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ESPAÑOLA
R E V I S T A T R i n E S T R f l L
HlSTORin.-Secciór. dirigida p o r R. n i t a m l r a y E .
Ibarra R o d r í g u e z . « « « « • « « « • « «
LITERnTÜRfl n O C i E R N f l . - S e c c i ó n dirigida p o r E-
G ó m e z d e B a q u e r o y R. t>. P e r é s , • «
PILOLOQin É MlSTORIil L I T E R n R I f l . - S e c c l ó n di-
rigida p o r R. A e n é n d e z P i d a l . « « • «
A R T E . — S e c c i ó n dirigida p o r V. L a m p é r e z y E . T o r -
mo y A o n z ó . • • « « « « « « « « « « •
FILOSOFÍA.— S e c c i ó n dirigida p o r ñ. Q ó m e z Iz-
q u i e r d o y A . flsín y P a l a c i o s . « • « « «
VnRin.—Cuestiones i n t e r n a c i o n a l e s , p o r Q. A a u r a y
Gamazo. • « • • • • « « « « « « • • * ;
C u e s t i o n e s militares, p o r J . Ibáñez A a r i n .
C u e s t i o n e s bibliográficas, p o r J u a n A . S á n -
chez.» • « • • « • « • « « • • « « » «
C u e s t i o n e s p e d a g ó g i c a s , p o r Julián R i b e r a .
* * * * • • • • • « • • • • • • • • • • •
FEBRERO w - , . n c n v 1 1 1
N ú n . IX
sunflRio
SECCIÓN bE ñRTE
L. Tramoyeres y Blasco.—Los cuatrocentistas valencianos 139
Elias Tormo.—Los nuevos tiispanistas: M. Bertaux 157
Elias Tormo.—iMiscelánea de primitivos en España 164
NOTAS B i u L i o G R Á r i C A r s . - M a n u e l B. Cossio: iSíGi-eco.(ETormo.). 170
NOTAS.—El arte español en Inglaterra: ayer y hoy,—Otra nue-
v a obra conocida de J u a n Lome. (E. Tormo.) 179
SECCIÓN bE FILOSOFin
tmile Duprat.—Estudios de filosofía contomporánea. La filosofía
de M. H. Bergson 185
Alberto tiómez Izquierdo. Una discusión entre escolásticos 208
ANÁLISIS DE LIBROS.—Edmundo González Blanco: El materia-
lismo combatido en sus principios cosmológicos y psicológi-
cos. {X.Q. i.) 213
Arthxir Kenyon Rogers: Tlie Religious Conception ofiJie World.
Wilüiam Ra'ph Inpe: Personal Idealism and Mysticism.—
M. "Witon Callcins: The Persistent Problems of Phi.losopliy,
an introduetion to metaphysics tliroiigh the study of modern
systems.—J. H. Newman: í'ede e Ragione. (Em. Duprat.) 215
NOTAS BiBLioGEÁFiCAS.—M. Joseph Pou y Batlle: La filosofia
catalana, sa existencia, sos caracters, sa decadencia y nece-
sitat de sa restaurado. (A. G. I ) 222
Sales V Ferré; Sanz y Esaartin: Nuevos fundamentos de la Mo-
ral." {¡. G. C.) 223
J. B. Codina y Formosa: Nuevas cartas abiertas d D. Edmundo
González Blanco sobre la crucifixión de Jesús.—P. C. Bacha:
Un traite des ocurres árabes de Théodore Abou-Eurra évéque
deHaran.—E,l-ILa,ína.om:Muatael-imamel-Mahddi. (M. A . P . ) . 224
A. Tremesaygues: Philosophes contemporains par Haráld Hof-
fding (traducción del alemán). ( A . G. I.) 226
C. 'Soxiglé.-.Lesolidarisme.—A. M a i r e t y j . E. Florence: Le tra-
vail intellectuel et les fonctions de V organisme. (J. G. C.) 227
R, P . Gillet: V éducation du caractére. (J. R.) 227
ANÁLISIS DE R E V I S T A S . - ( G . I. y 6 . C.) 229
NECROLOGÍA.—(E. D.) 235
VflRin
S e c c i ó n de ñ R T E
DIRECTORES: R . Lampérez (Madrid, Marqués del Duero, 8).—Elias
Tormo y Monzó (Madrid, Plaza de San Marcial, 7).
S e c c i ó n de F I L O S O F Í A
DIRECTORES: A. Gómez Izquierdo (Granada, Ballesteros, 2), Filoso-
fia en general é Historia de la filosofia moderna. —"^l. Asin Palacios
(Madrid, San Vicente, 56), Historia de la filosofia medieval y especial-
mente de la árabe.
COLABORADORES: M . Glossner (Munich), Información alemana.—
Dr. Sarbled (Paris), Información francesa. —Emile Duprat (Paris), In-
formación inglesa é italiana.—Jenaro González Gürreño (Pontevedra),
Psicología y Ftica.
VARIA
G. Maura Gamazo (Madrid, Lealtad, 13), Cuestiones internacionales.
J. Ibáñez Marin (Madrid, Concordia, 4), Cuestiones militares.
J. Ribera Tarrago (Madrid, Luna, 33), Cuestiones pedagógicas.
Juau M. Sánchez (Madrid, Alcalá, 91), Cuestiones bibliográficas.
REVISTA TRinESTRflL
(Antes REVISTA b E A R A G Ó N )
FEBRERO n C n V 111
N ú n . IX
MISTORIñ
El p r ó x i m o C o n g r e s o internacional d e Ciencias
h i s t ó r i c a s (Berlín, A g o s t o d e 1 9 0 8 ) .
(1) La noticia contiene todos los datos necesarios para formar idea de lo
que será el Congreso y para dirigir en su adhesión á los que quieran, ser con-
gresistas.
8 HISTORIA
( A Ñ O D E 15 B 5)
el) Véanse las obras: Loa jefes del correo en España. Apuntes formados por
él Doctor Thebussem (Madrid, 1881). Un pliego de cartas, por el Doctor Thebus-
sem (Madrid, 1891). Todos los privilegios y documentos de los Taxis se en-
cuentran en Eatisbona, en el archivo de los príncipes de Thurn y Taxis. El
blasón heráldico de estos príncipes alemanes, consiste en el escudo de armas
del antiguo reino de Castilla, y el centro sobrecargado con un oso blanco.
(2) Relación del viaje hecho por Felipe II, en 1585, á Zaragoza, Barcelona y
Valencia, escrita por Henrique Cock (Madrid, 1876).
(3) Las Carne.=tolendas, en 1585, comenzaron el domingo 3 de Marzo. Los
barceloneses, en obsequio á su ilustre huésped, adelantarían dichas fiestas.
(4) La Reinaxensa, año VIII, página 54 (31 de Julio de 1878).
CARLOS MANUEL DE SABOYA 15
(1) JRelació brev, verdadera y molt gvstosa de les famoses festes... que se acos-
turnen fer en la noble Giulat de Barcelona en lo tcmps de Carnestoltes. (Barce
lona, 1616.)
CULTURA
18 HISTORIA
LuciEN BOUVAT; Sur quelques manuscrits de ta Société Asialique (de París) rtlaiifs
a r 'Espagne. Extrait de la T^evue Hispanique, tome XV. o,¡6 o,io; i3 pá-
ginas.
E n la p á g i n a 19, t r a t a n d o d e u n m a n u s c r i t o r e g a l a d o p o r M r .
CherboneaU; q u e contiene unos extractos de la o b r a d e nuestro h i s -
t o r i a d o r A b e n a l j a t i b , c o n t e n i d a e n el m a n u s c r i t o 1617 d e l a Biblia- _
(1) falta - (2) ^¿.Ji - (3) S,¿|^ - (4) ^¿^i'T _ (5) (^^.^1 -
BIBLIOGRAFÍAS 27
MARTÍN HUME: Jíisloria del pueblo español, su origen, desarrollo é influencia. Tra-
ducción castellana de D. losé del Caso. Madrid, s. a. (1907). Za España Ato-
derna. Un volumen de 620 páginas, g pesetas.
Con sólo decir que el tercer tomo de la Historia de España del señor
Altamira no desmerece délos dos anteriores, apreciados por el público
docto, español y extranjero, quedaba hecho el mejor elogio de este libro.
BIBLIOGRAFÍAS 33
Inventari Jets tibres de dona Maria, reyna Daragó e de tes Sicities, 14S8. Barcelo-
na, 1907, Tip. La Académica. Un volumen de 23 páginas. (Tomo VIH del 1\ecult
de texles catalans aniichs.)
JOAQUÍN MIRET y SANS: l e massacre des Juifs de Montclus. (Extrait de la J(evue des
"Eludes Juives, de París, núm. 106), 1907.- Tres princesas griegas en la corte de
Jaime TI de Aragón. (Extrait de la T^exiue hispanique, tome XV), 1906.
cho las cifras relativas á la primera mitad del siglo xvi; que la aristo-
cracia y el clero, asi como la burguesía, se aprovecharon bien de los
puestos lucrativos creados en el Gobierno de las colonias; que la abun-
dancia de metales ricos trajo como consecueneia el aumento de los pre-
cios; que las colonias proporcionaron á la metrópoli muchas especies
nuevas y de rendimiento; q u e las riquezas traídas de las Indias fueron la
base económica de la hegemonía política de España en el siglo xvi, pro-
veyendo á la mayor parte de los gastos del Estado, aunque su mala ad-
ministración les hizo perder no poco de su valor inicial; que las reformas
del siglo XVIII, aunque fracasadas, no dejaron de producir resultados be-
neficiosos para la metrópoli y para las mismas colonias; y que en lo rela-
tivo á la influencia espiritual, no es cosa fácil medirla que España ejer-
ció en los pueblos americanos. «Estos conservan en g r a n parte el idioma,
las tradiciones, los gustos españoles. Hoy dia las colonias independientes
que, abiertas á todas las naciones del mundo, se pueblan y enriquecen
con rapidez, guardan, apesar de todo y gracias á los lazos morales, nu-
merosas relaciones con su antigua metrópoli. Si España cuenta aún con
un campo d e difusión tan considerable para su literatura; si goza toda-
vía d e tanto prestigio en la América latina, lo debe á las colonias que
sus antepasados supieron fundar, sin que al perderlas se rompiesen to-
dos los lazos que á ellas les unían.»
Como se ve por este resumen critico, la monografía de Vander Lin-
den, no obstante sus errores de pormenor y su escasa novedad, inherente
al no aprovechamiento de fuentes inéditas, es un trabajo meritorio y de
lectura útil para todos los que se interesan por las cuestiones referentes
á la acción española en las tierras americanas.
RAFAEL ALTAMIEA.
y publicados aqui por primera vez con el titulo Acta Aragonensia. Los
documentos ilustran en su mayor parte la época de Jaime II, en Francia,
Alemania, Italia, las relaciones del reino de Aragón con estos países, la
Santa Sede y hasta el Oriente cristiano. Las últimas tres secciones se re-
fieren á sucesos internos de Aragón bajo el reinado de Jaime II: los Con-
cilios provinciales, la Inquisición, las Artes y Letras, la Universidad de
Lérida, y finalmente, la vida de ilustres españoles como R. de Peñafort,
Raimundo Lulio, Arnaldo de Villanova y otros. Los documentos reprodu-
cidos son cerca de 600, El contenido de otro millar fué aprovechado
para los comentarios y el prólogo, en donde el autor explica la diploma-
cia y las prácticas diplomáticas de Aragón—diplomas, registros, emba-
jadas—hacia el año de 1300. Es obra importante, que abre nuevas fuen-
tes para la historia de la Edad Media.
Friedrich Schirrmacher ha fallecido, después de haber llevado en lá
colección titulada Gesc/wc7iíe der europüischen Staaten, «la historia de Es-
paña, hasta la muerte de Fernando el Católico. Ahora se ha publicado el
tomo siguiente de la misma obra que corresponde á la historia de Es-
paña bajo el imperio de Carlos I, y basta el nombre del aiitor, Konrad
Haebler, conocido por sus muchas investigaciones de historia española,
para suponer el mérito del libro. No desconoce el autor las dificultades
de la materia, que hasta ahora no está bien conocida en todas sus par-
tes, por ejemplo, en cuanto á las Comunidades. Sin embargo, cree que su
trabajo sea el primer ensayo de una verdadera historia de esta época, en
contraposición á las muchas historias de Carlos I, en que España y sus
sucesos ocupan secundario lugar. En cuanto á la persona del rey, mues-
t r a cómo la infiuencía provechosa de su talento é ingenio superior á sus
subditos en muchas cosas, reforma la gobernación y la hacienda, mejora
la agricultura, industria y comercio, y hace progresar las letras y ar-
tes. No menos pondera Haebler la política colonial de Carlos I, rectifi-
cando las prevenciones de muchos de los historiadores queleprecedieron.
