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HISTORIA DE LA PATRIA

PATRIA-O-COLONIA
FEDERALES-O-UNITARIOS
BARBARIE-O-CIVILIZACIÓN
FEDERALES-O-PARTIDO LIBERAL
FEDERALES-O-PARTIDO NACIONAL
PATRIA-O-IMPERIO
PUEBLO-O-ANTIPUEBLO
PERÓN-O-BRADEN
PERONISMO-O-ANTIPERONISMO
LIBERACIÓN-O-DEPENDENCIA
DEMOCRACIA-O-GENOCIDIO
RESISTENCIA-O-NEOLIBERALISMO
"PATRIA-O-BUITRES"
PATRIA-O-CORPORACIONES NACIONALES E
INTERNACIONALES
“LA PATRIA ES EL OTRO” ARGENTINO Y LATINOAMERICANO
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“Necesitamos que los distintos dirigentes responsables de las organizaciones, también
organicen cursos de formación sobre política internacional, sobre historia
internacional”.
“Ustedes se dieron cuenta que prácticamente, salvo cuestiones catastróficas o muy
evidentes, parece como que la Argentina fuera un planeta solo en el mundo, que no
existiera el resto, porque no hay una sola noticia internacional de nada, de las
económicas ni hablemos”.

“Tenemos que prepararnos, tenemos que saber, porque al que no estudia, al que no
sabe lo que pasa y cómo se fueron produciendo los acontecimientos, lo llevan de la
nariz. Sobre todo, en un mundo, donde los medios de comunicación y,
fundamentalmente también, las redes sociales han adquirido una gran importancia, el
problema es la selectividad de la información” (Militante peronista, ex Presidenta de la
República Argentina por 2 períodos consecutivos 2007-2015, Cristina Fernández de Kirchner
KIRCHNERISMO
LA DÉCADA GANADA 2003-2014
INTRODUCCIÓN: Ejes de Formación (2003-2014)
INTERNACIONAL ECONOMÍA POLÍTICA
2003-2014

KIRCHNERISMO:
LA DÉCADA GANADA

El Kirchnerismo
"Es posible que no sea candidato, o mejor dicho que no le alcance el envión entre los
sueños solapados del presidente Duhalde, las encuestas optimistas de De la Sota, la
coincidencia de los poderes con Reutemann, las infinitas "re--reelecciones" de
Menem, el caradurismo simpático de Rodríguez Saá. Desgarbado, lungo, de palabra
directa, está último en esa lista, cuando cada tanto viene del sur para exigir elecciones
ya. Para decir que va por adentro o va por afuera pero no va a entrar en ninguna
trenza. Lo converso con mis amigos y el 80 por ciento no lo ubica, lo semitienen en
algún rincón de las imágenes del consciente pero no del todo. Les digo que es el
fantasma de la tendencia que vuelve volando sobre los techos y sonríen como si les
hablase de una película que no se va a estrenar nunca porque falta pagar el master.”
Fragmento de una nota del escritor Nicolás Casullo, “El hombre que venía”,
publicada en Página 12 en mayo de 2002.

El 2001 fue decisivo para la historia argentina porque ese año tuvo lugar el derrumbe
total de un proyecto económico excluyente, que se había inaugurado con la dictadura
de 1976. Esta crisis, que tenía como dato principal altísimos niveles de pobreza, se
manifestó en los saqueos, los cacerolazos y el estallido social del 19 y 20 de diciembre.
Fue este el año en el que Argentina llegó a su peor situación histórica, se trataba de las
consecuencias de muchos años de neoliberalismo que, mientras destruía la matriz
productiva del país, se ponía el Estado al servicio de las clases dominantes.

A la luz de estas políticas, a mediados de la década del 90 surgieron nuevos modos de


protesta, fundamentalmente la resistencia piquetera. Se trataba de grupos de
desocupados, organizados barrialmente, que tenían como método de protesta los cortes
de rutas. A partir de allí y hasta la crisis del 2001, los cortes de rutas, las puebladas y las
organizaciones en asamblea fueron las herramientas políticas más utilizadas para
reclamar ante una crisis social creciente, y donde las estructuras partidarias
tradicionales no ofrecían ya ningún tipo de respuesta. Esto quedó de manifiesto cuando
en las elecciones legislativas del 2001 el dato más relevante de esa elección fue que el
40% votó en blanco o anuló su voto. Se lo llamó el "voto bronca” y puso de manifiesto
la pérdida de legitimidad de los partidos políticos. Poco tiempo después, durante las
jornadas del 19 y 20 se repetía obstinadamente un cantito: “que se vayan todos, que no
quede ni uno solo”. La distancia entre la política y la gente era la más grande desde la
recuperación de la democracia.
Poco tiempo después, el 25 de mayo de 2003 asumió la presidencia Néstor Kirchner.
Era una fecha significativa: no sólo por el aniversario de la Revolución de Mayo, sino
también porque ese día se cumplían 30 años desde la asunción presidencial de Héctor
Cámpora, cuando se ponía fin a 18 años de proscripción del peronismo.

Kirchner había llegado a la presidencia con sólo el 22% de los votos en primera vuelta,
y luego de que Carlos Saúl Menem declinara de participar en el ballotage. Se convirtió
así en el presidente electo con menos votos de la historia argentina. Por entonces, la
tasa de desocupación del país llegaba a la cifra más alta de su historia: 27 por ciento; la
de pobreza era del 42,7 por ciento. Revertir esta situación (“más desocupados que
votos”, como recordaría Néstor) y asegurar la estabilidad económica fue el objetivo
central de la gestión.

Por eso, entre sus primeras medidas se encuentra la obsesión por bajar la tasa de
desempleo y recuperar el ingreso de los trabajadores (registrados y no registrados).
Porque en el nuevo modelo económico la demanda interna sería uno de los principales
motores de la recuperación. Néstor reorganizó y creó una serie de instituciones
tripartitas que ayudarían en el corto plazo a poner a la Argentina a la vanguardia en la
región en lo que respecta al salario mínimo y al salario promedio. La revitalización del
Consejo de Salario, la estructuración de las paritarias anuales, la Paritaria Nacional
Docente (apoyada en la ley de Financiamiento Educativo) fueron el corazón
institucional de este objetivo político.

La reconstrucción del Estado

Su estrategia política se basó en el proyecto “transversal”, consistente en alianzas


extrapartidarias con dirigentes de diversas organizaciones sociales, en alianza con el
Partido Justicialista.

El nuevo presidente encaró esta situación crítica del país ubicando al Estado
nuevamente como actor protagónico de la política. Con esta lógica tomaron diversas
medidas que dieron un rumbo nuevo a la Argentina. Una de sus principales
preocupaciones y logros fue desendeudar al país. Primero renegociando con enormes
quitas, ampliando plazos y pesificando una parte significativa de la deuda heredada del
ciclo 76-2001. Luego, cancelando por anticipado la totalidad de la deuda con el Fondo
Monetario Internacional, cortando así con un vínculo político-económico de sumisión
con los Estados Unidos que había predominado en los 90. En el mismo sentido, se
tomó la decisión de acumular divisas en el Banco Central de la República Argentina. El
objetivo era tener reservas como estrategia de autonomía económica ante los desbordes
especulativos. Y con la convicción de que mientras más reservas acumulara el país,
que se encontraba en default por ese entonces, mayores grados de libertad tendría el
gobierno.

Además, se apuntó a la recuperación de la economía mediante una fuerte intervención


del Estado: mientras que en 2003 la inversión pública representaba sólo el 1,2 por
ciento del Producto Bruto Interno, en 2007 el porcentaje alcanzaba el 3,4. Esto se
traduciría en obras concretas, como la construcción de autopistas y rutas, el aumento de
la generación de energía y soluciones habitacionales. Si en los noventas el presupuesto
público era mayormente de gasto en salarios, los presupuestos del kirchnerismo verían
aumentar sensiblemente el gasto público en infraestructura e inversiones de largo
plazo.
Mientras la recuperación económica comenzaba a ser percibida en el corto plazo, hubo
otras medidas que marcaron el signo del nuevo camino.. El presidente impulsó la
reestructuración de la Corte Suprema de Justicia, conocida por su adicción automática
al menemismo. Así, a muy pocos días de haber asumido, Kirchner utilizó por primera
vez la cadena nacional para hacer públicamente un pedido al Congreso Nacional: que
pusiera en marcha el mecanismo del juicio político contra algunos miembros del
máximo tribunal. Ante este panorama, algunos de ellos presentaron su renuncia. El 19
de junio del 2003, el presidente firmó el decreto que establecía mecanismos de
transparencia e idoneidad para la designación de jueces de la Corte Suprema. En
octubre, Eugenio Raúl Zaffaroni se convirtió en el primer juez en ser designado a
través del método público de nominación para formar parte de la Corte Suprema.
Conforme se recuperaban las tasas de empleo, se avanzó también sobre la legislación
en el mundo del trabajo. En marzo de 2004 el Congreso derogó la Ley de Reforma
Laboral, clave en el proceso de flexibilización. Más conocida como “Ley Banelco”,
por haberse logrado su sanción mediante el pago de coimas durante el gobierno de la
Alianza. Pocos meses después, en agosto de 2004, y después de 14 años de no hacerse,
el Poder Ejecutivo convocó la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil.
Otras medidas marcaron también la búsqueda de reconfigurar el papel del Estado. En
enero de 2006, la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo estableció un
aumento paulatino del presupuesto destinado a la educación, la ciencia y la tecnología
durante los próximos cuatro años. En este período, la inversión en el área pasó del 2 por
ciento del PBI al 6 por ciento en 2010(1). Además, en marzo de 2006 fue rescindido el
contrato de concesión a Aguas Argentinas y se estatizó el servicio de agua potable y
cloacas, creando la empresa estatal Aguas y Saneamientos Argentinos (AYSA).
(1) A principios de 2014, con el lanzamiento del Programa PROGRESAR el porcentaje del PBI
dedicado a Educación, en todos sus niveles, llega a la histórica cifra del 9%.

Entre los cambios más radicales respecto al período anterior es la política de Derechos
Humanos. Ni bien asumió, Kirchner destituyó a decenas de miembros de las Fuerzas
Armadas involucrados con el terrorismo de Estado de 1976. Lo mismo hizo en la
policía federal y los servicios secretos de inteligencia, la SIDE. El 24 de marzo de 2004
era el primer aniversario del último golpe de Estado bajo su mandato. Ese día, en el
Colegio Militar de la Nación, ordenó bajar los retratos de Jorge Rafael Videla y
Reynaldo Bignone de la galería donde se exhibían los cuadros de los presidentes y
pidió "perdón en nombre del Estado" argentino por los crímenes de la última dictadura
cívico-militar. Al año siguiente la Corte Suprema de Justicia resolvió que las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida, sancionadas durante el gobierno de Alfonsín y que
habían permitido frenar los juicios y dejar en libertad a la mayor parte de los acusados
por cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, eran inválidas e
inconstitucionales. Esto permitió que se reabrieran esos juicios.

A su vez, Néstor buscó fortalecer las relaciones con otros países de Latinoamérica que
estaban tomando el mismo rumbo. Menos de un mes después de haber asumido, realizó
su primer viaje al exterior. El destino era Brasil, donde se reunió con su par Lula Da
Silva. El vínculo con los distintos países de América Latina se fue fortaleciendo poco a
poco y tuvo su máxima expresión en el 2005, durante la IV Cumbre de las Américas, en
la ciudad de Mar del Plata. El 5 de noviembre tuvo lugar un acto multitudinario de
repudio al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y a la presencia del
mandatario estadounidense George W. Bush. Allí fue el presidente venezolano Hugo
Chávez quien pronunció el discurso más recordado. A la integración regional se le
añadió un nueve eje: la causa Malvinas, el histórico reclamo por soberanía ya no sólo
sería nacional sino también latinoamericano. Hecho confirmado por aquellos días en
Mar del Plata.

Orientación latinoamerianista, afirmación soberana de los destinos económicos del


país, Memoria, Verdad y Justicia, organizaron un cocktail donde la política y el
aparato del Estado volvían a estar del lado de los más débiles y en representación de
sus intereses. Si Perón en el '45 había heredado el Estado conservador de los treintas y
lo había puesto, transformándolo, al servicio de la clase trabajadora, Néstor, a partir
del 2003, hizo lo propio con el Estado neoliberal de los '90. Pero con una dificultad
adicional: esta vez había mucho menos “Estado" que heredar, porque de lo que se
trataba fundamentalmente era de reconstruir sus capacidades y su autoridad.

2007-2011

En las elecciones presidenciales de octubre del 2007 la lista del Frente para la Victoria,
encabezada por la hasta entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner, obtuvo el
45,29% de los votos. Continuando con la premisa de la transversalidad inaugurada en
la gestión anterior, quien la acompañaba en la fórmula provenía del radicalismo: Julio
Cobos. La fórmula Kirchner-Cobos le sacó más de 20 puntos de ventaja a la segunda
fuerza, la Coalición Cívica encabezada por Elisa Carrió, que obtuvo el 23.04% de los
sufragios.

En el plano económico, la nueva gestión también buscó continuar y profundizar las


políticas de la precedente. Así, se apuntó a fortalecer la intervención del Estado en la
economía e incrementar la redistribución de la riqueza. Salvo que ahora, a diferencia
del periodo 2003-2007 las corporaciones estaban recuperadas en su capacidad de
movilizar recursos y en su fortaleza económica.

La profundización del modelo en su faceta redistributiva fue precisamente uno de los


propósitos de la resolución 125, anunciada el 11 de marzo de 2008. Esta medida daría
lugar a una de las más grandes disputas de poder que debió enfrentar el kirchnerismo.

En aquel 2008, el precio internacional de la soja se había duplicado con respecto al año
anterior. La medida establecía un aumento en la proporción que retenía el Estado de las
exportaciones de productos agropecuarios. La medida determinaba, además, que esas
retenciones fueran móviles: que dependieran de las fluctuaciones de los precios
internacionales. La resolución apuntaba a mejorar la redistribución del ingreso y a
garantizar que los productos primarios pudieran mantener un precio accesible para la
mesa de los argentinos.

Por primera vez una reacción conjunta reunió a la Sociedad Rural Argentina,
Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro y la Federación Agraria Argentina.
Conformaron la Mesa de Enlace, que, coordinada con la oposición política y
mediática, realizaron el lock out patronal más largo de la historia argentina (más de
120 días).

Ante la escalada del conflicto, el 17 de junio Cristina anunció que aquello que había
comenzado como un decreto sería convertido en un proyecto de ley para que el
Congreso Nacional decidiera la implementación o no de la resolución 125. La votación
en Senadores estaba empatada, y se extendía hasta altas horas de la madrugada del 17
de julio. Ante la paridad de votos, fue el vicepresidente en su rol de presidente del
Senado quien definió el resultado con su voto “no positivo”, determinando que la
implementación de la resolución 125 fuera rechazada.

El traspié de la 125 señaló una debilidad constitutiva del proyecto nacional y popular:
las corporaciones se veían materialmente fortalecidas con los éxitos del modelo
económico, al que sin embargo rechazaban. Al mismo tiempo, el kirchnerismo carecía
de un grupo de apoyo propio consolidado, más allá del voto ciudadano. Existían
organizaciones sociales kirchneristas, sindicatos kirchneristas, gobernadores,
intendentes, diputados y senadores kirchneristas que apoyaban las medidas del
gobierno, pero no existía por entonces un grupo que hiciera del kirchnerismo un
sustantivo y no un adjetivo.

Ante esa situación, Néstor y Cristina decidieron profundizar. Sin poder contar con el
aumento en las retenciones del sector agropecuario, se tomaron otras medidas desde el
Estado nacional para contar con los recursos fiscales necesarios para garantizar el
desarrollo del aparato productivo y del mercado interno. Con esos objetivos, la
Presidenta envió un proyecto al Congreso para reemplazar el sistema de las
Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) por un nuevo sistema
de reparto estatal de jubilaciones y pensiones. El régimen de jubilación privada databa
de 1994 y había sido instaurado bajo el patrocinio del Banco Mundial y siguiendo los
lineamientos del Consenso de Washington. La promulgación de la disolución del
régimen de AFJP implicó el traspaso a la Administración Nacional de Seguridad Social
(ANSES), a la vez que se habilitaba una amplia moratoria que le permitiría a
2,5millones de argentinos incorporarse a una jubilación digna.

Difícil de exagerar el carácter estratégico y decisivo que esta decisión de nacionalizar


los recursos de la seguridad social. Como se vería más temprano que tarde, fue
precisamente esta decisión de arrebatarle al sistema bancario el ahorro del pueblo
trabajador lo que permitiría volcar estos recursos de la especulación a la inversión en
obra pública, en educación, en vivienda y en protección social para los más
desamparados.

En esta misma línea, en diciembre de 2008 se convirtió en ley un proyecto sobre la


expropiación de Aerolíneas Argentinas, Austral Líneas Aéreas y otras empresas
pertenecientes al Grupo Aerolíneas Argentinas, declarándolas de “utilidad pública”. La
recuperación de la línea de bandera permitió potenciar la industria del turismo, y la
empresa nacional alcanzó la primacía del espacio aéreo, garantizando así una mayor
integración del territorio nacional.

Ese mismo año, el contexto internacional era francamente desalentador. Con epicentro
en EEUU, y fundamentalmente causada por demasiados años de ausencia total de
regulaciones al sistema financiero más grande del mundo, la crisis fue comparada con
razón con el crack de 1929 por sus consecuencias. No obstante, el gobierno de Cristina
continuó con la política de desendeudamiento y tomó medidas que buscaban proteger
al mercado interno, tales como las restricciones a la importación de determinados
productos y a la adquisición de moneda extranjera, para evitar la fuga de capitales y la
caída de reservas del Banco Central. Esta política económica permitió que para las
mediciones de la CEPAL del 2010 indicaban una disminución de la pobreza de 34,1
puntos porcentuales, y una caída de la indigencia del 7,2 al 3,8 por ciento.

Otra medida fundamental para alcanzar estos resultados fue la Asignación Universal
por Hijo, decretada en octubre 2009, con el fin de beneficiar a los sectores que aún se
mantenían postergados. A mediados de 2013 llegó a más de tres millones y medio de
niños y adolescentes. La Argentina no volvería a ser la misma después de esta
igualación entre los hijos de los trabajadores formales y los no formales y desocupados.

Tres años después de la implementación de la Asignación, y siendo la problemática


habitacional y la dificultad para el acceso a la vivienda una de las grandes
problemáticas de los últimos tiempos, el Programa de Crédito Argentino del
Bicentenario para la Vivienda Única Familiar (PRO.CRE.AR.) se convirtió en un
punto de inflexión a mediados de 2012. Establecía el otorgamiento de 400 mil créditos
en cuatro años, incentivando fuertemente la construcción de viviendas.

A la inclusión social a partir de medidas en los planos económico y educativo se


sumaron las iniciativas que apuntaban hacia una ampliación de derechos. El 15 de julio
de 2010 se sancionó la ley de Matrimonio Igualitario, que permitía el casamiento entre
personas del mismo sexo. La Argentina fue el primer país de América Latina en
reconocer este derecho, y el décimo a nivel mundial.

Democracia vs corporaciones

Tras el enfrentamiento con las principales entidades agropecuarias, el gobierno


nacional entabló otras disputas con sectores de poder concentrados. Uno de los
conflictos más importantes se desató cuando Cristina Kirchner propuso al Congreso
debatir una nueva ley de comunicación audiovisual. La nueva legislación reemplazaría
a la sancionada por la última dictadura en 1980, y permitiría establecer pautas para el
funcionamiento de los medios radiales y televisivos. Ya durante el alfonsinismo se
había intentado modificar esta ley, sin éxito ante las fuertes presiones de los actores
interesados. También en agosto de 2009, se le quitó el monopolio de la transmisión de
los partidos de fútbol a Torneos y Competencias -perteneciente al grupo Clarín-, y se
creó el programa Fútbol para Todos, estatal y gratuito.
A partir de la aprobación con holgada mayoría de la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual, el mayor monopolio de medios, el Grupo Clarín, impugnó
sistemáticamente a través de medidas judiciales la aplicación de cuatro artículos que
limitaban la acumulación de licencias de televisión por aire y por cable y obligaban a la
desinversión de los grupos empresariales que estuvieran más allá de esas limitaciones.
Esta batalla judicial paralizó la plena aplicación de la Ley durante más de cuatro años,
durante los que el Grupo Clarín logró mantener la posesión de la totalidad de sus
licencias. El 29 de octubre de 2013 la Corte Suprema de Justicia dictó un fallo final en
el que determinó la validez de los cuatro artículos de la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual cuestionados por el Grupo Clarín, y la constitucionalidad
general de la ley.

El 27 de octubre del 2010 murió Néstor Kirchner y a partir de ese momento se hizo
visible una multitud de jóvenes que se sentían interpelados por el proyecto político. El
fallecimiento de Néstor allanó el camino para que el kirchnerismo acelerara su etapa
organizativa a partir de la incorporación de miles de personas a la militancia orgánica.

A principios de 2013, la propuesta gubernamental para una reforma judicial dio lugar a
un nuevo frente de batalla. El 8 de abril de ese año, la Presidenta envió al Congreso seis
proyectos de ley para “democratizar la Justicia”. La reforma judicial fue aprobada tras
un intenso debate parlamentario, pero el 18 de junio de 2013 la Corte Suprema de
Justicia declaró inconstitucional varios artículo, en particular los que determinan que
los miembros del Consejo de la Magistratura fueran elegidos por voto popular.

Segundo mandato, 2011-2013

En las elecciones de octubre del 2011, Cristina Fernández de Kirchner se impuso con el
54 por ciento de los votos, con una diferencia de 38 puntos por sobre el segundo
candidato: Hermes Binner, por el Frente Amplio Progresista. El 10 de diciembre de
2011 Cristina asumió su segundo mandato, que continuó con la política económica
iniciada en 2003.

A los pocos meses de haber vuelto a asumir, en abril de 2012, Cristina anunció la
expropiación por ley del 51 por ciento de las acciones de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales. A su vez, la ley proclamaba de interés nacional el logro del
autoabastecimiento de hidrocarburos, a partir de lo cual se buscaría avanzar por el
camino de la soberanía energética.

A fines de 2014, el kirchnerismo --al que podemos definir como el proyecto de


emancipación nacional y popular más impactante desde el peronismo clásico-- ha
logrado niveles de crecimiento récord de la economía nacional, crecimiento del
salario real sostenido durante toda la década, pleno empleo de la economía en
paralelo a una constante redistribución del ingreso hacia los trabajadores, ha
organizado la red de seguridad social más importante de Latinoamérica, inversión
record en educación, ciencia y tecnología, ha recuperado empresas claves para el
país, organizó el desendeudamiento más importante de nuestra historia y el más
profundo de la región, a la vez que establecía la base tributaria más sólida de la
historia, entre tantas otras cosas.

Por último, podemos decir que uno de los principales logros del ciclo político iniciado
el 25 de mayo de 2003 es la recuperación del autoestima nacional, no en sentido
chauvinista sino en el sentido de que vastos sectores de la sociedad recuperaron la
convicción de que a través de la democracia, de la participación política, del hecho de
involucrarse con “lo que pasa” es que nuestro país pudo, rápidamente, dar vuelta la
página de aquellos oscuros días que comenzaron en 1976 y que finalizaron de manera
trágica en el verano de 2001. A la época del “no se puede” y el “no te metas” se le
ganó una batalla. El futuro hoy está en disputa, como todo tiempo por venir, pero
kirchnerismo mediante, esa disputa encuentra a una gran cantidad de argentinos
comprometidos, organizados y dispuestos a trabajar por un país más justo y
desarrollado.
“EL CAMBIO DE ÉPOCA EN AMÉRICA LATINA”

GUILLERMINA GENOVESE

"América Latina no vive una época de cambios, sino un cambio de época”


Rafael Correa, Presidente de la República de Ecuador

La llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en 1998 significó la


irrupción de un proyecto radicalmente transformador no sólo para la historia
venezolana, sino para América Latina toda. Una de las expresiones más significativas
de este proyecto político fundacional y revolucionario fue la recuperación del sueño de
la Patria Grande que había quedado cercenado desde el triunfo de los proyectos
oligárquicos liberales en la mayoría de los países latinoamericanos a fines del siglo
XIX (Junio, 2014).

La asunción de gobiernos de nuevo signo en la mayoría de los países de la región dio


origen a un ciclo político común. Más allá de las particularidades que han adquirido
cada una de las expresiones locales de estas nuevas rearticulaciones políticas e
ideológicas, el paisaje regional presenta ciertos rasgos comunes, que permiten hablar
de un análogo ideario político. Estos gobiernos progresistas se plantearon la necesidad
de reconstituir la estructura social, mediante la implementación de políticas públicas
reparadoras e inclusivas; la recuperación de amplios márgenes de soberanía y del rol
del Estado y de la política como herramienta de transformación social; la
nacionalización de sectores estratégicos de la economía; el enfrentamiento a los
poderes corporativos -siendo los medios de comunicación hegemónicos quienes han
asumido la dirección del proceso de confrontación, con estos nuevos gobiernos-; la
reconstrucción de una subjetividad latinoamericana que durante décadas había sido
avasallada por procesos de colonialismo interno y externo; la construcción de nuevos
paradigmas; la presentación de alternativas heterodoxas en el escenario de crisis
internacional; y la introducción de debates impensados.

La institucionalización de estas democracias latinoamericanas populares--inclusivas


expresaron el agotamiento de las reformas estructurales que caracterizaron a la agenda
neoliberal que imperó durante la década del noventa en la región. La “penuria social
inenarrable” (Laclau, 2006: 118), a la que condujo la aplicación de la ortodoxia
neoliberal, generó la exclusión de amplios sectores de las sociedades latinoamericanas,
que quedaron inmersos en un círculo vicioso de indefensión social. Serán estos
sectores, anteriormente excluidos, quienes convergerán para el ascenso de estos
nuevos gobiernos con una agenda basada en la redistribución de la riqueza y el
reconocimiento social y político de los sectores sociales desfavorecidos.

Esta renovación en la geografía política regional se vio acompañada por una lógica
discursiva y un compromiso político por una reactualización del pensamiento
emancipatorio, reactivando el proceso de integración regional, que fue (re)
considerado como eje de un nuevo modelo de desarrollo para la región. Retomando los
sueños de aquellas figuras emblemáticas de la historia latinoamericana, donde la
voluntad de ser sujeto y de construir una identidad autónoma de América Latina se
construyó como un sueño precursor, los líderes de la región (re) pensaron una
integración autónoma, soberana e inclusiva. El relanzamiento de un MERCOSUR
social y productivo, que supere la lógica estrictamente economicista que impregnó los
lineamientos del bloque en sus orígenes; la identidad política propia de la UNASUR; y
la apuesta por el ALBA y la CELAC dan cuenta de la reinvención del sueño de la Patria
Grande y del desafío de la naciones latinoamericanas por construir un escenario
internacional multipolar.

En el marco de este cambio de paradigma, algunos países fueron más allá en la


radicalización de las transformaciones de sus estructuras políticas, sociales,
económicas y culturales, planteando escenarios disruptivos y cambios más profundos.
Así lo requerían las características excluyentes de su memoria histórica. Las reformas
constitucionales en Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009) han
significado una ruptura con los patrones del constitucionalismo liberal, al refundar la
relación entre el Estado, la nación y la sociedad en el marco de un modelo incluyente.
También se propusieron reconstruir el espacio democrático, redefinir el sistema
económico desde un punto de vista social, solidario y colectivo; fortalecer los derechos
civiles, políticos y sociales; promover la articulación del tejido social a través del
reconocimiento de la pluralidad étnica; e implementar mecanismos de democracia
ampliada y participativa (Peña y Lillo, 2009).

Todos estos procesos de cambio no se desarrollan en un sentido único y lineal, sino que
tienen lugar en el medio de tensiones y resistencias (propias y ajenas), con avances y
retrocesos. Los bloques conservadores de estos países han promovido distintas
acciones desestabilizadoras -que oscilan entre intentos de golpes de Estado
institucionales, como en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Paraguay, este último donde
finalmente se logró destituir a Fernando Lugo; y ensayos de golpes de mercado, como
en el caso de Argentina- y, a partir de distintas tradiciones teóricas, han acusado a estos
gobiernos de avasallar las reglas e instituciones democráticas, instaurando el mito de
las nuevas dictaduras latinoamericanas. Pero la restauración conservadora parece
encontrar un obstáculo en el sentir de los pueblos ya que no sólo en los últimos años los
gobiernos de la región han asumido segundos y hasta terceros mandatos en elecciones
democráticas, libres y transparentes, a partir de un masivo apoyo popular, sino que han
avanzado hacia procesos de democratización e inclusión radical.

La década que viene será una década de desafíos para los países de la región,
vinculados principalmente con la definición y concreción de los alcances de un modelo
neo-desarrollista que avance en mayores grados de industrialización y tecnologización
de la estructura productiva, en economías aún fuertemente primarizadas. Fortalecer
esta matriz de desarrollo será clave para alcanzar mayores niveles de inclusión,
soberanía y autonomía en la región.

Bibliografía:
JUNIO, J.C. (2014) "Nuestra América y el “cambio de época”: logros, acechanzas y desafíos", en La
revista del CCC [en línea]. Enero / Junio 2014, n° 20. Actualizado: 2014-07-22 [citado 2014-11-12],
Disponible en Internet: http://www.centrocultural.coop/revista/articulo/450/. ISSN 1851-3263.

LACLAU, E. (2006) “Consideraciones sobre el populismo latinoamericano”, en Cuadernos del


CENDES, Año 23, N° 62, Tercera Época, Caracas, mayo-agosto 2006, pp. 115-120.

PEÑA Y LULO, J. (2009) “Procesos constituyentes en el mundo andino. Bolivia y Ecuador en


perspectiva comparada” en OSAL, Año X, N° 25, abril, CLACSO, Buenos Aires.
INTERNACIONAL
HUGO CHAVEZ

“ALCA, ALCA... ¡Al Carajo!” (2005)


DISCURSO DE HUGO CHÁVEZ EN MAR DEL PLATA CLAUSURA DE LA
TERCERA CUMBRE DE LOS PUEBLOS DE AMÉRICA

Estadio Mundialista de Mar del Plata, Argentina

Viernes, 4 de noviembre de 2005

Presidente Chávez: ¡Qué algarabía! ¡Qué vivan los pueblos de la América Latina y el
Caribe

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: ¡Qué viva la Argentina!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: Un abrazo bolivariano, sanmartiniano, guevarista, peronista,


evitista ¡Qué viva Eva Perón!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: Ya se va el agua, me dijo nuestra amiga Blanca Chancoso que


había que soplar tres veces para que el agua se vaya, hay que soplar hacia arriba tres
veces, se va el agua y nos quedamos aquí nosotros los pueblos de la América, diciendo
¡viva la vida!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: ¡Viva la Patria!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: ¡Viva la Patria grande!

Asistentes: ¡Viva!
Presidente Chávez: Los saludo a todos con especial emoción, afecto y cariño, ¡pero
cómo hay gente aquí! Miren ustedes: ¡arriba esas banderas! Un abrazo al pueblo
argentino, esas banderas argentinas, esas banderas cubanas, esas banderas
venezolanas, esas banderas uruguayas, esas banderas paraguayas, esas banderas
bolivianas, esas banderas brasileñas, esa bandera de la América unida y grande.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Quiero saludarlos a todos y a todas y agradecer a Silvio y a todos


estos cantores que nos han bañado de canciones, que nos han bañado de amor, a Daniel
Viglietti, Silvio Rodríguez, Amaury, a todos ellos, a todos ellos que nos han venido a
cantar, a Daniel, a todos, gracias por esas canciones, gracias por esos versos, gracias
por esa esperanza y gracias a ustedes por haberme invitado a este acto, a este encuentro
de pueblos.

Yo me siento verdaderamente honrado al estar aquí, al estar aquí con ustedes


compartiendo este día histórico, saludo a Diego Armando Maradona, el Pibe...

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Ven acá Diego, ven acá, dile algo a este pueblo, Diego.

Diego Armando Maradona Que los quiero mucho, gracias por estar aquí. Echemos a
Bush.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: ¡Viva Diego! ¡Viva Maradona! ¡Viva el pueblo!

Presidente Chávez: Estuve viendo la entrevista que le hizo Diego Armando hace unos
días a Fidel, tremenda entrevista, tremenda entrevista que le hiciste a Fidel Castro.

Asistentes: Gritos, algarabía.

Presidente Chávez: Puedo decirles una cosa, entrando al estadio, hace ya una hora
aproximadamente, sí, eran como las 12 y tanto, me dan un teléfono, yo venía saludando
a mucha gente ahí, sobre todo a esa juventud que anda desbordada... ¡Viva la juventud!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: Esa juventud que vuelve a levantarse por todas partes. Allá están
los Barrios de Pie. Oigan, quiero que se den cuenta de una cosa: Blanca Chancoso tiene
razón, se fue el agua, ve; por si acaso vamos a soplar otra vez.

Bueno, les decía que me pasan un teléfono, una camarada cubana se me acerca y me
pasa un teléfono y yo bueno... ¿con quién voy a hablar yo?
-Hable, hable a ver.

Era Fidel.

Presidente Chávez: Fidel está desde que amaneció en una silla que yo le regalé, una
silla muy cómoda de madera de samán viendo, porque desde aquí estamos
transmitiendo en vivo y en directo para el mundo entero, entre otros por Telesur, al
mundo entero está saliendo este acto histórico aquí en Mar del Plata. ¡Vamos a hacerle
una bulla al mundo! ¡Que viva el mundo nuevo! ¡Que vivan los pueblos del mundo!

Asistentes: ¡Viva! Aplausos.

Presidente Chávez: Bueno, ¿quieren que les diga lo que me dijo Fidel? Él me dijo,
primero que estaba muy emocionado viendo el acto, la marcha que ustedes hicieron
desde esta madrugada, el Tren del Alba, Maradona se vino en el tren ¿a qué hora fue
que salieron? A media noche, en el tren ¿cómo es que se llama? El tren... el plateado, se
vino Maradona, venía de maquinista Diego Armando Maradona, venía directo con el
Tren del Alba. Bueno, Fidel estaba viendo el tren, viendo el tren, amaneció viendo el
tren, la marcha de ustedes y este día histórico aquí en Mar del Plata y bueno, unos
comentarios, me encargó que les saludara y que aunque él físicamente no está aquí,
está aquí con nosotros.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Además ¿saben cuál fue la despedida? Como yo venía entrado le
dije: bueno después te llamo, porque él se guinda y habla tres horas por teléfono,
entonces le digo -Mira yo te llamo más tarde, vamos a despedirnos, estoy entrando al
estadio, y le digo como venceremos!” ¿Y ustedes saben cómo se despidió Fidel?, se los
voy a decir porque le oí la voz muy emocionada y además como un trueno, se despidió,
la voz se despidió como un trueno que cruzó el Caribe, cruzó el Orinoco, cruzó el
Amazonas, cruzó el Río de la Plata y llegó aquí, me dijo: “Chávez, ¡viva el Che, carajo!
¡Viva el Che Guevara!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: Bien, nosotros, camaradas, compañeros, amigas, amigos todos,


hemos venido aquí hoy a muchas cosas, a caminar, a marchar, a saltar, a cantar, a gritar,
a luchar, pero entre tantas cosas de las que hoy hemos venido a hacer aquí en Mar del
Plata hoy y cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en
Mar del Plata está la tumba del ALCA.

Asistentes: Algarabía, gritos.

Presidente Chávez: La tumba del ALCA.

Asistentes: Algarabía, gritos.


Presidente Chávez: Vamos a decirlo: ¡ALCA, ALCA, Al carajo!, ¡ALCA, ALCA, Al
carajo!

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: ¿Quién enterró al ALCA?, los pueblos de América enterramos al


ALCA, hoy, aquí en Mar del Plata.

Blanca Chancoso, la saludo a ella y a lo que representa, a la dignidad de los pueblos


indígenas de este continente, agradezco sus palabras y además Blanca me ha entregado
una copia de las conclusiones y las resoluciones de esta maravillosa III Cumbre de los
pueblos, me llevo esas conclusiones, resoluciones de los pueblos, para difundirlas, y no
sólo para difundirlas sino para luchar por ellas, para hacer realidad los sueños de tantos
y de tanto tiempo y de tanta gente, además a lo mejor cuando me toque hablar allá en la
otra cumbre, la que se va a inaugurar a las cuatro de la tarde, a las tres y media, a lo
mejor seguramente me a servir de mucho, de inspiración y le informaré a mis colegas
presidentes que he recibido estas conclusiones, pudiéramos sacar copias para
repartirlas allá en aquella Cumbre de Presidentes y de Jefes de Gobierno para que todos
estemos al tanto de las conclusiones y las resoluciones de nuestros pueblos. Quiero
saludar también a un eminente compañero, luchador indígena también: Evo Morales,
está con nosotros aquí hoy en la Cumbre de los Pueblos, Evo, un abrazo, ven acá
hermano, dile algo a la gente.

Evo Morales Muchas gracias comandante, mi saludo revolucionario a todo el pueblo


antiimperialista, que sigan en esta gran lucha para liberar a Latinoamérica, muchas
gracias.

Presidente Chávez: Gracias Evo, ese aplauso de los pueblos para este gran luchador
social, revolucionario, que representa, así como Blanca Chancoso, ellos y ellas
representan a la estirpe más profunda de nuestros pueblos, nuestra raza aborigen,
Tupac Amaru, Tecún Umán, Guaicaipuro, Atahualpa. ¡Que vivan los indios de
América!

Saludamos también a los organizadores de este maravilloso evento y permítanme


humildemente felicitarlos por la demostración de unidad, unidad, unidad, -decía
Bolívar- unidad, esa debe ser nuestra divisa, sólo unidos podremos derrotar al
imperialismo y levantar a nuestros pueblos hacia una vida mejor, sólo unidos
podremos hacerlo.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Saludos también a Edgardo de Petri, dirigente sindical y diputado


nacional; Miguel Bonasso, diputado nacional y organizador de este evento junto con
Edgardo; Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, hermano y amigo, nuestro
Adolfo, un abrazo, compañero, como dice el tango, le voy a cambiar una palabrita al
tango hoy, perdónenme ustedes, pido perdón, en vez de decir "adiós muchachos”, digo
“hola muchachos compañeros de mi vida”. Hola muchachos compañeros de mi vida,
Luis D’Elía, diputado provincial; quiero saludar a Hebe Bonafini, gracias por sus
mensajes, por sus palabras, y a todas nuestras madres de la Plaza de Mayo, ¡que vivan
las madres de la Plaza de Mayo!, sus hijos, sus hijos somos nosotros también, sus hijos
no se perdieron, se transformaron en un pueblo y aquí están vivos en el pueblo
argentino y e n los pueblos de la América que se levantan de nuevo diciendo ¡no! al
imperialismo, diciendo ¡no! al fascismo, diciendo ¡no! a la intervención, diciendo ¡no!
a la muerte; Rafael Follonier, compañero, amigo y viceministro del interior de la

República Argentina; saludamos a Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea


Nacional del Poder Popular de la República de Cuba y a toda la delegación cubana,
¿dónde estará Lazarito? ¿Dónde está Lazarito? ¡Epa, Lazarito!, amigo mío, ven acá
Lazarito, les voy a presentar a un amigo, yo una vez tenía una novia y él me la quitó,
Lazarito, por ahí viene Lazarito, quiero que Lazarito, este muchacho cubano nos dé un
saludo, Lazarito, un abrazo primero.

Lazarito A los hermanos de Latinoamérica, un mensaje rápido, como dijera el


Comandante, saludo solidario desde el pueblo de Cuba, que los quiere y los acompaña
y nunca los abandonará ¡viva la unidad Latinoamérica! ¡Vivan los pueblos de América
Latina! ¡Patria o muerte! ¡Hasta la victoria siempre! Hermanos.

Presidente Chávez: Me está preguntando que si no hay más novias para quitarme otra,
no, tú me quitaste la que yo tenía, ya tiene bigotes Lazarito, un abrazo a ti y a toda
Cuba. Bueno, eso es lo que viene: los niños y los jóvenes, los niños y los jóvenes que
son el futuro. Lazarito La gorra que identifica a la delegación cubana, usted es un
cubano también para nosotros.

Presidente Chávez: Gracias, Lazarito. Me pongo la gorra, estamos preparando todavía


un juego, ahora será de fútbol: Maradona contra el equipo de Fidel, pero tú juegas para
mí, porque en béisbol con Cuba me rindo, pero en fútbol va a ser la revancha. Abel
Prieto, ministro de Cultura de la República de Cuba, le saludamos; y a todos quienes
han venido,

Relaciones Exteriores de Venezuela con nosotros; Róger Capella, el Embajador de


Venezuela en Argentina; a todos, miembros de la comitiva oficial que me acompañan;
María, mi hija que está con nosotros les manda también un saludo; Daniel Viglietti y
Víctor Heredia y demás músicos y cantores, personalidades especialmente invitadas,
invitados; movimientos sociales del continente; Federación de Tierra y Vivienda. Está
con nosotros el Frente Transversal Nacional y Popular Central de los Trabajadores
Argentinos, Movimiento Barrios de Pie, Partido de la Revolución Democrática,
Movimiento Territorial de Liberación, Federación Nacional de Salud, Madres de Plaza
de Mayo, Movimiento 26 de Julio, Movimiento Peronista Auténtico, Movimiento de
Trabajadores Desocupados Eva Perón; a todos, a todos ustedes un abrazo, compañeros,
camaradas, compatriotas.

Bueno, ya van a ser las dos de la tarde, allá tengo el reloj, ¡menos mal que lo tengo al
frente!
Miren, por cierto que, hablando de Eva Perón, yo cada día soy más evista, yo estoy
leyendo a Eva, a Eva Perón, grande mujer de esta tierra, inspiración para las luchas que
estamos dando y que habrá que dar.

Esta mañana me preguntaba un periodista, llegando al hotel donde nos hemos alojado,
me preguntaba qué opinaba yo acerca de una publicación que salió ayer, una de tantas
publicaciones que salen, sobre todo las de Norteamérica, antier salió una publicación
según la cual el Pentágono está haciendo planes, planes militares para agredir a
norteamericano, en su desesperación... no olvidemos lo que decía Mao Tse Tung, que
en lo estratégico el imperialismo termina siendo tigre de papel, tigre de papel; por eso
no hay que temerle al imperialismo, los pueblos del mundo libre estamos en capacidad
de derrotar a mil imperios, como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia.
Pero el imperialismo en su desespero pretende, como ha pretendido desde hace ya
varios años, detener la Revolución Bolivariana, como pretendió durante mucho
tiempo, casi medio siglo detener la Revolución Cubana. Así como fracasó el
imperialismo norteamericano en su intento de detener la Revolución Cubana, igual
fracasará en su intento de detener la Revolución Bolivariana en Venezuela.

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: Pero me preguntaba este periodista sobre el tema, y además, pues,
yo sé que es absolutamente cierto, los planes militares para agredir a Venezuela están
en plena preparación. Ahora, ¿qué respondía yo al periodista? Le respondía con una
gran verdad: si al imperialismo norteamericano en su desespero se le ocurriera invadir
a Venezuela, comenzaría en estas tierras la guerra de los cien años.

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: Y estaba recordando, por cierto a Eva Perón. Eva Perón, cuando
dijo ella, toda digna, toda libertaria, toda patriota, dijo, lanzó aquella frase que el
pueblo argentino conoce mejor que nadie pero que habrá que repetir una y mil veces en
toda esta tierra desde el Río

Grande hasta la Patagonia, aquella frase: “La Patria será libre o la bandera flameará
sobre sus ruinas...”, ¡más nunca seremos colonia norteamericana!

Asistentes: Cánticos.

Presidente Chávez: Esta mañana también, llegando ahí al hotel me consigo a un grupo
de personas, deben estar aquí, seguramente, y a una de ellas quiero saludarla porque
conversé con ella unos minutos, ellos vinieron de San Salvador de Jujuy, de allá
vinieron: campesinos, agricultores, una maestra de escuela, ella se llama María
Eugenia Villada, quiero saludarla porque me dio un abrazo infinito y me habló de su
padre, Carlos Eulogio Villada, quien era dirigente del Partido Comunista Argentino y
desapareció en la madrugada del 24 de noviembre de 1976 en la ciudad de San
Salvador de Jujuy, su esposa Guillermina Castro, y su hija María Eugenia lo mantienen
en la memoria, y yo le decía no sólo en la memoria, está presente aquí con nosotros y
con él todos los desaparecidos de las dictaduras militares imperialistas que asesinaron a
estos pueblos durante tanto tiempo.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: María Eugenia además es cantante, es cantora, me cantó El


Carnavalito, Quebradeño Carnavalito.

Bueno, cuántas cosas por decir aquí hoy, les traigo un saludo del pueblo venezolano,
un abrazo así, el corazón de Venezuela, sólo traigo para compartirlo con el pueblo
argentino y los pueblos de nuestra América.

Un saludo muy especial a la delegación venezolana, de los movimientos sociales que


en Venezuela hoy impulsan desde abajo, desde nuestras raíces la Revolución
Bolivariana.

Ahora, fíjense, además de enterrar aquí el ALBA como hoy lo estamos enterrando,
enterradores nosotros; además de eso siempre he dicho, en primer lugar a los
venezolanos, ahora me atrevo a decirlo más allá de Venezuela, nosotros, a nosotros, los
hombres, las mujeres de este tiempo de comienzos del siglo XXI, nos toca,
compañeros, compañeras, camaradas, una doble tarea histórica: nosotros tenemos que
ser los enterradores, no sólo del ALCA porque el ALCA, porque el ALCA fue una
propuesta, una de tantas propuestas, pero es vieja esa propuesta, antier se llamó de una
manera “Iniciativa para las Américas” la llamaron por allá por 1990, pero ya en el siglo
XVIII, naciendo aquella gran república, aquel gran estado que luego se convirtió en
imperio, nació con las garras del águila imperial, lamentablemente desde el inicio,
desde hace 200 años pues, Thomas Jefferson, uno de los creadores de aquel estado
norteamericano lo dijo, lo dijo, lanzó el plan imperialista Thomas Jefferson, dijo que
Estados Unidos tenía como destino tragarse, -así mismo lo dijo, con esa expresión-
tragarse una a una las nacientes repúblicas antes colonias españolas, desde entonces
viene el plan anexionista, colonialista de Estados Unidos, así que nosotros no sólo
debemos ser enterradores del ALCA sino enterradores y en mucha mayor dimensión,
complejidad y profundidad, del modelo capitalista desde hace tanto tiempo.

La batalla del ALCA, la batalla del ALCA, que como bien decía Hebe Bonafini sin
duda que la hemos ganado, pero ¡cuidado!, eso es sólo una batalla, eso es sólo una
batalla de tantas batallas pendientes que nos quedan para toda la vida, ahora, decía que
tenemos una doble tarea, enterrar el ALCA y el modelo económico, imperialista,
capitalista por una parte, pero por la otra a nosotros nos toca, compañeros y
compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los
parteros de la nueva integración, los parteros del ALBA, la Alternativa Bolivariana
para las Américas, para los pueblos de América, una verdadera integración liberadora,
para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz, sólo nosotros unidos
podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo
XXI, un nuevo proyecto histórico socialista, lloran los pueblos de la América, nos toca
a nosotros, yo estoy seguro de que ya en la América está engendrado el nuevo proyecto
histórico del socialismo del siglo XXI, lo ha engendrado el vientre de América, ahora
pujemos nosotros para parirlo, para darle vida, para perfilarlo. Rosa Luxemburgo lanzó
aquella expresión: “Socialismo o barbarie”, hoy se hace más dramática la expresión y
hay que repetirla: “Socialismo o muerte”, “Socialismo o barbarie”.

Y permítanme, compañeros, compañeras, hermanos y hermanas, reflexionar sobre este


punto lo siguiente, la construcción del socialismo es para nosotros razón de vida,
impulso ideológico político, pero hay que decir que ni siquiera eso se queda allí, no se
trata sólo, ya hoy, de un salvar la vida en este planeta, porque el modelo capitalista, el
modelo desarrollista, el modelo consumista que desde el Norte han impuesto al mundo
está acabando con el planeta Tierra y que se sepa, no tenemos ningún planeta cercano
así para que emigremos hacia allá, parece que el planeta Marte estaba más cerca en
estos días, me decía mi hija pequeña de ocho años anoche despidiéndonos: “Papi
asómate para que veas el planeta Marte, está un poco más cerca”, pero hasta ahora se
conoce que no hay vida en Marte, parece que hubo vida en Marte, han conseguido
rastros, señales, incluso vapor de agua, pero parece que en Marte se instaló en alguna
época el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Consenso de
Washington y acabaron con ese planeta, esto pudiera ser ciencia-ficción, pero bien vale
la pena lanzar hipótesis, el planeta, nuestro planeta, el único que tenemos a la mano
para vivir nosotros y las futuras generaciones, nuestros descendientes, está siendo
destruido en nuestras propias narices por el modelo capitalista del desarrollismo
destructor, esto es muy evidente, pero los principales líderes del mundo y de los países
desarrollados no quieren ver la realidad, la mayor parte de ellos porque el mundo está
gobernado por los intereses económicos de las grandes transnacionales y sabemos bien
cómo la ambición capitalista ciega, la ambición capitalista borra no sólo la vista, los
sentidos y la conciencia; yo, cristiano como soy siempre he dicho que el primer gran
capitalista de nuestra era fue Judas Iscariote, que vendió a Cristo por unas monedas, y
el primer gran socialista de nuestra era se llamó Jesús, el Redentor, el Nazareno
crucificado que vino a anunciar el reino de la igualdad, el reino de la justicia y de la
paz, pero no es mentira, no es ninguna exageración de un grupo de científicos
enloquecidos, no, está a la vista: se están deshelando los polos, hace poco leíamos un
informe de una revista científica muy prestigiosa que dice que si no hay algún cambio,
si no hay algún cambio, si no se hacen cambios en el manejo de los factores que están
influyendo al clima y al recalentamiento de la Tierra, dentro de 100 años el océano
Ártico ya no tendrá hielo, por ejemplo. Está elevándose el nivel de las aguas de los
océanos, se están recalentando las aguas de los océanos y una de las consecuencias la
están sufriendo sobre todo los pueblos del Caribe, los pueblos de Centroamérica y el
mismo pueblo de Estados Unidos: esos huracanes endemoniados que arrasan pueblos
enteros tienen muchas causas, pero la causa fundamental de la furia endemoniada y la
fuerza inusitada que ahora adquieren estos animales es el recalentamiento de las aguas
de los océanos. La capa de ozono sigue abriéndose, es decir, en verdad no es una
exageración, está en riesgo la vida futura en el planeta. De eso debemos convencernos
y convencer cada día a más personas en el mundo, porque sólo la conciencia y la acción
de los pueblos salvarán la vida en el planeta, yo sí estoy seguro de que salvaremos la
vida para las futuras generaciones y que tendremos un mundo mejor, nuevo y distinto,
estoy seguro de que lo lograremos, pero nos toca a nosotros la batalla.

Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Hace poco estaba comenzando a leer uno de los tantos libros
maravillosos, que están saliendo muchos libros, muchos libros, y hay que hacer
esfuerzos por editar muchos libros y difundirlos gratuitamente por todas partes. En
Venezuela estamos haciendo esto, este año hemos editado 25 y más millones de libros
totalmente gratuitos, pues, Cuba tiene muchos años editando libros, millones y
millones de libros para que el pueblo lea, para que los pueblos lean, se enteren; cómo
no recordar aquí hoy a ese grande, nuestro José Martí. José Martí lo dijo muy claro:
“Ser cultos para ser libres.” Un pueblo culto es un pueblo libre.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Y años, años atrás, ese otro grande, Simón Bolívar lo había dicho,
sólo que por el reverso de la moneda, por la otra cara de la moneda, Bolívar lo dijo con
una claridad impresionante: “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia
destrucción...” “Un pueblo culto, dijo Martí, es instrumento hermoso de su propia
liberación...”

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Así que se trata de salvar la vida. Yo decía que estaba leyendo a
Noam Chomsky, ese buen escritor, yo recomiendo leer todo lo que les llegue a la mano
de Noam Chomsky, léanlo, léanlo, no duerman, no importa, los pocos ratos libres que
uno pueda tener, leer, leer, pensar, pensar y pensar, escribir, escribir y escribir.

Noam Chomsky, uno de sus más recientes libros, no sé si incluso el más reciente,
fíjense en el título: Hegemonía o supervivencia. Y está muy claramente planteado, es el
mismo tema de Carlos Marx: socialismo o barbarie, es el mismo planteamiento sólo
que Chomskv precisa claro, han pasado más de cien años. Chomsky precisa, enfoca el
problema de este momento histórico del mundo: "O la hegemonía norteamericana o la
supervivencia en el planeta...” Una de dos, escojamos los pueblos del mundo cuál es el
destino para nuestros descendientes, porque siempre digo también que ya no se trata de
nosotros, ya nosotros mal que bien hemos vivido, pero ahí están nuestros hijos, ahí
están nuestros nietos y los que no han nacido y los que siguen naciendo, se trata de
ellos: hegemonía o supervivencia, dice Noam Chomsky.

Y me llama la atención, viendo el índice del libro, uno de los primeros capítulos o
temas que él toca allí, me llamó la atención y me fui directo allí a ver qué es lo que dice
Chomsky, porque es una idea que llama la atención, de inmediato él dice que las dos
superpotencias mundiales que hoy existen, uno tiene la idea de que hay una sola
superpotencia ¿verdad? Así que la idea como que descoloca a cualquiera. Pero me voy
directo a ver qué es lo que plantea Chomsky y lo dice: hay dos superpotencias
mundiales hoy en el planeta, una amenaza con destruir al mundo, esa es la
superpotencia estadounidense, la otra, la otra superpotencia está naciendo, pero no es la
Unión Soviética, no es ningún territorio, dice él, ningún país, ningún grupo de países,
no, esa otra superpotencia, dice Chomsky, que se está levantando y puede salvar al
mundo es la opinión pública de los pueblos, valga la redundancia, la opinión de los
pueblos del mundo, la opinión pública mundial, movilizada, consciente, ¡le toca la hora
a los pueblos de la Tierra de salvar la vida en el planeta y salvar la vida de las futuras
generaciones! Nos tocó a nosotros, pues, derrotar al imperialismo, a todos los imperios.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Allá en mi pueblo, yo nací, ustedes saben, al sur de Venezuela, en


un campo, yo soy campesino de nacimiento y de crianza y por allá hay un dicho que
dice: “A cada cochino le llega su sábado...” Aquí también, somos igual de campesinos
todos. Bueno, a cada imperio le llega su sábado también, a cada imperio le llega su
sábado...

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Y yo no digo que estemos ya en sábado, pero pudiéramos estar de


jueves para viernes, vamos rumbo al sábado. Vamos a proponernos como meta de
nuestra vida que cuando nos toque irnos de aquí, antes de que nosotros nos vayamos de
aquí como generaciones, aquí están juntas varias generaciones, la generación, hay
algunos por ahí de los 40, de los 50, de los 60, de los 70, de los 80, y hasta ahí. Cuando
nosotros como grupo humano nos convirtamos en tierra de estas sabanas tan bellas que
veía esta mañana aterrizando, de Mar del Plata; o en agua del río de La Plata, o piedra
de las sabanas de Venezuela o de cualquier parte, cuando nosotros nos vayamos de
aquí ya el imperialismo norteamericano, si no ha desaparecido debemos dejarlo como
un verdadero tigre de papel y que se levanten por todas partes los pueblos de la Tierra,
como tigres de acero, defendiendo la soberanía, la vida, la dignidad, el futuro, tigres de
acero, tigres de acero somos los pueblos, no hay imperialismo que haya sobrevivido
cuando los pueblos nos decidimos a ser libres, y uno ve por todos lados que los pueblos
resucitan, hay que seguir alentando, por eso este acto que ustedes... Miguel Bonasso
me dijo que tiene una semana sin dormir, pero esa es la batalla, esa es la batalla:
hombres y mujeres que han organizado este evento, les admiro, les admiro, todos los
que han venido marchando, los que han venido en el Tren del Alba, los que vinieron de
Jujuy en autobús, 24 horas, de toda la provincia de Buenos Aires, del Uruguay, del
Paraguay, de Argentina, de Chile, de Bolivia, de Ecuador, de Venezuela, de Brasil, de
Colombia, de Centroamérica, del Caribe, de Cuba, de Norteamérica, hay
norteamericanos aquí también. Quiero saludar a la delegación norteamericana que ha
venido a este evento y pido para ellos! un aplauso, un aplauso de reconocimiento y de
hermandad al pueblo de Estados Unidos de Norteamérica. ¡Qué viva el pueblo de
Estados Unidos!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: Ese es un pueblo hermano, ya Carlos Marx lo decía, y hay que
repetirlo: “Con el pueblo de Estados Unidos nosotros debemos contar para salvar el
planeta”. Sin el pueblo de Estados Unidos sería imposible salvar la Tierra. La
conciencia de Martin Luther King está renaciendo en las calles de los pueblos de
Norteamérica.
Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: La conciencia de Malcolm X.

Presidente Chávez: Y de grandes luchadores, y aquel pueblo mezclado con la


latinidad, con los afroamericanos, los negros, los blancos, los indios.

Yo hace poco tuve la ocasión, cuando estuvimos en la otra Cumbre, aquella de


Naciones Unidas; me invitaron a visitar unos barrios en Nueva York y fuimos a varios
sitios, por allá por el Bronx. Mucha gente, mucha gente, y sobre todo mucha gente
pobre, afroamericanos y latinos la mayoría, pero también gente blanca, y vi mucha
conciencia allí, vi mucho liderazgo allí de jóvenes, de mujeres, organización popular,
escuelas populares, talleres populares; me vine muy impresionado de la fuerza de los
movimientos populares de Estados Unidos, los intelectuales, los pensadores, los
luchadores por un comercio justo y por el respeto a la soberanía de los pueblos. Vaya
nuestro reconocimiento. Hay un importante repunte de la conciencia, insisto, en el
pueblo de Estados Unidos.

Última hora: me informan desde Caracas. Una marcha en Caracas, más de 80 mil
personas han marchado hoy en contra del ALCA y del imperialismo y en apoyo al
Congreso de los Pueblos.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: ¡Viva el Congreso de los Pueblos!

Presidente Chávez: ¡Vivan los pueblos!

Asistentes: ¡Vivan!

Presidente Chávez: Ahora, decía hace un rato que la pala y el parto, el entierro y el
nacimiento. Allí hay que detenerse a pensar y a trabajar mucho y a actuar en
consecuencia, digamos que reduciendo ya el campo de visión y dejando la visión del
mundo por un momento y la expresión de Chomsky, de hegemonía o supervivencia y
enfoquémonos pues en nuestra América y en los pueblos de nuestra América.

Fíjense que hoy aquí en Mar del Plata además de lo que ya he dicho y lo que se ha
dicho, han venido a confrontarse dos viejos proyectos, dos viejos proyectos, hace un
rato les hablaba, recordando a Jefferson, también habría que recordar aquella expresión
de James Monroe en 1823: “América para los americanos.” América para los
americanos. Eran los mismos días, mientras James Monroe lanzaba la expresión
imperialista: “América para los americanos." Pero para ellos, porque pretendieron
quitarnos incluso el nombre de americanos, los hombres y mujeres de aquí de Mar del
Plata y de allá de la Patagonia son tan americanos como los de Nueva York, los de
Washington, los de Québec y los de cualquier rincón de este continente, somos todos
americanos.
Presidente Chávez: Ahora, les decía de dos proyectos, dos proyectos que desde allá
desde la punta más al norte de América hasta la punta más al sur del continente, desde
hace unos 200 años vienen confrontándose dos proyectos, pudiéramos sintetizarlo, así
como en el Norte lo lanzaron Jefferson, Madison, Monroe; igual aquí en el Sur ellos
lanzaron su proyecto imperialista, anexionista. Y aquí en el Sur nuestro proyecto fue
lanzado desde entonces por hombres como Miranda, San Martín, Artigas, O’Higgins
Sucre, Bolívar, Manuela Sáenz; hombres y mujeres de esta tierra lanzaron un proyecto
hace 200 años.

Los venezolanos estamos preparándonos ya, e invitamos a todos nuestros pueblos


hermanos para que el próximo año 2006 conmemoremos en toda esta tierra los 200
años de la llegada de Miranda, el precursor de la revolución suramericana. Miranda,
aquel caraqueño universal, dijo Bolívar de él, el venezolano universal de todos los
tiempos. Miranda, aquel que estuvo batallando espada en mano en las tres grandes
revoluciones de su tiempo, porque fue comandante de tropas y combatiente en la
Revolución de la Independencia de Estados Unidos, ahí estuvo Miranda batallando en
Pensacola, en Florida; en Las Bahamas, espada en mano, y fue amigo y conoció
personalmente a Washington, Madison y a aquellos hombres, y vio cómo nació aquella
unión de las antiguas trece colonias, y pensó Miranda entonces desde allá, 1784, 85,
86; pensó Miranda, y así lo escribió , que así como estaba naciendo en el norte de
América la unión que hoy es el imperio, había que luchar en Suramérica por conformar
también una liga de repúblicas; y fue Miranda el primero que utilizó el nombre de
Colombia, él propuso la unión colombiana en honor a Colón el “descubridor”. Miranda
después estuvo recorriendo el mundo y pasó por Moscú en tiempos de Catalina la
Grande y llegó a ser coronel de Rusia y a los pocos años aparece en París y tomó armas
a favor de la Revolución Francesa y llegó a ser Mariscal de Francia Revolucionaria,
amigo de Napoleón Bonaparte. Un día Napoleón Bonaparte, hablando de Francisco de
Miranda, dijo que era un quijote sin locura, y luego Miranda, ya a los 60 años, edad que
entonces era muy avanzada, la esperanza de vida de entonces era de 50 años, hoy en
cambio yo tengo 51 y soy un muchachito; Maradona cumplió 45 y es un pibe, y
Bonasso tiene 59, y Eva es una muchacha. Bueno. Pero Miranda a los 60 años, después
de haber sido comandante de tropas en la Independencia de Estados Unidos, después
de haber sido Mariscal de la Francia revolucionaria, después de haber estado en Cuba y
desde allí apoyó la independencia de Estados Unidos, con muchos cubanos que se
fueron de allá, hay gente en Estados Unidos que seguramente no sabe, la mayor parte
de ese pueblo no sabe que sangre cubana corrió en territorio norteamericano luchando
contra el imperialismo inglés para darle independencia a aquellos pueblos, después
Miranda se vino, hace 200 años, era 1806, en tres barcos con una pequeña tripulación y
una imprenta y tocó territorio de Estados Unidos, y tocó Haití, que era libre entonces, el
primer territorio libre del Caribe y de América, la República libre y negra de Haití.
Desde aquí enviamos al pueblo de Haití nuestra solidaridad de hermanos y de
compañeros, pueblo haitiano, pueblo heroico, pueblo mártir...

Presidente Chávez: Bueno, y Miranda, al final fue el Generalísimo de la Primera


República venezolana, y firmante de nuestra primera Constitución en 1811, y fue el
que ideó esa bandera amarillo, azul y rojo que hoy flamea en tres repúblicas
suramericanas: Venezuela, Colombia y Ecuador; y fue el ideólogo de la Unión del Sur,
uno de los primeros, tenía un periódico en Londres llamado El Colombiano que
circulaba en español, en inglés y en portugués. Por la casa de Miranda en Londres
pasaron casi todos los jóvenes que comenzaron a incorporarse a las filas
revolucionarias, uno de ellos Bernardo O’Higgins.

Bueno. Pero a lo que quiero referirme es que hace 200 años nació aquí un proyecto que
recorrió este continente, la unión de Suramérica, la unión del Caribe, la unión de las
repúblicas antes españolas; ese proyecto chocó con el proyecto del Norte, el proyecto
de la Patria grande, el abrazo de Bolívar y San Martín allá en Guayaquil, ahí se unieron
en una sola idea y en un solo proyecto, pero fíjense ustedes cómo terminaron todos
aquellos hombres y mujeres, los que llevaron la idea más allá del horizonte, los que se
fueron a la guerra de liberación, desde el Caribe hasta el Río de la Plata, los que
cruzaron los Andes una y varias veces, como San Martín los cruzó, como Bolívar los
cruzó; cómo terminaron aquellos hombres, San Martín: muerto en el exilio, O’Higgins:
muerto en el exilio, Artigas: muerto en el exilio, Bolívar casi asesinado y muerto
solitario en Santa Marta. Sucre: asesinado en Berruecos, Manuela Sáenz expulsada de
la Nueva Granada y de Venezuela, y murió anciana por ahí en un pequeño pueblo del
Perú; todos ellos, Abreu e Lima, el gran brasileño bolivariano, igual: murió solitario en
Pernambuco. El proyecto era crear repúblicas de iguales y de libres, repúblicas en
libertad y en igualdad, el proyecto era eliminar la esclavitud, eliminar la miseria,
eliminar la pobreza, la explotación; todos ellos fueron verdaderos revolucionarios, el
proyecto era además crear la unión o liga de repúblicas de la América meridional; en
esa dirección apuntó Bolívar cuando convocó al Congreso de Panamá en 1824.

El próximo año, por cierto, invito a que todos los pueblos de este continente
celebremos de manera activa, como lo estamos haciendo aquí hoy, y con congresos,
deliberaciones, proyectos, debates, propuestas, construcción del camino, en fin, el
próximo año, a 180 años del Congreso de Panamá, que era la propuesta de Bolívar para
unir, para lograr lo que él decía, un gran cuerpo político, un gran cuerpo político en el
Sur, y entiéndase que para nosotros el Sur es un concepto no sólo geográfico sino
político, ideológico, porque en una ocasión yo hablaba del Sur y algunos mexicanos
me decían: “Chávez ¿y nosotros?” O sea los mexicanos para nosotros son del Sur, este
es un concepto político, y esa es una de las grandes tareas que tenemos hoy nosotros:
recuperar la conciencia del Sur, como dice Mario Benedetti: “El Sur también existe.”
Nosotros somos el Sur de la Tierra, nuestro camino es el Sur.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Es decir, desde allá viene la confrontación del proyecto


imperialista de la Norteamérica y el proyecto liberador de nosotros, desde el Sur, los
del Caribe, y hoy ha recrudecido la confrontación, quién puede negarlo, en 1990,
después de la caída soviética y el Muro de Berlín, el imperialismo norteamericano
arremete, sale a la ofensiva, quiere cobrar, se siente victorioso, decretaron ellos el “fin
de la Historia”, el fin de las ideologías. Hoy apenas 15 años después tendremos que
decirles, como dice una vieja canción: “Las ideologías no estaban muertas, estaban de
parranda”. Decretaron el fin del socialismo. Hoy hay que decir: el socialismo no estaba
muerto, estaba de parranda, y aquí estamos los socialistas levantando de nuevo
nuestras banderas.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Luego lanzaron, en ese año 1990, la Iniciativa para las Américas,
Iniciativa para las Américas, era presidente de Estados Unidos mister Father, mister
Bush father era President en Estados Unidos. Él lanzó la llamada Iniciativa para las
Américas que bastante daño le hizo a la América Latina y al Caribe, porque
inmediatamente las élites de nuestros países, casi sin excepción... por supuesto que
siempre, como un tigre de acero, hemos tenido allí a la Cuba Revolucionaria que nunca
se rindió, que nunca se doblegó y que por eso la admiramos y la queremos tanto, a su
pueblo, a su liderazgo, a su líder y a su Presidente. Desde aquí vamos a mandarle una
bulla a Fidel Castro.

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: ¡Viva Fidel!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: El Che Guevara vive en estas tierras, en todos ustedes, en todos
nosotros. Bueno, entonces venía diciéndoles cuánto daño le hizo a los pueblos de
América Latina aquella Iniciativa de las Américas, el neoliberalismo, el Consenso de
Washington y el así conocido paquete de medidas del Fondo Monetario Internacional,
y en este continente casi todos los gobiernos se arrodillaron, hay que decirlo así,
indignamente se arrodillaron las élites de estos pueblos, o mejor dicho de estos pueblos
no, de estas repúblicas, se arrodillaron ante el imperio, y fue así como una oleada
macabra comenzó la orgía privatizadora en estas tierras, y muchas, muchísimas
empresas de los estados...

Asistentes: Cánticos.

Presidente Chávez: Ustedes saben que a mí no me gusta meterme con nadie, pero el
que se mete conmigo yo me meto con él. Hay una copla allá en las sabanas de mi tierra,
que también es de ustedes, que dice así:

Yo soy como el espinito/


que en la sabana florea/
le doy aroma al que pasa/
y espino al que me menea.

Entonces, a mí no me gusta meterme con nadie pero el que se mete conmigo puede salir
obstinado.

El señor Menem...

Asistentes: ¡Asesino! ¡Asesino!


Presidente Chávez: El señor Menem hace poco ha dicho por ahí a no sé qué periódico o
televisora que Chávez es un populista, un demagogo, que ha engañado al pueblo
venezolano, etc. Bueno, yo a Menem le digo entonces desde aquí desde Mar del Plata:
¡Entreguista! ¡Bastardo!

Asistentes: Ovación.

Presidente Chávez: ¡Cipayo!

Asistentes: Ovación.

Presidente Chávez: Bueno, uno de los países que precisamente sufrió más, sufrió más,
hasta los huesos, y eso nos duele mucho decirlo, de aquella iniciativa para las
Américas, de aquella orgía privatizadora fue precisamente la gran nación argentina,
que fue entregada la élite argentina entregó esta República, ¡pero hoy Argentina se
levantó de nuevo y levanta la bandera de la libertad! ¡Qué viva Argentina! ¡Qué viva la
Patria de San Martín, la Patria del Che, la Patria de Perón, la Patria de Evita, la Patria
de nosotros! ¡Viva Argentina! ¡Te amo Argentina!

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: Todos nuestros pueblos sufrieron de aquella Iniciativa para las
Américas, aquel Consenso, el Consenso de Washington. En Venezuela comenzó
temprano la resistencia contra el Consenso de Washington, porque apenas estaban
preparando los papeles de la propuesta del Consenso de Washington, apenas estaban
preparando los documentos entreguistas al Fondo Monetario Internacional cuando el
27 de febrero de 1989 explotó Venezuela y el pueblo venezolano se fue a rebelión
contra el proyecto imperialista y el paquete neoliberal del Fondo Monetario
Internacional. En Venezuela comenzó temprano la resistencia, pero luego los pueblos
se han venido levantando uno tras otro. Y por cierto que yo les recomiendo a mis
colegas, les recomiendo a todos que no se acerquen mucho a Mr. Bush, eso es pavoso,
yo que se los digo, es pavoso, es pavoso. Por ahí le preguntaron esta mañana a mi
canciller Alí que si yo tenía alguna entrevista, alguna reunión con Mr. Bush, y entonces
él respondió, bueno, hasta ahora no nos ha pedido ninguna entrevista el señor Bush,
ojalá la pida ¿no? Es pavoso.

Miren, los pupilos de Bush en América Latina están cayendo uno a uno, uno a uno,
vean aquel Presidente de Bolivia, él dice que yo dizque lo tumbé, porque además me
echa la culpa a mí y a Fidel, aquel Sánchez porque él se entregó también, y los pueblos
ya no aceptan aquí presidentes entreguistas, ni presidentes arrodillados al
imperialismo. Los pueblos piden verdaderos líderes...

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Me dicen que hay aquí en este acto un grupo de ex combatientes de
la guerra de Malvinas, vamos a saludarlos. ¡Vivan Las Malvinas argentinas!
Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: ¡Viva la soberanía Argentina!

Asistentes: ¡Viva!

Presidente Chávez: Bueno, si yo sigo al ritmo que voy pudiera hablar aquí hasta las
seis de la tarde, pero ustedes saben que yo tengo que llegar allá...

Asistentes: Cánticos.

Presidente Chávez: Ahora veo por qué aquí no hay gordos, voy a recomendarles allá en
Venezuela que hagamos el mismo salto este, es bueno para mantener la forma física y
moral.

Miren, entonces yo voy a ir recortando mis reflexiones para ir redondeando algunas


cosas que no quiero dejar de decir aquí en el día de hoy, así como Silvio, Daniel y
Amaury generosamente acortaron su concierto, nos hubiese gustado seguir oyendo
esas canciones, pero igual, ¡por el tiempo! Fíjense, estos caminos vienen de lejos,
compañeros y compañeras, estos proyectos, el anexionista del Norte y el proyecto de
liberación del Sur hoy vuelven a estar confrontados como siempre, es una nueva hora,
es un nuevo momento el que estamos viviendo. Hace 200 años los padres libertadores
no pudieron, ellos no pudieron hacerlo, y Bolívar recogió en una frase profunda, en una
frase dramática aquella realidad dolorosa cuando dijo: “He arado en el mar....’’ ¿De
qué sirvió esta independencia?, decía Bolívar, muriéndose ya, ellos no pudieron, no
pudieron cuajar las repúblicas que querían, eliminando las desigualdades, los
privilegios, creando repúblicas de iguales y de libres; y luego, al mismo tiempo
uniéndolas en la liga de repúblicas para equilibrar con el Norte, con el Este y con el
Oeste; así los planteaba Bolívar cuando convocó al Congreso de Panamá en 1824. El
Congreso se reunió en el año 26 en Panamá, pero murió al nacer, él decía que era
necesario, era imprescindible conformar la Unión del Sur, una Liga de Repúblicas, en
lo político, en lo económico, en lo social y en lo militar, para luego ir en condiciones de
igualdad y de dignidad a negociar sobre la paz, la economía y la guerra, con el Norte,
con el Este y con el Oeste.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Esa estrategia, la estrategia de Bolívar, que era la misma de todos
ellos, esa estrategia; sólo que quizás Bolívar logró llevarla más lejos, logró clavar una
pica allá en Flandes, logró orientar la brújula mejor. Unir el Sur es imprescindible para
poder negociar en condiciones de igualdad y de dignidad con el Norte, y con el resto
del mundo; eso hoy tiene más vigencia que ayer. Hoy es más angustiantemente
necesario que ayer, nunca antes fue tan vital esta idea estratégica; por eso es que hace
cinco años hubo la Cumbre de las Américas, la tercera, en Québec, allá en Canadá, y
como Cuba no participa en estas cumbres de presidentes, porque parece que
“democráticamente” consultaron con alguien y “en democracia” se decidió que Cuba
no participara, creo que fue así; claro que Cuba sí participa porque Cuba está en nuestra
palabra, en nuestra voz y en nuestra moral. Cuba anda con nosotros.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Hace cinco años, allá en Canadá, el gobierno de Estados Unidos
logró que se aprobara, casi por unanimidad, lamentablemente, la propuesta del ALCA,
un Área de Libre Comercio para las Américas, y Venezuela fue el único país que en
solitario levantó esta misma mano para decir ¡no!, para decirle no a aquella propuesta,
pero todos los demás gobiernos aprobaron la propuesta, y fíjense lo que ha ocurrido,
allá en Canadá se aprobó un artículo, un párrafo de la declaración que siempre se saca
donde dice: “Las negociaciones para un Área de Libre Comercio de las Américas
deberán estar concluidas el primero de enero del 2005, y además el acuerdo o convenio
deberá estar activado a más tardar el 31 de diciembre de 2005”. Amaneció el primero
de enero de 2005 y el ALCA ¿dónde está? Ya viene el 31 de diciembre pueblos de este
continente, y al ALCA hoy le tocó su entierro aquí en Mar del Plata, hoy enterramos al
ALCA, en Mar del Plata se queda enterrado y bien hondo.

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: Ahora fíjense, en verdad que a mí me provoca quedarme aquí con
ustedes, pero compromisos de Estado me obligan ¿verdad?

