SALUD

VOLUMEN 27
PUBLICA
NUMERO 2 • MARZO-ABRIL DE 1985
DEMEXICO

Utilización de los datos de mortalidad

para la planeación de los servicios de salud:
el caso de México 1

DR. MALAQUIAS LOPEZ CERVANTES 2

López Cervantes M: Utilización de los datos de mortalidad para /o plantación de los servicios de
salud: el caso de México. Salud Pública Méx. 1985: 27:124-139.

Resumen: La consecución del mayor nivel posible de de las necesidades entre las entidades federativas. Después,
equidad en un Sistema Nacional de Salud. depende de la se estudia la variación de la Inversión Pública Federal
distribución racional de-Jos recursos disponibles. A su per cápitD en salud, la cual es considerada como un
vez. la distribución de los recursos debiera ser determi- indicador de la distribución de los recursos del sector. Por
nada por las necesidades relativas de los diferentes último, se estudia la variación conjunta de estos indica-
subgrupos socioeconómicos y/o geográficos. En este dores. para evaluar la relación entre necesidad yasigna-
trabnajo se presenta un análisis de la relación entre nece- ción de recursos. Los resultados confirman la existencia
sidad y distribución de recursos en México. Primero, se de amplias variaciones en la mortalidad entre las enti-
usan las tasas de mortalidad ajustadas por edad y sexo dades federativas. La Inversión Pública Federal también
como una medida aproximada para estudiar la variación mostró una amplia variación. Sin embargo, práctica-
mente no hubo correlación al analizar estos indicadores
en forma conjunta. En base a esta ausencia de correlación
se concíuye que, la evidencia aquí estudiada de la nece-
sidad relativa al nivel estatal, no constituye un factor que
I La versión que aquí se presenta es una traducción y influya sobre el proceso de distribución de los recursos
resumen de la tesis "The use of Mortality data for health del sector salud en México. Después de analizar las limi-
services planning: the case 01' México", presentada en la taciones técnicas del estudio, se concluye también que es
Universidad de Yale en junio de 19H4. Una versión preli- apropiado usar los datos sobre mortalidad, al menos
minar del trabajo en español fue presentada en el semina- durante las fases iniciales, para medir las necesidades
rio "La mortalidad en México. niveles y tendencias", como parte de la planeación del sistema de salud en
organizado por el Colegio de México, en noviembre de México. La identificación de la falta de concordancia
19!!4. entre las variaciones regionales de la mortalidad y la
asignación de los recursos implica la necesidad de revisar
2 Escuela de Salud Pública de México. Secretaría de
y modificar el proceso de distribución de los recursos del
Salubridad y Asistencia.
sector salud.

124 SAI.UD PUBLICA DE I\1EXJCO

Utilización de los datos de mortalidad
D esde hace tres años la evolución del sis-
tema de servicios de salud en México ha
entrado en una nueva etapa. En 1981fue desig-
nada la Comisión de Servicios de Salud con el
propósito de estudiar los requerimientos para
la organización de un Sistema Nacional de
Salud.!'·3U}Otro antecedente importante es la
enmienda constitucional que estableció el
derecho a la salud en 1982.!'·"} En el decreto
presidencial correspondiente se reconoce en
forma explícita la existencia de grandes desi-
gualdades en la distribución de los recursos, y
además.de un alto nivel de ineficiencia en el
sistema de salud. De manera concomitan te, el
decreto reconoce también la responsabilidad
del gobierno federal para proveer el apoyo
político y económico necesario para tratar de
resolver estos problemas.
Así pues, el establecimiento del derecho a la
salud conlleva el compromiso gubernamental
de apoyar el desarrollo de un sistema público
de salud que sea capaz de proveer atención en
forma igualitaria a todos los ciudadanos y a
través del país.l7·31}Sin embargo, es necesario
prestar atención a los detalles implícitos en el
asunto. Se debe tener bien presente que ni
México ni en otro país es posible esperar que
las diferencias existentes en los perfiles de salud
y enfermedad de la población sean resueltos
aisladamente por los servicios de salud.I23.24}
Además, el significado mismo del concepto
de "igualdad" en la atención a la salud, debe
ser aclarado. Se ha dicho, por ejemplo, que "si
prevaleciera la igualdad en el acceso a la aten-
ción no esperaríamos encontrar diferencias en
la calidad de la atención recibida por los
pacientes de las distintas clases sociales, pero
no necesariamente esperaríamos encontrar
tasas similares de utilización de los servi-
cios.134}Dicho de otra manera, la disponibi-
lidad de servicios de la misma clase es una
solución imperfecta cuando las necesidades
varían entre los subgrupos de la población.">'
Hasta el presente no existe un sistema de
salud en el mundo que sea capaz de ofrecer
cada tipo de servicio posible a cada miembro
de la sociedad yen cualquier momento. Es fácil
reconocer las razones de esta situación. Por
una parte, los recursos sociales disponibles
están limitados, de modo que es necesario
tomar decisiones acerca de la proporción que
MARZO·ABRIL DE 1985
,• .
se dedica al sector salud.12.17.20)
Por otro lado, a
pesar del impresionante nivel tecnológico
alcanzado, la medicina moderna aún sigue
siendo notablemente ineficaz e ineficiente para
anticipar o resolver muchos problemas de
salud. 10.")
Las condiciones arriba mencionadas forman
el sustrato de la planeación de los servicios de
salud.V!' De manera ideal, el proceso de
planeación debería comenzar por el reconoci-
miento de las necesidades poblacionales, para
entonces establecer las prioridades y me-
tas.133.35) En seguida, a partir del reconoci-
miento jerárquico de los problemas se podrían
escoger las alternativas que ofrecieran la posi-
bilidad de cumplir con los objetivos fijados,
minimizando el consumo de recursos y tiem-
pO.{I2,t7,2óJ
La situación en México dista bastante de la
ideal. Históricamente el desarrollo de los servi-
cios de salud ha seguido dos grandes líneas.
Primero, ha reflejado el patrón de centraliza-
ción excesiva característico de todas las institu-
ciones nacionales. Segundo, el modelo de
servicio depende en gran medida de la
compleja y costosa atención hospitalaria.C'?'
Bajo estas circunstancias cabe esperar que la
ya mencionada desigualdad en la distribución
de los recursos del sector salud tienda a perpe-
tuarse, e inclusive a empeorar, ya que es
posible esperar que en nuestro caso también se
de la coexistencia sinérgica de dos factores: una
demanda creciente impulsada por la existencia
misma de los servicios; y, la presión de los
profesionales que laboran en las instalaciones
ya existentes para modernizar y aumentar la
capacidad de atención.v-!"
Una evidencia importante y bien sustentada
acerca de la mala distribución de los servicios
de salud en México es el documento publicado
por COPLAMAR en 1982. Entre otros
hallazgos relevantes, se informa que debido a
la concentración geográfica e institucional de
los recursos, las coberturas reales de los servi-
cios de salud en 1978 alcanzaban solamente
alrededor de 55% de la población del país. Pero
más importante aún era el hecho de que exis-
tían drásticas diferencias de ca bertura entre los
estados, variando desde el 24% en los estados
de Chiapas y Oaxaca, hasta 87% en el estado de
Coahuila.v"
125

