L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL
Año XLIII, número 8 (2.199) - 20 de febrero de 2011
Sociedad más solidaria y fraterna para evitar dramas como el de los pequeños gitanos calcinados en Roma
El amor, más allá de la justicia humana
El amor supera la justicia de los
hombres. Al reiterarlo en el Ángelus del
domingo 13 de febrero, en la plaza de
San Pedro, el Papa recordó a los
pequeños gitanos que murieron en
Roma, preguntándose «si una sociedad
más solidaria y fraterna, más coherente
en el amor, es decir, más cristiana, no
habría podido evitar ese trágico
hecho».
Queridos hermanos y hermanas:
En la Liturgia de este domingo
prosigue la lectura del llamado «Ser-
món de la montaña» de Jesús, que
comprende los capítulos 5, 6 y 7 del
Evangelio de Mateo. Después de las
«bienaventuranzas», que son su pro-
grama de vida, Jesús proclama la
nueva Ley, su Torá, como la llaman
nuestros hermanos judíos. En efecto,
el Mesías, con su venida, debía traer
también la revelación definitiva de la
Ley, y es precisamente lo que Jesús
declara: «No creáis que he venido a
abolir la Ley y los Profetas: no he
venido a abolir, sino a dar pleni-
tud». Y, dirigiéndose a sus discípu-
los, añade: «Si vuestra justicia no es
mayor que la de los escribas y fari-
seos, no entraréis en el reino de los
cielos» (Mt 5, 17.20). Pero ¿en qué
consiste esta «plenitud» de la Ley
de Cristo, y esta «mayor» justicia
que él exige?
Jesús lo explica mediante una se-
rie de antítesis entre los mandamien-
tos antiguos y su modo proponerlos
de nuevo. Cada vez comienza di-
ciendo: «Habéis oído que se dijo a
los antiguos...», y luego afirma: «Pe-
ro yo os digo...». Por ejemplo: «Ha-
béis oído que se dijo a los antiguos:
“No matarás”; y el que mate será reo
de juicio. Pero yo os digo: “todo el
Radio Vaticano, la vuelta al mundo en 80 años
16.49 hora de Roma
Roma, invierno de 1931. Es el 12 de
febrero y sólo han pasado dos años
de la Conciliación. Pío XI, ya desde
1925, mucho antes de la constitución
del Estado, tenía en mente el pro-
yecto de una emisora de radio y le
había dado luz verde el 11 de junio
de 1929, sólo cuatro días después de
la entrada en vigor de los Pactos de
Letrán.
En aquel febrero de hace ochenta
años, en el corazón de los Jardines
vaticanos, introducido por Gugliel-
mo Marconi, el Papa inauguró su ra-
dio, realizada por el gran científico:
«Durante cerca de veinte siglos, el
Romano Pontífice ha hecho oír la
palabra de su divino magisterio en el
mundo; pero esta es la primera vez
—subrayó con orgullo y emoción el
inventor— que su viva voz puede
percibirse simultáneamente en toda
EN LENGUA ESPAÑOLA
Unicuique suum
Ciudad del Vaticano
Los padres y familiares de los pequeños gitanos fallecidos en el incendio de su chabola
acudieron a la plaza de San Pedro a la oración del Ángelus con el Papa
que se deja llevar de la cólera contra
su hermano será procesado”» (Mt 5,
21-22). Y así seis veces. Este modo
de hablar suscitaba gran impresión
en la gente, que se asustaba, porque
ese «yo os digo» equivalía a reivin-
dicar para sí la misma autoridad de
Dios, fuente de la Ley. La novedad
de Jesús consiste, esencialmente, en
el hecho que él mismo «llena» los
mandamientos con el amor de Dios,
con la fuerza del Espíritu Santo que
habita en él. Y nosotros, a través de
la fe en Cristo, podemos abrirnos a
la acción del Espíritu Santo, que nos
hace capaces de vivir el amor divino.
Por eso todo precepto se convierte
en verdadero como exigencia de
amor, y todos se reúnen en un único
mandamiento: ama a Dios con todo
el corazón y ama al prójimo como a
ti mismo. «La plenitud de la Ley es
el amor», escribe san Pablo (Rm 13,
10). Ante esta exigencia, por ejem-
la superficie de la tierra». Y el Papa
Ratti comenzó a hablar a las 16.49,
hora de Roma, leyendo un discurso
en latín redactado por entero de su
puño y letra.
Daba inicio una epopeya que ha
llevado la voz del Papa a cada rin-
cón del mundo. Durante la tempes-
tad de la segunda guerra mundial,
en los años de las persecuciones
contra la Iglesia del silencio, en la
etapa del Vaticano II. Hoy la radio
prosigue su misión, junto a los de-
más medios de la Santa Sede, para
sostener ante todo la llama de la fe
allí donde tenga necesidad de ser
alimentada. Con amistad al servicio
de cada persona. (Giovanni Maria
Vian)
PÁGINAS 6-7
Non praevalebunt
Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00
cristiana, no habría podido evitar ese
trágico hecho. Y esta pregunta vale
para muchos otros acontecimientos
dolorosos, más o menos conocidos,
que acontecen diariamente en nues-
tras ciudades y en nuestros países.
Queridos amigos, quizás no es ca-
sualidad que la primera gran predi-
cación de Jesús se llame «Sermón de
la montaña». Moisés subió al monte
Sinaí para recibir la Ley de Dios y
llevarla al pueblo elegido. Jesús es el
Hijo de Dios que descendió del cie-
lo para llevarnos al cielo, a la altura
de Dios, por el camino del amor. Es
más, él mismo es este camino: lo
único que debemos hacer es seguir-
le, para poner en práctica la volun-
tad de Dios y entrar en su reino, en
la vida eterna. Una sola criatura ha
llegado ya a la cima de la montaña:
plo, el lamentable caso de los cuatro la Virgen María. Gracias a la unión
niños gitanos que murieron la sema- con Jesús, su justicia fue perfecta:
na pasada en la periferia de esta ciu- por esto la invocamos como Specu-
dad, en su chabola quemada, impo- lum iustitiae. Encomendémonos a
ne que nos preguntemos si una so- ella, para que guíe también nuestros
ciedad más solidaria y fraterna, más pasos en la fidelidad a la Ley de
coherente en el amor, es decir, más Cristo.
Al Papa la mochila de la JMJ
Benedicto XVI tiene
ya en sus manos la
mochila que recibi-
rán los participantes
de la próxima Jor-
nada mundial de la
juventud. Se la en-
tregó el cardenal
Antonio María Rou-
co Varela, arzobispo
de Madrid, en la
audiencia del 14 de
febrero en la Biblio-
teca privada del pa-
lacio apostólico. El
purpurado español
informó al Papa de
los preparativos de la gran cita de catecismo para jóvenes que ha pro-
agosto con los jóvenes de todo el logado Benedicto XVI— y un abono
mundo, presentándole la tradicio- de transporte público. Completan
nal mochila de la JMJ, cuya versión este kit una gorra y un abanico.
«Madrid 2011» —de los colores de Los inscritos disfrutarán de acceso
la nación anfitriona— contiene un a los eventos culturales vinculados
rosario, el libro del peregrino, una a la JMJ y de seguro de accidentes
guía, un ejemplar del Youcat —el durante su estancia.
EN ESTE NÚMERO
Audiencia del Papa a la Fraternidad sacerdotal de los misioneros de San
Carlos Borromeo, página 3. Al nuevo embajador de Austria ante la Santa
Sede, página 4. Para comunicar hoy el «Dios desconocido», por Rino Fi-
sichella, página 5. El hombre más peligroso de toda Inglaterra, por Don-
na Orsuto, página 8. Mensaje de Benedicto XVI al Simposio sobre el bea-
to John Henry Newman, página 9. En la catedral de Burgos, acción de
gracias por la aprobación de «Iesu communio», por Juan José Ayán Cal-
vo, página 10. Audiencia del Papa al presidente de la Federación Rusa,
página 11. En la audiencia general, san Juan de la Cruz, páginas 11-12.
página 2 - domingo 20 de febrero de 2011
Erección
de diócesis
El Santo Padre he elevado la pre-
fectura apostólica de Likuala (Re-
pública del Congo) al rango de
diócesis, con el nombre de IM-
PFOND O y con la misma configu-
ración territorial.
La nueva diócesis, confiada a la
Congregación del Espíritu Santo,
tiene una extensión de 66.044
km² y cuenta con una población
de 167.000 habitantes, de los cua-
les 45.000 son católicos. Pastoral-
mente están distribuidos en ocho
parroquias y son atendidos por
ocho sacerdotes (un sacerdote
diocesano y siete sacerdotes fidei
donum), cinco misioneros espirita-
nos y ocho religiosos no sacerdo-
tes. También desempeñan su mi-
sión en esa circunscripción ecle-
siástica 16 religiosas. En la actua-
lidad hay cinco seminaristas ma-
yores.
Luto
—Monseñor JÓZEF MIROSŁAW
ŻYCIŃSKI, arzobispo de Lublin
(Polonia), falleció de forma im-
provisa el jueves 11 de febrero en
Roma, donde se encontraba para
participar en la reunión plenaria
de la Congregación para la edu-
cación católica. Tenía 62 años.
Había nacido en Nowa Wieśkoło
Rozprza, archidiócesis de Często-
chowa, el 1 de septiembre de
1948. Era sacerdote desde el 21 de
mayo de 1972. Juan Pablo II lo
nombró obispo de Tarnów el 29
de septiembre de 1990; recibió la
ordenación episcopal el 4 de no-
viembre de dicho año. El mismo
Papa lo promovió a arzobispo re-
sidencial de Lublin el 14 de junio
de 1997.
† pal el 17 de febrero de 2002. Fue
El Superior General de los Misioneros
del Verbo Divino junto con su Conse-
jo, comunica con inmenso dolor el
fallecimiento del
P. BERNHARD RUD OLF, S.V.D.
Ecónomo general (1994-2010)
acaecido el 11 de febrero de 2011
en St. Wendel (Alemania)
Al agradecer al Señor por los talentos y
cualidades con que enriqueció al P.
Bernhard para el servicio a la Congre-
gación, a la Iglesia y a la Misión, pide,
a cuantos le conocieron, un recuerdo
piadoso en la oración.
Roma, 11 de febrero de 2011
L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA
Unicuique suum Non praevalebunt
00120 Ciudad del Vaticano
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TIPO GRAFIA VATICANA EDITRICE «L’OSSERVATORE ROMANO»
L’OSSERVATORE ROMANO
Colegio episcopal
RENUNCIAS:
El Santo Padre ha aceptado, a tenor
del canon 126 § 2 del Código de cá-
nones de las Iglesias orientales, la
renuncia de Su Beatitud el cardenal
LUBOMYR HUSAR, M.S.U., a la fun-
ción de arzobispo mayor de Kiev-
Halyè (Ucrania).
El administrador de la Iglesia arzo-
bispal mayor será monseñor IHOR
VOZNIAK, C.SS.R., arzobispo de Lvov
de los ucranios, a quien correspon-
derá convocar el Sínodo de los obis-
pos de la Iglesia greco-católica ucra-
nia para la elección del arzobispo
mayor.
Lubomyr Husar, M.S.U., nació en
Lvov el 26 de febrero de 1933. Reci-
bió la ordenación sacerdotal el 30 de
marzo de 1958. En 1973 ingresó en el
monasterio de los monjes estuditas.
El 2 de abril de 1977 recibió la orde-
nación episcopal. Juan Pablo II dio
su bendición, primero, a la elección
como exarca del nuevo exarcado ar-
zobispal de Kyiv-Vyshorod, realiza-
da por el Sínodo de los obispos de
la Iglesia ucrania, y le asignó la sede
titular de Nisa de Licia el 22 de fe-
brero de 1996; y luego a la elección
canónica, realizada el 14 de octubre
de 1996 por el mismo Sínodo de los
obispos, como obispo auxiliar de
Lvov de los ucranios. Más tarde, el
Papa confirmó la elección, realizada
por el Sínodo, el 25 de enero de
2001, como arzobispo mayor de
Lvov de los ucranios. Lo creó carde-
nal, del título de Santa Sofía en vía
Boccea, en el consistorio del 21 de
febrero de 2001. Pasó a ser arzobispo
mayor de Kiev-Halyè el 6 de di-
ciembre de 2004.
Ihor Voznyak, C.SS.R., nació en
Mykolayiv, eparquía de Stryj de los
ucranios (Ucrania), el 3 de agosto de
1952. Recibió la ordenación sacerdo-
tal el 23 de noviembre de 1980. Juan
Pablo II dio su asentimiento a la
elección realizada por el Sínodo de
los obispos de la Iglesia ucrania, el 5
de julio de 2001, para obispo auxi-
liar de Lvov de los ucranios, asig-
nándole la sede titular de Nisa de
Licia; recibió la ordenación episco-
promovido a arzobispo de la archie-
parquía de Lvov de los ucranios el
10 de noviembre de 2005.
El Papa ha aceptado la renuncia al
gobierno pastoral de la diócesis de
Pécs (Hungría) que monseñor MI-
HÁLY MAYER le había presentado en
conformidad con el canon 401 § 2
del Código de derecho canónico; y
ha nombrado administrador apostó-
lico de la misma circunscripción
eclesiástica a monseñor ANDRÁS VE-
RES, obispo de Szombathely.
Mihály Mayer nació en Kisdorog,
diócesis de Pécs, el 31 de enero de
1941. Recibió la ordenación sacerdo-
tal el 21 de junio de 1964. Juan Pa-
blo II lo nombró obispo titular de
Giru di Marcello y auxiliar de Pécs
GIOVANNI MARIA VIAN
director
via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano
Carlo Di Cicco
subdirector
Arturo Gutiérrez L.C.
encargado de la edición
don Pietro Migliasso S.D.B.
director general
edición en lengua española - número 8
Audiencias
el 23 de diciembre de 1988; recibió pontificias
la ordenación episcopal el 11 de fe-
brero de 1989. El Santo Padre lo EL SANTO PADRE HA RECIBID O:
nombró obispo residencial de Pécs
el 3 de noviembre del mismo año. Sábado 12 de febrero
—Al cardenal Marc Ouellet,
András Veres nació en Nyírbátor,
archidiócesis de Eger, el 30 de no- P.S.S.,
prefecto de la Congregación
para los obispos.
viembre de 1959. Recibió la ordena-
ción sacerdotal el 2 de agosto de —Al cardenal Ricardo J. Vidal,
1986. Juan Pablo II lo nombró obis- arzobispo emérito de Cebú (Fili-
po titular de Cissa y auxiliar de la pinas), con monseñor Antonio R.
archidiócesis de Eger el 5 de no- Rañola, obispo titular de Clater-
viembre de 1999; recibió la ordena- na, ex auxiliar de Cebú, en visita
ción episcopal el 6 de enero de «ad limina Apostolorum».