Fíjense en una cosa, el ALCA está muerto, pero eso no quiere decir que el capitalismo
esté muerto, insisto en esa idea, al próximo que vamos a enterrar es al capitalismo, ese
es el próximo.

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: Para eso habrá que luchar mucho más duro, Simón Bolívar ofrecía
una fórmula: “Si queremos Patria entonces constancia y más constancia, paciencia y
más paciencia, trabajo y más trabajo...” ¡Unidad, unidad, unidad y más unidad!, para
tener Patria, para lograr nuestros sueños, para hacer posible la utopía, para lograr la
salvación de nuestros pueblos. ¡Unidad, unidad, unidad!

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Nosotros desde Venezuela hace varios años comenzamos a hacer
una propuesta que primero sonaba por allí tímidamente solitaria, y luego ha venido
tomando fuerza y suena como los tambores que ustedes tienen por allí, suena como las
cornetas de mil caballerías, porque no se trata sólo de decirle no al ALCA, se trata de
plantear y construir la propuesta alternativa, el camino alternativo y es allí donde
surgió nuestra idea, nuestra propuesta: el ALBA, Alternativa Bolivariana para los
pueblos de América. Es nuestro proyecto, es el proyecto de 200 años, es el proyecto de
San Martín, de Artigas, de O 'Higgins, de Miranda, de Bolívar, del Che, de Perón, de
Evita, es nuestro proyecto.
El ALBA... debo decirles que en diciembre pasado estuve por Cuba y allá Fidel y yo
firmamos, la República de Cuba y la República Bolivariana de Venezuela hemos
firmado un acuerdo: el ALBA, y estamos avanzando, Venezuela y Cuba hemos
avanzado con paso firme, con mucha voluntad política, con mucha participación
popular; necesaria la participación popular, con mucha voluntad social, con un gran
esfuerzo en lo económico, hemos dado pasos firmes en la construcción del ALBA, en
lo político, repito, en lo social, en lo económico, en lo tecnológico, y créanme que Fidel
Castro, que no cree en Dios, por supuesto, lo sabemos, yo sí creo en Dios, Fidel es ateo,
pero Fidel Castro ¿saben qué nombre le puso a una misión cubanovenezolana?:
“Misión Milagro", porque en verdad me dijo un día por teléfono: “Chávez, esto parece
un milagro.” La última expresión que le oí es: “Dios ayuda a Chávez y a...”

Asistentes: Algarabía.

Presidente Chávez: Creo que fue cuando hubo un huracán directo hacia

La Habana, y yo estaba pendiente, llamándolo, mira, no, iba a pasar sobre La Habana, y
el huracán faltando muy poco se desvió, y entonces lo llamo, mira, ¿y qué pasó?, ¿y el
huracán? Y me dice: “No chico, se desvió. Tú tienes razón.” Yo le dije, bueno, estoy
pidiéndole a Dios, Fidel, le estoy pidiendo a Dios, y entonces él dijo: “Tú como que
tienes razón: Dios ayuda a Chávez... y a sus amigos.”

Le pasó rozando el huracán.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Y una noche yo le dije, mira Fidel vamos a hablar de Cristo, y me
dijo: “Vamos, vamos a hablar”. Y al final, después de varias horas me dijo: “Chávez,
soy cristiano pero en lo social...” Bueno, somos cristianos en lo social, la igualdad, la
libertad: ¡eso es socialismo! Cristo, lo repito, fue para mí el primer gran socialista de
nuestra era; la libertad, la igualad, la moral socialista de la que tanto habló el Che
Guevara, de la que tanto ha hablado Fidel y cuántos otros, ustedes, muchos de ustedes,
algunos durante muchos años. Ahora la Alternativa Bolivariana para la América y para
los pueblos de la América debe ser construida desde abajo, con la participación de los
trabajadores, la clase obrera, los indígenas, los campesinos, los agricultores, los
estudiantes, las mujeres, los afrodescendientes, los profesionales, los artistas, los
cantores, los poetas, todos tenemos nuestra tarea; pero la Alternativa Bolivariana para
los pueblos de la América no será construida desde las élites, es desde abajo, desde
nuestras propias raíces, con nuestro sudor, con nuestro barro, como decía José Martí,
José Martí lo decía: “Hay que ser radicales...” Porque tenemos que ir a nuestras propias
raíces, radicales. Esa palabra la han satanizado: ‘‘...este es un radical”, y la han
asimilado como el “loco”, no, no, radical no es loco, yo soy un radical, radical, vamos a
ser radicales, radicales en nuestros principios, bien enraizados, de ahí viene la palabra,
de la raíz: radical, ¡radicalmente revolucionario! ¡Radicalmente humanista!
¡Radicalmente patriotas, de la Patria grande! ¡Radicalmente comprometidos con la
vida y con los pueblos!, ¡cada día más radicales!
El ALBA se construye desde las raíces. Por ejemplo, fíjense en una cosa para ir
detallando algunos elementos configurativos del ALBA, les hablaba de Cuba y
Venezuela, gracias al ALBA Cuba y Venezuela hemos hecho una alianza estratégica
donde el dinero no tiene para nosotros sino la importancia necesaria, no es la ganancia,
el ALCA lo que busca es consolidar el poder económico de las grandes transnacionales
y de las élites que han dominado estos países durante mucho tiempo, ese es el ALCA;
el ALBA busca la liberación de los pueblos, la redistribución del ingreso de nuestros
pueblos, la igualdad, el cambio del modelo económico productivo, la inclusión social,
que no haya excluidos, vean ustedes cómo la pobreza ha venido creciendo en América
Latina gracias principalmente al modelo capitalista y al Consenso de Washington.
Hace 20 años había en América Latina 200 millones de pobres, hoy hay 222 millones
de pobres, según las últimas cifras de la Cepal (Comisión Económica para América
Latina y el Caribe), hace 20 años había 50 millones de indigentes en América Latina,
hoy hay 100 millones de indigentes en América Latina; hoy se mueren 27 niños por
cada mil nacidos vivos por enfermedades que serían curables, en América Latina, cada
día hay más hambre, más miseria, gracias al modelo capitalista neoliberal que ha
azotado a estos pueblos sin clemencia, y cada día los ricos son más ricos, cada día las
élites se han enriquecido más, gracias al modelo neoliberal capitalista. El ALBA, les
decía, gracias al Acuerdo Estratégico Cuba-Venezuela por ejemplo, los venezolanos
hemos podido derrotar un mal de siglos: el analfabetismo. En menos de dos años entre
Cuba y Venezuela acabamos con el ! analfabetismo en Venezuela, gracias al apoyo de
la Cuba Revolucionaria, gracias a la Alternativa Bolivariana, que también es martiana,
para nuestros pueblos, en menos de dos años aprendieron a leer y escribir, y vaya cómo
aprendieron con calidad millón y medio de venezolanos, y ahora continuamos, todos
vamos rumbo al sexto grado. En Venezuela hombres de 90 años, mujeres de 85 años,
han aprendido a leer y a escribir, y Venezuela ha sido declarada, hace una semana,
Territorio Libre de Analfabetismo por la Unesco, con el método cubano “Yo sí puedo”;
ese es el ALBA en América Latina, y esa es una de las propuestas que llevo a la
Cumbre de Mar del Plata, a la Cumbre de los Presidentes: que nos dejemos de andar de
cumbre en cumbre, y de estar dando discursos y más discursos, y papeles y más papeles
y que nos vayamos directo a luchar contra el analfabetismo, ¡carajo!, que lo podemos
derrotar en pocos años.

En América Latina tenemos hoy cerca de 40 millones de analfabetas, y si hablamos del


analfabetismo funcional son casi 200 millones de analfabetas funcionales. ¿Cómo
puede alguien pensar que con esa carga tan terrible, con ese peso tan grande que
nuestros pueblos cargan hace siglos producto de la esclavitud, la explotación, la
dominación; cómo puede alguien pensar que mientras no derrotemos el analfabetismo
podremos salir adelante? No, no podremos, no podremos, esa es una tarea prioritaria.
Incluso yo estaba recordando algo esta madrugada, volando de Caracas hacia acá,
leyendo algunos papeles. Hace 44 años, fíjense ustedes en esto, hubo una cumbre muy
cerca de aquí, en Punta del Este, ahí en el Uruguay, y ahí a esa conferencia vinieron
todos los gobiernos del continente, incluyendo el de Cuba, y el representante cubano a
esa conferencia fue, por cierto, un argentino, que también fue cubano y es
latinoamericano, ustedes saben: el Che Guevara vino a Punta del Este representando, al
frente de la delegación cubana. En esa reunión habrá que recordar que el gobierno de
Estados Unidos de la época, el presidente de Estados Unidos en aquel entonces era
John Fitzgerald Kennedy, y a pesar de que yo no soy kennedista ni mucho menos, entre
otras cosas porque en ese gobierno ocurrió la invasión de Bahía de Cochinos, pero con
todo y eso, sin embargo, dijo Cristo un día: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que
es del César...” John Kennedy parece que comprendió parte de la realidad mundial de
aquella hora y lo dijo en un discurso ante el Congreso de Estados Unidos, dijo
Kennedy: “Hay una revolución en el Sur, y la causa de esa revolución es el hambre, es
la pobreza, no es el comunismo”. Tal cual lo dijo Kennedy, y entonces fue donde
propuso, ! además la propuesta llevaba por supuesto la carga política de frenar el
avance de la Revolución Cubana y de las revoluciones en estas tierras. Pero Kennedy
propuso allí en Punta del Este la “Alianza para el Progreso”. Dijo

Kennedy que a los planes militares de la contrainsurgencia había que acompañarlos


con un plan de reforma agraria y le propuso Kennedy a los presidentes de América
Latina que llevaran adelante un plan de reforma agraria; a Venezuela, incluso, fue con
Rómulo Betancourt y entregaron títulos de tierra. Hace poco yo conseguí por allá al sur
de Caracas unos hombres ya con una juventud acumulada de unos 80 años casi, que me
dijeron: “Chávez, yo recuerdo, aquí mismo vino, debajo de esa mata se paró Kennedy y
nos entregó unos papeles con Betancourt”. Kennedy propuso reforma agraria, entrega
de tierra a los campesinos. Kennedy propuso reformas fiscales, cobrar impuestos a los
más ricos, para r edistribuir los ingresos. Kennedy dijo -con una claridad
impresionante, desde su punto de vista, por supuesto- “Los que le cierran el camino a la
revolución pacífica, le abren al mismo tiempo el camino a la revolución violenta...” Y
llamó a los gobiernos a hacer una revolución pacífica, claro, desde su punto de vista,
repito. Ahora lo concreto y lo cierto es que en Punta del Este, hace 44 años y dos meses
y unos días vino el gobierno de Estados Unidos a proponer la Alianza para el Progreso
y se aprobó en aquella reunión, con la excepción de la Cuba Revolucionaria que tenía
sus razones y tenía sus principios. Y el gobierno de Kennedy propuso 20 mil millones
de dólares no para prestarlos, no, para aportarlos al desarrollo, a la lucha contra el
hambre y la pobreza. Yo hoy voy a adelantar esto porque lo voy a decir allá, pero aquí
entre nosotros! , en secreto lo voy a decir, fíjense, Venezuela, que es un país
subdesarrollado, pobre, con una carga muy pesada, con una herencia muy pesada de
pobreza, de desigualdad, todavía; sin embargo, dado especialmente el incremento de
los precios del petróleo, además de que ya dentro del ALBA hemos creado Petrocaribe,
Venezuela le está vendiendo petróleo a catorce países del Caribe, descontándoles 40%
del precio del barril, y eso nos lo pagan a 25 años con 1% de interés y con tres años de
gracia.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: El que le aplique a esto un cálculo matemático podrá concluir que
este mecanismo incluye, ese financiamiento lleva una carga de donación de cerca del
70%, porque es un plazo de 25 años a 1% de interés, y además ellos nos pueden pagar
con bienes y servicios, no en dinero necesariamente, esto es para ayudar a los más
pequeños, a los más débiles que nosotros, a los hermanos que tienen más dificultades.

Asistentes: Aplausos.
Presidente Chávez: Pero no sólo en el Caribe, aquí en Argentina hemos establecido
también un convenio de cooperación, ambos gobiernos, a través del cual Venezuela le
proporciona cerca de ocho millones de barriles de fuel-oil a la Argentina, y ustedes nos
están pagando no con dinero sino con vaquillonas preñadas, por ejemplo, o con
equipos médicos para luchar contra el cáncer...

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Ahora firmamos con el gobierno uruguayo un convenio y por


primera vez, debo decirles además que Venezuela tiene casi 100 años explotando
petróleo que Venezuela fue durante casi 30 años el primer exportador del mundo, pero
éramos colonia norteamericana, y todo el petróleo se iba a Norteamérica; por primera
vez hace un año llegó al río de La Plata un barco venezolano cargado de petróleo para
el pueblo argentino, por primera vez en 100 años.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Por primera vez en 100 años llegó, hace tres meses un barco, un
tanquero venezolano cargado de petróleo para Uruguay, para refinarlo allá en la
refinería que tienen nuestros hermanos uruguayos, y además nos van a pagar también
con facilidades, no les estamos pidiendo que nos paguen ya, no, páguennos a largo
plazo, y además estamos haciendo un convenio para que nos paguen con cemento y
otros bienes y servicios una parte de la factura petrolera para aliviar la carga sobre estos
gobiernos y el fisco, y para que puedan, bueno, avanzar más rápido en los programas
sociales. A la Argentina le hemos comprado ya casi mil millones de dólares en bonos,
eso nunca se había visto aquí, que un país latinoamericano le comprara a otro bonos
para financiar planes de desarrollo, a pesar de que nosotros tenemos una carga bastante
pesada también.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Pero hoy vengo a plantear que así como Kennedy propuso y se
aprobó, con los mismos países que estamos aquí reunidos hoy, hace 44 años se aprobó
la Alianza para el Progreso, yo propongo que hagamos ahora una alianza contra el
hambre, Venezuela la propone. La Alianza para el Progreso fue un plan de diez años,
era desde el 61 hagamos una alianza contra el hambre, sería como alianza “AL.”,
contra “C.”, el hambre "HA.”: “AL.C.HA.”, “ALCHA”.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Que hagamos un ALCHA, una Alianza Contra el Hambre, bueno,
y que Venezuela modestamente, eso sería un plan así como aquel 2005-2015, diez
años, para que en diez años derrotemos el hambre en estas tierras, 220 millones de
pobres tenemos en América Latina, y 100 millones de indigentes, es una situación
horrorosa que golpea como bofetada tremenda el rostro de los hombres y las mujeres
de estas tierras; son nuestros hermanos muriéndose de hambre, mientras otros viven en
el lujo y en el derroche. Venezuela ofrece, de sus propios recursos, el pueblo
venezolano para una alianza como la que estoy figurándome para los próximos diez
años 2005-2015, diez mil millones de dólares, que es lo mismo que ofrecía Estados
Unidos para la Alianza para el Progreso, diez mil millones de dólares.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Y estoy seguro, no le he preguntado a Fidel Castro, pero no me


hace falta preguntárselo, que en esa Alianza Contra el Hambre, y en la lucha contra el
analfabetismo y en los planes de salud, los planes de salud como Barrio Adentro, que
con 20 mil médicos cubanos, junto con miles de médicos y enfermeros venezolanos
están dispersos por todo el país hoy ofreciéndole atención preventiva y educativa de
salud a 17 millones de seres humanos que estaban excluidos, y eso incluye
medicamentos totalmente gratuitos.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Estoy seguro de que contaremos para ese plan con Fidel Castro y el
pueblo cubano, estoy absolutamente seguro, ese es el ALBA, ese es el ALBA:
pongamos por delante lo social, seamos profundamente humanistas, pongamos por
delante el dolor de nuestra gente para fortalecer la cohesión social, ese es el ALBA. El
ALBA también es, por ejemplo, lo que hicimos en Caracas hace apenas dos semanas,
el I Encuentro Internacional de Trabajadores de Empresas Recuperadas, trabajadores
de aquí de Argentina, de Brasil, de Uruguay, de Paraguay, de Haití, de Colombia, de
Venezuela, de más de diez países, líderes sindicales, centrales sindicales, y hemos
firmado allá decenas de convenios de cooperación. Para ponerles un ejemplo, una
empresa uruguaya que trabaja con cuero pero no tienen quien les dé crédito, no tienen
para comprar materia prima. Bueno, Venezuela les ha ofrecido, en co nvenio con
trabajadores venezolanos, la materia prima para trabajar entonces entre ambas, la
empresa uruguaya y la empresa venezolana; una empresa brasileña que trabaja con
plástico y tiene dificultades de financiamiento, no tiene materia prima suficiente para
hacer tubos de plástico, artículos de plástico, Venezuela le ofrece la materia prima de
nuestra petroquímica y entonces nos van a pagar a bajo costo con productos, no con
dinero, y luego vamos juntos en una alianza estratégica a colocar esos productos en
nuestros mercados, satisfaciendo necesidades de nuestros pueblos.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: De esa reunión surgió la idea de crear Empresur (Empresas


Recuperadas del Sur) eso es el ALBA. El ALBA es Petrosur también, una alianza
estratégica entre las petroleras suramericanas: Pdvsa, Petrobrás, Ancap, y Enarsa de
Argentina, para explorar, para comerciar, para procesar nuestro petróleo
conjuntamente. Debo decirles que Venezuela está lista para adquirir aquí en Argentina
una refinería, vamos a invertir en esa refinería y en un sistema de distribución de
combustibles, cerca de 100 millones de dólares para traer petróleo venezolano y
refinarlo aquí, y bueno, ayudar en el suministro y bajar los costos de producción para el
pueblo argentino.
Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Lo mismo con Brasil hemos hecho un convenio con Petrobrás y
vamos a construir una refinería grande en Pernambuco, en el Nordeste del Brasil para
traer petróleo venezolano y refinarlo y suministrarle a toda esa población del norte del
Brasil que tiene dificultades de energía. Debo decirles compañeros y compañeras, con
mucha humildad lo digo, pero es una verdad, y he ahí la razón de las agresiones
imperialistas contra Venezuela. Fundamentalmente Venezuela tiene la primera reserva
de petróleo del mundo, Venezuela tiene la octava reserva probada de gas del mundo;
Venezuela tiene petróleo y gas para proporcionarle a los pueblos de la América Latina
por 200 años. Cuenten los pueblos de América Latina y el Caribe con el desarrollo
tecnológico.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: En fin, he allí algunas líneas que como que ayudan a dibujar la
propuesta Alternativa Bolivariana para la América. Telesur está en el aire, la televisora
suramericana, propuesta nuestra de hace varios años ya salió al aire y cada día tendrá
mayor cobertura, ya está saliendo en vivo 24 horas al día, esa es la televisora, así lo
digo yo, la televisora del ALBA, porque es necesario que nosotros nos veamos
nuestros rostros y oigamos nuestras voces, no lo que quiere CNN y las grandes cadenas
del Norte que nosotros veamos de nosotros mismos, para rescatar nuestras tradiciones,
nuestras culturas nació Telesur, la televisora del Sur, la televisora de la integración del
ALBA, digo.

Esta mañana recibí honores militares cuando bajaba del avión, y me paro a hablar con
un soldado argentino y yo sé los traumas que aquí en el Cono Sur han vivido los
pueblos con los soldados, pero esos soldados argentinos, esos soldados uruguayos,
esos soldados brasileños, esos soldados venezolanos, bolivianos y ecuatorianos tienen
que rescatar las banderas originarias de los libertadores de estas tierras, de los soldados
libertadores, porque es parte también de la penetración imperialista.

El imperialismo norteamericano penetró las Fuerzas Armadas de nuestros pueblos, y


formaron dictadores y enseñaron a nuestros soldados a torturar, a desaparecer y a
arremeter a nuestros propios veces, casi todos los ejércitos de nuestros pueblos
actuaron como ejércitos de ocupación en nuestros propios territorios, y o pertenezco al
Ejército venezolano que retomó las banderas de Bolívar y se unió al pueblo para hacer
una revolución.

Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Así que digo esto porque vi al soldado con el fusil al hombro,
rindiéndome honores y me paré frente a él, y frente a otro y les di un saludo y le dije a
uno, calladito, “No te olvides que ese fusil que tienes al pecho es para defender al
pueblo argentino, para defender la soberanía del pueblo argentino y la dignidad del
pueblo argentino”.
Asistentes: Aplausos.

Presidente Chávez: Y vi en los ojos de ese soldado el brillo, el brillo de la conciencia.


Yo estoy seguro de que en la medida en que los pueblos sigan avanzando,
construyendo el camino de la liberación definitiva de nuestra América, serán cada día
más acompañados, seremos cada día más acompañados de nuestros soldados que son y
deben ser siempre parte del alma de un pueblo, del alma de un pueblo como lo fue San
Martín, el General mestizo; como lo fue Bolívar, el General Libertador, como lo fueron
ellos, generales libertadores, soldados libertadores, porque se trata aquí de una segunda
independencia, lo que hoy estamos haciendo, ya lo decía José Martí, por allá por mil
ochocientos ochenta y tantos, hablándole a los pueblos de la América Latina: "Llegó la
hora de la segunda independencia...”, y necesitamos a tod os, hombres y mujeres
conscientes, unidos, unidos de verdad. Cuando hablaba de los soldados es que estaba
recordando que así como existe la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico
Norte), por qué, digo yo, no puede existir la OTAS (Organización del Tratado del
Atlántico Sur), a ver si es verdad que algún día va a ocurrir lo que ocurrió en Las
Malvinas de nuevo, que unamos también nuestras Fuerzas Armadas para asegurar
nuestra soberanía, para definir nosotros mismos nuestros conceptos de seguridad y de
defensa y de soberanía y no seguir dependiendo de los mandatos (como se ha
dependido mucho tiempo) del Comando Sur de Estados Unidos.

Independencia, decía Martí; independencia, decimos hoy en este III Congreso de los
Pueblos. Termino con el alma, con la frase de Martí: “Llegó la hora de la segunda
independencia de los pueblos de la América.” Ha llegado la hora. Un abrazo
bolivariano, sanmartiniano, peronista, guevarista, bolivariano y revolucionario para
todos y para todas. Muchas gracias Maradona, muchas gracias Bonasso, muchas
gracias Bonafini, muchas gracias a todos, muchas gracias a todas por este acto
maravilloso, y yo me voy a la otra cumbre, a llevar el alma de ustedes y la palabra de
ustedes, de los pueblos hasta la muerte, ¡hasta la victoria siempre! ¡Patria o muerte,
venceremos! ¡Viva el Che Guevara!, ¡carajo!
IMMANUEL WALLERSTEIN

“LA IRRESISTIBLE DECADENCIA


DEL IMPERIO AMERICANO” (2007)
En el año 2007, el sociólogo Immanuel Wallerstein, en su visita al Cono Sur concedió
una entrevista al periodista uruguayo Raúl Zibechi, donde habló largamente sobre el
fin de la hegemonía de los Estados Unidos que percibía como definitiva. Wallerstein
afirma que los virajes en la hegemonía global producen transformaciones e
inestabilidades muy significativas, y que el nuevo mundo multipolar distará mucho de
ser un concierto pacífico de naciones. A continuación va la crónica y reportaje de
Zibechi:

La decadencia imperial, lenta e inexorable desde la "revolución mundial de 1968", se


está acelerando de modo vertiginoso desde 2003, ante el previsible fracaso de la
invasión estadounidense a Irak. Un país que no puede someter a una pequeña y
desgastada nación, luego de una terrible década de bloqueo mundial, no puede estar en
condiciones de poner orden en los asuntos globales. A grandes rasgos, esta es una de
las principales conclusiones que esbozó Wallerstein a su paso por Montevideo.

Estados Unidos pasó de imponer "el 95%" de su voluntad al mundo, entre 1945 y 1970,
a una situación de impotencia que se manifestó en la llegada al poder de los
neoconservadores con George W. Bush en 2001. Fue esa una muestra de debilidad y
no, como suele creerse, de fortaleza. Para los neocons sólo la fuerza militar puede
revertir la decadencia de una potencia que ya no es temida y, por ello, enfrentará cada
vez más y mayores desafíos.

Las causas de esta decadencia las encuentra Wallerstein en tres desafíos que
confluyeron entre fines de los 60 y comienzos de los 70: la competencia económica de
Japón y Europa, la descolonización y el rechazo del tercer mundo al orden bipolar
USA-URSS, y la emergencia de una nueva generación de movimientos antisistémicos.
Los tres desafíos fueron exitosos y erosionaron la hegemonía de la superpotencia que
impuso el Consenso de Washington, el modelo neoliberal y la globalización como
forma de recuperar el poderío perdido.

Sin embargo, la "revolución mundial del 68", o sea el desafío lanzado por los nuevos
movimientos, es para Wallerstein un hecho decisivo que está en la base ya no de la
crisis hegemónica del imperio sino de la propia sobrevivencia del capitalismo como
sistema-mundo. En un texto luminoso, "1968: el gran ensayo"1, sostiene que fue lo
sucedido ese año fue más importante aún que las revoluciones francesa y rusa, y que
por su trascendencia fue la única revolución mundial junto a la de 1848. Asegura que
las dos fracasaron pero las dos cambiaron el mundo, porque no fueron planeadas sino
"espontáneas en el sentido profundo
La "revolución del 68" minó la capacidad del Norte de vigilar e intervenir en el Sur;
produjo cambios "en las relaciones de poder entre los grupos de estatus (los grupos de
edad, de género, y las minorías "étnicas")" que si bien se registran "en los espacios
ocultos de la vida cotidiana" son duraderos y suponen insubordinación permamente; y
la sociedad civil y los trabajadores asalariados se muestran menos dispuestos que antes
a aceptar pasivamente la dominación y a recibir órdenes.

Finalmente, la intervención en Irak fracasó en sus tres objetivos básicos: frenar la


creciente autonomía de Europa, a los países que pretenden tener armamento nuclear
como Irán y Corea del Norte y a los regímenes árabes moderados, como Arabia Saudí,
que eran reticentes a una paz duradera con Israel. Luego de cuatro años sucedió todo lo
contrario, pero además se produjo un viraje en un punto neurálgico, en lo que
Wallerstein denomina como el "machismo militar unilateral". "Lo que fue durante 30
años un declive lento se ha trasnformado desde 2003 en un declive veloz. La última
baza de la hegemonía fue una superioridad militar tan fuerte que no podía ser desafiada
por los diez o 20 países siguientes juntos. Pero en Irak quedó en evidencia que Estados
Unidos no puede utilizar su superioridad militar".

Por último, señaló que el "espítiru de Davos", en referencia al Foro Económico de


Davos, y "el espítiru de Porto Alegre", donde se reunió por primera vez el Foro Social
Mundial, son los dos grandes caminos que presentan ante la humanidad a la hora de
pensar el poscapitalismo. "Que puede ser peor que el sistema actual, o menos
jerárquico y más igualitario; pero eso depende de todo nosotros", concluyó.

La entrevista estuvo centrada en la emergencia de un mundo multipolar y en la


coyuntrua que vive América Latina.

RZ: Usted asegura que en los próximos años habrá una decena de polos que
sustituirán el actual mundo unipolar, pero además señala que Rusia será aliada de
Europa y Estados Unidos se aliará con Japón y China.

IW: Lo que veo es que el fin de la hegemonía estadounidense llevará a que surjan unos
cuantos centros regionales de los cuales el Mercosur puede ser uno de ellos. Pero
tendremos además Rusia, China, India, Sudáfrica y su entorno, además por supuesto de
Europa y Japón. Y probablemente centros menores. Además, pienso que habrá tres
grandes agrupaciones a escala global, que serán los polos más dinámicos, los que
estarán en condiciones de marcar el rumbo del mundo: Estados Unidos, Europa y
Japón. Pero no creo que pueda mantenerse mucho tiempo una realidad de tres grandes
agrupamientos, de modo que el más débil de los tres va a aliarse con uno de los dos más
fuertes. Para mí el más débil va a ser Estados Unidos, y por razones geoestratégicas
creo que va a aliarse con Asia oriental, donde China y Japón seguirán jugando un papel
relevante. Por su parte, Rusia que siempre tuvo relaciones importantes con Europa
puede aliarse con ella.

RZ: No ve la posibilidad de una alianza Rusia--China como la que está emergiendo a


raíz de la Organización de Cooperación de Shangai.
IW: En un mundo que será cada vez más caótico, todo esto es posible.
Pero no veo a Rusia aliada con Japón, creo que no va a ser posible.

RZ: Brasil parece impulsar una alianza con Estados Unidos en torno a la producción
de etanol de caña de azúcar. ¿Cree que esa política puede contribuirá reforzarla
hegemonía de Washington en la región?

IW: Creo que el interés de la política exterior de Brasil es fortalecer la autonomía


sudamericana para jugar su papel dentro de un mundo multipolar. En ese escenario
Brasil apuesta a ser un polo muy serio y veo que sus acuerdos con Estados Unidos no
van más allá de lo que está haciendo Rusia o China, es decir acuerdos puntuales pero
sin compromisos mayores, con reservas importantes. Pienso que es una política
inteligente y posible. Más aun, aunque llegue la derecha al poder en Brasil esa política
no va a cambiar. Ahora los militares están recuperando la vieja política del régimen
militar de volver a fabricar armamento nuclear y aunque eso no le gusta nada a Estados
Unidos no puede hacer nada. En Brasil la política ha girado al centro, no hay partidos
de ultraderecha o ultraizquierdistas de peso, por eso pienso que la política exterior va a
ser muy estable. En la política interior, los cambios serán pequeños y con reformas
muy graduales como está sucediendo en Uruguay también. Estas políticas de pequeñas
reformas son clásicas de la socialdemocracia mundial y pienso que va a ser la tónica en
toda la región.

RZ: ¿Cree que la política intervencionista de Washington va a cobrar fuerza en el


futuro?¿Pueden expandirse situaciones como el Plan Colombia?

IW: Si Bush pretende enviar tropas a Colombia no va a poder hacerlo porque el


Congreso se lo va a impedir. Álvaro Uribe es el último aliado serio en la región. Pero
está facilitando el papel de Hugo Chávez como intermediario en la negociación con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en un esfuerzo que si tiene
éxito va a suponer un crecimiento de su figura a escala mundial. Aunque a Estados
Unidos no le guste no puede hacer nada, tampoco en este escenario.

Creo que la política de intervención que duró un siglo es ya cosa del pasado. Porque el
ejército de Estados Unidos es poderoso pero la sociedad civil le ha puesto límites a raíz
de la guerra de Vietnam. Antes era un ejército de conscriptos y ahora es un ejército
profesional, además de que buena parte de las tropas en Irak son mercenarios de
empresas privadas. Las clases medias ya no se integran a las fuerzas armadas y los
únicos que lo hacen son los pobres. Para aumentar la tropa habría que reimplantar el
servicio militar obligatorio, y eso llevaría a un nuevo levantamiento de los estudiantes
y de otros sectores. Uno de los frentes decisivos en los que Estados Unidos perdió la
guerra de Vietnam fue el frente interno.

RZ: ¿Es posible una intervención militar en Cuba?

IW: No. Si como todo indica ganan los demócratas, va a producirse un cambio
importante en las relaciones. Por un lado hay intereses comerciales importantes, sobre
todo en el sector agrícola que quiere aumentar el comercio con la isla. Por otro, los
cubanos derechistas de Miami, la generación de los 60, está en declive y tiene cada vez
menos peso en la política estadounidense. Las nuevas generaciones de cubanos en
Estados Unidos prefieren un deshielo que les permita volver a Cuba o establecer
relaciones normales.

Lo que quiero decir es que hay un vacío de poder de Estados Unidos en América Latina
que permite que los gobiernos tengan mayores grados de autonomía. Creo que el
Mercosur tiene la gran oportunidad de establecer una alianza con la Comunidad
Andina que va a suponer un cambio muy importante del papel que pueda jugar la
región en el mundo.

RZ: Para los movimientos sociales la situación es muy compleja. Por un lado, tienden
a sentirse defraudados con lo que están haciendo los gobiernos progresistas y de
izquierda, pero, por otro, no tienen margen como para hacer una oposición frontal que
favorecería a las derechas.

IW: Sí, la situación es así. Vengo de Brasil y veo que el movimiento sin tierra (MST)
está muy desconforme con Lula porque la reforma agraria no avanza, pero lo apoyó en
las elecciones porque sin duda es mejor que Fernando Henrique Cardoso. Es el
problema tradicional cuando el partido de izquierda vinculado a los movimientos llega
al poder. Se abre un interrogante sobre qué hacer. Ir a un choque frontal es un
problema, pero no hacer nada también lo es. A mi juicio los movimientos tomar una
posición clara: apoyar a los partidos menos malos pero sin esperar que vayan a hacer
cambios de fondo. Es una posición defensiva, pero se trata de mantener la autonomía.

RZ: ¿Este tipo de problemas están influyendo en el Foro Social Mundial?

IW: Si claro, hay posiciones muy diversas ante estas nuevas realidades. Pero tengo la
esperanza que el Foro siga siendo un espacio abierto, horizontal, en el que no se
construyan relaciones jerárquicas y donde puedan convivir las más diversas opiniones.
Para eso es necesario tener muy claro que el enemigo no está en la izquierda.

RZ: De alguna manera está diciendo que la posición más madura es la de los sin tierra
de Brasil.

IW: Sí. Pero también es muy importante la posición de los Zapatistas, porque ellos han
trabajado muy seriamente la cuestión de la autonomía, no como algo declarativo sino
una construcción real. Creo que las buenas relaciones que ahora mantienen los sin
tierra y los Zapatistas es un paso adelante muy importante. Sería muy positivo para el
Foro que en los próximos años se integran los Zapatistas.
FEDERICO VAZQUEZ

EL NUEVO MAPA MUNDIAL (2014)


Compilación de artículos escritos por Federico Vázquez, durante el 2014 sobre las
reconfiguraciones de la geopolítica global.

Rusia vuelve
11/2/2014

“Declaro inaugurados los XXII Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi” dijo el viernes
pasado Vladimir Putin. Sin embargo, estos juegos no parecen estar embriagando de
espíritu deportivo a la comunidad internacional sino que, muy por el contrario, se
convirtieron en excusa para hablar pestes del gobierno de una Federación Rusa que,
tras veinte años de crisis, vuelve a mostrar su músculo.

Los ataques son variados y van desde cuestiones bien sensibles (y repudiables) como la
ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, apoyada por
la poderosa Iglesia Ortodoxa Cristiana, hasta innumerables denuncias de corrupción
gubernamental. La más estrambótica señala que Putin tiene, como fortuna propia,
40.000 millones de dólares, lo que lo convertiría en el quinto hombre más rico del
mundo a pocos escalones de Bill Gates. A eso se suma la insistente alarma por los
atentados terroristas y las calculadas declaraciones de Obama, diciendo que Putin
“quiere parecer un tipo rudo para cuando vuelve a su país", bajándole el precio a la
imagen de negociador difícil que tiene el Presidente ruso en el mundo diplomático.

A todo esto, hay que sumarle otra muletilla mediática que señala a estos Juegos como
un salvavidas que Putin estaría usando internamente para solidificar apoyos, barrer con
opositores y sobre todo construirse una imagen “agradable” en el exterior. Es decir, un
país en crisis que utiliza unas Olimpíadas de Invierno para ver si sale a flote.

Hay otras formas de entender el asunto. O al menos, complejizar un panorama que,


desde los medios y agencias de noticias -casi sin excepciones- se presenta como una
verdad revelada.

Lo primero que hay que señalar es que, amén de los obvios usos que los gobiernos
hacen de los acontecimientos deportivos de esta envergadura, las celebraciones
olímpicas o los mundiales de fútbol suelen reflejar momentos de auge de los países
anfitriones más que de crisis. Hagamos un repaso de algunos cercanos en el tiempo: las
olimpíadas de China en el 2008 coincidieron con la consolidación del gran país asiático
como potencia comercial mundial, después de décadas de crecimiento acelerado. Los
Juegos de Beijín funcionaron así como la corroboración deportiva de que el gigante
asiático era una potencia mundial de primer orden. Un poco más atrás en el tiempo, los
Juegos de 1992 en conquista de América terminaron de darle un tono de épica ibérica a
esos Juegos y la capital catalana ya experimentaba el auge de consumo y burbuja
inmobiliaria que estallaría más de una década después. Lo mismo puede decirse del
Mundial: no parece casual que Brasil, quien adquirió en los últimos años una
relevancia económica y política inédita en su historia como parte de un selecto grupo
de países emergentes, sea la inminente sede futbolística, y, en dos años, de los propios
Juegos. Son, tal vez, casos muy evidentes de coincidencia entre la organización de un
evento deportivo de escala mundial y bonanza interna pero, en definitiva, resaltan por
la ausencia de casos contrarios (¿Podría pensarse al Mundial del 78' organizado por la
dictadura argentina como un extraño ejemplo de gobierno “cercado” que busca
legitimación internacional en el fútbol?)

Como sea, los Juego de Sochi en Rusia marcan un momento muy especial de la ex
república socialista, que después de veinte años de crisis interna y ostracismo
internacional, emerge como un actor político vigoroso. Las razones que explican este
presente pueden servir de pista de por qué se ha formado un coro internacional tan
crítico con la tierra en la que triunfó la primera revolución obrera.

El 2013 fue un año bastante especial: según el ranking del Banco Mundial (que mide el
tamaño del PBI con relación al poder adquisitivo) Rusia se convirtió en la mayor
economía de Europa, superando por primera vez a Alemania. El auge de los últimos
tiempos se vincula directamente con el crecimiento de la producción y exportación de
petróleo. El año pasado se batió el récord post-soviético.

Rusia llegó a producir algo más de 10,5 millones de barriles por día. El punto más alto
sigue siendo 1987, cuando la entonces Unión Soviética superó los 11 millones.

Esta recuperación no se debe sólo a los precios internacionales, que crecieron


enormemente en la última década: Putin tuvo una política de recuperación de las
empresas públicas de energía muy definida. En el 2003 su gobierno acusó de evasión
fiscal a Mijail Jodorkovski, que por entonces era el dueño de la mayor empresa de
petróleo del país, Yukos, nacida diez años antes en medio de la fiesta privatizadora de
la era Yetsin. Un año después, en 2004, la empresa Rosfnet, con mayoría estatal,
absorbió a Yukos y pasó a tener buena parte de la producción petrolera del país. El año
pasado, al comprar otra gran compañía, TNK- BP, se consolidó como la empresa de
petróleo más grande del mundo, concentrando el 40% de la producción petrolera de
Rusia. Después de diez años en prisión, en diciembre pasado Putin indultó a
Jodorkovski, cuando le faltaban pocos meses para cumplir la pena. El ex “oligarca”
sale de la cárcel con los bolsillos vacíos: su imperio privado fue disuelto y con él, la
influencia política que había logrado tener durante la transición post soviética.

Obviamente, esta recuperación del patrimonio estatal se traduce en mucho millones de


dólares que entran a las arcas de la Federación Rusa, lo que está permitiendo
modernizar parte de su industria y mantener con vida una infraestructura gigantesca
que quedó en estado de coma después de la disolución de la URSS. Para imaginar el
escenario: el Estado ruso, aún después del desguace de los años 90 tiene más de 1600
aeropuertos en todo el país y una red de ferrocarriles con 1,2 millones de trabajadores y
85.000 km de vías. A lo que habría que agregar una serie de empresas industriales que
necesitan de grandes inversiones para no quedar obsoletas. Entre ellas, las ligadas al
aparato militar, que no casualmente tuvo un incremento del 18% el presupuesto del año
pasado.

Pero el renovado poder económico ruso también tuvo un impacto en la geopolítica


mundial. Después de años de marginalidad, el gobierno ruso logró interceder con éxito
en la crisis de Siria, donde todo indicaba que los EEUU volvían a batir los tambores de
una invasión directa. Por primera vez desde los tiempos de la Guerra Fría, una
negociación directa entre el Kremlin y la Casa Blanca detuvo lo que parecía inevitable.

Sin agotar el inventario, otro emergente del nuevo poder de Rusia es la disputa cada día
más abierta con la Unión Europea por la influencia sobre Ucrania. Este país es, por
lejos, el más grande de todo el espacio que se conoce como “Europa del este” y tiene el
rol clave de tener los ductos de gas que calientan a buena parte de Europa occidental.
Hasta hace unos años, Rusia veía cómo sus antiguos satélites se alejaban para
incorporarse a la OTAN y la Unión Europea: entre 1999 y 2004 diez repúblicas que
antes eran firmantes del Pacto de Varsovia, cambiaron de bando (Hungría, República
Checa, Polonia, Rumania, entre otros). La extensión del pacto militar de Estados
Unidos y Europa llegó así a las puertas de Rusia, lo que vuelve todavía más
fundamental para los intereses rusos que Ucrania no se sume a esa lista.

Por el contrario, la crisis de la Zona Euro, la debilidad económica norteamericana y el


ascenso de otro eje de poder con China, hace que la recuperación económica y
geopolítica de Rusia se convierta en una luz de alarma en momentos donde el rumbo de
las economías capitalistas centrales aparece, por lo menos, en duda.

Así, Rusia necesita mostrar fortaleza para que Occidente no siga avanzando en su vieja
zona de influencia, y Occidente mira con recelo el retorno de un polo de poder que
creía definitivamente derrotado.

Para el que piense que el escenario de los Juegos Olímpicos de Invierno no da la talla
para metaforizar un enfrentamiento político serio, el recuerdo está ahí nomás: en 1980
Moscú organizó las únicas Olimpíadas en un país socialista, pero EEUU junto a un
grupo de países (entre los que estaba Argentina) boicoteó la convocatoria y no
participó. Se oponían, formalmente, a la invasión soviética en Afganistán, donde el
Ejército Rojo combatió, sin éxito, a los grupos islámicos extremistas que, veinte años
después, serían bombardeados por los propios Estados Unidos.

La China de Mao y después


23/4/2014

Cuando la polvareda de la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética dejó ver algo
más en el panorama internacional, apareció China, que a diferencia de sus primos
comunistas europeos había logrado combinar el retorno al capitalismo sin destruir en
el camino a su estructura estatal

En mayo de 1989 el ejército chino reprimió las manifestaciones que se volcaban


peligrosamente sobre Plaza de Tian'anmen. Las marchas habían comenzado en abril,
cuando el entierro de Hu Yaobang -un ex Secretario General del Partido que prometía
una apertura democrática y terminó enfrentado a Deng Xiaoping, líder indiscutido del
país desde la muerte de Mao- mutó en protesta antigubernamental.

Si las alarmas no habían sonado del todo, los viejos jerarcas conducidos por Xiaoping
tuvieron un segundo aviso ese mismo año: pocos meses después, los alemanes del Este
derribaron el Muro de Berlín, provocando un terremoto político que en dos años se
llevó puesto a la Unión Soviética. El '89 estaba cambiando todo. El mundo socialista
colapso, las brújulas para entender las conductas y deseos sociales, también.

Deng Xiaoping, viejo líder que había participado de la revolución campesina del '49,
decidió entonces dejar las medias tintas y aceleró la apertura económica que ya venía
ensayando tibiamente desde 1978.

En 1992, aunque ya no ocupaba cargos formales en el gobierno y era un anciano de 87


primaveras, Xioping volvió a tomar las riendas con la “gira del sur”, como se conoce a
la campaña que durante cinco semanas lo llevó por las regiones de China que estaban
haciendo punta en el desarrollo económico, ya bajo las nuevas formas liberalizadas y
capitalistas. “Desarrollo a baja velocidad es estancamiento”, les dijo a los funcionarios
locales. La gradualidad anterior fue dejada de lado, la locomotora del crecimiento, el
lucro y la acumulación de capital tomó carrera y despegó. En 1992 China creció al
12%, en el 1993 al 14% y en 1994 de nuevo al 12%.

Sentados en la paciencia confuciana, los dirigentes tomaron nota del sentido


pragmático del sismo de 1989: los jóvenes alemanes del Este que abandonaron con lo
puesto la vida austera del socialismo no estaban desesperados por votar a la
democracia cristiana o al partido verde, al menos no tanto como tener acceso a la
televisión por cable, poder elegir entre varios productos en un supermercado o ir a
bailar a una discoteca. Una “libertad” individual, cotidiana, materialista y arrolladora.

Hacia allá fueron los chinos pero, a diferencia de los alemanes, bajo la conducción
política del Partido Comunista.

Pocos años después el mundo se dio cuenta de lo que había pasado: cuando la
polvareda de la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética dejó ver algo más en el
panorama internacional, apareció China, que a diferencia de sus primos comunistas
europeos había logrado combinar el retorno al capitalismo sin destruir en el camino a
su estructura estatal. Por el contrario, a mediados de los noventa, el gobierno chino
aparecía fortalecido internamente por el espectacular crecimiento económico.

En estos 25 años la sociedad china cambió drásticamente. No tiene sentido atosigar con
numerología, basta señalar que China se convirtió en el taller del mundo (al comienzo
con productos “chatarra” y ahora absorbiendo industria tecnológica, cibernética y
espacial), que su mano de obra pasó a ser mayoritariamente urbana, que sus diferencias
sociales se agigantaron. Algunos millones de chinos se hicieron millonarios, algunas
decenas de millones accedieron a consumos típicos de la clase media occidental y otros
cientos de millones pasaron de una vida de subsistencia en el campo a una vida incierta
(por momento miserable) en las grandes ciudades.

¿China es socialista? La pregunta, así formulada, es superflua. El socialismo,


entendido como un sistema donde no impera la explotación del hombre por el hombre,
fue sólo una construcción muy parcial e imperfecta en algunos países a mediados del
siglo XX. China es hoy un ecosistema donde cada día se incorporan contingentes de
obreros alienados en fábricas que son terminales de producción de grandes compañías
trasnacionales.

En principio, uno que está en permanente mutación: después de los “años locos” de
crecimiento de dos dígitos y perfil netamente exportador, la crisis internacional de
2008 llevó a China a iniciar un vuelco hacia el mercado interno. Los datos del primer
trimestre del 2014 reafirman este viraje: la economía creció a un 7,4. Un buen ritmo,
aunque lejos del frenesí anterior. Pero mientras el flujo de las importaciones y las
exportaciones cayó 1,1%, el consumo interno de energía creció 5,4%. O crecimiento
"hacia fuera", sigue expandiéndose fronteras adentro, dando una mayor centralidad a
su mercado interno.

Todo esto puede llevar a la conclusión de que la hoz y el martillo se volvieron símbolos
vacíos, invocaciones puramente retóricas con el fin de justificar la permanencia de una
dictadura política. Falta entender algo. Primero, lo obvio: este desarrollo capitalista
está planificado. Y esa planificación la hacen los hombres que manejan las estructuras
del Partido y el Estado. No se trata de una burocracia estatal arrinconada por el empuje
del mercado, sino de un poder centralizado en control de las principales variables
económicas del país.

En segundo lugar, esa planificación política del capitalismo chino permite que el país
tenga un rol mundial cada vez más importante. Pensemos por un momento en el espejo
ruso: la implosión del estado soviético en 1991 sumió a lo que era la segunda potencia
mundial en el caos económico y, por ende, en la irrelevancia internacional durante
años.

Recién un cuarto de siglo después -y con evidentes dificultades a la vista- Vladimir


Putin está logrando volver a ubicar a Rusia en un lugar destacado. La diferencia está en
que el gobierno comunista en China sorteó ese recorrido penoso, al lograr una
continuidad histórica que en Rusia fue quebrada por la desaparición de la URSS. No
por nada Putin lo considera la “catástrofe geopolítica” más importante del siglo pasado.

Finalmente, habría que llamar la atención sobre la posible conjunción de estos dos
actores mundiales. En otra ironía de la historia, la segunda década del siglo XXI
encuentra a Rusia y a China mucho más cerca que cuando ambas intentaban construir
el socialismo desde visiones enfrentadas.

La cercanía de intereses tiene elementos objetivos: sus gobiernos controlan resortes


fundamentales de la economía, tienen como objetivo el desarrollo nacional de sus
países y disputan, así sea con su mera existencia como países soberanos, la hegemonía
a los EEUU. Como si fuera poco, sus economías son complementarias. Rusia tiene la
energía que le falta a China, China tiene una presencia comercial que Rusia perdió. Lo
que asegura, al menos, que no entrarán en conflicto en el corto plazo. En los últimos
años, ambas naciones tejieron alianzas cada vez más fuertes con otras geografías del
Sur.

Seguramente, en silencio y a la sombra, hay un joven Kissinger en Washington


estudiando cómo impedir que estos dos se hagan demasiado amigos

Multilateralismo, etapa superior del antiimperialismo


28/5/2014

El mes próximo habrá una reunión de los BRICS en Brasil. La alianza entre Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica es económica, pero también política. Vladimir Putin y
Xi Jinping visitarán la Argentina en el marco de la reunión y no se descarta una
incorporación de nuestro país al bloque, más aún luego de que Argentina sea invitada
por Rusia a participar de la reunión de Fortaleza. El mundo cambió, aunque Estados
Unidos parece no darse cuenta.

Hubo una época donde Estados Unidos podía decidir, sin costo alguno, comenzar una
guerra. Hasta la formalidad de la ONU, al igual que cualquier otra negociación
multilateral, parecía superflua. Así fue cuando, embriagado por la victoria de la Guerra
Fría, Bush padre hizo la guerra del Golfo en 1991. Así fue cuando en 1999, bajo el
paraguas de una OTAN todopoderosa, el gobierno de Clinton bombardeó Yugoslavia.
Otro tanto pasó en Irak en el 2003, cuando Bush hijo, con las imágenes de los atentados
a las Torres Gemelas detrás, invadió, derrocó y asesinó al presidente de ese país,
Sadam Hussein.

Diez años después de esa última gran aventura, Estados Unidos se enfrenta a un
cambio del escenario geopolítico. El año pasado, cuando estaba a punto de comenzar
otro capítulo más de intervención solitaria, esta vez contra Siria, el liderazgo de Rusia
-un país llamado “emergente” pero que en realidad sólo está recuperando parte de un
poder que tuvo durante todo el siglo pasado- logró frenar lo que parecía casi inevitable.

En estos días, los sucesos de Ucrania parecen mostrar que EEUU no asimiló bien el
sacudón geopolítico de Siria, y busca tomarse revancha frente a Rusia, intentando por
todos los medios arrebatarle un país que históricamente estuvo bajo la influencia de
Moscú.
Rusia y Vladimir Putin son presentados en los medios como una remake mala del
tablero mundial que existía en el siglo pasado: una disputa entre el modelo soviético y
el norteamericano. Sin embargo, la historia se niega a repetirse. La originalidad de
comienzos del siglo XXI es que, apoyada en poderes regionales y nacionales, la
declamada (pero tan resistida por Occidente) multilateralidad, se está haciendo
efectivamente una realidad.

Lejos de cualquier necesidad de palabrerío técnico, el término “multipolaridad” puede


resumirse como una situación donde los actores nacionales, por más poderosos que
seas en términos individuales, deben tener en cuenta para sus acciones el poder de los
otros. Esa cuestión tan simple y casi obvia para entenderse en un mundo donde hay 193
países soberanos reconocidos por la ONU fue, durante casi 25 años, desconocida por
Estados Unidos, no en virtud de un plan maquiavélico engendrado por Washington,
sino por pura traducción del tamaño del triunfo que había logrado en 1989.

Sin embargo, puede ser que el gobierno de Obama -y habrá que ver hasta qué punto el
conjunto del establishment norteamericano- no esté advirtiendo que las cosas
cambiaron drásticamente mientras avanza su última gestión en la Casa Blanca.

En la última década no surgió un bloque unificado contra la hegemonía


norteamericana, como había ocurrido en el siglo pasado. Pasó algo más grave para los
intereses de Washington. Un conjunto de países, lanzaron a un desarrollo acelerado de
sus sociedades. Para más problemas, China, Rusia, India y Brasil, por nombrar a los
más importantes, “emergieron” dentro del propio sistema capitalista y del mercado
mundial, lo que lejos de suponer un alivio se transformó en un peligro más real a los
intereses concretos del liderazgo de Estados Unidos de que lo que fue la URSS y el
bloque socialista en el siglo pasado. Y es que la guerra fría, una vez consolidada sus
fronteras, funcionó con una lógica de mundos separados y, por lo tanto, no constituyó
un peligro para el liderazgo norteamericano al interior del suyo. Hoy, el combate es por
el mismo territorio “global”.

El enemigo, entonces, está adentro. Si antes Estados Unidos debía cuidar sus patíos
traseros (donde no hay que contar sólo a América latina, sino también a Europa, que
desde la Segunda Guerra Mundial quedó amputada en sus facultades de hacer política
exterior independiente) ahora debe hacer equilibrio para que las demás regiones del
planeta no se escapen a sus designios.

El reciente acuerdo por el cual Rusia le proveerá gas a China a partir de 2018 es un
ejemplo de eso: repercute directamente en la Unión Europea (primer consumidor del
gas ruso) y por ende en la economía mundial. En la misma semana, ambos votaron en
el Consejo de Seguridad de la ONU contra una resolución de Francia y EEUU contra
Siria. Es decir, que a la convergencia económica le sigue, también, un acercamiento de
las posiciones políticas.

Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, el famoso BRIC, ya es más de un tercio del PBI
mundial. Pero tan importante como eso es que durante la última década multiplicó por
diez el comercio entre sus países. Este dato es clave porque muestra el crecimiento de
una dinámica económica endogámica, y por lo tanto de independencia respecto a los
centros de poder tradicionales. En julio de este año, en la sexta reunión de los BRICS
que se hará en Fortaleza, Brasil, es muy probable que se impulse un Banco propio, lo
que dejaría todavía más desdibujado el rol del Fondo Monetario Internacional como
prestamista. Algunos hablan, incluso, que se podría ampliar la lista de socios, e
incluyen entre los candidatos nuestro país.

Así las cosas, el multilateralismo económico y político parece, finalmente, ser el rumbo
que va tomando el mundo. Pero a diferencia de lo que se pronosticaba durante los años
90, no está surgiendo de un amistoso consenso en los sillones de las Naciones Unidas
ni, menos aún, como una dádiva graciosa de la primer potencia mundial. Por el
contrario, como suele ocurrir con los cambios reales, está consolidándose por el
surgimiento de nuevas fuerzas que lo empujan. Como todo “desplazamiento”, hay una
fuerza que debe retroceder para que se haga lugar y es allí donde Estados Unidos no
parece estar dando los pasos necesarios para realizar un aterrizaje suave del -atípico-
ciclo histórico de liderazgo absoluto y solitario del que gozó después de la caída del
Muro de Berlín.

Los BRICS y el fin del mundo unipolar


15/7/2014

La VI Cumbre de los Brics en Fortaleza marca el ocaso del orden mundial unipolar,
que sólo duró menos de 20 años. Lejos de ser un cónclave económico, los Brics son
antes que nada una articulación política entre estados nacionales, que permite
configurar una escena internacional distinta a la que quiso construirse en la última
década, cuando Estados Unidos emprendió su “guerra al terrorismo” luego de los
atentados a las Torres Gemelas.

Cuando se habla de los Brics se suele hacer un repaso numérico, donde resalta la
característica del grupo: son países grandes, enormes, que en los últimos años
engordaron sus PBI, sus sociedades se volvieron más ricas, más urbanas, consumen
más.

Todo eso está ahí, más o menos a la vista. En el 2003, el PBI de los cinco miembros
sumados era el 9% del total mundial, diez años después, es el 21%. Tienen al país más
poblado del mundo (China) y al más extenso (Rusia). Y así se podría seguir un rato
largo.

Pero estos dibujos aritméticos dirían poco si no fuera porque estos países decidieron
emprender un camino de articulación política (incluso previo a los acuerdos
económicos), dando un giro al orden mundial.

Esa articulación significó plasmar el acrónimo ideado por un economista de Goldman


Sachs para nombrar a estas economías emergentes, en una cumbre anual de Jefes de
Estado. Si bien es un grupo nuevo, en Fortaleza ya están comenzando la segunda
ronda, después de haber celebrado una ronda en cada país miembro desde 2009.

Ese año no fue uno cualquiera para el mundo. Fue el primero de Obama al frente del
gobierno de los Estados Unidos, y el comienzo del reemplazo de la anterior estrategia
bélica de Bush sobre Irak y Afganistán. Esas invasiones mostraban la lógica unipolar
con que Estados Unidos se había manejado en el mundo desde la caída del Muro de
Berlín en 1989.

La “guerra el terrorismo” parecía tomar el lugar que antes había tenido la Guerra Fría
durante el siglo XX, con la notable diferencia que, ahora, los EEUU ya no debían
pelear contra otro bloque estatal, social y político, sino contra fuerzas móviles,
fragmentadas, sin control de estados nacionales importantes. Ya no era ejército contra
ejército, sino una policía global contra delincuentes también globales.

Sin embargo, la película no resultó como se esperaba. Los dos gigantes del “socialismo
del siglo XX”, Rusia y China, ahora dentro del capitalismo, levantaron cabeza y
comenzaron a disputar mercados, capitales e inversiones. Países antes marginales
como India y Brasil (y en menor medida Sudáfrica) pasaron a ser centros productivos y
de consumo popularEl capitalismo le dio una amarga sorpresa a Estados Unidos,
creando polos económicos pujantes en distintos puntos del mundo. Y, se sabe, quien
tiene poder económico querrá, tarde o temprano, poder político. Y allí aparecieron los
Brics.

El objetivo es claro: las reglas de mundo están pensadas para sostener la hegemonía
unilateral norteamericana. Dos ejemplos contundentes: el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas y el FMI. Ambos organismos, supuestamente multilaterales,
funcionan en los hechos bajo una administración donde el poder de fuego lo conservan
EEUU y algunos países de Europa occidental.

Y por ahora, el pedido de los países Brics de reformular esas instituciones (Brasil viene
pidiendo desde hace tiempo la ampliación del Consejo de Seguridad, Putin y Dilma
pidieron en la Cumbre un cambio de reglas en el FMI) cae en saco roto. Frente a ese
escenario, donde obligar a que se reformulen las instituciones existentes parece una
tarea casi imposible, los Brics comenzaron a construir su propia ingeniería.

La novedad más saliente en este sentido es la creación de un Banco de Desarrollo y un


Fondo de Reservas Estratégicas, mediante aportes de cada uno de los miembros del
Brics. Es decir, todo un circuito de financiamiento alternativo, bajo control político de
los países emergentes.

Pero, como decíamos al comienzo, no se trata sólo de dinero. En una entrevista con la
agencia de noticias rusa Intar-Tass, antes de comenzar eminentemente político: “Hay
que establecer juntos un sistema de medidas que permita evitar una cacería de países
que no están de acuerdo con algunas decisiones de política exterior tomadas por
EE.UU. y sus socios y mantener un diálogo civilizado y respetuoso sobre todas
cuestiones discutibles.”
A los países no se los puede “cazar”, pero a los líderes sí. Tal vez Putin haya pensado
en la suerte que corrió en el 2011 Muamar Kadaffi, quien terminó asesinado por los
bombardeos de la OTAN en su propio país. Como el mismo Putin reconoció después,
si China y Rusia hubieran actuado coordinadamente en ese momento -como sí lo
hicieron este año cuando Siria parecía tener el mismo destino que Libia- tal vez se
hubiera evitado esa “cacería”.

En definitiva, esta nueva cumbre de los Brics muestra un mundo donde volvió la
geopolítica, en otra demostración de cuán equivocada era aquella sentencia del “fin de
la historia” y qué breve en el tiempo resultó la hegemonía unipolar norteamericana, que
prometía convertir al resto de los estados en personajes de reparto, sin ninguna
incidencia en el libreto global.

Es casi una obviedad pero, en este marco, un país como Argentina sólo puede sacar
ganancia de la consolidación del bloque. Esté o no incluido en él. Nuestro país aspira a
superar su condición de subdesarrollo en base a su potencia como productor de
alimento, su considerable desarrollo industrial y científico y las reservas energéticas de
gas y petróleo. ¿Qué conspira contra ese futuro promisorio? Además de los intereses
mezquinos del sector más privilegiado de su propia sociedad, las mismas trabas que
diagnostican los Brics: un sistema financiero internacional que en lugar de ayudar a
equilibrar las cosas, se comporta como un disciplinador serial de países y sociedades.
ALVARO GARCIA LINERA

“Las tensiones creativas de la revolución”


A un año de la primera gestión de Gobierno del Estado Plurinacional, partimos de una
constatación primordial: hoy, el pueblo boliviano ha consolidado su unidad histórica
en torno a un único proyecto de Estado, economía y sociedad.

HACIA UN NUEVO HORIZONTE DE ÉPOCA

Del republicanismo propietario al republicanismo comunitario

Si uno se pone a pensar que hasta hace pocos años existía un apartheid
institucionalizado que segregaba a las mayorías indígenas de los poderes del Estado
republicano desde su fundación o, en la turbulencia e inestabilidad política estructural
que vivió Bolivia durante el periodo 2000-2005 (cinco Presidentes en cinco años), o en
las movilizaciones por la demanda de autonomía que intentaron ser aprovechadas por
segmentos fraccionalistas de las viejas élites regionales, hoy, cada una de estas
históricas divisiones sociales ha sido superada por la consolidación de una estructura
estatal plurinacional, autonómica y de un Gobierno Revolucionario que basa su solidez
y su estabilidad en la unidad del pueblo boliviano, de sus organizaciones sociales
indigenas-campesinas, obreras, vecinales y populares.

Durante los últimos 5 años, se han comenzado a demoler rápidamente los mecanismos
racializados de las decisiones estatales que marginaban a las mayorías indígenas. Se ha
derrotado al neoliberalismo recuperando el control social y estatal de la riqueza
pública, anteriormente enajenada a manos privadas extranjeras. Igualmente se ha
puesto fin a décadas de denigrante subordinación de las decisiones gubernamentales a
la Embajada norteamericana y a los organismos financieros internacionales. Hoy,
como nunca en la historia colectiva de la Patria, indígenas y mestizos compartímos las
decisiones del Estado y tenemos las mismas oportunidades en la toma de decisiones
públicas.

En estos años se ha comenzado a construir un tipo de Estado autonómico, resolviendo


de manera democrática una demanda que amenazó con fisurar la unidad del país.

En conjunto, fracturas y demandas que habían enfrentado a los bolivianos durante


siglos, y que habían subordinado al país a poderes externos durante décadas, han sido
resueltas mediante métodos democráticos y revolucionarios, tejiendo la unidad
soberana de la sociedad y la solidez del Estado.

También se derrotaron a las castas políticas, ineptas, y corruptas que administraron un


sistema de republicanismo-propietario que tanto daño le causaron al desarrollo de
nuestro país. Y por último, se triunfó sobre numerosas conspiraciones económicas,
políticas e incluso intentos separatistas de la unidad territorial de nuestra Patria.

En este sentido, las divisiones sociales de larga data y las más recientes, que
paralizaron las energías vitales de la sociedad boliviana, han venido siendo superadas
por el Proceso de Cambio que con la plurinacionalidad, la autonomía y la economía
plural está también levantado un nuevo republicanismo del común, comunitario,
sustentado en la ampliación de la riqueza colectiva de todos los bolivianos. Pero todos
estos logros y estas victorias históricas no hubieran sido posibles sin el movimiento
ascendente y envolvente de la unidad movilizada del pueblo. Hoy, después de una
década de intensas batallas, de suturas de los abismos estructurales que separaban al
pueblo boliviano, todos los trabajadores del campo y la ciudad han optado por un único
proyecto de Estado, economía y sociedad.

No se ve en el horizonte un modelo alternativo de generación y distribución de riqueza


distinto al que el Gobierno lleva adelante: de economía plural con liderazgo estatal en
los sectores estratégicos de la generación del excedente. No existe una propuesta
alternativa al de la plurinacionalidad descolonizadora que consolida una única nación
estatal en la que conviven múltiples naciones culturales y pueblos. No se tiene otra
opción de democratización superior del Estado que no sea la del reconocimiento de
múltiples formas plurales de democracia (directa, representativa, comunitaria) y de
desconcentración territorial del poder a través de las autonomías. Están sentadas las
raíces y posibilidades históricas de un proceso civilizatorio que a la larga tiende a diluir
el Estado en la sociedad, en lo que se ha denominado la perspectiva socialista y
comunitaria de un Estado integral

Por eso, de manera categórica, sostenemos que ahora el pueblo está más unido que
hace años y décadas atrás en torno a un gran proyecto societal. Pero esa unidad del
pueblo y estos logros de nuestra Revolución Democrática y Cultural no implican que
las tensiones, las diferencias internas, las contradicciones y las luchas hayan
desaparecido. Al contrario, siguen existiendo, e incluso a momentos se intensifican,
pero todas ellas se dan en el marco de representaciones, horizontes y expectativas
creadas por ese trípode societal: Estado plurinacional, régimen autonómico, e
industrialización de los recursos naturales en el contexto de una economía plural. Este
trípode es un horizonte de época, y es en su interior que ahora emergen las luchas, las
diferencias, las tensiones y contradicciones.

Algunas contradicciones anteriores se han desvanecido, otras han bajado de tono


dando lugar a unas nuevas y al reforzamiento de antiguas que no tenían tanto
protagonismo como el actual. Se trata de contradicciones y tensiones que tienen dos
características fundamentales. La primera, que a diferencia de lo que sucedía años
atrás, no propugnan un nuevo tipo de sociedad ni plantean un nuevo horizonte de
Estado o economía, sino la ralentización o la radicalización del proceso pero en el
marco del horizonte de época de la plurinacionalidad.

La segunda, que como son contradicciones al interior de los tres principios ordenadores
de la realidad y de las luchas por transformarla (plurinacionalidad, autonomía y
economía plural), son también contradicciones al interior del amplio bloque popular
que conduce y sostiene el Proceso de Cambio. Incluso las fuerzas conservadoras que
intentan utilizarlas para revitalizar su presencia, lo tienen que hacer con el lenguaje y el
norte que delimita el horizonte de época dominante.

En ese sentido, en términos del ciclo largo de la época revolucionaria iniciada el año
2000, el contenido y movimiento de estas contradicciones son propias de una nueva
fase del proceso revolucionario, la quinta --que analizaremos en detalle--, claramente
diferenciada de las contradicciones y luchas que caracterizan las fases anteriores.

LAS FASES DEL PROCESO REVOLUCIONARIO

Primera Fase: develamiento de la crisis de Estado

La primera fase de esta época revolucionaria se inició con la “Guerra del agua”. Si bien
es cierto que años antes hubieron numerosos esfuerzos de acumulación de fuerzas de
distintos sectores, la sublevación de abril del 2000 marcó una ruptura con todo el
consenso pasivo que el neoliberalismo había construido en 15 años. Aunque imparable
hasta entonces, se detuvo el proceso de privatización de los recursos públicos, en este
caso no estatales: el agua. Como nunca antes había sucedido, regionalmente se articuló
en esta movilización un gran bloque social-popular urbano y rural en torno al
movimiento campesino-indígena (regantes y productores de hoja de coca), que se
convertiría en el precedente de la misma articulación, ahora a nivel nacional, de todos
los sectores populares en torno a la candidatura del MAS en los años 2005, 2009. Pero
quizá lo más importante para la continuidad de este despertar fue saber que el régimen
neoliberal era débil, que se lo podía derrotar, lo que rápidamente dio lugar a un estado
de ánimo popular desobediente a las ideas fuerzas emanadas desde el poder y a una
predisposición material de la plebe a buscar su unificación y a movilizarse
expansivamente.

A esta primera fase del ciclo revolucionario la hemos denominado la del develamiento
de la crisis de Estado porque los pilares de la dominación estatal (institucionalidad,
ideas fuerza de legitimación, y correlación de fuerzas entre gobernantes y gobernados)
comenzaron a resquebrajarse irreversiblemente. Es el momento del develamiento de
las contradicciones de larga duración acumuladas durante siglos (Estado monocultural
contra sociedad plurinacional, Estado centralista enfrentado a la apetencia
descentralizadora de la sociedad) y de las contradicciones de corta duración
(nacionalización de las riquezas naturales contra privatización, monopolización de la
política contra democratización social).

Las sublevaciones de septiembre-octubre del 2000, en las que se produjo el bloqueo


nacional de caminos más largo de nuestra historia (23 días) y las crecientes
unificaciones sociales de los sectores populares en torno a un conjunto preciso de
nuevas ideas fuerza movilizadoras que emergían de la propia movilización social
(asamblea constituyente, nacionalización de los hidrocarburos), polarizaron
territorialmente el escenario de las clases sociales en el país. El bloque dominante
mantenía el poder, pero al frente tenía líneas internas y externas en las que las clases
subalternas de la ciudad y el campo le comenzaban a disputar el control territorial,
ideológico y simbólico de la sociedad. Las ideas fuerzas del neoliberalismo que
atrajeron pasivamente a las clases populares, empezaban a deshilacharse
aceleradamente frente a otras que crecían en el imaginario colectivo. Cuando ello dio
lugar a la constitución de un bloque social con capacidad de movilización territorial y
con voluntad de poder, esto es, con voluntad material de disputar palmo a palmo el
control y dirección de la sociedad, entramos en la segunda fase de la oleada
revolucionaria, la del “empate catastrófico”.

Segunda fase: el empate catastrófico

La cuestión no era simplemente que los de arriba no podían seguir gobernando como
antes ni que los de abajo no querían seguir siendo gobernados como antes. Lo que
sucedió fue que los de abajo querían gobernarse, como nunca antes lo habían hecho, y
esa sola determinación paralizó el orden estatal de dominación: dos bloques de poder
con dos proyectos de poder, con dos capacidades de presencia territorial y con
liderazgos antagónicos se disputaban el orden estatal paralizando hasta cierto punto la
reproducción de la dominación.

Existía un empate entre ambos proyectos de sodedad y encima era catastrófico por la
irresolución de la unicidad conducente del poder. Esta segunda fase duró del 2003 al
2008 y las contradicciones que se hicieron presentes enfrentaban antagónicamente e
irreversiblemente a dos proyectos de sociedad, de Estado y de economía, portadores de
dos voluntades de poder irreconciliables.

Tercera fase: capacidad de movilización convertida en presencia gubernamental

La tercera fase de la época revolucionaria se presentó solapada a la segunda y


aconteció con la sublevación política democrática de las elecciones que llevaron a la
presidencia al primer presidente indígena y campesino de nuestra historia.

Era un atavismo colonial el que ordenaba las razones vivenciales del mundo para las
clases pudientes y las clases subalternas: los indios estaban destinados a ser
campesinos, cargadores, sirvientes, albañiles y tal vez obreros, fuera de ello, el
universo estaba vacío, no había margen para otro curso de realización social. De la
misma manera, las élites mestizas y adineradas habían sido educadas para mandar,
dirigir y gobernar con una naturalidad como la que predice que el sol saldrá cada 24
horas por el horizonte. Resulta que este orden simbólico del universo de un día para el
otro se hizo añicos, o peor aún, se invirtió y los dominados, los hijos de mitayos, en
contra de todo orden y rigor de las cosas del mundo vividas desde hace 500 años,
llevaron a uno de los suyos, a un indio, campesino, trabajador, aymara, a la presidencia
de la República. Para la historia racializada del país, fue como si el cielo se hubiera
caído, como si los acerados desprecios de inferiorización escalonada con los que la
sociedad colonial ordenó el mundo a partir de los colores de piel y apellidos, se
convirtieran en polvo ante la insolencia de un campesino entrando al Palacio de
Gobierno.
Ese solo hecho ya es con mucho el acto más radical e imperdonable ante los ojos de los
pudientes, que la plebe pudo hacer en toda su historia. Sucedió. Los subalternos
dejaron de serlo, se hicieron en común, presidentes, gobernantes, ante el horror de las
miradas coloniales de aquellas estirpes que habían concebido el poder como una
prolongación inorgánica de su sangre.

Esta insurrección del orden simbólico de la sociedad que trajo la pérdida del gobierno,
más no aún del poder por parte de las clases dominantes, constituyó la tercera fase del
proceso revolucionario que se inició el 22 de enero del 2006 y que sacaría a luz,
precisamente, la contradicción antagónica entre gobierno controlado por las clases
populares y poder de Estado aún en manos de las clases pudientes y sus aliados
extranjeros. Fue un desplazamiento del antagonismo de los dos proyectos de sociedad
al interior del mismo Estado, y de las clases sociales en el Estado, ahí radica la novedad
de la contradicción antagónica.

Nos referimos claramente a una coyuntura política de Estado, dividido entre gobierno
controlado por los insurrectos, y poder de Estado (lógica y mando institucional)
controlado por las clases económicamente dominantes. En cierta forma es también una
radicalización de la segunda fase del empate catastrófico, pero la novedad del
desplazamiento territorial y clasista de este “empate” que se inscribe en la propia
institucionalidad dinámica del Estado, hace necesario tratarla como una fase
específica.

Cuarta fase: El punto de bifurcación o momento jacobino de la revolución

La cuarta fase de la época revolucionaria es a la que llamamos en otros artículos como


el punto de bifurcación, y que en un sentido más poético podría denominarse también
el momento jacobino de la revolución. Se trata del momento en que los bloques
antagónicos, los proyectos irreconciliables de sociedad que cubren territorialmente la
sociedad y el Estado, deben dirimir su existencia de manera abierta, desnuda, a través
de la medición de fuerzas, la confrontación (el último recurso que resuelve las luchas
cuando no hay ya posibilidades de otra salida).

Eso fue lo que sucedió entre agosto y octubre del 2008.

Tras el fracasado intento de revocar al presidente Evo, la oposición de la derecha


neoliberal de “media luna”, que tenía presencia territorial no só en Santa Cruz, Beni,
Pando, Tarija, sino también La Paz, Cochabamba y Sucre, optó por el golpe Estado.
Desde inicios de septiembre comenzaría asumir el control real de las ciudades de esos
departamentos impidiendo la llegada de las autoridad nacionales mediante el control de
los aeropuerto hostigando a los mandos policiales y a partir del 9 de septiembre
lanzándose a la ocupación y destrucción violenta de varias instituciones del Estado
bajo mando nacional. En dos días, más de 72 instalaciones gubernamentales resultaron
quemadas incluyendo el canal de televisión, la radio estatal, oficinas de la empresa de
telecomunicaciones, del Servicio de Impuestos Internos y del INRA. Grupos de choque
armados se desplazaron para controlar, o destruir como en el caso de Tarija con el
gasoducto que va al Brasil, las redes de distribución de carburantes. Para coronar el
golpe y con el ánimo de escarmentar cualquier intento de resistencia popular,
asesinarán a una decena de dirigentes campesinos en la localidad de Porvenir, del
departamento de Pando.

El Gobierno, que ya había previsto tiempo atrás que un tipo de acción golpista podría
darse por parte de la derecha, esperó a que los golpistas desplegaran sus iniciativas que
los deslegitimaron ante el pueblo y el mundo como fascistas, racistas y
antidemocráticos. Sin embargo, ante la primera muerte se respondió con contundencia,
velocidad y fuerza masiva. Se tomó militarmente Pando, el eslabón más débil de la
cadena del golpe, e inmediatamente se puso en marcha un plan de movilización
nacional y general de todo el pueblo, con el apoyo de las Fuerzas Armada hacia los
bastiones golpistas.

De todas partes del país, desde las comunidades, ayllus, minas, fábricas y barrios, una
estructura de movilización social se puso en marcha para defender la democracia y la
revolución.

La violencia de los golpistas horrorizó al país entero. El Presidente, al ordenar la


expulsión del embajador norteamericano, los dejó sin estratega y puente internacional.
Los sectores que los apoyaban, asustados, comenzaron abandonar a sus líderes y al
mismo tiempo la comunidad internacional condenar el golpe los dejó aislados. Ante la
inminente convergencia de multitudinarias fuerzas sociales populares y Fuerzas
Armadas, los dirigentes golpistas tuvieron que capitular.

