Sei sulla pagina 1di 28

GUIA DE LOS FIELES

Para La Santa Misa Cantada


FORMA EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO SEGÚN
LAS DISPOSICIONES DE S.S. BENEDICTO XVI EN EL MOTU
PROPIO SUMMORUM PONTIFICUM

II domingo de Cuaresma
Kyrial XVII - Cuaresma
Iglesia del Salvador de Toledo

-
II Domingo de Cuaresma
I clase, morado
No se dice Gloria. Tracto, Credo y prefacio de Cuaresma
Para conseguir la victoria de nuestros enemigos espirituales nos
propone el Introito una ilimitada confianza en la misericordia de Dios,
invocándole con todo nuestro corazón. Esta confianza nos ayudará en
gran manera a obtener los dos bienes más necesarios en la Cuaresma:
la remisión de nuestros pecados, y el auxilio divino para no volver a
cometerlos. En la Colecta rogamos a Dios por nuestras necesidades del
alma y del cuerpo. Si nuestras súplicas son humildes y sinceras, que el
Señor nos concederá ciertamente el remedio de todos nuestros males.
Él velará por todas nuestras necesidades del cuerpo, y defenderá
nuestra alma de las sugestiones del enemigo, que tan sólo procura
nuestra eterna perdición. El Apóstol insiste en la Epístola
recomendándonos la santidad de vida que debe resplandecer en todo
cristiano, y la Iglesia, proponiéndonos sus palabras, nos advierte la
necesidad de aprovechar el tiempo para restaurar en nosotros la
imagen de Dios. El cristiano es un vaso de honor preparado y
embellecido por la mano del Altísimo; nosotros debemos procurar con
todas nuestras fuerzas preservarnos de toda ignominia, de toda
degradación, que nos harías dignos de ser apartados muy lejos del
Señor. Para purificar nuestras almas durante el tiempo santo de
Cuaresma, sirvámonos de la confesión de nuestras faltas, de la
compunción del corazón; y para rehabilitar nuestro cuerpo, nos
ayudará muchísimo la santa penitencia, la mortificación cristiana. En la
Transfiguración del Señor, que recuerda el Evangelio, podemos admirar
la sapientísima providencia de Dios. Quiso que fueran testigos de aquel
admirable prodigio los mismos que habían de presenciar la ignominia
de su pasión, para que el recuerdo de la gloria de Cristo les confortara
y sostuviera. Este mismo efecto debe producir en nosotros la
consideración de la gloria que Dios tiene preparada para cuantos le
sirven como fidelidad, debe esforzarnos aún en las mayores
dificultades, sabiendo que nada significan todas las aflicciones de la
presente vida, en comparación de aquel premio de la gloria que el
Señor tiene preparado para cuantos de veras le aman.

IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-


A.D. 2021
ORACIONES PREPARATORIAS
PARA LA SANTA MISA
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO DE LA MISA
Señor, concédenos poder participar con verdadero amor, atención y piedad en
la santa misa que te ofrecemos, primero, para adorarte y agradecerte todos
los beneficios que nos has hecho; segundo, para pedirte perdón de nuestros
pecados y los de todos los hombres; tercero, para suplicarte las gracias que
nos son necesarias para nuestra vida y para este día en concreto. Te ofrezco
en particular esta Misa de hoy para... (expresa aquí la intención que quieras).
Concédenos, Señor, asistir a esta Misa con los mismos sentimientos de amor
y piedad de tu Madre al pie de la Cruz. Con el espíritu y fervor con que la
vivieron los santos. Te suplico que nos ayudes a prepararnos para recibirte
dignamente, lo mejor que podamos. Amén.

ORACIÓN DE SAN AMBROSIO


Señor mío Jesucristo, me acerco a tu altar lleno de temor por mis pecados,
pero también lleno de confianza porque estoy seguro de tu misericordia.
Tengo conciencia de que mis pecados son muchos y de que no he sabido
dominar mi corazón y mi lengua. Por eso, Señor de bondad y de poder,
con mis miserias y temores me acerco a Ti, fuente de misericordia y de
perdón; vengo a refugiarme en Ti, que has dado la vida por salvarme, antes
de que llegues como juez a pedirme cuentas.
Señor no me da vergüenza descubrirte a Ti mis llagas. Me dan miedo mis
pecados, cuyo número y magnitud sólo Tú conoces; pero confío en tu infinita
misericordia.
Señor mío Jesucristo, Rey eterno, Dios y hombre verdadero, mírame con
amor, pues quisiste hacerte hombre para morir por nosotros. Escúchame,
pues espero en Ti. Ten compasión de mis pecados y miserias, Tú que eres
fuente inagotable de amor.
Te adoro, Señor, porque diste tu vida en la Cruz y te ofreciste en ella como
Redentor por todos los hombres y especialmente por mí. Adoro, Señor, la
sangre preciosa que brotó de tus heridas y ha purificado al mundo de sus
pecados.
Mira, Señor, a este pobre pecador, creado y redimido por Ti. Me arrepiento
de mis pecados y propongo corregir sus consecuencias. Purifícame de todos
mis maldades para que pueda recibir menos indignamente tu sagrada
comunión. Que tu Cuerpo y tu Sangre me ayuden, Señor, a obtener de Ti el
perdón de mis pecados y la satisfacción de mis culpas; me libren de mis
malos pensamientos, renueven en mí los sentimientos santos, me impulsen
a cumplir tu voluntad y me protejan en todo peligro de alma y cuerpo.
Amén.
A SPERGES ME

(Sólo en la misa mayor del domingo)