2000. Benedicto XVI lo nombró obis-
po residencial de la diócesis de —A monseñor Antonio Menni-
ni, arzobispo titular de Ferento,
Szombathely el 20 de junio de 2006.
nuncio apostólico en Gran Breta-
ña.
EL PAPA HA NOMBRAD O:
Lunes, día 14
—Obispo de Mindelo (Cabo Verde)
al presbítero ILD O AUGUSTO D OS —Al cardenal Antonio María
SANTOS LOPES FORTES. Rouco Varela, arzobispo de Ma-
drid (España).
Ildo Augusto Dos Santos Lopes
Fortes nació en la isla de Sal (Cabo A los obispos de Filipinas en
Verde) el 13 de diciembre de 1964. visita «ad limina Apostolorum»:
Cursó los estudios eclesiásticos en —A monseñor John F. Du,
Portugal, donde había emigrado con obispo de Dumaguete.
sus padres. Recibió la ordenación sa-
cerdotal el 29 de noviembre de 1992. —A monseñor Precioso D. Can-
Se licenció en teología en la Univer- tillas, S.D.B., obispo de Maasin.
sidad católica portuguesa. Inició su —A monseñor Leonardo Y. Me-
ministerio pastoral en Portugal y en droso, obispo de Tagbilaran.
2005 marchó como sacerdote fidei
donum a Cabo Verde. Tras regresar a —A monseñor Angel N. Lagda-
Portugal, donde fue párroco, volvió meo, obispo de Jaro.
a Mindelo, y en el último período
Jueves, día 17
desempeñaba su ministerio, entre
otros cargos, como párroco, canciller —Al presidente de la Federa-
de la diócesis y miembro del colegio ción Rusa, Dimitri Anatolievich
de consultores. Medvédev, con su esposa y el sé-
quito.
—Obispo de Dubrovnik (Croacia) al
—Al cardenal Leonardo Sandri,
presbítero MATE UZINIĆ. prefecto de la Congregación para
las Iglesias orientales.
Mate Uzinić nació en Dubrava,
archidiócesis de Split-Makarska, el
17 de septiembre de 1967. Cursó los
estudios filosóficos y teológicos en
Split. Recibió la ordenación sacerdo-
tal el 27 de junio de 1993. Es licen- Representaciones
ciado en derecho canónico y en de-
recho civil por la Pontificia Univer- pontificias
sidad Lateranense de Roma. Ha de-
sempeñado su ministerio como cola- El Papa ha nombrado nuncio
borador pastoral, vicario judicial, apostólico en Eslovenia, con en-
miembro del consejo presbiteral y
rector del seminario mayor.
cargo de delegado apostólico en
Kosovo, a monseñor JULIUSZ JA-
NUSZ, arzobispo titular de Caorle,
—Obispo de la nueva diócesis de hasta ahora nuncio apostólico en
Impfondo (República del Congo) al Hungría.
padre JEAN GARDIN, C.S.SP., actual
prefecto apostólico de Likuala. Juliusz Janusz nació en Łycza-
Jean Gardin, C.S.SP., nació en
na, diócesis de Tarnów (Polonia),
el 17 de marzo de 1944. Recibió la
Saint Pois, diócesis de Coutances
(Francia), el 28 de octubre de 1941. ordenación sacerdotal el 19 de
Hizo la profesión perpetua en la marzo de 1967. Entró en el servi-
Congregación del Espíritu Santo en cio diplomático de la Santa Sede
1969; y recibió la ordenación sacer- en 1973. Juan Pablo II lo nombró
dotal el 29 de junio sucesivo. En arzobispo titular de Caorle y nun-
cio apostólico en Ruanda el 25 de
1970 fue enviado como misionero al
marzo de 1995; recibió la ordena-
Congo (Brazzaville); en 1995 regresó
ción episcopal el 8 de mayo suce-
a Francia y desempeñó el cargo de
superior regional. El Papa Juan Pa- sivo. El Papa lo nombró nuncio
blo II lo nombró prefecto de la nue- apostólico en Mozambique el 26
va prefectura apostólica de Likuala de septiembre de 1998; y en Hun-
el 30 de octubre de 2000. gría el 9 de marzo de 2003.
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número 8 - edición en lengua española
Discurso del Papa a la Fraternidad sacerdotal de los misioneros de San Carlos Borromeo
Sacerdocio, renovación
continua irrenunciable
«Como toda la Iglesia, también el sacerdocio necesita
renovarse continuamente, encontrar de nuevo en la
vida de Jesús las formas más esenciales de su ser».
Así lo recalcó Benedicto XVI a los participantes de la
asamblea general de la Fraternidad sacerdotal de los
misioneros de San Carlos Borromeo, a quienes recibió
en audiencia el sábado 12 de febrero en la sala
Clementina del palacio apostólico.
Queridos hermanos y amigos:
Me alegra verdaderamente vivir este encuentro
con vosotros, sacerdotes y seminaristas de la Fra-
ternidad de San Carlos, aquí reunidos con oca-
sión del 25° aniversario de su nacimiento. Saludo
y doy las gracias al fundador y superior general,
monseñor Massimo Camisasca, a su consejo y a
todos vosotros, familiares y amigos, que colmáis
de atenciones a la comunidad. En particular, salu-
do al arzobispo de la Madre de Dios de Moscú,
monseñor Paolo Pezzi, y a don Julián Carrón,
presidente de la Fraternidad de Comunión y Li-
beración, que expresan simbólicamente los frutos
y la raíz de la obra de la Fraternidad San Carlos.
Este momento evoca en mi memoria la larga
amistad con monseñor Luigi Giussani y testimo-
nia la fecundidad de su carisma.
En esta ocasión, quiero responder a dos pre-
guntas que nuestro encuentro me sugiere: ¿cuál es
el lugar del sacerdocio ordenado en la vida de la
Iglesia? ¿Cuál es el lugar de la vida común en la
experiencia sacerdotal?
Haber nacido del movimiento de Comunión y
Liberación y vuestra referencia vital a la experien-
cia eclesial que este representa, ponen ante nues-
tros ojos una verdad que se ha ido reafirmando
con especial claridad desde el siglo XIX en adelan-
te y que ha encontrado una significativa expresión
en la teología del concilio Vaticano II. Me refiero
al hecho de que el sacerdocio cristiano no es un
fin en sí mismo. Lo quiso Jesús en función del
nacimiento y de la vida de la Iglesia. Todo sacer-
dote, por tanto, puede decir a los fieles, parafra-
seando a san Agustín: Vobiscum christianus, pro vo-
bis sacerdos. La gloria y el gozo del sacerdocio es
servir a Cristo y su Cuerpo místico. Representa
una vocación sumamente hermosa y singular en el
seno de la Iglesia, que hace presente a Cristo,
porque participa del único y eterno sacerdocio de
Cristo. La presencia de vocaciones sacerdotales es
un signo seguro de la verdad y de la vitalidad de
una comunidad cristiana. Dios, en efecto, llama
siempre, también al sacerdocio; no existe creci-
miento verdadero y fecundo en la Iglesia sin una
auténtica presencia sacerdotal que lo sostenga y lo
alimente. Por esto, estoy agradecido a todos aque-
llos que dedican sus energías a la formación de
los sacerdotes y a la reforma de la vida sacerdotal.
En efecto, como toda la Iglesia, también el sacer-
docio necesita renovarse continuamente, encontrar
de nuevo en la vida de Jesús las formas más esen-
ciales de su ser.
Los distintos caminos posibles para esta reno-
vación no pueden olvidar algunos elementos irre-
nunciables. Ante todo, una educación profunda a
la meditación y a la oración, vividas como diálogo
con el Señor resucitado presente en su Iglesia. En
segundo lugar, un estudio de la teología que per-
mita encontrar las verdades cristianas en la forma
de una síntesis vinculada a la vida de la persona y
de la comunidad: de hecho, sólo una mirada sa-
piencial puede valorar la fuerza que la fe posee
para iluminar la vida y el mundo, llevando conti-
nuamente a Cristo, Creador y Salvador.
La Fraternidad San Carlos ha subrayado, a lo
largo de su breve pero intensa historia, el valor de
la vida común. También yo he hablado de ello
varias veces en mis intervenciones antes y después
de mi llamada al solio de Pedro. «Es importante
que los sacerdotes no vivan aislados en alguna
parte, sino que convivan en pequeñas comunida-
des, que se sostengan mutuamente y que, de ese
modo, experimenten la unión en su servicio por
Cristo y en su renuncia por el reino de los cielos,
L’OSSERVATORE ROMANO
y tomen conciencia siem-
pre de nuevo de ello»
(Luz del mundo, Herder,
Barcelona 2010, 157-158).
Tenemos ante nuestros
ojos las urgencias de este
momento. Pienso, por
ejemplo, en la carencia
de sacerdotes. La vida
común no es, ante todo,
una estrategia para res-
ponder a estas necesida-
des. Tampoco es, de por
sí, sólo una forma de
ayuda frente a la soledad y a la debilidad del
hombre. Ciertamente, todo esto puede existir, pe-
ro sólo si se concibe y se vive la vida fraterna co-
mo camino para sumergirse en la realidad de la
comunión. De hecho, la vida común es expresión
del don de Cristo que es la Iglesia, y está prefigu-
rada en la comunidad apostólica, que dio lugar a
los presbíteros. De hecho, ningún sacerdote admi-
nistra algo que le es propio, sino que participa
con los demás hermanos en un don sacramental
que viene directamente de Jesús.
Por eso, la vida común expresa una ayuda que
Cristo da a nuestra existencia, llamándonos, a tra-
vés de la presencia de los hermanos, a una confi-
guración cada vez más profunda a su persona. Vi-
vir con otros significa aceptar la necesidad de la
propia continua conversión y sobre todo descu-
brir la belleza de ese camino, la alegría de la hu-
mildad, de la penitencia, pero también de la con-
versación, del perdón recíproco, del mutuo apo-
yo. Ecce quam bonum et quam iucundum habitare
fratres in unum (Sal 133, 1).
Nadie puede asumir la fuerza regeneradora de
la vida común sin la oración, sin mirar a la expe-
riencia y a las enseñanzas de los santos, en parti-
104 sacerdotes y 40 seminaristas en 16 países
Veinticinco casas en dieciséis países del mundo,
con ciento cuatro sacerdotes y cuarenta semina-
ristas comprometidos principalmente en la mi-
sión parroquial y en la enseñanza, en las escue-
las superiores y en las universidades. Es la reali-
dad de la Fraternidad sacerdotal de los misione-
ros de San Carlos Borromeo —nacida hace vein-
ticinco años del movimiento Comunión y Libe-
ración— que presentó a Benedicto XVI, al inicio
de la audiencia, el fundador y superior general
don Massimo Camisasca.
«Al término de nuestra XI asamblea general
todos hemos sentido la urgencia interior de ve-
nir aquí, a la casa del Padre, para poner a sus
pies estos veinticinco años de vida —expresó en
su saludo al Papa—. Trayendo al vicario de Cris-
to nuestras vidas, nuestras esperanzas, nuestros
deseos más profundos, nuestras experiencias mi-
sioneras, las personas a quienes hemos encontra-
do, renovamos nuestra relación con el Señor y
repetimos, con las mismas palabras de Pedro:
“¿A quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vi-
da eterna”».
Recalcó don Massimo Camisasca que las raí-
ces de la Fraternidad se hunden en la experien-
domingo 20 de febrero de 2011 - página 3
cular modo de los Padres de la Iglesia, sin una vi-
da sacramental vivida con fidelidad. Si no se en-
tra en el diálogo eterno que el Hijo mantiene con
el Padre en el Espíritu Santo no es posible ningu-
na vida común auténtica. Hay que estar con Jesús
para poder estar con los demás. Este es el cora-
zón de la misión. En la compañía de Cristo y de
los hermanos cada sacerdote puede encontrar las
energías necesarias para hacerse cargo de los
hombres, para hacerse cargo de las necesidades
espirituales y materiales que encuentra, para ense-
ñar con palabras siempre nuevas, dictadas por el
amor, las verdades eternas de la fe de las que tie-
nen sed también nuestros contemporáneos.
Queridos hermanos y amigos, ¡seguid yendo
por todo el mundo para llevar a todos la comu-
nión que nace del corazón de Cristo! Que la ex-
periencia de los Apóstoles con Jesús sea siempre
el faro que ilumine vuestra vida sacerdotal. Alen-
tándoos a seguir por el camino trazado en estos
años, imparto de buen grado mi bendición a to-
dos los sacerdotes y seminaristas de la Fraterni-
dad San Carlos, a las Misioneras de San Carlos, y
a sus familiares y amigos.
cia de don Luigi Giussani, en particular en «su
sabiduría cristiana» y en «su amor por Cristo y
por el hombre, indestructiblemente unidos». Vi-
va desde hace cinco lustros «también por el im-
pulso misionero que dio al movimiento su vene-
rable predecesor Juan Pablo II» —prosiguió ante
Benedicto XVI—, los sacerdotes y seminaristas de
la Fraternidad viven en común en pequeñas ca-
sas. «La experiencia de la comunión, de la que
don Giussani fue para nosotros un maestro, nos
llevó, desde el principio, a elegir la vida común
y por ello la casa como lugar de irradiación de
la fe».
