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Desde el siglo XVII el arquitecto no actúa directamente sobre las investigaciones

referentes a los nuevos materiales y a su trabajo; pasivamente fue aceptando todo lo


que le proponía la industria o el comercio, y a estos últimos nunca se les ocurrió pedir
durante la experimentación el parecer interesado del proyectista.
En las universidades enseñan formulas abstractas sobre el comportamiento de los
materiales, ya que se les redujo a puros coeficientes de resistencia y en consecuencia
se vieron privados de color, granulosidad, brillo, aspecto, etc.
E l arquitecto trata de emplear varios sistemas en la realización del mismo proyecto, ya
sea para distinguir entre si los diversos cuerpos correspondientes a diversas
funciones, ya sea para dar mayor energía dinámica al conjunto, contraponiendo a un
sistema estático y de piedra, de hormigón, de klinker, un sistema dinámico, ágil de
cables de acero, o bien entrelazados entre sí.
Así incluso en las construcciones de pocos pisos y sin importantes articulaciones las
estructuras horizontales serán a menudo distintas a las estructuras portantes
verticales, los muros y las columnas, del mismo modo que en los sistemas reticulares
estructurales, de acero o de concreto armado.
Con un material se puede obtener muchos y diversos sistemas de empleo; si luego se
acepta o debo aceptarse la combinación de varios materiales, lo que es el caso mas
normal, las posibilidades de elección se vuelven, teóricamente infinitas.
En la practica sin embargo estas posibilidades de elección se reducen en mucho, ya
que sebe respetar una lógica esencial, constructiva y al mismo tiempo visual. No todos
los sistemas pueden responder igualmente bien a ciertas exigencias de economía, de
resistencia y de forma expresiva.
La combinación de materiales de construcción más importante y más frecuentemente
empleada tanto en edificación como en la construcción de puentes es la de acero y
hormigón.
El general, esta combinación no afecta sustancialmente al análisis de la estructura,
puesto que para ello se descompone en partes homogéneas y la terminología habitual
de estructuras de acero y hormigón armado, con sus correspondientes criterios de
diseño y cálculo, resulta aceptable. Pero en otras ocasiones, la integración es más
estrecha afectando a los elementos básicos que la constituyen y no es posible el
análisis aislado de los materiales; a este tipo se va a referir en este proyecto, las
estructuras mixtas de hormigón y acero, que se pueden justificar por la optimización en
el comportamiento de componentes.
El diseño integral de una estructura implica no sólo la optimización de la resistencia
para las cargas máximas, su rigidez y su ductilidad, sino también la consideración de
aspectos como los de tipo arquitectónico, económico, constructivo o de utilización de
las vigas, losas y pilares.
Aspectos arquitectónicos: Diseñar con estructuras mixtas ofrece muchas variaciones
arquitectónicas pudiendo combinar diferentes tipos de elementos mixtos. Además de
reducciones en las dimensiones de las vigas, se consiguen: Mayores vanos, losas más
delgadas, Pilares más esbeltos y ofrecen flexibilidad y más oportunidades para el
diseño.
Aspectos económicos: Como consecuencia de poder disponer de menores
dimensiones en las piezas (una mayor rigidez implica menores deformaciones,
mayores vanos y menor peso global), y de poder llevar a cabo un montaje más rápido,
el potencial de ahorro económico es enorme. Una reducción del canto del forjado
reduce la altura total del edificio, Disminución de la superficie de revestimiento del
edificio, Vanos mayores para un mismo canto (comparado con otros métodos
constructivos), Espacios con menos columnas presentan mayor flexibilidad de
utilización, Plantas adicionales con una misma altura total del edificio. Las estructuras
mixtas son fáciles de montar y precisan menores tiempos de construcción.
Las estructuras de acero convencionales emplean sistemas de protección contra el
fuego para aislar el acero del calor del fuego. Por su parte las estructuras mixtas
alcanzan su resistencia al fuego igual que las estructuras de hormigón armado en las
que el hormigón protege al acero debido a su mayor masa y relativamente inferior
conductividad térmica. Lo mismo que las losas mixtas pueden resistir el fuego, las
vigas mixtas pueden emplearse con alas desprotegidas. En este caso el espacio entre
las alas deberá de rellenarse con hormigón y armadura de refuerzo adicional. Esto no
solo mantiene las temperaturas relativamente bajas en el alma y el ala superior, sino
que también proporciona resistencia a flexión, compensando la reducción que se
produce en la contribución a la resistencia por parte del ala inferior caliente
Las estructuras mixtas son adaptables. Pueden modificarse durante la vida del edificio.
Esto es especialmente cierto cuando la losa se utiliza con estructuras porticadas. En
ese caso siempre es posible crear una nueva caja de escalera entre dos plantas
simplemente añadiendo el entramado necesario de vigas. Recientes desarrollos y
cambios en las comunicaciones y las tecnologías de la información han puesto de
manifiesto la importancia de ser capaces de modificar rápidamente la disposición de
los servicios del edificio. Además, en edificios de usos comerciales o propiedades
multi-compartidas ha sido posible modificar los servicios sin violar la privacidad de los
otros ocupantes del edificio.
Meotfos constructivos
El método convencional de construcción del hormigón presenta un estilo muy bien
considerado, libertad de formas y contornos, fácil de manipular in situ, resistencia
térmica, aislamiento al ruido y resistencia contra el ataque químico. En contraste a
estas ventajas se comporta deficientemente desde el punto de vista de la relación
entre resistencia y carga muerta, tiempo preciso de encofrado y la prolongación en el
tiempo de construcción debido al endurecimiento del hormigón. Además, dado que el
hormigón por sí sólo no soporta tracciones, se deben de colocar armaduras que
implican nuevas demoras constructivas.

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