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Introducción
97
condiciones de vida reales de un 95% de
las masas latinoa
a un desa rrollo propio que fuera
mericanas, ni al derecho
resul tado , depr imen te, de los intentos
fáctico y autónomo. Este
contradicción con
históricos concretos de liberación - muy en
ías concretas de
el optimismo de la Ilustración y de las utop
a dramática en
una Sociedad sin clases- se manifiesta de form
y Polonia, donde
los actuales procesos en marcha en Hungría
restructura bur
la restauración del capitalismo y de la supe
íso de la Coca
guesa reconvierten el socialismo en un para
Axel Springer.
Cola, de los McDonald y del consorcio de
cia que se da
El segundo aspecto resulta de la coinciden
y dom inio naci onal soéialista y la
entre la lógica de expansión
La relación entre
división actual en Primer y Tercer Mundo.
y Hork heim er, con unos fines y dentro
ambos era de esperar,
o diciendo que el
de un contexto distinto, la había formulad
el capitalismo (lo
que habl a de fascismo no puede silenciar
Pero precisamente
que vale, por supuesto, también al revés).
a generalizada. El
esto es lo que se ha convertido en norm
ma acerca de la
silencio de las clases dominantes del siste
capit alismo - fascis
relación social y política existente entre
cter orga nizado y la
mo - capitalismo está tapando el cará
prod uce de dos maneras:
continuidad de esta relación. Esto se
tanto que la resta uración
a) a lo largo de la Historia, en
de las élites del gran capital,
sistemática y a nivel mundial tiene
y crim inale � de guer ra, ya no
compuestas por fascistas
a para la conc ienci a polít 1ca ac
una importancia constitutiv
la aplic ación siste mátic a y a nivel
tual; igual que no la tiene
burgués y de los
mund ial de las formas de terrorismo estatal
se han seguido en
métodos de represión antidemocráticos que
ués de 1945 .
l a reco nstru cció n de las metr ópo lis desp
en el sentido de
b) adem ás, en el momento histórico actual,
iencia política
que, por un lado, ha desaparecido de la conc
a espe cíficamente
colectiva la correlación viva entre la form
alista y su presencia
nacionalsocialista de la barbarie capit
paric ione s, ases inatos
diaria en el Tercer Mundo (tortura, desa
se ha desp laza do de esta
políticos etc...) Y, por el otro,' que
princ ipale s conte nidos capi
conciencia la continuidad de los
ción actual y la
talistas/fascistas en los que se basa la •situa
riqueza de las metrópolis.
y formas de
Todo un sistema de aparatos ideológicos
ra de Orwell, estas
indoctrinación sirve para excluir, a la mane
98
relaciones estructurales del ámbito de la 'pensable'. Incluso
una parte de los movimientas de solidaridad contribuye a ella,
.
neg �ndo Slstema\ic � mente estas relaciones estructurales y en
tendiendo � u traba¡o como algo exótico. Como ejemplo de
este traba¡o de solidaridad exótica podemos mencionar
a.quéllos cuyas actividades consisten, en general y en su esen
Cia, en la presentación de personajes exóticos (revoluciona
. .
nos, cns\ianos de base, luchadores por los derechos huma
nos), mostrando su vida, lucha y muerte en las regiones som
.
bnas del Pnmer Mundo, con lo que se transmite a la audiencia
nueva� motivaciones para el trabajo mediante la empatía y la
catarSIS . .(Cuanto más heroico y derrotado el representado,
tanto me¡or para este proceso.) Efectivamente, la liturgia y
es!ética de lo trágico, tal como se concretaron en el teatro
gnego, so� paradigmas excelentes para entender gran pcirÍe
de los movimientos de solidaridad que se mueven por razones
de can dad y refor�as en las metrópolis de Europa y América,
.
f;e
es dem, este subsistema ideológico del lm rio de los 500
años1•
//
f: diferencia de esto, la tarea riÍás importante de la re
flexión y del trabajo intelectual sobre el «V. Centenario del
Descubrimiento de América>> consiste en la corrección de esta
: m� gen narc! sista producida por conocimientos típicamente
pnmermund1stas' y de determinadas actividades de solidari
dad en el Primer Mundo, mediante la demostración de las
.
realidades del Imperio de los 500 años. Esta corrección es
dolorosa y difícil como cualquier corrección antinarcisista del
ego; pero, ¿a quién le gustará vivir tranquilamente en la
consc1enc1a de ser un beneficiario económico del 'Cuarto
Re1ch'? La honradez intelectual y disposición del pensami �nto
de Sartre tendente o superar la situación privilegiada de lo
que él llamó 'pueblos jefes' para llegar a justificar de manera
radical la némesis* de la violencia de los pueblos margina
dos, no suele estar muy extendida en las sociedades del bie-
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nestar de las años 80 . Y difícil nos resulta también el pas ? del
teatro clásico al teatro épico, dado por Brecht, es dec1r, el
cambio de papel, del espectador de la tragedia que s1ente
pena de los distinto s personajes, al del .qu� toma part1do d �
. manera radical . Pero, puesto que nmgun deus ex machma
terminará con la tragedia del Imperio de los 500 años, ante el
12 de octubre de 1992, ' lo negativo que termma con lo m
mediato' (Hegel) tiene que ser un enfoqu� científico,_ crít1co Y
de solidaridad. Ambos tienen que contnbu1r, en el me1or senti
do de la ilustración, a la desintegración de los mitos y sistemas
de domina ción existentes de este Cuarto Reich.
lOO
dades del siglo XXI, se impuso a la variante anacrónica de un
saqueo del planeta controlado militarmente.
Mientras los totalitarismos políticos burgueses, debido a su
derrota militar en 1945/4 6, volvieron a desaparecer en un
primer momento dentro del cajón de sastre de las estructuras
burguesas de superficie, los contenidos económicos de los
intentos de solución de las crisis imperiales se impusieron, no
obstante, sin alteraciones. Estas soluciones estratégicas y es
tructurales de la crisis político/social de las años 30 a que
llegaron las élites de poder capitalistas, entonces (y hoy en día
otra vez) hegemónicas, están ya contenidas en el concepto del
Espacio Vital (Lebensraum) de los nacionalsocialistas, en el de
la Gran Area (Grand Areo) de las élites de poder norteameri
canas y en la llamada Esfera Moyor de Ca-prosperidad de
Asia del Este (Greoter Eost Asia Co-Prosperity Sphere) de los
Japoneses. Su esencia se ha materializado en lo que hoy en
día conocemos como Primer y Tercer Mundo y en lo que el
discurso propagandístico del capital internacional ha acaba
do por llamar el «Mundo Libre». No obstante, la mencionada
continuidad histórica y la situación desesperante de los «Con
denados de esta tierra>> (F. Fan. o n) que resulta de ella hacen
políticamente nécesario y científicamente justificado sustituir
el término Mundo Libre por el de IV Reich'.
Esperamos que una descripción breve de las estrategias
expansionistas de solución de la crisis que emprenden el gran
capital japonés, alemán y norteamericano, junto con referen
cias comparativas a la división actual del mundo en países de
Primer y Tercer Mundo, le permita al lector adentrarse en el
problema. Dedicaremos más espacio a la discusión de las
estrategias de los nazis y de los EEUU por dos razones:
a) porque el discurso de los primeros formula con más preci
sión la lógica brutal de explotación del IV. Reich que el discur
so liberal de las élites de poder de los EEUU, y b) porque el
modelo de solución de crisis norteamericano se ha impuesto
finalmente a nivel mundial .
Entendemos que hace falta una investigación sistemática y
101
la profundización en los conocimientos sobre las simi litudes
estructurales que se observan entre los conceptos de Mundo
Libre y de Cuarto Reich, ambos utilizados para designar una
etapa del Imperio de los 500 años de los Pueblos de Señores
(Herrenvi:ilker)* del Atlántico, al igual que, además, es nece
sario un discurso nuevo, liberador. El presente artículo quiere
ser una contribución a este proceso.
cualquier parte del mundo a las materias primas, la mano de obra y las
* Es decir, pueblos que reclaman para ellos el derecho a recurrir en
102
i
importante para el comercia mundial e-- ndispensable para el
desarrollo industrial y la defensa del Imperio»'.
Estas reivindicaciones a nivel estatal de la necesidad de
incorporar mediante la expansión el Sudeste asiático y algu
nas otras zonas del Pacífico, para asegurar el desarrollo y la
defensa del Imperio, se correspondían can ciertas manifesta
ciones del espíritu de la época. En el libro de Takanobu
Murobu Nanshinron, (A Thesis on Southward Avance- Una
Tesis sobre el Avance hacia el Sur) publicado en 1936 se
puede leer que <da hegemonía de Europa había pasado>> y
que el dominio del mundo en el futuro se decidiría entre los
EEUU, Rusia y, en el este, Japón. La edad del liberalismo
había terminado y los conflictos se resolverían en el futuro
entre naciones, bloques y continentes. En esta época el «des
tino nacional» de Japón, su pacto con la historia, había de
estar en la expansión hacia el sur.3
En agosto de 1939 el profesor Kamikawa Hikomatsu escri
bió en su artículo Las doctrinas Monroe americanas y ¡opone
sos que las relaciones de Japón con el Continente Asiático
eran similares a las de los EEUU con el Continente Americano,
y que la política japonesa hacia Manchukuo se podía llamar
« Doctrina Monroe» japonesa. Ambas doctrinas se considera
ban como parecidas aunque distintas en sus características de
desarrollo y de sus campos de operación.
Además insiste Hikomatsu en que «los EEUU se habían '
convertido en el líder de las naciones del mundo» porque
habían sido los primeros «en formular la idea del regionalis
mo en la política internacional». Japón, en su opinión, había
seguido el ejemplo estadounidense y podía esperar de los
EEUU que ellos, «puesto que tenían más experiencia en este
tema, deberían, en interés propio, guiar e inspirar a su socio
con menos experiencia, Japón».
