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FUNDAMENTOS DE LA INVESTIGACION
Ensayo:
ÍNDICE GENERAL
Índice de Ilustraciones 3
INTRODUCCION 4
La Cítara 5
El Salterio 7
El Clavicordio 7
El clavecín 8
El piano actual 9
1. Elementos externos 11
Tapa armónica 11
Caja 11
Cuerdas 11
La tapa superior 11
2. Elementos internos 13
Inspeccion visual 14
Bibliografía 20
3
Introducción
Es muy interesante conocer estos aspectos, porque por lo regular nos sentamos
frente a un piano y podemos tocar alguna pieza pero no sabemos o ni siquiera nos
imaginamos lo que pasa en el interior del instrumento, más si es un piano vertical. Con
esto no trato de decir que conocer el mecanismo y su función nos hace grandes
pianistas, sabemos que requiere de mucho trabajo y practica, pero creo que es
importante conocer aunque sea a grandes rasgos qué pasa dentro del instrumento
cuando tocamos y cómo funciona.
Para conocer el origen del piano, debemos retroceder en el tiempo para conocer algunos
instrumentos musicales más antiguos de los cuales terminaron en el piano moderno
El más antiguo instrumento musical que inicia la línea evolutiva que culmina en lo que
hoy conocemos como piano es la Cítara
La Cítara
(No confundir con el sitâr, con un largo mástil y un número variable de cuerdas
que pertenece a un grupo diferente, el de los laudes).
Una variación del salterio la encontramos en el Dulcinea que estaba pensado para
que sus cuerdas no sean tocadas con las manos o con algún elemento punzante sino para
que sean percutidas.
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El Salterio
El piano tal cual lo conocemos hoy en día se basa, entonces, en los principios de
construcción de los instrumentos mencionados, cuyas cuerdas no son ya tocadas con las
manos sino percutidas por martillos. Entre éstos, encontramos al clavicordio
El Clavicordio
El clavecín
El piano actual
Los pianos verticales se caracterizan por poseer el arpa, las cuerdas y los martillos
perpendiculares al piso y los pianos de cola se caracterizan por poseer el arpa, las
cuerdas y los martillos paralelos al piso. En su parte posterior tiene forma de cola.
1. Elementos externos
Tapa armónica
Caja
Cuerdas
La tapa superior
El pedal de resonancia al ser pisado libera los apagadores de las cuerdas, lo que
permite que la nota siga sonando aunque se haya dejado de pulsar la tecla, añadiendo
además una gran cantidad de armónicos de otras cuerdas que vibran por simpatía,
aumentando de este modo el volumen sonoro y, en su caso mezclando notas, acordes y
armonías diversas, pero usado con destreza también permite pequeños efectos sutiles de
expresión, cantabilidad, fraseo o acentuación. En cuanto a la interpretación, dependerá
del estilo y de la elección del pianista, que deberá dosificar y cambiar más o menos a
menudo según la armonía, la textura y las más o menos definidas indicaciones de la
partitura.
La sordina, que es el pedal central, exclusivo de los pianos verticales actuales (en
los que sustituye al pedal tonal, con una función totalmente diferente). Al pisarlo, se
interpone una tela, normalmente fieltro, entre los macillos y las cuerdas, lo que reduce
enormemente el sonido y permite tocar el piano sin molestar a otras personas. El
mecanismo no es del todo nuevo, pues una variante del mismo se encontraba también en
algunos modelos de pianos de cola construidos a finales de siglo XVIII y principios del
XIX, aunque en este caso con una función también tímbrica, de imitación a otros
registros o instrumentos.
2. Elementos internos
La fuerza con la que los dedos pulsan las teclas se transmite a los martillos, hasta que
finalmente la cuerda del piano es golpeada. Una pulsación gradual de la tecla hace que
el piloto empuje a la repetición. Esta fuerza a continuación empuja hacia arriba el
escape. Desde que la nota ha sido pulsada aproximadamente 5 milímetros, la cucharilla
del apagador se pone en contacto con la palanca del apagador, separándose éste de la
cuerda. Cuando la tecla desciende aproximadamente 7 u 8 milímetros, la cola de la
plancha se pone en contacto con el botón regulador, y el extremo de la plancha
comienza a moverse y deja libre la base del martillo.
