Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Índice
I. Objeto ................................................................................................. 3
X. Petitorio……...…………………………………………………………..105
2
Señor Juez Federal:
Carlos Elbio Alderete con domicilio real en calle
Pueyrredón 250, 4to. Piso; René Luis Castellón domiciliado en el Pregón 2465
Ba. Miguel Araoz; María Cristina Fiore Viñuales, domiciliada en Rivadavia
480; Gladys Moisés de Martínez, domiciliada en Santiago del Estero 337 4to.
piso B; Mónica Elizabeth Medina con domicilio en Tejada 182; Miguel
Armando Miranda domiciliado en block R, dpto. 5, 1ra. Etapa Barrio Parque
Belgrano; Andrés Rafael Suriani con domicilio en las Rosas 551; Héctor
Favio Zerpa con domicilio barrio Mirasoles Mza. 489 A, casa 13; todos de esta
ciudad de Salta y Jorge Daniel Roldán con domicilio en ruta 68 Km 167,6,
Cerrillos, provincia de Salta; y constituyendo domicilio procesal en calle Buenos
Aires 187 de esta ciudad, en forma conjunta con nuestros letrados patrocinantes
[cuyos domicilios electrónicos se consignan con las respectivas CUIT] Dres. José
Eduardo Durand Mendioroz, T 93 F346 CFT, [20119432414]; Pedro Javier María
Andereggen, T.101 F 37 [20149003704];Jorge Reinaldo Agustín Vanossi T 3 F
404 [20042981894]; Alberto B. Bianchi, T. 25 F 970, [23112664289]; Estela
Beatriz Sacristán T. 49, F 130, [27146724146]; y Rodolfo Carlos Barra T. 7 F 246
[20076089133], a V.S. respetuosamente decimos que:
I. OBJETO
iv. que por esa condición el niño no nacido tiene derecho intrínseco a la
vida del que no puede ser privado.
1 B.O. 13/12/2019.
3
II. SÍNTESIS DE LOS FUNDAMENTOS DE ESTA ACCIÓN
2 B.O. 22/10/1990.
3 B.O. 26/10/2005.
4
v. altera el régimen de minoridad y discapacidad, al punto de suprimir la
representación legal prevista en el CCyC y en las leyes protectoras de la
niñez y de las personas mentalmente vulnerables, no requiriendo el
consentimiento de los progenitores de menores de 13 años mediante la
arbitrariedad de no considerar al aborto como un procedimiento invasivo
ni exento de riesgo.
vi. Afecta el derecho a profesar libremente el culto garantizado en el art. 14
Const. Nac., el derecho a la libertad de conciencia y religión reconocidos
en el art. 12 de la Convención Americana de Derechos humanos, toda vez
que se restringe y condiciona al personal de la salud en el ejercicio del
derecho a la objeción de conciencia, obligando a practicar abortos en
algunos casos aunque haya sido formalmente ejercido, lo que importa en
los hechos su lisa y llana supresión, tal como ocurre en forma directa
respecto de las instituciones de salud, a las que, con ilegalidad manifiesta,
se les niega expresamente ejercerla en todos los casos.
vii. produce una injusta desprotección de la mujer violada, especialmente en
los casos de violación intrafamiliar, agravando las situaciones de
discriminación socio-culturales que se padece en el seno de ciertas
familias, al facilitar que el violador fuerce a la víctima a solicitar el aborto
gratuito sin denunciar la violación, conduciendo así a nuevas violaciones.
viii. facilita la posibilidad de la muerte del por nacer por razones ajenas a las
causales de inimputabilidad contemplada en el art. 86 del Código Penal,
entre tales razones ilegítimas, la frustración de derechos del por nacer, al
impedir su nacimiento con vida,
ix. impide y vulnera el ejercicio de la objeción de conciencia en profesionales
de la salud (médicos, enfermeras y otros) y también de instituciones
médicas.
III. LEGITIMACIÓN
5
IV. EL PROTOCOLO Y LA INTERRUPCIÓN LEGAL DEL EMBARAZO (ILE)
“[…] en la Argentina toda mujer, niña, adolescente y, en general, toda persona con
capacidad de gestar, tiene derecho a acceder a una interrupción legal del embarazo
que cursa, según los mismos estándares de calidad que el resto de los servicios de
salud, cuando: el embarazo representa un peligro para la vida de la persona
gestante; el embarazo representa un peligro para la salud de la persona gestante; el
embarazo proviene de una violación (se trate o no de una persona con discapacidad
intelectual o psicosocial)”.
5. Agrega, asimismo:
“El ejercicio de la opción a ILE en dichas circunstancias se encuadra en el derecho a
la autonomía personal. Asimismo, otros derechos que enmarcan el ejercicio de esta
opción son los derechos a la intimidad, confidencialidad, privacidad, la salud, la
vida, la educación y la información tanto como a los principios de igualdad y no
discriminación. Asimismo, tal como lo establece el Código Penal explícitamente es
necesario el consentimiento de la persona embarazada”.
6. Se sigue de todo ello que, a juicio del Protocolo, la vida de la persona por
nacer, como ser humano, está subordinada a los derechos a la intimidad,
confidencialidad, privacidad, salud, educación, información, igualdad y no
discriminación de la persona gestante.
“[…] el Estado, como garante del derecho a la salud de la población argentina, […]
tiene la obligación de poner a disposición de quien solicite la [ILE], las condiciones
médicas e higiénicas necesarias para llevarlo a cabo de manera rápida, accesible y
segura”.
8. Conforme el Protocolo:
6
9. A tal fin, el Protocolo establece, como principios generales de la ILE: (a)
la autonomía;4 (b) la accesibilidad;5 (c) la no judicialización;6 (d) la
confidencialidad;7(e) la privacidad;8 (f) la celeridad y rapidez;9 y (g) la
transparencia activa.10
10. Bajo estos principios, el Protocolo, en sus numerales 3.1 y 3.2, garantiza
el derecho de la persona gestante a obtener una ILE, si median algunas de estas
dos causales (a) un peligro para su salud o su vida11o (b) que el embarazo sea el
fruto de una violación,12 sin que se requiera, en este segundo caso, prueba alguna
4 “Todas las actitudes y prácticas de las/os profesionales de la salud deben estar destinadas
a que, en base a la información veraz, adecuada y completa que se le brinde, la mujer
pueda tomar la mejor decisión posible para ella”.
6 “La interrupción debe ser practicada por el equipo de salud sin intervenciones adicionales
innecesarias, sean médicas, administrativas o judiciales”.
7 “Es derecho de las personas (con o sin discapacidad) que quienes participen en la
elaboración o manipulación de la documentación clínica guarden la debida reserva”.
8 “Los servicios donde se lleven a cabo procedimientos de ILE deben respetar la privacidad
de las personas usuarias durante todo el proceso. Esto incluye, por lo menos, la adecuación
de los espacios donde se practiquen”.
9 “A quienes soliciten o requieran que se les realice una ILE se les debe garantizar una
atención ágil e inmediata. Las instituciones en las cuales se practique deberán prestar toda
la colaboración necesaria para que el proceso de atención integral pueda ser brindado lo
más pronto posible. Asimismo, ni las instituciones ni sus empleados/as pueden solicitar
requisitos adicionales para la realización del procedimiento”.
11 “La causal salud incluye el peligro para la salud y el peligro para la vida, ya que este
último debe ser entendido como la situación extrema de la afectación de la salud. El
derecho a la salud debe interpretarse en consonancia con los instrumentos internacionales
de derechos humanos. Siguiendo la definición de la Organización Mundial de la Salud,
entendemos a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS, 2006). En ese sentido, la
causal salud puede definirse por el riesgo de afectación al bienestar físico, mental o social
y entenderse que la interrupción del embarazo basada en esta causal es legalmente factible
cuando cualquiera de estas dimensiones de la salud está en riesgo. Es decir, que se debe
concebir la salud desde una perspectiva integral”.
12 “De acuerdo al inc. 2 del art. 86 del Código Penal, toda persona víctima de violación (con
o sin discapacidad), tiene derecho a la interrupción legal del embarazo producto de dicha
violación”.
7
de la violación, siendo suficiente para ello una declaración jurada de la mujer de
haber sido violada,13la cual no es exigible para las niñas menores de 13 años.14
11. Cabe aclarar que el Protocolo no establece, expresamente, ningún plazo
límite para la realización de la ILE. Así, en su tercer capítulo titulado
“Procedimiento para realizar la interrupción del embarazo”, se detallan los
diferentes procedimientos que deben llevarse a cabo según las semanas de
gestación, que varían según se trate de embarazos de hasta 12 semanas o de más
de 12 semanas.
12. Por último, en lo que a esta acción interesa, el Protocolo sólo permite un
ejercicio muy limitado de la objeción de conciencia el cual sólo puede ejercerse
de manera individual, no institucional.
13. Conforme el numeral 5.3 del primer capítulo (Interrupción legal del
embarazo: derechos de las personas y responsabilidades del sistema de salud),
este derecho:
13 “En los casos de violación, nunca es exigible la denuncia policial o judicial para acceder a
una ILE, basta con una declaración jurada de que el embarazo es producto de una
violación”.
8
14. Un último dato, no menos importante para todo este planteo, es que el
Protocolo en modo alguno se pronuncia en contra o a favor de la existencia de
vida humana desde la concepción. Esta neutralidad, tan significativa –este
silencio tan sonoro– será materia de análisis posteriormente.
19. Pero todo es parte del proceso evolutivo ya señalado. Fue necesaria la
cruda experiencia del nazismo para que la Declaración viera la luz. Más tarde se
advirtió que la Declaración era para todos los seres humanos en general, pero
había necesidades a satisfacer especialmente en beneficio de determinadas
categorías de seres humanos: los derechos debían ser especificados; así, a favor
9
de las mujeres, los niños, los que padecen persecución por razón de la raza. Y
también se procedió a la especificación por criterio: en lo político, o en lo
económico, o según la región.
21. Falta mucho todavía, porque son muchas las necesidades humanas que
tienen que ser satisfechas con específicas declaraciones de Derechos.
23. En su Preámbulo, las partes firmantes reconocen que "el mal uso de la
biología y de la medicina pueden conducir a conductas que ponen en peligro la
dignidad humana" y que es necesario tomar medidas para "salvaguardar la
dignidad humana y la libertad y derechos fundamentales de los individuos con
relación a la aplicación de la medicina y la biología". Por ello, el Convenio obliga
a todas las partes a establecer, en su derecho interno, las normas jurídicas
necesarias para proteger la "dignidad e identidad de todos los seres humanos y
garantizar a todos, sin discriminación, el respeto por su integridad y otros
derechos y libertades fundamentales con respecto a la aplicación de la biología y
10
de la medicina" (art. 1º), ya que "el interés y bienestar de los seres humanos deben
prevalecer sobre el exclusivo interés de la sociedad o la ciencia" (art. 2º). Así, se
prohíben las intervenciones en el genoma humano, salvo con propósitos de
diagnóstico o terapéuticos (art. 13), también la selección de sexos, excepto (lo que
es criticable) para evitar serias enfermedades hereditarias vinculadas con el sexo
(art. 14). En lo que a este caso interesa en particular, el Convenio obliga a
asegurar adecuada protección al embrión, en los casos en que la ley autorice la
investigación sobre embriones in vitro, aunque prohíbe la creación de embriones
humanos sólo con propósitos de investigación (art.18).
24. Este Convenio demuestra, una vez más, que los seres humanos
reaccionamos frente a los estímulos. Después del Estado totalitario y el
genocidio, comenzaron las declaraciones internacionales de Derechos Humanos.
Y ahora, después de muchos excesos científicos, nace esta reacción, bien que
todavía limitada y parcial. No caben dudas de que la manipulación del embrión
humano, o la barbarie del aborto del "parcialmente nacido" (de conflictiva
práctica en EEUU) conducirá inevitablemente al reconocimiento del estatuto
jurídico del por nacer en el ordenamiento internacional de los Derechos
Humanos.
25. De ello se ocupó el "Comitato Nazionale per la Bioetica", que dio a conocer
sus conclusiones en Roma, el 22 de junio de 1996, el cual analizó, entre otros
aspectos, la eliminación masiva de embriones humanos en el Reino Unido.17
26. Allí, el Comité reconoce que ciertas prácticas médicas de fin lícito pueden,
como medio o como consecuencia, provocar el daño o supresión del EH. ¿Son
tales prácticas moralmente lícitas frente al deber, universalmente reconocido, de
no dañar al otro? ¿Se aplica este principio al EH? ¿Es el EH un ser humano?
17 FRATI, Luigi (1996) “Postilla”, pp. 41-43, en Comitato Nazionale per la Bioetica, Identità e
statuto dell’embrione umano, Società e Instituzioni, Presidenza del Consiglio dei Ministri,
Dipartimento per l’informazione e l’editoria, 22 giugno 1996. Disponible en:
http://bioetica.governo.it/media/1902/p24_1996_identita-embrione_it.pdf (último
acceso: 21/11/2020)
11
28. El citado informe también evita utilizar una concepción de "persona" de
consecuencias igualmente discriminatorias. Es decir, evita definir a la persona
por sus propiedades o funciones de las que es capaz (capacidad de reflexión, de
autoconciencia, de autodeterminación, de comunicación intersubjetiva, de
representaciones simbólicas). Tomando en cuenta algunas de estas funciones,
habría seres humanos que no serían personas y sí, en cambio, lo serían ciertos
animales o cosas robóticas.
30. Para calificar al EH como persona, debe darse adecuada respuesta a los
problemas de la "individualidad" y de la "identidad". Desde cierta perspectiva -
que el Comité admite- la persona se caracteriza por su individualidad, y esta
última surge a partir de la permanencia en la autoidentidad durante toda su
existencia. Se es uno porque se es, siempre, uno mismo. ¿El EH tiene
individualidad, en el sentido de estar determinado en su identidad? ¿A partir de
cuándo?
12
Desde su constitución cigótica -desde la fusión de los gametos, afirma el Comité-
el EH posee un ADN "que contiene secuencias específicamente humanas". Este
dato biológico permite atribuir al EH naturaleza humana desde la fecundación.
Como ya vimos, si posee naturaleza humana, es persona.
33. Una afirmación muy importante volcada por el Comité es que, desde la
fecundación, el ADN del embrión humano es portador de un "programa de
desarrollo" que, en el transcurso normal de su evolución, manifestará a un
individuo humano con las características morfofuncionales que conocemos, en
un "desarrollo endógeno [que] no puede conducir a un resultado diverso".
Spaemann escribe:
(d)ecimos, por ejemplo, "yo nací en tal momento o en aquel lugar", "yo
fui engendrado entonces o allí", aunque el ser que fue engendrado, o
nació, no dijo "yo" en ese momento. Es más, no decimos: "Entonces o allí,
algo nació, a partir de lo cual yo llegué a ser". Por ello afirma: No hay
personas potenciales; las personas tienen potencias, capacidades. Las
personas pueden desarrollarse, pero, ninguna cosa se transforma en
una persona. Alguien no llega a ser tal por vía de procedencia a partir
de algo. Si la personeidad fuera un mero estado, entonces podría
llegarse a ser tal, gradualmente o por etapas; pero, si una persona es
alguien que puede atravesar por varios estados y experimentar
variadas disposiciones, entonces la persona es siempre anterior a tales
estados. La persona no es el resultado de un cambio, sino, de una
generación, como las substancias, de Aristóteles. La persona es
substancia, porque la personeidad o el ser personal es el modo en que el
ser humano es. La persona, ni comienza a existir con posterioridad al
ser humano, ni cesa de existir antes que este.18
18
SPAEMANN, Robert. “¿Es todo ser humano una persona?”. Persona y Derecho, 37
(1997): 9-23.
19 JASPERS, Karl (1959) Filosofía 2, San Juan de Puerto Rico: Ediciones de a Universidad de
Puerto Rico, trad. de Fernando Vela [1932], p. 134.
13
35. La individualidad de un ser, junto con la ensimismidad, se caracteriza por
la alteridad, ya que sólo se puede ser uno mismo si se es otro con respecto al resto
de los seres. El EH es "otro" con relación a la madre Y al resto de los "otros" del
universo. Junto con la “ensimismidad” y la “alteridad”, el individuo EH se destaca
por la "complejidad" o por su generación compleja, a partir de seres distintos. Sin
duda, además, el EH es un individuo vivo, sujeto a un proceso evolutivo, es decir,
con cambios biológicos a través del tiempo.
37. El informe antes citado describe las fases o estadios fundamentales del
desarrollo embrionario, durante los 56 días que van desde la fecundación hasta
el comienzo del período fetal.21 En el primer día se asocian ambos patrimonios
genéticos, para ya, en el segundo día, comenzar la actividad de transcripción de
la información genética contenida en el cigoto, que es la que otorga las
características específicas del individuo.
38. Es cierto que, hasta el cuarto o quinto día desde la fecundación, las células
del EH son “multipotentes", es decir, podrían generar más de un individuo, pero
aun así no es posible afirmar con certeza que esta circunstancia afecte a la
identidad del EH en su momento precoz, contrariamente a la duda que arroja el
informe, ya que dicha posibilidad (o su contraria) se encuentra en el mismo
programa genético establecido en el momento de la fecundación. Se trata de un
proceso genético en el que cada etapa depende de la otra, la anterior define a la
posterior, en una unidad de información genética. Así la identidad genética
comienza con la fecundación y en el EH precoz (anterior al sexto día) podrían
encontrarse uno o más individuos, con su propia identidad que se diferenciarán
en el momento correspondiente. Es un supuesto, en los casos excepcionales de
gemelos, de "individualidad participada" -es decir, dos seres personales que
participan provisionalmente de una misma individualidad- en un conjunto
celular vinculado por una determinada información o programa que los identifica
14
a cada uno de ellos en tal conjunto. Es decir, en el primer estadio de su evolución,
el EH podría "contener" a más de una persona, pero esto no autoriza a negar la
naturaleza personal de ambas. Debe advertirse que el individuo se caracteriza por
no poder ser dividido, pero en el caso no estamos en presencia de una división,
sino de una generación. No se divide lo mismo, sino se generan dos realidades
diferentes pero preexistentes, a partir de un programa ya preestablecido.