El rito del “Asperges” consiste en rociar agua bendita sobre el altar, los ministros y el
pueblo fiel mientras se entona dicha antífona. Tomado de la noche de Pascua, este rito nos
recuerda nuestro bautismo y la condición de estar en gracia de Dios y limpios de pecado
para asistir con verdadero fruto a la Santa Misa. Este rito se hace los domingos en la Misa
Mayor en recuerdo de que en la Pascua del Señor hemos sido purificados de todo pecado.
Al llegar al altar, el sacerdote entona la Antífona.
DE PIE

Me rocia-
rás, Señor
con el hiso-
po y seré
purificado.
Me lavarás
y seré más
blanco que
la nieve.
Sal.50. Ten
piedad de
mí, Señor,
según tu
gran mise-
ricordia.
Gloria al
Padre y el
Hijo y al
Espíritu
Santo.
Como era
en el
principio,
ahora y
siempre, y
por los si-
glos de los
siglos.
Amén
En el domingo de Pasión se omite el Gloria Patri.
Repetida la antífona Asperges, el sacerdote canta:

V/.Ostende nobis, Domine, V/.Muéstranos, Señor, tu


misericordiam tuam. misericordia.
R/. Et salutare tuum da nobis. R/.Y danos tu salvación.
V/.Domine, exaudi orationem meam. V/. Señor, escucha mi oración.
R/. Et clamor meus at te veniat. R/. Y llegue a ti mi clamor.
V/.Dominus vobiscum. V/.El Señor esté con vosotros.
R/. Et cum spiritu tuo. R/. Y con tu espíritu.
V/.OREMUS: Exaudi nos, Domine V/.OREMOS: Ecúchanos, Señor santo,
sancte Pater omnipotens, aeterne Padre omnipotente, Dios eterno; y
Deus: et míttere digneris sanctum dígnate enviar a tu santo ángel
Angelum tuum de caelis, qui para que guarde, favorezca,
custodiat, foveat, protegat, visitet proteja, visite y defienda a todos
atque defendat omnes habitantes los que habitan en esta morada.
in hoc habitáculo. Per Christum Por Cristo nuestro Señor.
Dominum nostrum. R. Amen. R. Amen.

“Derramaré sobre vosotros un agua pura


que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.”

Ez 36,25-26
Al toque de la campana, comienza la Santa Misa con la procesión de entrada. El sacerdote
revestido con los ornamentos sagrados se dirige hacia al altar donde se renovará el santo
sacrificio de la Misa. Al llegar a las gradas del altar, el sacerdote junto con los ministros
rezan las oraciones preparatorias. Al mismo tiempo el coro interpreta el introito.
DE PIE
INTROITO Salmo 24,6.3. 22, 1-2
El introito es la antífona de entrada, tomada normalmente de la Sagrada Escritura, que
recoge los sentimientos que la Iglesia tiene en este día al celebrar la Sagrada Liturgia.

Reminíscere miseratiónum tuárum, Acuérdate, Señor, de tus bondades, y


Dómine, et misericórdiæ tuæ, quæ a de tus eternas misericordias. Nunca
sæculo sunt: ne umquam dominéntur nos dominen nuestros enemigos.
nobis inimíci nostri: líbera nos, Deus Dios de Israel, líbranos de todas
Israël, ex ómnibus angústiis nostris. nuestras angustias. V/. A ti, Señor,
V/. Ad te, Dómine levávi ánimam levanto mi alma; Dios mío, en ti
meam: Deus meus, in te confído, non busco refugio, no me sienta
erubéscam. V/. Glória Patri et Filio et avergonzado. V/. Gloria al Padre, y
Spiritui Sancto. Sicut erat in principio al Hijo y al Espíritu Santo. Como era
et nunc et semper, et in saecula en el principio, ahora y siempre, por
saeculorum. Amén los siglos de los siglos. Amén.

KYRIE
Cuando el sacerdote sube al altar, el coro comienza el canto del Kyrie alternando con el
pueblo. Después de venerar el altar con un beso, lo inciensa. El canto del Kyrie, en lengua
griega, expresa la súplica de perdón por los pecados. Se recita 3 veces en honor a la Santísi-
ma Trinidad. El humo del incienso simboliza la oración de los santos, y la nuestra, que sobre
todo durante la Misa debe dirigirse hacia Dios igual que el incienso que se eleva al cielo.

Señor,
ten
piedad.
Cristo,
ten
piedad.
Señor,
ten
piedad.
En Adviento, no se canta el “Gloria”

ORACION COLECTA
Terminado el Kyrie, el sacerdote invita a los fieles a unirse a la oración de la Iglesia con el
saludo Dominus vobiscum. El contenido de la oración expresa las intenciones de este día así
como la disposición interior que hemos de tener.

V/.Dominus vobiscum. V/. El Señor esté con vosotros.


R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.
Oremus: Oremos:

Deus, qui cónspicis omni nos virtúte Oh Dios, que nos ves privados de toda
destítui: intérius exteriúsque virtud, guárdanos interior y
custódi; ut ab ómnibus exteriormente, para que seamos
adversitátibus muniámur in fortalecidos contra toda adversidad
córpore, et a pravis cogitatiónibus en el cuerpo, y limpios de malos
mundémur in mente. Per Dominum pensamientos en el alma. Por nuestro
nostrum Jesum Christum, Filium Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo
Tuum, qui Tecum vivit et regnat in vive y reina en la unidad del Espíritu
unitate Spiritus Sancti, Deus, per Santo y es Dios por los siglos de los
omnia saecula saeculorum. Amen. siglos. Amén.

