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Sirex noctilio (Hymenoptera: Siricidae) en Argentina: biología y estrategias de control.

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CAPITULO III
Métodos para monitoreo y cuantificación del daño

Para el diseño de un plan de manejo integrado de plagas, es de interés


primario, el conocer su densidad. Es posible establecer protocolos muéstrales
que permitan determinar con un dado nivel de precisión la densidad de la
plaga. Esto se conoce como “estimación” de la densidad y, suele ser un
proceso esforzado, que se apoya fuertemente en la estadística, en donde la
distribución de la plaga y el error tolerable son parámetros claves (Binns 1994).
Alternativamente, para determinar alternativas de acción, es factible “clasificar”
la densidad de la plaga en categorías que se relacionan con los niveles de
daño tolerados. La clasificación no requiere de un nivel de precisión alto, pues
trabaja en esencia sobre probabilidades, pero si necesita la caracterización de
las densidades de plaga de interés para las acciones. Ambas concepciones
difieren en su propósito: mientras que a través de la estimación se busca
conocer el verdadero valor de densidad, mediante la clasificación se considera
la tolerancia a tomar una decisión incorrecta. En el manejo integrado de plagas
se suele enfatizar esta segunda aproximación, pues típicamente ofrece mejores
relaciones costo – beneficio (Binns 1994). Los métodos que a continuación se
describen se resumen en la Tabla 3.

Censo de árboles

Este método, consiste en contar la totalidad de los árboles de una plantación e


identificar aquellos que presenten signos de ataque por la plaga. A partir de los
datos de campo, se estima el porcentaje de daño (como, árboles atacados /
árboles totales *100). Este método requiere de un gran esfuerzo operativo (lo
cual se traduce en un mayor costo), pero posee un alto grado de precisión.
Requisitos fundamentales para el desarrollo de esta metodología es poseer
conocimiento en la detección de árboles atacados, estricto cumplimiento de la
metodología de trabajo y un plano de la plantación. El trabajo se ve facilitado
cuando la plantación posee divisiones internas, de modo que uno pueda
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trabajar las unidades por separado y en gabinete hacer el análisis general. En


caso de poseer plantaciones en macizo dentro de las que no se cuente con
parcelas internas, se recomienda trazar limites valiéndose por ejemplo, de un
cambio de especie, cambio de edad, arroyos, claros, etc. Este método es
usualmente aplicable en plantaciones de hasta 100 ha. Como resultado
adicional, el método permite conocer la distribución de los árboles atacados
dentro del predio (o parcela). Esto se obtiene mediante la geo-referenciación de
cada árbol atacado. Mediante distintos métodos (manuales o con la ayuda de
una PC) los datos pueden ser ingresados en un mapa o SIG. El censo es un
método de estimación de la densidad.

Transectas permanentes

Una variante que reduce al censo a un método de clasificación implica tomar


una muestra fija que abarque al menos el 2% de la superficie, contabilizando la
proporción de árboles atacados en ella (Haugen et al, 1990; López et al, 2002).
Esta muestra es más imprecisa y se asemeja a los objetivos de muestreo
secuencial con la diferencia de que el esfuerzo puede ser mucho mayor (mayor
costo operativo). De establecerse como permanente, la muestra fija permite el
seguimiento anual de la plaga. Debe tenerse en cuenta que los valores para la
muestra no poseen estimación de valor estadístico (Ej.: el error), a menos que
se tomen varias transectas de tamaño fijo en una misma plantación, y que
posiblemente sub-estimen fuertemente la incidencia de la plaga debido a la
notable agregación espacial en que se encuentra su ataque (Villacide,
obs.pers.)

Transectas sistemáticas

Definimos aquí una variante de muestreo para la plaga, mediante el


relevamiento de los árboles incluidos dentro de “transectas sistematicas”. La
técnica se basa en el trazado de líneas rectas de rumbo fijo y espaciadas
sistemáticamente, partiendo desde un límite de la plantación hasta el siguiente.
El número de transectas es variable y dependiente del espaciamiento entre
ellas, pero deberá abracar minimamente el 3% de la plantación. Sobre las
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transectas deben contabilizarse todos los árboles y registrarse aquellos con


síntomas de ataque por S. noctilio. La implementación de esta técnica implica
el monitoreo sobre distintos sectores de la plantación, permitiendo de este
modo obtener datos representativos de la misma. Este es un método de
clasificación que ofrece un buen nivel de precisión en la medida que se
incrementa el esfuerzo.

Parcelas de inventario

Bajo la lógica de que el inventario silvícola de las plantaciones es una actividad


rutinaria de la actividad forestal, estimamos la efectividad de este tipo de
relevamiento para estimar la densidad de la plaga. Este monitoreo implica
revisar exhaustivamente los árboles incluidos dentro parcelas delimitadas, y
cuantificar la cantidad de ellos que presenten ataque por la plaga. La cantidad y
tamaño de estas es variable y se define como un porcentaje sobre la superficie
total de la plantación en estudio (en Patagonia se sugiere el relevamiento de
entre el 1-2% de la superficie de una parcela forestada de características
homogéneas). Este método de clasificación ofrece estimaciones muy crudas
de los niveles de ataque.