Como ya se mencionó, esta situación ha sido
públicamente reconocida por las autoridades
del sector salud.(1I·30)De hecho, varias medidas
han sido ya tomadas con el propósito de
descentralizar los servicios, e inclusive, se han
formado comités estatales encargados de coor-
dinar el funcionamiento de las instituciones
públicas en la localidad y proponer planes
regionales para el desarrollo de los servi-
cios.l'·31)El mérito de estas acciones es obvio,
sin embargo es necesario considerar que ciertas
condiciones concurrentes puedan obstaculizar
en gran medida el logro de una mayor igualdad
entre los estados.
Quizás la restricción más importante a
considerar por sus implicaciones a largo plazo
sea la profunda crisis económica que afecta de
lleno al país desde 1982, y lo ha colocado al
borde de la bancarrota. Entre otros grandes
efectos, esta crisis ha precipitado grandes
recortes presupuesta les en todos los sectores.
Consecuentemente, el gobierno federal se ha
visto forzado a establecer condiciones de
virtual congelamiento al desarrollo de los
sectores públicos de servicio, y a concentrarse
en la búsqueda de un crucial incremento en la
eficiencia de la capacidad ínstalada.!"
En el marco general delineado, el estudio
que aquí se presenta toma el caso de México
para analizar la relación que pueda existir
entre la necesidad y la distribución de los
recursos públicos en el sector salud. En.base a
un modelo teórico que permite definir y rela-
cionar necesidad y distribución de recursos, se
estudian dos indicadores: el primero es morta-
lidad por todas las ca usas teniendo como
unidad de observación a la entidad federativa,
a este indicador se le considera como medida
aproximada de la necesidad; el segundo indi-
cador utilizado es la Inversión Pública Federal
per copila. también al nivel estatal, a la cual se
le considera como medida de la distribución de
recursos.
MARCO TEORICO
a. CONCEPTO DE NECESIDAD.
Para definir el concepto de necesidad de
atención a la salud existen dos enfoques
distintos. Uno de éstos se basa en lo que puede
126
López Cervantes M
llamarse una perspectiva "humanitaria".
Según la descripción de Donabedian, una
necesidd es producto de "alguna perturbación
en la salud o el bienestar"; por lo tanto, la
necesidad se define en términos de los servicios
que se requieren para corregir los fenómenos
que expresan alteraciones de la salud y/o el
bienestar.'!" Esta visión humanitaria ·se
concentra en la identificación del sufrimiento,
mas que en las circunstancias que condicionan
la respuesta a la necesidad. Así pues, se postula
que todos los enfermos deben recibir atención
independientemente del tipo de problema que
presenten, pero se pasa por alto la restricción
impuesta por la finitud de los recursos disponi-
bles para la atención a la salud.
Puesto que el enfoque humanitario se basa
en la percepción individual de la enfermedad (y
por lo tanto de la necesidad de atención) la
operacionalidad de los servicios es vista princi-
palmente como una función de la demanda
expresada por aquellos individuos que deciden
buscar atención profesional. Bajo tales
circunstancias, es evidente que la sociedad
puede llegar a encontrarse en una situación en
la cual algunos de los necesitados reciben la
mejor atención y consumen la mayor parte de
los recursos, dejando a otros sin posibilidades
de recibir atención adecuada.v>'
En la realidad esta situación de desequilibrio
existe y tiende a persistir siempre que la distri-
bución de los recursos para la atención a la
salud esté siendo determinada por la capacidad
diferencial de las clases sociales para expresar
su problemática particular. En tal caso, el prin-
cipio ético de equidad debe interponerse para
permitir un mayor equilibrio entre los
subgrupos poblacionaíes.v'"
Alternativamente. un segundo enfoque a la
definición de necesidad es el propuesto por
Matthew, quien sugiere que una necesidad
debería ser reconocida solamente cuando se
disponga de una altrnativa de intervención
profesional que pasea una utilidad verdadera,
es decir, que sea capaz de alterar favorable-
mente el pronóstico de la enfermedad, y a un
costo razonable.t-" Este enfoque se ha denomi-
nado "realista" e implica tomar en considera-
ción la utilidad relativa de los procedimientos
disponibles para dar respuesta a necesidades
SALUD PUBLICA DE MEXICO
Utilización de los datos de mortalidad
específicas, tomando en cuenta también las
características sociales y demográficas de cada
comunidad en particular.(J,O·20)
En la figura I se presenta un modelo elabo-
rado por Acheson a partir del propuesto
inicialmente por Danbedian. (J) Este modelo
utiliza los dos enfoques mencionados previa-
mente para ilustrar las relaciones que existen
entre la prestación de los servicios de salud y la
definición de necesidad que se haya adoptado.
Esta figura muestra como la aceptación de una
de las definiciones de necesidad condiciona
automáticamente la estrategia que se siga para
desarrollar el sistema de servicios de salud.
En el caso del enfoque "realista", a dife-
rencia de la yo comentado por el "humanista",
la restricción que impone la finitud de los
recursos no debería resultar en un desbalance
de la atención recibida por cada segmento
poblacional, sino, por lo contrario, la capa-
cidad de escoger las alternativas de servicios
útiles para enferentar las necesidades priorita-
rias de salud tendría el efecto de incrementar la
FIGURA 1
UN MODELO PARA LA COMPARACION DE LOS DOS ENFOQUES PARA LA DEFINICION DE NECESIDA-
DES DE ATENCION A LA SALUD".
Punto de
partida
Enfoque
Necesidad
humanitario
Enfoque Recursos
realista
* Tomado de Acheson RMOJ
MARZO·ABRIL DE 1985
equidad entre los usuarios del sistema. A la vez
que se avanza en el sentido de satisfacer el
principio de equidad, esta situación promueve
también el logro del principio de justicia
social.('·20)
b. LA MEDlCION DE LA NECESIDAD.
En la realidad, un sistema de salud requiere
de un complejo proceso para dividir los
recursos disponibles en una serie de fraccines
que permitan enfrentar congruentemente las
expectativas sociales. Este proceso a su vez es
condicionado por tres circunstacnias, que son:
la disponibilidad y la transferibilidad de
recursos disponibles en una serie de fracciones
sistema ha elegido enfrentar; y, los estándares
de calidad escogidos para enfrentar esas nece-
sidades.(J,O·21)
En cuanto a la medición de las necesidades,
el asunto crítico es decidir la dimensión que se
va a estudiar. De manera ideal,la obtención de
una descripción completa de la morbilidad
Recursos
Servicios
Servicios Necesidad
I
127