Se trató ciertamente de un hecho de fuerza, de guerra social puntual en la que los


“regimientos” de los bloques de poder en pugna se midieron cara a cara para concurrir
al combate. En ese momento ya no contaba el discurso sino el potencial de la fuerza, y
a partir de esa evaluación y antes de la conflagración, los golpistas prefirieron
retroceder y rendirse. Ese fue el punto de bifurcación, el encuentro de fuerzas que
sobre el escenario del combate social dirimieron el control de poder del Estado.

En esta cuarta fase las contradicciones llegaron a su epítome real, a su origen y punto
de llegada obligatorio como materia estatal: al choque de fuerzas materiales. La fuerza
es el Estado en su condición de organización desolada y arcaica, en “ultima instancia"
si se quiere, y en esta fase, la contradicción antagónica por el control del poder estatal
tendrá que realizarse y dirimirse en base a la fuerza hasta aquí lograda, acumulada,
convencida, pero hecha fuerza desnuda y nada más.

Fruto de esa lucha desnuda de fuerzas, o bien el poder era retomado por las antiguas
clases dominantes, o bien asumido por el nuevo bloque de poder emergente. No habían
puntos intermedios ni posibilidad de mayor dualidad de poderes; era el momento de la
consagración de la unicidad del poder. Por eso, punto de bifurcación.

La consensuada modificación congresal de la Constitución en octubre del 2008


continuaría políticamente esta victoria militar y tras el desbaratamiento del intento
contrarrevolucionario del separatismo armado organizado por el grupo La Torre y sus
mercenarios contratados en Europa, el bloque nacional-popular quedaría consolidado
en el poder con la victoria electoral del Presidente Evo en las elecciones del 2009.

Quinta fase del proceso revolucionario: La emergencia de las contradicciones


creativas

Esta victoria cierra la cuarta fase o etapa de la época revolucionaria y da inicio a la


quinta que se caracterizará ya no por la presencia de contradicciones entre bloques de
poder antagónicos, entre proyectos de sociedad irreconciliables como sucedía hasta
aquí, sino que estará marcada por la presencia de contradicciones al interior del bloque
nacional-popular, es decir, por tensiones entre los propios sectores que protagonizan el
Proceso de Cambio, que se darán en torno a cómo llevarlo adelante. Se trata por tanto
de contradicciones no simplemente secundarias sino creativas porque tienen la
potencialidad de ayudar a motorizar el curso de la propia revolución. Cuando sucede
esto, estas tensiones devienen en fuerzas productivas objetivas y subjetivas de la
revolución.

En toda revolución existen tensiones y contradicciones de dos tipos, en primer lugar


están las fundamentales y antagónicas, que escinden estructuralmente las sociedades, y
en segundo lugar, las de carácter secundario (aquellas que el Presidente chino Mao Tse
Tung llamaba contradicciones en el seno del pueblo) que son superables mediante
métodos democráticos y revolucionarios

A lo largo de la vida de los pueblos y los Estados, las contradicciones fueron, son y
serán las fuerzas productivas de los cambios, las fuerzas productivas de la revolución,
el motor de la historia de las sociedades. En las contradicciones y tensiones se develan
los problemas que afligen a una colectividad, se visibilizan las diferentes propuestas de
solución de los problemas, y en las conflictividades mismas, develadas por esas
contradicciones, es donde la sociedad articula proyectos, alianzas y medios para
solucionarlas, parcial o plenamente. Tensiones y contradicciones son por tanto los
mecanismos mediante los cuales se logran los cambios y se impulsa el avance de una
sociedad, y forman parte indisoluble del curso democrático y revolucionario de los
pueblos.

En Bolivia hubieron, existen y habrán distintos tipos de contradicciones:


fundamentales, principales, secundarias, antagónicas y no antagónicas. Un ejemplo de
contradicción fundamental y antagónica fue la que, entre los años 2000 y 2009,
enfrentó abiertamente al pueblo boliviano con sus enemigos: el imperio en alianza con
terratenientes y sectores de la burguesía intermediaria aferrados a un neoliberalismo y
colonialismo depredador. Fue un tipo de contradicción que tuvo que ser resuelta a
favor del pueblo mediante métodos revolucionarios.

En ese mismo periodo (2000-2009) se presentaron contradicciones secundarias que


fueron resueltas y superadas mediante los métodos democráticos de la persuasión, el
diálogo, la articulación y la unificación de criterios. Estas tensiones fueron las que
enfrentaron el campo y la ciudad, a los trabajadores con el empresariado patriota
boliviano, a indígenas y no indígenas. Eran contradicciones secundarias al interior del
pueblo que pudieron ser resueltas mediante la construcción de alianzas y de acuerdos
sociales en torno a la nacionalización de los hidrocarburos, la ampliación de los
derechos colectivos y la igualdad de oportunidades, que garantizaron la unidad de
nuestro país para derrotar a los adversarios fundamentales.

Hoy, el 2011, a un año de la instauración de la construcción del Estado Plurinacional,


también nos encontramos ante la presencia de contradicciones fundamentales,
principales, y secundarias. La contradicción fundamental antagónica sigue siendo la de
la unidad del pueblo boliviano enfrentado al imperialismo que se resiste a reconocer
nuestra soberanía y capacidad de autodeterminación en la construcción de nuestro
destino.

Las contradicciones principales se muestran en la lucha del pueblo boliviano frente a


los residuos fragmentados del neoliberalismo, del gamonalismo regional, de la derecha
mediatizada y del colonialismo, que se oponen al Estado Plurinacional, a la autonomía
y a la industrialización.

Pero también surgen en esta nueva etapa de la Revolución Democrática y Cultural -y es


necesario que lo hagan tensiones secundarias y no antagónicas al interior del bloque
popular revolucionario, en el seno del pueblo. Una de éstas tiene que ver con el debate
fructífero, democrático y creativo respecto a la velocidad y a la profundidad del
Proceso de Cambio. Por ejemplo, hay algunos sectores sociales que piden una mayor
profundización de la revolución mediante la nacionalización de una parte de la minería
privada, en tanto que otros sectores obreros mineros, consideran que eso no es
necesario.

Esas tensiones y contradicciones secundarias, con las que tenemos que convivir, son
parte de la dialéctica del avance de nuestro proceso revolucionario y lo alimentan
porque son la fuente fundamental del desarrollo, del debate al interior del pueblo y de
la transformación social.

Nos detendremos en el análisis de cuatro de ellas para ver cómo es que en su interior
está contenida la vitalidad y la fortaleza del Proceso de Cambio hacia el futuro porque
son tensiones dialécticas y no contradictorias, que impulsan el debate colectivo sobre el
avance de la Revolución Democrática Cultural.
LAS TENSIONES CREATIVAS DE LA QUINTA FASE

Primera tensión: Relación entre Estado y Movimientos Sociales.

La primera de estas tensiones creativas, que está siendo resuelta mediante el debate
democrático, es la que se refiere a la relación entre Estado - movimiento social. El
Estado es por definición concentración de decisiones, monopolio sobre la coerción, la
administración de lo público-estatal, e ideas-fuerza que articulan a una sociedad. En
cambio el movimiento social y las organizaciones sociales son por definición
democratización de decisiones, amplia y continua socialización de deliberaciones y
decisiones sobre asuntos comunes. Gobierno de movimientos sociales es por tanto una
tensión creativa, dialéctica, productiva y necesaria entre concentración y
descentralización de decisiones. Como Gobierno se nos exige concentración rápida y
oportuna de la toma de decisiones. La gente espera acciones ejecutivas prontas que den
respuestas concretas a sus necesidades materiales. Pero a la vez, como organizaciones
sociales indígena-campesinas, obreras y populares en el Gobierno, se tiene una
dinámica orgánica que exige debate, deliberación, reconsideración de temas y
propuestas, ampliación de participantes en torno a esas decisiones. Y por tanto, el
gobierno del Presidente Evo al ser un Gobierno de movimientos sociales vive y tiene
que vivir continuamente esta tensión creativa entre concentración versus
descentralización de decisiones, entre monopolización socialización de acciones
ejecutivas, entre el tiempo corto para obtener resultados y el tiempo largo de las
deliberaciones sociales.

¿Cómo resolver esta tensión creativa de la revolución que estamos viviendo y venimos
desplegando? El año pasado propusimos el concepto de Estado integral como el lugar
donde el Estado (el centro de decisiones) comienza a disolverse en un proceso largo en
la propia sociedad, y donde ésta última empieza a apropiarse, cada vez más, de los
procesos de decisión del Estado. A eso le denominamos Estado integral y no cabe duda
que constituye la superación dialéctica de esta tensión entre Estado (como máquina que
concentra decisiones) y movimiento social (como máquina que desconcentra y
democratiza decisiones). Se trata ciertamente de un proceso que no puede ser resuelto a
corto plazo y que requerirá un largo proceso histórico, de avances y retrocesos, de
desequilibrios que parecieran inclinar la balanza a favor de uno u otro polo poniendo en
riesgo ora la eficacia de gobierno, ora la democratización de las decisiones. En realidad
nada está previamente asegurado y lo que queda hacia el futuro es vivir con esa
contradicción y desplegarla en todas sus variantes y potencialidades. La lucha y sólo la
lucha podrá mantener viva la contradicción durante décadas o siglos para que en un
momento dado esta disolución del Estado en la sociedad al fin pueda realizarse como
resolución histórica de esta contradicción.

Un segundo momento de esta tensión entre Estado y Movimiento Social, y de hecho


más importante que el anterior, es el que se da entre la expansión material del Estado
social y la función estatal de las comunidades y sindicatos agrarios.

Esta tensión ha sido reiteradas veces mencionada por el presidente Evo en sus
reuniones con los sindicatos. Cuenta él, cómo es que anteriormente el sindicato era la
institución social encargada no sólo de defender a los afiliados frente a las amenazas
agresivas del Estado: represión, exacción económica, etc., sino que además el
sindicato-ayllu era el encargado de proteger socialmente al afiliado, organizando el
trabajo común para construir escuelas, abrir caminos, socorrer a los afectados en caso
de desgracias, incluso resolver temas de propiedad de tierras o asuntos familiares.

El viejo Estado colonial solo existió frente al movimiento campesino como una
externalidad agresiva de la que no se recibía ni se esperaba nada, por el contrario, había
que estar al acecho para protegerse de sus agresiones políticas y económicas. De hecho
el colonialismo puede definirse como un estado de guerra perpetuo entre Estado y
sindicato- ayllu, atravesado por prolongadas treguas o armisticios temporales de no
agresión. Esta guerra suspendida fue denominada erróneamente “pacto de
reciprocidad” entre Estado y comunidad debido a la tolerancia entablada entre ambos,
a cambio del respeto del acceso a un poco de tierra por parte del ayllu, y a la
dominación, por parte del Estado.

Sería reciprocidad si ambos sujetos sociales entregaran algo a “cambio” de la


recepción de otro bien aunque de distinta naturaleza. Pero aquí, de lo que se trataba era
de treguas entre uno, el Esta-do que arrebata lo que no posee: tierras, trabajo y gente, y
el ayllu que sólo contiene, cada vez en un espacio territorial menor, la depredación de
sus territorios, su riqueza y su gente.

Tanto en tiempos coloniales como republicanos, el Estado no les dio nada ni al


sindicato ni al ayllu, y quien se constituyó en la institución encargada de proteger
social y políticamente a los miembros de la comunidad fue el propio sindicato-ayllu. El
sindicato, como auténtico poder territorial, otorgaba protección social, regulación
propietaria, justicia, sentido de pertenencia y de identidad. A esta función protectiva y
socializadora es a la que el presidente Evo ha denominado el sindicato-Estado porque
es el sindicato el que objetivamente se constituye como poder social, político,
territorial y cultural.

Sin embargo, la lucha-del sindicato por la descolonización del Estado que ahora
encabezan las organizaciones sociales, desde el Gobierno, ha significado precisamente
poner fin a este estado de guerra entre sindicato y Estado, apropiándose, modificando
la estructura social, funciones y composición interna del Estado. Se trata de una
demanda de democratización radical del Estado con el fin de hacer de él una
maquinaria de protección social, de ampliación de derechos y de unificación
participativa de la sociedad como corresponde a un Estado democrático-social. Nos
referimos a la apropiación del Estado por parte del sindicato-ayllu en lo que se refiere a
sus funciones organizativas y de gestión, es decir, la socialización y comunitarización
creciente del poder como parte de una profunda revolución política de la sociedad,
aunque al hacerlo, al cambiar el contenido social del Estado, construir la función
social-protectiva del mismo como iniciativa y programa revolucionario de los
sindicatos indígena-campesinos, paradójicamente se está a la vez perdiendo el poder
territorial del propio sindicato que ahora comienza a dejar de lado funciones
protectivas (salud, educación, carreteras, comunicación, apoyo ante los desastres,
cohesión interna) que ahora pasan a ser ejecutadas por el Estado.
Resulta así que las luchas de descolonización y apropiación del Estado por parte del
sindicato-ayllu están llevando a un repliegue de su propio poder como micro-Estado.
De esta manera, ahora en cada lugar del país, el sindicato ya no se organiza para
construir una escuela, una posta sanitaria, para abrir una carretera que comunique a sus
habitantes, para levantar un puente entre poblaciones o para dar ayuda a los
desamparados. No. Ahora se pide la escuela, la posta sanitaria, el camino, el puente y el
amparo ante la desgracia al municipio, a la gobernación, al gobierno nacional. Y no
importa el lugar donde se viva, la apropiación del Estado por parte de las
organizaciones sociales ha creado la conciencia práctica de derechos y de protección
social que hace recaer en el Estado y sus instituciones el cumplimiento de sus derechos
colectivos, en detrimento de la función estatal-local del sindicato-ayllu.

Sucede así que la apropiación del Estado por parte del sindicato es también una
apropiación del sindicato por parte del Estado, que puede llevar a un debilitamiento del
mismo sindicato-ayllu, de su poder de gestión y cohesión.

De esta manera la construcción del Estado integral, entendido como expansión


democratizada de las funciones sociales del Estado, reivindicada por la propia sociedad
organizada que anteriormente estaba excluida de esas funciones, lleva el riesgo de un
debilitamiento de las propias estructuras de los trabajadores creadas autónomamente
para gestionar las necesidades y la protección social. Pero si las organizaciones
sindicales no avanzan en esta ocupación-expansión del Estado social, éste regresa a su
situación de apariencia, de parcialidad colonial que beneficia a pocos, y los sindicatos
regresan también a su función de estructuras locales, corporativas fragmentadas y sin
sentido de universalidad, de comunidad universal.

De momento, y seguramente por muchos decenios hasta que la humanidad invente


otras estructuras y a los seres humanos capaces de crearlas y sostenerlas, que
administren lo universal, lo general, lo comunitario-universal, será a través del Estado,
de sus funciones de gestión socializada, que los pueblos puedan expandir
territorialmente la comunitarización del uso de lo común y la universalización de la
satisfacción de las necesidades humanas.

Los sindicatos y la sociedad necesitan expandirse, apropiarse, democratizar las


funciones de gestión protección por parte del Estado, y la nueva conciencia social que
le exige eso al Estado es una prueba de ese avance. Si se detienen en su avance, la
revolución como obra colectiva se detiene y los sindicatos regresan a sus funciones
localistas, dejando en manos de la burocracia la administración de lo universal y a
corto plazo dando inicio a la restauración el viejo Estado colonial “aparente”. De
hecho, las críticas al Gobierno de falta de “eficiencia”, de “capacidad”, con las que
atacan los partidos de derecha e intelectuales conservadores, conforman el nuevo
lenguaje racializado con el que las viejas élites restauracionistas buscan descalificar a
indígenas, trabajadores y campesinos, que dificultosamente, y con altibajos, aprenden
la gestión de lo común, de lo público.

Pero entonces cómo avanzar en la democratización expansiva del Estado-social a cargo


de los sindicatos-ayllus sin debilitar las estructuras sindicales y comunitarias
autónomas que tiene la sociedad. Se trata de una tensión necesaria y creativa del
proceso revolucionario. Detenerse es retroceder en el cambio. Avanzar, es crear
riesgos de debilitamiento de la autonomía social. Y ante ello, no queda más que seguir
adelante, revolucionarizar las condiciones de la propia revolución, asumiendo los
riesgos, reconociéndolos a cada momento y trabajando para remontarlos.

Por la experiencia hasta ahora desarrollada en estos años por algunas organizaciones,
es posible expandir la presencia del Estado social como protector de derechos (salud,
educación, transporte, servicios básicos, protección ante desastres, acceso a tecnología,
etc.) en tanto el sindicato-ayllu mantiene, refuerza y expande su acción autónoma
comunitaria al ámbito de la producción de riqueza, a la creación de un nuevo modo de
producción material de la riqueza cada vez más asociativo, más comunitario, más
social. Es ahí, en la producción, que la fortaleza comunitaria tiene ya un capacidad
heredada (control comunitario del agua, acceso a la tierra, pastos comunales, rotación
de cultivos, formas de circulación de la fuerza de trabajo) que puede ser el punto de
partida de una intensificación interna en el propio proceso de producción local
(familiar-comunal) y en la articulación productiva con otras comunidades.

Es en la creación de un nuevo modo de producción material crecientemente


socializado, expansivamente comunitarizado que se juega el destino postcapitalista de
la sociedad y del mundo y es ahí donde podrían comenzar a concentrarse las potencias,
las energías autónomas comunitarias de los sindicatos y de los ayllus. De esta manera
también el poder político de los Movimientos Sociales podría devenir en poder
económico directo, sin mediación estatal, sobre el cual podrían darse con el tiempo
nuevos ascensos revolucionarios que empujen la autodeterminación de la sociedad a
peldaños más altos.

Como se ve, es en esta tensión, en esta contradicción creativa al seno mismo de la


acción colectiva de la sociedad organizada que se pone en juego el avance de la
revolución y la inminencia de su retroceso. Pero no hay otra manera más de avanzar
que no sea afrontando las tensiones y contradicciones como fuerzas productivas de la
propia revolución. El no querer dar el salto con el único objetivo de no asumir riesgos
ni generar contradicciones es ya un retroceso. Las revoluciones sólo existen si avanzan,
si luchan, si arriesgan, si saltan a veces por encima del vacío sin la seguridad de que del
otro lado exista tierra firme. No hacerlo implica ya dejar de ser revolución.

Segunda tensión: Flexibilidad hegemónica frente a firmeza en el núcleo social

Una segunda tensión creativa es la que se da entre la amplitud social del proceso
revolucionario (la incorporación creciente de muchos sectores) y la necesidad de
garantizar la conducción indígena, campesina, obrera y popular del mismo. Es una
contradicción que uno puede visualizar, por ejemplo, entre trabajadores, obreros,
asalariados y el sector empresarial. La forma de su resolución es la ampliación, la
apertura y la conversión del significado de pueblo a todas y todos los bolivianos -sin
excepción- que apuestan por la descolonización, por el Estado Plurinacional, por la
igualdad entre los pueblos, por la autonomía democrática de las decisiones, por el
comunitarismo y la industrialización rectora de la economía plural, en fin, que
apuestan por el vivir bien.

Pero así como se tiene que apostar a una gran amplitud social que incorpore a vastos
sectores -incluso de carácter empresarial, vinculados y de profunda convicción
patriótica-, es imprescindible reforzar y garantizar el núcleo duro de la revolución: los
pobres, los humildes, los campesinos, los indígenas, los obreros, los vecinos, que no
cabe duda que son, en las buenas y en las malas, el núcleo, el baluarte y la garantía de la
conducción precisa y justa de nuestro proceso revolucionario.

La hegemonía del bloque nacional-revolucionario exige no sólo la cohesión de las


clases trabajadoras indígenas, obreras y populares, sino la irradiación de su liderazgo
histórico, material, pedagógico y moral, sobre las otras clases sociales que abarquen a
la inmensa mayoría de la población boliviana. Siempre habrá un segmento reacio a
cualquier liderazgo indígena y popular, y actuará como correa de transmisión de
poderes externos. Pero la continua consolidación del liderazgo plebeyo requiere que
las otras clases sociales, al tiempo de ser reeducadas en los intereses colectivos como
unidad suprema del país, consideren que su propia situación personal está mejor
conducida bajo el mando nacional de las clases trabajadoras.

Esta amplitud de acuerdos, de articulaciones sociales, coloca a los sectores populares


dirigentes ante el desafío de tener que incorporar parte de las necesidades de los
bloques sociales diferentes, y esto universales capaz de movilizar y unificar
crecientemente a la mayoría del pueblo boliviano. La victoria electoral del MAS, el
año 2005, se debió a su capacidad de levantar como voluntad de poder viable este
proyecto universalista de poder popular y es lo que consolidó programáticamente al
Gobierno del Presidente Evo como un Gobierno de los movimientos sociales.

Tras la victoria lo que se hizo fue llevar adelante ese programa construido en las
barricadas, en los bloqueos de carreteras, en las marchas e insurrecciones populares de
los años previos. La Asamblea Constituyente fue la primera medida de alcance general
que se impulsó, defendió, consagró y permitió, por primera vez en la historia, que la
Constitución Política del Estado sea redactada por los representantes directos de todos
los sectores sociales del país. La nacionalización de las empresas (YPFB, ENTEL,
ENDE, Huanuni, Vinto) materializaron otras de las demandas universales de los
trabajadores bolivianos y la redistribución de una parte del excedente económico
(Renta Dignidad, Bono Juancito Pinto, Bono Juana Azurduy) y su redireccionamiento
hacia los sectores anteriormente excluidos: créditos productivos con intereses
reducidos en el ámbito urbano y rural, transferencias directas a los más necesitados,
triplicación de los ingresos de alcaldías y gobernaciones, política de integración
caminera, incrementos salariales, mayor atención a los sectores de salud y educación,
etc. Todas esas medidas convirtieron el uso del Presupuesto del Estado, anteriormente
monopolizado para beneficio particular por unas diminutas élites empresariales, en
fuerza y poder económico general del pueblo.

Si visualizáramos el ciclo de la movilización social como una curva ascendente que se


estabiliza y vuelve luego a declinar gradualmente, podemos señalar que la primera
etapa o fase ascendente de esta “curva de movilización”, se caracteriza por la creciente
articulación de sectores sociales, la construcción de un programa general de
movilización y el surgimiento de una voluntad organizada y práctica de poder de las
clases subalternas. Es en esta fase ascendente que se visibiliza la crisis de Estado, se
amplía como “empate catastrófico”, esto es de antagonismo entre dos proyectos
históricos de sociedad y Estado, dos voluntades de poder social y dos bloques de
fuerzas de movilización territorializadas. Incluso la victoria electoral que vence el
atávico prejuicio colectivo de que los indios no están capacitados para gobernar
pertenece a este momento de rebelión ascendente de la sociedad. Esta es la fase heroica
del proceso revolucionario.

CICLO DE MOVILIZACIÓN SOCIAL

La estabilización de la movilización, la altiplanicie de la curva, es el momento de la


implementación de los primeros objetivos generales y universales de la movilización
colectiva, y también de las resistencias más agresivas, conspirativas, golpistas y
separatistas por parte del bloque de poder neoliberal descendente. A cada instante, el
proceso se juega la vida al implementar el programa general del pueblo ante el rechazo
violento de las clases dominantes desplazadas del control del poder estatal. Es el
momento de la fase guerrera y estrictamente jacobina del proceso que al tiempo de
llevar al movimiento social, convertido en poder de Estado, a defenderse de sus
enemigos de clase, recrea nuevas movilizaciones de defensa y nuevos horizontes de
universalidad programática, como la implementación de la desconcentración territorial
del poder (diversas formas de autonomía regional y cultural), la universalidad de los
servicios, la redistribución de tierras, la defensa de los derechos de la Madre Tierra, el
inicio del debate en torno a la industrialización de las materias primas.

La victoria militar, política y moral del bloque popular revolucionario sobre las clases
dominantes desplazadas (el “punto de bifurcación" de agosto-septiembre del 2008), el
desmantelamiento del intento separatista de la integridad territorial boliviana (marzo
del 2009), y la consolidación electoral de esta victoria en diciembre del 2009, darán
lugar al inicio del declive gradual y por oleadas del gran ciclo de movilizaciones.

Es el momento descendente de la gran oleada de movilización social iniciada 9 años


atrás. Y como sucedió en las dos etapas previas, esta nueva estará marcada por la
tensión de dos líneas de acción. La primera etapa de ascenso de la curva de
movilización estuvo tensionada por la posibilidad de articulación de una voluntad
colectiva de poder y la fragmentación regionalizada e impotente de la acción colectiva,
la segunda por el despliegue universal del programa de reivindicaciones populares
construido previamente y el riesgo inminente de una acción contrarrevolucionaria que
haga retroceder a la sociedad décadas de conquistas sociales. Y esta tercera etapa, la
descendente, estará a su vez signada por la tensión entre la consolidación
institucionalizada de las demandas universales y generales del bloque
social-revolucionario, y la fragmentación corporativista, sectorialista del bloque
popular, a partir de la cual a la larga podría rearticularse un nuevo bloque conservador
de derecha.

Se trata de una contradicción real al interior, en el seno del pueblo, y la continuidad del
proceso revolucionario boliviano dependerá de las formas democráticas y
revolucionarias que se adopten para canalizarla y regularla potenciando y tomando
partido por la tendencia universalista, general, comunitaria, revolucionaria, en
detrimento de la tendencia particular, privatizante, conservadora.

Esta tensión al interior del bloque social popular, entre lo general que beneficia a todos
y lo particular que sólo beneficia a unos pocos, es lo que precisamente estamos
viviendo desde el año 2010. Una victoria de la voluntad universalista del bloque
indígena-obrero-popular permitirá la consolidación expansiva y hegemónica del
proceso revolucionario. Por el contrario, si triunfa el particularismo corporativista y
gremialista en el accionar del pueblo, se marcará el inicio de un proceso degenerativo
de la revolución, y será el punto de partida para la restauración conservadora del
bloque empresarial adversario del pueblo.

Esto es lo que no entienden algunos intelectuales arrepentidos que sustituyen la


realidad por divagaciones conceptuales, que nunca se mancharon en el fragor de las
batallas reales de la plebe y que ahora, ante las recientes e inevitables dificultades de
esta nueva fase, abandonan el barco al que se adhirieron por moda para regresar al seno
de la clase media de la que nunca se desprendieron realmente.

Esta tensión entre las demandas universales y las demandas particulares al interior del
pueblo estuvo presente desde un inicio, y de hecho la revolución es precisamente la
constante revolucionarización del ser colectivo del pueblo como sujeto fragmentado e
individualizado y por ello dominado, para auto-constituirse en ser colectivo
comunitarizado, en unificación continua y reiniciada, una y otra vez. Pero antes no
adquiría un carácter visible y decisivo como para caracterizar la época. Ahora sí sucede
ello, y el punto de inicio de esta nueva etapa de la curva de movilización se da a inicios
del año 201OA fines del mes de junio, un grupo de dirigentes de la Confederación de
Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB), organización de los pueblos
indígenas de tierras bajas, iniciaron una marcha desde el norte del país para exigir se
atiendan sus demandas. La movilización fue forzada, pues el Presidente previamente
había citado a los dirigentes a reunirse con él, cosa que no fue tomada en cuenta
básicamente por el hecho de estar a pocas semanas del Congreso de la CIDOB donde
se debía renovar la directiva. Tomar decisiones radicales de fuerza antes de los
congresos, como también sucederá luego con la COB, suele ser un mecanismo de
reposicionamiento político de los dirigentes para la reelección.

Pero al margen de ello, la movilización ampliamente publicitada por los medios de


comunicación en propiedad de viejos militantes de partidos políticos neoliberales, se
llevó adelante durante varios días reivindicando una propuesta que fraccionaba el
bloque social revolucionario. Los dirigentes exigían que las tierras fiscales en tierras
bajas, incrementadas de 300.000 a más de 7 millones de hectáreas por acción del
Gobierno con la reversión de varias haciendas, pasen a propiedad exclusiva de los
pueblos indígenas de tierras bajas y no se las dote a los pueblos indígenas de tierras
altas y de los valles.

La Constitución Política del Estado reconoce en igualdad de condiciones y derechos


para acceder a esas tierras, a todos los pueblos indígenas y organizaciones campesinas,
y de hecho las naciones indígena-campesinas de los valles y tierras altas constituyen,
según el último Censo de población y vivienda, más del 60% de la población boliviana,
en tanto que los pueblos indígenas de tierras bajas agrupan a cerca del 3% de los
pueblos indígenas, y pese a su número, en los últimos años se les ha reconocido más de
11 millones de hectáreas a su favor.

Pedir que las tierras fiscales se asignen exclusivamente sólo al 3% de la población


indígena-campesina del país dejando de lado al 97% restante, que es la que más
necesita, no solamente era un despropósito social sino además un acto lamentable de
faccionalismo y egoísmo sectorial frente a las necesidades del resto del movimiento
indígena campesino del país.

Claramente se trataba de una mirada corporativa, privatista de lo público que logró la


más amplia adhesión de todas las fuerzas conservadoras del país para intentar
demostrar que los propios indígenas se separaban del Gobierno.

El Gobierno del Presidente Evo no podía dar luz verde a semejante reivindicación,
arriesgándose a ir en contra de los principios igualitarios y de justicia. Aún así, los
medios de comunicación aprovechándose de este planteamiento discriminador
buscaron mostrar que “las propias bases indígenas se enfrentaban” al Presidente
indígena.

En realidad esto era falso, pues las bases de los pueblos indígenas de tierras bajas
mantuvieron su apoyo militante al Presidente, sus iniciativas generales eran y son
permanentemente articuladas a los proyectos de gestión gubernamentales y sus
representantes participan en los distintos niveles de legislación del sistema de gobierno
regional, departamental y nacional del país.

De lo que se trataba entonces era de una movilización de dirigentes que habían perdido
el horizonte del interés general del proceso, que dejaban de lado la búsqueda de
reivindicaciones colectivas favorables para todos, y que se habían agrupado en torno a
un sobredimensionamiento de lo gremial, lo corporativo, lo privado, que no sólo dejaba
de lado los intereses de la inmensa mayoría de los pueblos indígenas del país, sino que
dañaba su vínculo con todo el bloque popular. De ahí que los que más aplaudieron la
marcha fueron los de la derecha mediática.

Lo que hizo el Gobierno fue mantener en alto los intereses colectivos generales de
todos los trabajadores, de todos los indígenas y explicarle al pueblo que una demanda
así no se podía cumplir porque podría agredir y fracturar la unidad de todos los pueblos
indígenas tan difícilmente construida en la Última década, e hizo llamados a los
dirigentes de la CIDOB a abandonar su actitud sectorialista.

Utilizando métodos democráticos de debate, de mutuo aprendizaje y persuasión al


interior del pueblo, el Gobierno explicó el carácter conservador del pedido y al final los
compañeros dirigentes rectificaron su equivocación desechándolo. Sin embargo, el
daño ya se había causado al desportillar la relación entre pueblos indígenas de tierras
altas con pueblos indígenas de tierras bajas, y de ambos con el resto de los sectores
populares.

Fue una contradicción secundaria al interior del movimiento popular que si bien
inicialmente afectó la alianza entre sectores, con el tiempo sirvió de base para
profundizar el debate democrático y pedagógico entre los distintos sectores sociales
populares en torno al impulso de las demandas colectivas de carácter general,
universal, que reactualicen, en condiciones superiores, la unidad de las clases
subalternas. Los frutos de ello se verán casi un año después cuando las distintas
organizaciones indígena-campesinas del país que forman el bloque de poder estatal,
elaborarán un proyecto de ley de Desarrollo Económico, privilegiando precisamente el
interés común de todos, y de todos ellos con el propio pueblo urbano y asalariado.

Meses después, el conflicto con las instituciones urbanas de la ciudad de Potosí tendrá
características similares en el marco de esta tensión conflictiva entre intereses
generales e intereses particulares.

Iniciado por una disputa acerca del lugar donde debería instalarse una fábrica de
cemento en el departamento, la dirigencia cívica potosina acicateará sentimientos
regionalistas en torno a la “defensa” de los límites departamentales con otro
departamento hermano (no con algún adversario extranjero sino con Oruro), dando
lugar a un paro de actividades varios días en la ciudad.

Pese al pedido expreso del Presidente de reunirse con los dirigentes días antes, la
huelga se llevó adelante en torno a reivindicaciones que la dirigencia cívica había
impedido resolver anteriormente (la puesta en marcha de Karachipampa entregada por
decisión cívica a un empresa norteamericana que no invirtió nada durante años), que no
dependían del Gobierno (acuerdo entre cooperativistas y cívicos para preservar la
estructura del Cerro Rico), o que ya estaban en ejecución (aeropuerto en el
departamento, carreteras, etc.).
Aprovechando un sentimiento regional, al final la movilización llegó al mismo punto
de partida en cuanto a resultados reales, pero claro nuevamente las fuerzas políticas
conservadoras de derecha intentaron mostrar a una ciudad enfrentada al Gobierno,
cuando en realidad la mayor parte de las exigencias ya estaban en ejecución antes del
conflicto.

Una vez más la mirada exclusivamente local, sectorializada, fisuró el bloque social
nacional, y el Gobierno al tiempo de ratificar el cumplimiento de las demandas
regionales volvió a defender, en primer lugar, los intereses comunes a todos los
sectores populares del país.

El último conflicto del mes de abril del 2011 entre dos fracciones de la COB y el
Gobierno, muestra con mayor claridad esta compleja contradicción entre lo privado y
lo común, entre lo particular-gremial y lo general-nacional.

Dos sectores sindicales promovieron la protesta Inicialmente fueron los dirigentes de


los asalariados de la Caja de Salud que salieron a oponerse a un derecho constitucional,
la implementación del Seguro Universal de Salud.

En Bolivia, la mayor parte de los trabajadores del país son campesinos,


microproductores, artesanos, comerciantes, asalariados precarios, que carecen de
seguro de salud. El presidente Evo, desde el año 2006, promovió la universalización de
la atención de este servicio como un acto de justicia social imprescindible para
proteger a toda la población del país. La iniciativa llegó al Congreso y fue frenada por
la oposición que controlaba el Senado y la mayor parte de las prefecturas, hoy
gobernaciones.

Con las elecciones del 2009, el partido de gobierno obtiene la mayoría en ambas
Cámaras legislativas y dirige la mayor parte de las gobernaciones, con lo que se hace
posible llevar adelante esta gran reivindicación general que beneficia a la mayoría del
pueblo.

Pues bien, los dirigentes de la Caja Nacional de Salud se movilizaron para oponerse a
esta universalidad del derecho a la salud argumentando que el Gobierno quería
confiscar los recursos de las “Cajas” para implementarla. Se trataba ciertamente de una
reivindicación ultra-conservadora, y encima errónea porque el Gobierno explicó, antes
del conflicto,que este seguro contaría con nuevos recursos económicos para su
implementación.

Pero esos argumentos no importaron. El temor corporativo de la dirigencia sindical de


ver afectadosintereses materiales privados ante los cambios que pudiera promover esta
universalidad del derecho a la salud, llevó a que el sector declarara un paro de
actividades de 2 semanas, que no sólo bloqueó el debate respecto al tema sino que dejó
sin atención de salud a miles y miles de asalariados asegurados que acudieron a los
centros públicos para ser atendidos.
El otro sector de la COB que se movilizó con un paro de actividades, fue el de los
maestros urbanos y rurales. Como lo vienen haciendo regularmente desde hace años,
centraron su reclamo en torno al incremento salarial.

El Gobierno del Presidente Evo, desde el año 2006, dada la importancia social de los
sectores de salud y educación, incrementó sistemática y crecientemente los salarios de
los trabajadores de esos sectores, y lo hizo de tal manera que siempre se garantizó un
aumento salarial anual por encima de la inflación, es decir un incremento permanente
de sus salarios reales. Entre el año 2006 al 2011, ambos sectores tuvieron un aumento
del 55% mientras que otros de la administración pública (funcionarios de ministerios y
burocracia estatal) mantuvieron sus salarios congelados. Desde que asumimos el
Gobierno, el Presidente, el Vicepresidente, los ministros y viceministros trabajamos
con salarios que fueron reducidos entre un 30 a 60% o más (en el caso del Presidente).

No dudamos que los funcionarios de salud y educación requieran un mayor ingreso,


pero también está claro que no se puede hacer todo de manera inmediata, y ese
incremento en la remuneración debe venir como resultado de un aumento en los
ingresos del país en su conjunto.

La política de austeridad administrativa que lleva adelante el Gobierno, tiene por


objetivo mejorar las condiciones de vida de los sectores más necesitados y concentrar
los recursos provenientes de la nacionalización y de los ingresos de las empresas
estatales para impulsar una base mínima industriosa en el ámbito de los hidrocarburos,
la minería, la agricultura y la electricidad para que generen riqueza de manera
sostenible, de tal forma que esos recursos sean utilizados para mejorar la calidad de
vida de los trabajadores, tanto de la ciudad como del campo.

Las necesidades son tan grandes en una sociedad en la que más de la mitad de la
población es pobre, que los pocos recursos no alcanzan para mejorar la vida de todos a
la vez, y entonces con lo que se tiene, deben apalancarse nuevos ingresos, a partir de
una nueva base industriosa que movilice las energías productivas de la mayor parte de
la sociedad, que originará gradualmente mayores excedentes capaces de ser utilizados
para satisfacer crecientemente las innumerables necesidades básicas de los distintitos
sectores sociales.

Desde la mirada salarialista del magisterio, los recursos ahorrados durante estos años
de nacionalización deberían ser directamente utilizados para mejorar los ingresos de
unos cuantos sectores asalariados de servicios, dejando de lado a otros mayoritarios en
el país, asalariados y no asalariados, y anulando indefinidamente cualquier propuesta
de construcción de una base material industriosa que produzca un mayor excedente
económico.

be trata ciertamente de una disputa por el uso productivo e improductivo del excedente
económico. La clase media estatal del sector educativo y de salud, o al menos una parte
de ella, impulsaba el uso corporativo y hasta privado de los recursos públicos, llegando
a plantear que las Reservas Internacionales se usaran para incrementar salarios. Por el
contrario, el Gobierno y los principales sectores obreros (de Huanuni, Corocoro, Vinto,
YPFB) e indígena-campesinos del país defendían un uso productivo, industrial y
agrario del ahorro colectivo nacional porque sólo de la creación de un mayor excedente
económico -resultado de ese uso-, se tendrán mayores ingresos para mejorar
sustancialmente los salarios de todas y todos los trabajadores y para el acceso a
mayores servicios públicos para toda la población. De ahí que la huelga general
indefinida de la COB se redujera a la parálisis de los servicios de salud pública y a la
suspensión de actividades de una tercera parte de los funcionarios del magisterio. El
resto de los obreros de la minería estatal, del sector petrolero, los fabriles, los
campesinos y artesanos, es decir el 95% de la clase trabajadora, mantendría sus
actividades normalmente y rechazarían esas iniciativas de privatización sectorializadas
de los recursos del Estado.

Aprovechando esta tensión al interior del bloque popular, la derecha conservadora no


sólo le brindaría una abrumadora presencia mediática a la movilización, sino que
durante semanas convertiría a varios dirigentes de la COB, anteriormente despreciados
por su origen popular, de la noche a la mañana, en vedets televisivos de los espacios de
noticias y de opinión de la cadena mediática opositora. Claro, lo que buscaba era
utilizarlos para enfrentar y criticar al Gobierno, en horas estelares. Y con una
ingenuidad complaciente, algunos dirigentes cayeron en esa manipulación política por
lo que acabado el conflicto retornaron a su anonimato. Informaciones posteriores
confirmarían una red de vínculos entre unos dirigentes de esos sectores y el segmento
más cavernario de la derecha política boliviana asesorada por su par norteamericana.

Con todo, la huelga de maestros y salubristas visibilizó nuevamente esta tensión entre
tendencias corporativas y hasta cierto punto privatistas al interior del bloque popular,
frente a las tendencias comunitaristas y universales del bloque popular.

Como Gobierno de movimientos sociales intentamos en todo momento someter a


debate público estas tensiones y resolverlas por vías democráticas impulsando a que la
vanguardia: indígenas, campesinos, trabajadores, obreros, vecinos y estudiantes
siempre lleve por delante la bandera del común, el interés del común, de la comunidad
que es toda Bolivia, privilegiándola, sin olvidar -evidentemente- la satisfacción
gradual de los intereses más locales y particulares que también forman parte del diario
vivir. En ese sentido, el horizonte comunitario no implica la anulación del individuo ni
del interés privado, es más bien la existencia razonable de ese interés (privado, local)
en medio de la satisfacción del interés común, de la Patria común, de la Patria de todos.

Aún así, hubo un momento que, ante la agresividad de un segmento de los movilizados,
un sector de los indígenas (de Omasuyos, del valle cochabambino y los padres de
familia de la ciudad de El Alto) consideró la posibilidad de una movilización
revolucionaria para contener la acción de esos dirigentes del sector salud y educación
que estaban buscando hacer de la movilización una acción política subordinada a la
estrategia general de desgaste del Gobierno impulsada por la derecha neoliberal.

Al final la movilización quedó aislada; el Gobierno en consulta con los obreros


mineros y las confederaciones indígenas y campesinas mantuvo su posición de defensa
del interés de todas y todos los bolivianos, hizo conocer en detalle el programa en
marcha de reactivación e industrialización del aparato productivo (de hecho apoyado
unánimemente por la totalidad de los delegados sindicales de la COB presentes durante
las negociaciones) y no cedió ante la tentación privatizante presente al interior de
algunos dirigentes sindicales. Esto mostró que pueden existir formas democráticas y
formas revolucionarias para resolver las contradicciones al interior del pueblo, y que es
importante el trabajo de ideologización del movimiento sindical urbano a fin de
reforzar los planteamientos comunitarios, comunistas y socialistas debilitando las
focos de la ideología privatizante, corporatista y exclusivamente salarialista que aún
están presentes, especialmente por la acción de residuos de la derecha partidaria y del
trotskismo.

Cuarta tensión: El Socialismo Comunitario del Vivir Bien

Una última tensión que impulsa la dialéctica y el proceso de nuestra revolución, es la


contradicción creativa entre la necesidad y voluntad de industrialización de las
materias primas, y la necesidad imprescindible de Vivir Bien entendido como la
práctica dialogante y mutuamente vivificante con la naturaleza que nos rodea.

Veamos primeramente el tema de la industrialización.

La nacionalización de los recursos naturales no puede completarse y expandirse si no


se pasa a una segunda fase que es la industrialización de esos recursos. Se trata
ciertamente de un tema de mejora en los ingresos del Estado pues los productos
industrializados y semiindustrializados son portadores de un mayor valor agregado con
el potencial de beneficiar económicamente al país en mayor medida a la actual simple
exportación de materias primas. Pero además, la industrialización crea una capacidad
productiva nacional, un manejo tecnológico y un conjunto de saberes científicos que
dan al país una base para impulsar crecientes variedades de actividades industriosas,
intensivas en tecnología y mano de obra, que podrán transformar la rezagada
infraestructura laboral primario-exportadora.

La industrialización de las materias primas es una antigua demanda popular emergente


de la dolorosa constatación que a lo largo de 500 años Bolivia aportó al mercado
mundial ingentes cantidades de materias primas, dando lugar a emporios industriales y
al crecimiento acelerado de las economías receptoras, pero dejando al país inerme y en
la pobreza económica. Por eso es que durante los años 2006-2009, el Gobierno de los
Movimientos Sociales se lanzó rápidamente a nacionalizar las empresas estatales
anteriormente privatizadas del sector hidrocarburífero (YPFB), Huanuni, Vinto,
ENTEL, ENDE. Hoy, la mayoría, empresas públicas consolidadas pese a las
dificultades de contar con personal técnico capacitado, la mayor parte inclinado a la
actividad privada por el nivel de los salarios. Y a partir del año 2010, se inició la
segunda etapa del proceso nacionalizador, consistente en la industrialización misma.

No es fácil avanzar, en primer lugar, porque no tenemos experiencia en ello, se trata de


un proceso novedoso en el que hay que ir aprendiendo al mismo tiempo en que se lo
realiza. En segundo lugar, porque es un proceso costoso y por tanto se requieren
inversiones muy grandes, posiblemente las mayores de toda la historia económica del
país. Una petroquímica, por ejemplo, cuesta cerca de 1.000 millones de dólares, una
termoeléctrica grande, entre 1.000 a 3.000 millones de dólares, cantidades nunca antes
imaginadas por el país. Y en tercer lugar, porque se trata de un proceso largo, pues
mínimamente se requieren de al menos 3 años para ver funcionar las industrias más
pequeñas, 5 o 6 las medianas y 10 años o más, las más grandes.

El Gobierno ya tomó la decisión de industrializar el gas, minerales como el litio, el


hierro, y algunas reservas de agua. Cada una de esas actividades productivas requiere
mucho esfuerzo, tiempo y dinero, pero al final una vez puestas en marcha son ellas las
que permitirán multiplicar los ingresos monetarios del país por tres, por cinco o más
logrando una base duradera para mejorar salarios, construir más infraestructura,
mejorar los bonos a los niños, a los ancianos, a las mujeres, etc. Esta es una de las
mayores demandas históricas del pueblo boliviano como también lo fueron la
plurinacionalidad y la autonomía, y nuestro Gobierno la asume como un reto a cumplir
lo más pronto posible.

Algunos intelectuales políticamente erráticos han intentado interpretar este proceso de


construcción de empresas públicas como un tipo de capitalismo de Estado, que no
contribuiría a consolidar una mirada comunitarista. Cometen un terrible error
conceptual que encubre un conservadurismo político sin excusa. Se trata de un falso
debate porque el capitalismo es, por definición, usufructo del trabajo ajeno para la
acumulación de riqueza privada. Durante el capitalismo de Estado de los años 50, las
empresas estatales se utilizaron para el beneficio de ciertos grupos particulares, de una
clase burocrática que usufructuó personalmente de esos ingresos y los transfirió a otros
sectores empresariales, intermediarios, hacendales, etc.

Por el contrario, los procesos de industrialización que está impulsando el Estado


Plurinacional lo que hacen es, en primer lugar, generar un tipo de valor, en algunos
casos bajo la forma de renta, que no se acumula privadamente ni se usufructúa
dispendiosamente de manera privada. Esto marca una diferencia estructural con las
experiencias previas de capitalismo de Estado. Pero además, el Estado Plurinacional
que redistribuye la riqueza acumulada entre todos los sectores sociales,
simultáneamente prioriza el valor de uso y la necesidad por encima del valor de
cambio, es decir, la satisfacción de necesidades por encima del lucro y la ganancia. Es
el caso de los servicios básicos declarados como un derecho humano y por tanto objeto
de acceso en función a su necesidad y no a su rentabilidad, lo que lleva a políticas de
subvención. El acceso al agua está subvencionada, lo mismo el crédito a los pequeños
productores, y el Estado también compra productos agrícolas para garantizar soberanía
alimentaria y su venta a precio justo. En ese caso, los precios para que los
consumidores accedan a esos productos no se regulan por su valor--mercantil
capitalista sino por su valor de uso. Entonces el Estado, a través del excedente
generado en la industrialización, comienza a desprenderse gradualmente de la lógica
capitalista de la apropiación privada como norma económica e introduce
expansivamente la lógica del valor de uso, de la satisfacción de necesidades, de
fundamento comunitario y comunista, como principio rector de actividades
económicas.
Hablamos por tanto de otro régimen social en construcción con avances y retrocesos,
eso es lo que estamos haciendo, potenciando al Estado como el mecanismo de
generación de riqueza, no para la acumulación de una clase sino para su redistribución
en la sociedad, especialmente entre los más humildes, los más pobres y los más
necesitados, que son el alma, el sentido profundo y el norte final de todas nuestras
acciones como Gobierno.

Pero a la vez, esta fuerza económica de generación de excedentes a ser redistribuidos


entre la sociedad entera y utilizados para potenciar el valor de uso no capitalista genera
un conjunto de efectos, de agresiones a la madre naturaleza, al medio ambiente, a la
tierra, a los bosques, a los cerros, daños que a la larga afectan irremediablemente al
propio ser humano.

Toda actividad industriosa tiene un costo natural, siempre ha sido así pero lo que hace
el capitalismo es subordinar las fuerzas de la naturaleza, retorcerlas y degradarlas al
servicio del valor de cambio, de la ganancia privada, no importándole si con ello se
destruye el núcleo reproductivo de la propia naturaleza. En el fondo el capitalismo es
suicida pues en su acción devoradora y devastadora destruye la naturaleza y a la larga
también al ser humano. Nosotros tenemos que eludir ese destino fatal, y ahí la fuerza de
la comunidad agraria se presenta como un horizonte, como un principio ordenador de
la relación entre las necesidades del ser humano y las de la naturaleza como totalidad
viva.

Las fuerzas productivas comunitarias y la ética laboral agraria incorporan una mirada
distinta a la lógica capitalista respecto a cómo vincularnos con la naturaleza. Nos
proponen ver a las fuerzas naturales como componentes de un organismo vivo, total,
del que el ser humano y la sociedad son tan sólo una parte dependiente y que por tanto
el usufructo de sus potencias productivas naturales, entendidas como tecnologías y
saberes sobre la naturaleza, deben darse en el marco de una actitud “dialogante” y
re-productora de esa totalidad natural.

Las formas comunitarias han desplegado una tendencia de una otra forma social del
desarrollo de las fuerzas productivas en las que la naturaleza es concebida como la
prolongación orgánica de la subjetividad humana, que se debe velar para su
continuidad creadora pues de esa manera se garantiza también la continuidad de la vida
humana para las siguientes generaciones.

“Humanizar la naturaleza y naturalizar el ser humano” proponía Marx como alternativa


al suicidio social y a la destrucción de la naturaleza im-pulsada ciegamente por la
lógica capitalista de la valorización del valor. A eso le llamaba Marx el comunismo, la
realización de la lógica total del “valor de uso” de la naturaleza en el ser humano y del
ser humano realizado en la naturaleza. En eso consiste el Vivir Bien: en utilizar la
ciencia, la tecnología y la industria para generar riqueza, de otra manera con qué se
podrían construir carreteras, levantar postas sanitarias, escuelas, producir alimentos,
satisfacer las necesidades básicas y crecientes de la sociedad. Pero a la vez necesitamos
preservar la estructura fundamental de nuestro entorno natural para nosotros y las
generaciones que vendrán, que tendrán en la naturaleza la realización de sus infinitas
capacidades para satisfacer sus necesidades sociales.

Industrializar sin destruir el fondo estructural del entorno natural-social de la vida,


preservar las capacidades naturales para las futuras generaciones de todos los seres
vivos pero a la vez producir riqueza para satisfacer las actuales necesidades materiales
insatisfechas de la población, esa es la tensión, la contradicción viva que nos plantea el
presente que no puede ser respondida por el capitalismo como tal, que sólo se preocupa
por la riqueza material a costa de la destrucción de la riqueza natural, y además para el
aumento de la ganancia de unos pocos,

la ganancia privada de una clase social.

Necesitamos industrializarnos pero también


cuidar la naturaleza y preservarla para los siguientes siglos.
El capitalismo la depreda, la destruye,
la utiliza con fines de lucro y no para la satisfacción de las necesidades.

Esta tensión creativa es la que el Presidente Evo ha llamado el socialismo comunitario


del vivir bien, la satisfacción de las necesidades materiales humanas mediante el
diálogo vivificante con la naturaleza, preservándola para preservar también el destino y
el bienestar común de las futuras generaciones de todos los seres vivos.

La inclinación hacia el industrialismo desbocado lleva a la reproducción de la dinámica


depredadora y a la conversión de las fuerzas productivas en fuerzas destructivas de la
sociedad y de toda la naturaleza, y a su vez, la actitud contemplativa de la naturaleza
lleva a la preservación de las carencias materiales de la sociedad, y en ambos casos, a la
continuidad del proceso de producción y reproducción capitalista de los seres
humanos. En cambio, vivir la tensión permanentemente, desplegando las capacidades
técnicas del conocimiento que afectan el entorno natural pero que también son capaces
de reproducir el fondo estructural de ese entorno natural es el gran desafío para eludir y
superar las formas “grises” o “verdes” de la vorágine capitalista.

Las tensiones secundarias creativas como fuerzas productivas del Proceso de


Cambio

Nos hemos referidos a cuatro tensiones creativas al interior del bloque popular,
contradicciones que han emergido por el propio curso de las cosas, que a pesar de las
complicaciones o diferencias que generen entre los distintos sectores sociales
populares y al aprovechamiento que hagan de ello los sectores reaccionarios de la vieja
élite neoliberal, son tensiones, temáticas y divergencias que visibilizan debates al seno
del pueblo, que involucran a la sociedad laboriosa ya sea para observar, defender,
acelerar o fortalecer su proceso revolucionario. Por eso son contradicciones
vivificantes y dialécticas de nuestro Proceso de Cambio, fuerzas productivas de la
revolución cuya existencia y tratamiento democrático y revolucionario nos permitirán
avanzar.

Se trata de tensiones propias de un proceso revolucionario que tiene que afrontar


problemas, contradicciones y nuevas luchas no previstas ni planificadas con
anterioridad porque así son las verdaderas revoluciones. Quienes crean que las
revoluciones son una tasa de leche de unanimidad absoluta no saben de lo que hablan,
y malinterpretan el término de revolución que lo entienden sólo a través de libros. Las
revoluciones son flujos caóticos de iniciativas colectivas sociales, impulsos
fragmentados que se cruzan, se enfrentan, se suman y articulan para volver a dividirse
y cruzarse. Nada está definido de antemano. No se tiene un programa escrito o una
propuesta que sea capaz de preveer lo que vendrá.

Cada revolución es única por las fuerzas que la promueven, por la historia de los
adversarios que enfrenta, por los problemas, territorios y raíces singulares e irrepetibles
de quienes se involucran. Las revoluciones son flujos de lava social que se despiertan
por todas partes y hacia todas partes y en las que cada nuevo paso es un referéndum
mismo sobre el curso de la revolución. Las revoluciones no tienen un curso
predeterminado, si lo tuvieran no serían tales sino decisiones burocráticas de un poder
que ha expropiado el alma al pueblo. Ellas avanzan, se detienen, retroceden, se caen y
vuelven a avanzar nuevamente, a veces sin saber bien cuál es el siguiente paso,
inventando a cada rato su itinerario.

Las luchas y contradicciones no pueden pues asustar a los revolucionarios porque son
la sangre, el hálito de vida, el impulso fundante de las sociedades, de las clases
sociales, de la propia vida de los revolucionarios, del cielo que nos cobija a todos.

La vida es sinónimo de lucha sumada a contradicción, y en el caso de nuestra


revolución, las clases populares, su vanguardia indígena- campesina-obrera y vecinal
es la condensación viviente de esas contradicciones, de esas luchas, cuyo producto será
su autoemancipación. Comprenderlas y articularlas como un flujo de voluntad de
poder común, comunista, capaz de remontar a cada paso las iniciativas de las clases
pudientes y conservadoras, es la tarea del Gobierno de los Movimientos Sociales,
teniendo presente que habrán victorias temporales y derrotas hirientes que nos
obligarán a conseguir nuevas victorias y así hasta el infinito, hasta que el tiempo
histórico conocido hasta hoy se detenga, se quiebre y surja uno nuevo, universal, de los
pueblos del mundo en el que el bienestar de la humanidad sea el producto consciente y
deseado del trabajo de todas y todos.
ECONOMÍA

CENDA
“La macroeconomía después de la convertibilidad” (2010)
El Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA) fue el espacio de
nucleamiento de un gran número de compañeros y compañeras de profesión
económica que hoy son pilares fundamentales de la gestión del gobierno popular. Este
texto, escrito entre 2009 y 2010 colectivamente por Emmanuel Álvarez Agis, Nicolás
Arceo, Carlos Bianco, Luis Campos, María José Castells, Patricia Charvay, Augusto
Costa, Ana Laura Fernández, Marcos Gallo, Gastón Ghioni, Cristian Girard, Miguel
Giudicatti, Mariana González, Axel Kicillof, Federico Marongiu, Nuria Mendizábal,
Cecilia Nahón, Javier Rodríguez, Marcela Sacavini, Carla Seain y Federico Wahlberg.

LA MACROECONOMÍA DESPUÉS DE LA CONVERTIBILIDAD

Para encuadrar el presente capítulo es conveniente situar el período de análisis dentro


de una perspectiva histórica amplia. Remontémonos por un instante a la década de
1970. La política económica implementada por la dictadura militar a partir de marzo de
1976 vino a poner fin a la etapa conocida como de Industrialización por Sustitución de
Importaciones (ISI).(1) Se inició así un largo ciclo signado por el retroceso de la
producción de manufacturas destinadas al mercado interno. Desde entonces, las
medidas instrumentadas por los sucesivos gobiernos (ya sea dictatoriales o
democráticos) fueron variadas y abarcaron todas las esferas de la acción estatal. No
obstante, es posible señalar un factor común que -con variable intensidad- se sostuvo a
lo largo de casi tres décadas y orientó de un modo u otro los distintos programas: el
sistemático repliegue del Estado en materia de planificación, control y gestión directa
de la economía. Con apoyatura en la teoría económica ortodoxa, que acostumbra
atribuir el grueso de las dificultades económicas que enfrentan los países al exceso de
gasto público y a una pretendida e intrínseca ineficiencia del Estado, no sólo se
procedió a desarticular gradualmente tas prestaciones clásicas del Estado benefactor,
sino que también -y especialmente- a suprimir la batería de incentivos y mecanismos
de protección ante la competencia externa que habían contribuido a forjar y a apuntalar
a un sector manufacturero de considerable densidad e importancia.

En el contexto de esta larga etapa, tas políticas económicas de la década de 1990


constituyen la expresión más acabada y la verdadera culminación del “proyecto
desindustrializador”. Durante estos años, la retirada del Estado cobró un impulso
vigoroso a través de un salvaje programa de privatización de las empresas y servicios
públicos, alcanzando incluso al sistema estatal de jubilaciones en su conjunto. Al
mismo tiempo se desregularon prácticamente todos los campos de la actividad
productiva local en el contexto de una indiscriminada apertura de la economía ai
mercado mundial, dando lugar a una libertad sin precedentes tanto para el tránsito de
bienes cómo para los flujos financieros internacionales.

El generalizado proceso de ajuste, apertura, liberalización y desregulación se enmarcó


en una tendencia mundial que estaba operando en esta dirección. Las economías
centrales -con la Gran Bretaña de Margaret Thatcher y tos Estados Unidos de Ronald
Reagan como casos paradigmáticos- pusieron en marcha desde mediados de la década
de 1970 un proceso de similar espíritu antiestatal y anti-trabajador como respuesta a la
crisis del sistema de Bretton Woods. Este fenómeno reflejó el feroz resurgimiento -tanto
en la academia como en el ámbito de la política económica- del liberalismo y el
fundamentalismo de mercado como corriente hegemónica, luego del predominio del
“Consenso Keynesiano” durante la Edad de Oro del capitalismo. A partir de entonces,
el denominado “Consenso de Washington” vino precisamente a resumir las
recomendaciones de política de la crecientemente influyente doctrina conocida como
neoliberalismo para los países de América Latina después de la crisis de la deuda de los
años de 198o. (2)

Desde el punto de vista macroeconómico, que es el que aquí interesa resaltar, el


programa que implemento y sostuvo Carlos Menem desde la presidencia y Domingo
Cavallo desde el Ministerio de Economía tuvo como piedra angular a la política
cambiaría. Una vez iniciado el proceso de fuerte desregulación, privatización, apertura
y ajuste presupuestario (alimentado durante los primeros años por los fondos
provenientes de la venta de las empresas públicas), el Parlamento aprobó en 1991 la
Ley de Convertibilidad N° 23.928. El propósito inmediato del programa de
Convertibilidad fue detener la escalada inflacionaria que en 1989 había hecho crecer
los precios hasta rozar una estratosférica tasa del 5.000% anual. Para frenar la
espiralización de los precios se adoptó un régimen de tipo de cambio fijo que ataba por
tiempo indeterminado la moneda local a la divisa norteamericana a razón de un peso
por dólar. En la esfera dinerada el esquema se completaba con la subordinación de la
base monetaria al movimiento de las reservas internacionales, así como la dolarización
y la prohibición de la indexación automática de los contratos (en especial de los
laborales). (3)

Con estas simples reglas se buscaba terminar con las tres causas que, según la
perspectiva ortodoxa, se encontraban detrás del incremento de los precios: el
descontrol en la emisión monetaria, en especial cuando se originaba en la monetización
del déficit fiscal; los "desmedidos” aumentos salariales; y las expectativas de
devaluación. En rigor, se trató de un gigantesco programa de ajuste “dinámico”
establecido por ley, que limitaba (o más bien impedía) la aplicación de políticas
monetarias y fiscales expansivas y, en general, restringía la adopción de cualquier tipo
de política redistributiva.
Lo cierto es que el paquete de medidas implementado logró su objetivo inmediato
aunque, como quedaría claro más adelante, lo hizo a través de un canal completamente
distinto al anunciado por sus creadores. Ya desde la puesta en marcha del programa, la
moneda local se encontraba significativamente apreciada (Porta, 1995), y en los
primeros años de vigencia de la Convertibilidad el grado de apreciación se incrementó
por el crecimiento de los precios internos. La combinación de sobrevaluación
cambiaria y apertura comercial que se extendió en el tiempo resultó ser un ancla
efectiva para los precios internos de los bienes transables, pero también determinó un
crecimiento acelerado de las importaciones, que se quintuplicaron entre 1991 y 1994.
Sin tugara dudas, éste fue el núcleo de la política de desindustrialización.

El éxito en la contención inflacionaria fue tan veloz como rotundo, y le otorgó un gran
prestigio al programa económico desde sus inicios. Sin embargo, los múltiples y
temibles “efectos secundarios” del amargo remedio anti-inflacionario pronto se fueron
manifestando con crudeza. Por un lado, la plaza local se convirtió en presa fácil para el
juego de los capitales especulativos: la estabilidad cambiaría combinada con una tasa
de interés comparativamente elevada reforzó el ingreso de flujos destinados a los
negocios financieros. Parte del empresariado local -de origen nacional y extranjero-
pronto comenzó a dedicarse a esta rentable actividad. La mecánica especulativa era
simple pero no por ello menos redituable: aprovechando las condiciones favorables, se
tomaban créditos en el exterior y se colocaban las divisas obtenidas en el mercado
local; una vez realizada la ganancia, los fondos acumulados se convertían nuevamente
en dólares (comprados con pesos sobrevaluados) que posteriormente se giraban al
exterior. De esta forma, se accedía a ganancias extraordinariamente altas en dólares,
superiores a las que ofrecían los mercados financieros internacionales. Otro tanto
ocurrió con los prestadores de servicios públicos privatizados, que cobraban
internamente tarifas internacionalmente elevadas en dólares y luego remitían al
exterior sus beneficios multiplicados por el abaratamiento de la divisa. Así, la
combinación de apertura con sobrevaluación cambiaría se convirtió en una fuente de
negocios financieros y en la ruina para la producción local.

Las nuevas reglas de política económica, por su parte, dejaban maniatado al sector
público. Obligado a garantizar la paridad cambiaria y sin posibilidades de expandir la
oferta monetaria o de incentivar el uso del crédito, el Estado debía perseguir
desesperadamente un resultado fiscal superavitario mediante el ajuste de sus gastos,
tarea que se emprendió con entusiasmo pero con poco éxito. Mientras tanto, el
recurrente déficit de cuenta corriente junto con la salida de divisas hacia el exterior
(“fuga de capitales”) generaban fuertes presiones devaluatorias de la moneda
argentina, que el Estado debía conjurar para mantener la regla cambiaría. Luego de
haber agotado los recursos provenientes de las privatizaciones, la creciente necesidad
de dólares debió ser aplacada mediante el exponencial crecimiento del endeudamiento
externo, fenómeno que fue posible gracias al cambio en la dirección de las corrientes
mundiales de capitales, que -a diferencia de la década de 1980- en la nueva coyuntura
se encontraban a disposición de los países periféricos. En términos esquemáticos, el
Estado se endeudaba para obtener dólares que luego volcaba masivamente al mercado
cambiado para mantener la paridad artificial que se había fijado. Esas divisas
abaratadas eran luego apropiadas por los beneficiarios del esquema y nuevamente
giradas al exterior.

En lo que respecta a la estructura productiva, la tendencia a la desindustrialización


iniciada en la década de 1970 se aceleró y profundizó. El efecto más devastador sobre
lo que a esa altura quedaba del tejido manufacturero provino precisamente de la
combinación entre la apertura de la cuenta corriente y la apreciación cambiaría propia
del régimen convertible. A grandes trazos, el nivel del tipo de cambio contribuyó a que
la producción nacional se encareciera en relación a la extranjera, estimulando las
importaciones e impidiendo que alcanzara niveles adecuados de competitividad. Oe
este modo se potenció el sesgo de la economía hacia un perfil estructural vinculado con
las finanzas, los servicios y ia producción primaria, actividad que logró sobrevivir e
incluso expandirse gracias a las extraordinarias condiciones agroecológicas de las
tierras argentinas.(4 )Desde el punto de vista social, el avance de la desindustrialización
tuvo como resultado el acusado deterioro de las condiciones de vida de los
trabajadores, el sistemático incremento del desempleo y el aumento sin precedentes de
los niveles de pobreza. Para peor, estas tendencias fueron reforzadas por una batería de
reformas “pro-mercado”, entre las cuales se destacan una serie de medidas que
apuntaban a ftexibilizar el mercado laboral, cuya rigidez era vista como el principal
determinante del creciente desempleo que afectaba a la población económicamente
activa. Esta trayectoria de vertiginoso retroceso contrastaba notoriamente con el
enriquecimiento de las clases y sectores nacionales y extranjeros favorecidos por el
régimen macroeconómico, que consiguieron multiplicar y girar al exterior la riqueza
generada en el país gracias a la conversión de los pesos en divisas a un tipo de cambio
apreciado.

En consecuencia, el régimen de Convertibilidad consiguió sobrevivir durante una


década al costo de acumular fuertes desequilibrios económicos y sociales. Sostener la
sobrevaluación cambiaría significó un esfuerzo continuo y creciente para el Estado.
Especialmente hacia el final del ciclo, el sector público recurrió asiduamente al
endeudamiento externo ante el agotamiento de otros recursos, lo que fue posible
mientras las condiciones financieras internacionales lo permitieron. No obstante, luego
de una recesión de tres años, el esquema hizo eclosión en 2001, desencadenándose así
una de las crisis más profundas de la historia argentina.(5)

En este capítulo nos proponemos estudiar la etapa que se inicia a partir del estallido de
la Convertibilidad. A menudo, tanto a nivel nacional como mundial, el pasaje de una
fase económica a otra viene precedido por una gran crisis. La Gran Depresión de los
años de 1930 o la llamada crisis del petróleo de la década de 1970 funcionaron como
bisagras históricas, trayendo consigo profundas transformaciones económicas a escala
global. Este análisis puede reproducirse para la Argentina. El interrogante central que
se pretende abordar aquí es el siguiente: ¿marcó la gran crisis de 2001-2002 el final de
las tres décadas de desindustrialización en el país? O, dicho de otra forma, ¿puede
hablarse de la configuración de un nuevo patrón de crecimiento en la economía
argentina durante el período 2003-2009? Y, si así fuera, ¿cuáles son los principales
determinantes de tal transformación?

Estas preguntas no pueden tener, desde luego, respuestas unánimes ni definitivas. En


primer lugar, si se tratara efectivamente de una nueva fase para el capitalismo
argentino, debería percibirse un cambio notable en la estructura productiva de la
economía. No obstante, cualquier proceso de estas características requiere
forzosamente de un período mucho más prolongado para expresarse con plenitud. De
manera que si tal transformación se encuentra en curso, a esta altura podrían observarse
a lo sumo algunos indicios de que este movimiento se encuentra en un estado
incipiente. Es por eso que desde el punto de vista analítico nos abocaremos a señalar
los distintos elementos de ruptura con la etapa anterior (en particular con la década de
1990), así como los puntos de continuidad. Pero una vez hecho esto, es necesario
identificar con precisión cuáles son los ejes centrales de la nueva etapa, lo que implica
caracterizar el nuevo patrón de crecimiento y sus determinantes fundamentales.
Precisamente, sobre este último problema ya existen considerables controversias entre
los economistas.

El capítulo se organiza del siguiente modo. En la primera sección se analiza la


trayectoria de algunas de las variables macroeconómicas más relevantes. El énfasis
está puesto en la comparación de la etapa actual con la década de 1990. Como se
mostrará, es posible comprobar la existencia de cambios significativos que merecen
una particular explicación económica. Entre ellos se destaca una serie de evidentes
quiebres con la dinámica propia del período de la Convertibilidad, como la reversión
del proceso de destrucción del tejido industrial que derivó en niveles inéditos de
desocupación y pobreza en el país. No obstante, también es posible observar algunos
importantes rasgos de continuidad con la etapa anterior, vinculados con los niveles
salariales, la precariedad del empleo y, fundamentalmente, la composición del
Producto. A su vez, en base a la evidencia disponible, el período de estudio puede
dividirse en dos sub-etapas bien diferenciadas. La primera abarca el quinquenio que va
de 2003 a 2007 y está signada por un extraordinario crecimiento del Producto Interno
Bruto (PIB) y un relativo consenso entre las clases sociales respecto al curso de la
economía nacional, por lo que la hemos bautizado como la etapa rosa. A partir de 2008
comenzó una segunda fose, en la que el crecimiento se desaceleró y comenzaron a
evidenciarse conflictos abiertos y progresivas tensiones. En la segunda sección se
ofrece una caracterización de la lógica de funcionamiento del nuevo patrón de
crecimiento. A tal fin, el período de la posconvertibilidad se divide en dos sub-etapas:
la fase de elevado crecimiento de 2003-2007 y la fase de desaceleración de 2008-2009.
En la tercera sección se examinan con detalle los determinantes del aumento de los
precios (fundamentalmente desde el año 2007), ya que la explicación del fenómeno
inflacionario se convirtió en uno de los principales puntos en disputa. Finalmente, en la
última sección se retoman los aspectos más relevantes de las posconvertibilidad y se
presentan los elementos que consideramos centrales para la comprensión del período y
para la definición de una salida a la actual encrucijada del patrón de crecimiento
vigente.

1.- La evolución de la economía en la posconvertibilidad:


quiebres y continuidades con la década de 1990
El principal objetivo de esta sección es destacar algunos de los puntos de fuerte
contraste entre la década de 1990 y la etapa de la posconvertibilidad desde una
perspectiva esencialmente empírica. Señalaremos también ciertos elementos de
continuidad entre ambos períodos. Por último, a través de la colección de variables
seleccionadas, se podrá también apreciar cómo a partir del año 2008 se produjo un
cambio respecto de la tendencia del primer quinquenio de la posconvertibilidad. Por lo
tanto, en esta sección nos referiremos de forma descriptiva exclusivamente a los
“hechos estilizados” que distinguen a estas etapas, sin analizar por el momento las
causas que ocasionaron estos acontecimientos. El breve análisis abarcará sólo diez
aspectos de la economía: ( tasa de crecimiento del PIB, tasa de desocupación, salario
real, creci- i miento sectorial, balanza comercial, resultado fiscal, endeudamiento ex- i
temo, reservas internacionales, tipo de cambio real y tasa de interés.

Fuente: Elaboración propia sobre la base del Ministerio de Economía

Entre 2003 y 2007, la economía argentina creció a una tasa promedio del 8,5% anual
acumulativo, marcando una tendencia que contrasta claramente con el período del
régimen de tipo de cambio fijo (Gráfico N° 1). Si se consideran los diez años de
Convertibilidad, el crecimiento promedio anual fue de 3,4%, mientras que si se
excluyen los tres años finales de recesión alcanzó el 6,2% anual. En consecuencia,
desde el punto de vista de la expansión de la producción puede apreciarse una primera
y fundamental diferencia con la década de 1990. Más aún, el periodo 2003-2007 se
destaca como el quinquenio de mayor crecimiento de la economía argentina en los
últimos cien años. A partir de 2008, no obstante, el ritmo de incremento dei P1B se
hizo más lento, alcanzando el 6,3% durante ese año y el 1% en 2009.*

Gráfico Na 2. Tasa de desocupación, 1990-2009. En porcentaje de la Población


Económicamente Activa (PEA).
Nota: La Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) tuvo un cambio metodológico en 2003
que afecta la comparabilidad de las series antes y después de ese año. Por ello, con el fin de facilitar
la comparación, las series fueron empalmadas utilizando como coeficiente de empalme el cociente
entre los datos correspondientes al primer trimestre de 2003 según la EPH Continua (nueva
metodología) y a mayo de 2003 según la EPH Puntual. Por tal motivo, las tasas anteriores a 2003 no
son exactamente idénticas a las que surgían de la EPH Puntual, aunque sí respetan sus variaciones
relativas. Fuente: Elaboración propia sobre la base de la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales
(INDEC).

A su vez, el elevado crecimiento de la actividad económica implicó un gran dinamismo


en la creación de nuevos puestos de trabajo, como no se observaba en la Argentina
desde hacía décadas. Concretamente, entre 2003 y mediados de 2008 se generaron más
de 4 millones de empleos nuevos, fenómeno que se reflejó en una marcada
disminución de la tasa de desempleo. Así, luego de una década de 1990 caracterizada
por la expulsión de trabajadores, durante la posconvertibilidad se revirtieron
abruptamente las tendencias contractivas en el mercado de trabajo: la tasa de
desocupación pasó de niveles cercanos al 20% en el primer trimestre de 2003 a valores
inferiores al 10% en 2007 (Gráfico N9 2). Sin embargo, a partir de 2008 también
comenzó a notarse la desaceleración del ritmo de creación de empleo, al punto de
registrarse un leve incremento de la tasa de desocupación (en un contexto de crisis
mundial).
Gráfico N8 3. Evolución de los salarios reales registrados, 1995- 2009. En número
índice base 2001 = 100.

Fuente: Elaboración propia sobre la base del Ministerio de Trabajo (OEDE), EPH- 1NDEC,
IPC-1NDEC e IPC-7 provincias (CENDA).

Los cambios de tendencia en el crecimiento y el empleo se reflejan también en la


trayectoria de los salarios reales. En este aspecto, el rasgo distintivo de la década de
1990 había sido el estancamiento de la capacidad de compra de los salarios, es decir, el
virtual congelamiento del salario real. La recesión que se inició en 1998 y que
desembocó en la crisis de 2001 y en la posterior devaluación del peso en 2002
determinó una de las más espectaculares reducciones del poder adquisitivo del salario
de la historia argentina. Por el contrario, los salarios reales de la economía crecieron el
48% desde 2003 hasta fines de 2009. El Gráfico Nº 3 muestra nuevamente cómo a
partir de 2008 se produjo una reducción del ritmo de incremento de las remuneraciones
reales.(7)

Sin embargo, lo que parece ser un sustancial avance en las condiciones de vida de los
trabajadores queda relativizado por la dificultad que ha tenido el poder adquisitivo de
los salarios para superar los valores alcanzados durante la década de 1990. Más aún,
pese al fuerte crecimiento que experimentó la economía en los últimos años, los
salarios reales son relativamente bajos en comparación con la etapa de la sustitución de
importaciones.
Por otra parte, si bien la etapa bajo análisis no es lo suficientemente prolongada como
para dar lugar a una transformación radical de la estructura productiva, la orientación
de la producción mostró un cambio relevante entre la década de 1990 y la fase de la
posconvertibilidad. En el Gráfico Nº 4 pueden apreciarse tas tasas de crecimiento de la
industria manufacturera, de los sectores productores de bienes y de los sectores
productores de servicios en ambas etapas. Entre 1991 y 2001, la industria
manufacturera creció a una tasa del 1% anual y el sector servicios al 3%. Durante el
período 2002-2008, en cambio, la industria creció al 11% (por encima del promedio de
la economía), mientras que los servicios se expandieron a una tasa menor (6,9%).
Como en las dimensiones analizadas previamente, la reorientación hacia la producción
de manufacturas también se debilitó en los últimos años.
Gráfico N° 5. Exportaciones, importaciones y saldo de balanza comercial,
1990-2009. En millones de dólares corrientes.

