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LUIS ALONSO RICO PUERTA

Magistrado Ponente

STC1433-2020
Radicación n° 11001-22-03-000-2019-02448-01
(Aprobado en sesión del doce de febrero de dos mil diecinueve)

Bogotá, D.C., trece (13) de febrero de dos mil veinte


(2020).

Decide la Corte la impugnación formulada frente a la


sentencia proferida por la Sala Civil del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá el 19 de diciembre de
2019, dentro de la acción de tutela promovida por Raúl
Arturo Alarcón Gómez contra el Juzgado Treinta y Ocho
Civil Municipal de Bogotá, trámite al cual fueron
vinculados el Juzgado Veinticinco Civil del Circuito de esta
capital y los intervinientes en el juicio divisorio nº 2015-
00727.

ANTECEDENTES

1. Actuando en su propio nombre, el solicitante


reclama la protección del derecho fundamental al debido
proceso, presuntamente vulnerado por la autoridad judicial
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convocada al secuestrar el inmueble objeto del pleito antes


referido, sin que previamente se hubiera inscrito su
embargo.

2. En síntesis, expuso que en el proceso divisorio


impetrado en su contra por su « ex esposa» Yuscelly Bejarano
Jaime, en relación con los inmuebles « interior 62» y «garaje
112», identificados con los folios de matrícula 50C-1554592

y 50C-1554503, el Juzgado Veinticinco Civil del Circuito de


Bogotá, ordenó «registrar la demanda ante la oficina de
instrumentos públicos» y libró «el despacho comisorio No. 050 del 14
de junio de 2017, correspondiéndole por reparto al juzgado 38 Civil
Municipal de Bogotá, quien fijó fecha para la diligencia el 3 de

diciembre de 2019».

Manifestó que según la legislación nacional « para que se


pueda ordenar un secuestro debe anteceder un embargo y no un

registro de demanda», por lo que, en su criterio, el comisionado

«debió verificar tal situación con el certificado y no dar cumplimento a


tal despacho comisorio».

Añadió que según la información suministrada por el


apoderado de su contraparte, se aceptó una cesión de
derechos litigiosos (a favor de Sandra Viviana Urueña
Castillo), sin que al respecto hubiera recibido notificación a
efectos de que «el suscrito pueda defenderse de tal cesión»

3. Se infiere que lo pretendido es que se ordene al


Juzgado Treinta y Ocho Civil Municipal de Bogotá,
abstenerse de practicar el secuestro del predio materia de

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división, diligencia para la que le fue comisionado por el


Juzgado Veinticinco Civil del Circuito de la misma ciudad,
hasta que se verifique la inscripción del embargo (fls. 7 a
10, cd. 1).

RESPUESTA DEL ACCIONADO Y VINCULADOS

1. La Juez Treinta y Ocho Civil Municipal de Bogotá,


informó que el expediente en cuestión « fue enviado el 5 de
diciembre [de 2019] al Juzgado 25 Civil del Circuito con oficio N. 3761,
comoquiera que la diligencia de secuestro fue llevada a cabo el 3 de

diciembre» (fl. 25, ibídem).

2. La Juez Veinticinco Civil del Circuito de esta


capital, dijo que el hoy accionante, tras no haberse opuesto
a las pretensiones de la demanda, « mediante auto de fecha 8 de
noviembre de 2016 (…) ordenó la división ad-valorem de los inmuebles

(…), disponiendo su secuestro, avalúo y venta en pública subasta »,

comisionando «para secuestrar dichos bienes», diligencia que fue


realizada el 3 de diciembre de 2019, advirtiendo que contra
la orden que el querellante ahora critica, « no emitió ninguna
manifestación en contra» (fl. 28, ibíd.).

SENTENCIA DE PRIMER GRADO

Negó la protección deprecada al observar que como lo


pretendido por el actor consistía en « suspender» el secuestro
de los bienes materia de división, y según lo informado por
el querellado, el 3 de diciembre de 2019 el comisorio fue
«debidamente diligenciado declarando legalmente secuestrados los

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inmuebles (…), es innegable que en el presente asunto emerge un

hecho o daño presuntamente consumado», dicha solicitud «ya no se


puede ordenar y resulta inane algún otro pronunciamiento sobre el

particular» (fls. 67 y 68, cd. 1).

