Sei sulla pagina 1di 6

LA TAREA DE ENSEÑAR CIENCIAS SOCIALES

Tutor: Alejandro Celia González


Conocimiento y Didáctica de las Ciencias Sociales II

Presentado:
Gerardo Antonio Gómez Avellaneda

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA


MAESTRIA EN EDUCACIÓN MODALIDAD PROFUNDACIÓN
FACULTAD DE EDUCACIÓN
BOGOTÁ
2017
LA TAREA DE ENSEÑAR CIENCIAS SOCIALES

En la tarea de enseñar Ciencias Sociales es fundamental la posición ética y política que

asume el docente desde la selección de los contenidos, la forma de abordarlos

pedagógicamente y de evaluarlos. En la práctica cotidiana, estos elementos no se

pueden dejar al azar porque al final lo que se persigue es crear en los estudiantes un

punto de vista, una interpretación y una decisión frente a la realidad que le toca vivir.

Por lo tanto, es necesario comprender no sólo las tendencias generales del mundo actual

sino también los rasgos específicos del entorno del estudiante para que atienda a una

dinámica local- global (Raquel Gurevich).

Una forma de reflexionar históricamente, es partiendo de los hechos que están más

cercanos a los estudiantes para que se den como punto de partida en su aprendizaje y

comprensión de la historia, logrando desarrollo cognitivo mediante diferentes modelos

de pensamiento basados en pasos secuenciales y enseñanza en retroceso, es decir

partiendo desde sus propias experiencias (consecuencias –causas). En la intervención

mediante la aplicación, análisis y apropiación de las competencias ciudadanas, se

pretende que los estudiantes se apropien y reflexionen ante la problemática actual de su

contexto y su proyección como ciudadano capaz de liderar cambios sociales.

Es, por tanto, posible una explicación histórica del presente y es posible también

investigar y enseñar la historia tomando el análisis del presente factual como punto de

partida, como principio y presupuesto de método. (Aròstegui. p,47). Considero que uno

lo que hace es historiar al momento de intervenir y llevar los contenidos al aula, pienso

que esta forma de comprender la historia es factible, para las edades de ellos; sin

embargo no hay que descartar la esencia del análisis, interpretación y comprensión de la


historia debe ser vital en la formación de los estudiantes, con el fin de que relacionen

estos fenómenos con su realidad social e histórica .

El texto “Formas de hacer historia”1 de Peter Burke, da cuenta de diversas formas

contemporáneas de escribir la historia, es decir, de la historiografía de la nueva historia.

En este caso, las diversas formas de los discursos y los diversos objetos (historia de las

mujeres, de la lectura, microhistoria, etc.), dan cuenta de la relación entre la historia y la

escritura, es decir, entre la realidad de los hechos y los discursos que construye la

historia sobre ellos, desde varios puntos de vista. Por un lado, hacer historia de sujetos y

hechos no atendidos por la historiografía tradicional y desde perspectivas no abordadas

(las mujeres, los lectores, los campesinos, los obreros, etc.) y, de otro lado, la conciencia

y reflexión de los historiadores sobre el acto de escribir la historia.

la historia de nuestra auténtica coetaneidad es la que necesita una reconceptuación, de la

forma que la “historia coetánea”, y como quiera llamársela-reciente, inmediata, actual

-, aparezca con una categoría que indique la relación de simultaneidad- en sentido

histórico, lo que no quiere absoluta coincidencia temporal- entre unos hechos y su

descripción y explicación histórica, cosas no contradictorias como habremos de probar

después, y que no aluda a un concreto periodo de la historia de la humanidad.

(Aròstegui. p,38).

De otro lado, desde su responsabilidad como docente debe analizar los ejes que pueden

orientar la selección de contenidos y estrategias para el trabajo en el aula en Ciencias

Sociales. En primer lugar, los procesos complejos implican variadas escalas temporales

y espaciales para su análisis que necesariamente implica combinar tendencias,

condiciones, causas, azares y perspectivas.

1
Burke, Peter. Formas de hacer historia. Madrid: Alianza, 2003.
Paralelamente, el mundo actual está hecho de fragmentos que se expresan en una

dinámica articulada y disgregadora de zonas y lugares. El contenido debe dar espacio

para tratar la desigualdad y la diferencia porque aun cuando el mundo es global también

es fragmentado (Santos 1996). Aunque paradójicamente en el aula de clase pareciera

que primara la geografía sistemática, única, a temporal, homogénea y de procesos

generales descuidando las funciones territoriales pequeñas y la diversidad.

Con la nueva historia, los lugares desde donde escriben los historiadores se multiplican,

también son más numerosas las academias de historia, más personas se atreven a contar

de forma empírica algo de su historia personal y local, y se comienza a formar

historiadores profesionales en las universidades. De esta forma es posible historizar

sectores de la población o aspectos de la vida que hasta el momento no eran parte de la

historia oficial (mujeres, lectura, arte, animales), se empezaron a usar nuevas

herramientas que ayudaron a comprender ese pasado como la estadística, la arqueología,

los diarios, la fotografía, la literatura y se echó mano de las ciencias sociales como

auxiliares de la historia (psicología, antropología, sociología, economía), generando un

concepción total de un hecho particular.

Además, la geografía de hoy exige entender las relaciones entre lo global, lo nacional y

lo subnacional (Ortiz, 1996) que modifican las vinculaciones entre territorio, identidad

y ciudadanía. Como alternativa se propone dar cabida simultáneamente a la escala local

y que los contenidos se relacionen con temas y problemas relevantes de la vida social

para que el estudiante pueda evaluar verdades, opciones e incluso participar

responsablemente y de esta forma el programa nó sólo sea una descripción del presente

o del pasado sino un compromiso con el futuro.

También es importante recalcar la enseñanza de las ciencias sociales como una

combinatorio de conceptos y problemas. Conceptos para abstraer la información y


problemas para situar y analizar contextualizadamente los hechos, para reconstruir los

procesos y para validar argumentos y posiciones.

Para finalizar afirmaría que es altamente positivo orientar sobre los problemas porque

permite el desarrollo de las capacidades analíticas, interpretativas, explicativas

conjeturales, creativas y comunicativas que implican opciones de valor ético y político

en contraposición a los contenidos memorísticos, descriptivos, enumerativos y de

repetición que aún se siguen trabajando en muchas aulas de clase. La primera opción

prepara para la vida, la segunda para rendirle cuentas al maestro. Quien tiene la

responsabilidad de elegir por cual camino orienta.

Los temas que se han pensado intégralos a mi propuesta son como influyó la revolución

francesa en la construcción de la ciudadanía a partir de este hecho histórico, la

ilustración pues la idea es que ellos empiecen a pensar críticamente, además temas sobre

el territorio, espacio y geografía humana, demografía, migraciones y ciudadanía para

que comprendan los distintas consecuencias sociales, culturales, económicas y políticas

que acarrea estos fenómenos para la sociedad actual y analicen las mejores maneras de

buscar la posibles soluciones a su contexto relacionando estos contenidos tanto en el

aula, como en el contexto en el que se desenvuelven.


Referencias:

 RODRIQUEZ, J. CAMPUZANO, A. et.al. “Enseñar historia nuevas

propuestas”. Distribuciones Fontamara. México, 2005. (2º ed).

 GUREVICH, R.  Geografía y Ciencias Sociales, Sociedades y territorios


contemporáneos.  Una introducción a la enseñanza de la geografía. Buenos
Aires, FCE. 2005.

Potrebbero piacerti anche