sería la acción más deseable para planear los
servicios. Sin embargo, no es técnicamente
posible obtener y analizar datos completos,
confiables y oportunos con el nivel de desagre-
gación necesario para sustentar la toma de
decisiones. Esta es la mayor limitación para el
uso de la morbilidad en la planeación.v-v-"
En contraste, las estadísticas de mortalidad
son usualmente completas y aceptablemente
confiables; esto les confiere gran utilidad en la
planeación, y dicha utilidad se incrementa por
el hecho de que usualmente los mismos
factores actúan en forma similar, tanto en la
morbilidad como en la mortalidad, aunque el
efecto cuantitativo sea distinto en los dos
casos. En otras palabras, la mortalidad expresa
una fracción menor que la morbilidad del total
de las necesidades presente en la comu-
nidad.!2I·J5)
Un antecedente de importancia acerca del
uso de la mortalidad como base para la identi-
ficación de las necesidades, es el informe
RA WP (Resource Allocation Working Party),
publicado en Gran Bretaña en 1976. Este docu-
mento se basa en la premisa de que la distribu-
ción de los recursos públicos asignados al
Servicio Nacional de Salud debiera hacerse de
manera tal que la atención sea más igualitaria
en téerminos de accesibilidad, cantidad y ca-
lidad.!I2)
Ante la ausencia de una medida directa de la
necesidad, la RA WP propuso utilizar el
tamaño y la composición de las poblaciones
regionales como criterios de asignación,
ponderando estos datos de acuerdo a la
magnitud y la naturaleza de la mortalidad
regional, y también, tomando la utilización de
servicios hospitalarios como otro factor de
corrección. Con estos elementos, se propuso
una fórmula que permite determinar la frac-
ción del presupuesto que se asigna a cada
región.!'·'O)
El procedimiento propuesto por la RA WP
permite identificar áreas "saludables" e "insa-
lubres" mediante la comparación de la morta-
lidad regional con el promedio nacional. En
consecuencia, se considera que las áreas "insa-
lubres" requieren recursos adicionales. La
medida seleccionada para efectuar las compa-
raciones de mortalidad fue la Razón Estanda-
rizada de Mortalidad (REM); tomando como
128
López Cervantes M
variables para un ajuste simultáneo a la edad y
el sexo, se consideró que las fluctuaciones alre-
dedor del valor 100 reflejan las variaciones
regionales en la necesidad de servicios de
salud.!'·(2)
Es interesante notar que el método RA WP
ha sido aplicado desde 1976en el Reino Unido,
y hasta la fecha se ha logrado, aunque parcial-
y lentamente, que las asignaciones presupues-
tales de cada región se incrementen o dismi-
nuyan según la variación de las necesidades
regionales, expresadas a través de la morta-
lidad. Tal parece que en la actualidad las posi-
bles deficiencias técnicas de la fórmula mate-
mática preocupan menos que la lentitud con
que están ocurriendo los cambios nivela-
dores.!" )Lo anterior implica la aceptación de
que es posible cometer errores mediante el uso
de los datos disponibles y/o los modelos mate-
máticos, pero la magnitud de los errores quizás
sea menor que cuando se ignoran estas
herrramientas.
Las consideraciones anteriores constituyen
el fundamento de este trabajo. La experiencia
aportada por los británicos apoya la aplicación
de los datos de mortalidad como un instru-
mento para medir las variaciones regionales de
las necesidades de servicios de salud. Es nece-
sario insistir en que la mejor distribución de los
recursos del sector salud no es obligadamente
un factor que vaya a cambiar los perfiles de
salud comunitaria; sin embargo, el argumento
que dada la disponibilidad de los recursos, su
distribución debiera orientarse a estimular el
desarrollo del sistema en las regiones más
necesitadas.
A partir de la aceptación de la utilidad de los
datos de mortalidad para discriminar entre las
entidades federativas con propósitos de priori-
zación, y siguiendo parcialmente el modelo
teórico de planeación presentado, se hizo un
intento por reconocer la situación actual de
México mediante el contraste de las tasas de
mortalidad estatal ajustadas por edad y sexo, y
la proporción del gasto en salud conocida
como Inversión Pública Federal (IPF) ponde-
rada por el tamaño de la población. Mediante
estas comparaciones se intenta descubrir en
qué medida la distribución de los recursos
financieros es congruente con las necesidades
relativas de cada entidad federativa.
SALUD PUBLICA DE MEXICO
Utilización de los datos de mortalidad
MATERIAL Y METODOS
Dada la naturaleza exploratoria del presente
estudio se decidió utilizar un diseño ecológico
de comparación de múltiples grupos.i'?' con el
propósito de contrastar los indicadores de
necesidad a nivel de la entidad federativa y de
distribución de recursos al nivel central. Puesto
que la unidad de análisis es la entidad federa-
tiva, el número total de observaciones es
siempre 32.
La información sobre mortalidad se obtuvo
en la Dirección General de Estadística de la
S.P.P., consultando las siguientes fuentes:
a) Los números de defunciones por entidad
federativa, edad, sexo y causa para el año
1978 se tomaron de la tabulación No. 7.
b) Las cifras poblacionales por entidad,
edad y sexo fueron tomadas de los resul-
tados preliminares del X Censo General
de Población, correspondiente al año
1980.")
Dado que los resultados preliminares del
censo no desagregan el grupo de <1 año de
edad, se presentó una solicitud especial ante la
D.G.E. para obtener estos datos por entidad y
sexo. La mayor parte de esta información se
recuperó, aunque no fue posible obtener las
cifras de tres entidades: el D.F., Oaxaca y
México. Por lo tanto, para calcular las tasas de
mortalidad específicas para esos estratos y
entidades, se elaboraron proyecciones a partir
de las proporciones promedio específicas por
sexo, que representaron los menores de un año
en el estrato censal de O a 4 años en las 29
entidades federativas con datos conocidos.
Finalmente, los estratos de edad y sexo utili-
zados para el análisis fueron los siguientes: < 1;
1-4; 5-14; 15-24; 25-34; 35-44; 45-54; Y65 años
o más.
Otra fuente de información consultada fue el
Informe Presidencial de 19~3. A partir de este
documento se obtuvo la información corres-
pondiente a la fracción presupuestal denomi-
nada Inversión Pública Federal ejercida
durante el año de 19~2 y asignada para el año
de 19~3, por entidad federativa.
Con la información descrita previamente se
calcularon entre otros los siguientes indica-
MARZO-ABRIL DE 19X5
dores para cada entidad y para el país cuando
fue necesario: 1. tasas de mortalidad cruda; 2.
tasas de mortalidad ajustadas simultánea-
mente por edad y sexo y 3. Inversión Pública
Federal per cápita.
Todas las tasas fueron calculadas por mil
habitantes, mientras que la IPF se expresa
directamente en pesos per cápita.
Durante el análisis y para la presentación de
resultados se usaron los siguientes procedi-
mientos:
1. Para el ajuste simultáneo por edad y sexo de
las tasas estatales de mortalidad se utilizó el
método directo.'!" La población utilizada
como estándar fue la total del país determi-
nada por el censo de 1980.
2. Se elaboraron las tablas correspondientes a
las distribuciones univariantes de mortali-
dad e IPF percápita. En las mismas tablas se
presentan también las razones resultantes
de la comparación entre entidad federativa
y los valores promedio nacionales corres-
pondientes.
3. Para el análisis bivariantes se calcularon los
coeficientes de correlación simple utilizan-
do el método no para métrico de Spearman
dado que los datos de IPF no mostraron un
patrón de distribución normal,(25)
4. Se elaboraron diagramas de dispersión y
gráficas de barras para comparaciones
selectas.
El análisis se llevó a cabo en el Centro de
Cómputo de la Universidad del Yale, utili-
zando principalmente el paquete SAS -
Statiscal Analysis Systern.'!"
RESULTADOS
Esta sección se divide en tres partes.
Primero, se comentan las distribuciones de los
indicadores de mortalidad. Después, se
presentan las distribuciones de la IPF per
capita. Por último, se presenta la distribución
conjunta de los dos tipos de indicadores.
a. MORTALIDAD. Los resultados del cálcu-
lo de las tasas crudas, así como las tasas ajustadas
por edad y sexo se presentan en el cuadro 1. El
valor estimado de la tasa cruda de mortalidad
nacional fue de 6.19 por 1000 habitantes. El
129
 López Cervantes M