39. Debe señalarse que el reconocimiento unánime, por parte del Comité, de
la identidad personal del EH a partir de, por lo menos, el sexto día desde la
fecundación, excluye la admisibilidad del aborto, por lo menos en su práctica
habitual, siempre posterior a aquel momento. Sobre todo, destruye la tesis de la
Corte Suprema de los Estados Unidos, en el fallo abortista Roe vs. Wade, 22
negatoria de la personalidad de EH y basada en la viabilidad del nacimiento, con
su doctrina de los tres trimestres, como también destruye a la corrección parcial
de esa jurisprudencia en Planned Parenthood vs. Ashcroft23 y su doctrina de la
“viabilidad”. Por lo menos desde un momento tan temprano como el sexto día,
estamos en presencia de un indudable ser humano, una persona que merece la
tutela de la ley y el respeto de los que son, sin duda, sus semejantes, en el sentido
ontológico del término.
15
decir, es humano, un ser humano en estado, precisamente, embrionario, lo que
no quita ni disminuye su humanidad. Fundamentalmente, en el seno del Comité
prevaleció la tesis según la cual la identidad personal del EH existe y permanece
desde la fecundación. Para algunos de sus miembros, esta es una tesis de certeza;
para otros, posee un elevado grado de plausibilidad.
42. En respuesta a estas dudas, la Academia Pontificia Pro Vita, a través del
destacado biologista Mons. Elio Sgreccia, ha advertido que “… el fenómeno de los
gemelos se ha explicado con la teoría según la cual el individuo embrional, ya
constituido desde la fecundación, da origen a otro individuo que inicia un proceso
vital independiente con un patrimonio genético idéntico.”25 Y agrega: “El
análisis correcto de los datos científicos, además, pone en evidencia que desde la
fecundación el destino del organismo está determinado: la plasticidad celular y
la maleabilidad del desarrollo embrional precoz no contradice a la individualidad
establecida desde la fusión de los gametos…”. Por su parte López Moratalla, luego
de admitir que “no se conoce con precisión el mecanismo de la gemelación in vivo
a partir de una única fecundación,” señala que a partir de determinados datos
científicos se puede sostener que “una sola fecundación daría dos cigotos que se
desarrollan independientemente, bajo la misma cubierta (la zona pelúcida del
ovocito fecundado), y que serían hermanos gemelos.”26
26 LÓPEZ MORATALLA, Natalia (2003) “La realidad del embrión humano en los primeros quince
días de vida”, Persona y Bioética, Nº 2021-21: pp. 6-23, esp. pp. 16-17. Disponible en:
https://docplayer.es/13513929-Del-embrion-humano-en-los-primeros-quince-dias-de-
vida.html (último acceso: 21/11/2020)
16
44. En el mismo sentido se ha expedido nuestra Academia Nacional de
Medicina27 al considerar:
“La biología nos dice que luego de la unión del espermatozoide con el óvulo se origina
una nueva vida. Esa vida es humana, ya que sus padres son también seres humanos,
y porque lo que se origina tras un período de desarrollo es un hombre. También
porque sus cromosomas, que son diferentes en su información genética a los de sus
padres, son también humanos, y son de un embrión (con sus telómeros más largos).
Además, es el primer momento en que en un individuo humano se encuentra presente
la dotación de cromosomas y la misma información genética que va a caracterizar
a cada célula de ese mismo individuo a medida que crece. Por lo tanto ese ser
pertenece a la especie humana […] es evidente que la célula huevo o cigoto es un
individuo distinto de sus progenitores. También que es una nueva vida perteneciente
a la especie humana y un nuevo ser humano […] Un embrión humano es un ser
humano o persona en estado inicial de desarrollo. No es un ser humano o persona
28 AQUINO, Jorge Benjamín (2018) “El embrión como ser humano desde la óptica de la biología
del desarrollo”. Disponible en: https://centrodebioetica.org/el-embrion-como-ser-
humano-desde-la-optica-de-la-biologia-del-desarrollo/ (último acceso: 21/11/2020)
17
en potencia; sólo está en potencia de ser un feto, un bebe, un adolescente y un adulto
[…] tanto el embrión como el feto pertenecen a la especie humana y es propio de esa
especie tener naturaleza racional. Tanto el embrión como el feto no pueden realizar
actos humanos […]porque no están suficientemente desarrollados pero eso no
significa que no sean seres humanos y, por lo tanto, personas humanas. […] La
conclusión es que no es posible que un individuo de naturaleza racional sea persona
a partir de determinado momento: o se es persona siempre o debemos negar al
hombre esa condición.”
29
En francés en el original.
30SPAEMANN, R., Lo natural y lo racional, Rialp, 1989, págs. 49-50, cit. por Massini infra. Este
autor concluye “un derecho que puede ser anulado en cualquier momento por aquellos para los
que ese derecho es fuente de obligaciones, no merecería en absoluto el nombre de derechos. Los
derechos humanos, entendidos de modo positivista, no son otra cosa que edictos de tolerancia
revocables”
31
Massini Correas, C. I. Sobre el embrión humano y la cuestión de la personeidad, Prudentia
Iuris. 2013, 76. Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/3165
18
VI. LA PROTECCIÓN DE LA PERSONA POR NACER EN EL ORDENAMIENTO
JURÍDICO ARGENTINO
48. Por su parte, el art. 1º de la CDN establece: "Para los efectos de la presente
Convención [en la Argentina, para los efectos de la Constitución en cuanto se
refiere al niño], se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años
19
de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes
la mayoría de edad". Esta convención es vigente para la Argentina con la
siguiente declaración interpretativa: "Al ratificar la Convención, deberán
formularse las siguientes reservas y declaraciones: (...) Con relación al art. 1º
de la Convención (...), la República Argentina declara que el mismo debe
interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser humano desde el
momento de la concepción y hasta los dieciocho años de edad."34
49. En consecuencia, de acuerdo con la Constitución, el concebido es un ser
humano que goza de la esfera de protección que la CDN le otorga al niño, entre
ellos "el derecho intrínseco a la vida" y el derecho a su "supervivencia y
desarrollo" (art. 6º).
20
52. Los tratados constitucionales no indican cuándo comienza la concepción
(si la vida humana). Sin embargo, otra norma constitucional, el art. 75, inc. 23, a
la vez que fortifica la afirmación del embrión como persona humana y, por ende,
persona jurídica, ayuda a definir –desde el punto de vista de la interpretación
jurídica- dicho momento. El art. 75, inc. 23, Const. Nac., 2º párr., establece que
corresponde al Congreso: “Dictar un régimen de seguridad social especial e
integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo
hasta la finalización del período de enseñanza elemental, y de la madre durante
el embarazo y el tiempo de lactancia". El constituyente se refiere al “embarazo”,
que es una situación de la madre. Pero también es desde ese momento en que al
embrión se lo considera niño y, por consiguiente, sujeto al estatus jurídico
establecido por la CDN, norma constitucional complementaria, es decir, de
perfeccionamiento del derecho. Desde ese momento, el embrión-niño en
situación de desamparo -es decir, en situación, por su madre o por sí mismo, de
desventaja social- es acreedor a los beneficios previstos por el constituyente. Sólo
puede ser acreedor si es persona para el Derecho, como lo explicita el juego de
los arts. 3º y 4º de la norma constitucional complementaria CADH.
53. Por lo demás, las palabras de la norma (en el caso, la Constitución) tienen
que ser interpretadas en su sentido literal o gramatical salvo que se imponga
determinar su significado jurídico.37 La expresión "embarazo” se refiere a un
estado que tiene un momento inicial en el que no se distingue entre los distintos
estadios de evolución del embrión. La mujer está embarazada -o bien se produce
el embarazo, como sinónimo de fecundación, según la intención del
constituyente- a partir de la penetración del óvulo por el espermatozoide. Debe
destacarse que la norma constitucional protege al niño desde el embarazo,
mientras que a la madre lo hace durante el embarazo. Así, el constituyente ha
querido remarcar el momento inicial al referirse al niño-embrión (el Concebido).
55. Más allá del juicio de valor que esta técnica provoque, lo cierto es que es
posible la existencia de un período de tiempo durante el cual, sin que la madre se
encuentre físicamente embarazada, se produzca la situación médica de
fecundación como equiparable a embarazo. Al separar el texto constitucional las
dos situaciones -el embarazo de la madre y la personalidad del embrión "desde el
embarazo" o fecundación, sin referencia a la situación de la madre o portadora-
37 Pavetti, Norberto Augusto c/ Ente de Garantización de Jornales, Fallos: 308: 2475 (1986);
Juárez, Celestino Z. y otra c/ Gas del Estado, Fallos: 302: 1678 (1980); entre otros.
21
generó dos supuestos distintos de protección constitucional, dos acreedores
distintos, lo que refuerza la conclusión acerca de la personalidad jurídica del
embrión, "desde el embarazo" o “fecundación” o “concepción,” en la Constitución
nacional.
56. Otro criterio de interpretación aceptado es que, por encima de lo que las
leyes parecen decir literalmente es propio de la interpretación indagar lo que ellas
expresan jurídicamente, en conexión con las demás normas que integran el
ordenamiento sin prescindir por cierto de las palabras de la ley, pero efectuando
una interpretación razonable y sistemática,38es decir, a la luz del mismo
ordenamiento. Pues bien, el art. 76, CC, hacia 1994, establecía: "La época de la
concepción de los que naciesen vivos, queda fijada en todo el espacio de tiempo
comprendido entre el máximun y mínimun de la duración del embarazo,”
equiparando así el embarazo con la concepción, como duración global y,
lógicamente, como comienzo el período. Esta misma idea fue reiterada por el
legislador contemporáneo al constituyente cuando, al reformar el art. 77,
CC,39mantuvo, en el punto, su redacción original: "El máximo de tiempo de
embarazo se presume que es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta
días”, es decir, un período de tiempo que no admite ninguna división en estadios.
El mismo legislador repitió el concepto en el art. 264, CC: el conjunto de derechos
y deberes que integran la patria potestad corresponde a los padres "desde la
concepción de estos [los hijos] y mientras sean menores de edad y no se hayan
emancipado".
57. Las del párrafo precedente son las normas que tenían ante sí los
constituyentes de 1994. Y la sanción del nuevo CCyC40no innovó, sino que
ratificó esas normas: el art. 19, CCyC, establece que la “existencia de la persona
humana comienza con la concepción”; el art. 20, CCyC, sobre “Duración del
embarazo. Época de la concepción” establece un período de tiempo igual al del
art. 77 ya citado.
38 Corporación Financiera Internacional, Fallos: 330: 2892, del 3/7/2007; Obra Social del
Personal Directivo de la Construcción, Fallos: 330: 2093, del 8/5/2007; Administración
General de Vialidad Nacional, Fallos: 244: 129 (1959); entre otros.
22
como también por el legislador contemporáneo a la misma celebración de la
Convención Constituyente, y confirmado por el nuevo CCyC.
60. Recordemos que el art. 2.1 de la CDN dispone que “Los Estados partes
respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su
aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna,
independientemente de… los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier
otra condición del niño…”. La de por-nacer es una condición del niño, aún antes
de su nacimiento, y cualquiera sea su situación física, no sólo frente a
malformaciones sino entendiendo que la situación o condición de no nacido
pueda interpretarse como una forma de impedimento para su defensa (por ej. el
llanto y/ o la defensa por terceros).
61. En forma terminante el art 6.1, CDN, prescribe: “Los Estados partes
reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida”, mientras que el
siguiente inciso ordena “Los Estados partes garantizarán en la máxima medida
posible la supervivencia y el desarrollo del niño.”
62. Tengamos también presente que el art. 4.1, CADH, establece: “Toda
persona tiene derecho a que se respete su vida”, derecho que debe estar
“protegido por la ley” “desde el momento de la concepción.” Para esto, conforme
con el art. 2º, “…los Estados partes se comprometen a adoptar…las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos…” los
derechos y libertades reconocidos por la CADH.
23
abortista mientras, con sus políticas absurdas, condenan a gran parte de su
población a la miseria.
64. Pero la protección última, en la máxima medida posible, no puede ser otra
que la norma penal, en lo que esta tiene de efecto disuasorio (desgraciadamente,
nunca absoluto) con respecto a la comisión del hecho tipificado como delito.
24
definitiva, con efectos al día primero de la concepción, de nacer el concebido con
vida, de lo contrario, a efectos de la adquisición de los derechos, se considerará
que la persona nunca existió (art. 21, CCyC). Claro está que la norma se refiere a
los derechos que podemos calificar a estos efectos como “segundos” que
dependen de actos de terceros (por ej., donación, legado) o hechos sobre terceros
(la muerte del causante que genera derechos sucesorios al concebido) ya que el
derecho “primero” –el derecho a la vida- es vigente con la vida misma, solo
dependiente del fenómeno biológico de la concepción. Es obvio que el legislador
no ha querido hacer depender el derecho a la vida del concebido del hecho de un
tercero (el causante del aborto) ya que de lo contrario habría propuesto una
contradicción lógica: si se tiene derecho a la vida, se tiene derecho a no ser
asesinado, por lo cual el asesinato no puede ser justificación para afirmar que no
existieron ni vida ni derecho a la misma.
71. Se sigue de todo ello que la expresión “(S)i no nace con vida…” del párrafo
segundo, art. 21, cit., debe leerse como “(S)i no nace con vida por causas
naturales…”. De lo contrario el mismo legislador estaría consintiendo la burla a
sus prescripciones, burla que es autorizada por el Protocolo y, como veremos, por
el fallo FAL.
73. Como veremos, FAL, por su obiter, significó un cambio de 180 grados con
respecto a la totalidad de la jurisprudencia anterior. Sin embargo es, hasta la
fecha, un único pronunciamiento en este sentido, por lo cual no puede ser
considerada jurisprudencia asentada. Conviene entonces analizar con algún
detalle tal evolución jurisprudencial, donde se ha valorado exhaustivamente la
25
nueva regulación constitucional (Constitución y convenciones internacionales de
nivel constitucional) en la materia.
i. Tanus
76. La Corte, por mayoría (Moliné O’Connor, Fayt, Belluscio, López) y un voto
concurrente (Bossert) resolvió confirmar la sentencia; señaló que no se trataba
de un caso de aborto sino de inducción de un nacimiento anticipado. El voto
concurrente48 muy bien señala que, en el caso, “la muerte del niño ocurrirá
irremediablemente a las pocas horas de nacer, cualquiera sea el momento en que
se produzca, medie o no inducción del parto, como consecuencia de la
anencefalia”. Y agrega: “El feto ya ha cumplido ocho meses de gestación, término
que, de no mediar la citada afección, permitiría un nacimiento con vida y en
plenas condiciones de viabilidad. De manera que, en el presente caso, la causa de
la muerte del niño será la anencefalia y no la inducción del parto”, para hacer una
correcta valoración de los derechos en juego: “Ello conduce a advertir que el
simple objetivo de prolongar la vida intrauterina del nasciturus no puede
prevalecer ante el daño psicológico de la madre que deriva del intenso
sufrimiento de saber que lleva en su seno un feto desprovisto de cerebro y calota
craneana, con ‘viabilidad nula en la vida extrauterina’ (cita informe médico).”49
Lo importante a efectos del presente es lo que señala la decisión mayoritaria (la
47 Los argumentos utilizados por el Tribunal local son monstruosos. En síntesis, califica a ese
por nacer como “sub humano”, negando su calidad de ser humano.
48 Cons. 14.
26
mayoría de la mayoría) en el Considerando 11, después de diferenciar el caso con
la hipótesis de aborto: “El alumbramiento sólo pondrá en evidencia que (el por
nacer) no puede sobrevivir en forma autónoma, sin que la solución que aquí se
adopta afecte la protección de su vida desde la concepción, tal como lo establecen
el art. 2 de la ley 23.849 –aprobatoria sobre la Convención de los Derechos del
Niño- y el art. 4 de la Convención Americana sobre los Derechos
Humanos…Todavía se encuentra vivo dentro del vientre de otra persona, su
madre, de quien se diferencia desde aquel momento y no a partir de su
nacimiento.” Como se puede apreciar la Corte, además de invocar los dos
documentos internacionales con valor constitucional, relevantes para el caso, con
los alcances que hemos destacado más arriba, precisa muy bien la “alteridad”
existente entre la madre y el nasciturus, tal como resulta claramente del art.
75.23 Const. Nac.50.
50 Lo importante es que, de esta manera, tomando en cuenta también los votos disidentes de
Boggiano y Nazareno, se conforma una mayoría de seis jueces en favor de la interpretación
estricta y literal de las normas constitucionales aplicables a la cuestión del comienzo de la
vida humana y la necesidad de su protección integral.
51 Cabe destacar que esta disidencia se refiere a la cuestión de fondo discutida en la causa –la
procedencia jurídica de la inducción prematura del parto- y no sobre la “cuestión de fondo”
que aquí nos ocupa –el derecho a la vida del nasciturus en cualquier estado de su evolución
pre natal, tema en el cual, como veremos al comentar “Portal de Belén” la mayoría de la
Corte estaba totalmente de acuerdo. Sin perjuicio de ello, es oportuno recomendar la lectura
completa de la disidencia del Juez Nazareno, de una corrección jurídica impecable.
52 Volveremos sobre tal norma al comentar Sánchez; sin perjuicio de ello, recordemos que el
sistema de los actuales arts. 19, 20 y 21 del nuevo CCyC no difieren de la regulación hecha
por Vélez Sársfield.
27
humanidad´.”53 Luego de una interesante, y necesariamente sintética,
transcripción científica que nunca fue cuestionada, Nazareno propone la
siguiente conclusión: “De ello se deduce que el ADN humano o genoma humano
identifica a una persona [nosotros podríamos decir aquí “a un ser determinado”]
como perteneciente al género humano y, por ende, constituye un signo
´característico´ e irreductible de humanidad.”54Nazareno se pregunta luego55 si
la persona por nacer anencefálica tiene derecho a la vida. Para responder
positivamente a esta pregunta –que, obviamente, es aplicable a toda persona por
nacer- la disidencia se funda en el art. 75.23, Const. Nac., el art. 4.1, CADH, y en
la CDN, “en las condiciones de su vigencia.”56“De las disposiciones
constitucionales transcriptas –existen otras concordantes que las
complementan- surge que el constituyente le confirió al niño el status jurídico de
persona desde la concepción en el seno materno protegiendo su vida sin efectuar
distingo alguno…”57
53 Cons. 8º.
55 Cons. 9º.
56 Es decir, para la CDN con la “reserva” (así la denomina correctamente el voto de Nazareno)
hecha por Ley 23.849.