En cuanto á la historia del arte español, es notorio que Francisco de
Goya, desatendido durante largo tiempo, desde hace diez años ocupa un
lugar prominente en el aprecio artístico de Alemania, como en el de Es-
paña y Francia. No ha mucho, se publicó la biografía de Goya por Mu-
ther, y nuevamente debemos otra más extensa y ricamente ilustrada á
Richard Oertel, que con delicada simpatía aprecia el genio enteramente
nacional del artista, del último de los maestros antiguos de España,
y del primero de los modernos.»
JOHANNHS JüNGFBR.
40 HISTORIA
B. H. G. Bajo-Aragón, Septiembre-
Bol. Ao. H., Noviembre, 1907: Octubre, 1907: DOMINGO GASCÓN,
ADOLFO FERNÁNDEZ DE CASANOVA. Escritores de la provincia de Te-
Nuevos descubrimientos arqueoló- rud. El laboriosísimo cronista de
gicos en Carmona. Da cuenta á la esta provincia, Sr. Gascón, publica
Eeal Acad. de la Historia del ha- las primicias de la Bibliografía
llazgo de una sepultura prehistó- Turolense que tiene en prepara-
rica y un monumento monolítico en ción; comprende varias papeletas
la necrópolis de Carmona. de escritores del Bajo-Aragón.
HISTOELá. MUNICIPAL
ÉPOCA ROMANA
B. H. G. Bajo-Aragón, Septiembre-
Bol. Ao. H., Noviembre, 1907: ÁN- Octubre, 1907: Dos instituciones
GEL DEL ARCO, Nuevas lápidas en benéficas de Maella. De los papeles
Tarragona. Publica dos inscripcio- del archivo parroquial de Maella,
nes romanas descubiertas al prac- proceden las noticias de dos insti-
ticar algunas obras para el puerto tuciones: una fundada en 1686 por
de Tarragona. Trae los facsímiles; D. José Barceló de Tremps, para
son inscripciones funerarias.=Ma- prestar trigo á módico interés á los
drid, Diciembre, 1907, FIDEL FITA: labradores, y otra, fundada en
Tres lápidas romanas de Puzol. Es- 1740, por D . José Bermúdez de
tudio de estas tres lápidas y a cono- Castro, para prestar dinero sin in-
cidas y publicadas. terés á los labradores para com-
REVISTA DE REVISTAS 45
prar animales de labranza. Las vi- que, es muy interesante, pues pre-
cisitudes de estas dos fundaciones senta el raro caso de una carta-
ofrecen curiosas enseñanzas.=Sep- puebla del siglo XVIII.^Septiem-
tiembre-Octubre, 1907: MATÍAS P A - bre-Octubre, 1907: SANTIAGO V I -
LLARES GIL, LOS señores de Peña DIELLA, Fayón y Nonaspe. Descrip-
de Aznar y MazaJeón. Con nuevos ción geográfica é histórica abrevia-
datos tomados del Archivo de la da de estos dos pueblos; es más in-
Corona de Aragón, traza este au- teresante ésta, por la circunstan-
tor la lista é historia de los señores cia de que el archivo municipal de
de este feudo, poblado por el canó- Fayón pereció en una inundación
nigo zaragozano D. Portún Rober- del rio Ebro, y el de Nonaspe que-
to en 1175; es curioso el caso que mado por los franceses en 1618; el
cita de fraternidad artificial pac- Sr. Vidiella toma los datos del Ar-
tado entre Matalón de Fréscano y chivo de la Corona de Aragón y de
Sancha Robert, por ser el primero los escasísimos restos del Archivo
de que se tiene noticia, ocurrido de Nonaspe. = Julio-Agosto, 1907:
en Aragón . = Mayo-Junio, 1907: FRANCISCO AZNAR NAVARRO, Or-
MATÍAS PALLARES GIL, LOS Sénio- denanzas de Andorra (siglo xvii).
res de Teruel. El solar de los En- Transcripción de estas Ordenanzas
tenzas en él Bajo Aragón, Toman- otorgadas en 1614: está hecho de
do los datos de pergaminos de Al- un manuscrito existente en el Ar-
fonso I I de Aragón, existentes en chivo de la Mitra de Zaragoza, en
el Archivo de la Corona de Ara- el Palacio Arzopispal; las Orde-
gón, da la lista de los séniores de nanzas fueron aprobadas con algu-
Teruel, desconocidos en su mayo- nas adiciones, por D. Pedro Man-
ría. Se ocupa de la familia de En- rique, Arzobispo de Zaragoza; el
tenza, originaria de la Ribagorza señorío de Andorra (provincia de
á la que se dio solar y heredamien- Teruel), pertenecía á la Mitra. =
tos en Teruel y Manzanera. Del Mayo-Junio, 1907: LORBNZOPÉRBZ
sénior Pedro Fernández y sus prés- TEMPRADOjifJijar'. Consideraciones
tamos usurarios á Pedro II, trae sobre su antigüedad. Documentos
muy curiosos detalles. = Septiem- referentes á los primeros señores,
bre-Octubre, 1907: FRANCISCO AZ- antes de la donación del rey D. Jai-
NAR NAVARRO, Relaciones conceji- me I. Efemérides. A juzgar por al-
les. Albalate y Almoclmél. Con docu- gunos restos romanos, existentes en
mentos inéditos procedentes del Ar- el término de Puebla de Hijar, cree
chivo Arzobispal de Zaragoza, tra- que alli debió estar la ciudad de
za el autor un cuadro de las rela- Ilircis que cita Plinio; otros supo-
ciones mantenidas por Albalate con nen que allí existió la ciudad lla-
algunos pueblos inmediatos que mada Arse. Por algunos documen-
por compra agregaron los arzobis- tos del Archivo de la Corona de
pos de Zaragoza.'La repoblación Aragón, fija los nombres de algu-
de Almochuel, debida al arzobispo nos señores de Hijar, desconocidos
cesaraugustano Sr. Lezo Palome- y anteriores á D. Jaime I. Lista
46 HISTORIA
por los que anuncia para los sucesivos números, será una publicación
muy interesante, de la que recibirá servicios valiosísimos la historiogra-
fía mejicana.
En folleto aparte ha repartido el Sr. Adolf Hasenclever el texto co-
mentado de un curiosísimo viaje á Granada, hecho en 1526 por el doctor
Johannes Lange, y publicado recientemente en el ArcMv für Kultur-
gescJiicMe, V. Band. 4 Hoft (1907). El trabajo del Sr. Hasenclever lleva
por titulo Dte tagébuchartigen Aufzeichnungen des pfalzischen líofar-
ztes Dr. Johannes Lange üher seine Seise nach Granada in Jahre 1526.
El Dr. Lange entró en España por el pais vascongado, atravesó el exrei-
no de Navarra, las dos Castillas y J a é n , parando en Granada. A la
vuelta pasó por Toledo y Madrid y salió de la península por Fuente-
rrabla.
El escritor dominicano D. Enrique Deschamps ha dado á la publici-
dad un Directorio y Guia general de su patria, titulado La República
Dominicana (un volumen en folio de 383-333 páginas). Este libro, muy
bien impreso en Barcelona y profusamente ilustrado con fotograbados y
mapas, es un interesante documento de historia contemporánea, en que
se exponen todos los factores importantes de la civilización de Santo Do-
mingo, y tanto los referentes al medio físico como á la organización so-
cial y política, vida económica, científica, literaria, etc. El capitulo de
las Bellas Letras contiene una nutrida antología, en que figuran algunos
escritos de carácter histórico.
La Carnegie Institution de Washington ha impreso la Memoria en
que nuestro colaborador el profesor Shepherd ha dado cuenta de sus in-
vestigaciones de historia americana en los archivos españoles. L a Memo-
r i a lleva por título Guide to the Material for the History of the United
States in spanish Archives {Simancas, the Archivo Histórico Nacional,
and Seville). L a importancia de las noticias contenidas en este libro, que
será en adelante un precioso instrumento de trabajo, exige que nos ocu-
pemos de él especialmente, como lo haremos en otro número.
-if~ Bajo el patronato de la Sociedad d& Anticuarios de Londres y del
Congreso de Sociedades Arqueológicas, la casa editorial Archibald Cons-
table, de Londres, v a á publicar un Index of Archeological Papers, por
M. George LaurenceGomme: comprendo la lista délas publicaciones ar-
queológicas é históricas de 90 Sociedades sabias, desde 1665 á 1890: el pre-
cio de la obra es de 25 chelines para los suscriptores, y 31 chelines 6 pe-
niques para el público, terminada la publicación.
^ D. Antonio Chabret, autor de una excelente Historia de Sagunto,
h a fallecido recientemente.
Ha sido descubierta u n a Venus de bronce, semejante á la famosa de
Milo, en Herramélluri, cerca de Santo Domingo de la Calzada; la esta-
tua está en poder del P . Francisco Naval, quien ha enviado fotografías
de ella á la Eeal Academia de la Historia.
52 HISTORIA
BIOGEAFÍAS
GEOGEAFIA
HISTORIA MILITAR
HISTORIA ECLESIÁSTICA
HISTOBIA JDBÍDICA
BIBLIOGKAPÍA
ÉPOCA VISIGODA
ABAGÓN
CATALUÑA
ñ o l a . N i s o m b r a d e s u s p i c a c i a p u e d e d e s p e r t a r su o b r a e n los
q u e q u i e r a n s a b e r , a n t e s de elogiar á u n autor, c u á l e s son sus '
i d e a s d e otro o r d e n q u e no es el l i t e r a r i o .
P e r o de l i t e r a t u r a ú n i c a m e n t e debo h a b l a r yo en estos ar-
tículos. Basta con que r i n d a m o s homenaje á un maestro, á un
b u e n cultivador de la poesia, que no es ni clásico ni moder-
nista: es sencillamente poeta de m o d e r n a orientación.
R. D. PERES.
CULTURA
ESCUELAS LITERflRIñS
El n a t u r a l i s m o .
* »;
¿Hemos perdido algo con que llegue á tal estado esa escuela?
Opinamos que no. L a novela, como el drama, no sólo deben sei- obras
a m e n a s , sino instructivas: encerrar alguna enseñanza que beneficie
á la sociedad; de lo contrarío, serán obras incompletas, inútiles ob-
jetos de a r t e , todo lo más. ¿Qué enseñanzas hemos podido sacar d e
u n a literatura que sólo recoge los abyectos detritus sociales? Nin-
g u n a . Tal vez h a y a en ella bellezas que no supimos apreciar; inge-
n u a m e n t e confesamos que si alguna enseñanza vimos, fué de cosas
que maldito sí nos hacía falta aprender. T no es que alardeemos de
pazguatos, sino que somos sinceros.
¿Es la sociedad u n a taifa de presidiarios sueltos, hampones y r a -
meras? Creemos que no. Mas, a u n suponiendo que sí lo fuera, ¿ga-
naríamos algo con que á c a d a paso nos lo pusieran delante de los
ojos? Sí todos somos unos, lógico es suponer que no habíamos de
asustarnos ante la p i n t u r a de nuestras propias fisonomías. Otía cosa
fuera sí junto á la enfermedad nos pusieran el fármaco pero en-
tonces las novelas serían educativas, pedagógicas, y acaso l o g r a r a n
mezquino éxito; lo cual está fuera de los estatutos de la escuela.
Nos duele confesarlo; mas á fuer de sinceros debemos decir que
los literatos naturalistas han producido muchos males y ningún be-
neficio. Lejos de nuestro ánimo suponer que los causaran consciente-
mente, no; pero ello es que los causaron. Al publícaí; L'Assommoir,
se deduce que Zola pretendió disminuir el número de los borrachos
franceses, pintándoles la trágica muerte d e Coupeau; como trocar
en Magdalenas á las pecadoras, con el funesto fin de la protagonista
en Nana. Sólo que en uno y en otro caso le salieron las cuentas fa.
ESCUELAS LITERARIAS 69
Jadato Benavente.
"Los intereses creados, comedia de polichinelas, en dis actos, tres cuadros y un pró-
logo, estrenada en Lara e! 9 de Diciembre de 1907.