SENTADOS
EPISTOLA
Cada vez que se celebra la Santa Misa, la Iglesia como Madre y Maestra nos ofrece para
nuestra instrucción la Palabra de Dios. Al final de la lectura, los fieles responden:
1 Tesalonicenses 4, 1-7
“No nos ha llamado Dios a la impureza, sino a la santidad, en Jesucristo
nuestro Señor.” El recuerdo de nuestro sublime destino nos hace
comprender mejor las exigencias de nuestra vocación de cristianos.
Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli Lectura de la Carta del Apóstol San
ad Thessalonicénses. Pablo a los Tesalonicenses.
Fratres: Rogámus vos et obsecrámus Hermanos: Os rogamos y exhortamos
in Dómino Jesu, ut quemádmodum en nuestro Señor Jesucristo, que, así
accepístis a nobis, quómodo opórteat como habéis aprendido de nosotros
vos ambuláre et placére Deo, sic et de qué manera debéis portaros y
ambulétis, ut abundétis magis. Scitis agradar a Dios, así también sigáis
enim quæ præcépta déderim vobis adelantando. Ya sabéis qué preceptos
per Dóminum Jesum. Hæc est enim os he dado en nombre de nuestro
volúntas Dei, sanctificátio vestra, ut Señor Jesucristo. Esta es la voluntad
abstineátis vos a fornicatióne, ut de Dios, vuestra santificación: que os
sciat unusquísque vestrum vas suum abstengáis de la fornicación, y que
possidére in sanctificatióne et sepa cada uno de vosotros poseer su
honóre: non in passióne desidérii, propio cuerpo en santificación y
sicut et Gentes, quæ ignórant Deum: honor, sin dejarse llevar por la
et ne quis supergrediátur, neque pasión de la concupiscencia, como
circumvéniat in negótio fratrem los gentiles, que no conocen a Dios.
suum: quóniam vindex est Dóminus Que nadie, en este punto, engañe o
de his ómnibus, sicut prædíximus perjudique a su hermano; porque el
vobis et testificáti sumus. Non enim Señor castiga todo ello, como ya os lo
vocávit nos Deus in immundítiam, hemos dicho y protestado. Porque no
sed in sanctificatiónem: in Christo nos llamó Dios a la inmundicia, sino
Jesu Dómino nostro. a la santidad, en Jesucristo Señor
nuestro.
Se responde:
R/. Deo gratias R/. Demos gracias a Dios.

GRADUAL Y TRACTO
Terminada la Epístola, el coro interpreta el Gradual y el Tracto, tomado del libro de los
Salmos como respuesta a la Palabra de Dios. Su función es ayudarnos a interiorizar la
Palabra de Dios.
GRADUAL Salmo 24, 17-18
Tribulatiónes cordis mei dilatátæ Alíviame las angustias de mi
sunt: de necessitátibus meis éripe corazón; líbrame, Señor, de mis
me, Dómine. V/. Vide humilitátem calamidades. V/. Mira mi miseria y
meam et labórem meum: et dimítte mi dolor y perdona todos mis
ómnia peccáta mea. pecados.

TRACTO Salmo 105, 1-4


Confitémini Dómino, quóniam Alabad Señor, porque es bueno y
bonus: quóniam in sæculum eterna su misericordia. V/. ¿Quién
misericórdia ejus. V/. Quis loquétur pregonará las maravillas del Señor y
poténtias Dómini: audítas fáciet hará oír todas sus alabanzas? V/.
omnes laudes ejus? V/. Beáti qui Bienaventurados los que observan la
custódiunt judícium, et fáciunt Ley y practican la justicia en todo
justítiam in omni témpore. V/. tiempo. V/. Acuérdate de nosotros,
Meménto nostri Dómine in Señor, por el amor que tienes a tu
beneplácito pópuli tui: vísita nos in pueblo; ven en nuestro auxilio.
salutári tuo.
DE PIE
EVANGELIO
De toda la Sagrada Escritura, la Iglesia venera de modo especial los Santos Evangelios que
nos transmiten las enseñanzas y obras de Nuestro Señor Jesucristo. La proclamación del
Evangelio va precedida de una procesión con el turiferario y los ceroferarios. El sacerdote
inclinado en el centro del altar pide al Señor que lo haga digno ministro de su evangelio.
Con el Dominus vobiscum invita a los fieles a escuchar con atención las divinas enseñanzas.

V. Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.