58 Cons. 3” de la mayoría. La mayoría se formó por los jueces Nazareno, Moliné O´Connor,
Boggiano, López y Vázquez. Las disidencias se basaron en el rechazo de la vía del amparo o
bien del recurso extraordinario, sin entrar en la cuestión de fondo.
28
79. En Portal de Belén,la Corte admitió la procedencia del amparo, y declaró
que el fármaco era abortivo, con cita de las disidencias de Nazareno y Boggiano
en Tanus y con expreso apoyo en las ya citadas normas de la CADH y CDN.59
81. Durante la dictadura militar, la hija de la actora había sido asesinada por
fuerzas de seguridad. La víctima se encontraba embarazada de nueve meses, por
lo que con ella murió también la hija que llevaba en su seno (nieta de la actora).
La Sra. Sánchez, como abuela del Concebido, solicitó la indemnización prevista
en la ley 24.411, lo que le fue denegado ante la circunstancia de que la niña no
había nacido con vida, por lo que no había adquirido derechos de conformidad
con lo dispuesto en el entonces art. 70, CC.
29
a luz, sino por el daño (absoluto: la muerte) sufrido por el por nacer en tanto que
individuo diverso a su madre.61
85. Así es, entonces, que una Corte unánime (en ese momento era ya de siete
miembros) había aceptado los argumentos constitucionales de Portal de Belén,
sin perjuicio de las, a los efectos de la postura que aquí defendemos, también
importantes consideraciones del voto de la mayoría.
30
ordenamiento mantenía así su coherencia: el nasciturus es persona por lo cual su
protección penal debe encuadrarse dentro del cuerpo de normas que regulan los
delitos contra la vida de las personas, inmediatamente después de la tipificación
de diversas hipótesis de homicidio. Cabe desde ya destacar que esta coherencia
se mantiene aún después de la reforma integral del CC puesel art. 19, CCyC
prescribe: “La existencia de la persona humana comienza con la concepción”, por
lo cual no sólo aquella coherencia sigue viva, sino que la despenalización del
aborto, en tanto no se derogue el citado art. 19 (sin perjuicio de las normas
constitucionales que ya hemos mencionado) importaría su quebrantamiento.
62 Interesa subrayar la regla del art. 41, inc. 2, que obliga al juez a que, al momento de graduar
la pena, tome en cuenta “La edad, la educación, las costumbres y la conducta precedente
del sujeto, la calidad de los motivos que lo determinaron a delinquir…las circunstancias
de tiempo, lugar, modo y ocasión que demuestren su mayor o menor peligrosidad…”.
Recordemos que la pena prevista para la mujer que “causare su propio aborto o consintiere
en que otro se lo causare” es de uno a cuatro años de prisión (art. 88) lo que lleva en la
mayoría de los casos a su no cumplimiento efectivo.
31
‘derecho’ del estado a eliminar seres humanos indeseables. O sea, de la negación
más absoluta de la finalidad humanista de un auténtico Estado de Derecho.”
90. La inserción, en el código, no se debió a la obra del autor general, que fue
el diputado demócrata bonaerense Rodolfo Moreno (hijo), sino a la participación
de los tres integrantes de la comisión revisora del proyecto en la Cámara Alta,
senadores Joaquín V. González, Enrique del Valle Iberlucea y Pedro A. Garro.
Así, en septiembre de 1920 éstos informaron a sus pares que era “la primera vez
que una legislación va a atreverse a legitimar el aborto con un fin eugenésico para
evitar que de una mujer idiota o enajenada… nazca un ser anormal o
degenerado”. Su modelo de referencia fue el art. 112, Anteproyecto de código
penal suizo de 1916. Su fuente de conocimiento de este dispositivo resultó más
bien endeble: los senadores no alcanzaron a leer el anteproyecto en sí mismo, ni
mucho menos las discusiones de sus autores, sino que basaron su dictamen en
las informaciones favorables sobre el proyecto vertidas por el penalista español,
futuro miembro informante de la comisión redactora de la constitución
republicana de 1931 y exiliado en la Argentina durante el gobierno de Francisco
Franco, Luis Jiménez de Asúa, en su obra La política criminal en las legislaciones
europeas y norteamericana.
32
93. Va de suyo, que el aborto no punible contemplado en el art. 86, inc. 2º,
Código Penal vigente argentino, ninguna relación guarda con el llamado
“empoderamiento femenino.” Por el contrario, como señala Renato Rabbi-Baldi
Cabanillas, no puede dudarse de que la intención del legislador no fue sino
eugenésica.64
64 RABBI BALDI CABANILLAS, Renato (2012) “El aborto no punible en la Argentina”, Pensar en
Derecho, Buenos Aires: Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires, Nº 0: pp. 331-
378, esp. p. 341. Disponible en: http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/pensar-en-
derecho/revistas/0/el-aborto-no-punible-en-la-argentina.pdf (último acceso: 21/11/2020).
33
derechos bajo la condición de su nacimiento con vida (art. 21, CCyC) el aborto
podría ser un medio para evitar tal adquisición de derechos, seguramente en
beneficio de terceros.
65 Cons. 9º.
66 Como el ordenamiento normativo es un sistema integrativo, debe ser considerado que esta
norma se encuentra reglamentada en el CCyC, posterior a la reforma constitucional, que, en
su art. 20 declara equivalentes “concepción” y “embarazo”. De acuerdo con esa norma, la
presunción iuris tantum es que el embarazo, en circunstancias habituales, comienza el día
trescientos contados hacia atrás desde el día anterior al nacimiento.
34
habitualmente aplicado a un infante, sin perjuicio de la mención de esta palabra
en el art. 2642, CCyC, y en la Ley 26.061, de “Protección Integral de los Derechos
de las Niñas, Niños y Adolescentes”, ya citada.
“Artículo 1°.- OBJETO. Esta ley tiene por objeto la protección integral de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes que se encuentren en el territorio de
la República Argentina, para garantizar el ejercicio y disfrute pleno, efectivo y
permanente de aquellos reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional y en
los tratados internacionales en los que la Nación sea parte. Los derechos aquí
reconocidos están asegurados por su máxima exigibilidad y sustentados en el
principio del interés superior del niño. La omisión en la observancia de los
deberes que por la presente corresponden a los órganos gubernamentales del
Estado habilita a todo ciudadano a interponer las acciones administrativas y
judiciales a fin de restaurar el ejercicio y goce de tales derechos, a través de
medidas expeditas y eficaces.
Artículo 3°.- INTERES SUPERIOR. A los efectos de la presente ley se entiende por
interés superior de la niña, niño y adolescente la máxima satisfacción, integral y
simultánea de los derechos y garantías reconocidos en esta ley…Cuando exista
conflicto entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a
otros derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros.
35
103. ¿Protege la vida del niño por nacer la ley que permite el aborto provocado?
¿No debió la Corte haberse hecho esta misma pregunta, aunque ella llevara a
considerar la validez constitucional de la totalidad del art. 86 del Código Penal?
106. Para FAL “...la Convención (CADH) no quiso establecer una protección
absoluta del derecho a la vida de éste (del nasciturus)”. Esta frase es importante.
Según la Corte la protección no es absoluta –de allí la expresión “en general” que
utiliza el art. 4.1, CADH- pero esto significa que fuera de los supuestos de
excepción a la regla “general” la protección si debe ser absoluta70 “a partir del
67 Cons. 10.
36
momento de la concepción”, determina la norma citada. Lo más importante, a los
efectos que estamos analizando, es la frase final de ese apartado del art.4º
(colocado con punto seguido inmediatamente después de la expresión
“concepción”): “Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”.
109. La Corte remite a los trabajos previos a la Convención según los cuales
ninguna de las disposiciones del Preámbulo debería conducir a otorgar un
alcance determinado a cualquiera de las disposiciones del texto de la misma
Convención. Aún así, la Corte no ha tomado en cuenta que, en términos de
derecho internacional positivo, el art. 31.2 de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados,73 el Preámbulo forma parte del contexto del Tratado a
los efectos de la interpretación de sus términos. De manera que, si bien es cierto
que el Preámbulo de la CDN no es mandatorio para los Estados partes, no lo es
menos que la laguna de su art. 1º –a los efectos de la consideración o no como
niño al por nacer, por carecer de un término inicial expreso- debe llenarse
conforme con su contexto, incluyendo a su Preámbulo, siempre para aquellos
71 Ciertamente la hipótesis que la norma penal contempla expresamente es más que arbitraria.
Además, es, en su inspiración eugenésica y racista (en el punto, “nazi”, aunque sin saberlo),
monstruosa.
72 No es la más importante, pero estamos siguiendo el mismo orden de razonamiento del fallo,
en este caso, en el cons. 13.
73 U.N., 1969, vigente para la Argentina por Ley 19.865 (B.O. 11/1/1973).
37
Estados que no hayan declarado cual consideran el término inicial de la
existencia del niño. Como ya lo sabemos, la Argentina, como la mayoría de los
Estados parte en un sentido o en otro, lo ha hecho expresamente.
111. Pero FAL tampoco ha tomado en cuenta que, cualquiera sea el valor del
Preámbulo de la CDN para el derecho internacional, para el derecho
constitucional local aquella es norma constitucional, y lo es íntegramente,
incluyendo a su Preámbulo. Tratándose de una norma constitucional, no hay
porqué negar al Preámbulo de la CDN el mismo valor que tiene el Preámbulo del
texto de la Const. Nac., que es más que interpretativo y preceptivo. Sin perjuicio
de ello, aún para el derecho internacional, en tanto el Preámbulo no modifica las
condiciones en que la Argentina se ha obligado al cumplimiento de la Convención
(según la Ley 23.849) es claro que dicho Preámbulo tiene el valor interpretativo
que le reconoce la Convención de Viena citada.
112. Como lo hemos visto, nuestro país aprobó la Convención mediante la ley
23.849, que en su art. 2º, en lo pertinente, “declara que (el art. 1 de la
Convención) debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño todo ser
humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”. De esta
manera la Convención es vigente para la República Argentina, sin que ninguno
de los Estados firmantes haya cuestionado esta posición Argentina, que, por lo
demás, fue similar a la de muchas otras naciones.
74 Sobre el particular ver BLANCHFIELD, Luisa (2010) “The United Nations Convention on the
Rights of the Child: Background and Policy Issues”, Washington D.C.: Congressional
Research Service, 7-5700, R40484. Disponible en:
https://www.refworld.org/docid/4d19fa2327f.html (ultimo acceso: 21/11/2020)
75 Cons. 13.
38
Niño rige en los términos del art. 75, inciso 22, de la Constitución Nacional”.
¿Cómo cree FAL que la CDN rige para la Argentina? ¿La ley 23.849, en el punto,
carece de valor? En cualquier caso, es una ley posterior al Código Penal, por lo
que, si para la Corte el tema debía ser considerado a los efectos de la cuestión de
la violación, debería haber sido valorado adecuadamente: la mujer violada está
decidiendo sobre la vida de un niño –así lo declara la ley 23849, un ser humano
que debe contar, como cualquier ser humano, con la protección de la ley- a quien,
además de las desgraciadas circunstancias de su concepción, lo van a matar sin
derecho de defensa alguna.
114. Este punto referido a la declaración interpretativa es, quizás, una de las
argumentaciones más desafortunadas en una sentencia por demás
desafortunada. La Corte, que se detuvo en la diferenciación entre “reserva” y
“declaración interpretativa”, no recordó el texto expreso de la Convención de
Viena, art. 2º, inc. d): “Se entiende por ‘reserva’ una declaración unilateral,
cualquiera sea su enunciado o denominación, hecha por un Estado al firmar,
ratificar, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, con objeto de excluir o
modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su
aplicación a ese Estado”. Para FAL, la CDN, en sí misma (excluido su Preámbulo),
no afirma que el por nacer es niño, por lo cual la declaración de la Ley 23.849
debería ser calificada como una modificación de los efectos jurídicos (¡y de qué
trascendencia!) de la Convención, cualquiera sea la denominación que el Estado
parte le haya otorgado.
“El Comité de Relaciones Exteriores del Senado puede recomendar que el Senado
apruebe el tratado de manera condicionada, otorgando su consejo y
consentimiento sujeto a ciertas estipulaciones que el Presidente debe aceptar
antes de proceder a la ratificación. Estas estipulaciones son generalmente
denominadas ‘Reservas, Entendimientos (o Interpretaciones) y Declaraciones’
(RUDs)… ‘Reservas’ son calificaciones o estipulaciones específicas que modifican
la obligación de USA sin cambiar necesariamente la letra del tratado;
‘Entendimientos’ son declaraciones interpretativas que clarifican o elaboran,
antes que cambiar, las previsiones de un tratado, son generalmente
consideradas como consistentes con la obligación impuesta por el tratado;
‘Declaraciones’ son estipulaciones de propósitos, políticas, o posiciones relativas
a materias consideradas por el tratado en cuestión sin alterar o limitar ninguna
de sus disposiciones’”.76
76 BLANCHFIELD, Luisa (2010) “The United Nations Convention on the Rights of the Child:
Background and Policy Issues”, Washington D.C.: Congressional Research Service, 7-5700,
39
116. Las consecuencias de FAL son terriblemente disvaliosas. Es que al no
requerir FAL prueba alguna de la violación,77bastando una declaración jurada de
la solicitante del aborto (¿escrita o verbal? si es escrita ¿tendrá que archivarla el
hospital? ¿se destruirá en un cierto tiempo?), permitirá la existencia de “casos
fabricados” como los califica FAL,78 es decir, simples mentiras para lograr lo que
en la práctica será el aborto libre. Aquí la Corte desprecia esta posibilidad,
señalando que entre el abuso (que podría ser un supuesto de delito, pero ¿cómo
comprobarlo, si la violación no se debe denunciar ni probar?) y el ejercicio de
derechos por parte de la mujer violada (nunca se refiere a los derechos del
nasciturus, el gran ausente en el debate) se debe optar por aquel último. Lo que
FAL con mucha ingenuidad no advierte es que el abuso se convertirá en la regla
y el caso verdadero en la excepción, por lo que, cabe reiterar, en la práctica, FAL
está instalando el aborto libre79. Empeora la cuestión el hecho de que, según
resulta de FAL, la solicitud del aborto no tiene tiempo límite, es decir, una mujer
podría requerir el aborto incluso a los siete u ocho meses del embarazo,
encontrando al médico que acepte practicarlo (siempre lo habrá). De esta
manera, como consecuencia práctica de FAL (sin duda no querida por el
Tribunal), el ordenamiento jurídico argentino pasa a tener el sistema de aborto
libre más permisivo del mundo.
77 Sin embargo, todas las causales de excusas penales deben ser demostradas o resultar
evidentes para el Juez de la causa (no para un médico de hospital) ¿por qué no para el caso
de violación? ¿por qué se deben demostrar las causales de inimputabilidad por el daño a la
vida o a la salud de la madre, no evitable por otro medio distinto al aborto, y no debe ser
demostrada la violación?
78 Cons. 28.
40
119. La Ley 23.849, en su art. 2º, párr. 2º, establece: “Con relación al art. 1º de
la Convención sobre los Derechos del Niño, la República Argentina declara que
el mismo debe interpretarse en el sentido de que se entiende por niño todo ser
humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad.”
121. Es voluntad del Congreso declarar que el concebido es niño, esto es, ser
humano. En el punto, la Ley 23849 no ha hecho más que seguir lo dispuesto en
el CC entonces vigente, criterio ratificado en el actual art. 19, CCyC.
41
iii. El debilitamiento del valor jurídico de la Ley 23.849 no afecta a la
vigencia de la CDN (aunque es la Ley 23.849 la que le otorga tal
vigencia, problema que FAL no atiende ni mucho menos resuelve). La
CDN (art. 1º) no se expide acerca del “término a quo” del comienzo de
la existencia del niño, sólo que lo hace con respecto de la edad de
finalización de ese estado jurídico. Pero si el concebido es un ser
humano, y desde el momento en que lo sea, este momento marca el
inicio del “niño” y así de la aplicación de la misma CDN y de la Ley
26.061. En este caso, la inconstitucionalidad del Protocolo por facilitar,
antes que impedir, la muerte del niño, es evidente e insalvable.
iv. La permisión abortiva que comporta el Protocolo facilita también el
fraude a la ley. En materia penal esto es expreso en FAL, lo que no deja
se der una novedad en la historia del derecho,80pero también lo es en
materia civil. Basta que la madre tenga interés en que el concebido no
consolide sus derechos (por ej., hereditarios, por donación) para que se
presente ante un establecimiento sanitario, declare haber sido violada
y solicite el aborto, lo que por otra parte podría hacerlo hasta minutos
antes del parto con el no muy civilizado método del partial birth
abortion,81al cual nos referiremos infra. Seguramente esta
consecuencia disvaliosa no fue querida por FAL. Para
80 Como enseña RIGGI, Eduardo (2010) Interpretación y Ley Penal. Un enfoque desde la
doctrina del fraude de ley, Barcelona: Atelier, p . 58, “(e)n el fraude de ley, entonces, se
respeta el tenor literal del texto legal de la ley para ponerla en juego o dejarla fuera de
juego con el fin de obtener, en ambos casos, un beneficio propio al tiempo que se evita el
castigo penal”. Y en pp. 297/298 señala: “En definitiva, en materia penal el fraude de ley
podría definirse como la evitación del tipo penal, en sentido amplio, que infringe la
finalidad del texto legal y provoca un injusto material merecedor de pena, gracias a los
problemas de penumbra, que padece todo lenguaje natural; y a los de infrainclusión y
suprainclusión, que sufren todas las normas generales. Ciertos sujetos instrumentalizan
la ley para ejecutar un injusto material, recubriendo formalmente sus comportamientos
de legalidad y de «justicia». Por eso, el combate del fraude de ley tendría entonces un
objetivo claro: conseguir el triunfo de la justicia material sobre la formal. En el fondo, esta
cuestión supone poder encontrar el derecho que se oculta tras la letra de la ley, a fin de
poder darle a cada uno lo suyo: lo que en justicia se merece. En esta lucha, el principio de
igualdad ante la ley tiene un rol fundamental En efecto, sería injusto si sólo se castigara
la infracción directa de la norma mientras que la infracción de su finalidad mediada por
el fraude de ley quedase impune, cuando tanto la una como la otra constituyen injustos
materiales. Además, no puede desconocerse que la impunidad del fraude de ley
favorecería la constitución de una gran injusticia social, dado que las lagunas del
ordenamiento sólo posibilitarían a los pudientes escapar de la sanción penal, mediante el
recurso a medios y costos considerables, sin que, por ello, deban renunciar a los objetivos
que se encuentran amenazados por aquél con una pena. En efecto, a los menos pudientes
sólo les quedaría la infracción directa de la ley para poder alcanzar el mismo resultado”.