«Percibimos en vuestro magisterio —aseguró al
Pontífice— un punto de referencia esencial para
nuestra vida y nuestra misión. En especial vues-
tra llamada al valor afectivo de la fe, la liturgia
como experiencia que nos introduce en la forma
definitiva de la vida, la necesidad de centrar
nuestra existencia eclesial sobre lo que es esen-
cial, sobre la confianza en Dios que guía nues-
tras existencias y no sobre las lógicas mundanas
que conllevan siempre el peligro de introducir
en nosotros esperanzas engañosas y, finalmente,
desilusión».
página 4 - domingo 20 de febrero de 2011 L’OSSERVATORE ROMANO edición en lengua española - número 8

Benedicto XVI al nuevo embajador de Austria ante la Santa Sede

Los fundamentos cristianos de la casa común europea

Benedicto XVI recibió en solemne audiencia, el jueves 3 de febrero por la mañana,
al nuevo embajador extraordinario y plenipotenciario de Austria ante la Santa
Sede, Alfons M. Kloss. El arzobispo James Michael Harvey, prefecto de la Casa
pontificia, lo acompañó a la Biblioteca privada del Romano Pontífice, donde tuvo
lugar el encuentro. Después de la presentación de las cartas credenciales por parte
del embajador, se intercambiaron sendos discursos y mantuvieron un coloquio
privado. Al final de la audiencia, el embajador tuvo un encuentro con el cardenal
Tarcisio Bertone, secretario de Estado. Al término del coloquio el diplomático
descendió a la basílica vaticana: recibido por una delegación del Capítulo, se
dirigió primero a la capilla del Santísimo Sacramento para un breve acto de
adoración; veneró después la imagen de la santísima Virgen y, por último, la
tumba de san Pedro. El señor Alfons M. Kloss, nació en Graz el 19 de
septiembre de 1953. Está casado y es padre de tres hijos. Licenciado en derecho
por la Universidad de Salisburgo en 1976, fue asistente en la Universidad de
Viena e ingresó en la carrera diplomática en 1979. Ha desempeñado los
siguientes cargos: funcionario en el Ministerio de Asuntos exteriores (1979-1981);
secretario de embajada en Nueva Delhi (1981-1984); primer secretario de
embajada en Helsinki (1984-1986); consejero de legación ante el Ministerio de
Asuntos exteriores (1986-1990); ministro de embajada en Bonn (1990-1994);
cónsul general en Milán (1994-1997); secretario general adjunto de la
presidencia de la República (1997-2001); embajador en Italia (2001-2007);
consejero diplomático del presidente de la República, con rango de embajador
(2007-2011). Publicamos nuestra traducción del discurso del Papa.

Querido embajador: das. Este compromiso eclesial, que en la sociedad

Me complace aceptar las cartas con las que el
presidente de la República de Austria lo ha acre-
ditado como embajador extraordinario y plenipo-
tenciario ante la Santa Sede. Al mismo tiempo le
agradezco las cordiales palabras con las cuales ha
expresado también la cercanía del presidente y del
Gobierno al Sucesor de Pedro. Por mi parte, di-
rijo al presidente, al canciller y a los miembros
del Gobierno, así como a todos los ciudadanos de
Austria, mi afectuoso saludo y expreso la esperan-
za de que las relaciones entre la Santa Sede y
Austria continúen dando frutos en el futuro.
La cultura, la historia y la vida cotidiana de
Austria, «tierra de catedrales» (Himno nacional),
están marcadas profundamente por la fe católica.
Lo pude constatar también durante mi visita pas-
toral a su país y durante la peregrinación a Ma-
riazell hace cuatro años. Los fieles, con los que
me encontré, representan a los miles de hombres
y mujeres de todo el país que, con su vida de fe
en la cotidianidad y la disponibilidad a los de-
más, muestran los rasgos más nobles del hombre
y difunden el amor de Cristo. Al mismo tiempo
Consistorio para el voto de
causas de canonización
La beata española Bonifacia Rodríguez de Castro
El lunes 21 de febrero de 2011, a las 12, en la
sala del Consistorio del palacio apostólico vati-
cano, tendrá lugar, durante la celebración de la
hora Sexta, el Consistorio ordinario público
para la canonización de los beatos:
GUID O MARÍA CONFORTI, arzobispo-obispo
de Parma (Italia), fundador de la Pía Sociedad
de San Francisco Javier para las misiones
extranjeras (misioneros javerianos).
LUIS GUANELLA, presbítero, fundador de la
congregación de los Siervos de la Caridad y del
instituto de las Hijas de Santa María de la Pro-
videncia.
BONIFACIA RODRÍGUEZ DE CASTRO, virgen,
fundadora de la congregación de las Siervas de
San José.
Austria también es un país en el que la coexisten-
cia pacífica de varias religiones y culturas tiene
una larga tradición. «En la armonía reside la fuer-
za», decía ya el antiguo himno popular en tiem-
pos de la monarquía. Esto vale de modo especial
para la dimensión religiosa, que hunde sus raíces
en lo más profundo de la conciencia del hombre
y por eso pertenece a la vida de cada individuo y
a la convivencia de la comunidad. La patria espi-
ritual, de la que tienen necesidad como punto de
apoyo muchas personas que viven una situación
laboral de cada vez mayor movilidad y cambio
constante, debería poder existir públicamente y
en un clima de convivencia pacífica con otras
confesiones de fe.
En muchos países europeos la relación entre el
Estado y la religión está afrontando una tensión
particular. Por una parte, las autoridades políticas
se cuidan de no conceder espacios públicos a las
religiones, entendiéndolas como ideas de fe mera-
mente individuales de los ciudadanos. Por otra, se
busca aplicar los criterios de una opinión pública
secular a las comunidades religiosas. Parece que
se quiere adaptar el Evangelio a la cultura y, sin
embargo, se busca impedir, de un modo casi em-
barazoso, que la cultura sea plasmada por la di-
mensión religiosa. En cambio, se debe destacar la
actitud, sobre todo de algunos Estados de Europa
central y oriental, que buscan dar espacios a las
cuestiones fundamentales del hombre, a la fe en
Dios y a la fe en la salvación por medio de Dios.
La Santa Sede ha constatado con satisfacción al-
gunas actividades del Gobierno austriaco en este
sentido, entre ellas la importante posición asumi-
da con relación a la llamada «sentencia del cruci-
fijo» (Kreuzurteil) del Tribunal europeo de los de-
rechos humanos, o la propuesta del ministro de
Asuntos exteriores «que también el nuevo servicio
europeo para la Acción externa observe la situa-
ción de la libertad religiosa en el mundo, redacte
regularmente un informe y lo presente a los mi-
nistros de Asuntos exteriores de la Unión euro-
pea» (Austria Presse Agentur, 10 de diciembre de
2010).
El reconocimiento de la libertad religiosa per-
mite a la comunidad eclesial realizar sus múltiples
actividades, que benefician a toda la sociedad.
Aquí se hace referencia a los varios institutos de
formación y servicios caritativos gestionados por
la Iglesia, que usted, señor embajador, ha citado.
El compromiso de la Iglesia por los necesitados
hace evidente el modo en que, en cierto sentido,
se considera portavoz de las personas desfavoreci-
recibe amplio reconocimiento, no se puede redu-
cir a mera beneficencia.
Sus raíces más profundas están en Dios, en el
Dios que es amor. Por eso es necesario respetar
plenamente la actividad propia de la Iglesia, sin
convertirla en uno de los muchos suministradores
de servicios sociales. Es necesario, en cambio,
considerarla en la totalidad de su dimensión reli-
giosa. Por tanto, siempre es preciso combatir la
tendencia al aislamiento egoísta. Todas las fuerzas
sociales tienen la tarea urgente y constante de ga-
rantizar la dimensión moral de la cultura, la di-
mensión de una cultura que sea digna del hombre
y de su vida en comunidad. Por esto la Iglesia ca-
tólica trabajará con todas sus fuerzas por el bien
de la sociedad.
Otro programa importante de la Santa Sede es
una política equilibrada para la familia. Esta ocu-
pa en la sociedad un espacio que atañe a los ci-
mientos de la vida humana. El orden social en-
cuentra un apoyo esencial en la unión esponsal
de un hombre y una mujer, que está dirigida tam-
bién a la procreación. Por eso el matrimonio y la
familia exigen una tutela especial por parte del
Estado. Son para todos sus miembros una escuela
de humanidad con efectos positivos tanto para los
individuos como para la sociedad. De hecho, la
familia está llamada a vivir y a tutelar el amor re-
cíproco y la verdad, el respeto y la justicia, la fi-
delidad y la colaboración, el servicio y la disponi-
bilidad hacia los demás, en particular hacia los
más débiles. Sin embargo, la familia con muchos
hijos a menudo se ve perjudicada. Los problemas
en este tipo de familias, como por ejemplo un al-
to potencial de conflictividad, nivel bajo de vida,
difícil acceso a la formación, endeudamiento y au-
mento de los divorcios, hacen pensar en causas
más profundas que deberían eliminarse de la so-
ciedad. Además, es preciso lamentar que la vida
de los nascituri no reciba una tutela suficiente y
que, al contrario, a menudo sólo se les reconozca
un derecho de existencia secundario respecto a la
libertad de decisión de sus padres.
La edificación de la casa común europea sólo
puede llegar a buen puerto si este continente es
consciente de sus raíces cristianas y si los valores
del Evangelio, así como de la imagen cristiana del
hombre, son también en el futuro el fermento de
la civilización europea. La fe vivida en Cristo y el
amor activo al prójimo, de acuerdo con la palabra
y la vida de Cristo y el ejemplo de los santos, de-
ben pesar más en la cultura occidental cristiana.
Sus compatriotas proclamados santos reciente-
mente, como Franz Jägerstätter, sor Restituta Kaf-
ka, Lasdislaus Batthyány-Strattman y Carlos de
Austria, nos pueden abrir perspectivas más am-
plias. Estos santos, a través de distintos caminos
de vida, se entregaron con la misma dedicación al
servicio de Dios y de su mensaje de amor al próji-
mo. Así son para nosotros guías en la fe y testigos
de la comprensión entre los pueblos.
Por último, señor embajador, deseo asegurarle
que en el desempeño de la importante misión que
le ha sido confiada puede contar con mi apoyo y
el de mis colaboradores. Le encomiendo a usted,
a su familia y a todos los miembros de la embaja-
da de Austria en la Santa Sede a la santísima Vir-
gen María, la Magna Mater Austriae, y de corazón
le imparto a usted y todo el amado pueblo aus-
triaco la bendición apostólica.
número 8 - edición en lengua española
El arzobispo Fisichella abre en España la asamblea de delegados diocesanos de medios de comunicación
Para comunicar hoy el «Dios desconocido»
«La nueva evangelización y la comuni-
cación» es el tema de la ponencia con
la que el arzobispo Rino Fisichella
—presidente del Consejo pontificio para
la promoción de la nueva evangeliza-
ción— abrió el lunes 14 de febrero en
Madrid, en la sede de la Conferencia
episcopal española, las tres jornadas de
asamblea de delegados diocesanos de
medios de comunicación social. Eje de
la cita anual ha sido, en esta edición,
«Comunicación y cultura en la misión
pastoral de la Iglesia. Nueva evangeli-
zación, nuevos lenguajes», como recalcó
en su saludo inicial el obispo de Lérida
y presidente de la Comisión episcopal
de medios, monseñor Joan Piris Frígo-
la. Ofrecemos, resumida, la intervención
del presidente del dicasterio.
RINO FISICHELLA
«El punto crucial de la cuestión es
este: si un hombre, empapado de la
civilización moderna, un europeo,
puede todavía creer; creer propia-
mente en la divinidad del Hijo de
Dios Cristo Jesús. En esto, de he-
cho, está toda la fe». Son palabras
cargadas de provocación que provie-
nen de uno de los escritores más sig-
nificativos del siglo pasado: Dos-
toievski. Preguntarse si el hombre de
hoy está todavía dispuesto a creer en
Jesús como Hijo de Dios comporta
necesariamente la cuestión conexa: si
el hombre de hoy siente todavía la
necesidad de la salvación. Aquí está
todo el problema para nosotros cre-
yentes, para nuestra credibilidad en
el mundo de hoy; pero también el
problema para cuantos no creen y
desean darle un significado pleno a
su vida. Jesús de Nazaret ha querido
la Iglesia para que fuera la continua-
ción viva de su presencia en medio
del mundo. En los dos mil años
transcurridos desde aquel mandato
de ir por el mundo entero para
anunciar el Evangelio y hacer discí-
pulos a todos los pueblos de la tie-
rra, la Iglesia nunca abandonó esta
obligación. Anunciar el evangelio de
Jesús no nos hace mejores que los
otros, pero ciertamente nos impulsa
a ser más responsables.
Benedicto XVI instituyó el 21 de
setiembre, fiesta litúrgica de san Ma-
teo Apóstol y Evangelista, el Conse-
jo pontificio para la promoción de la
nueva evangelización. Una intuición
que considero verdaderamente «pro-
fética», porque atiende a nuestro
presente con la intención de dar una
respuesta significativa a los grandes
desafíos que tenemos por delante; y
al mismo tiempo, con clarividencia
nos obliga a mirar el futuro para
comprender de qué manera la Igle-
sia deberá desempeñar su ministerio
en un mundo sometido a grandes
transformaciones culturales que de-
terminan el inicio de una nueva épo-
ca de la humanidad. Con este pen-
samiento profético, el Papa quiere
dar nuevamente fuerza al espíritu
misionero de la Iglesia, sobre todo
en aquellos lugares donde la fe pare-
ciera debilitarse por la presión del
secularismo.
El apóstol Pedro en su primera
carta nos recuerda que debemos es-
tar siempre dispuestos para «dar ra-
zón de la esperanza que tenemos» (1
Pe 3, 15). Más aún en un momento
L’OSSERVATORE ROMANO
como el actual, somos invitados a
ser misioneros con la fuerza de la ra-
zón. Mostrar que ella y sus conquis-
tas no se contraponen a los conteni-
dos de la fe, porque la búsqueda de
la verdad es común, y no se puede
aislar en uno solo de sus componen-
tes; esto es tal vez lo que nuestros
contemporáneos esperan. El Após-
tol, además, indica una metodología
que los cristianos estamos invitados
a seguir: que el anuncio «sea hecho
con dulzura, con respeto y con recta
conciencia». He aquí un programa
que los cristianos estamos invitados
a realizar con esfuerzo y con cons-
tancia en la obra de la nueva evan-
gelización.
El Señor Jesús ha querido su Igle-
sia para transmitir de manera viva su
Evangelio de generación en genera-
ción, sin tener en cuenta ninguna
frontera territorial ni temporal. Esto
vale sobre todo en el contexto de
globalización, que ve la dimensión
de la comunicación como uno de los
elementos fundamentales para defi-
nir nuestra cultura. No se puede ne-
gar que nuestra sociedad, de
modo particular en Occiden-
te, está profundamente mar-
cada por la información.
La obra de la evangeliza-
ción entra directamente en
contacto con la cultura, la
plasma y transforma así como
ella viene determinada en su
lenguaje y expresividad. Es
bueno reafirmar con fuerza
esta perspectiva para que no
suceda que nuestro discurso
sobre la nueva evangelización
aparezca como extraño al
mundo de la comunicación y
nuestro mensaje siga siendo
anunciado de manera no
comprensible para nuestros
contemporáneos.