R. Et cum spiritu tuo. R. Y con tu espíritu.
V. Sequéntia sancti Evangélii V. Lectura del Santo Evangelio según
secúndum Matthæum. san Mateo.
R. Gloria tibi, Domine. R. Gloria a ti, Señor.
Después de invitar a los fieles a escuchar el santo evangelio, lo inciensa.
Mateo 17, 1-9
Cuando veamos a Cristo en las humillaciones de su pasión, recordemos las
grandezas de su transfiguración. Moisés y Elías, es decir, la ley y los profetas
(todo el Antiguo Testamento), y la voz de Padre, dan hoy testimonio de su
misión.
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lectura del santo Evangelio según
Matthæum. san Mateo.
In illo témpore: Assúmpsit Jesus En aquel tiempo: Tomó Jesús consigo
Petrum, et Jacóbum, et Joánnem a Pedro y a Santiago y a Juan, su
fratrem ejus, et duxit illos in montem hermano, y los llevó aparte a un
excélsum seórsum: et transfigurátus monte alto. Y se transfiguró en su
est ante eos. Et resplénduit fácies presencia; su rostro resplandecía
ejus sicut sol: vestiménta autem ejus como el sol, sus vestidos se hicieron
facta sunt alba sicut nix. Et ecce blancos como la nieve. Y en esto se
apparuérunt illis Móyses, et Elías aparecieron Moisés y Elías y
cum eo loquéntes. Respóndens hablaban con él. Tomó entonces
autem Petrus, dixit ad Jesum: Pedro la palabra y dijo a Jesús:
«Dómine, bonum est nos hic esse: si Señor, bueno es estarnos aquí; si
vis, faciámus hic tria tabernácula, tibi quieres, hagamos aquí tres tiendas,
unum, Móysi unum, et Elíæ unum. una para ti, otra para Moisés y otra
Adhuc eo loquénte, ecce nubes lúcida para Elías. Estaba Pedro aún
obumbrávit eos.» Et ecce vox de hablando cuando vino una nube
nube, dicens: «Hic est Fílius meus resplandeciente y los cubrió y una
diléctus, in quo mihi bene complácui: voz dijo desde la nube: Éste es mi
ipsum audíte.» Et audiéntes Hijo muy amado, en quien me
discípuli, cecidérunt in fáciem suam, agradé; escuchadle. Y al oír esta voz
et timuérunt valde. Et accéssit Jesus, cayeron los discípulos en tierra sobre
et tétigit eos: dixítque eis: «Súrgite, et su rostro, y tuvieron gran miedo. Mas
nolíte timére.» Levántes autem Jesús se acercó y los tocó, y les dijo:
óculos suos, néminem vidérunt, nisi Levantaos, y no temáis. Y alzando
solum Jesum. Et descendéntibus illis ellos sus ojos, no vieron a nadie, sino
de monte, præcépit eis Jesus, dicens: sólo a Jesús. Y al bajar del monte, les
«Némini dixéritis visiónem, donec mandó Jesús diciendo: No digáis a
Fílius hóminis a mórtuis resúrgat.» nadie lo que habéis visto hasta que el
Hijo del hombre haya resucitado de
entre los muertos.
Terminada la lectura, los fieles responden:
R. Laus tibi, Christi. R. Alabanza a ti, Cristo.
El sacerdote vuelve a ser incensado y besa reverentemente el misal.

SENTADOS
HOMILÍA
El sacerdote exhorta a los fieles.

CREDO
Como respuesta a la Palabra de Dios proclamada en la Epístola y en el Evangelio y explicada
en la predicación, todos los fieles cantan el Credo: resumen de la fe que profesamos y que
nos une a los cristianos de todos los siglos. El sacerdote entona las primeras palabras del
Credo que es seguido por el coro y los fieles.

Creo en un
solo Dios,
Padre Todo-
poderoso,
Creador del
cielo y de la
tierra, de
todo lo
visible y lo
invisible.
Creo en un
solo Señor,
Jesucristo,
Hijo único de
Dios, nacido
del Padre
antes de
todos los
siglos: Dios
de Dios, Luz
de Luz, Dios
verdadero de
Dios verda-
dero, engen-
drado, no
creado, de la
misma natu-
raleza del
Padre, por
quien todo
fue hecho;
que por
nosotros, los
hombres, y
por nuestra
salvación
bajó del cielo,
(DE
RODILLAS)
y por obra
del Espíritu
Santo se
encarnó de
María, la
Virgen, y se
hizo hombre;
y por nuestra
causa fue
crucificado
en tiempos
de Poncio
Pilato; pade-
ció y fue
sepultado, y
resucitó al
tercer día,
según las
Escrituras, y
subió al cielo,
y está
sentado a la
derecha del
Padre; y de
nuevo vendrá
con gloria
para juzgar a,
vivos y
muertos, y su
reino no
tendrá fin.
Creo en el
Espíritu
Santo, Señor
y dador de
vida, que
procede del
Padre y del
Hijo, que con
el Padre y el
Hijo recibe
una misma
adoración y
gloria, y que
habló por los
profetas.
Creo en la
Iglesia, que es
una, santa,
católica y
apostólica.
Confieso que
hay un solo
Bautismo
para el per-
dón de los
pecados. Es-
pero la resu-
rrección de
los muertos
(SE SIGNAN)
y la vida del
mundo futu-
ro. Amén.

OFERTORIO
V.Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.
R. Et cum spiritu tuo. R. Y con tu espíritu.
V. Oremus V. Oremus
SENTADOS
El sacerdote prepara las ofrendas y ofrece el pan y el vino que se convertirán el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Ofrécete tú también con tu vida, tus trabajos, tus sufrimientos… Mientras
tanto el coro canta la antífona propia, y seguidamente puede cantarse otro motete o canto
apropiado.
Antífona del Ofertorio Salmo 118, 47-48
Meditábor in mandátis tuis, quæ Yo pongo mis delicias en tus
diléxi valde: et levábo manus meas ad mandatos, que mucho amo. Alzo mis
mandáta tua, quæ diléxi. manos hacia ellos; los amo.
ORACIÓN DEL KEMPIS PARA UNIRNOS AL SACRIFICIO DE CRISTO
Señor, en la sencillez de mi corazón, me ofrezco a Ti. Recíbeme con la santa oblación
de tu Precioso Cuerpo, que hoy te ofrezco en la invisible presencia de los ángeles
para que aproveche para mi salvación y la de todo tu pueblo. Señor, te presento
también sobre el altar de tu misericordia todos mis pecados y delitos que he
cometido en tu presencia para que borres todas las manchas de mis pecados y me
restituyas tu gracia que perdí pecando. Te ofrezco también todo lo bueno que he
hecho aunque sea poco e incompleto, para que Tú lo restaures y santifiques, lo
recibas con agrado, lo hagas digno de Ti y siempre lo conviertas en mejor. Te
ofrezco igualmente todos los piadosos deseos de las personas religiosas, las
necesidades de parientes, amigos, hermanos y hermanas que más aprecio. Te
ofrezco además oraciones y sacrificios especialmente por quienes de alguna forma
me perjudicaron, entristecieron o insultaron me ocasionaron algún daño u ofensa.
Haz que nosotros vivamos de manera que seamos dignos de gozar enteramente de
tu gracia y de alcanzar la Vida eterna. Así sea.