Política y militarmente hablando la Doctrina Monroe japo
nesa significaba que «en el caso de que las potencias occi
dentales intervinieran y extendieran su influencia política en
esta región, esta política había de ser interpretada como per
turbadora de la paz y del orden de Asia del Este, y a la misma,
por tanto, se tenía que oponer vigorosamente Japón, como
guardián de la paz en esta zona». Los principios de «no
colonización, no-intervención y no-adquisición territorial (por
103
parte de las potencias occidentales, se entiende. HD) se consi
deraban como las reivindicaciones básicas de Japón en los
términos de su Doctrina Monroe)}4,
A nivel económico la Doctrina Monroe japonesa apuntaba
hacia un «Continentalismo del Asia Orienta l » . Se partía de la
base de que las países del este de Asia, a tenor de sus aspec
tos geográficos e históricos, formaban ya una comunidad
homogénea y habían comenzado ahora el desarrollo de una
comunidad económica. «Japón en este momento está experi
mentando un proceso de industrialización rápida, mientras los
otros paises de la región se encuentran todavía en una fase de
economía agraria. Pero precisamente por eso se complemen
tan manteniendo una relación de ayuda mutua. Por l o tanto,
las necesidades de Japón, a consecuencia de su sistema capi
talista, igual que las necesidades de su vecinos que a su vez
son consecuencia de su economía agraria, son mutuamente
armoniosas y fáciles de acomodar . Es por tanto un error
considerar la Doctrina Monroe japonesa como una doctrina
del imperialismo.>>5
El concepto de orden político-económico jerárquico en
cuyo centro se encuentra Japón como beneficiario, implícito
en este razonamiento, se resalta también en el siguiente ar
tículo del destacado economista Takahashi Kamekichi. La Es
fera de Ca-prosperidad planeada, escribe en el The Jopan
Times Advicer en noviembre de 1942, requería la superación
de muchos problemas de los países del sur que resultaban de
la época colonial. La principal tarea consistía en organizar
nuevos sistemas económicos y políticos que fomentaran «el
desarrollo de una consciencia regional>>. A continuación, ha
bía que determinar «qué nación debía tomar el papel de líder
en la región>>. Con respecto a esto se debía acordar que la
nación más desarrollada y más poderosa tenía la autoridad
de «guiar y asesorar la construcción del tejido de prosperidad
común.>> Finalmente Takahashi Kamekichi propuso que era
necesaria la elaboración de una base adecuada «para deter
minar el lugar justo y adecuado de cada nación en términos
de sus capacidades intrínsecas, potencial económico, capaci
dad de defensa e importancia para el mantenimiento y la
seguridad de la vida en la región>>.
Se sobreentendía que esta concepción regional de Gran
104
Potencia tenía que estar de acuerdo con el nuevo orden mun
dial que se estaba gestando. Pero independientemente de los
conflictos bélicos actuales se podio prever que al final «domi
nasen armonías regionales en las d istintas partes del univer
SO» . El Mundo Blanco tendría probablemente una «zona de
prosperidad común en Europa y otra en el hemisferio occiden
tal » . La Mayor Esfera de Ca-prosperidad del Este asiático se
iba a imponer también y «la combinación de estas distintas
esferas de prosperidad llevará al surgimiento de un nuevo
orden internacionaln6 Se trata, sin lugar a dudas de una
'
previsión estratégica sorprendente de Kamekichi.
El futuro desarro llo de la Esfera Mayor de Ca-pro sperida d
de As1a del Este se aceleró fundamentalmente por tres facto
res: los ex1tos mi11tare s de los nazis, el estancamiento de la
gue rra de expans ión japonesa en la China continental y la
_
pol1t1ca cada vez más clara de los EEUU de no aceptar a
Jo pon como soc1o menor en el papel de potencia hegemónica
reg1ona l en el Pacífico . El 1 de agosto de 1940 el término se
usó por primera vez públicamente y de forma oficial en una
conferencia de prensa del Ministe rio de Asuntos Exteriores
¡aponés, para definirl o el 6 de septiembre en una conferencia
ministe rial como «'bloqu e imperia l' (Espaci o vital) para la
constru cc1on _ de u nuevo orden
� en Asia Oriental ... con JapÓn1
Manchu kuo y Chma como nucleo y compre ndiendo las islas
antenormente adminis tradas por Aleman ia, la lndochi na fran
cesa junto con los islotes franceses en el Pacífico, Thailandia
la Malasia británic a, el Borneo británico, Las Indias Orienta �
les holande s�s, B� rmania A stralia, Nueva Zeland a, la India y
� �
otros terntonos>> . Las Fi11p1na s se excluyeron en un primer
momento para evitar un conflicto con EEUU, pero se incluye
ron en la esfera a finales de 194 r.
En el acuerdo tripartito de Berlín del 27 de septiembre de
1940 (ampl1ado el 1 1 de diciembre de 1941 a una alianza
militar), Japón y la Alemania nazi acordaron el respeto mutuo
de sus planes hegemónicos para la superación de la crisis. Por
un lado se prometieron ayuda mutua y cooperación para el
establecimiento y mantenimiento de un «orden nuevo» en la
Asia Mayor Oriental y en Europa, estableciendo además en el
105
artículo uno del tratado que «Japón reconoce y respeta el
liderazgo de Alemania (e Italia) en la construcción de un
nuevo orden en Europa>> mientras Alemania e Italia se com
prometieron en el segundo artículo a «reconocer y respetar el
liderazgo de Japón en un nuevo orden para Asia Mayor
Oriental>>'.
Con el ataque a Pearl Harbour (al que volveremos más
abajo) el 7 de diciembre de 1 94 1 la tradicional política de
expansión japonesa sufrió una modificación cualitativa: si
hasta ese momento había apuntado a la construcción de un
nuevo orden en el Asia Oriental, enfatizando el anticomunis
mo y la cooperación con Manchukuo y China, la «Mayor
Esfera de (o-prosperidad del Este asiático» entró ahora en su
fase de realización como meta estratégica de la guerra y del
desarrollo.
Ya en noviembre de 1941 se habían formulado los «Princi
pios de la político económica hacia el sun>. En ellos se decía:
«Haciendo hincapié en la satisfacción de lo demanda de
recursos esenciales y la contribución al esfuerzo inmediato de
· la guerra, tenemos planes para el establecimiento-de un siste
ma autárquico en la «Mayor Esfera de Ca-prosperidad del
Este asiático para completar de esta manera rápidamente el
fortalecimiento económico del imperio>> (Policy Guideline 1,
n' 1). De acuerdo con su importancia para el abastecimiento
del imperio japonés con materias primas se dividieron las
regiones australes en dos grupos (Policy Guideline 1, n' 2). El
grupo «A>> incluía las Indias Orientales holandesas, la Mala
sic británica, Borneo y las Filipinas, el grupo « B>> la lndochina
francesa y Thailandia (Policy Guideline 1, n' 3).
De especial importancia era el control de recursos estraté
gicos como el caucho, el estaño y, sobre toda, las reservas de
petróleo, que se pusieron, como más tarde las minas de car
bón, bajo administración militar. Para prevenir las tendencias
inflacionistas en las territorios ocupados - y con ellas los
sentimientos y desórdenes antijaponeses - se practicó una
política monetario restrictiva. Así se quería evitar la repetición
de las experiencias habidas en la China continental con el uso
excesivo de los «Certificados de pago militares>>. Los sueldos
se fijaron lo más bajo posible para mantener los precios
estables y posibilitar de esta manero una explotación óptima
106
de la mano de obra local. « Los durezas económicas impues
tas a la forma de vivir de las poblaciones locales>>, que eran
resultado de la explotación de muchos recursos vitales y de la
adquisición de víveres para las tropas japonesas, <<tenían que
ser soportadas». El comercio exterior y las transferencias de
divisas al exterior se sometieron a control. El papel fundamen
tal de la «periferia>> del sudeste asiático, dentro del «espacio
vital>> japonés, consistía en proveer al núcleo, es decir a Ja
pón, Manchukuo, Corea y el norte de China, de las materias
primas necesarias, y poner a disposición del ejército japonés,
durante la fase de la guerra, los productos básicos (por ejem
plo los alimentos). Una industrialización a niveles generales
no estaba prevista para esta zona. Las poblaciones de las
distintas naciones se debían llevar de manera «que se trans
mitiera una sensación de confianza en las Fuerzas Imperiales
y evitando alentar de forma prematura movimientos de inde
pendencia ... El estatus definitivo de las áreas ocupadas y su
futura disponibilidad serían determi .nadas en cada caso por
las autoridades centrales>> del Imperio Japonés.10
do libro 1984.
*. Lo palabro inglesa fue acuñada por George Orwell en su conoci
107
ses o grupos para asegurar su asimilación por los destinata
rios." Desde el punto de vista de la comunicación de masas, y
para los fines de nuestro artículo, podemos distinguir tres
niveles principales de discurso, o niveles de comunicación/in
doctrinación . Estos se diferencian por el contenido (relación
entre información y propaganda), y por los mecanismos de
manipulación, estructura, función etc.
El nivel de transmisión más elemental y rudimentario de la
ideología dominante es aquel que sirve a las necesidades de
la indoctrinación de las masas. Lo llevan a cabo periódicos
como 8/LD, Readers Digest, Washington Times, las llamadas
«revistas del corazón» y la gran mayoría de los programas de
radio y de televisión.
El segundo nivel de discurso, el intermedio, no sirve en
·
108
la brutalidad de sus estrategias de imposición". A veces, sin
embargo, los documentos de estas reuniones sobre estrategia
llegan a la luz pública (generalmente a posterion) y permiten
una mirada íntima a los laboratorios de la política reaL Este es
el caso de la planificación secreta de los EEUU sobre los·
objetivos de la 2' Guerra Mundial diseñada por los jecnócra
tas como marco de las actuaciones norteamericdnas en el
mundo y de su funcionamiento óptimo. A estas planificaciones
se tiene acceso hoy en día gracias al hecho de que casi todos
los documentos oficiales norteamericanos pierden su carácter
secreto al cabo de 25 años para ser accesibles a los investiga
dores. La importancia de estos documentos es aún mayor si
tenemos en cuenta que la construcción del Mundo Libre des
pués de 1945 es el resultado de una planificación imperial, la
cual, a su vez, constituye un ejemplo histórico y actual de la
dimensión estratégica de la actuación a nivel mundial de la
política :norteamericana. Veamos ahora, en primer lugar, có
mo se presentaron los objetivos norteamericanos de dicha
guerra en los dos primeros niveles de discurso, para pasar
luego a lo que constituye el aspecto de mayor interés, la
descripción de la planificación secreta norteamericana en
cuanto a la construcción del orden mundial después de 1945.