Es evidente que este mundo de la
comunicación no puede ser conside-
rado solamente de manera funcional;
sería una confusión que no sólo nos
alejaría de este mundo, sino sobre
todo nos impediría comprenderlo en
su naturaleza real y en los diversos
elementos de que se compone. Pen-
sar el mundo de la comunicación en
términos de pura tecnología es re-
ductivo y no ayuda a ver el verdade-
ro rostro de la cultura que en él se
contiene. Nos encontramos frente a
un universo de pensamiento y de
tecnología con grandes potencialida-
des, hasta ahora sólo parcialmente
conocidas y utilizadas. El lenguaje
que está naciendo a través de las
nuevas formas de comunicación me-
rece ser conocido, estudiado y, en lo
posible, utilizado, sin traicionar el
mensaje del que somos portadores,
en vista de una clara comprensión y
eficacia de nuestro anuncio.
La liturgia es la acción principal
mediante la cual la Iglesia expresa
en el mundo su carácter de media-
dora de la revelación de Jesucristo y
por ello el sentido profundo de su
espiritualidad. La nueva evangeliza-
ción deberá ser capaz de hacer de la
liturgia su espacio vital para que el
anuncio realizado alcance su pleno
cumplimiento. Quienes son expertos
en comunicación no podrán menos-
preciar la fuerte carga comunicativa
que la liturgia posee. Si fuéramos
domingo 20 de febrero de 2011 - página 5
capaces de hacer captar el valor de
los signos presentes en la liturgia,
haríamos una obra evangelizadora
enorme. Si por una parte nosotros,
los sacerdotes, deberíamos ser capa-
ces de una comunicación respetuosa
y coherente del misterio —sin recu-
rrir a los abusos que a menudo ofen-
den por la arbitrariedad típicamente
clerical—, por otra, quienes son ex-
pertos en comunicación deberían
ayudarnos con su profesionalidad a
hacer real la percepción de lo sagra-
do y del misterio.
La nueva evangelización se ubica
en la sintonía de siempre: quiere
fundarse sobre la lógica de la fe que
se articula en el creer en el anuncio,
en la liturgia y en el testimonio de la
caridad.
Alguno podría insinuar que deci-
dirse por una «nueva evangeliza-
ción» equivale a juzgar que la ac-
ción pastoral desarrollada preceden-
temente por la Iglesia ha fracasado
por negligencia o por poca credibili-
dad de sus hombres. Incluso esta
consideración no carece de plausibi-
lidad, sólo que se detiene en el as-
pecto sociológico en su fragmenta-
riedad sin considerar que la Iglesia
en el mundo presenta rasgos de san-
tidad constante y de testimonios
creíbles que todavía hoy son sellados
con la entrega de la vida.
Es oportuno volver a proponer al-
gunas cuestiones relacionadas con el
tema de la secularización. Ya ha pa-
sado medio siglo desde que vio la
luz el «manifiesto» de la seculariza-
ción moderna. El programa se con-
centraba en torno a la expresión que
se ha convertido en tecnicismo: vivir
y construir un mundo etsi Deus non
daretur. Sin embargo, progresiva-
mente, de la simple enunciación de
un principio teórico la secularización
se infiltró en las instituciones hasta
llegar a ser en nuestros días cultura
y comportamiento de masa, hasta el
punto punto de que no podemos
percibir sus límites objetivos. Como
todo fenómeno, también la seculari-
zación está sometida a la ambigüe-
dad y a la pluralidad de las interpre-
taciones. La secularización degeneró
en secularismo con sus consecuen-
cias negativas sobre todo en el hori-
zonte de la comprensión de la exis-
tencia personal. Secularismo, de he-
cho, expresa distancia de la religión
cristiana; esta no tiene y no puede
tener ninguna voz en el momento en
que se habla de vida privada, públi-
ca o social. La existencia personal se
construye prescindiendo del horizon-
te religioso, relegado a un mero sec-
tor privado que no debe incidir en
la vida de las relaciones interperso-
nales, sociales o civiles. Por otra par-
te, en el horizonte privado, la reli-
gión tiene un puesto bien delimita-
do; de hecho ella sólo interviene en
parte y marginalmente en el juicio
ético y en los comportamientos. De-
cir que la secularización es un fenó-
meno religiosamente neutro, signifi-
ca no captar las consecuencias que
se manifiestan en estos decenios y
que tienen sus raíces en el secularis-
mo.
Uno de los primeros datos que
emerge como proyecto del secularis-
mo es el tentativo espasmódico de
obtener la plena autonomía. El hom-
bre contemporáneo está fuertemente
caracterizado por el celo de la pro-
pia autonomía y de vivir a su mane-
ra. Olvidando toda relación con la
trascendencia, se ha vuelto alérgico a
todo pensamiento especulativo y se
limita al simple momento histórico,
al instante, creyendo ilusoriamente
que es verdad sólo lo que es
fruto de la verificación cien-
tífica.
En fin, el proceso del se-
cularismo ha generado una
explosión de reivindicaciones
de libertades individuales
que llegan a la esfera de la
vida sexual, de las relaciones
interpersonales y familiares,
de la actividad del tiempo li-
bre así como del trabajo; lle-
ga también a la educación y
a la comunicación y todo
ámbito de la vida es modifi-
cado.
Por paradójico que pueda
parecer, las reivindicaciones
sociales siempre se realizan
en nombre de la justicia y de
la igualdad, pero en el fondo siem-
pre se encuentra el deseo de vivir
más libremente a nivel individual; se
toleran y soportan mucho más las
injusticias y desigualdades sociales
que las prohibiciones en la esfera
privada. En suma, se ha creado una
situación completamente nueva en la
que los antiguos valores —expresados
sobre todo por el cristianismo— se
ven sustituidos.
En un horizonte como este, en
que el hombre viene a ocupar el lu-
gar central, criterio de toda forma de
existencia, Dios se convierte en una
hipótesis inútil y en un competidor
a quien no sólo hay que evitar, sino
en lo posible eliminar. Dios, enton-
ces, pierde su lugar central; la conse-
cuencia que se deriva, sin embargo,
es que el hombre mismo llega a per-
der también el suyo. El «eclipse»
del sentido de la vida hace que el
hombre ya no encuentre su lugar en
la creación y en la sociedad. De al-
guna manera cae en la tentación
prometeica de pensar ilusoriamente
que él es el señor de la vida y de la
muerte, porque puede decidir el
cuándo y el cómo. Nadie, sin em-
bargo, denuncia esta situación como
trágica porque no existe más el ejer-
cicio auténtico de la libertad. El
hombre, de hecho, perdida la rela-
ción con Dios, pierde consecuente-
SIGUE EN LA PÁGINA 11
número 8 - edición en lengua española
La Iglesia, primera red global
Una feliz coincidencia con el 150º aniversario del nacimiento de «L’Osservatore Romano»
«La vuelta al mundo en ochenta años» es el lema de las celebraciones previstas para el
aniversario de Radio Vaticano (1931-2011) cuya presentación tuvo lugar el jueves 10 de
febrero en la sala de conferencias de los Museos Vaticanos. Intervinieron el cardenal
Giovanni Lajolo, presidente de la Gobernación; monseñor Peter Bryan Wells, asesor de
la Secretaría de Estado; el jesuita Federico Lombardi, director general de la emisora
pontificia; y Antonio Paolucci, director de los Museos. Junto a una síntesis de la inter-
vención del purpurado y a una ficha informativa sobre la historia de Radio Vaticano,
publicamos íntegramente el texto del asesor.
PETER BRYAN WELLS
Me siento honrado de representar hoy
a la Secretaría de Estado, en la conme-
moración del 80º aniversario de funda-
ción de Radio Vaticano, que inició su
servicio de anunciadora de la Palabra
de Dios, de las enseñanzas del Santo
Padre y del Magisterio auténtico de la
Iglesia en 1931, una feliz coincidencia
con el 150º aniversario de nacimiento
de «L’Osservatore Romano».
No os escondo una cierta emoción e
incluso un cierto temor al hablar con
vosotros hoy, no sólo porque la relación
entre la Radio Vaticano y la Secretaría
de Estado es constitutiva —como rezan
los Estatutos de la emisora: «Radio Va-
ticano por el contenido programático,
doctrinal e informativo, depende de la
Secretaría de Estado [...que] ejerce la
vigilancia sobre la emisora, la cual debe
seguir con esmero las directrices que se
le imparten» (artículo 2.1 de los Estatu-
tos de Radio Vaticano del 1 de septiem-
bre de 1995)— sino también porque, co-
mo indican los mismos Estatutos, el
gran público asocia con facilidad a los
contenidos elaborados por Radio Vati-
cano un carácter de autoridad y, por
tanto, es necesario asegurar su «plena
sintonía con el Magisterio y con las ac-
tividades de la Sede apostólica» (artí-
culo 2.2 de los Estatutos de Radio Vati-
cano del 1 de septiembre de 1995). Pre-
cisamente por esto, me doy cuenta de
cuán apasionante y ardua ha sido la ta-
rea que hasta ahora ha llevado a cabo
la emisora. Por tanto, sin duda, están
justificadas y son felices las celebracio-
nes de las importantes metas alcanza-
das en ochenta años de actividad.
Permitid que me asocie a ellas, pro-
poniendo una breve reflexión centrada
más bien en los desafíos del futuro, con
la fuerza de los éxitos del pasado, a fin
de que estos últimos no vivan sólo en
nuestra memoria, sino que sean un estí-
mulo en el camino que se abre ante no-
sotros.
Todos somos conscientes de que en
el mundo de los medios de comunica-
ción de hoy está teniendo lugar una
verdadera revolución. Como reciente-
mente subrayó el Santo Padre en su
Mensaje para la 45ª Jornada mundial de
las comunicaciones sociales (24 de enero
de 2011): «Las nuevas tecnologías no
modifican sólo el modo de comunicar,
sino la comunicación en sí misma [...];
nos encontramos ante una vasta trans-
formación cultural [...], nace un nuevo
modo de aprender y de pensar, así co-
mo nuevas oportunidades para estable-
cer relaciones y construir lazos de co-
munión».
Esta transformación, tanto técnica
como cultural, implica directamente a
la emisora radiofónica tanto en relación
a los aspectos tecnológicos, como por
Presentadas las celebraciones por los ochenta años de Radio Vaticano
lo que concierne al contenido. Los me-
dios de comunicación clásicos, entre los
cuales la radio, no pueden seguir igno-
rando el poder y la capacidad de difu-
sión de los nuevos medios.
Baste pensar que un estudio reciente
ha identificado un síndrome de adic-
ción al teléfono móvil (mobile addiction)
que, desde que aparecieron los smart
phones, puede alcanzar niveles tan altos
que llegan a imponer a quien lo sufre
la renuncia a comer antes que separarse
del dispositivo que le permite recibir y
enviar sms y llamadas (cf. ht-
tp://www.digitaltrends.com/mobile/top-
10-signs-of-cell-phone-addiction/). Con-
Pío XI con el cardenal Eugenio Pacelli y Guglielmo
Marconi el día de la inauguración de la Radio
sideremos asimismo que encuestas de la
Nielsen en los países occidentales mues-
tran como entre el público de menos
de 35 años, las horas que se pasan na-
vegando en Internet superan en gran
medida las que pasan ante un televisor
(cf. http://www.nielsen.com/us/en/in-
sights/ pressroom/2008/nielsen_repor-
ts_tv.html).
Además, se puede observar que tam-
bién en la esfera pública los nuevos
medios de comunicación han catalizado
fenómenos sociales de masas como la
«Manifestación contra la vergüenza»
en Bélgica y la «Revolución del jaz-
mín» en Túnez.
Estos acontecimientos indican que
los servicios de emisión radiofónica no
pueden no tomar en consideración que
están surgiendo una serie de otros ins-
trumentos tecnológicos, como el Pod-
cast o el I-Pad, las redes sociales como
Facebook, o el Instant Messaging como
Twitter. Es preciso considerar a los nue-
vos medios de comunicación como in-
terlocutores y no como competidores.
Que la radio mire a los new media co-
mo una oportunidad y no como una
amenaza. Aquí está el espíritu de «con-
vergencia» entre los medios que indicó
el Santo Padre en el Discurso a los di-
rectivos y empleados del Centro Televisivo
Vaticano, el 18 de diciembre de 2008.
Comentando que los confines entre
las competencias de los varios medios
de comunicación se estaban difuminan-
do y, al mismo tiempo, sus sinergias
iban aumentando, Benedicto XVI se ex-
presaba así: «Hoy Internet invita a una
integración cada vez mayor de la co-
municación escrita, sonora y visual, y
por tanto desafía a ensanchar e intensi-
ficar las formas de colaboración entre
los medios de comunicación social que
están al servicio de la Santa Sede». Pa-
ra lograr este objetivo será necesario to
think outside the box: pensar fuera de los
esquemas. No ver la radio, la televisión,
Internet, los periódicos como medios
independientes, con competencias deli-
neadas, sino verlos como círculos que
intersecar, que enlazar.
Para Radio Vaticano esta convergen-
cia tendrá un primer efecto benéfico:
en el plano económico. El uso de nue-
vas tecnologías, de hecho, permite una
maximización de los rendimientos. Soy
consciente de cuán difícil es hablar de
estos temas y soy también muy cons-
ciente de cuanto ha logrado hacer Ra-
dio Vaticano respecto a las demás emi-
soras públicas y privadas.
Radio Vaticano se inserta ciertamente
en el contexto de un proceso de infor-
mación integrada que prevé los new me-
dia y todas las posibilidades que ofre-
cen. Los nuevos medios de comunica-
ción, inteligentemente empleados y sa-
biamente integrados con las estructuras
existentes, pueden ser importantes ve-
hículos para la transmisión del mensaje
de la radio, asegurando amplísima difu-
sión a costos extremadamente conteni-
dos. Baste pensar en que los hub o el
web streaming permiten, a costos muy
moderados, una distribución de la in-
formación bastante más rápida y cierta-
mente más capilar. Sin embargo, la ra-
zón principal que debe impulsar a Ra-
dio Vaticano a abrazar nuevos medios y
tecnologías de difusión no hay que en-
contrarla ni exclusiva ni principalmente
en la eficiencia económica que estos
prometen.
El fenómeno de convergencia de los
medios de comunicación clásicos con
los nuevos medios —específicamente,
pero no únicamente, la confluencia en-
tre la radio e Internet— hay que consi-
derarlo como la inevitable transforma-
ción que dará a la luz un nuevo papel
específico del servicio radiofónico, en el
contexto de un sistema informativo to-
talmente transformado.