Muestreo secuencial

El muestreo secuencial es un ejemplo clásico de un método de clasificación,


devenido de los estudios sobre el control calidad industrial. Esencialmente se
basa en el trazado de de curvas de decisión entre el acumulado de la plaga (o
su daño) y el esfuerzo muestreal, y en llevar a cabo el muestreo hasta cortar la
(o las) curvas de decisión. Dicho en otras palabras, la visión intuitiva es que si
en un muestreo, el observador se topa con un gran número atacado,
interrumpirá el muestro rápidamente pues la proporción de ataques ya indica la
acción a seguir, sin necesidad de completar “innecesariamente” un tamaño fijo
de muestra o un censo.

Para Sirex noctilio en Brasil, Penteado y Tadeu Iede (1992) y Penteado (1995),
desarrollaron el protocolo para el muestreo secuencial en P. taeda. Los autores
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establecen, para diferentes niveles de confianza, los criterios de interrupción


del muestreo en función del número de árboles atacados por la plaga hallados.
Sin embargo, no se establece relación entre las densidades de ataque
estimadas y las acciones a seguir. Es decir, las curvas de decisión no están
tomadas en función precisamente de la decisión, sino del error tolerable en la
estimación del ataque.

Conocida la dinámica de pulsos eruptivos de S. noctilio, se hace difícil


caracterizar las densidades en función de las acciones a tomar. En esencia, la
mera presencia de la plaga en una plantación resuelve el dilema en favor de la
intervención. Sin embargo, la metodología de muestreo secuencial provee
información útil en términos de la evaluación de la eficiencia de la acciones o
para priorizar acciones de control de mayores costos, como por ejemplo la
inoculación de D. siricidicola.

La técnica es apropiada y útil a los fines del manejo de Sirex noctilio. Si bien no
se han realizado estudios para otras especies de pinos, es muy posible que la
metodología sea generalizable. Recordemos que no apunta a estimar la
densidad de la plaga con precisión, sino a guiar acciones de manejo. La
heterogeneidad espacial del ataque esta considerada en el esfuerzo muestreal
definido, pues esta basado en el error estimado. Sin embrago, puede ser poco
efectiva en niveles muy recientes de colonización y/o en plantaciones o
especies sin una sintomatología clara. Con esta metodología es posible realizar
monitoreos extensivos en grandes superficies y en un corto tiempo, reduciendo
de esta manera sus costos operativos. Para detalles sobre el error tolerado,
referirse a Penteado y Tadeu Iede (1992) y Penteado (1995).

La técnica consiste en el muestreo progresivo de los árboles sobre una


muestra variable, cuyo tamaño se calcula en el campo, según el número de
árboles atacados encontrados. Para esto, es necesario contar con la planilla de
cálculo, en donde figuran los tamaños de muestra en relación al número de
árboles atacados. De manera práctica, se recomienda trazar transectas dentro
de las parcelas a muestrear. El protocolo de Iede et al (1992), sugiere: (1)
comenzar muestreando 68 árboles, y registrar el respectivo número de árboles
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atacados. Si el número de árboles atacados es igual o superior a 34, la muestra


se considera completa y el muestreo se detiene. Si el número de árboles
atacados es inferior a 34, se debe continuar muestreando 6 árboles más, es
decir llegar a los 74 árboles muestreados. Si el número de árboles atacados es
mayor o igual a 36, el trabajo se finaliza. Caso contrario continuar muestreando
hasta obtener el número requerido en la columna derecha de la tabla; (2)
cuando se alcanzaron los 272 árboles muestreados, el muestreo debe
interrumpirse y (3) por ultimo, calcular el porcentaje de árboles atacados
según: (nº de árboles atacados / nº árboles muestreados)*100.

Parcela de árboles trampa

Esta técnica se utiliza para la detección precoz de la plaga. Consiste en el


debilitamiento artificial de 5-6 árboles, mediante la inyección de un herbicida
(comúnmente se utiliza Banvel (p.a.: Dicamba)). La dosis es de 2 ml por cada
10 cm. de perímetro del árbol elegido (medido en la base) y el producto se
distribuye sobre cortes en ángulo alrededor del tronco (preferentemente
próximos a la base). Los árboles seleccionados, en lo posible deben estar
agrupados. Los árboles trampa deberán ser instalados un mes antes del inicio
del periodo de vuelo de la plaga (ej.: en Patagonia a principios de diciembre) y
deberán ser cortados luego de finalizado el mismo. Mediante análisis visual “in
situ”, se determinará la presencia (o ausencia) de la plaga, y en caso de ser
necesario, se tomará una muestra para su posterior incubación en jaulas de
cría y análisis de los adultos emergentes. Las parcelas trampa además sirven
como fuentes de plaga para la inoculación de B. siricidicola, especialmente
cuando la plaga se halla en niveles poblacionales endémicos (Corley et al,
2002). La efectividad en la detección precoz ha sido demostrada ampliamente y
se basa en la capacidad olfativa de S. noctilio. La plaga se ve fuertemente
atraída hacia árboles débiles quienes ese estado liberan a y beta terpenos al
ambiente.
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Prospección