81 Imaginemos que un hombre de gran fortuna económica es el padre del concebido. Sin
saberlo hace una donación importante a un hijo de, por ej. su conviviente, del cual no es el
padre, pero bajo condición resolutoria en el hecho de tener un hijo propio antes de una
determinada fecha, que resulta ser posterior al momento en que debería nacer el nuevo hijo
ya concebido en su ignorancia. La madre tiene interés en que el donatario sea el hijo ya
nacido, y así simplemente, concurre al hospital y hace lo que el Protocolo le autoriza a hacer:
abortar sin consecuencias, por mera denuncia de violación.
42
evitarla(manteniendo la excusa penal de la violación incluso a una
mujer sana) basta con exigir la denuncia formal de la violación, sujeta
a la comprobación pericial médica. Esto puede hacerse mediante un
procedimiento sumarísimo cuya velocidad de resolución puede la
misma Excma. Corte Suprema garantizar mediante una adecuada
“acordada”, hasta tanto no se expida el legislador.
125. Para analizar esta cuestión debemos tener presente los dos niveles de
validez del “tratado de jerarquía constitucional” o, simplemente “tratado
constitucional”. Recordemos que un tratado constitucional –la CADH, en el caso-
vale como obligación internacional de nuestro país, de acuerdo con las
estipulaciones de la misma Convención, en las condiciones de su vigencia para la
Argentina, y conforme con las reglas de interpretación de la Convención de Viena.
126. En este sentido, la Argentina se obligó en los términos del art. 68.1 de la
Convención: “Los Estados partes en la Convención se comprometen a cumplir la
decisión de la Corten todo caso en que sean partes.”83 Esta es la obligación
internacional que pesa sobre la Argentina y el resto de los Estados partes. Su
límite se encuentra en los límites mismos de la causa conocida por la CIDH, entre
tales límites, principalmente, la calidad de parte en dicha causa. No hay una sola
norma en la CADH que le otorgue a las sentencias de la CIDH valor
jurisprudencial de precedente, ni siquiera en los casos de coincidencia de parte.
Tampoco la CADH le otorga a las sentencias de la CIDH valor interpretativo de
la Convención84, sin perjuicio de la importancia doctrinaria que tales fallos
puedan tener, como una guía interpretativa a valorar en cada caso concreto.
82 Artavia Murillo y otros (‘Fecundación in Vitro’) vs. Costa Rica, sentencia del 28 de
noviembre de 2012.
83 Se refiere a la Corte Interamericana de Derechos Humanos creada por la CADH, art. 33.
84 El art. 62.3 de la CADH le otorga a la CIDH “competencia para conocer de cualquier caso
relativo a la interpretación y aplicación” de la Convención, pero ello, obviamente, dentro
de los límites del caso, entre ellos, cabe la reiteración, los fijados por las partes y el objeto
del litigio.
43
127. En consecuencia, en tanto que en Artavia Murillo la Argentina no fue
parte, tal sentencia no la obliga, no puede ser considerada, al menos para nuestro
país, con valor de precedente, y su calidad interpretativa de la CADH puede ser
valorada (de manera positiva o negativa) en cada caso en que el intérprete (juez
o doctrinario) decida hacerlo.
129. De esta manera Artavia Murillo carece de valor resolutorio para nuestro
país, no constituye un precedente para nuestros jueces y tampoco importa una
doctrina vinculante en modo alguno.86 Sus argumentos, por supuesto, merecen
ser considerados, aunque, creemos, en tono sumamente crítico. En cualquier
caso, muchos de los argumentos del caso resultan contradictorios con los
principios de derecho público establecidos por la Constitución (art. 23 de la
misma). Obviamente lo relativo a la condición de humanidad (“niño”) que resulta
del art. 1 de la CDN, en las condiciones de su vigencia para la Argentina, es un
principio de derecho público que nuestro país puede oponer como razón de
resistencia al cumplimiento de cualquier presunta obligación internacional.
44
Corte Suprema de Costa Rica, de fecha 15 de marzo de 2000 (ver Numeral 71 y
ss.)
133. Siempre con relación a Artavia Murillo, Reviriego88 asienta una crítica
que creemos de interesante lectura: “Esta interpretación de la Corte Americana
resulta –en mi criterio- peligrosa y arbitraria, y claramente tiende a favorecer a
los laboratorios que se dedican a realizar las técnicas de fecundación humana
asistida”, donde, recuerda al autor los datos de las pericias producidas en el
expediente “se produce una mortandad del 90% de los embriones, mientras que
las fecundaciones naturales alcanza al 30% (según la perito Garza). Otros afirman
que la mortalidad es mayor en la FIV (perito Caruso)”
45
134. Pero no todo es tan negativo en Artavia Murillo. Del mismo Numeral 264
resulta que luego de la implantación –es decir, a partir de la segunda semana de
la fecundación- corresponde la aplicación del art. 4.1, es decir, de la protección
de la ley: “…la ‘concepción’ en el sentido del artículo 4.1 tiene lugar desde el
momento en que el embrión se implanta en útero, razón por la cual antes de este
evento no habría lugar a la aplicación del artículo 4 de la Convención”, por lo que,
a contrario sensu, a partir de la implantación, el derecho a la vida del embrión
(ya no más “preembrión”) debe contar con la plena protección de la ley.
89 Cfr. SANTIAGO, Alfonso (h) (2007) “Régimen constitucional de los reglamentos ejecutivos”,
en Gustavo Boullaude (dir.) Estudios de Derecho Administrativo XIII, Mendoza y Buenos
Aires: I.E.D.A, Lexis-Nexis, Fuentes del Derecho Administrativo, pp. 261-335.
46
sistema “representativo, republicano y federal” (art. 5°, Const. Nac.), y que no
puede alterarse ni siquiera en caso de supuestas facultades concurrentes.
"En relación a la posible afectación de la salud mental de las personas que atraviesan
un aborto, diversas investigaciones señalan que, si bien pueden existir consecuencias
psicológicas adversas, las mismas se observan solo en un pequeño porcentaje. En
cambio, el impacto emocional y las consecuencias psicológicas adversas surgen con
mayor frecuencia y gravedad en aquellas personas a quienes se les niega el aborto
(Faúndes, 2011 y Biggs, 2016).”91
141. La concomitante afirmación de que “La penalización del aborto que rige
en numerosos países, lejos de disminuir la incidencia de la práctica, impide el
47
acceso a procedimientos seguros, con lo cual se generan riesgos para la vida y la
salud de las mujeres”, es contraria a todas las estadísticas oficiales de los países
en que fue establecido el denominado aborto legal, dado que muestran el
exponencial aumento de esas prácticas a partir de su permisión legal como
directa consecuencia de la función docente y ejemplar de las leyes.
142. Es por ello que el dictado del Protocolo nacional es el resultado de un acto
viciado de desvío de poder pues tiene la finalidad de condicionar a los órganos
legislativos nacionales o locales, al responsabilizarlos de los supuestos riesgos a
la vida y salud de las mujeres gestantes que pretenden abortar, con lo que es
manifiesta la persecución de fines encubiertos que, aún bajo la alegación de
interés público, resultan contrarios al principio del art. 7º, inc. f), Ley 19.549,
derivado inmediato del principio constitucional de publicidad y transparencia de
los actos de Gobierno.
48
cualquier demora puede epilogar en serios riesgos para la vida o la salud de la
embarazada,”93 (), lo que no ha sido, en manera alguna, presupuesto en el
Código Penal como una de las razones de política criminal para eximirlos de
pena. Mediante esta caracterización el Protocolo nacional conduce a crear la
apariencia de que en los casos de abortos no punibles se dan supuestos “estado
de necesidad” del art. 34, inc. 3º, Código Penal.
94 Al respecto, véase SILVA SÁNCHEZ, Jesús María (2007) “Los indeseados como enemigos. La
exclusión de seres humanos del status personae”, Revista Electrónica de Ciencia Penal y
Criminología, Nº 09-01: pp. 1-18, esp. p. 7. Disponible en:
http://criminet.ugr.es/recpc/09/recpc09-01.pdf (último acceso: 22/11/2020)
49
“(d)ado que el concebido no agrede (ni en los términos de la legítima defensa, ni
en los del estado de necesidad defensivo) cualquier acción contra él sólo podría
pretender ampararse en un estado de necesidad agresivo. Pero ningún estado de
necesidad agresivo permite matar a una persona. El concebido, a quien se mata
en una situación que responde claramente a esta última estructura, es, pues,
tratado en todo caso, como una no-persona”.95
En efecto, ninguno de los casos contemplados en los incs. 1º y 2º, art. 86, Código
Penal, presuponen típicamente, un supuesto de intervención ante un peligro
para la vida o para la salud de la madre que sea de naturaleza “inminente”.
(…) [E]l concepto de ‘salud’ que trae el Protocolo conforme a los numerales 3.1,
al establecer que ‘La salud es un concepto integral que tiene tres dimensiones:
física, mental-emocional y social, de acuerdo a lo establecido por la OMS,’ no es
el que se plasma en el inc. 1°, art. 86, Código Penal.
Además, bajo el régimen del Código, la situación de peligro debe ser real y capaz
de producir en forma cierta desde el punto de vista médico un daño grave, es
95 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María (2007) “Los indeseados como enemigos. La exclusión de seres
humanos del status personae”, Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, Nº
09-01: pp. 1-18, esp. p. 14. Disponible en: http://criminet.ugr.es/recpc/09/recpc09-01.pdf
(último acceso: 22/11/2020)
50
decir de cierta entidad, circunstancias no contempladas en la guía ya que
establece que ‘no debe exigirse tampoco que el peligro sea de una intensidad
determinada. Bastará con la potencialidad de afectación de la salud de la mujer
para determinar el encuadre como causal de no punibilidad para el aborto’ (v.
p. 16 del Protocolo), obviando así el requisito legal exigido en forma expresa por
el propio inciso 1° del art. 86 que sólo autoriza el aborto ‘si este peligro no puede
ser evitado por otros medios’.
En orden a este mismo inciso(art. 86, inc. 2°) las menciones del punto 3.2 del
Protocolo de que ‘La violación constituye violencia sexual y esta es un tipo de
violencia de género’ y que ‘Las interrupciones de ‘embarazos no deseados de
víctimas de violencia de género deben considerarse abortos no punibles por
causa de violación’, también producen una indebida ampliación a supuestos no
previstos en el art. 119 del Código Penal, toda vez que, si bien es cierto que una
violación es una especie de violencia de género, no puede a su vez afirmarse que
toda violencia de género coincida necesariamente con los requisitos típicos
establecidos en la figura penal señalada.
51
derecho a la vida de las personas por nacer, causa también una restricción en el
derecho a la objeción de conciencia.
En estos casos se deberá tratar de salvar la vida del embrión o feto sin poner en
peligro la vida o la salud de la mujer (…).” (literal A).
52
acerca de cómo evaluar ese riesgo bio-sico social, concepto que resulta, por lo
demás, amplio, vago, subjetivo.
En este orden de ideas, la propia norma legal ilustra al intérprete acerca del
propósito perseguido por el legislador cuando limita la regla de salvar ambas
vidas a que, con ello, no se ponga en peligro la vida o la salud de la mujer (inciso
A, segundo párrafo del artículo 6º).
En efecto, desde que dicha disposición exceptúa de los casos en que puede
esgrimirse objeción de conciencia, a la interrupción del embarazo en las
circunstancias expuestas en el literal A) del artículo 6º, la interpretación del
Decreto vendría a exceptuar de la posibilidad de objetar a un número más
amplio que el dispuesto legalmente, cuando se verifiquen circunstancias que -
sin poner en riesgo grave la salud de la mujer- comporten un riesgo (no grave),
para su salud bio-sico social…..”.
53
149. En este caso, nuevamente, se ha exacerbado la potestad reglamentaria,
definiendo, mutilando y ampliando lo que la Ley no prevé, hipótesis que
determina la nulidad del art. 16 en estudio.
150. Es por todo ello que la regulación establecida en el del Protocolo resulta
contrario a la libertad de conciencia y religión resguardados en forma expresa en
el art. 14, Const. Nac., y los Tratados Internacionales incorporados a la misma,
en especial el art. 12, Convención Americana de Derechos Humanos, y al art. 12,
Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. Ello, toda vez que, si bien reconoce el
derecho a ejercerlo, se lo efectúa de manera vaga y genérica, sólo ejercitable por
personas de existencia visible y limitando de tal forma su ejercicio en un modo
que importa en la practica la supresión lisa y llana del mismo en determinadas
situaciones, como así la directa negación para el caso de las instituciones,97 a las
que excluye de toda posibilidad de invocación del derecho en cuestión.98
97 Ver DIDIER, María Marta; ROMERO, Esteban José Ignacio; PARINI, Nicolás Francisco (2014)
“Fundamentos jurídicos de la objeción de conciencia institucional”, El Derecho –
Constitucional, Buenos Aires: Universitas, vol. 2014: pp. 371-383.
54
todo aquel que procure el aborto.99Esta sanción extrema demuestra el grado de
afectación del derecho a la objeción de conciencia, correlato inseparable del de
“profesar libremente su culto” que poseen todos los habitantes de la Nación
conforme al art. 14, Const. Nac.
99 Canon 1398: “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae
sententiae.” Disponible en: https://www.vatican.va/archive/ESL0020/__P55.HTM
(último acceso: 22/11/2020)
55
155. En suma, se le plantea al sujeto el problema de tener que optar entre el
deber de obediencia que impone una regulación jurídica, y el deber de resistirla
que sugiere la norma moral, basada en la conciencia particular. La evolución de
los derechos humanos ha llevado a impedir, por disposición del propio derecho,
que se pueda ejercer sobre los ciudadanos semejante coacción, que resultaría
lesiva y por lo tanto impropia de la dignidad humana.
156. Es por ello que la objeción de conciencia forma parte del contenido
esencial de las libertades de conciencia y de religión, tal como han sido
proclamadas por los tratados internacionales sobre derechos humanos
incorporados al bloque de constitucionalidad.102
Conforme a todo lo expuesto, es de esperar que el poder administrador deje sin efecto el
Protocolo o, en caso contrario, que el Poder Judicial lo declare inconstitucional.”
Es del caso también recordar, como señalan NAVARRO-VALLS, Rafael y MARTÍNEZ TORRÓN,
Javier (2012) Conflictos entre conciencia y ley. Las objeciones de conciencia, Madrid:
Porrúa Iustel, segunda edición, p. 37, que la objeción de conciencia “consiste en el rechazo
del individuo, por motivos de conciencia, a someterse a una conducta que en principio
sería jurídicamente exigible (ya provenga la obligación directamente de la norma, ya de
un contrato, ya de un mandato judicial o resolución administrativa)” y ampliando el
concepto afirman que incluiría toda pretensión de este tipo “motivada por razones
axiológicas -no meramente psicológicas- de contenido primordialmente religioso o
ideológico…”
102 Ello, por el art. 75, inc. 22, Const. Nac., v.gr., Declaración Universal de Derechos Humanos
(Naciones Unidas, 1948), art. 18; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966),
art. 18; Convención Americana de Derechos Humanos (San José de Costa Rica, 22 de
noviembre de 1969 ), art. 12.
56
en todo caso, arbitrarlos para hacer efectivo ese alegado y supuesto derecho de la
mujer a abortar, de manera que se cuente con personal dispuesto a efectuar tales
actos en tiempo y forma. Pero la falta de un profesional no objetor, sea que ello
se deba a la inacción del Estado o a una circunstancia fortuita, no puede ser
salvada a costa del sacrificio de un bien tan importante, cual es el obrar conforme
a la propia conciencia moral -máxime tratándose de la preservación de la vida
humana-, como lo demuestra el hecho reiterado en la historia de la humanidad,
en la que muchas personas han estado dispuestas a sufrir prisión o la propia
muerte antes que traicionarla.103
103 Javier Martínez Torrón expresa: “la tutela del ordenamiento jurídico a la libertad de
conciencia no está condicionada por cuáles sean los valores éticos presentes en cada
conciencia individual, de igual manera que el Estado no condiciona la protección de la
libertad de expresión a cuáles sean las ideas defendidas por cada ciudadano. Lo que se
pretende con esos derechos fundamentales es la salvaguarda de ámbitos individuales de
autonomía -y en su caso también colectivos- que constituyen elementos necesarios del
pluralismo democrático, y en los cuales cualquier injerencia ha de ser cuidadosamente
justificada…”
“….De modo que el referido incumplimiento de la obligación de fuente normativa de parte
del objetor, deviene legítimo, por virtud de la tutela que el mismo ordenamiento jurídico
depara a la conciencia. En definitiva, el conflicto entre conciencia y ley no pone de
manifiesto la ocurrencia de un conflicto entre dos órdenes normativos distintos -el
jurídico, por un lado y el moral, religioso o ideológico, por el otro-. En realidad, el conflicto,
que es sólo aparente, se plantea dentro del mismo orden jurídico -entre la norma jurídica
que tutela el derecho a conducirse de conformidad con la conciencia, y la norma jurídica
que impone o veda una conducta determinada.
“Y el conflicto, decimos, es sólo aparente, pues ya ha sido resuelto de antemano por el
Derecho, haciendo primar la conciencia, como principio, salvo excepciones….” (citado por
GUTIÉRREZ, Gianni y FRIDMAN, Martin (2013) “La objeción de conciencia en la ley de
interrupción del embarazo (aborto)” Revista de Derecho y Tribunales, Nº 23: pp. 11-24.