CUADRO 1
TASAS DE MORTALIDAD CRUDA Y AJUSTADA POR
ENTIDAD FEDERATIVA. MEXICO. 1978(1)

Riesgos Tasas Riesgos

Tasas relativos ajusta- relativos
Entidad crudas crudos das(2) ajustados

Aguascalientes 6.46 1.04 5.95 0.96

Baja California Norte 4.68 0.76 4.81 0.78
Baja California Sur 5.02 0.81 4.83 0.78
Campeche 5.29 0.86 5.61 0.91
Coahuila 5.76 0.93 6.01 0.97
Colima 6.85 1.11 6.94 1.12
Chipas 5.45 0.88 5.50 0.89
Chihuahua 6.90 1.12 6.95 1.12
Distrito Federal 5.09 0.82 5.09 0.82
Durango 5.49 0.89 5.52 0.89
Guanajuato 7.64 1.24 7.29 1.18
Guerrero 5.86 0.95 5.72 0.93
Hidalgo 8.05 1.30 7.62 1.23
Jalisco 6.68 1.08 6.47 1.05
Estado de México 5.49 0.89 5.94 0.96
Michoacán 6.48 1.05 6.53 1.06
Morelos 6.08 0.98 6.19 1.00
Nayarit 4.98 0.81 4.68 0.76
Nuevo León 4.47 0.72 4.47 0.72
Oaxaca 9.09 1.47 8.30 1.34
Puebla 9.13 1.48 8.48 1.38
Querétaro 6.97 1.13 6.68 1.07
Quintana Roo 2.62 0.42 2.64 0.43
San Luis Potosí 6.84 1.11 6.33 1.02
Sinaloa 4.54 0.73 4.74 0.77
Sonora 6.13 0.99 5.53 0.90
Tabasco 5.56 0.90 5.91 0.96
Tamaulipas 5.44 0.88 5.26 0.85
Tlaxcala 9.10 1.47 8.79 1.42
Veracruz 6.03 0.98 5.80 0.94
Yucatán 7.31 1.18 6.37 1.03
Zacatecas 6.06 0.98 5.61 0.91

Nacional 6.19 6.19

(I'Todas las lasas están expresadas por 1000 habitantes.
(l'EI ajuste se practicó por edad y sexo, usando el método directo y tomando a la población de México en 1980 como
estándar.
Nota: Los datos de mortalidad son para el año 1978; las poblaciones se tomaron del X Censo General de Población,
1980
Fuente: Dirección General de Estadística, México.

rango de variación entre las tasas crudas fue estado de Quintana Roo. La razón entre estas
desde 9.13/1000 en el estado de Puebla, hasta dos tasas es de 3.5, indicando que la mortali-
2.62/1000 que fue el valor correspondiente al dad fue tres veces y media mayor en Puebla que