***
74 LITERATURA MODERNA
E n el segundo c u a d r o la escena es u n j a r d í n ; en él v a á d a r s e
u n a íiesta. Aquella fiesta también es u n a h a z a ñ a d e picaros, pero
los picaros son aquí no v a g a b u n d o s , sino d a m a s y señores «harto
deslucidos en su nobleza por falta de dinero».
H a y en la c i u d a d u n hombre m u y rico que se llama Polichinela.
Los medios con q u e se enriqueció son de los q u e llevan á g a l e r a s , y
en nuestros días á la horca ó al fijo de Ceuta: son malos los medios,
pero su dinero es de ley, y al rededor d e aquél m e r o d e a t o d a a q u e l l a
h a m p a señoril.
La que da la fiesta se dedica, p a r a vivir r i c a m e n t e , al difícil
a r t e d e la tercería, y si d a la fiesta es p o r q u e á ella asistirá el viejo
y rico jorobado Sr. Polichinela, y con él su hija Silvia, flor n a c i d a
en u n m u l a d a r , r o m á n t i c a y bella. Doña Sirena proporciona así á
los nobles a r r u i n a d o s ocasión de e n a m o r a r á Silvia y de pescar su
dote á cambio de u n a parte que ella se a s e g u r a m e d i a n t e u n docu-
mento que todos le firman.
P e r o aquella noche tiene doña Sirena n n a c o n t r a r i e d a d . P a r a la
fiesta necesita d é l a cooperación de modistas,cocineros,músicos,cría-
dos, etc., y todos «se plantan» si no les p a g a lo mucho que les d e b e .
A d o ñ a Sirena le p a r e c e aquello u n a insolencia, y se i n d i g n a .
¡A ella! ¡la g r a n señora! Tiene u n a criada, á la que h a a d o p t a d o
por sobrina, y que es la cooperadora de sus t r a p i s o n d a s . Ingenio
despierto y de sutiles recursos. Colombina—así se llama la c r i a d a —
no se a p u r a . Ella l l a m a r á á su novio, el poeta Arlequín, y él i m p r o -
v i s a r á lo que falta.
Colombina se q u e d a sola en el j a r d í n y llama á su poeta. E n su
l u g a r se presenta Crispín. Esta escena es de las m á s ingeniosas d e
la comedia, y á pesar de su inverosimilitud—inverosímiles son
todas—tiene un encanto indecible.
Crispín le dice:
- ¡No temáis, hermosa Colombina, a m a d a del más soberano i n g e -
nio, que por ser raro poeta en todo, no quiso e x t r e m a r en sus ver-
sos las ponderaciones de vuestra belleza. Si de lo vivo á lo p i n t a d o
fué siempre diferencia, es t o d a , en esta ocasión, ventaja d e lo vivo,
¡con ser tal, la p i n t u r a !
Y Colombina:
—Y vos, ¿sois t a m b i é n poeta, ó sólo cortesano y lisonjero?
Y Crispín:
—Soy el mejor amigo de vuestro e n a m o r a d o Arlequín, a u n q u e
sólo de h o y le conozco, pero tales p r u e b a s tuvo d e mi a m i s t a d en
t a n corto tiempo. Mi m a y o r deseo fué el de saludaros, y el señor
Arlequín no a n d u v i e r a tan discreto en complacerme á no fiar t a n t o
d e m í a m i s t a d , que sin ella, fuera p o n e r m e á riesgo de a m a r o s sólo
con h a b e r m e puesto en ocasión de v e r o s .
Y Colombina:
—El Sr. Arlequín fiaba t a n t o en el a m o r que le tengo, como en
la a m i s t a d que le tenéis. No pongáis todo el mérito de v u e s t r a p a r t e ,
q u e es t a n necia presunción p e r d o n a r l a v i d a á los h o m b r e s como
el corazón á las mujeres.
TEATRO 7 5
Y Crispín:
—Ahora advierto qne no sois t a n peligrosa a l que os v e como a l
q u e llega á escucharos.
En estos discreteos se entienden á maravilla. Crispín h a a v e r i -
g u a d o la fiesta, su objeto, sus dificultades, y quiere que Silvia sea
p a r a L e a n d r o , y su fortuna p a r a él también. Sin rodeos se lo pro-
pone y ella le dice:
—Debiera ofenderme vuestro atrevimiento.
—El tiempo a p r e m i a y no me dio lugar á ser comedido.
—Si h a de juzgarse del amo por el c r i a d o . . .
—No temáis. A mi amo le hallaréis el más cortés y atento c a b a -
llero. Mi desvergüenza le permite á él mosti-arse vergonzoso. D u r a s
necesidades de la vida pueden obligar al más noble caballero á em-
pleos de rufián, como á la m á s noble d a m a á bajos oficios, y esta
mezcla de r u i n d a d y nobleza eri u n mismo sujeto, desluce con el
mundo. H a b i l i d a d es mostrar separado en dos sujetos lo que suele
a n d a r junto en uno solo. Mi señor y yo, con ser uno mismo, somos
c a d a uno u n a p a r t e del otro. ¡Si así fuera siempre! Todos llevamos
en nosotros u n g r a n señor de altivos pensamientos, capaz d e todo
lo g r a n d e y de todo lo bello... Y á su lado, el servidor humilde, el
de las ruines obras, el que h a de emplearse en las bajas acciones á
que obliga la v i d a . Todo el arte está en separarlos de tal modo, q u e
c u a n d o caemos en a l g u n a bajeza, podamos decir siempre: No fué
m í a , no fui yo, fué mi criado. En la m a y o r miseria de nuestra v i d a
siempre h a y algo en nosotros que quiere sentirse superior á nos-
otros mismos. Nos despreciaríamos demasiado si no creyésemos valer
m á s q u e n u e s t r a vida... Ya sabéis quién es mi señor: el d e los alti-
vos pensamientos, el de los bellos sueños. Ya sabéis quién soy yo, el
de los ruines empleos, el que siempre, m u y bajo, r a s t r e a y socava
e n t r e toda m e n t i r a y toda indignidad y toda miseria...
Y así se presenta Crispín, y así p r e s e n t a á su señor. Colombina
dice después á su a m a :
—No sabré deciros si hablé con u n g r a n loco ó con u n g r a n b r i -
bón: de cualquier modo, os aseguro que es u n h o m b r e e x t r a o r d i -
nario.
Crispín h a b l a con d o ñ a Sirena, y en n o m b r e d e su señor le h a c e
proposiciones más ventajosas que los otros: p a r a él no h a y dificul-
t a d e s , y se d a la g r a n fiesta, y en ella, L e a n d r o y Silvia se enamo-
r a n . P a r a afianzar m á s este a m o r , y con él la fortuna, (h'ispín lo
denuncia á Polichinela, de quien fué en tiempo compañero d e r e m o
en g a l e r a s .
Este Polichinela piensa que sin dinero no h a y cosa que v a l g a n i
se estime en el m u n d o , y c u a n d o le h a b l a n d e v i r t u d e s , de saber y
d e nobleza, contesta él m u y convencido:
—Todo tiene su precio, ¿quién lo duda? Nadie mejor que y o lo
sabe, que compré mucho de todo eso y no m u y c a r o .
P o r eso se opone i n d i g n a d o á los amoríos de Silvia con L e a n d r o ,
á quien j u z g a digno del criado. E s lo que Crispín deseaba.
—De este modo—le decía á L e a n d r o — s e r á nuestro mejor aliado,
7 6 LITERATURA MODERNA
Pío BAKOJA; El Pasado. Zas tragedias grotescas. Novela de 327 páginas, 1 8 , 5 X ' ' .í-
Madrid, i$oy, Sucesores de Hernando, 3 pesetas.
Pío Baroja, el adusto observador que encamina sus pasos por extra-
viados parajes, que traba en ellos conocimiento con gentes peregrinas,
y de estas andanzas y de estos tratos, señala ahincadas huellas en las
letras castellanas. Pío Baroja anduvo últimamente por tierras foráneas
y aportó por París de Francia.
Y allí, en las aguas de la vorágine parisina, cuyas salpicaduras al-
canzan á toda la literatura contemporánea. Pío Baroja, como buen ex-
plorador vasco, dio todavia con meandros y recovecos en donde descu-
brir tipos, de tan robusta contextura física, como menguada lozanía
moral; dignos de figurar en el rico muestrario de homúnculos, en busca
de quienes corre huraño, horro de preocupación y desenfadado de hu-
mor, el singular creador de «Silvestre Paradox».
Todavía España y las gentes de hispánica prosapia, proporciónanle,
fuera del patrio solar, variedad grande de extraños tipos. Con ellos ha
fraguado los libros de más intensa vida, los más artísticamente compues-
tos de su producción caudalosa.
Emigrados políticos de España; espumas desbordadas de las que fue-
ron sus Américas, en revoltijo pintoresco, que comprende desde los más
encopetados y triunfantes, á los insignificantes y capicaidos, entreméz-
clanse con tal cual burbuja y con los posos revueltos de la sociedad pa-
risiense, que fermeuta y lleva en la entraña esta levadura de una nueva
era. Ellos son como pústulas de la podre del ocaso imperial, y al rojo
alborear de la nueva república, destacan siniestras y grotescas sus vigo-
rosas, rotundas siluetas. Allí, advenedizos, derrotados, picaros, ilusos,
hampones, bohemios, damas troteras, mozas casquivanas , todos, como
pobres hojas caídas en la corriente de una vida impetuosa, que ya las
arrastra, ya las confina á un escondido remanso, bien las atrepella, las
reúne ó las disgrega. Todos se entrecruzan y barajan de alto á bajo en
estas acres, bizarras páginas de Las Tragedias grotescas.
Parece como que el huraño Goya y el sarcástico señor de la Torre
H m i J I P i NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 79
de J u a n Abad, asoman el castizo gesto entre estos renglones Es el
genio de nuestro pueblo, quien, por el arte de Baroja, da su impresión
de las trágicas ridiculeces, de las despiadadas burlas, de las inacabables
ironías de la vida en los dias de las grandes crisis sociales. De puro vigo-
roso semeja todo desproporcionado en las páginas de Baroja. La plena
luz cae sobre las figuras con dureza de sol castellano que pinta crudos
y chillones los colores ó los anega en densas manchas sombrías. Nada en
Baroja se insinúa todo vocifera. Él no sonríe irónico, ni burla sensual,
como un Rabelais, sino que desprecia á carcajadas y clava en la picota
del ridículo á la miseria humana, y por tal modo la resalta, que aparece
como en caricatura. Como en Quevedo, como en Goya, aquellos castizos
extractores de quintaesencias, productores de sueños de la razón, que
son realidades, y de realidades que semejan pesadillas. Entre los ham-
pones de Baroja halláis la no degenerada descendencia de los Pablos de
Segovia, de los Cabras, de las Dinguindainas. ¿Desdeñarían su herman-
dad el pseudo-obispo de iCogoUudo y de las Castradas» y demás herma-
nicos del hampa que regocijan las tenebrosidades morales de estas
tragedias?
Como en una estampa del viejo maestro Brueghel, ó en una fantasía
del mismo Goya^ en los libros de Baroja adviértese g r a n desproporción
y desorden de lo normal de la vida. Lo que consideráis en detalle os
hiere como aguzamiento y filo de lo anormal de la vida; pero os muestra
t a n t a recóndita extravagancia, que este contundente desdoblar de la
complejidad humana, os acobarda el ánimo en forma que éste se con-
turba con más fuerza entre estas burlas que ante la misma vida, de la
cual el conjunto de la obra os ofrece una exaltada visipn.
En tal concepto, en las Tragedias grotescas, es extremada la maestría
del novelista vasco. Logra infundir á la ficción artística u n a intensidad
de vida por nadie superada. Acaso esta secreta fuerza que se os adentra
y adueña fluye del «movimiento». Los personajes de Baroja son todo ac-
ción, acción en todos. Como en la vida, acuden y desaparecen por modo
natural en el momento oportuno; acaso ya no se vuelve á saber de ellos
después que se movieron á su hora y cumplieron su misión en el conjunto
de los sucesos. Así son siempre numerosos, y no tienen necesidad de ser
recordados perdiirablemente para que la sensación que recibió de su
conjunto, sea como de cosa vivida. Estos tipos, que Baroja expone, y no
describe, sólo pueden recordarse singularizados en la situación adecua-
da. Sin un meditado estudio de restitución de estas astillas sociales á sus
troncos originarios, acaso no estimemos su preciso valor. Pero de su ac-
tual movilidad, de su confusión y del ambiente, del que, sobrio, acom-
paña sus figuras; ambiente vario, adecuado, concordante en gestos, co-
sas y seres; de todo ello emana como u n clima tormentoso eu paraje
adusto; algo evocador de cataclismos Y de aqxii una sensación que
jpone dolor en el alma, que aturde, como si una potencia sobrenatural
8 0 LITERATURA MODERNA
nos azotase con el zurriago de sus foscas burlas, como azota el niño á la
peonza por su juego y entretenimiento.
