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Periodo de prueba, ventanilla única y redes de contactos son algunas de las ideas
"Mucho se habla de la importancia del emprendimiento para el desarrollo país, pero aún
quedan trabas a nivel de autoridad que hacen que en nuestro país sea lento, burocrático y caro
formar un negocio", explica Roberto Hernández, abogado de Ernst & Young.
El tiempo utilizado en trámites puede ser de un par de meses y muchas veces algunos permisos
tardan más que otros atrasando el proyecto completo.
"Debieran existir facilitadores públicos para los trámites que vuelven locos a los
emprendedores. Alguien que haga de punto focal y que al mismo tiempo oriente a los
emprendedores, una especie de ejecutivo de cuenta que trate a los emprendedores como
clientes, porque eso es lo que deberían ser los servidores públicos. No deben olvidar que gracias
a los que lideran negocios, hay empleos e impuestos que financian el aparato público", dice
Alan Farcas, de Endeavor.
A lo que el abogado Roberto Guerrero agrega: "La idea es que la gente forme sus negocios y
gane plata, y que no dependa de la educación ni la salud que entrega el Estado. Sólo así saldrán
de la pobreza".
y Políticas Laborales del Consejo de Equidad, y que pretende impactar con sus cerca de US$
100 millones a 170 mil jóvenes de enseñanza media y superior de los dos quintiles más pobres
de la población y facilitarles que emprendan un negocio.
"En Inglaterra funciona muy bien un mecanismo por el cual los emprendedores reciben, por
cada libra del ángel, una libra del Estado a fondo perdido. En Israel, si las redes de
inversionistas acreditados invierten 70 mil dólares de un emprendedor, el Estado presta 400
mil, que serán devueltos sólo si a la empresa le va bien. En Chile, la red de inversionistas
Southern Angels hizo un concurso con Santander en que si un emprendedor levantaba 100 mil
dólares de un ángel, el banco se ponía con 100 mil. Y fue un éxito, lo que demuestra que el
modelo funciona".
"La ley vigente de mercado de capitales, especialmente la MKII, es mucho mejor que nada, pero
básicamente premia a los que toman menos riesgo en la cadena de valor del emprendimiento.
Es decir, los que invierten en la última fase (fondos abiertos de inversión) tienen el mismo
beneficio que los emprendedores o sus inversionistas iniciales. Este mecanismo tiene la lógica
de evitar el fraude, pero es claramente poco óptimo si se considera que premia de igual forma a
los ángeles y los que invierten en la última fase sin mayor riesgo".
"Un pequeño empresario no tiene las espaldas de un gran empresario y tampoco es capaz de
ejercer presión a la municipalidad porque su aporte en el presupuesto final de la comuna no
alcanza a ser relevante. Para un microempresario pagar tres meses de arriendo sin poder
funcionar es demasiado".
"El Servicio de Impuestos Internos debiera lograr que pronto funcionase una sola ventanilla
con un solo fiscalizador por empresa, y que él le vea todos los temas (renta, timbraje, IVA, etc.).
Así es sólo una persona la que ve el tema y el empresario conoce con qué criterio va a ser
medido. Sería incluso mejor, que ese funcionario se coordinara con los otros servicios, para
evaluar el negocio en su conjunto, y así sacar todo en un plazo global y sin demoras".
"Por ejemplo, las personas naturales que acrediten la inversión en un negocio fallido podrían
deducir de su base imponible esa pérdida. Hoy en Chile es difícil cumplir con las condiciones
para tener el beneficio del capital de riesgo".
Una mano experimentada resulta clave y puede cambiar el curso de una iniciativa.
"El emprendimiento tiene apoyo estatal dada la necesidad de creación de miles de nuevas
empresas y nuevos empleos de calidad en una economía del conocimiento. Las incubadoras
reciben apoyo, los emprendedores también lo reciben, los fondos de capital de riesgo con
agresivos apalancamientos lo reciben, aunque no invierten en etapas tempranas. Lo paradójico
es que en Chile, los inversionistas ángeles que corren el verdadero riesgo de proyecto por
invertir en las etapas tempranas no tienen apoyo. En Chile, los inversionistas ángeles siguen
siendo el eslabón más débil de la cadena del emprendimiento, mientras en Inglaterra reciben
crédito de impuesto por la inversión realizada y por eventuales pérdidas de su inversión, y en
Escocia, el Estado invierte 1 a 1 con él".