SECRETA
Terminados los ritos del ofertorio y la incensación, el sacerdote dice en voz baja la oración
secreta que concluye cantando e hilándola con el canto del prefacio
Sacrifíciis præséntibus, Dómine, Te rogamos, Señor, atiendas propicio
quæsumus, inténde placátus: ut et al sacrificio presente, a fin de que nos
devotióni nostræ profíciant et salúti. aproveche para nuestra devoción y
Per Dominum nostrum Jesum salvación. Por nuestro Señor
Christum, Filium Tuum, qui Tecum Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y
vivit et regnat in unitate Spiritus reina en la unidad del Espíritu Santo y
Sancti, Deus, es Dios
DE PIE
V/. Por los siglos
de los siglos. R/.
Amén. V/. El Se-
ñor esté con vo-
sotros. R/. Y con
tu espíritu. V/.
Levantemos el
corazón. R/. Lo
tenemos levan-
tado hacia el
Señor. V/. Demos
gracias al Señor
nuestro Dios. R/.
Es justo y nece-
sario.
PREFACIO DE CUARESMA
El prefacio es un canto de acción de gracias donde los fieles son invitados a unirse y una
verdadera profesión de fe en la Trinidad Santísima a quién se ofrece el sacrificio de la misa.
Otros prefacios están al final, del folleto.
Vere dignum et iustum est, æquum et En verdad es digno y justo, equitativo
salutáre, nos tibi semper et ubíque y saludable, darte gracias en todo
grátias ágere: Dómine, sancte Pater, tiempo y lugar, Señor, santo Padre,
omnípotens ætérne Deus: Qui omnipotente y eterno Dios, que, por
corporáli jejúnio vítia cómprimis, el ayuno corporal, domas nuestras
mentem élevas, virtútem largíris, et pasiones, elevas la mente, nos das la
præmia: per Christum Dóminum virtud y el premio, por Jesucristo
nostrum. Per quem majestátem tuam nuestro Señor, por quien alaban los
laudant Angeli, adórant Ángeles a tu majestad, la adoran las
Dominatiónes, tremunt Potestátes. Dominaciones, la temen las
Cæli cælorúmque Virtútes, ac beáta Potestades y la celebran con igual
Séraphim, sócia exsultatióne júbilo los Cielos, las Virtudes de los
concélebrant. Cum quibus et nostras cielos y los bienaventurados
voces, ut admítti júbeas deprecámur, Serafines. Te rogamos que con sus
súpplici confessióne dicéntes: voces admitas también las de los que
te decimos, con humilde confesión:

SANCTUS
Mientras se canta el Sanctus, el sacerdote comienza el Canon: parte central de la Santa Misa
por la que se renueva el sacrificio de Cristo para el perdón de los pecados.
Santo,
Santo,
Santo es el
Señor Dios
de los
ejércitos.
Llenos
están el
cielo y la
tierra de tu
gloria.
Hosanna en
el cielo.
Bendito el
que viene
en nombre
del Señor.
Hosanna en
el cielo.
Ya está cerca la consagración. Pide a Dios por la Iglesia, por el Papa, los obispos y sacerdotes,
por los religiosos, por todos los cristianos, por tus intenciones y necesidades.

“Jesucristo,
la víspera de su
pasión, tomó el pan en sus santas y
venerables manos, y levantado los
ojos al cielo hacia ti, oh Dios, su
Padre omnipotente, dándote gracias, lo bendijo, lo partió y los dio a sus
discípulos diciendo: Tomad y comed todos de él:
PORQUE ESTE ES MI CUERPO.

"Del mismo modo, tomando también


este precioso Cáliz en sus santas y
venerables manos, dándote de nuevo
gracias, lo bendijo y lo dio a sus
discípulos, diciendo Tomad y bebed de él;
PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO, MISTERIO DE FE,
LA CUAL SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
EN REMISIÓN DE LOS PECADOS"

Da gracias a Dios por el inefable don de la Eucaristía que Cristo ha dado a su Iglesia y por
todas las gracias recibidas. Pídele a Jesús presente en el Altar en el sacramento de su Cuerpo
y de su Sangre por el eterno descanso de los difuntos. También para que nosotros tengamos
la gracia de participar de la felicidad del cielo junto con los santos.