Peregrino don de hallazgo y de exposición el de Baroja en este libro.
Su acción aparente es bien sencilla. Don Fausto, garrancho, desgajado
del tronco de nuestro romanticismo político anteseptembrino, rueda
hasta París con su familia. En aqxiel remolino el palo seco vése despojado
de sus hojas, que la corriente empuja por los derroteros más diversos y
más extraños. Mientras don Fausto fluctiia inerte, estacionario, li.!timo
náufrago de un hogar que fué, y como algo que cumplió su función—
llevar á allá sus hojas—, espera ya sólo la destrucción física. Aunque con
aquella melancólica sabiduría de todo lo que vive, dijo: «La vida—créelo
Nanette—no acaba nunca siempre se está al principio y al ñn»'.
Y en medio del crudo colorido y de las tétricas oscuridades de t a n t a
miseria moral, como algo simbólico, traza una estela de luz nimbada y
gloriosa lo que aparece débil en su honradez sencilla y laboriosa, pero
que halla fuerzas de flaqueza para arrancarse é ir á triunfar lejos, cum--
pliendo gozoso lo que es panta y ley eterna de apacible vida
Es, en suma, éste, un libro vigoroso; amargo como la vida, atractivo,
como el arte. Con toda la fuerza de realidad de la cepa castiza picaresca
y toda la inventiva de una obra novelesca, entretenida y abundosa en
sucesos Es, además, u n a intensa evocación de los dias tormentosos del
estertor agónico del caduco imperio, de aquellos dias rojos de sangre y
del llamear de los incendios, de los grotescos heroísmos y de las sarcásti-
cas caídas, de las supremas piedades y de los inauditos egoísmos, del si-
tio de París y de «La Commune» - aquel sueño en acción—en que la vida
se mostró al desnudo fresca, con todas sus macas y sus roñas, pero tam-
bién con sus atractivos..
RICARDO CARRERAS.
por haber habido quien los ha usado mal, y el Sr. Martínez Sierra les
debe no poco de lo que todo el mundo entenderá y aplaudirá en su libro.
Asi como he entresacado de él algo de lo que á todos puede parecer
bello, podría haberme entretenido en presentar versos de los que la crí
tica que no se halle al servicio incondicional del modernismo calificará
de malos (y ya lo ha hecho asi.) He preferido lo primero, porque creo que
el talento del autor (á quien no conozco, ni debo favores) y ciertas cua
lidades literarias de su obra, lo merecen.
E . D . PBEÉS.
JOSÉ GARCÍA MERCADAL: Vel Jardín de las Volaras. Un volumen de jo5 páginas, de
I I X '8 centímetros. Zaragoza, 1906. Precio, una peseta.
R o m a n c e s v e l h o s em P o r t u g a l .
( i ) vid. T. Braga Gil Vicente e a suá. eschola, p. 280.—Uma das melhore» modi-
fica{oes introduzidas nesta nova edigao, sao os indiculos dos Autos.
( 3 ) P. 444,—Talvei:/«^/o/¿aOTo/"
ROMANCES \^LHOS 9 5
XI
( 1 ) É um derivado de morisco, usado nos romances, ora como subs., (Vid. p. ex.
Duran, 1040 e io68), ora como adj,, (Gii Vicente, I 162.)
(2) Wolf, Milá e os sucessores separara os dois trogos, e colocara-nos entre
os Romances novelescos y caballerescos sueltos. Menéndez y Pelayo julga histórico o
asflunto de Moriscote.
(3) Vid. Salva, Catálogo N.° 2 5 1 5 . Pela jungao do texto com o do romance dé
Antequera, que ahí se faz, parece que os dois tinham a mesma toada. Confer Milá,
Poesia Heroico-Popular, p. 313; Amador de los Ríos, II 615 ( 6 2 1 , 627, 628); Ga-
llardo, Ensayo, N.° 3485; Antología, IX, 2 1 1 .
(4) Antología, IX, 212.
{¡y N.° i670.Duran chama-o cotitrahechode Mis arreos e remete-nos aoN.°300,
isto é ao romance La Constancia, de que trato uo texto.
ODLTÜKA 7
9 8 FILOLOGÍA
Havia-lhe pergimtar:
«Senbora, de que coméis?
Se coméis d'ouvir cantar,
de falar bem, de trovar
em boa hora casareis!
Porém, se vos coméis pao,
tende, senhora, resguardo;
que eis aqui está Vilardo
que é como um camaleao.
(1) Odia velho nüo cansa: Romance histórico, Vol. I, Cap. XI (p. 162 da ed.
de 1848).
(2) P. ex. no de Segarra (Leipzig, 1862, p. 37).
(3) Ha p. ex. umas Coplas dialogadas do século xvu entre uma donzela, um
pastor e um selvagem (ou eremita) em que este diz, sem graga nem bom-gosto;
Nuestro comer es morir,
nuestro beber es llorar,
nuestro dormir es penar,
nuestro penar es vivir,
nuestro cahar y vestir
el mas pobre que podemos.
(Gallardo, Ensayo /, c. 107). Na Vida de la galera ha o trecho:
Mi regocijo es llorar, ^
mi reir, gemir contino,
mi placer es lamentar
y mi descanso pensar.
E continua; tanto mal, cómo me vino? porque a obra consta d e quintilhas.^
ROMANCES VELHOS 103
de Gaiferos e Melisendra, como digo no texto. (Vid. Antología XII, 387), e junta-
-Ihe o de Julianesa. Mas se a substituigáo de Melisendra por Julianesa se com-
prende, é difícil imaginar a razSo porque qualquer dos dois nomes seria trocado
por Moriana (Muliana). Vid. Catálogo Judio-Español, N." 6 1 .
(1) Por causa dos sete anos (|ue o esposo-amante gasta empiocvurai a raptada.
(2) Antología XII, 388. A assonáncia de Arriba, é á-e; a de Mis arreos—á. 0-e
paragógico, atestado por Jorge Ferreira de Vasconcellos (em peleare) e por Pisa-
flor quanto ao Mouriscote (los que en romería vane) e ainda em outro romance d e
que falarei no Apéndice, podía remover esta pequeña dificuldade. Assim removesse
as outras!—Confessarei, a medo, a herética opiniao que o romance Arriba canes
nao é senáo a jungáo arbitraria de diversos retalhos, realizada por algum liábil
cantor do povo, que os agrupou como letra de uma mesma soada, cujo texto
ignorava. ,
(3) Eu, pelo menos, nSo Ihe dava som lastimoso.—Seria útil comparar as com-
posigoes musicaes do Mouriscote de FuenHana e Pisador com o de Mis arreos, d e
Milán.
(4) Os que chamam enérgico ao fragmento (como Milá, 1. c. 390), olham exclu-
sivamente para Mis arreos, esquecendo o resto; ou entao (como Pelayo) para os
pés descalgos e unhas enaanguentadas do peregrino. O verso pzies como las car-
nes crudas y bebo la roja sangre nao é tap postigo como faz presumir o final ga-
lante pero por vos mi señora, todo se ha de comportar, pois se encontra num texto
tradicional em Tánger: N." 61 comiendo la yerba cruda,—bebiendo agua de un
charcale. Creio que ambas as ligoes sSo mera variante de pues traigo los pies des-
calzos—las uñas corriendo sangre. {Zb. Pr. 121, verso 7, donde ha esse último
hemistiquio) e que o final galante é acrescento tardio.
(5) Podia ser que exactamente eita circunstancia, levaise os jograes ou os
editoic» a interealArem o célebre dístico.
ROMANCES VELHOS 105
isso que foi esse que serviu de tema ao glosador Luis Pe
ralta, cuja parafrase se publicou em varios Pliegos sueltos
antigos ( l ) , ( c . 1525,) mas nunca foi reimpressa, que eu saiba.
No Libro de música de vihuela de Luis Milán (1535) vai, pelo
contrario, precedido do verso
Con pavor recordó el moro y empezó de gritos dar,
que corresponde ao que na paiódia diz
Recordado había el conde, bien oiréis lo que dirá,
e nos reconduz ao Mouriscote, acordado pelo velador, confor
me temos entrevisto.
Verdade é que o texto de Milán continua con uma metá
fora (como as imitagoes seiscentistas que citei):
Mis vestidos son pesares que no se pueden rasgar, (2)
que está mais em harmonía com o espirito do fragmento de
Constancia (impresso nos Cancioneros de romances e na Silva
de 1550).
Na impossibilidade de determinar, de qual dos textos os
quinhentístas portugueses se serviram-, suponhamos que • a
música de Milán, dedicada a D. Joao III, foi o vehículo que
divulgou em Portugal a devisa avulsa (3).
(l) Salva, Catálogo 6g (oa Heredia 1744,) SammluH^ XSI.—O mesmo Luí»
Peralta glosou yugando estaba el rey Moro e Moricos, los mis moricos (Fajardo é
Floriseo). Ignoro, se se trata do autor de algumas canciones do Cancionero Gene
ral de rjii.
(3) Salva. N.° 2528.
(3) T. Braga refere Afis arreos a um romance de Bernardo del Carpió {flo
resta, p. XXXIV). Na nova edigao da Poesía Popular Portuguesa (p. 388), remete
o leitor correctamente aos textos contidos no Romancero de Duran sob N." 7 e
300, isto é ao Romance de Moriana e Galvan e ao de Julianesa ou La Cotistancia;
mas por lapso essas indicagoes estáo por baíxo dos versos su comer las carnes
crudas su bebería viva sangre (que sao semelhantes, mas nao idénticos aos Julia
nesa), supra citados na Nota 2 da p, anterior.
1 0 6 FILOLOGÍA
XIV
XV
XVI
XVII
O romance
[43] Amarrado al dUro banco de una galera turca (8),
isto é o primeiro entre oito cantares, tardíos e artísticos,
que um anónimo dedicou ás vitimas de Dragut, o famoso cor-
sario turco (impressos no Romancero General) foi aproveitado
por D. Francisco Manuel de Mello, num d'aqueles aborreci-
dos e ridículos brinquedos académicos joco-sérios em que tan-
ta vez malbaratou centelhas do seu espirito rico e valente.
Ñas quadras 13 a 14 de um romance em ú, ás Ruinas de um
castelo, feito durante a sua longa deten9ao na Torre de Be-
lem (4), graceja do modo seguinte:
Porque a um preso num castelo mandar-lhe agora «ora sus
faze-lhe a um castelo uns versos e deita-lhe mil debruns»
é como em cas do enforcado falar-lhe em baraQO nú,
que, inda que seja entre amigos, é falar muito fortum.
Se ha dez anos que amarrado qual forjado de Dragut
x v í n
(1) Oirás Métricas,Vol. Tí,-p. 21^: Romance XXVIII. Trinta e duas rimas
em-«, eis o que o desculpa!—Como os textos estao sobrecarregados de erros de
imprensa, emendo os nao-duvidosos.
(2) A respeito tanto da época em que o nome Roldao aparece em Portugal,
como das diversas formas em que se usou, vid. Cancioneiro da Ajuda, Investigantes
(Halle 1904) p . 4 0 3 e 684.
(3) Na Aulegraphia f. v. 92 um personagem diz: eu sempre vott topar em Ronces-
vales; ignoro, por qufi. Conferindo a locusüo com a castelhana ser un Roncesvalles,
imagino todavia que o nome-próprio tem o sentido de lu^ar de batalha, contenda
e iarulko.
(4) Trogos d'ele andam na tradigao oral dos Judeus de Levante. Vid. Cotálog*
Judio-Sspañol N." 2 . O teor do grito é: Atrás, atrás, los franceses.
1 1 0 FILOLOGÍA
(1) Obras, VoL I. 298.—A ligao está deturpada, poís diz vuelta, vuelta á los
Franceses.—No Oriente portugu6s o grito correspondente de Volta, volta! era
naturalmente muito usado. Vid. Barros, Década II. Libro IV, Cap. i .