El presidente Franklin D. Roosevelt dio el 6 de enero de
1941 ante el Congreso norteamericano las siguientes razones
para los gastos militares, los preparativos para la guerra y la
-
posible entrada de los EEUU en ella: «En el futuro que intenta
mos asegurar nos veremos confrontados con un mundo cuya
base serán cuatro libertades esenciales. La primera es la
Libertad de Expresión - en todos los lugares del mundo. La
segunda es la libertad para cualquier persona de venerar a
Dios a su manera - en todos. los lugares del mundo. La tercera
es la de estar libre de miseria ... La cuarta es la libertad contra
el miedo» 13• •
109
nista en apoyo del programa de guerra de las élites. En segun
do lugar, se trataba de ganar a aquellas naciones no afecta
das directamente por el conflicto como socios contra el Eje
fascista y Japón. El empleo agresivo del potencial cultural y
propagandístico nacional para provocar la euforia por la
guerra deseada iba mano a mano con la ejecución de campa
ñas de propaganda globales para ganarse la opinión pública
mundial.15 En esta «Cuarta dimensión» de la política exterior
era necesario no limitar la propaganda a estrechos intereses
angloamericanos. En el lenguaje de los planificadores estra
tégicos de aquellos años: «Si se formulan melas de la guerra
que sólo parezcan afectar intereses del imperialismo ameri
cano, éstas ofrecerán poco. a la gente en el resto del mundo y
serán vulnerables a las contra-propuestas de los nazis ... Se
debería poner el acento en los intereses de los otros pueblos, no
sólo de los de Europa, sino también de los de Asia, Africa y
Latinoamérica. Esto tendría un mejor efecto propagandístico>>."
U n ejemplo clásico para el nivel intermedio del discurso
bélico norteamericano, cuya función era la de informar a las
élites del poder sobre la planificación interna de las melas de
la guerra y la de ganar su apoyo, lo encontramos en el famoso
artículo de Henry Luce The American Century. Luce, editor de
la influyente revista Life, formuló en febrero de 1941, en los
siguientes términos la raison d'etre y las melas de la guerra
defendidas por aquellos sectores de la élite que estaban a
favor de ella. Consideró que la guerra para las EEUU no era,
en primer lugar, «una cuestión de necesidad y de superviven
cia>>, sino «de elección y cálculo ... ¿Debían participar las
EEUU en la guerra? Y, en caso de una respuesta afirmativa,
¿por qué?>>
La respuesta de Luce es afirmativa. Los EEUU, en su opi
nión, habían dejado pasar la ocasión de jugar el papel de
potencia mundial, a pesar de que en el siglo XX se habían
convertida en la potencia «más fuerte y más vital del mundo>>
- y eso había Ira ido consecuencias catastróficas para ellas y
para la humanidad. El remedio era aceptar «con todo cora
zón>> este liderazgo mundial y usar el poder de EEUU plena
mente para influir en las demás naciones, «para los propósi
tos que consideremos útiles y mediante los métodos que consi
deremos útiles>>. La Pax Americana relevaría a partir de ahora
la Pax Británica, siempre que los EEUU aprovecharan su opor-
110
!unidad histórica y no dejaran pasar otra vez cda oportunidad
de ora de asumir el liderazgo mundial>>, tal como hizo el
Presidente Wilsan en 19 19 . Era tarea de EEUU «Crear el pri
mer gran siglo americana>>17.
Lo que esto iba a significar en la práctica, aparece formu
lado de manera brutal y racional en los documentos estratégi
cos de los dos grupos más importantes de planificación de las
melas de la guerra de la élite del poder: el Proyecto para
Estudios sobre la Guerra y la Paz (War-Peace Studies Proiect)
del Consejo para las Relaciones Exteriores ( Council on Fo
reign Relations!CFR) y en las documentos del Equipo de Plani
ficación Política (Policy Planning Staff¡ del State Department
(Ministerio de Asuntos Exteriores).
111
estaba par tanta, primera, la determinación de las materias
primas y de las mercadas necesarias para conseguir la autar
quía económica y, segundo, la programación de las condicio
nes políticas y militares que iban a permitir la realización de
esta conditio sine quo non.
La planificación de las metas de la guerra de los EEUU
empezó dos semanas después de comenzar la Segunda Gue
rra Mundial en el marco del llamado Proyecto para Estudios
sobre la Guerra y la Paz (Wor-Peace Studies Proiect). Era un
grupo de estudios muy amplio que reunía, bajo la dirección
del Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Re
lotions), a científicos eminentes, representantes del gran capi
tal, y altos funcionarios del Stafe Deporfmenf (Ministerio de
Asuntos Exteriores de EEUU) para permitir una planificación
estratégica conjunta. El punto de origen de sus discusiones fue
la pregunta de que si los EEUU se podían considerar autárqui
cos y capaces de sobrevivir, económicamente hablando, sin
los mercados y materias primas del Imperio Británico, del
Hemisferio Occidental (América) y de Asia. El grupo llegó a la
conclusión de que esto no era posible, y de que los EEUU
tenían que entrar en la guerra para poder definir a su favor el
Nuevo Orden mundial que de allí iba a surgir o, al menos,
para poder influir de manera decisiva en su construcción. La
concepción imperial necesaria para la hegemonía mundial de
EEUU fue desarrollada por el grupo en los siguientes seis
años bajo el nombre de Gran Area.
Las «guerras relámpago» de Hitler en el oeste europeo y la
sorprendente derrota militar de Francia en mayo y junio de
1940 ortorgaron una importancia dramática a estos esfuerzos
de planificación. El colapso militar previsible de Gran Bretaña
y, como resultado de ello, el control de la flota británica por
los nacionalsocialistas alemanes hubiera convertido a éstos
en primera potencia hegemónica del continente europeo y del
antiguo Imperio Británico. Esto hubiera permitido a los alema
nes, en alianza con los japoneses, apartar a los EEUU de las
materias primas y mercados necesarios para su autarquía.
Para las élites norteamericanas se hizo, por tanto, absoluta
mente necesario determinar el número mínimo imprescindible
de a 'luellos territorios que eran necesarios para la supervi
vencia de su economía imperial.
El mundo lo dividieron en distintas zonas, y de cada zona
112
analizaron el lugar y volumen de producción, junto con el
volumen comercial de todas las mercancías y productos in
dustriales. Se llegó a incluir, mas o menos, el 95% del total del
comercio mundial de cada grupo de mercancías y productos.
Mediante estadísticas de las relaciones netas entre exporta
ciones e importaciones, se determinó el nivel de autarquía
económica (economic self-sufficiency) de las regiones más
importantes, es decir, del Hemisferio Occidental (el continente
americano), del Imperio Británico, de la Europa continental y
de la zona del Pacifico. Los resultados demostraron que la
«auto-suficiencia>> del continente europeo, dominado por los
alemanes, era bastante más alta que la del Hemisferio Occi
dental. Para darle a los EEUU un grado de seguridad econó
mica e independencia parecido al «espacio vital>> europeo
dominado por los nazis, el Hemisferio Occidental tuvo que ser
fusionado con otro bloque. Nuevas análisis económicas y
estadísticos sobre las estructuras industriales y comerciales
complementarias y competitivas de las distintas zonas de inte
gración resaltaron que el «interés nacional>> de los EEUU
requería, como mínimo, el libre acceso a los mercados y las
materias primas del Imperio Británico, del Lejano Oriente y de
todo el Hemisferio Occidental. Esta zona se iba a llamar más
adelante la Gran Area.
·En octubre de 1940 los planes de dominio imperia l para lo
que Henry Luce había llamado el «siglo americano>> fueron
presentados al Presidente Roosevelt y al Ministerio de Asuntos
Exteriores, junto al requerimiento de «poner en marcha las
necesidades políticas, mil itares, territoriales y económicas de
los EEUU para su posible liderazgo de la zona del mundo
no-alemana incluyendo el Reino Unido, el Hemisferio Occi
dental y el Lejano Oriente»20•
La condición más importante para imponer esta concep
ción «en un mundo en el que (los EEUU) se proponen ejercer el
poder de forma in contestada, es el cumplimiento rápido de un
programa completo de rearme». Otros requisitos de una «po
lítica integrada para conseguir la supremacía militar y econó
mica de los EEUU dentro del mundo no-alemán>> consistían en
«asegurar la limitación en el ejercicio de la soberanía por
parte de otras naciones, que constituyen una amenaza para la
zona mundial mínima necesaria para la seguridad y el bienes
tar económico de los EEUU y deln·emisferio occidental>>21•
113
El hecho de que se en tendiera el mundo después de la
guerra como Siglo Americano y que fuera parte esencial de
ello la Gran Area, condujo a dos implicaciones muy importan
tes para la historia mundial. la primera consistió en que el
dominio mundial británico del siglo XIX se había roto definiti
va e irreversiblemente. Norman Davis, el presidente del Con
sejo de Relaciones Exteriores observó en mayo de 1942 que
«El Imperio Británico tal como había existido en el pasado
nunca volvería a reaparecen> y que <dos EEUU a lo mejor
tendrían que ocupar su lugar»".
la segunda significó que los EEUU no podían permitir una
derrota de Gran Bretaña o un avance japonés en el Pacífico y
sudeste asiático, ya que de esta manera zonas reservadas a la
Gran Area hubieran caído en manos de Alemania y de Japón.
Cada uno de estos dos aspectos significó por tanto un casus
belli para los EEUU - exceptuando naturalmente la posibili
dad irreal de que la élite del poder de EEUU volviera a
renunciar a su «Oportunidad de oro» para una expansión
mundial. El problema de la entrada de EEUU en la guerra no
era, por tanto, una cuestión estratégica, sino que se redujo a
una cuestión meramente táctica, es decir, si sucedía1 y cucindo
sucediera uno de los dos acontecimientos mencionados.
la consecuencia inevitable de esta lógica situacional con
sistía en dejar que la fuerza decidiera entre derechos imperia
listas iguales. Pero en este tema las élites del poder de los
EEUU tenían una desventaja muy grande en comparación con
sus rivales. Puesto que actuaban, a diferencia del régimen
fascista y totalitario alemán y militar/totalitario japonés, den
tro de un marco burgués, formalmente democrático, y dada,
además, la oposición de gran parte de la población (22') y del
Congreso contra la entrada de los EEUU en la guerra, la élite
norteamericana no pudo iniciar una guerra de agresión para
la realización de su «espacio vital». Se vió obligada, por
tanto, a provocar un cambio de la opinión pública para una
entrada en la guerra. A nivel de la política interior se hizo esto
mediante una campaña de propaganda concentrada - para
ello se usó una voluminosa y secreta <<Campaña de guerra
psicológica» de la British Security Coordina/ion (BSC: Coordi
nadora de Seguridad Británica) llevada a cabo con la colabo
ración de importantes medios de comunicación norteamerica
nos22b. Y a nivel de política exterior mediante la provocación
114
de un ataque o declaración de guerra de un rival imperial que
hiciera aparecer la entrada de EEUU como un acto defensivo
contra una agresión no provocada.
