria. Derecho Humano Fundamental .El rol de las Organizaciones Comunitarias y del
Estado. Ediciones CODESEDH. Argentina. Febrero 2002
66
reparatorias de la víctima en diferentes planos como la reconstrucción de sus vínculos fa-
miliares, la reafirmación de valores ligados a la libertad, la solidaridad, el respeto, la verdad
y la justicia. A su vez, estos valores se articulan con proyectos perso-nales y colectivos de
inclusión e integración social. La recuperación psicofísica y social se une fuertemente a un
ejercicio pleno de la ciudadanía; 3) Estrategia asistencial. El trabajo transdisciplinario po-
tencia cada saber disciplinario y, a su vez, posibilita que ninguna disciplina pierda su iden-
tidad. Asimismo, se combina la asistencia individual con espacios de trabajo colectivo que
pueden incluir al grupo familiar, vecinos, compañeros de trabajo, u organizaciones comu-
nitarias y del Estado; 4) Estudio e investigación casuística. Bajo la modalidad de ateneos30,
el equipo transdisciplinario analiza un caso testigo examinando de manera crítica la inter-
vención y elaborando conclusiones de aprendizaje colectivo. Las estrategias de interven-
ción de los equipos territoriales son diseñadas y evaluadas conti-nuamente, adaptándose
según la singularidad del caso.
30 - Modalidad de capacitación que se caracteriza por ser un espacio de reflexión y de socialización de saberes y consiste en la
exposición de casos para analizar colectivamente desde diferentes ejes propuestos.
31- Adoptada por la Asamblea General en su resolución 40/34, del 29/11/1985
67
de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la legis-
lación penal vigente en los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder... inde-
pendientemente de que se identifique, aprehenda, enjuicie o condene al perpetrador e indepen-
dientemente de la relación familiar entre el perpetrador y la víctima. En la expresión “víctima”
se incluye además, en su caso, a los familiares o personas a cargo que tengan relación inmediata
con la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la
víctima en peligro o para prevenir la victimización…”.
Desde DNI se considera a las víctimas como sujetos de derecho y, desde este enfoque, se
promueve la construcción de un lugar de protagonismo activo que conduce a la restitución
de derechos vulnerados. Por medio de este abordaje se propone evitar y/o desactivar la cons-
trucción de identidades a partir de la condición de víctimas, con el consecuente efecto es-
tigmatizador. Las diversas intervenciones están dirigidas a acompañar el empoderamiento
de cada persona/familia asistidas en la búsqueda de reparación individual y colectiva.
68
las niñas, niños y adolescentes víctimas cuando se encuentran en manos de quienes vulne-
raron gravemente sus derechos a la integridad física, psíquica y dignidad. En los familiares
de las víctimas directas, los efectos pueden manifestarse en la esfera psicológica como an-
gustias, temores, fobias, etc.; 2) Los efectos mediatos son aquellos que se presentan a largo
plazo y pueden agudizarse ante situaciones traumáticas del contexto social.
* Elabora una aproximación a la situación de cada persona (en relación con su estado
psicológico, médico, social y legal) e identifica el estado de vulnerabilidad de la víctima;
* Diseña una estrategia asistencial que será específica según la singularidad de cada
caso. Las acciones se seleccionan en función de cada persona y pueden abarcar denuncias
judiciales, entrevistas psicológicas, consultas médicas, actos comunitarios de reparación
simbólica, inserción en proyectos personales o grupales, entre otros;
* Implementa y desarrolla acciones psicosociales adecuadas teniendo en cuenta los
criterios anteriores para lograr un proceso reparador y de restitución de derechos;
* Evalúan las diferentes modalidades de intervención en el plano legal (acciones de
amparo, Amicus Curiae, Habeas Corpus, denuncias y/o querellantes, acciones legales de
reparación en el fuero civil).
En los casos en los que las víctimas quieren denunciar penalmente los hechos se debe
garantizar la debida protección de la persona, su entorno familiar y comunitario. En este
sentido, las denuncias que se realizaron en el marco del Proyecto se presentaron como ins-
titución (DNI), es decir, en el carácter de organización de derechos humanos que trabaja en
la promoción y protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, y preservando la
identidad de las víctimas y testigos hasta tanto puedan garantizarse las medidas de segu-
ridad adecuadas. Esta modalidad de intervención coloca al sujeto-víctima-testigo bajo un
paraguas de protección que lo preserva de los riesgos que pudiesen correr por el solo hecho
de ejercer sus derechos.
A partir de la declaración del ASPO, que comenzó a regir en nuestro territorio a partir
del 20 de marzo de 2020, las intervenciones descriptas debieron ser modificadas sustan-
cialmente. El COVID19 afectó con más intensidad a la zona del AMBA (área metropolitana)
70
-CABA y Gran Buenos Aires- como producto de las grandes concentraciones poblaciona-
les.
Entre las zonas más afectadas se destacan las barriadas populares y asentamientos
implicados en el proyecto, lugares con condiciones de desigualdad extrema, caracterís-
ticas habitacionales y prácticas sociales y comunitarias que hacen difícil cumplir con el
aislamiento ordenado más allá de la buena voluntad de quienes habitan estas zonas (nos
referimos a condiciones de hacinamiento, falta de servicios esenciales como agua potable,
luz, etc.). En este escenario, no sólo se modificaron las costumbres habituales de la comu-
nidad, sino, además, se advirtieron prácticas ilegales relacionadas con el “deber de control”
del cumplimiento de la cuarentena.
Por su parte, nuestro trabajo institucional también se vio obligado cambiar sustancial-
mente, particularmente en lo referido al trabajo territorial y de cercanía con la población.
Mediante un reacomodamiento a la nueva coyuntura, los equipos transdisciplinarios elabo-
raron nuevas estrategias para no afectar los objetivos fijados, y seguir acompañando a las
niñas, niños y adolescentes pero tomando recaudos, a su vez, para garantizar el debido cuida-
do sanitario. Así, se sustituyó la modalidad presencial por una virtual (llamados, WhatsApp,
video llamadas, correos electrónicos, etc.). Esta modalidad fue implementada, excluyendo las
situaciones de urgencia que ameritaron presencialidad, las que se realizaron tomando todas
las medidas de prevención sanitaria requeridas. Las reuniones de los equipos, tanto la coordi-
nación central como los equipos territoriales también fueron realizadas de manera virtual.
En este contexto, el vínculo y coordinación con las organizaciones comunitarias del te-
rritorio y sus respectivos/as referentes, quienes continuaban en contacto directo con las ni-
ñas, niños y adolescentes (curas de las villas y barrios populares, hogares de Cristo, organiza-
ciones sociales, etc.) se acentuó aún más, volviéndose indispensable para la actualización del
estado de situación de los barrios como así también para el seguimiento de los casos.
Asimismo, el rol de las y los operadores comunitarios integrantes de los equipos trans-
disciplinarios cumplió un lugar central en este contexto, siendo ellas/os las/os transmisores/
as diarios del estado de situación de los territorios y posibilitando la constante adecuación
de las estrategias de intervención y acercamiento según las situaciones por las que venían
atravesando cada uno de los barrios.
En el plano jurídico, también debimos adaptarnos a nuevas prácticas nunca antes uti-
lizadas previamente por el Poder Judicial, pero que, a la luz de estas circunstancias extraor-
71
dinarias, resultaron modalidades novedosas que hicieron posible mantener los vínculos y
continuar las investigaciones penales iniciadas antes de la cuarentena. Las presentaciones
se pudieron realizar por vía de los correos electrónicos de los juzgados, fiscalías y organis-
mos administrativos, además de llamados telefónicos y comunicaciones por WhatsApp.
32- Los contenidos de este capítulo no reflejan necesariamente la opinión de todas o cada una de las personas e instituciones
u organizaciones mencionadas en las redes o espacios intersectoriales. Tampoco implica en todos los casos participación
directa en las acciones del proyecto.
72
En los territorios las instituciones, organizaciones sociales y religiosas llevan adelante
importantes iniciativas para mancomunar esfuerzos y acciones en el abordaje de diversas
problemáticas. Así, se fomenta el trabajo en red para abarcar la mayor cantidad de espacios
por los que los niños, niñas y adolescentes transitan.
Como se dijo en el apartado anterior, las niñas, niños y adolescentes de los barrios po-
pulares se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad y muchos de sus derechos son
afectados o están en riesgo. Por eso, el abordaje debe ser desarrollado desde un enfoque
de derechos, es decir, desde la perspectiva de que sus derechos deben ser garantizados de
modo integral.
Siguiendo a Hantouch y Sola Álvarez entendemos que las redes constituyen una prác-
tica de acción colectiva en la medida en que las organizaciones se agrupan en torno a una
demanda, cuestión o causa, con la intención de hacerla trascender al espacio público: “en
las redes las organizaciones interactúan, se influencian mutuamente y producen esquemas
simbólicos necesarios para el desarrollo de este tipo de acción.”33
“La “red” es una metáfora que permite hablar de relaciones sociales aportando los
atributos de “contención”, “sostén”, “posibilidad de manipulación”, “tejido”, “estructura”,
“densidad”, “extensión”, “control”, “posibilidad de crecimiento”, “ambición de conquista”, “for-
taleza”. El término es aplicable a dos fenómenos diferentes: por una parte, a un conjunto de
interacciones espontáneas que pueden ser descritas en un momento dado, y que aparecen
en un cierto contexto definido por la presencia de ciertas prácticas más o menos forma-
lizadas; por otra parte, puede también aplicarse al intento de organizar esas interacciones
de un modo más formal, trazarles una frontera o un límite, poniéndoles un nombre y gene-
rando así un nuevo nivel de complejidad, una nueva dimensión”34.
33 - Hantouch, J.; Sola Álvarez, M. (2007) “Redes de organizaciones de la sociedad civil. Prácticas de acción colectiva”, en Orga-
nizaciones de las Sociedad Civil en Argentina. Similitudes y Divergencias, CENOC, Buenos Aires, pág. 73.
34 - Núñez, Rodolfo. (2007) “Redes comunitarias: afluencias teórico metodológicas y crónicas de intervención profesional”,
Espacio Editorial, pág. 51.