También en Tribuna del Abogado, Montevideo: Colegio de Abogados del Uruguay, Nº 183:
pp. 13-18. Disponible en:
104 APARISI MIRALLES, Ángela y LÓPEZ GUZMÁN, José (2016) “La objeción de conciencia en el
contexto de los derechos fundamentales”, Juan Cianciardo, Juan B. Etcheverry, Carlos
Diego Martínez Cinca, Pedro Rivas, Javier Saldaña Serrano y Pilar Zambrano (coords.)
Filosofía del Derecho y Derecho natural. Estudios sobre la teoría jurídica contemporánea
a partir de las ideas de Carlos Ignacio Massini Correas, México D.F.: UNAM, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, pp. 267-292, esp. p. 292. Disponible en:
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4281/16.pdf (último acceso:
22/11/2020)
57
F. Obligación de participar en el procedimiento abortivo
161. En primer lugar, resulta necesario recordar que en las profesiones tales
como la medicina o la abogacía, no resulta en principio posible aislar una
supuesta “técnica” del deber de actuar de acuerdo a la conciencia. Ambos
aspectos están substancialmente unidos y por ello, si el profesional de la salud
considera que el aborto no es la solución medica que él cree debe efectuarse, sino
por el contrario que con ello causará un mal tanto a la madre como a su hijo, de
manera alguna puede quedar obligado a dar información acerca de un
procedimiento que él de acuerdo a su buena fe y a su conciencia considera que
provocará un mal a la salud que juró resguardar.
Señalan los accionantes, con razón, que tales etapas incluyen las acciones preparatorias
(por ejemplo, preparación del instrumental) y las posteriores (por ejemplo, disposición de
los restos) necesarias para su conclusión.
58
G. Limitación en cuanto a la oportunidad de su ejercicio
163. Según el Protocolo “En caso de que un/una profesional de la salud desee
ejercer su derecho a la objeción de conciencia, deberá notificar su voluntad por
escrito a las autoridades del establecimiento de salud en el que se desempeñe; es
decir que solo podrá ejercerlo cuando se haya declarado y notificado previamente
a las autoridades pertinentes.”107
164. La sola circunstancia de que la objeción deba ser ejercida bajo la forma
escrita ofrece reparos, aun cuando se argumente que deban conocerse para poder
organizar los recursos humanos con que se cuenta.
165. Por su parte, la limitación temporal que resulta del Protocolo no puede
merecer la más mínima convalidación.
59
del derecho a la objeción de conciencia al profesional por ese simple
incumplimiento formal.
168. Una de las razones del Decreto de veto del Presidente de la República
Oriental del Uruguay de fecha 14 de noviembre de 2008, dictado frente a la ley
de salud sexual y reproductiva sancionada en aquel año por el Parlamento
Uruguayo, fue que:108
169. Es por ello que de ninguna manera podría reputarse ese cambio de
parecer en un profesional de la salud como abusivo en ningún caso dada la índole
moral de las cuestiones involucradas, muchas veces sujetas a largas
deliberaciones de conciencia, tan comunes a los profesionales médicos y del
derecho. La experiencia enseña que a veces sólo frente a un caso real y concreto
es tomada la decisión ética profesional de obrar o de no hacerlo.
108 El texto completo del decreto de veto puede verse en: SIN AUTOR (2018) “Qué decía el veto
presidencial de Tabaré Vázquez contra el aborto que elogió Esteban Bullrich”, Infobae,
27/2/2018. Disponible en: https://www.infobae.com/politica/2018/02/27/que-decia-el-
veto-presidencial-de-tabare-vazquez-contra-el-aborto-que-elogio-esteban-bullrich/
(último acceso: 22/11/2020)
60
H. Falta de inclusión del personal técnico-administrativo
“IX) Que, igualmente la parte actora, cuestiona lo dispuesto por el artículo 29 del
decreto 375, en cuanto limita el elenco de sujetos que pueden ejercer el derecho a la
objeción de conciencia y en cuanto a las acciones necesarias para la concreción del
acto abortivo.
El agravio se limita a (…) que “…Sólo podrán objetar de conciencia el personal médico
y técnico que deba intervenir directamente en una interrupción de embarazo de
acuerdo al inciso quinto del artículo tercero y el artículo seis, literales B y C, de la Ley
Nº 18.987...”.
[E]l artículo reconoce el derecho de objeción de conciencia no sólo a los médicos, sino,
además, al “…personal de salud…”, por lo que le asiste razón a la parte actora que,
en el supuesto legal, están comprendidos los clínicos, paraclínicos y personal
administrativo, por lo que se trata de un nuevo apartamiento del reglamentador del
claro texto legal.
(…) [S]e recepcionará la pretensión de los impugnantes en cuanto este inciso (…)
limita la objeción de conciencia al personal médico y técnico “…que deba intervenir
directamente en una interrupción de embarazo…,” desde que, como señalan los
accionantes, el texto legal no efectúa distinción alguna.”
61
173. La directa supresión o negación por vía administrativa del derecho a la
objeción de conciencia por parte de las personas de existencia ideal resulta
arbitraria y un exceso de un órgano carente en forma total y absoluta de
facultades para efectuar semejante declaración general de derecho, máxime
cuando se refiere a un derecho humano, de los que reiteradamente se ha afirmado
son también titulares las personas jurídicas, como derivado inmediato del
principio de igualdad (art. 16,Const. Nac.)y del derecho de asociarse con fines
lícitos (art. 14,Const. Nac.), derecho que se vería notoriamente disminuido,
restringido o suprimido si a las entidades creadas en ejercicio de este derecho se
les pudieran negar los derechos fundamentales.
176. Con mayor razón -aunque no excluyente-, cuando las personas se han
asociado específicamente conforme a un determinado ideario ético o religioso,
circunstancia mínima que tampoco es contemplada en la guía y que demuestra
de modo palmario su arbitrariedad.111
111 Acerca de sus fundamentos, ver DIDIER, María Marta; ROMERO, Esteban José Ignacio;
PARINI, Nicolás Francisco (2014) “Fundamentos jurídicos de la objeción de conciencia
institucional”, El Derecho – Constitucional, Buenos Aires: Universitas, vol. 2014: pp. 371-
383.
62
sus convicciones, exceptuarse del cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 6°,
inciso b), de la presente ley”.
112 PARLIAMENTARY ASSEMBLY (2010) “The right to conscientious objection in lawful medical
care”, Resolution 1763 (2010). Disponible en:
http://assembly.coe.int/nw/xml/News/FeaturesManager-View-EN.asp?ID=950 (último
acceso: 22/11/2020)
Ampliar en: LAFFERRIÉRE, Jorge Nicolás (2015) “Hobby Lobby: La Corte Suprema de los
Estados Unidos resguarda la libertad religiosa ante mandato abortivo”, Revista de Derecho
de Familia y de las Personas, Buenos Aires: La Ley, Nº 1: pp. 214-220. Disponible en:
https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/8848/1/hobby-lobby-corte-
suprema.pdf (último acceso: 22/11/2020)
115 Religious Freedom Restoration Act, RFRA, 42 U.S Code 21B, de 1993. Disponible en:
https://www.law.cornell.edu/uscode/text/42/chapter-21B (ultimo acceso: 22/11/2020)
63
contrarias al aborto, a financiar cuatro métodos anticonceptivos que tienen efecto
abortivo.
183. En opinión de uno de los jueces que formó la mayoría, «Una corporación
es simplemente una forma de organización utilizada por los seres humanos para
alcanzar fines deseados. Un organismo establecido de la ley especifica los
derechos y obligaciones de las personas (incluidos los accionistas, funcionarios y
empleados) que están asociados con una corporación de una manera u otra.
Cuando los derechos, ya sea constitucional o legal, se extienden a las empresas,
el objetivo es proteger los derechos de estas personas.»
185. Comienza con una falacia: dice que busca garantizar la dignidad y
derechos de toda persona con capacidad de gestar, cuando su vida o salud estén
“en peligro”, o esté cursando un embarazo producto de una violación, pero no es
cierto que reduce la práctica de un aborto a “la existencia de peligro”. Ello pues,
más adelante, el mismo Protocolo se olvida de la exigencia de “peligro para su
vida o salud”, y se autoriza a las menores a partir de los trece (13) años a dar su
64
consentimiento por sí, siendo éste suficiente y no requiriéndose: (i) situación de
peligro para su vida o salud; y (ii) ni consentimiento de sus progenitores o de
quien está a su cargo. Es decir, que se le reconoce a partir de los trece años una
autonomía absoluta para la toma de decisiones respecto a la provocación de un
aborto. Y el asentimiento de sus padres o responsables sólo se exigirá si la
práctica abortiva implica riesgo para su vida o salud según evaluación del equipo
de salud.
188. El Protocolo llega al extremo de que si una niña (de menos de 13 años),
que quisiera abortar, no tuviere el consentimiento de sus padres, tutores o
encargados, entonces puede ser acompañada para brindar su consentimiento por
otro/a referente afectivo. Y si no existe esa posibilidad, debe ser resuelto el
65
conflicto desde el equipo de salud por sí, no previéndose intervención de órgano
judicial alguno, en contra de lo reglado en el art. 26, CCyC.
116 Respecto del concebido, y como ya se ha mencionado, basta citar: la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, en su art. I: “Todo ser humano tiene derecho a la
vida…;” la Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 3º: “Todo individuo tiene
derecho a la vida…;” el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 6º: “El
derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la
66
193. En consecuencia, insistir en el consentimiento autónomo y progresivo de
la niña o adolescente embarazada, y en su derecho al aborto no espontáneo, sin
tener en cuenta qué conlleva esa práctica para el niño concebido, los derechos
que el ordenamiento le otorga, y las sanciones previstas, es una clara transgresión
al ordenamiento positivo vigente.
K. La ausencia de razonabilidad
ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente;” la Convención Americana sobre
Derechos Humano (Pacto de San José de Costa Rica), art. 4º: “Derecho a la vida. 1. Toda
persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y,
en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente…;” la Convención sobre los Derechos del Niño, en la cual la República
Argentina hizo una reserva y declaración, y que en relación al art. 1º, dijo textualmente: “…
la República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se
entiende por niño todos ser humano desde el momento de su concepción y hasta los
dieciocho años”.
117 En un fallo, la Corte Suprema no puede hacer otra cosa que sugerir; recordemos que la Corte
Suprema, al no una competencia legislativa fuera del caso ni poseer el expertise legislativo,
no puede legislar, limitándose a indicar o mencionar aspiraciones normativas.
118 AQUINO, Tomás de (1265-1274) Suma teológica, I-IIae, Q. 90 (De la esencia de la ley).
Disponible en: https://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/1225-
1274,_Thomas_Aquinas,_Summa_Theologiae,_ES.pdf (último acceso: 22/11/2020)
67
sustantivo,119 consagrado por el art.18, y del principio de proporcionalidad, que
depara que los derechos no son absolutos sino limitables, más bajo las exigencias
del art. 28, Const. Nac., conforme la jurisprudencia,120 y la doctrina.121
198. Esta doctrina es especialmente aplicable para el caso del Protocolo aquí
cuestionado. Como ya lo hemos visto, este es un reglamento administrativo o acto
de alcance general que se encuentra sujeto a los recaudos del art. 7º, Ley 19.549
de Procedimientos Administrativos, en especial su inc. f), que exige
119 Conf. LINARES, Juan Francisco (1944) El ‘debido proceso’ como garantía innominada en la
Constitución Argentina. Razonabilidad de las leyes, Buenos Aires: Depalma, y su segunda
edición actualizada de 1970. Ver, asimismo, los estudios de CIANCIARDO, Juan (2000) El
conflictivismo en los derechos fundamentales, Pamplona: EUNSA; CIANCIARDO, Juan
(2004) El principio de razonabilidad. Del debido proceso sustantivo al moderno juicio de
proporcionalidad, Buenos Aires: Ábaco, y su segunda edición del 2009; CLÉRICO, Laura
(2001) Die Strukturder Verhältnismässigkeit, Baden Baden: Nomos Verlagsgesellschaft;
CLÉRICO, LAURA (2009) El examen de proporcionalidad en el derecho constitucional,
Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires - EUdeBA; SAGGESE, Roberto M. A. (2010) El
control de razonabilidad en el sistema constitucional argentino, Buenos Aires: Rubinzal-
Culzoni.
121 LINARES, Juan Francisco (1944) El ‘debido proceso’ como garantía innominada en la
Constitución argentina. Razonabilidad de las leyes, Buenos Aires: Depalma, pp. 161-162;
FIORINI, Bartolomé A. (1962) Poder de policía, Buenos Aires: Alfa, p. 145; LINARES, Juan
Francisco (1989) Razonabilidad de las leyes. El ‘debido proceso’ como garantía
innominada en la Constitución argentina, Buenos Aires: Astrea, segunda edición
actualizada, p. 164; CAYUSO, Susana G. (1992) “Control de razonabilidad. Pautas de
revisión”, Lecciones y Ensayos, Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales, Departamento de Publicaciones, Nº 57: pp. 11-23, esp. p. 13;
GELLI, María Angélica (2004) “La Corte Suprema de la República Argentina en las
emergencias económicas”, Anuario Iberoamericano de Justicia Constitucional, Nº 7, pp.
165-207, esp. p. 199; CIANCIARDO, Juan (2009) El principio de razonabilidad. Del debido
proceso sustantivo al moderno juicio de proporcionalidad, Buenos Aires: Ábaco, segunda
edición actualizada y ampliada, pp. 40-41; CASSAGNE, Juan Carlos (2009) El principio de
legalidad y el control judicial de la discrecionalidad administrativa, Buenos Aires, Madrid
y Barcelona: Marcial Pons, 2009, p. 35; BADENI, Gregorio (2010) Tratado de Derecho
constitucional, Buenos Aires: La Ley, tercera edición actualizada y ammpliada, t. I, p. 677;
SACRISTÁN, Estela B. (2019) “Control de razonabilidad en Argentina (en especial, en la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación),” Revista Argentina del
Régimen de la Administración Pública (RAP), Buenos Aires: Ediciones Rap, Nº 485: pp.
43-56.
68
expresamente, en materia de finalidad del acto, el cumplimiento del recaudo de
razonabilidad o proporcionalidad.122
i. Vaguedad
122 Ley 19549 (B.O. 27/4/1972), art. 7º, inc. f), párr. 1º, in fine: “Las medidas que el acto
involucre deben ser proporcionalmente adecuadas a aquella finalidad.”
123 Arts. 3º, 5º, 8º y concs. de la Ley 26.061, y arts. 1º, 3º, 6º y concs., CDN; ver, supra.
69
iv. Ausencia de demostración de que el interés sustancial
perseguido sólo puede ser logrado por medio del daño a la vida
humana
204. El Protocolo no demuestra que exista otro medio igual de eficaz (evitar
sufrimiento a la madre, evitar demoras) sin ese daño, al menos de la magnitud
que hoy tiene. Sin pretensión de sustituirla prudencia del legislador, pueden
citarse, enunciativamente, otros medios: ofrecer a la madre asistencia especial
económica y, eventualmente, a su familia; atención psíquica, sanitaria, clínica y
obstétrica; servicios de un asistente social; empleo en trabajos que puedan ser
continuados después del parto; puesta a disposición de medios educativos
adecuados al caso. También pueden enunciarse: posibilidad de la adopción
prenatal; aseguramiento de establecimientos dignos para la acogida del niño;
mejor educación para éste hasta el momento de ser adoptado. Estas son medidas
posibles, tal vez más costosas para el erario público, pero más valiosas que matar
al por nacer.
124 En el idioma políticamente correcto –versión actual del newspeak o “neolenguaje” de 1984,
de ORWELL– se debería decir “interrupción del embarazo”.
70
ahora, por una ley federal125. La constitucionalidad de esas leyes prohibitivas fue
cuestionada en los dos casos Carhart con el argumento de que ambas126carecían
de un lenguaje que fuese lo suficientemente claro para dejar a salvo la
procedencia de otro método, también de empleo en el mismo período de la
gestación. Se cuestionó, en los dos casos, el que las leyes involucradas no
exceptuaran de la prohibición al aborto realizado cuando la continuación del
embarazo pudiese poner en riesgo la salud materna. Incluso se esgrimió un
argumento mixto: la penalización del partialbirthabortion, de no prohibir
también el método alternativo que seguidamente escribiremos, puede obligar a
la mujer a recurrir a este último, con mayor peligro para su vida que en el primer
procedimiento.
208. Veamos ahora a los dos métodos, de acuerdo con la descripción que de
ellos se hace en Carhart 1:
125 En realidad, como así fue en el Carhart-1, en principio la regulación del aborto es de
competencia estadual, pero en esta oportunidad se justificó el ejercicio del poder legislativo
federal en razón de la regulación de la profesión médica de acuerdo con la “cláusula de
comercio” (Carhart-2; 000 U.S. 05-380).
126 En el primer caso, una ley del Estado de Nebraska; en el segundo, como vimos, una ley
federal. En el ínterin hubo otros dos intentos del Congreso de los Estados Unidos destinados
a prohibir el “aborto del parcialmente nacido”; en esas dos oportunidades la ley fue
sancionada, pero luego vetada por el presidente Clinton.
71
y extracción’ (D&X). D&X se encuentra ordinariamente asociado con el término
‘aborto del parcialmente nacido’….”127
128 El D&E, como vimos, se practica desmembrando o descuartizando al feto. Carhart-1 explica
que, luego de producida la dilatación, el médico tira de los miembros del feto, arrancándolos
“de una pieza por vez”. “El feto morirá –relata la sentencia- por pérdida de sangre, ya sea
porque el médico ha separado el cordón umbilical antes de comenzar el procedimiento, o
porque el feto pierde sangre a medida que sus miembros son arrancados”.
Veamos cómo continúa la descripción del D&E, ahora en el Carhart-2: “Después de lograda
una suficiente dilatación la operación quirúrgica puede comenzar. La mujer es sometida
a anestesia general o sedación conciente. El doctor, habitualmente guiado por ultrasonido,
inserta ‘forceps’ a través del cuello del útero para sujetar al feto. El médico así agarra con
fuerza una parte del feto y tira hacia abajo a través del cuello y de la vagina, continuando
con la operación incluso de encontrarse con resistencia en la zona del cuello del útero. La
fricción provoca que el feto se desmiembre. Por ejemplo, una pierna puede ser arrancada
del feto a medida que es tirado hacia fuera a través del cuello del útero. El proceso de
evacuar el feto pieza a pieza continúa hasta que ha sido completamente removido. El
cirujano puede necesitar hacer de 10 a 15 operaciones con los ‘forceps’ hasta evacuar
totalmente el feto, aunque en ocasiones la remoción puede hacerse con menos operaciones.
