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Ese descuido fue aprovechado por el árbitro que decidió la controversia para
concluir en la existencia de "confesión ficta", según lo contempla el artículo 362
del Código de Procedimiento Civil Venezolano. La primera condición establecida
por la política de la Icann para probar un "delito" de este tipo, a saber, "identidad
o similitud confundible" entre el nombre registrado y la marca Bigott, se resolvió
ante la evidente identidad existente entre el dominio bigott.com y la marca
registrada Bigott.
El último requisito, la existencia de mala fe por parte del demandado, fue clave en
opinión de Antequera Hernández, ya que se demostró ampliamente que la única
pretensión de Pardo Pisani fue obtener un beneficio económico en desmedro del
legítimo titular de la marca. Al momento de presentarse la demanda, el sitio
identificado bajo el dominio bigott.com, era utilizado como un enlace hacia un site
de pornografía infantil en ese momento registrado a nombre de Pardo Pisani,
según se demostró en inspecciones judiciales que fueron parte del proceso.
Este hecho fue considerado por el panel como un uso de mala fe. La decisión que
cerró el caso fue: "Las anteriores circunstancias ponen de presente que el
eventual uso del nombre de dominio bigott.com por parte del 'demandado', sería
ilegítimo, pudiendo constituir una violación de las normas que regulan la
competencia desleal y una usurpación de los derechos de propiedad industrial de
la 'demandante'. La orden fue inmediata: "que el registro del nombre de dominio
bigott.com sea transferido a la 'demandante', C.A. Cigarrera Bigott Sucesores".
El hecho de que Rentería creara una tienda virtual para ofrecer en venta
productos elaborados por Polar fue, al parecer de Bolinaga, la mejor evidencia de
su mala fe. "Como medida de presión, llegó a direccionar a ese site hasta 10 de los
20 nombres en disputa", aseveró. Dado que Rentería había "copiado" las fotos que
aparecían en el site de Polar, cabía incluso la posibilidad de una demanda por
derecho de autor.
Esta opción, aunque se puso sobre la mesa de discusión, fue descartada por
amenazar la celeridad del proceso. "Ese asunto era algo mucho más delicado, pues
teníamos que probar el copy and paste", refirió Sánchez.
La resolución final del Centro se dio a conocer el 2 de marzo indicando que, según
el Parágrafo 4 (i) de las Reglas impuestas por el Icann, se imponía la transferencia
de los respectivos nombres de dominio a sus dueños originales.
¿Demasiada flexibilidad?
Ante el auge que están tomando las demandas sobre el otorgamiento de nombres de dominio a
personas que carecen de legítimos derechos, Gerardo Pagés, consultor jurídico del Centro Nacional
de Tecnología de Información (Cnti), confirma efectivamente que la política adoptada por ese
organismo se basa en la premisa de que el que primero llega es el primero que se sirve.
"Pese a las críticas que puedan surgir, nosotros no podemos establecer filtros
iniciales para el registro de los nombres de dominio. Los países que han intentado
imponer este modus operandi, terminan obstruyendo el desarrollo de internet",
acotó el abogado.