73
Identificación de organizaciones sociales, instituciones territoriales y
organismos públicos
Todos los actores vinculados con el proyecto han realizado aportes significativos. Sin
embargo, destacamos particularmente a los aliados que formaron parte de las acciones de
modo directo tales como el Padre Adrián Bennardis, referente de Villa Soldati (CABA), el
Padre Pepe Di Paola referente de la localidad de José León Suárez, en Villa La Cárcova (San
Martín), y barrios aledaños y la comunidad franciscana de la Parroquia Inmaculada Con-
cepción y la organización social La Poderosa. Su conocimiento de la temática y su inserción
territorial posibilitó tanto el mapeo de los actores relevantes como de la convocatoria al
diálogo. El rol que cada uno de los aliados desempeñó incluyó su participación en todos
los espacios de red y la constante consulta y asesoramiento sobre las situaciones generales
y puntuales en los barrios. Ello contribuyó especialmente al análisis de las estrategias de
abordaje en múltiples casosy a su adecuada implementación.
“Pueblo, grupos sociales, clase, estratos, sociedad civil: no son simplemente denomina-
ciones o títulos que las ciencias sociales colocaron a un fenómeno, sino que constituyen el
centro del torbellino en torno al cual han girado conflictos políticos y debates teóricos de
las ciencias sociales. Cada uno de estos términos representa, a su vez, las construcciones so-
ciales de cada época respecto de los lazos que se construyen entre las personas y los grupos
y cuál es justamente el contenido, la fibra de ese lazo: la solidaridad, los espacios comparti-
dos, los sufrimientos comunes, la identidad.”35
DNI junto con los referentes del movimiento de curas villeros y La Poderosa, elabo-
raron un esquema de trabajo que comenzó con identificar, en primer lugar, a los actores
que debían ser convocados a los espacios de articulación. Esto permitió reconocer las redes
existentes en cada localización del proyecto, algunas de las cuales ya abordaban incluso la
problemática de la violencia institucional.
Luego del mapeo de actores se definieron los tres objetivos claves propuestos para las
acciones de diálogo y articulación: 1) promover el fortalecimiento de espacios preexistentes
que abordaran la problemática de la violencia Institucional contra niñas, niños y adoles-
centes; 2) conformar espacios de abordaje específico donde no existiera, e 3) incidir en la
35 - De Piero, Sergio (2005) Organizaciones de la Sociedad Civil. Tensiones de una agenda en construcción. Paidós, pág. 41.
74
agenda de las redes consolidadas para que abordaran los temas de las infancias y adoles-
cencias en general.
Una vez establecido este primer paso, los equipos transdisciplinarios generaron los
primeros contactos con referentes de distintas agencias para difundir el programa del
proyecto y promover el diálogo y la articulación esperados. El contacto directo y las reu-
niones presenciales fue esencial para construir un vínculo de confianza, condición nece-
saria para todo trabajo en red.
En estas primeras reuniones con cada actor se presentó el Proyecto, sus objetivos y
alcances y se identificaron los puntos de encuentro y los posibles obstáculos y desafíos
para el trabajo en articulación en cada localización. Entre las reflexiones producto de esos
intercambio podemos destacar: el reconocimiento de una mayor intensidad y nuevas for-
mas de violencia por parte de las fuerzas de seguridad hacia las niñas, niños, adolescentes
y jóvenes; la existencia de tensiones y una línea argumental tendiente a desestimar las de-
nuncias de violencia institucional justificada por los discursos hegemónicos de los medios
masivos de comunicación; ciertas advertencias sobre la violencia por omisión de interven-
ción de las fuerzas de seguridad y escasos programas tanto en la esfera pública como en
la de las organizaciones sociales que aborden la problemática desde un enfoque integral,
incluyendo el aspecto del acompañamiento psicosocial a las víctimas de violencia institu-
cional y sus familias.
75
1) Interacción bilateral: reuniones y entrevistas con actores públicos invo-
lucrados en la temática como jueces y organismos de niñez. Estos encuentros
tuvieron por objetivo además de presentar el Proyecto, proponer y construir
una vía de articulación y diálogo continuo.
76
También hubo algunas perspectivas contrapuestas o dispares en lo que respecta a le-
gitimar, por parte de algunas voces, el accionar de las fuerzas de seguridad. En ese con-
texto, se generaron profundos debates que convergieron en intercambios provechosos. El
proceso de reflexión colectivo permitió, en muchos casos, revisar algunas de las posturas
legitimantes del accionar policial y complejizar los discursos y posicionamientos de ma-
nera tal de poder abordar la problemática desde un lugar de respeto de los derechos fun-
damentales de niñas, niños y adolescentes y el deber actuación de las fuerzas de seguridad
en un marco de legalidad.
Además de los espacios de articulación con los actores de los territorios, el proyecto
contó con el asesoramiento y acompañamiento de un Consejo asesor honorario compuesto
por integrantes de la comisión directiva de DNI y actores con experiencia en el abordaje de
la problemática y los referentes territoriales del proyecto.36
El consejo cumplió el rol de asesorar, generar instancias de análisis crítico de las ac-
ciones llevadas a cabo en el proyecto y de las potencialidades y posibilidades del proyecto
en términos innovadores. A su vez, los expertos aportaron lineamientos para la adecuación
de las acciones, cuando así fue necesario, de acuerdo con los obstáculos y/o limitaciones
que se fueron presentando en la concreción de algunos objetivos.
Este asesoramiento fue constante durante el desarrollo del proyecto, por diver-
sas vías que incluyeron reuniones periódicas con el equipo del área de Protección de
Derechos y Acceso a la Justicia de UNICEF e integrantes de los equipos interdiscipli-
36 - El consejo se conformó por las siguientes actores especializados en la materia, provenientes de diversos sectores de gobi-
erno, poder judicial, academia, organizaciones sociales y territoriales y religiosas: Dr. Liwski Norberto, Dra. Mary Bellof, Dra.
María Eugenia Arbeletche, Lic. Alicia Blasco, Dr. Martiniano Terragni, Padre Pepe Di Paola, Dr. Gerardo Frega, Padre Adrián
Bennardis, Integrantes de la Organización La Poderosa, Lic. Gabriel De Menech, Dra. Maria Silvia Oyhamburu, Dra. Carmen
Celiz y Dr. Rómulo Gabriel Peñoñori.
77
narios y múltiples espacios de consultas bilaterales.
Del mismo modo, las medidas del ASPO y algunos de sus emergentes, tales como la
falta de trabajo, los cambios en la educación, y los hechos de violencia institucional relacio-
nados con dichas medidas, fueron motivo de nuevas instancias de reflexión comunitaria.
Los intercambios se concretaron en encuentros virtuales con participación de los equipos
transdisciplinarios.
El dispositivo para relevar las situaciones de violencia institucional e iniciar las ac-
ciones de pronta atención en contexto de ASPO tuvo como actores principales a los y las
vecinas pertenecientes a organizaciones territoriales. Ellos/as fueron los/as encargados/as
de detectar las situaciones y ponerlas en conocimiento del resto de los actores vinculados
por los espacios de diálogo y articulación para iniciar el dispositivo de abordaje. La con-
tinuidad en la comunicación también permitió llevar adelante las acciones de articulación
en la asistencia a las víctimas de violencia institucional en diferentes áreas disciplinares:
salud, educación, desarrollo social y judicial.
78
ORGANISMOS PÚBLICOS ÁMBITO C.A.B.A
79
Casapueblo – Ramón Carrillo
Centro Educativo Comunitario (CEC) – Ramón Carrillo
Comedor La Familia (Asunción) – Ramón Carrillo
Club Atlético Virgen Inmaculada (CAVI) - B. Carrillo
Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) Movimiento Lu-
cha y Rebelión – Ramón Carrillo
Construyendo Sueños Centro comunitario.
Hogar de Cristo Juan Pablo II
Hogar de Cristo San Expedito
Parroquia Nuestra Señora de Fátima
El refugio Fátima
Agrupación La Salamanca VILLA 20
Cooperativa El Manantial de Villa Soldati
El Hormiguero
Peronismo Militante
Bachillerato Popular 2 de diciembre – Villa 21-24
Comedor Niño Belén
Escuela de Boxeo de Villa Zavaleta
C.A.D – Centro de Admisión y Derivación (Ex-Inchausti)
Programa PAIAS.
Programa DyAT (Derechos y Alianzas Territoriales)
Escuela de Reingreso E.E.M. 5 DE 19 - Villa Soldati
Escuela Secundaria Inmaculada Concepción.
Escuela de Educación Técnica – UBA - Villa Lugano.
Casa de la Cultura de Villa 21-24
Instituto Nuestra Señora de Fátima
CeSac N° 6 (Soldati)
80
Buenos Aires)
Cooperadora de la Nutrición Infantil (CONIN) (Barracas)
Red institucional de Villa SOLDATI
Bachillerato Popular Sol del Sur
Escuela 7 DE 19 - Villa Soldati
Casa Fátima
Casa Lucero.
Junta Vecinal Los Piletones
37 - Este movimiento está conformado por un grupo de organizaciones que también forman parte de otras redes por esta
razón no se especifican.
81
Capilla Virgen del Milagro
Capilla Virgen Caacupé
Capilla San Francisco Solano
Capilla Virgen de Itatí
Capilla Medalla Milagrosa
Capilla Virgen de Itatí
SALITA “Del fondo” CESAC N°20 (Cárcova)
SALITA “Agote” N°4
SALITA “Juan Pereyra” (13 de Julio)
ESCUELA PRIMARIA N°50
ESCUELA PRIMARIA N°51
Centro Universitario San Martín (CUSAM)
Escuela Secundaria UNSAM
Jardín maternal Santa Ana
Centro educativo infantil “Tren Blanco”
Hogar de abrazo maternal (Capilla Virgen de Luján)
Hogar de Cristo “ Gauchito gil”
Capilla Sagrado Corazón
Centro deportivo (Sede central: Sagrado corazón)
Centro Deportivo San Francisco Solano (Barrio curita)
Centro Educativo de Nivel Secundario (Capilla Solano)
Centro Juvenil (Capilla Medalla)
Espacio Comunitario El Tropezón
Centro Cultural América Mestiza - Barrio 9 de Julio.
Biblioteca Popular la Cárcova
Escuela Popular de música
Centro de encuentro para la Comunidad “Casa de Elena y Salvador”
Programa Atajo (Gorriti 4301 e/Zeballos y 9 de Julio, Lanzone
Servicio Local Suárez Norte
Servicio Local José León Suárez
Dirección de Protección de los Derechos N, N y Adolescentes
Hogar de niños “Asunción de la Virgen” - San Andrés
Campaña Nacional contra la Violencia Institucional y Observatorio contra la
Violencia Institucional San Martín
Centro Educativo Capilla Luján
82
Casa de la Mujer “ Kuña Guapa” Movimiento Evita - Loma Hermosa
Programa Despegar de la Municipalidad de San Martín
C.A.D – Centro de Admisión y Derivación San Martín
Escuela Primaria 61
Bachillerato Popular Taller Escuela María Asunción Guglielmi (TEMAG)
Espacio de Primera Infancia (EPI) - barrio 13 de Julio
38 - Las Instituciones que lo conforman se encuentran incluidas en otros puntos de este listado, razón por la cual no se especi-
fican.