En el área europeo/atlántica Roosevelt resolvió este pro
blema político/propagandístico mediante la llamada «políti
ca de cuasi-guerra» (short of war-policy). Por ejemplo, me
diante el apoyo de los esfuerzos de guerra británicos a través
del Programa de Prestar y Alquilar (Lend-Lease Program) del
11 de marzo de 1941 ** ; mediante la confiscación de barcos
mercantes alemanes en puertos norteamericanos, la confisca
ción de cuentas bancarias alemanas, y el cierre de los consu
lados alemaryes. en los EEUU a partir de junio de 1941; me
diante la ocópóción militar «preventiva» de Islandia en julio
de 1941; m.ldiante los· barcos de protección contra ataques
alemanes en el Atlántico Norte (agosto de 1941); y mediante
la guerra marítima no declarada -pero existente de facto -
contra la armada de Hitler a partir de septiembre de 1941
(Orden de disparar de la armada norteamericana del 11 de
septiembre de1941 ). etc ... Algunas de estas medidas excedían
la competencia ejecutiva del Presidente y le exponían de jure
al peligro de un impeachmenf, es decir de un procedimiento
político/jurídico que se basa en el delito de violación de la
Constitución. Pero Roosevelt y las élites que le apoyaban vie
ron esto como una posibilidad poco probable y, en cualquier
caso, como mal menor en comparación con las posiciones de
neutralidad de los «aislacionistas».
En el conflicto del Pacífico el Gobierno de los EEUU utilizó
la invasión del sudeste asiático por Japón y la continuidad del
gobierno chino nacionalista (de Chiang Kai-Chek) como cata
lizadores de la política de agresión contra Japón. la interven
ción en lndochina fue contestada por el Gobierno de los
EEUU, y de acuerdo con Gran Bretaña y Holanda, con un
embargo comercial total. Esto hizo estadísticamente calcula
ble cuándo la máquina de guerra japonesa se colapsaría
debido a la falta de materias primas estratégicas (especial
mente petróleo). Japón, en consecuencia, sólo tenía la posibi-
11 5
lidad de continuar en el papel de socio imperialista menor de
EEUU y Gran Bretaña, aceptado en la conferencia de Was
hington de 1921/22, o de romper este rol militarmente". Los
EEUU aumentaron la polarización de esta alternativa aún más
estableciendo la condición inaceptable para los japoneses de
garantizar el carácter intocable del régimen de Chiang Kai
Chek. La guerra de Japón contra EEUU de manera declarada
o, como sucedió, no declarada, en forma de ataque a Pearl
Harbour, fue la consecuencia inevitable y deseada de esta
política .
Esto no sólo se deduce de los documentos secretos de
planificación, sino que es admitido sin rodeos por destacados
políticos de las élites norteamericanas . John Foster Dulles,
ministro de Asuntos Exteriores de los EEUU de 1953 a 1959,
escribe, por ejemplo en su libro Guerra y Paz ( War and Pea
ce), que los EEUU insistían cada vez más en la supervivencia
de una «China libre y amistosa», y que estaban dispuestos en
sus negociOciones con los iaponeses «a soportar una guerra
antes que consentir la sustitución del gobierno chino naciona
lista por un régimen satélite japonés: «El 26 de noviembre de
1941, en uno de los últimos documentos previos a la guerra,
nuestro gobierno pidió a los japoneses su consentimiento al
siguiente compromiso: ' El Gobierno de los EEUU y el deJa
pón no apoyarán militar, política ni económicamente a ningún
gobierno o régimen chino que no sea el Gobierno Nacional
de la República China que, de momento, tiene su capital en
Chungking. ' La respuesta fue la guerra y, realmente fue la
respuesta que nuestro gobierno esperaba.»24
Cuando, a lo largo de la guerra, se fue haciendo cada vez
más evidente que Alemania y Japón iban a perderla, y que los
EEUU saldrían de ella como la potencia mundial más fuerte, la
Gran Area siguió expandiéndose. Si. la planificación de la
guerra había intentado en un principio «conseguir una ventaja
militar y económica para EEUU dentro del mundo no germáni
CO» y parar la expansión ¡aponesa -«por medios pacíficos, si
era posible, o por la fuerza» -, la Gran Area incluía ahora
todo el Mundo Libre, organizado bajo el dominio norteameri
cano, y dotado de las instituciones económicas (Banco Mun
dial y Fondo Monetario Internacional) y pol íticas (Naciones
Unidas) que garantizaban los intereses de los EEUU.
116
Ya en 1941, el grupa de estudias del War Peace Studies
Project llamó la atención sobre el hecha de que las medidas y
estructuras económicas iban a jugar un papel importante en la
integración y estabilidad de la Gran Area. La recomendación
P-B23 de julio de 1941 insistió en la necesidad de instituciones
financieras de alcance mundial para asegurar <da estabilidad
monetaria y los incentivos para las inversiones de capital en
las zonas atrasadas y subdesarrolladas»".
A comienzos de febrero de 1942, las deliberaciones ha
bían madurado hasta el punto de planificar dos instituciones
financieras con funciones de ámbito mundial para los años
posteriores a la guerra: «Uno, un organismo de estabilización
de los cambios monetarios, y otro, un banco internacional
dedicado a las transacciones a corto plazo y no directamente
a la estabilización»". Sin problemas se puede reconocer aquí,
en su status nascendi, lo que fue creado dos años más tarde en
Bretton Woods, New Hampshire, con el nombre de Fondo
Monetario Internacional y Banco Internacional para la Re
construcción y el Desarrollo.
Las Naciones Unidas nacen en el mismo marco de la plani
ficación de la Gran Area para la posguerra, como el FMI y el
Banco Mundial. Con ellos se reparten la función de asegurar
(jurídica y pol íticamente) la hegemonía norteamericana en el
Mundo Libre. No obstante, con miras al surgimiento del nacio
nalismo en muchos países del Tercer Mundo durante los últi
mos años de la guerra, no era oportuno para la nueva poten
cia mundial el querer imponer sus planes sobre la Gran Area
con las medidas tradicionales del colonialismo europeo.
Usando palabras de un destacado miembro de la élite de la
política exterior de los EEUU, se trataba para este país de
emplear el poder necesario para garantizar sus intereses en
materia de seguridad, pero evitando al mismo tiempo las
«formas convencionales del imperialismo» (lsaiah Bowman,
1942) 27• La solución consistía, para él, en darle un .carácter
internacional al ejercicio de este poder a través de un organis
mo de las Naciones Unidas. Poco después, en enero de 1943,
se nombró un comité secreto de planificación para el desarro
llo de la estructura institucional correspondiente a las Nacio
nes Unidas. Sus concepciones más importantes llegaron a
formar parte, en su substancia, de la Carta Magna de las
Naciones Unidas, a pesar de las concesiones que los EEUU
117
tuvieron que hacer a las otras superpotencias a lo largo de las
negociaciones internacionales de D umberton Oaks y San
Francisco (1944/45).
118
rula de la llamada «colonización interior», es decir la de la
tradicional expansión germánica hacia Europa Oriental. Con
frontados con el poder naval dominante, de Gran Bretaña y
EEUU, que planteó problemas insolubles para la protección
de colonias tradicionales, y puesto que en Europa Oriental
existían las materias primas más importantes (petróleo y ali
mentos), junto con espacios para la colonización, el nacional
socialismo alemán decidió que las «Indias» de Alemania esta
ban en el Este."
Hitler explicó en septiembre de 1941, en su cuartel general,
la analogía entre e/ Imperio Colonial Británico y el Alemán de
la siguiente manera: «El l ugar de nacimiento de la conciencia
inglesa es la India. Hace 400 años los ingleses no habían
tenido nada de ello. Pero los grandes espacios de la India les
obligaron a gobernar millones de personas con la ayuda de
pocos. Un papel importante en esto lo tuvo el abastecimiento
de grandes unidades europeas con alimentos y productos de
uso diario ...
Cuando nosotros colonicemos el espacio ruso, los «colo
nos alemanes>> deberán vivir en asentamientos extraordina
riamente bonitos. La administración y las instituciones alema
nas habrán de tener edificios maravillosos y los gobernadores
deben residir en palacios. Alrededor de estas administracio
nes se plantará lo que contribuye al mantenimiento de la
existencia. Y alrededor de la ciudad se diseñarán en un radio
de 30 /40 kilómetros de distancia pueblos muy hermosos,
comunicados entre sí por las mejores carreteras. Luego em
pieza el otro mundo, donde dejaremos vivir a los rusos como
quieran. Sólo que nosotros los vamos a dominar. En el caso de
una revuelta sólo tenemos que tirar entonces unas cuantas
bombas sobre sus ciudades y el asunto está resuelto. Una vez
al año se pasea además un grupo de Kirguises por la capital
de/ Imperio para llenar su imaginación con la fuerza y gran
deza de sus monumentos de piedra.
Lo que para Inglaterra ha sido la India, será para nosotros
el espacio en el Este. ¡Si sólo pudiera transmitir al pueblo
alemán la importancia de este espacio para el futuroh>30
Aliado de los asentamientos y ,los palacios, el «otro mun
do», el mundo «de los rusos» que dominamos. «En el caso de
una revolución sólo hace falta entonces tirar unas cuantas
119
bombas ... y el asunto está resuelto». Imágenes muy desa
gradables se nos vienen a la mente, de Soweto, de los Towns
hips y los Bantustanes de 20 millones de africanos que rodean
las islas de bienestar de Africa del Sur; desagradables, pero
soportables: ¿quién no ha de estar en contra del sistema
bárbaro del Apartheid y la separación en ghettos según el
color de la piel? La imagen, no obstante, se convierte en
desagradable e insoportable cuando lo dicho por Hitler acer
ca de un orden mundial dicotómico de palacios y chozas,
señores y dominados, se muestra como presagio fatídico de la
barbarie civilizada del Primer y del Tercer Mundo. A pesar de
que las pantallas de la televisión muestran casi a diario la
miseria del «Otro mundo>>, de cómo se les da alguna vuelta a
«los Kirguises>>, y cómo se tiran bombas sobre las revolucio
nes del Tercer Mundo, posibles comentarios sobre lo agrada
ble que es la vida dentro de la concha de la concepción
económica mundial Hitleriana sólo producirían una indigna
ción generalizada y, en los circulas más sensibles y sinceros, a
lo mejor, un silencio avergonzado.
La máxima a seguir por el nacionalsocialismo para la
construcción de la «India alemana>> fue la misma que la del
gran ejemplo británico y, en última instancia, la de cualquier
potencia colonial: explotación económica mediante el empleo
de la fuerza31• La condición previa para ello era la destrucción
de la estructura política existente en la URSS. Había un acuer
do entre los sectores más importantes del ejército, la élite
política y la económica para destruir el régimen soviético y el
bolchevismo31", y para debilitar en substancia a Rusia como
potencia de la posguerra mediante la Balcanización, la ane
xión de partes de ella (Báltico), despoblación, desindustriali
zación, etc... «Cualquier organización estatal es de evitar, y
los miembros de estos grupos étnicos deberían ser manteni
dos al nivel cultural correspondiente. Hay que partir del hecho
de que estos pueblos, en primer lugar, tienen la tarea de
servirnos económicamente a nosotros»31b.
