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UN GRUPO ADULTO DE MUJERES

O
La regresión oral digestiva
Como resistencia y defensa
XV CONGRESO INTERNACIONAL DE FLAPAG
IX CONGRESO NACIONAL DE AMPAG.
ZACATECAS, ZAC. MÉXICO
17, 18 y 19 de octubre 2002.

ALFREDO ALCANTAR CAMARENA (AMPAG)

El presente trabajo se propone exponer material clínico de sesiones psicoterapéuticas de grupo que nos
permite identificar procesos del psiquismo grupal el aparato psíquico del grupo elabora. De acuerdo al ECRO del
taller de Grupo y Corporalidad la actividad grupal genera condiciones para que las pulsiones del psiquismo se
expresen ya sea en producciones de naturaleza mental como en manifestaciones corporales y disfunciones
somáticas.
UN GRUPO ADULTO DE MUJERES ADULTAS
Invocación de la madre y del mundo maternal

Se trata de un grupo de mujeres cuyas edades oscilan entre los 32 y los 45 años de edad. Sesionan una vez
por semana desde hace un año. Sólo una de las mujeres pertenece casada. Hay una divorciada y tres solteras con
historia de intentos de relaciones de pareja y formación de familia. Han estado trabajando sobre sus apegos a la
familia de origen, especialmente sus vinculaciones con la madre. Y la conexión de esas interacciones con sus
malestares actuales.

Describiré una escena grupal que me parece especialmente significativa para mostrar las ansiedades
expresadas a través de pulsiones orales primitivas que en forma regresiva se producen en el grupo como una
reacción frente al temor al compromiso sexual adulto y como resistencia a la transferencia con su terapeuta.

En la sesión que nos ocupa estaban las cinco mujeres ya presentes y una de ellas, con humor infantil y
rebosante en su sobrepeso corporal, expone que disfruta de diversos y abundantes bocadillos en casa mientras ve
películas en espera de que lleguen su esposo y su hija, con quienes vive. Describe con fruición las delicias que
acostumbra saborear, como si quiera provocar el antojo del terapeuta y del grupo.
Esta paciente había sido fumadora compulsiva cerca de un año antes. Con esfuerzo y disciplina en un grupo
de fumadores, dejo el tabaco que por entonces ya le provocaba dificultades respiratorias. No hace ver que tiene
voluntad para superar sus debilidades. Sólo le faltaría un motivo importante y un trabajo grupal significativo.
Las cuatro mujeres escuchaban con atención y mostraban actitudes diferentes como respuesta al material y a
la incitación golosa de los bocadillos de placer. Una, la más joven, parecía mostrar rechazo o indiferencia acerca
del comer. Su condición actual le empujaba a la autonomía para disfrutar de libertad sexual y de aprovechar su
condición física: esbelta y espigada, para atraerse parejas amorosas.

Las de 45 años intentaba colocarse más allá de las tentaciones sexuales y de confiterías para colocarse en las
ambiciones y logros académicos, para superar los efectos de su histerectomía y pérdida de su última pareja
amorosa.

Una más se mostraba lejana al problema de la golosa, pues ya tenía experiencia de casada, divorciada y
mujer libre. Pero vive con su hijo de 10 años de edad en la casa de su madre. Esta mujer trata de elaborar en el
grupo su dolor por el fracaso previo y de recuperar confianza en los varones y en la vida material. Como el padre
de su hijo no le da presión alguna se justifica en su repliegue hacia la casa materna, como antes de casarse. Esta
paciente aporta al grupo una historia de honda desconfianza y temor, pero también fascinación excitante, hacia un
padere que le hacia objeto de tocamiento y abuso sexual en su infancia.
Como terapeuta me sentí aludido en esa comunicación y entendí una causa de la resistencia del grupo hasta
entonces a una transferencia que no fuera de exclusión y de exaltación de los valores maternales.

La cuarta mujer del grupo en escuchar la comunicación incitadora de los placeres de la boca, tiene 42 años,
es soltera, con exceso de peso y comedora excesiva en las comidas familiares en casa de la madre. Ella contempla
comprensivamente a primera, pero señala que el grupo está funcionando como si fuesen adolescentes tempranas;
como niñas de sexto de primaria.