83
Programa de Autonomía Joven de la Municipalidad de San Martín
Programa de Salud Mental y Adicciones de la Municipalidad de San Martín
Secretaria de Salud de la Municipalidad de San Martín
Secretaria de Desarrollo Social de la Municipalidad de San Martín
Subsecretaria de Inclusión e Integración Social de la Municipalidad de San Martín
* Mesa Reconquista:
Organización La Colmena
Radio Comunitaria Reconquistza
Cooperativa Bella Flor
Cooperativa 9 de agosto
Cooperativa de Trabajo Proin.
Centro Cultural y Biblioteca Popular Crecer de a Poco
Bachillerato Popular “La Esperanza”
Centro Comunitario 8 de mayo
Crecer de a Poco
Centro Cultural América Mestiza
Colectivo de Mujeres Osadía
Jardines Colmenita 1 y 2
Asociación Civil Diego Duarte
Puntos de Encuentro
Centro Cultural Los Amigos del Barrio Sarmiento
Parroquia Inmaculada José León Suárez
Asociación Civil Codo a Codo – Barrio Independencia
Asociación Civil ENRAISUR
Jardín Itatí – Barrio Independencia
Proyecto Convenio UBA – CEAMSE. Complejo CEAMSE
84
centes. Entre ellas se destacan la ausencia de pautas o guías específicas de procedimiento,
agravadas por la falta de instancias de capacitación. Esto promueve la autonomización de
grupos operativos de las distintas fuerzas en la periferia y en el interior de las villas, asen-
tamientos y barrios populares. Por otro lado, también se advierten posibles redes de ilegali-
dad. Algunos referentes señalan la promoción de conductas ilícitas o relaciones extorsivas
particularmente con aquellos niñas, niños y adolescentes dedicados a tareas de cartoneo
o que participan en la búsqueda de elementos de algún valor en basurales de cielo abierto.
Además, se advierte un comportamiento agravado contra disidencias y/o adolescentes que
denunciaron o interpelaron el comportamiento ilícito de las fuerzas de seguridad.
Como sostiene el pedagogo Paulo Freire: «Saber qué enseñar no es transferir cono-
cimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción»39. En ese
sentido fue construida la metodología de trabajo de los talleres. Los conceptos y/o saberes
fueron objeto de análisis y debate, y se construyeron nuevas herramientas a partir de los
aportes de todos los actores involucrados en el proceso.
39 - Freire, P. (1997). Pedagogía de la Autonomía. México DF: Siglo XXI (Trabajo original publicado en 1996), pág. 47.
85
Las capacitaciones se desarrollaron bajo la modalidad de talleres participativos. La
agenda de los encuentros se ideó en conjunto con las instituciones y organizaciones par-
ticipantes en las mesas de articulación de cada territorio, y teniendo en cuenta las reco-
mendaciones del Consejo Asesor. Al mismo tiempo, la tarea que desarrollaron los equipos
transdisciplinarios en cada una de las localizaciones permitió identificar intereses especí-
ficos.
Los temas de interés identificados por la comunidad fueron incorporados a los talleres
y se llevaron a cabo encuentros dirigidos a adolescentes y jóvenes. Su principal objetivo
fue, en general, la conceptualización de la violencia que sufren niñas, niños y adolescentes
cotidianamente en los territorios donde viven y transitan y, en particular, el reconocimien-
to de ciertas situaciones de violencia institucional muchas veces naturalizadas.
Algunas de las reflexiones y debates de los talleres realizados giraron en torno a los si-
guientes aspectos:
86
* El uso de los instrumentos internacionales como herramienta para analizar,
incidir y favorecer la planificación, implementación y evaluación de las políticas
públicas en torno a la niñez y adolescencia referidas a la violencia institucional.
El primero de los talleres estuvo dedicado principalmente a abordar las estrategias de pre-
vención y la importancia del rol de la comunidad en este sentido. Promoviendo una mirada críti-
ca de los discursos existentes y propiciando la reflexión ante las tensiones que se suscitan con
frecuencia en el interior de las comunidades. El taller fue llevado adelante por el Dr. Liwski.
El tercer taller, llevado a cabo en contexto de ASPO, se orientó a reflexionar sobre el accionar
de las fuerzas de seguridad en los territorios en el marco de las medidas dictadas por el Poder
Ejecutivo Nacional. Frente a una situación extraordinaria y de alcance mundial, se observó gran
preocupación por un escenario que para muchos referentes implicaba un mayor grado de vul-
nerabilidad de niñas, niños y adolescentes de los barrios, principalmente respecto de la actuación
de las fuerzas de seguridad. En ese marco, se identificaron situaciones en las que las fuerzas de
seguridad en nombre de reclamar el cumplimiento de las medidas de aislamiento tuvieron in-
tervenciones desproporcionadas con diferentes niveles de violencia y, en algunos casos, hasta
con disparo de balas de goma, lanzamiento de gas pimienta o detenciones infundadas. Además,
los participantes tuvieron acceso diversos materiales de difusión sobre las características de la
pandemia y la importancia de asumir responsablemente los cuidados sanitarios individuales y
colectivos adecuados en la medida de las posibilidades de cada comunidad.
87
En tal sentido, el rol de los talleristas se desarrolló en base a lo que Romero y Magro des-
criben de los pedagogos Ranciere y Jacotot: “Los maestros Ranciere/Jacotot nos interpelan a
redefinir tanto la función del maestro como la del alumno. Ninguna de las dos figuras volverá a
ser la misma (...) la figura del maestro se despoja de su aura de inteligencia superior…podríamos
hablar de pares, de iguales que se acompañan en un proceso de aprendizaje continuado, vital,
único pero que también puede ser compartido.”40
40 - Romero E., Magro C.: (2016)”La emancipación intelectual en la sociedad digital: El Maestro Ignorante de Ranciére en nues-
tros días.” Revista LETRAL, pág. 93. https://revistaseug.ugr.es/index.php/letral/article/view/4931
88
Programas, - Programa ATAJO -Bº FÁTIMA Y Programa ATAJO- San Martín
recursos, VILLA 20
espacios del - La Poderosa- Dispositivo de Con-
territorio trol de las Fuerzas de Seguridad.
* “Comedor
Corriente Villera-Barrio La Esperanza-
* Biblioteca popular La Carcova
*Lugano- vecinos solidarios “Villa 20- *La Cárcova
Centro deportivo San Juan Bosco-
*de María
la UBA
José Lubertino. Profesora de DDHH
*de Se pudo relevar una multiplicidad de miradas con respecto al accionar de las fuerzas
seguridad en el barrio, como así también de los adolescentes y jóvenes en conflicto
con la ley.
* El debate puso de manifiesto que esas miradas pueden operar o bien como legitim-
CONCLUSIONES
41 - Zonas territoriales, y/o franjas horarias en donde no hay presencia de las fuerzas de seguridad por su decisión.
89
*niñas,
La comunidad reconoce la necesidad de capacitación en torno a los derechos de
niños y adolescentes y a las potestades de las fuerzas de seguridad.
* SiLabien
prevención comunitaria es un trabajo a desarrollar necesariamente en red.
*trabajan enexisten diferencias conceptuales y/o metodológicas entre los sectores que
torno esta problemática, todos coinciden en que “las fuerzas de seguridad no
PRINCIPALES CONCLUSIONES
90
*21-24
Centro de Acceso a la Justicia CAJ - Villa
* Espacio de Primera Infancia EPI
* Servicio Local de Suárez
* Hogar de Cristo Hurtado
* América Mestiza
Sala de Salud del Bº 13 de julio
*24 Profesorado“Pueblos de América” Villa 21-
* Hogar Asunción de la Virgen
* Campaña Nacional de Violencia
ASISTENTES
*experiencia.
Cada institución tiene un abordaje singular de la problemática de acuerdo con su
No obstante, es importe diseñar estrategias de prevención en la violencia
institucional con objetivos comunes.
* Es preciso afianzar los mecanismos de articulación interinstitucional que tengan en
cuenta ciertos modos de abordaje de los casos.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
91
el fin de que pudiera participar toda la comunidad, se difundió el material de lectura por
WhatsApp y vía correo electrónico. Asimismo, se acordó un plazo de trabajo y por las mis-
mas vías fueron recuperados los aportes y comentarios los que fueron sistematizados en
un documento de “conclusiones del taller” que luego fue difundido entre todos los partici-
pantes.
FECHA 12 A 22 DE MAYO
* Casa Fátima
* Casa Lucero
Escuela Educación Especial (EEE) Nº7
*Suárez.
Escuela Primaria nº 61- José León
* Hogar de Cristo Niño Belén (Zavaleta)
* Hogar de Cristo Hurtado (21.24) Hogar *violencia
Campaña Nacional contra la
*de Cristo Juan Pablo II (B° Carrillo) * institucional.
92
* Hogar de Cristo San Expedito (B° La Paloma) *Concepción.
Parroquia Inmaculada
* Fortalecimiento de Vínculos
*Capilla
Espacio de Primera Infancia (EPI)
*Atención de la Primera Infancia CEPAPI
Centro Educativo para la Prevención y
Milagro.
*hacinamiento
Es de gran preocupación el acceso a la alimentación y educación y el contexto de
en que muchos niñas, niños y adolescentes viven con relación al deber de
cumplimento del ASPO.
* El contexto de ASPO ayuda a legitimar el lugar que ocupan las fuerzas en las
CONCLUSIONES
nuevo rol de control vinculado al ASPO también significó, en líneas generales, que se
respalde su accionar, incluso ante posibles abusos.
* Los abusos siguen perpetrándose contra grupos vulnerables, como son los y las
adolescentes y jóvenes o los habitantes de las zonas más precarias de los barrios.
93
*dad,Seenadvierten situaciones de al abuso de autoridad por parte de las fuerzas de seguri-
muchos casos, persiguiendo, hostigando y violentando a los más afectados en
CONCLUSIONES
el contexto actual. Esto se observa en las acciones diarias desplegadas por las fuerzas
de seguridad en los barrios populares y, principalmente, en los reiterados intentos de
PRINCIPALES
-
Los talleres de capacitación fueron evaluados por los equipos locales, la coordinadora
del proyecto y el Consejo Asesor. Entre las principales conclusiones se destacan:
*
La participación activa de los y las asistentes a los talleres, en particular el espacio
dirigido a niñas, niños y adolescentes.