La consecuencia de este programa, que de forma anacró
nica intentó realizar la lógica colonial del siglo XIX en el siglo
XX, fue el empleo del terrorismo estatal. Hitler explicó que
«era imposible conservar con métodos democráticos lo que
antes se había conseguido mediante el empleo de la fuerza».
Por otro lado la fuerza era imprescindible para alcanzar las
120
metas a largo plazo de la política alemana en el Este, tal como
Hitler las formuló en la primera conferen cia después de co
menzar la invasión de la URSS. Dijo que no se debería conver
tir al pueblo en enemigo «de forma prematura e innecesa ria)}
pero que el mando alemán debería ser conscien te de que «de
allí ya no saldremo s nunca más». No haría falta «pregon ar las
metas alemana s en todo el mundo>>, pero «todas las medidas
necesari as - ejecució n, evacuac ión, etc. ..- se llevarán a cabo
y se podrán hacer a pesar de todo>>. El tema del día era:
l. dominar
2. admin istrar
3. explotar.32
También Goering, en su directriz del 8 de noviembre de
1941, indicó, con vistas a la política económica a largo plazo,
que «los territorios recientemente ocupados del Este se explo
tarán bajo puntos de vista coloniales y con métodos colonia
les»33.
Esta máxima cruel se desentendía de los cálculos de una
guerra llevada bajo criterios políticos, es decir, del intento de
romper la lealdad política de las naciones « l iberadas» de la
URSS para emplearlas contra el sistema soviético. Pero este
tipo de medidas políticas acerca de cómo llevar a cabo la
guerra fueron totalmente insign ificantes en la planificación
del Unternehmen Barbarossa desde sus inicios: debido al
menosprecio del adversario soviético y a la soberbia de los
éxitos en las guerras relámpago, una guerra a medio o largo
plazo pareció de entrada inverosímil. Por tanto, se impuso la
pol ítica «colonial>> de explotación cruel y despiadada sin
mayores cambios. Sólo después del fracaso definitivo del
concepto de guerra relámpago (después de la batalla de
Kursk en el verano del 43) se escuchó algo más a los defenso
res de una manera más política de llevar la guerra - y de una
política económica más « recíproca con el Este». Finalmente,
no obstante, éstos no llegaron a imponerse.
Estaba pensado que la explotación del potencial económi
co del Espacio Oriental ( Oslraum) cumpliera sobre todo tres
funciones: 1) cubrir a posteriori las enormes deudas del déficit
presupuestario causadas por el keynesianismo militar de los
nazis; 2) cubrir las necesidades de la máquina de guerra
alemana hasta la victoria final; y 3) garantizar a largo plazo
121
unas relaciones de explotación imperialistas que aseguren la
riqueza económica y la estabilidad de la metrópolis.
Según Rath las gastas militares para la máquina militar de
las nazis alcanzaran las 60 mil millones de marcas a l comen
zar la guerra, es decir, más del 60% del total de gastas de
Alemania. De ellas 20 mil millones se financiaban mediante
impuestas, otras 20 mil millones mediante créditos y «el resta
a través de hipotecas estatales secretas, letras Mefo, vales
para impuestas, etc ... »34• Se financiaran par tanto alrededor
de 40 mil millones de marcas para la preparación de la
guerra mediante deficit spending («gastas que causan un défi
cit») cuyas efectos inflacionarias tenían que ser frenadas -
cama en cualquier programa económica keynesiana - me
diante una producción más grande, la donación a el raba de
productos de valar real.
Cama era de esperar, esta carga se pensaba cobrar a las
«territorios orientales»: se quería pedir a las víctimas de la
guerra de agresión que pagasen las costes de la misma. Hitler
dijo el 25 de marzo de 1 942 que la política de rearme había
requerida desde la introducción del servicia militar obligato
ria· «ingentes cantidades de dinero, hasta este momento com
pletamente sin cubrir. Hay par tanta sólo das pasibilidades: a
estas deudas públicas se cobran can el tiempo a las ciudada
nas alemanes, a se pagan can las ganacias pasibles en las
lerrilarias orientales ocupadas.» Esta última pasibilidad debía
ser la más lógica y el «caudilla, par tanta, opina que se deben
congelar las precias y las sueldas en las lerrilarias ocupadas
del este, y par tanta también el nivel de vida de su población.
Las ganacias derivadas de estas diferencias de las precias
entre el Este y el terrilaria del Reich deben beneficiar exclusi
vamente a este última>>35•
Un documenta de planificación secreta del Instituto Labo
ral Científica del Frente del Traba jo Alemán (Arbeitswissens
chaftliches lnstituf der Deufschen Arbeitsfront) de diciembre de
1941 sobre el Aprovechamiento de las territorios ocupadas
par el puebla alemán expresa la misma lógica: «Si un poder
conquista territorios de un enemiga hay muchas pasibilidades
' En 1 935
122
para su usa. Básicamente, éstas pueden consistir a en la incor
poración de las lerrilarias nuevos y de su población cama
nueva provincia y en igualdad de derechos al conjunta del
estada anterior o en su dominio en términos del derecha
estatal pera cansideróndalas cama objeta de usa y adminis
trándolas separadamente . . . Cuanta más alta el porcentaje de
pueblas na-germánicas, tanta menar su aptitud para la incor
poración en términos de igualdad en el territorio original.
Estas tendrán que ser administradas cama balín de forma
separada. Naturalmente, estas territorios tienen que rendir un
beneficia para el puebla del Estada. Este beneficia puede ser
de naturaleza política; en este casa el vencedor decidirá jun
tar las lerrilarios ocupadas en un estada más a menas inde
pendiente para conformarse can mantenerla en una cierta
dependencia (véase Eslovaquia, Craacia ele.). El aira extrema
consiste en la explotación económica exclusiva, que va acom
pañada de medidas que eviten el surgimiento de cualquier
formación de un estada independiente en las territorios ocu
padas. Este casa se dará par.razanes políticas inevitables en
la mayar parle de las territorios ahora ocupadas ... >>
«Para la economía de un puebla vale el principia de que la
suma de las producciones equivale a la del consuma, es decir,
cada economía produce tanta cama consume. En esta ecua
ción se basa lada economía fundada en el reparta del iraba
jo . ... Ahora bien, si se quiere que los lerrilarias ocupadas
traspasen una parle de su superávit al puebla del Estada
(alemán, H.D.), hay que romper, para el casa de estas territo
rios, la mencionada fórmula básica: a las habitantes de estas
territorios sólo se les permitirá el consuma de parle de su
producción. La otra parle estará reservada al puebla del
Estada (alemán) en recompensa par su papel de líder política.
Debe producirse, par tanta, en la relación entre las pueblas
dominadas y sus señores, alga que la teoría económica llama
plusvalía cuando se produce en la relación entre el trabajador
y el patrón>>35'.
En cuanta a las necesidades económicas de la explotación
de las «lerrilarias orientales>> originadas par la guerra, el
principia y el fin de la política alemana de ocupación estaba
en la apropiación de cantidades suficientes de víveres, petró
leo y airas materias primas. Las científicas (brain frusts) nacia
nalsacialistas, responsables del usa de materia prima exlran-
123
de la invas}ón de la
jera, habí an calc ulad o ya meses antes
oest e de la llam ada «line a AA»
URSS que el territorio al
n) sería sufic ie te para supe �ar las
(Arc hang els - Astracha �
de guerra m1entras
estrecheces más acus ada s de la econom1a
ésta durara.
s recién ocu � a
«La meta a corto plazo ... para los territorio
ent guer ra» dec1 a.n
dos es, por enci ma de todo, gana r la pre� �
sten o para los Terri
las Directrices para la economía del Mm1
cont nbu1 r a .ello de
torios Ocupados. Los territorios tenían que
y las mate nas ���
forma extensiva «ase gura ndo los víveres
o plaz o era tamb 1en
mas para Euro pa». «Esta meta a cort !
s med 1das nece sanas par� a
prioritaria en los casos, en qu � la. .
CIOn con la futur a ordenac1on
guerra estuvieran en cantradiC
del espacio orie ntal>>".
eada. a largo
La relación estructural de explotación plan
del espa cio vital y la penfen ? . s.e
plazo entr e los núcleos
mod el ?s y anal ts1s
corresponde de forma casi exacta con los
nden cia. «A lar� o
conocidos a través de la teoría de la depe
omía de expl?t(Jclon
plaz o habí a que sustituir la primitiva econ
uctura econom1ca a
por una adap tació n planificada de la est� .
entonces estana
las necesidades del pueb lo alem án. Solo
el pueb lo ale
garantizada una verdadera «gan anci a>> para
mán »36o.
a.lista, la indu�
Según los conceptos de la élite nacionalsoci
ados exte nores desp � es
tria europea ya no necesitaría merc
n so iétic a "'ba a v1�1r a
de la guerra, puesto que la pobl ació �
com ere�a hzar allt. practica
un nivel tan bajo que permitiría
el agua >> (H1tl er).
mente todo, empezando por los vasos para
rtarí a del Este mate nas pnm as Y
La indu stria alem ana impo
productos semi-acabados para lueg o ter�
�narlos, Y pagar
c1 n, y, a su vez, la
estas importaciones mediante la reexporta ?
b1en es de produc
exportación de. productos de consumo y
ción. (Góring)
las economías
Allí donde existieran industrias competitivas
ndustrialización Y
habrían de ser reducida s - mediante la desi
sario , e� deci :, com
({naturalizació n» - al nivel primitivo nece_
plem enta rio y no-competitivo. En las ya _ c¡tad as � 1rectnces dt;l
a1as econ om1c as Y polt
Ministerio del Este se resu men las vent de la
de la Unió n Sovi ética
ticas de esta desindustrialización
siguiente man era: 1 ) Se evita la conc entra ción, no dese ada
124
por razones políticas, de la población en centros industriales;
2) la producción y el aprovechamiento de productos con un
alto coste en mano de obra se reserva al « Reich>> y a los
demás países con tradición industrial, asegurándoles de esta
manera un nivel de vida satisfactorio.
