Receta
Achiras
I MÓNICA QUINTERO RESTREPO
Ingredientes. Primero, describir a la abuelita,
para que se entienda lo demás. Mi abue-
lita se llamaba Consejo y cuando yo esta-
ba chiquita le preguntaba a mi mamá que
por qué hablaba tan charrito: era opita y
hablaba cantado. Cuando yo iba a Neiva
me decían paisita, y ahí fue que entendí
que aunque fuera de Manizales y
Riosucio, paisas éramos todos los de este
lado. Se vestía siempre de blanco, como
una enfermera, y atendía una farmacia en
un pueblo que se llama Palermo, allá en
el Huila, no muy lejos de Neiva. Sé de
los bizcochos de achira, como les decía
mi abuelita, porque ella me los presentó
desde niña. Me enviaba muchos por
correo (de Neiva a Riosucio), tengo la
sensación de que era una vez por mes,
pero tal vez no era tanto y eso se lo
inventó mi memoria como mensaje
subliminal para mis tíos, que solo man-
dan una vez al año. Mi abuelita no me
daba cualquier bizcocho de achira. Ella
iba hasta un lugar exacto, donde se los
vendían como ella me enseñó a mí que
eran los originales, es decir, bien graso-
sos, espolvoreaditos. Uno los tocaba con
las manos y se les sentía la grasa, y luego
los mordía y sonaba y luego sabían al
sabor indescriptible de la achira original.
Había otros bizcochos redondos que ella
intentó que me gustaran, pero esos eran
tan duros que uno sentía que se le iba a
caer un diente, nada que ver, pero me ser-
vían de comodín para regalarle al que se
atreviera a pedirme una achira. Toma, le
decía a mi mamá, para tener que compar-
tir lo menos posible. Si había achiras ese
era el desayuno, el almuerzo y la comida
durante dos días, si es que llegaba a tener
achiras durante dos días.
Entonces aprendí que esas que llaman
Foto Sstock
achiras en el supermercado, que no tienen grasita, que no tienen polvito recuerdo, que son de unos cuatro centíme-
por encima, que saben a un bizcocho normal, no son. Solo llevan el nom- tros, con el final en punta. Llevar al horno
bre ahí, y nada más. Chiviadas, diría alguien como yo a quien Consejo le 20 minutos a |80 grados, sacarlos unos 15
enseñó desde chiquita a comer originales. y volverlos a llevar al horno hasta que ya
Segundo. Mi abuelita se murió en 2004 y desde entonces el consu- estén duros. Es que son bizcochos.
mo de achiras en mi vida se ha reducido considerablemente. Cuando yo vi la imagen en YouTube no
Tercero. Nunca se me había ocurrido que las achiras se podían hacer. se parecían tanto a las originales, pero
Tal vez mi mamá había dicho alguna vez que había una harina, pero había que intentar. Las mías, primeras, no
que ni idea. Dijo, en pregunta, ve, de qué harán las achiras, pero yo quedaron exactas, pero sí parecidas: por
estaba muy ocupada tratando de que no me robaran tantas achiras. Mi lo menos sabían un poquito al recuerdo
amor se mide en achiras: si algún día le comparto una, de veras que lo de mi abuela Consejo.
quiero mucho. Pasa que el año pasado, en algún desparche de la cua- Cinco. Seguí buscando recetas y di con
rentena, y mientras le rogaba a mi prima que convenciera a mi tío de una que recomendaba el doble de cuaja-
que me mandara achiras, recordé la pregunta de mi mamá y se la tras- da. La intenté con una harina de sagú que
pasé a Google, que obvio sabía que las achiras se hacen con harina de me trajo Laura (léala en la página 6)
achiras, o de sagú, y que no había que ir muy lejos para conseguirla: desde Bucaramanga (¡regalo más feliz!)
Mayorista, El Panadero. Que hola, llamé. Que si tienen harina de sagú, y me inventé pandeyucas a lo achira,
pregunté. Que sí, respondió. Que un domicilio, por favor, aunque debía diría yo, muy deliciosos, pero nada que
llegar hasta 50.000 pesos si quería que me lo enviaran: descubrí que las ver con las achiras queridas: mucho
achiras son caras porque la harina de sagú, en comparación con la de queso, poco bizcocho. Por ahora me que-
trigo, vale más. Llegó la harina en una tarde de confinamiento: es muy daré con esa primera receta que a la ter-
suavecita, blanca, delicada. cera quedó un poquito más cerca. Cada
Cuarto. La señora de YouTube, Ana María, en un programa de La vez se acerca más, aunque no estoy tan
Sartén por el mango de 2017, dijo que necesitaba 150 gramos de sagú, segura de lograr que queden exactos.
250 gramos de harina de maíz integral, 250 gramos de cuajada fresca, Porque, se me hace a mí, las recetas no
tres cucharaditas de sal, dos huevos, 125 gramos de mantequilla. Usé solo son mezclar ingredientes, también
harina de maíz, sin lo de integral, porque no tenía de esa. mezclar los recuerdos. Las achiras de
Preparación. Cernir las harinas. Dice ella que la original no lleva sal, Consejo no las han vuelto a hacer, quizá
pero que le eche sal. Luego echar la cuajada, dice ella que partirla con porque ya no está ella para comprarlas.
los dedos, pero yo la trituré en el procesador. Dijo mi tío del Huila que Ahora serán a lo Mónica (o ponga aquí su
eso sí era muy importante: que fuera cuajada. Obvio le hice caso. Poner nombre) si decide abrir el horno y lanzar-
los dos huevos y amasar. Agregar la mantequilla (las originales llevan se al azar de hacerlas grasositas y areno-
manteca, leí después). Puede necesitar agua. Queda una masa que hay sas. Después de que uno amasa, casi
que ir apretando, porque es como separada, por eso hay que apretar, para cualquier cosa es posible. Como una
unirla. Armar los palitos que son los bizcochitos: yo las hice como las abuelita que se llame como un Consejo I
GENERACIÓN, una publicación de el COLOMBIANO 3