* Los aportes realizados interpelaron sobre cómo enriquecer el abordaje de la temáti-
ca con ejes transversales, como el enfoque de género.
* Los dispositivos, programas y recursos existentes deben ser difundidos a la comu-
nidad para fortalecer el sistema de promoción y protección de derechos.
94
reflexiones finales
La violencia institucional es una problemática sensible que requiere ser identificada y
abordada en su especificidad y complejidad desde distintas dimensiones. Tanto el registro
de los hechos como el abordaje integral de las víctimas y sus familiares son estrategias
fundamentales en la búsqueda de su prevención. Esta publicación pretende dar cuenta
de las estrategias de trabajo implementadas por DNI en el sur de CABA y San Martín para
proteger los derechos de las y los adolescentes víctimas de violencia institucional.
Si bien una proporción significativa de casos se produce en los domicilios de las vícti-
mas (explicada en su mayoría por situaciones de violencia en el marco de allanamientos),
gran parte de estos hechos ocurren en el espacio público de los propios barrios. Esto da
cuenta de la importancia que tiene la violencia de las fuerzas de seguridad como técnica
para gobernar esos espacios, siendo los adolescentes y jóvenes de sectores populares que
viven en estos barrios estigmatizados muchas veces como “sujetos peligrosos” y el princi-
pal grupo a controlar a partir del despliegue de diversas violencias. En este mismo sentido,
se observa que la gran mayoría de esas violencias ocurren en el momento de contacto con
las fuerzas de seguridad.
Los tipos de violencia reportados en los distintos casos muestran un predominio de las
violencias verbales y psicológicas –“verdugueo”–; violencia física de media y alta intensidad; y
42 - De los datos desagregados se registró un 30,41% de 0 a 12 años, 16,22% de 13 a 15 años, 18,24% de 16 a 17 años y 35,14% de 18 a 24 años.
95
violencia de lesividad indirecta, que afecta severamente los derechos y garantías de niñas,
niños, adolescentes y jóvenes. Lo que se evidencia es como por cada hecho de violencia de
lesividad grave y letal o potencialmente letal de violencia institucional –hechos que son
los que suelen adquirir estado público más frecuentemente–, ocurren cotidianamente otra
gran cantidad de manifestaciones de violencias de las fuerzas de seguridad con consecuen-
cias menos lesivas, pero que en su reiteración y sistematicidad no dejan de tener conside-
rables efectos negativos sobre la subjetividad, la salud física y emocional y la condición de
ciudadanía plena de niñas, niños adolescentes y jóvenes.
Por último, se registran y analizan casos de abuso en el marco de las medidas de Ais-
lamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) por COVID 19 en los cuáles se evidencia
cómo la presencia y actividad policial termina volviendo contradictoria la acción del Estado
para garantizar el cumplimiento de estas medidas, en contextos en los que existen serias difi-
cultades habitacionales y sociolaborales que se acrecientan en este contexto tan difícil.
Las situaciones de violación de los derechos humanos por parte de las diferentes agencias
del sistema penal (las fuerzas de seguridad –policía federal, provincial o comunal; gendarmería;
prefectura, policía de seguridad aeroportuaria–, el sistema penitenciario y las instituciones del
96
sistema judicial penal y contravencional) no deben ser pensadas como acciones individuales
sino como problema estructural de violación de derechos que requiere de un abordaje inter-
agencial para ser combatida.
Los actos de violencia suelen constituir eventos traumáticos con gran potencial desestruc-
turante de la personalidad y de la salud mental para quienes los padecen. El alcance de la violen-
cia ejercida sobre niñas, niños y adolescentes debe tener en cuenta la interacción entre las
vulnerabilidades individuales de este grupo y otras generadas por el contexto.
En ese sentido, como ya se señaló, los niños, niñas y adolescentes aparecen como un
grupo particularmente vulnerable por su edad y desarrollo, a los que la violencia afecta
de forma diferencial y con efectos más graves que en los adultos. Pero, además, bajo las
prácticas de violencia institucional subyacen una gran cantidad de conflictos sociales que
suelen quedar encubiertos por el ejercicio de dicha violencia: la desigualdad de clase, la dis-
criminación de sectores sociales vulnerabilizados, la desigualdad de género, entre otros.
Se trata de un tema urgente de la agenda actual de derechos humanos que no podría visi-
bilizarse sin el compromiso de las organizaciones que trabajan a nivel local.
El proyecto de cooperación se encaró desde lugares y con perspectivas distintas, pero con
un interés común en avanzar hacia la prevención de la violencia y generar las herramientas
técnicas, conceptuales y humanas para trabajar en pos de ese objetivo.
* Identificar las situaciones de violencia de dos barrios del sur de CABA y la localidad de
San Martín, caracterizarlas y registrarlas;
* Generar herramientas para acompañar a las víctimas en el proceso de elaboración de los
hechos sufridos y restitución de derechos;
* Generar lazos y redes de articulación para el trabajo de prevención y de asistencia a las
víctimas de violencia;
* Visibilizar las situaciones de violencia y problematizar su vigencia, construyendo junto
97
con las niñas, niños y adolescentes y sus comunidades algunas herramientas para combatirlas;
Las niñas, niños y adolescentes en tanto víctimas de violencia institucional son propen-
sos a sufrir más intensamente las vulneraciones de sus derechos fundamentales porque se
encuentran en pleno proceso de desarrollo. La edad de las víctimas puede ser un factor que
acentúe la vulnerabilidad de una persona y limite el ejercicio pleno de sus derechos.43 Esto
se agudiza en los adolescentes pertenecientes a los barrios y sectores más vulnerables de la
sociedad, contexto que se conjuga, a su vez, con una presencia parcial o insuficiente de orga-
nismos del Estado orientados en la protección de sus derechos.
Además del trabajo concreto territorial en las localizaciones abarcadas, el proyecto tuvo
como objetivo aportar ideas, herramientas y metodologías participativas para las comunidades
y referentes territoriales. La articulación con la comunidad permite atender a la singularidad de
cada niña, niño y/o adolescente y su medio social cercano.
Esperamos que la difusión de esta experiencia y de los resultados obtenidos sean de utili-
dad para fortalecer el abordaje y seguimiento del trabajo con víctimas de violencia institucional
en otros espacios tanto estales como comunitarios. El marco de actuación no es estático, sino
dinámico, con lo cual las estrategias deberán ser adaptadas a cada caso concreto y su contexto.
No obstante, consideramos que las herramientas recabadas en esta experiencia piloto pueden
ser orientadoras para el despliegue de acciones basadas en evidencia que contribuyan al obje-
tivo de proteger a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes contra la violencia institucional.
43 - MPF Procuvin/Dovic, Guía para la recepción de testimonios de víctimas de violencia institucional. Disponible en https://
www.fiscales.gob.ar/violencia-institucional/recuperar-la-palabra-de-las-victimas-procuvin-y-dovic-elaboraron-una-guia-
para-la-recepcion-de-testimonios-por-hechos-de-violencia-institucional/
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103
anexos
Anexo 1
Pautas para el abordaje de situaciones
de violencia institucional contra niños,
niñas y adolescentes
Índice
1. Introducción.......................... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
1.1 La necesidad de pautas de intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
1.2 Alcance y propósito ................ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
1.3 A quiénes están dirigidas ........ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
1.4 Flexibilidad y participación ..... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
1.5 Finalidad ............................... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
105
1. Introducción
Las pautas y/o recomendaciones que aquí se proponen pueden y deben ser enrique-
cidas por otras experiencias. El documento está pensado para fortalecer el abordaje y
seguimiento del trabajo con víctimas de violencia institucional pero su contenido no es
106
estático, al contrario, pretende ser una herramienta de orientación para adaptar buenas
prácticas. Los aportes que aquí se proponen serán profundizados de acuerdo con el diag-
nóstico de cada caso concreto.
En este sentido, existen instrumentos de gran interés para el trabajo con víctimas en
sede judicial tanto a nivel local como de los estándares del Sistema Interamericano de
Derechos Humanos que pueden poner luz sobre las estrategias de abordaje aun cuando los
casos no se judicialicen.
107
“Las voces de los niños, niñas y adolescentes no sólo como registro de sus vi-
vencias, anhelos y expectativas, sino también como ciudadanos plenos, son
la piedra angular del nuevo contrato social entre los Estados, los niños, sus
organizaciones, familia y comunidad. El eje del protagonismo nos impulsa
a una reafirmación de esperanza para la construcción de sociedades más
justas, integradas y respetuosas de los derechos humanos en general y de
los niños en particular” 44.
1.5 Finalidad
Se persiguen los siguientes objetivos específicos:
44 - Liwski, N. I. (2009). Prólogo. En M. Liebel & M. Martínez Muñoz. (coord.), Infancia y Derechos Humanos. Hacia una ciuda-
danía participante y protagónica (pp. 9-10). Buenos Aires, Argentina: IFEJANT.
108
Asimismo, resulta esencial promover la reparación ética y/o material de las víctimas, me-
diante, por ejemplo, acciones públicas ligadas con la denuncia e investigación de los hechos o a
través de la capacitación y difusión de la problemática, de modo tal de favorecer a la prevención
y/o reparación de los efectos de la violencia, tanto a nivel individual como colectivo.
Se debe atender, también, en virtud del carácter federal de nuestro país, de las legisla-
ciones provinciales que completan en la mayoría de las jurisdicciones un plexo normativo
para garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes en todo el territorio nacional.
* ONU, Asamblea General, Convención sobre los Derechos del Niño, 20 noviem-
bre 1989.
109
* ONU, Asamblea General, Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Pe-
nas Crueles, Inhumanos o Degradantes, 10 diciembre 1984.
* OEA, Convención Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de
Costa Rica”, 22 noviembre 1969.
* OEA, CIDH, Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tor-
tura, adoptada el 9 de diciembre de 1985.
* ONU, Asamblea General, Protocolo Facultativo de la Convención contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes: Resolución
aprobada por la Asamblea General, 9 enero 2003, A/RES/57/199.
* ONU, Asamblea General, Declaración sobre los principios fundamentales de
justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder. Adoptada por la Asam-
blea General en su resolución 40/34, de 29 de noviembre de 1985.
* ONU, Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ACNUDH), Ma-
nual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes (“Protocolo de Estambul”), 2004.