Fuerte: Elaboración propia sobre la base de la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales (INDEC).

Otro de los rasgos distintivos de la etapa de la posconvertibilidad respecto de la década


anterior es la reversión del signo de la balanza comercial, que pasó de ser
sistemáticamente deficitaria a tener saldos fuertemente positivos. A partir de 2003 se
registró un notable incremento de las exportaciones, que crecieron de un promedio
anual de U$S 20.645 millones entre 1991 y 2001 a U$S 46.121 millones entre 2003 y
2008, año en el que alcanzaron la cifra récord de U$S 70.043 millones (Gráfico N° 5).
En los dos últimos años de la serié (2008 y 2009), el cambio de tendencia se registró a
través de una caída notable tanto de las importaciones como de las exportaciones, por
lo que no se observó una modificación sustantiva del saldo de la balanza comercial.
Gráfico N° 6. Resultado Fiscal del Sector Público Nacional, 1991- 2009. En
porcentaje del PIB.

Resultado primario sin privatizaciones — Resultado Total

Fuente: Elaboración propia sobre la base del Ministerio de Economía.

Luego del fuerte ajuste en términos reales realizado en el año 2002 por el gobierno
provisional de Eduardo Duhalde, comenzó a evidenciarse una tendencia al
sostenimiento de fuertes superávit fiscales. Este fenómeno marcó una notable
diferencia con el período 1991-2001, en el que el Sector Público Nacional promedió un
déficit del 1,16% del PIB, con un pico del 3,2% en el año 2001 (Gráfico N° 6). El
Sector Público Nacional también se encontraba fuertemente endeudado a finales del
período de la Convertibilidad, con una deuda que ascendía a U$S 144.452 millones
(equivalente al 54% del P!B). El elevado endeudamiento implicaba al mismo tiempo
un significativo peso de los servicios de la deuda, que representaban casi el 4% del
Producto en el año 2001, mientras que a lo largo del período 1991-2001 alcanzaron en
promedio el 2,1% de la producción anual del país. Otra vez, en los años 2008 y 2009 se
aprecia un significativo cambio en la trayectoria de las cuentas públicas, ya que el
resultado fiscal fue nuevamente deficitario después de un quinquenio de superávit
recurrente.
Gráfico N° 7. Deuda del Sector Público Nacional, 1992-2009. En porcentaje del
PIB.

Fuente: Elaboración propia sobre la base del Ministerio de Economía.

Del mismo modo, el endeudamiento público exhibió fuertes contrastes en el período


2003-2008 en comparación con su desempeño durante la Convertibilidad. En la década
de 1990, la deuda pública se había incrementado sensiblemente. En términos del PIB,
entre 1990 y 2001 pasó de valores inferiores al 30% a 53,8%. Luego de la devaluación,
el cociente se multiplicó hasta alcanzar el 137% del Producto en 2002, debido a que
gran parte de la deuda se encontraba nominada en moneda extranjera. Sin embargo, a
partir del default declarado durante la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, los
incrementos de la deuda únicamente se produjeron por la acumulación de atrasos y por
la denominada “pesificación asimétrica”. En efecto, después de 2002 se encaró la
denominada política de "desendeudamiento”, en la que -además de la renegociación de
parte de la deuda en default-- tuvieron un importante rol el superávit de cuenta comente
y los sucesivos superávit fiscales. De esta forma, la tendencia creciente del cociente
deuda/PIB se revirtió luego de la devaluación, aunque sin recuperar los niveles de
inicios de la Convertibilidad (Gráfico Nº 7).
Gráfico N9 8. Reservas internacionales del Banco Central de la República
Argentina, 1996-2010. En millones de dólares corrientes.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Banco Central de la República


Argentina.

Por sus características intrínsecas, el plan de Convertibilidad puso en fuerte tensión la


capacidad de la economía de acumular reservas. Con la moneda nacional fuertemente
sobrevaluada fue necesario responderá una sostenida demanda de divisas que fueron
“fugadas” de la economía argentina, así como al creciente consumo de bienes de
importación, pagos de intereses y dividendos. Una de las principales dificultades del
esquema -que contribuyó a su final- fue que el gobierno debía proveer los dólares
necesarios para mantener la paridad en el nivel fijado (uno a uno), incluso en
momentos en que la salida de capitales se intensificaba por la coyuntura internacional
(como durante la crisis del Tequila) y se producían verdaderas corridas cambiarías. El
gobierno se veía empujado a obtener estas divisas mediante el endeudamiento externo
progresivo. Estos movimientos y tensiones se reflejaron en las reservas del Banco
Central (BCRA). Luego de la devaluación de 2002, en cambio, la tendencia se Invirtió
y al igual que en otros países de la región se observó un crecimiento sostenido de las
reservas. Tal inflexión respondió a la existencia de un superávit comercial significativo
y ni siquiera se vio interrumpida cuando el gobierno recurrió a las reservas para
afrontar con grandes sumas sus compromisos externos (pago de deuda). El Gráfico N e
8 muestra la fuerte recuperación de las reservas en la etapa de posconvertibilidad, así
como la desaceleración de su ritmo de crecimiento desde 2008.

En lo que respecta al sendero seguido por las tasas de interés locales, también existe
una clara diferencia entre la década de 1990 y la posconvertibilidad. La tasa de interés
real pasó de elevados niveles positivos a volverse negativa durante buena parte del
período posterior a la devaluación. De esta forma, el rendimiento de los activos
financieros ni siquiera compensaba la suba del nivel general de precios, lo que
significó la pérdida de atractivo para las colocaciones financieras y una mayor
rentabilidad relativa de las inversiones productivas. A partir de 2008 se registró un
incremento de la tasa de interés real, al punto que en 2009 dejó de ser negativa (Gráfico
Nº 9).

Gráfico Nº 9. Tasas de interés reales, 1996-2005. En porcentaje.

Fuente: Elaboración propia sobre la base del Banco Central de la República


Argentina, INDEC e IPC-7 Provincias (CENDA).

La maxidevaluación de la moneda doméstica a principios de 2002 puso fin al régimen


de tipo de cambio fijo de la Convertibilidad y dio paso a un esquema de flotación
cambiaria. Siguió un período de depreciación controlada, en el cual el tipo de cambio
nominal evolucionaba en consonancia con el incremento de los niveles de precios
domésticos. La política cambiaría a partir de 2003 ha sido en esencia opuesta a la de la
Convertibilidad, período en que el tipo de cambio apreciado sirvió fundamentalmente
como ancla nominal de los precios y como seguro de cambio para el proceso de fuerte
endeudamiento que se mantendría durante una década. En el Gráfico Nº 10 se aprecia
un cambio sustantivo en el nivel del tipo de cambio real, dividiendo claramente dos
etapas distintas: el período de “dólar bajo” del régimen de Convertibilidad y la actual
etapa de “dólar alto”. Resalta también en el gráfico la relativa apreciación de la
moneda, que empezó a manifestarse a partir de 2008 y sólo fue revertida parcialmente
en 2009.
Gráfico Nº 10. Tipo de Cambio Real Multilateral, 1991-2009. En número índice
base enero 1999 = 100.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEI, EUROSTAT, Bancos


Centrales, INDEC e IPC-7 provincias (CENDA).

Los diez gráficos analizados ponen de manifiesto, en primer lugar, que la crisis de 2001
funcionó como un punto de inflexión, dando lugar a una significativa modificación de
algunas de las tendencias que habían caracterizado al régimen de Convertibilidad,
entendido como la culminación de la larga etapa de desindustrialización iniciada a
mediados de la década de 1970. Estas diferencias nos permiten referirnos a la irrupción
de un nuevo patrón de crecimiento durante la posconvertibilidad. Indudablemente,
algunos de los principales rasgos del desempeño de la economía dan cuenta de una
transformación muy definida. Entre ellos deben mencionarse especialmente la
aceleración del ritmo de crecimiento, la sustancial reducción de la tasa de
desocupación, el sistemático superávit fiscal y comercial, la tasa de interés negativa en
términos reales, la reducción del peso de la deuda externa y la acumulación de reservas.

Sin embargo, el mayor crecimiento relativo de la industria en relación con los servicios
dista mucho de haber sido suficiente para modificar sustancialmente la matriz
productiva argentina, marcada a fuego por treinta años de desindustrialización
sistemática. Ciertamente, la composición del Producto no ha variado
significativamente, ya que la industria manufacturera explica el 17% del PIB, una
proporción similar a la de fines de la década de 1990. Al mismo tiempo, el grueso de
las exportaciones argentinas sigue originándose en el sector primario, ya que las
manufacturas de origen industrial representan el 31% del total, tal como lo hacían en el
año 2001. Otro tanto puede decirse de las condiciones de vida de los trabajadores, que
si bien se han beneficiado con la evolución positiva de los salarios reales durante la
etapa de posconvertibilidad, este efecto resultó claramente insuficiente cuando se
realiza una comparación en términos históricos. En este mismo terreno, pese a la
elevada creación de puestos de trabajo y la reducción de la desocupación, el empleo no
registrado sigue afectando a cerca de un 35% de los asalariados, como lo hacía en
vísperas de la debacle de la Convertibilidad.

Las series analizadas, por otro lado, además de poner en evidencia la existencia de
estas dos etapas diferenciadas, dejan ver también cómo a partir del año 2008 se produjo
una reversión en la trayectoria de algunas de las variables más transcendentes del
patrón de crecimiento de la posconvertibiiidad. Dedicaremos el resto del artículo al
análisis de los rasgos distintivos del nuevo patrón de crecimiento y, por otra parte, a la
discusión de sus principales limitaciones. Son estas últimas las que dieron lugar en los
últimos años al debilitamiento que se observa en sus principales directrices.

2. El nuevo patrón de crecimiento.


En esta sección se ensaya una explicación de los principales rasgos del nuevo patrón de
crecimiento que surgió a partir de la devaluación de 2002. Se Intenta dar cuenta de los
determinantes y

35

mecanismos que operaron virtuosamente durante una fase inicial (la etapa rosa),
caracterizada principalmente por el tortísimo crecimiento de la economía cercano al
8,5% anual acumulativo durante un quinquenio. De este modo es posible establecer
con claridad los contrastes más importantes con la década de 1990.

Luego del vigoroso repunte y posterior ciclo de alta expansión económica que siguió al
colapso de la Convertibilidad, a partir del año 2008 el nuevo esquema comenzó a
mostrar claras señales de conflicto y declinación, lo que se reflejó en una dinámica más
pobre de las principales variables macroeconómicas. Estas perturbaciones internas
precedieron a la irrupción de la violenta crisis mundial aún en curso. Es por eso que en
la siguiente sección se analizará en detalle lo que muchos han dado en llamar la etapa
de “agotamiento del modelo” de la posconvertibilidad. (8)

La colección de variables que presentamos en la sección anterior parece abonar la


hipótesis de que entre la década de 1990 y la siguiente se produjo un verdadero cambio
de fase. Probablemente sea prematuro sostener que se trató de una transformación
estructural, proceso que -por otra parte- requeriría indudablemente un lapso más
prolongado de desarrollo. Sin embargo, de ningún modo puede pasarse por alto que
algunas de las principales tendencias de la fase de desindustrialización han, cuando
menos, dejado de actuar y profundizarse. Tal es el caso de la sistemática expulsión de
trabajadores del mercado laboral, de la reducción de la participación de las
manufacturas en el PIB, del crónico déficit fiscal y comercial, del crecimiento
exponencial de la deuda externa y de la sistemática pérdida de reservas internacionales.

Por más determinantes que sean estas rupturas con la etapa anterior, tampoco deben
ignorarse los definidos elementos de continuidad, entre los que se destaca el nivel
históricamente bajo de los salarios reales. Ciertamente, pese al intenso crecimiento
postdevaluación, la remuneración real al trabajo sólo ha logrado superar en un 17% el
deprimido nivel que registraba a fines de la Convertibilidad (2001). Así, el poder
adquisitivo de los trabajadores se encuentra muy por debajo de los picos de una serie
más larga y, en particular, de los salarios reales vigentes durante la etapa de
industrialización por sustitución de importaciones (ISO- Entre los restantes aspectos
que tampoco han mutado sobresale la persistencia del empleo precario e informal, la
orientación predominantemente primaria de las exportaciones y la recurrente tendencia
a la fuga de capitales (ya sea sistemática u ocasional).

Con todo, la irrupción de un nuevo patrón de crecimiento ha producido el


enfrentamiento entre sus fervientes detractores y sus entusiastas defensores. Entre los
críticos se encuentran quienes esperan cambios mucho más drásticos en relación a la
década de 1990 y quienes, en las antípodas, añoran que se inicie sin demoras la
restauración hegemónica de las políticas neoliberales. Más allá de los deseos de los
diversos protagonistas del debate político y económico actual, tanto las
transformaciones señaladas como los rasgos invariantes obligan a buscar una
explicación acerca de las causas que las determinaron. Sólo así podrá comprenderse
cuáles son los límites y potencialidades del “nuevo esquema”.

Cuando se revisa la literatura que abordó la cuestión en estos años, lo primero que
resalta -aunque no siempre sea confesado- es que la pujante recuperación de la
economía después de la crisis de 2001-2002 tomó por sorpresa a prácticamente la
totalidad de los analistas. Este desconcierto generalizado tiene su origen en el hecho de
que, después de una década de obstinada supervivencia del esquema cambiado del uno
a uno, tanto en el campo de la ortodoxia como de la heterodoxia los economistas
parecían haberse convencido (con beneplácito unos y con resignación los otros) de que
no existía una salida posible (o conveniente) para el régimen de Convertibilidad. No
obstante, una vez que transcurrieron algunos años desde la devaluación y la tendencia
al acelerado crecimiento -lejos de decaer- se consolidaba, comenzaron a surgir diversas
interpretaciones sobre los nuevos hechos y sus determinantes.

En primer lugar hay que destacar que durante la etapa de la posconvertibilidad algunos
factores del contexto internacional se tornaron extremadamente favorables para la
economía argentina, lo que sin duda sirvió de impulso para la rápida reactivación
doméstica. El intenso crecimiento de la economía mundial y regional y los ventajosos
términos de intercambio sobresalen como los aspectos centrales del nuevo escenario.
(9). Pero junto con el cambio en la tendencia de estas variables exógenas, se
observaron al mismo tiempo sensibles transformaciones en algunos de los principales
vectores de la política económica local. En efecto, los gobiernos que se sucedieron
rápidamente en el inestable período de la crisis (2001-2003) el presidente Néstor
Kirchner (2003-2007) y su sucesora y actual mandataria Cristina Fernández de
Kirchner introdujeron una serie de novedades en el terreno de las políticas públicas,
que contrastan notoriamente con las medidas características del período de la
Convertibilidad. Entre el paquete de políticas económicas implementado, el rol
protagónico lo desempeñó la propia devaluación, ya que en sí misma significó la
extinción del régimen de Convertibilidad; posteriormente, esta medida se vio reforzada
y extendida en el tiempo por el deliberado sostenimiento de un tipo de cambio alto.
Pero también hay que mencionar a la cesación de pagos y posterior reestructuración de
los compromisos externos, la instauración de planes sociales de alcance masivo, las
políticas de ingresos, (10) los controles de precios, la reaparición de los impuestos a las
exportaciones (“retenciones”), las (moderadas) políticas proteccionistas y las (escasas)
re-estatizaciones de empresas anteriormente privatizadas. El factor común de todas
estas medidas es su claro corte “intervencionista” o “estatista”, visiblemente
contrapuesto al espíritu de época que reinaba durante Convertibilidad y -más en
general- durante el cuarto de siglo que siguió al golpe de Estado de 1976.

De esta forma, durante la posconvertibilidad se registraron simultáneamente


transformaciones en algunas tendencias mundiales y significativos cambios en las
políticas implementadas en el frente interno. Ambos procesos, analíticamente
separables pero íntimamente vinculados, llevaron a una buena parte de quienes han
intentado bucear en los determinantes del formidable crecimiento de la economía
durante el período o bien a enfatizar el papel preponderante de los factores externos, o
bien a destacar el rol crucial de las políticas públicas domésticas.

Al inicio de la nueva etapa, los principales exponentes de la ortodoxia y otrora


defensores del régimen de Convertibilidad trataron de explicar la rápida reactivación
de la economía utilizando una ilustrativa metáfora: el crecimiento experimentado
podía asimilarse al “rebote del gato muerto” (“the dead cat bolinee"). Esta alegoría
proviene de la jerga bursátil y se refiere a la intensa -aunque efímera- recuperación que
suelen mostrar los papeles después de experimentar una fuerte caída. Para el caso de la
economía argentina, la expresión fue popularizada por la entonces directora del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger. Según este punto de vista, la profunda
crisis de 2001-2002 debía provocar necesariamente un mecánico rebote posterior,
como si también fuese posible aplicarle a la economía una automática ley física según
la cual todo lo que baja debe luego subir.

Sin embargo, a contrapelo del pronóstico poco alentador sobre la sustentabilidad del
proceso de recuperación económica que se desprende de la teoría del rebote, año tras
año volvieron a verificarse tasas de crecimiento del orden del 8% o 9% anual. Fue
entonces cuando desde esa misma comente intelectual (la ortodoxia local y extranjera)
comenzó a recurrirse a otra metáfora, esta vez de origen náutico. La economía estaría
ahora siendo empujada natural y pasivamente por un recio “viento de cola”. Según esta
interpretación, la acelerada expansión debe atribuirse casi exclusivamente a las
condiciones internacionales favorables para el crecimiento argentino. El argumento se
basa en última instancia en un hecho irrefutable: la indudable mejoría de la situación
externa del país. Tanto la producción mundial como el comercio global crecieron con
renovada intensidad y, a la vez, los precios internacionales favorecieron a las
exportaciones argentinas. Más aún, la evidencia a la que se apelaba para corroborarla
hipótesis era que otros países de la región (y los países denominados “emergentes”
como un todo) compartieron la bonanza durante el mismo período. En esta línea,
diversos y sofisticados análisis intentaron sostener que la causa primaria del excelente
desempeño económico del país y de la región radicaba íntegramente en factores
exógenos (fundamentalmente en la dirección y la magnitud de los flujos
internacionales de capital y en los beneficiosos términos de intercambio) (ver Calvo,
2006; Izquierdo, 2008).
Nuevamente, sea por rebote o por tracción externa, para la ortodoxia lo ocurrido en
Argentina nada tiene de particular y, sobre todo, está exento de toda influencia de la
política económica doméstica. Peor aún, mientras que los avances se atribuyen al
empuje mundial, las políticas implementadas durante el período no habrían conseguido
otro resultado que empeorar las cosas y desperdiciar una excelente oportunidad. Dicho
de otro modo, las condiciones mundiales favorables podrían haberse aprovechado al
máximo si se aplicaba un programa económico de raigambre librecambista similar al
que se implementó en la década de 1990. Desde este ángulo, las medidas tomadas
después de la devaluación mediante la redoblada intervención del Estado lo único que
lograron fue “distorsionar” los valores de equilibrio “naturales” de las variables
económicas, con efectos desastrosos para la economía y la sociedad. Tal sería el caso
de la política cambiaría, de los impuestos a las exportaciones, de los subsidios y de los
intentos de control de las tarifas de los servicios públicos y de algunos de los precios
internos.

El sustento teórico de esta interpretación es sencillo y se basa estrictamente en las


premisas de la ortodoxia. El motor de la economía se ubica principalmente en las
inversiones privadas; es por eso que el crecimiento de largo plazo depende de los
incentivos y señales proporcionadas por los precios de mercado y de su previsibilidad
en el futuro. Así, cuando el Estado interviene para modificar el tipo de cambio o, más
en general, cualquier precio de la economía, lo único que logra es poner un freno a la
producción y la inversión privada, pues no pueden darse garantías sólidas de que tal
estado de cosas vaya a sostenerse en el tiempo. De manera que, por un lado, se
despilfarran recursos para modificar ciertos parámetros y, por el otro, este accionar
logra exactamente lo contrario de lo que se propone, ya que en la práctica obstaculiza
(y en el extremo detiene) el desarrollo económico. Vulgarmente, esta situación se
conoce como “inseguridad jurídica” o "mal clima de negocios”. Ni qué hablar de los
presuntos “atentados contra la propiedad privada” (léase las nacionalizaciones de
empresas previamente privatizadas, la estatización del sistema privado de jubilaciones
o, incluso, el intento de imposición de regímenes tributarios particulares).

Por estas líneas transcurre -esquemáticamente- el ataque de la ortodoxia contra toda


política de industrialización, de fomento del mercado interno y de redistribución del
ingreso y la riqueza. Es que según la teoría convencional las variables económicas se
dirigen naturalmente a sus niveles de equilibrio y nada se gana con impedir que lo
hagan; tardé o temprano, empleando el tristemente célebre término de Celestino
Rodrigo, los precios deberán “sincerarse”. Al sostener que el curso de la economía es
de inexorable crecimiento en el largo plazo, siempre que se respete la libertad de los
mercados, los defensores del liberalismo abogan en realidad por la no intervención del
Estado en todos los niveles. Como se mostrará, muchas de las políticas aplicadas
después de la devaluación caen de lleno dentro de esta crítica ortodoxa.

2.1. La etapa rosa (2003--2007)

Contrariamente a la caracterización de la ortodoxia y a la tesis de la “nueva


oportunidad desperdiciada” por la aplicación de políticas de intervención (que algunos
denominan incluso, lisa y llanamente, “populistas”), el cambio de estadio en el ciclo
mundial fue una condición de esencial importancia para la actual etapa, pero las
medidas implementadas ocuparon al mismo tiempo un lugar determinante en la
orientación que tomó el nuevo patrón de crecimiento (así como en la determinación de
sus límites). Dicho de otro modo, el ciclo de expansión mundial durante la etapa
2003-2007 vino acompañado de un pujante crecimiento del comercio internacional,
una reducción de las tasas de interés y de elevados precios en términos históricos para
los productos de exportación de la economía argentina, principalmente los
agropecuarios. La conjunción de estos fenómenos aportó al país un flujo incrementado
de riqueza durante ese período. Dentro de ese cuadro internacional, el papel de la
política económica no consistió únicamente en modificar los precios relativos sino que,
más específicamente, permitió canalizar esa riqueza disponible en una determinada
dirección y no en otra. De aquí provienen los principales indicios respecto a la
existencia de cambios en la estructura económica del país.

Para realizar una caracterización acabada del nuevo patrón de crecimiento resulta
relevante enfatizar la importancia de tres factores de índole local que le imprimieron su
particular perfil dentro del contexto mundial favorable: la política cambiaría, los
efectos de la crisis 2001-2002 y los impuestos al comercio exterior.

En primer lugar, en una economía pequeña abierta y marcadamente desindustrializada


como la de la Argentina de comienzos del siglo XXI, el tipo de cambio constituye una
de las variables centrales de todo esquema económico. El sostenimiento del uno a uno
durante la década de 1990 consiguió limar por completo la competitividad de una
producción doméstica que -en general- contaba con una productividad menor a la
mundial. Es por esto que luego de la devaluación las autoridades realizaron un
permanente esfuerzo para evitar una nueva etapa de apreciación cambiaría,
manteniendo un tipo de cambio favorable para la industria local. De la política del
dólar barato de la Convertibilidad se pasó a una política de dólar caro que implicó en
los hechos una verdadera protección cambiaría de la industria, posibilitando el
desarrollo de determinadas producciones domésticas en sectores que habían
virtualmente desaparecido durante la etapa previa. (11)

En segundo lugar, la oportunidad para el surgimiento de una (re)naciente industria


sustitutiva se vio reforzada por dos elementos estructurales remanentes del período
anterior: por un lado, la existencia de una considerable capacidad productiva ociosa;
por el otro, la abundante oferta de mano de obra desocupada y dispuesta a trabajar a
niveles salariales extremadamente bajos, ya que las remuneraciones habían’ sido
devastadas por la crisis y la devaluación. Esto vino además acompañado por un cambio
en la dinámica de las tasas de interés, que pasaron de ser sumamente elevadas durante
la Conbertibilidad a adoptar valores negativos en términos reales, desincentivando así
las colocaciones financieras y -como ocurriera en la etapa de industrialización
sustitutiva- favoreciendo también a la inversión productiva. Sobre esta base comenzó a
expandirse vigorosamente la producción local con una altísima elasticidad empleo-
producto. Vale decir que se abrió un espacio de rentabilidad para las ' producciones
intensivas en mano de obra y destinadas al mercado interno que ya no debían competir
con importaciones encarecidas considerablemente por la nueva paridad cambiada.
El tercer pilar del esquema está dado por los impuestos a las exportaciones. En un
contexto de precios internacionales crecientes de las materias primas, la devaluación
de la moneda debería haberse reflejado necesariamente en un aumento de los precios
de los productos primarios, tanto los importados como los exportables, también en el
mercado interno. Sin embargo, la aplicación de derechos de exportación (retenciones)
consiguió moderar el incremento de los precios de los productos transables, y, por
consiguiente, el impacto del tipo de cambio y los precios mundiales en los ingresos
reales domésticos.

Veamos en términos estilizados cómo interactúan estos tres elementos (tipo de cambio,
capacidad ociosa, retenciones) y cuáles son sus consecuencias para la economía local.
Las exportaciones nacionales están principalmente compuestas por productos
primarios. Argentina es competitiva a escala mundial en la producción agropecuaria
debido a las condiciones agroambientales extremadamente favorables con las que
cuenta. Esto significa que los costos de producción de estos bienes se ubican
marcadamente por debajo del promedio mundial. En general, pero especialmente
cuando su precio se eleva debido a cambios en las condiciones del mercado
internacional, se genera una ganancia extraordinaria (más precisamente, renta agraria)
que ingresa en la economía argentina a través del comercio exterior. De no mediar
ninguna política estatal, la entrada incrementada de divisas tendería a deprimir-el tipo
de cambio, es decir, produciría una apreciación de la moneda doméstica.
Simultáneamente, el encarecimiento de estos artículos, que en buena parte son
alimentos (bienes salario), reduciría el poder adquisitivo del salario. Situaciones de
estas características han sido bautizadas en la literatura como “enfermedad holandesa”,
en referencia a los efectos del empinado incremento del precio del petróleo en la
década de 1960 sobre la economía de los Países Bajos. Si se la trató como una
enfermedad es porque tiende a dañar seriamente la capacidad del país de producir
bienes industriales. En el episodio de Holanda, el incremento del precio del petróleo
perjudicó a la industria doméstica a través de la sobrevaluación de la moneda por
exceso de divisas y el consiguiente abaratamiento de las importaciones. El caso
argentino cuenta con una nota adicional, pues los productos de exportación forman
parte de la canasta de consumo, lo que afecta directamente al salario real. (12)

Ciertamente, si los elevados precios de los productos primarios de exportación fueran


directamente absorbidos por el sector agroexportador y el producto del superávit
comercial fuera volcado al mercado cambiario, se presentaría una permanente
tendencia a la apreciación de la moneda, lo que perjudicaría a la producción industrial
interna. Sin ir más lejos, este fenómeno fue característico de la década de 1990, donde
la apreciación cambiaría no se sostuvo únicamente por la fuente de divisas del
comercio exterior sino también por una gigantesca entrada de capitales. En este
sentido, Argentina experimentó una variedad si se quiere todavía más aguda de la
enfermedad holandesa durante la Convertibilidad. Este fenómeno impactó con dureza
sobre el remanente del tejido industrial, ya que la apreciación estuvo acompañada por
la apertura indiscriminada y el desmantelamiento de todos los mecanismos de
protección y promoción industrial, lo que marcó la virtual desaparición de numerosas
ramas productivas que habían prosperado durante la etapa de la industrialización y ya
habían sido fuertemente golpeadas por las diversas políticas aplicadas desde la década
de 1970.

A grandes rasgos, la convertibilidad de la moneda combinada con la apertura comercial


abarató las importaciones y desmoronó la competitividad de la industria al tiempo que
generaba una intensa sed de divisas para sostener el uno a uno. Esta necesidad de
dólares fue saciada primero con el remate de las empresas públicas (privatizaciones) y
luego con una espiral de endeudamiento externo que alimentaba a un sector público
con déficit fiscal crónico. El ajuste de las cuentas públicas, a su vez, se convirtió en el
pretexto para la desarticulación y el deterioro de casi todas las prestaciones sociales del
Estado. Como resultado, al cabo de una década de Convertibilidad, los trabajadores
sufrían las mayores tasas de desempleo, pobreza e indigencia de la historia nacional.
Luego de diez años de Convertibilidad, ante la imposibilidad de sostener la paridad
cambiaría pese a los intentos desesperados de profundizar el ajuste fiscal y la
degradante sumisión a los prestamistas internacionales, en 2001 estalló la crisis más
profunda de la que se tenga memoria.

Durante la posconvertibilidad, en cambio, la política cambiaria modificó


diametralmente su carácter. Uno de los principales objetivos de la acción
gubernamental (en realidad su fin casi excluyente) fue impedir la apreciación de la
moneda. Para hacerlo, el Gobierno empleó diversos recursos que evitaron que las
divisas originadas en el superávit comercial se volcaran al mercado cambiado,
abaratando consecuentemente el dólar y encareciendo el peso, es decir, empujando
hacia una sobrevaluación de la moneda. Aquí es donde entran en juego las retenciones.
La aplicación de impuestos a las exporta-

a la vez, evitó las presiones a la baja del tipo de cambio. Una parte de esos recursos se
acumuló en las arcas del Banco Central en forma de divisas (reservas internacionales).
Otra porción alimentó el mercado de crédito y contribuyó a elevar el gasto público, dos
mecanismos que adicionalmente fomentan la demanda interna para las producciones
protegidas por el tipo de cambio elevado.

Pero no se agotan aquí los efectos de la conjunción del tipo de cambio con las
retenciones durante la posconvertibilidad. La nueva paridad cambiaría imprimía
presiones alcistas sobre los precios internos de los productos primarios, debido a la
posibilidad de los exportadores de equiparar los ingresos medios por ventas en el
mercado interno con los obtenidos en el mercado externo. Ante esta situación, la
introducción de retenciones a las exportaciones no sólo permitió mejorar la situación
del fisco y aliviar el exceso de divisas funcionó como una herramienta que desvinculó
parcialmente el precio interno de productos que forman parte de la canasta básica de
consumo (bienes-salario) de su precio internacional, que se veía incrementado por el
doble accionar de la devaluación y de la tendencia alcista en el mercado mundial (que
como veremos más adelante se agudizó a partir de 2007).

Desde el punto de vista de la matriz productiva, la política de dólar caro tuvo también
efectos determinantes. Como reflejo en espejo invertido de la época de la
Convertibilidad, las producciones manufactureras domésticas se vieron decisivamente
apalancadas. El dólar alto significó un espaldarazo para las exportaciones locales (que
vieron multiplicada su rentabilidad). Pero también, al encarecerse los productos
importados a raíz de la barrera de protección cambiada, lograron desarrollarse algunas
producciones locales con una apetitosa tasa de ganancia. Se desencadenó así un
incipiente proceso de reindustrialización sustitutiva apoyado además en el tercero de
los pilares que hemos señalado: la existencia de elevado desempleo y capacidad
instalada ociosa. A partir de 2003 se pusieron en producción algunas de las plantas
existentes o se amplió el volumen del producto sin necesidad de recurrir a voluminosas
inversiones, al tiempo que la exorbitante desocupación imperante mantenía
relativamente deprimido el salario. En consecuencia, una elevada tasa de ganancia que
superaba marcadamente al rendimiento de las colocaciones financieras permitió
reavivar numerosas producciones intensivas en mano de obra, lo que a su vez explica el
crecimiento acelerado con una alta elasticidad-empleo del PIB. Estas actividades
estaban destinadas fundamentalmente a satisfacer al mercado interno, aunque en
algunos casos, ayudadas por el tipo de cambio favorable y los reducidos salarios
(especialmente en dólares), lograron penetrar en algunos mercados de exportación.
Cuando la desocupación comenzó a ceder los trabajadores consiguieron paulatinos
incrementos salariales, mejorando su poder adquisitivo, también gracias a los
impuestos a las exportaciones que contenían los precios de los bienes transables.

Se estableció así un esquema virtuoso que fomentaba simultáneamente a las


producciones exportables y a la industria destinada a abastecer el mercado doméstico,
que se encontraba en un proceso de apretado crecimiento con el sostenido aumento del
empleo y el salario. Entretanto, también se modificó una de las coordenadas más
relevantes del período de desindustrialización: el rojo endémico de las cuentas públicas
Desde la devaluación en adelante, con los salarios creciendo más lentamente que el
PIB, los ingresos públicos se engrosaron muy rápidamente alimentados tanto por las
retenciones a las exportaciones como por los impuestos a la producción y al consumo
internos, que se elevaban a tasas aceleradas. Oe manera que, después de décadas de
constricción, el presupuesto del gobierno se encontró con un inédito superávit. A partir
de esta súbita afluencia de recursos reaparecieron las políticas fiscales expansivas y de
asistencia al crédito (lo que permitió también mantener una tasa de interés real
negativa), muchas de ellas dirigidas también a dar un espaldarazo a la producción o a la
demanda doméstica.

Sin embargo, no todo el superávit se orientó a la actividad interna, sino que una parte
de los recursos públicos debía volcarse al mercado cambiarlo para sostener el tipo de
cambio buscado. El gobierno estaba competido a comprar dólares sistemáticamente
para evitarla apreciación de la moneda. Mientras que en la década de 1990 el Estado
sufrió una permanente necesidad de captar dólares para mantener el artificial uno a
uno, divisas que supo obtener en los mercados financieros mundiales y a través de la
venta de su patrimonio, en la posconvertibilidad el gobierno se convirtió en
demandante neto de moneda extranjera, lo que produjo una acumulación creciente de
reservas en el Banco Central. Esto posibilitó, a su vez, que se llevara adelante una
política de "desendeudamiento”, ya que al igual que muchos de los países periféricos,
nuestra economía se convirtió en receptora de dólares que se emplearon en parte para
pagar intereses y cancelar deuda contraída en la fase anterior, luego de una de las
moratorias y quitas más espectaculares de la historia.

En síntesis, tanto el ritmo del crecimiento como la modificación en la composición de


la producción y la intensidad del proceso de inversiones que tuvo lugar no se explican
fundamentalmente por el “clima de negocios” o por la “seguridad jurídica”, sino por un
elemento mucho más concreto y objetivo: la elevada rentabilidad que se alcanzó en
determinados sectores en base a las nuevas condiciones imperantes. Las altas tasas de
ganancia se originaron básicamente en el salto de la paridad cambiada (que a su vez
significó una fuerte depresión salarial posterior a la crisis), la reducción de la tasa de
interés, los precios relativos sostenidos por las medidas que se implementaron y los
elevados precios internacionales (parte de cuyos frutos -la renta de la tierra- fue
canalizada hacia el sector manufacturero a través de las retenciones, el gasto público y
los controles de precios, entre otros mecanismos). Es definitivamente la tasa de
ganancia y no la "estabilidad de las variables macroeconómicas" o el carácter
republicano de las instituciones lo que permite comprender la dinámica expansiva del
nuevo patrón de crecimiento. En definitiva, luego del auge del sector financiero y de
servicios, el acusado crecimiento de las importaciones y la expulsión de trabajadores
de la década de 1990 se abrió paso un esquema que dio lugar a la producción de bienes
orientados al comercio exterior pero también con una dinámica propia de crecimiento
en la producción industrial destinada a abastecer el mercado Interno. Esta nueva etapa
se apoyó en ciertas condiciones mundiales pero exigió también una participación
activa del Estado en la regulación de la economía y en la asignación de los recursos (en
particular los excedentes del comercio exterior) para generar y sostener nuevos
espacios de rentabilidad.

Desde la consolidación del nuevo patrón de desarrollo, los economistas han iniciado un
debate que en la mayoría de los casos giró en torno de cuestiones eminentemente
técnicas principalmente asociadas con el manejo monetario, en lugar de centrarse en
los mecanismos de captación y asignación de ¡a riqueza o de los instrumentos que
aseguran la industrialización del país. Tal es la inclinación de la teoría económica
predominante (de cuño liberal), que abandonó casi por completo las temáticas de la
planificación del desarrollo. También quedó fuera de los estudios económicos
convencionales el examen de la dinámica seguida por la tasa de ganancia, una variable
que llamativamente no es tenida en cuenta por la macroeconomía convencional. Por el
contrario, en el campo de la macroeconomía ortodoxa y la mayor parte de la
heterodoxa, el análisis de este proceso se limitó a la discusión acerca de los
instrumentos adecuados para influir sobre el tipo de cambio y sobre su sostenibilidad
(estabilidad). La mayor parte de la literatura basó sus estudios en dos elementos: por un
lado, la política monetaria y cambiaría; por el otro, los efectos secundarios del tipo de
cambio alto.” En este contexto, el grueso del debate giró alrededor del llamado
“Trilema de la Imposibilidad de la Política Monetaria” (Mundell, 1963), que establece
que la autoridad monetaria sólo es capaz de controlar una de las siguientes tres
variables: el tipo de cambio nominal, la tasa de interés doméstica o la libre movilidad
internacional del capital. Específicamente, en un escenario donde no existen controles
sobre la cuenta capital, la política monetaria deberá optar por controlar o bien el tipo de
cambio nominal o bien la tasa de interés local. Por lo tanto, toda vez que se intente
establecer una meta para el tipo de cambio real, este objetivo se encontrará
sobredeterminado. Sobre la base de esta argumentación se cuestionó la posibilidad de
ejercer un control efectivo sobre el tipo de cambio en las circunstancias de la economía
argentina. Contra esta tesis se intentó probar, en un plano analítico, que era
efectivamente factible sostener una determinada paridad mediante una combinación de
intervenciones estratégicas del Banco Central en el mercado de cambio y de
operaciones de venta de títulos (esterilización).

No obstante, esta discusión pasa por alto el contenido de esas operaciones monetarias y
cambiarias (es decir, las transferencias entre diversos sectores), que es la clave para
comprender las peculiaridades del patrón de crecimiento de la posconvertibilidad.
Desde una perspectiva clásica y estructuralista (hoy supuestamente “pasada de moda”,
pero esencial a la hora de analizar un proceso de elevado crecimiento en una economía
periférica), la expansión de la producción de bienes para el mercado local se explica
fundamentalmente por la canalización de riqueza desde el agro hacia la industria,
ayudada por la vigencia de una tasa de interés real negativa, y secundariamente del
agro hacia los asalariados (debido a las retenciones a las exportaciones). Lo cierto es
que -a la par de la política de alimentos baratos-- se desplegaron diversas medidas de
regulación tarifaria y de subsidios a determinados sectores (en particular a la energía
eléctrica y el gas). Ambos elementos, en última instancia, constituyeron ventajas para
la industria, ya que permitieron mantener salarios bajos en términos nominales junto
con costos de insumos clave en niveles reducidos.

Es cierto que el objetivo de mantener el dólar caro conlleva una intervención


sistemática del gobierno en el mercado de divisas. Pero esta no es una cuestión
exclusivamente vinculada con la técnica monetaria, sino de los flujos y los usos del
excedente, en un contexto de tendencia a la apreciación. El gobierno se ve obligado a
comprar divisas para deprimir su precio. Para hacerlo, necesita disponer de pesos que
pueden provenir, en primer lugar, del superávit fiscal, que de esta forma se transforma
en reservas en dólares del Banco Central. Si aún así no fuera suficiente, quedan dos
caminos para sostener elevado el nivel del tipo de cambio: la emisión o el
endeudamiento. Las metas monetarias establecidas por el Banco Central limitaron la
emisión, de manera que también se recurrió a la colocación de títulos públicos. Visto
aisladamente, en lugar de tratarse de una transferencia de riqueza, esta última
operación puede entenderse simplemente como un proceso de “esterilización”, es
decir, la emisión de títulos para absorber pesos. Pero en rigor, se está desviando una
masa de divisas hacia las arcas del Estado a través del endeudamiento. Contrariamente,
cuando bajo el régimen de Convertibilidad el Estado se dedicaba a sostener la
sobrevaluación del peso, volcaba los recursos que captaba, por así decir, a la
subvención de la compra de divisas. Por eso, los que adquirían dólares veían
abaratadas sus compras o su ahorro en el exterior. De ahí que fuera muy provechoso
valorizar el capital en Argentina y luego acumular dólares abaratados, tal como
consiguieron hacer unos pocos beneficiarios del esquema (fundamentalmente el sector
financiero y los propietarios de las empresas privatizadas). Lo opuesto ocurrió en la
posconvertibilidad, cuando el Estado encareció las divisas, desalentando las
importaciones y los negocios especulativos.
Otro punto que generó polémica refiere al motor de la expansión del PIB. Para algunos,
los elevados precios mundiales deberían haber generado una fuerte tracción del lado de
las exportaciones, dando lugar a un crecimiento “guiado por las exportaciones”. Para
comprender más en detalle cuáles fueron las fuentes de este crecimiento, resulta
conveniente desagregar la demanda agregada en sus principales componentes, como se
hace en el Cuadro N91.

Cuadro N° 1. Demanda Agregada. Tasas de crecimiento reales y participación


en el PIB, 2003-2007. En porcentajes.

Consumo Inversión Exportaciones

Año PIB Privado Público Total Pública


2003 8,8 8,2 1.5 38.2 84,9 6
2004 9-0 9.5 2.7 24.4 54.4 84
2005 9,2 8,9 6,1 22,7 59.5 13.5
2006 8.5 7,8 5.2 18.2 27.4 7.3
2007 8,7 9.0 7,6 13,6 26,1 9.1
Tasa anual
8,8 8.7 4,6 25.4 50.5 8,8
acumulativa
Participación 100 65,6 12,4 19.2 n/d* 13.9

Nota: Debido a que las fuentes de información disponibles para estimar la


inversión total y la inversión pública no son homogéneas, no es posible
calcular la participación de la formación bruta de capital del Estado en el PIB.

Fuente: Estimación propia sobre la base del Ministerio de Economía.

Como puede observarse en el Cuadro Ns 1, el proceso de crecimiento en la


posconvertibilidad estuvo principalmente comandado por la absorción interna. Esta
conclusión que se desprende de los datos puede resultar a primera vista extraña,
considerando que la magnitud de la devaluación y la consecuente alteración de la
rentabilidad del sector exportador podrían haber desencadenado un proceso de
crecimiento liderado por las exportaciones (export-led-growth), donde el incremento
de las ventas al exterior actuaría como el principal factor de expansión de la demanda
agregada. Sin embargo, desde el punto de vista del análisis de la variación de los
componentes de la demanda agregada, el motor del crecimiento y del empleo se ubicó
en el mercado interno.
Tres evidencias de este análisis llaman especialmente la atención. En primer lugar, el
ritmo de expansión de la inversión total entre 2003 y 2007 fue casi tres veces superior a
la tasa de crecimiento del PIB. En segundo lugar, el ritmo de expansión de la inversión
pública en el Producto se ubicó en niveles particularmente altos, aunque parte de la
explicación de este fenómeno es el reducido nivel de este componente a la salida de la
Convertibilidad. Por último, a pesar del salto cambiario, el consumo interno privado
creció a una tasa similar a la del PIB. Esto obedece a que el establecimiento de las
retenciones a las exportaciones permitió resguardar parcialmente al consumo
doméstico del impacto contractivo de la devaluación y la pesificación asimétrica. En
efecto, si bien se produjo una muy significativa reducción del salario real
(principalmente a causa del abrupto cambio de tos precios relativos luego de la
devaluación), el empobrecimiento de los trabajadores hubiera resultado probablemente
más intenso de no mediar las retenciones. A su vez, los controles de precios
(compensados en parte por complejas y controvertidas transferencias del Estado) y el
congelamiento de las tarifas de los servicios públicos en un contexto de baja utilización
de la capacidad instalada y de debilidad de los sindicatos posibilitaron contener en gran
medida los incrementos de precios entre 2003 y 2007. Así, el mayor dinamismo y la
acelerada creación de empleo fueron producto de la dinámica del sector industrial
dirigido al mercado interno. Nuevamente aquí queda en claro que la inversión, en tugar
de estar determinada por variables imaginarias asociadas a los procesos políticos, está
impulsada por la más concreta rentabilidad sectorial, entendida como la combinación
del margen unitario (principalmente afectado en esta etapa por el cambio de precios
relativos) con la tasa de rotación (que se vio acelerada por el mayor ritmo de
crecimiento del ingreso doméstico).

De esta manera, el patrón de crecimiento que se consolidó inmediatamente después de


la devaluación posibilitó un período de expansión sostenida. Ahora bien, los
mencionados tres pilares sobre los que se apoyaba el nuevo esquema comenzaron a
erosionarse a lo largo del quinquenio 2003-2007, exhibiendo sus tensiones internas. En
primer término, el Estado se veía obligado a responderá las presiones a la apreciación
de la moneda derivadas del sostenido superávit comercial mediante intervenciones
permanentes en el mercado cambiario, lo que lo forzaba a mantener un marcado
superávit en las cuentas públicas para no recurrir a la emisión de dinero o deuda
pública. Esta presión podría alivianarse mediante incrementos en las retenciones, en
particular si se experimentaban aumentos en los precios mundiales. En segundo lugar,
a medida que la economía y -con ella- el empleo se expandían, la capacidad productiva
requeriría de nuevas inversiones. Pero además, la reducción del desempleo ponía a los
trabajadores en condiciones de obtener aumentos en sus salarios reales. Estaba en
juego el verdadero motor del crecimiento, es decir, las ganancias extraordinarias en los
sectores más pujantes, sostenidas sobre las transferencias de excedente y los reducidos
costos. Esta es la verdadera fuente de la inflación. El sistema de precios se convertiría
en un indicador de estas presiones, ya que lo relevante en términos de protección
cambiarla es el tipo de cambio real (la relación entre el nivel de precios internos y el
tipo de cambio nominal). Dicho de otro modo, los aumentos de los precios por encima
de la tasa de devaluación significan una pérdida de competitividad, dando lugar al
ingreso de importaciones y la imposibilidad de colocar los productos (no agrarios) en
el exterior.
Desde el punto de vista del proceso político que acompañó a esta espectacular
expansión, la etapa rosa de 2003-2007 estuvo también marcada por lo que podríamos
caracterizar como una “triple alianza” de intereses: mientras los exportadores
(predominantemente primarios) gozaban de la suba de los precios mundiales y el
favorable nivel del tipo de cambio (aunque moderado por las retenciones), la industria
mercado-internista crecía como no lo había hecho en décadas. Por su parte, los
trabajadores se fortalecían al calor del crecimiento de la ocupación y la recuperación
del salario, cuyo poder adquisitivo se había pulverizado con la crisis de 2001-2002.
También aquí se observa una marcada diferencia con la década de la Convertibilidad,
cuando numerosos productores agropecuarios tuvieron que hipotecar sus campos, la
industria doméstica languidecía y el desempleo diezmaba a la clase trabajadora. En
este sentido, no es raro que el gobierno se haya fortalecido y haya gozado de un amplio
apoyo durante el primer quinquenio de la posconvertibilidad.

A partir de 2008 la comunión de intereses comenzó a resquebrajarse. El quiebre no


obedeció al hecho de que el gobierno cejara en sus esfuerzos por mantener la paridad
cambiaría en términos nominales, sino debido a que comenzó a registrarse una
aceleración de los precios internos que erosionó sistemáticamente el tipo de cambio
real. Esta fue la causa de la finalización del virtual equilibrio de intereses que se
configuró a la salida de la Convertibilidad. A medida que los precios domésticos
crecían y arrastraban a los salarios nominales, la protección cambiaría perdía su
efectividad. Mantener simultáneamente el tipo de cambio real y el poder adquisitivo
del salario, dadas las dificultades para profundizar la devaluación, significaba contener
el incremento de los precios. Es por eso que buena parte de los debates de este período
giraron en torno de las causas de la inflación.

2.2. El período de inestabilidad (2008--2009) y aceleración inflacionaria.

El talón de Aquiles del esquema de la posconvertibilidad ha sido, sin lugar a dudas, la


inflación. El Gráfico Ne 11 muestra la evolución del índice de precios al consumidor
(IPC) y del tipo de cambio nominal entre el peso y el dólar. Este no es un indicador
confiable de la competitividad externa de la economía argentina, ya que lo más
adecuado es medir el tipo de cambio multilateral, tal como se ha hecho en el Gráfico
NQ 10, donde se toma en consideración la relación con los precios y monedas de los
principales socios comerciales. No obstante, echando una simple mirada a la relación
entre el tipo de cambio nominal y el nivel de los precios puede constatarse la dificultad
que comenzó a experimentarse cada vez con mayor intensidad una. vez que se desató el
proceso inflacionario, reflejado por el IPC-7 provincias (CENDA).
Una tasa de aumento de los precios que se encuentra por encima del incremento de la
paridad nominal trae implicancias significativas tanto para el régimen en su conjunto
como para la situación de las distintas clases y sectores. El dólar alto sirve como una
protección de facto para la industria doméstica y fomenta las ventas al exterior,
generando rentabilidades extraordinarias tanto para los exportadores como para la
industria que coloca sus productos en el mercado interno. Esta ventaja tiende a
extinguirse cuando se reduce el tipo de cambio real. Es así que ante el aumento de los
precios se inicia una carrera desesperada para sostener los beneficios del esquema. El
sector exportador experimenta un crecimiento de sus costos que lima la rentabilidad;
de no mediar una devaluación aún mayor, sólo puede compensar la caída cuando ios
precios externos se elevan al mismo ritmo. Los capitales que producen para el mercado
local sufren una pérdida por el incremento de sus costos cuando éstos crecen más
rápidamente que los precios domésticos, pero se encuentran además atenazados porque
si los precios internos se elevan demasiado sus productos se verán sometidos a la
competencia externa y, en el extremo, las importaciones barrerían con la producción
nacional (como ocurrió en la década de 1990 con la sobrevaluación del peso). Los
trabajadores, por último, deben luchar para traducir los incrementos del costo de vida
en aumentos salariales al menos equivalentes e incluso mayores para seguir la senda de
mejoramiento del salario real que se inició en la posconvertibilidad. Estas
contradicciones comenzaron a sentirse palpablemente a partir de la aceleración de los
precios desde 2007, y con más fuerza cuando este proceso se profundizó en 2008.

Por lo dicho, no resulta raro que la inflación desatara una intensa disputa entre las
clases. Tampoco es extraño que comenzara un crucial debate para comprender sus
causas y que -en base a los diagnósticos realizados- los cañones apuntaran
directamente contra el gobierno para que tomara determinadas medidas encaminadas a
la contención de los precios. El hecho es que los distintos intereses y las diversas
explicaciones sobre la inflación implican diferentes acciones, por lo que
previsiblemente el gobierno empezó a sufrir fuertes presiones, muchas veces
contradictorias, y fue blanco de duros ataques por parte de quienes hasta entonces
habían funcionado como aliados o bien habían callado sus desacuerdos. Sea como
fuere, después de un quinquenio de armisticio, el programa económico perdió el apoyo
casi unánime que había cosechado entre los principales actores, al tiempo que renacía
una hasta entonces alicaída oposición política que intentaba dar cuerpo a esos intereses
contrapuestos a través de la formulación de un presunto programa económico
alternativo.

Dos episodios se convirtieron en los principales hitos de este período. El 12 de marzo


de 2008 se publicó en el boletín oficial la Resolución N° 125 del Ministerio de
Economía, mediante la cual se establecía una nueva escala para los impuestos a las
exportaciones de granos (retenciones) que fue duramente resistida y finalmente
anulada. Más adelante se produjo el estallido de la violenta crisis internacional,
inicialmente en la esfera financiera norteamericana, que afectó fuertemente a la
economía mundial en su conjunto (la quiebra de la poderosa firma Lehman Brothers se
produjo el 15 de septiembre de 2008 y al día siguiente el gobierno norteamericano
comenzó el proceso de nacionalización de la gigantesca aseguradora AIG). El análisis
de ambos acontecimientos permite comprender lo ocurrido con el patrón de
crecimiento de la posconvertibilidad. Pero antes de hacerlo conviene repasar las
explicaciones que jugaron un papel protagónico en la discusión sobre la inflación, que
fueron recogidas por las distintas fracciones enfrentadas y que, además, sirvieron de
sustento para los planes alternativos que tímidamente fueron esbozados en el marco de
las disputas y los numerosos debates. El conflicto se vio además sazonado por el
desconcierto provocado por la pérdida de confiabilidad de las estadísticas oficiales, lo
que dio lugar a la proliferación de cálculos realizados por consultoras privadas con un
dudoso rigor metodológico. Lo cierto es que ante la ausencia de datos ciertos, se abrió
un espacio para que la oposición exagerara el proceso inflacionario mientras el
gobierno obstinadamente lo negaba de cuajo.

Esquemáticamente, la economía ortodoxa suele recurrirá cuatro grandes líneas


explicativas para dar cuenta de las causas del alza generalizada de los precios. Una de
las más difundidas es la teoría monetarista de la inflación, que sostiene que los
aumentos de los precios obedecen principalmente al crecimiento de la oferta
monetaria. La denominada teoría cuantitativa del dinero, en sus distintas versiones,
establece una relación proporcional y mecánica entre la cantidad de circulante y los
precios, de modo que el determinante central de la inflación está asociado con la
política monetaria expansiva que rebasa la demanda de dinero. En el caso de
Argentina, se acusó at gobierno de utilizar la emisión para sostener la paridad
cambiaria, por lo que para detener el proceso inflacionario se exigía el abandono de
uno de los pilares del esquema de la posconvertibilidad: el dólar caro. (14)

Un segundo grupo de explicaciones atribuye el incremento de los precios al


crecimiento exagerado de la demanda. Desde esta perspectiva, se supone que la
capacidad productiva se encuentra cerca de su tope máximo, de manera que la
producción no está en condiciones de responder a los incrementos de la demanda
-especialmente de consumo- mediante el aumento de las cantidades y el ajuste se
realiza a través de la suba de los precios. Según esta lógica, para desacelerar la
inflación debe “enfriarse" la actividad económica, esto es, reducir la demanda
agregada. Siguiendo a la teoría convencional, la demanda puede descomponerse en tres
elementos: consumo, inversión y gasto del gobierno. Habitualmente se excluye a la
inversión privada de tas propuestas contractivas, ya que el remedio de fondo es
justamente una ampliación de la capacidad productiva. De modo que la solución se
encontraría en la contracción del consumo y del gasto público. Ante el crecimiento de
los precios, en la Argentina comenzaron a aparecer voces que acusaban al gobierno de
haber elevado demasiado el gasto y reclamaban por tanto un ajuste fiscal. Otros, en
cambio, recomendaban apuntar al consumo (o a algunos segmentos del mismo),
pidiendo al gobierno que restringiera el crédito y elevara la tasa de Interés para limitar
así los gastos privados. Por los dos lados esta explicación se une con la teona
monetarlsta, porque también la emisión puede considerarse una forma de financiar el
gasto público. El remedio de restringir la oferta monetaria es una cura para esta
enfermedad y, además, al contraerse la liquidez y el crédito, la tasa de interés se eleva,
contribuyendo también a disminuir el consumo. De esta forma, las políticas fiscales y
monetarias contractivas son el principal recurso del que echan mano los planes
antiinflacionarios basados en lá teoría ortodoxa. No es raro entonces que en un
contexto inflacionario reaparecieran estos habituales planteos.

A menudo, las teorías basadas en el exceso de demanda se complementan con


explicaciones relacionadas con el crecimiento de los costos como causa de la inflación.
En particular, se le atribuye a los aumentos salariales buena parte de la responsabilidad
por el crecimiento de los precios. Como los salarios son un componente sustancial de
los costos, se supone que todos sus incrementos provocan por fuerza un aumento
proporcional en los precios. No faltaron los analistas que acusaron a los trabajadores de
pedir demasiado y que exigieron al gobierno que imponga “moderación” en las
negociaciones. Dentro de esta lógica, de ninguna manera podía admitirse que los
aumentos salariales alcanzaran la misma magnitud que la suba de los precios, ya que
según este enfoque ésa sería la causa del impulso inflacionario original o bien el
motivo de su propagación una vez que el proceso ya se ha desatado. No en vano
durante la Convertibilidad se prohibió por ley la indexación de los salarios. Ahora bien,
veladamente, al pretender que los trabajadores no trasladen la inflación a sus
retribuciones, lo que se consigue es asegurar una reducción de los salarios reales. Así,
al ajuste presupuestario, crediticio y monetario se agrega la recomendación de un
ajuste salarial.

Por último, como ya hemos visto, los brotes inflacionarios de la década de 1980 se
habían atacado con éxito -aunque con efectos sociales catastróficos- mediante la
aplicación del programa de Convertibilidad. No es raro entonces que algunos
economistas propusieran el abandono del régimen del dólar alto con el propósito de
disciplinarlos precios internos. En efecto, la apreciación de la moneda sometería a las
producciones locales a la competencia de los productos importados, fijando los precios
de los bienes transables al nivel internacional. De aplicarse como un shock, el paquete
implica además un violento ajuste monetario, pues para conjurar el riesgo de una
devaluación se ata la base monetaria al movimiento de las reservas. El ajuste del gasto
viene de suyo. Así, ante la aparición de la inflación, buena parte de la ortodoxia
comenzó a clamar por el regreso de la sobrevaluación de la moneda de la década de
1990.

Las fuerzas mancomunadas de la ortodoxia exigían al gobierno la urgente aplicación


de un plan antiinflacionario. Sin embargo, inflación monetaria, inflación de demanda,
inflación salarial e inflación cambiaría eran todas explicaciones que por su carácter
obligaban a abandonar el esquema que había dado pie al crecimiento sostenido durante
la etapa rosa de 2003-2007. Al mismo tiempo, aunque carentes de una teoría clara que
las sustente, también aparecieron propuestas en el sentido opuesto: algunos
exportadores -e incluso la propia Unión Industrial Argentina (UIA), aunque luego se
retractara- sugirieron realizar una nueva devaluación de la moneda. No obstante, un
nuevo encarecimiento del dólar, aunque en teoría mejoraría la competitividad, podía
también tener efectos inflacionarios colaterales. Concretamente, introduciría presiones
a la suba de los precios de los productos transables (en particular los alimentos e
insumos de todo tipo), lo que no haría otra cosa que alimentar todavía más la inflación.
(15)

Más adelante ofreceremos una explicación alternativa del proceso inflacionario. Por el
momento regresemos al flujo de los acontecimientos. Aún antes del conflicto de las
retenciones, según muestran los gráficos de la primera sección, el patrón de
crecimiento comenzaba ya a crujir y a manifestar una desaceleración del ritmo de
expansión, de creación de empleo, de aumento del salario y, claro está, un considerable
deterioro de la rentabilidad empresaria.

Fue en este contexto de apreciación cambiaría en términos reales que el gobierno tomó
la decisión de introducir un cambio que, en rigor, no hacía más que ceñirse a los
vectores principales de lo que había sido su programa económico hasta el momento,
jaqueado por la presión para introducir cambios, planteó una elevación de las tasas del
impuesto a las exportaciones (en particular de la soja) dentro de un esquema variable
en función directa del precio de los granos. Inicialmente, el gobierno lanzó la
Resolución N9125 sin dar demasiadas justificaciones. De hecho, bajo la gestión de
Eduardo Duhalde, luego de la sideral devaluación, se habían reimplantado retenciones
del 10% en marzo de 2002, alícuotas que fueron duplicadas tan sólo un mes después.
Ya en el gobierno de Néstor Kirchner, para el caso de la soja se habían elevado al
23,5%, luego al 27,5% y en noviembre de 2007 al 35%. (16)

La prensa, buena parte de los analistas y la oposición solía asociar estas decisiones con
las necesidades presupuestarias (una forma de “hacer caja”). Sólo esporádica y
secundariamente se hacía referencia a su efecto sobre los precios internos. Y casi nunca
se estructuraba una explicación en base a la función desempeñada por las retenciones
dentro del esquema completo, es decir, su relación con la política de protección
cambiaría. Probablemente en base a un cálculo político equivocado de las reacciones
sectoriales, en marzo de 2008 se presentó la nueva tabla de retenciones móviles. Para el
caso de la soja, el impuesto alcanzaba un nivel cercano al 60% si el precio internacional
llegaba a US$ 750. Antes que nada, ei rechazo no tardó en llegar por parte de los
productores y propietarios agropecuarios. La defensa de la medida comenzó entonces a
basarse en el efecto de las retenciones sobre los precios internos, considerándola un
instrumento adecuado para "desacoplarlos” de los precios internacionales (y así
“defender la mesa de los argentinos”). No se hizo eje, en cambio, en su vinculación
orgánica con el régimen de dólar alto.

Así, la propuesta de modificar el nivel de las retenciones desató una crisis política de
magnitud, que vino acompañada -a partir de las medidas de fuerza de los productores y
propietarios- de un fuerte desabastecimiento del mercado interno, lo que en lo
inmediato exacerbó el problema inflacionario. Los productores agrarios se opusieron
con una furia desmedida al que consideraban un atropello a sus derechos adquiridos. El
gobierno no consiguió cosechar en el frente industrial el respaldo decisivo que
necesitaba para contrarrestar la embestida del agro. Esta falta de apoyo probablemente
pueda entenderse si se atiende a la evolución de la rentabilidad. Luego de la
devaluación, el apretado ritmo de la reactivación y el crecimiento posterior habían
permitido que los trabajadores protegieran sus ingresos reales ante la suba de los
precios de los bienes-salario. Pero a medida que el desempleo se iba reduciendo, desde
2003 fueron contando con la suficiente fuerza como para conseguir incrementos
salariales reales (especialmente en el sector formal). Sin embargo, el aumento de los
salarios por sobre los precios finales provocó una creciente presión sobre la ganancia
empresaria. El deterioro de la protección cambiaría derivado de la apreciación del peso
y tos incrementos salariales debilitaron a la de por sí vacilante porción de la industria
mercado-internista. De esta forma, el más poderoso sector industrial con orientación
hacia el mercado externo dominó la representatividad política del sector industrial y
tomó partido en el conflicto en contra de la medida impulsada por el gobierno, sobre la
base de una paradójica coincidencia de intereses con el sector agro-exportador. El
único apoyo fuerte que consiguió cosechar el gobierno fue el de las dos centrales
sindicales de los trabajadores, que a esta altura se perfilaban como el principal (y casi
único sustento) del nuevo esquema económico.

El conflicto finalizó a mediados de julio de 2008 con el rechazo de la medida por parte
del Parlamento y un recrudecimiento de la inflación, luego de una escalada que incluyó
manifestaciones callejeras, desabastecimiento y cortes de ruta. Más aún, en este
contexto pareció predominar la posición del Banco Central, que dejó que la moneda se
apreciara (reduciendo incluso el tipo de cambio nominal) para “disciplinar” los
precios, debilitando todavía más la protección cambiaría. Como saldo del
enfrentamiento queda claro que la principal contradicción del esquema residía
justamente en los fundamentos mismos de la expansión económica que generaba.

3. Las causas de la inflación en un contexto de crisis


mundial
En este apartado examinaremos en detalle el proceso de incremento de los precios en el
país, en particular el que se produjo a partir del año 2008, brindando una explicación
que permitirá también rebatir algunas de las posiciones más difundidas sobre las causas
de la inflación.

La aceleración del ritmo de aumento de los precios a partir de 2008 logró poner en
jaque al nuevo patrón de crecimiento y desmembró el marco de alianzas que le dio
sustento. Ante estas dificultades, el gobierno respondió utilizando fundamentalmente
los dos principales instrumentos sobre los que se basó el régimen desde un comienzo:
el tipo de cambio y las retenciones. No obstante, un bloque conformado por el sector
exportador (tanto agrario como industrial, pero encabezado por los productores
primarios) logró impedir en adelante la posibilidad de modificar la alícuota de las
retenciones. El Gráfico N9 12 aporta valiosos elementos para el análisis. Puede
observarse con claridad la tendencia alcista de los precios internacionales de las
materias primas, entre las que se encuentran los principales productos de exportación
del país. Se aprecia también el empinado crecimiento que experimentaron los precios
de estos commodities desde fines de 2007 y a lo largo del año 2008.

Gráfico N° 12. Evolución del precio de los commodities, 1991-2009. En número


índice base 2005 = 100.

Fuente: Elaboración propia sobre la base del Ministerio de Economía.

¿Cuál es la consecuencia del notable incremento de tos precios de los commoditles que
se registró en el período? Dentro del contexto de un patrón de crecimiento como el que
se describió para la economía .Argentina implica, por una parte, un aumento directo de
los precios de los productos transables (en especial los alimentos y materias primas),
impacto que se ve amplificado por la política de dólar caro. En primera instancia,
entonces, se trata principalmente del fenómeno de la inflación importada. Ahora bien,
este efecto inicial se transmite luego a los precios de la industria dirigida al mercado
interno a través de tas variaciones de los costos y, en parte, de los salarios que se elevan
para compensar el incremento de los bienes de consumo. En un escenario de tipo de
cambio nominal prácticamente fijo, el resultado es una apreciación cambiaría en
términos reales, lo que reduce la competitividad de la economía. Pero como contracara
necesaria de este fenómeno, la suba de los precios de las exportaciones provoca un
crecimiento del superávit comercial y -consecuentemente- ejerce una presión sobre el
tipo de cambio debido a la abundancia de dólares. En el marco del mecanismo de
funcionamiento de la economía de la posconvertibilidad, un incremento de las
retenciones contribuye a la solución simultánea en todos los frentes: reduce el precio
interno de los alimentos al tiempo que le permite al gobierno absorber la oferta
incrementada de divisas con recursos presupuestarios, evitando asila apreciación
nominal. Podríamos decir que no se trata de un ataque injustificado contra el sector
agropecuario sino de una mera medida que, en su misma lógica, pretende defender el
esquema vigente.

Una economía pequeña, abierta al comercio y con una fuerte capacidad exportadora de
materias primas y alimentos tiene claramente la ventaja de recibir un flujo de riqueza
que puede canalizarse hacia la producción, pero sufre también de una inestabilidad
congénita que se manifiesta cada vez que esos precios sufren fluctuaciones violentas.
Acentuadamente en los primeros meses de 2008, la evolución de los precios mundiales
presionó con fuerza sobre el precio interno de los alimentos, desacelerando el proceso
de recuperación del salario real y generando nuevas disputas en torno de la distribución
de la riqueza. Así quedaron establecidas las condiciones para el conflicto entre
rentistas, capitalistas y trabajadores, que comenzaron a percibir cómo la trayectoria de
sus respectivos ingresos se veía afectada por el fenómeno de la inflación.

Al interior del empresariado existió también un conflicto entre las ramas que
resurgieron a partir de la protección cambiaría (con fuerte orientación
mercado-internista) y aquellos sectores predominantemente dirigidos a! mercado
externo, cuya competitividad les permitió incluso sortear el período de apreciación
cambiaría de tos años de 1990. Para este último sector era claro que los aumentos
salariales no se veían contrapesados por un potencial crecimiento de la demanda
interna, sino que significaban lisa y llanamente una pérdida de competitividad externa.

Por su parte, los trabajadores (al menos sus representantes sindicales mayoritarios)
quedaron alineados con el Gobierno. Esta confluencia de intereses fue posible aún a
pesar de la masa de ingresos que fue transferida desde los trabajadores hada el sector
capitalista luego del estallido de la crisis de 2001-2002 y del salto en el nivel de precios
internos producto de la devaluación, que generó un brusco deterioro del salario real. El
nuevo patrón de crecimiento, no obstante, permitió la paulatina recuperación del poder
adquisitivo de los salarios, ya que las organizaciones obreras ganaron fuerza a medida
que se reducía el desempleo. Ante las tensiones desatadas, los trabajadores parecieron
comprender que su suerte estaba atada fundamentalmente al devenir de la industria
sustitutiva dirigida al mercado interno (aquella que tiene mayor capacidad de creación
de empleo) y que su supervivencia no estaría asegurada en un contexto de apreciación
cambiaría, retracción del gasto público, enfriamiento de la economía o cualquiera de
las municiones de la batana de medidas propuestas por la ortodoxia.

En definitiva, cuando se buscan los determinantes del alza de los precios internos,
queda claro que la inflación doméstica estuvo íntimamente relacionada con la inflación
de las materias primas, vinculadas a su vez a los precios mundiales. Ciertamente, en la
canasta de exportaciones argentinas predominan las materias primas, muchas de las
cuales son -a la vez- bienes salario. Así, la composición de las ventas al exterior es
clave para comprender la dinámica inflacionaria que se puso en movimiento a partir de
2007 y con mayor intensidad en 2008, en lo que puede ser definido como un punto de
quiebre en el funcionamiento del esquema de la posconvertibilidad.

Gráfico N° 13. Variación anual del índice de Precios de Materias Primas (IPMP)
y del índice de Precios al Consumidor (IPC), 2003-2009. En porcentajes.

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Fuente: Elaboración propia sobre la base del BCRA e INDEC. A partir de 2007
se utiliza la tasa de variación del IPC 7-Provinclas (CENDA).

A la salida de la Convertibilidad, mediante el uso de una serie de instrumentos


(retenciones, subsidios, acuerdos de precios, tarifas públicas, etc.) se consiguió una
relativa desvinculación entre los precios externos e internos, lo que permitió en un
contexto recesivo que la maxidevaluación de 2002 no se tradujera en un proceso de
inflación permanente, sino que más bien se expresara como un reacomodamiento de
precios relativos que implicó un fuerte salto de los precios internos. El regreso de la
inflación importada, que ahora respondía más bien a causas externas (la suba en los
precios de los bienes primarios) que a internas (la devaluación) comenzó a presionar
sobre los precios domésticos a partir de 2007 y se intensificó en 2008.

Es por eso que en tales circunstancias resultaba adecuado proponer un esquema de


retenciones crecientes a medida que los precios se incrementaban (retenciones
variables y móviles). En particular, en ese momento existía cierto consenso respecto de
la presencia de capitales especulativos en los mercados de commodities alimenticios
mundiales, que contribuían a conformar una de las burbujas que luego estallarían con
la crisis internacional.17 Los precios de los commodities no sólo exhibían una tendencia
alcista, sino también una gran volatilidad. No obstante, resultaba evidente -aunque
algunos productores hayan pensado lo contrario- que los movimientos de los precios
internacionales no reflejaban sus condiciones de producción, sino que estaban
gobernados por la turbulencia que se estaba gestando en los mercados financieros.

En realidad, bajo el imperio del actual patrón de crecimiento, los precios de los
insumos y de los alimentos vienen determinados por la economía mundial. De manera
que si estos precios permanecen estables y no se produce ninguna modificación en el
tipo de cambio nominal, estos artículos que cuentan con un gran peso en la canasta que
conforma el IPC vienen a actuar como un ancla contra la inflación. Ahora bien, cuando
tienen lugar fuertes variaciones, recíprocamente, éstas se traducirán necesariamente en
cambios de los precios internos si es que no pueden contrarrestarse con una
modificación de las alícuotas de las retenciones. Por su parte, con reducidas tasas de
desocupación como las actuales, ¡os trabajadores cuentan con fuerza suficiente como
para traducir los incrementos de la canasta alimentaria en aumentos salariales. Así, tal
como queda claro también en la secuencia temporal, los precios de los alimentos son
los que empujan inicialmente hada arriba a los salarios y no al revés. Los aumentos
salariales, a su vez, reducen la rentabilidad y los empresarios tratan de restablecerla
-siempre que encuentren demanda suficiente- a través del crecimiento de los precios.

De esta forma se explica la evolución reciente de uno de los componentes más


importantes del nivel general de precios. ¿Qué ocurrió con los bienes no transables? La
dinámica de los precios fue diferente, según se tratara de aquellos mercados en los
cuales existió una intervención relevante del Estado o de aquellos en los que el
gobierno no tuvo una participación sustancial. En los mercados en los cuales el Estado
implemento una decidida política de subsidios con el fin de mantener congeladas las
tarifas en el período posterior a la devaluación (como la energía, los servicios y el
transporte públicos) se logró el objetivo y se observó un incremento de precios de
menor trascendencia.’8 Claro que esto se conjugó, además, con el hecho de que la
economía se encontraba transitando una honda crisis en el período inmediatamente
posterior a la devaluación del peso. En este escenario, la deprimida demanda interna
actuó como un verdadero dique de contención de la suba de los precios. Aquellos
bienes no transables que se encontraron fuera de la órbita de aplicación de subsidios
estatales exhibieron primeramente un amesetamiento en sus precios, en consonancia
con el contexto recesivo que enmarcó la salida de la Convertibilidad. Pero luego, a
medida que se iba desplegando la acelerada reactivación de la economía, los precios
comenzaron a crecer impulsados -en algunos casos- por la escasa respuesta de la oferta
ante los nuevos niveles de demanda (formándose algunos cuellos de botella
sectoriales) y - en otros- simplemente por la posibilidad de recomponer la tasa de
rentabilidad encareciendo los bienes y servicios, sobre todo en los mercados donde se
evidencia un mayor grado de concentración de la oferta (como educación y vivienda).

Consecuentemente, la dinámica propia de la recuperación económica contribuyó


entonces a que los bienes no transables alimentaran también el proceso inflacionario.
De todas maneras, en el período 2008-2009, el peso determinante de los commodities
en la canasta de consumo hizo que la inflación importada se convirtiera en el motor
principal del crecimiento de los precios internos. Es por eso que, más allá de las críticas
que pueda recibir en lo que respecta a su construcción, las retenciones móviles
constituían una herramienta capaz de desvincular dinámicamente el precio
internacional de los productos de exportación de su precio doméstico, evitando el
contagio de la inflación mundial de las materias primas. 15 Con su implementación
podría controlarse hasta cierto punto la tendencia apreciadora que atentaba contra el
esquema cambiado, dado que los precios internos no crecerían desmesuradamente y
simultáneamente se absorbería vía retenciones parte del incremento de la oferta de
divisas proveniente del superávit de balanza comercial.
La derrota política que acabó con el nuevo sistema de retenciones dejó en evidencia
cuáles eran los intereses detrás del conflicto y cuál era la fracción que había salido
triunfante: el sector agroexportador primario de la economía logró evitar una reducción
de sus ingresos y convalidó de esta manera su ganancia real, expresada por la
aceleración inflacionaria. Si bien el proceso de redistribución entre rentistas y
capitalistas que emanó del nuevo tipo de cambio real es difícil de analizar, lo cierto es
que la resolución del conflicto a favor del autodenominado “campo” tuvo como
principal derrotada a la clase trabajadora, que experimentó el deterioro de su salario
real como consecuencia del rebrote inflacionario.

A poco de concluido este episodio, durante los últimos meses de 2008 sobrevino la
crisis económica mundial cuya escala fue comparada con la Gran Depresión de la
década de 1930. Uno de sus efectos fue el estallido de algunas burbujas financieras
especulativas. Es así que, como se observa en el Gráfico N 9 12, luego de crecer
fuertemente se produjo un desplome de los precios internacionales de las materias
primas, anulando la presión para su crecimiento en el mercado doméstico. De este
modo, después de la caída anterior, desde fines de 2008 y durante 2009 se retomó la
tendencia ascendente del salario real, aunque a una tasa vacilante, lo que también se
explica por los efectos del contexto internacional depresivo.
El impacto de la crisis internacional sobre la economía doméstica tuvo una injerencia
directa en el ritmo de crecimiento del nivel general de precios a través del aumento de
la tasa de desempleo, que subió en 1,8 puntos porcentuales entre el último trimestre de
2008 y el tercero de 2009 (INDEC). El resultado de este proceso fue la pérdida de
capacidad de negociación de los asalariados, que pasaron de las reivindicaciones
netamente relacionadas con una mejora en el salario real a una posición más defensiva
para evitar los despidos preventivos. El incremento de la desocupación fue todavía niás
grave en el sector industrial. El índice de obreros ocupados de la Encuesta Mensual
Industrial (EMI-INDEC) reflejó una reducción en el empleo industrial que llegó al
6,1% interanual en el tercer trimestre de 2009. En paralelo, el índice de horas
trabajadas también sufrió importantes caídas (del orden del 8%). Así, la economía no
sólo vio aumentar la tasa de desocupación sino también la de sub-ocupación. Ambos
movimientos contribuyeron a deteriorar el poder de negociación de la clase trabajadora
y, con esto, se redujo su capacidad de elevar los salarios.