No se trata de quitarle a la radio la
propia función de alcanzar a cuantos se
sirven de este medio, sino de hacer que
a través de los new media sea capaz de
responder a las expectativas de los
oyentes cada vez más sensibles a la in-
formación. Pienso que está naciendo
un nuevo concepto de radio y deriva
de tres consideraciones. La primera es
que la radio es un medio más flexible
respecto a los demás y puede encontrar
muy fácilmente plataformas mediales
L’OSSERVATO
de distribución. La segunda es que la
radio es un medium difusivo pero no in-
vasivo, puesto que la voz, contraria-
mente a la imagen, rodea al oyente y lo
sumerge en un ambiente sonoro deján-
dole su espacio. El tercero es que la ra-
dio es un medio de relación y de inti-
midad, un lugar para la interioridad, la
responsabilidad, y no la exterioridad y
la apariencia, que vehiculan en cambio
las imágenes.
La convergencia entre la radio y los
new media no desnaturalizará la esencia
de la comunicación radiofónica, sino
que la potenciará. En el caso específico
de Radio Vaticano, la convergencia con
los nuevos medios de comunicación
comprenderá dos procesos complemen-
tarios. El primer proceso se refiere a la
armonización del trabajo de Radio Va-
ticano con los demás medios de comu-
nicación vaticanos. El segundo proceso
concierne a las relaciones de la entidad
radiofónica de la Santa Sede con las
demás radios católicas en el mundo.
Los medios de comunicación vatica-
nos ya han emprendido con determina-
ción el primer proceso: prueba de ello
son las áreas de colaboración entre el
Centro Televisivo Vaticano, el Consejo
pontificio para las comunicaciones so-
ciales y la misma Radio Vaticano. Pero
estos desarrollos son sólo las primeras
etapas de un fenómeno más global y
más extendido que dotará a la Santa
Sede de una presencia estable en el
mundo de los new media.
El segundo proceso todavía es más
específico: Radio Vaticano cubre el pa-
Para dif
Radio Vaticano nació junto al nuevo
Estado instituido con los Pactos la-
teranenses, y es precisamente una de
las estructuras que lo caracterizan en
su soberanía y libertad de acción in-
ternacional. Fue distinto, en cambio,
el contexto en el que nació «L’O s-
servatore Romano», simultáneamen-
te a la unidad de Italia y al ocaso
del poder temporal de los Papas. Lo
puso de relieve el cardenal Giovanni
Lajolo, presidente de la Goberna-
ción, en la intervención introducto-
ria de la conferencia que tuvo lugar
el 10 de febrero.
El purpurado recordó las etapas
principales del nacimiento de la emi-
sora pontificia, subrayando que con
la nueva estación la Ciudad del Vati-
cano «tiene un instrumento propio
de telecomunicaciones que la hace
soberana y autónoma en este campo,
y puede desarrollar servicios radiote-
legráficos y radiotelefónicos pro-
pios». En este sentido, es natural
observar que la primera estación de
radio «había sido concebida princi-
palmente para desarrollar estos servi-
cios de telegrafía y telefonía, y, por
tanto, la radio en su origen está es-
trechamente vinculada a las funcio-
nes del Estado y depende directa-
mente de la Gobernación». Con este
nuevo instrumento Pío XI no sólo
tuvo a disposición el telégrafo sin
RE ROMANO
pel de ejemplo, de faro, de guía para
todas las demás emisoras radiofónicas
católicas. El uso de nuevos instrumen-
tos tecnológicos podrá, por tanto, ase-
gurar que Radio Vaticano proporcione
ideas y servicios a sus hermanas y, al
mismo tiempo, sea un instrumento gra-
cias al cual los servicios de las radios
católicas locales se puedan compartir a
niveles globales. Para lograr este difícil
desafío será necesario continuar en la
dirección —ya emprendida desde hace
tiempo— de una nueva relación orgáni-
ca de Radio Vaticano con las radios ca-
tólicas en el mundo, una relación que
hoy es posible justamente gracias a las
nuevas tecnologías.
fundir la voz del Papa
Benedicto XVI en el estudio de «One-o-five» de Radio Vaticano durante la visita del 3 de marzo de 2006
hilos, sino un micrófono que le per-
mitió que su voz llegara al mundo en-
tero.
Con la Radio «la universalidad de
su servicio tiene una manera absoluta-
mente nueva y eficaz para expresar-
se». De hecho, los mensajes radiofóni-
cos «se convirtieron, al menos durante
varias décadas, en uno de los más im-
portantes géneros de expresión del
magisterio papal y sobre todo de sus
amonestaciones en relación a la situa-
ción del mundo». A lo largo de su
historia, la Radio fue «el instrumento
La naturaleza de esta nueva relación
encuentra su raíz en el papel específico
confiado a Radio Vaticano, el de ser
una parte integrante de los instrumen-
tos a disposición de la Santa Sede para
la evangelización. Como explicaba el
Santo Padre en su Discurso a los partici-
pantes en el Congreso internacional para
los responsables de las radios católicas el
20 de junio de 2008: «Por este vínculo
con la palabra, la radio participa en la
misión de la Iglesia y en su visibilidad,
pero al mismo tiempo genera una nue-
va manera de vivir, de ser y de hacer
Iglesia».
Puesto que la Iglesia por naturaleza
es universal, Radio Vaticano tiene una
misión universal. Resuena en más de
más adecuado, quizás el único, para
difundir el mensaje de fe y de libertad
capaz de superar las fronteras». Un
aspecto particular de su servicio es «la
grabación del sonido y la amplifica-
ción en muchos lugares distintos, en
los que se llevan a cabo las activida-
des del Papa y otros acontecimientos
de relieve en el Vaticano»: un modo,
este, no sólo de hacer oír la voz del
Pontífice, sino también de grabarla y
custodiarla como «una fuente de do-
cumentación y de estudio valiosísi-
ma».
domingo 20 de febrero de 2011 - páginas 6/7
cuarenta lenguas y se propone como
instrumento por excelencia para dialo-
gar con culturas y religiones distintas.
Precisamente por esto, requiere de vo-
sotros, operadores de Radio Vaticano,
una actualización continua: técnica,
profesional y cultural.
Y precisamente por esto, los nuevos
instrumentos de comunicación pueden
ser particularmente útiles, en cuanto en
ellos se encuentra la clave para alcanzar
una verdadera globalidad. Pienso en la
capacidad de llegar con una noticia o
una idea a millones de personas direc-
tamente a su teléfono móvil, o a la ca-
pacidad de asegurar un mensaje en
tiempo real a cuantos viven en zonas
de guerra o bajo los regímenes más du-
ros.
Evangelizar significa también afron-
tar las dificultades a las cuales está su-
jeta la Iglesia. Radio Vaticano debe ser
la voz de la Iglesia para contrastar a
quienes afirman que la Iglesia no es ca-
paz de renovarse en su seno, demos-
trando en cambio la incansable volun-
tad de purificación manifestada por su
supremo Pastor. Radio Vaticano debe
ser la voz que promueve la libertad re-
ligiosa en el planeta. Radio Vaticano
debe ser la voz que llama al diálogo y a
la concordia en un mundo que recurre
cada vez más al odio y a la violencia
para resolver los conflictos.
Todos los aquí presentes sabemos
que para lograr ser esa voz los new me-
dia son absolutamente indispensables.
Hoy las noticias lanzadas por las agen-
cias, los artículos de periódico e incluso
los programas de debate han dejado es-
pacio a los blogs, al buzz y al going viral.
Una noticia, antes de llegar a los me-
dios clásicos, se trabaja y se modifica
—y nuevos mecanismos plasman e in-
fluencian a la opinión pública desde su
inicio— para luego hacerla importante,
planetaria o hacerla morir o desapare-
cer.
Ya no basta con transmitir, publicar,
escribir. Hoy hay que estar presentes en
los foros, actualizar las páginas web,
para poder llegar a un mundo cada vez
más hambriento de noticias. En otras
palabras, no tener a disposición nuevos
medios técnicos o no saber de instru-
mentos a la vanguardia implica que el
mensaje comunicado llegue tarde, mal
e incluso inútilmente.
El Santo Padre en el citado Mensaje
para la 45ª Jornada mundial de las co-
La antena de la emisora en la
torre del edificio León XIII en los
Jardines vaticanos
municaciones sociales, nos recordó que
los new media están «contribuyendo al
desarrollo de nuevas y más complejas
formas de conciencia intelectual y espi-
ritual, de comprensión común». Por
tanto, es indispensable para Radio Va-
ticano que se siga adaptando a estos
nuevos medios si quiere ser el motor de
nuevas formas de conciencia, de con-
cienciación, en otras palabras: de una
nueva cultura.
Pensándolo bien, el desarrollo de
una nueva cultura que se funda sobre
una relacionalidad específica es típica
de la Iglesia. ¿Acaso no fue la Iglesia
católica la primera red social global?
Mucho antes que los new media existie-
ran, el lenguaje litúrgico, los valores
cristianos, el modo de concebir al hom-
bre unían a los católicos de todo el
mundo, de cualquier cultura, lengua,
edad, raza o nivel económico. La glo-
balización mediática no puede darnos
miedo porque nosotros fuimos sus pri-
meros artífices.
De Marconi
a Internet
Programas en 45 lenguas, 38 de las
cuales on line en la página web; 355
empleados, la mayoría laicos, de 59
nacionalidades distintas; más de 66
horas de transmisión diaria y un to-
tal de 24.117 horas anuales. Ochenta
años después de su nacimiento, Ra-
dio Vaticano sigue siendo cada vez
más la voz del Papa y de la Iglesia
en todo el mundo. Gracias a una
continua adecuación a las modernas
tecnologías, la antigua estación ra-
diofónica realizada en 1931 por Gu-
glielmo Marconi en los Jardines va-
ticanos es hoy una red a la vanguar-
dia en el campo de la comunicación
multimedia, capaz de captar la rápi-
da transformación de las actividades
de radiodifusión: de las tradicionales
ondas cortas y medias —que se si-
guen utilizando para llegar a los
países menos avanzados— se ha pa-
sado a la transmisión por satélite y
después por Internet. De este modo
un número cada vez mayor de emi-
soras de radio locales —de vario tipo
y dimensión, sobre todo católicas
pero no sólo, que han superado
abundantemente el millar— pueden
retransmitir los programas en la pro-
pia realidad. Radio Vaticano, enco-
mendada desde sus orígenes a los
padres jesuitas, fue inaugurada el 12
de febrero de hace ochenta años por
Pío XI, quien pronunció un histórico
discurso en latín en los micrófonos
de la emisora. Voz de la Iglesia uni-
versal, la emisora pontificia dedicó a
los trabajos del concilio ecuménico
Vaticano II más de 3.000 horas de
transmisión en 30 lenguas. Y cuan-
do, con Pablo VI, se inauguró la
época de los grandes viajes interna-
cionales, Radio Vaticano se convirtió
en itinerante junto al Romano Pon-
tífice, ampliando ulteriormente sus
horizontes.
página 8 - domingo 20 de febrero de 2011 L’OSSERVATORE ROMANO edición en lengua española - número 8

La espiritualidad del laicado según John Henry Newman

El hombre más peligroso de toda Inglaterra

Publicamos amplios fragmentos de una Concentrémonos en una amistad y pública», pero este servicio abnega- compromiso activo con el mundo
de las relaciones pronunciadas en el un sermón en particular. El amigo do no siempre es fácil y a menudo equilibrado por la adhesión a Cristo
simposio internacional «La primacía era James Robert Hope-Scott (1812- puede llevar a un compromiso en el tiene una dimensión escatológica.
de Dios en la vida y en los escritos del 1873), seguidor del tractarianismo y que estamos «obligados a una ruti- Como afirma san Pablo: «Si hemos
beato John Henry Newman» celebrado abogado de éxito, que se hizo católi- na» y donde, a veces, se puede ac- puesto nuestra esperanza en Cristo
en la Pontificia Universidad Gregoria- co romano en 1851. tuar sólo «lo que se considera que es sólo en esta vida, somos los más des-
na por iniciativa del International La amistad entre Hope-Scott y la segunda mejor elección». graciados de toda la comunidad» (1
Centre of Newman Friends. Newman comenzó en Oxford en En primer lugar Newman propo- Co 15, 19).
1837 y duró cerca de treinta y cinco ne una espiritualidad laica de com- Muchos estudiosos de Newman
años. Sólo en las cartas y en los dia- promiso activo en el mundo. Refi- subrayan la dimensión escatológica
D ONNA ORSUTO* riéndose al amigo desaparecido Ho- como elemento esencial de la ense-
rios, se menciona 481 veces a Hope-
El compromiso del beato John Hen- Scott. Newman y otros lo consulta- pe-Scott, sugiere que lo que le había ñanza espiritual de Newman. No
ry Newman en la promoción de un ban con frecuencia y «Pregunta a permitido dar un testimonio cristia- sorprende que esta aparezca como
laicado inteligente e instruido es am- Hope» se convirtió casi en un dicho no eficaz en medio de
pliamente conocido. Como «gran en ese círculo de amigos. Lo que las responsabilidades
campeón del ministerio profético del nos interesa es el sermón titulado terrenas fue el don de Newman propone una espiritualidad laica
laicado cristiano», Newman estaba «En el mundo, pero no del mun- la fe. de compromiso activo en el mundo
convencido de que solamente un lai- do», que Newman predicó en la mi- Este tema también
sa exequial de Hope-Scott celebrada se pone de relieve en Para él, los funcionarios públicos no
cado bien formado iba a estar prepa-
rado para ir por el mundo y hablar en la Jesuit Church en Farm Street, otros escritos de pueden descuidar la propia religión
de modo convincente de la propia en Londres en mayo de 1873. Newman, en particu-
lar cuando se concen-
cuando entran en la vida pública
fe. En 1851 escribía con pasión y elo- Este sermón, y sugeriría la espiri-
cuencia sobre este tema: «No debéis tualidad de los laicos según Ne- tra en los políticos.
esconder vuestro talento o tener wman, se basa en el versículo de En su artículo Un país mejor: la vida su idea clave de la espiritualidad lai-
ocultas vuestras virtudes. Deseo lai- Juan «y el mundo pasa, y su concu- pública según Newman, Edward Short ca. Newman pone de relieve que lo
cos que no sean impetuosos a la ho- piscencia. Pero el que hace la volun- propone un maravilloso conjunto de que equilibra el compromiso por
ra de hablar ni litigiosos, sino perso- tad de Dios permanece para siem- citas de Newman para decir que los Cristo en el mundo es un sentido de
nas que conozcan la propia religión, pre» (2, 17). La espiritualidad de los funcionarios públicos no pueden vigilia y de espera de Cristo.