Me sentí rebasado por las apetencias grupales por la madre y sin capacidad para atender las demandas por el
pecho. Mi fantasía era la de un grupo como boca, de una mujer boca que engulle la sesión, el trabajo, el
pensamiento, la posibilidad de superar la postración en el rezago en espera de saciar el apetito.

Le comenté a la mujer que hablaba inicialmente, que era portadora del deseo del grupo de excluirme y
anularme para volver en busca de la madre, en cuyo abrazo se obtiene la verdadera tranquilidad, la paz y el placer
que asegura la vida y el bienestar. Yo represento tal vez el padre abusivo, al hombre incompetente que no inspira
confianza puede ser objeto desechable para actividades sexuales de ocasión.

Señalo al grupo que esta sesión que es una incursión al mundo de la madre la vuelta a la niñez temprana, a
la lactancia feliz, es una reacción regresiva del grupo ante la excitación producida por el trabajo de la sesión
anterior. En esa vez la mujer más joven habló de su contento por haber superado el problema de vaginismo que le
aquejaba desde su adolescencia. Había trabajado con el terapeuta individualmente varios años hasta atreverse a la
aceptación de una pareja con cuyo concurso supero los síntomas. Y en el momento de la sesión de la que se
habla, esta paciente ya había sostenido relaciones plenas, intensas, satisfactorias con diferentes individuos, pero
sin lograr consolidar una relación significativa.

Las Mujeres tienen un poco aceptado mi devolución al grupo. Pero la portadora de los antojos conserva una
sonrisa de triunfo. Comprendo que hace falta más trabajo, más interpretación para que el grupo elabore hacia la
comprensión las causas y los efectos de las poderosas pulsiones que se han asomado en el trabajo grupal; las
avideces genitales y las hambres elementales de la oralidad.

COMENTARIO

En la línea del ECRO elaborado en el trabajo del taller de GRUPO Y CORPORALIDAD en AMAPAG por
el Dr. Mercado, entiendo que en esas sesiones el grupo intentaba generar opciones de decisión y de orientación de
sus pulsiones. Sabemos con Kaës que el aparato psíquico grupal intenta procesar el abundante material que
integra la realidad psíquica del grupo en acción. La aparición de las pulsiones libidinales genitales ejercidas en
libertad, como un recurso contra las sujeciones y prohibiciones de las abuelas-madres, fue visto como un exceso
de la joven en el contexto de un grupo que ha intentado apartarse de las apetencias libidinales de una u otra
forma. En esta perspectiva el terapeuta también aparecía como un cómplice o un incitador de los excesos, ya que
había contribuido a la superación del síntoma vaginismo y al libertinaje que le siguió.
La regresión hacia el predominio discursivo en torno a la demanda oral se comprende como el esfuerzo del
aparato psíquico grupal para contener las ansiedades generadas en el sesión de predominio libidinal genital y
destacar el goce que se obtiene en la seguridad del pecho que alimenta sabrosamente aunque tales satisfacciones
redunden en la construcción progresiva de un cuerpo obeso y pueril, así como abstinente de otras formas de
satisfacción.
El uso de técnicas orales permite a la vez adquirir la satisfacción del apetito, la incorporación del objeto, su
destrucción y su control. Lo que suscita la sonrisa de triunfo y la alegría del vencedor maniaco. La posesión del
objeto pezón-pecho y su poder nutriente o placentero, proporciona certeza y seguridad, pues ha sido incorporado
(in-corporado) pues dentro del cuerpo, y se destruye para no envidiar su frente gratificante. Además si se está en
posesión del objeto combinado pezón-pecho, o pezón-pene parcial, ya depositado en el cuerpo a través de
engullirlo, no es necesario para nada el buscar pene distinto y menos todavía un objeto total pene-hombre-
individuo, por que añadidura es frustrante, no confiable engañoso.
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terapéuticas. Kernberg, Otto E…. et. al.
Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo, A.C.
Gral. Francisco Molinos del Campo No. 64
Col. San Miguel Chapultepec
11850, México, D.F
Tel. 5516-7885

Dr. Manuel Guzmán Treviño


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