Hemos estudiado ya los factores que, desde nuestra perspectiva, influyeron en el


movimiento de los precios durante el período 2008- 2009. Esta descripción permite
rebatir en base a los hechos algunas de las explicaciones más difundidas de las causas
de la inflación reciente, que mencionáramos más arriba. En particular, aquel repetido
discurso que apunta hada los trabajadores y sus exigencias salariales. Como se
argumentó, las consecuencias del mayor desempleo sobre la evolución nominal de las
remuneraciones echan por tierra este tipo de visiones, qué asumen que los aumentos de
salarios no vinculados con el crecimiento de la productividad pondrían en riesgo a la
capacidad de reproducción del sistema económico, afectando la tasa de rentabilidad de
la economía. Desde el punto de vista empírico, no es posible atribuirle responsabilidad
alguna a los salarios. Según datos del INDEC y del IPC-7 Provincias (CENDA), el
comportamiento de la tasa de crecimiento de los salarios vis a vis el ritmo de aumento
de los precios fue exactamente el opuesto al que anticipa esta explicación: si se toma un
período dentro de la serie, se observa que entre julio y diciembre de 2009 la inflación
anual se aceleró de 12,5% a i5»3%. mientras que la tasa de variación anual de los
salarios nominales prácticamente permaneció constante, incluso mostrando una leve
baja del 17,6% al 17,3%. Más aún, esta presunta relación causal es imposible, ya que
las paritarias todavía no se habían activado hacia fines de 2009 y principios de 2010.

Otra explicación ortodoxa de la inflación a la que se recurrió asiduamente es la


supuesta presencia de aumentos de la demanda por encima de la capacidad productiva
de la economía (inflación por exceso de demanda). Sin embargo, este período revela
claramente lo erróneo de esta teoría, en particular cuando se estudia la evolución de la
utilización de la capacidad instalada de la industria. Según el indicador elaborado por
la consultora FIEL, la tasa de utilización de la capacidad instalada se redujo
sistemáticamente hasta noviembre de 2009 por un lapso total de 21 meses.
Específicamente, la comparación de la serie sin estacionalidad muestra una caída del
7,3% en el valor de noviembre de 2009 respecto de marzo de 2008 (el inicio de la
tendencia decreciente). Por lo tanto, resulta difícil sostener que el recrudecimiento de
la inflación respondió a una mayor presión de la demanda sobre un nivel de oferta que
había tocado su techo, ya que esta última estuvo sufriendo los efectos de la crisis
internacional de una manera evidente.

Dos argumentos tradicionales que también pueden ser fácilmente descartados cuando
se intenta aplicarlos a la aceleración inflacionaria durante 2008 y 2009 son los que
asocian la inflación con el incremento del gasto público y la expansión desmedida de la
oferta monetaria. Resulta claro que estas presuntas causas de la inflación afectarían los
precios sólo a través del crecimiento de la demanda agregada, por lo que se recomienda
que el Estado se aboque a “enfriar" una economía presuntamente “recalentada”
disminuyendo la tasa de crecimiento de sus gastos o restringiendo el crédito.
Nuevamente, la explicación es incapaz de dar cuenta de la presencia de inflación en un
contexto netamente recesivo. (20)

En suma, en una economía pequeña y abierta donde por un lado se observa una fuerte
yuxtaposición entre los bienes que dominan el conjunto de las exportaciones y los
productos que componen la canasta de consumo de la población y, por el otro, existe
una fuerte dependencia de insumos importados, los determinantes centrales de la
inflación son los aumentos en los precios de los bienes transables y el tipo de cambio.
En estas condiciones, las alteraciones en el poder de compra de la moneda doméstica
producen cambios de precios relativos que pueden convertirse en disparadores de un
proceso inflacionario. En este sentido, si bien Argentina soportó mejor que otros países
de la región los efectos de la crisis internacional, se produjo una importante fuga de
capitales que provocó fuertes presiones sobre el tipo de cambio. Entre junio de 2008 y
marzo de 2010 el tipo de cambio pasó de 3,04 a 3,85 pesos por dólar, acumulando una
devaluación del 27,4%. Los intentos de traducir esta nueva paridad cambiaría en el
nivel de precios domésticos explican en gran medida el mayor ritmo inflacionario que
se observó a partir del segundo trimestre de 2009, donde luego de cierta calma en el
frente cambiado se aceleró la tasa de devaluación. A esto se vino a sumar nuevamente
la presencia de inflación importada, ya que luego de la fuerte caída de los precios de los
principales productos que exporta la región debido a la explosión de la burbuja de los
commoditíes se registró una importante recuperación de los precios de las materias
primas (también visible en el Gráfico Ne 12). En particular, la tasa de variación (en
dólares) de alimentos y bebidas importadas pasó de una deflación promedio cercana al
20% entre enero y septiembre de 2009 a una inflación de 18,4% en diciembre de 2009.
En la misma comparación, los precios de los insumos industriales pasaron de una
deflación promedio de 34% a una inflación de 38,2% hacia fines de 2009.

En conclusión, no hace falta recurrir a la alquimia ortodoxa para dar cuenta de las
causas de la inflación. Las presiones de los costos de bienes importados a dos dígitos
sumadas a una devaluación del orden del 30% explican en buena medida el origen de la
aceleración de los precios. En cambio, durante el mismo período tos salarios reales
ralentizaron significativamente su recuperación por la pérdida de poder de negociación
derivada del menor dinamismo de la economía.

4. El nuevo patrón de crecimiento en la encrucijada.


En este capítulo bautizamos etapa rosa del nuevo patrón de crecimiento al período en
que el PIB de la economía argentina se expandió a un ritmo de 8,5% anual
acumulativo, al tiempo que crecía el empleo y los salarios reales recuperaban sus
niveles previos a la crisis 2001-2002. La denominación responde también al hecho de
que durante aquel inusual período de altísimo crecimiento el esquema económico
contó con el apoyo (o, al menos, con una casi nula oposición) de parte de los
productores agropecuarios, de los sectores industriales y del grueso de la clase
trabajadora organizada.

Algunos autores insisten en denominar a este esquema como “modelo productivo”,


concepto que atiende al claro contraste con los treinta años previos de sistemática
desindustrialización y, en particular, con la etapa de sobrevaluación y predominio de la
especulación de la década de 1990. Una particularidad histórica del período bajo
análisis es que si bien el esquema favoreció la aparición de algunas industrias
productoras de bienes dirigidas al mercado interno que gozaban de la protección
generada por el tipo de cambio, el sector agroexportador también atravesó -ai calor de
los relativamente elevados precios mundiales- un extraordinario período de bonanza.
Aunque el agro y la industria sustitutiva se expandieron al unísono, la alta capacidad de
generación de empleo de la economía durante el período (casi 4 millones de nuevos
puestos de trabajo) estuvo vinculada esencialmente al desarrollo de la industria
destinada a abastecer al dinámico mercado interno con sesgo mano de obra-intensivo.
Este sector no sólo floreció gracias al paraguas que significó el tipo de cambio alto,
sino también en virtud de la fuerte reducción -como resultado de la devaluación- de los
salarios reales. De este modo, el patrón de crecimiento se erigió sobre una inmensa
transferencia de ingresos de los trabajadores a la clase capitalista en su conjunto, que
en combinación con la protección cambiaría posibilitó una formidable recomposición
de la rentabilidad de los sectores industriales que habían retrocedido durante la larga
fase iniciada a mediados de la década de 1970.

De esta manera, el desempeño reciente de la economía es consecuencia tanto de las


condiciones mundiales favorables como de un determinado esquema de apropiación de
la riqueza adicional contenida en tas mercancías agropecuarias que Argentina puede
exportar debido a sus excepcionales condiciones agroecológicas. Pero la existencia de
un cuantioso excedente de renta agraria, al tiempo que permite sostener este patrón de
reindustrialización, establece simultáneamente una serie de dificultades que son
inmanentes al esquema adoptado. La presencia de un recurrente superávit comercial
introduce una presión permanente hacia la apreciación cambiaría, tendencia que si se la
deja actuar libremente no puede tener otro resultado más que el abaratamiento de los
productos importados y la consiguiente liquidación de la producción industrial
destinada a abastecer la demanda interna. Por su estructura productiva, siempre que los
precios de los productos primarios sean favorables, la economía Argentina está
sometida a una tendencia a la apreciación, del peso. Si esto ocurriera, tal como sucedió
en la década de 1990 con la presión adicional de la entrada de capitales, los únicos
sectores productores de bienes capaces de sobrevivir serían aquellos que poseen un
nivel de productividad capaz de resistir a una competencia mundial acrecentada por el
tipo de cambio desfavorable. Este es el caso, en primer lugar, del agro (especialmente
el pampeano) que se beneficia de las excepcionales condiciones agroecológicas y de
fertilidad de las tierras del país. Pero también de la fracción del empresariado que
durante los treinta años de desindustrialización logró, por diversos motivos, subsistir (e
incluso expandir) su producción convirtiéndose en exportadores; en buena medida, los
múltiples beneficios otorgados por el Estado (como la energía barata, los subsidios o
los regímenes especiales de protección) explican la consolidación de este sector
empresario.

En el extremo, en un contexto de apreciación cambiaría, previsiblemente regresará la


especulación basada en la existencia de elevadas tasas de interés y de un dólar barato,
que permite potenciar los beneficios obtenidos al girarlos al exterior, con su secuela de
especulación, desindustrialización y fuga de capitales. La salida apreciadora cuenta en
la actualidad con sus adherentes, que la presentan como un remedio para combatir la
inflación sobre la base del argumento de que los precios tenderían a estabilizarse
acotados por la competencia externa. Pero por el mismo motivo las producciones
domésticas que crecieron al calor de la protección cambiada sucumbirían ante el
aluvión de productos importados, no sólo más baratos por la mayor productividad de
otras economías sino además por la caída del tipo de cambio. Para la clase trabajadora
este escenario no implicaría más que un regreso a las épocas de empobrecimiento
progresivo y de expulsión sistemática del mercado laboral. La debilidad producida por
el desempleo creciente, a su tumo, se encargará por sí sola de congelar o incluso
reducir el poder adquisitivo de los salarios.

Pareciera entonces que, como ocurrió en la salida de la Convertibilidad, existen en la


actualidad dos programas económicos contrapuestos. Por un lado, el esquema de dólar
caro, que como se mostró debe ser complementado con retenciones a las exportaciones
y controles de precios. Por el otro, el programa de la apreciación cambiaría, que al
volcar íntegramente el producto del superávit externo al mercado interno de divisas
lleva a la sobrevaluación del peso y, automáticamente, a una estabilización recesiva de
tos precios. No es raro entonces que, alternativamente, la discusión sobre el plan
económico pase del nivel del tipo de cambio a la explicación de la inflación y sus
remedios, como expresiones sintéticas de los dos esquemas: el de los años de 1990 y el
de la posconvertibilidad.

Enfrentados a este dilema, parecería que tanto el sector industrial como los
trabajadores deberían haberse alineado inexorablemente con un programa similar al
que se adoptó durante la posconvertiblidad. Sin embargo, a partir de 2008 el patrón de
crecimiento pareció chocar contra sus propios límites. La política económica basada
casi exclusivamente en el dólar alto y las retenciones (es decir, en tipos de cambio
diferenciales para la exportación y la importación), que había servido para sostener el
apretado ritmo de recuperación durante un quinquenio, perdió buena parte de su
efectividad. El conflicto latente se manifestó, como otras veces, en la aceleración de los
precios internos, lo que a su vez introdujo una tendencia a la apreciación de la moneda,
poniendo en riesgo la propia continuidad del esquema. Es por eso que desde 2008 la
economía entró en una verdadera encrucijada.

¿Qué hacer? Ante el incremento de los precios internos, la lógica de la política


económica empleada hasta entonces indicaba que para continuar con el esquema era
necesario profundizar la vía de la devaluación. Sin embargo, esa medida aislada
hubiera implicado, casi con seguridad, un traslado del dólar encarecido a los precios de
los bienes transables, agregando a la inflación importada una cuota adicional de
Inflación cambiaria. De manera que era necesario desacoplar en un grado mayor
todavía los precios internos de los externos y poner simultáneamente un techo a los no
transables, para lo cual los instrumentos utilizados hasta entonces eran las retenciones
y los controles de precios y tarifas. Mientras la alianza entre el agro y los grandes
exportadores industriales puso freno a la primera medida, la segunda no conseguía los
resultados esperados y los precios continuaban su escalada. Fue así que el gobierno
quedó atado de pies y manos y la economía sujeta a los caprichos de los precios
internacionales y a las corrientes del comercio y los flujos de capitales. Más aún, dentro
del propio gobierno parecía imponerse la idea de que una apreciación de la moneda
ayudaría a contener la inflación y a "disciplinar'’ a los sectores exportadores, pero al
mismo tiempo acentuaría más la competencia externa sobre las producciones
domésticas.

El temor a la presión sobre los precios aconsejaba no devaluar más, los controles de
precios estaban siendo vulnerados y los hechos mostraban que la fuerza política con
que se contaba para modificar las alícuotas de las retenciones era insuficiente. En este
escenario, sólo se podía esperar que la buena suerte ayudara al sostenimiento del
esquema, sin que el gobierno modificara sustancialmente sus parámetros. La
protección cambiarla pasó a depender de hechos exógenos como la mejora de la
competitividad derivada de la apreciación de las monedas extranjeras, que la crisis
mundial fuera pasajera o que se redujeran los precios de las materias primas para evitar
que una mayor apreciación destruyera por completo los brotes de tibia
industrialización que habían nacido bajo la incubadora del paraguas cambiario.
Mientras tanto, el gobierno echó mano de sus recursos para apuntalar la demanda
interna, empleando herramientas convencionales como el crecimiento del gasto
público o la política monetaria expansiva que inyectó algo de crédito en la economía.
Fue entonces que, en un contexto recesivo, la ortodoxia económica comenzó -con
audacia y cinismo- una campaña en contra del gasto público y de los incrementos de
liquidez, asociándolos con el crecimiento de los precios,

Por consiguiente, con la desaceleración del crecimiento y el incremento sostenido de


los precios como telón de fondo, desde 2008 se instaló una notoria inestabilidad
política que, según nuestra perspectiva, fue ocasionada precisamente por los
reacomodamientos de las distintas clases y sus fracciones internas ante el nuevo giro de
los acontecimientos. Solapadamente se empezó a discutir si convenía la
“profundización del modelo productivo” o, por el contrario, buscar una “salida
ordenada” del esquema de la posconvertibilidad. Así se ingresó en la actual encrucijada
donde no todos los actores muestran su juego. Por lo que puede verse, algunos
representantes del agro y la ortodoxia claman casi abiertamente por la vuelta a la
década de 1990, al tiempo que junto con el capital más concentrado piden un control
más estricto de los aumentos salariales, la reducción del gasto público y la restricción
de la emisión monetaria. Todos ellos se solidarizan en el reclamo de una menor
intervención del Estado. Los sectores que producen para el mercado interno y ven
amenazada su subsistencia, por su parte, parecen carecer de fuerza suficiente como
para hacerse escuchar, mientras que los trabajadores se ven acorralados entre un
proyecto que los conduce a la miseria que caracterizó el régimen de la Convertibilidad
y otro que ya no parece asegurar una mejora sustancial y sistemática de sus condiciones
de vida. Cruzado por estas fuerzas e intereses contradictorios, el escenario político se
convirtió en un tembladeral.

Dado este complejo escenario, ¿hay salida? Para garantizar un crecimiento del empleo
y -simultáneamente- el sostenimiento del salario no parece existir otro camino que
insistir en la dirección industrializadora. En la etapa rosa del actual patrón de
crecimiento tuvo lugar un proceso de sustitución de importaciones tímido y poco
articulado, donde el Estado sostuvo con unas pocas medidas contados parámetros que
dieron lugar a la protección cambiaría. Una vez establecidas estas variables centrales,
se dejó actuar por su cuenta a la iniciativa privada, que fue guiada hacia la producción
manufacturera por la tentadora rentabilidad que así se aseguraba. La caída de la
desocupación y el crecimiento del salario real son subproductos de este proceso. Lo
que alcanzó su límite y se agotó no es la vía industrializadora, sino la continuidad del
acelerado crecimiento industrial erigido sobre estas escasas y genéricas medidas de
carácter macroeconómico.

De lo que se trata ahora es de impulsar un cambio de raíz en la estructura productiva del


país, torciendo la tendencia hacia una especialización agroexportadora basada en las
llamadas ventajas comparativas. Sin embargo, no existe posibilidad alguna de que
luego de haber sido sometida a una sistemática destrucción durante treinta años, la
producción industrial se restablezca velozmente por sí sola. Es por eso que un patrón
de crecimiento de esta naturaleza obliga necesariamente al Estado a asumir un papel
protagónico. No se trata abstractamente de un mayor o menor grado de intervención
estatal. Tal participación en la economía tiene un papel específico que consiste -como
ocurrió durante la época de la sustitución de importaciones y tal como aconsejan todas
las experiencias internacionales de esta naturaleza- en canalizar los recursos
excedentes (renta agraria) hacia la producción manufacturera.

En estos últimos tiempos se ha reavivado la controversia macroeconómica sobre las


causas y remedios de la inflación, sobre el nivel adecuado para el tipo de cambio o
sobre la eficacia de los controles de precios. Si la discusión no avanza es porque se
discuten los instrumentos pero se omite mencionar la orientación estructural que tales
medidas deben imprimirle a la economía; no se habla de los beneficiarios y los
perjudicados de cada esquema propuesto. Ahora bien, una vez que se establece
abiertamente el objetivo de impulsar un proceso de industrialización, queda claro que
un programa económico basado casi exclusivamente en la política cambiarla y las
retenciones, si bien sirvió a esos fines durante los cinco años posteriores a la crisis,
resulta ahora a todas luces insuficiente. Del mismo modo que son inconducentes los
debates sobre la conveniencia de modificar, aisladamente, tal o cual parámetro de la
política económica.

Este es el caso de la elevada inflación que se ha desatado en los últimos años y que no
puede ya conjurarse con los pocos instrumentos que se han puesto en juego. Es una
muestra elocuente de la necesidad de dar un paso adelante en el terreno de la política
económica. Lo cierto es que todas las experiencias exitosas de desarrollo económico
acelerado vinieron acompañadas de una tasa moderada de inflación. Para que los
precios se mantengan bajo control y para que no se desate una carrera inflacionaria es
necesario emplear numerosas herramientas y contar con la capacidad de disciplinar a
los distintos sectores. Se requiere, en fin, más y no menos intervención del Estado, a
contrapelo de lo que insistentemente reclama la ortodoxia, cuyas recetas para detener el
alza de los precios son básicamente recesivas y se fundan en la represión del gasto, del
crédito y de los salarios. Es la paz de los cementerios.

Para asegurar un renovado y más decisivo impulso a la industrialización se necesita,


ahora sí de forma excluyente, un verdadero plan de desarrollo, preciso y articulado, que
priorice determinadas ramas industriales sobre otras, que fomente las actividades
agropecuarias para asegurar excedentes, y que proteja consistente y deliberadamente el
empleo y el salario. En esta etapa, con la macroeconomía no alcanza, ni tampoco con la
estabilidad de determinadas variables. En el marco de la planificación estratégica, las
diversas combinaciones de instrumentos de política no son más que medios para
alcanzar las metas propuestas. No se trata, por caso, de establecer un nivel “óptimo"
para el tipo de cambio, sino de examinar sus efectos sector por sector y apuntalarlo con
un paquete diferenciado de gravámenes, subsidios y controles. Es necesario, por
consiguiente, redoblar la intervención del Estado, recuperar su capacidad de
planificación y control, lo que seguramente encontrará una férrea resistencia
ideológica y de los intereses que encuentran lucrativa la política del libre mercado.

El éxito de la planificación, sin embargo, no es sólo ni principalmente un problema


técnico sino que, como se ha puesto de manifiesto a las claras en la disputa abierta por
la apropiación de la riqueza (en particular en la reciente disputa por el nivel de
retenciones), es un resultado de la correlación de fuerzas entre las distintas clases
sociales y sus fracciones. Para la clase trabajadora, que ha sufrido en carne propia
durante décadas las consecuencias de dejar su suerte atada a las ciegas fuerzas del
mercado, acaso sea éste el único camino para continuar mejorando sustancialmente sus
condiciones de vida y para sentar las bases para la superación de las limitaciones
impuestas por las particularidades de la economía argentina.

Notas

1.- Un antecedente previo que ya anunciaba el final de este patrón de crecimiento fue el llamado
“Rodrigazo", un paquete de medidas instrumentado en junio de 1975 que estipulaba una devaluación
superior al 150% y una duplicación de las tarifas de los servicios públicos.

2.- El célebre artículo de Williamson (1990) enumera un esquemático decálogo de medidas


consideradas indispensables por la ortodoxia académica y política (cuya voz cantante fueron los
organismos de crédito multilaterales) para impulsar el crecimiento económico en los países que se
encontraban jaqueados por profundos desequilibrios macroeconómicos y un insostenible nivel de
endeudamiento externo. Los diez principios eran: disciplina fiscal; reordenamiento de las prioridades
del gasto público; reforma impositiva; liberalización de las tasas de interés; tasa de cambio
competitiva; liberalización del comercio internacional; liberalización de la entrada de inversiones
extranjeras directas; privatización de las empresas públicas; desregulación de los mercados y defensa
de los derechos de propiedad. Al respecto, cabe mencionar que Argentina fue considerada un
“alumno ejemplar” por los organismos internacionales de crédito durante gran parte de la década de
1990, por aplicar a rajatabla políticas de este tipo.
3.- La ley estableció en su Artículo N° 1 que, en todo momento, “las reservas del Banco Central de la
República Argentina en oro y divisas extranjeras serán afectadas al respaldo de la base monetaria”. El
Artículo N° 7 prohibía la indexación de los contratos y el Artículo N° 11 modificaba el Código Civil
para dar validez plena a los contratos en moneda extranjera.

4.- También lograron subsistir una porción del sector agroindustrial y ciertas empresas muy
concentradas o transnadonalizadas, algunas de las cuales obtuvieron importantes beneficios de los
regímenes especiales de promoción o accedieron a insumos a precio subsidiado (como el caso de la
energía para la industria metalúrgica).

5.- Menem perdió las elecciones generales de 1999 a manos de una coalición encabezada por la
Unión Cívica Radical (UCR). El gobierno del presidente electo Femando De la Rúa prosiguió con las
políticas económicas de la década de 1990, en particular con el régimen de Convertibilidad. Para
sostener el esquema cambiarlo se intentó profundizar el ajuste presupuestario. Luego del efímero
paso de Ricardo López Murphy por el Ministerio de Economía, José Luis Machinea implemento
desde esa cartera una reducción de los salarios estatales y de las jubilaciones del 13%. En medio de
una ya declarada recesión y con la suspensión de los pagos de la deuda en puerta, De la Rúa designó a
Domingo Cavallo, emblemático Ministro de Menem, al mando de la gestión económica. El
presidente no pudo terminar su mandato y debió renunciar luego de- su frustrado intento de contener
una revuelta popular con una represión que dejó un saldo de casi cuarenta muertos.

6.- Algunas estimaciones privadas hablan de una caída en 2009, que contrasta con los datos
suministrados por el INDEC. Debe destacarse que las cifras para el año 2008 se encuentran
fuertemente cuestionadas debido a la intervención realizada en el organismo oficial encargado de
realizar las estadísticas (INDEC)

7.- En lo que respecta al IPC se utilizan dos series: una proporcionada por el INDEC y la otra, de
elaboración propia, calculada en base a la información de las Direcciones Provinciales de Estadística
de siete provincias (IPC-7 provincias), A partir de 2007 las variaciones de ambas series comienzan a
diferir sustancialmente a raíz de la intervención del organismo oficial de estadísticas. El IPC-7
provincias es elaborado a partir de los IPC calculados en los aglomerados de Jujuy, Neuquén, Paraná,
Rawson-Trelew, Salta, Santa Rosa y Viedma, generados por las Direcciones Provinciales de
Estadística correspondientes. Se seleccionaron los IPC de estos aglomerados debido a que no estaban
incluidos en la primera etapa del programa IPC-Nacional y se mantuvieron al margen de la
intervención del IPC-INDEC. El índice se realiza ponderando los índices de cada aglomerado según
el peso del gasto de consumo de tos hogares residentes en cada provincia (sobre la base de la Encuesta
Nacional de Gastos de los Hogares 1996/1997). Si bien los índices utilizados se calculan a partir de
metodologías diferentes de la que utilizaba el INDEC para el IPC-GBA y se basan en canastas de
productos en muchos casos desactualizadas, su evolución hasta diciembre de 2006 es similar a la de
los datos oficiales.

8.- En lo que sigue preferimos emplear las palabras “esquema” o “patrón” en lugar de la más
extendida "modelo”. Esta última categoría parece hacer referencia a la posibilidad siempre presente
de aplicar un determinado programa económico con prescindencia de toda determinación histórica y,
en particular, del estado del conflicto y la fuerza relativa de las distintas clases sociales, como si se
tratara de un recetario preconcebido que se inserta desde afuera del proceso económico y social.
Asimismo, nos inclinamos por el término “patrón de crecimiento” antes que “modelo
macroeconómico”, ya que pretendemos enfatizar el carácter dinámico y general de ios procesos
económicos. En este sentido, entendemos que la denominación de “modelo macroeconómico” parece
limitarse exclusivamente a la descripción del estado en el corto plazo de algunas variables
seleccionadas y no a su evolución en el tiempo.

9.- Los términos de intercambio se definen como la relación entre los precios de las exportaciones y
de las importaciones de un país.

10.- La política de ingresos en la etapa de la posconvertibilidad tuvo un marcado corte


intervencionista que negó el rol del mercado como mecanismo de asignación eficiente de los recursos
sociales. En particular se destaca la recuperación de la política de Salario Mínimo Vital y Móvil
(SMVM); los aumentos de las remuneraciones y el otorgamiento de sumas fijas por decreto para los
trabajadores asalariados registrados: y los ajustes de la jubilación mínima y la ley de movilidad
automática de los haberes. En lo que respecta a los planes sociales, dos hitos marcaron al período de la
posconvertibilidad: en 2002 el Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados y en 2009 la
universalización de la asignación por hijo (Asignación Universal por Hijo para Protección Social).
Ambas políticas se destacan por su alcance masivo en momentos donde la situación económica de los
sectores de bajos ingresos se encontraba seriamente deteriorada.

11.- La referencia clásica sobre los efectos económicos de la sobrevaluación de la moneda en


Argentina es Diamand (1972).

12.- El artículo clásico sobre la enfermedad holandesa es Corden y Neary (1982). En este trabajo se
muestra cómo en la experiencia de los Países Bajos se presentó el efecto favorable de un incremento
de riqueza pero, como contrapartida, su moneda (el florín) se apreció sustancialmente, perjudicando
notablemente la competitividad de las exportaciones no petroleras y dando lugar a un proceso de
desindustrialización

13.- Ver, por ejemplo, Frenkel (2007).

14.- Para una reseña más detallada sobre las principales corrientes teóricas ver Kicillof y Nahfin
(2006).

15.- Mientras tanto, algunos analistas de la heterodoxia inspirada en el estructuralismo rechazaban en


todo o en parte a este tipo de explicaciones como la fuente de la inflación. No obstante, su propia
teoría terminaba traicionándolos y ubicándolos en una incómoda posición. Más allá de su origen
inicial, los aumentos de precios se propagan -según la vertiente más difundida- a través de las
expectativas, ya que los distintos sectores tratan de adelantarse a la inflación elevando precios y
salarios, dando lugar a una espiral de crecimiento de los precios. El problema es que, desde este punto
de vista, el principal papel del gobierno es actuar sobre las expectativas. Así, paradójicamente, si los
formadores de precios y salarios están convencidos de que la inflación futura depende del gasto, la
liquidez, el crédito o lo que fuera, el gobierno debe dar señales de estar actuando sobre estas variables.
El enfriamiento debe realizarse no por convicción sino por engaño. De ahí que algunos economistas
heterodoxos se hayan sumado al coro de los que reclamaban el ajuste.

16.- A diferencia de otras etapas históricas, la soja se ha convertido en el principal cultivo de


exportación. Queda sentada así una fuerte diferencia para un país acostumbrado a exportar bienes
salario, porque la soja no se destina al consumo humano sino a la alimentación animal. Sin embargo,
el desplazamiento de otros cultivos y de las actividades ganaderas determinado por la expansión de la
producción de soja, como se verá en el capítulo correspondiente, pone en íntima conexión los precios
de unos y otros cultivos y de los alimentos en general.

17.-Los otros fenómenos de naturaleza especulativa que terminaron provocando consecuencias


desastrosas para la economía mundial se registraron - en el mercado inmobiliario estadounidense y en
el precio del petróleo.

18.- El otorgamiento de subsidios a las empresas que operaban en dichos sectores implicó
directamente una recomposición de la rentabilidad por unidad vendida.

19.- la Resolución Ns 125 fue criticada porque no contemplaba los posibles cambios en los costos de
producción del sector y, en ese sentido, operaba sobre los ingresos pero no sobre los egresos del
complejo exportador. En consecuencia, ante un incremento de los costos se erosionaba
necesariamente la tasa de ganancia. Adicionalmente, el diseño de la medida contribuyó también a
alimentar los fantasmas de los productores agrarios. Si bien los derechos de exportación se elevaban
del 33% al 44%, se contemplaban niveles altísimos e inéditos de retenciones (95% sobre el aumento
marginal del precio) en poco probables escenarios de precios extraordinariamente altos (más de US$
600 la tonelada de soja). De este modo, al descontento por el incremento efectivo se le sumó la
discusión sobre los hipotéticos aumentos en el caso de que se presentaran aquellos estratosféricos
precios. Más allá de esto, e independientemente de la situación concreta que impulsa la medida, para
el sentido común se encuentra muy arraigada la ¡dea de que una alícuota impositiva que grave más del
35% del precio resulta un atentado “confiscatorio" contra la propiedad.

20.-Aunque algunas opiniones audaces se atrevieron a hablar de la presencia de “estanflación”


(combinación de estancamiento con el crecimiento de los precios), claramente no puede recurrirse en
casos como este a la hipótesis del recalentamiento.
“País Libre de Buitres” (2014)

Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular


(GEENaP)

Resumen del conflicto:

En febrero del 2013, el juez de primera instancia Thomas Griesa emitió un fallo a favor
de los fondos buitres que obligaba a Argentina pagarles la totalidad de la deuda que
reclamaban, sin quita. Estos acreedores pedían el pago de un monto aproximado de
U$S1.500 millones (incluye capital, intereses y cargos punitorios) de títulos que no
ingresaron a los canjes de deuda de 2005 y 2010. El Gobierno apeló, pero el Segundo
Tribunal del Circuito de Apelaciones de Estados Unidos confirmó el fallo emitido por
Griesa el 23 de agosto del 2013. El Gobierno presentó un pedido de revisión del fallo,
apelando ante la Corte Suprema de EEUU. El lunes 16/06/2014 se dio a conocer la
decisión de la Corte Suprema de EEUU de rechazar el tratamiento de la causa de los
fondos buitre contra la Argentina.

Al no tener tratamiento en la Corte Suprema de EEUU, queda vigente el fallo de la


Cámara de Apelaciones que ratificó en su momento el juez Thomas Griesa, que
sentencia el pago total por parte de la Argentina. Esto significa que el país debe hacer
efectivo el pago del monto judicializado al 100%. La justificación que utilizó el Juez
Griesa para defender a los tenedores de bonos (“holdouts") que no ingresaron a las dos
reestructuraciones fue que Argentina violó la cláusula de pari passu (igual trato)
incluida en los bonos defaulteados. El argumento es que se violó esta cláusula al no
pagarle a los holdouts mientras cancelaba puntualmente los servicios de la deuda
reestructurada. El resarcimiento propuesto por Griesa y confirmado luego por la
Cámara de Apelación fue que si Argentina pagaba puntualmente a sus actuales
acreedores, debía simultáneamente pagarles a los holdouts según una fórmula de pago
“equivalente”. Esa fórmula indica que como Argentina paga el 100% de lo que
corresponde según su contrato a los bonistas reestructurados, debía pagar también el
100% de lo que correspondía a los holdouts.

La estrategia de los fondos buitres es, por un lado, litigar en la justicia norteamericana
para cobrar los bonos que no ingresaron al canje al 100% de su valor nominal pero
materializando una ganancia -en 6 años- de 1608% en dólares porque fueron
comprados en situación de default a un precio insignificante (“bonos basura”). Frente a
esta sentencia y a la posibilidad de que se embarguen bienes y pagos a los bonistas que
aceptaron el canje, el primer paso del gobierno argentino fue la un cambio de
jurisdicción y del agente de pago para el desembolso de los fondos correspondientes.

El riesgo existente es que los canjes de 2005 y 2010 tenían una cláusula por la cual si la
Argentina superara su oferta en el futuro, esa mejora debería ser extensiva a todos los
bonistas. Entonces si el país decidiera pagar el 100% a un pequeñísimo número de
bonistas (buitres), gatillaría demandas judiciales del 93% de aquellos que ingresaron al
canje, produciendo una multiplicación de las obligaciones de deuda del país y
enviándolo a un virtual default. Esta cláusula se define RUFFO, pero vence en
diciembre de 2014, por lo que si el país negocia un pago con los buitres, aceptado por
ambas partes y sellado posteriormente a esa fecha, la cláusula RUFFO cae como
elemento jurídico que fundamenta una potencial demanda. Sin embargo en este
escenario aún quedaría por solucionar el 7% de los holdouts que no ingresaron al canje,
pero tampoco judicializaron su situación en los tribunales, y que según la Presidenta,
podría desencadenar demandas por U$S 15.000 millones.

Desde el inicio de las negociaciones el gobierno dio señales de voluntad y garantía de


honrar el pago de las obligaciones regularizadas, luego del canje de 2005/2010, que
involucra al 93% de la deuda defaulteada en el año 2001. Se explicitó de esta manera la
voluntad de pago y de negociación, que no sólo quedó manifiesta en las dos reaperturas
del canje de deuda, sino también en la solución de los conflictos en el CIADI, la
compensación por la expropiación de Repsol YPF y el reciente acuerdo con el Club de
París.

Días antes del ingreso en “Default” Cristina Fernández calificó el fallo como una
“extorsión” al país y recordó sus declaraciones en la cumbre del G77+China en las
cuales advirtió sobre las amenazas que un fallo de esta índole podrían significar para
las finanzas internacionales y las reestructuraciones de deuda soberana en todo el
mundo.

Durante el discurso CFK hizo un breve resumen de la composición de la deuda, y cómo


fue su expansión durante el período 1976-2001. Expresó que esta fue tomada tanto por
gobiernos cívicos militares como democráticos, pero enfatizó en su expansión durante
la “ficción” del régimen de convertibilidad y luego en los escándalos del Blindaje y
Megacanje. Luego de explicar esta línea histórica detalló cuál fue la política de Estado
asumida desde 2003 y mantenida hasta la fecha: el honramiento de las deudas pero bajo
la condición de que “los muertos no pagan” y que por ende era necesario poder crecer
para poder pagar. Bajo esta premisa se realizaron ambos canjes que arrojaron un 93%
de la deuda defaulteada y permitieron el ciclo de crecimiento más prolongado de la
historia argentina. El honramiento de esas deudas fue puntual y permitió al mismo
tiempo la cancelación de los créditos existentes con el FMI.

La definición de “extorsión” a este fallo es porque justamente esta decisión pone en


peligro estas reestructuraciones y vuelve a poner a la deuda pública como un
condicionante del crecimiento local.
• Organizaciones que operan en las economías de todo el mundo detectando
una deuda impaga y saldándola ante el acreedor, luego presionan al deudor para
forzarlo a pagar sumas más elevadas que la deuda original, bajo amenaza de llevarlo
ante un tribunal.

• Se dedican a cobrar el valor nominal de bonos, más cuantiosos intereses
sobre deudas compradas por centavos, generalmente de países que entraron en default,
y emitieron títulos de deuda.

• Se amparan en legislaciones que protegen inversiones y, como generalmente
se trata de inversores con domicilio en Estados Unidos, realizan una política de lobby
en el Ejecutivo, pidiendo sanciones oficiales, y en el Parlamento, buscando la sanción
de leyes que permitan su accionar o impidiendo la sanción de aquellas que juzgan su
desempeño.

• Lo importante es que ninguno de los fondos que hoy están en juicio, le
prestaron dinero a Argentina, ya que adquirieron la deuda en 2009, luego del default y
frente al clima de crisis financiera internacional, que bajó aún más el precio de los
bonos.

• Desde 2008 los fondos buitre compraron por 40 millones de dólares bonos
que hoy pretenden cobrar, por afuera del acuerdo de acreedores, la totalidad, sin plazo
ni quita, unos 1.700 millones

de dólares, que sería un rendimiento superior al 1.300 por ciento.

• Desde 2001 los fondos han impuesto más de 28 embargos a la Argentina, pudiendo el
Estado recuperar todos sus bienes mediante la vía legal.

CFK: “el 93 por ciento de los acreedores de Argentina, arregló; un 7 por ciento no
arregló, pero solamente están haciendo juicio en Nueva York y han obtenido esta
sentencia, por el 0,45 por ciento del total de la deuda”.

Radiografía de los buitres

NML Capital es el principal litigante y es el fondo que logró el embargo de la Fragata


Libertad, demorada en el Puerto del país africano de Ghana. Su representante más
visible es Paul Singer. Este fondo tiene, entre otros antecedentes, haber participado de
demandas en contra de Perú en 1995. NML compró 11,4 millones de dólares por
bonos, que tenían un valor nominal de 20,7 millones. En 1996 no aceptó el canje e
inició demandas en New York, Bruselas y California. En 1999 el Tribunal de N. York
embargó bienes de Perú por 56 millones de dólares. Finalmente Perú fue bloqueado y
debió pagar el valor nominal más los intereses.

Es interesante analizar cómo, a lo largo de los últimos años, estos


grupos han logrado extender sus redes de influencia a ámbitos por fuera de la esfera
financiera. Tomemos el caso de los tres principales fondos: NML Capital, EM Limited
y Aurelius.

Iniciamos con Paul Singer, dueño de NML-Elliot, que de acuerdo a la revista Forbes,
es dueño hoy de una fortuna de US$ 1.500 millones. Este mismo año aumentó su
participación en Hess Corp -compañía de energía norteamericana- que explica el
28,4% de su cartera. En mayo de este año comenzó a comprar acciones de 21 st
Century Fox -de hecho el 7,1% de sus inversiones está dirigido a esta empresa-. Fox
Entertainment Group, es la propietaria de la productora de cine 20th Century Fox y de
la cadena de televisión de la Fox, junto al canal de televisión de pago asiático STAR,
Sky Italia, además de tener participaciones en BSkyB y Sky Deutschland. Dentro 21st,
queda asociado además a la Mega Cadena News Corp de Murdoch, que además es
propietaria de The Wall Street Journal y el británico The Financial Times.

Si este acceso a los medios no es suficiente para explicar todas las editoriales que a
diario fustigan la posición argentina, Singer creó además la American Task Forcé
Argentina (AFTA) un grupo que se dedica a hacer lobby en la corte para avanzar en
embargos y medidas contra Argentina. Este grupo de tareas fue responsable de la
campaña “Basta K” cuyos afiches estuvieron presentes en la visita de Cristina
Fernandez a Harvard. Elliott además tiene inversiones en el negocio de apuestas con el
5% de Boyd Gaming Corp, una empresa vinculada al juego, que controla el hotel y
casino Borgata, de Atlantic City, y que lidera

también el mercado Online. Por último, en estos últimos años ha avanzado sobre el
mercado de almacenamiento de datos, especialmente en la compañía EMC
Corporation, una de las seis más importantes de los Estados Unidos. Algunos ya
habrán escuchado su nombre, a partir de la filial que tiene en Argentina, donde
accidentalmente se quemó documentación en el incendio de Iron Mountain.

En segundo lugar, tomamos a Keneth Dart, dueño de EML, con un historial mucho más
grosero que el de Singer. Abiertamente renunció a su ciudadanía norteamericana para
evadir impuestos, trasladándose a las Islas Caimán, después de haber comprado la
nacionalidad de Belice. Además del imperio industrial, que sostiene con la fabricación
de los vasos térmicos para café, con filiales en todo el mundo, su actividad principal es
la adquisición de deudas en calidad de riesgo para después inciar procesos judiciales,
tanto sea en el caso de empresas como de países. Además de Brasil y Argentina, fue por
la deuda de Turquía, Kazajstán, Ecuador y Grecia. En el caso de Rusia, luego de la
caída de la URSS, fue uno de los inversores que participó de las privatizaciones. Dart
se quedó con cerca de 1.000 millones de dólares, pero tuvo que fugarse de Moscú por
amenazas de la mafia rusa. Poco después su casa de Florida sufrió un atentado. Pese a
eso, hoy controla gran parte de la producción metalúrgica rusa, con el control de la
compañía Excalibur Capital Resourses Ltd., con un 6% de la sociedad Megionneftegaz
y Slavneft, líderes en la producción energética. Y una importarte cartera en
VSMPO-Avisma, el principal productor de titanio en el mundo; y en la compañía
metalúrgica Verhne-Saldinsky. Por último, el caso de Aurelius, a cargo de Mark
Brodsky que hoy maneja una cartera de 4,5 mil millones de dólares. Entre los
mencionados es el que posee el perfil más bajo, de hecho no ha hecho declaraciones u
apariciones públicas, sin embargo siempre es, a diario, blanco de británicos como la
cadena BBC o The Independent que incluso llegó a catalogarlo como 'Terminator" por
su accionar en los litigios. Brodsky es abogado especialista en Ciencias Políticas
graduado de la Universidad de Harvard y fue además, durante nueve años, abogado de
NML-Elliot Capital de Paul Singer. Su especialidad es la compra de acciones a la baja
de compañías en riesgo, sus antecedentes más importantes son el Anglo Irish Bank,
tercer mayor banco de Irlanda; Citadel Broadcasting Corporation, la tercera mayor
compañía de estaciones radiales en Estados Unidos; Energy Future Holdings, la mayor
compañía eléctrica de Texas; y Dubai World, que maneja todas las inversiones del
emirato.

Intentos de Embargos al país

• El 2 de octubre de 2012, por un pedido a la justicia ghanesa del fondo NML Capital
Limited, la fragata fue retenida en el Puerto de Tema por un pedido de embargo por
370 millones de dólares, el mismo fondo había pedido anteriormente sin éxito la
congelación de los fondos del BCRA en New York. El 14 de noviembre, el Gobierno
argentino, presentó una demanda judicial en el Tribunal Internacional del Derecho del
Mar, con sede en Hamburgo, contra el gobierno de Ghana. El 28 de noviembre la
Organización

Marítima Internacional (OMI) certificó que la Fragata Libertad es un buque militar y


por lo tanto es inembargable. Finalmente el 15 de diciembre, bajo comunicado oficial
N°188 107, el ITLOS (Tribunal Internacional del Derecho del Mar) dio la razón a la
Argentina y dispuso liberar la fragata, que llevaba más de un mes retenida en el puerto
del país africano; con fecha prevista de arribo a la Argentina el 9 de enero, llegando en
un multitudinario acto de bienvenida.

En 2007, el Tango 01 fue víctima de embargo desde marzo hasta el 29 de mayo, cuando
se dictó la sentencia definitiva en el juzgado de Distrito Norte de California. En tanto,
en 2010 no pudo aterrizar en Alemania, desde donde llegó la noticia de que si el avión
presidencial pisaba suelo alemán sería embargado automáticamente. En 2013 debió
permanecer en Marruecos por miedo a un nuevo embargo.

Doce propiedades diplomáticas del Estado argentino, entre ellas, residencias de los
embajadores argentinos acreditadas ante el gobierno de Estados Unidos y la OEA
fueron objeto de embargo.

El Gobierno argentino evitó el embargo de reservas del Banco Nación en Nueva York
y Miami, cuentas del consulado en Miami y la cuenta oficial de Secretaría de Turismo
del Consulado en Nueva York.

El satélite Acquarius SAC-D fue objeto de embargo por la causa de los fondos buitres.

• En materia científica, la justicia norteamericana también embargó más de un


millón de dólares sobre las patentes y derechos de patentes registrados nombre de la
república Argentina y de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica
(ANPCT), del CONICET, de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), del
INTAy del INTI.

• En 2010, se intentó embargar la casa de San Martín en Boulogne Sur Mer.

Todos los embargos fueron evitados por vía legal y por la negociación constante del
equipo económico del gobierno

Resumen Fondos Buitres en Perú: Un deja vu del caso argentino

Un fondo buitre compra, de modo irregular, bonos de deuda por 11 millones de dólares
(con un valor nominal de 20 millones de dólares). Luego, este fondo decide no ingresar
a la reestructuración de la deuda externa, llevada a cabo por el gobierno, y mediante
lobby y argucias judiciales un favor de un Juez y la Corte de Apelaciones de Nueva
York logra, mediante la cláusula pari passu (igualdad de condiciones), que obliguen al
gobierno a pagar un valor total de 58 millones de dólares; o sea, un 400% de ganancia
neta, entre la pagado y lo cobrado.

¿Argentina 2012? No, Perú en el año 2000. Aunque los actores son los mismos: un
gobierno latinoamericano, el Fondo Elliott Associates, el Juez Griesa y Juez y la Corte
de Apelaciones de Nueva York.

Efectivamente, en los años 90’s, el Fondo Elliott Associates, propiedad de Paul Singer,
quien también a través del Fondo NML, hoy litiga contra la Argentina, le ganó un caso
contra Perú que le reportó unas ganancias del 400%. La estrategia fue llamativamente
la misma que la llevada a cabo en contra de nuestro país. En 1983, Banco de la Nación
de Perú y Banco Popular de Perú se endeudaron con bancos extranjeros y el Estado
garantizó dichos préstamos del exterior. Unos años más tarde, al igual que muchos
otros países de América Latina, en los que se denominó la Crisis de la Deuda, dichos
bancos suspendieron pagos arrastrando a la suspensión al estado peruano. Al igual que
otros países de la región, Perú, en 1996, llegó a un acuerdo de reestructuración bajo el
plan Brady.

En dicha oportunidad, y de un modo irregular, el fondo buitre Elliot Associates LP de


Nueva York (el mismo que hoy litiga contra argentina) logró, en el momento del cierre
de las operaciones del Plan Brady, comprar en cinco operaciones bonos de deuda
peruanos a otro Banco de Inversión (SBC), por un monto nominal de 20.7 millones de
dólares, aunque el precio real de pago fue la mitad, 11.4 millones de dólares. Y como es
habitual en la práctica de los ‘buitres’ este Fondo rechazó participar en la
reestructuración de la deuda peruana que obtuvo una quita del 45% de su valor nominal
más los intereses vencidos con una tasa de descuento similar.

Sin embargo, existió una seria irregularidad en la obtención de los bonos, ya que el
Banco de Inversión (SBC) que le vendió a los buitres, en realidad, por contrato no
podía vender estos papeles a un tercero y en el caso de la transferencia de papeles de un
tercero debía comunicárselos al gobierno del Perú dentro de los 15 días útiles
siguientes a la operación. Pero esta operación recién fue informada tres años más tarde.
El 18 de octubre de 1996, el Fondo Elliot Associates LP inició un juicio en los
Tribunales del Distrito Sur de Nueva York. El primer fallo, producido en febrero de
1998, fue favorable al gobierno peruano. Claro, el juez Griesa estaría a cargo de ese
juzgado a partir del año 200.

Sin embargo, en octubre de 1999, ante la apelación del Fondo Buitre, la Corte de
Apelaciones del Distrito Sur de Nueva York falló a favor del Elliot Associates, y le
trabó un embargo sobre los bienes que tuviera Perú en los Estados Unidos. Este
embargo, luego se extendió a otros países europeos. A partir de ese momento, Paul
Singer, como titular de Elliot Associates consiguió varias sentencias a su favor de parte
del Tribunal de Justicia del Distrito Sur de Nueva York que le permitía apropiarse de
activos comerciales del gobierno peruano en territorio estadounidense por valor de
unos 58 millones de dólares, claramente, el total de lo reclamado por los ‘buitres’.

Para llevar a cabo estas presentaciones contrató al ex Embajador de Estados Unidos en


Perú, Alexander Watson, tal es su modalidad de obtener fallos a su favor mediante el
lobby y la contratación de personas con influencias: Parlamentarias, Diplomática y
Jurídicas. En este sentido, aunque parecerá una mera casualidad, pero no
definitivamente no lo es, el Tribunal donde se realizaron estas presentaciones es el del
Distrito Sur de Nueva York, quien desde el año 2000 está a cargo del Juez Thomas
Poole Griesa. Sí el mismo que viene fallando falla en contra de la Argentina.

La estrategia llevada a cabo por el fondo buitre siguió siendo muy similar a la llevada a
cabo actualmente contra Argentina, ya que Elliott Associates se enteró de que Perú
estaba obligado a hacer un pago en septiembre de 2000 a los tenedores de bonos Brady,
y en lugar de intentar apropiarse activos propiedad de Perú en EEUU, como lo hizo con
la Fragata Libertad con Argentina, apuntó directamente a interceptar los flujos de
pagos que realizaría el gobierno de Perú a sus acreedores.

El flujo de fondos debía circular por el Chase Manhattan Bank, ya que este banco había
sido designado como agente fiscal de los bonos Brady. Este banco los remitía los
fondos a las cuentas que los acreedores tenían abiertas en Euroclear (sistema de
compensación bancaria intraeuropeo a través del cual los fondos del exterior entran en
el sistema bancario europeo) en Bélgica y al Depository Trust Company en USA. El 26
de septiembre de 2000, Elliott Associates presentó su reclamación a la Corte de
Apelaciones de Bruselas esgrimiendo la ya conocidad claúsula parí passu (si se paga a
un acreedor hay que darle tratamiento igualitario a otros) que figuraba en sus bonos
peruanos, y que hoy utilizada en contra de Argentina.

En dicha oportunidad, la Corte de Apelaciones de Bélgica aceptó la interpretación que


le proponían los abogados de Elliott Associates, y que tratara a los bonos no canjeados
en manos de Paul Singer como a los canjeados según el Plan Brady. Esto es lo mismo
que hoy falló la Corte de Apelaciones de Nueva York el pasado 26 de octubre contra
Argentina.

De este modo, la Corte de Apelaciones de Bélgica prohibió los pagos a acreedores de


bonos peruanos a través de Euroclear si no se pagaba también lo debido a Elliott
Associates. Pero, al igual que la Argentina a partir del fallo de Griesa de la semana
pasada, si Perú no pagaba al fondo buitre quedaba bloqueado el sistema de pagos de
Perú a sus acreedores, con lo que el país se vio de nuevo amenazado por un default.

Esto llevó a que Perú accediera a pagar el rescate exigido por el fondo buitre que
alcanzó los 58 millones de dólares, incluyendo el valor nominal de 20 millones de
dólares y sumando la totalidad de los multas, moras e intereses reclamados por el fondo
Elliot associates.
Finalmente, el ministro de economía peruano Carlos Boloña, en contra de la opinión de
los abogados del Perú cedió a la presión de los fondos buitres y efectivizó el pagó de
los 58 millones de dólares reclamados por Elliot Associates, en octubre del año 2000.
Esto, paradójicamente, ocurrió justo dos semanas después que Fujimori anunciara su
renuncia.

Antecedentes en el mundo.
Default selectivo e implicancias internacionales:

Desde el 30 de Julio, Argentina fue calificada en cesación de pagos por las


calificadoras Fitch, Standard & Poor's, DBRS y Dagong. El pago para los bonistas
reestructurados fue girado hacia el BONY, pero el pago fue impedido. La palabra
“default” ha estado entonces acompañada por alguna categoría específica dentro de la
calificación: selectivo, técnico, etc. Esto implica que el mercado internacional, y
específicamente las entidades encargadas de orientar las inversiones y los flujos de
capital a nivel global, reconocen que esta situación es particular. Y que no se trata de
una cesación de pagos tradicional.

Hartos han sido los esfuerzos por evitar esta situación. No sólo desde la postura
argentina, que por cierto ha asistido a cada instancia, a cada audiencia, y apelado a cada
recurso en todos los foros internacionales, para arribar a una salida favorable, siempre
con el criterio de evitar la citada cláusula RUFO. El mercado, el gobierno
norteamericano, especialistas económicos en todo el mundo, y múltiples entidades
supranacionales, entre tantos otros, han advertido las consecuencias del fallo de Griesa
para el esquema económico actual. En un modelo de predominio financiero -vigente
desde 1970- que ha fomentado el crédito y el endeudamiento como “motor” del
desarrollo, ¿qué señal está dando este “leading case” sin precedentes? Las
reestructuraciones de deuda con quita y vinculadas a la recuperación económica, ya no
son posibles.

¿Qué queda entonces para países que, seguramente, a la brevedad tendrán que
atravesar algún proceso de reestructuración de deuda, como es el caso de los llamados
PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España)? Juntos suman más de 2 billones de
dólares de deuda pública externa, y en cada caso particular tenemos que la deuda
externa de Grecia representa un 160,5% de su PBI, para Portugal 127,2%, Irlanda
125,1%, España 88,2%. Llegado el momento, deberán reestructurar sus deudas,
renegociando y fijando plazos e instancias de acuerdo para progresivamente cancelar
los saldos con sus acreedores. Tradicionalmente la plaza que ha albergado estos
procesos ha sido Wall Street, reconocido como el centro financiero global. Siempre ha
sido un elemento atractivo en términos de certeza para los acreedores que acceden a
una quita o a una extensión de plazos.

Y esto es lo que el fallo de Griesa elimina, Argentina gira un pago para cancelar su
deuda reestructurada con un 92,4% de adhesión de sus acreedores, y ese pago se
impide, para el beneficio de un 0,45. El BONY (Banco de Nueva York) intermediario
“de confianza” de los bonistas reestructurados y nuestro país, evita que los bonistas
reciban un pago que se les hizo en tiempo y forma. Los perjudicados: los bonistas, que
luego de confiar en la economía y la solvencia argentina son impedidos de recibir la
retribución de su inversión; el BONY que afronta la posibilidad de recibir cientos de
demandas por incumplimiento de su rol como fondo fiduciario; y por supuesto nuestro
país, que pasa a ser catalogado como “deudor que paga”. Pero existe otro perjuicio, y es
a la credibilidad que tendrá en adelante el centro financiero mundial, para continuar
siéndolo. ¿Quién elegiría de intermediario de reestructuración a un agente que impide
el pago? Actualmente el 70% de los bonos soberanos de todo el mundo tienen
jurisdicción en Nueva York, mientras que el 22% en Londres. El fallo determina que
esta distribución puede modificarse abruptamente.

CDS - CREDIT DEFAULT SWAPS

Se tratan de derivados financieros que han cobrado un increíble auge en el mundo de


las finanzas, comparables a un contrato de seguros. El instrumento consiste en un
acuerdo bilateral, en el que una parte se compromete a cubrir a otra -en forma total o
parcial- del riesgo del impago de un préstamo o de otro producto financiero. En este
caso, el inversor que compra un título de deuda soberana, que se conoce como “activo
subyacente”, también puede adquirir un CDS para protegerse de la posibilidad de que
el emisor del título en cuestión deje de cumplir con sus obligaciones. Tal como lo hace
un asegurado con una póliza de seguros, el comprador del CDS debe realizar el pago
periódico de una prima y obtiene, así el derecho al cobro del “siniestro”, que en este
caso sería la concreción del estado de cesación de pagos.

Un aspecto novedoso de este tipo de contratos, además de la carencia casi total de


regulaciones en el mercado donde se negocian, es que no necesariamente el comprador
del CDS es el dueño del activo que se quiere proteger. Para el caso, el inversor de un
bono emitido por un Estado, puede no ser el mismo actor que acceda a la compra del
derivado. Este mecanismo de especulación, permite que se produzca una proliferación
de este tipo de contratos sin necesidad de contar con un respaldo real o tangible que
actúe como reserva del mismo. Se trata de las denominadas “compras naked”, las
cuales tuvieron un rol protagónico en la última crisis financiera global. Para explicarlo
con un ejemplo más claro, sería lo mismo que contratar un seguro contra el robo de un
auto sin ser el propietario del mismo.

Este mercado, tiene como principales actores intervinientes a grandes fondos de


inversión, compañías de seguro y bancos del planeta, acaparando éstos últimos un 88%
del mismo. En los últimos años, el negocio de estos productos financieros se
incrementó notablemente, más precisamente a partir de 1998, cuando debido a las
nuevas regulaciones producidas por la Asociación Internacional de Swaps y Derivados
(ISDA), se volvió más fácil operar. Esta Asociación, creada en el año 1985, integrada
por más de 800 entidades financieras de todo el mundo, cuenta dentro de su directorio
con la compañía Elliot Management Corporation, cuyo dueño es nada más y nada
menos que Paul Singer, el financista que hoy en día con su fondo de inversión NML
está poniendo en peligro una de las reestructuraciones de deuda soberana más
importantes a nivel mundial.

Pero, ¿cuál es la relación entre estos swaps de incumplimiento de créditos con la


cesación de pagos de un país como Argentina? Y, por otro lado, ¿qué tienen que ver los
principales fondos de inversión del planeta? Tomando el caso argentino, y pese a la
voluntad de pago demostrada en forma continua, parecería que todos los actores que
actúan directa o indirectamente en el litigio contra el país, forman parte de un mismo
equipo, cuyo juego no contempla derrota alguna.
Por su parte, la ISDA es la entidad que además de brindar un marco de referencia para
los contratos de derivados que se concretan en el mercado, es justamente la encargada
de determinar cuándo un país incurre en un default. Un dato a destacar es que esta
asociación está integrada por los principales holdings financieros de Estados Unidos,

Europa y Japón con presencia de fondos especulativos, como BlueMountain Capital,


Citadel, Shaw Group, Elliott Management y Pacific Investment Management. El rol de
las calificadoras de riesgo representa el último eslabón de esta cadena. Standard &
Poor's, una vez conocido el rechazo por parte de la Corte Suprema de Nueva York de
aceptar el litigio que el país mantiene con los fondos en cuestión, rebajó la nota para la
deuda en moneda extranjera de nuestro país de “CCC+” a “CCC-”, fijándola en lo que
se denomina "deuda basura” y a escasos escalones de lo que se considera default. Este
acontecimiento agudizó aún más el panorama produciendo un incremento en los
precios de los swaps de incumplimiento crediticio.

Ley de pago Soberano:

"La presente Ley tiene por objeto implementar instrumentos legales que permitan el
cobro de los servicios correspondientes al cien por ciento de los Títulos emitidos en el
marco de la Reestructuración de Deuda Soberana 2005-2010". El fragmento
corresponde a la primera parte del artículo 2 del proyecto de Ley denominado "pago
soberano local de la deuda externa argentina", enviado al Congreso de la Nación para
su posterior aprobación. Su objetivo central es obtener las herramientas jurídicas
necesarias que le aseguren a la totalidad de los tenedores de deuda el cobro efectivo de
sus derechos crediticios, y protegerlos de medidas judiciales que lo imposibiliten.

En primer lugar, el proyecto establece la remoción del Bank of New York Mellon
como agente fiduciario, ocupando su lugar Nación Fideicomisos S.A. El
desplazamiento de la entidad no se da en forma automática y es posible en situaciones
determinadas. Una de las cláusulas contenidas en los contratos de las
reestructuraciones de deuda de 2005 y 2010, establece que frente al incumplimiento de
sus obligaciones contractuales el agente fiduciario puede ser reemplazado por otro. La
no distribución de los fondos que habían sido depositados en la entidad por parte del
gobierno, para cancelar vencimientos de deuda con legislación estadounidense,
avalando, de esta manera, el bloqueo judicial establecido por la sentencia del juez
Thomas Griesa, implica una clara violación a su obligación principal como agente de
pago. En términos generales, un agente fiduciario debe ser el encargado de defender el
patrimonio que se encuentra en "fiducia" y administrarlo en interés de sus beneficiarios
(en este caso, bonistas). Está claro que la actuación del BoNY nada tiene que ver con
las funciones descriptas.

La medida es de suma importancia ya que de concretarse el reemplazo de este eslabón


de la cadena de pagos, sería posible la eliminación de los obstáculos judiciales por
parte del magistrado neoyorkino que operan sobre la entidad financiera, y seguir
adelante con el proceso de desendeudamiento que viene llevando adelante el país desde
2003.
Otro de los pilares del proyecto de ley tiene que ver con la creación de una cuenta
especial de Nación fideicomisos S.A en el Banco Central de la República Argentina, en
la que se depositará el monto equivalente que correspondería abonarle a aquellos
tenedores de títulos que no aceptaron ingresar a ninguno de los canjes de deuda
realizados, como si hubiesen aceptado los términos y condiciones de los mismos. De
esta manera, el conflicto con los denominados "Fondos Buitres" culminaría si éstos
últimos accedieran al cobro de esos fondos como el 92,4% restante.

La medida representa una prueba refutatoria de la absurda determinación, por parte de


jueces y organizaciones financieras foráneas, de calificar a la Argentina como un país
incapaz de cumplir con sus compromisos de deuda. En reiteradas ocasiones quedó
demostrado que la capacidad y voluntad de pago son elementos presentes en todo el
proceso de desendeudamiento. Los acuerdos con el CIADI, con el Club de París y el
pago al Fondo Monetario Internacional, son algunos de los ejemplos que evidencian
esa realidad.

Por último, la normativa faculta al Ministerio de Economía a instrumentar un nuevo


canje de deuda, que signifique el reemplazo de bonos y títulos, por otros con
legislación y jurisdicción local. Esta alternativa posibilitaría que aquellos instrumentos
regulados por leyes extranjeras, sean cobrados y regidos localmente. La medida tiene
como meta evitar que ciertas maniobras fraudulentas e ilegítimas no permitan
concretar los mecanismos de cobro correspondientes. Ya ha quedado ampliamente
manifestada en distintos espacios, la necesidad de crear un marco regulatorio para la
reestructuración de deudas, ya que la tendencia a obtener extraordinarios márgenes de
rentabilidad a costa del crecimiento de países endeudados, viene siendo una norma y
un patrón en crecimiento durante la última década.

Sin embargo, el Gobierno argentino, lejos de doblegarse y acatar decisiones adversas


para la sustentabilidad económica y financiera del país, demostró y sigue demostrando
que las deudas existen para ser honradas, pero no avalando extorsiones y estafas por
parte de un pequeño grupo de especuladores, que ponen en peligro el exitoso proceso
de desarrollo y crecimiento que viene experimentando nuestra Nación.

Desendeudamiento Real:

Según los números del Ministerio de Economía la Deuda Pública Total (incluyendo la
deuda intra sector público) alcanza los 202 mil millones de dólares. Mientras en el año
2004 representaba un 106% del PBI, hoy solo representa un 39,5%, reflejando una
clara política de desendeudamiento llevada a cabo a lo largo de 10 años. Además si se
descuenta la deuda pública en manos del propio sector publico esta pasa a representar
del 102,7% del PBI en el 2004 al 15,9% en el 2013. La Ley de Pago Soberano viene a
cuidar esto.

Sin embargo el desendeudamiento es cuestionado por varios sectores, argumentando


que la deuda en términos nominales se incrementó y que en 2007 representaba 144 mil
millones de dólares. Pero esta afirmación es falsa ya que este último dato no incluye
varios pasivos entre ellos la deuda presentada al canje del 2010 (por 18.300 millones de
dólares en default sin reestructurar), además no se registran los cupones PBI (por 9.500
millones de dólares) y no incluye el efecto de la apreciación del tipo de cambio real
registrado entre 2007 y 2013 que genera un incremento “artificial’’ de la valuación de
la deuda en pesos, aumentando artificialmente en 30.000 millones de dólares la deuda
total.

Este último aspecto es importante señalar ya que el aumento de la deuda pública en


pesos sobre total es otra política central llevado a cabo por el gobierno nacional para
lograr más independencia sobre los vaivenes de la economía internacional: En el 2003
solo el 24% de la deuda total estaba en pesos, en 10 años este porcentaje creció al
38,1% de la deuda total.

La modificación tanto cuantitativa como cualitativa de la deuda pública permitió que


cada vez se destinen menos recursos públicos al pago de la misma: En el 2005 el 8,6%
de los recursos se destinaban al pago de deuda (incluyendo vencimientos de capital e
intereses) y en el año 2013 se destinó solo el 4,9%. Vale aclarar que en el 2000 eran el
19.7% y en 2001 el 22,4%. En el año 2014, el Gobierno Nacional ha regularizado
asuntos pendientes en relación con la Deuda Pública, y otra de las críticas a estas
políticas es que herencia dejan a la siguiente administración. Ya analizamos como
habiendo recibido la presidencia con altísimos niveles de deuda, el desendeudamiento
ha sido continuo y de calidad pero veamos en que niveles se encuentra con los nuevos
acuerdos y la inclusión del Pago Soberano.

Las recientes negociaciones con el club de parís y Repsol no han aumentado en


términos financieros el peso de pago de la deuda, tanto en el corto como mediano
plazo. Con la excepción en del mes de octubre del 2015, ninguno de los vencimientos
de deuda supera el 1% del PBI. Esto garantiza la sustentabilidad de la deuda y éxito de
las negociaciones realizadas durante este año con el Club de Paris y con Repsol.

Con respecto a la ley de “Pago Soberano”, promulgada el 11 de Septiembre de 2014,


además del cambio de jurisdicción de los títulos que no tienen jurisdicción nacional
(cuya posibilidad de cobro se ve obstaculizada debido al fallo de la Justicia Federal del
Sur de Nueva York) y del cambio del agente fiduciario (debido al incumplimiento del
banco New York Mellon), se autoriza en el artículo N°8 de la ley a reabrir canje para
aquellos tenedores de títulos que no formaron parte del proceso de restructuración de
los años 2005 y 2010 de acuerdo a lo estipulado por la ley N°26.886. De esta forma se
le ofrece a los “holdouts” la posibilidad de canjear los títulos bajo términos y
condiciones financieras que no podrán ser mejores que los ofrecidos a los acreedores
en la reestructuración de deuda dispuesta por el Decreto N° 563/10, en el año 2005.
También como demostración de la buena fe y de la capacidad de pago del país, se creó
una cuenta en Nación Fideicomisos donde ya se están depositando estos pagos a la
espera de la aceptación de este nuevo canje. Como consecuencia, hay 11.837 millones
u$s de deuda pública que no entraron al canje del 2005 y del 2010 en posibilidades de
entrar en el nuevo proceso de reestructuración. En el supuesto hipotético que este
nuevo canje sea aceptado por el 100% de los “holdouts”, el esquema sustentable de
vencimientos de deuda tanto
en el corto como en largo plazo no se ve alterado. Para eso calculamos que por cada
100 u$s a reestructurar se ofrecerán: 33,7 u$s de bonos Dlscount, 18,3 u$s de bonos
Global 17 (en concepto de intereses pagados entre 2005 y 2014) y un cupón PBI.

Los cambios en la relación entre Deuda Pública y PBI tanto en capital como intereses
leves y mantienen niveles bajos la para la historia argentina y en línea con los países de
la región y los países europeos (excepciones) que no han sufrido un endeudamiento
masivo. De esta manera queda claro que Argentina ha logrado un exitoso proceso de
desendeudamiento, llegando a niveles normales de deuda pública después de haber
sufrido las terribles causas del sobreendeudamiento neoliberal. La ley de Pago
Soberano viene a reafirmar este proceso, demostrando la continua voluntad de pago del
país al 100% de los acreedores en condiciones justas, equitativas e igualitarias,
manteniendo la deuda en niveles bajos, en un contexto donde muchos candidatos a
presidente hablan de cumplir con el juicio tal como dicta el juez Thomas Griesa,
llevando este 36% a potencial 118%, retrocediendo 11 años de historia.

Argentina: modelo para reestructuraciones futuras ONU

La Resolución aprobada el pasado 9 de septiembre de 2014 por una numerosa mayoría


(124 votos a favor, 11 en contra y 41 abstenciones) es un paso concreto que transforma
las numerosas declaraciones favorables al país en un hecho político y jurídico.
Convierte un apoyo declarativo en un apoyo efectivo. Si bien es cierto que la futura
normativa no se aplicará retroactivamente al caso argentino, es un paso que debe ser
valorado y celebrado.

El proceso de la nueva normativa recién se inicia; todavía queda un camino por delante
para su elaboración, discusión, aprobación y ratificación por parte de los países. La
necesidad de una marco jurídico que regule los casos de reestructuración de deuda
soberana, tienen numerosos antecedentes que justifican su aprobación. En primer
lugar, debe señalarse la realidad táctica sobre la que se basa. Desde la creación de las
Naciones Unidas en 1945, se han registrado 180 reestructuraciones de deuda de países
soberanos con acreedores privados, lo que demuestra que, más allá del caso argentino,
estos eventos son más comunes de lo que parecen. Por otro lado, una investigación de
los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, han mostrado que en los últimos
200 años hubo más de 250 cesaciones de pago.

Ningún país del mundo quiere asumir que, puede llegar a necesitar en algún momento,
una reestructuración de deuda. En economía, la confianza es un elemento fundamental,
y asumir esa realidad podría ser una mala señal hacia los acreedores. Sin embargo, no
por ser omitida o negada en los discursos, dejan de ser habituales las operaciones de
canje y reestructuración.

La votación de Naciones Unidas evidencia el cambio que se viene produciendo en los


últimos años en las relaciones internacionales. Votaron en contra de una regulación
internacional Estados Unidos, Reino Unido, Inglaterra y Japón, sedes de los
principales mercados financieros internacionales. Junto a ellos algunos aliados
históricos como Australia, Canadá, e Israel. Por otro lado, han impulsado la iniciativa,
además de la Argentina, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), y
numerosos países a lo largo de todo el mundo.

Finalmente, cabe señalar que países que hoy muestran una alta exposición a la deuda,
como España, Italia o Grecia, se han abstenido en la votación. Justamente España,
quien según la investigación de Rogoff y Reinhart, ha caído en cesación de pagos 14
veces a lo largo de su historia, encabezando el ranking mundial. La Argentina está
realizando un aporte de gran importancia hacia una regulación que servirá a numerosos
países en el futuro para reestructurar ordenadamente sus deudas, y evitar conflictos
jurisdiccionales.

Esta votación tuvo además una dimensión histórica de revancha para los países en
desarrollo, ya que normalmente los temas de deudas suelen ser tratados en el seno del
Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, en los que tienen amplio dominio
las economías más grandes. En dos sentidos, esta votación representa una
reivindicación de principios históricos por los que se abogó durante el siglo pasado.

Por un lado, el G-77, ahora compuesto por 133 países, tuvo su inicio el 15 de junio de
1964, en el marco de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones
Unidas (UNCTAD) en Ginebra. En ese momento, los países menos adelantados
económicamente se unieron para reclamar por un orden económico más justo. Como
bloque de negociación, el G-77 obtuvo su primer logro cuando en mayo de 1974 la
Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la “Declaración sobre el
establecimiento de un nuevo orden económico internacional”.

Un segundo triunfo fue la aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre


el Derecho al Desarrollo en 1986, que sentó tres principios fundamentales: de
responsabilidad común y diferenciada, de responsabilidad histórica y de equidad. En
ellos se reconoce que los países desarrollados deben hacer un esfuerzo mayor para que
los países pobres alcancen estándares dignos de vida.

Por otro lado, retoma una bandera histórica de nuestra diplomacia, ya que se enlaza con
la doctrina Calvo y la doctrina Drago. En su libro “Derecho internacional teórico y
práctico de Europa y América”, Carlos Calvo proponía prohibir la intervención
diplomática cuando hubiera pleitos entre partes de distintos países, hasta que no
estuvieran agotados los recursos locales. Con posterioridad se produjo el bloqueo naval
a Venezuela en 1902 por parte del Reino Unido, Alemania e Italia para reclamar el
pago de deudas. Entonces, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Luis María
Drago, proclamó que ningún Estado extranjero puede utilizar la fuerza contra una
nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera.

Que el órgano más democrático de la ONU se ocupe del tema refuerza también los
caracteres del derecho internacional contemporáneo en el que nos encontramos
inmersos. Mientras que el derecho internacional clásico anterior a 1945 tenía un
marcado carácter liberal, descentralizado y oligocrático, el derecho internacional
contemporáneo tiene un carácter social, institucionalizado y democrático. En ese
tránsito, de la costumbre como fuente normativa fundamental se pasa progresivamente
a los tratados entre Estados.

Algunos de los países que se opusieron, manifestaron que los organismos en los cuales
deben dirimirse las discusiones de deuda soberana son el Fondo Monetario
Internacional o el Banco Mundial. Justamente en esos organismos es que los países
más desarrollados tienen una mayor ponderación de votos, y por lo tanto pueden
imponer soluciones más acordes a sus intereses. Tomemos como ejemplo el FMI: para
que una decisión sea adoptada, requiere de la aprobación del 85% del directorio, en el
cual la economía más importante del planeta, los Estados Unidos, tiene un 83% de los
votos. Esto le brinda un poder de veto sin comparación en otras instituciones
multilaterales.

La concertación política con uno de los bloques más importantes en el ámbito


multilateral muestra una vez más, lo erróneo de ciertas interpretaciones
malintencionadas que postulan el aislamiento de nuestro país en la arena internacional.
Se trata, en suma, de una iniciativa internacional del país en un foro multilateral que
fortalece hacia el futuro, la defensa de la soberanía de los Estados ante actores
internacionales tales como los fondos buitre. Estos últimos con su accionar judicial
buscan extorsionar países para obtener ganancias siderales en contra de la voluntad
mayoritaria de los demás deudores.

ICMA

La Asociación Internacional de Mercados de Capitales anunció la decisión para


modificar las reglas y normas a aplicar en futuras reestructuraciones para evitar un
nuevo caso como el de Argentina.

Según un comunicado de la ICMA, los nuevos términos y las modificaciones


incorporadas en los casos de las “cláusulas de acción colectiva” (CAC) y la cláusula
“pari passu" permitirían en adelante que los cambios aceptados por una mayoría de
tenedores de bonos sean legalmente vinculantes para todos. Los abogados de la
organización han declarado al respecto que “los riesgos potencialmente adversos a
nivel mundial del cese de pagos y la reestructuración de la deuda argentina demuestran
la importancia de disponer de términos contractuales claros y sin ambigüedades en los
bonos soberanos”.

ICMA constituye una organización reconocida a nivel mundial y posee una gran
influencia en el mercado global, sirviendo como referencia para importantes bancos de
inversión, tanto de gran tamaño como para algunos más pequeños. También asesora a
administradores de activos y del mercado cambiario, bancas centrales, firmas de
abogados y otros profesionales de las finanzas. Cuenta con 450 miembros en 52 países
del mundo. Su intervención y su reconocimiento de la problemática argentina, por lo
tanto, es una señal importante que, si bien no tiene influencia directa sobre la
resolución del conflicto, sí impacta sobre la apreciación generalizada del litigio y
contribuye a generar un acuerdo en torno de la necesidad de modificar las legislaciones
Internacionales de reestructuración.
Las reglas propuestas por la entidad se aplicarán a las deudas gestionadas por al menos
uno de sus integrantes, por lo que se espera que se difundan en todo el mundo, dado su
tamaño y la importancia que revisten. Además, el ICMA señaló que la interpretación
de la cláusula “pari passu” conlleva “una considerable incertidumbre para futuras
reestructuraciones”.