El sacerdote termina de forma solemne el canon, cantando:


V. Per omnia saecula saeculorum. V. Por todos los siglos de los siglos.
R. Amen. R. Amén.
DE PIE
PADRENUESTRO
El Sacerdote comienza el rito de la comunión cantando el Padrenuestro.
Al Padrenuestro se le llama también ‘la oración dominical’ por haber sido enseñada por
Nuestro Señor Jesucristo. En la liturgia extraordinaria –desde tiempos de San Gregorio que lo
introdujo en la liturgia romana- lo canta solamente el celebrante recordando que Cristo fue
quien se lo enseñó a los discípulos.
V. Oremus. Praeceptis salutaribus V. Oremos. Teniendo en cuenta la
moniti, et divina institutione formati, orden del Señor y aleccionados por el
audemus dicere: divino Maestro, nos atrevemos a
exclamar:
PATER NOSTER, qui es in coelis; PADRE NUESTRO, que estás en los
sanctificetur nomen tuum; adveniat cielos. Santificado sea tu nombre.
regnum tuum: fiat voluntas tua sicut Venga a nosotros tu reino. Hágase tu
in coelo et in terra. Panem nostrum voluntad así en la tierra como en el
quotidianum da nobis hodie; et cielo. El pan nuestro de cada día
dimitte nobis debita nostra, sicut et dánosle hoy; y perdónanos nuestras
nos dimittimus debitoribus nostris. deudas, así como nosotros
Et ne nos inducas in tentationem. perdonamos a nuestros deudores. Y
R. Sed libera nos a malo. no nos dejes caer en la tentación.
R. Mas líbranos del mal.

EMBOLISMO
La oración “libera nos” es un ampliación de la última petición del Padrenuestro, implorando
la protección de la Virgen y de los santos. El Sacerdote la recita en voz baja:
Libera nos, quaesumus Domine, ab Líbranos, Señor, de todos los males
omnibus malis praeteritis, pasados, presentes y futuros; y por la
praesentibus, et futuris: et intercesión de la gloriosa siempre
intercedente beata et gloriosa semper Virgen María, Madre de Dios, y de tus
Virgine Dei Genitrice Maria, cum bienaventurados Apóstoles San
beatis Apostolis tuis Petro at Paulo, Pedro, San Pablo y San Andrés, y
atque Andrea, et omnibus sanctis, da todos los demás Santos danos
propitius pacem in diebus nostris: ut bondadosamente la paz en nuestros
ope misericordiae tuae adjuti, et a días; a fin de que, asistidos con el
peccato simus semper liberi, et ab auxilio de tu misericordia, estemos
omni perturbatione securi. Per siempre libres de pecado y al abrigo
eumdem Dominum nostrum Jesum de cualquier perturbación. Por el
Christum Filium tuum. Qui tecum mismo Jesucristo tu Hijo, nuestro
vivit et regnat in unitate Spiritus Señor, que contigo vive y reina en
Sancti Deus. unidad del Espíritu Santo.
Y la concluye cantando:
Per omnia saecula saeculorum. Por los siglos de los siglos.
R. Amen R. Así sea.
Y realiza la Fracción de la Hostia, que concluye con el rito de la paz:
V. Pax Domini sit semper vobiscum. V. La paz del Señor sea siempre con
R. Et cum spiritu tuo. vosotros.
R. Y con tu espíritu.

CORDERO DE DIOS
Mientras el sacerdote realiza la conmixtión (la mezcla de una pequeña partícula del pan
consagrado con el Sanguis del Cáliz), y se prepara para la comunión; los fieles y el coro
cantan el Agnus Dei.
Cordero de
Dios que
quitas el
pecado del
mundo, ten
piedad de
nosotros. (2)
Cordero de
Dios que quitas
el pecado del
mundo, danos
la paz.

Aprovecha estos momentos para prepararte a recibir la Comunión.


Puedes utilizar esta oración que también el sacerdote recita.
Oh Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que, por voluntad del
Padre cooperando el Espíritu Santo, diste la vida al mundo por tu
muerte: líbrame, por tu sagrado Cuerpo y Sangre de todas mis
iniquidades y de todos los demás males, y haz que cumpla siempre
tus mandamientos y no permitas que jamás me aparte de Ti,
quien siendo Dios, vives y reinas con el mismo Dios Padre y con el
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
CONFITEOR
Cuando el sacerdote termina de comulgar los fieles se preparan de forma inmediata a recibir
la sagrada comunión recitando el Confiteor.
Confíteor Deo Omnipoténti, beá- Yo, pecador, me confieso a Dios
tæ Maríæ semper Vírgini, beato todopoderoso, a la bienaventurada siem-
Michaéli Archángelo, beato pre Virgen María, al bienaventurado San
Joanni Baptístæ, sanctis Após- Miguel Arcángel, al bienaventurado San
tolis Petro et Paulo, ómnibus Juan Bautista, a los santos Apóstoles San
Sanctis, et tibi, Pater: quia peccávi Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a
nimis cogitatióne, verbo et opere: vos, Padre; que pequé gravemente con el
mea culpa, mea culpa, mea pensamiento, palabra, y obra, por mi
máxima culpa. Ídeo precor culpa, por mi culpa, por mi grandísima
beátam Maríam semper Vírginem, culpa. Por tanto, ruego a la biena-
beátum Michaélem Archángelum, venturada siempre Virgen María, al
beátum Joánnem Baptístam, bienaventurado San Miguel arcángel, al
sanctos Apostólos Petrum et bienaventurado San Juan Bautista, a los
Paulum, omnes Sanctos, et te, Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a
Pater, orare pro me ad Dóminum todos los Santos, y a vos, Padre, que
Deum nostrum. roguéis por mí a Dios nuestro Señor.

El Sacerdote vuelto hacia el pueblo dice:


V/. Misereátur vestri omnípotens V/. Dios tenga misericordia de
Deus, et dimíssis peccátis vestris, vosotros y perdone vuestros pecados
perdúcat vos ad vitam ætérnam. y os lleve a la vida eterna.
R/. Amen. R/. Amén.
V/. Indulgéntiam, absolutiónem et V/. El Señor todopoderoso y mise-
remissiónem peccatórum vestrórum ricordioso os conceda la absolución y
tríbuat vobis omnípotens, et el perdón de vuestros pecados.
miséricors Dóminus. R/. Así sea.
R/. Amen.