IMPUGNACIÓN

La interpuso el promotor del resguardo, aduciendo que


la diligencia efectivamente se realizó sin que se hubiera
obtenido respuesta a la tutela, ya que la « demora» en el
trámite atinente a establecer el fallador constitucional
competente, «no puede ser imputable al suscrito», y agregó que el
presente asunto «se debió discutir» y resolver «de fondo», para
«dejar sin efecto la diligencia de secuestro porque no es un perjuicio
que se extinga con una sola acción, se puede recuperar » (fls. 83 a 85,

ibídem).

CONSIDERACIONES

1. Problema jurídico.

Corresponde a la Corte establecer si el Juzgado


Veinticinco Civil del Circuito de Bogotá, vulneró las
prerrogativas fundamentales del accionante dentro del
proceso divisorio nº 2015-00727, por haber dispuesto el
secuestro de los bienes involucrados en el juicio, sin que
sobre los mismos haya recaído medida cautelar de embargo.

Lo anterior, porque si bien el querellante enfiló la


acción sólo contra el Juzgado Treinta y Ocho Civil

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Municipal de esta ciudad, era menester vincular como


accionado al despacho que conoce del proceso y del que
dimanó la decisión confutada, máxime si se tiene en cuenta
que el inicial encartado, en su calidad de comisionado, en
principio no estaba llamado a cuestionar la orden
proveniente del comitente quien es su superior jerárquico y
funcional.

2. De los requisitos genéricos de procedibilidad.

La jurisprudencia constitucional ha decantado con


suficiencia los presupuestos y requisitos generales de
procedibilidad de la acción de tutela son: « (i) que la cuestión
discutida resulte de evidente relevancia constitucional y que, como en
cualquier acción de tutela, esté acreditada la vulneración de un
derecho fundamental, requisito sine qua non de esta acción de tutela
que, en estos casos, exige una carga especial al actor; (ii) que la
persona afectada haya agotado todos los medios ordinarios y
extraordinarios de defensa judicial a su alcance y haya alegado, en
sede judicial ordinaria, y siempre que ello fuera posible, la cuestión
iusfundamental que alega en sede de tutela; (iii) que se cumpla el
requisito de la inmediatez, es decir, que la tutela se hubiere interpuesto
en un término razonable y proporcionado a partir del hecho que originó
la vulneración; (iv) en el caso de irregularidades procesales, se requiere
que éstas tengan un efecto decisivo en la decisión de fondo que se

impugna; y (v) que no se trate de sentencias de tutela » (CC SU-

813/07). Subraya la Sala.

Por tanto, resulta imprescindible que en el examen


preliminar se constate la presencia de los señalados
presupuestos, siendo forzoso que el supuesto de hecho

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planteado devele una situación en la que se hallen


comprometidos derechos de rango fundamental, de no ser
así, la pretensión no puede prosperar, en tanto que « las
causales genéricas de procedibilidad de la tutela contra decisiones
judiciales deben estar inescindiblemente relacionadas con la
vulneración de derechos fundamentales, lo que implica que para lograr
el amparo constitucional, no basta acreditar la concurrencia de una de
las vulneraciones genéricas arriba señaladas –que bien podrían ser
subsanadas a través de los mecanismos y recursos ordinarios- es
necesario también, que tal defecto en la providencia vulnere derechos

fundamentales (Art. 86 C.P.)» (CC T-701/04).

De igual modo, esta Corporación ha sostenido que este


excepcional mecanismo requiere: «el cumplimiento de algunos
requisitos, siendo uno de ellos y quizás el primero y más elemental, la
existencia cierta del agravio, lesión o puesta en peligro de la
prerrogativa constitucional invocada que demande la inmediata
intervención del juez de tutela en orden a hacerla cesar, motivo por el
cual la solicitud de amparo debe contener un mínimo de demostración
en cuanto a la vulneración que afecta los derechos que se quieren
proteger, pues si no son objeto de ataque o coacción, carece de sentido

hablar de la necesidad de la salvaguarda» (CSJ STC5337-2018,

26 abr. 2018, rad. 00023-01, citada entre otras en


STC6835-2019, 30 may. 2019, rad. 00114-01 y STC15485-
2019, 14 nov. 2019, rad. 00463-01). Resalta la Corte.

3. Solución al caso concreto.

Con fundamento en las anteriores premisas y con base


en las piezas procesales allegadas al expediente,
prontamente se establece que el fallo desestimatorio del
auxilio será respaldado, pero no porque se haya consumado

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el daño alegado, sino por la evidente irrelevancia


constitucional derivada de la ausencia de vulneración de los
derechos invocados.

