Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Leonardo LEIBSON
“Hablo sin saber. Hablo con mi cuerpo, y sin saber. Luego, digo siempre más de lo
que sé.”
J. Lacan
diferente al que la medicina conocía y que se tenía como el único posible. Freud, a
través de sus encuentros con “sus” histéricas principalmente, descubre ese cuerpo
ignorado por la ciencia médica, que se caracteriza por estar desunido del instinto,
por lo que sus modos de satisfacción se rigen por leyes que no son las de la
homeostasis sino las del decir. Es, en fin, un cuerpo que habla, o, al menos, que
está tomado por el lenguaje. Es por eso que Lacan puede afirmar que “Freud nos
logra a través de sucesivos pasos y nunca concluye como tal. Esos pasos
imagen, el que desprende el objeto -secuencia lógica más que cronológica, por
más que ciertos tiempos de la adquisición del cuerpo pueden relacionarse con
1
distintos momentos del sujeto. Teniendo en cuenta que se trata de cortes, cabe
cortes, lo que nos lleva a la pregunta acerca de qué es un padre y cómo éste
J. Lacan (10/5/67)
vinculación con lo Uno. De ahí que el cuerpo se cuenta como uno, uno por uno. Lo
cual quiere decir que donde hay uno, no puede haber otro. Esto entra en tensión
cuerpo hace su aparición. Porque en esa dialéctica parece haber una sola imagen
El psicoanálisis nos enseña, con toda claridad, que no hay cuerpo desde el inicio.
llamar de corte y confección. Y en varios planos (así como en una prenda hay
distintos tiempos.
2
Por un lado el corte que arranca al “ser viviente” de su medio natural. Este corte
si bien nunca alcanzarán a restituir ese supuesto estado originario, lo evocan (lo
Este primer corte tiene que ver con que el cachorro humano es recibido en un
sea trazo-, estructurando una demanda y haciendo surgir un resto que es causa
manera de dejarse localizar en esas coordenadas del deseo del Otro (una madre,
o alguien que haga sus veces). Para encontrar luego cómo se ubica allí mediante
las vicisitudes y los tiempos del Edipo. El efecto es que el cuerpo, además de uno,
es sexuado. Pero ahí ya se trata de otro corte, o de otra incidencia del corte.
Este desgarro de la Madre naturaleza (que es pura bondad porque no habla, por
ende no desea ni miente) implica el encuentro con una madre lenguajera que sí
habla y por ello desea (no pudiendo saber lo que desea), miente (a veces), se
parlante es una (“madre hay una sola”), o pretende serlo: ser única (para el hijo),
ser la única para el hijo (lo que ya es muy distinto). Tanto es así que puede creer
3
que el hijo le pertenece. Lo que esa madre ignora es que ese hijo, lo que
moldea en términos de cuerpo erógeno. Porque el lugar que encuentra –si todo
Todo esto, indudablemente, hace aparecer un cuerpo. Pero eso no alcanza para
Todo esto implica que los cortes se van produciendo y esto tiene consecuencias.
donde los trazos del Otro se inscriben ( LACAN 1966-67). Hay una historia que
marca el ritmo del cuerpo que se está haciendo. Y para que esto se dé tiene que
haber un espacio, un entre-dos. Este corte que la función del lenguaje produce, es
lo que retroactivamente se repite en las dos dimensiones del cuerpo: esas que
4
El cuerpo, dice Lacan, nace malentendido (LACAN 1980). En esta secuencia
encontramos que no podría ser de otro modo, porque se trata del encuentro de un
entre esas palabras y su cuerpo donde algo se esboza” (LACAN 1975, 125). Pero
Porque otra dimensión y otra incidencia del corte es aquella que se dará entre la
lo que ha dado en llamar la Función del Padre. Como interdictor del goce
de por sí es imposible), como el que rivaliza con el niño por la posesión de esa
mujer que es la madre (porque aun en Freud, la madre es, por obra y gracia de la
Esa función del Nombre del Padre, en verdad, también está actuando en el primer
entre la función del Nombre del Padre y el hecho de que el lenguaje entre en
LACAN (1955-56), pueden darse. De ellos derivan las diferencias clínicas, los
Tenemos que mostrar cómo la función del Nombre del Padre (más exactamente,
5
de los nombres del padre, y también del padre que nombra) está directamente
“[El Nombre del Padre] es el significante que significa que en el interior de este
canibalístico no sólo puntualiza un crimen –el asesinato del padre- sino que
también sella el pacto por el cual cada hermano tiene en su cuerpo un resto, un
fragmento del padre. Ese fragmento será el fundamento de una ley que antes no
Lacan partirá de ese mito para hacer retornar la pregunta: ¿cuál es esa función del
6
anterior, la ley del lenguaje, dirá Lacan (LACAN 1957-58). Ley del lenguaje que no
es otra que la ley del malentendido, del equívoco, del significante en suma. O sea
la ley que indica (porque en rigor no lo manda) que hay distancia entre el
puede no serlo. Que las palabras y las cosas están tan separadas que podemos
malentendido. O sea, la función del padre es transmitir la ley que hace del
danza de las abejas) hecho de puros signos, sino algo que permite la metáfora, el
lengua.
