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División
Sobre la división
1. Vergnaud, G. (1995) Aprendizajes)* didácticas: ¿Qué hay de nuevo? Edicial. Buenos Aires.
2. Sobre el tema de campos conceptuales, estructuras multiplicativas así como de significados de las ope-
raciones, en particular de la división, se puede consultar el libro El sentido de ios operaciones a trave's
de la resolución de problemas, de Mónica Pena, op. cií.
Todos los alumnos del grupo habían aprendido, sin duda, a sumar,
restar, multiplicar y hasta dividir por una cifra.
Sin embargo, apenas leído el problema, se pudo observar en el aula una
cierta molestia; los alumnos discutían entre ellos, se enfadaban... Nos acer-
camos (docente y observadora) a los grupos y pudimos determinar el origen
del fastidio:
— No sabemos hacerío...
— ¿Hacer que?
— Las divisiones, no sabemos divicíir34 dividido 52 ni 52 dividido 34,
¿cómo se hacen?
— ¿No lo pueden resoíver de otra manera? ¿Tienen que dividir?
— Sí, si hay que repartir...
.
Ya analizamos en el capítulo anterior que una de las dificultades impor-
tantes que se detectan en el aprendizaje de la matemática a lo largo de la es-
colaridad obligatoria es que muchos alumnos no modifican los significados
iniciales que atribuyen a los conceptos, en particular a las operaciones arit-
méticas. Por ejemplo, alumnos de distintos niveles escolares, incluso de
tercer ciclo, identifican a la división con un reparto y asumen que el cociente
debe ser menor que el dividendo y estas características, válidas en los natu-
rales, tienen que ser cuestionadas, rechazadas y/o modificadas cuando se
aborda la división de fracciones o decimales.
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Resolver el primer problema con restas
72 - 8 - 8 - 8 - 8...
¿Cómo saber cuándo parar, o bien hasta cuándo seguir restando? Hasta
que se hayan terminado las latas, es decir, cuando se obtenga un resultado O,
o bien cuando el número obtenido sea menor que 8 y ya no se pueda llenar
otra caja.
Y ¿cómo_y dónde leer el resultado, es decir, el número de cajas que se
habrán llenado? El número 9, respuesta del problema, no queda explícita-
mente escrito en el cálculo y para determinarlo será necesario comprender
que el número de veces que se resta 8 corresponde al número de cajas llenas.
Encontramos aquí una característica especial relacionada con el procedi-
miento usado: hay dos valores que podrían ser considerados como resulta-
dos, uno el del cálculo realizado y otro el que se obtiene interpretando ese
cálculo en el contexto del problema y que en este caso es 9 cajas.
Podemos convenir en hablar de resuítao'o de los cálculos y respuesta
al problema, para distinguirlos. Por lo tanto, en este caso, el resultado del
cálculo realizado no coincide con la respuesta al problema. La respuesta al
problema exige una interpretación del/los cálculo/s realizados.
8 + 8 + 8 + ...
72-8-64
64-8=56
8-8-0
Cada una de estas restas representará una caja llena con 8 latas.
Algunos alumnos con dificultades para comprender procedimientos de
otros que representen el procedimiento con una única cuenta de restas suce-
sivas pueden estar en mejores condiciones de producir o interpretar este
último procedimiento que recurre a la escritura de varias restas.
Si el número de latas del problema no fuera un múltiplo del número de
ellas en cada caja, el cálculo debería detenerse —en el primer caso— cuando
el resultado fuera menor que 8 y, por lo tanto, no pudiera llenarse una nueva
caja; y, en el segundo caso, al resolverlo con sumas, cuando la suma de las
latas «utilizadas» hasta ese momento para llenar cajas no superan aún el
total de latas y sin embargo, al sumar nuevamente 8, se supera ese número.
Si se toma un número como 9 3 como número total de latas, la suma
de «ios 8» deberá terminarse al llegar a 8 8, ya que sólo restarían 5 latas que
no llenan una nueva caja; o que sucediera que al sumar nuevamente 8 se
superara el número total, es decir 93. Del mismo modo se deberán suspen-
der las restas sucesivas al llegar a 5, ya que no se puede llenar una nueva caja.
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Resolver el segundo problema
75-25-25-25-0
....
25 + 25 + 25-75.
DIVISIÓN 185
Para el cumpleaños de su mamá, juani quiere regalarle a su
mamá una hebilla para el pelo que cuesta $20; ya tiene
ahorrado $8, ¿cuánto le falta aún ahorrar?