En efecto, el impedimento de procedibilidad en


comento surge porque la actuación que el quejoso
cuestiona, no produjo afectación alguna a ninguna de las
partes e intervinientes dentro del litigio ordinario, pues para
que se dispusiera y consecuentemente practicara la
diligencia de secuestro sobre los bienes inmuebles objeto de
división, el legislador no determinó la necesidad de que con
ocasión del pleito debieran salir del comercio mediante
embargo, como erróneamente lo asevera el reclamante.

Basta revisar el texto legal para llegar a la conclusión


que ni el juez cognoscente ni el comisionado, podían exigir
que antes de verificarse que los bienes quedaran
materialmente a disposición del proceso mediante su
secuestro, se cumpliera la medida cautelar de embargo,
pues en tratándose de aquellos sujetos a registro, el artículo
409 del Código General del Proceso señala que desde la
admisión de la demanda, el juez « ordenará su inscripción»
cuyas características y consecuencias jurídicas de su
decreto están contenidas en el precepto 590 ibídem, y, entre
otros procesos, para los de división se consagra de manera
específica en el canon 592 de la misma codificación.

En las condiciones descritas, la orden de secuestro de


los predios que impartiera el Juzgado Veinticinco Civil del
Circuito de Bogotá, y su consecuente materialización por el

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despacho comisionado, lejos está de configurar una


vulneración a los derechos fundamentales del demandado
en división, porque simplemente correspondía a una
actuación que era consecuencia del trámite previsto por el
legislador para ese tipo de contiendas judiciales.

Por lo demás, similar respuesta debe darse a la queja


presentada en relación con la « cesión de los derechos litigiosos»
que hizo la demandante, pues tras haber sido « aceptada» por
el juzgado de conocimiento según proveído del 5 de
diciembre de 2019, más allá de que tal decisión pueda ser
debatida mediante los recursos ordinarios al interior del
proceso, es claro que por tratarse de un bien raíz del que
hay certeza de la titularidad del derecho de cuota que tiene
la cedente, el dominio de ésta sólo puede trasmitirlo a
través de los modos que la ley prevé para ello (artículo 673
del Código Civil). En esas circunstancias, la referida cesión
no tiende a causar agravio a los derechos e intereses como
actual comunero.

Sobre la improcedencia del auxilio cuando se establece


la inexistencia de conducta vulneradora, la jurisprudencia
constitucional ha dicho que: «[p]artiendo de una interpretación
sistemática, tanto de la Constitución, como de los artículos 5º y 6º del
[Decreto 2591 de 1991], se deduce que la acción u omisión cometida
por los particulares o por la autoridad pública que vulnere o amenace
los derechos fundamentales es un requisito lógico-jurídico (…). Y lo
anterior resulta así, ya que si se permite que las personas acudan al
mecanismo de amparo constitucional sobre la base de acciones u
omisiones inexistentes, presuntas o hipotéticas, y que por tanto no se
hayan concretado en el mundo material y jurídico, “ello resultaría

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violatorio del debido proceso de los sujetos pasivos de la acción,


atentaría contra el principio de la seguridad jurídica y, en ciertos
eventos, podría constituir un indebido ejercicio de la tutela, ya que se
permitiría que el peticionario pretermitiera los trámites y procedimientos
que señala el ordenamiento jurídico como los adecuados para la
obtención de determinados objetivos específicos, para acudir
directamente al mecanismo (…) en procura de sus derechos” (T-013 de

2007)» (CC T-130/14).

En suma, no existe motivo que justifique la injerencia


del juez constitucional, pues en eventos como el que se
acaba de exponer, retoma vigencia el precedente según el
cual, para soportar una tutela «no basta con que el accionante
señale que se le ha vulnerado un derecho fundamental », sino que es

menester la demostración de que éste u otros de orden


superior «han sido vulnerados o están amenazados por la acción u
omisión de las autoridades públicas o de los particulares en los casos

previstos en la ley» (CSJ STC sep. 5 de 2012, exp. 00630-014,

citada entre otras en STC15107-2019, 6 nov. 2019, rad.


03519-00).

4. Conclusión.

Conforme a lo antes explicado, se impone desestimar


el resguardo, en la medida en que no se presentó la
consolidación de la afectación de las prerrogativas
invocadas, pues la actuación censurada no comporta
desafuero susceptible de corrección por esta excepcional vía
jurídica.

DECISIÓN

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En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la ley, CONFIRMA la sentencia objeto de impugnación, pero
precisando que la denegación es por la razón expuesta en
las consideraciones dadas en esta instancia.
Comuníquese lo resuelto a las partes y al a-quo por
medio expedito, y en oportunidad remítase el expediente a
la Corte Constitucional para su eventual revisión.

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

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ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

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