que la practiquen, que sepan cuál es laicos según Newman está oportuna- descuidar la propia religión cuando El 13 de abril de 1882, Newman
su papel, que sepan qué tienen y mente vinculada a sus ideas sobre el entran en la vida pública. escribe una carta a Emily Bowles,
qué no tienen, que co- En segundo lugar, Newman pro- comentando las Memoirs of James
nozcan su credo su- pone una espiritualidad laica de ad- Hope-Scott de Ornsby en curso de
ficientemente bien co- Deseo laicos que conozcan su credo hesión a Cristo y de distancia del publicación: «Las acciones y las car-
mo para poderlo di- suficientemente bien como para mundo. En este sermón por su ami- tas de Hope-Scott son tan intensas
fundir, que conozcan go fallecido, observa que Hope- que expresan su maravilloso carácter
suficientemente bien la
poderlo difundir Scott «era libre de la ambición de y no necesitan ningún comentario.
historia como para po- Y que conozcan bien la historia para modo singular», algo que se puede Digo “maravilloso” porque es difícil
derlo defender. Deseo atribuir a «su especial religiosidad encontrar a un hombre del mundo
poderlo defender de la mente» y «a su sentido íntimo tan profundamente religioso, tan
laicos inteligentes e
instruidos (...). Deseo de la vanidad de todas las diferen- santo interiormente. Un hombre
que ampliéis vuestros conocimientos, mundo y al desafío perenne de la re- cias seculares y a su devoción a Dios puede tener muchas virtudes, pero
cultivéis la razón, reflexionéis sobre lación del cristiano con este último. que es el único fiel y verdadero». no tener interioridad. Hope-Scott
la relación de verdad, aprendáis a En términos más sencillos, repitien- Esta adhesión a Cristo lleva a un habla por sí mismo».
ver las cosas tal como son, a enten- do el título de este sermón: ¿cómo gozoso rendirse a Cristo en las vici- Esta interioridad típica de la espi-
der de qué modo la fe y la razón es- puede un cristiano vivir en el mundo situdes de la vida. En el sermón por ritualidad de Hope-Scott no lo man-
tán relacionadas entre ellas, cuáles sin ser del mundo? las exequias de Hope-Scott, New- tenía lejos de los demás. En otro ser-
son las bases y los principios del ca- En este sermón, Newman habla man observa que su amigo «tenía món, Newman explica que los cris-
tolicismo». con elocuencia de vocación como una mente joven, que mantuvo siem- tianos están llamados a desempeñar
Las ideas de Newman sobre la del deber de poner sus cualidades al pre, hasta el final, su gozosa ener- sus deberes en la vida precisamente
instrucción del laicado y, en particu- servicio de los demás. Dice: «No he- gía». En su sermón El cristiano apos- como todos los demás, pero hay una
lar, sobre la consulta de este último mos nacido para nosotros mismos, tólico, Newman afirma que una ca- diferencia: «Vivir en el cielo con los
sobre cuestiones de fe, sin embargo, sino para nuestra especie, para nues- racterística de los primeros cristianos pensamientos, las motivaciones y las
no eran muy populares en su época. tro prójimo, para nuestro país». Re- era «la alegría en todas sus formas, finalidades, los deseos, los gustos,
Uno de sus detractores, monseñor conoce también que «debemos mu- no sólo un corazón puro, no sólo las oraciones, las intercesiones, inclu-
George Talbot, en una carta al car- cho a cuantos se dedican a la vida manos limpias, sino (...) una expre- so cuando uno está todavía en la tie-
denal Henry Edward Manning, se sión risueña». New- rra, parecer como los demás, estar
lamenta de que el laicado «está po- man afirma: «Yo di- comprometidos como los demás, pa-
niendo en práctica la doctrina que go alegría en todas sar desapercibidos en la multitud o
sus formas, porque incluso ser despreciados u oprimi-
enseña el doctor Newman», y prosi-
en la alegría auténti- dos, o quizás en otras condiciones,
gue: «¿Cuál es el papel de los lai-
ca están incluidas to- pero en cualquier caso tener un ca-
cos? Cazar, disparar, entretener. Es-
das las numerosas nal secreto de comunicación con el
tas cosas las dominan, pero no tie-
gracias; las personas Altísimo, un don que el mundo no
nen ningún derecho a entrometerse alegres son amoro- conoce».
en cuestiones eclesiásticas (...). El sas, indulgentes, mu- He aquí un intercambio epistolar
doctor Newman es el hombre más nificentes. La alegría, entre los dos amigos: John Henry
peligroso de Inglaterra». si debe ser gozo cris- Newman y James Robert Hope-
Tanto en los escritos formales co- tiano, la alegría refi- Scott. La vigilia de Navidad de 1857,
mo en las relaciones con sus amigos nada de los mortifi- Newman escribió a Hope-Scott re-
laicos, el compromiso de Newman a cados y de los perse- cordándole que cinco años antes ha-
la hora de promover la vocación y la guidos, hace que los bía pasado la Navidad «en el norte»
misión del laicado es indudable. De hombres sean pacífi- con la familia Hope-Scott. Escribe:
hecho, como observa Ian Ker: «En cos, serenos, agrade- «Cinco años, me invade la melanco-
su larga vida, desde los comienzos cidos, gentiles, afec- lía, porque es como una campanilla
de la Iglesia de Inglaterra y en la in- tuosos, mansos, agra- que pasa, llevándose consigo el tiem-
fluencia que ejerció, en particular en dables, esperanza- po. Espero que no sea erróneo decir
Oxford, y finalmente como cardenal dos. Están llenos de que el paso del tiempo para mí aho-
de la Iglesia católica romana, es po- gracia, son dulces y ra es triste y horrible, porque me re-
sible encontrar en el pensamiento de vencedores». cuerda cuando debía hacer, cuanto
Newman sobre el laicado un modelo La visión de New- he hecho y cuán poco tiempo tengo
constante y armonioso. En Newman man de la vocación todavía para hacerlo. Pensaba que
hallamos siempre la preocupación de laica tiene sentido iba a vivir largo tiempo, pero ahora
hacer del laicado una fuerza activa, solamente en el con- no sé qué pensar. En cualquier caso,
que obra tanto en la Iglesia como en texto de la eternidad.
el mundo en general». Retrato juvenil de Newman Su espiritualidad de SIGUE EN LA PÁGINA 9
número 8 - edición en lengua española
El Papa al Simposio sobre el beato John Henry Newman
Defensor de la verdad en espera
de la eterna felicidad
Con ocasión del Simposio sobre la figura y la obra
del beato John Henry Newman, que tuvo lugar el
22 y 23 de noviembre de 2010 en la Pontificia
Universidad Gregoriana de Roma, el Papa —que
presidió el rito de beatificación del purpurado inglés
el pasado 19 de septiembre en Cofton Park,
Birmingham— envió el siguiente mensaje al director
del Centro internacional de amigos de Newman,
organizador del encuentro.
Al Reverendo Padre
HERMANN GEISSLER, F.S.O.
Director del International Centre
of Newman Friends
Mientras sigue viva en mí la alegría por haber po-
dido proclamar beato al cardenal John Henry
Newman, durante mi reciente viaje al Reino Uni-
do, le dirijo un cordial saludo a usted, a los ilus-
tres relatores y a todos los participantes en el
Simposio organizado en Roma por el Centro in-
ternacional de amigos de
Newman. Expreso mi
aprecio por el tema elegi-
do: «La primacía de Dios
en la vida y en los escritos
del beato John Henry
Newman». En efecto, este
tema pone en su justo re-
lieve el teocentrismo co-
mo perspectiva funda-
mental que caracterizó la
personalidad y la obra del
gran teólogo inglés.
Como es sabido, el jo-
ven Newman, a pesar de
que, gracias a su madre,
conoció la «religión de la
Biblia», atravesó un pe-
ríodo de dificultad y de
dudas. A los catorce años
sufrió el influjo de filósofos como Hume y Voltai-
re y, reconociéndose en sus objeciones contra la
religión, se orientó, según la moda humanista y li-
beral de la época, hacia una especie de deísmo.
Al año siguiente, sin embargo, Newman recibió
la gracia de la conversión, encontrando descanso
«en el pensamiento de dos únicos seres absolutos
y luminosamente evidentes en sí mismos, yo mis-
mo y mi Creador» (J. H. Newman, Apologia pro
vita sua, Milán 2001, pp. 137-138). Descubrió, por
tanto, la verdad objetiva de un Dios personal y
vivo, que habla a la conciencia y revela al hombre
su condición de criatura. Comprendió su depen-
dencia en el ser de Aquel que es el principio de
todas las cosas, encontrando así en él el origen y
el sentido de la identidad y singularidad personal.
Esta particular experiencia constituye la base para
la primacía de Dios en la vida de Newman.
Después de la conversión, se guió por dos cri-
terios fundamentales —tomados del libro La fuerza
de la verdad, del calvinista Thomas Scott— que
manifiestan plenamente la primacía de Dios en su
vida. El primero: «La santidad antes que la paz»
(ib., p. 139) documenta su firme voluntad de ad-
herirse al Maestro interior con la propia concien-
cia, de abandonarse confiadamente al Padre y de
L’OSSERVATORE ROMANO
vivir en la fidelidad a la verdad reconocida. Estos
ideales conllevaban «un gran precio que pagar».
En efecto, Newman, ya sea como anglicano que
como católico, tuvo que sufrir muchas pruebas,
decepciones e incomprensiones. Sin embargo,
nunca se rebajó a falsas componendas ni se con-
tentó con fáciles consensos. Siguió siendo siempre
honrado en la búsqueda de la verdad, fiel a los
dictados de su conciencia y resuelto hacia el ideal
de la santidad.
El segundo lema elegido por Newman: «El cre-
cimiento es la única expresión de vida» (ib.), ma-
nifiesta perfectamente su disposición a una conti-
nua conversión, transformación y crecimiento in-
terior, siempre confiadamente apoyado en Dios.
Así descubrió su vocación al servicio de la Pala-
bra de Dios y, dirigiéndose a los Padres de la
Iglesia para encontrar más luz, propuso una ver-
dadera reforma del anglicanismo, adheriéndose
por último a la Iglesia católica. Resumió su expe-
riencia de crecimiento, en la fidelidad a sí mismo
y a la voluntad del Señor, con las famosas pala-
bras: «Aquí en la tierra vivir es cambiar, y la per-
fección es el resultado de muchas transformacio-
nes» (J. H. Newman, El desarrollo de la doctrina
cristiana, Milán 2002, p. 75). Y Newman a lo lar-
go de toda su vida se convirtió, se transformó, y
de ese modo siguió siendo siempre el mismo, y
llegó a ser cada vez más él mismo.
El horizonte de la primacía de Dios marca en
profundidad también las numerosas publicaciones
de Newman. En el citado ensayo sobre El desa-
rrollo de la doctrina cristiana, escribió: «Hay una
verdad; hay una sola verdad; (...) la búsqueda de
la verdad no debe ser satisfacción de la curiosi-
La espiritualidad del laicado según Newman
VIENE DE LA PÁGINA 8
no son reflexiones adecuadas para la vigilia de
Navidad».
El 30 de diciembre de 1857, Hope-Scott res-
ponde con gran maestría a la carta un poco tris-
te de Newman. Leyendo entre líneas se nota la
influencia fortísima que Newman tenía sobre
Hope-Scott, el cual retoma en su respuesta lo
que Newman le había enseñado. En ese momen-
to Hope-Scott tiene cuarenta y siete años, Ne-
wman tiene diez más que él y son amigos desde
hace veinte años: «Querido padre Newman, (...)
no me gustan sus gruñidos. Ha hecho más que
la mayor parte de las personas, y nunca ha esta-
do ocioso y sobre el modo en que lo ha hecho
no diré nada. Puede pensar que habría podido
hacerlo mejor, pero recuerdo que una vez me
dijo que “no hay nada que no habríamos podi-
do hacer mejor” y esto fue para mí de gran con-
suelo porque poner todo fracaso particular bajo
la ley general de la debilidad me tranquilizó y
domingo 20 de febrero de 2011 - página 9
dad; la adquisición de la verdad no se parece en
nada al entusiasmo por un descubrimiento; nues-
tro espíritu está sometido a la verdad; no es, por
tanto, superior a ella y más que disertar sobre
ella, debería venerarla» (pp. 344-345). La primacía
de Dios se traduce pues, para Newman, en la pri-
macía de la verdad, una verdad que hay que bus-
car ante todo disponiéndose interiormente a aco-
gerla, en una confrontación abierta y sincera con
todos, y que tiene su culmen en el encuentro con
Cristo, «camino, verdad y vida» (Jn 14, 6). New-
man dio, por tanto, testimonio de la Verdad tam-
bién con su riquísima producción literaria que
abarca la teología, la poesía, la filosofía, la peda-
gogía, la exégesis, la historia del cristianismo, las
novelas, las meditaciones y las oraciones.
Presentando y defendiendo la Verdad, Newman
siempre estuvo atento también a encontrar el len-
guaje apropiado, la forma justa y el tono adecua-
do. Trató de no ofender nunca y de dar testimo-
nio de la amable luz interior («kindly light»), es-
forzándose por convencer con humildad, alegría y
paciencia. En una oración dirigida a san Felipe
Neri escribió: «Que mi aspecto sea siempre abier-
to y alegre, y mis palabras amables y agradables,
como conviene a aquellos que, cualquiera que sea
el estado de su vida, gozan del mayor de todos
los bienes, del favor de Dios y de la espera de la
felicidad eterna» (J. H. Newman, Meditazioni e
preghiere, Milán 2002, pp. 193-194).
Al beato John Henry Newman, maestro en en-
señarnos que la primacía de Dios es la primacía
de la verdad y del amor, encomiendo las reflexio-
nes y el trabajo del presente Simposio; y, a la vez,
por intercesión de la Virgen María, Madre de la
Iglesia, me alegra impartirle a usted y a todos los
participantes la implorada bendición apostólica,
prenda de abundantes favores celestiales.
Vaticano, 18 de noviembre de 2010
me hizo ser humilde. Por tanto, por lo que se
refiere al futuro: tendrá tiempo para lo que está
a su cargo mientras que de aquello que no está a
su cargo no debe preocuparse. ¡He escrito un
sermón! Sé que es más bien imprudente por mi
parte (...) Anímese y comience a trabajar, no co-
mo si tuviera que hacer algo especial antes de
morir, sino como si tuviera que hacer todo lo
posible hasta el momento de morir».
