JESÚS ENRIQUE SALVATIERRA RAMÍREZ

IGLESIA SIGNO DE UNIDAD

Nos encontramos ante un dilema del porqué no se puede hacer comunión como Iglesia
entre las demás congregaciones Cristianas dentro de un territorio. Pensemos, en un lugar
predeterminado como Chiapas y sus congregaciones Cristianas, dentro la cual, la
congregación católica ocupa el primer lugar. Sin embargo, no es el orgullo de decir, que
una congregación tiene más feligresía que la otra, sino, el buscar el punto medio para
unificar a todas las congragaciones Cristianas en un solo rebaño, en una sola casa, el ser
plenamente Iglesia, donde no importe el culto a Dios, sabiendo que Cristo, es quien los une,
siendo el verdadero sentido del ser Iglesia la unificación y plena comunión entre las
congregaciones Cristianas.

Por eso, antes de verificar por qué la Iglesia es signo de Unidad, verificaremos la
etimología de esta palabra, de la cual, para muchos, el termino Iglesia, hace referencia a
una estructura material, tal como lo es el templo, o casa de oración. Queda claro que Iglesia
es específicamente una casa, un templo, pero o material, sino netamente espiritual. La
palabra iglesia viene del latín eclesia y este del griego, ekklesia. En Atenas la iglesia era la
asamblea de los ciudadanos reunidos para discutir asuntos políticos. San Pablo usó esta
palabra para referirse a la congregación de creyentes cristianos. Si bien, para saber si la
Iglesia es signo de unidad, habríamos de preguntarnos ¿Cómo puede ser la Iglesia signo de
unidad? ¿Cuál sería el medio o los medios por lo que la Iglesia seria signo de unidad en
medio de lo social y las religiones o congregaciones Cristianas?

Primero que nada, muchas son las denominaciones de la Iglesia de las que nos habla las
sagradas escrituras. La Iglesia es redil cuya puerta única y necesaria es Cristo (Jn 10,1). No
son los miembros de la Iglesia o quienes gobiernan los que guían o alimentan a las ovejas,
es Jesucristo el único que es el buen Pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas (Jn
10,11). Por ende, el primer problema con el que nos encontramos para que la Iglesia sea
signo de unidad, son los que están al frente de las congregaciones. Son los primeros que no
quieren ser fuentes de unidad, para cambiar la relación humana, cultural y religiosa. Por
eso, el primer paso de que la Iglesia sea signo de unidad es el buen dialogo cultural, social,
religioso y humano entre los representantes de los credos. De tal manera que no haya
distinción entre un credo del otro, que la única distinción sean los ritos o actos de piedad.
Que cada quien respete su hacer y ser en cuanto a su credo practicante. Si bien, este sería el
primer paso para que la Iglesia pueda ir teniendo un dialogo, un escucharse mutuamente, el
tratar de conocerse, el conocer el porqué del culto de ellos, sin juzgarlos.

Por otra parte, los medios que nos podrían ayudar a hacer vida el sentido de la Iglesia como
signo de unidad es el mismo Dios, Jesucristo, todos dan culto a Dios a través de la persona
de Jesús, por ende, es una característica que solo poseen los que creen en Cristo, es el
medio para ser Iglesia. Por eso, debemos tener claro que el ser Iglesia va más allá de
nuestra propia creencia. El ser Iglesia es algo netamente espiritual, pero que tiene su sentido
en la realidad, es decir, se materializa a través de la acción, la unidad como signo de acción
o efecto del esfuerzo o dialogo entre las diferentes posturas de credos, costumbre y cultos,
unificadas a través de la unicidad de Iglesia, nos une el mismo Dios, por ende, nos une una
misma Iglesia, no entendida como religión o cosas, sino como vivencia, una vivencia de
paz, de amor, de justicia, etc.

Finalmente la Iglesia seria como una madre, aquella que tiene muchos hijos, todos
diferentes, hombre y mujeres, todos hacen y deshacen, son buenos y malos, la Iglesia suple,
así como una madre, no le importa el obrar tanto de los hijos, sabe que son malos, que son
débiles, sin embargo, no los juzga, siempre está abierto a perdonar, a charlar a buscar el
bien común, a fomentar la familia (Ef 5m25-26), es el amor de Jesucristo quien permite que
haya paz y amor en todos.