SUA 2574 Filosofía de la Ciencia Dra. Fernanda Samaniego Alumna: A. Mayté Ibáñez G.
"La Superación de la Metafísica"
Lectura: Carnap, R. El desarrollo de la lógica moderna, llevó a un rechazo particular de las disertaciones metafísicas, al encontrar una respuesta más concisa acerca del problema que encuentran la validación de los argumentos metafísicos, si bien, ya desde los escépticos griegos había opositores a esta forma de pensamiento, es con este tipo de lógica cuya bases se sostiene fuertemente en el ordenamiento y significado de las palabras, que se esclarecen (desde este punto de vista) las fallas en las proposiciones metafísicas y los conceptos particulares de las distintas ramas de la ciencia. Las proposiciones metafísicas tratadas desde esta perspectiva aparecen como pseudoproposiciones, o carecen de sentido. Al sujetarse a una explicación a través de las reglas del lenguaje, su lógica y significados, se explicitan diferentes formas en que estos argumentos quedan invalidados. Pseudoconceptos: Cuando una palabra posee un significado, designa un concepto, si esta significación es sólo aparente es un pseudoconcepto. En la mayor parte de las palabras de la ciencia es posible precisar su significado al retrotraerlas a otras palabras, de igual forma, su significado se define de acuerdo a su criterio de aplicación, si no se encuentra este criterio de aplicación, signos empíricos, no se puede dar legitimidad al vocablo. Si la palabra no logra asociarse a objetos, se puede inferir que esta se asocia a ciertas imágenes y sentimientos, pero no por ello adquiere un significado, si no aparece un criterio de aplicación para la palabra, cuando esta aparece en una proposición, tal proposición realmente no nos está aportando nada, por lo que resultan ser pseudoproposiciones. Carencia de significado: Siguiendo esta línea es de notar que muchos de los vocablos de la metafísica no cumplen con los requerimientos mencionados, tómese por ejemplo el término de principio, este aparece como una derivación de una cosa a otra, sin embargo para el metafísico la relación empírica no es lo que pretende significar sino algo que está más allá, sin embargo no se especifica de manera concreta otro criterio para que se aplique otro significado, situación semejante sucede con palabras como Dios, la cosa en sí, la esencia o lo absoluto. Sintaxis, proposiciones sin sentido: La sintaxis de un lenguaje especifica las combinaciones de palabras que son admisibles y las que no, sin embargo, no puede realmente eliminar todas las combinaciones que carezcan de sentido. De manera que, aunque existan proposiciones sintácticamente correctas ello no garantiza su sentido, lo que da lugar a otro tipo de pseudoproposiciones, con esto se hace patente que los lenguajes cotidianos permiten la construcción de enunciados sin sentido que cumplan con el orden categorial de las palabras, por lo que se necesitaría, para evitar estos errores en la lógica, una subdivisión que especificara las posibilidades de relación de las cosas con sus propiedades, por ejemplo. Es muy común caer en este tipo de sin sentidos en las proposiciones metafísicas, el sentido de una proposición reside en el método de su verificación, por ello solamente puede afirmar en tanto que enuncia un hecho empírico, por lo que cualquier cosa que estuviese más allá de lo experimentable, no puede ser enunciado, ni pensado. Así las (pseudo)proposiciones de la metafísica no describen relaciones objetivas o existentes, ni inexistentes, sino que sirven para expresar una actitud emotiva de la vida, a lo que Carnap apunta que ésta encontraría un mejor camino en el arte que en la metafísica, por lo que se considera una forma inadecuada, así como sus pretensiones, por lo que encuentra el mejor acercamiento en el desarrollo nietzscheano, que desde su perspectiva logra dar la forma justa a los términos que aborda
Rudolf Carnap - La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje (Extraído de Rudolf Carnap, la superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje (en AJ Ayer, El positivismo lógico, 1993)