* 100 Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición
de vulnerabilidad.
* Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes
(Ley 26.061). Promulgada de hecho el 21 de octubre de 2005.
* Ley de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos (Ley 27.372,
Decreto N° 421/2018).
* Código Penal - agravantes para homicidios, hurtos y robos cometidos por in-
tegrantes de fuerzas de seguridad, policiales o penitenciarias (Ley 25.816).
* Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interper-
sonales (Ley 26.485).
* Sistema Nacional de Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes (Ley 26.827).
110
diferentes vertientes, desde aportes profesionales y académicos hasta el conocimiento popular
proveniente de las distintas experiencias de las violencias de Estado y la capacidad de resisten-
cia y denuncia de los miembros y organizaciones de una comunidad.45
Las situaciones de violencia también se pueden dar en espacios públicos y medios de trans-
porte. Muchas veces incluyen agresiones físicas o psicológicas de alta o baja intensidad. Como
cualquier tipo de violencia, la ejercida por funcionarios públicos genera sufrimiento y tiene con-
secuencias negativas en la vida de las víctimas. Además de perjudicar su salud psíquica y física,
afectar su desarrollo y debilitar su autoestima, la violencia institucional puede provocar descon-
fianza y temor en tanto ocurre como resultado de la acción u omisión de agentes estatales que
tienen el deber de proteger y/o garantizar el acceso a derechos.
45 - Pita, Maria Victoria (2017). Pensar la Violencia Institucional: vox populi y categoría política local. Universidad de Buenos
Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto del Teatro; Espacios de crítica y producción; 53; 9-2017; pp 34.
111
se desoye el relato de las víctimas sobre los hechos sufridos.
46 - Arminda, M. J. y col. Los derechos humanos frente a la violencia institucional. Cuadernillo de la Secretaría de Derechos
Humanos, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. 2015, pág. 24.
112
“... las nociones del ejercicio de la violencia física, pero también la amenaza
abandono y omisión; la violencia directa conectada con la violencia estruc-
tural que limita el desarrollo y la simbólica que legitima; y (...) la violencia
vinculada con una concepción relacional del poder que implica posibles re-
sistencias, que se destaca por su capacidad productora de subjetividad y
no simplemente represiva. En este sentido el control social se ejerce a través
de la represión y coerción como violencia directa y normalizante, pero tam-
bién desde la persuasión y búsqueda de consenso, como violencia simbólica
y moralizante.” 47
Esta distinción entre alto/bajo grado de violencia es meramente analítica, es decir, solo in-
tenta indicar el mayor o menor grado de afectación de derechos individuales. Muchas veces, los
hechos de violencia de bajo grado pueden ocasionar en las víctimas sufrimiento de alto nivel. 49
47 - Bianchi, E., Guemureman, S., Otamendi, Sander, J. & A., Zajac, J. (2017). Violencias y Violencias estatales: hacia un ejercicio de
conceptualización. Revista Ensambles, año 4, n.7, pp. 17.
48 - Perelman, Marcela y Tufró, Manuel, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), revista Ciencias Sociales n° 92, Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, octubre de 2016.
49 - Dinard, María y Díaz, Rosa Matilde, “La producción del testimonio en el litigio estratégico de causas de violencia institucio-
nal: bases conceptuales, pautas y retos desde una mirada interdisciplinaria”, en el Centro de Documentación del Grupo de Acción
Comunitaria, 2019, pág. 4. Disponible en www.psicosocial.net.
113
Las niñas, niños y adolescentes son atravesados, como todo sujeto, por historias y
trayectorias singulares. Por eso, se debe trabajar para contemplar todas las aristas que
hacen a la persona y pensar las líneas de acción desde una mirada integral. En este docu-
mento se establece un abordaje que considerará la potencialidad de cada niña, niño y ado-
lescente, buscando encauzar y poner en valor su capital de conocimiento, y que esto sirva
para su cuidado y resguardo ante los abusos y las injusticias.
Los actos de violencia suelen constituir eventos traumáticos con gran potencial deses-
tructurante de la personalidad y de la salud mental para quienes los padecen. Por evento
traumático puede entenderse aquello que desborda la capacidad de percepción y asimilación
de la realidad de un sujeto sensible. Puede tratarse de un hecho, una secuencia de hechos o
las condiciones de vida deshumanizantes a las que un ser humano es sometido. 50
Las niñas, niños y adolescentes en tanto víctimas de violencia institucional son propen-
sos a sufrir más intensamente las vulneraciones de sus derechos fundamentales porque
se encuentran en pleno proceso de desarrollo. La edad de las víctimas puede ser un factor
50 - ONU, Asamblea General, Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso
de poder. Adoptada por la Asamblea General en su resolución 40/34, de 29 de noviembre de 1985. Disponible en: https://www.
ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/victimsofcrimeandabuseofpower.aspx
51 - ONU, Asamblea General, Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso
de poder. Adoptada por la Asamblea General en su resolución 40/34, de 29 de noviembre de 1985. Disponible en: https://www.
ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/victimsofcrimeandabuseofpower.aspx
114
que acentúe la vulnerabilidad de una persona y limite el ejercicio pleno de sus derechos.52
Esto se agudiza en los adolescentes pertenecientes a los barrios y sectores más vulnerables
de la sociedad. Este contexto se conjuga, a su vez, con una presencia parcial o insuficiente
de organismos del Estado orientados en la protección de sus derechos y por ende las vul-
neraciones adquieren múltiples dimensiones.
Las niñas, niños y adolescentes de sectores social y económicamente excluidos son es-
pecialmente vulnerables a la violencia institucional. Quienes no asisten a la escuela o lo
hacen de forma discontinua, quienes no pueden referenciarse en ningún espacio institu-
cional con sentido de pertenencia ni cuentan con referentes afectivos que puedan acom-
pañarlos en su crecimiento se encuentran más expuestos a la violencia institucional. Esta
situación se agrava en algunos casos ante la falta de conocimiento de sus derechos, favo-
reciendo el sometimiento a situaciones de hostigamiento y persecución por parte de las
fuerzas de seguridad.
52 - MPF Procuvin/Dovic Guía para la recepción de testimonios de víctimas de violencia institucional. Disponible en https://
www.fiscales.gob.ar/violencia-institucional/recuperar-la-palabra-de-las-victimas-procuvin-y-dovic-elaboraron-una-guia-para-la-
recepcion-de-testimonios-por-hechos-de-violencia-institucional/
53 - Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en condición de Vulnerabilidad, XIV Cumbre Judicial Iberoame-
ricana Brasilia, 4 a 6 de marzo de 2008.
115
2.3. Enfoque de protección integral de derechos de
niñas, niños y adolescentes
El enfoque de protección integral de derechos de niñas, niños y adolescentes se opone
a la fragmentación de la infancia. Pretende proteger los derechos humanos esenciales ha-
ciendo caso a las particularidades de ese grupo etario de manera integral. En este sentido,
el enfoque de protección de derechos abarca todas las dimensiones de la vida y desarrollo
de las niñas, niños y adolescentes.
En Argentina, en el año 2005 se sancionó la Ley Nº 26.061 de Protección Integral de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. En su artículo 9° la ley hace referencia expresa al
derecho de los niñas, niños y adolescentes a la dignidad e integridad personal.
En la misma línea, la Convención sobre los Derechos de Niños55 (aprobada por ley
nacional Nro. 23849 e incorporada en el art. 75 inc. 22 de la CN), prevé expresamente la pro-
54 - Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061). Promulgada de hecho el 21 de
octubre de 2005.
55 - ONU, Asamblea General, Convención sobre los Derechos del Niño, 20 noviembre 1989. Artículo 37. Disponible en: https://www.
unicef.es/publicacion/convencion-sobre-los-derechos-del-nino
116
moción y protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
En este sentido, la OC-17 establece: “conviene observar que para asegurar, en la mayor
medida posible, la prevalencia del interés superior del niño, el preámbulo de la Convención
sobre los Derechos del Niño establece que éste requiere “cuidados especiales”, y el artículo
19 de la Convención Americana señala que debe recibir “medidas especiales de protección”.
En ambos casos, la necesidad de adoptar esas medidas o cuidados proviene de la situación
específica en la que se encuentran los niños, tomando en cuenta su debilidad, inmadurez o
inexperiencia.”57
56 - Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002, solicitada por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño.
57 - OC- 17/2002, párr. 60.
58- OC- 17/2002, pár. 93.
117
Por ello, destacamos la centralidad en el abordaje propuesto del sistema integral de
promoción y protección de derechos, con los servicios locales y los Consejos Locales en la
Provincia de Buenos Aires como así también las Defensorías dependientes de la Ciudad de
Buenos Aires. Estos espacios abarcan a distintos actores e instituciones implicados en el
ejercicio de los derechos de la infancia y adolescencia, en busca de la construcción de una
visión común y compartida sobre sus derechos.
En este sentido, la Corte IDH fijó como estándar para evaluar si un trato resulta cruel,
inhumano o degradante, “la calidad de niños de los afectados por ellos”.59 En otro caso en
que el Estado argentino fue condenado, la Corte IDH dijo que el sufrimiento “se acentúa
cuando se trata de niños”.60 Es por su calidad de niñas, niños y adolescentes, que cualquier
trato cruel puede ser aún más intenso que si la víctima fuera un adulto.
59 - Corte IDH, caso “Instituto de Reeducación del Menor” vs. Paraguay, sentencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C No. 112,
párr 162. “En íntima relación con la calidad de vida, están las obligaciones del Estado en materia de integridad personal de ni-
ños privados de libertad. La calificación de penas o tratos como crueles, inhumanos o degradantes debe considerar necesari-
amente la calidad de niños de los afectados por ellos.”
60 - Corte IDH Caso Bulacio vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 18 de Septiembre de 2003. Serie C No.
100, párr. 98. “Es propio de la naturaleza humana que la persona sometida a detención arbitraria experimente un profundo
sufrimiento, que se acentúa cuando se trata de niños. Es razonable concluir que estas aflicciones se extiendan a los miembros
más cercanos de la familia, particularmente aquéllos que tuvieron un contacto afectivo estrecho con la víctima. No se requi-
ere prueba para llegar a esta conclusión.”
118
estigmatización social. Sólo el abordaje integral de estos aspectos permite que la víctima
pueda integrar la vivencia traumática y así comenzar su proceso reparatorio de reflexión
sobre lo vivido y de restitución de derechos.
Los efectos de la violencia institucional tanto para las víctimas como para sus fami-
liares y miembros de la comunidad61 pueden ser analizados desde diferentes perspectivas.