130 SALUD PUBLICA DE MEXICO


en Quintana Roo. Sin embargo, el uso del valor
más bajo como referencia genera una medida
inapropiada para la comparación, por razones
que se discuten más adelante.
Alternativamente, la medida de compara-
ción seleccionada para estimar el exceso de
mortalidad fue la razón entre la tasa estatal y la
tasa nacional promedio que se usa como valor
de referencia. En el caso de la mortalidad cruda,
as razones de tasas (o riesgos relativos)
nostraron una variación que fue de 0.42 hasta
1.48, valores que corresponden a las mismas
entidades mencionadas arriba.
La interpretación de esta medida tiene un
mayor valor práctico. En base a las tasas
crudas se puede decir que el estado de Puebla
tiene un exceso de mortalidad del 48% con
respecto al promedio nacional, mientras que el
estado de Quintana Roo tiene solamente el
42% del mismo promedio nacional de morta-
lidad; en otras palabras, calculando el inverso
matemático se puede decir que la mortalidad
reportada en Quintana Roo es 2.4 veces menor
que la nacional.
El análisis de la mortalidad cruda aporta
resultados importantes acerca de las condi-
ciones generales de salud poblacional. Sin
embargo, es necesario tener en cuenta que
algunas características poblacionales tales
como las distribuciones por edad y sexo
pueden confundir los resultados si dichas
distribuciones son desiguales.t'<-''" Para
eliminar el efecto de estos factores potenciales
de confusión, las tasas crudas de mortalidad
fueron ajustadas simultáneamente por edad y
sexo usando el método directo.
Los resultados del ajuste se presentan
tam bién en el cuadro 1. En general no se obser-
varon cambios drásticos. Quintana Roo, con
una tasa ajustada de 2.74/1000 siguió
mostrando el valor más bajo. Sin embargo, al
otro extremo de la distribución, el estado de
Tlaxcala, que tuvo la segunda tasa más alta de
mortalidad cruda, pasó a tener el valor más
alto después del ajuste con 9.10/1000, mientras
que Puebla se desplazó al segundo sitio al
disminuir la tasa a 8.48/1000.
Puesto que se utilizó a la población nacional
como estándar para el ajuste, la razón entre la
tasa ajustada de cada entidad y la tasa cruda
nacional se convierte en una medida conocida
MARZO·ABRll DE 1985
Utilización de los datos de mortalidad
como Cifra Comparativa de Mortalidad(CCM).
Esta medida se interpreta de manera similar a
la REM que se obtiene usando el método indi-
recto de ajuste.t!" Para fines prácticos, las
Cifras Comparativas de Mortalidad que se
presentan en el cuadro I son los riesgos rela-
tivos ajustados por edad y sexo; por lo tanto, al
haberse removido el posible efecto de confu-
sión que tuvieran las variables de ajuste, las
variaciones alrededor del valor de referencia
que es la mortalidad nacional representan las
diferencias porcentuales reales en las necesi-
dades relativas de cada entidad federativa.
La figura 2 presenta tanto las razones crudas
de mortalidad, como las razones ajustadas
(CCM). A la vez que se demuestra el efecto del
ajuste, es posible reconocer a simple vista los
estados con exceso de mortalidad, y también la
magnitud del exceso. Resulta bastante evidente
que los estados con los excesos mayores de
mortalidad son Tlaxcala, Puebla, Oaxaca,
Hidaldo y Guanajuato. El caso contrario, o sea
los estados con más baja mortalidad, está cons-
tituido por Quintana Roo, las Bajas Califor-
nias, Nuevo León, Sinaloa, Nayarit, el D. F. Y
Tamaulipas.
b). INVERSION PUBLICA FEDERAL EN SA-
LUD. El gasto público en salud puede dividirse
en dos componentes, uno es el renglón del gasto
corriente o gasto de operación; y el segundo, es
el gasto de capital, que en México se denomina
Inversión Pública Federal. En general, alre-
dedor del 90% del presupuesto total corres-
ponde al gasto corriente y el resto 10% se
destina a la IPF. Mientras que el gasto
corriente y el resto 10% se destina a la IPF.
Mientras que el gasto corriente se destina al
pago de salarios y a la adquisición de mate-
riales, la IPF constituye la fracción asignada
para el desarrollo de los servicios, incluyendo
la construcción de edificios y adquisición de
equipo. Por lo tanto, el valor inferencial de la
IPF es que al menos en principio, representa la
posibilidad de aumentar y/o adecuar la oferta
de servicios.
En el año de 1982, la IPF representó aproxi-
madamente el 14% del gasto total en salud, y el
4% del total de la IPF ejercida en los distintos
sectores. La IPF programada para 1983
mostr6 una acentuada reducción en números
absolutos, ocurriendo un decremento del
131

Figura :Z
TASA DE MORTALIDAD NACIONAL
Efecto del ajuste por edad y sexo:
comparación de las razones de
mortalidad cruda y de las cifras
comparativas de mortalidad.
Tasa de
mortalidad
nacional
27.6%. Este fenómeno es un reflejo claro de la
crisis economica agudizada en el país desde 1982.
El cuadro 11 contiene los resultados del
análisis univariante de la IPF pe, cdpita, calcu-
lada en base a los datos poblacionales de 1980.
El promedio nacional para 1982fue de $607.91
pe, cápita . La variación en ese año fue desde
$4,171.40 pe, cápita que recibió el estado de
Tlaxcala, hasta $123.98 que fue el valor más
bajo y correspondió a Oaxaca. El mismo
cuadro presenta los resultados de la razón
entidad promedio nacional. Esta medida
representa la diferencia que existe entre una
situación en la cual los recursos fueran distri-
buidos homogéneamente, en base al número de
habitantes y la fluctuación real que ocurre por
el efecto de criterios alternativos para la asig-
nación de los recursos. Durante 1982, sola-
mente tres estados recibieron más que el doble
de la IPF nacional pe, cápita, estos fueron
Tlaxcala, con casi siete veces más que el
promedio nacional, Baja California Norte con
132
López Cervantes M
o Razón de morta-
lidad cruda.
• Cifra comparati-
va de Mortalidad.
300% YQuintana Roo con poco más de 200%,
respectivamente.
La asignación de la IPF para 1983 rnostró
variaciones más amplias que las observadas en
1982. En esta ocasión, la cantidad per cápita
más alta fue asignada a Baja California Sur
($4,283.64), y Campeche tuvo el valor más bajo
con $23.91. Las razones de la IPF estatal con la
nacional mostraron que solamente la cuarta
parte de las entidades federativas tuvieron
asignaciones superiores al promedio nacional.
Al revisar el cambio porcentual en la IPF, se
observó una notable disparidad. Aún cuando
30 de las 32 entidades sufrieron una contrac-
ción presupuestal, hubo un grupo al que se
afectó de manera más intensa, al reducirse la
IPF en 70% o más: estas entidades fueron:
Oaxaca, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí,
Campeche, y particularmente Tlaxcala, cuya
IPF asignada disminuyó en 98% con respecto a
lo ejercido en el año previo. Dado el propósito
de la IPF, la implicación de estas reducciones
SALUD PUBLICA DE 1\1E:'\I('0
Utilización de los datos de mortalidad

CUADRO 11
INVERSION PUBLICA FEDERAL EN EL SECTOR SALUD POR
ENTIDAD FEDERATIVA. MEXICO 1982 Y 1983

Razón %
Jnyersión(l) Entidad/Nacional de
Entidad cambio
Ejercida Autorizada
198Z' 1983" 198Z 1983