Los dos problemas anteriores pueden también ser resueltos por medio
de una multiplicación. Pueden realizarse productos de 8 por 2, 3..., hasta
lograr un producto que se aproxime o sea igual a 72; esos números represen-
tan sucesivamente el número de cajas que se pueden llenar con 8 latas. Me-
jor aún se podría probar con algunos números, por ejemplo «5x8 = 40», con-
cluir que todavía pueden llenarse más cajas, y razonar que si con 5 cajas se
ocupan 40 latas, con 10 cajas se ocuparán 80 latas y, dado que hay 75 latas,
se podrán llenar únicamente 9 cajas.
En el segundo problema, dado que hay 2 5 niños, si se piensa en dar un
libro a cada niño, se necesitan 25 libros, si les doy 2 se ocuparán 50 y para
3 se necesitan 75 libros.
Tipos de problemas
4. Sobre otros significados y distintos aspectos involucrados en la división se puede consultar el artículo
Saiz, I. (1994) -Dividir con dificultad o la dificultad de dividir». En Parra. C. e I. Saiz (1994)
Didáctica de íú Matemática, op. cit.
DIVISIÓN [l8 7
En las clases
Don Juan quiere llevar sus siete vacas al pueblo para venderlas.
Pero en su viejo camioncito sólo puede llevar dos vacas cada vez.
¿Cuántos viajes tendrá que hacer don Juan para llevar todas sus
vacas al pueblo?
Este u otro problema similar permite que los alumnos inicien el trabajo
sistemático con la división, tratando de abarcar distintos aspectos de la ope-
ración. Hemos realizado comentarios similares en la propuesta de introduc-
ción de la multiplicación
En la primera cuestión se trata de determinar el cociente de la división,
si bien los alumnos lo encontrarán seguramente por medio de restas o sumas.
La división no es exacta, el resto es 2, este dato será necesario para la siguiente
cuestión, a fin de determinar que se necesitan 14 monedas más y no 1 6 para
poder quedarse otros 2 días en el puerto.
La tercera pregunta puede ser resuelta por medio de una multiplicación
y la finalidad de incluirla en este estudio de la división corresponde a la in-
tención de poner en relación procesos en cierto modo inversos uno respecto
del otro.
Dado que paralelamente se estará desarrollando el concepto de multi-
plicación, su relación con suma y resta, el dominio de productos, las relacio-
nes con otros, el cálculo mental, etc., se espera que la división pueda ser defi-
nida, a mediados de tercer grado, a partir de la multiplicación, y no de las
operaciones de suma y resta.
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los procedimientos—, la reflexiones planteadas en clase, las propiedades
que se vayan estableciendo, los argumentos que se desarrollen para validar
las afirmaciones, etc. Por lo tanto, a pesar de que se introduzca el signo de
la división en relación con un cierto tipo de problema, el trabajo posterior
permitirá enriquecerlo.
Una opción posible es introducirlo como la operación que permite
obtener un factor de un producto. Por ejemplo, en problemas como:
violeta
blanco
rojo
DIVISIÓN
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25
18
28
34
6 2
4 3
42 0
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Esta situación puede ser aprovechada para analizar por qué una descom-
posición como «100 + 40 + 6» u otras, que pueden aparecer como descom-
posiciones útiles de 146, no lo son en este caso, ya que ni 100 ni 40 pueden
ser obtenidos como productos de 12 por algún número natural. Los alumnos
tienen que aprender a seleccionar las descomposiciones más adecuadas según
la situación planteada.
Encontrar el cociente y resto de esa división permite responder a casi la
totalidad de las preguntas, y hace necesario efectuar, en algunos casos, otros
cálculos que pueden ser realizados mentalmente. Es decir que, una vez resuelta
la primera división, las preguntas obligan a interpretar los distintos núme-
ros y las distintas situaciones que se van planteando; pero las dificultades no
residen en los cálculos, sino en las distintas relaciones que se pueden esta-
blecer entre los datos dados o encontrados y el control de significados que se
debe realizar.
Son, por lo tanto, estos problemas u otros similares los que favorecen
que los alumnos desarrollen esas capacidades indispensables en el trabajo
matemático.
Analicemos los conocimientos que deberán involucrarse para responder
a cada pregunta:
- La respuesta a la primera pregunta es el cociente de la división más
uno: «c + 1», para lo cual es necesario considerar el resto de la divi-
sión. Los alumnos de diferentes niveles consideran, con frecuen-
cia, que el resto es «lo que sobra» y que, por lo tanto, no es necesa-
rio considerarlo en la resolución del problema; situaciones como
la que estamos planteando favorecerán que empiecen a conside-
rarlo como un número que brinda información variada, y que es
necesario poder interpretarlo y tenerlo en cuenta.