En junio de 1940, el Ministro de Economía y Presidente del
Bimco Alemán, Walter Funk, precisó el «Nuevo Orden Econó
mico Europeo>> tal como el gran capital alemán lo planeaba
con la ayuda de los nacionalsocialistas: Como moneda princi
pal dentro del macro-espacio económico europeo, serviría el
Reichsmark, desvinculado a su vez del valor del oro, de la
libra y del dólar. Su estabilidad iba a ser avalada por el poder
económico alemán. Un nivel de cambio fijo entre las distintas
monedas nacionales y el Reichsmark, inferior en un 40% al
real, existente en 1940, deberían posibilitar el establecimiento
de un sistema mercantil central de compensación, la llamada
'1
,,
125
También el sistema de carreteras y de comunicaciones
correspondería a l paradigma conocido hoy en día como típi
co de la estructura del Primer y Tercer Mundo. En el centro de
esta red estaría Berlín y, saliendo de allí, una red de autopis
tas", ferrocarriles y medios de comunicación unirían los nú
cleos del espacio vital y los centros de producción y explota
ción más importantes entre sí. Amplias medidas en el ámbito
de licencias, patentes y «cárteles» fortalecerían la hegemonía
de la metrópolis aún más.
El papel pensado para la metrópolis alemana en este ma
cro-espacio económico europeo o, dicho de otra manera, la
relación entre la agresión imperialista y la explotación estruc
tural duradera de «pueblos de la periferia>> por un lado, y la
prosperidad económica interna y estabilidad política en la
metrópolis por el otro, se ve resaltada, a modo de ejemplo, en
un discurso del Presidente de la Cámara Económica del Reich
y Director General del Ministerio de Economía, Hans Kehrl, en
septiemBre de 1940. Dice, que en el futuro «se ofrecerá al
trabajador alemán lo mejor en cuanto a condiciones de vida y
sueldos ... y en lo que sea posible técnicamente en cuanto a l
aprovechamiento d e su fuerza d\' trabajo>>. N o obstante; se
mejante revolución de la intensidad del trabajo y de los suel
dos sólo se podía producir en el «macro-espacio europeo>>:
«En el macro-espacio los trabajadores alemanes sólo podrán
ser empleados en los trabajos más cualificados y mejor paga
dos que permitirán el nivel de vida más alto; la producción de
productos que no cumplan estos requisitos se cederá, y se
tendrá que ceder cada vez más, a los pueblos de la periferia.
En cuanto a la producción industrial de Europa, nosotros esco
geremos para el trabajador alemán las guindas>>41•
Dentro de esta macro-estructura de explotación la perife
ria tenía la tarea de alcanzar unos excedentes de producción
lo más grandes posibles para su apropiación por la metrópo
lis. Alguna forma de desarrollo dependiente sería posible
siempre que siguieran aumentando al mismo tiempo los exce
dentes de producción para la metrópolis. U n documento del
Departamento de Investigación Económica de la Defensa del
Consejo del Delegado para el Plan Cuatrienal de enero de
1941 , dice con respecto al Sudeste Europeo que no existían
obstáculos para el desarrollo económico general de esta re
gión en el marco de los tipos de producción previstos para
126
ellos, siempre que �sto no limitara las posibilidades de apro
_ de la metropohs:,
p1ac1on «tenemos un gran interés por tener
vecmos fuerte� e� �érminos económicos. Pero, aparte de esto,
tenemos que lnSISilr en la necesidad de unos excedentes de
producción lo más grandes posibles, por lo cual no podremos
oy�dor nunca � un t1po de desarrollo destinado a aumentar
�
. olh el mvel de v1da a costa e los excedentes disponibles paro
-
nosotros. En este caso hub1eramos alcanzado justo lo contra
no d � 1� que debe ser nuestra meta por razones de política
econom1ca y de defensa>>.
«Si nos proponemos de una manera muy general la mela
de desar�ollar la; :conomías del Sudeste Europeo, este peli
g ro podna se r facdmente una realidad. En ese caso realiza
. _
nomos 1nvers1ones que nos obligarían a desembolsar recur
\
sos d e fo ;ma inmediata pero que, en un primer lugar, sólo
_
contnbu1nan a un aumento del poder adquisitivo en estos
países. La consecuencia inmediata serían balanzas de pago
n:gat1vas con estos países. Más tarde, el aumento de produc
. prov cado por estas inversiones, aumentaría segura
Cion, ?
mente el � 1vel de prod � ctividad del Sudeste en general pero
no pondna a d1spos1clon de Alemania más productos de los
que harían falta para amortizar los intereses de nuestras in
versiones anteriores ... »
«Cualquier aume�to de los ingresos que nosotros posibili
.
•
127
dio s para el de sa rro lla
de me did as so cia les y gra
tas ec on óm ico s (que pre nd es proyec
cis an mu ch os añ os de rea
qu e los créditos y pro du liza ció n) ya
cto s ec on óm ico s ne ce sa
au me nta ría n los ing res rio s para ell o
os y las po sib ilid ad es
estos países, pe ro no au de co nsu mo en
me nta rían de forma inm
tro s be ne fic ios . Nu est ra ed iat a nu es
ay ud a ma ter ial tie ne qu
má s bie n a la me ior a de e ori en tar se
aq ue lla s téc nic as de pro
pe rm ita n un os be ne fic du cc ión qu e
ios rá pid os y pri ma r la
aq ue llo s tip os nu ev os ins tal ac ión de
de pro du cc ión qu e pu
en poco tie mp o y qu e ed an rea liza rse
no s provean de pro du
tar ios ». cto s co mp lem en
El d<osarro llo de l Su de
ste «ti en e qu e reg irs e
cri ter ios me no s am pli os po r tan to po r
qu e los po stu lad os co
la ide a de pr op or cio n fre cu en cia , y
na rle un niv el de vid
po bla ció n no pu ed e se a más alt o a su
r pr ior ita ria pa ra noso
po dre mo s da r pr ior ida tros. Tampoco
1,
1
d a me did as de fome
de sti na da s a ha ce r de nto de em ple o
sa pa rec er el «p aro en
r¡
zo na s ag ra ria s qu e se cu bie rto » en las
ma nifiesta en su sup erá
ció n . Me ior se po dr á vit de po bla
em ple ar este excedente
ob ra en n uestro pr op io
pa ís ...
de ma no de i
fs un hecho que es/
os excedentes de ma
paises del Sudeste no de obra en los
representan el pro
más valioso que est du cto de exportación
os países nos pued
y
después de la guerr en mandar, ahora
a ...
Ha y qu e ba rai ar po r
tan to la po sib ilid ad de
'ue ra úti l ad iud ica rle , qu e qu izá
en el int erc am bio co me
)ud es te y Al em an ia, un rci al en tre el
pa pe l má s im po rta nte
Je gra nd es ca nti da de s a la ab so rci ón
de tra ba iad ores inm igr
Este tip o de po líti ca no an tes ...
s protegería de l pe lig
ná s arr iba , de ten er qu ro , descrito
e ve r alg ún día có mo
os pu eb los de l Su de ste el co nsu mo de
crece má s ra pid am en
uc ció n, y qu e para la te qu e su pr o
im po rta ció n aq uí só lo
en tes de pr od uc ció n mu qu ed an ex ce
y pe qu eñ os y má s ca ro
Lo má s im po rta nte es da s ...
rse cu en ta de qu e no co
nu es tro s intereses ex po rre sp on de
rta r de fo rm a int en siv a
rovocar un cre cim ien ca pit al para
to rápido del po de r ad
Jdeste, sin o que or gá qu isit ivo en el
nic am en te es má s co rre
az o inc lus o para es os cto - a lar go
mi sm os países - ap ro ve
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din ar io, que refle¡a de
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12 8
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piar la loglca del pensa � 'ento l estratégico capitalista merece-
tos estructurales. En el
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ría ser tratado en un a rl l l a arte que resaltara sus elemen-
r o e nuestro trabaio puede cans í
.
�
derarse sufiCiente, na o stante resaltar el aspecto central de
' .
.
su d1scurso, que su braya 1 a esenc1a del sistema de dominio
.
.
atlantlco, y que ¡am b'' én esta en e l fo ndo de los conceptos .
de
la Gran Area y de ¡ a E sf ro Mayor de Co-prospenda d : E s
:
dec�r, que es Imposible a u entar el nivel de vida de los pue
. �nu .
bias de la penfena Sin dls � ir a l mismo tiempo el de los
«pue bl os ·¡e fes» de las metropo ¡ ·IS. N o es factible extender a
. 1 d e v''d· a de los paises industnallza . .
todo el mundo el nlve d os,
ya sea me d .IOn ¡e u na amp ¡ IOCIOn . . de la producción, o bien
mediante la redlsl n'b uclon . . de los excedentes disponl'bi es a
.
n1vel mun d'lO 1 Y q ue de mamen to son consumidos de formo
.
d
totalmente desproporclon d a por las metrópolis. Puesto que
el pastel na da para Ia os, na es que los pueblos de la
pen. fena . no pu edan 0 btener, en principio una parte mós
. '
gran d e, SinO q ue eso de hecho, sólo sería así, cuan d o no
' .
dismi nuyera por e 11 o ¡ a part e correspondiente a las metropo-
lis.
.
Reformulemos este lmporta nte to una vez mas Y d e otra
b :: ���
·
129
ner sobre la plusvalía, y, en la política, la razón de ser de esta
actuación se define por el afán de conservar su poder como
dominante. Puesto que la estabilidad política de cualquier
sociedad de clases - y por tanto la existencia de su élite de
poder - depende a medio plazo, sobre todo, del nivel de
abastecimiento de la población, cada clase dominante intenta
escoger para sí <das guindas del pastel que es el mundo».
Pero puesto que no hay guindas suficientes para todos, un
80% de la especie tiene que vivir de lo que deja el 20% de
«pueblos jefes». Y así se cierra el círculo.
Estas máximas de una racionalidad económica capitalista
formuladas por los políticos y tecnócratas naciondlsocialistas
no son expresión de su especial bajeza en comparación, por
ejemplo, con el discurso de las democracias liberales moder
nas. Solamente documentan, sin ninguna manipul ación ni
amortiguación retórica del discurso del tipo de las que se dan
en el dominio liberal occidental, las inhumanidades del Cuar
to Reich con los pueblos de la periferia, es decir, del Tercer
Mundo. Son más claras y por tanto más brutales. Y además
demuestran que los planificadores que actúan desde los des
pachos de los dirigentes capitalistas saben muy bien que sus
promesas neocolonialistas de desarroll o para el Tercer Mun
do Y ahora también para determinados países sócialistas
-
1 30
la IG Farben preparó un documento de planificación para los
países ocupados donde se decía: «Hay que recordar que
nosotros, al elaborar la nueva ordenación, hemos seguido los
principios de la llamada política del macro-espacio decreta
dos por el Gobierno. Al elaborar este documento estábamos
esperando la derrota completa de Francia y la posible capitu
lación de Inglaterra>>.