Aguascalientes 324.39 94.36 0.53 0.21 -70.9

Baja California Norte 1741.26 331.64 2.86 0.75 -81.0
Baja California Sur 664.44 4823.64 1.09 10.96 +626.0
Campeche 588.54 23.91 0.97 0.05 -95.9
Coahuila 1099.01 329.31 1.81 0.75 -70.0
Colima 428.36 52.4H 0.71 0.12 -87.8
Chiapas 266.83 59.42 0.44 0.13 -77. 7
Chihuahua 840.03 553.71 1.38 1.26 -34.1
Distrito Federal 1036.83 731.97 1..71 1.66 ,29.4
Durango 196.60 43.44 0.32 0.10 -77.9
Guanajuato 261.17 121.80 0.43 0.28 -53.4
Guerrero 590.99 289.21 0.97 0.66 -51.1
Hidalgo 210.75 56.71 0.35 0.13 -73.1
Jalisco 275.93 181.69 0.45 0.41 -34.2
Estado de México 438.84 364.95 0.72 0.83 -16.8
Michoacán 397.48 302.59 0.65 0.69 -23.9
Morelos 1047.79 423.43 1.72 0.96 -59.6
Nayarit 261. 77 32.46 0.43 0.07 -87.6
Nuevo León 1177.04 758.62 1.94 1.72 -35.6
Oaxaca 123.98 36.53 0.20 0.08 -70.5
Puebla 613.00 87.71 1.01 0.20 -85.7
Querétaro 874.73 621.03 1.44 1.41 -29.0
Quintana Roo 1279.91 649.96 2.11 1.48 -49.2
San Luis Potosí 242.66 35.50 0.40 0.08 -85.4
Sinaloa 214.72 130.95 0.35 0.30 -39.0
Sonora 716.11 494.75 1.18 1.12 -30.9
Tabasco 548.73 709.45 0.90 1.61 +29.3
Tamaulipas 702.78 399.13 1.16 0.91 -43.2
Tlaxcala 4171.14 103.06 6.87 0.23 -97.5
Veracruz 288.59 233.83 0.48 0.53 -19.0
Yucatán 611.32 286.67 1.01 0.65 -53.1
Zacatecas 414.38 240.89 0.68 0.55 -41.9

Nacional 607.91 440.21 -27.6

(IjTodas las cantidades se dan en pesos .

• Gasto pcr cápita en 1982.
** Asignación per cápita en 1983. 9

Fuente: Miguel de la Madrid Hurtado, Primer Informe de Gobierno. México, 19~3.

MARZO-ABRIL DE 1985 133

 López Cervantes M

Figura 3
TASAS DE MORTALIDAD AJUSTADA POR EDAD YSEXO EN 1978EINVERSION PUBLICA FEDERAL PER
CAPlTA EN SALUD EJERCIDA EN 1982

Orden ascendente
,
f

t
de la IPF
t / /
32+ BCN / TLAX

/
/
• Q.ROO /
2'
9 // COAH
: N.L. D.F. /

a: /
·
MOR
+ SON /
QRO CHIS
/
//
• TAMS / /
21'" Bes ./ / PUE
GRO YUC
/
~ //// /

17! // CAM TAB ///

·
! / MEX / COL
13· / ZAC /
// MICH
//
¡/ AGS //
9· VER JAL

+•
NAY /
CHIH
// GTO

SIN
DGO // SLP
HGO

1: // OAX
- ---t---t- --t-- -+ -J.-.,L'--t-- +-+---+--t -- ..---+---+ ---t-- +--+----
2 8 14 20 26 32

Orden ascendente de las tasas de mortalidad

ajustadas por edad y sexo.

es que se produjo un virtual congelamiento del
desarrollo de los servicios de salud en las enti-
dades que tuvieron la mayor reducción
presupuestal.
e. MORTALIDAD VS INVERSION PUBLICA
FEDERAL. Bajo condiciones ideales, se espera-
ría encontrar una correlación positiva perfecta
entre una medida de la necesidad, y otra de la
asignación de los recursos. Para explorar el gra-
do en que esta premisa se cumple en el caso de
México, se estudió la distribución conjunta de
las tasas ajustadas de mortalidad y la IPF per
cápita.
En vista de la marcada desviación hacia la
izquierda que mostró la distribución de la IPF,
se decidió elaborar los diagramas de dispersión
usando el ordenamiento progresivo de ambas
variables para definir las escalas de los ejes de
clasificación. Por la misma razón, la medida de
correlación seleccionada fue el coeficiente de
Spearman.
La figura 3 muestra la distribución conjunta
de la IPF en 1982 y la mortalidad ajustada del
año 1978. En función del retraso que tiene el
reporte de las estadísticas vitales, la base para
decidir la asignación de los recursos sería la
mortalidad observada algunos años antes, en
el supuesto de que los perfiles de necesidad
varíanlentamente,es decir, quela medida de ne-
cesidad mantiene su vigencia por varios años.