En ese mismo sentido se han manifestado algunos importantes referentes económicos


del escenario internacional, como Joseph Stiglitz y Robert Solow, ambos premios
Nobel de Economía -2001 y 1987, respectivamente-. En una carta enviada a las
autoridades de las Naciones Unidas, declaran la creciente necesidad de elaborar una
convención para la reestructuración de la deuda soberana.

La carta detalla que “los mercados de deuda soberana juegan, hoy día, un destacado rol
en la economía global. Si bien el acceso al financlamiento puede ser particularmente
vital para los países en desarrollo y mercados emergentes, resulta sin dudas importante
para todos los países. Las crisis por deuda soberana pueden interrumpir procesos de
desarrollo de forma significativa”.

Génesis del conflicto:

El viernes 6 de junio, la Cámara Federal porteña sobreseyó por prescripción a 9


implicados en la causa por el Mega-Canje de la deuda que se llevó adelante en 2001. Se
trata de 8 ex funcionarios del gobierno de De la Rúa y el banquero internacional David
Murdorf que nunca pudo ser llevado a declarar ante la Justicia argentina. En esta causa
se investigan las abultadas comisiones que se pagaron a 7 bancos internacionales y, de
esta forma, el ex Ministro de Economía Domingo Cavallo quedó como el único
procesado. Los ex funcionarios que fueron sobreseídos son: Federico Struzenegger (ex
Secretario de Política Económica), Jorge Baldrich (ex Secretario de Hacienda), Julio
Dreizzen (ex subdirector de Financiamiento), Horacio Liendo (ex asesor del entonces
ministro de Economía Domingo Cavallo), Ernesto Marcer (ex Procurador del Tesoro),
Carlos Molina (ex Director de la Oficina Nacional de Crédito Público), Norberto
López Isnardi (ex Director de Financiación Externa de la Oficina Nacional de Crédito
Público) y Guillermo Mondino (ex jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de
Economía).

La Convertibilidad: crónica de una muerte anunciada.

En 1991, bajo la presidencia de Carlos Menem y con Domingo Cavallo como Ministro
de Economía, se implementó por ley el plan de Convertibilidad. Después de las
hiperinflaciones de fines de los años 80, se determinó un tipo de cambio fijo que
establecía que un peso sería intercambiable por un dólar. De esta manera el peso
argentino se encontraba sobrevaluado, es decir, el dólar era demasiado barato, lo que
hacía que todos los productos importados fueran también artificialmente baratos y que,
al mismo tiempo, los productos argentinos fueran caros para los extranjeros. Además
de las privatizaciones y la contracción del Estado, esta política monetaria fue una de las
causas de la acelerada desindustrialización de la Argentina durante la década de 1990.
Para sostener esa paridad cambiaría Argentina debió recurrir en forma indiscriminada
al endeudamiento externo. Cuando el radicalismo accede al gobierno de la mano de De
la Rúa en 1999, decide sostener la convertibilidad. De esta manera, la necesidad de
dólares era cada vez mayor, porque el sobreendeudamiento no se empleó para alcanzar
un mayor crecimiento o una mejora en la distribución de la riqueza, sino para sostener
un esquema financiero que beneficiaba a unos pocos.

¿Qué fue el Blindaje?

Según el diccionario de la Real Academia Española, el término blindar significa


“proteger exteriormente con diversos materiales, especialmente con planchas
metálicas, las cosas o lugares contra los efectos de las balas, el fuego, etc.”. La
metáfora fue utilizada por el entonces Presidente de la Nación Fernando De la Rúa, su
Ministro de Economía José Luis Machinea y las autoridades del Fondo Monetario
Internacional. Las planchas en este caso no serían de metal sino de dólares. Corría el
mes de enero de 2001 y Argentina recibiría un crédito por 40.000 millones de dólares
para “blindar” su economía de los efectos financieros.

El diario aquel día decía: “El directorio del Fondo Monetario aprobó ayer formalmente
el blindaje financiero para Argentina, que en total sumará casi 40 mil millones de
dólares. El FMI oficializó ayer en Washington que su aporte será de 13.700 millones,
de los cuales ya fueron girados 2.100 millones mientras que otros 3.000 millones
estarán disponibles la semana próxima. “Esta es una gran noticia para el país. No
debemos voltear el optimismo”, aseveró ayer Fernando de la Rúa durante una rueda de
prensa convocada en la Casa Rosada, de la que participó el gabinete nacional, lo que da
una idea de la trascendencia que el Ejecutivo le da al auxilio financiero. “Hemos
eliminado la incertidumbre que había respecto del caso argentino”, aseguró, por su
parte, José Luis Machinea. Justamente, el socorro multimillonario fue diseñado con el
objetivo de transmitir seguridad de cobro a los acreedores y fue presentado por el
Gobierno como el puntapié inicial para la etapa de crecimiento de la economía. A
cambio, el Gobierno se comprometió, entre otras cosas, a recortar las jubilaciones
futuras y desregular las obras sociales, medidas ya lanzadas por sendos decretos de
necesidad y urgencia” (Página 12, 13-01-01).

Del acuerdo participaron los principales actores financieros locales e internacionales:


bancos, AFJPs, el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo,
entre otros.

De acuerdo al gobierno de De la Rúa, la inmediata utilización de este préstamo para


cancelar los compromisos financieros asumidos por el país, permitiría dar una señal de
solidez y seriedad al mercado financiero internacional. La presión de la deuda sobre las
cuentas públicas era agobiante, al punto que el Presupuesto Nacional del año 2000
preveía destinar el 20% de los recursos al pago de la deuda externa. Según el FMI, la
señal del Blindaje, que consistía en tomar un gigantesco crédito para pagar los créditos
previamente asumidos, desataría una lluvia de inversiones externas que fluirían hacia
Argentina ante la certeza de que el gobierno estaba dispuesto a pagar sus deudas a
cualquier costo. La lógica era clara, era la lógica de la especulación financiera y de la
era del sobreendeudamiento en Argentina: primero pagar, para después crecer.

Pero la lógica del Blindaje era aún más despiadada. A cambio del préstamo de 40.000
millones de dólares el Estado se convertía en un mero pasamanos, ya que ni bien
recibía los dólares debía aplicarlos al pago de deudas preexistentes. Las autoridades,
por su parte, debían comprometerse a aplicar las clásicas recetas del FMI. Todas estas
medidas se enmascaraban bajo tecnicismos tales como “metas fiscales”, “ahorro
público”, “racionalización del gasto”, “eficientizar el Estado”, etc. El Blindaje tenía
como principales condiciones por parte del FMI:

• Reforma Previsional: eliminar la Prestación Básica Universal y elevar la edad


jubilatoria de las mujeres.

* Racionalización de la administración pública: es decir, achicar el Estado.

• Reducción del gasto público: el objetivo era garantizar el equilibrio fiscal. Para
eliminar el déficit promulgaron incluso una ley llamada de Déficit Cero. En el segundo
semestre de 2001 el gobierno ajustaría el gasto en 4.000 millones de pesos, cifra
equivalente al 1,5% del PBI. 2.100 millones de esos 4.000 serían recortados a las
provincias. Las otras dos partidas ajustadas serían las prestaciones a la seguridad social
(jubilaciones) y los salarios del sector público.

• Reestructuración de la ANSES y del PAMI: se le agregaba la desregulación de


las obras sociales.

• Firma por parte de todas las provincias del Compromiso Federal para el
Crecimiento y la Disciplina Fiscal: congelaría el gasto primario público de la
Administración Nacional y Provincial.

Con el objetivo de vigilar de cerca el cumplimiento de estas condicionalidades, el país


recibiría periódicamente a la misión del FMI, organismo que tomaba cada vez más
control en el diseño, ejecución y revisión de la política económica doméstica.

A cambio de gestionar los nuevos créditos, el FMI no solo tomaba las atribuciones del
Poder Ejecutivo, sino que también condicionaba al Parlamento. Para ese entonces,
muchas de las reformas impuestas por el FMI habían sido instrumentadas por decreto.
Con el objetivo de lograr la inmediata ratificación por parte del Parlamento de esos
decretos, el número dos del FMI, Stanley Fischer, señalaba que “Será muy importante
que las autoridades de todos los niveles adhieran firmemente

a este programa, de forma tal de restaurar la confianza del mercado, volver a un


crecimiento alto y proteger la Convertibilidad".

¿Qué fue el Mega--Canje?

A pesar de haber sido anunciado como remedio a todos los males, pronto quedó claro
que el Blindaje no solucionaría los problemas que afectaban a la economía argentina.
Por esta razón, las autoridades se embarcarían en otra nueva solución mágica que
recibiría el nombre de Mega-Canje, ya con Domingo Cavallo como Ministro de
Economía.

El Mega-Canje pretendía aliviar los pagos de intereses y de capital de la deuda externa


argentina, canjeando la deuda por una nueva que permitiera pagar en un plazo mayor.
Sin embargo, ese canje iba a tener un costo exorbitante e implicaría seguir
incrementando la deuda externa. La propuesta, como no podía ser de otra manera,
provenía de un banquero: David Mulford, ex secretario del Tesoro de los Estados
Unidos, que por ese entonces trabajaba para el banco Credit Suisse First Boston. La
propuesta sería recibida con los brazos abiertos por el entonces Ministro de Economía,
Domingo Felipe Cavallo, y su Secretario de Política Económica Federico
Sturzenegger.

A primera vista, la operación parecía sencilla y beneficiosa para el país: se canjeaban


46 tipos distintos de bonos de deuda soberana por 5 tipos de bonos, con vencimientos
hasta el año 2031. Sin embargo, la operación aumentó la deuda del país en un volumen
inimaginable. El peritaje de la causa judicial por el Mega-Canje realizado por el
experto en ingeniería financiera Moisés Resnick Brenner sostiene que el país sufrió un
perjuicio valuado en 55.000 millones de dólares. Siete fueron los bancos implicados en
esta fenomenal estafa, y obtuvieron 150 millones de dólares en comisiones. Los bancos
eran: Banco Francés, Santander Central Hispano, Galicia, Citigroup, HSBC, JP
Morgan y Credit Suisse First Boston. El ideólogo, David Mulford, cobraría en carácter
de comisiones 20 millones de dólares.

Los bancos y las AFJPs aportaban al canje títulos por valor total 27.000 millones de
dólares para ser canjeados por los nuevos papeles de deuda del país. Sin embargo,
20.000 de esos 27.000 millones de dólares ya estaban en la cartera de los bancos y las
AFJPs. Por lo tanto, las abultadas comisiones que cobraron fueron por hacer de
intermediarios financieros ¡de sí mismos!

¿Cuáles fueron los resultados del Blindaje y el Mega--Canje?

Los resultados del Blindaje y el Mega-Canje fueron contundentes. Antes de


embarcarse en estas operaciones hacia finales del año 2000, la deuda externa del país
ascendía a los 80.000 millones de dólares. Con posterioridad al Mega-Canje, la deuda
externa aumentaría hasta los 88.000 millones de dólares y para el año 2003 alcanzaría
la friolera suma de 102.000 millones de dólares.

Aún más, antes del Mega-Canje se calculaba que Argentina debía pagar en el período
2001-2031 por los vencimientos de su deuda un valor que alcanzaba los 60.500
millones de dólares. Luego del Mega-Canje, ese valor se incrementaría en un 63% y
llegaría a los 98.400 millones de dólares. Además, la deuda pública total pasaría de los
124.400 millones de dólares a los 126.600 millones de dólares. Por su parte, los
intereses de la deuda treparían de los ya impagables 82.300 millones de dólares hasta
los 120.700 millones de dólares.
Conocemos hoy cuál fue el fin de esta historia. La deuda externa impagable se
renegoció una y otra vez con un único resultado: el crecimiento exponencial de los
montos adeudados. Mientras tanto, el papel del Estado se reducía hasta convertirse casi
exclusivamente en una máquina de pagar los intereses y capital adeudado, sin que
hubiera espacio para ninguna otra política económica. Los desesperados Intentos para
sostener a la Convertibilidad implicaban cada vez mayores intereses y deuda, y cada
vez más condicionamientos para Argentina.

En diciembre de 2001 estalló la crisis más grande de nuestra historia, dejando en claro
que lógica del sobrendeudamiento neoliberal sólo trajo a nuestro pueblo miseria,
desempleo, desindustrialización, estancamiento y exclusión social.
POLÍTICA

NICOLÁS CASULLO

“El hombre que venía" (2002)


El intelectual peronista Nicolás Casullo, que en 2008 fundaría Carta Abierta, escribe
en el año 2002 esta breve columna describiendo al por entonces poco conocido
gobernador santacruceño Néstor Carlos Kirchner. Casullo supo leer en Néstor un
viento del sur que venía a reconstruir la idea de la izquierda peronista, trayendo
convicciones juveniles que parecían perdidas para siempre. Este pensador
fundamental de nuestro pensamiento nacional supo advertir, a quien quisiera oir, que
lo que se venía era una profunda transformación de la sociedad.

Néstor Kirchner representa la nueva versión de un espacio tan legendario y trágico


como equívoco en la Argentina: la izquierda peronista. En su rostro anguloso, en su
aire desorientado como si hubiese olvidado algo en la mesa del bar, Kirchner busca
resucitar esa izquierda sobre la castigada piel de un peronismo casi concluido después
del saqueo ideológico, cultural y ético menemista. Convocatoria kirchneriana por lo
tanto a los espíritus errantes de una vieja ala progresista que hace mucho tiempo
pensaba hazañas nacionales y populares de corte mayor.

Revolotean escuálidos los fantasmas de antiguas Evitas, CGT Framinista, caños de la


resistencia, Ongaro, la gloriosa JP, la Tendencia, los comandos de la liberación, ahora
sólo eso, voces en la casa vacía. Por eso un Néstor Kirchner patagónico, atildado en su
impermeable, con algo de abogado bacán casado con la más linda del pueblo, debe
lidiar con la peor (que no es ella, inteligente, dura, a veces simpática) sino recomponer,
actualizar y modernizar el recuerdo de un protagonismo de la izquierda peronista que
en los 70 se llenó de calles, revoluciones, fe en el General, pero también de violencia,
sangre, pólvora, desatinos y muertes a raudales, y de la cual el propio justicialismo en
todas sus instancias hegemónicas desde el 76 en adelante, renegó, olvidó y dijo no
conocer en los careos historiográficos. De ahí que en las nuevas generaciones de
jóvenes de los últimos 20 años, las crecidas entre Luder y Menem, aquel “peronismo de
izquierda” no dejó datos ni rastros: las nuevas generaciones medias no alcanzan a
descifrar ese rótulo como algo digno de ser pensado. Por eso, como espacio histórico
dramático y fallido, lo de Kirchner tiene el signo de la nobleza, del respeto a una
generación vilipendiada con el mote de puro guerrillerismo. Es fiel a una memoria
fuerte del país que ningún peronista “referente” se animó a aludir en la nueva
democracia, y también signo de aquellos fatalismos. Larga es la lista de enemigos
internos y externos de esa izquierda nacional en el movimiento desde 1953 hasta hoy:
los “cobardes, entreguistas, traidores, claudicantes, negociadores, burócratas,
mariscales de la derrota, antipueblo” y finalmente esa extraña y exitosa ecuación de
modernización y renovación justicialista que desembocó en el menemismo-liberal que
enamoró a todos los poderes reales en la Argentina. Lista de defecciones tan eterna y
concreta que casi terminó siendo, desde 1955, la historia real del peronismo. La de sus
defecciones.

En esa temeraria pelea está inscripto hoy el santacruceño. Según muchos, Kirchner
asume la responsabilidad de una pieza semiarqueológica: los militantes peronistas
“setenteros", ahora cincuentones, quienes viven la biografía del movimiento del ’45
como sentados en una estación abandonada y ventosa muy al sur del país por donde
volver a pasar, aunque todavía no se note, ni se crea, ni se oiga, aquel verdadero tren de
la historia que algún día podrá llenar de humo purificador la patria.

Sentados en el andén vacío y destartalado, como a una hora señalada, los del grupo
toman mate, hacen muñequitos de madera con las navajas, parrillan corderitos en la
estación sin nadie, miran de soslayo por si se acerca alguien, y achican los ojos cada
tanto con las manos de visera en pos de un imaginario punto negro, lejano, que se vaya
agrandando sobre las vías con su silbato anunciador. La cuestión es no dar demasiados
datos de esa espera. Por eso Kirchner habla rápido, a veces medio desprolijo, o
deambula confusamente entre cámaras de noticiero tratando de coincidir con la
memoria de los mártires, con el subsuelo del tercer cordón ex industrial, o con una
histérica cacerolera de Belgrano R. Porque en realidad está diciendo algo difícil,
complejo, discutible, pero a lo mejor por eso profundamente cierto en cuanto a por cuál
sendero se sale realmente de este entuerto, donde el país se desbarranca por la ladera,
perdida toda idea de sí mismo, toda imagen nacional.

Es posible que no sea candidato, o mejor dicho que no le alcance el envión entre los
sueños solapados del presidente Duhalde, las encuestas optimistas de De la Sota, la
coincidencia de los poderes con

Reutemann, las infinitas “re-reelecciones” de Menem, el caradurismo simpático de


Rodríguez Saá. Desgarbado, lungo, de palabra directa, está último en esa lista, cuando
cada tanto viene del sur para exigir elecciones ya. Para decir que va por adentro o va
por afuera pero no va a entrar en ninguna trenza. Lo converso con mis amigos y el 80
por ciento no lo ubica, lo semitienen en algún rincón de las imágenes del consciente
pero no del todo. Les digo que es el fantasma de la tendencia que vuelve volando sobre
los techos y sonríen como si les hablase de una película que no se va a estrenar nunca
porque falta pagar el master.

Si rompe con el peronismo corre el eterno peligro de quedarse solo, ser simple
izquierda, ser no “negocio”. Si se queda adentro, ya nadie sabe en qué paraje en
realidad se queda: corre el peligro de no darse cuenta un día que él tampoco existe.
En ese maltrecho peronismo que vendió todas las almas por depósitos bancarios,
Kirchner es otra cosa: insiste en dar cuenta de que ésta no fue toda la historia. Que hay
una última narración escondida en los mares del sur.
DISCURSOS
NESTOR KIRCHNER
Discurso Parque Norte (2004)

Conmemorando el 31 Aniversario de la victoria electoral de Héctor Cámpora, el


compañero Néstor congrega un acto para la militancia. Allí, habló como Presidente de
la Nación, pero también como compañero militante, haciendo una amplia
convocatoria a reconstruir un movimiento nacional y popular.

Recordando a la juventud maravillosa de la década del 70, Néstor hace un llamado a


construir una nueva forma de hacer política, basada en las conviccones, la coherencia
y, por sobre todas las cosas, la militancia. Hace un llamado a recuperar el valor de las
Unidades Básicas, los locales partidarios, la discusión política y ciudadana. Mirando
más allá del justicialismo, propone pensar una identidad política superadora que
incluya a otras tradiciones.

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ENCUENTRO DE


LA MILITANCIA

Queridos amigos y amigas; compañeros y compañeras: quiero comenzar


expresándoles que exactamente hace 31 años a esta hora una generación de argentinos
veíamos y sentíamos que la democracia volvía a la Patria.

Me preguntaban cómo viví el 11 de marzo del 73. Me tocó ser el fiscal de mesa y
recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al fraude que la orden que
teníamos era subirnos a los camiones que transportaban las urnas para cuidarlas hasta
que se terminara de revisar el último voto. Era el 11 de marzo del 73, una generación de
argentinos nos incorporábamos a la vida democrática con la fuerza y el deseo de
construir un nuevo país. Después nos tocó vivir tantas cosas, nos tocó pasar tantos
dolores, nos tocó ver diezmada esa generación de argentinos que trabajaba por una
Patria igualitaria, de inclusión, distinta, una Patria donde no sea un pecado pensar, una
Patria con pluralidad y consenso como el que tenemos hoy aquí, que el hecho de pensar
diferente no nos enfrentara sino por el contrario, nos ayudara a construir una Argentina
distinta.

No me quiero poner nostálgico porque es verdad que a uno le vibra el corazón y se le


llenan los ojos de lágrimas cuando en ustedes ve tantos rostros que hoy no están, pero
también creo que es fundamental construir una Patria con mucha identidad, con la
justicia y con la memoria, para que definitivamente podamos hacer un país sólido.
(Aplausos).

Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de los cuadros, tenemos
que volver a valorar la política y no queremos que se repita la mecánica casi empresaria
de la política que tiende a acordarse de los amigos y de los compañeros para utilizarlos
en cuestiones electorales. (Aplausos)

No queremos ayudar a conjugar y a que todo el mundo nos diga que sí, a tener tropas
“disciplinadas”, como se estila. Queremos tener compañeros que piensen, que nos
digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que ayuden a equivocarnos lo
menos posible. (Aplausos).

No queremos más la práctica de un culto al individualismo, a la personalidad y a la


teoría del jefe. Esas teorías que tanto daño han hecho a la política argentina y han
quebrado su calidad y hasta su propia moralidad los que quisieron llevarlas adelante.
Tampoco queremos más generar ese desaliento de que los compañeros, los amigos;
donde les toque actuar, sea la fuerza que sea, salen a trabajar políticamente y saben que
cuando terminan las elecciones se cierran las puertas del ida y vuelta que deben tener
aquellos que son elegidos y aquellos que ayudan a que sean elegidos (Aplausos).

Queremos terminar con la idea del influyente, del “vení conmigo que yo tengo
conexiones” para generar el acomodo en la historia, porque eso también quebró la
moral de la política, de la práctica, que tanto daño hizo. (Aplausos).

También cuando hay una masa crítica que piensa, que elabora, que participa, evita que
aquellos que tenemos que ir a cumplir responsabilidades nos creamos más de lo que
somos y nos olvidemos de dónde venimos y para qué venimos (Aplausos).

Y en esta Argentina en la que nos tocó vivir un año 2001, que nos tocó ver explotar la
política, que nos tocó ver las cosas que vimos durante todo este tiempo, es fundamental
poner todas nuestras fuerzas para construir ámbitos como el que hoy se empieza a
construir aquí. Acá no vinimos con la ficha de afiliación, acá no vinimos a pasar
listados, acá no vinimos a ver quién está presente o quiénes están ausentes, acá vinimos
peronistas y no peronistas, gente de todas las ideas y de todas las fuerzas que quieren
cambiar a la Argentina a sentarnos en una mesa para empezar a discutir, para empezar
a pensar en conjunto, para calificar la política. (Aplausos).

Queremos nuevamente que los locales políticos no sean lugares de “trenzas”, o que no
sean lugares -para definirlos con toda exactitud- donde nos juntemos solamente a
tomar unos vinos o a comer asados. Queremos que los lugares políticos sean lugares de
meditación, de formación, de conciencia cívica, que tiendan a consolidar una
Argentina diferente. (Aplausos).

Queremos que definitivamente se termine la idea de la clandestinidad de la política, de


las cosas que se hacen en la política.

Por eso cuando estamos tratando de levantar esta Argentina que fue hundida y
quebrada, cuando tengo que soportar que me digan verborrágico, que me digan que
sobreactúo por ei sólo hecho de defender a la Argentina, de decir lo que pienso y pensar
que hay que levantar este país quebrado, con dignidad, con responsabilidad y
racionalidad, no entiendo por qué me agreden así aquellos que condujeron la Argentina
durante tantos años y nos llevaron a ese proyecto económico de hambre, de exclusión y
de desocupación. ¿Por qué nos atacan como nos atacan, porqué me dicen lo que me
dicen? ¡Que afronten ante la responsabilidad de la historia las cosas que hicieron, pero
que entiendan que en la Argentina hay nuevos y buenos aires para hacer un país
distinto! (Aplausos).

En este país las cosas tienen que ser serias y claras para hacer un país normal y serio. El
que hace las cosas bien debe ser absolutamente estimulado; el que investiga, el que
estudia, el que trabaja, definitivamente el más decente y el más honesto. Y como en
cualquier país serio del mundo el delincuente, el corrupto, el que no hace las cosas que
tiene que hacer debe ir a un calabozo, como corresponde, para construir un país
distinto. (Aplausos).Son valores y cuestiones que tenemos que llevar con todas
nuestras fuerzas adelante. No hay que caer en la disputa corta de espacios, hay que
construir la Argentina. Por eso el ámbito y espacio de hoy, en la diversidad y la
pluralidad que se ha generado aquí, no tiende a consolidar el liderazgo de nadie, sino la
presencia de argentinos y argentinas que quieren tener un rol protagónico en la
construcción de la nueva Argentina, en la construcción de la Argentina que nos
merecemos todos.

Por eso queridos amigos, compañeros y compañeras, nosotros tenemos que tomar la
lección de la historia, debemos entender que el concepto de solidaridad y pluralidad es
central, pero también debemos entender que tenemos que informarnos y prepararnos
para poder conducir con todas nuestras fuerzas y capacidad este pequeño país. Claro
que venimos de una situación límite, pero es hora también de que en la Argentina
tengamos clara memoria de las cosas que nos han pasado, pero no desde el
patrioterismo vacío, sino que desde el sentido de Patria, lleno de dignidad, de justicia y
de inclusión, podamos decir que lo que los argentinos pretendemos es tener una Patria,
un hogar y una bandera que nos cobije a todos y nos dé aunque sea un poquitito de
posibilidades para poder realizarnos. (Aplausos).

Tenemos que dejar de sentir vergüenza de las cosas que defendemos, nos quieren hacer
sentir a veces que son posturas que deben ser “revisadas” en nombre de la supuesta
racionalidad. ¿Qué es la racionalidad, amigos y amigas, compañeras y compañeros?
¿La racionalidad es bajar la cabeza, acordar cualquier cosa pactando disciplinada y
educadamente con determinados intereses, y sumar y sumar excluidos, sumar y sumar
desocupados, sumar y sumar argentinos que van quedando sin ninguna posibilidad? ¿O
la racionalidad es trabajar con responsabilidad, seriedad, con fuerzas para abrir las
puertas de la producción, del trabajo y del estudio para todos los argentinos? Yo quiero
adherir a este tipo de racionalidad, es la única racionalidad viable que nosotros tenemos
para poder realizarnos. (Aplausos).

También, queridos compañeras y compañeros, tenemos que hacer un esfuerzo muy


grande pero les puedo asegurar que es absolutamente posible continuar en la senda de
crecimiento que la Argentina ha entrado. Claro que vimos y estamos en el segundo
escalón del infierno, yo no me enamoro de los números, pero también es cierto que
cuando vemos que baja el desempleo, cuando vemos que crece la Argentina, cuando
vemos que crece el consumo nos empezamos a estimular y es posible construir el país
que nosotros soñamos permanentemente, lo podemos transformar en realidad.

Claro que hay asignaturas pendientes por doquier, pero también asumamos de dónde
partimos, un país que lo llevaron a deber 174 mil millones de dólares. No hay otro país
en el mundo que lo hayan endeudado así. Y los que lo endeudaron, los que fueron
símbolos intelectuales de ese endeudamiento todavía nos quieren decir qué es lo que
tenemos que hacer. ¡Por Dios, argentinos y argentinas, reaccionemos y tengamos
buena memoria! (Aplausos).

Cuando veo que algunos se desesperan por tratar de mostrarse y existir en la vida
política o haciendo oficialismo cerrado o haciendo oposición por oposición para
figurar en los diarios, digo ¿no se dan cuenta, no caminan la Argentina? Cuando vamos
barrio a barrio, provincia a provincia, vemos miles y millones de compañeros, de
hermanos y hermanas argentinas que nos miran con lágrimas en los ojos, en el olvido a
que han sido sometidos. ¿Por qué no dejamos de jugar a la política corta y escribimos la
historia grande de una Argentina que nos contenga a todos? (Aplausos).

Nosotros tenemos que ser el punto de inflexión de esa Argentina vacía y sin contenido,
de esa Argentina donde el que más triunfaba era el más sinvergüenza y tenemos que
construir la Argentina donde el obrero vuelva a ser el respeto central de nuestras
acciones, el que estudia pueda ser valorado como corresponde, el que investiga - el
investigador- vuelva a ser tener el lugar que merece. Que podamos, como cuando
éramos chicos, mirar a nuestros padres y ver el símbolo del esfuerzo y del trabajo, y
ellos sentirse orgullosos de que con su esfuerzo y trabajo lograron que la generación
que viene esté mejor que la que se va. Eso es cuando un país empieza a cambiar, no
como nos pasó hasta ahora en la Argentina y que estamos tratando de revertir, que la
generación que viene está peor y se tiene que ir a acurrucar en la casa del viejo para
poder sobrevivir y tener un techo. ¡Hay que dar vuelta a la historia y yo sé que con
ustedes vamos a tener la posibilidad de hacerlo! (Aplausos)

Claro que uno puede tener posturas y determinadas consignas que pueden ser muy
lindas, pero lo que yo aprendí durante toda mi vida de militante es que lo importante es
poder ir llevando paso a paso nuestras ideas para poder concretarlas. Yo lo que no
quiero es mentirle al pueblo argentino, no quiero hacer un manoseo más de la
credibilidad de nuestra Argentina y les voy diciendo paso a paso lo que vamos
haciendo, pero no me van a ver a mí tratando de mostrar un proyecto grandioso para
después defraudar a todos. Prefiero ir construyendo con todos ustedes día a día la
nueva Argentina, pero sin caer en promesas vanas y vacías. (Aplausos).

Nos decían cuando nos tocó empezar a gobernar. “ diez días y se cae, quince días y se
cae”, rogaban que nos cayéramos y que no pudiéramos funcionar. Ahora dicen que nos
vamos a caer a fines del 2004 o del 2005, y mañana no sé cuándo dirán. Yo digo por
qué, si el éxito de la Argentina va a ayudar a cobijamos a todos los argentinos.

Lo mismo cuando vamos logrando acciones, vamos logrando inversiones y dicen "pero
no hay un proyecto a largo plazo". Salen con lentes, con cara de serios, con corbata,
queriendo mostrarse como si fueran grandes pensadores de la vida nacional.
(Aplausos) Qué razón tenía Jauretche en su libro “Zonceras argentinas”: creen que
porque se juntan cinco, ponen cara de serios, se colocan anteojos, cara de pensadores y
dicen hay que hacer con la Argentina esto y esto. Nosotros los conocemos porque lo
vimos, nos dijeron durante toda la década del 90: tengan paciencia, esperen que el vaso
va a derramar. Derramó en hambre, en exclusión, en olvido, queridos amigos y amigas.
(Aplausos).

Por eso nosotros desde acá venimos a convocar al amor, a la convivencia, hay que abrir
todas las compuertas y hay que buscar que la Argentina en la diversidad y la pluralidad
pueda construir el destino que necesitamos. Es absolutamente factible, día a día vamos
a seguir mejorando, día a día recorreremos nuestro país, día a día nos arrimaremos y
trabajaremos palmo a palmo con aquellos hermanos y hermanas que más necesitan; día
a día iremos construyendo una Argentina donde se puedan ir consolidando las
posibilidades de tener absolutamente mediatizada la concentración económica y una
distribución del ingreso diferente. Pero para eso hay que ir construyendo el país y el
país no se construye solamente desde un discurso. Desde un discurso se expresan las
intenciones pero el país se construye con acciones que se implementan día tras día,
hora tras hora, minuto tras minuto para poder cambiarlo. (Aplausos).

Yo les quiero contar que no soy ni eufórico ni depresivo, pero que me siento optimista
y con fuerza, me siento con absolutas ganas de avanzar y construir un país distinto. Yo
sé que a mí por el voto de todos ustedes, por la voluntad del pueblo argentino me toca ir
adelante. No tengan ninguna duda, lo dije el día que me tocó asumir, no vine a dejar las
convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno (aplausos) ni vine a sentarme en un
sillón para seguir estando por estar, para tratar de ser por ser o para tratar de hacer una
presidencia de protocolo como les gusta a muchos. Les puedo asegurar que he venido a
poner todo lo que tengo, con mis aciertos y mis errores, como todos los seres humanos;
me vine a jugar con todos ustedes por un país distinto. ¡No me interesa durar 10 años de
fracaso o cuatro años y medio -como me tocan- de fracaso, prefiero vivir dos años, un
año, dos horas o un minuto a pleno sabiendo que tengo que hacer lo que nuestro pueblo
necesita y lo puedo hacer! (Aplausos).

A pocas horas de empezar el gobierno nos decían que estábamos abriendo muchos
frentes, pero nosotros dijimos “venimos a construir una Justicia independiente en la
Argentina”. Cuando empezamos a construir una Justicia independiente, y está probado
en la Corte Suprema que se está constituyendo en nuestro país, aparecieron aquellos
que no querían cambiar nada y entraron a mostrar su verdadera cara. Ustedes los
vieron, decían “están haciendo procedimientos que no corresponden", cuando nos
movimos dentro del marco de la ley. Pero dijimos que este país necesita justicia y los
doctores que van a la Corte Suprema de la Nación Argentina son absolutamente
independientes, apenas los conozco, hicimos una Justicia independiente y está en
marcha. (Aplausos).

Dijimos que veníamos a terminar con la impunidad, que queríamos justicia, verdad y
memoria, y salieron a decir que por qué removía el pasado. Yo pensaba y pienso que no
es el pasado sino que es el presente doliente de 30.000 argentinos que fueron
desaparecidos por pensar diferente. (Aplausos).

Dijimos que veníamos a terminar con la vergüenza de las leyes de Obediencia Debida y
Punto Final, y se ha declarado la nulidad de las mismas, para que haya verdadera
justicia y para que haya verdadero equilibrio y responsabilidad en nuestro país.

Dijimos que veníamos a construir un país donde las posibilidades y la defensa del
capital argentino, el empresariado nacional, la producción y el trabajo argentino sean
prioritarios. En 9 meses de gobierno bajamos 9 puntos la desocupación en la
Argentina, nunca en tan poco tiempo, tan rápido, bajó tanto la desocupación.
(Aplausos) Calculo que cuando el INDEC decía que había 25 ó 26% de desocupación
había algunos que lo levantaban, ahora que hay el 14,5% no van a decir que no están de
acuerdo. Es la realidad concreta, con esas mismas cifras fue bajando.

Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza a recuperar la posibilidad de la industria
nacional, de la sustitución necesaria que hay que hacer, de la capacidad de realización
de nuestro país y ya está en marcha, recuperándose fuertemente la producción
nacional, inclusive marcando con realidad las posibilidades de crecimiento económico
que tenemos en esta etapa.

Pero también dijimos que veníamos a esclarecer atentados e íbamos a abrir el derecho a
la verdad y a la justicia, y hoy que vemos tantos problemas y atentados como el de
España que pasan en el mundo, podemos decir que nosotros tuvimos el valor de abrir
todos los archivos secretos para saber la verdad de esos atentados que enmudecieron a
los argentinos, como fueron los de la AMIA y la embajada de Israel.

Dijimos que íbamos a fortalecer la posibilidad de la inversión pública en educación y


que creíamos en la inversión pública. Me decían que la inversión pública era un gasto
improductivo, estamos generando escuelas, rutas, caminos, casas, invirtiendo en toda
la Argentina con el esfuerzo de todos.

Dijimos que íbamos a administrar el país ordenadamente y estamos haciendo una


administración realmente equilibrada, como en cada gestión que me tocó llevar
adelante.

Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza a invertir más en la educación
universitaria, a invertir más en investigación, y ya los presupuestos lo van marcando.
Claro que falta mucho más, claro que hay que invertir más allí, pero hay que ver de
dónde partimos, hay que ver dónde estábamos para poder entender cómo hemos
avanzado y cómo estamos tratando de llegar. Y claro, estamos decididos a ir
afrontando problema tras problema y situación tras situación, para ir esclareciendo y
para ir fortaleciendo, invirtiendo y generando las posibilidades de ese país diferente.

Dijimos que íbamos a renegociar los contratos de servicios públicos con dignidad, y así
lo estamos haciendo. Dijimos que no iba a caer sobre las espaldas de la gente el
aumento de tarifas y cayeron sobre los grupos económicos, fundamentalmente los que
exportan en dólares y cobran en pesos. (Aplausos).
Es decir que estamos tratando, con los errores que se pueden cometer, de cumplimentar
lo que decimos para que nuestra sociedad vuelva a creer.

Dijimos que veníamos con los brazos abiertos a no hacer ningún tipo de diferenciación
partidaria porque estábamos cansados de ver a esta Argentina partida por las cúpulas
políticas, que no entendían lo que estaba pasando en el subsuelo de la patria, y les
puedo asegurar que estamos haciendo todos los esfuerzos para que así sea,
absolutamente abiertos, dispuestos a escuchar, dispuestos a corregir, dispuestos a
poner todo nuestro esfuerzo para que los argentinos podamos converger en un proyecto
común.

Tenemos que volver a recuperar las ansias de la participación, pero nosotros mismos
también tenemos que hacernos la autocrítica, debemos entender que la política no
puede ser una herramienta para buscar solamente el mejoramiento de nuestra posición
y nuestra vida. Si los militantes y los dirigentes políticos entienden que tienen que ser
los que den el primer ejemplo, les puedo asegurar queridos amigos y amigas,
compañeras y compañeros, que estaremos dando un salto cualitativo. Esto es
tremendamente importante, tenemos que dar ese ejemplo y evitar las tentaciones.
(Aplausos)

Creo honestamente que tenemos que avanzar con todas nuestras fuerzas, que tenemos
que poner toda nuestra mayor capacidad de creación, pero les voy a contar algo que me
pasa en privado todas las mañanas: es tal el endeudamiento que tiene la Argentina que
para saber y para darme fuerzas para seguir la tengo que imaginar. ¿Se imaginan
ustedes 170.000 millones de dólares de deuda, 5.000 millones en BODEN que vencen
el año que viene en dólares y 5.000 más en el 2006? ¡Yo no generé esta deuda pero
estoy dispuesto a ponerle el pecho con toda nuestra fuerza para hacer una negociación
justa y digna que nos permita salir! (Aplausos) Ni ustedes. Tengo que imaginarla y me
dicen: “hay que definir la proyección, las metas”, ¡yo digo por qué no pensaron!
Nosotros vamos definiendo con seriedad y responsabilidad las metas y proyecciones,
aquéllos que dicen esas cosas por qué no pensaron antes de endeudar a la Argentina
como la endeudaron. O si me disculpan, cómo casi la pusieron a remate a espaldas de
todos los argentinos.

Queridos compañeros y amigos: les quiero ser totalmente sincero, yo no tengo una
actitud imperativa cuando digo que vamos a pagar el 25 y vamos a hacer un recorte del
75; no es una actitud viril, de fuerza la que hago, es una actitud de la realidad argentina:
juntando monedas entre todos los argentinos no podemos pagar más que eso. Este es el
esfuerzo que debemos hacer todos nosotros. (Aplausos)

Se los digo a través de los medios a todos los argentinos y argentinas que están en sus
casas, a aquéllos que les dicen que tenemos que pagar más porque es fundamental
quedar bien y cumplir el compromiso -que son los que tomaron el compromiso de la
deuda- yo les pido que digan la verdad a todos los argentinos. ¿Saben lo que significa
pagar más? Es eso que nos prometió un ministro que estuvo 15 días en el Gobierno y
tuvo que salir corriendo y rápidamente: pagar más es sacar plata de las universidades,
sacarle plata a los trabajadores, sacarle plata a los planes sociales, sacar plata a la
educación argentina, sacar plata de la inversión en el trabajo, sacar plata a la
producción, seguir perjudicando a los argentinos. Yo prefiero que me traten como me
tratan pero saber que por lo menos con esfuerzo impedimos que le quiten un peso más
a este sufriente pueblo argentino para alimentarle las posibilidades de un futuro
distinto. (Aplausos).

Las cosas las tenemos que llamar por su nombre, todos tenemos que estar atentos,
porque los argentinos seremos afectados directos de las decisiones incorrectas y no
vamos a tener ningún tipo de actitud que sea intemperante o imperativa. Nos va a guiar
el buen sentido y la responsabilidad argentina que tuvimos siempre porque la dignidad
se practica con las acciones de todos los días, la dignidad se practica en los hechos y no
en la consigna, la dignidad se practica tomando acciones todos los días que lleven a
defender las posibilidades de un país distinto, la dignidad se practica no mintiéndole a
la gente, la dignidad se practica trabajando, la dignidad se practica haciendo, la
dignidad se practica no robando, la dignidad se practica haciendo trabajo, la dignidad
se practica generando inclusión social, la dignidad se practica abriendo los brazos y las
puertas para un país distinto. (Aplausos).

Con Cristina cuando tenemos problemas límites -a veces uno viene con los problemas
en la espalda- e inclusive cuando las situaciones se complican y veo a los amigos
periodistas que me preguntan angustiados cómo está cada situación y uno tiene que
absorber la responsabilidad que tiene, les puedo asegurar que tomamos fuerza,
combinamos sentimiento con acción y es lo que yo les contaba a ustedes: pienso
entonces cómo me pueden sobrepasar las responsabilidades después que tanta gente
dio tanto y tanta gente quedó en el camino por un país mejor. (Aplausos). Me siento
con muchas ganas.

También algo que les quiero decir a ustedes aquí. Cuando dicen que venimos por el
revanchismo del pasado, cuando queremos que haya justicia, memoria, que se termine
definitivamente la impunidad de ayer, de hoy, y generar los caminos para que la
impunidad no exista más en la Argentina, yo les puedo asegurar que no vengo con
ningún tipo de revanchismo, no vengo con odios porque el odio no construye nada,
pero creo que la voluntad de los argentinos es tener un país donde haya justicia, verdad,
memoria sin impunidad ni odios, sino que haya justicia. Ahora me pregunto yo, ¿la
justicia es sinónimo de odio, la justicia es sinónimo de remover el pasado o la justicia
es la justicia sea en el tiempo que sea? ¿O el paso del tiempo habla de la no justicia
porque pasó mucho tiempo? La justicia se debe aplicar siempre porque es la única
forma en que podemos construir un país diferente. (Aplausos)

Les agradezco a todos profundamente, les agradezco a todos el acompañamiento que


nos hacen en cada lugar del país que vamos y los convoco a ustedes, pero través de
ustedes a aquel argentino y argentina, a aquel trabajador y estudiante, a aquel que nos
puede ver y escuchar a través de los distintos medios, que venga a trabajar, que abra el
espacio donde crea, que practique la idea que quiera practicar, pero que se incorpore a
esta Argentina donde con la idea, con el pensamiento, con la verdad relativa vamos a
poder construir la verdad superadora que nos permita a todos los argentinos poder
avanzar.

Yo quiero cerrar este 11 de marzo acordándome de los jóvenes radicales del 73, de los
jóvenes de la Alianza, del doctor Allende del año 73, de los jóvenes de la democracia
cristiana, los jóvenes de los partidos de izquierda, de los jóvenes del Justicialismo que
creían que se podía hacer un país distinto. Nosotros creemos y lo vamos a hacer,
tomamos el desafío y el mandato de la historia. Contamos con todas nuestras fuerzas,
con las fuerzas de los jóvenes independientes, de los profesionales, de los
universitarios, de la gente de Argentina, de argentinos que creemos que la justicia se
puede construir.

Amigos y amigas de todas las ideas: muchísimas gracias, gracias por dar este ejemplo
de convivencia, gracias por compartir este momento. Dios quiera que podamos escribir
un tramo importante de la historia argentina. Muchísimas gracias, muchas gracias por
compartir este momento. (Aplausos)
Inauguración Cumbre de las Américas (2005)
INTRODUCCIÓN -- Carlos Bosch

Por un momento cerremos los ojos e imaginémonos en el año 2005. Evo Morales,
Rafael Correa, Manuel Zelaya, Fernando Lugo y Michelle Bachellet todavía no
habían llegado a la presidencia. Por la Patria Grande sólo estaban Hugo Chavez, Luis
Ignacio “Lula” da Silva y Néstor Kirchner (nada más... y nada menos). Sin embargo,
en la 4a Cumbre de las Américas, en la ciudad de Mar del Plata, el foco de la prensa
internacional no estaba puesto en ninguno de ellos, la gran atracción pasaba por el
presidente de Méjico, Vicente Fox y, sobre todo, el presidente de EEUU, George W.
Bush. Se suponía que estos mandatarios iban a lograr dos cosas: que Latinoamérica se
uniera al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y que la incipiente ola de
gobiernos populares latinoamericanos se detuviera para luego volver a las recetas
clásicas del Consenso de Washington. En esas circunstancias, nuestro presidente
Néstor Kirchner dijo lo siguiente:

Palabras del Presidente Néstor Kirchner durante la inauguración de la IV


Cumbre de las Américas (Mar del Plata) - 4 de noviembre de 2005

Excelentísimos señores presidentes y señoras; señores vicepresidentes; señores


enviados especiales; señores representantes de organismos internacionales;
autoridades nacionales, provinciales y municipales; señoras y señores: queremos darle
la más calurosa bienvenida a esta hermosa ciudad de Mar del Plata, deseando que estas
jornadas de trabajo fructifiquen en la construcción de un escalón más que jalone el
camino de este proceso de Cumbre de las Ameritas.

Si esta construcción colectiva, que quiere abarcar la geografía americana que atraviesa
la última década de su historia, tiene que integrar un tema central a su agenda para
producir resultados que ayuden al bienestar de nuestros pueblos, ese tema tiene que ser
el lema de esta IV Cumbre, donde los señores presidentes y los representantes de los
distintos países queremos dejar de hablar en voz baja para hablar en voz alta y buscar
los puntos de acuerdo y solución que nuestro hemisferio necesita.

Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática nos


remite de lleno al problema central que enfrentamos los países que pretendemos
desarrollarnos. Debemos construir los consensos en cuanto a la importancia de
preservar y fortalecer la comunidad de democracias en cuanto a la convicción de
defender a ultranza la plena vigencia de los derechos humanos, el sostenimiento de la
paz y la lucha contra la delincuencia internacional, el narcotráfico y elUn capítulo
especial merece la obtención de consenso respecto de la lucha contra el terrorismo. La
Argentina considera todos los actos de terrorismo, criminales e injustificables. No hay
ninguna razón racial, religiosa, ideológica o de cualquier otra naturaleza que pueda
justificar el asesinato de civiles ¡nocentes. Los argentinos tenemos un profundo
sentimiento de solidaridad con las víctimas del terrorismo en el mundo y con sus
familiares. Fuimos víctimas, en los casos de la Embajada de Israel y la AMIA, y
comprometemos apoyo permanente a la obtención de la verdad y al combate contra el
terrorismo.

Debemos construir consensos para terminar con la pobreza atávica, vencer a la


indigencia y la exclusión, evitar la profundización de la brecha social, la degradación
del medio ambiente, las recurrentes crisis, la necesidad de sostener a la educación
como factor decisivo para el progreso individual y social, fomentar el acceso al
conocimiento y promover el crecimiento económico con equidad, crear trabajo para
enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática.

El lema que nos convoca nos hace percibir la necesidad y la presencia de nuevos
paradigmas. Crear trabajo decente, cómo hacerlo de la mejor y más eficaz manera está
en la clave del debate sobre cuáles son los mejores caminos para lograr un desarrollo
sustentable que garantice el bienestar de nuestros pueblos, vinculado con los atributos
de la libertad, la justicia, la seguridad y la protección, el trabajo, la creación de trabajo
no sólo es un fundamental vehículo de integración social, sino que puedeconstituirse en
la verdadera clave de la construcción de la gobernabilidad.

En la obtención de esos consensos para avanzar en el diseño que las nuevas políticas
que la situación exige no puede estar ausente la discusión respecto de si aquellas
habrán de responder a recetas únicas con pretensión de universales, válidas para todo
tiempo, para todo país, todo lugar. Esa uniformidad que pretendía lo que dio en
llamarse el “Consenso de Washington” hoy existe evidencia empírica respecto del
fracaso de esas teorías. Nuestro continente, en general, y nuestro país, en particular, es
prueba trágica del fracaso de la “teoría del derrame”.

Por supuesto, la crítica de ese modelo no implica ni desconocer ni negar la


responsabilidad local, la responsabilidad de las dirigencias argentinas. Nos hacemos
cargo como país de haber adoptado esas políticas, pero reclamamos que aquellos
organismos internacionales, que al imponerlas, contribuyeron, alentaron y
favorecieron el crecimiento de esa deuda también asuman su cuota de responsabilidad.
(Aplausos).

Las consecuencias nefastas que las políticas de ajuste estructural y del endeudamiento
externo tuvieron para el pleno ejercicio de los derechos humanos, en especial los
derechos económicos, sociales y culturales, se viven y recorren trágicamente el mapa
de la inestabilidad latinoamericana. No se trata de ideologías, ni siquiera de política, se
trata de hechos y de resultados.

Son los hechos los que indican que el mercado por sí solo no reduce los niveles de
pobreza y son los hechos también los que prueban que un punto de crecimiento en un
país, con fuerte inequidad, reduce la pobreza en menor magnitud que en otro con una
distribución del ingreso más igualitaria.

Los resultados de las recetas que criticamos son los que se vieron reflejados en la crisis
argentina del 2001 y en la caída de varios gobiernos democráticos de la región, algunos
de ellos transitando aún una preocupante inestabilidad institucional.

Es entonces la experiencia regional y no la teoría de las burocracias de los organismos


internacionales, la que demuestra que lo aconsejable es dejar que, en un marco de
racionalidad, cada país pueda elegir su mejor camino para el desarrollo con inclusión
social. Esa racionalidad, de la que hablamos, debe permitir su verificación en
resultados cuantificables económica y socialmente.

Una nueva estrategia de desarrollo tiene que apuntar a obtener fuentes de recursos que
deriven del esfuerzo y trabajo diario de nuestros ciudadanos. Necesitamos crear,
producir, exportar bienes y servicios, innovaciones científico técnicas y creaciones
culturales.

De la fe ciega y excluyente en el mercado, el objetivo aconsejado o impuesto de reducir


o minimizar el rol de los gobiernos, hacer desaparecer al Estado y avanzar en la
degradación de la política, debemos pasar a una nueva estrategia de crecimiento
sustentable, con equidad, calidad institucional, ejercicio de la representación, el control
y la participación ciudadana.

La equidad es central, promueve el crecimiento y la eficacia, a través de la


sustentabilidad política y social, posibilitando un mejor uso de los recursos humanos y
ello se revierte en viabilidad económica. Para lograr equidad es fundamental la
creación de empleo digno.

En nuestro país con mucho esfuerzo compartido, pero sin ayuda alguna del Fondo
Monetario Internacional, tras reducir en términos netos más de 14.900 millones de
dólares nuestra deuda con organismos multilaterales de crédito, y obtener una exitosa
reestructuración de la deuda, superando el defautl hemos logrado importantísimos
avances en esta lucha por la equidad.

Durante nuestro Gobierno la pobreza bajó del 57.5 por ciento al 37.7 por ciento y
salieron de la pobreza 5.600 mil personas y abandonaron la indigencia 5.300 mil
personas. Entre el primer semestre de 2003 y el primer semestre de 2005, un 33.5 de los
hogares que eran pobres dejaron de serlo, es decir uno de cada tres. En el mismo
período un 53.4 de los hogares que eran indigentes dejaron de serlo, es decir más de
uno de cada dos.

La baja del índice de la población en condiciones de indigencia fue del 27.5 al 12.6;
entre julio de 2003 y agosto de 2005, el índice general de salarios creció un 28.74
ubicándose un 16.49 por encima del crecimiento de la canasta básica de alimento y un
13. 85 por encima de la canasta básica local.

La tasa de desocupación descendió de tal modo que un 32 por ciento de los


desocupados y el 28 por ciento de los subocupados dejaron de serlo. Los índices siguen
mejorando hasta ubicarse, para esta última medición mensual, en un 10.3, luego de
estar en el 24 por ciento. Aumentó el empleo genuino, mientras declinaban los planes
de empleo; los empleos con cobertura de la Seguridad Social crecieron más
velozmente que el nivel de empleo, alcanzando el nivel más alto de la serie 5.536 mil a
razón de un 25 por ciento y un 10.7 en este último año.

Por primera vez en años disminuye la desigualdad en tanto el quintín de los ingresos
más altos, pierde a favor de los quintines más bajo un 2.1 por ciento. La Argentina está
logrando con grandes esfuerzos, repito, retomar la senda del desarrollo y ha alcanzado
un importante y sostenido crecimiento de su economía, a la vez ha logrado reducir,
como vimos, de manera significativa los índices de desocupación, de pobreza e
indigencia.

Los indicadores muestran, después de la salida de la crisis, un crecimiento sostenido de


la economía, una situación superavitaria de las cuentas fiscales por tercer año
consecutivo y externas, junto con una recomposición de las reservas. Argentina creció
el 8.8, en el 2003; el 9 en el 2004 y en el primer semestre de 2005 superó el 9 por
ciento.

El superávit primario consolidado se ubica en un 5 por ciento del PBI y las reservas
crecieron de menos de 10 mil millones de dólares a más de 26 mil millones de dólares.
Las exportaciones tienen grandes posibilidades de llegar este año a 40 mil millones de
dólares, estimándose su crecimiento en un 15 por ciento haciendo crecer el superávit
comercial. Desde la salida del default, Argentina se consolida como una oportunidad
para las inversiones productivas.

La matrícula de la enseñanza primaria y el número de alumnos que empiezan primer


grado, se ubican por encima del 91.5 por ciento y el 86.9 por ciento, y la población
analfabeta no supera el 3 por ciento, llegando la alfabetización de la mujer al 97.4 por
ciento.

El retorno de la educación técnica y la mayor inversión en educación, que del 2 por


ciento del PBI ya creció al 4, y la haremos crecer hasta el 6 por ciento, antes de 2010,
juntamente con la discusión de un nuevo modelo educativo potenciarán nuestras
posibilidades de construir un mejor futuro.

La tasa de mortalidad infantil ha descendido significativamente pasando del 16.8 por


mil hasta ubicarse en el actual cercano de 12 por mil. La fuerte inversión en salud
pública, vivienda e infraestructura nos posibilitará mejorar aún más.

En estos números no hay magia ni milagro, se condensa mucho esfuerzo y trabajo.


Concebimos que esta mejora contribuye a la estabilidad y al equilibrio de Sudamérica,
es el resultado de haber construido sobre los pilares del trabajo, la producción, el
consumo y la exportación, en un marco de sano equilibrio macroeconómico.

Lamentablemente en ese proceso de recuperación, expansión y transformación no


contamos con la ayuda del Fondo Monetario Internacional, que si apoyó y financió, en
el orden de los 9 mil millones de dólares, hasta semanas antes del colapso, el régimen
de convertibilidad, déficit fiscal y endeudamiento. Aquella cifra, curiosamente, es casi
equivalente a la deuda total que tiene mi país con ese organismo.

En síntesis en un ejercicio que podemos calificar de perverso, sin temor a


equivocarnos, se le dieron fondos frescos, dinero contante y sonante, no sólo a los que
no pagaban, sino a los que seguían gastando y mantenían un déficit fiscal crónico. Hoy,
lo que se le niega a la Argentina, no son ya fondos o nuevos préstamos que no hemos
solicitado y que, obviamente, ni pensamos hacerlo, (aplausos) es algo mucho peor, se
nos niega la refinanciación si no aceptamos determinadas condicionalidades que no
son otras que las mismas políticas que nos condujeron al default.

Para la Argentina, que corría hacia el abismo, había ayuda y fondos frescos; para la
Argentina que con esfuerzo y soledad se recupera, no hay refinanciación. Merecería
esta situación que García Márquez le dedicara unos párrafos de su “realismo mágico”.
(Aplausos)

Por si todo esto fuera poco, como en tantos países en desarrollo, continuamos siendo
afectados tanto por esa visión arcaica del tema de la deuda, como por un sistema de
comercio internacional injusto para los productos agrícolas, donde los subsidios y
medidas paraarancelarias de los países desarrollados, continúan impidiendo que
nuestros países puedan crecer plenamente con sus recursos genuinos. (Aplausos). Es
como si se pretendiera que cayesen sobre nosotros las diez plagas de Egipto.

En este punto es necesario advertir que a la hora de analizar el sistema de comercio


internacional, subsidios agrícolas o barreras arancelarias, hay que tener en cuenta las
asimetrías y los diferentes grados de desarrollo. Porque la igualdad es un concepto
valioso y necesario, pero sólo aplicable a los que son iguales. Igual tratamiento para los
diferentes; igual tratamiento entre países poderosos y débiles; igual tratamiento entre
economías altamente desarrolladas y economías emergentes, no sólo es una mentira
sino que, además, resulta una trampa mortal. Trampa que primero atrapa y afecta a los
débiles, pero que luego de un modo u otro, también termina llegando a los poderosos.

Existe hoy un claro consenso internacional en torno a la necesidad de reformar y


actualizar los organismos surgidos de Bretón Woods, así como respecto a la necesidad
de introducir mejoras en el funcionamiento del sistema financiero para una economía
globalizada. No es capricho, es simplemente aceptar una nueva realidad mundial.

Lamentablemente en lo específico de las reformas, la discusión parece haberse


centrado más en el tema de las representaciones y los poderes de voto, que en los temas
sustanciales.

La visión de los funcionarios en relación a los países emergentes, parece agotarse en la


preocupación central de sólo mejorar los sistemas de alerta temprana respecto de las
crisis, evaluar el modo de resolverlas y encontrar el financiamiento de su prevención.

Pretendemos que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial cumplan el rol


contracíclico para el cual fueron creados, eviten el sistema de condicionalidades
cruzadas, aumenten el grado de transparencia de sus operaciones, reduzcan los costos
de su funcionamiento y mejoren su capacidad de préstamo. (Aplausos)

No parece mal que trabajen activamente en cooperación con el sector financiero


privado u otros sectores de la economía, pero deben cuidadosamente evitar quedar
prisioneros o ser los gestores de los intereses particulares.

Si estos temas se abordan correctamente, la discusión sobre la representatividad


adquiere sentido; de lo contrario, el esfuerzo en la supuesta reinvención será mayor que
los beneficios que genere.

En cuanto al sistema financiero en su conjunto, en materia de deuda externa debe


adoptárselo de mayor justicia, dejando de pretender trato igualitario a quienes están en
situaciones distintas. Privilegiar el ahorro sobre la especulación y la participación de
los ahorristas sobre la de los grandes operadores concentrados, usualmente, tenedores
de información privilegiada.

Exige privilegiar a los inversores minoristas, a los acreedores originales de las


emisiones de deuda, a los acreedores en una etapa de precrisis.

En todo caso, no puede privilegiarse a quienes resulten acreedores de la etapa poscrisis.

Hemos dicho que no aconsejamos a nadie de “defaultear” su deuda, si se puede


evitarlo. Decimos ahora que cumpliremos nuestros compromisos con quienes han
participado de nuestro proceso de reestructuración, a quienes consideramos hoy
nuestra prioridad en nuestros pagos.

El Fondo Monetario Internacional no puede pretender condicionamientos que resulten


contradictorios entre sí y opuestos a nuestras posibilidades de crecimiento ni exigir la
devolución de fondos que en plena crisis destinó a financiar un programa condenado al
fracaso de manera inmediata.

Nuestra capacidad de pago debe medirse en función de los compromisos contraídos en


la reestructuración de la deuda y en nuestra capacidad de crecimiento. Si afectásemos
nuestro crecimiento, afectaríamos nuestra capacidad de pago y en eso respetaremos
nuestras prioridades acudiendo a los remedios que el sistema pone a nuestro alcance.

Esperamos que el Fondo Monetario Internacional sepa escuchar y, sobre todo,


comprender y entender. Se trata de negociar con sinceridad y buena fe.

Para el desarrollo que buscamos, nuestra pertenencia al Mercosur, como el mercado


regional de lo propio y de la naciente Comunidad Sudamericana, es primordial. Hemos
asumido trascendentes desafíos que sólo estaremos en condiciones de encarar con
razonables posibilidades de éxito, mediante la coordinación de posiciones y acciones.

Por eso, seguimos pensando que no nos servirá cualquier integración; simplemente,
firmar un convenio no será un camino fácil ni directo a la prosperidad. (Aplausos)
La integración posible será aquélla que reconozca las diversidades y permita los
beneficios mutuos. Un acuerdo no puede ser un camino de una sola vía de prosperidad
en una sola dirección. Un acuerdo no puede resultar de una imposición en base a las
relativas posiciones de fuerza. Por el contrario, como en otras latitudes -está allí el
testimonio de la Unión Europea-, los acuerdos de integración comercial deben
contemplar salvaguardas y compensaciones para que los que sufren atrasos relativos,
de modo que el acuerdo no potencie sus debilidades. Ese es un modo no sólo aceptable,
sino fundamentalmente viable.

La integración será posible en la medida que se atiendan las asimetrías existentes y si


las negociaciones satisfacen los intereses fundamentales de cada país, especialmente,
en materia de acceso a los mercados sin restricciones.

Es que el problema del desarrollo de las economías emergentes, en un marco de


equidad, no debe abordarse desde el punto de vista de los países desarrollados, como si
fuera un asunto de beneficencia respecto de los que menos tienen.

En este sentido, respecto a nuestro continente, como hoy se lo decía al señor presidente
de los Estados Unidos, sigo creyendo que por las cuestiones de liderazgo en la región,
su Nación, su país, la Nación de los Estados Unidos, tiene una responsabilidad
ineludible e inexcusable para ayudar a ir dándole el lugar y la posición definitiva y final
a este marco de asimetrías que tanta inestabilidad han traído a la región.

Creo que su rol de primera potencial mundial es insoslayable. No se trata de un juicio


de valor, sino de un dato de la realidad. Creemos que el ejercicio responsable de ese
liderazgo en relación a la región, debe considerar necesariamente que las políticas que
se aplicaron no sólo provocaron miseria y pobreza, en síntesis la gran tragedia social,
sino que agregaron inestabilidad institucional regional que provocaron la caída de
gobiernos democráticamente elegidos en medio de violentas reacciones populares,
inestabilidad que aún transitan países hermanos.

Peor aún, no podemos ignorar datos estadísticos que dan cuenta de un creciente y
preocupante desapego por el sistema democrático de los habitantes de distintos lugares
de nuestra región como consecuencia de la falta de una digna calidad de vida.
Llegamos así y por esa vía a un rejuntado paradojal: en nombre de la democracia
tenemos menos democracia.

Los países con mayor desarrollo deben asociarse a las estrategias de crecimiento
sustentable de los países menos desarrollados en la inteligencia de que allí está su
conveniencia, ayudando a que el mundo sea más estable, seguro y pacífico.

Nuestro país considera a la democracia un valor universal que no constituye


patrimonio de ningún país o región, y nuestro Gobierno orienta sus esfuerzos a mejorar
su calidad, reforzando el Estado de derecho y asegurando la imparcialidad e
independencia de la Justicia, así como implementando los tratados internacionales en
materia de derechos humanos que forman parte de nuestra Constitución.
Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente.
Debemos hacer que el Estado ponga allí, donde el mercado fluye y abandona. Es el
Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un
trabajo permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del fortalecimiento
de la posibilidad del acceso a la educación, la salud y la vivienda, promoviendo el
progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno.

En el centro de la realidad política regional está el cambio y un lugar nodal en ese


cambio, lo ocupa la creación de trabajo decente. Y en este punto, es donde adquiere
especial relevancia el otro término inseparable de la ecuación, el rol de la inversión y
las empresas, rol que debe ser ejercido con responsabilidad social.

Es lógico que la rentabilidad sea el valor central de cualquier emprendedor, pero


también debe buscarse el equilibrio que contribuya a alimentar el círculo virtuoso de la
economía.

Sin enfrentar eficazmente la pobreza y la exclusión y dando trabajo, no habrá bienestar.


La falta de bienestar en nuestros pueblos, es la raíz de las mayores inestabilidades. La
gobernabilidad estará en riesgo si no creamos trabajo.

No lo proclamamos desde ninguna teoría, invitamos a ver los sufrimientos y los logros
que tuvo la Argentina, invitamos a ver la durísima experiencia que hemos tenido,
invitamos a tener en cuenta la paulatina recuperación de nuestra autoestima, el
fortalecimiento de nuestras instituciones y la tarea fundamental de crear trabajo
decente tras el norte de la equidad y la inclusión social.

Debemos lograr que la globalización opere para todos y no para unos pocos. Por eso
sostenemos que la integración económica regional y en la multilateralidad política se
encuentran las llaves de un porvenir donde el mundo sea un lugar más seguro.

Esperamos que estas jornadas de trabajo nos sirvan para representar mejor a nuestros
pueblos, que los presidentes tengamos todo el coraje que la hora y el tiempo indican,
que tengamos la fuerza y la fortaleza de plantear nuestra verdad relativa, que tengamos
también la capacidad de escuchar al otro y de buscar en la verdad relativa de uno y del
otro esa verdad que nos pueda sintetizar en la construcción de los nuevos tiempos que
deseamos. Pero hay que hablar claro, tenemos que decir lo que pensamos.

Nuestros pobres, nuestros excluidos, nuestros países, nuestras democracias, ya no


soportan más que sigamos hablando en voz baja; es fundamental hablar con mucho
respeto y en voz alta, para construir un sistema que nos vuelva a contener a todos en un
marco de igualdad y nos vuelva a devolver la esperanza y la posibilidad de construir
obviamente un mundo distinto y una región que esté a la altura de las circunstancias
que sé que los presidentes desean y quieren.

Así que, les agradezco profundamente vuestras presencias en esta Cumbre, les
agradezco profundamente la participación activa que tienen y, desde la
Argentina, con absoluta responsabilidad y humildad, hemos querido dejar en
claro cuál es la visión relativa que tenemos de la etapa y del tiempo que nos toca
vivir. Muchísimas gracias.
24 DE MARZO EN EL COLEGIO MILITAR (2006)
INTRODUCCIÓN -- Juan Pablo Marinelli

En el histórico colegio Militar del Palomar ubicado en Ciudad Jardín, Tres de


Febrero Provincia de Buenos Aires, Néstor exponía con suma claridad cuales habían
sido los cambios sociales que había traído consigo la dictadura cívico--militar de
1976. La oportunidad elegida no era otra que el significativo 24 de marzo, pero
además él de 2006; treinta años desde aquella terrible y horrenda noche que cubrió al
suelo del país de desaparecidos y asesinados. Pero eran épocas de cambio, y se había
convertido en ley, justo un año atrás, que el “Día Nacional de la Memoria por la
Verdad y la Justicia” pasaría a ser un día no laborable e inamovible. Según un
diputado kirchnerista, en la sesión que trataba la sanción se esa ley, “no hay
posibilidad de que ningún docente pueda ignorar el hecho”. Para remarcar, y pensar,
estas palabras que usó Néstor en aquella oportunidad: “se buscaba una sociedad
fraccionada, inmóvil, obediente, por eso trataron de quebrarla y vaciarla de todo
aquello que lo inquietaba, anulando su vitalidad y su dinámica y por eso prohibieron
desde la política hasta el arte. Sólo así podían imponer un proyecto político y
económico que reemplazara al proceso de industrialización sustitutivo de
importaciones por un nuevo modelo de valorización financiera y ajuste estructural con
disminución del rol del

Estado, endeudamiento extemo con fuga de capitales y, sobre todo, con un


disciplinamiento social que permitiera establecer un orden que el sistema democrático
no les garantizaba.”

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE


CONMEMORACIÓN DEL “DÍA NACIONAL DE LA MEMORIA POR LA
VERDAD Y LA JUSTICIA", CELEBRADO EN EL COLEGIO MILITAR DE LA
NACIÓN

Señor Vicepresidente de la Nación; señores integrantes de los poderes Ejecutivo,


Legislativo y Judicial; autoridades provinciales y municipales; señores miembros del
Cuerpo Diplomático; representantes gremiales; representantes de las organizaciones de
Derechos Humanos, especial Madres, Abuelas de Plaza de Mayo; personal militar de
las Fuerzas Armadas; autoridades de las mismas; señoras y señores: el 24 de marzo de
1976 y hasta el 10 de diciembre de 1983, se instaló en nuestra Patria un gobierno de
tacto a cargo de las Fuerzas Armadas que se atribuyó la suma del poder público, se
arrogó facultades extraordinarias y en el ejercicio de esos poderes ilegales e ilegítimos
aplicó un terrorismo de Estado que se manifestó en la práctica sistemática de graves
violaciones a los derechos humanos.

En el juicio a las Juntas la causa 13.984 caratulada “Jorge Rafael Videla y otros” quedó
suficientemente probado que a partir de ese día se instrumentó un plan sistemático de
imposición del terror y la eliminación física de miles de ciudadanos sometidos a
secuestros, torturas, detenciones clandestinas y toda clase de vejámenes. En este propio
Colegio Militar fueron secuestrados cadetes que luchaban por la vida y por la
democracia. Por eso nunca más el terrorismo de Estado, hasta acá llegó.

Hace pocos días el Honorable Congreso de la Nación dispuso por ley que esta fecha,
“Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”, figure entre los feriados
nacionales inamovibles. Debe ser ésta, entonces, una jornada de duelo y homenaje a las
víctimas y también para la reflexión crítica sobre la gran tragedia argentina que se abrió
un día como hoy de 1976 con el golpe militar que fue el camino y el instrumento del
terrorismo de Estado, la más cruenta de las experiencias antidemocráticas que nuestra
Patria haya padecido.

Venimos hablar en este día a los jefes de las Fuerzas, a los generales, almirantes y
brigadieres, a los oficiales superiores, a los oficiales jefes, a los jóvenes oficiales, a los
suboficiales, a los soldados voluntarios, al personal retirado y a los civiles que trabajan
en instituciones castrenses, le hablamos a las mujeres y a los hombres de la institución
militar, pero también hablamos para toda la sociedad, porque aquel golpe no se redujo
a un fenómeno protagonizado por las Fuerzas Armadas.

Los golpes de Estado padecidos por los argentinos han tenido en el siglo XX una larga,
luctuosa y difícil historia y nunca constituyeron sólo episodios protagonizados por
militares.

Sectores de la sociedad, de la prensa, de la iglesia, de la clase política argentina, ciertos


sectores de la ciudadanía tuvieron también su parte cada vez que se subvertía el-orden
constitucional. Lo digo porque no todos han reconocido todavía su responsabilidad en
los hechos. (APLAUSOS)

Cuando alguien abría la puerta de los cuarteles para ir hacia el poder y en contra de las
instituciones de la democracia, previamente habían concurrido otros a golpearlas;
poderosos intereses económicos cuya representación ha sido y es patéticamente
minoritaria trabajaron incansablemente para deteriorar las instituciones democráticas y
facilitar el atropello final a la Constitución.

Han contado también con el aporte de otros factores culturales, el aporte de distintas
concepciones del mundo de diversas ideologías, de los medios de comunicación y de
muchas instituciones que nunca toleraron el principio rector de la soberanía popular;
había algunos que hasta decían que el general Videla era un general democrático y que
era la transición que necesitábamos. (APLAUSOS) Esa soberanía popular que es base
irrenunciable de la institucionalidad republicana democrática.

Ese conglomerado económico cultural, social y político trató y lo logró por mucho
tiempo de convertir a las Fuerzas Armadas en el brazo instrumental y protagónico de
ese proyecto que afectó tanto a la estructura de la sociedad.

A partir del 24 de marzo de 1976, se aplicó un plan coordinado y sistemático de


exterminio y represión generalizados, con un costo humano minuciosamente
calculado, que sometió a miles de personas al secuestro, a la tortura y a la muerte y los
convirtió en “ausentes para siempre”, “ausentes para siempre”, como cínicamente
proclamó el mayor responsable de los crímenes.

Otros miles poblaron las cárceles sin causa o con procesos ilegales y muchos miles más
encontraron en el exilio la única forma de sobrevivir. Cientos de niños fueron
arrancados de los brazos de sus madres en cautiverio al nacer y privados de su
identidad y de su familia. No se trataba de excesos ni de actos individuales. Fue un plan
criminal, una acción institucional diseñada con anterioridad al 24 de marzo y ejecutada
desde el Estado mismo bajo los principios de la doctrina de la Seguridad Nacional.

La mayoría de las víctimas pertenecían a una generación de jóvenes, hijos de muchos


de ustedes, hermanos nuestros, con un enorme compromiso con la Patria y el pueblo,
con la independencia nacional y la justicia social, que luchaban con esperanza y hasta
la entrega de sus vidas por esos ideales. Pero más allá de estos miles y miles de
víctimas puntuales, fue la sociedad la principal destinataria del mensaje del terror
generalizado.

El poder dictatorial pretendía así que el pueblo todo se rindiera a su arbitrariedad y su


omnipotencia. Se buscaba una sociedad fraccionada, inmóvil, obediente, por eso
trataron de quebrarla y vaciarla de todo aquello que lo inquietaba, anulando su
vitalidad y su dinámica y por eso prohibieron desde la política hasta el arte.

Sólo así podían imponer un proyecto político y económico que reemplazara al proceso
de industrialización sustitutivo de importaciones por un nuevo modelo de valorización
financiera y ajuste estructural con disminución del rol del Estado, endeudamiento
externo con fuga de capitales y, sobre todo, con un disciplinamiento social que
permitiera establecer un orden que el sistema democrático no les garantizaba.

Para el logro de estos objetivos querían terminar para siempre con lo distinto, con lo
plural, con lo que era disfuncional a esas metas. Ese modelo económico y social que
tuvo un cerebro, que tuvo un nombre y que los argentinos nunca deberemos borrar de
nuestra memoria y que espero que también la memoria, justicia y verdad llegue, se
llama José Alfredo Martínez de Hoz. (APLAUSOS)

Lamentablemente, este modelo económico y social no terminó con la dictadura; se


derramó hasta fines de los años 90, generando la situación social más aguda que
recuerde la historia argentina. (APLAUSOS)

Víctima de ese modelo fue el pueblo, que sufrió empobrecimiento y exclusión, de las
que todavía hoy afrontamos las terribles consecuencias. Lamentablemente, los
verdaderos dueños de ese modelo no han sufrido castigo alguno.

En los momentos terribles de la noche dictatorial, fueron mujeres y hombres, pero


sobre todo mujeres, mujeres, las que se organizaron para enfrentar a la barbarie,
Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. (APLAUSOS)
Esta casa y esta institución del pueblo las recibe con los brazos y el corazón abiertos,
reconociéndoles su tremendo valor. Ese puñado de mujeres sin más poder que su dolor,
su amor y su coraje, enseñaron el camino de la lucha para reconstituir un orden
democrático y por conseguir una cuota de justicia y de verdad. Ellas fueron un
maravilloso ejemplo de la resistencia frente a la barbarie que trató de suplir la
lamentable defección de muchos otros.

Todos hemos aprendido de aquel error. Ese proyecto criminal ha sido derrotado en la
conciencia política argentina. Nuestra sociedad, en la que casi la totalidad de los
sectores políticos, sociales, culturales y económicos rechaza ese pasado, lo juzga
críticamente y es por su lucha que los impedimentos jurídicos para el juzgamientos de
crímenes contra la humanidad, están derogados y la Justicia desarrolla su tarea con
total y absoluta independencia.

La dictadura militar fue una gran tragedia para el país; su ejecución, repito, no fue
solamente una responsabilidad castrense; también los sectores dominantes de la vida
económica y cultural contribuyeron a construir esa Argentina sometida a una estrecha,
mezquina y explotadora concepción del mundo.

La gravedad de lo ocurrido, su saldo luctuoso y desgarrador, las monstruosas y


aberrantes conductas en que incurrieron las Fuerzas Armadas, las consecuencias de la
concentración económica, el desempleo, el aumento de la pobreza, la destrucción de la
economía local y la exclusión que se derivaron del modelo implementado, hacen
imperativa la reflexión sobre ese período.