En el mes de agosto la IG Farben presentó docu-mentos en
el Ministerio de Economía que se referían a los intereses de
las empresas químicas alemanas en el proceso de reordena
ción de Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Noruega,
Dinamarca, Inglaterra y del Imperio Británico. Documentos
sobre « Polonia y el Protectorado estaban también en prepara
ción puesto que se estaban esperando decisiones básicas a l
respecto**>> ... «<os trabajos preparatorios para la verdadera
ordenación del macro-espacio europeo como tal, donde se
incluyen los países escandinavos, el espacio del Sudeste Euro
peo y Suiza, han sido iniciados>>. Sin tapujos se reclama el
derecho al liderazgo alemán para el nuevo «espacio vital>> a
ordenar: «Tanto más justificado debe parecer atribuirle en la
planificación del macro-espacio europeo a las empresas quí
micas alemanas otra vez el papel de líder que corresponde a
su nivel tecnológico, económico y científico>>. Y también los
planes con respecto al último rival serio, los EEUU, eran ine
quívocos. El miembro del Consejo de Administración de IG
Farben, Georg van Schnitzler, declaró en octubre de 1945:
«Hay que recordar que nosotros conocíamos muy bien las
metas y las maneras políticas de proceder del Gobierno:
sabíamos que era la intención del Gobierno fortalecer su
posición frente a los países de fuera de Europa . Y esto signifi
caba, naturalmente, frente a los EEUU, ya que eran, fuera de
Europa, el único país fuerte con el que tenía que contar Ale
mania»43.
La variedad de medidas para la conquista económica del
macro-espacio y del mercado mundial era muy variada. Al
gran capital alemán se quería asegurar el estatus imperial
necesario, mediante la coordinación de los principales círcu
los financieros, la gran industria, y de una política de interven
ción estatal y capitalista. A estas medidas pertenecían, entre
**
De parte del Gobierno alemán, se entiende.
1 31
otras: «a) la penetración can capital alemán de empresas que
representaran una competencia dentro del bloque del Reich
smark (marco imperial) con el fin de formar mayorías de
acciones alemanas y de situar a alemanes en los puestos
claves, etc ... b) asegurarse el monopolio de patentes, ventajas
impositivas especiales y ventajas en la localización para la
gran industria alemana; e) conseguir el monopolio sobre to
das las fuentes centrales de materias primas; d) asegurarse el
monopolio en los cárteles de precios y contingentes del «ma
cro-espacio» para poder comenzar desde a l l í la lucha por la
posición de líder en los cárteles internacionales»".
Como suele ser necesario generalmente en los proyectos
imperiales o imperialistas, también la estrategia hegemónica
y de superación de la crisis del Lebensraum tenia que estar
asegurada mediante medidas técnicas de dominación y de
terronsmo estata l. Una de las medidas concebidas y emplea
das para ello era la geopolítica del hambre. Para despejar a
los conquistadores el «espacio oriental de colonización», los
pueblos que vivían allí tenían que correr la misma suerte que
los colonizados de Norteamérica, iban a ser, o bien liquida
dos (los judíos, inti, etc. . ), o desplazados a territorios margina
les, o convertidos en ilotas***. Según los planes del Reichssi
cherungshauptamt (Organismo Central de Seguridad del
Reich), de los 45 mil lones de personas que en 1941/42 vivían
todavía al oeste de la frontera oriental del espacio de coloni
zación alemana, 31 mil lones iban a ser deportados a Siberia y
el resto «convertidos en alemanes)) en 30 años.45
La suerte tercermundista pensada para ellos se puede de
ducir de los documentos de planificación de los equipos de
coordinación política y económica para el «espacio oriental».
Estos partían del «hecho» de que el consumo de al imentos
había de ser reducido en el Este para que Alemania tuviera
bastante que comer. « Este hecho es la clave en la que se
tienen que apoyar nuestras medidas y nuestra política econó
mica»46.
De forma consecuente se dividía al este en «Zonas silves
tres» y «zonas de tierra negra))****, es decir en zonas de
�
" la casta de esclavos de Esparta.
**
"
132
subvenciones y de superávit. Los planificadores nacionalso
cial istas se dieron cuenta de que los imperativos de su política
del «espacio vital>> significaban «necesariamente la destruc
ción del equilibro económico existente en este momento en la
URSS . ... El tratamiento dado a las distintas zonas tendrá que
ser necesariamente distinto. Sólo se darán incentivos econó
micos y se mantendrá el orden en aquellas zonas en las que
puedan ser explotadas reservas importantes de petróleo y
al imentos•>. Las zonas fértiles de superávit del Sur (por ejem
plo Ucrania) ya no deberían ser disponibles para el resto de
la URSS en el futuro, sino que «tendrían que mirar hacia
Europa>>. Esto implicaba para el norte lo siguiente: «No existe,
con respecto a esta zona, un interés alemán por mantener una
fuerza productiva que exceda las necesidades de las tropas
estacionadas all í>>. Por tanto había que evitar también cual
quier «transporte de alimentos del Sur fértil al Norte .. . Las
poblaciones de estas zonas (del Norte), especialmente de las
ciudades, se verán abocadas, por tanto, a grandes hambru
nas, y será i mportante desviar a estas poblaciones hacia los
espacios siberianoS>>. Los intentos de salvar a estas poblacio
nes, no incluidas en la política de ali mentación, «de la muerte
por inanición mediante el desvío de superávits del Sur, sólo
serian posibles a costa del abastecimiento de Europa. Esto
minaría las posibilidades de aguante de Alemania en la gue
rra y evitaría una postura dura contra el bloqueo de Alemania
y de Europa. Esto tiene que estar clarísimo ... De allí se deduce
necesa riamente la muerte de la industria y de una gran parte
de las personas que habitan las zonas ahora subvencionadas
(de Rusia)>>47.
Para darse cuenta mejor de que hoy en día son las vastas
zonas del Tercer Mundo las que representan estas «zonas
subvencionadas» en las que «necesariamente se produce la
muerte de personas>>, sólo hace falta consultar las estadísticas
relevantes de la UNESCO sobre la mortandad infantil, las
expectativas de vida y las causas más corrientes de la muerte
en el Tercer Mundo, o combinar estos datos - para sal i rse de
este medio abstracta mente cuantitativo - con las imágenes de
las hambrunas en Africa que periódicamente se pueden ver en
las pantallas. Naturalmente esta muerte en las zonas sub
vencionadas del Tercer Mundo no se planea directa y ad
ministrativamente como en el caso de los tecnócratas nazis.
133
¿Quién se atrevería a acusar a los lideres económicos de
OCCidente de ello? La geopolítica del hambre se realiza en el
�
cap1ta 1 �mo liberal mediante el «mercado>>, es decir, mediante
la polihca de las empresas multinac ionales que siguen las
leyes del valor y de la renta máxima, y la de sus socios
capitalistas el FMJ ( �ando 0onetario Internaci onal) y el Banco
Mund1 � L Pero la d 1ferenc1a entre ambas situaciones es de
transm1s1on, Y no �e contenido:
las mismas estadísticas que
s1rv�n para descnb1r la � 'seria del Tercer Mundo pueden
serv1r de base para pronost1.cos estadísticas exactos acerca
_
del numero de personas que «necesariamente se mueren en
las �onas subvencionadas>> si los banqueras de Nueva York y
Tok1o, Londres y Frankfurt deciden aumenta r en un punto las
tasas _mternac1onales de interés.
En el momento presente, la situación actual es incluso más
rep�gn� nte � ue la h istórica descrita. Los naciona lsocialistas
pod1an ¡ushflcarse, hente a una acusación eventual, de mane
ra demago. g�ea, med1ante el argumento de las necesidades de
la gue rra. P� ro los centros económicos internacionales de la
_
actual1d ad n1 se encuentran en estado de g uerra, ni padecen
u � a falta de al1mentos. Todo lo contrario, se derrochan sumas
g1ga ntescas e;n la destrucción de alimentos sobrantes y en
_
med1das destmad as a la reducción de la producción de ali
m� ntos" El capital libe�al, a diferencia de la máquina ad
:
mmls!rahva de destrucc1on del nacionalsacialismo, mata pri
mordialmente ? través del me cado. Pero, puesto que Jos
aparatos 1de� /og¡cos de mdoctnn _r
ación del Mundo Libre cum
plen su funoon a la perfección, la «muerte necesaria>> de Jos
seres humano s del Tercer Mundo no representa ningún escán
dalo, smo sencillamente uno de estos cursos inevitables de las
cosas que suelen asolar al mundo.
Las limitaciones de las posibilidades de la educaci ón Ja
.
h1 !iJ 1ene, Y el cu1dado médico de los pueblos del «espdcio
�
on ��tal>>, _representa an otras medidas importantes de domi
nac¡o�. H1tler declaro que «para el dominio de Jos pueblos
conqu1s tados del E ste ... el supremo principi o tenia que ser
co_rresponder al max1mo_ a sus deseos de libertad individu al
_
ev1tando cualqu1e r organización estatal y manteni endo d �
esta manera a los miembros de estos pueblos a un nivel
cultural /o más bajo posible>>".
134
En un tratado sobre «El Trato de los no-germánicos en el
Este>> Himmler consideró en junio de 1940 el tema de la esco
larización como básica para la solución de todos estos pro
blemas. El tema escolar era para él una cuestión de «revisión
y selección de la juventud. Para la población no-alemana del
Este no debían existir más de cuatro años de escolarización a
nivel de EGB. Las metas de esta enseñanza básica habían de
limitarse a : cálculos sencillos hasta un máximo de 500, saber
escribir ·el nombre propia ... Saber leer no hace falta para
'
nada. A parte de esto no debe funcionar ningún tipo de escue
la en el Este>>50•
Las ideas de Hitler correspondían a las de su jefe de las SS:
«Sobre todo no debemos permitir que nuestros maestros se
acerquen a los territorios orientales. En este caso perderíamos
a los padre� y a los niños. Perderíamos a todo el pueblo
porque no les serviría para nada lo que les meten en la
cabeza. Lo mejor seria enseñarles sólo a hablar por señas. A
través de la radio se les da a las comunidades lo que más les
conviene: música sin l imites. Pero el trabajo intelectual no lo
deberían aprenden> 51•
De manera parecida al tema de un sistema educativo
coherente y estatal había que «evitar la creación de religiones
unitarias para grandes zonas rusas. Sólo puede ser nuestro
interés que cada pueblo tenga su propia secta, que desarrolle
sus propias ideas sobre Dios. Incluso nos convendría que se
formaran en algunos pueblos, de esta manera, cultos mágicos
como los tienen los negros y los indios. Esto aumentaría aún
más el número de elementos de separación en el espacio
ruso»52•
Si consultamos de nuevo las estadísticas de la UNESCO
vemos que en muchos paises del Tercer Mundo la educación
real de más de un 50% de la población no sobrepasa los 4
años propuestos como meta por Himmler, y esto a pesar del
inmenso crecimiento de las capacidades productivas durante
el último medio siglo. Por el otro lado, el fomento sistemático
de sectas oscurantistas y religiosas/fundamentalistas (Hare
Krishna, Moonies, etc... ) junto con el de determinados grupos
políticos que se autoproclaman marxistas pero cuya raison
d'étre consiste en sembrar la confusión y el nihilismo, es, como
sabe cualquier conocedor de la situación del Tercer Mundo y
135
r
r
de las Metrópolis un
método emp1 eado por
Imperialismo conÍempo excelencia por el
ráneo Para aprovecha
mundos, de gente equiv rse, en ambo s
ocada .rnge nua y srn
. . ' escrú p ulos.