134 SALUD PUBLICA DE I\1EXICO

Utilización de los datos de mortalidad
La evidente dispersión que se observa en el
diagrama indica que las dos variables son prác-
ticamente independientes. Sin embargo, se
hizo un intento por reconocer el grado en que
los resultados se apartan de la situación ideal.
La línea diagonal continua corresponde a una
correlación positiva perfecta.
Aplicando un criterio arbitrario de varia-
ción "aceptable", se trazaron las dos líneas
punteadas a diez posiciones de distancia de la
línea ideal. El objeto de este procedimiento fue
aislar a las observaciones extremas. Dicho de
otra manera, en base a un rango "tolerable" de
variación, cualquier observación que se ubique
por arriba de la línea punteada se puede consi-
derar como "sobrada" de recursos, y vice-
versa, las entidades que se ubiquen por abajo
de la línea punteada inferior se considerarían
como "necesitadas" de una mayor cantidad de
recursos. Al examinar la gráfica se pueden
reconocer ambos grupos.
El grupo de los "sobrados" está constituido
por Quintana Roo, Nuevo León, el D. F.,
Tamaulipas, Sonora y las Baja Californias. Es
conveniente notar que solo se puede formar
parte de este grupo cuando una observación
está colocada once o más posiciones por abajo
de la más alta mortalidad observada, y once o
más posiciones por arriba del nivel presu-
puestal que le correspondería según la línea
ideal.
El segundo grupo, o sea el de los "necesi-
tados", se formó con los estados que tienen al
menos otros diez con mortalidad inferior y se
encuentran más de diez posiciones por abajo
del nivel de presupuestación que les correspon-
dería idealmente. En este grupo se incluyen
Oaxaca, Hidalgo, Guanajuato, Puebla,
Colima, Michoacán, Jalisco y San Luis Potosí.
En el cuadro III se presenta el conjunto de
los coeficientes de correlación entre morta-
lidad e IPF*. Es interesante notar que todos los
"Nota del autor. Aún cuando en la presente versión de
trabajo sólo se comentan los resultados del indicador de
mortalidad general, en la tesis original se analizó también
la mortalidad en los grupos de 0-1 añoyde 1-4 años. En el
cuadro 111 se dejaron los coeficientes de correlación de
todos los indicadores. por considerarse que son de interés
para efectos de discusión y elaboración de conclusiones.
MARZO·ABRIL DE 1985
coeficientes tienen signo negativo; aún cuando
sólo uno alcanzó el nivel de significancia
convencional de .05, la negatividad persistente
sugiere que a pesar de la escasa correlación
entre las variables estudiadas, la tendencia
inversa a la esperada tiene un mayor efecto, o
sea, se sugiere que hay cierta tendencia a la
asignación de más recursos hacia las entidades
con necesidades relativamente menores.
COMENTARIO
Dadas las características del diseño usado en
este trabajo, los resultados obtenidos deben
interpretarse con precuación. Estas observa-
ciones deben tomarse como un primer paso en
la búsqueda de una alternativa que permite la
utilización sistemática de la información
disponible para apoyar la toma de decisiones, y
no como una demostración definitiva de la
situación real del país.
Los datos de mortalidad e IPF utilizados en
este trabajo corresponden a distintos años.
Esto refleja el problema de la falta de disponi-
bilidad oportuna de la información básica. Es
claro que deberían de buscarse los mecanismos
para incrementar la eficiencia de los sistemas
de información, en especial del registro civil.
Sin embargo, el uso de datos relativamente
atrasados se apoya en la suposición de que los
perfiles de mortalidad varían lentamente.
Además, como ya ha sido comentado, es difícil
que se llegue a disponer de información de más
alta calidad, por lo cual, en el caso más
extremo se puede considerar que los trabajos
como el que aquí se presenta pueden contribuir
a que disminuya el nivel de incertidumbre en la
toma de decisiones acerca de la asignación de
los recursos.
La variación encontrada al analizar la
mortalidad indica la persistencia de diferencias
notables en los patrones de salud a través de las
entidades federativas. Este hallazgo confirma
lo informado en estudios previos.w y agrega la
confiabilidad derivada del ajuste por edad y
sexo. Adicionalmente, la comparación de las
razones crudas de mortalidad con las razones
ajustadas, indica que el efecto de las diferencias
en la distribución por edad y sexo no es lo
suficientemente grande para producir una
confusión substancial de los resultados; sin
135

CUADRO 111
COEFICIENTES DE CORRELACION DE SPEARMAN (Y
VALORES DE P) ENTRE LA INVERSION PUBLICA FEDERAL
PER CAPlTA EN SALUD Y LAS TASAS DE MORTALIDAD EN
MEXICO
Tasa-
".
Tasas crudas de mortalidad
Tasas de mortalidad ajustada por edad y sexo
Tasas de mortalidad para el grupo 0-1 año
Tasas de mortalidad para el grupo de 1-4 años
- Todas las tasas de mortalidad son para el año 1971:t
Fuente: Datos de las tablas 2, 3 y 4.
embargo, siempre es conveniente aplicar un
método de ajuste para incrementar la precisión
de las observaciones.
Es importante enfatizar el valor de la utiliza-
ción de los riesgos relativos como medida de
comparación. Además, la implicación concep-
tual del uso de los valores nacionales promedio
como referencia. es es que representa el punto
hacia el cual cualquier entidad con exceso de
mortalidad debería moverse por lo menos. En
términos operativos este valor de referencia
debiera constituir la meta en función de la cual
se establecieron los mecanismos de evaluación
de los programas de salud.
En relación a la IPF, los hallazgos del
estudio muestran una gran variabilidad en la
distribución regional. Al haberse analizado
como gasto per cápita, se descarta la posibi-
lidad de atribuír la variabilidad en la asigna-
ción al tamaño poblacional. Por otra parte, la
falta de correlación con el indicador de nece-
sidad sugiere que los factores que determinan
la asignación de los recursos son también de
naturaleza distinta a este criterio. Desde la
perspectiva del desarrollo de un sistema
nacional de salud esta situación revela una
incongruencia.
En relación a la IPF, los hallazgos del
136
López Cervantes M
I.P.F. I.P.F.
PER CAPlTA PER CAPlTA
EJERCIDA ASIGNADA
(1982) (1983)
-.2031 (p=.27) -.3328 (p=.06)
-.1683 (p=.36) -.3219 (p=.07)
-.0513 (p=.78) -.1239 (p=.50)
-.2137 (p=.24) -.3526 (p=.05)
estudio sugieren que la distribución regional de
los recursos está determinada por otros crite-
rios más que el de la necesidad medida a tra vés
de la mortalidad. Desde la perspectiva del
desarrollo de un sistema nacional de salud, esta
observación revela una posible incongruencia.
Si bien es cierto que el reforzamiento y/o
ampliación de la capacidad instalada permi-
tiría incrementar la eficiencia y apoyar una
regionalización que trascienda los límites polí-
ticos de las entidades federativas, también es
cierto que al postergar el desarrollo de los
servicios locales se tiende a perpetuar una
situación de inequidad regional.
El análisis conjunto de los indicadores consi-
derados en este trabajo mostró que el efecto de
la evidencia de necesidad es muy escaso o nulo
al distribuir el gasto de capital. Si los estados
con mayor IPF tuvieran menor disponibilidad
de capacidad instalada, no habría conflicto.
Sin embargo, las evidencias disponibles como
el trabajo ya citado de COPLAMAR, indican
en varios casos exactamente lo contrario.
Ciertas entidades como el D. F. y Nuevo
León se han caracterizado por tener la mayor
concentración de los recursos físicos y
humanos. A pesar de esto, siguen recibiendo
una elevada proporción de los recursos dispo-
SALUD PUBLICA DE ~IEXICO
Utilización de los datos de mortalidad
nibIes para el desarrollo ulterior de los servi-
cios. Este fenómeno es indicativo de las dife-
rencias en la capacidad política negociadora
regional y/o de la distinta importancia estraté-
gica que se otorga a cada entidad federativa.
Una alternativa sería dirigir intencionada-
mente el proceso de "congelación" o conten-
ción del crecimiento hacia las entidades "exce-
didas" de recursos, tomando las disposiciones
necesarias para evitar el deterioro de la calidad
de la atención, y buscando disminuir la inefi-
ciencia. Esto permitiría liberar fondos para
estimular intencionadamante el desarrollo de
los servicios en aquellas entidades más "necesi-
tadas". En virtud de la voluntad política expre-
sada por los funcionarios de la actual adminis-
tración, cabría esperar que en el futuro cercano
se den algunos pasos en este sentido.
Entre los argumentos que se podrían oponer
a la "congelación" del presupuesto están la
necesidad de modernización que genera la
expansión continua del conocimiento médico,
y el crecimiento sostenido de la demanda en las
áreas de mayor desarrollo. Ca be anotar que
una parte de la demanda resulta de la inaccesi-
bilidad regional, ya que en diversas áreas no
sólo carece de los servicios sofisticados de ter-
cer nivel, sino también de los servicios más ge-
nerales y/ o los recursos para dar atención a
otros niveles. Entonces, el desarrollo regional
de los servicios deberá disminuir la demanda al
romper el círculo vicioso originado en la caren-
cia local de recursos.
Por lo que toca al efecto de un reacomodo
presupuestal sobre los "centros de excelencia",
no tendría por que ser deletéreo si se toman
medidas adecuadas. Dado que se reconoee la
existencia de un margen para incrementar la
eficiencia de los servicios, sería posible generar
un "ahorro" que liberara fondos para su
reasignación a nivel de cada centro. Otro estí-
mulo posible sería establecer un procedimiento
que certifique la necesidad de la inversión,
descartando situaciones tales como la duplica-
ción de los servicios.
CONCLUSIONES
Dentro del contexto de desarrollo de un
Sistema Nacional de Salud, se debe hacer una
clara distinción entre los niveles de asignación
MARZO-ABRIL DE 1985
y utilización de recursos como las partes
fundamentales que integran el proceso de
planeación de la salud.
La asignación de recursos se refiere al nivel
central de distribución de recursos financieros,
los cuales a su vez deben ser utilizados en el
nivel regional en tal forma que permitan la
provisión de aquellos servicios que respondan
efectivamente a las necesidades de la población
ción.!6.12)Así pues, el proceso de planeación
requiere de diferentes niveles en la toma de
decisiones.
Tomando la búsqueda de equidad como el
objetivo central de un sistema nacional de
servicios de salud, el papel del gobierno federal
debe referirse de manera primaria hacia "la
búsqueda del criterio central que asegure, a
través de la asignación de los recursos, el que
eventualmente tenga igual oportunidad de
acceso a la atención médica la gente que
comparte los mismos riesgos".(12)Así pues, el
logro final de la equidad mediante la utiliza-
ción efectiva y eficiente de los recursos en las
distintas regiones geopolíticas, debe corres-
ponder a la acción de aquellos que administran
directamente los servicios de atención médica
en cada área.
El intento que se hace aquí de estudiar la
situación de México, desde el punto de vista
propuesto por el enfoque realista para la defi-
nición de necesidades no pretende constituir
un diagnóstico completo. Tampoco se intenta
determinar la mejor forma de lograr la equidad
y/o la eficiencia administrativa en la asigna-
ción de recursos. Sin embargo, este trabajo
debe estimular la búsqueda sistemática de la
información y los procedimientos que
permitan lograr más objetividad en la distribu-
ción de los recursos públicos para la salud.
Con la perspectiva del desarrollo del Sistema
Nacional de Salud, el problema de la selec-
ciónm de un enfoque para la definición de
necesidades antecede y condiciona la búsqueda
de un método de distribución de recursos.
Debe considerarse que no existe un método
científico y perfecto que mida las necesidades y
defina la respuesta técnica que debe darse a
cada problema de salud de la población. Al
final, la definición de necesidades es esencial-
mente un acto político que surge de una serie
de compromisos que gobiernan a la socie-
137