COMUNIÓN DE LOS FIELES


Después tomando una Sagrada Forma del copón, los muestra al pueblo diciendo:
V. Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit V. He aquí el Cordero de Dios, he aquí
peccata mundi al que quita los pecados del mundo
Y, junto con los fieles, dice por tres veces:
R. Domine, non sum dignus ut intres R. Señor, yo no soy digno de que
sub tectum meum; sed tantum dic entres en mi casa, pero di una sola
verbo et sanabitur anima mea. palabra y mi alma será salva.
A continuación, distribuye la Sagrada Comunión.
En la Forma Extraordinaria, la Sagrada comunión se
recibe de rodillas –las personas que no estén impedidas-
y en la boca.

Antífona de Comunión
Durante el momento de la comunión el coro interpreta la antífona de comunión propia de la
misa del día. Si la distribución de la comunión se alarga, se puede interpretar otros cantos
apropiados.
Salmo 5, 2-4
Intéllige clamórem meum: inténde Escucha mi clamor, presta oídos a la
voci oratiónis meæ, Rex meus, et voz de mi oración, Rey mío y Dios
Deus meus: quóniam ad te orábo, mío, porque a ti, Señor, te invoco.
Dómine.

DE PIE
ORACIÓN POSTCOMUNION
(ver hoja propia del día)
Terminada la purificación de los vasos sagrados el sacerdote, invita a los fieles a la acción de
gracias por los dones recibidos.
V/.Dominus vobiscum. V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.
Oremus: Oremos:

Súpplices te rogámus, omnípotens Te rogamos humildemente, Dios, que,


Deus: ut, quos tuis réficis nos alimentas con tus sacramentos,
sacraméntis, tibi étiam plácitis nos concedas servirte dignamente con
móribus dignánter deservíre una vida de tu agrado. Por nuestro
concédas. Per Dominum nostrum Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo
Jesum Christum, Filium Tuum, qui vive y reina en la unidad del Espíritu
Tecum vivit et regnat in unitate Santo y es Dios por los siglos de los
Spiritus Sancti, Deus, per omnia siglos. Amén.
saecula saeculorum. Amen.

DESPEDIDA
Nuevamente desde el centro del Altar, el sacerdote saluda a los fieles:
V. Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.
R. Et cum spíritu tuo. R. Y con tu espíritu.

Y los despide cantando o diciendo:


V. Id, la misa ha
terminado.
R. Demos gracias a Dios.

BENDICION
DE RODILLAS
El Sacerdote reza inclinado y en voz baja la oración Placeat tras la cual imparte la bendición
final de la santa Misa.
V/. Benedicat vos Omnipotens Deus V/. Os bendiga Dios Omnipotente,
Pater, Filius et Spiritus Sanctus. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R/. Amen. R/. Amén.
A continuación, lee el Último Evangelio en secreto,
mientras el coro y el pueblo entonan un canto de acción de gracias.
ORACIONAL
ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame Anima Christi, sanctifica me.
Cuerpo de Cristo, sálvame Corpus Christi, salve me.
Sangre de Cristo, embriágame Sanguis Christi, inebria me.
Agua del costado de Cristo, lávame Aqua lateris Christi, lava me.
Pasión de Cristo, confórtame Passio Christi, conforta me.
Oh mi Buen Jesús, óyeme O bone Iesu, exaudi me.
Dentro de tus llagas, escóndeme. Intra tua vulnera absconde me.
No permitas que me aparte de Ti Ne permittas me separari a te.
Del maligno enemigo, defiéndeme Ab hoste maligno defende me.
En la hora de mi muerte llámame In hora mortis meae voca me.
y mándame ir a Ti, Et iube me venire ad te,
para que con tus Santos te alabe ut cum Sanctis tuis laudem te
Por los siglos de los siglos. in saecula saeculorum.
Amén. Amen.

OFRECIMIENTO
Recibe Señor toda mi libertad. Recibe Súscipe, Dómine, univérsam meam
mi memoria, mi entendimiento y toda libertátem. Accipe memóriam, inte-
mi voluntad, todo cuanto tengo o llectum atque voluntátem omnem.
poseo, Tú me lo has dado: todo te lo Quidquid hábeo vel possídeo, mihi
devuelvo a tu divina voluntad, para largítus es: id tibi totum restítuo, ac
que ella me gobierne, sólo te ruego tuae prorsus voluntáti trado guber-
que me concedas tu amor, junto con nandum. Amores tui solum cum
tu gracia, y seré bastante rico, no pido grátia tua mihi dones, et dives sum
otra cosa. satis, nec áliud quidquam ultra posco.

ORACIÓN A LA VIRGEN
Oh María, Virgen y Madre Santísima, O María, Virgo et Mater sanctíssima
he recibido a tu Hijo amadísimo, que ecce, suscépi dilectíssimum Filium
concebiste en tus inmaculadas entra- tuum, quem immaculáto útero tuo
ñas, criándolo y alimentándolo con tu concepísti, genuísti, lactásti, atque
pecho, y lo abrazaste amorosamente. suavíssimis ampléxibus strinxísti.
Al mismo que te alegraba contemplar Ecce, cuis aspéctu laetabáris et
y te llenaba de gozo, te lo presento y ómnibus delíciis replebáris, illum
te lo ofrezco con amor y humildad ipsum tibi humíliter et amánter
para que lo abraces, lo quieras con tu repraesénto et óffero tuis brácchiis
corazón y lo ofrezcas como supremo constringéndum, tuo córde
culto de latría a la Santísima Trinidad, amándum, sanctíssimaeque Trínitate
por tu honor y por tu gloria y por mis in suprémum latríae cultum, pro tui
necesidades y las de todo el mundo. ipsíus honóre et gloria et pro meis
Te ruego, piadosísima Madre, que me totiúsque mundi necesitátibus
alcances el perdón de todos mis offeréndum. Rogo ergo te, píísima
pecados y gracia abundante para Mater, ímpetra mihi véniam ómnium
servirte desde ahora con mayor peccátorum meórum, uberémque
fidelidad, y por último, la gracia de la grátiam ipsi deínceps fidélius
perseverancia final, para que pueda serviéndi, ac dénique grátiam finálem,
alabarte contigo por los siglos de los ut eum tecum laudáre possim per
siglos. Amén. ómnia saecula saeculorum. Amen