Una vez que el feto ha sido evacuado, la placenta y cualquier otro material fetal (es decir,
pedazos del cuerpo) remanente son succionados o raspados para extraerlos del útero. El
médico examina las diferentes partes (los pedazos del cuerpo del feto) para asegurarse
que la totalidad del cuerpo fetal ha sido totalmente removida” (paréntesis agregados).
Luego el relato aclara que algunos médicos (¿por un sentimiento de piedad?),
especialmente cuando el procedimiento se aplica hacia el final del segundo trimestre,
“pueden matar al feto un día o dos antes de realizar la evacuación quirúrgica” aunque
otros profesionales rechazan esta opción por considerar que “agrega riesgos con ningún
o pocos beneficios”.
72
evita el desmembramiento: el cirujano conduce al feto de manera de extraerlo del
cuerpo de la madre –haciendo un trabajo previo de rotación si fuese necesario-
pero dejando alojada su cabeza en el cuello del útero, lo que se facilita graduando
la dilatación. Según Cahart-2:
211. Según Carhart 2, una enfermera que presenció esta operación sobre un
feto de 26 semanas y media (casi siete meses) testificó que, una vez con el cuerpo,
menos la cabeza, fuera de la madre, “...los deditos del bebe se abrían y cerraban,
y sus pequeños pies pateaban. En ese momento, el doctor clavó las tijeras en la
parte de atrás de su cabeza y los brazos del niño se agitaron…”129.
129 El D&X tiene variaciones. Según Carhart-2, en algunos procedimientos, el médico, después
de la incisión en la nuca, masacra el cráneo; en otros, la extracción no se detiene según lo
hemos mencionado en el texto, sino que el médico continua tirando el cuerpo del feto hacia
fuera de la madre, de manera de lograr separar la cabeza, impedida de pasar por insuficiente
dilatación, del cuerpo del feto todavía vivo, decapitándolo. Lo esencial es la muerte del feto
con anterioridad a su extracción total; de lo contrariopodría ser considerado un caso de
infanticidio, es decir, la muerte de un bebe totalmente nacido, lo que, en principio, es
penado, sin cuestionamientos constitucionales, en todos lo estados.
73
vivo de la madre y simplemente puesto en un costado, desnudo, y dejado
morir.”130 Quizás no se lo considere infanticidio teniendo en cuenta el tiempo
prematuro del parto inducido, quizás también porque el niño no sería viable de
no contar con una especial atención médica (p.ej., a partir de entrado el quinto
mes) o no lo sería en ningún caso (p.ej., al cuarto mes). Pero lo extrajeron y lo
dejaron morir.
216. Roe es una muestra de cómo el mal también puede ser una cuestión de
técnica interpretativa constitucional, con el liminar reconocimiento sentado por
Blackmun, autor del principal voto mayoritario, acerca de la gravedad y magnitud
de los valores que el problema del aborto pone en juego, entre ellos nada menos
que la cuestión de la vida humana. Ésta es tratada con desatención por el
conductor de la doctrina Roe fundada, en lo principal en el “derecho a la
privacidad,”132derecho no expresamente previsto en la letra de la Constitución
130 ARKEs, Hadley (2004) Natural Rights & the Right to Choose, New York: Cambridge
University Press, pp. 242-243.
132 La Corte Suprema estadounidense, opinión del Justice Douglas, había ya encontrado ese
derecho a la privacidad en la “penumbra” de la Primera Enmienda, especialmente en el
“derecho de asociación”. El párrafo que nos interesa señala: “En NAACP v. Alabama, 357
U.S. 449, 462, nosotros protegimos ‘la libertad de asociación y de privacidad en la propia
asociación’, notando que aquella libertad de asociación era un derecho periférico de la
Primera Enmienda. La revelación de la lista de miembros de una asociación
constitucionalmente válida, sostuvimos, era inválido ‘en tanto supone la probabilidad de
una restricción sustancial sobre el ejercicio del derecho de libre asociación de los
peticionantes…’ En otras palabras, la Primera Enmienda tiene una penumbra donde la
privacidad es protegida de la injerencia gubernamental…”, según fue sostenido en
Griswold v. Connecticut, 381 U.S. 479, 483 (1965), en el cual se declaró la
inconstitucionalidad de la ley estadual que penaba el uso de drogas o mecanismos
anticonceptivos como el mismo consejo médico a favor de su consumo.
74
estadounidense –como lo admitió en mismo Blackmun133- pero inherente al
concepto de “libertad ordenada” consagrado en Bowers v Hardwick.134
134 478 U.S. 186 (1996), donde aparece invocado tres veces. Ver, asimismo, Duncan v.
Louisiana, 391 U.S. 145 (1968), esp. p., 155.
135 También aquí vale la cita evangélica “Dad a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del
Cesar” (Mt. 22.21). En el propio Roe son muy valiosos los conceptos que sobre el particular
se encuentran en el voto concurrente del Justice Stewart, ello sin perjuicio de que, en
nuestra opinión, en el caso del aborto no nos encontramos en la esfera de la conciencia o
esfera de íntima privacidad, ya que el aborto provocado, lejos de ser una conducta que “de
ningún modo” trasciende de aquella esfera (arg. art. 19, cit.) extingue la vida de un ser
distinto de la madre, como lo discutiremos en el texto, y así se convierte en un hecho público,
sujeto a la autoridad de los magistrados.
75
‘privada’ en la utilización ordinaria de tal palabra”. En realidad, sostiene
Rehnquist, lo que está en juego en el caso no es la “privacidad” sino la pretensión
de “ser libre de una no querida regulación estatal de transacciones consensuadas”
(ibidem), como “una forma de libertad protegida por la Enmienda Catorce”,
siempre que se viole la garantía del “debido proceso de ley”, lo cual debe ser
valorado mediante la utilización del compelling state interest test.
219. El alcance que Roe otorga a este “derecho a la privacidad”, como muy bien
lo subraya la disidencia recién transcrita, se resume en un derecho a la no
injerencia: el derecho a estar y permanecer exento de cualquier tipo de objeción
con relación a la conducta seguida. Esta ha sido una tesis que, a lo largo de la
historia de la lucha por los derechos humanos, fue muchas veces planteada, con
variantes dialécticas menores, para justificar las aberraciones más atroces. Así,
por ejemplo, Arkes136 recuerda el debate entre Lincoln y el Juez Douglas
(sostenedor del derecho de los estados esclavistas a decidir libremente sobre este
régimen), y así trae a colación el juicio crítico del Presidente con relación a que el
“sagrado derecho de auto-gobierno” de los estados estaba tan desnaturalizado
en la opinión de Douglas que quedaría reducido a sostener “que si cualquier
hombre opta por esclavizar a otro, a ningún tercero deberá serle permitido
objetar.”
221. Por supuesto que el “algún modo” en el que la acción privada deja de ser
tal para convertirse en pública (es decir, la medida de su incidencia sobre el
exterior de la conciencia) debe ser jurídicamente “ponderable” como también se
subrayó en Montalvo. Es que toda conducta inmoral siempre será capaz de
afectar, “de algún modo”, al exterior del agente, siquiera por la mera razón del
propio vicio del sujeto, que le impedirá “exhalar” virtud ejemplar hacia los
terceros. Pero es la prudencia del legislador la encargada de valorar –sin perjuicio
del control judicial de constitucionalidad, en una eventual causa donde se
136 ARKEs, Hadley (2004) Natural Rights & the Right to Choose, New York: Cambridge
University Press, p. 164.
76
cuestione la razonabilidad de la norma de que se trate- la incidencia que ese
“algún modo” pueda tener sobre el bien común.
138 Antes deberíamos preguntarnos si es legítimo que el Estado sostenga determinados valores
morales, lo que es una cuestión más que controvertida; ver GEORGE, Robert P. (2002)
Makingmen moral. Civil liberties and public morality, Oxford: Oxford UniversityPress.
77
pueden y deben promover determinados valores morales –por ej., a través de la
educación pública, mediante medidas de fomento, etc.- pero, en tanto que las
conductas que los contradigan no tengan un efecto jurídicamente ponderable
sobre la comunidad, tales conductas no pueden ser, de ningún modo,
sancionadas, ya que, como lo ordena nuestro art. 19, Const. Nac., deben quedar
“exentas de la autoridad de los magistrados”139. Sólo muy excepcionalmente el
139 No se trata de que el Estado deba adoptar una posición indiferente o relativista al respecto,
sino que carece, para ello del “interés inexcusable” que lo habilite a dañar un bien –la
privacidad- en beneficio de otro bien, la promoción de la virtud, además de que pueda hacer
esto último con otras medidas eficaces, que no supongan instalar el ojo del “Gran Hermano”
en cada hogar. El Estado debe promover la vida virtuosa, pero esto solo en la medida
apropiada a la naturaleza subsidiaria del mismo Estado (sobre el concepto de
“subsidiariedad”, ver BARRA, Rodolfo C. (2002) Tratado de Derecho administrativo,
Buenos Aires: Ábaco, t. 1, § 9 a 16).
ARISTÓTELES, en la Metafísica, X,1, 1053ª 24-25, luego seguido por Santo Tomás de Aquino,
dice que la ley es, en un cierto sentido, una regla o medida de los actos humanos, y una
medida tiene que ser homogénea a la cosa que mide. Así dirá luego el Aquinate, en su Suma
Teológica, I-II, Q. 77, 1, ad 1, que dado que las leyes humanas se aplican a una multitud de
hombres, la mayor parte de los cuales no son perfectos en la virtud, tales leyes no deben
prohibir todos los vicios, sino sólo aquellos graves de los cuales la mayoría de los individuos
puedan abstenerse y que, además, deben ser combatidos para que la sociedad humana
pueda funcionar y realizar el bien común temporal.
Esta cuestión nos hace presente el problema de la utilización de métodos anticonceptivos
artificiales que, para muchos (especialmente para los católicos, ver encíclica Humanae
Vitae, de SS Paulo VI, del 25 de julio de 1968), importa una grave infracción moral. Pero no
es ni conveniente ni posible que las autoridades intervengan coactivamente en este campo,
más allá de la educación en favor de la virtud y –de acuciante interés en el caso de nuestro
país- del fomento del desarrollo demográfico. Incluso, a diferencia de lo que ocurre con las
drogas adictivas y nocivas, el Estado no podría prohibir la venta de anticonceptivos ya que
ello sería una manera de impedir a los individuos el ejercicio de una legítima opción moral
exclusivamente “privada” o personal –su comportamiento sexual, el número de hijos que
desean tener, si alguno, el método anticonceptivo a utilizar- sobre la que el Estado, a
diferencia de la Iglesia, carece de “jurisdicción”.
Este es el problema con que se enfrentó la Corte Suprema de Justicia estadounidense en el
ya citado Griswold, donde tuvo que resolver acerca de la constitucionalidad de una ley del
estado de Connecticut que imponía pena de multa y/o prisión a “Toda persona que utilice
cualquier droga, artículo medicinal o instrumento con el propósito de prevenir la
concepción…” El Justice Douglas, por la mayoría, luego de recordar el principio del “interés
inexcusable” bajo la siguiente fórmula: “el propósito gubernamental de controlar o
prevenir actividades sujetas a las regulaciones estaduales no puede ser logrado por
medios de alcances innecesariamente amplios y así invasores del área de las libertades
protegidas” (p. 485, con cita de NAACP v. Alabama), se preguntó: “¿Permitiríamos a la
policía investigar dentro de los sagrados precintos de los dormitorios matrimoniales para
descubrir pruebas del uso de anticonceptivos? La misma idea es repulsiva frente a la
noción de privacidad que rodea la relación matrimonial.” (pp. 485-486). Y así concluyó
con un hermoso párrafo: “Estamos tratando con un derecho a la privacidad que es más
antiguo que el ‘Bill of Rights’, más antiguo que nuestros partidos políticos, más antiguo
que nuestro sistema escolar. El matrimonio es un ir juntos para mejor o para peor, con
esperanza de perdurabilidad, y tan íntimo hasta el grado de ser sagrado. Es una
asociación que promueve un estilo de vida, no causas; un vivir en armonía, no lealtades
políticas; una lealtad bilateral, no proyectos sociales o comerciales. Ciertamente es una
asociación para un propósito tan noble como ningún otro comprometido en todas nuestras
anteriores decisiones.” (p. 486), subrayando así las normas de derecho natural que rodean
a la institución conyugal. Es interesante destacar que la opinión concurrente del Justice
78
Estado podría invocar un “interés sustancial” en impedir ese tipo de conductas
que no trascienden de lo privado, o que sólo podrían hacerlo en una medida muy
lejana.
226. Volviendo a Roe, la idea del “derecho a la privacidad” que allí se sostiene
para la consagración constitucional del aborto, no deja de ser, también, una
forma de “banalización” del mal: este hecho maligno concreto, o todos los de su
Debemos destacar que esta cuestión, vinculada con el derecho a la privacidad de las
personas con relación, a la vez, a una actividad que es por definición íntima y, así, privada
(como cualquier actividad sexual) nada tiene que ver con el pretendido derecho al
matrimonio de personas homosexuales entre sí. El matrimonio tiene un eje natural en la
relación sexual entre los cónyuges, relación que, de suyo y normalmente está orientada a la
procreación, lo que, al ser consagrado por la totalidad de las confesiones religiosas desde el
fondo mismo de la historia humana, y más recientemente también por el Estado, pasa a
formar parte de lo moralmente bueno en el ámbito de la “moral pública”. En cambio, de
aceptarse el matrimonio homosexual ello sería una declaración estatal de que ese tipo de
relación sexual, naturalmente incapaz de procrear, es también moralmente buena, siempre
en el ámbito de la “moral pública”, adonde la sexualidad homosexual ingresaría por el sólo
hecho de la consagración y exteriorización matrimonial. La hipótesis expuesta importa una
cuestión absolutamente ajena al derecho a la privacidad y, por ello, requeriría de otro tipo
de debate. De todas maneras, no está demás destacar, que la exteriorización fáctica de la
condición de homosexual de una determinada persona en nada afecta a la consideración
social de su dignidad humana y al goce de sus derechos fundamentales o naturales y de los
consagrados por el ordenamiento positivo. En nuestro medio, ver la contraposición de
posturas en las causas Comunidad Homosexual Argentina c/ Resolución IGJ s/ personas
jurídicas, Fallos: 314: 1544, del 22/11/ 1991, y Asociación Lucha por la Identidad Travesti
y Transexual c/IGJ, Fallos: 329: 5266, del 21/11/2006.
79
especie, resulta tan trivial que no merece o justifica –ni por tanto permite- la
atención por parte de los terceros.141 Por supuesto que lo dicho es aceptable sólo
si tenemos una determinada concepción objetiva del bien y del mal -por ej., es
bueno respetar la vida de los seres humanos (cualquiera sea su raza,
nacionalidad, sexo, religión, ideología o desarrollo bio-psicológico), es malo no
respetarla- esto es., si superamos la distorsión relativista del pensamiento “post-
moderno”.142
141 ARKEs, Hadley (2004) Natural Rights & the Right to Choose, New York: Cambridge
University Press, p. 167, señalando que con Roe se ha creado “un derecho privado a matar
por razones totalmente privadas. Una persona puede ahora pretender matar a una
segunda persona, un segundo ser, por razones que pueden no exceder de la mera
conveniencia, y que, bajo tales condiciones, una tercera persona no puede ni debe objetar.
Esta tercera persona, o el resto de la comunidad, no están habilitados para objetar, porque
esto es ahora, tal como se nos dijo (en Roe), una cuestión de ‘privacidad’” (paréntesis
agregado).
142 La idea de Roe de privacy, sostiene FFORDE, Matthew (2005) Desocializzazione. La crisi
della post-modernitá, Siena: Cantagalli, p. 138, es hoy referible al relativismo, el que “…se
ha coligado a ella para desviarla, transformándola casi en otra ‘virtud’ relativista… (si
bien originalmente provenía) de la tradición inglesa de dar la justa relevancia a este
importante aspecto de la vida privada. Como dice el viejo proverbio: la casa de un inglés
es su castillo. Pero ahora hemos ido mucho más allá de los límites de aquella idea
tradicional. Hoy la idea de la ‘privacy’ es utilizada para evitar la crítica o el control ético
moral y para reforzar teorías y comportamientos del individualismo relativístico”
(paréntesis agregado).
143 Ver BARRA, Rodolfo C. (1996) La protección constitucional del derecho a la vida, Buenos
Aires: Abeledo-Perrot, p. 94 y ss., con un estudio sumario acerca de la evolución de la
doctrina del compelling interest en la Corte Suprema estadounidense.
144 Aquí se trata indudablemente de la vida del por-nacer. Decir que la de éste es una “vida
potencial” es un absurdo, ya que aquél, en cualquiera de sus estadios, tiene vida propia, y
bien actual. Por eso su existencia comienza, se desarrolla en el tiempo, necesita alimentarse
y otras salvaguardas que le provee la madre, y hasta puede morir, ya sea por razones
naturales o artificiales, como en el caso del aborto provocado. Seguramente Blackmun quiso
referirse a la potencialidad de la vida extrauterina, lo cual, se aplique o no a tal hipótesis la
relación metafísica entre potencia y acto, es en sí misma una obviedad, ya que el por nacer
80
229. ¿Qué se entiende por “interés inexcusable” en la jurisprudencia federal
estadounidense? Este estándar ha sido utilizado en los casos en los que la norma
gubernamental o estatal es cuestionada por afectar, de una manera profunda, la
sustancia o la posibilidad del ejercicio de un derecho constitucional. En estos
casos, la revisión judicial de la norma será de “estricto escrutinio,” y la norma en
cuestión será inconstitucional a menos que resulte necesaria, y en la medida
adecuada, para la protección o satisfacción de un compelling state interest.145 El
tribunal deberá, entonces, investigar no sólo acerca de los medios utilizados por
la norma, sino también sobre sus propósitos. Así sopesará intereses, en una
suerte de análisis de costo-beneficio de la legislación en cuestión: en qué
beneficia a los intereses que el Gobierno debe o puede válidamente perseguir y
cuál es el costo que, en valor de derecho individual, debe ser pagado por ello. El
tribunal, entonces, se preguntará acerca del sacrificio del derecho, acerca del
interés en juego y llegará a la pregunta definitiva: ¿se justifica ese concreto
sacrificio en aras de ese concreto interés? También se preguntará si no existe, en
el caso concreto, una opción normativa más razonable, menos “costosa en valor
derecho”, para satisfacer el interés inexcusable gubernamental. En caso de duda,
la balanza se inclinará por la protección del derecho amenazado.146
145 KARST, Kenneth (1986) voz “compelling interest”, en Encyclopaedia of the American
Constitution, New York: Macmillan, vol. I, p. 337. Recuerda el autor que la expresión fue
utilizada por primera vez por el legendario Justice Felix Frankfurter en Sweezy vs. New
Hampshire, 354 U.S. 234 (1957).