- Para la segunda hay que realizar el cálculo correspondiente al nú-
mero de lugares de una mesa menos el resto: «12- r». Si se consi-
dera que se ocuparon 12 mesas, y se agregó otra para las 2 perso-
nas que indicaba el resto de la división, entonces «12 - r», será el
número de lugares vacíos en esa mesa. Es importante notar que no
es necesario que los invitados se sienten de esa manera (12 mesas
llenas y 2 solos en otra mesa, pero para determinar el cálculo de
lugares aún disponibles es una manera cómoda de imaginar la situa-
ción. Estos aspectos también hacen a la cuestión de comprensión y
dominio de las operaciones y de resolución de las situaciones)
- La tercera puede obtenerse de al menos dos maneras diferentes:
considerando que si sobrarán 10 lugares (al agregar una mesa) estos
no podrán ser distribuidos de a 2 en las 13 mesas preparadas, ya que
en ese caso se necesitarían 18 lugares disponibles. O bien, pensar
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de la fiesta; la posibilidad de anticipar es una de las características funda-
mentales de la matemática, tanto como de otras ciencias. Para anticipar las
distintas situaciones que presenta la actividad, puede simularse lo que en
realidad ocurrirá cuando efectivamente los invitados lleguen a la fiesta y se
ubiquen como ellos lo deseen.
Finalmente, puede permitir la discusión acerca del hecho de que, cuando
se recurre a la división para representar y resolver matemáticamente la situa-
ción, se está considerando que la colección está siendo particionada en par-
tes iguales; en este caso, el total de lugares en partes (las mesas) del mismo nú-
mero de elementos (los 12 lugares) cada una. Sin embargo, como ya dijimos,
los invitados podrán sentarse de distintas maneras en esas mesas. Con fre-
cuencia, la condición que impone la división de considerar partes equipo-
lentes (igual número de elementos) no siempre es explicitada en los textos
de los problemas o en clase, dando por sentado que todos son conscientes de
esta condición.
Evolución de procedimientos
Pensar en colocar un video en cada estante, luego otro, etc., es decir, res-
tar sucesivamente 17a 894, es un procedimiento largo y costoso en cálcu-
los. Sin embargo, podría pensarse en colocar inicialmente un grupito de
videos en cada uno de los estantes, por ejemplo 10. ¿Por qué elegir 10 y no
otro número? Porque es muy fácil multiplicar por 10. Nuevamente encon-
tramos la relación que con el sistema de numeración y el cálculo mental se
debería ir estableciendo con las operaciones, como hemos venido mostrán-
dolo a lo largo del libro.
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- El número de videos que se coloquen cada vez, por ejemplo, 10 y las
ventajas de este número para realizar los cálculos.
- La importancia de determinar previamente cuántas cifras tendrá el
cociente, lo que ayuda a controlar los resultados y detectar algunos
errores.
- La facilidad de realizar ciertos cálculos como mitades o de sumar
valores (si se sabe cuántos videos corresponden a 10, es fácil deter-
minar cuántos corresponderán a 5, y también cuantos correspon-
derán a 15 como «10 + 5», propiedades del isomorfismo de medi-
das, como vimos en el capítulo de Multiplicación)
- Y, al concluir el procedimiento, reconstruir el resultado final a par-
tir de los distintos cálculos.
Sobre el algoritmo
Una última consideración en este capítulo tiene que ver con mos-
trar que el procedimiento planteado anteriormente está muy cercano al
trabajo que se realiza en el algoritmo, si bien no se trabaja con cantida-
des globales ya que no se asigna 10 al cociente, sino una decena. La forma
de encontrar el cociente que planteamos previamente puede permitir a
los alumnos comprender mejor los distintos pasos del algoritmo conven-
cional, que es muy hermético y complejo para los alumnos en un primer
momento.
Ya vimos que la multiplicación puede aparecer como un recurso útil
para acortar el número de pasos necesarios para determinar el cociente y
también para estimar el número de cifras que tendrá el cociente. Resolver
una división puede pensarse como encontrar el mayor número que, multi-
plicado por el divisor, permite obtener —o acercarse lo más posible— el
dividendo. Esto proporciona un significado de la división, diferente al de
reparto. Este significado es además con el que puede pensarse la división en
los números enteros.
Elegir respuestas
Para cada problema elegí la respuesta que te parece
correcta:
i. El cajón de acelga se vende a $10. Por venta de acelga esta
mañana recaudaron $480. ¿Cuántos cajones vendieron?
40 cajones.
42 cajones.
48 cajones.
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Encontrar cocientes
Para encontrar el cociente de algunas divisiones, Mariela prueba
con multiplicaciones y compara el resultado con ef número que
tenía para dividir:
Decidí si ya encontró el resultado o si tiene que seguir probando
Para resolver «150 : 3 =» probó con «50 x 3».
Para resolver «670:6 =» probó con «110 x 6» y luego con «10 x 6».
Para resolver «100 :4-» probó con «30 x 4».
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