Porque el pueblo que no piensa su pasado y que no lo elabora, corre el grave riesgo de
repetirlo; pero más importante aún que recordar, es entender, aunque para entender es
indispensable también recordar. Ese proceso de recordar, esa reconstrucción de la
memoria, es un valioso mecanismo de resistencia.

Obviamente, es también un ámbito de conflicto entre quienes mantienen el recuerdo de


los crímenes de Estado y quienes quizás, algunos todavía con buena intención pero
otros buscando su propia impunidad, proponen dar por cancelado ese período y pasar a
otra etapa argumentando que la clausura de la memoria, facilita la reconciliación.

Muy por el contrario, creemos que la memoria no es sólo una fuente de la historia, sino
que es fundamentalmente un indispensable impulso moral y, además, es un deber y una
necesidad ética y política de la sociedad.

Afortunadamente, hoy tenemos una amplia y diversa producción cultural que, con
formato de ensayo, libro, testimonio, obras de ficción, teatro y cine argumental y
documental, expone y discute nuestro pasado inmediato.

Esas elaboraciones, esas discusiones son muy fecundas porque son plurales. Cuando
buscan la verdad y como lógica consecuencia la obtención de justicia, cuando no
persiguen el odio ni la revancha, pueden aportar el conocimiento del pasado. En ellas la
Argentina vive y transfiere su dinámica y su voluntad de persistencia y transformación
a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos.

Como Presidente de la República no pretendo construir una verdad definitiva, que es


patrimonio de todas las generaciones. Sólo aporto, como lo he dicho muchas veces, mi
verdad relativa.

Pero sí, debo trabajar duramente para contribuir a asegurar principios básicos de la
convivencia. A los argentinos se nos ha hecho carne, después de mucho dolor, la
necesidad del respeto a la vida y a la dignidad de la persona humana y de la vigencia
efectiva de los derechos humanos que están constitucionalmente consagrados.

Nuestro íntimo convencimiento es que no puede haber convivencia en paz y


reconciliación mientras queden resquicios de impunidad. Siempre hemos pensado que
sólo con verdad y con justicia, conformaremos una sociedad que se desarrolle en paz.
Nunca hemos creído que eludiendo el veredicto y forzando el olvido, calmaremos la
sed de justicia que exhibe el alma misma de nuestra comunidad. Sólo castigando a los
culpables se liberará de culpa a los inocentes. (APLAUSOS)

Me han escuchado reclamar públicamente en otros tiempos, que no había punto final
sin verdad; han oído también de mi boca, allí cuando otros lo apañaban, que no era
posible invocar a modo de disculpa legal el cumplimiento de órdenes manifiestamente
ilegales. Igual que en esos casos siempre hemos cuestionado que la facultad de indultar
haya servido para condonar o aliviar las condenas judiciales impuestas o para impedir
el juzgamiento de los responsables del mayor genocidio que nuestra historia recuerda.

Lo dijimos cuando se dictaron en la Plaza, lo reiteramos hoy: ni el punto final ni la


obediencia debida ni los indultos fueron los caminos adecuados para alcanzar la verdad
e imponer la justicia. Sólo han sido enormes heridas y frustraciones cuidadosamente
envueltas en las formas pero carentes de contenido ético.

En todos los casos, lejos de calmar la vocación ciudadana de justicia, se incrementó día
a día, mes a mes, año a año el reclamo de las víctimas, de sus deudos y de la sociedad
argentina.

Sigo anhelando que la verdad y la justicia predominen, pero aspiro lograrlo respetando
el marco institucional que la República impone. Hemos acompañado la anulación de
las leyes de punto final y obediencia debida (APLAUSOS) en la certeza de que ése era
el camino constitucionalmente adecuado para desandar el sendero de la impunidad al
que nos condujeron y al que nos quisieron dejar atrapados.

En pos de la verdad y la justicia, tal vez sea la hora de desarticular la red de impunidad
tejida a través de aquellos indultos. Algunos tribunales han declarado ya en casos
concretos su inconstitucionalidad, pero esta vez, también respetando el marco
institucional que la República impone, debe seguir siendo la Justicia quien deba dejar
con claridad la inconstitucionalidad de dichas normas que, a mi juicio, chocan
frontalmente con la ética republicana que recomienda que ante el crimen busquemos la
verdad y anhelemos la justicia. (APLAUSOS)

No es posible reestablecer la calidad institucional y la marcha hacia la verdad buscando


el atajo de lo inconstitucional. Nadie puede pedir que un decreto derogue a otro a través
del cual se indultó. Aquellos indultos trasgredieron, a mi juicio y a mi verdad relativa,
la ley fundamental de la Patria.

Espero, como se reclama permanentemente, que prontamente la Justicia determine la


validez de esa constitucionalidad o lo que yo pienso a mi juicio, la inconstitucionalidad
de los mismos. (APLAUSOS)

Nos quieren y me quieren, sectores de la extrema derecha y algunos otros, hacer caer
en una trampa, que no podemos dejar que nos lleven a ella por las democracias, sus
instituciones, la verdad y la justicia.

Quiero que mi decisión de seguir buscando la verdad y la justicia siga siendo tan firme
como mi respeto a las normas constitucionales y a las instituciones de la República en
la que la certeza de que todo está indisolublemente unido.

Queremos poner fin a los códigos del silencio que subordinan todo el ocultamiento de
la verdad. Descorriendo este velo sabemos que contribuimos a evitar que los verdugos
se mezclen con los ¡nocentes y se oculten detrás de las instituciones.

Con verdad, con memoria y con justicia, con castigo a los culpables, poniendo las
cosas en su justo lugar, echaremos las simientes para construir un país más justo.

Debo hoy también decir acá que en este edificio y todo establecimiento militar debe ser
para siempre solamente la casa del general San Martín y sus hermanos en la lucha por
la independencia: el general Belgrano y el almirante Brown. (APLAUSOS)

Debe ser la casa de San Martín, el gran libertador, que combatió en San Lorenzo, cruzó
Los Andes, luchó, libertó Chile y Perú y se abrazó en el combate independiente con
grandes americanos como O’Higgins y el gran Simón Bolívar.

Debe ser la casa de aquel San Martín que nunca desenvainó su espada en el campo
siniestro de las guerras civiles.

Debe ser la casa del ciudadano general Manuel Belgrano, el hombre que marchó a su
destino del general improvisado y nos legó la bandera que nos unifica distintivamente
como nación.

Debe ser también la casa de Guillermo Brown, ayer y hoy nuestro primer almirante, el
inmigrante que fundó nuestra flota y combatió con denuedo y sencillez. (APLAUSOS)
Y debe ser la casa y la Argentina de los principios de ese ilustre ciudadano y gran
político y pensador argentino que se llamó Mariano Moreno. (APLAUSOS)

La soberbia, el militarismo y la distancia con el pueblo, nunca estuvieron en las


convicciones de las conductas de estos grandes hombres. Hemos aprendido nosotros y
hoy aprenden nuestros hijos y nuestros nietos en las escuelas de la Nación, el recorrido
de sus vidas y sus proyectos ejemplares. En sus ejemplos y en el de tantos otros
próceres y ciudadanos anónimos deben inspirarse los militares argentinos y todos los
ciudadanos de la Patria.

Queremos sentirnos orgullosos de que todos los uniformes de los soldados de la Patria
sean respetados en su prestigio y vistos con alegría y no con temor, como ese temor que
tuvimos hace treinta años, queridos hermanos de las Fuerzas Armadas, que veíamos un
uniforme y creíamos que se nos terminaba la vida.

No sólo aquellos que éramos militantes de mucho tiempo, militantes de nuestras


convicciones, sino con el tiempo una ciudadanía asustada y aterrorizada. Yo sé que
todos los cuadros de hoy tienen una gran tarea cívica, una gran tarea junto a los
ciudadanos de la Patria a construir no la adhesión a algún partido político o a alguna
fuerza determinada.

Acá, desde el Colegio Militar de la Nación, quiero llamar a la conducción de


ciudadanía, queremos sentirnos ciudadanos y para sentirnos ciudadanos, respeto a los
derechos humanos, justicia, equidad, inclusión social e igualdad de oportunidades para
todos los argentinos, con certeza indiscutible para que todos los sables sanmartinianos
protejan al ciudadano y que el juramento constitucional siempre sea honrado.
(APLAUSOS)

Miremos el pasado en nuestras guerras civiles y sin que la mía pretenda ser una
interpretación única de la historia, quiero que reflexionemos sobre el enorme espacio
de espanto que crímenes sin sentido abrieron en nuestra historia. La inmolación de
Manuel Dorrego en el siglo XIX y de Juan José Valle en el siglo XX, constituyen las
marcas iniciáticas de una tragedia que nos ha azotado hasta el presente.

Creo interpretar a mis compatriotas al estimar con optimismo el futuro, con esa
convicción que proclamamos: nunca más al golpe y al terrorismo de Estado, por
siempre respeto a la Constitución Nacional, verdad, memoria, justicia y, obviamente,
ni odios ni venganzas.

Solos aquellos que no tienen la verdad, solos aquellos que no creen en la democracia;
solo la actitud de aquellos que desprecian la diversidad, la pluralidad y el consenso y el
derecho a pensar distintos, pueden aspirar a tener esas nostalgias que duelen y
espantan.

Queridos jefes de nuestras Fuerzas Armadas, queridos hermanos: cuando escucho a


algunos defender los aberrantes e innobles crímenes y acciones del 76 y levantar el
golpe del 76, yo creo que no hay pasión humana que puede llevar a defender tanto
terror. No hay ideas diferentes que se pueden dar -y que se dan en toda democracia- que
puedan hacer creer que se puede construir un país en base al dolor, a la desaparición y a
la ausencia, como dijo ese general casi innombrable.
Quiero terminar así: cuando la prensa del mundo le preguntaba “Y los desaparecidos,
¿quiénes son?”. Y dio una definición de desaparecidos que a cada uno en el lugar que
estábamos nos espantó: “No están, no existen, no hay desaparecidos".

Señor Videla, porque no merece que lo llame general, hay treinta mil argentinos que
fueron desaparecidos de distintas ideas y hay cuarenta millones de argentinos que
fuimos agredidos y ofendidos por su pensamiento fundamentalista y mesiánico. Espero
que la justicia proceda y a fondo.

Yo estoy seguro que esa verdad y esa justicia debe ser acelerada y encontrada y este 24
de marzo y todos los 24 de marzo deben servir en el marco de la construcción de la
verdadera memoria. Es una fecha que debe ser fuertemente consolidada y no tratar de
adueñarse nadie de ella, basados a veces en especulaciones políticas de corto lucro.

Porque queridos hermanos y hermanas, la verdadera vanguardia de la lucha contra la


dictadura fueron las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo.

Muchísimas gracias. (APLAUSOS)


“Esa juventud que tiene que ser el punto de inflexión de
la construcción del nuevo tiempo” (2008)
INTRODUCCIÓN -- Rocío Bilbao

15 de julio de 2008. Habían pasado ya más de cuatros meses desde que el Poder
Ejecutivo Nacional anunciara el proyecto de retenciones móviles. Con ello, se había
despertado la reacción furibunda de las patronales agropecuarias, fogoneada y
patrocinada desde los poderes mediáticos. En esos meses de conflicto, asistimos a una
sucesión de embestidas que incluyeron, entre otras escenas, al desabastecimiento, la
quema de alimentos, su putrefacción a la vera de las rutas bloqueadas, la leche
derramada...

Ese día faltaban todavía cuarenta y ocho horas para que aquel que fuera instituido
como Vicepresidente de la República, traicionara el voto popular que lo había llevado
hasta allí y se transformara en un fugaz líder de la oposición. La --ahora-- tristemente
frase del “no positivo’’ sellaría así un nuevo capítulo más en la histórica lucha entre
los poderes concentrados y los proyectos populares. Y mientras el lock out se extendía
en los campos y estancias, en distintas ciudades, y sobre todo en los paquetes barrios
porteños, se escuchaba el eco de las cacerolas de los sectores de mayor poder
adquisitivo y algunas capas de la clase media.

El conflicto se presentaba desde el monopolio mediático como la pelea entre los


productores agropecuarios agobiados por una nueva carga impositiva y un gobierno
voraz que pretendía acentuar la intervención estatal a través de políticas
confiscatorias, a costillas de los trabajadores del campo. Y ciertamente ese discurso
había calado hondo en ciertos sectores de la población que, incluso a instancia de sus
propios intereses, tomaban como propios los reclamos de la tradicional oligarquía
terrateniente. La mesa de enlace, el ámbito que reunía a las principales agrupaciones
agropecuarias, cuyo origen e intereses otrora fueran antagónicos (la Sociedad Rural
Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y
Coninagro -- Confederación Intercooperativa Agropecuaria) se tranformaba en el
interlocutor principal contra la iniciativa del gobierno.

Pero en las calles, la organización popular también concetraba contra la embestida


reaccionaria. Grandes movilizaciones se produjeron durante los meses de abril y
mayo de ese año. Ese 15 de julio, en un masivo acto en la Plaza de los Dos Congresos,
la militancia se reunía para manifestar nuevamente su incondicional apoyo a Cristina
y al proyecto de las retenciones que pretendía dar un paso más en la redistribución del
ingreso.

Ese día Néstor pronunció un discurso memorable, en el que instó a todos: a los
trabajadores, a la clase media, a los intelectuales y a los empresarios a ser solidarios
y defender los intereses de la Patria. Pero también, Néstor le habló a los jóvenes y
pronunció un párrafo histórico, que se transformaría luego en mandato y bandera
para toda una generación:

"hoy ustedes hermanos de la juventud, militen donde militen, tienen la posibilidad de


hacer el cambio en paz y en democracia que nosotros como generación no tuvimos.
Por eso participen, por eso opinen, por eso sean transgresores, por eso ganen las
calles, por eso recorran las universidades, recorran los talleres, los trabajos, esa
juventud que tiene que ser el punto de inflexión de la construcción del nuevo tiempo”

En ese contexto en donde afloraron el resentimiento y el odio de aquellos poderes


tácticos que históricamente se enfrentaron a los proyectos nacionales y populares,
Néstor esto decía:

Palabras de Néstor Klrchner en la Plaza de los Dos


Congresos. 15 de julio de 2008.
Queridos compañeros, les pido que bajemos un poco los carteles para vernos la cara,
los ojos, los sentimientos, para sentir el palpitar de nuestro corazón.

En primer lugar quiero traer el saludo, el abrazo fraterno y la lealtad permanente de


nuestra compañera Presidenta Cristina.

Me están cayendo como nunca lágrimas de los ojos porque ver esta asamblea popular
fortalece la esperanza de cambio, fortalece la posibilidad de estar en un punto de
inflexión para construir un nuevo país, el país que nos contenga a todos los argentinos.

Todavía recuerdo aquel 25 de mayo del 2003 cuando nos dejaron la Argentina
prendida fuego, y tuvimos que poner el pecho para levantar la Patria, con coraje, con
fuerza y con amor.

Todavía recuerdo los rostros de millones de argentinos que clamaban por un trabajo,
por reconstruir su hogar, por poder vivir. Reconozco el permanente acompañamiento
del pueblo argentino, pero ustedes saben que hemos sido leales, que nos hemos jugado
siempre y que estuvimos al frente de todas las batallas de la recuperación argentina.

Me paro ante ustedes y ante todos los hermanos que nos están mirando por los distintos
medios y les digo que apenas empezamos nuestro gobierno, allá en el 2003,
terminamos con la Corte Suprema vergonzosa que tenía la Patria para garantizar la
justicia independiente.

Renegociamos la deuda externa privada y, por primera vez en la historia, la Argentina


obtuvo una quita del 70 por ciento de esa deuda, ahorró 70 mil millones de dólares que
no salieron de los bolsillos de los argentinos.

Ustedes recuerdan que la noticia de todos los medios era cuando llegaba a la Argentina
la comisión del Fondo Monetario Internacional. Junto con la dignidad de este pueblo le
pagamos al Fondo y le dijimos chau, los argentinos vamos a gobernar nuestro destino.

También dijimos permanentemente que queríamos memoria, que queríamos justicia y


que no queríamos impunidad. Y junto al pueblo argentino y todas las fuerzas
nacionales y populares terminamos con la impunidad en la Argentina, terminamos con
30 años de impunidad y definitivamente se terminaron las leyes de Indulto, Punto Final
y Obediencia Debida como correspondía.

Cuando esas leyes quedaron en el pasado, sufrimos un ataque violentísimo de los


sectores concentrados de la economía y que miran con la nuca al pueblo. Nosotros no
queremos tener un pie en cada vereda, queremos tener los dos pies en la Argentina, esto
es central y fundamental.

También empezamos a construir hospitales, más de 300 mil viviendas, superávit fiscal
primario, comercial, entramos con toda nuestra fuerza en la construcción d la patria
grande y latinoamericana. Y también con mucha fuerza dijimos tenemos que crear
empleo, y generamos cuatro millones de trabajos, cuatro millones de empleos en
tiempo record en la Argentina.

Bajamos la desocupación al 7.5, 8 por ciento; bajamos la indigencia al 7 por ciento;


bajamos la pobreza del 60 al 20 por ciento. Son números concretos y reales que nuestra
patria tiene de esta gran batalla que hemos dado permanentemente.

Entramos a construir un país federal sin distinción de banderías, ayudamos a todas las
provincias argentinas, y junto con los gobernadores e intendentes fuimos construyendo
la patria diferente, trabajando solidariamente, sin importantes a qué partido
pertenecían. Trabajando con los trabajadores, con la Confederación General del
Trabajo, y con la Central de Trabajadores Argentinos, juntos todos, más allá de
cualquier diferencia, pensando en la patria, en la unidad, en el trabajo, en la equidad, en
la justicia y en la inclusión social.

También logramos 1.600.000 nuevas jubilaciones para aquellos que quedaron en la


década neoliberal del '90 fuera de sus trabajos, y hubo un 1.600.000 argentinos que se
pudieron jubilar porque el Gobierno, junto con todos los argentinos generó la
administración necesaria para lograr esa reivindicación histórica.

Recuperamos empresas vitales como Yacimientos Carboníferos Fiscales que estaba


fundida y quebrada, las minas de cabrón que volvieron a manos del pueblo, como el
Correo Argentino, como la Central de Comunicaciones, como Aguas Argentinas y
como ahora está trabajando fuertemente Cristina para que Aerolíneas Argentinas
vuelva a servir al pueblo como corresponde y se termine la ignominia que estamos
sufriendo.

Trabajamos par a par con todos los productores, y refundamos la industria nacional con
un crecimiento industrial que no veía en décadas la Argentina. Fuimos a trabajar y a
desendeudar a los productores argentinos, a quienes abrazamos, porque los
productores no son nuestros enemigos. Nosotros con los que tenemos que estar atentos
y tener cuidado es con aquellos pools que especulan con la riqueza argentina y que
quieren enriquecerse a costa de todo el pueblo argentino.

Nuestros productores crecieron como nunca, se desendeudaron. Por eso yo les


pido que tengan la gratitud no con un Gobierno sino con la patria de aplicar toda
la solidaridad que se pueda para que en esta Argentina la distribución del ingreso
y la pobreza desaparezcan definitivamente. Solidaridad, convivencia son
elementos fundamentales para construir un país. Un país que lo soñamos, que
Cristina lo sueña, con una clase media, como está ahora haciéndolo, junto a los
trabajadores, junto a los empresarios, junto a los intelectuales, junto a los
estudiantes, junto a todos los argentinos que quieren construir este nuevo país.

Y decirles a los jóvenes argentinos, hoy ustedes hermanos de la juventud, militen


donde militen, tienen la posibilidad de hacer el cambio en paz y en democracia que
nosotros como generación no tuvimos. Por eso participen, por eso opinen, por eso sean
transgresores, por eso ganen las calles, por eso recorran las universidades, recorran los
talleres, los trabajos, esa juventud que tiene que ser el punto de inflexión de la
construcción del nuevo tiempo.

Esta Argentina que tuvo héroes como Mariano Moreno, José de San Martín, Manuel
Belgrano, Hipólito Yrigoyen, Juan Perón, el corazón vivo de la transformación, Eva
Perón, Evita. Y aquellos pañuelos blancos que fueron la conciencia viva de la justicia,
nuestras Abuelas de Plaza de Mayo, que siempre las recordamos con fuerza y amor.

Hemos trabajado intensamente por construir una Argentina diferente. Yo desde acá les
quiero agradecer y les pido que como me ayudaron a mí, la ayuden a Cristina que es
una mujer con coraje dispuesta a transformar la Patria.

O ustedes creen que si Cristina hubiera querido quedar bien con ciertos sectores
no lo hubiera hecho como lo hicieron tantos dirigentes dándose un abrazo en la
oscuridad, fuera del aire libre, tratando de arreglar este conflicto de cualquier
manera. Cristina dijo no, no vine a dejar las convicciones en mi casa, las voy a
llevar hasta el final, vine a luchar por una Patria justa, vine a luchar por la
equidad, por la inclusión social, para que se consolide el nuevo modelo, por el
nuevo tiempo, por la nueva historia.

Para algunos, lo que tenía que hacer la Presidenta, y era un acto de racionalismo, era
tratar de acordar de cualquier forma. Ese es el racionalismo claudicante y temeroso.
Cristina tiene el racionalismo de la inclusión, de la equidad, de la justicia y por eso está
al lado del pueblo y al frente de la lucha de la distribución del ingreso.

Todavía nos falta mucho. Generamos mucho trabajo, pero tenemos que recuperar la
calidad del trabajo; logramos la financiación para el sistema educativo con el 6 por
ciento del Producto Bruto Interno, pero falta una educación de calidad y que llegue a
todos los argentinos; logramos jubilar muchísimos compañeros y mejorar los sueldos,
pero tenemos que seguir mejorando los sueldos de nuestros jubilados para que
recuperen todo el tiempo perdido. Logramos el financiamiento de nuestras
universidades, pero tenemos que hacer universidades que consoliden cuadros al
servicio del crecimiento del país y de la transformación que el país está llevando
adelante.

¿Qué les quiero decir con esto? Que faltan asignaturas pendientes, estamos
conduciendo y tenemos la iniciativa política en el Estado, pero tenemos que mejorar el
Estado, tenemos que mejorar las neuronas del Estado, tenemos que hacer un Estado
eficiente, cristalino y al servicio del pueblo donde todo el pueblo se sienta
representado. Tenemos en claro cuáles son las asignaturas pendientes.

Cuando venimos a una plaza como esta, venimos a decir lo que hicimos, venimos a
criticarnos lo que hicimos mal y venimos a decir lo que nos falta hacer, porque lo
importante es tener los oídos bien abiertos y el corazón despierto para que el pueblo
siga en el proceso evolutivo hacia un mejor mañana.

En estos tiempos, en estos días, dijo la Presidenta que era fundamental, y escuchen
bien, que era fundamental, repito, que a la mesa de los argentinos los alimentos lleguen
a precios nacionales y no internacionales y puso las retenciones. Y aquellos que ahora
tienen que ser solidarios, no todos, pero aquellos de la concentración económica
saltaron rápidamente porque no quieren compartir ningún esfuerzo con el resto de los
argentinos. Entonces hay un Estado que tiene que poner equilibrio y las retenciones
permiten que ustedes puedan comer a costos nacionales.

Hay un dirigente de ellos que lo dijo, casi en una actitud de caradurismo


increíble. Dijo que paguemos el lomo 80 pesos como los uruguayos. ¡Qué poco le
importan los argentinos!

Hablan de democracia y cortan las rutas; hablan de democracia y desabastecen a los


argentinos; hablan de democracia y nos queman los campos; hablan de democracia, y
escuchen bien, por favor esto, como las peores etapas del ’55 y del 76, salen como
comandos civiles o grupos de tarea a agredir a aquellos que no piensan como ellos en
forma vergonzosa.

La Presidenta me pidió que sigamos poniendo la otra mejilla, que por la Patria vale
todo, que unidos y solidarios vamos a lograr los objetivos que nosotros tenemos que
llevar adelante en la construcción de la Argentina que todos estamos soñando. Pero
también tenemos que tener en cuenta que el mundo vive un problema central con el
precio de los comodities, el petróleo, o sea, el de los alimentos.

Todos sabemos por qué suben los precios del petróleo, porque las transnacionales han
perdido reservas y entonces para mantener el valor de las acciones suben su precio y
nosotros tenemos que cuidar acá el bolsillo de todos los argentinos que es la tarea que
todos nosotros tenemos que llevar adelante con todas nuestras fuerzas.

Por eso también la Presidenta me pidió que les diga más institucionalidad, más
democracia y me dijo que me juramenta ante ustedes que nosotros respetamos la
decisión del Congreso Nacional sea cual fuera, no venimos a apretar a nadie ni
venimos a especular.

Todos sabemos que hemos sido sometidos a agresiones diferentes; todos sabemos que
nos intentaron confundir, pero todos sabemos que la historia muestra que el pueblo
jamás se confunde. Nosotros también dejamos en claro eso porque entendemos y
somos la generación que sufrimos terriblemente la falta de democracia cuando se
resolvía en otro lugar, que no era en el Congreso, que no era en el Poder Judicial o que
no era en el Poder Ejecutivo donde se resolvía en las sombras y en las sombras se
condenaron a muerte a 30 mil compañeros desaparecidos que nosotros tenemos todos
los argentinos, 30 mil amigos, 30 mil argentinos de distintas ideas.

Sabemos, si ustedes me permiten queridos compañeros y queridos amigos, es


importante que en esta plaza histórica, una de las plazas más grandes de la historia
argentina que llega hasta la 9 de Julio, que se han llenado las distintas calles colaterales
y que el pueblo se ha convocado a esta asamblea popular, que nosotros recordemos el 2
de abril de 1976 como otro de los días nefasto de la historia cuando el jefe de la banda
de desenlace o de la junta de desenlace o de la junta de enlace, como le dicen, Martínez
de Hoz, iniciaba el remate de la República Argentina.

Por eso, con la firmeza en las convicciones, con la firmeza en las ideas... muchos de
ellos ni siquiera cambiaron los collares, son los mismos. Por eso tenemos que tenerlo
absolutamente presente y por eso nuestra clase media, que fue lamentablemente
instrumentada muchas veces, tiene que darse cuenta que nunca van a encontrar
la solidaridad de los sectores de la oligarquía argentina; sí van a encontrar la
solidaridad de los trabajadores, de los intelectuales, de los estudiantes, de toda la
patria. Por eso la clase media argentina se encuentra acá.

Yo hoy les puedo asegurar que vine a esta plaza a convocar a los argentinos desde el
campo nacional y popular... y aquellos, fíjense ustedes, que cuando digo
permanentemente que acá quisieron destituir al gobierno nacional y popular, lo digo
con la fuerza de la realidad. Hoy están mostrando a todos los que actuaban en la
oscuridad, dónde están, cómo se movían. Hoy empezaron a verse en los diarios,
abrazados unos con otros. Ellos eran los que estaban y los que quieren desestabilizar la
Patria.

Ahí están los que quieren enlodar las banderas de Perón y Evita claudicando con
esa oligarquía que persiguió hasta el cadáver de Eva Perón; ahí están los que
claudicando y enlodando o queriendo enlodar la memoria de Perón y Evita se
abrazan junto a Rojas y a todos aquellos que históricamente estuvieron contra los
intereses nacionales y populares. Ahí están, ahí los vieron. También pasó en las
dictaduras y en la noche liberal.

Por eso, nosotros sigamos fuerte con las banderas y el espacio nacional y popular en la
alianza policlasista, en la convergencia de todos los sectores de la sociedad.

Y para ir terminando, queridos compañeros, que de esta plaza no salga un solo gesto de
rencor, sino un gesto de dignidad, venimos a defender nuestras ideas en paz, en
convivencia, en pluralidad; que no salga un gesto de odio, sino que pongamos la otra
mejilla; que no salga un gesto de intolerancia, sino la tolerancia que necesita la patria y
todos los argentinos.

Por favor, a todos los que están mirando, nosotros aceptamos la resolución del
Congreso Nacional sea cuál sea porque queremos más institución, más democracia y
porque es la única forma en que pueden convivir los pueblos civilizados que buscan la
justicia y la equidad. Esperemos que todos hagan lo mismo.

Basta al corte de rutas, basta a los comandos civiles, basta al grupo de tareas, basta a
todos estos esquemas de enfrentamiento, a estos esquemas de cobardía que el pueblo
no necesita más. Abramos los brazos, abramos las avenidas de la Patria, abramos la
convivencia, abramos la pluralidad.

¡Viva la patria, viva la Argentina, viva los trabajadores, viva los estudiantes, viva la
juventud, viva nuestros intelectuales, viva nuestras

Madres y Abuelas, viva el general Perón y Eva Perón, viva la patria! Fuerza, dignidad,
alegría, convivencia, con los brazos abiertos, con el corazón nuestro junto.

Los abrazo fuertemente y les digo y les juro, por Cristina, que me lo dijo y que se
los trasmita y que lo digo con lágrimas en los ojos, adelante con ustedes, no somos
los que dicen anímense y vayan, vamos adelante como corresponde.

Muchas gracias, compañeros.


DISCURSOS CFK

“Los piquetes de la abundancia” (2008)


INTRODUCCIÓN -- Rocío Bilbao

El conflicto suscitado a raíz de la presentación del proyecto de retenciones móviles


propuesto por el gobierno de Cristina en marzo de 2008 es, tal vez, uno de los
principales clivajes en el camino iniciado por nuestro Proyecto Nacional y Popular
desde la asunción de Néstor en 2003. “La 125”, nombre tomado por el número de
Resolución del Ministerio de Economía por la cual se promovía la medida, y con el que
pasaría a la historia, implicó un parte--aguas para toda la sociedad y desnudó el
--siempre presente-- poder de los grupos oligárquicos concentrados.

El proyecto consistía en la aplicación de un esquema de retenciones móviles de


acuerdo a los cambiantes valores de la soja en el mercado internacional, que
implicaba que en momentos de suba del precio internacional se garantizase un ingreso
importante en el país, mientras que si este se desplomaba disminuía la carga para los
productores. Asimismo, también intentaba estimular la producción de otros cultivos
estratégicos como el trigo y el maíz que, ante el alza del precio de la soja en el plano
internacional, habían quedado relegados.

La reacción de los principales exportadores fue inmediata y la sucesión de hechos por


demás conocida: al día siguiente del anuncio, el 12 de marzo, los dirigentes de las
principales entidades empresariales del campo declararon el lock out patronal que
implicó, en la práctica, 129 días de cortes de rutas en distintos lugares del país y el
desabastecimiento, la renuncia del entonces Ministro de Economía, Martín Lousteau,
el envío al Parlamento del proyecto de ley de retenciones móviles, su aprobación en la
Cámara de Diputados y el posterior empate alcanzado en la Cámara de Senadores el
cual fuera dirimido por el voto en contra del vicepresidente Julio Cobos. Como
consecuencia, el proyecto fue finalmente derogado el 18 de julio.

Fueron cuatro meses de conflicto, que implicaron uno de los mayores intentos de
desestabilización democrática vividos durante los dos períodos presidenciales de
Cristina, propiciado por los sectores económicos concentrados en alianza con el
monopolio mediático. Fueron días en los que al lock out patronal se lo denominaba
huelga, donde se titulaba diariamente sobre la falta de disposición al diálogo del
Ejecutivo y la amenaza a la paz social, días en que un esquema progresivo de
tributación se lo caracterizó como confiscación. Así, por ejemplo, el 14 de marzo de
2008, el diario La Nación editorializaba:

“Como hemos señalado en distintas oportunidades, el intervencionismo estatal y el


afán oficial por predeterminar cuánto debe ganar o dejar de ganar un productor es el
mejor camino para desalentar las inversiones que la Argentina tanto necesita y de las
cuales el sector rural ha dado muestras sobradas” La Nación, 14/03/08.

Quedaba a las claras que no se trataba de la oposición hacia una medida en


particular, sino a un proyecto político. La marcha atrás en la 125 llevó a los agoreros
de siempre a anticiparse y a vaticinar de una derrota profunda del kirchnerismo.
Como siempre, el gobierno Nacional y Popular demostró que no hay otro camino que
la profundización del Proyecto. Así, 3 días después de la derogación de la medida, 21
de julio, Cristina anunciaba la reestatización de Aerolíneas Argentinas.

Pero antes que todo ello sucediera, durante los primeros días de la medida de fuerza
de los ruralistas, Cristina pronunciaba este discurso--.

Palabras de Cristina Fernández de Kirchner sobre el


lock-out patronal de empresarios agropecuarios.
25 de marzo de 2008. Casa Rosada.
Recién escuchaba muy atentamente las palabras del señor presidente de AySA, nuestra
empresa de aguas, que atiende a la provincia de Buenos Aires, por lo menos a gran
parte del conurbano bonaerense, y a la Capital Federal, y escuchaba hablar de
transformación, de lo que significa una política inédita en materia de saneamiento
durante las últimas décadas.

Pero yo quiero permitirme, en esta tarde, de noy, hablar de la proíunaa transformación


que ha tenido nuestro país.

Las imágenes que me tocó ver este fin de semana largo, aquí en la República
Argentina, casualmente en Semana Santa, siempre Semana Santa ha sido emblemática
para los argentinos, y como si fuera una señal pegada, en esta oportunidad, a la
memoria de una de las peores tragedias que tiene la historia Argentina, y que fue la del
24 de marzo de 1976. Son señales tal vez que se toma la historia, la casualidad, pero lo
cierto es que en estos cinco días, el último día fue 24 de marzo.

Creo que en lo que nosotros pudimos ver, en estos días, hemos visto la transformación
tan importante, que ha tenido la Argentina, desde el año 2003, a la fecha. Recuerdo esa
Argentina de los años 2003, 2002, 2001, miles de argentinos en piquetes, cortando
calles, rutas porque les faltaba trabajo, porque hacía años que habían perdido su trabajo
o, tal vez, en el 2001, porque se habían apropiado de los depósitos de pequeños
ahorristas de la clase media, Eran los piquetes, como digo yo, de la miseria y la tragedia
de los argentinos. Este último fin de semana largo nos tocó ver la contracara, lo que yo
denominó los piquetes de la abundancia, los piquetes de los sectores de mayor
rentabilidad.

La Argentina ha cambiado muchísimo, se ha transformado de aquella tragedia a esto


que parece casi un paso de comedia, porque si bien la historia ha cambiado y algunos
sectores que parece ser que insisten con las mismas prácticas de siempre y que parece
que no están decididos ni a cambiar ni a comprender ni a entender. Y aquellos
argentinos que desesperados por la falta de trabajo, por la miseria se lanzaron a las
calles y que fueron duramente denostados de algunos medios. Yo me acuerdo, año
2003, 2004, como pedían al Gobierno que diera palos y pusiera orden en la República
Argentina; infinidad de editoriales, de artículos pidiendo orden para los que no tenían
trabajo.

Hoy, afortunadamente, millones de argentinos han recuperado la dignidad del trabajo y


curiosamente, entonces, aparecen nuevamente los piquetes, pero esta vez mucho más
violentos y protagonizados por el sector, tal vez, de mayor rentabilidad de los últimos
cuatro años y medio o cinco. ¿Y por qué hago esta señalización tan exclusiva de fechas
o de períodos? Porque alguien desprevenido que viera la imagen diría, “bueno, este es
un sector que siempre fue rentable, que tuvo una altísima rentabilidad, de repente viene
un Gobierno, el ‘gobierno malo’ del presidente Kirchner o la “presidenta mala’
Cristina Fernández de Kirchner que quiere apropiarse de una rentabilidad que venía de
mucho tiempo en el sector”. Pero es exactamente a la inversa, porque junto con
aquellos desocupados, junto con aquellos ahorristas, también captados en sus
depósitos, los productores del campo se debatían, también, entre el remate de sus
campos y la falta de competitividad que la economía argentina, como tal, como sistema
macroeconómico los había llevado al fondo del pozo.

Eso sí, allá por 1991, cuando se instaura la convertibilidad, el uno a uno, se eliminaron
las retenciones. No había retenciones en la República Argentina, eso sí casi nos
quedamos sin productores con el uno a uno. Yo me acuerdo el surgimiento de los
movimientos de mujeres en lucha porque remataban los campos, me acuerdo los
primeros tiempos de nuestro propio Gobierno, cuando los dirigentes ruralistas, que hoy
amenazan, no al Gobierno, sino a la sociedad con el desabastecimiento de comida,
venían a pedir que por favor tuviéramos una política de recuperación en materia de
créditos bancarios para que no fueran rematados sus campos; política que realmente se
llevó a cabo desde el Banco Nación, que siempre -bueno es reconocerlo- hizo el
aguante a todos los productores.

Hay una rara conducta, muchas veces, es como que cuando hay pérdidas la sociedad
debería absolverlas, es una suerte de socialización de las vacas flacas y cuando las
vacas vienen gordas, las vaquitas para ellos y las penitas para los demás.

Yo quiero aportar, porque siempre es bueno aportar reflexión y pensamiento y


preguntarles a todos y cada uno de los que integran el sector, más allá de que algunos
me dicen: “hay una fuerte carga ideológica". Bueno, uno puede ser peronista,
antiperonista, no peronista, comunista, puede ser cualquier cosa, en política se puede
ser cualquier cosa, pero en economía hay que tratar de ser lo más sensato y racional
posible.

Es precisamente a partir del gobierno que se inicia en el año 2003, donde realmente
comienza a tener competitividad el sector, no es solamente un problema de alza de las
commodities. Para los brasileros también subió el precio internacional, sin embargo el
sector agropecuario brasilero, que no tiene retenciones, tiene un 16 ó 17 por ciento
menos de rentabilidad que el sector agropecuario argentino. Y ¿por qué? Muy simple,
por el tipo de cambio; sostener un tipo de cambio competitivo, como lo hace el Estado
argentino a través de un sistema, no de regulación cambiaría, sino de administración
cambiada, es decir, absorbemos dólares cuando entra y se liquida toda la cosecha para
que se mantenga el valor porque si no el dólar se cae, se hace con una política que está
siendo sustentada por el Gobierno y que también forma parte de la utilización del
superávit fiscal.

Pero además del tipo de cambio, imaginen por un instante, todos los hombres y mujeres
que dedican su vida con pasión al trabajo en el campo, que este dólar no estuviera más
a 3,17 o 3,18, que de repente estuviera a un tipo similar al que está la relación del real,
por ejemplo, con el dólar, qué sucedería, si realmente el Estado no se dedica a comprar
dólares, que también lo hace con el superávit fiscal.

Pero imaginemos, por un momento, que tampoco hubiéramos desacoplado los precios
del combustible; el campo consume aproximadamente 4 mil millones de litros de
gasoil, 4 mil millones de litros de gasoil, que no tienen a un precio internacional, sino a
un precio argentino subsidiado por todos los argentinos, subsidiado por todos los
argentinos. Pero sigamos imaginando, además, que los salarios no fueran en pesos
argentinos o las tarifas no fueran en pesos argentinos, es el sector que exporta
prácticamente todo. La soja se exporta, prácticamente, en un 95 por ciento, no se
exporta en pesos argentinos, se exporta en euros, en dólares, pero los costos son
argentinos que sostiene el peón rural, que es el peor pagado de toda la escala salarial.

Lo sostiene el peor pagado y el que más trabajo en negro hay, de esto se puede dar fe,
también, en el Ministerio de Trabajo, pese a las constantes inspecciones y contralor que
se hace desde el Ministerio de Trabajo. Pero todos saben que lo que estoy diciendo es
cierto.

Entonces esta competitividad que tiene el sector y que le ha agregado tecnología,


inversión y que está muy bien que lo haga, pero que las condiciones macroeconómicas
del modelo que tanto critican y que es instauró desde el 25 de mayo de 2003, es el que
los ha tornado absolutamente competitivos y con una rentabilidad nunca vista. Por eso
digo, es bueno explicar estas cosas, qué pasaría, además, porque se habla también de la
voracidad fiscal. En principio, si no hubiera retenciones, quiero decirles a los
argentinos, que el pollo, la carne, la leche la verían por televisión porque realmente la
historia de las retenciones en la Argentina, que no empieza con el Gobierno del
presidente Kirchner, sino que ya se da inclusive, desde el siglo XIX, siempre tiene que
ver cuando se adquiere un tipo de cambio competitivo, precisamente porque al ser un
sector muy vinculado con la exportación, la retención actúa como un efecto
redistributivo que permite también, mediante el pago de compensaciones, porque
quiero decirles que también pagamos compensaciones al sector lechero para que el
precio de la leche pueda estar accesible para todos los argentinos. Si no pagáramos ese
subsidio que se reconoce por cada litro de leche, el precio de la leche, que es uno de los
que más ha crecido en el mercado internacional, estaría francamente a precios
prohibitivos.

Pero además, ese superávit fiscal que ayuda a sostener a todos los argentinos, inclusive,
los que menos tienen son los que más aportan, porque el IVA, que es el principal
ingreso impositivo argentino, lo pagan todos, hasta los desocupados cuando van a
comprar un litro de leche o un kilo de pan.

Las retenciones que contribuyen a conformar el ingreso fiscal en aproximadamente un


10 por ciento, no solamente se utilizan entonces para sustentar estas condiciones
macroeconómicas del sector y que sigan siendo competitivo, sino también, por
ejemplo, para infraestructura. Yo escuchaba el otro día a un productor que decía
“cuando se nos inundaba el campo en La Picasa nadie nos vino a dar una ayuda”. La
laguna La Picasa es una laguna ubicada en la provincia de Santa Fe, en zona limítrofe
también con Entre Ríos, que inundaba toda la zona y yo me preguntaba dónde estaba
este hombre el día que yo fui a inaugurar con el presidente Kirchner La Picasa donde el
Estado argentino, los argentinos invirtieron 62 millones de pesos.

¿Saben cuánto hemos invertido, argentinos, en obras hídricas que han permitido
recuperar 8 millones de hectáreas que se anegaban? 3.600 millones de pesos.

También es parte del superávit fiscal. Hectáreas que, bueno es decirlo, cuando se
recuperaron estaban en el orden, no sé, de los 500, 800 dólares la hectárea, hoy, están a
precios siderales, se han quintuplicado, sextuplicado los precios. Esto lo saben todos,
pero lo saben también todos y cada uno de los habitantes que tienen un vecino o un
amigo o un conocido en el pueblo en la ciudad que lo vieron siendo propietario, dueño
de campo en el 2001, en 1999 y lo ven hoy, han visto cómo han podido reconstituir y
recuperar su nivel de vida. Está bien, nadie critica que puedan comprarse una 4 por 4 o
que vivan bien y que tengan lo que tantísimos argentinos querrían tener; lo que no me
parece bien es que además quieran hacerlo a costa de que otros argentinos no puedan
acceder a las cuestiones más elementales.

Yo quiero contarles además, argentinos, que en obra viales, que atraviesan todas las
provincias argentinas, yo veía el otro día a un grupo de productores ahí en Ceibas, en el
cruce de la 14, ahí estamos construyendo la Ruta 14, la autovía, la famosa “ruta de la
muerte”, lo sabe el Gobernador de Entre Ríos, ¿con qué fondos creen que se construyen
estas obras de infraestructura, la Ruta 9? 18.000 millones de dólares hasta ahora
únicamente en obra viales, hace poco inauguré la 81 que atraviesa la provincia de
Formosa y 5.600 millones de dólares más que vamos a invertir este año.

Yo me preguntaba cuando hablaba de la zona de Villa María, Córdoba, Río IV -allí veo
a un diputado de Río IV- la Ruta 9, ¿por qué se hace intransitable? Porque había agua,
no, intransitable por la cantidad de camiones que transportan mercaderías. Y está muy
bien que lo hagan, reses, granos, para salir por el puerto cerealero más grande del
mundo que es Rosario. Para ellos también lo estamos haciendo y para ellos
fundamentalmente es la Ruta 9, yo no ando por la Ruta 9 ni ando subida transportando
camiones, la mayoría de los argentinos tienen otras actividades. Con lo cual uno puede
observar el inmenso despliegue de infraestructura en materia vial, en materia de
recuperación hídrica. Y también en otros como en educación: 12 provincias argentinas
reciben el aporte del Tesoro Nacional para que sus maestros tengan un salario digno, ni
qué ver las escuelas.

Me invitaba el otro día el intendente de La Calera para que inaugurara la escuela


técnica más grande de la Argentina hecha también durante esta gestión. La escuela
técnica para formar obreros argentinos. Así podría seguir enumerando todo lo que
significa la infraestructura en materia vial, en materia económica y social para todos
los argentinos. Pero también me puse a mirar los datos de exportaciones en estos días
de huelga. ¿Para quién es la huelga pregunto? Entre el día 13 de marzo y 23 de marzo,
en esos 10 días, han salido exportaciones por 402 millones de dólares, de los cuales,
122 millones de dólares son de maíz. Yo leía un cable de hoy de Roberto Doménech,
presidente de la Asociación de Productores Avícolas que denunciaba que se le están
muriendo los pollos por la falta de maíz.

La huelga me parece que se la están haciendo a los argentinos, porque las


exportaciones siguen viento en popa. Los pedidos de embarque entre el día 5 de
marzo y creo 18 de marzo, si mal no recuerdo, van por 2.900.000 toneladas de granos.

O sea, podrán morirse los pollos argentinos veremos también tal vez crecer el precio de
los mismos. Ustedes saben que los argentinos consumen aproximadamente 30 kilos de
pollo por año más unos 70 kilos aproximadamente de carne, lo que nos convierte en
uno de los consumidores de proteínas más importantes del mundo y bienvenido sea
porque eso nos da neuronas y porque eso nos da una calidad humana que nos ha
distinguido en toda la América latina, pese a que algunos, tal vez, les gustaría que lo
que comen los argentinos a precios argentinos pudieran exportar mucho más y
entonces tener mayor rentabilidad.

Pero esto es lo que yo digo qué país queremos, si queremos volver al país de unos
poquitos o queremos volver a un país más justo, con mayor equidad, con mayor
distribución.

Porque las retenciones, no son medidas fiscales, son profundas medidas redistributivas
del ingreso. Escucho y leo muchas veces a periodistas que por allí tienen un marcado
tinte progresista, encarar el tema de las retenciones desde una percepción únicamente
fiscal. Pero a ver, ¿qué es la distribución del ingreso? ¿Cómo se hace la distribución del
ingreso si no es, precisamente, sobre aquellos sectores que tienen rentas extraordinarias
sino de qué ejercicio me están hablando en materia de distribución del ingreso, a quién
le vamos a pedir, a los países fronterizos, a quién, qué es la distribución del ingreso?
Algo que siempre se declama, algo que siempre se dice pero que muy pocas veces se
cumple, ¿por qué?, porque hay que tocar intereses que muchas veces son muy
poderosos y que cuestan.

Yo quiero llamar a todos estos sectores de los cuales también son parte de la Argentina,
parte importantísima de la Argentina, son gente que produce, son gente que trabaja y
que tiene la suerte de tener una excelente rentabilidad por políticas que han sido
sustentadas por todos los argentinos. Pero así como les digo y los llamo a la reflexión,
también les digo que no me voy a someter a ninguna extorsión, a ninguna, a ninguna.

Yo puedo entender los intereses del sector, pero quiero que sepan que soy Presidenta
de todos los argentinos y que tengo que gobernar para todos los argentinos y para los
intereses de todos los argentinos y para que los argentinos que vivimos aquí, en la
Argentina, sigamos teniendo costos también argentinos en materia de alimentos, en
materia de todo lo que hace a nuestra vida cotidiana. Porque somos todos nosotros los
que con el esfuerzo sostenemos este modelo y permitimos que los sectores que tienen
una mayor competitividad, puedan tener también una mayor rentabilidad.

Yo quería, finalmente, dirigirme a todos los argentinos y pedirles un esfuerzo muy


grande de tolerancia, porque siempre las pujas distributivas y los enfrentamientos con
sectores generan, en definitiva, violencia, violencia que por cierto he visto mucho más
en los sectores de alto poder adquisitivo que en aquellos que no tenían trabajo. Me tocó
escuchar este fin de semana a un muchacho de Chivilcoy que decía que le habían dado
un “puntazo” -lo escuché por un canal de televisión- porque estaba distribuyendo carne
en el pueblo de Chivilcoy. Lo entrevistaba alguno que no quería que vendiera carne le
había dado un “puntazo". Violencia que realmente es inentendible sobre todo -siempre
es inentendible la violencia- pero cuando tiene un determinado lugar en la sociedad,
cuando uno tiene una determinada posición económica, una determinada holgura
económica, la violencia es mucho más incomprensible y mucho más insostenible.
Porque si alguien que pertenece a uno de los sectores de mayor rentabilidad en la
Argentina actúa con ese grado de violencia, ¿qué podemos esperar de alguien que no
tiene trabajo, que nunca tuvo casa, esos pibes para los cuales muchas veces sin trabajo
y sin familia se pide bala y palo?

La verdad es que me parece que deberíamos todos hacer un ejercicio de reflexión, pero
sepan que voy a seguir representando los intereses de todos los argentinos, de los que
me votaron y de los que no me votaron también porque ese es mi deber como
Presidenta de la República Argentina y lo pienso ejercer con todos los instrumentos
que la ley, la Constitución y el voto popular me han conferido.

Muchas gracias.
Presentación del proyecto de Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual (2009)
INTRODUCCIÓN -- Guillermina Genovese

El conflicto con las patronales agrarias en 2008 puso de manifiesto el rol activo de los
medios de comunicación privados en la disputa por el poder político ya que de manera
manifiesta, durante la confrontación, los grandes conglomerados mediáticos
encabezaron una sesgada cobertura informativa del lock out patronal. Es en este
contexto que el debate sobre el poder de los medios de comunicación se instaló como
una temática trascendental.

La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue el resultado de una construcción


colectiva, producto de un largo e intenso debate público del que participaron
organizaciones no gubernamentales, medios alternativos, universidades públicas y
distintos protagonistas de la cultura, es decir, todo el espectro del campo popular.

La iniciativa, que reemplazó a la Ley de Radiodifusión impuesta por la última


dictadura militar, visibilizó el rol de los medios de comunicación como actores
políticos centrales, que manipulan y sesgan los flujos de información, y puso de
manifiesto la concentración del espectro mediático en nuestro país. En este sentido,
su sanción simbolizó un triunfo del campo popular en la lucha contra la hegemonía
cultural de los grandes grupos mediáticos y en la democratización de los sentidos,
las voces y los actores.

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA


FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DE LA LEY DE
SERVICIO DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL

Muy buenos días a todos y a todas.

Señores gobernadores; vicegobernadoras; legisladores; Madres y Abuelas: tal cual lo


enunciara en el mensaje que dirigí al Parlamento con motivo del inicio de las Sesiones
Ordinarias este año, 1o de marzo de 2009, el Congreso va a debatir este año, el proyecto
de ley de Medios Audiovisuales que sustituye a la vieja ley de la dictadura.

No es casualidad tampoco que hayamos elegido este día, Día de la Radiofonía y


además el 5o aniversario de la constitución de la coalición democrática que
precisamente fue el conjunto de organizaciones no gubernamentales que impulsó una
nueva ley de medios que sustituyera a la dictadura. A ellos muchas gracias por haber
tenido la férrea voluntad durante tanto tiempo. (Aplausos)

Es de ellos, es de ustedes, es de todos los que queremos vivir en una Argentina más
democrática y más plural, este proyecto. No es de este Gobierno, no es de un partido
político; es de la sociedad, es también en nombre de los 118 periodistas detenidos
desaparecidos durante la dictadura, (Aplausos) que con su vida dieron testimonio de lo
que es el verdadero ejercicio de la libertad de prensa.

Esta ley tiene una metodología novedosa. Como anteproyecto la presentamos un 18 de


marzo en la ciudad de La Plata para que fuera discutida en foros en todas las provincias
y en todas las regiones argentinas; más de 23 foros, más de 80 conferencias,
participación de todos los sectores para que realmente constituya un proyecto
colectivo, un proyecto común.

Algunas de las cuestiones fundamentales de sus contenidos: el establecimiento de tres


segmentos de la información y de los medios audiovisuales. El campo de los medios
audiovisuales que hoy mayoritariamente es de carácter comercial y solamente hay un
pequeño espacio para el sector cooperativo, para el sector de las ONG, va a cambiar en
forma estructural, porque un tercio será para el espacio comercial, un tercio para el
espacio público y un tercio para las organizaciones no gubernamentales; universidades,
iglesias, sindicatos, asociaciones de profesionales, podrán acceder también a
frecuencias para poder hacer conocer su voz. (Aplausos)

Se sustituye el viejo directorio militar por un organismo amplio, plural en el que


participan Poder Ejecutivo y oposición parlamentaria creándose también organismos
como el Consejo Federal donde van a intervenir todas las provincias y todos los
actores, los privados, los públicos, los cooperativistas, las organizaciones no
gubernamentales, los pueblos originarios, para el control de lo que significa el derecho
al acceso a la información pública y a la libertad de prensa.

Alguien decía, Mariotto creo, que pasaron veintiséis años sin que ningún Poder
Ejecutivo -y cuando digo ninguno es ninguno- enviara este proyecto de ley al
Congreso. Es curioso, se ha hablado en los últimos tiempos, fundamentalmente a partir
del año 2003, de gobiernos con superpoderes, los mismos poderes que se tenían
durante los años '90 en todas las legislaciones y que tienen en numerosas provincias.
Lo que pasa que esas facultades que tenían en todas las legislaciones eran facultades
que se ejercían no a favor de la sociedad sino para privatizaciones, para bajar sueldos,
para achicar presupuestos sociales. Mientras eso fue así, nadie habló de superpoderes.
Se comenzó a hablar de superpoderes cuando esas facultades que estaban años en
nuestra legislación comenzaron a usarse a favor de la sociedad, a favor del pueblo.
(Aplausos)

Yo me permito una hipótesis, una hipótesis porque uno tiene la obligación de ciertos
términos, pero para mí, en mi fuero más íntimo es una certeza. Yo tengo una respuesta
para esa pregunta que se hacía Mariotto de por qué durante 26 años nadie envió un
proyecto. Porque mientras hablaban de los superpoderes en realidad había un
suprapoder en la República Argentina, un suprapoder, suprapoderes, lo que significa
que por sobre los poderes instituidos por la Constitución, del Ejecutivo, del Legislativo
y del Judicial, hay otros poderes, sutiles y no tanto, que tienen la suficiente fuerza para
imponer y arrancar decisiones en cualquiera de los tres poderes a partir de la presión.
Por eso conceptos como libertad de expresión, como libertad de prensa, como derecho
a la información, deben ser concebidos e interpretados en su correcta dimensión.
Porque libertad de expresión no puede convertirse en libertad de extorsión. (Aplausos)
Porque libertad de prensa no puede ser confundida con la libertad de los propietarios de
la prensa. (Aplausos) Y porque el derecho a la información significa el derecho a toda
la información, no al ocultamiento de una parte de la información y a la distorsión y
manipulación de la otra parte. Porque en definitiva libertad de prensa, libertad de
expresión, derecho a la información, sus titulares no son los que tienen la noble función
de ejercer el periodismo y lo han elegido como vocación, tampoco está su titularidad en
la cabeza de los que son propietarios de las grandes empresas periodísticas; libertad de
prensa, libertad de expresión, derecho y acceso a la información están en cabeza de
todos y cada uno de los ciudadanos que conforman este bendito país que son los
verdaderos propietarios de estos derechos. (Aplausos)

Esta ley busca consagrar esa pluralidad, estos principios de que todos puedan ser
escuchados, que la voz de todos y de todas pueda ser escuchada, la de los que nos
gustan y la de los que no nos gustan; la de los que nos conviene y la de los que no nos
convienen a cada uno de nosotros.

Pero además también sería ingenuo no advertir la necesidad de esta norma como un
salto a las nuevas tecnologías. Cuando se sancionó esta ley, además de haberlo sido por
una dictadura, lo más moderno que existía en materia de comunicaciones era el fax.
Esta es también la historia contemporánea de la sanción de esta ley.

Hoy el advenimiento de las nuevas tecnologías, la digitalización, la incorporación de


nuevas normas exige la apertura de nuevos y mayores actores, pluralidad de actores
que garanticen a todos los ciudadanos que vamos a poder acceder a las mejores
tecnologías y a los mejores precios también de esas tecnologías; la necesidad de
garantizar esa apertura es imprescindible.

Yo creo que esta ley va a poner a prueba a la democracia argentina, va a ponerla a


prueba porque vamos a ver si en nuestro Parlamento..., y hablo de nuestro porque yo
me siento allí como ciudadana, yo tengo representantes. Tengo representantes como
miembro del Poder Ejecutivo, en toda organización democrática hay un sector
oficialista, pero también tengo representantes como ciudadana simple y como
ciudadana rasa porque yo voté diputados y senadores para que representaran los
intereses precisamente del conjunto. Y creo que como nunca se va a poner a prueba la
capacidad de ese Parlamento, que en otras oportunidades y en otras etapas históricas se
vio agobiado por las secuelas de lo que fue la tragedia de 30 años de historia que
arrancaron a ese Parlamento leyes no queridas. Creo y estoy convencida de que hemos
adquirido la madurez institucional para poder decidir en nombre y representación
precisamente de los que nos han votado y de los intereses del colectivo social.

Estoy absolutamente convencida de que en esta prueba a la que va a ser sometida


nuestra democracia va a salir victoriosa. ¿Y saben por qué? Porque creo que han sido
demasiados años en los cuales todos, no solamente quienes trabajan en política o tienen
responsabilidades institucionales, sindicales o empresariales, han visto coartadas sus
libertades al no poder escuchar su voz frente a otra voz, su expresión y su verdad frente
a otra verdad o frente a otra mentira. Pero en definitiva creo sinceramente que es una
oportunidad histórica que tenemos los argentinos para mostrar ante el mundo eso que
tanto reclamamos permanentemente y que es la calidad institucional.

No hay calidad institucional únicamente por las formas, la calidad institucional es de


fondo, es de contenido, es de sustancia, es cuando las instituciones de la Constitución
sirven al pueblo y solamente al pueblo y no a otros intereses.
Muchas gracias a todos los que durante tanto tiempo esperaron, trabajaron y
lucharon por este momento. Muchas gracias.
HURACAN (2011)

38° Aniversario del Triunfo de Héctor Cámpora


11 de Marzo de 2011 -- Estadio Tomás Adolfo Ducó

INTRODUCCIÓN -- Antonio Rougier

La Presidenta Cristina, a escasos cinco meses de la muerte de su marido y ex


Presidente se encuentra por primera vez --de corazón a corazón—con los jóvenes que
acompañaron a Néstor de entrada, a los que ya militaban y a los miles que el 27 de
octubre de 2010 “les cayó la ficha” y estaban presentes. Se bajó de su investidura, se
puso a su lado, como "la compañera”.

Les habló en la intimidad, recordó sus días de militancia a los veinte años, compartió
con ellos su dolor pero sobre todo y especialmente depositó en la juventud la
esperanza de continuidad de la tarea realizada por Él y que Ella estaba dispuesta a
continuar.

Les recordó las ventajas y responsabilidades de la hora actual comparada con los
anteriores momentos de las juventudes desde 1810. Abundó en sugerencias, consejos y
reflexiones que sólo una “madre” hace con sus hijos muy queridos. Pidió que se
organicen, que no miren de dónde vienen sino si están de acuerdo con las múltiples
realizaciones. Les pidió reiteradamente que antepongan el amor al odio, la alegría a
la tristeza y siempre encontrando el lado bueno y optimista como Néstor.

Esa noche, nuestra Presidenta, dejó en las manos y el corazón de los jóvenes de la
Patria el legado y el recuerdo de Néstor pues de ahí en más verá en ellos su figura.
Como esa noche en Huracán.

Gracias, muchas gracias a todos los compañeros y compañeras, que hoy se han
congregado aquí: quiero decirles a todos y a todas que esta tarde, aquí en Huracán, no
está la Presidenta de la República, está la compañera de todos ustedes. (APLAUSOS).
Y como compañera quiero pedirles a todos y a todas que este acto, de este 11 de marzo,
sea en recuerdo y en homenaje a quien fuera mi compañero de toda la vida.
(APLAUSOS).

Hace exactamente apenas un año, y parece una eternidad, él les hablaba a todos
ustedes, desde Ferro. Yo quiero venir a recordarle, como se recuerda al militante con el
compromiso de que la lucha que él inicio --un 25 de mayo del año 2003-- es la lucha
mía por construir la Argentina que él tanto soñó y por la que tanto trabajó sin descanso,
sin desmayo entregando lo mejor de sí. (APLAUSOS).
Quiero también decirles que estaría contento y orgulloso de ver a miles y miles de
jóvenes, que como él y como yo, aquel 11 de marzo tenía yo apenas 20 años; en una de
las tribunas está mi hija Florencia, que también tiene 20 años, como yo tenía aquel 11
de marzo de 1973. Florencia me pedía que fuera puntual, porque se estaban muriendo
de calor.

Yo quiero decirles que vengo también a reconocer que hay otro país diferente,
afortunadamente, de aquellos tiempos y de todos los tiempos de estos últimos
doscientos años en que las luchas nacionales y populares por construir un país
independiente y soberano tuvieron largas marchas y contramarchas.

Si uno piensa no solamente en los jóvenes de aquella etapa, si uno piensa en los jóvenes
que construyeron aquel 25 de mayo de 1810, y los que vinieron más tarde a lo largo de
toda la historia del campo nacional y popular podrá observar que eran siempre jóvenes
que se incorporaban a luchar contra algo porque había algo que los oprimía: o era el
yugo colonial o eran las dictaduras las que no dejaban expresarse al pueblo. Por
primera vez ustedes -generación del Bicentenario- se están incorporando a la política
no contra alguien, sino por alguien, por una historia, por la Argentina por seguir
mejorando las cosas. (APLAUSOS).

Ustedes no tienen idea -porque son muy jóvenes- mis compañeros, muchos de ellos
que compartimos también años de militancias me van a entender. Pero quiero que
sepan que ustedes tienen la inmensa oportunidad histórica de participar en la
construcción de un país diferente; de un país en el que no vienen a luchar contra
alguien, sino que por algo; en un país donde es posible volver a soñar y donde con
alegría y no con dolor, en donde con amor y no con odio, queremos convocar a toda la
sociedad. Es una construcción política diferente, siempre en nuestra historia las
construcciones políticas, aún las del campo nacional y popular, se hacían en base a las
contradicciones o contra algo. Hoy estamos construyendo con un profundo amor por
las cosas logradas y con una profunda demanda por profundizar esos cambios para que
puedan llegar a todos los argentinos. No, no hay que darle gracias ni a mí ni a él porque
hay otra cosa que tenemos que hacer, más importante todavía.

Siento que a lo largo de la historia el campo nacional y popular, liderado por hombres o
por mujeres, cuando esos hombres o mujeres ya no estaban era como que se
desperdigaba porque faltaba la construcción orgánica; porque faltaba la construcción
política e institucional que no hiciera depender la transformación y el cambio de una o
dos personas. Ese es el gran desafío que tenemos hoy los argentinos y que tienen los
jóvenes: cómo hacer para que tanta lucha no sea en vano, cómo hacer para
homenajearlo, cómo hacer para que su presencia sea definitiva y la de tantos otros.
(APLAUSOS). Construir sobre las coincidencias, aprender a construir los argentinos y
sobre todo los jóvenes no sobre las diferencias, que así se ha construido durante tanto
tiempo, y entonces todo duraba poco porque faltaba que algo fallara, que no estuviera
una coma, que faltara una letra o una oración para juzgar que entonces no se era
nacional o popular.

Quiero decirles a todos ustedes, que cuando incorporen a otros argentinos no les
pregunten de dónde vienen, no les pregunten cuál es su historia o su partido,
pregúntenles si están de acuerdo con que la Asignación Universal por Hijo sirve para
que millones de niños tengan derecho a la educación y a la salud. (APLAUSOS). Y
también, quiero que les pregunten si están de acuerdo con que tenemos que seguir
industrializando el país y agregando valor para seguir generando trabajos más
calificados para todo los argentinos. (APLAUSOS) Quiero que les pregunten si
tenemos que seguir poniendo en la educación pública en todos sus niveles el esfuerzo y
los recursos, y si tenemos que seguir aun poniendo más; quiero que le pregunten si
necesitamos seguir inaugurando --como hace unos días- universidades públicas y
gratuitas para que tengamos realmente niveles de igualdad; quiero que le preguntan si
necesitamos proteger el trabajo nacional, la producción nacional y el desarrollo de
nuestra industria; si necesitamos también seguir desarrollando un fuerte mercado
interno que impulse también a que exportemos más y mejor porque generamos más y
mejores puestos de trabajo; quiero que le pregunten si quieren ser un país donde los
derechos humanos son una bandera de toda la sociedad, sin ninguna distinción de
ideología o partido, porque es lo que nos diferencia de la barbarie. (APLAUSOS).

También quiero que le pregunten si como argentino se siente parte de esta América del
Sur, de este MERCOSUR, de esta UNASUR, si se siente profundamente
latinoamericano y siente orgulloso de su identidad, de su pertenencia, de su historia;
quiero que le pregunten si está de acuerdo con una sociedad que da derechos
igualitarios, que amplía el abanico de posibilidades y que nos convierte a todos un
poquito más iguales todo los días. (APLAUSOS)

Si están de acuerdo con esas cosas forman parte de esta historia y de este espacio, lo
demás es anécdota o vanidades personales.

Quiero homenajearlo a él, nunca he conocido a nadie tan alejado de las vanidades
personales y de las banalidades como él. No le importaba nada de lo que suele inclusive
importarme a mí por ahí como mujer, Nadie tan despojado de las cuestiones que por ahí
distraen en la política y nos hacen ver diferencias donde no las hay. (APLAUSOS).

Por eso quiero rescatar la historia, pero también quiero una juventud que construya su
propia historia, como la hicimos nosotros; ustedes son la generación del Bicentenario
(APLAUSOS).

Les pido que tengan ejemplos, pero que sean ustedes mismos, cada uno de ustedes,
cada una de las horas, porque créanme que el gran vínculo que nos une a todos -desde
1810 a la fecha- es el inmenso compromiso por los intereses de la nación y con los
intereses del pueblo, que son la misma cosa, nación y pueblo, pese a que algunos
quieran diferenciarlo. No hay pueblo sin nación ni nación sin pueblo. (APLAUSOS).

Yo les pido que construyendo su propia historia, su propia identidad, también están
construyendo la historia de todos nosotros. Nosotros no imitamos a nadie, porque en
fin, cada uno es producto de la época y de la historia y del momento histórico en que le
toca vivir. Y este momento histórico, de esta Argentina, impensable hace apenas 10
años; estamos solamente a una década del desastre más formidable del que se tenga
memoria, y aquí está la Argentina de pie, con dignidad, con libertades, con libertades
como nunca tuvo en su historia. (APLAUSOS).

Me atrevo y desafío que me digan si hubo un momento de mayor densidad y


profundidad democrática, donde cada uno pudo expresarse como quiso y cómo quiere
respecto de todo que esta Argentina que estamos viviendo hoy. (APLAUSOS). Y esto
nos tiene que llenar a todos de orgullo, pero también de una inmensa responsabilidad;
la responsabilidad de profundizar a la organización popular, de abandonar vanidades y
cuestiones dirigenciales que solo sirven para alejar a la gente de la política y creer que
solamente esto es una feria de vanidades.

Nuestro gran compromiso es a través del ejemplo diario y cotidiano, cualquiera sea el
lugar que nos toque desempeñar; dar el ejemplo de humildad, de trabajo, de convicción
para poder, entonces sí, seguir construyendo esta Argentina que tanto nos costó.

Falta mucho, ¡claro que falta! Pero es, precisamente, con la certeza de poder construir
lo que se ha construido, lo que nos debe animar para seguir el camino y no
abandonarlo.

El gran desafío es que el campo nacional y popular pueda institucionalizar; pero no,
eso no se hace a través de una ley o de un decreto. La institucionalización de un modelo
de país es cuando se hace carne en el conjunto de la sociedad porque visualiza que ese
es el camino más acertado como país y como nación.

Para eso hemos debido luchar contra una fuerte subordinación cultural impuesta
históricamente por la historia falsificada desde 1810 a la fecha.

Yo hace unos días, cuando inaugurábamos la Facultad de Ciencia Económicas de la


Universidad Nacional de Buenos Aires --la primera la inauguró Perón, la segunda la
inauguramos nosotros--, yo hablaba y decía que muy pocos argentinos saben, por
ejemplo, que la gratuidad de la universidad pública argentina fue instaurada por un
decreto firmado por el general Perón. La universidad nacional pública es gratuita por
un decreto del presidente Perón en su primera presidencia. Yo los desafío a que cuántos
de nosotros mismos también sabíamos estas cosas.

Por eso digo que es importante que el frente nacional, popular y democrático construya
esta institucionalidad, que también es cultural, de saber contarle a los argentinos, pero
fundamentalmente no contarle a partir de relatos de fantasía, sino a partir de que
puedan ver, tocar y palpar cada uno de los logros que hemos tenido con nuestros
jubilados, con nuestros pensionados, con nuestros trabajadores en las convenciones
colectivas de trabajo, más de 1.800, luego de haber estado aplastadas durante décadas.

Este es el gran desafío, porque lo otro, "la Argentina del no se puede", la Argentina de
la subordinación, la Argentina que le decía a él, cuando decía que iba a pagar la deuda
pero no con el hambre de los argentinos, sino teniendo en cuenta también los intereses
de la patria, que estaba loco; de él cuando decidió cortar el nudo gordiano que
significaba la dependencia permanente con el Fondo Monetario Internacional y
terminar con esa deuda y también lo criticaron.

También, cuando en un hecho histórico en Mar del Plata, en el 2005, encabezo como
presidente en la Cumbre de las Américas el rechazo a aquel nuevo estatuto del
coloniaje. Eso lo hizo él.

Ahora, mirado desde lejos, parece fácil, pero qué difícil, cuánto ataque injusto, cuánta
crítica artera, cuánta pelea y discusión inútil, cuánto tiempo perdido.

Otra de las cosas que les quiero pedir: no pierdan tiempo, no se enrosquen ni se dejen
enroscar en discusiones bizantinas que no tienen nada que ver con lo que le importa a la
gente y con lo que le importa a la sociedad. No cometan errores que sí hemos cometido
nosotros cuando éramos jóvenes.

Yo quiero para terminar, contarles algo tal vez familiar. El pasado 11 de marzo, hace
un año, yo no estaba aquí, había ido a Chile a la asunción del nuevo gobierno y justo
me pescó --¿se acuerdan?- una réplica del terremoto que había asolado a los hermanos
chilenos. Yo decía "un año, otro terremoto". He leído tantas tonterías en estos últimos
días, lo único que faltaría es que dijeran que los 11 de marzo se provocan terremotos,
porque qué pavadas que se escriben y que se dicen, ¡por Dios!

Pero quiero contarles que cuando volví y nos encontramos al otro día, él me contó de
aquel acto del 11 de marzo y me dijo que había sido un acto diferente, que ese día se
habían comenzado a reconstruir vínculos, cercanías, proximidades.

Después lo vivimos en el Bicentenario, ese 25 de Mayo memorable, donde todos los


argentinos nos reencontramos con nuestra propia historia y nuestra propia identidad. Y
creo que su último acto de servicio fue también ese 27 de octubre cuando descubrimos
de repente cuántas cosas había hecho y qué poco lo habían reconocido. Perdónenme,
pero tengo que decirlo, se me va a romper el corazón si no lo digo.

No quiero ponerlos tristes, quiero que estén alegres y que lo recuerden como él fue,
alegre, por sobre todas las cosas, siempre encontrándole el lado bueno y optimista, no
le echaba la culpa a nadie, le metía para adelante. Desde que lo conocí, en los peores
momentos que vivió la Argentina y que vivimos tal vez nosotros, en términos
personales siempre fue así. Por eso, quiero recordarlo como yo sé que a él le gustaría:
con alegría y con compromiso, con convicción y con decisión.

Quiero, finalmente, agradecer a todos ustedes este homenaje que nos hacemos a
nosotros mismos, también a él, a los argentinos; solidarizarme también, junto a todos
ustedes, con esa desgracia inmensa, esa tragedia inmensa del pueblo del Japón,
también queremos estar allí y lo vamos a hacer como estuvimos en Chile, porque los
argentinos somos solidarios, nos importa lo que le pasa a los demás.

Y quiero pedirles, para terminar, en nombre de él, que construyamos con amor, que el
odio que algunos quisieron derramar sobre nosotros, respondamos con amor. No hay
mejores batallas que las que se ganan con el corazón; no hay mejores victorias que las
de la buena onda, el optimismo y la fe en Dios. Esas son las cosas que valen, esas son
las cosas que duran y perduran en la memoria de los pueblos.

Por eso, en nombre de él y también de mis hijos, quiero decirles que muchas gracias
por todas las muestras de cariño y de fe, que muchas gracias por lo de "fuerza Cristina".
Yo siento en cada palabra la fuerza de él y sé que él está definitivamente entre todos
nosotros, ya nada ni nadie lo podrá borrar y eso es tal vez, lo que él en el fondo quería,
que su nombre, en representación de miles y miles anónimos, que dieron su vida y que
no pudieron ver esto, estén representados en él. Por eso nos acompañan las Madres, por
eso nos acompañan las Abuelas, que no están con cualquiera, que no confían en
cualquiera.

A ustedes y a todos, desde el corazón, muchas gracias, muchas gracias, muchas


gracias. A seguir trabajando por Argentina, a seguir trabajando por el pueblo, por la
Nación, por la patria, siempre por la patria.

Gracias, Argentina. (APLAUSOS)


"EL ANARCOCAPITALISMO FINANCIERO" (2011)

Foro del sector empresario de la cumbre del G--20


3 de noviembre de 2011. Cannes, Francia.
"Lo que estoy proponiendo es volver al capitalismo en serio, porque esto que estamos
viviendo, señores, no es capitalismo. Esto es un anarco- capitalismo financiero total,
donde nadie controla a nadie."
Cristina Fernández de Kirchner

INTRODUCCIÓN -- Camilo Rojas

03 de noviembre de 2011. A pocas semanas de la victoria definitiva del Programa de


Liberación Nacional liderado por Cristina por más del 54% de los votos, La
presidenta Cristina Fernández expuso ante el foro del sector empresario que se realiza
a la par de la cumbre del G--20, espacio al que fue invitada por los propios
organizadores del encuentro. La jefa de Estado encabezó el panel sobre "Seguridad
alimentaria". En 2011, las masas argentinas elegían nuevamente ser nación, y no
colonia. Mientras el Proyecto Nacional avanza en Argentina y en las hermanas
naciones del Continente, 3 años cumple ya de la crisis económica y cultural que
penetra todos los aspectos del ya viejo y debilitado sistema cultural y político de los
Países del Primer Mundo.

La crisis impacta violentamente sobre todos los pueblos de la Unión Europea,


provocando las brechas más radicales de desocupación y miseria desde las últimas
dos guerras mundiales, resultado de la ejecución indiscriminada de las políticas
neoliberales que los centros financieros mundiales, coaligados con las clases políticas
y empresariales de dichas naciones. Ajustes desmedidos en todas las ramas del sector
público, despidos indiscriminados en los órganos centrales del Estado, el recorte
salarial y precarización laboral son, entre otras, las recetas empleadas por las clases
dirigentes para palear el déficit crónico que transluce inocultablemente el fracaso de
la doctrina neoliberal. El endeudamiento crónico, la perdida de la autonomía
monetaria frente al EURO, debilita la soberanía económica de los países del bloque.
La apuesta a la especulación por sobre la producción provoca el cierre de fábricas e
industrias elementales en la vida de las naciones. Las naciones deben pagar por sobre
el hambre y la miseria de sus pueblos, lo que provoca en los mismos un estado de
movilización permanente, un descreimiento profundo por las instituciones
democráticas --las cuales no dan respuesta a las necesidades elementales de sus
pueblos --y el inicio de un profundo y lento, pero hasta hoy indetenible, proceso de
quiebre en la identidad nacional de algunas naciones europeas, como es el caso
histórico de España, quien tras la crisis, revolucionó los síntomas de fractura que ya
venía arrastrando desde hace muchas décadas.
Las recetas aplicadas desde los entes financieros operaron en forma superficial, como
parches, atacando a las consecuencias de la crisis, nunca a los ejes originarios. En
este sentido, La Jefa sostuvo que “por supuesto, cuando han pasado 3 años y no le dan
la solución, cada vez se agrava más. Si lo tratan con aspirinas, si lo trata un médico,
en este caso el Fondo Monetario Internacional, si lo trata además el G20, si le están
dando medicinas, han inyectado miles de millones de dólares y de euros en el sistema
financiero”. Las consecuencias fueron nefastas.