Esta respuesta capta un elemento esencial de
la espiritualidad de Newman, muy apropiado no
sólo para los laicos, sino también para todos los
cristianos: la idea de vivir según la divina provi-
dencia, aferrando el instante, aceptando los de-
beres con los que debemos cumplir. Se trata de
una espiritualidad práctica muy adecuada para
las mujeres y los hombres laicos de hoy que es-
tán llamados a vivir su vocación y su misión en
el mundo.
*Pontificia Universidad Gregoriana
página 10 - domingo 20 de febrero de 2011
En la catedral de Burgos, misa de acción de gracias por la aprobación de «Iesu communio»
Con entrañas de Eucaristía
JUAN JOSÉ AYÁN CALVO*
Hace algo más de trece años, la hija de una fami-
lia amiga decidió ingresar en el Monasterio de la
Ascensión de las Damas Pobres de Santa Clara,
en la villa burgalesa de Lerma (España). ¿Por qué
la vida contemplativa en un monasterio a más de
600 kilómetros de su hogar? ¿Por qué en Lerma y
no en cualquier otro lugar? A algunos les pareció
un capricho «intolerable», hasta que la acompa-
ñaron al monasterio el día de su ingreso. Incluso
los más reticentes hubieron de confesar entonces
que comprendían la firmeza manifestada por
aquella joven en su elección de un monasterio tan
concreto y tan lejano. Vieron en el locutorio una
comunidad de veinticinco religiosas profesas; siete
evidenciaban un relevo generacional. Allí sor Ve-
rónica, que en 1984 había ingresado en el monas-
terio con dieciocho años y había sido elegida diez
años después maestra de novicias —cuando no ha-
bía ninguna novicia ni postulante—, tenía ahora
bajo su responsabilidad a siete novicias y once
postulantes. Un grupo de jóvenes que irradiaban
el gozo de ser de Jesucristo y de vivir en la Igle-
sia. Sin complejos y con libertad dialogaban con
quienes habíamos viajado para acompañar a la
nueva postulante. Fue una interpelación continua
para todos.
Más adelante pude visitarlas con monseñor Eu-
genio Romero Pose, obispo auxiliar de Madrid ya
fallecido. Se nos invitó a introducirlas en el fe-
cundo pensamiento de los Padres de la Iglesia;
había una especial sensibilidad con los más próxi-
mos a la época apostólica. Desde esta cercanía
que mantuvo don Eugenio hasta su muerte —y
que he podido continuar hasta ahora—, constatá-
bamos que las vocaciones afluían cada vez más. Y
se oía siempre la pregunta: «¿Por qué desean in-
gresar allí y no en otros monasterios?». Difícil
responder a los prisioneros de metodologías y
planificaciones. Simplemente bastaba decir: «Ven
y verás». Allí las jóvenes percibían una diferencia,
una experiencia espiritual que deseaban. Quizás
estaba naciendo algo, sin que esta novedad se de-
ba interpretar como minusvaloración de otras for-
mas de vida religiosa.
Con la llegada de cada vocación aparecían tam-
bién grupos de personas de toda edad y condi-
ción. Cada cual se sentía a su vez interpelado y
conmovido por la experiencia que transmitían
aquellas consagradas. Las palabras que Juan Pa-
blo II había dirigido en 1982 en Ávila a las con-
templativas parecían adquirir una particular vive-
za y confirmación: «Consientan vuestros monaste-
rios en abrirse a los que tienen sed. Vuestros mo-
nasterios son lugares sagrados y podrán ser tam-
bién centros de acogida cristiana para aquellas
personas, sobre todo jóvenes, que van buscando
una vida sencilla y transparente en contraste de la
que les ofrece la sociedad de consumo». En esos
encuentros en los locutorios, donde era fácil per-
cibir un amor vibrante y contagioso a Jesucristo y
a su Iglesia, hay quienes se han vuelto a acercar a
la fe, o la han reavivado, o han rehecho su vida;
otros se han visto reconfortados y alentados en su
caminar; han sido ocasión incluso de que algunos
jóvenes hayan sentido el despertar de la vocación
al sacerdocio y a la vida religiosa. Tampoco han
faltado las voces —a veces sin el respeto que exige
incluso la discrepancia— de quienes no compren-
dían o no aprobaban una realidad que les parecía
inauténtica o contraria —en su opinión— a las for-
mas de la vida contemplativa.
El monasterio de la Ascensión en Lerma se hi-
zo pequeño para la constante afluencia de jóvenes
que se sentían llamadas a la forma de vida religio-
sa de aquel monasterio. Además, las clarisas del
monasterio de Briviesca (Burgos) habían pedido
ser recibidas en Lerma. Poco a poco llegaron a
ser más de cien religiosas. Era necesario buscar
una expansión del monasterio, no sólo para la vi-
da religiosa, sino para la acogida de los peregri-
nos. Cosa factible en el monasterio de San Pedro
Regalado —cercano a Lerma—, que los francisca-
nos accedieron a vender. Acontecimientos que se
sucedían bajo el cuidado atento y asombro conti-
L’OSSERVATORE ROMANO
nuo de la madre abadesa, sor Blanca María, que
había ingresado en el monasterio en 1962 a los
veinte años de edad. En marzo de 2009 debía ce-
sar en su cargo; la comunidad eligió abadesa a
sor Verónica, hasta el momento maestra de novi-
cias. Cuando concluyeron las obras del viejo mo-
nasterio de La Aguilera, se pidió permiso al car-
denal Franc Rodé —entonces prefecto de la Con-
gregación para los institutos de vida consagrada—,
para constituir una única comunidad en dos sedes
diferentes (Lerma y La Aguilera) con un único
gobierno. En junio de 2009 la petición fue apro-
bada por tres años a la espera de que la comuni-
dad, con serenidad, estableciera con claridad qué
se sentía llamada a realizar. Al trasladarse a la
nueva sede eran ciento veintisiete hermanas; pron-
to pidieron sumarse la mayoría de las hermanas
del monasterio de Nofuentes. Y seguían acudien-
do jóvenes solicitando ingresar. El nuevo monas-
terio pronto resultó también insuficiente; la mayo-
ría eran jóvenes religiosas en formación y se hacía
necesario habilitar nuevos espacios para seguir
acogiendo vocaciones.
El arzobispo de Burgos, monseñor Francisco
Gil Hellín, que seguía de cerca y con celo de pas-
tor el devenir de la comunidad, les aconsejó el
asesoriamento de un especialista para explicitar
canónicamente aquello que la Congregación para
los institutos de vida consagrada les había solici-
tado: exponer con claridad lo que se sentían lla-
madas a realizar. Bajo la atenta mirada del arzo-
bispo de Burgos y con la ayuda del doctor don
Jorge Miras, las hermanas, tras mucha oración y
discernimiento, redactaron un documento en el
que procuraron plasmar la experiencia que la co-
munidad había venido viviendo durante diecisiete
años. Bajo la presidencia de monseñor Gil Hellín,
la comunidad aprobó —en votación secreta y por
unanimidad— que el documento fuese presentado
al dicasterio de la Curia romana.
El 4 de diciembre de 2010, Benedicto XVI, tras
el parecer favorable de la Congregación vaticana,
dio su beneplácito a la resolución propuesta por
el cardenal prefecto, quien, en decreto fechado a
los cuatro días, dispuso, entre otras cosas, que el
monasterio autónomo de la Ascensión de Lerma
se transformara en un nuevo instituto religioso de
Derecho pontificio denominado «Iesu commu-
nio». La Congregación, a la vez que aprobaba sus
Constituciones ad experimentum por cinco años,
reconoció a sor Verónica Berzosa como fundado-
ra, la confirmó como superiora general del nuevo
edición en lengua española - número 8
instituto y encomendó al arzobispo el especial
cuidado de la nueva comunidad, sin perjuicio de
la autonomía de vida y gobierno propia de un
instituto religioso.
Las hermanas de «Iesu communio» no han
pretendido minusvalorar el carisma de santa Cla-
ra, mujer en la que saben reconocer y admirar su
amor apasionado por Cristo y por la Iglesia y el
brío de su consagración y entrega a Dios; tampo-
co han estado guiadas por la percepción de que
sea un carisma agostado, pues son conscientes de
los frutos de santidad que ha producido y que,
sin duda, está llamado a seguir produciendo. Pe-
ro, reconociendo la herencia de san Francisco y
santa Clara, han querido ser fieles a lo que Dios
ha ido suscitando entre ellas, al paso de una me-
ditación intensa de la Palabra de Dios —leída en
el seno de la Iglesia—, de las enseñanzas de Juan
Pablo II y Benedicto XVI, de un conocimiento cá-
lido y vivencial de las grandes intuiciones y logros
de la tradición patrística más próxima a la época
apostólica y de un acercamiento a algunos de los
grandes maestros de la teología contemporánea.
Se han sometido en total transparencia al discer-
nimiento de la Iglesia, y esta las ha animado viva-
mente a continuar el camino.
Urgidas por el grito de Cristo en la Cruz
(«Tengo sed») y su ardiente plegaria de que todos
sean uno, se consagran a Dios en una existencia
contemplativa y comunitaria para que el Espíritu
las recree a imagen y semejanza de la humanidad
de Cristo y las convierta en presencia orante, ecle-
sial, que testimonie el gozo de la vida en Cristo,
como el don incomparable mediante el cual Dios
quiere enriquecer y colmar de bien a la criatura.
No se entienden a sí mismas sin la maternidad de
la Iglesia, en la que —por el don del Espíritu— se
acercan a Jesucristo, aprenden a vivir en obedien-
cia al designio de Dios y sienten la llamada a ser
presencia de Cristo en el gozo de la unidad y de
la comunión. Por ello quieren que, en sus casas,
donde se observa una clausura constitucional, no
papal, la iglesia y los locutorios sean espacios
donde se custodie la presencia del Dios vivo, se
celebre la fiesta de la salvación, se comparta la fe
en Jesucristo, se acoja a los peregrinos que deseen
celebrar la fe y se espere siempre al hijo que re-
gresa agotado, desolado, decepcionado, arrepenti-
do o desorientado. Quieren que sus casas tengan
entrañas de Eucaristía, que en ellas se viva del
misterio del Pan partido y de la Sangre derrama-
da por la vida del mundo.
El 12 de febrero, las más de ciento ochenta her-
manas de «Iesu communio» entonaron el Te
Deum al concluir la Misa de acción de gracias
que, con motivo de su aprobación, presidió el ar-
zobispo de Burgos, acompañado del cardenal ar-
zobispo de Madrid, del nuncio en España, del ar-
zobispo de Pamplona y del obispo electo de Ciu-
dad Rodrigo. Cientos de sacerdotes y miles de
fieles quisieron estar junto a las hermanas y sin
duda no dejarán de hacerlo; para que el Espíritu
las guíe y las ilumine en este camino recién inicia-
do, fruto sin embargo de una larga y paciente an-
dadura. Pues sólo han pedido: «Rezad por noso-
tras y no dejéis de mirar a Cristo».
*Facultad de Teología San Dámaso (Madrid)
número 8 - edición en lengua española
El Papa dedica la audiencia general del miércoles 16 de febrero a san Juan de la Cruz
Quién da casi alas al hombre
Queridos hermanos y hermanas:
Hace dos semanas presenté la figura de la gran
mística española Teresa de Jesús. Hoy quiero ha-
blar de otro importante santo de aquellas tierras,
amigo espiritual de santa Teresa, reformador, jun-
to a ella, de la familia religiosa carmelita: san
Juan de la Cruz, proclamado doctor de la Iglesia
por el Papa Pío XI, en 1926, y llamado Doctor
mysticus, «doctor místico», en la tradición.
Juan de la Cruz nació en 1542 en el pequeño
pueblo de Fontiveros, cerca de Ávila, en Castilla
la Vieja, de Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez.
La familia era muy pobre, porque al padre, de
noble origen toledana, le habían echado de casa y
Para comunicar hoy el «Dios desconocido»
VIENE DE LA PÁGINA 5
mente la referencia a la creación. En fin, cerrado
en sí mismo, en un individualismo exasperado, el
hombre de hoy ha perdido de vista el sentido de
responsabilidad. Una cultura secularizada que se
pretende autónoma de Dios, termina con la pérdi-
da del sentido mismo de la vida.
Aquí se sitúa el gran desafío que mira al futuro.
Quien quiere la libertad de vivir como si Dios no
existiera lo puede hacer, pero debe saber lo que le
espera; debe tener conciencia de que esta elección
no es premisa de libertad ni de autonomía. Limi-
tarse a disponer de la propia vida nunca podrá
satisfacer la exigencia de libertad; silenciar forzo-
samente el deseo de Dios que está enraizado en la
interioridad más profunda, nunca dejará llegar a
la autonomía. El enigma de la existencia personal
no se resuelve rechazando el misterio, sino eli-
giendo sumergirse en él. Sabemos que estamos en
medio a una profunda crisis que se ha convertido
en crisis de Dios. Esquemáticamente se podría
decir: la religión sí, pero Dios no y tampoco la
Iglesia.
En síntesis, la crisis actual está determinada por
poder y saber hablar de Dios. De ahí que el en-
cuentro con el mundo de la comunicación empe-
ña no poco a la Iglesia, especialmente para dejar-
se conducir por un camino que necesariamente
debe recorrer sobre todo a los casi cincuenta años
del Concilio Vaticano ii, que tuvo entre sus prin-
L’OSSERVATORE ROMANO
desheredado por haberse casado con Catalina,
una humilde tejedora de seda. Huérfano de padre
en tierna edad, Juan, a los nueve años, se trasladó
con su madre y su hermano Francisco a Medina
del Campo, cerca de Valladolid, centro comercial
y cultural. Allí frecuentó el Colegio de los Doctri-
nos, desempeñando también algunos humildes
trabajos para las hermanas de la iglesia-convento
de la Magdalena. Sucesivamente, dadas sus cuali-
dades humanas y sus resultados en los estudios,
fue admitido primero como enfermero en el Hos-
pital de la Concepción, después en el Colegio de
los Jesuitas que se acababa de fundar en Medina
del Campo: aquí Juan entró con dieciocho años y
estudió durante tres años humanidades, retórica y
lenguas clásicas. Al final de la formación, tenía
muy clara su vocación: la vida religiosa, y entre
las numerosas órdenes presentes en Medina se
sintió llamado al Carmelo.