146 En BARRA, Rodolfo C. (1996) La protección constitucional del derecho a la vida, Buenos
Aires: Abeledo-Perrot, p. 95, nos referimos a distintos fallos de la Corte Suprema
estadounidense sobre la cuestión del compelling interest.
147 No es este el lugar para discutir el matiz que diferencia estos términos.
81
inexcusable, ya sea para restringir los derechos de la mujer o restringir los
derechos del por nacer.
231. Claro que en aquel último caso –el del niño por nacer- la restricción
tendrá un efecto inevitablemente absoluto y definitivo, es decir, más que una
restricción será una supresión o extinción, como también lo sería el caso en que
la opción desfavorable recaiga sobre la vida de la madre, hipótesis en la que
podría ser plausible una opción estatal a favor de la madre, en tanto ella es un
sujeto con relaciones sociales (afectivas, científicas, profesionales, educativas,
políticas, etc.) ya actuales.
232. Para llegar a las conclusiones anteriores, Roe debería haber aceptado la
subjetividad del por nacer, ya que el balance de derechos sólo puede hacerse con
relación a los sujetos titulares de los mismos. Si lo que deberíamos contraponer
a un derecho subjetivo –el sentido de un derecho que puede ser hecho valer por
una persona- no es el derecho de otro sujeto sino simplemente una realidad
objetiva (el interés público), aunque muy digna de respeto y protección, como no
podemos comparar sujetos con objetos, debemos poner en el platillo a otro
sujeto, ya no titular de un derecho sino de un interés-obligación sobre tal realidad
objetiva. En la cuestión del aborto, una vez excluida la consideración del sujeto
natural para contraponer al “platillo” de la madre -esto es, el por nacer- queda el
Estado, pero ello sólo en razón de su interés inexcusable –e indiscutible- en
proteger esa realidad objetiva tan trascendente.
148 Cuestión que es negada por la minoría disidente en Roe, como veremos luego.
149 Enmienda XIV, Sección 1: “…ningún Estado privará a persona alguna de la vida…sin el
debido proceso legal…”
82
término “persona” utilizado en esa norma constitucional “no incluye al no
nacido.”150
150 Blackmun advierte con agudeza la totalidad de las implicancias que provendrían de
considerar que el por-nacer es persona, esto es, sujeto de derecho. Así, en la nota 54 de Roe
destaca las inconsecuencias en que incurren las legislaciones estaduales que admiten el
aborto en ciertos supuestos –salud, violación- que no son comparables con el derecho de
una persona a la propia vida, conforme con la Enmienda XIV.
Este tipo de incongruencias las notamos también en nuestro ordenamiento, donde no cabe
duda que al por-nacer se lo considera persona (conf., art. 4.1, CADH; art. 1º, CDN; art. 75,
incs. 22 y 23, Const. Nac.): nada justifica, entonces, que el aborto no sea punible en el caso
de violación de una mujer idiota o demente (ver art. 86, inc. 2°, Código Penal); es que la vida
de la persona por-nacer nada tiene que ver con el castigo del delito cometido por su padre,
ni con la reparación del agravio inconmensurable sufrido por su madre, ni con la salud
psíquica de ésta. Parecería que la norma penal mencionada tiene una indudable inspiración
eugenésica.
83
“deshacerse” de ese, digamos, “objeto,”153el cual, seguramente contra su
voluntad, porta en su seno.
153 Aún cuando se trate de un “objeto” muy valioso, digno de una protección especial, pero no
absoluta, por parte del ordenamiento, de una manera análoga a la que el mismo
ordenamiento, aunque con mucha mayor intensidad, protege de la extinción a, digamos, la
especie de los ornitorrincos, o de la destrucción a una obra de arte. El ejemplo dista de ser
arbitrario, por el contrario, se encuentra precisamente en la médula del razonamiento de
DWORKIN, Ronald (1993) Life’sdominion, anargumentaboutabortion, eutanasia and
individual freedom, New York: Knopf.
156 Distinto es el caso de los embriones producidos con ayuda de medios artificiales y luego
congelados. Estos, en muchas legislaciones, cuentan con algún tipo de protección estatal,
para evitar su manipulación, la alteración genética, o el tratamiento como mero objeto de
investigación científica, etc.; en algún caso hasta se llega a prohibir su destrucción, al menos
por un tiempo muy prolongado. Es curioso que la protección del embrión fuera del seno de
84
239. A partir de un determinado momento durante el embarazo, surge el
compelling point, el “punto de fuerza” en el interés estadual de proteger la salud
de la mujer embarazada. La sentencia considera157 que esto ocurre
aproximadamente al final del primer trimestre, ya que es un hecho médicamente
comprobado que “hasta el final del primer trimestre la mortalidad (materna)
por causa de aborto puede ser menor que la mortalidad (materna) en partos
normales”.
157 P. 163.
158 P. 163.
159 Doe vs. Bolton, 410 U.S. 179, fallado junto con Roe el 22 de enero de 1973. La necesidad de
tal lectura conjunta, de manera que ambos forman un holding único, fue especialmente
recomendada por el mismo Blackmun en su opinión líder en Roe.
85
aborto160, esto es, sin que sea para nada exigible la existencia de alguna necesidad
basada en la protección de la salud o la vida de la mujer.
160 Ello, claro está, si la mujer no opta por ingerir la “píldora del día después” lo que, en ciertos
ordenamientos podría hacer hasta sin necesidad de prescripción médica. Es cierto que los
defensores de este fármaco sostienen que el mismo no es un producto abortivo ya que su
efecto no va más allá de impedir la anidación del embrión, al que llaman “pre-embrión”.
Pero este “pre-embrión”, ¿es un ser vivo?, ¿Cuál es su naturaleza? ¿es un ser vivo
perteneciente a la especie humana? ¿es un ser humano? Nadie podría negar seriamente que
el mencionado “pre-embrión” es, como el embrión y el feto durante toda su evolución un ser
de identidad biológica diferente a la de la madre. Volveremos sobre esta cuestión luego en
el numeral VII.
161 En realidad, la ley era abortista, y también por razones eugenésicas. Como se ve, permitía el
aborto en circunstancias muy amplias: las que suelen declarar, de la boca para fuera, los
sostenedores del aborto para defender el ejercicio de esta “práctica”. Pero, como lo vemos
en el texto, el problema es que se trataba de requisitos (al menos los dos primeros) que
debían ser médicamente acreditados: la ley estadual cuestionada en Doe no admitía el
aborto a pleno arbitrio de la madre.
86
por la razón que la mujer considerase beneficiosa para su “salud” –p. ej., evitar el
estrés, los vómitos e indisposiciones iniciales, quizás la necesidad de reposo, la
conveniencia de un viaje de distracción, etc.- o mejor, conveniente para “su plan
de vida”, en la medida en que el médico, dedicado a la práctica abortiva, decidiese
realizar la “intervención”, lo que iba a ocurrir, y sigue ocurriendo, en la gran
mayoría de los casos.
247. Durante este segundo período -que va del cuarto al sexto mes inclusive de
gestación- el Estado puede regular el “procedimiento” abortivo, pero sólo en la
medida razonable que se corresponda con la necesidad –sólo en este punto radica
el “interés inexcusable estatal”- de preservar y proteger la salud de la madre. Así
el Estado podrá regular lo que se refiera a los requisitos que puedan serle exigidos
al profesional, el tipo de instalación en la que el aborto pueda ser practicado o, se
nos ocurre, la “junta médica” exigida por la ley estadual, declarada
inconstitucional en Doe por no dejar a salvo de esta regulación a los
“procedimientos” seguidos durante el primer trimestre.
248. Por último, con el inicio del tercer trimestre se produce un nuevo punto
de inflexión: la “viabilidad” del feto. El feto es viable cuando “presumiblemente
es capaz de seguir de una vida razonable fuera del vientre de la madre”, define
Roe. “Si el Estado se considera interesado –continúa la sentencia en el mismo
lugar, sugiriendo también que el Estado podría, válidamente, no tener tal
162 Cuando la ecografía hecha en, por ejemplo, el quinto mes acierta con dar con la cara del feto,
y a este se lo deja nacer, se puede advertir en la cara fotografiada del no nacido y, luego, del
nacido, la presencia de las mismas facciones, la indiscutible identidad personal.
Recordemos, por otra parte, que el período embrionario finaliza con la octava semana,
mientras que en la siguiente comienza el denominado período fetal. Ciertamente a partir de
aquí el por nacer tiene una forma inconfundiblemente humana.
87
interés, hipótesis imposible si se reconociese la humanidad del por-nacer- en
proteger la vida fetal después de la viabilidad, podría llegar tan lejos como para
proscribir el aborto durante tal período, excepto cuando (el procedimiento)
resultase necesario para proteger la vida o la salud de la madre”. Es decir que,
aún durante el tercer trimestre, el aborto podría no ser prohibido, sino
simplemente limitado, seguramente para, como en el segundo trimestre, hacer
que la operación sea segura para la madre. Aún así, el Estado no podría prohibir
el aborto si este fuese necesario para preservar la vida o la salud de la madre, una
hipótesis bastante improbable a tal altura de la gestación, y que, normalmente,
podrá ser debidamente neutralizada con el nacimiento prematuro, y, por
definición, viable, del niño.163
249. Así, siete prominentes hombres, integrantes del Tribunal de justicia más
prestigioso de nuestra era,164 parte del gobierno y del sistema quizás más
163 Si la madre no quisiese conservar a su hijo, este podría ser atendido y cuidado por el Estado,
para ser luego dado en adopción. Podría sostenerse que el nacimiento del niño, el saber que
el hijo está vivo pero que ella (la madre) no está en condiciones de tenerlo consigo, podría
también generar un grave daño en la salud psíquica de la mujer. Ciertamente esta persona
estaría psíquicamente enferma, pero probablemente con independencia del embarazo, del
parto y del bebe, aunque estos “eventos” actuaran como desencadenantes. No parece
razonable que esto justifique la muerte de un niño ya formado y viable, para utilizar la
expresión del Tribunal norteamericano (pensamos que prácticamente en ningún caso tal
justificación sería aceptable), todo esto sin perjuicio de que dar un niño en adopción, por sí
mismo, no debería ser dañoso para la madre. Debemos revalorizar el valor social y humano
del instituto de la adopción.
164 El fallo fue de siete votos por la mayoría, con opiniones concurrentes y dos por la minoría.
Recordemos que la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos se encuentra formada,
desde hace aproximadamente 150 años, por nueve miembros, el mismo número que en
nuestro medio parece haber generado una aversión digna de esotéricos estudiosos de la
“cábala”. La Constitución norteamericana de 1787 dejó en manos del Congreso la fijación
del número de jueces de la Corte Suprema, según resulta del art. III, Sección primera, con
una redacción que nuestro constituyente de 1860 prácticamente tradujo en el viejo art. 94,
actual 108, Const. Nac. El número de integrantes de la Corte estadounidense no fue
pacíficamente invariable en la historia de ese Tribunal. Tal composición fue materia de
disputas políticas, que condujeron al Congreso a fijar en seis el primer Tribunal, desde 1789
hasta 1801 (siempre sumando al Chief Justice o Presidente, con los restantes miembros, los
associate justices, entonces, p. ej., un Presidente y cinco asociados). En 1801 se redujo a un
total de cinco, para subir a un total de siete en 1807, luego a nueve en 1837, para aumentar
a un total de 10 en 1863 y ser reducido nuevamente a siete en 1866. En 1869 el Congreso fijó
el número total de nueve jueces, un Presidente y ocho asociados, que es la integración que
llega a nuestros días.
88
comprometido con la democracia y la defensa de los derechos humanos, abrían
la puerta a un escandaloso promedio de 1.500.000 abortos anuales en Estados
Unidos desde 1973 a la fecha, en número creciente, y de los cuales el 20% -es
decir, nada menos que 300.000 por año- ocurren a partir del quinto mes de
embarazo, siempre según los datos aportados en el Carhart-2. Hoy nos hallamos,
ya frente a, aproximadamente, 50 millones de abortos desde Roe, de los cuales –
además, y para mostrar el lado más crudo de estas cifras- 10 millones se habrían
cometido (o, para el “neolenguaje”, “practicado”) sobre niños dotados de órganos
y forma iguales a los nuestros, y “viables”, según los mismos términos de Roe.
Como el mal, de tanto repetirse, “felizmente” (en realidad, infelizmente) se
convierte en una suerte de rito banal, podemos decir todo esto sin llorar, vomitar
o reaccionar con un ataque de violencia ciega contra todos los culpables de un
ejercicio del mal tan pero tan cuidadosamente llevado a cabo.
250. Casey165 fue el caso donde más cerca estuvo la Corte Suprema de revertir
Roe. Recordemos que en otras ocasiones de su historia el Tribunal había,
sanamente, revertido otras decisiones ominosas.166
guerra civil que terminó con la reforma constitucional de 1860. Aquí se reformó la norma
anterior, para seguir, ahora sí de manera total, el modelo estadounidense, aquél de la
remisión al Congreso. Nuestro Congreso fijó inicialmente el número del Tribunal en cinco
miembros, número al que se volvió mediante la ley 26.183. Pero el número de cinco no es ni
milagroso, ni tampoco el más conveniente, aunque satisfaga nuestras versiones
provincianas de “lo políticamente correcto”.
165 Planned Parenthood of Southeastern PA vs. Casey, Governor of Pennsylvania, 505 U.S.
833 (1992).
166 Si bien simplificando, ya que tanto mayoría como disidencia contienen entrecruzadas
concurrencias internas, podemos decir que la composición del fallo fue cinco a favor de la
supervivencia de Roe contra cuatro disidencias. Por la mayoría estuvieron O’Connor,
Kennedy, Souter, Blackmun y Stevens; por la minoría, Rehnquist, Scalia, Thomas y White.
89
fuese casada; 4) las características que debería reunir una eventual circunstancia
de “emergencia médica”, verificadas las cuales se debía excusar el cumplimiento
de los requisitos anteriores; 5) los requerimientos a ser cumplidos por las
instalaciones donde se “proveen los servicios abortivos”.
167 Esta conclusión es sorprendente, aún admitiendo la constitucionalidad del aborto. El padre
del niño es coautor de su concepción, allí está su “sangre”, su herencia genética. Él también
tiene derecho a la paternidad. Para la Corte, la intervención paterna podría significar que
un importante número de mujeres se viesen impedidas de obtener el aborto, con un efecto
similar a si la ley lo prohibiese enteramente. Este argumento muestra que el Tribunal le dio
un valor casi absoluto –con muy pocas excepciones- a la decisión de la madre, tanto como
para dejar de lado la voluntad paterna. Además, dado que el requisito del consentimiento
del padre del niño-víctima podía, de todas maneras, ser excusado en caso de emergencia
médica, la decisión muestra la escasa importancia que, en realidad, la Corte le concedió, y
le concede, al requisito de la protección de la vida o la salud de la madre, como justificativo
del aborto: si el consentimiento paterno puede obstaculizar el aborto en una gran cantidad
de casos, consentimiento que no debía ser requerido en el supuesto de “emergencia médica”,
es porque en una gran cantidad de casos, tantos como para justificar la preocupación de la
Corte, no se encontrará en peligro la salud de la mujer (en hipótesis de suficiente gravedad
como para significar una “emergencia médica”) y por tanto tal condición será ajena a la
decisión abortista de ella y a la política judicial acerca del aborto.
168 Casey es crítico con respecto a la doctrina de los trimestres, a la que considera no sustancial
con respecto al holding de Roe. En especial, Casey reconoce que aquella doctrina tuvo el
efecto de limitar cualquier tipo de intervención estatal antes de la “viabilidad” del feto: “Roe
vs. Wade fue expreso en su reconocimiento del importante y legítimo interés del Estado en
preservar y proteger la salud de la mujer embarazada y en proteger la potencialidad de
la vida humana… El esquema trimestral, sin embargo, no satisface la premisa del mismo
Roe en el sentido que el Estado tiene un interés en proteger la vida fetal o vida potencial.
Roe se contradice al usar el esquema trimestral que lo lleva a prohibir cualquier
regulación del aborto destinada a sostener aquel interés antes de la viabilidad… Antes de
la viabilidad, Roe y los casos siguientes tratan a todo intento gubernamental tendiente a
influenciar sobre la decisión de la mujer en beneficio de la vida potencial que se encuentra
dentro de ella, como no protegido. Este trato es, en nuestro criterio, incompatible con el
reconocimiento que existe un interés sustancial del Estado en (lo que respecta) a la vida
potencial existente a través del embarazo” (pp. 875-876). Lo que expondremos en el texto
90
reafirma el “reconocimiento del derecho de la mujer a optar por un aborto antes
de la viabilidad del feto y de poder practicarlo sin una indebida interferencia
estatal, cuyos intereses en esa etapa anterior a la viabilidad no son
suficientemente fuertes como para establecer una prohibición del aborto o la
imposición de obstáculos sustanciales al ejercicio efectivo del derecho de la
mujer a optar por aquel procedimiento”.
255. La doctrina de la viabilidad -en sí misma errónea, como veremos- es, sin
duda, más favorable que la doctrina de Roe de la estricta división en trimestres
ya que amplía (o debería ampliar), el poder de restricción estatal sobre el aborto
seguramente a partir del quinto mes, cuando con Roe, en cambio, tal interés
estatal comenzaba a ser admitido como válido recién a partir del séptimo mes
(inicio del tercer trimestre). No debemos dejar de considerar que aquellos dos
meses de diferencia suponen, seguramente, la preservación anual de varios miles
de vidas humanas.