Si este proceso se realiza muy rápidamente, dicho efecto es comunicado al martillo, que
a su vez transmite la fuerza que golpea la cuerda. En ese instante, la tecla ha bajado a
tope y el martillo rebota del impacto con la cuerda y es aguantado y parado con el
receptor. Cuando la tecla se levanta, el martillo vuelve otra vez hacia atrás a su posición
original, por la acción de la gravedad en el caso de un piano de cola o ayudado por una
muelle en el caso de un piano vertical. El apagador de nuevo toma contacto con la
cuerda, cortando las vibraciones de ésta y mientras la tecla sube del todo, el mecanismo
se vuelve a poner de nuevo en condiciones para el siguiente ciclo.
Al igual que los corredores de automóviles, un pianista no podrá llegar muy lejos
sin un buen piano de compañero.
Sólo saber que un piano tiene más de 200 cuerdas y aproximadamente 1000 partes
móviles nos da una idea de lo complejo y esencial que es mantener a punto este
complejo sistema que ha llevado generaciones en su desarrollo.
A pesar de su complejidad, existen pequeñas y simples formas para tener una idea
inicial del estado de un piano a la hora de comprar uno o simplemente para saber
cuando darle mantenimiento a uno.
Inspección visual:
piano, se ha hecho tradicional que estén, por su antigüedad, en muy malas condiciones
lo que ha arruinado su reputación. En rigor, las clavijas de todos los pianos van
atornilladas en madera, el clavijero solo se encarga de “enmarcar” la clavija para que no
se incline hacia abajo por la presión de las cuerdas pudiendo así agrandar el agujero
donde se encuentra empotrada. Lo importante entonces (asumiendo que es muy difícil
encontrar un clavijero de madera del siglo IX en buen estado) es verificar que la
estructura del arpa no se encuentre trizada. Las ralladuras se pueden pintar, una
trizadura puede ser hasta peligrosa tomando en cuenta la tensión permanente que el arpa
debe soportar (¡Entre 70 y 100 Kg. Por cuerda!) Lo otro es revisar que se encuentren
todas las clavijas derechas (las clavijas caídas indican un agujero deforme lo que
impedirá tensar bien la cuerda), que sobresalgan uniformemente hacia afuera (una
clavija muy profunda indica un agujero muy desgastado lo que impedirá girar para
tensar bien la cuerda) y finalmente chequear que las clavijas estén sin o muy poco
martilladas. Una mala costumbre de algunos técnicos es la de martillar las clavijas en
vez de sacarlas e introducirles unos papeles de fibra a modo de “tarugos” cuando estas
están flojas. Martillar es más fácil para ellos, pero con eso se desgasta
irremediablemente el delicado hilo de madera presente detrás del arpa, hasta llegar a
hacer un orificio lo suficientemente profundo para arruinar el soporte de madera del
piano y dejar la clavija suelta para siempre.
Las cuerdas de un piano son de dos tipos: Simples (un hilo de alambre acerado) y
Entorchados (Hilo de alambre acerado con un embobinado de alambre de bronce a su
alrededor.) El grueso del embobinado aumentará al utilizar notas más graves. Los
problemas más comunes se dan con los entorchados. Cuando hay notas que utilizan
cuerdas entorchadas y son “imposibles de afinar” sucede que uno de los entorchados
(hay notas que utilizan hasta 3 cuerdas entorchadas) difiere en grosor al de sus
compañeros. Por eso es recomendable que al cortarse una cuerda entorchada, sean
reemplazadas todas a la vez y así mantener la uniformidad en el sonido.
Otro problema común en las cuerdas entorchadas es cuando se suelta el
embarrilado de bronce. Esto hace que al pulsar la tecla se sienta un sonido vibratorio,
como el de un mosquito o una madera suelta. Muchas veces confundido con la temida
trizadura de la caja armónica, este problema se resuelve embarrilando el entorchado
suelto, cortando el excedente de éste o simplemente cambiando las cuerdas de esa nota.