En ese contexto, Cristina cuestiona el patrón de acumulación de capital del sistema


actual, sentenciando que es “necesario obligar a los sectores financieros a volcar a la
economía real, esos recursos, porque si no hay consumos, señores, no hay
capitalismo, no hay posibilidades de crecimiento de la economía. Si nosotros hacemos
planes de ajuste, si la gente" no puede gastar plata, si la gente está endeudada en más
del ciento por ciento de sus posibilidades (...) cómo vamos a hacer para que vuelva a
crecer la economía si no hay consumo, si el capitalismo hace eso, que la gente
consuma y que ustedes, los empresarios produzcan y vendan cada vez más. ”

Frente al proceso de deterioro de los valores del capitalismo y las instituciones


democráticas, por la ausencia de respuestas a los problemas de los pueblos, Cristina
es contundente: “Cuando la gente vea que la democracia no le da posibilidades de
trabajo, de progreso, de tener casa, de salud, comienzan a cuestionarnos los
funcionamientos del sistema político. Ustedes piensen no en términos de 2 ó 3 años,
piensen en términos de la evolución histórica de la humanidad, lo que ha pasado cada
vez que el pueblo no ha podido comer. Y lo digo acá en Francia, cuna de la Revolución
Francesa; cambian los sistemas. No estoy anunciando el fin de ningún sistema por
favor. Simplemente estoy viendo mirar con perspectiva histórica y mirarlo con
perspectiva de liderazgo histórico y ver que es necesario hacer un cambio en serio. (...)
No lo veamos solamente con un problema económico. (...) No nos equivoquemos y
sepan que si esto se profundiza, van a empezar a cuestionarse las democracias y las
formas políticas actuales. Europa también tiene una historia en esto, de cómo surgen
gobiernos totalitarios en medio de crisis económicas insolubles y que no pueden
resolverse”.

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He escuchado hablar de desarrollo, crecimiento, pero no puedo antes no reivindicar un
poquito el género, frente a la expresión del señor Polman que nos quiere llevar a
trabajar al campo, estamos dispuestas a colaborar las mujeres con el trabajo en el
campo. Me hace acordar un poco cuando querían llevarnos únicamente a la cocina o de
la cocina al campo ahora.

Pero creo que él toca un tema central, que está también vinculado con otro tema que se
abordó y que es la creciente urbanización y despoblamiento del campo, que también
está vinculado por lo menos, en la experiencia de la Argentina. Nosotros tenemos hoy
entre el 90 y el 92 por ciento de población urbana, siendo por ejemplo el octavo país en
extensión y siendo además, uno de los países líderes en producción agroalimentaria y
esencialmente también líderes en materia de innovación tecnológica y productividad.
Hoy la Argentina tiene en el mundo -me atrevo a decir- el mejor grado de
productividad por hectárea sembrada, a partir precisamente de la introducción, la
innovación, la tecnología y la biotecnología que han sido imprescindibles y que van a
continuar siendo imprescindibles para producir cada vez más y mejor.

Pero esto al mismo tiempo crea una contradicción, como sucede con todas las
innovaciones tecnológicas y que es, a mayor grado de innovación tecnológica, a mayor
grado de eficiencia productiva, menos número de empleo por hectárea, con lo cual
estamos ante la contradicción que cada vez que avanzamos en productividad y que
avanzamos en tecnología, se hace una reducción de la mano de obra y por lo tanto la
gente a las grandes ciudades, porque carece de oportunidades.

Qué hemos formulado nosotros como una respuesta a este problema creciente que
además despoblar el campo y urbanizar excesivamente las ciudades, trae problemas de
inseguridad, trae problemas en infraestructura urbana, trae problemas de miseria, en
definitiva una contradicción de lo que puede ser una gran producción agrícola.

Nosotros hemos presentado en el Plan de Agricultura Nacional, en el Plan


Agroalimentario Nacional 20-20 como lema: la industrialización de la ruralidad. Por
eso, en ésta mesa me acompañan no solamente el ministro de Agricultura, Ganadería y
Pesca, Julián Domínguez, sino también la ministra de Industria, Débora Giorgi.

Nosotros creemos que una de las claves unida a la tecnología, a la mayor


productividad, es lograr el agregado de valor a cada uno de esos productos, a los
distintos eslabones de la cadena productiva, en el lugar de producción. Esto tiene que
ver no solamente con una cuestión de tener nuestras familias situadas en sus lugares de
origen, sino que también va a ser un problema de competitividad, porque una de las
cuestiones de la competitividad va a estar dada por la logística también.

Si yo evidentemente tengo también que trasladar mis materias primas a determinados


kilómetros para poder industrializarlas, esto evidentemente me va a restar
competitividad en lo que hace a la industrialización y al valor agregado, con lo cual el
tema de industrializar la ruralidad que quiere decir agregar valor en el lugar de origen
donde se produce la materia prima con alto grado de productividad y eficiencia, es uno
de los objetivos, no solamente sociales sino también además económicos. Lo hemos
definido como algo central, este es un tema que no se trata entonces de la mujer, sino
también por ejemplo de nuestros jóvenes que por allí se capacitan en los centros
universitarios, se capaciten también en aquellos sectores para volver a sus lugares de
orígenes y agregar cada vez mayor valor, innovación y tecnología.

Ustedes saben que Argentina también en materia de biotecnología, es uno de los países
líderes del mundo. Tenemos en Latinoamérica la mayor proporción de empresas de
biotecnología por habitante. Hemos desarrollado esto que tiene que ver con la
productividad que hemos alcanzado, con la siembra directa y con cosas que no voy a
explicar porque todos ustedes saben perfectamente.
Pero quiero abordar los que son los puntos de la Seguridad Alimentaria. Esta
Presidenta le ha tocado ser defensora de la Seguridad Alimentaria de la República
Argentina, muchas veces con algunas críticas por parte del sector privado, porque hay
un refrán en mi país que dice: “la calidad bien entendida empieza por casa”, y si no
puedo asegurar la seguridad alimentaria de mi pueblo, mucho menos voy a poder
contribuir a la seguridad alimentaria global.

Pero de hecho la Argentina, en esta seguridad alimentaria, que es una gran productora
de alimentos con apenas 40 millones de habitantes y con posibilidades de producir
alimentos para 400 ó 500 millones manteniendo esta seguridad alimentaria, porque
tenemos excedentes suficientes, cosa que no les sucede a otros países que tienen
productividad, que alimentan pero por su gran número de población no alcanzan a
tener grandes excedentes, coloca a la Argentina en un lugar privilegiado como
productora agroalimentario y como contribuir a la seguridad alimentaria. De hecho
hemos pasado de 67 millones de toneladas de granos a 102 millones de toneladas de
granos en esta última cosecha. Y la brecha creo que conservadora del señor ministro de
Agricultura, yo creo que vamos a ser más, es para el 20-20 año 2020 producir 160
millones de granos.

Creo personalmente que con el desarrollo actual de la Argentina, con el nivel de


inversión que tiene también el productor en la República Argentina, el sector privado,
más el nivel -que aquí quiero también tocarlo- de infraestructura que ha construido el
Estado, quiero decirles que del año 2003 a la fecha los planes de infraestructura han
crecido exponencialmente, a punto tal que han llegado a constituir entre 4 y 5 puntos
del PBI en el último ejercicio, por ejemplo, a través de programas como el PROSAC
financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo del cual también se habló aquí
de cómo financian los organismos multilaterales, hemos logrado la irrigación de más
de 2 millones de hectáreas.

¿Cuál es el problema que yo veo en lo futuro? Puede ser el climático, evidentemente


inmanejable para nadie. De hecho Argentina tuvo un importante período de sequía
durante el año 2008 y 2009, con lo cual he encomendado al señor ministro de
Agricultura y a todo el sector de Infraestructura y lo he charlado también con los
productores y el sector empresario, que la tarea de irrigación es fundamental para
prevenir la sequía, en un país donde además tenemos un acuífero muy importante.

Ustedes saben que América del Sur tiene algo así como el 25 ó 30 por ciento de reserva
del agua potable del mundo, con lo cual nosotros podemos con un fuerte Plan de
inversiones, garantizar por lo menos de no tener que mirar el cielo, a ver si cae agua.
Esta es una de las claves también en infraestructura de puertos. Tenemos un complejo,
el complejo oleaginoso, o sea el granero más importante está en el puerto de Rosario y
hemos desarrollado una infraestructura que es la Hidrovía, que nos permite -ustedes
saben- el transporte marítimo. Es, en el término de costos una ecuación importante y
estamos también volviendo a desarrollar luego de muchas décadas, el transporte
ferroviario.

Todos sabemos que el transporte en camiones, más allá de los 100, 150 kilómetros,
torna no competitiva a la producción, con lo cual es necesario contar con transporte a
través de ferrocarriles y fundamentalmente marítimos, para poder por ejemplo en el
caso nuestro, llegar en el año 2014-2015 directamente con barcos de muy alto calado
hasta Asunción, lo que significaría poder sacar la producción vía marítima de todo lo
que es el sur de Brasil, de todo lo que es Paraguay, de parte de Bolivia, de toda
Argentina y obviamente de Uruguay que allí está. Con lo cual también concebimos a la
infraestructura tal cual se ha explicitado aquí, como algo fundamental en esta cuestión.

Otra de las cosas que ha abordado el señor Polman, es también el término de la


inversión; la inversión también ha crecido exponencialmente en la República
Argentina en materia de producción agroalimentaria, y ahora también se ha
incorporado a través de leyes promocionales del Estado, el tema de la inversión. Yo sé
que en materia de seguridad alimentaria es un tema muy discutible que es el tema del
bioetanol y el biodiesel, pero el tema de los combustibles y la competitividad de la
utilización de los combustibles en el sector agrícola también tiene que ver. Nosotros
estamos apuntando objetivamente a que el propio productor negocie, obtenga su propio
combustible, de manera tal de poder quedar no sujeto a la variable de un commodity
internacional, como es el petróleo que puede impactar negativamente en la producción.

Si el productor argentino pudiera independizarse definitivamente y la variable


energética para la producción, estaríamos logrando aún mayor competitividad porque
estaríamos eliminando una variable de carácter internacional.

El tema de transparencia, creo que también se habló de investigación y tecnología,


quiero adelantarles que nosotros estamos analizando en estos momentos más de 200
eventos tecnológicos. Hace muy pocos días, más de un mes entre el INTA que es un
organismo estatal en la cual está integrada también la parte privada, hemos logrado la
primera vaca transgénica productora clonada, vaca clonada productora de leche
materna. Estamos realmente con investigaciones muy importantes en este sector,
estamos trabajando también con semillas, como ya se indicó, de mayor profundidad en
su raíz, para que ante una eventual sequía, puedan obtener agua, y también hacerlo
sustentable de manera tal que esto no signifique afectar y tocar el medio ambiente, con
lo cual los temas que se han abordado aquí, son realmente motivo de este Plan 20-20,
son además una realidad en la República Argentina.

Hablábamos también de producir mejor y quería tocar el tema de la agricultura


familiar, que fue un tema que también se abordó aquí y quiero decirles que
prácticamente el 70 por ciento de lo alimentario en la República Argentina está
sostenida por la agricultura familiar. Tenemos un gran desarrollo de agricultura
familiar, en horticultura, en fin en todo lo que constituye la mesa de la familia.

Se habló también de la responsabilidad del empresariado y de empresa social, creo que


alguien habló de empresa social aquí. En Argentina hay un gran desarrollo en materia
de cooperativas, que es la forma más social que podemos abordar nosotros en una
economía capitalista -de eso estamos hablando- y que la Argentina ha tenido un gran
desarrollo. De hecho un 20 por ciento de la producción granaría se comercializa a
través de cooperativas y algunas se están disputando a las grandes cerealeras, a las
grandes exportadoras poder participar aún en mayor grado también de esa
comercialización. Una de nuestras empresas líderes lácteas, SANCOR, está
conformada precisamente en la Cuenca lechera de la República Argentina, bajo la
forma de cooperativa. La cooperativa es una experiencia exitosa en la Argentina en
materia de producción, de inversión tecnológica y de inversión productiva.

Quería hablar especialmente de la transparencia de los mercados que en definitiva, es


el tema que abordaron los tres que me precedieron en el uso de la palabra, el señor
Polman entre otros, pero fundamentalmente el señor ministro de Agricultura de la
República de Francia en cuanto a la regulación de los mercados.

Yo creo que el problema no reside en el problema de los granos, creo que el problema
reside en el sistema financiero. Creo que enfocar únicamente el problema de regulación
de los mercados como una cuestión de seguridad alimentaria únicamente sobre los
commodities, me parece una visión absolutamente parcializada, lo digo con
honestidad. Porque de manera tal también podríamos decir entonces que deberíamos
regular el mercado de las patentes medicinales. Por ejemplo, es muy importante comer
porque si no uno se muere. Ahora también, si uno no cuenta con tecnología y con
remedios, también se muere. O sea que si hablamos de seguridad alimentaria, si
hablamos de seguridad de vida porque en definitiva estamos hablando de seguridad de
vida, deberíamos también por ejemplo, hablar de regular el mercado de royalties y
patentes medicinales, porque creo que en África no solamente se mueren de hambre
sino que también se mueren por no contar con medicamentos, con atención sanitaria,
sin embargo, hasta ahora no he escuchado ninguna palabra acerca de regulación de los
mercados, por ejemplo, de tecnología sanitaria que son claves, y además, es tan
humillante morirse de hambre como morirse por no tener una aspirina o no tener una
vacuna.

Me parece que entonces cuando hablemos de regulación para cuidar la vida, tenemos
que hablar de todos los aspectos, pero fundamentalmente del empleo, de la posibilidad
de un empleo digno que es necesario introducirlo también en esta cuestión. Nadie
puede tener seguridad alimentaria, seguridad de vida si no cuenta con un trabajo que le
proporcione los elementos, y por eso creo que el empleo va a ser un tema de este G20,
que le proporcione las posibilidades; empleo que además, tiene que ver también con
volver a un verdadero capitalismo. Porque yo creo que estamos hoy, -sinceramente lo
voy a plantear más tarde con mis colegas- en una suerte de capitalismo anárquico o
anarco capitalismo financiero, si se me permite. Los mercados financieros hoy están en
los commodities y conviene en los commodities, mañana o pasado mañana están en el
petróleo según cómo vaya el petróleo, y pueden mañana dedicarse a los mercados de
caramelos si realmente tienen posibilidades de obtener un peso más sin trabajar, sin
producir y sin invertir para perfectamente especular.

Por eso nosotros estamos sosteniendo que el verdadero problema es la falta de


regulación de los mercados financieros en el mundo.

Señores; las grandes cerealeras, las grandes empresas por más grandes que sean,
solamente pueden hacer movimientos especulativos evidentemente dentro de lo que
constituye el sistema financiero. No hay posibilidades de especular, no hay
posibilidades de obtener mayores o menores tasas de interés, si no está regulado
también el mercado financiero en cuánto va a invertir, a quiénes va a financiar, cómo
vamos a financiar, en qué condiciones. ¿A quiénes vamos a financiar? Vamos a seguir
financiando a los brokers que solamente hacen derivados financieros o vamos a
financiar a los que producen alimentos, bienes y servicios. Esta es la clave, creo que
enfocar el tema en la regulación del mercado de commodities o de alimentos, es una
visión absolutamente parcializada.

Yo soy fanática de la Realpolitik y sé dónde se deciden las cosas y dónde se adoptan las
decisiones. Si quienes lideran el mundo, porque han querido liderarlo también además,
no dan soluciones claras y concretas sobre el sistema de regulación financiera, si
solamente siguen apuntando a controlar a ver en qué gasta cada país las cosas pero no
controlan qué hace cada banco de inversión, en lo que hace cada calificadora, en lo que
hace cada movimiento de Bolsa, díganme ustedes, son todos hombres de negocios o
por lo menos vinculados a los negocios: ¿qué creen que pasa cuando un día la señora
Merkel se levanta y dice algo que parece que cayó mal y las Bolsas se van a pique y
pierden 4 ó 5 puntos? Al otro día se levanta el señor Sarkozy dice algo importante que
parece que calma todo y vuelven a subir otros 10 puntos, al otro día el señor Papandreu
decide una consulta popular y nos vamos todos para debajo de vuelta.

Ustedes creen que no hay gente que gana miles de fortunas con esos movimientos sin
hacer absolutamente nada, solamente sentado en un escritorio y manejando una
computadora. Eso, los líderes del mundo no han logrado solucionarlo y han pasado 3
años. Y por supuesto, cuando han pasado 3 años y no le dan la solución, cada vez se
agrava más. Si lo tratan con aspirinas, si lo trata un médico, en este caso el Fondo
Monetario Internacional, si lo trata además el G20, si le están dando medicinas, han
inyectado miles de millones de dólares y de euros en el sistema financiero.

Yo sostuve en la reunión de Londres del día 2 de abril, que era necesario obligar a los
sectores financieros a volcar a la economía real, esos recursos, porque si no hay
consumos, señores, no hay capitalismo, no hay posibilidades de crecimiento de la
economía.

Si nosotros hacemos planes de ajuste, si la gente no puede gastar plata, si la gente está
endeudada en más del ciento por ciento de sus posibilidades, yo quiero que alguno me
diga, desde Adam Smith, desde David Ricardo, desde Keynes, si no les gusta para
algunos más de izquierda de Carlos Marx, cómo vamos a hacer para que vuelva a
crecer la economía si no hay consumo, si el capitalismo hace eso, que la gente consuma
y que ustedes, los empresarios produzcan y vendan cada vez más. Este es el tema, esto
es lo que está fallando.

¡Quién me habría visto de mis épocas universitarias ahora! O sea lo que estoy
proponiendo es volver al capitalismo en serio, porque esto que estamos viviendo,
señores, no es capitalismo. Esto es un anarco- capitalismo financiero total, donde nadie
controla a nadie.
Entonces, la propuesta es que regulemos a los que realmente tenemos que regular.
Resulta que vamos a regular a los países y ver cómo pueden ajustar. Además, van
cayendo los liderazgos, y además, permítanme desde la política no ya desde la
empresa, se van a comenzar a cuestionar los fundamentos de la democracia. Porque
cuando la gente vea que la democracia no le da posibilidades de trabajo, de progreso,
de tener casa, de salud, comienzan a cuestionarnos los funcionamientos del sistema
político.

Ustedes piensen no en términos de 2 ó 3 años, piensen en términos de la evolución


histórica de la humanidad, lo que ha pasado cada vez que el pueblo no ha podido
comer. Y lo digo acá en Francia, cuna de la Revolución Francesa; cambian los
sistemas. No estoy anunciando el fin de ningún sistema por favor. Simplemente estoy
viendo mirar con perspectiva histórica y mirarlo con perspectiva de liderazgo histórico
y ver que es necesario hacer un cambio en serio, porque también lo que algunos creen
que está sucediendo en otros países, alguien habló recién de lo que pasa en África
cuando la gente no puede comer o en Magreb cuando pasó lo que pasó, pero tampoco
nos creamos el tema de la famosa revolución árabe que solamente tiene que ver con la
comida. Tiene que ver también con gentes que tiene sistemas políticos diferentes a los
nuestros y que no quiere vivir con las formas democráticas occidentales. No lo veamos
solamente con un problema económico. El que crea que la primavera árabe es una
cuestión de que quieren vivir como nosotros los occidentales, con división de poderes y
demás, no me parece que se está leyendo correctamente. Y si no miren las fotos de la
gente que festeja la caída de los gobiernos y vamos a ver gente vestida como
musulmanes, islamistas absolutos y además, en la primera elección que se hizo en
Túnez, la ha compartido islamista moderado pero islamista -y no tengo nada contra el
Islam, en absoluto- simplemente les digo: tengamos una real comprensión del mundo
en el que estamos. No nos equivoquemos y sepan que si esto se profundiza, van a
empezar a cuestionarse las democracias y las formas políticas actuales.

Europa también tiene una historia en esto, de cómo surgen gobiernos totalitarios en
medio de crisis económicas insolubles y que no pueden resolverse.

Yo creo que estamos a tiempo, no quiero ser dramática, ni tremendista, ni sembrar


pánico porque no es mi misión como Presidenta de la República y tampoco porque lo
creo. Creo que estamos en tiempo todavía y forma de poder establecer soluciones, pero
soluciones que tengan que ver con la regulación de aquellos que han provocado el
problema.

Pero además, y para finalizar, si uno ha probado ya durante 3 años determinadas


medicinas y con determinados médicos y el enfermo se agrava cada vez más, ¿no será
que habrá que cambiar de médico y de medicina e intentar otro tratamiento?

Esto es una cuestión de pura lógica, intentar resolver los problemas de la misma
manera con la que fueron originados, decía Einstein que es de gente no demasiado
cuerda.

Con esto quería finalizar, discúlpenme yo soy un poco....cuando hablo....están todos


mirándome como si hubiera....pero es un poco los que me conocen, me apasionan los
temas, me interesan los temas, nada me es indiferente. Estoy absolutamente
convencida de que tenemos que cambiar un montón de cosas y si me he propuesta de
vuelta como Presidenta de la República Argentina, precisamente ha sido para colaborar
con mi país, pero también saber que colaborar con mi país es colaborar con el resto del
mundo para que las cosas se solucionen, porque la Argentina no es una isla, ni lo quiere
ser tampoco. Al contrario, está absolutamente integrada al mundo tal vez como nunca.

Hemos crecido en nuestro comercio exterior de la década de los 90 en forma


exponencial también, hemos duplicado nuestra integración al mundo en materia de
comercio. Así que, déjenme que esta vehemencia es un poco la pasión y las ganas de
solucionar los problemas. Muchas veces hay que afectar intereses, eso sí.

Esta es la otra gran definición y con esto quiero terminar: es cierto que muchas veces
para solucionar determinados problemas, hay que afectar intereses e intereses que son
muy poderosos. Pero yo me atrevo a decir que es mejor enfrentar esos intereses
minoritarios pero poderosos, antes que más adelante enfrentar la furia de la sociedad.
Se los digo con la experiencia de una Argentina que vivió un 2001 caótico que hizo
colapsar prácticamente nuestro sistema institucional y dividió a la sociedad.

Muchas gracias.
El ataque de los medios hegemónicos a la militancia juvenil
(2012)

INTRODUCCIÓN -- Carlos Bosch

Una de las reivindicaciones de la década ganada es haber recuperado la participación


en los jóvenes en la política. La desilusión posterior a la "Primavera democrática” de
los 80 y el tsunami neo--liberal de los 90 habían terminado con la esperanza de que se
podía cambiar la realidad desde la política. Por supuesto, amplios sectores del poder
real alentaron esta tendencia a la fragmentación y la apatía. Lentamente, a partir del
2003, los jóvenes volvieron a ocupar un espacio que siempre les había pertenecido, el
de la militancia. El fallecimiento de ex presidente Néstor Kirchner fue el momento en
el que la sociedad tomó consciencia de esta nueva construcción. A partir de ahí, los
medios de comunicación opositores se encargaron de ensuciar y desacreditar a todo
movimiento político que contuviera a esa nueva militancia. En este discurso la
Presidenta le contesta al diario La Nación una serie de acusaciones realizadas contra
nuestra agrupación.

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER


EN EL ACTO DE LANZAMIENTO DEL PLAN NACIONAL “IGUALDAD
CULTURAL’’ - MUSEO DEL BICENTENARIO, 12 DE MARZO DE 2012

(...)

Yo por eso estoy muy contenta por estás cosas, pero como el día no podía ser perfecto.
No, no hay días perfectos evidentemente, hoy mirando los diarios vi a los chicos de la
Cámpora y del Movimiento Evita - ahí lo veo a Aguado, están al fondo - los vi que
ayer, 11 de marzo, fueron a San Andrés de Giles, al pueblo de Don Héctor Pedro
Cámpora, los chicos de las distintas juventudes de nuestra agrupación a recordarlo. Y
me acordé - se ve que llega tarde, ya se han ido atrás - y me recordé de mí y de mi papá
hace 39 años, él me acompañó a votar por primera vez. Yo tenía 20 años, soy clase 53,
hacía obviamente dos años que no se podía votar, pero otros más viejos que yo, los de
la clase 41, tampoco podían votar en mi país. Había existido un breve interregno, en el
año 63, pero en realidad había proscripciones, con lo cual no fueron votaciones como
las del,63. Duró poco, la verdad, tres años nada más pero fueron elecciones libres y sin
proscripciones, como luego fueron - afortunadamente - a partir del 10 de diciembre de
1983.

Pero digo esto y me acordaba cuando repasaba otro diario y me tocó leer, un editorial,
en la página 2, que la verdad sentí una suerte de desazón por las cosas que ahí decían.
Hablaban de una de las tantas organizaciones juveniles que conforman nuestro espacio
- en este caso La Cámpora - a quien han elegido como objeto, fundamentalmente los
monopolios... ¿Está por ahí el marxista de Axel Kicillof? (Risas). ¿No sé si vino?
¿Vino? ¿Qué está haciendo? Sí porque vieron que es una cosa rara lo que está pasando
porque de la derecha nos dicen que somos marxistas, y los de la presunta izquierda nos
dicen que somos de derecha. Yo digo que ese es el certificado perfecto de los
peronistas. (APLAUSOS). Cuando de la derecha te dicen que sos marxista y cuando de
la presunta izquierda revolucionaria te dicen que sos de derecha, pero seguro sos un
peronista consumado hecho y derecho. (APLAUSOS). Lo tengo absolutamente
internalizado. No, es matemático y lo saben los que son peronistas y los que no son
peronistas también, lo saben todos. (APLAUSOS).

(...)

Pero lo que no me pareció tan gracioso y me pareció, sobre todo en el siglo XXI y
después de las cosas que nos han pasado, decía que muchos de ellos, por los chicos,
chicos que uno los puede ver, miles cuando se movilizan, se organizan, alegres, decían,
“muchos de ellos son hijos o familiares de militantes montoneros, los identifica el
mismo gen que a sus padres”.

La verdad me sonó a Mengele, esto ya no me gustó nada. Esto de creer en la


identificación genética, es una cosa; no es el coraje y se identifican con el mismo gen
que a sus padres. No es el del coraje, que aún en et error de aquellos tiempos, aquellos
cuadros armados que desafiaron aPerón, sino la soberbia. O sea que el error, parece ser,
no es empuñar armas, sino que son soberbios.

Pero lo que me sonó muy mal fue el mismo gen. ¡Qué cosa, no! El mismo gen.

¿Qué es esto de que alguien nace predeterminado por...Me pareció muy nazi, por así
decirlo. La verdad que me sonó a nazi.

Pero no contentos después cuando leo lo de Kicillof, bisnieto de un rabino, bueno, y


marxista, bueno es como que va cerrando todo y se va sumando todo. Y la verdad... En
otra época darían miedo, ahora dan pena. Pero la verdad que...Sí, en otra época darían
miedo.

Y siguieron escribiendo. Dijo “no matan”, no sé, querrán que maten a alguien, no
matan, “adoctrinan a jóvenes incautos y los intoxican con una falsa épica”. ¿No les
hacen acordar a las cosas que decía Videla? ¿No les hacen acordar al tema de los hijos
del mismo gen que había...? ¿No fue esto lo que fundamentó la doctrina de separar a los
bebés, suprimir su identidad y sacárselos para que no fueran criados y no fueran iguales
que sus padres? ¡Dios mío, ellos deben saber bastante de eso, eh! ¡Ellos deben saber
bastante de eso! Porque la verdad verdadera algún día se va a saber también.

Y los intoxican, como si fueran idiotas los chicos, como si fueran estúpidos, como
si...Pero lo mismo, si uno recorre crónicas de algunas revistas o algunos diarios de ellos
mismos durante la dictadura, pueden encontrar calcada estas palabra, “estúpidos que
fueron arrastrados por...” No, bueno, en fin.

Y después continúa “berrean enojados desde las tribunas”. La verdad que no los he
visto nunca berrear, sino que los he visto cantar con mucha alegría, cantar con mucha
alegría...Cantar con mucha alegría que yo creo que lo que les molesta es eso, la alegría.
Lo que les molesta que no estén enojados, porque si fueran enojados o hicieran cosas
violentas, serían más fáciles, tal vez, de estigmatizarlos y de condenarlos. Como salen
a la calle, con sus piragüitas las chicas, todas jovencitas, chicos jovencitos, impensable
que en algún momento se acercaran a la política y mucho menos a algo que ollera a
peronismo o a Perón y Evita. Tal vez es eso lo que les molesta, ese tema.

Y finalmente, termina con “son los herederos del relato, gritan desde el poder a favor
del poder, son contestatarios”. La verdad que yo los veo construir, organizar, trabajar.
“No se sabe de qué y no se sabe a quién desafían”, ahí se equivocan, ellos saben a quién
desafían. Desafían a los que han destruido este país; desafían a los que quieren
monopolizar el uso de la palabra y que nos escuche otra voz que la de ellos y si es
necesario mentir una y otra vez, insistir una y otra vez. Saben a quién desafían; a la
concentración económica, a la miseria, a la desigualdad. Pero es una cosa de los
jóvenes que no es solamente con estos jóvenes, históricamente ha sido con los jóvenes.

Así que, yo les digo a todos los chicos que no se preocupen por las cosas que digan de
ustedes estos personajes y estos centros de emisión de poder que justificaron la
represión, la tortura, la desaparición que, además, merced a eso hasta se quedaron con
empresas. No se preocupen que los mencionen, preocúpense si los alaban; preocúpense
si los ignoran. No se preocupen porque, en realidad, ustedes son una de las cosas más
maravillosas que le han pasado a este proyecto nacional y popular.

(...)

También decirles, para finalizar, que esto no es tampoco una cuestión entre jóvenes y
viejos, no es un problema solamente de edad, no; hay jóvenes que son viejos y hay
viejos que son jóvenes. ¿Y saben qué? Néstor se nos fue con 60 años y era mucho más
joven que cuando lo conocí.

Muchas gracias a todos, muchas gracias. (APLAUSOS)


“Unidos y Organizados”

Estadio Velez Sarsfield (2012)


INTRODUCCIÓN -- Eduardo Tritten

En un año 2012 cargado de sucesos y de comienzo difícil con la internación de la


compañera Presidenta (problemas de tiroides, los estudios finalmente demostraron la
ausencia de cáncer) la militancia hace gala de su poderío organizativo en el estadio de
Vélez Sarsfield. Este acto llevado a cabo en abril, no dejará de tener un discurso casi
premonitorio de Cristina sobre el rol de la propia militancia y la política,
fundamentales para el cambio y la consolidación del conjunto del pueblo y del
proyecto de país.

No es casual que ese mismo mes, el estado argentino recuperara el control de una de
las empresas estratégicas y emblemáticas como lo es YPF, demostrando la voluntad
del proyecto político nacido con Néstor de fortalecer el estado, para liberar la Nación,
una línea cara a los sentimientos de todo argentino bien nacido. Y decimos, sobretodo
premonitorio, por el hecho que se dará meses después en el mes de noviembre de ese
mismo año: la marcha del 8N. Fomentada y conducida desde los medios hegemónicos
de comunicación, las corporaciones, y ciertos operadores que se mueven en las redes
sociales, bajo consignas dispares y poco reales, mas motivadas por el odio que por la
solidaridad de un grupo social heterogéneo.

Son en definitiva las dos caras antagónicas, enfrentadas. La política por un lado,
entendida como voluntad de cambio y de avance para el pueblo en su conjunto, con
una columna vertebral determinada por la juventud, por la militancia unida y
organizada, y apelando al corazón solidario que radica fundamentalmente en las tres
banderas históricas del movimiento; versus la antipolítica, manifestada por los
intereses espurios de las corporaciones hegemónicas y por el conjunto (masivo si, por
lo menos en ese momento) de individualidades motivadas por frustración y
resentimiento nada racional.

Hoy dos años y medio después, al ver la incapacidad de la antipolítica de poder tener
una fuerza consistente en el juego de la democracia, y de ver como las marchas de
cacerolas indignadas se desinflan hasta el punto de la insignificancia, el triunfo de la
política bien entendida es claro, contundente, fulminante, pedagógico, áspero para el
que no entiende la democracia como construcción de un proyecto para las mayorías.

Es en conclusión la afirmación de la militancia, no sólo la actual, sino la militancia


unida por el cordón umbilical de la historia, de ayer, de hoy y de siempre por sobre la
antipolítica, la banalidad, el individualismo, inducidos por los enemigos de siempre
que saquearon al país y condenaron a generaciones a la miseria.
Es también, la afirmación del camino trazado por Néstor y Cristina unidos a la Patria
Grande con Chávez, con Correa, con Lula, con Evo, con el Pepe Mujica, para dejar de
ser uno solo de los 20 fragmentos al que fue condenada Nuestramérica y con la
conciencia de saber que unidos es el único camino y que solos nos acarrearía el
retomo a ser dominados, a la esquiva soberanía.

Todo esto que trasciende varios años y deja ver hoy descarnadamente la disputa
simbolizada en su complejidad en la consigna patria o buitres, se trasluce en el
discurso de esa tarde histórica de Vélez dado por la conductora compañera Cristina.

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Gracias. Queridos compañeros, queridas compañeras. Compatriotas. Lo primero es lo


primero. Como Presidenta, pero fundamentalmente como militante, quiero
agradecerles a todos ustedes esta maravillosa fiesta de alegría, de júbilo y de
nacionalidad.

Siempre creí que la historia era construcción política, que era voluntad, que era
esfuerzo trabajo y compromiso pero, ante estas circunstancias, no puedo también dejar
de pensar que el azar, o algo más intenso o más poderoso, guía también los caminos de
la historia. Este maravilloso acto que vinieron a proponerme los compañeros del
Movimiento Evita y de La Cámpora allá por febrero era un acto que lo querían hacer el
11 de marzo" y yo les dije: "compañeros el 11 de marzo es un hito histórico de la patria.
Lo es en mi historia política, fue la primera vez que pude votar, fui una militante de
aquellos años pero sin lugar a dudas sin el protagonismo que podía influir en el curso
de esos acontecimientos vertiginosos. Vertiginosos y terribles también de aquella
época. Dije entonces: "¿por qué no hacerlo el 27 de abril cuando comenzamos nosotros
mismos a construir a partir de nuestras convicciones históricas, de nuestros principios
políticos una historia que estamos escribiendo nosotros mismo y que jamás
permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera o desde intereses contrarios a los
de la patria?".

(Patria sí, colonia no)

Una historia...

(Tómala vos, damela a mí, el que no salta es de Clarín)

Una historia, una historia... que hoy cumple 9 años. Son las 5 y media de la tarde. Hace
exactamente 9 años atrás esta militante junto a su compañero de toda la vida se
encontraba en el sur de la patria, allá en Santa Cruz

(Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo la puta madre que lo parió)

Estábamos allá esperando, esperando los resultados de una elección en un país que
había explotado y que definía en esos días su destino. Anoche, anoche hablando en la
mesa familiar quería recordar junto a los míos como había sido ese sábado anterior, la
noche de ese sábado anterior a ese domingo y mi hijo me contaba que... él llegó era
muy joven, llegó a la madrugada y encontró sobre la mesa de la casa del Gobernador
donde vivíamos nosotros un papel escrito por su padre con dos números: decía uno el
24 por ciento y otro el 22 por ciento que era lo que finalmente sacamos ese domingo y
nos habilitó para ir a la segunda vuelta. Me acuerdo, como si fuera hoy, salimos ese
domingo como lo hacíamos siempre en todas las elecciones junto a toda la militancia a
ganar la calle, a recorrer las calles de nuestro pueblo. Yo siempre de la mano de él, el
siempre tomado de mi mano a recorrer las calles de la ciudad. Y salimos también esa
noche. Me acuerdo que días más tarde, tal vez Estela Carlotto que esté por aquí se
acuerde. ¿Dónde estás Estela? En algún lado debés estar... allá estás ahí te veo. ¿Acá
atrás? No te veía y... no tengo ojos en la espalda, para que vean que soy normal. Me
acuerdo que nos habían invitado a una cena porque venía el premio Nobel Saramago, a
un grupo de intelectuales, escritores... estaba Estela me invitaron a mí. Y aleteaba en el
ambiente una pregunta que me hicieron: ¿Qué van a hacer si no hay segunda vuelta?
¿Cómo van a hacer para gobernar un país tan quebrado institucionalmente si no le dan
la segunda vuelta como una oportunidad para legitimar esa elección?. ¿Para legitimar
ese 22% que iba a ser más?. Varios presentes me lo hicieron, entre ellos Pilar la esposa
de Saramago, y yo me acuerdo que les contesté que si no nos daban la segunda vuelta la
legitimidad la íbamos a construir a fuerza de políticas que fueran orientadas a marcar el
destino y cambiar el destino histórico de la Argentina. Porque es cierto, con apenas un
22% de los votos, había legalidad pero faltaba legitimidad pero nos sobraba coraje y lo
que teníamos que tener para empezar a cambiar una historia y dar vuelta la taba de la
Argentina. ¿Quién podía imaginar? ¿Quién podía imaginar ese 25 de mayo del año
2003 cuando él habló frente a la Asamblea Legislativa y se comprometió frente a los
argentinos que no iba a dejar sus principios en la puerta de la Casa Rosada?. ¿Quién
pensó? Ni aún los más allegados, ni aún los más entusiastas que podíamos lograr las
cosas que hemos hecho en estos años. ¿Quién pensaba que íbamos a poder
desprendernos de ese lastre monstruoso que signficaba la deuda? ¿Quién pensó que los
asesinos y genocidas que se paseaban libremente por las calles iban a poder ser
juzgados por la Constitución, por los jueces de la Constitución y por las leyes de la
Constitución? Estas mujeres de pañuelo blanco durante décadas pidiendo justicia...

(Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar)

¿Quién pensó? ¿Quién pensó? ¿Quién pensó que finalmente nos íbamos a sacar de
encima ese Fondo Monetario Internacional que durante décadas había asolado a la
Argentina? Y hoy lo vemos todavía con las mismas recetas viejas, caducas y obsoletas
planteando políticas inviables. Esta vez ya no en los países emergentes si no en los
países desarrollados. ¿Quién podía pensar que iba a hacer aquí en nuestra patria, en
Mar del Plata, cuando ese Presidente alto, desgarbado, como le criticaban, bizco y con
el traje abierto iba a decirle que no a los más poderosos? ¿Quién pensaba? ¿Quién
pensaba que Íbamos a lograr disparar un proceso de reindustrialización que generara
más de 5 millones de puestos de trabajo que nos convirtiera a nuestros asalariados en
los mejores retruibidos del mundo... de la región...? Y también, como están las cosas,
habría que ponerse a contar también, habría que ponerse a contar también... lo que se
puede comprar con un sueldo acá y lo que se puede comprar hoy en otros lugares.
¿Quién pensaba que íbamos a volver a vivir en un país donde se negociara libremente
los salarios? ¿Quién pensaba que una mujer iba a poder ser Presidente de la República
Argentina? Porque eso también junto al matrimonio igualitario son las conquistas de
mayor igualdad y participación de los sectores siempre discriminados de la sociedad.
¿Quién pensaba acaso también, después de aquellos sucesos del 2008, donde se planteó
uno de los conflictos, tal véz el conflicto más severo político e institucional durante
muchísimas décadas que esta fuerza política que este proyecto político al que le
auguraban apenas meses de vida, ni que hablar después de 2009, que íbamos a poder
constituirnos y lograr las cosas que hicimos como recuperar la administración de los
fondos de los trabajadores para ponerlos al servicio de nuestros jubilados?. Sacarlo del
mercado de capitales y volcarlo al mercado social para producir más y mejor trabajo?.
Sostener las inversiones y sostener al país cuando en el 2009 la crisis más formidable
de que se tenga memoria y que aún hoy está... ¿Quién iba a pensar que íbamos a lograr
movilidad jubilatoria para nuestros pensionados cada un año dos veces aumento por
año... Jubilados que habían estado durante años y años reclamando en las puertas del
Congreso ni que hablar de la educación esa carpa blanca... el otro día... Quiero
contarles algo: ¡qué linda manera de terminar esta semana! El día lunes empecé en una
carpa blanca donde había dos premios nobels al lado de nuestro Ministerio de Ciencia y
Tecnología, 500 jóvenes científicos y becarios, jóvenes dedicados a la ciencia y hoy lo
termino con miles y miles de jóvenes militantes. !Qué Argentina diferente señores y
señoras!. ¡Qué Argentina diferente!. Miles de jóvenes incorporados a la política,
científicos que regresan al país. Nuestros jóvenes. ¿Quién iba a imaginar también que
íbamos a poder cambiar un instrumento que tal vez no haya sido mirado en toda su
dimensión pero que fue uno de los instrumentos más formidables de la década de los 90
que fue la reforma de la carta orgánica del Banco Central condenando al Banco Central
a ser sólo un instrumento monetario y no un instrumento de la política global del país
de crecimiento, de desarrollo, de empleo y de bienestar. ¿Quién imaginaba? Ni yo
tampoco lo imaginaba... ¿Quién imaginaba que, con el consenso mayoritario de las
principales fuerzas políticas de la República Argentina, a las que como Presidenta de la
Nación les reconozco y les agradezco el apoyo que han brindado no al Gobierno sino al
país al acompañarnos en el proyecto de recuperación de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales. Gracias. Es de bien nacido ser agradecido. Quiero agradecer a todas las
fuerzas políticas que nos acompañaron y nos acompañan.

(Ay Ay Ay Ay los gorilas se quieren matar. Ay ay ay ay YPF ya es Nacional. Muchas


gracias Néstor Kirchner, gracias por lo que nos diste. Con Cristina seguiremos
profundizando el modelo.)

Por eso decía... por eso decía lo del azar, nadie podía pensar... Muchos desprevenidos
pueden pensar que este acto tiene que ver con esa decisión del 16 de abril con la
votación en el Congreso pero en realidad.... Por eso de lo que hablaba en el principio
del azar que muchas veces interviene en esta historia. Hoy estamos aquí luego de haber
obtenido una media sanción en el Senado y a una semana o poco menos de tratarse en
la Cámara de Diputados... Gracias una vez más a todos los que lo hicieron posible
porque esta no es obra de un partido ni de ningún sector. Esto es de todos los argentinos
y para todos los argentinos. Tenemos...
(Ay Ay Ay Ay los gorilas se quieren matar. Ay ay ay ay YPF ya es Nacional. Muchas
gracias Néstor Kirchner, gracias por lo que nos diste. Con Cristina seguiremos
profundizando el modelo.)

Son terribles, me hacen reír...

Yo quiero....

(Ay ay ay ay los gorilas se quieren matar... YPF ya es nacional)

Yo quiero con esto que hagamos un aprendizaje político. ¿Cómo es posible aún con
esta historia que comenzó con tanta debilidad... un 27 de abril hace 9 años lo que
hemos podido hacer aun con esa debilidad? Quiere decir entonces que la voluntad, la
convicción, el trabajo, el esfuerzo el compromiso, el sacrificio personal porque
también en todo esto hay un inmenso sacrificio personal de todos y cada uno de los que
se juegan todos los días en cada espacio, en cada trabajo., para que las cosas salgan
bien. Y yo les pido a cada argentino en cada lugar que esté... de esos argentinos que
hacen bien las cosas, que cuando vean a otro compatriota que no las hace tan bien... por
favor le pidan, no por ustedes, no por mí, sino por sus hijos que trabajemos juntos todos
unidos y organizados para construir un país mejor.

Quiero decirles también que muchos pensaron o algunos tal vez que cuando hablé de
sintonía fina empezaron a elaborar teorías acerca de qué significaba esa sintonía fina...
que íbamos a retroceder, que íbamos a cambiar. Qué poco me conocen y qué poco
conocen al pueblo argentino por sobre todas las cosas porque estas ideas y estas
conquistas no pertenecen a una Presidenta ni a una fuerza política son hoy parte de toda
la República Argentina. Y yo quiero decirles a los jóvenes que han inunado esta
bendita cancha de Vélez... Perdón para los que no son de Vélez, yo no soy de Vélez
pero gracias a los de Vélez por este magnífico estadio. Quiero decirles a los jóvenes, a
esos que agitan las banderas del Che, de Tupac Amarú, de Evita, de Cámpora, de
Kolina, de todos los jóvenes de todas las fuerzas políticas... que todos, que ustedes...
por acá veo también una de Forja

(y ya lo ve, y ya lo ve, hay una sola JP)

Ustedes que son la generación del bicentenario y los que ya tenemos unos cuantos años
encima y tenemos hoy la responsabilidad institucional de conducir el Estado que
también debemos idear nuevas formas de participación, nuevas formas de intervención
del Estado modernas, contemporáneas. Cuando el 16 de abril anunciaba el envío al
Parlamento del proyecto les decía que no era volver al pasado era recuperar la
dirección nacional de una de nuestras empresas emblemáticas e históricas pero que va a
exigir por parte de todos nosotros nuevas formas de intervención, nuevas formas de
intervención del Estado junto al sector privado organizadamente pero siempre con la
dirección del Estado porque el Estado no puede declinar las responsabilidades
políticas, económicas, sociales e institucionales en la conducción de un país.

Por eso son ustedes... Por eso ustedes, las nuevas generaciones son las que tienen que
tomar la posta y la bandera para seguir con los ideales de 200 años de historia para que
nuestras Islas Malvinas vuelvan a formar parte de nuestras instituciones porque ya son
parte para siempre de nuestra geografía y de nuestra historia. Para hacerlo por el
camino de la paz y de la diplomacia como lo hemos hecho y como lo seguiremos
haciendo inclaudicablemente. Pero son ustedes los que tienen que seguir escribiendo la
historia, su propia historia y para hacerlo deben hacerlo bajo el lema en que fue
convocado este acto: unidos y organizados para profundizar la transformación porque
siempre que el pueblo argentino...

(Ole ole ola la, si este no es el pueblo el pueblo donde está).

Siempre, siempre... siempre... siempre que el pueblo... siempre que en las


circunstancias históricas ha sufrido derrotas... cada vez que los trabajadores han
perdido sus conquistas y han retrocedido... Cada vez que los empresarios nacionales se
desindustrializaron, tuvieron que cerrar sus fábricas o tuvieron que cerrar las persianas.
Cada vez que argentinos sin oportunidades se iban afuera. Cada vez que jóvenes hacían
filas en las embajadas para irse del país. Cada vez que se iban los científicos por falta
de oportunidades era porque antes nos habían dividido y enfrentado entre nosotros y
sobre esas diferencias y esos falsos enfrentamientos lucraron unos pocos. Por eso no
me voy a cansar una y otra vez casi tercamente de pedirles a todos unidad y
organización y decirles a todos que la historia no se escribe en línea recta con una
estilográfica donde siempre todo es prolijito desde el primer renglón hasta el último. Al
contrario, la historia tiene marchas y contramarchas, claros y oscuros, avances y
retrocesos. Tenemos que tener la claridad aquellos que tenemos la responsabilidad de
haber vivido una Argentina dividida, de haber vivido una Argentina enfrentada de
tener en la memoria colectiva la necesidad de la unidad nacional. Más aún en un mundo
complejo, difícil, como el que estamos viviendo y ante una oportunidad histórica que
se nos abre como país y como región. Yo veía recién allí levantada la bandera de
Venezuela... Yo veía... Un gran abrazo al Presidente Chávez: Frías y le deseamos aquí
de todo corazón, de todo corazón, su pronta recuperación y cura. Esta América del Sur
unida, esta América del Sur que tiene una oportunidad que no tuvo en sus 200 años de
liberación de constituirse tal vez en una de las regiones sino la más importante de la
tierra. Esto nos tiene que llevar a todos a tener mucha humildad, mucha lucidez, mucho
conocimiento de la historia porque la historia enseña más que 1000 discursos o 4000
libros. Basta releer lo que nos pasó. Basta ver cómo pivotearon sobre nuestras
diferencias para entender donde está la clave de nuestros males. Por eso los convoco
desde el corazón pero también los convoco desde el conocimiento de lo que nos pasó
para que nunca más nos vuelva a pasar y podamos seguir construyendo esta Argentina.
Para ustedes que están aquí y junto a ustedes. Kara los jovenes y para las futuras
generaciones. Para que no tengan que vivir lo que nosotros tuvimos que vivir. Para que
nunca más haya mujeres que se tengan que poner un pañuelo en la cabeza. Para que
nunca más los trabajadores hagan largas colas en las fábricas pidiendo un puesto. Eso
es mucho peor que la peor de las leyes de flexibilización laboral: la desocupación. No
hay mayor dlsciplinador social que no tener trabajo por eso siempre digo: el trabajo es
el gran organizador social y a ese trabajo lo vamos a defender con uñas y dientes.
Porque nadie más que nosotros sabemos los intereses que hemos tenido que enfrentar
para defender, precisamente, los intereses de los que menos tienen. Finalmente, el otro
día, quería decirles que cuando estaba convocando el compañero Mariotto y Hebe a
esta plaza, a este estadio, Hebe con esa forma que tiene de hablar me hizo emocionar
mucho... Y dijo que Néstor y los 30 mil desaparecidos iban a estar también esta tarde
aquí en Vélez. Y tenés razón Hebe, él está, los 30 mil también pero lo más importante
es que están ustedes, miles y miles de jóvenes, miles y miles de jóvenes, que se han
Incorporado a la política. Jóvenes en la secundaria, jóvenes en las universidades,
jóvenes en los barrios que han vuelto a creer que es posible transformar el país.

Cuando el otro día visitaba San Antonio de Areco, aquí en la provincia de Buenos
Aires, y un gurrumino así (hace el gesto de una altura baja con la mano) que no estaría
más allá del primer o segundo año del secundario y me entregaba una bandera de una
de las agrupaciones políticas juveniles y me decía yo soy militante. Digo: la pucha, si
tuviera que elegir entre todas las cosas que les mencione desde que empecé a hablar
hasta ahora, me quedo con ese pibe. Con la incorporación de miles y miles de pibes a la
política. Es lo mejor que hemos hecho porque eso es sembrar futuro. ¿Y saben por qué?
¿Y saben por qué? Porque no somos eternos. ¿Y saben por qué? Porque no somos
eternos y nos ha tocado comprobarlo dramáticamente. Que la vida se extingue aun
cuando menos lo pensamos. Y entonces yo tengo mucha confianza que estas ideas...
porque es precisamente en la adolescencia y en la juventud donde la gente se forma
definitivamente en una orientación y en una forma de ver la vida y de sentir las cosas...
Yo siento que los verdaderos custodios de este legado histórico no somos los que
estamos en este escenario que ya estamos viejos muchos de nosotros, sino que son
todos ustedes que no van a permitir jamás. Son todos ustedes, que no van a permitir
jamás... dar un paso atrás en todo esto que hemos logrado. Quiero agradecerles. Yo
también los amo mucho.

(oooo yo no soy gorila, soy soldado de Cristina)

Me gustaría que esa la cambien por "soy soldado de Argentina", que rima con Cristina
también. ¡Vamos!.
Quiero agradecerles, quiero agradecerles, quiero agradecerles... esta tarde fría de clima
pero de caliente de corazón y de militancia y de política, de alegría, de júbilo popular,
de sentirnos nuevamente parte de un proyecto común. Ustedes no saben, ustedes no
saben, lo importante que es sentirse parte de algo, tener identidad y pertenencia de un
proyecto. Esto nos da vida, nos da fuerza. Y si ese proyecto es el proyecto de un país
que crece, que incluye, que protege, que brinda que repara. Es entonces el camino que
alguna vez soñamos cuando éramos muy jóvenes y, como ustedes, saltábamos,
gritábamos y agitábamos banderas en tiempos también más agitados también. Ustedes
tienen una inmensa suerte de vivir en una democracia plena. En una democracia donde
cada uno puede hablar, decir, sentir, expresarse, gritar lo que quieren. Esto es algo
maravilloso y es algo que debemos defender con uñas y dientes. Por eso gracias a
todos, gracias a las organizaciones políticas que había sido pensado para el 11 de
marzo pero que lo hicimos hoy 27 de noviembre (sic) cuando empezó un proceso que
transformó el país y que seguramente otros van a continuar porque si algo hemos
aprendido es que la historia no se detiene y aquí estamos nosotros para seguir
empujando. Gracias Argentina, gracias a todos. Los quiero mucho, mucha fuerza.
“UNA DÉCADA GANADA POR EL PUEBLO” (2013)

Plaza del 25 de Mayo del 2013


INTRODUCCIÓN -- Juan Pablo Marinelli

En razón de la conmemoración del 203° aniversario de la Revolución de Mayo, se


realizó un masivo acto en Plazo de Mayo, que incluyó un festival de música. Por un
acuerdo de todas las organizaciones políticas kirchneristas se decidió dejar el centro
de la plaza a la gente de a pie. Quién haya caminado la plaza ese día recordará
montones de familias, escuchando atentamente las palabras de la presidenta de los
argentinos. Estas comenzaron alrededor de las 20hs, cuando ya había oscurecido, y el
discurso que establecieron quedará en el recuerdo de todos los que lo escucharon y
leyeron, por la importancia de los temas que se trataron. Mientras la preseidenta
hablaba la multitud desbordaba la plaza y podían verse columnas que se extendían por
Av. de mayo pasando 9 de Julio. Las diagonales también rebosaban de gente y
columnas. Este discurso trazará los lineamientos del Kirchnerismo de caras a las
elecciones, tanto las legislativas de ese mismo año, como las presidenciales de 2015.
Allí la presidenta utilizaba por vez primera el concepto de empoderar y decía para que
reflexionemos: “es necesario empoderar al pueblo, a la sociedad de estas reformas y
de estas conquistas para que ya nunca nadie más pueda arrebatárselas, y sé de qué
estoy hablando. Muchas veces leo en letra de molde que hablan del kirchnerismo y del
fin del ciclo y yo me pregunto y le pregunto a todos los argentinos: el cambio de un
gobierno por otro, ¿es fin de ciclo o en realidad a lo que se están refiriendo es a que
cuando yo me vaya se va a acabar todo lo que hemos conquistado en esta década
ganada?”.

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Muchas gracias, muchas gracias a todos y a todas por esta plaza de la alegría, del amor,
del amor por la patria, del amor por el otro, donde no venimos a insultar ni a agraviar,
sino a festejar el Día de la Patria.

En este nuevo aniversario de nuestra querida patria, en este 203 aniversario, quiero
confesarles a todos ustedes que ni ayer ni hoy ha sido un día fácil para quien les habla.

Junto a mi condición de argentina, como el resto de los 40 millones que recuerdan y


festejan a su patria, surgen en mí también otras imágenes, otros recuerdos, porque hace
exactamente 10 años, mi compañero de vida y de militancia, el presidente -qué
paradoja- menos votado de todos los procesos democráticos y sin proscripciones de
elecciones, era el que menos votos había obtenido y, sin embargo, vino a encabezar el
proceso de transformación y cambio más importante de las últimas décadas.
Yo la verdad que quiero recordar la historia, quiero recordar estos 203 años de nuestra
Revolución de Mayo, pero no hacerlo desde la versión anodina y aséptica que muchas
veces nos explicaron.

Yo quiero recordar y veo en todos ustedes, en esas caras jóvenes, las caras de otros
jóvenes, de French, de Beruti, de Moreno, de Monteagudo los verdaderos cerebros de
esa revolución, French y Beruti que no repartían como nos enseñaron en el Billiken,
escarapelas festejando la caída del virrey. Repartían escarapelas que en realidad eran
cintas amarillas españolas marcando los que únicamente podían Ingresar al Cabildo.
Así se hizo la Revolución de Mayo y así se hicieron también los grandes procesos de
transformación aquí en Latinoamérica y en el mundo.

Jóvenes con ideales también junto a nuestros hombres de armas, encabezados por
Cornelio Saavedra, el Regimiento de Patricios, que eran las épocas fundacionales del
país donde pueblo y fuerzas armadas, las ideas junto a los que empuñaban también las
armas para defender esa gran patria que nacía, construían la historia.

Luego vinieron siglos de desencuentros, avances y retrocesos y también casi una


década que cambió la historia en el siglo XX, y no quiero con esto, por favor, que lo
vean como un sesgo partidario, es simplemente una carga histórica innegable, un
movimiento político, el peronismo que vino a cambiar definitivamente la historia del
país. Un hombre y una mujer que les enseñaron a los argentinos que al lado de cada
necesidad había un derecho, que les dieron educación, vivienda, vacaciones,
aguinaldos, a partir del año 53 convenios colectivos de trabajo que le dieron al
trabajador, que incorporaron al trabajador y a la mujer a la vida política de los
argentinos, que también, porque es innegable, afectaron intereses, porque antes de que
llegara el peronismo, había explotación en el país; porque antes de que llegara Juan
Domingo Perón y Eva Perón, a la gente se le pagaban dos monedas, no había
vacaciones, no había aguinaldos, solamente había explotación. Cómo entonces no iban
a ser combatidos y denostados.

Creo que es fácil entender también los ataques permanentes que sufrieran primero
Néstor como presidente y después esta Presidenta; tal vez después de Perón y de Evita,
las dos personas más difamadas, atacadas, ultrajadas y descalificadas de toda nuestra
historia.

Pero no me quejo, sabemos que cuando afectamos intereses, sabemos que cuando
defendemos a los sectores más vulnerables, sabemos que cuando incorporamos a
millones de argentinos al trabajo, cuando creamos la Asignación Universal por Hijo
que ya no permite que cualquiera contrate a un hombre o a una mujer por dos pesos,
cuando consagramos nuevamente desde hace 10 años las convenciones colectivas de
trabajo, en esta "década ganada" -mal que les pese es una década ganada- pero no por
un gobierno, ganada por el pueblo. Cada conquista, cada hombre y mujer que pudo
jubilarse y que hoy cobra su jubilación que se ajusta dos veces al año, cada pibe que
recibe una netbook, no para escuchar cumbias por favor, como alguien decía el otro
día, sino para aprender en el proceso de inclusión educativa más importante que se
recuerde en toda la historia, con 9 nuevas universidades, con mas de 1.400 colegios
nuevos, en cada joven que hoy puede estudiar y trabajar, en cada mujer que luego del
reconocimiento del trabajo de los empleados y empleadas en servicios domiciliarios,
algo que ni siquiera Evita podía lograr también, tienen instrumentos y herramientas
para pelear sus derechos en cada región del país. Porque me atrevo a decir también que
es una década ganada en federalismo, en donde todas las regiones han sido
incorporadas en un plan de obra pública sin precedentes, con infraestructura social y
económica. Y también, porque no, en los miles y miles de pequeños y medianos
productores, empresarios, comerciantes y también de los grandes que han obtenido en
esta década ganancias, rentabilidad y crecimiento a sus empresas, que ha generado
también los millones de puestos de trabajo.

Hemos logrado articular esto, y este es el mejor homenaje que podemos hacer a esos
hombres y a esas mujeres que liberaron un pueblo hace 203 años, pero que la tarea
había quedado inconclusa, porque todavía estamos peleando también ya no por ia
libertad, sino por la igualdad que es el gran signo de esta década y de las que vendrán.

Quiero también convocar a todos los argentinos a esta gesta, a que esta década ganada,
le siga otra década más en que los argentinos sigan ganando también. Porque yo me
pregunto, yo no soy eterna, lo he dicho muchas veces, y lo que es más importante,
tampoco lo quiero ser. Es necesario empoderar al pueblo, a la sociedad de estas
reformas y de estas conquistas para que ya nunca nadie más pueda arrebatárselas, y sé
de qué estoy hablando.

Muchas veces leo en letra de molde que nabian del Kircnnerismo y dei Tin del ciclo y
yo me pregunto y le pregunto a todos los argentinos: el cambio de un gobierno por otro,
¿es fin de ciclo o en realidad a lo que se están refiriendo es a que cuando yo me vaya se
va a acabar todo lo que hemos conquistado en esta década ganada? Me parece que se
refieren a eso.

Me parece que cuando hablan de la Asignación Universal por Hijo con desprecio, me
parece que cuando hablan en contra del desendeudamiento que comenzamos y que
permitió generar un ciclo virtuoso en la economía, donde el Fondo Monetario
Internacional no viniera a imponernos condiciones, tal vez se refieran a eso, a que
también quieren que vuelva esa etapa.

O tal vez se refieren a que ya no va a haber más todos los años la fijación del salario
mínimo vital y móvil, todos los años convenciones colectivas de trabajo donde
incorporamos mayor poder adquisitivo porque a lo mejor ellos piensan que los salarios
son los que provocan la inflación.

Yo digo que los precios no los ponen los trabajadores ni el gobierno. Yo digo que los
precios los fijan los empresarios y los grandes monopolios.

¿A qué se refieren entonces, a qué se refieren?

Ustedes lo saben muy bien y hagamos memoria de estos 200 años; hagamos memoria
cómo fueron atacados esos próceres, Moreno, Belgrano, a los que acosaban de ultras y
jacobinos. Si Belgrano hubiera respetado las órdenes que emanaban de Buenos Aires,
no hubiéramos tenido la Batalla de Salta y Tucumán. Por suerte, Belgrano era un joven
desobediente porque era un patriota por sobre todas las cosas.

¿A qué se referían cuando también denostaban el gobierno del brigadier general Juan
Manuel de Rosas que pudo resistir los embates del colonialismo francés e inglés?
Luego vino lo que vino.

Cada ciclo de gobiernos populares ha tenido ataques feroces porque en realidad, cada
una de esas dirigencias no era de ellas el problema, era el obstáculo, eran las
herramientas que la historia del pueblo había tomado para transformar un destino de
esclavitud, un destino de atraso y, entonces, había que destruir las herramientas.

Yo, nosotros, él, que no está más, no fuimos importantes ni seremos importantes por
nosotros mismos. Somos apenas una herramienta de ustedes, del pueblo y me refiero,
no solamente a los que están en esta plaza. Es más, me refiero también a aquellos que
sin saberlo, muchas veces repiten lo que escuchan o lo que leen. No es la primera vez
en la historia.

Hubo distintos instrumentos también para difamar, para distorsionar y si no, no quiero
remontarme tal vez a una historia que muchos no recuerden, pero les recuerdo a todos
algo que todavía está muy fresco en nuestra memoria: los invito a que cuando lleguen a
sus casas, los que tengan una compu, los que puedan acceder a Internet, que son
muchos hoy en la República Argentina, más del 50 por ciento de la población puede
acceder a Internet, vayan y lean los diarios del año 2001, previos a diciembre, previos
al corralito, vayan a ver, vayan a leer si algunos meses antes o apenas el mes anterior o
apenas la semana anterior a que se confiscaran los ahorros, fundamentalmente de la
clase media argentina, algún diario, alguna radio, algún medio televisivo, algún
economista, de esos que hoy preanuncian catástrofes y apocalipsis todos los días, le
habían anunciado a los argentinos que le iban a manotear la plata y no se la iban a
devolver.

Nadie les avisó nada y no era porque no sabían, sino porque tenían complicidad. Ni qué
hablar, ¡por Dios!, del período más trágico de nuestra historia, de ese que se inició el 24
de marzo de 1976. Lean lo que decían y lo que hacían, miren las fotografías, hasta
alguien tituló "Tenemos nuevo gobierno". Recorran los documentos y archivos para
ver con las cosas que se quedaron durante ese período en el que estas mujeres que están
a mis espaldas de pañuelos blancos, todavía siguen buscando a sus hijos y a sus nietos.

Quiero confesarles algo: si bien nuestro Gobierno en materia de derechos humanos, en


materia de castigo, castigo con la ley y la Constitución y los jueces de la Constitución,
sobre los genocidas todavía y pese a eso, yo como argentina, siento con esas mujeres
una inmensa deuda. Los argentinos todos, todavía tenemos una inmensa deuda.

Porque es cierto que están siendo juzgados, porque es cierto que están en prisión,
porque es cierto que están purgando penas, porque es cierto que hay procesos judiciales
que se abren todos los días, pero todavía no hemos podido encontrar a sus hijos ni a sus
nietos y esa es una deuda que todavía no ha sido saldada por el conjunto de la sociedad
ni de los gobiernos.

Yo quiero la unidad de todos los argentinos, pero quiero la unidad con memoria, con
verdad y con justicia. Porque sin eso, no hay unidad posible y la necesitamos, la
necesitamos en este proceso de transformación económica y de inclusión social y
también, de grandes reformas políticas.

Reformas políticas que muchos no creían porque pensaban que eran enunciados
cuando hablábamos de las Internas abiertas, obligatorias, simultáneas y vinculantes
para todos los partidos políticos iniciando el proceso de reforma política más
importante.

Y también ahora, con la reforma que necesita la Justicia para democratizar también al
tercer gran poder del Estado que necesita y que los argentinos necesitamos que sea
democratizado.

Por eso la igualdad en el acceso, por eso también el voto popular en la representación
de los organismos políticos en ese tercer poder el Estado.

¿A quién puede molestarle? ¿Cómo puede negarse el derecho a 40 millones de


argentinos a elegir a quiénes son los que van a representarlos en ese organismo político
que es el Consejo de la Magistratura que elige y designa jueces? Son los argentinos los
que también tienen que opinar y participar, abrir las compuertas, darle luz y visibilidad.

Y hay algo que me obsesiona y me desvela y que es cómo hacer para que estas grandes
transformaciones, que estas grandes conquistas, que van desde lo económico a lo
social, hasta lo estrictamente igualitario como fue otro gran hito histórico del cual me
siento orgullosa y del cual fue artífice Néstor como fue el matrimonio igualitario en la
República Argentina.

¿Cómo hacer? Yo encuentro una sola manera. Porque quiero decirles algo: estos años
felices, estas medidas que trajeron felicidad al pueblo en esta década ganada, fueron, es
cierto, medidas para la felicidad del pueblo, pero no fueron medidas fáciles para el
Gobierno: por cada medida, por cada decisión, un ataque. Cuando él decidió pagarle al
Fondo Monetario Internacional, cuando decidió reestructurar la deuda, cuando en Mar
del Plata le dijo "no" al ALCA, junto a otros patriotas como Lula, como Chávez,
querido compañero y amigo Hugo Chávez, eterno en el corazón de nuestro pueblo
también, o tal vez, cuando tomamos la decisión de recuperar los fondos de las AFJP,
terrible decisión, corrida cambiaría, mis dos gobiernos llevan más de 3 o 4 corridas
cambiarías presionándonos para que hagamos cosas que perjudiquen a la gente.

No es fácil, no son fáciles las presiones. También me pregunto, cuando alguno habla de
fin de ciclo, ¿será que piensan que los dineros de los trabajadores que hoy están en la
ANSES, vuelvan a comprar acciones como algún diario vendió sus acciones a no sé
cuántos pesos que hoy no valen nada? Tal vez se quiera volver a eso cuando se habla de
fin de ciclo.

Por eso, mi desvelo, mi obsesión es que esta sociedad de los 40 millones de argentinos
se organice en forma unida y solidaria pero, al mismo tiempo, comprendan.

Yo el otro día, recordando a Jauretche, hablaba de los zonzos y contaba una anécdota
de precisamente cuando se emitieron los famosos bonos para pagar a los argentinos
que habían quedado atrapados en el corralito. Muchos los vendieron.

Cuando el año pasado pagamos el corralito, solamente era un 20 por ciento de


argentinos, el otro 80 por ciento, era de extranjeros que habían comprado a 2 pesos lo
que valía 100. Porque a muchos argentinos, inclusive argentinos instruidos, argentinos
de clase media, argentinos que han tenido la oportunidad de la educación, tal vez no la
de entender, sí la de saber. Pero hay una gran diferencia entre saber y entender. Lo que
yo quiero es, finalmente, que los 40 millones de argentinos entiendan y comprendan
cuáles y dónde están sus verdaderos intereses y me desvela.

Por eso, el otro día, cuando anunciaba las medidas de aumento en todas las
asignaciones, de la Universal por Hijo, por embarazo, las de los trabajadores
registrados, cuando anunciaba esas medidas, decía que tenemos que organizar a la
sociedad para cuidar esa conquista, mirar para cuidar. Y yo convoco a todos los
argentinos al momento -quiero decirles algo- empezaron a llegarme, yo en ese
momento hablé de los jóvenes, de las iglesias, al momento comenzaron a llegarme
mensajes de centros de jubilados, de gente que quería participar.

Porque quiero decirles algo: si no se organizan, si no participan, si no cuidan ustedes


mismos lo que es de ustedes, van a venir otra vez por todos ustedes como lo han hecho
a lo largo de toda la historia.

Tenemos los argentinos el deber de no depender de una persona; tenemos el deber,


pero sobre todo la necesidad, de empoderarnos nosotros mismos de esas conquistas y
de esos derechos y de organizamos para defenderlas. Con eso sueño.

Sueño también con una Argentina como la que hemos logrado en esta década, la
década ganada pero también la década de la solidaridad, la década donde cada
argentino o por lo menos una gran parte de los argentinos, ha comenzado a mirar al
costado o, tal vez, un poco atrás donde otro argentino u otra argentina todavía le falta
algo, hay muchos a los que todavía les faltan muchas cosas. Yo les pido a los que ya
han tenido logros que ayuden a que otros también lleguen al mismo lugar que ellos
tienen.

Esa unidad, esa organización, esa participación, es lo que siempre les digo, lo que le
dije...yo también los quiero mucho...es lo que dije otro día histórico también y de
homenaje, nuestro último 2 de abril en Puerto Madryn, donde homenajeamos a
nuestros veteranos y combatientes y caídos en la guerra de Malvinas, inclaudicable
demanda de soberanía: la patria es el otro, la patria es el otro, es el que todavía no ha
podido conseguir trabajo o que consiguiéndolo no está registrado; la patria es el que
todavía tiene y lucha y trabaja para conseguir su casa propia. El otro es ese joven que
tal vez no pueda estudiar todavía porque tiene que trabajar para ayudar al hogar; el otro
también es el que sufre adicciones y tenemos que ayudarnos hermanos a rescatarlos
entre todos para combatir los flagelos modernos que tiene nuestra sociedad. La patria
es esas mujeres que han luchado por más de 35 años pidiendo justicia; la patria es
también esos miles y miles de emprendedores que gracias a este proyecto político, que
quede claro además, este no es un modelo económico, que quede claro que este es un
proyecto político con objetivos económicos, sociales y culturales. Digo entonces, que
es necesario empoderar a la sociedad.

Y en cuanto a los insultos, a los agravios, a la descalificación y difamación


permanente, inclusive contra los que ya ni siquiera pueden defenderse porque no están,
le seguiremos contestando con gestión, con acción, con trabajo, con sacrificio, con
esfuerzo, con militancia, con participación. Porque no van a lograr lo que quieren. En
realidad quieren dividir como siempre lo hicieron los argentinos, quieren instaurar
climas de división, de insulto, de agravio, de odio permanente. No lo van a logar,
conmigo no van a poder, no van a escuchar una sola palabra de ofensa; sí de ideas, sí de
debate, sí de política.

Necesitamos imperiosamente ser más inteligentes, porque el odio nubla las mentes, no
nos deja pensar. Y nosotros queremos pensar, pero pensar, no solamente en esto que
estamos haciendo, sino en todo lo que todavía nos falta hacer.

Esta plaza no es una plaza de ayer ni de hoy, es una plaza de futuro, de porvenir, es una
plaza y una patria preñada de esperanzas, de sueños, de ilusiones como las que él tuvo.

Yo quiero finalmente, recordar a modo de homenaje, aquel 25 de mayo de 2003,


cuando junto con Florencia, que sé que anda por ahí en medio de la plaza, lo
acompañamos al Parlamento para que asumiera como presidente. Yo nunca lo había
notado, pero viendo imágenes en películas, yo como iba adelante, para mí el
Parlamento, claro, había estado allí desde 1995, era un lugar común, era el lugar de
todos los días, era el lugar de mi trabajo, iba adelante saludando, parecía una estrella de
cine que entraba por la "red carpet" al Parlamento. Y pude ver, cuando él ya no estaba,
hace muy poco tiempo, pude ver las filmaciones que nunca había registrado y lo vi
entrar atrás mío, iba constantemente abrazándola a Florencia, había en su cara, no lo
había notado, un gesto de angustia, un gesto de nerviosismo, un gesto que presagiaba
las tormentas y las luchas que iba a tener que dar.

Tal vez, cuando dijo que no pensaba dejar sus convicciones en la puerta de la Casa de
Gobierno, nos parecía que hacía honor a todas las generaciones a las que él había
pertenecido. En realidad, estaba diciendo que se iba a jugar y hacer todo lo que tuviera
que hacer y sabía lo difícil que iba a ser, tal vez, como nadie.

Por eso, yo quiero agradecer el acompañamiento de todos los argentinos que creen en
este proyecto.

También quiero agradecer a los que sin pensar como nosotros, son respetuosos y tienen
ideas diferentes y tienen todo el derecho a tenerlas. Yo solo les pido, no en nombre
mío, no en nombre de los que hoy estamos aquí, sino en nombre de los que se fueron,
en nombre de sus propios hijos, que sepamos disentir con respeto, sin ofensas, sin
descalificaciones, sin agravios, sin injurias, démosle a nuestros hijos una patria mejor,
porque ellos también van a vivir al lado de los nuestros, que por favor recreemos todos
un clima en el cual las ideas se debatan con altura.

Tenemos la inmensa suerte de una democracia participativa, tenemos la inmensa suerte


de una libertad de expresión sin precedentes en la historia argentina, tenemos también
y aquí también tengo el derecho a decirlo, somos un Gobierno que también nos hemos
hecho cargo del costo político que muchas significa no reprimir a un solo argentino
porque corta una calle o porque piensa distinto.

Sabemos que eso no está bien, sabemos que no es justo que otro argentino llegue tarde
a su trabajo, a su casa o a sus obligaciones, sabemos que tienen razón en enojarse, pero
les pido perdón, le pido perdón a cada uno de esos argentinos que se enoja y dicen que
así no se puede vivir más.

Yo no voy a ser una presidenta que le dé palos a nadie, eso se los puedo asegurar,
porque eso nunca ha sido ninguna solución en la Argentina.

Y les pido a todos de corazón, que pensemos en nuestros hermanos, que pensemos
también en este mundo que estamos viviendo complejo.

Hoy leía los diarios y hasta ahora eran los países más conocidos, España, Francia,
Italia, hoy leía que hasta Suecia hay problemas graves a partir de la economía que sigue
sin recuperarse en el mundo. Y nosotros hoy tenemos la expectativa de una economía
que está generando nuevamente crecimiento, incipiente pero crecimiento nuevamente.

Ayudémonos entre todos a sostener la Argentina porque esto es bueno para todos.

No se confundan, no se confundan, hubo una vez o varias tal vez, que algunos pensaron
que tanto peor, tanto mejor. Nunca nadie se equivocó tanto. Es mentira; cuando las
cosas empeoran, empeoran para todos y si no, acuérdense de aquel 2001 que vivimos
los argentinos.

Néstor entró en la Casa de Gobierno como el fenómeno, como el producto de esa suerte
de derrumbamiento que tuvieron los valores preestablecidos en la República
Argentina; preestablecidos vaya a saber por quién, o sí lo sabemos, por los sectores
más concentrados que son los que siempre se salvan cualquiera sea la crisis, cualquiera
sea el presidente y cualquiera sea el partido.

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