257. Por cierto, es difícil precisar los límites mínimos de una vida razonable o
plena de sentido.170En la generalidad de los casos, el prematuramente nacido
le hecha un poco más de luz a este párrafo que, fuera de su contexto integral nos llevaría a
interpretar a Casey desde una óptica más fuertemente antiabortista.
169 Nótese que no dice “prohibir”; hemos traducido de manera textual: “…a confirmation of the
State’s power to restrict abortion after viability…”. Pero, de todas maneras, es posible y
plausible interpretar que la restricción debería llegar a ser absoluta. Si el feto es “viable”, no
habría razón que justificase el aborto, salvada la cuestión de la vida de la madre.
170 Pensemos que, a pesar de sus graves condiciones de salud, Stephen Hawking fue uno de los
principales científicos contemporáneos, y su vida tuvo muchísimo sentido a pesar de los
impedimentos físicos que padeció. Una persona enferma de los pulmones, o con otros
problemas de desarrollo –podrían ser, aunque no necesariamente, los principales riesgos
de un parto tan prematuro- puede llevar una vida razonable y plena de sentido; por el
contrario, alguien nacido en término, con o sin problemas de salud, puede sentir que su vida
91
puede llevar, en forma objetiva, una vida con sentido dentro de los parámetros
normales. Lo importante es que, con el paso del tiempo y el desarrollo de la
medicina, ello será así cada vez más, y quizás el quinto mes de gestación se
convierta, a estos efectos, en tan seguro como el séptimo; también quizás, por qué
no, se invente un medio artificial con los mismos efectos que el vientre materno,
lo que podría, p. ej., posibilitar que el feto de cuatro meses continuara su
desarrollo extrauterino sin mayores consecuencias.171
carece de sentido y llegar hasta la desesperación, como ocurre, precisamente con muchas
mujeres que han pasado por la experiencia de un aborto.
171 En definitiva ese medio artificial sería, para el por-nacer, un ámbito más seguro que el
vientre de la mujer que, de otra manera, optaría por el aborto.
172 El texto emplea el verbo “tonourish”, que significa tanto sostener mediante alimentos, o dar
fuerza, o promover. Creo que el término “sustentable” se ajusta al sentido del texto original.
173 Desde el punto de vista médico, el feto es viable a partir de la semana 22, ver MOORE, Keith
(1992) Embriología clínica, México: Interamericana, cuarta edición, p. 5. Nuestra crítica se
refiere al valor o incidencia que el Tribunal le otorga a la “viabilidad” a los efectos del aborto.
Ampliar en BIANCHI, Alberto B. (1999) En contra del aborto, Buenos Aires: Ábaco, p. 105 y
ss.
92
que es apto para vivir en el ambiente adecuado a su naturaleza, en cada momento
de su desarrollo biológico.174
260. Así, sostener que un feto de tres meses de gestación no es “viable”, tanto
en el sentido de Roe como en el de Casey, es una idea engañosa, en tanto que
efectivamente lo es en el seno materno, que es donde debe serlo, o en un ambiente
igual si pudiera este ser construido fuera de aquel medio natural, como hemos
imaginado más arriba. Pero lo más engañoso es quitarle la posibilidad de
sobrevivir por no ser todavía “viable” fuera del vientre de la madre, aunque esté
naturalmente destinado a serlo. Es que el aborto anterior a la “viabilidad” impide
artificialmente, contra natura, que aquella “viabilidad” sea posible en el
momento adecuado, de manera que ese concepto judicial de la “viabilidad” es una
especie de petición de principio. Sólo podría ser aplicado, en todo caso, si se diera
el caso de un embrión que, por razones naturales, no pudiera desarrollarse para
llegar a tal viabilidad. Este no sería viable por definición, mientras que el embrión
“normal”, sano, en condiciones también normales, es viable por definición, sólo
que para que la viabilidad sea efectiva habrá que esperar un breve tiempo,175 en
ocasiones solo unos pocos días. Para que el por-nacer sea viable, en el sentido de
Casey basta con dejarlo vivir.
174 Un recién nacido, p. ej., no puede sobrevivir por muchas horas sin la asistencia de terceros.
Desde esta perspectiva el recién nacido no sería “viable”, en el mismo sentido en que lo es
una persona de 20 o 30 años de edad. Recordemos que, a pesar de las circunstancias
extremadamente desfavorables, los jóvenes uruguayos que sobrevivieron perdidos en los
Andes, supieron arreglárselas para ser “viables”.
175 Toda persona, en condiciones de salud y normalidad ambiental, es apta para llegar a los 80
años de edad, a menos que alguien le quite antes la vida.
93
No es viable fuera del agua, pero es que no se lo debe poner allí, a menos que se
lo quiera matar.
177 Tomamos el calificativo de ARKEs, Hadley (2004) Natural Rights & the Right to Choose,
New York: Cambridge University Press, p. p. 179, en un razonamiento crítico de la
concepción de los denominados “derechos reproductivos”, que son predicados a favor de la
madre pero son impedidos porque nunca llegará a gozarlos, en el niño. “Simplemente (dice
el autor) la niña puede reclamar existir, en tanto que portadora de derechos, pero solo
94
266. Todo esto -volviendo a los dos Carhart y a los “banalmente” llamados
métodos “D&E y “D&X- sin considerar el caso de niños de cinco meses de
gestación o más, que son descuartizados, o son, luego de ya prácticamente
nacidos, decapitados o descerebrados. No es necesario, ni de buen gusto, agregar
más detalles sobre tales “procedimientos quirúrgicos destinados a la terminación
anticipada del embarazo”.
178
Cfr. Art 7.3 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, aprobado por ley 25.390
95
269. el Protocolo admite la excusa penal por violación de la madre sin exigir
que la víctima de la violación realice la denuncia penal correspondiente. La no
persecución penal de la violación (especialmente la intrafamiliar) impide
desarrollar políticas de represión criminal y de asistencia social, manteniendo la
sumisión de la mujer a la violencia callejera y, sobre todo, al autoritarismo
familiar masculino, expresado en abusos y violencia de distinto tipo, entre ellas
la sexual.
270. Nótese que estas violencias intrafamiliares, de las cuales sueñen ser
víctimas las menores, son cometidas por el padre o padrastro de la víctima, con
quien conviven bajo un mismo techo. Esto hace que el delito sea practicado
innumerable cantidad de veces, aprovechando la especial situación de sujeción
de la víctima (puede en algunas ocasiones ser su misma esposa o conviviente, aun
mayor de edad) manteniéndose impune y, entonces, con abierta potencialidad de
repetición hasta que pueda intervenir una autoridad pública que lo evite en lo
sucesivo y castigue con la pena debida al delincuente.
273. Es cierto que el delito de violación es de “instancia privada” –ya sería hora
de eliminar este anacrónico y disfuncional instituto, al menos para el caso de la
179 Claro que el violador podría recurrir, en la hipótesis, a la comadrona del barrio. Pero
prevenir la existencia de comadronas es tarea de la policía, del comisario de la jurisdicción,
siempre que tal tarea le sea exigida por sus superiores. Las medidas de protección de las dos
vidas deben conformar un sistema. Esto es en bien de la mujer y en bien del concebido.
96
violación- pero no lo es cuando la víctima de la violación es menor de 18 años de
edad.180
274. Por la demás al declarar la víctima –en cualquier caso: violación extra o
intrafamiliar; mujer mayor o menor- el hecho de la violación ante el personal
correspondiente de un establecimiento público (p.ej., hospital) o que a estos
efectos se encuentre cumpliendo con una obligación impuesta por una norma que
le alcanza (Protocolo), sea tal declaración meramente verbal o escrita, ya ha
realizado la “instancia” ante funcionario estatal o encomendado por el Estado
(por ej., el médico) quien tiene el deber de denunciar el hecho ante las
autoridades policiales, judiciales, o del Ministerio Público.
182 Góngora, Gabriel Arnaldo s/causa Nº 14.092, Fallos: 336: 392, de 23/4/2013.
97
prácticas jurídicas o consuetudinarias que respalden la persistencia o la
tolerancia de la violencia contra la mujer;
“esta Corte entiende que siguiendo una interpretación que vincula los objetivos
mencionados con la necesidad de establecer un "procedimiento legal justo eficaz
para la mujer", que incluya "un juicio oportuno" (cfr. el inciso f), del artículo
citado), la norma en cuestión impone considerar que en el marco de un
ordenamiento jurídico que ha incorporado al referido instrumento
internacional, tal el caso de nuestro país, la adopción de alternativas distintas la
definición del caso en la instancia del debate oral es improcedente".
“Ahora bien, la circunstancia de que la víctima no haya instado la acción por las
lesiones sufridas no impide que las mismas sean investigadas de oficio por
tratarse de un hecho de violencia contra la mujer enmarcado en la Convención
de Belem do Pará. Concretamente, las obligaciones derivadas del citado
98
instrumento de prevenir, investigar y sancionar este tipo de delitos exigen que la
promoción de la acción penal resulte ex officio y no dependa de la voluntad de
una víctima que, en la mayoría de los casos, resulta vulnerable.
184 Guías de Santiago sobre protección de Víctimas y Testigos, documento aprobado en la XVI
Asamblea Ordinaria de la Asociación Ibero Americana de Ministerios Públicos (AIAMP),
Punta Cana, República Dominicana, 9 y 10 de julio 2008, art. 8.1.
99
de la víctima. Por ello entendemos que se configura la excepción prevista en el
inciso 2 del art. 72 del código sustantivo, pues en estos casos el Estado está
obligado frente a las responsabilidades asumidas internacionalmente a darle
cumplimiento a las garantías mínimas que establece el art. 16 de la ley n° 26.485
del 11 de marzo de 2009 de ‘Protección Integral para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales,’ que incluye el derecho de las mujeres a vivir una vida
sin violencia”.185
VIII. PRUEBA
DOCUMENTAL:
EN PODER DE LA CONTRAPARTE:
Se intime al MINISTERIO DE SALUD DE LA NACION a acompañar copia
certificada de las estadísticas y de los informes médicos y jurídicos tenidos a la
vista para dictar la Resolución impugnada y que obraren en los respectivos
expedientes administrativos, con indicación de la foja y número de expediente y
del nombre y cargo de los funcionario firmantes de los mismos.
INFORMATIVA:
Se libren los siguientes oficios:
1). A la Academia Nacional de Medicina, con domicilio en la calle de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, a fin de que:
a) Remita copia de la totalidad de las declaraciones o pronunciamientos que haya
efectuado relacionados con la temática del aborto provocado, inicio de la vida,
objeción de conciencia y temas relacionados con ellos.
1) Si existen contradicción entre las obligaciones derivadas del juramento
hipocrático y el régimen del Protocolo aprobado por Resolución 1/2019 MSN
impugnada en autos;
2) cuáles son, según la literatura médica, las situaciones de salud durante el
embarazo donde sea imposible salvar la vida de la madre sin necesidad de
recurrir a la práctica del aborto;
3) cuáles son los protocolos a seguir en tales casos;
4) si es medicamente más adecuado y conforme al juramento tratar de salvar las
vidas del por nacer y de su madre;
185 CNACyC, Sala VI, causa nº 1601/12, “C.C.,O.H s/ falta de acción”, rta.: 15/11/12.
100
5) cuál es la frecuencia de ocurrencia de dichos casos (aborto por razones de salud
de la madre) y si esos casos son prevenibles médicamente con las medidas
apropiadas;
6) qué medidas corresponde tomar en estos casos;
7) a partir de qué semana es posible la sobrevida del niño en caso de nacimiento
prematuro;
8) si en los casos de riesgo para la vida de la madre, puede ser indicado el
adelantamiento del parto, qué medidas se deben tomar para ello y en qué casos
procede;
9) cuál ha sido la evolución de la ciencia médica desde 1921 hasta la fecha en la
materia;
10) si la incapacidad mental es incompatible con el embarazo y el ejercicio de la
maternidad;
11) si la incapacidad mental se transmite hereditariamente en forma necesaria al
hijo por nacer.
12) Si la realización de un aborto intencional está exento de riesgos para la vida y
salud de la mujer gestante.
13) Informe si puede producir secuelas posteriores en la mujer, detallando su
naturaleza y probabilidad de curación
14) Si un aborto intencional es en general menos riesgoso que los embarazos en
general.
15) Si un aborto intencional puede requerir en su realización o a consecuencia de
sus complicaciones procedimientos invasivos.
16) Si entre los métodos de aborto intencional sobre embriones o fetos vivos, de
acuerdo al Protocolo aprobado por la Resolución 1/2019 del MSN se encuentra
el suministro de la droga misoprostol.
17) Indique si a la dosis recomendada del misoprostol para provocar esos
abortos se pueden producir efectos o reacciones adversas que entrañen riesgo
para la vida o la salud de la madre gestante.
18) Indique si entre esos riesgos se encuentran los de sangrados o hemorragias.
19) Indique si los antecedentes médicos del paciente pueden predisponer o
favorecer las hemorragias. Informe en qué casos.
20) Indique si es de buena práctica médica realizar estudios consistentes en
análisis clínicos y de laboratorio previos al suministro al paciente.
21) Indique si los sangrados o hemorragias pueden desencadenarse de modo
repentino y/o imprevisto.
22) Informe las potenciales consecuencias de las hemorragias.
101
23) Indique si entre ellas se cuenta como posibilidad un shock hipovolémico.
Explique en qué consiste el mismo y sus consecuencias para la salud.
24) Indique si un shock hipovolémico puede conducir a lesiones cerebrales de
carácter permanente. Indique las consecuencias de estas lesiones. Indique si en
tal circunstancia puede producirse la muerte de la mujer.
25) Indique si las consecuencias de los puntos 10 a 13 se agravan como producto
del suministro de otros medicamentos. Indique si el consumo de aspirinas,
ibuprofreno, diclofenac, u otros analgésicos y/o medicamentos agravan la
posibilidad de sangrados hemorrágicos.
26) Indique si es de buena práctica médica que un sangrado hemorrágico sea
atendido en un centro de internación hospitalario.
27) Indique si puede ser necesaria la realización de alguna práctica quirúrgica
para la detención de la hemorragia y qué instrumental y personal requeriría tal
práctica.
28) Indique si en caso de hemorragia pueden ser necesarias transfusiones.
29) Indique si en caso de hemorragia puede ser necesario el traslado a terapia
intensiva.
30) Indique si aumentan los riesgos de daño a la salud o riesgo de vida del
paciente por la demora en la atención de un sangrado hemorrágico.
31) Indique si un sangrado o hemorragia no atendido de inmediato podría
prolongar el tiempo de internación de una paciente.
32) Indique cuales son los casos medicamente establecidos en los que el
embarazo pone en riesgo la vida o salud de la madre y en los cuales el aborto
resultaría un medio inevitable.
33) Indique si en alguno de esos casos es posible adelantar el parto para conjurar
los peligros a la vida y salud de la madre.
34) Indique si es de buena praxis médica causar el menor daño posible.
35) Indique si fuera de los casos de violación, existen en casos de embarazos
inesperados o no deseados, riesgos para la salud emocional o social, detallando
los mismos.
36) Indique si esos riesgos para la madre gestante pueden evitarse por otros
medios que el aborto, indicando cuales.
37) Indique a partir de qué semana del periodo de gestación late el corazón de los
embriones.
38) Indique a partir de cuando comienza la movilidad de los embriones o fetos
39) Indique a partir de cuando comienza la sensibilidad de los embriones o fetos
40) Indique a partir de cuándo pueden padecer sufrimientos y dolor de los
embriones o fetos
102
2) Al Ministerio de Salud de la Nación a fin de que remita las estadísticas oficiales
de los últimos 10 años de fallecimientos de mujeres consideradas en edad fértil,
y en especial las relacionadas con embarazos y abortos, discriminando en
muertes totales y en los casos de abortos se informe cuantas corresponden a
muertes por abortos provocados y cuantas a abortos espontáneos en todo el país.
103
10) Jorge Alberto MACIEL, DNI 26.684.700, médico especialista en Ginecología
y Obstetricia, MP de Río Negro 5318 y Matrícula de Especialista en Ginecologia
y Obstetricia 1056, MP de Neuquén 6486 y Matrícula de Especialista en
Tocoginecología 3549, con domicilio en Villegas 440, 5to Piso Dpto 3, Cipolletti,
Pcia. de Río Negro.
11) Pablo María DELLATORRE, DNI 22.501.614, médico MN 99318, con
domicilio en O’Higgins 1451, San Miguel, Pcia. de Bs. As.
12) Fernando P. SECIN, DNI 20.567.650, médico urólogo, MN 87402, con
domicilio en Suipacha 1294, piso 7° B, CABA.
13) Ana María GARCÍA MARTIN DE PARINI, DNI 10.131.195, médica ginecóloga
y obstetra, MN 46176, con domicilio en Av. García del Río 2539, piso 3°A, CABA
14) Gustavo GOLDSMORTHI, DNI 25.203.604, médico ginecólogo obstetra, Mat
prof 26622, Matr especialista 11469, con domicilio en Moldes 3556, piso 1° A,
CABA.
15) Norma Eugenia MENDES SIMOES, DNI 21.560.782, con domicilio en Paraná
426, P. 11 E, CABA
16) Carolina Antonina DELAFUENTE, Lic. en Psicología, Ctry. Talar del Lago 2,
lote 342, Gral. Pacheco, Tigre, Pcia. De buenos Aires.
17) Carolina PRIETO SCHORR DE GHILARDI, abogada, domiciliada en Coronel
Escalada 1200, Ba. Laguna del Sol, lote 539, Pcia. de Buenos Aires
18) Úrsula Cristina Basset, abogada, domiciliada en Av. Córdonba1156, 9no. C
19) Rabino Fernando Gustavo Szlajen, Bogotá 2422 5°A., CABA
104
los hechos y los planteos efectuados en la demanda inicial y en esta presentación,
dejo expresamente introducida la cuestión federal y la reserva de esta parte de
recurrir ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por la vía prevista en el
artículo 14 de la Ley 48.
X. PETITORIO
1.Nos tenga por presentados, por parte y con el domicilio legal constituido
SERÁ JUSTICIA