Hay quienes han logrado pegar el entorchado para que no se suelte, pero no siempre se
obtienen buenos resultados. Cabe destacar que el entorchado se aferra al cable de acero
debido a que éste no es totalmente redondo, sino desgastado en sus 4 lados formando
pequeños perfiles afilados que sirven para que el entorchado de bronce no se suelte. Los
técnicos especializados muchas veces desgastan la cuerda de acero central en sus bordes
y vuelven a embarrilarla firmemente.
Lo contrario de apagadores que no bajan para cortar el sonido, son los que no liberan a
la cuerda para producirlo. Esto hace que al presionar una tecla se sienta un sonido
apañado, muy bajo y breve. Este tipo de fallas generalmente afecta también al uso del
pedal de resonancia y lo más probable es que al presionarlo, la tecla con el apagador
retenido no quede sostenida y le reste resonancia al instrumento. Por lo anterior, otro
simple ejercicio es el de presionar el pedal derecho y tocar cada una de las teclas para
confirmar que los apagadores se elevan correctamente y que cada nota suene libremente
una sobre la otra sin ser cortada. De la misma manera, al soltar súbitamente el pedal,
deberían apagarse todos los sonidos a la vez. De quedar notas sonando, nuevamente
estaremos e presencia de problemas con los apagadores.
Martinetes: Los martillos del piano son los elementos que golpean la cuerda para
hacerla vibrar. Estos están hechos de lana prensada. A mayor tamaño del piano, más
libras de presión tendrá la lana que reviste sus martillos. Unos martillos gastados darán
un sonido más metálico, sobre todo si su desgaste llega hasta el centro del martinete
donde sólo una porción de “paño” (material de color rojo o verde que se utiliza para
proteger diversas partes del piano) separa la lana de la madera que afirma el martillo.
Muchas veces hay martinetes que dan un sonido metálico no por desgaste, sino porque
la lana que entra en contacto con la cuerda de ha prensado y endurecido. La solución
para eso (es recomendable que lo realice sólo una persona con experiencia) es insertar
una suerte de pequeños alfileres para liberar la presión excesiva en la lana y “entonar” el
sonido. Al realizar este trabajo sin tener experiencia, se corre el riesgo de forzar la pieza
y soltar un eje o de liberar en exceso la tensión de la lana y arruinar el martinete, ya que
ese proceso es irreversible.
Otro proceso para “entonar” un piano es el de devolverle la forma circular a cada
martillo, pues con el uso, éstos tienden a achatarse y esto cambia su sonido. Incluso es
corriente pianistas y experimentados afinadores, no conformes con la afinación de una
nota, finalmente la hayan encontrado corrigiendo esta deformación del martinete más
que en la tensión para afinar las cuerdas.
Ejes: Los ejes son la suerte de bisagras de los martinetes. Existen varios otros ejes
en el mecanismo de acción de un piano, pero el más común y visible es el que sostiene
el cuerpo del martillo. Cuando los ejes están sueltos se escucha un golpe de madera
junto con la nota y muchas veces la nota no es idéntica al tocarla una y otra vez. Esto se
debe a que el eje está tan suelto que el martillo a veces golpea las 3 cuerdas y otras no.
En casos extremos el martillo golpea hasta las cuerdas de la nota del lado.
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BIBLIOGRAFIA
Rattalino, Piero. Historia del piano. El instrumento, la música y los intérpretes, Idea
Books. Colección Idea Música 1995. 328 págs.
Casella, Alfredo. - El Piano. Buenos Ajres, Ricordi, 1942. Trad.: Carlos Floriani. 246
págs. Original: Il Píanoforte. Roma-Milán, Tummielli, 1937.
http://es.wikipedia.org/wiki/Piano
http://tecnico-afinador-pianos.blogspot.com/2007/11/el-piano-por-dentro.html
http://www.pianos.com.mx/comofunciona.asp