Esa ley es la ley del desencuentro fundamental. Entre palabras y cosas. Y entre
Por otra parte, sabemos que el sujeto siempre queda por fuera de sí. El sujeto es
7
lenguaje, pierde esa vida y ese lugar. Pierde la orientación que da el instinto.
conducta pero no la necesidad como tal que persiste como resto en cuyo margen
verdad, sólo hay accidentes, porque sólo hay algo logrado en tanto fallido, en tanto
por si hubo o no accidente sino por qué forma y qué alcance adquiere en cada
La función del padre se efectúa allí: en el cruce entre el lenguaje y el cuerpo. Una
función que se articula con la figura del papá (ese de la realidad) pero no es su
presencia, en un après coup repetido y repetible -es cada vez, es muchas veces.
Según Lacan, debemos distinguir lo imaginario del padre (ideal, terrible, fracasado,
8
Además, no hay un nombre del padre sino los nombres del padre: no sólo distintas
denegado. Declinaciones (en el sentido gramatical) del nombre del padre y sus
figuras.
paciente dice sólo como signo sino también como significante. No nos detenemos
psicoanálisis es una de las pocas instancias de la cultura que hace lugar a estos
instintiva sino un cuerpo “que está hecho para gozar, para gozar de sí mismo”
(LACAN 1966).
lugar (o un lugar y luego otro y luego…algún lugar vivible), darse una legalidad en
La psicosis nos muestra estos movimientos y estas luchas de manera más notoria
y descarnada. Porque allí lo que hace las veces de función del nombre del padre,
9
posesión del cuerpo y el poder hacer algo con el goce que allí se juega, implican
(LEIBSON 2013)
decir.
Retomando la pregunta inicial por la vinculación de los nombres del padre con los
cortes que hacen cuerpo, vemos que la cuestión se abre en varias direcciones.
Elegimos partir del encuentro con algunas –otras- precisiones que encontramos
10
“Vuelvo en primer lugar al cuerpo de lo simbólico que de ningún modo hay que
entender como metáfora. La prueba es que nada sino él aísla el cuerpo tomado en
sentido ingenuo, es decir aquel cuyo ser que en él se sostiene no sabe que es el
hablar” (…) “El primer cuerpo hace que el segundo ahí se incorpore” (…) (LACAN
1970,18)
Pero, agrega Lacan, el cuerpo está marcado y sostenido por una falta: “De ahí lo
Hagamos justicia a los estoicos (por) rubricar en qué lo simbólico aspira al cuerpo:
ser se articula, no teniendo más que ser de hecho, o sea de ser dicho desde
alguna parte. (…) Por lo que se comprueba que para el cuerpo, es secundario que
esté muerto o vivo. (…) el cuerpo muerto guarda lo que al viviente otorgaba el
que habita la palabra, que el lenguaje cadaveriza (corpsifiat).” (LACAN 1970, 18-
19)
11
El cuerpo puede ser cadáver pero no carroña. Los rituales funerarios así lo
Por eso agrega Lacan: “El cuerpo, si se lo toma en serio, constituye en primer
lugar todo lo que puede llevar la marca apropiada para ordenarlo en una serie de
necesaria, puesto que sustraerse a ella es todavía soportarla” (LACAN 1970, 18-
19).
En otras palabras, estas son las operaciones que dan a la imagen del cuerpo un
Estas operaciones que Lacan desplegó a lo largo de varios años, tienen que ver
con el estadio del espejo y el esquema óptico (o los esquemas, dado que hay una
serie de versiones de este modelo). Allí queda claro que la imagen del cuerpo se
punto de vista que el sujeto necesita tomar para poder captar esa ilusión que es la
12
imagen de un cuerpo total, capaz de abarcar la totalidad pulsional, dispersa y no
centralizada. Ese punto de vista es dado por la existencia de una instancia que
Lacan nombra como Ideal del Yo, un rasgo ideal del Otro que le brinda al sujeto un
Ese punto ideal está conectado, también, a la presencia de lo paterno. Son los
“blasones del padre” dirá Lacan. Un padre que da un punto de vista ¿no implica
acaso que lo da porque podría haber otros? O sea, que la imagen puede estar o
no, aunque es mejor que esté. ¿Para qué? Para que el cuerpo del hijo sufra una
madre naturaleza sino de la madre erógena, mucho más compleja que aquella
porque, como vimos, es una madre que sí puede hablar (aunque no siempre lo
cotidianeidad, implica algo más: que el cuerpo, en tanto superficie, sea una
superficie agujereada. O sea, que esté en falta. Que no se trate de una esfera
de diez años a Lacan encontrarse con este “detalle”. Y algo más: esos agujeros le
agregan algo que no pasa al otro lado del espejo, algo propiamente no
13
imagen deseada se plantea en dos vertientes: el falo imaginario (que hace a ese
cuerpo deseable), y el objeto caído como añico del cuerpo (especialmente, para lo
que nos interesa ahora, la mirada y la voz, en tanto en esos agujeros algo
seducción es universal), Lacan termina desplegando con los años este otro modo
No lo que dice sino el hecho mismo de que el cuerpo sea dicho, de que ahí se lo
Para concluir: la función de los nombres del padre, que se articula con la función
Referencias y Bibliografía:
14
FREUD, S. (1893-95) “Estudios sobre la histeria”, en Obras Completas, op.cit, t. II,
1-310
FREUD, S., (1895)"Sobre la justificación de separar de la neurastenia un
determinado síndrome en calidad de neurosis de angustia". En Obras Completas,
op. cit., t. III, 85-116
FREUD, S., (1905b)"Tres ensayos de teoría sexual". En Obras completas, op. cit.,
t. VII, 109-211
FREUD, S., (1913) "Tótem y tabú". En Obras Completas, op. cit., t. XIII, Págs. 1-
164
FREUD, S., (1914b) "Introducción del narcisismo". En Obras Completas, op. cit., t.