(2) Na ligao divulgada pelos Cancioneros de romances ha
A que vai no texto pertence aum pliego suelto gótico da Biblioteca Nacional
de Madrid, publicado na ^ « ¿ í 7 / í ! ' ¿ z a IX 2 7 5 . Confer X 2 7 2 (e Milá, Romancerillo,
p. 2 2 9 ) M. V. m. c, h., que tío vivir deshonrada e 303: Más vale morir con honra
que non vevir disfamada.—Num de (Qamora (Pr. 4 2 ) ha qtie no vivir deshonrado.
No Cortesano de Milán (p. 186) lelo Más val á rey buena muerte que mal bevir
desonrado e no Cancionero de Baena, N.° 558, numa cantiga galega de Garci Fe-
rrang de Jerena: Más me valria morrer que vivir mal desonrado.
ROMANCES VELHOS lll
e acaba:
Y así con la polvareda perdimos a Don Beltrane (2)
(1) Quanto ao cávalo morto, que se ergue e fala, pode ser que o investigador
castelhano tenha razao. Note-se todavia que esse pormenor maravilhoso (freqüente
em contos populares, como o de Fallada}, ocorre igualmente nao só num romance
velho do Cid, mas num tradicional asturiano do Conde Olmas (N." 25) e neutro de
Moriana y Galvan, cantado entre os Judeus de Levante (N.° 62). E note-se tam-
bem, que nos textos trasmontanos logo no principio se fala do cávalo:
Qzdetos, quietos cavaleiros qtie el reí vos manda contar!
falta aqui Valdevinos e o seu cavallo real.
No outro, o cavallo chania-se-/r/«íí/a7- (mero lapso de imprensa por tremedar
tremedalj.
(2) Confer Salva Catálogo N." gg.—Ha um remedo cómico Por la dolencia va
el viejo. Duran 1669 n Ensayo'Ñ.° 585, a f. 102 do Cuaderno descrito. Este foi glo-
sado por Castillejo CLíricos l,-p. 174). O primeiro dístico tambem entrou num
Cliiste de Arguello (Salva N.° 4).
(3) Polveria, polvaria ocoiie num romance dos Judeos de Levante fAntolo-
Sia Xepolvorinho, no mesmo sentido, em versoes trasmontanas do Rfi.1-
mciro ou da Aparición.
(4) Na comedia citada ha a variante: de tanto los rodeare.
(5) Do emprego proverbial d'esse verso ha mais provas. Certo Francisco Go-
doy, ao tratar de estilos literarios, lembra aos que gostam de modos de dizer subli-
mados, crespos e floridos, que «na demasiada elegancia ñcam ás vezes ofuscados os
afectos e a razao, como D. Beltrán etttre la polvareda.-» Ensayo N." 33.'r5. Do
1 1 6 FILOLOGÍA
**
XIX
m^smo modo lia alusao no Diablo Cojudo, Tranco VII: tina polvareda espantosa.,,
que ftié mudio que no s» perdiera el Sol con la grande polvareda como don Beltrán
de los Planetas.
(1) Gil Vicente, III, 368.
(2) Poesías Ed. C. M. de Vasconcellos, N.° 103, 428-430.
(3) Floresta, p. 3ia.
(4) Catálogo Judio-Español, N." 2 1 .
ROMANCES VELHOS 117
XX
(1) liía. Ensaladilía (Est. 6 , Ingr. 27) a U?ao é reduzida (Asentado está Gai-
feros—para las tablas jugar), como nos textos tradicionaes. Na memoria de um
Trasmontano inculto o verso transformou-se em
Sentado estava Galfeiro etn taboleiro real (!).
Vid. Revista Lusitana, VIII, p. 74.
(2) Nao posso crer na legitimidade da extensa liíáo publicada por Almeida-
Garrett (II, 261), e repartida em duas metades por T. Braga, que as simplificou um
pouco. Mas de modo algum se deve negar que haja ligoes tradicionaes em Tras-os-
Montes.—Uma muito reduzida e degenerada, já mencionada na Nota supra, mas
ainda assim preciosa, acha-se no Roinancciro trasmontano, do Abbade y Augusto
Tavares (Revista Lusitana, VIII, 74). O héroe chama-se Calfero, a heroina Meli-
sende. Em lugar de Sansueña, desconhecido aos modernos, ha Salselas, isto é o
nome de um lugarejo trasmontano (comarca e concelho de Macedo de Cavaleiros).
(3) 1'" i^^y i^ace los siete anos qué ando por este valle
pues traigo los pies descalzos, las uñas corriendo sangre,
_ f>ues como las carnes, crudas y bebo la roja sanare.
1 2 0 FILOLOGÍA
[56] Caballero, si a Francia ides por Gaiferos preguntad (Pr. 173 p. 238),
crietas de los pies córreme sangre clara (v. 856). Na novela do Abade D . Joáo de
Montemor (prosificaijao de um cantar jogralesco da época de transigáo, na opiniao
de Menéndez Pidal) se fala de hervas e aguas como sustento de Bernardo Martí-
nez (vid. p. XXVI da Introdugao de La Leyenda del Abad D. Juan de Alontema-
yor, Dresden 1903).
(1) Entre os Judeus de Salónica anda na tradigáo oral uma versao que ante-
póe ao diálogo uma introdugao narrativa de quatro versos.
(2) Como numa das numerosas ligoes do romance se especializem as senhas
do marido, nao admira ver que o de Gaiferos fornecesse versos para o das Senhas.
Vid. Pr. 155.
(3) P. 195 da ed. de 1770.
(4) A redacgao que serviu de letra para uma composigao musical de sala
'(Canc, Mus. N.° 323), consta de apenas sete verso?. Comega com um que trans-
forma o inicio em quadra aconsonantada:
Si d'amor pena sentís por mesura y por bondad,
Caballeros, si á Francia is por Gaiferos preguntad.
1 2 2 FILOLOGÍA
(Padilla); e Angeles si al cielo ides por mi esposo preguntad (Ubeda), sem expli-
cafoes ulteriores.— Com relagao á circunstancia de a mesma poesia ser atribuida
a Ubeda e a Valdivielso, notarei, de passágem, que o caso se dá tambem com a
Serranilla de la zarzuela tüo superiormente restaurada por Menéndez Pidal: Yo
me yva mi madre—a Villa Reale, {Studi Medievali, 1907, p. 197).
1 2 4 FILOLOGÍA
XXI
(1) Cithara de Euterpe, Romance XXII (vol. 11, p. 97 das Obras métricas).
( 2 ) Divinos y hiunanos versos,-f. "¡i^.
(3) Luis Milán emprega esta forma arcaica no seu Cortesano, p. 169.
(4) A respeito de nomes-próprios em -s, viudos de Franga, como Carlos, Rei-
naldos, Oliveros, freqüentes em gestas, novelas, romances, veja-se Antolo-
XII, 3 9 1 .
(5) Esta etimología, proposta por Gongalvez Viana, foi aplaudida por Cornu.
ROMANCES VELHOS 125
XXII
(1) Considero como original a linda variante/« cosa{ou ¡as cousas) que más
quería. É um lugar-comum poético que já era familiar aos trovadores galaíco-por-
tugueses na forma a rem do mundo que eu mais quería, a rem do mundo que eu
mais amava, e foi repetido em diversos romances, p. ex. em En Castilla está un
castillo (Pr. 179). Nos mais modernos, transformou-se em la prenda que más que-
ría. Vid. Duran, 304, Triste estaba el caballero; e n e s textos asturianos La Cay arda,
eZ». Alda, {Antolo^iaX, 112 e 123).
(2) O verso que ocorre na variante
O tenéis miedo á los moros ó en l^rancia tenéis amiga
tambem foi muito imitado. Como todavia ha paralelos em outros romances, nao
menos antigos, como no de Rosaílorida (O tenedes mal de amores—o estáis loca
sandia), n5o é possivel determinar, qual d'eles serviu de padrao.
(3) Vid. Salva, Cató/ígtf N,° 2528.— Como é costume nos antigos Livros de
Música, apenas se transcrevem fragmentos do texto.
(4) Da sua popularidade em Hespanha ha numerosos testemunhos. Lembro-me
de quatro citasoes no Cortesano do próprio Milán (p. 143, 169, 176, 247); de uma
na Picara Justina II 2; e mais outra num contó picaresco do Alivio de Caminantes
de Timoneda (LXI).
(5) No Folheto de ambas Lisboas de 1130 ha referencias ao Auto de Valdevinos.
ROMANCES VELHOS 127
A indicafSo de nuroo añadido dos Pliegos stteltos de Burgos.. 1562 e 1563, relativa
ao romance III, talvez se possa explicar como repetisao literal de impressoes an-
teriores a 1524.
(3) Vallantes das imitagoes: todas de píortal herida todas el cuerpo le pasaw
X X M
(1) Nao se comprende, por que razoes foi prohibido n o Index Expurgatorio d e
1624 (p. 174 O Romance do Moro Calaynos y de la Infanta Sybilla).
(2) A indicaíao scénica continua expondo que o príncipe acordou com esse
ruido. Havemos de supor portanto que o palco era bipartido: de u m l a d o o q u a r t o
do príncipe no pago del rei Seleuco; d o o u t r o , o do m é d i c o .
( 3 ) Rei Seleuco, Scena IX.
ROMANCES VELHOS Í15
A frase é principio de uraa trova (parodia), empregada por Luis de CamSes nos
Amphitriües (I. 6 . ) numa conversa que igualmente se passa entre dois mancebos.
1 1 6 FILOLOGÍA
XXIV
ha o verso
[65] Los ojos puestos en el cielo juramento iba echando,
que foi empregado na Carta 11 de África como remate de es-
trofa (2).
Cuido no que é já passado
e no que está por passar;
porém nunca o meu cuidado
se muda d'um só lugar.
Quando em mim torno, cuidando
que de mi mesmo me velo,
los ojos puestos nel cielo,
juramento iba echando (Estr. 8 ) .
XXV
**
**
aquela que de aaudosa deixava cair o fuso (1), como ele nos
conta no suavíssimo idilio serranil
Antre Sintra a mui prezada e a serra de Ribatejo (2)
ha, ho meio das obras miadas que se publicaram em seu no-
me ( 3 ) , uma cantiga sobre esse tema. E diz
Quem me vos levou, senhora,
tao longas térras morar?
Olhos que vos virom Mr
nunca vos ver&o tornar. (4)
Citei o trecho, para juntar a observajao que D. Francisco Manuel de Mello o re-
lacionou, por defeito de memoria, com outro escritor portugués. No N.° 234 das
Cartas Familiares diz: cuido gue vos chamáis D. Simao gue fazia cahir o fuzo á
outra que cuidava nelle, segundo afirma o Auto de Antonio Prestes, meu amigo. E
juntarei além d'isso que, aplicado ao sexo forte, a mesma ideia tem a forma: dei-
xar cahir (respectivamente fazer cahir) a pena da mao.
(2) O verso sugere-me a ideia de lembrar ao eminente autor da Serranilla de
la Zarzuela os artigos em que tratei de Yo me iba la mi madre, A Santa Maria
del Pino e de Menga la delBustar. Vid. Revista Lusitana III, 3 4 7 - 3 6 2 e Kritischer
Jahresberiht IV-2-218.
(3) Nao podendo tratar aqui das dúvidas que a respeito da atr¡bui?ao d'essas
obras miudas se tem levantado, remeto o leitor á ediíSo de Epifánio Diaz (Re-
vista Lusitana I V - 1 4 2 1 7 9 ) , e a Kritischer Jahresbericht IV-214-219.
(4) As voltas que seguem (tanto na ed. de T. Braga, Obras de Christóvam Fal-
cáo, 1871, p. 18, como na de Ep. Diaz 1. c. p. 147) talvez nSo estejam no seu lugar;
e pertenfam ao Mote 3¿ dos Olhos quebrados. Chamo a atengao para um Vilan-
cete de Gil Vicente III 299, que é semelbante, pois diz:
Vanse mis amores, madre,
luengas tierras van morar!
Quién me los hará tornar?
ROMANCES VELHOS 1 2 1
(1) Vol. I , p . 3 6 6 ( 1 . 4 7 ^ ) , j
(2) o verso no le verán mas en Francia repete-se em outro romance de D u - I
randarte: Muerto yace Durandarte. {Anales p. 3 0 . )
(3) Comeíando, como já contei,
Sentado estaba Galfeiro em taboleiro real,
o romance (introduzido talvez modernamente) termina:
Pegáralhe pela m&o pusera-a no cavalgar.