De acuerdo a la experiencia de trabajo de DNI, en este documento nos centraremos en dos
dimensiones:
Además, teniendo en cuenta que los hechos de violencia, en general, suelen darse en el
mismo ámbito de desarrollo de la vida cotidiana de la víctima, ciertos jóvenes experimen-
tan temores que pueden derivar en cambios en su rutinas, como recurso para no volver a
pasar por esas situaciones.
Los efectos de la violencia institucional en las víctimas son siempre singulares e im-
predecibles.62 Las características personales de cada individuo influyen en su habilidad
para describir y hablar sobre la violencia sufrida. En algunas niñas, niños y adolescentes
se advirtieron dificultades para la expresión de lo sucedido e interferencias en la construc-
ción de subjetividades necesarias en el proceso madurativo. En general se han observado
los siguientes efectos:
61 - Los efectos de la violencia alcanzan, muchas veces, al medio social circundante de la víctima, e incluso pueden extenderse
más allá del contexto social inmediato para alcanzar grupos sociales más amplios. En los familiares y contexto social más
cercano, la violencia también repercute en la esfera psicológica (angustias, fobias, temores, trastornos psicosomáticos, etc.).
62 - Dinard, María y Díaz Rosa Matilde, “La producción del testimonio en el litigio estratégico de causas de violencia institu-
cional: bases conceptuales, pautas y retos desde una mirada interdisciplinaria”, en el Centro de Documentación del Grupo de
Acción Comunitaria, 2019, pág.14.
119
* Pérdida de autoestima.
* Imposibilidad de poner en palabras los hechos traumáticos acontecidos.63
* Sentimientos de apatía y resentimiento con el otro/a, con la sociedad que los
excluye y estigmatiza.
* Sentimientos de rencor, odio, enojo, frustración, desinterés general.
* En ocasiones dependencia a ciertas sustancias psicoactivas, como un modo
de paliar el malestar/angustia.
* Dificultad para la construcción de vínculos de confianza con otros.
* Imposibilidad para la construcción de proyectos de vida.
* Naturalización de los hechos de violencia.
* Negación de ciertos sentimientos de malestar/angustia/tristeza.
* En algunos casos se presenta el insomnio, la dificultad para conciliar el sueño,
la rememoración de hechos traumáticos vividos y/o pesadillas recurrentes.
120
2.5. La dimensión comunitaria del impacto de la
Violencia Institucional
La violencia institucional conlleva, de forma explícita o implícita, una amenaza y
ataque contra toda la comunidad y su sistema de valores, creando un ambiente dominante
de amenaza, miedo, temor e inhibición. Los actos de violencia institucional pueden oca-
sionar una alteración sustancial en la calidad de vida de la familia: problemas de salud,
cambio forzado de domicilio, pérdida de trabajo y/o disminución del apoyo social. A nivel
comunitario, puede crearse un estado de inseguridad generalizada, falta de confianza y
ruptura del tejido social, dejando así efectos duraderos en el comportamiento colectivo.
Pero a pesar de los graves efectos negativos que conlleva, en el interior de las comu-
nidades diferentes organizaciones asumen el compromiso de acompañar a los/as niñas,
niños y adolescentes víctimas de violencia conformando redes, generando espacios de es-
cucha. La comunidad es quien mejor conoce la realidad e historia de los territorios en los
que las víctimas desarrollan su vida cotidiana.
Las reacciones de los miembros del contexto social circundante a la víctima ante situa-
ciones de violencia ejercidas por las fuerzas de seguridad en los barrios más vulnerables
son variadas. Mientras que algunos logran identificar estas prácticas de violencia como
abuso, otros parecen justificar este accionar violento alegando conceptos tales como “pe-
ligrosidad” o “inseguridad”. En este escenario, la reflexión colectiva sobre el impacto de la
violencia institucional en la vida de los niñas, niños y adolescentes es fundamental para
repensar las estrategias de prevención de modo comunitario.
Consideramos que un abordaje integral debe atender a las historias personales, fami-
liares, a los componentes culturales que marcan pautas y comportamientos dentro de la
121
comunidad e incluso al contexto socio histórico e institucional en el que se sitúa el episodio de
violencia registrado. Creemos que este análisis integral no diluye lo específico del acto de violen-
cia institucional, por el contrario, logra interpelarlo en su multidimensionalidad.66
El principal sostén del trabajo con niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia
institucional es promover un vínculo que fomente la autonomía y genere confianza, segu-
ridad, validación técnica y científica en las intervenciones y una estructura ética que, afir-
mada en valores como la libertad, la solidaridad, el respeto, la verdad y la justicia, permita
forjar una interacción dinámica, transparente y respetuosa incluyendo la necesaria con-
fidencialidad. Esto implica también lograr que el/la asistido/a adopte una actitud activa
logrando, en la mayoría de los casos, ser el protagonista de su proceso reparatorio.
Como ya se dijo, el sufrimiento de la víctima involucra diferentes planos: los efectos físicos
se conjugan con los psíquicos, comprometiendo varios aspectos de la subjetividad. En este con-
texto, la percepción de la víctima directa y sus allegados debe abordarse integralmente desde
una perspectiva de derechos humanos, con herramientas de las ciencias vinculadas al campo
de la salud, el derecho y las ciencias sociales.
Bajo esta definición central en nuestra práctica institucional, se estimulan las capaci-
dades reparatorias de la víctima mediante la reconstrucción de vínculos familiares, la re-
66 - En esta perspectiva se inscribe el trabajo de CODESEDH (Comité para la Defensa de la Salud, Ética y Derechos Humanos)
presentado en el “Taller de expertos en reparación y rehabilitación de las víctimas de tortura en contextos de emergencia y
necesidades de larga duración de las víctimas” organizado por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los
Derechos Humanos con sede en Ginebra - Suiza (abril de 2015).
122
afirmación de valores ligados a la libertad, la solidaridad, el respeto, la verdad y la justicia.
Estos valores se alientan en proyectos personales y colectivos de inclusión e integración
social que la institución acompaña mediante la promoción del ejercicio pleno de la ciuda-
danía y de acciones que establezcan algún tipo de reparación desde la justicia para que
estos hechos no vuelvan a repetirse.
Frente a una realidad social compleja y dinámica, la articulación con los distintos ac-
tores territoriales, asistenciales y gubernamentales se vuelve fundamental para poder di-
señar las estrategias de acompañamiento y asistencia de modo integral. Para lograr un tra-
bajo interagencial se recomienda que se involucren en el proceso profesionales de distintas
disciplinas que puedan abordar la problemática desde sus diferentes saberes. Profesiona-
les del derecho, medicina, psicología, trabajo social, operadores comunitarios, entre otros,
trabajarán de modo articulado para diseñar las estrategias asistenciales.
123
que reflejan las disciplinas particulares y comprender las complejas realidades del mundo
actual de un modo más transversal.” 67
Por ejemplo, desde el campo de la salud y con un abordaje médico psicológico pueden
atenderse los síntomas del estrés post traumático en sus distintas expresiones; desde las
ciencias sociales, se incorporan datos relevantes socio ambientales y de la trayectoria de
la víctima, su familia y su comunidad; el campo del derecho brinda apoyo vinculado a los
aspectos legales y las estrategias de acceso a la justicia; los operadores comunitarios incor-
poran la mirada y el saber de la vida cotidiana, la cultura, los hábitos y características de
la comunidad. Así, los profesionales de cada disciplina aportan su conocimiento y se en-
riquecen incorporando los saberes de las restantes disciplinas. En este esquema se plantea
el desafío de “desdisciplinar disciplinas” 69 en relación con el recorte del objeto de estudio que
hace cada una de ellas, lo cual conlleva, en cierto punto, una fragmentación del individuo.
67 - Osorio García (2012). El pensamiento complejo y la transdisciplinariedad. Fenómenos emergentes de una nueva racionali-
dad (pp. 281). En: rev.fac.cienc.econ., Vol. XX (1), pág. 285.
68 - Osorio García, óp. cit.
69 - Fernández, A.M. (1999) Notas para la constitución de un campo de problemas de la subjetividad (pp. 277-278). En Institu-
ciones Estalladas. EUDEBA –Buenos Aires, pág. 278.
124
El trabajo de los equipos se desarrolla a partir de reuniones periódicas en las que se fa-
vorece el intercambio y análisis de las estrategias a desarrollar en cada caso en modalidad
de ateneo. El equipo transdisciplinario elabora propuestas de intervención integral para
lograr un abordaje acorde a la singularidad de cada caso.
3.1.3 Confidencialidad
70 - ONU, Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ACNUDH), Protocolo de Estambul, 9 de agosto de 1999 (pp. 19).
Disponible en: https://www.ohchr.org/Documents/Publications/training8Rev1sp.pdf. En su artículo 64 se explícita “tiene la
obligación de obtener el consentimiento voluntario e informado de los pacientes mentalmente competentes para cualquier ex-
amen o tratamiento. Esto significa que los pacientes necesitan conocer las consecuencias que puede tener su consentimiento o
su rechazo. Por consiguiente, antes de examinar al paciente el profesional de la salud deberá explicar con toda franqueza cuál
es el objetivo del examen y el tratamiento.”
125
se encuentra íntimamente ligado con el principio de consentimiento informado.
Asimismo, las personas deben ser informadas sobre los límites de la confidencialidad, por
ejemplo, en aquellos casos en los que se encuentre en riesgo la vida o la integridad personal de
la víctima o ante requerimientos específicos de autoridades judiciales.
71 - ONU, Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ACNUDH), Protocolo de Estambul, 9 de agosto de 1999 (pp. 20). Dis-
ponible en: https://www.ohchr.org/Documents/Publications/training8Rev1sp.pdf, art. 65. Además, explicita que “El dilema se plantea
cuando el profesional de la salud se ve presionado o requerido por la ley para que revele información identificable que pueda poner
en peligro a un paciente. En esos casos prima la obligación ética fundamental de respetar la autonomía y los mejores intereses del
paciente, así como hacer el bien y evitar dañarle. Esta obligación prima sobre todas las demás consideraciones”.
126
A la par, muchas veces las inadecuadas intervenciones de profesionales de ámbitos de la sa-
lud y del derecho contribuyen a reforzarla revictimización. También se destacan las inadecua-
das, insuficientes o en algunos casos inexistentes acciones reparatorias por parte del Estado.
Para evitar los procesos de revictimización, se pueden tomar en consideración las si-
guientes recomendaciones:
* Evitar entrar en aspectos o que puedan interpretarse como algún tipo de jus-
tificación del acto violento, eximir de responsabilidad al agente de la agresión o
responsabilizara la víctima.
