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La figura jurídica del fideicomiso público como herramienta estatal, se usa cada
vez más en Latinoamérica como un instrumento para conseguir el desarrollo
local, especialmente en grandes proyectos de infraestructura nacional. Como
veremos más adelante, el fideicomiso ha sido comprobado como una
herramienta que permite al sector público obtener y otorgar el financiamiento
para obras de infraestructura sin aumentar la presión fiscal, con altos niveles de
eficiencia, reducción de costos, y principalmente de transparencia.
Conceptualmente debemos entender que la palabra “fideicomiso” proviene de
la palabra “fiducia” que significa confianza, y por lo tanto sea para fideicomisos
privados o públicos, esta figura demanda y proporciona mucha transparencia
en su constitución y manejo. Es por eso que la utilización del fideicomiso, se
ha convertido en uno de los mecanismos de control y financiamiento más
importantes de las últimas décadas.
El fideicomiso es una figura jurídica que permite aislar bienes, flujos de fondos,
negocios y derechos entre otras cosas, en un patrimonio autónomo
independiente y separado con una finalidad clara y precisa. Su equivalente
anglosajón es el trust y cuenta con antiguas raíces en el derecho romano.
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Es Gerente General de NAFIBO Sociedad de Titularización, filial del Banco de desarrollo productivo
(BDP SAM) y profesor de titularización y fideicomisos del Congreso Latinoamericano de Fideicomiso de
la Federación Latinoamericana de Bancos.
Pública y Ley Federal de Entidades Paraestatales. En la Argentina, el
fideicomiso público se desarrolla a partir de la Ley 24441 en 1995. Es así que
en ambos países, los fideicomisos Estatales se han convertido en instrumentos
primordiales y muy efectivos del poder Ejecutivo, para impulsar las áreas
prioritarias del desarrollo. La misma utilidad se ha visto en los últimos años en
el Perú, Chile, Colombia, Brasil, Uruguay y recientemente en Bolivia.
Por su parte el fiduciario, actuando como buen padre de familia, debe realizar
diligentemente todos los actos necesarios para la consecución de la finalidad
del fideicomiso, además de ejercitar personería para la protección y defensa de
los bienes en fideicomiso contra actos de terceros, del beneficiario o del mismo
fideicomitente.
Es así que todo fideicomiso al tener contablemente sus registros, hace posible
que se pueda establecer el cumplimiento o no de su objeto y realizar todas las
inspecciones y fiscalizaciones a la que esté sujeto. Todo esto, hace del
fideicomiso una figura altamente transparente y clara en la ejecución del
mandato fiduciario. Es justamente por esa razón, que en muchos países de alta
experiencia fiduciaria, el fideicomiso es la herramienta de mayor utilización y
preferencia para la aplicación de recursos públicos, que por su naturaleza,
requieren de un alto nivel de control y transparencia.
Es así que el fideicomiso público, se debe considerar, a todos los efectos como
un medio auxiliar de la acción del Gobierno en el ámbito del Poder
Ejecutivo. Por lo tanto, los fideicomisos públicos deben estar sujetos al control
de los mismos órganos internos y externos que actúan respecto de la
administración pública, y los bienes transmitidos en propiedad fiduciaria se
deben regir por las leyes, decretos y resoluciones vigentes para el manejo de la
cosa pública.