Olha (sic) que a vedes ir ndo-na veréis cá voltar.
(Revista Lusitana VIII, p. 74).—Em Hespanlia a fórmula tambem se havia tornado
provervial. Pelo menos é das que Cáncer meteu no seu Or/eo. Vid. Zeitschrift
XXIII, 6 9 .
(4) P. ex. pelo historiador da literatura nacional, desde que publicou a Floresta
(p, XXXVI) até á nova edigSo do seu estudo sobre Bernardim Ribeiro e o Buco-
lismo (1897, p. 9 0 ) . Mas tambem por García Pérez, no Catalogo Ratonado, p. 4 9 3 . j
1 2 2 FILOLOGÍA
(1) N.° i 6 z Giosa de romance («Durandarte»); N.° 103 Respuesta del: La causa
que vos tulistes.
(2) Falei d' ele ñas Poesías de Sá de Miranda (p. 8 1 2 s. p, 883) e no Litera-
turblatt 1897, N.° 4 p. 4 0 9 , mas só de passágem. Ñas conclusoes finaes direi
mais alguma censa.
(3) Confer N.os 9 8 , gg, 100.
(4) No Cancionero General.
(5) P. ex. París, MS. 6 0 0 .
(6) Na Écloga IV, onde aparece com o sobrenome (Africano).
124 FILOLOGÍA
XXVI
(1) Nao deixa de ser curiosa, ou mesmo típica a evolufáo da frase. O salto
hgeiro do leito abaixo transforma-se em pulos dados na cama: e dava pillos na
cama nem gaviáo a pular (Madeira, 9 4 ) . Depois o gaviao, já pouco familiar ao
povo, transforma-se em galido, com troca completa de sentido, más pouca no som:
salta pinoles na cama que nem galaeo real (ib. 89) sempre a dar voltas e voltas—
que nem galeüo real (ib.). Por associasüo de ídeias, o galeao veio a ser substi-
tuido por nadadores diversos: dando saltinhos na cama como baleia no mar (Bra-
sil 19), dá tantas voltas na cama—como o peixe 71a a^ua fría (Caliza), vueltas daba
en la su cama—como un pez vivo tn la mare. (Catálogo Judio-Español, N." 28.)
(2) Prisóes e Solturas p. 4 9 .
ROMANCES VELHOS 127
[70] Más envidia he de vos, Conde, que mancilla ni pesar (v. 134.)
figura na Carta I d'África, como circunloquio pitoresco da
ideia: tenho-vos enveja.
Gabais esta vida cá
e desgabais-me Lisboa!
Eu dera esta vida boa
a troco d' ess' outra má!
Quem de estas lá se queixar,
meu desojo Ihe responde
más [envidia] he de vos. Conde (3)
que manzilla ni pesar (4). (Estr. 23.)
*
« *
(1) Cancioneiro Geral, vol E, p. 4.23-4 (f. 123 i.): Trovas que mandou Joatn
Krois de Saa a señora dona Joana Manuel, em rreposta d'estes motos que Ihe man-
daram a ella huns señores de Castella que nos motos váo nomeados. Sao o Condes-
tabre, o Duque de Segorbe, o Conde de Haro, D. Antonio de Velasco, o Conde
d'Oñate, e D. Luis Ladrón. E entre os Motes ha o tantas vezes citado:
XXVII
(1) Luis Francisco Rodríguez Marín, Ltds Barahona de Soto (Madrid, 1903),
p. 667.
Na Siüía—Contra algunas necedades, o poeta diz Cuan propio es...
al caballero y aun al estudiante
componer y tañer un Conde Claros (p. 7 2 5 ) .
(2) Don Quixote\. cz.-^.i';,.
1 3 2 FILOLOGÍA
C A E O L I N A ]\IICHAÉLIS D E V A S C O N C E L L O S .
(Continúa.)
El autor desarrolla aqui, con nuevos datos, ideas que habla apuntado
ya en su estudio sobre la Toponymia árabe de Portugal (Revue Hispa-
nique IX). Es de notar que atenúa la afirmación que alli habia hecho en
absoluto respecto de la no asibilación de -t i a- en la época de la invasión
musulmana en España, tratando de la etimología p a l a t i u m Albalate:
't devant i en hiatus... au debut du VlIIe siécle, il devait encoré avoir
p a r / b w sa valeur premiére d'explosivo et non de fricative q u ' e l l e e u t
depuis.»
Los tres puntos de fonética que trata, son:
1." g explosiva latina hechaj por intermedio árabe, en T a g u Tajo,
T u r g a 1 i n Trujillo, U r g a n o n e Arjona, etc., y en P a c e Beja. Pero
este último caso es discordante por tratarse de c y no de g. No obstante,
el Sr. D. Lopes tiene razón en rechazar la explicación de Andrés Re-
sende, quien vela un caso de seseo en Bexa cuasi P a s e , opinión que
yo aduje en otro lugar {Poema de Yúguf, p. 28), sin fijarme que el nom-
bre de la población portuguesa no se escribía con x sino con j , respon-
diendo á la forma queel nombre recibió en árabe L a explicación
que da D. Lopes es que no poseyendo el árabe la g explosiva sonora del
1 atin, la representaban los invasores de España, ora por ^ ó por jj) ^,1^,
y á veces por la palatal ^ . Esta explicación es más convincente que otra
que propone G. Baist, Romanische Forschungen, IV, 394.
2.° j árabe hecha q en mezquita, voz venida al español y al portu-
gués por intermedio de u n a lengua privada del sonido fricativo palatal
d e j , y que el Sr. David Lopes cree fundadamente sea el griego bizan-
tino. El derivado indígena de la voz árabe, e>¡, álmagid, usado por los
moriscos. L a grafía almagchid almazchid que da D . Eduardo Saave-
dra en su discurso sobre la Literatura Aljamiada, páginas 270 y 284, es
grafía propia de manuscritos tardios, de cuando la j castellana tenia v a -
lor gutural y no palatal, y por lo tanto, se echó mano de la ch como sonido
más vecino de la, jim árabe, ni más ni menos que lo que hoy hacen nues-
tros arabistas desentendiéndose (con mal acuerdo, creo), de nuestra f oné-
134 FILOLOGÍA
GERTRUD KLAUSNER: Die Drei Diamanten des tope de Yega und die Jitagetonensa-
ge. Inaugural-Dissertation zur Erlangung der Doktorwürde. Berh'n, i 3 No-
viembre, 1907.
DR, ERICH WALTER: Adolph Triedrich Graf von Schack ais Ueberselzer. (Bresla-
uer Beitráge zur Literaturgeschichte, X). Leipzig, Max Hesse, 1907, 179 pá-
ginas ( 5 marcos.)
(1) Este Hospital fué fundado por Ramón Gruillón Cátala,, vecino de Va-
lencia, antes de 1334, servido por Hermanos de la Penitencia ó Beguines, i.
imitación de otros institutos análogos de Flandes. Este Hospital setransf or,
mó más adelante en el Colegio de niños huérfanos de San Vicente Ferrer-
h o y existente, pero en distinto edificio.
(2) (6 Abril 1464). «Doni an cristofol jone de mestre Eodrigo que feu lo re-
taule nou de sasa per lo pintar de les Eoses de la paret del retante pre-
nia I I I sous per lo jornal e la messio que monta I I I diners de pa, I I diners '
de vi y III diners de carn.> •
Dos dias antes, 4 de Abril, se abona cierta cantidad á Jaclime mayan», car- :
pintero, y se añade: JS mes ly Aony per lo posar lo reíanle nou II sous.
Archivo municipal do Valencia. Cuentas del Hospital deis Beguins, 14S4
ál466.
142 ARTE
(1) Pablo de San Leocadio, ó de Eeggio, pues con ambog nombres figmra en
los documentos, se domicilió en Valencia, en donde continuó pintando varios
retablos. En Julio de 1478, durante el periodo en que trabaja on la Catedral
juntamente con Pagano, padeció grave enfermedad é hizo testamento. Por él
sabemos que era soltero en esa fecha y que ol maestro Pagano le debía 50 li-
bras de la última paga, siendo gasto común la manutención de ambos pinto-
res. Declara heredero á su hijo natural Peret Pau, Perico Pablo, en el periodo
de lactancia. Contrajo matrimonio eu Septiembre de 1493 con Isabel López ó
Llopis. De este matrimonio tuvo varios hijos. Uno de ellos, llamado Felipe
Paulo, fué pintor de retablos como su padre, y aún vivía en Valencia en 1542,
figurando en el libro Tacha real correspondiente á, este año. Parece no gozaba
de posición muy próspera, pues á pesar de estar sólo tachado con siete suel-
dos, se indica era pobre y debía seis pagas. Con posterioridad al año citado,
no hallamos rastro alguno suyo, sospechando falleció por entonces.
No logró el arte de su padre, pero le signe con bastante fidelidad. Una de
sus principales obras fueron las tablas pintadas, en 1525, para el retablo ma-
yor de la iglesia del Convento de Santo Domingo de Valencia. El Museo pro-
vincial posee cuatro de esas tablas con pasajes de la Vida de Santo Domingo.
En el aula capitular de la Catedral de Valencia se conservan doce grandes
sargas, en las que están pintados pasajes alusivos á la vida de la Virgen y la
de San Martín. Fueron pintados, en 1513, para las puertas délos dos órganos.
Consta las ejecutó Pablo de San Leocadio, pero aunque nuestro amigo el doc-
tor Chabás, á quien debemos esta referencia, oree son del compañero de Pa-
gano, nosotros sospechamos son de su hijo Felipe Paulo. El padre, si vivía en
esta fecha, debería contar más do setenta años, edad muy avanzada para tra-
zar «on la soltura que se advierte, aquellas doce historias. Sólo el examen de
las sargas, colgadas á gran altura, puede confirmar ó desechar nuestra atri-
bución. El hecho de consignarse sólo el nombre de Pablo, omitiendo el de Fe-
lipe, no es raro en documentos análogos..
Otro dato debemos también al docto Archivero de la Catedral, relacionado
con los órganos. El dibujo para la talla da los mismos fué confiado á Fernan-
do Yáfiez de la Almedina. Lo ejecutó en 1513, confirmando esto la noticia por
nosotros recogida y facilitada á Mr. Bertaux, de que en esa fecha aún residían
en Valencia los dos Fernandos, pintores de las puertas del altar mayor de la
Catedral.
ARTE
comart, pero menos gótico que éste y más abierto á las in-
fluencias avasalladoras del Renacimiento, trabaja para la ca-
tedral de Valencia por expreso encargo de Rodrigo de Borja,
y él mismo trae á los dos pintores italianos, representantes
de un arte nuevo y que á la postre había de imponerse en las
orillas del Turia, primero por Pablo de San Leocadio en su ce-
lebrado retablo de Gandía (1501), y pocos años más tarde, en
1506, por los leonardescos Ferrando Yáñez y Fernando de los
Llanos, pintores de las soberbias puertas del altar mayor del
templo metropolitano (1). Rodrigo pintó, según parece, de
1482 á 1483, un retablo para detrás de «lo altar maior de la
Seu». Así consta en dos apocas ó cartas de pago. La primera
que conocemos es de 15 de Septiembre de 1483, y en ella de-
clara recibir del administrador eclesiástico Juan Vidal, 100
libras valencianas por la segunda tercia de pintar el retablo
«que le mandó hacer el Cardenal;» en la segunda, de 7 de
Agosto de 1484, declara el percibo de 60 libras por igual con-
cepto (2). No existe este retablo, cuya colocación, según los
términos generales de la apoca, parece debió de ser en el tras-
sagrario del altar mayor, pero sospechamos lo fué en alguna
de las capillas del ábside de la Catedral, la cual se modifica-
ría al realizarse la renovación, lamentable para la historia de
la pintura valenciana, que en el siglo xviii experimentó la
Seo de Valencia. Restos del retablo perdido, creemos son dos
tablas que en el altar mayor sirven de puertas del trassagra-
rio. Representa la del lado de la epístola, en tamaño natural,
como su compañera, á San Vicente Mártir vestido con dalmá-
tica de brocado rojo y bordados de imaginería, fondo, parte
(1) «En la pared del testero de esta capilla se colocó el cuadro que repre-
senta la Crucifixión de nuestro Señor Jesucristo, pintado solare tabla y apro-
1 4 8 ARTE
(1) Nuestro amigo ei Sr. Tormo lia hallado un hermoso retaiilo de mano
del mismo Eodrigo I, ó,de un discípulo mejor artista que Eodrigo II, en una
capilla de San Pedro de Játiva. De él y de otros se ocupa en tres cartas toda-
vía inéditas dirigidas á Las Provincias de Valencia, intituiadas Más tallas en
Játiva: la Parroquia de San Pedro. Son nueve tablas y otras nueve del guar-
dapolvo, todas de labor exquisita. •' ,
ARTE
Cristo a n t e P i l a t o s . A d o r a c i ó n d e l o s M a g o s (firmado).