En el verano de 1563 inició el noviciado en los
Carmelitas de la ciudad, asumiendo el nombre re-
ligioso de Matías. Al año siguiente fue destinado
a la prestigiosa Universidad de Salamanca, donde
estudió durante un trienio artes y filosofía. En
1567 fue ordenado sacerdote y regresó a Medina
del Campo para celebrar su primera misa rodeado
del afecto de sus familiares. Precisamente aquí tu-
vo lugar el primer encuentro entre Juan y Teresa
de Jesús. El encuentro fue decisivo para ambos:
Teresa le expuso su plan de reforma del Carmelo,
también en la rama masculina de la Orden, y pro-
puso a Juan que se adhiriera «para mayor gloria
de Dios»; el joven sacerdote quedó fascinado por
las ideas de Teresa, tanto que se convirtió en un
gran defensor del proyecto. Los dos trabajaron
juntos algunos meses, compartiendo ideales y pro-
puestas para inaugurar lo antes posible la primera
casa de Carmelitas Descalzos: la apertura tuvo lu-
gar el 28 de diciembre de 1568 en Duruelo, un lu-
gar solitario de la provincia de Ávila. Formaban
esta primera comunidad masculina reformada,
junto a Juan, otros tres compañeros. Al renovar
su profesión religiosa según la Regla primitiva,
los cuatro adoptaron un nuevo nombre: Juan se
llamó entonces «de la Cruz», como será univer-
salmente conocido más tarde. A finales de 1572, a
petición de santa Teresa, se convirtió en confesor
y vicario del monasterio de la Encarnación de
Ávila, donde la santa era priora. Fueron años de
cipales objetivos hablar de Dios al hombre de hoy
de manera comprensible.
La crisis que vivimos se podría resumir de ma-
nera aún más sintética: Dios hoy no es negado,
sino desconocido. La tarea que se impone con la
nueva evangelización no es otra que hacer cono-
cer el verdadero rostro de Dios que resplandece
en el rostro de su Hijo Jesucristo. Ciertamente,
todos los medios de comunicación son necesarios
para este anuncio, pero la credibilidad de las per-
sonas que se hacen portadoras del Evangelio per-
manece indispensable. Siempre ha sido así en la
vida de la Iglesia. La nueva evangelización, por
tanto, parte de ahí: de la credibilidad de nuestra
vida de creyentes y de nuestra convicción de que
la gracia actúa y transforma hasta el punto de
convertir el corazón.
Mirar al futuro con la certeza de la esperanza
verdadera es lo que nos permite no permanecer
recluidos en una suerte de romanticismo que mira
sólo al pasado, ni caer en un horizonte de utopía,
amarrados a hipótesis que carecen de garantías.
La fe compromete en el hoy en que vivimos, por
lo que no corresponder sería ignorancia o miedo;
y a nosotros, cristianos, no nos está permitido ni
lo uno ni lo otro.
Es tiempo de abrir de par en par las puertas y
retornar al anuncio de la resurrección de Cristo
de la que somos testigos. Si alguno quiere recono-
cer a los cristianos, debería poder hacerlo por su
compromiso de fe y no por sus intenciones.
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estrecha colaboración y amistad espiritual, que
enriqueció a ambos. Asimismo, se remontan a
aquel período las obras teresianas más importan-
tes y los primeros escritos de Juan.
La adhesión a la reforma del Carmelo no fue
fácil y a Juan le costó también graves sufrimien-
tos. El episodio más traumático fue, en 1577, su
secuestro y encarcelación en el convento de los
Carmelitas de la Antigua Observancia de Toledo,
a causa de una acusación injusta. El santo perma-
neció encarcelado durante meses, sometido a pri-
vaciones y constricciones físicas y morales. Allí
compuso, junto a otras poesías, el célebre Cántico
espiritual. Finalmente, en la noche entre el 16 y el
17 de agosto de 1578, logró escapar de modo aven-
turado, refugiándose en el monasterio de las Car-
melitas Descalzas de la ciudad. Santa Teresa y los
compañeros reformados celebraron con inmensa
alegría su libertad y, después de un breve tiempo
de recuperación de las fuerzas, Juan fue destinado
a Andalucía, donde pasó diez años en varios con-
ventos, especialmente en Granada. Asumió cargos
cada vez más importantes en la Orden, hasta lle-
gar a ser vicario provincial, y completó la redac-
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Audiencia al presidente Medvédev
Colaboración y diálogo
entre Santa Sede
y Federación Rusa
Benedicto XVI recibió en audiencia al presiden-
te de la Federación Rusa, Dimitri Anatolievich
Medvédev, el jueves 17 de febrero por la maña-
na. Sucesivamente, junto al ministro de Asun-
tos Exteriores Sergei Lavrov, el presidente ruso
mantuvo un encuentro con el cardenal Tarcisio
Bertone, secretario de Estado, acompañado del
secretario para las Relaciones con los Estados,
el arzobispo Dominique Mamberti.
En el curso de los cordiales coloquios se ex-
presó complacencia por las buenas relaciones
bilaterales y se subrayó la voluntad de reforzar-
las, también como consecuencia del estableci-
miento de relaciones diplomáticas plenas.
Se reconoció asimismo la amplia colabora-
ción entre la Santa Sede y la Federación Rusa
tanto en la promoción de los valores humanos
y cristianos específicos como en ámbito cultu-
ral y social.
A continuación se manifestó la positiva con-
tribución que el diálogo interreligioso puede
ofrecer a la sociedad. Finalmente se trató sobre
la situación internacional, con particular refe-
rencia a Oriente Medio.
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Quién da casi alas al hombre
VIENE DE LA PÁGINA 11
ción de sus tratados espirituales. Después regresó
a su tierra natal, como miembro del gobierno ge-
neral de la familia religiosa teresiana, que gozaba
entonces de plena autonomía jurídica. Vivió en el
Carmelo de Segovia, donde fue superior de la co-
munidad. En 1591 fue eximido de toda responsa-
bilidad y destinado a la nueva provincia religiosa
de México. Mientras se preparaba para el largo
viaje con otros diez compañeros, se retiró a un
convento solitario cerca de Jaén, donde enfermó
gravemente. Juan afrontó con ejemplar serenidad
y paciencia enormes sufrimientos. Murió la noche
del 13 y al 14 de diciembre de 1591, mientras los
hermanos rezaban el Oficio matutino. Se despidió
de ellos diciendo: «Hoy voy a cantar el Oficio en
el cielo». Sus restos mortales fueron trasladados a
Segovia. Fue beatificado por Clemente X en 1675
y canonizado por Benedicto XIII en 1726.
Juan está considerado como uno de los poetas
líricos más importantes de la literatura española.
Sus mayores obras son cuatro: Subida al Monte
Carmelo, Noche oscura, Cántico espiritual y Llama
de amor viva.
En Cántico espiritual, san Juan presenta el cami-
no de purificación del alma, es decir, la progresiva
posesión gozosa de Dios, hasta que el alma llega
a sentir que ama a Dios con el mismo amor con
el cual es amada por él. Llama de amor viva prosi-
gue en esta perspectiva, describiendo más detalla-
damente el estado de unión transformador con
Dios. La comparación que utiliza Juan siempre es
la del fuego: igual que el fuego, que cuanto más
arde y consume la madera, más incandescente se
hace hasta convertirse en llama, así el Espíritu
Santo, que durante la noche oscura purifica y
«limpia» el alma, con el tiempo la ilumina y la
calienta como si fuera una llama. La vida del al-
ma es una continua fiesta del Espíritu Santo, que
deja entrever la gloria de la unión con Dios en la
eternidad.
Subida al Monte Carmelo presenta el itinerario
espiritual desde el punto de vista de la purifica-
ción progresiva del alma, necesaria para escalar la
cima de la perfección cristiana, simbolizada por la
cima del Monte Carmelo. Esta purificación se
propone como un camino que el hombre empren-
de, colaborando con la acción divina, para liberar
Aliento al Apostolado del mar
y gratitud a las Misioneras de la Caridad
Solicitud pastoral con los marinos. Fue la peti-
ción de Benedicto XVI en su saludos, en lengua
italiana, al término de la audiencia general. Diri-
giéndose a los coordinadores regionales del
Apostolado del mar —con ocasión del congreso
que promueve el Consejo pontificio para la pas-
toral de los emigrantes e itinerantes—, el Papa
les animó a «identificar respuestas pastorales a
los problemas de los marinos y de sus familias».
Asimismo, expresó su afecto a las Misioneras
de la Caridad presentes, agradeciendo «el gozo-
L’OSSERVATORE ROMANO edición en lengua española - número 8
el alma de todo apego o afecto contrario a la vo- cristo, su Palabra hecha carne. Él es el único y
luntad de Dios. La purificación, que para llegar a definitivo camino al Padre (cf. Jn 14, 6). Cual-
la unión de amor con Dios debe ser total, co- quier cosa creada no es nada en comparación con
mienza por la de la vida de los sentidos y prosi- Dios y nada vale fuera de él: en consecuencia, pa-
gue con la que se obtiene por medio de las tres ra alcanzar el amor perfecto de Dios, cualquier
virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, que otro amor debe conformarse en Cristo al amor di-
purifican la intención, la memoria y la voluntad. vino. De aquí deriva la insistencia de san Juan de
Noche oscura describe el as- la Cruz en la necesidad de la
pecto «pasivo», o sea la in- purificación y del vaciamien-
tervención de Dios en el to interior para transformar-
proceso de «purificación» se en Dios, que es la meta
del alma. De hecho, el es- única de la perfección. Esta
fuerzo humano por sí solo es «purificación» no consiste
incapaz de llegar a las raíces en la simple carencia física
profundas de las inclinacio- de las cosas o de su uso; lo
nes y de las malas costum- que hace al alma pura y li-
bres de la persona: sólo las bre, en cambio, es eliminar
puede frenar, pero no extir- toda dependencia desorde-
parlas completamente. Para nada de las cosas. Hay que
hacerlo, es necesaria la ac- situar todo en Dios como
ción especial de Dios que centro y fin de la vida. El
purifica radicalmente el espí- largo y fatigoso proceso de
ritu y lo dispone a la unión purificación exige el esfuerzo
de amor con él. San Juan personal, pero el verdadero
define «pasiva» esa purifica- protagonista es Dios: todo lo
ción, precisamente porque que el hombre puede hacer
aunque es aceptada por el es «estar dispuesto», estar
alma, la realiza la acción abierto a la acción divina y
misteriosa del Espíritu Santo no ponerle obstáculos. Vi-
que, como llama de fuego, viendo las virtudes teologa-
consume toda impureza. En les, el hombre se eleva y da
este estado, el alma está so- valor al propio compromiso.
metida a todo tipo de prue- Teresa Benedetta del Roveto Ardente, «San Juan El ritmo de crecimiento de
bas, como si se encontrara de la Cruz» (Carmelo de Concenedo, Lecco) la fe, de la esperanza y de la
en una noche oscura. caridad va al paso con la
Estas indicaciones sobre obra de purificación y con la
las obras principales del santo nos ayudan a acer- progresiva unión con Dios hasta transformarse en
canos a los puntos más destacados de su vasta y él. Cuando se llega a esta meta, el alma se sumer-
profunda doctrina mística, cuyo objetivo es des- ge en la misma vida trinitaria, de modo que san
cribir un camino seguro para alcanzar la santidad, Juan afirma que llega a amar a Dios con el mis-
el estado de perfección al cual Dios nos llama a mo amor con el que él la ama, porque la ama en
todos. Según Juan de la Cruz, todo lo que existe, el Espíritu Santo. Por este motivo el doctor místi-
creado por Dios, es bueno. A través de sus criatu- co sostiene que no existe verdadera unión de
ras, nosotros podemos descubrir a aquel que en amor con Dios si no culmina en la unión trinita-
ellas ha dejado una huella de sí mismo. La fe, en ria. En este estado supremo al alma santa conoce
cualquier caso, es la única fuente que se le da al todo en Dios y ya no debe pasar a través de las
hombre para conocer a Dios tal como es en sí criaturas para llegar a él. El alma se siente enton-
mismo, como Dios uno y trino. Todo lo que Dios ces inundada por el amor divino y se alegra com-
quería comunicar al hombre lo ha dicho en Jesu- pletamente en él.
Queridos hermanos y hermanas, al final queda
la pregunta: este santo, con su alta mística, con
este arduo camino hacia la cima de la perfección,
¿tiene algo que decirnos también a nosotros, al
cristiano normal que vive en las circunstancias de
esta vida de hoy, o es un ejemplo, un modelo sólo
para pocas almas elegidas que pueden realmente
emprender este camino de la purificación, de la
subida mística? Para encontrar la respuesta debe-
mos ante todo tener presente que la vida de san
Juan de la Cruz no fue un «volar en nubes místi-
cas», sino que fue una vida muy dura, muy prác-
tica y concreta, tanto como reformador de la Or-
den, donde encontró muchas oposiciones, como
superior provincial, como en la cárcel de sus her-
manos, donde estaba expuesto a insultos increí-
bles y a maltratos físicos. Fue una vida dura, pero
precisamente en los meses pasados en la cárcel es-
cribió una de sus obras más hermosas. Y así po-
demos entender que el camino con Cristo, ir con
Cristo, «el Camino», no es un peso añadido al ya
suficientemente duro fardo de nuestra vida, no es
algo que haga más pesado esta carga, sino que es
una cosa totalmente distinta, es una luz, una fuer-
za, que nos ayuda a llevar este peso. Si un hom-
bre lleva dentro de sí un gran amor, este amor le
da casi alas, y soporta más fácilmente todas las
molestias de la vida, porque lleva en sí esta gran
luz; esta es la fe: ser amado por Dios y dejarse
so testimonio cristiano que dan en los distintos amar por Dios en Jesucristo. Este dejarse amar es
continentes, tras las huellas de su inolvidable la luz que nos ayuda a llevar el peso de cada día.
fundadora, la beata Teresa de Calcuta». Y la santidad no es una obra nuestra, muy difícil,
Al margen de la audiencia en el aula Pablo VI, sino precisamente esta «apertura»: abrir las venta-
en una sala contigua, Benedicto XVI recibió a un nas de nuestra alma para que la luz de Dios pue-
grupo de Misioneras de la Caridad. Las acom- da entrar; no olvidar a Dios porque precisamente
pañó sor Mary Prema, superiora general —en la en la apertura a su luz se encuentra fuerza, se en-
imagen, a la izquierda del Pontífice—, llegada de cuentra la alegría de los redimidos. Oremos al Se-
Calcuta para presidir en Roma un encuentro ñor para que nos ayude a encontrar esta santidad,
con todas las superioras regionales de Europa y dejarse amar por Dios, que es la vocación de to-
África. dos y la verdadera redención. Gracias.