Sr el n acro nalsocialismo co nsr.d e
capacida d de pensar �aba la adquisición de la
��
de co o . mrentos
puebl os de la periferi
del 111 Reich lo mism
: como rs uncr onal para
objetivos entre los
los intereses
" · ' o va 1"ra para la hig r·
h rgrene de los �ne: " E n cua nto a la
puebl os sometidos, n
nuestras conocimientos � nos rnteresa tra nsmitir
les
con 1 os ue es crear
un inmenso crecimient � íamos la base de
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desea do por ellas mism o, lo c¡ ue n i siqui era
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nosotros. Asimismo la .�
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zonas sólo debe valer �
obl" torre ad e las
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consi derar también com alema na ... Hay que
los puebl os sometidos �� :
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cuida do, para que la
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dire ci e nuestras actua crone
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d e la Agenc ra
rrca na para el Desa
naliona/ Development)
rrollo lntern cronal
� (U. S. A
Norteame
gency for lnter
1
publ reo a recre nteme
Tribune se p uede leer ' nte en el Hera/d
· nos ha n que «men os de 1a mr·ta d
a frrca sido vacu n 0 d os contra de 1 os niños
portantes que ya han las epr· d e ras más
·
1 36
Como quedó claro en las declaraciones de Hitler que se
citaron más arriba, los planificadores del «espacio vital » atri
buyeron la máxima importancia a la destrucción de la identi
dad nacional de los «no germánicos del Este» mediante la
parcelación in extremis de su vida estatal, religiosa y social.
Hitler insistió en que <do única que se tiene que organizar en
los territorios rusos ocupados es el tráfico; puesto que hacer el
país accesible al tráfico representa la condición previa im
prescindible para su control y explotación económica••". De
la misma manera había que «organizar la formación de nú
cleos rurales de forma que no se pudieran desarrollar carac
terísticas comunes entre pueblos colindantes••"·
Himmler describe la política del divide el impera en los
siguientes términos: «Quiero decir con esto que na sólo no
tenemos ninguna intención de unificar a los pueblos del Este,
sino, todo lo contrario, de dividirlos al máximo en un sinfín de
partes. Y, también, en cuanto a cada uno de estos pueblas no
nos interesa en absoluta l levarlos a la unidad y a la grandeza
transmitiéndoles a lo mejor, poco a poco, conciencia nacional
y una cultura nacional, sino todo la contrario, dividirlos al
máximo y disolverlos en partículas mínimas••" ·
También, en el caso de los pueblos del «espacio oriental>>
que se iban a integrar, se pretendía erradicar cualquier con
ciencia nacional. Igual que los puritanos anglosajones, colo
nizadores, querían «civilizar y convertir>> a aquellos indios
que no habían matado (lo civilize you, and make you as white
men58), los nazis pertendían l levar a cabo los procesos de
«civilización>> de los pueblos asimilables mediante su «germa
nización>>. Himmler escribió en 1 940: «Dentro de muy pocos
-
años - me imagino que en 4 o 5 el término Kaschuben (un
pueblo eslava occidental, H.D.) tiene que ser desconocido
puesto que ya no habrá entonces un pueblo de este nombre
(esto se refiere de especial manera a la población de la Prusia
Occidental). En un espacio de tiempo alga más largo debería
ser también posible erradicar en nuestro territorio los nom
bres de Ucranianos, GaraJes y Lemken. Lo mismo que se dice
sobre estas unidades étnicas minúsculas, vale, en un marco
algo más grande, para los Polacos••".
En aquellas zonas del «espacio vital >> en las que se preveía
la necesidad de servicios de las ilotas (por ejemplo en la
137
Gobernación Genero/ de Polonia)
se que ría tener una pob la
ción «dis pon ible com o masa sin líde
res que podía proveer a
Ale man ia todos los años de trabajad
ores inm igrantes y mano
de obra para necesidades especia
les»60• «La cuestión de có
mo cub rir con masas de trab ajad ores
las necesidades espon
táneas de man o de obra, es fáci
l de contestar. Millones de
personas de la Gobernación Gen
eral y de otros países veci
nos, en busca de una mej or exis
tencia, podrán y querrán
ofrecerse como man o de obra-61•
Naturalmente estaba claro
que no podía haber relación algu
na entre «ho mbres de este
tipo », es dec ir, los que habitan
esas reservas giga ntes de
man o de obra industrial, y «nu estr
o pue blo - igua l que ésta no
existe entre nosotros y los negros.
Esta idea tiene que ser
asim ilad a, a nive l sentimental, por
todos los alem ane s ... »62•
138
Corea, lndochina, Tailandia, Birmania, Malasia Filipinas y
�
algunas islas del Pacífico. Para los EEUU l ?s terntonos de la
Gran Area tal como se especificaron antenormente.
4) Tambi én en el ámbi
to ideol ógico había , en
dencia s sorp rende ntes parte, coinc i
entre las distin tas élites
japo neses (tal com o impe riales . Los
hem os visto más arriba
ale manes , fund aron su ), igual que los
derec ho a conseguir una
anterior orde n mundi revis ión del
al y una estru ctura de
tripo lar en los prin cipios domin io mund ial
de la Doct rina Monr
desde hace más de l OO oe pract icada
años por los EEUU . Así,
los razon amie ntos de por ejemp lo,
Carl Schm itt (un desta
fasci sta en el camp o cado ideó logo
del derec ho) se basa
Mon roe com o «pre cede n en la Doctrina
nte de un princi pio
macro -espa cio en el Dere con carácter de
cho Inter nacio nal («Or
Derecho Internacio nal
del macro -espa cio con denaci ón del
de interv enci ón para la proh ibició n
potencias aiena s a la
miento que debía legiti zona ))), un razo na
mar y legal izar, en el
cho Internaci onal, el marco del Dere
«mac ro-espacio del
Euro pa», donde el Impe Centro y del Este de
rio Alem án ejercía la
ra nosotros es decisiv hege monía . «Pa
o que la Doctrina
1 823, es la prime ra Monro e, origi nal de
decla ració n en la histo
Inter nacio nal mode rno ria del Dere cho
que habla de un macro
estab lece para este mac -esp acio y que
ro-esp acio el prin cipio
venci ón poro pote ncias de la no inter
ajenas a él . . Des de el
del Dere cho Inter naci . punt o de visto
onal Científ ico, el espa
politi cas no se pued en cio y las ideas
sepa rar. Para nosotros
polit ices en el vacío, ni existe n idea s
ni, al revés , espa cios
c i a l e s, vacío s de o conce ptos espa
ideas . Una idea políti
ca definib le se apoy
a
140
.
necesanamente en u n determinado pueblo y tiene la mirada
.
puesta en un deh��mlna d o a dv e a io así adquiere entonces
la calidad de poll l ico . . . . E s q u e
�� �
ú cÍ eo de la gran Doctrina
. · . . .
Monroe ongma 1 ' un verdadero pnnc1 p lo de macro-espacio,
._ ..
representa 1? un ion e ntre u p ueblo que despierta politlca
..
� �
mente, una Idea pollti O y n macro-espacio dominado por
.
esta idea donde se exc uyen In tervenciones extranjeras . N o la
Doctrina Monroe en SI,_ Sino e. ste, s u n ú cleo, la idea de un
orden para un acro - espacio basa do en el Derecho lnterna-
.
f
cional, es trans en"bl e a o Iros �spacios, otras situaciones h ISto
. .
.
.
neos y otras com binaciones d e a m"l gos - enemigos . . . Qu tero
insistir otra vez, que no es nuest �·a intención proponer oqul una
·
;
.
.
1 l pete
.
e x plotación la con"' � .
O h e ge mOnica angloomencana,
·I
franceso y holandesa, me IOn te l a l"'lovi lizaci O n de sentimien
.
tos de identl·d a d naclon 0 l y reg1ona 1 · "' As IO pma los asiáticos"'
era, por tan t o, uno de los 1 emas .d 1 e ola · gicos centrales de su
.
discurso propagandtSt �
. lco. D lo mismo manera " Europa poro
_ s ) " o el·o poro los nazis . Puesto que
los europeos (germanlco __
. .
las elites d e po d el. ang l oome1 1Cona s ten ían que defender un
. . .
impeno colonial un iVel. sa 1 , su ideología para la dom i i10CIOn
no se podio l i mitm a un mocro- es j� �; �
. geopolítico especifico .
Adoptaron, en consecuencla , , o �- , geneml de defensa y
. .
propogoclon . d e 1 os vo lores d emocl.o t.cos
1 y de lo civil izoclon
' do
occidental, contra l o b Ol·barie militol· ista Y fascista . Ei ver
1 -1 1
dero contenido de este discurso se iba a explicar a los pueblos
de las colonias después de 1 945 mediante bombas y napalm.
Un último elemento común de las tres estrategias imperia
listas para superar la crisis era que, a lo largo del tiempo,
cambiaban las dimensiones de sus espacios y los métodos y
formas de su imposición. Los territorios previstos para la ex
pansión, ocupación y explotación aumentaban o disminuían
en las mesas de los planificadores según los éxitos obtenidos
o los reveses sufridos por sus ejércitos. En los momentos cum
bres de los respectivos éxitos nacionales, milita res, los planes
regionales para los macro-espacios mostraban la tendencia a
convertirse en diseños a nivel mundial . Pero esta suerte sólo
estaba reservada para la Gran Area. Los tecnócratas nazis
iban reduciendo sus planes más soberbios lentamente a di
mensiones más realistas, a partir de 1943, como consecuencia
de las derrotas militares. Los programas maximalistas de 1940
se convertían así, poco a poC01 en planes para una «Comuni
dad Económica Europea» , liderada por· Alemania, lo que,
desde el punto de vista actual, representaba para el capital
alemán una perspectiva del macro-espacio y de la explota
ción a nivel mundial indiscutiblemente más realista que aque
lla basada en la expansión militar y que fracasó poco antes de
11\'gar a las puertas de Moscú.
1 42