(Museo de Valencia-} (National Galleryi Londres.)
LOS CUATROCENTISTAS VALENCIANOS 1 5 3
(1) Archivo ínunicipal de Valencia. Tacha Real, núm. 1, k. 8, año 1513, fo-
lio COXV.
1 5 6 ARTE
L . TEAMOYERES BLASCO.
L O S N U E V O S H I S P A N I S T A S : AV. BERTAUX
fiados de raza, ayude á revelar los clichés sin exponerlos á los peligros
del viaje de vuelta.
¿Diré, que M, Emile Bertaux, no sigue en sus excursiones, sino huellas
de investigadores españoles? La regla general en el catedrático francés,
es ciertamente, el replanteo, escrupulosamente critico, severamente cien-
tífico, de trabajos de investigación antes esbozados por otros, y el campo,
por regla general, está bien trillado. Pero á las veces, M. Bertaux, no sólo
analiza científicamente lo ya descubierto, no sólo traduce á clasificación
racional obras de arte antes apenas señaladas caprichosamente a l a aten-
ción délos doctos, no sólo relaciona meritoriamente todo lo nuestro con lo
de afuera—de quien tantas veces aprendimos, de donde tantos vinieron
enseñados, y á quien tanto imitaron nuestros artistas—, no solamente
viaja llevando en sus apuntes y aun en su memoria el resultado del tra-
bajo de los rebuscadores españoles de archivo, sino que á veces, ¿cómo no?
da con lo absolutamente olvidado é inédito, como—por no citar más que
dos ejemplos—la Madonna de tierra de Soria, arte castellano de fines del
siglo XIV ó principios del x v , hoy en el Louvre, ó como la obra de Maes-
tro Rodrigo en San Nicolás de Valencia, firmada, de que ninguno de los
que nos hemos ocupado del arte en aquel reino de Valencia—¡y nos he-
mos ocupado tantos!—habíamos dado la menor noticia (1).
Monsieur Emile Bertaux es, pues, un francés que se ocupa de cosas
de España por manera enteramente contraria á la que caracteriza á sus
paisanos cuando de nuestro pais t r a t a n y se ocupan. Todavía no se le
deben descubrimientos de g r a n entidad, ni síntesis nuevas y peregrinas.
Pero su elaboración es rigurosamente científica, con todo el rigor de la
crítica moderna, y desde luego, ha leido todo lo nuestro, y lo ha leído
metódica é integralmente, y ha visto todo lo nuestro, y lo ha visto Inte-
gra y metódicamente también. De nuestra pintura y escultura medi-
evales sabe, al menos, tanto como todos nosotros juntos: sin especiali-
zarse demasiado como varios de nuestros beneméritos investigadores, y
sin darse á síntesis prematuras, que suele ser el escollo de los que asisti-
mos más como espectadores ávidos, intrigados, que como verdaderos
obreros á la tarea que va á ser reveladora de todo nuestro pasado atin
olvidado en España y preterido sistemáticamente en Europa.
La plástica y la pintura medievales españolas que Ponz y Cean, en
el siglo x v i i T y XIX, todavía no apreciaban, que Parcerisa y los Cuadrado
y Carderera comenzaron á pregonar, en globo, por sentimiento, por es-
píritu romántico, que los Amador de los Ríos y los Madrazo, y en gene-
ral los arqueólogos, comenzaron á poner, número por número, en orden
ELÍAS TORMO.
del uno relacionadas con las ideas y datos inéditos del otro, les llevaran
finalmente á la casi certeza de que los representado? son la reina doña
Juana Manuel, viuda de Enrique II, y su padre el insigne prosista cas-
tellano D. J u a n Manuel, adelantado de Murc'.a y allá omnipotente. El
anciano, ocupa el lugar de preferencia; ella, con corona real, está colo-
cada en el segundo lugar. Son figuras muy pequeñas, que creeré añadi-
das al retablo traído de Genova, pero pintadas en la misma época, co-
piando acaso algún retrato de miniatura.
Puede el curioso lector darse cuenta de esta investigación dialogada
en La Verdad, números siguientes:
«Los retratos de la Claustra», Andrés Baquero (número del 20 de Oc-
tubre de 1907). i
«El Retablo de la Claustra», Elias Tormo (número del 24 Id., Id.)
«Papeletas de un Catálogo», Manuel G. Simancas (número del 14
Noviembre id.)
«La Capilla de la Claustra y sus retratos», A. Baquero (número del
22 Id., Id.)
«Rebuscos, la Claustra y su Patrona», A. Baquero (número del (?)
Ídem, Id.)
Obras recién halladas del pintor San Leocadio.—En la hermosa Sala capi-
tular ojival de la Catedral de Valencia, se conservaban á poca luz unas
pinturas en lienzo, en lona, mejor dicho, que no habían solicitado la aten-
ción de los eruditos que allí contemplaban el episcopologio en iconoteca,
el portentoso Cristo de Alonso Cano (escultura), las tallas de gótico flo-
rido del antiguo Trascoro, los sepulcros del xrv y del xvi y los restos de
frescos murales del siglo xv.
Al infatigable D. Roque Chabas, que hace años nos revelara la curio-
sísima historia de esos frescos—muestra de los artistas del siglo xv, aspi-
rantes al encargo de la decoración mural del presbiterio, es decir, deifi-
cólas Florentin, rechazado en 1471, y de Francesco Pagano, de Ñapóles,
y Pablo de San Leocadio, de Reggio, admitidos en 1472—, y que después
averiguó también quo las tallas del trascoro se debieron á u n autor es-
pañol—Jaime Esteve, que subcontrató los maravillosos relieves que en-
cuadraba con Giidiano Florentino, grau discípulo, evidentemente de
Ghiberti—, se debe ahora el hallazgo del documento que revela el nom-
bre del autor de los lienzos, Pablo de San Leocadio, en 1514, si mi memo-
ria no me hace equivocar la última cifra.
Permítase .al que escribe, que se ufane con la parte mínima que en el
hallazgo le cabe.
Porque es cierto que no se daba importancia alguna á tales lienzos.
tes conocidos, que la obra que en 1507 trabajaron Yáñez y Llanos, fué
precedida de otra rechazada sin bastante motivo; aparte la dificultad de
explicar los temas de la vida de San Martin, inadecuados para el altar
mayor de una Catedral consagrada á Santa Maria. Además, el retablo
mayor de plata no exigió puertas hasta que estuvo terminado en 1504, y
en 1506 ya se encargaban de muy recias tablas á Llanos y Yáñez.
Quedaba la hipótesis segunda por mi ofrecida, que á los capitulares
pareció más aceptable también.
Y no necesitó más el Sr. Chabás: puesto á buscar en el Archivo cate-
dral los antecedentes documentales referentes á órganos, siguiendo la
pista indicada, no tardó en hallar la prueba de que Pablo de San Leoca-
dio, en 1514, á los cuarenta y dos años de su llegada y establecimiento,
más ó menos definitivo, en Valencia—si no es que el dato se refiera á otro
hijo Pablo desconocido, ó al mismo conocido hijo Felipe Pablo de Sají Leo-
cadio, como hemos pensado, creeré que sin fundamento, Tramoyeros y
yo—, pintó los sargazos de los órganos, hoy conservados en la Sala ca-
pitular.
¡Salgan luego, en seguida, á plena luz, para deleite de todos!
ELIAS TORMO.
NOTAS BlBUOQRflFICnS
Del libro del Sr. Cossío, antes que nadie se ocupó CULTURA ESPAÑOLA
cuando todavía no se había ultimado la impresión del mismo, ni apenas
se promediaba. Véase el número II del año I de la Revista, página 526.
La edición sufrió después considerable retraso por el afán de la perfec-
ción sentido por el autor, en especial en la revisión del catálogo general
de la obra del artista, principal complemento del texto, y en la reproduc-
ción en fotograbados de toda nota singular, de toda composición pictó-
rica distinta y aun de toda variante en ellas que algo signifique en la
labor del Greco. En realidad, el cuerpo de la monografía quedó impresa
dentro de 1906 y la gozamos en capillas los privilegiados; pero la publi-
cidad del libro no llegó hasta Noviembre de 1907.
Desde entonces creeré que no ha habido revista ni diario en que no
haya encontrado ferviente y caluroso aplauso el que llamé—y me quedé
corto en la profecía—«el libro del año.» Yo no recuerdo otro éxito seme-
jante en un trabajo de carácter histórico. Ni aun en los libros de ameni-
dad estética se ha visto apenas tal unanimidad en el aplauso.
Y el aplauso no ha sido ciertamente inconsciente y como de sugestión
y arrastre. Porque he leído artículos bibliográficos, escritos no por crí-
ticos de arte, sino por artistas de la palabra y del pensamiento poético,
en los cuales de tal modo vibraba una intensa emoción de arte y una
manera personal de ver al Greco y de leer El Greco de Cosaio, que los he
saboreado á las veces con regaladísimo deleite, como íntima confiden-
cia de verdadero artista (1).
(1) Entre los críticos, el distinguidísimo escritor Zeda, nos ha dado una
nota en sn artículo publicado en La Época, más extenso que el reproducido
en varios periódicos de provincias: que Rojas Zorrilla, el dramático toledano,
no debía de ser gran entusiasta del Greco, cuando «en una de sus comedias,
Ahre el ojo ponía en boca de un personaje, para dar idea de un rostro ridiculo.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 171
estos versos, que prueban la opinión del autor de García del Oastañar res-
pecto del pintor cretense:
«Adiós, el de la Beatriz,
que si á buena luz la veo,
parece quo se ha soltado
de alguna copia dei Griego.»
Notaré que Rojas no fué contemporáneo del Greco: nació en Toledo en
1(307, donde murió el Greco en 1614.
Tampoco fué contemporáneo Baltasar Gradan, el corifeo del conceptismo,
que por colosal ingenio y por el declive de su propia genialidad me pare-
ciera natural que figurara entre los partidarios del Greco, con más razón que
los culteranos: pues al fin el culteranismo de Góngora y Paraviciuo—dos en-
tusiastas del Greco—es pompa externa, hueca y aparatosa, con dejos do es-
plendidez colorista nada relacíonable con la evolución colorista magistral
del Greco. T sin embargo Gracíán, hombre que miró para adentro como el
Greco, debió apreciar á éste en poco, á juzgar por el párrafo siguiente:—á no
ser que lo dictara el afán do la agudeza y dol bien parlar, como tópico y por
la fuerza del consonante.
«Vio, dice, el otro galante pintor, que lo habían cogido la delantera el Ti-
ciano, Rafael y otros.
• Estaba más viva la fama, cuando muertos ellos; valióse de su invencible
inventiva
»Dió en pintar á lo valentón.
• Objetáronle algunos el no pintar á lo suave y pulido, en que podía emular
al Ticiano, y satisfizo galantemente, que quería ser primero en aquella gro-
sería, que segundo en la delicadeza.
•Extiéndase el ejemplo á todo empleo, y todo varón raro entienda bien la
treta, que on la eminente novedad sabrá hallar extravagante rumbo para la
grandeza.»
Todo esto parece tomado de Pacheco: al oído.