* No poner en duda el relato de la víctima con preguntas o aseveraciones que
o puedan transmitir dudas acerca de la veracidad de su experiencia.
* Acoger las necesidades de la víctima, comprender su sufrimiento y fortalecer su
confianza brindándole un espacio seguro y cálido donde poder hablar de lo ocurri-
do. Para ello se requiere un trabajo sin prejuicios, sin minimizar las posibles secuelas
y dando espacio a las emociones experimentadas.
* Fomentar un sistema de apoyo psicológico y de las medidas de seguridad oportu-
nas en el caso de que el riesgo siga vigente.
Para evitar la revictimización resulta clave no solo trabajar a nivel individual, sino tam-
bién en el ámbito familiar y comunitario.
72 - PROCUVIN/DOVIC (2020). El testimonio por hechos de violencia institucional. Guía práctica para integrantes del Ministerio
Público Fiscal de la Nación (pp. 17).
127
“La entrevista debería ser lo más cálida, amable y flexible posible, ayudando
a que la víctima derribe sus ideas previas acerca de un sistema judicial hos-
til y poco empático. Es primordial que cada entrevista sea abordada desde
la singularidad. Si bien pueden existir patrones comunes a los hechos de
violencia, ninguna entrevista es igual a otra, porque quienes padecen los
hechos lo viven de manera distinta. Conocer el universo simbólico y la afec-
tación que el hecho produce es necesario para conocer la “perspectiva de
actor”.” (Guber, 2004) 73
* El lugar físico debe ser apropiado, es decir, deben garantizarse condiciones de pri-
vacidad y seguridad.
* Participarán de la entrevista la víctima, familiar o referente adulto y los profesio-
nales intervinientes. Según la circunstancia se recomienda la participación de duplas (dos
integrantes del equipo de trabajo).
* Contenido básico de la entrevista: presentación tanto personal como institucional,
escucha del relato de los hechos y su contexto, relevamiento de datos traumáticos psico-
somáticos.
* Generación de acuerdos: es importante que se expliciten los acuerdos y compro-
misos asumidos entre los participantes.
73 - PROCUVIN/DOVIC (2020). El testimonio por hechos de violencia institucional. Guía práctica para integrantes del Ministe-
rio Público Fiscal de la Nación (pp. 25).
128
3.2 Recomendaciones para el trabajo con víctimas de
violencia institucional
3.2.1 Diseño de la estrategia de abordaje
La definición de una estrategia asistencial tiene por objetivos:
Luego del primer encuentro con las niñas, niños y/o adolescentes y/o algún miembro
de su grupo de crianza, contando ya con un diagnóstico aproximado de la situación, se
procede a elaborar una estrategia asistencial integral implementando las acciones repara-
torias, terapéuticas y de seguimiento.
129
3.2.2 Componentes del dispositivo de asistencia integral
130
el grado de urgencia de la intervención. En este punto debe valorarse cuál es la asistencia
que la víctima puede requerir de manera inmediata, es decir, si responde más bien a una
urgencia médica, psicológica o legal.
1) Registro y recopilación de información del caso, antecedentes del hecho y del contexto:
se realiza en función de los relatos directos de víctimas, referentes sociales y testigos.
2) Elaboración de aproximación diagnóstica del estado de situación de cada víctima
(médica – psicológica – legal – social): se implementa por medio de la intervención profe-
sional de cada una de las disciplinas y mediante la integración de la información para una
evaluación integral de la situación.
El eje rector que atraviesa toda estrategia de asistencia integral es la articulación de las
diversas intervenciones que atiendan a la subjetividad de cada niña, niño y /adolescente y
que permitan cumplir con el objetivo de restitución de derechos, acompañando a la vícti-
ma en ese proceso. Para esto es clave poner en el centro el valor de la palabra, el testimonio
que relata los hechos de violencia sufridos.
Uno de los ejes que atraviesa el campo asistencial es el del fortalecimiento de la estruc-
tura psicoemocional de la niña, niño y/ adolescente dentro de los contextos sociales,
131
económicos y culturales a los que pertenecen.
El abordaje psicosocial constituye una trama en la cual se pretende abordar una situa-
ción traumática construyendo, con la participación de la víctima, una estrategia de alivio
al sufrimiento a partir de un trayecto reparatorio integral que incluya la restitución de
derechos y el acceso a la justicia.
El protagonismo de niñas, niños y adolescentes debe ser garantizado para que puedan
recuperar su palabra y paulatinamente ir narrando los hechos sufridos. En este sentido, se
debe apelar a la veracidad del testimonio, generando un ambiente de confianza y escucha
y sin juzgar o poner en discusión el relato. Desde el equipo interviniente se debe dar valor
a los hechos relatados y visibilizarlos, lo que supone un permiso de abandonar el silencio,
migrar los hechos del ámbito privado y singular, hacia lo público y colectivo. Esto permite
el esclarecimiento de los hechos, tanto para sí como para aquellas personas que forman
parte de su contexto social inmediato ya que el dispositivo de acompañamiento y asisten-
cia alcanza también al grupo de crianza y su contexto.
En este sentido, es necesario poder establecer un vínculo estrecho con la familia y para
ello se debe tener permanente contacto a través de los medios disponibles (entrevistas/
encuentros/comunicación telefónica). Los encuentros pueden llevarse a cabo en algún
espacio de referencia para la niña, niño y/ adolescente o mediante visitas domiciliarias.
También es importante poder canalizar las consultas o dudas sobre expedientes o estado
de las causas y acompañar en las gestiones y trámites que sean necesarios. Estas acciones
colaboran con el establecimiento de un vínculo de confianza con la víctima.
Es importante considerar que el proceso de acceso a la justicia para las niñas, niños y
adolescentes puede implicar algunos riesgos, por lo cual sólo se recomienda avanzar en tanto
132
se establezcan los mecanismos de protección adecuados (tanto a nivel individual como co-
munitario) para no generar ninguna otra situación de riesgo o de revictimización.
En este sentido, algunas de las estrategias pueden ser: mantener reserva de la identi-
dad con pedido expreso en el nivel jurisdiccional donde se presenta la denuncia; solicitar
a la autoridad judicial la adopción de medidas de protección para la víctima y su familia;
favorecer un clima comunitario de alarma temprana para la protección de la víctima y su
familia; brindarle atención psicosocial adecuada para fortalecer sus recursos; entre otras.
133
búsqueda de investigación y sanción de los responsables. Sin embargo, siempre deben efectuar-
se teniendo el mayor de los cuidados, respetando, en primer lugar, la voluntad de la víctima y/o
familiares y las posibilidades ciertas de su protección ante eventuales represalias.
134
tas pueden traducirse en talleres y/o jornadas de sensibilización y prevención, asambleas
comunitarias y/o mesas de articulación y debate. En estos espacios se recuperan las discu-
siones sobre los derechos de cada individuo, se problematizan las situaciones y experien-
cias vividas y se dan a conocer recursos disponibles para acompañamiento y contención en
casos de violencia institucional, creando así las llamadas redes de sostén comunitarias.
135
4. Marco normativo básico
* Constitución de la Nación Argentina, 22 de agosto de 1994. Artículo 75, inciso 22. Disponible en:
https://www.congreso.gob.ar/constitucionNacional.php
* OEA, Convención Americana sobre Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica”, 22 noviem-
bre 1969. Disponible en: https://www.cidh.oas.org/Basicos/Spanish/Basicos2.htm
* ONU, Asamblea General, Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhu-
manos o Degradantes, 10 diciembre 1984, United Nations, Treaty Series, vol. 1465. Disponible en:
https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cat.aspx
* ONU, Asamblea General, Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las
víctimas de delitos y del abuso de poder. Adoptada por la Asamblea General en su resolución 40/34,
de 29 de noviembre de 1985. Disponible en: https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/
victimsofcrimeandabuseofpower.aspx
* ONU, Asamblea General, Convención sobre los Derechos del Niño, 20 noviembre 1989. Artículo
37. Disponible en: https://www.unicef.es/publicacion/convencion-sobre-los-derechos-del-nino
* ONU, Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ACNUDH), Manual para la investi-
gación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degra-
dantes (“Protocolo de Estambul”), 9 de agosto de 1999. Disponible en: https://www.ohchr.org/Docu-
ments/Publications/training8Rev1sp.pdf
* ONU: Comité de los Derechos del Niño. Observaciones finales sobre los informes periódicos
quinto y sexto combinados de la Argentina, 1 de octubre 2018, CRC/C/ARG/CO/5-6. Disponible en:
https://www.onu.org.ar/informes-y-documentos-de-argentina/
* 100 Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad.
136
* Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26.061). Pro-
mulgada de hecho el 21 de octubre de 2005.
* Ley de Derechos y Garantías de las Personas Víctimas de Delitos (Ley 27.372, Decreto N°
421/2018).
* Código Penal - agravantes para homicidios, hurtos y robos cometidos por integrantes de fuerzas
de seguridad, policiales o penitenciarias (Ley 25.816).
* Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales (Ley 26.485).
137
5. Bibliografía de referencia
* Bianchi, E., Guemureman, S., Otamendi, Sander, J. & A., Zajac, J. (2017). Violencias y Violencias
estatales: hacia un ejercicio de conceptualización. Revista Ensambles, año 4, n.7.
* Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos “Dr. Fernando Ulloa” (2011). Pro-
tocolo de Intervención para el Tratamiento de Víctimas-Testigos en el marco de Procesos Judiciales. Bue-
nos Aires, Argentina: Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
* Corte Interamericana de Derechos Humanos y UNICEF, Violencias contra niñas, niños y adolescentes
en América Latina y el Caribe, San José C.R., Corte IDH, 2019. Disponible en https://www.corteidh.or.cr/
sitios/libros/todos/docs/violencias_spa.pdf
* Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF Uruguay, (2019). Protocolo para el
abordaje de situaciones de maltrato a niñas, niños y adolescentes en el marco del Sistema Nacional
Integrado de Salud. Uruguay: Grafica Mosca.
* IIDH (2009). Atención integral a víctimas de tortura en procesos de litigio. Propuesta psico-
jurídica. San José, Costa Rica: Producción Editorial-Servicios Especiales del IIDH.
* Instituto Nacional de las Mujeres (2018). Guía para la prevención e intervención de situaciones
de violencia contra las mujeres en las organizaciones. Buenos Aires, Argentina.