dad. (3.20.29)
En términos de planeación,la equidad debe
ser el interés principal del nivel central cuando
los recursos totales están siendo distribuidos.
Alternativamente, el interés del capítulo local
de planeación de salud, es satisfacer las necesi-
dades directas de los individuos en la región.
Para esto último, cada región deberá establecer
sus prioridades, y en consecuencia, elaborar
los programas que mayores beneficios puedan
generar. Es claro que no existe contraposición
entre los nivelescentral y local con respecto a la
búsqueda de la equidad, por el contrario, la
autonomía regional, al poder utilizar los
recursos en forma peculiar. debe romper1asutil
e inicua situación de ofrecer los mismos servi-
cios a grupos sociales con necesidades
diferentes.
La decisión política que abre la posibilidad
de crear un Sistema Nacional de Salud en
México, constituye sólo el inicio de una gran
empresa social. Ciertamente, la transforma-
López Cervantes M: Use 01 mortolity dota in planning healt. serv;ces. TAe case 01 Mexico. Salud
Pública Méx. 1985; 27:124-139
Summary: The achivement of the highest possible level
of equity within a National Heahh System depends upon
a rational distribution ofthe available resources.lo turn,
the distribution of the resources should be determined by
the relative needs of the different socio-economic and/or
geographic population subgroups. lo this paper, an
analysis of the relationship between need and resource
distribution in México is presented. First, using age-sex
adjusted mortality rates. which are considered as a proxy
rneasure, the variation 01' needs throughout the states is
studied. Then, a fraction of the national health expendi-
ture called the Public Federal lnvestment is taken as a
proxy measure of resource allocation, and it's per capita
variation by state is analyzed. Finally, the joint variation
of these indicators is studied in order to assess the rela-
tionship between need and resource allocation. The
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138
López Cervantes M
ción del sistema de salud mexicano se debe
llevar a cabo dentro del contexto de una
profunda crisis económica. Si tenernos en
cuenta que "una crisis es un punto de cambio,
un punto decisivo o crucial en el tiempo",<I6)es
posible entender que el proceso está próximo al
punto en el cual la reorganización de la aten-
ción a la salud puede desembocar en la consoli-
dación de un servicio verdaderamente demo-
crático o convertirse en un ocioso ejercicio
burocrático.
Para poder llegar a tener en México un
Sistema Nacional de Salud efectivo yeficiente,
la época requiere no sólo de una defensa polí-
tica que es esencial para cumplir con los princi-
pios de una organización progresista, sino
también de la participación sostenida de los
propios trabajadores de la salud, y de la comu-
nidad en general, aportando elementos que
apoyen los mecanismos de evaluación y la
toma de decisiones en todos los niveles del
sistema.
results obtained confirm the existence of wide variation
in monality among the states. The Public Federallnvest-
ment also showed a great dealof variation. However, the
joint analysis of mese indicators showed virtually no
correlation. Based upon the absence of correlation, the
conclusion is drawn that the evidence of relative need al
the state level is not an int1uencing factor during the
resource allocation process in México. After analysing
the technicallimitalions of the study, it is concluded that
the use of monality data is appropriate, at least during
the initial steps of needs assessment, for the purposes of
health planning in México. The identification of regional
variations in rnortality not being matched by appropriate
resource al1ocation implies the necessity to review and
modify the allocation process. '
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