ORACIÓN DEL SANTO PADRE PIO


Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que Yo
no te pueda olvidar. Tú sabes que tan fácilmente te abandono. Quédate
conmigo, Señor, porque Yo soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no
caiga tan frecuentemente. Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida y,
sin Ti, yo estoy sin fervor. Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz y,
sin ti, yo estoy en la oscuridad. Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu
voluntad. Quédate conmigo, Señor, para que Yo pueda escuchar tu voz y
seguirte. Quédate conmigo, Señor, porque yo deseo amarte mucho y siempre
estar en tu compañía. Quédate conmigo, Señor, si tú deseas que yo sea fiel a
ti. Quédate conmigo, Señor, pobre como mi alma es, yo deseo que sea un
lugar de consolación para Ti, un nido de amor. Quédate conmigo, Señor,
porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el
juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para que
yo no pare en el camino y por eso te necesito. Se está haciendo tarde y la
muerte se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la aridez,
la cruz, los sufrimientos. O como te necesito, mi Jesús, en esta noche de
exilio. Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los peligros,
te necesito. Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la
partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la
oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón. Quédate
conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, quiero permanecer unido
contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia y el amor. Quédate
conmigo, Señor, porque solamente eres tú a quien yo busco, tu amor, tu
gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque te amo y te pido no otra
recompensa que amarte más y más. Con un amor firme, te amaré con todo mi
corazón mientras aquí en la tierra y continuaré amándote perfectamente
durante toda la eternidad. Amén.
ATTENDE DOMINE

Escucha, Señor y ten misericordia porqe hemos pecado contra Ti.


1. A Ti, Rey soberano, Redentor de todos levantamos nuestros ojos en llanto;
escucha, Cristo, las plegarias de los que te suplican.
2. Oh diestra del Padre, piedra angular, camino de la salvación y puerta del
cielo: lava las manchas de nuestros delitos.
3. Rogamos oh Dios, a tu majestad: con tus oídos santos escucha nuestros
gemidos, perdona bondadoso nuestras culpas.
4. Nuestros pecados cometidos los confesamos ante Ti; con corazón contrito
te manifestamos lo oculto; que tu clemencia, oh Redentor, nos las perdone.
5. Inocente, fuiste capturado, y llevado sin poner resistencia, y condenado por
los impíos con testigos falsos. A los que redimiste, consérvalos Tú, oh Cristo.
PARCE DOMINE
Perdona,
Señor,
perdona a tu
pueblo. No
esté enojado
eternamente
con nosotros.

1.Arrodillémo
-nos ante la
ira salvadora,
lloremos ante
el Juez,
clamemos con
voz
suplicante,
digamos
todos
postrados:

2. Nostris malis offendimus 2. Hemos ofendido con nuestros males tu


Tuam Deus clementiam clemencia, oh Dios.
Effunde nobis desuper Danos desde lo alto
Remissor indulgentiam. Al Redentor de indulgencia.
3. Dans tempus acceptabile, 3. Dándonos este tiempo aceptable,
Da lacrimarum rivulis concédenos ríos de lágrimas para lavar el
Lavare cordis victimam, corazón que ardiendo en jubilosa caridad
Quam laeta adurat caritas. se inmola.
4. Audi, benigne Conditor, 4. Oh bondadoso Creador: escucha
Nostras preces cum fletibus nuestras súplicas y el llanto que, en este
In hoc sacro jejunio, santo ayuno de cuarenta días,
Fusas quadragenario. derramamos.
STABAT MATER

Estaba la
Madre
dolorosa
junto a la
Cruz, llorosa,
en que pendía
su Hijo.

1. 2.Cuius animam gementem 2. Su alma gimiente,


Contristantem et dolentem contristada y doliente
Pertransivit gladius. atravesó la espada.
O quam tristis et afflicta ¡Oh cuán triste y afligida
Fuit illa benedicta estuvo aquella bendita
Mater unigeniti Madre del Unigénito!.
2. 3. Quae maerebat et dolebat. 3. Languidecía y se dolía
Et tremebat, cum videbat la piadosa Madre que veía
Nati poenas incliti. las penas de su excelso Hijo.
Quis est homo qui non fleret, ¿Qué hombre no lloraría
Matrem Christi si videret si a la Madre de Cristo viera
In tanto supplicio? en tanto suplicio?
3. 4. Quis non posset contristari, 3. 4.¿Quién no se entristecería
Piam matrem contemplari a la Madre contemplando
Dolentem cum filio? con su doliente Hijo?
Pro peccatis suae gentis Por los pecados de su gente
Jesum vidit in tormentis vio a Jesús en los tormentos
Et flagellis subditum. y doblegado por los azotes.
Ad Iesum per Mariam!

Iglesia del Salvador de Toledo


(ESPAÑA)

Potrebbero piacerti anche