* Liwski, N. I. (2009). Prólogo. En M. Liebel & M. Martínez Muñoz. (coord.), Infancia y Derechos
Humanos. Hacia una ciudadanía participante y protagónica. Buenos Aires, Argentina: IFEJANT.
138
* Perelman, Marcela y Tufró, Manuel, Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), (2016) revista
Ciencias Sociales n° 92, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
* Pita, Maria Victoria (2017). Pensar la Violencia Institucional: vox populi y categoría política lo-
cal. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto del Teatro; Espacios de
crítica y producción; 53; 9-2017.
139
Anexo 2
Guía de preguntas para el diseño de
encuentros con niños, niñas y adolescentes
víctimas de violencia institucional
140
Guía de preguntas para el
encuentro/entrevista
141
4. Entrevistadores/as:
5. Ampliación de la información.
Fecha de la entrevista:
Lugar de la entrevista:
Barrio:
Hora de la entrevista:
¿Quién brinda la entrevista?
5.1.1. Víctima.
5.1.2. Familiar (indicar parentesco).
5.1.3. Vecino/a.
5.1.4. Amigo/a.
5.1.5. Adulto acompañante.
5.1.6. Otro (detallar).
Relato de la ampliación del hecho.
6. Anexo de preguntas de referencia sobre la información a solicitar
durante el encuentro.
¿Cuándo sucedió el hecho?
6.1.1. Fecha
6.1.2. Día de la semana
6.1.3. Horario
6.1.3.1. Mañana
6.1.3.2. Mediodía
6.1.3.3. Tarde
6.1.3.4. Noche
6.1.3.5. Madrugada
Lugar (Completar con calle y altura aproximada, o cruce de calles, o nombre
del lugar específico).
Localización del lugar de contacto con la policía:
6.1.4. Adentro del propio barrio de residencia
6.1.5. Adentro de otro barrio: ¿Cuál?
6.1.6. En una de las entradas/salidas del propio barrio
6.1.7. En una de las entradas/salidas de otro propio barrio ¿Cuál?
6.1.8. Cerca del propio barrio de residencia
6.1.9. Cerca de otro barrio ¿Cuál?
6.1.10. En zona comercial de la propia comuna o localidad de residencia
6.1.11. En otra zona comercial (CABA, de otra localidad, del partido, etc.)
¿Cuál?
6.1.12. Otro:
Tipo de lugar en dónde se produjo el contacto con la policía:
6.1.13. Vía pública
142
6.1.14. Espacio abierto no parquizado (baldío, esquina, etc.)
6.1.15. Espacio parquizado (plaza, parque, etc.)
6.1.16. Estación de ferrocarril
6.1.17. Parada de colectivo
6.1.18. Local comercial
6.1.19. Club deportivo
6.1.20. Centro educativo
6.1.21. Centro comunitario
6.1.22. Centro religioso
6.1.23. Centro de salud
6.1.24. Casa de amigo/pariente/familiar/vecino
6.1.25. Otro:
¿Qué estaba haciendo en ese lugar?
6.1.26. Reunión con grupo de pares
6.1.27. Yendo/volviendo de casa de amigos/parientes
6.1.28. Yendo/volviendo de la escuela
6.1.29. Yendo/volviendo de club deportivo
6.1.30. Yendo/volviendo del trabajo
6.1.31. Yendo/volviendo de actividad comunitaria/política
6.1.32. Yendo/volviendo de centro religioso
6.1.33. Yendo/volviendo de espectáculo deportivo
6.1.34. Yendo/volviendo de actividad recreativa nocturna
6.1.35. Otro:
¿Fue revisado por la policía?
6.1.36. Sí
6.1.37. No
En caso de ser mujer o identidad trans: ¿fue revisada por una policía de su
mismo género?
6.1.38. Sí
6.1.39. No
¿Qué fuerzas de seguridad participaron del hecho?
6.1.40. Gendarmería Nacional (uniforme verde oscuro).
6.1.41. Prefectura Naval Argentina (uniforme beige).
6.1.42. Policía de la Ciudad de Buenos Aires (uniforme bordó).
6.1.43. Fuerza de seguridad sin identificación / de civil
6.1.44. Otras:
¿Cuántos efectivos de fuerzas de seguridad estaban presentes?
6.1.45. 1
6.1.46. 2-5
6.1.47. 6-10
6.1.48. Más de 10
143
¿Cuántos ejercieron algún tipo de violencia directamente?
6.1.49. Todos.
6.1.50. La mayoría.
6.1.51. Solo algunos.
6.1.52. Solo uno/a.
¿Cuántas personas sufrieron el hecho de violencia?
¿Cuántas personas fueron detenidas?
¿Cuántas eran menores de edad?
¿Sufrió maltratos al ser parado?
6.1.53. Sí
6.1.54. No
¿Qué maltratos?
6.1.55. Insultos / humillación
6.1.56. Intimidación / amenazas
6.1.57. Requisa invasiva de la intimidad
6.1.58. Empujones
6.1.59. Golpes
6.1.60. Patadas
6.1.61. Lo/a tiraron al piso
6.1.62. Sustracción de pertenencias
6.1.63. Implantación de evidencias
6.1.64. Simulacro de fusilamiento
6.1.65. Golpe con tonfa
6.1.66. Disparo con arma de fuego
6.1.67. Heridas de arma de fuego
6.1.68. Otros
¿Fue trasladada la víctima?
6.1.69. Sí
6.1.70. No
¿Sufrió maltratos durante el traslado?
6.1.71. Si
6.1.72. No
Características/duración del paseo
6.1.73. Lo/a llevaron directo al centro de detención
6.1.74. Lo/a llevaron primero a otro lugar del barrio, luego al centro de
detención
6.1.75. Lo/a llevaron primero a la comisaría, luego al centro de detención
6.1.76. Lo “pasearon” en el auto durante un tiempo, luego lo llevaron al
centro de detención
6.1.77. Lo “pasearon” durante un tiempo y luego lo soltaron en otra
parte del barrio
144
6.1.78. Otro:
¿Dónde fue trasladado?
6.1.79. CAD (Centro de Admisión y Derivación)
6.1.80. Comisaría
6.1.81. Garita de FFSS en el barrio
6.1.82. Otro:
¿Sufrió maltratos durante la detención?
6.1.83. Sí
6.1.84. No
¿Cuáles?
6.1.85. Insultos / humillación
6.1.86. Intimidación / amenazas
6.1.87. Requisa invasiva de la intimidad
6.1.88. Denegación de atención médica
6.1.89. Incomunicación
6.1.90. Empujones
6.1.91. Golpes
6.1.92. Patadas
6.1.93. Lo/a tiraron al piso
6.1.94. Sustracción de pertenencias
6.1.95. Golpe con tonfa
6.1.96. Disparo con arma de fuego
6.1.97. Heridas de arma de fuego
6.1.98. Otros
¿Cuántas horas estuvo detenido?
¿Sufrió formas de maltrato o violencia durante la detención?
¿Cuáles?
6.1.99. Insultos / humillación
6.1.100. Intimidación / amenazas
6.1.101. Empujones
6.1.102. Golpes
6.1.103. Patadas
6.1.104. Me tiraron al piso
6.1.105. Sustracción de pertenencias
6.1.106. Aislamiento / incomunicación
6.1.107. Denegación de atención médica
6.1.108. Golpe con tonfa
6.1.109. Disparo con arma de fuego
6.1.110. Heridas de arma de fuego
6.1.111. Otros
Con anterioridad a este hecho, ¿había sufrido otros hechos de violencia
145
por parte de las fuerzas de seguridad?
6.1.112. Sí
6.1.113. No
¿Con qué frecuencia es detenido por las fuerzas de seguridad?
6.1.114. Varias veces por semana.
6.1.115. Al menos una vez por semana.
6.1.116. Algunas veces en el mes.
6.1.117. Nunca.
En caso de que sea una denuncia por omisión, qué pasó:
6.1.118. Conflicto vecinal
6.1.119. Robo
6.1.120. Enfrentamiento entre bandas
6.1.121. Problema familiar
6.1.122. Violencia de género
6.1.123. Otro:
Medio de la denuncia
6.1.124. 911
6.1.125. Garita de FFSS
6.1.126. Comisaría
6.1.127. Fiscalía
6.1.128. Otro:
Ante esta situación:
6.1.129. La policía nunca vino
6.1.130. La policía llegó tarde
6.1.131. La policía vino, pero no dio una respuesta satisfactoria y se retiró
6.1.132. Otro:
¿Hizo la denuncia?
6.1.133. Sí
6.1.134. No
¿Por qué no? (Motivo principal)
6.1.135. No sirve para nada
6.1.136. No tenía tiempo
6.1.137. Tengo miedo a represalias
6.1.138. Otro:
Secuelas del hecho de violencia
6.1.139. Físicas (lesiones, marcas, dolor, traumatismos, etc.)
6.1.140. Psicológicas (angustia, miedo)
6.1.141. Otro
146
Anexo 3
Legajo personal del entrevistado
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LEGAJO PERSONAL
VÍCTIMAS DE VIOLENCIA INSTITUCIONAL
1. Datos personales.
1.1. Nombre y apellido:
1.2. Fecha de nacimiento:
1.3. Lugar de nacimiento:
1.4. Domicilio: R. Carrillo
1.5. Teléfono de contacto:
1.6. Cómo se contactó con el proyecto:
2. Datos sociodemográficos.
2.1. Composición familiar.
148
2.4.2. Monotributo social:
2.4.3. Obra social sindical:
2.4.4. Otro:
2.5. Antecedentes de patologías previas: _
2.6. Tratamientos realizados:
2.7. Vivienda
2.7.1. Tipo de vivienda:
2.7.1.1. Casa
2.7.1.2. Departamento
2.7.1.3. Pieza en hotel / inquilinato
2.7.1.4. Otro:
2.7.2. En dónde está la vivienda:
2.7.2.1. Zona urbanizada (en la misma comuna)
2.7.2.2. Zona urbanizada (en otra comuna)
2.7.2.3. Zona no urbanizada (en el barrio)
2.7.2.4. Zona no urbanizada (en otro barrio): ¿Cuál?:
2.7.3. Régimen de tenencia:
2.7.3.1. Propietario formal
2.7.3.2. Propietario informal
2.7.3.3. Inquilino formal (contrato)
2.7.3.4. Inquilino informal
2.7.3.5. Inquilino a título gratuito
2.7.3.6. Otro:
2.7.4. Cantidad de personas que habitan la vivienda: Cantidad habita-
ciones que se usan para dormir en la vivienda:
5. Seguimiento.
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