172 ARTE
Darla con gusto en extracto del libro á mis lectores, ó la síntesis cri-
tica, ó el resumen cronológico de los varios estilos y capitales obras maes-
tras del pintor, ó una y otra cosa; ó bien una idea de la actual situación
geográfica—transitoria, por desdichada constante emigración—de sus
lienzos catalogados. Asi lo he hecho en casos semejantes en CULTURA
ESPAÑOLA. No me decido esta vez á hacerlo porque para ello habría de
174 ARTE
l a historia del rehocillo; en mi tierra otra pieza que tal usan las muje-
res en los menesteres caseros cuando ciernen la harina y quieren evitar
el polvillo en el peinado; el verdadero rebocillo viene á ser holgado para
cubrir la cabeza y el cuello hasta el pecho y la espalda también, pero no
se estrecha tanto en la frente ni oculta del todo el pelo. Una loca de Pa-
lacio, Magdalena Ruiz, acompaña á la Infanta Doña Isabel Clara en el
cuadro atribuido á Liaño en el Museo (n.° 7G9), pintado por 1585, y está
sola en otro lienzo (n.° 770), tocada en el uno y el otro cuadro con un re-
bocillo, por lo que pienso que pocos años antes serla quizás pieza de moda
entre reinas y princesas. De todas maneras, creo debe llamarse «La dama
del rebocillo» y uo »del armiño» á la más hermosa modelo que el Greco
pintara en su larga vida.
El retrato del Cardenal Quiroga—de quien hace el Sr. Cossio una
portentosa semblanza, con reducirla á copia ó extracto de cuatro ras-
gos—entiendo que ha de llevarse á periodo más remoto de la vida del
pintor, no sólo por la técnica veneciana—aunque barridas las veladuras
por la intemperie á que parece se le condenó—, sino por la edad del re-
tratado. El autor supone que se pintó después de la muerte del Prelado,
pero habiendo fallecido de ochenta y un años, se le da una edad apa-
rente de cincuenta ó ses enta, y yo creo al retratado más visto que co-
piado por el Greco.
Sumamente cuidadoso el Sr. Cossio en las citas y llamadas, no ha
podido evitar la confusión cuando se refiere á los varios retratos de «ca-
ballero desconocido» que pintó el Greco, y de los cuales ol Museo de Ma- \
drid tiene obras portentosas: lo mejor, lo indiscutible del pintor. En la
lámina se ha dejado de poner el número correspondiente al Catálogo del
Prado, y en el texto no siempre se aclara la referencia. Además, tener
cuatro, cinco ó seis portentosos retratos perpetuamente condenados á
numeración, como las calles de Nueva York, y lo que es peor á numera-
ción varia (de Catálogo del Prado, de Catálogo de Cossio, de láminas de
Cossio, etc., etc.), entiendo que es hacer imposible el lenguaje y la inte-
ligencia entre los lectores y los autores. Me atrevo, pues, ¿señalar como
un defecto, un extraño defecto, el mantenimiento del «caballero desco-
nocido» como factor común de obras múltiples, que por lo mismo que
tienen subidísimo valor, están pidiendo á voces el bautismo, aunque sea
con seudónimos. Claro es que no pido que se les adjudiquen nombres de
personajes históricos, nó; pero si unDonPulano, Don Zutano, Don Diego
ó Don Mendo, que desde luego indique que eran caballeros castellanos y
los individualice provisionalmente. En la obra de Rafael ó de sus cola-
boradores, hay unas cincuenta composiciones, madonas ó Sacras familias.
¿Cómo era posible entenderse sin los remoquetes «del cordero», «Ansi-
dei», «del verde», «del clavel», «de la diadema», «de los candelabros»,
«del pez», «della impannata», «la Perla», «de la Tenda», cuando no aj'u-
da el nombre de la familia poseedora actual ó pretérita del cuadro?..,,.
176 ARTE
(1) Dijome con entera sinceridad el restaurador que fué del Entierro del
Señor de Orgaz, D. M . M., hoy difunto, que por descuido del momento y pos-
terior olvido dejó bizco al caballero que se supone ser retrato del Greco; en
los muchos años después transcurridos no tuvo ocasión abonada para dar la
enmienda.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 177
ción de ese fondo en asuntos que se suponen á la luz diurna? Esa verdad
inoportuna de los celajes, como con más probabilidad las dislocaciones
suyas del dibujo, ¿son en él fórmulas esotéricas premeditadas para repe-
ler á las gentes, para aquilatar la iniciaciónde los fervorosos?
Todavía se recata el alma del artista cretense á nuestra curiosidad:
late el misterio en el fondo.
. ELÍAS TORMO.
NOTOS
(1) CüLTunA EspASoLA, uúm. VI, pág. 596. Nota donde equivocadamente
referí al BurlmglonXo^que se refiere á l a Arundd,.
1 8 0 ARTE
(1) La curiosa historia de esta obra indiscutible del pintor, la publicó do-
cumentada D. Luis Tramoyeres en las columnas del diario de Valencia Las
Provincias, número del día del centenario do Velázquez.
NOTAS 1 8 1
(1) página 5.
(2) Eeonerde el lector el hermoso capítulo de W. James on los Principies of
Psijcliology acerca del 'stream of cansciounes>.
(3) Ibid., página 6.
188 FILOSOFÍA
• (1) En el cnrso de este estudio -volveremos oon más pormenores sobre esta
teoria que aquí nos limitamos á indicar.
(2) /Jíd., páginas.
(3) liid,, página 8.
ESTUDIOS DE FILOSOFÍA 189
*
* *
(1) Ibid., página 31. Dejemos á un lado, eu este estudio, las diferentes sen-
saciones representativas estudiadas por M. Bergson en Les données immédia-
tes, limitándonos al examen de las sensaciones luminosas. Estas son, en efec-
to, las más importantes desde el punto de vista eu que nos hemos colocado,
y a que en ellas principalmente se apoyan los psico-físicos, por cuanto que su
estudio puede reducirse más fácilmente á condiciones físicas. Para las demás
sensaciones representativas, véanse Les données^ immédiatts, página 31 y si-
guientes.
ESTUDIOS DE FILOSOFÍA 1 9 9
EM. DUPKAT.
{Continuará.)
"i
¡
WiLLiAM RALPH [INQE: Personal Idealism and Mysticim. The Paddock lectures for
1^06. Un vol. en 16 de 186 p. Longmars, Green and Co. London, 1907.
verdad. Existe una verdad religiosa que no se determina por las ne
cesidades y las aspiraciones humanas. P a e d e bosquejarse la histo
r i a de esta doctrina desde San J u a n y San Pablo hasta nuestros
días, pasando por los cristianos platónicos de Alejandi'ía y los m á s
filósofos d e entre los místicos.
De lamentar es, en lo que á nosotros respecta, que esas confe
rencias, claras y de fácil lectura, no examinen en toda su intensi
dad el problema filosófico planteado por los pragmatistas, el proble
m a del método y de la actitud misma de la filosofía. Parécenos, a d e
más, que M. Inge ha couf andido algunas opiniones y ha atribuido
á a l g u n a s escuelas ideas que j a m á s h a n sostenido y que n o se de
r i v a n lógicamente de su doctrina.
E u . DUPKAT.
J. G. G.
Philosophes contemporains par Haráld "Hoffding. Traduit de 1' allemand par A. TRE-
MESAYGUES. París, Alean, t^oj. Un vol. de 22 X ' 4 páginas.
su PLANTEAMIENTO EN LA HISTORIA
II
dos, ora queman las granjas y aun las viviendas, ora asesi-
nan ó mutilan horriblemente al intermediario cruel ó al
grazier, es decir, al arrendatario de la nueva dehesa, que era
antaño finca de labor, en la qne vivian numerosas familias
de colonos expulsados al verificarse el cambio de cultivo.
Notoriedad histórica adquirió la famosa contestación de
un landlord absentista, quien al recibir carta de su repre-
sentante, amedrentado por las amenazas de los terroristas,
le respondía: «Haz saber á esos villanos, que se equivocan
si creen que asesinándote lograrán intimidarme».
Los procedimientos de la lucha agraria se extendieron
también á la guerra religiosa. Los presbiterianos de ülster,
cazaban como alimañas á los sacerdotes católicos, en las
provincias del Oeste se aplicaba igual trato á los pi'olestan-
tes, pero el odio mutuo trocábase en alianza contra la Igle-
sia anglicana en las provincias orientales, porque como las
dehesas no pagaban diezmos, y ya. apenas quedaban otros
cultivadores que los colonos católicos ó presbiterianos, sobre
las espaldas de éstos pesaba la Iglesia oficial, y de las redu-
cidas ganancias qne escajiasen á la rapacidad del agente del
landlord, era preciso deducir la subvención á los ministros
de la religión opresora. Las parroquias anglicanas se hicieron
extensísimas, porque sólo así podía constituirse una congrua,
y en la imposibilidad de servirlas, los clérigos vivían en el
ocio ó se ausentaban, siguiendo el ejemplo de los obispos
anglicanos de Irlanda, ingleses en su mayor parle, parientes
ó amigos de los ministros, para quienes el cargo era una si-
necura dotada con pingües rentas. El clero católico, en cam-
bio, vivía, vejado y oprimido, la mísera vida rural, adquirien-
do sobre sus convecinos ese ascendiente que ejerció durante
todo el siglo XIX, y que aún subsiste con escándalo de cuan-
tos olvidan los sacrificios á costa de los cuales se lograra.
La rebelión americana vino á poner término á tan deplo-
rable estado de cosas. El ejército numeroso que el "gobierno
inglés mantenía en Irlanda, tuvo que marchar á la colonia
sublevada, ypara defender la isla desguarnecida, formóse una
milicia que se llamó de Voluntarios, por los jóvenes de la
2 5 4 VARIA
17
2 5 8 VARIA
III
LA CUESTIÓN RELIGIOSA
IV;
LA CUESTIÓN AGRARIA
LA CUESTIÓN POLÍTICA
VI
ESTADO ACTUAL
BlBLIOQRnPin RECIENTE
190S
I904.
I905
1906
LI (Andrés de).
e n u n C ó d i c e m a n u s c r i t o d e l Repertorio, q u e se c o n s e r v a e n
la Biblioteca Escurialense: Seüor m u y virtuoso: hauiendo-
a r r i b a complido con su m e r c e d : E p o r e n d e p o r o b r a y studio
del honrrado fadrique alemán de basilea: h a seydo otra vez
a g o r a n u e v a m e n t e con diligencia corregido y e m e n d a d o el
l u n a r i o , p o r q u e s i n r e c e l o d e t o p a r eon a l g ú n i n g e n i o m a l i u o -
lo: v a y a d e s e n b u e l t a m e n t e por todo. E p o r q u e como r e z a V a -
lerio, no h a y ninguna humildad t a n pequeña: que no sea al-
g ú n p o q u i t o t o c a d a d e d u l c e d u m b r e d e g l o r i a : lo h i z o el i m -
primir a sus costas, en aquesta real e magnífica cibdad de
b u r g o s , fue a c a u a d a a . x x i . d i a s del m e s d e m a y o d e l a ñ o
mil. ccccxciij.
L a s anteriores noticias las debemos al dignísimo Bibliote-
caiño del Escorial, Rd. P . Benigno F e r n á n d e z , q u e nos las co-
m u n i c ó v e r b a l m e n t e en este v e r a n o pasado, cuando estuvi-
m o s e n a q u e l R e a l s i t i o , c o n m o t i v o d e e s t u d i a r los i n c u n a -
b l e s z a r a g o z a n o s q u e s e g u a r d a n e n a q u e l l a m a g n í f i c a Biblio-
teca.
LI (Andrés de).
Fol. I en b.?
Al ñn: Fue la presente obra impressa: et acabada en- | la noble
villa de valladolid: por Juan de Bur- ( gos: i de nueuo adicionada.
Fue acabada en quin \ se dias del mes de Febrero. Del año de nues-
tra I saluacion de mili et quinieoitos años. A loor: et | alauanca de
nuestro saluador Jesu cliristo. \ Deo gracias.
DÍAZ (Manuel).
B O Í L (Bernardo).
Fol. A i en b.?
AI fin: Finitus hic líbellus apud sanctum Cucu | fatum vallis
Áretane. xxix, nouemris. { Anni. d, M. cccclxxxix.
4.°—182 hs. no fols,—Signs.—A de 10 hs.—B de á-a-r-i-t-s de 8 hs.
INVESTIGACIONES BIBLIOGRÁFICAS 3 2 5
Bibliografía p e d a g ó g i c a hispano-americana.
B K, K,-A. T A . S
38 6 Gruelin Gmelin
3 32 Ester Erster
41 8 y 9 Gallonédec Gállouédec
42 lyll Ídem Ídem
50 9 Accu7'sins Accur.ñus
50 34 Beulieu Beaiüieu
53 17 Koiser Kaiser
56 13 Irland Island
235 última D. E. E.D.
Oficinas d e la R e v i s t a :
Calle de S a n Vicente, 5 6 , 3 . ' ' dcha.
nnbRib
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