XIV, 65-98
FREUD, S. (1915) “Pulsiones y destinos de pulsión”, en Obras Completas, op. cit.,
t.XIV, 105-134
FREUD, S. (1921) "Psicología de las masas y análisis del yo". En Obras Completas,
op. cit., t. XVIII, págs 63-136
FREUD, S. (1950 [1892-99]) “Fragmentos de la correspondencia con Fliess”, en
Obras Completas, op. cit., t. I, 211-322
LACAN, J. (1949): “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal
como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. En Escritos 1, op. cit., pp. 86-
93
LACAN, J. (1951): “Intervención sobre la transferencia”. En Escritos 1, op. cit., pp.
204-215.
LACAN, J. (1954-55): El Seminario. Libro 2: “El yo en la teoría de FREUD”, Bs.
As., Paidós, 1983.
LACAN, J. (1955-56), El Seminario, Libro 3, Las Psicosis, Buenos Aires, Paidós,
1985
LACAN J., (1957-1958) El Seminario, Libro 5, Las formaciones del inconsciente,
Ediciones Paidós, Buenos Aires, 1999
LACAN, J., (1959), “Observación sobre el informe de Daniel Lagache”, en Escritos
2, México, Siglo XXI, 1980, 269-305.
LACAN, J. (1962-63) El Seminario, Libro10, La angustia. Buenos Aires, Paidós,
2006.
15
LACAN J. (1963) “Introducción a los Nombres del Padre (20/11/1963)”, en De los
Nombres del Padre, Buenos Aires, Paidós, 2007, 65-104
LACAN, J., (1966) “Psicoanálisis y medicina”, en Intervenciones y textos, Buenos
Aires, Manantial, 1985, 86-99
LACAN, J. (1966-67) Seminario 14 “La lógica del fantasma”, inédito
LACAN, J. (1970) “Radiofonía”. En Psicoanálisis. Radiofonía & Televisión,
Barcelona, Anagrama, 1977, 7-77
LACAN, J. (1972-73), El Seminario, Libro 20, Aun. Buenos Aires, Paidós, 1981
LACAN, J. (1975-76), El Seminario, Libro 23, El Sinthome, Buenos Aires, Paidós,
2006
LACAN, J. (1974): “Televisión”. En Psicoanálisis: Radiofonía y televisión,
Barcelona, Ed. Anagrama, 1977, pp. 79-135
LACAN, J., (1975) “Conferencia en Ginebra sobre el Síntoma”, en Intervenciones y
textos 2, Buenos Aires, Manantial, 1988, 115-144
LACAN, J., (1980) Seminario “Disolución” del 10/06/1980, inédito.
LEIBSON, L. (2008), “Algunas consideraciones acerca del cuerpo en
psicoanálisis”, en Revista Universitaria de Psicoanálisis, año 2008, Buenos Aires,
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología, pp. 89-100. ISSN 1515-3894
LEIBSON, L. (2010) “El nombre del padre en las psicosis” en Memorias de las XVII
Jornadas de Investigación Buenos Aires, UBA, Fac. de Psicología, 2010. ISSN
1667-6750, Secretaría de Investigaciones.
LEIBSON, L. (2011) “Dimensiones del cuerpo en psicoanálisis: los dos cuerpos de
FREUD”. En Revista Universitaria de Psicoanálisis (ISSN 1515-3894), nº 11, año
2011, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología, pp.
123-142
LEIBSON, L. (2012) ““Padre no hay uno solo. Versiones del padre en las psicosis”,
en Ancla, Psicoanálisis y Psicopatología. Revista de la Cátedra II de
Psicopatología, Fac. de Psicología, UBA, n° 4/5, Buenos Aires, sept/2012, ISSN
1851-3212, págs. 67-89
16