Consiste en la detección de árboles cloróticos por recorridas generales no


organizadas, incluyendo el avistaje desde puntos de vanguardia y vuelos.
Posee como objetivo la detección rápida de nuevos focos y/o la verificación no
cuantitativa de cambios en la incidencia. El método puede ser de bajo costo
(con la excepción de los vuelos), pero mucho error. Nuevamente se lo
considera un método de clasificación (presencia/ausencia y niveles de ataque),
pero es muy poco confiable, sirviendo solo de primera aproximación. La razón
es que, es común que el ataque se concentre en árboles oprimidos o
subdominantes, que permanecen ocultos a la vista desde puntos de vanguardia
o desde el aire. La recorrida en terreno se vuelve así un complemento
necesario, incrementando los costos. Las recorridas no organizadas en terreno,
por su lado, suele sub-muestrear, no permiten la comparación entre sitios y es
sensible al esfuerzo invertido por el operador.

Tabla 3. Cuadro resumen de los principales métodos de muestreo para la detección,


cuantificación y clasificación del daño ocasionado por Sirex noctilio en plantaciones de pinos.

METODO TIPO PRECISION COSTO/ RAPIDEZ Uso típico/


LIMITACIONES Estrategia de
control asociada
Censo estimación Muy alta Muy alto / Baja Conocer la
aplicable a densidad de ataque,
superficies estudios de
pequeñas (<100 investigación y/o
ha). validación de
tecnología/
Control mecánico y
erradicación local.
Muestreo Clasificación Variable Bajo/ no provee Alta Estimar el daño
secuencial (niveles de según el error información sobre para cuantificar las
daño) admitido densidades de acciones/ control
ataque y es muy biológico
sensible a la
distribución
espacial de la
plaga.
Transectas Clasificación Medio/ requiere Media Conocer la
sistemáticas (estimación acceso factible a densidad de ataque,
muy cruda todos los sectores. estudios de
de la tasa de investigación y/o
incremento validación de
del ataque) tecnología./ Estimar
el daño para
cuantificar las
acciones/ control
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biológico
Transectas Clasificación Usualmente Bajo a medio/ no Alta a Limitada; Estudios
permanentes (estimación baja, pero provee media de investigación y/o
muy cruda variable información sobre validación de
de la tasa de según su densidades de tecnología/variable
incremento tamaño ataque y es muy
del ataque) sensible a la
distribución
espacial de la
plaga.
Parcelas de Clasificación Baja, pero Medio/ Están Media Estimar el daño
inventario (estimación variable diseñadas en para cuantificar las
muy cruda según el términos acciones/ útil para
de la tasa de porcentaje de muestreales con implementar tareas
incremento superficie otros fines de prevención
del ataque muestreada (manejo silvícola
sanitario)
Árboles Clasificación Muy baja Alto/ no provee Baja Detección precoz
trampa (presencia/ información sobre (requiere de la plaga en
ausencia) densidades de atravesar superficies grandes
ataque. la y concentración del
temporada ataque durante
de vuelo) niveles endémicos/
control biológico o
mecánico
Prospección Clasificación Muy baja. Variable/requiere Muy alta Zonificación /
(presencia Subestima puntos de avistaje variables
ausencia y/o fuertemente francos y no es
niveles de el daño. aplicable a la
daño) detección precoz.

Comparación de métodos de muestreo.

En esencia, el manejo efectivo de las poblaciones de una plaga en


plantaciones forestales depende fuertemente de la detección de su presencia y
del monitoreo de sus poblaciones. De esta información de base, se planifican
las acciones de prevención y control y se diseñan las políticas de supervisión
(ej.: establecer la necesidad y criterios de barreras sanitarias).
Paradójicamente, este es uno de los puntos más controversiales para el
manejo de Sirex noctilio. El desarrollo tecnológico alcanzado permite conocer
las estrategias de intervención con cierta garantía de éxito. Sin embargo, los
métodos de muestreo conocidos no pueden ser utilizados universalmente,
debido a características propias de la plaga y del cultivo forestal, principalmente
en términos eco-ambientales.
30 Métodos para monitoreo y cuantificación del daño

Con este objetivo comparamos los diferentes métodos de cuantificación sobre


la base de una información de densidad cierta. Esta fue obtenida a partir de un
censo de árboles (conteo y revisión de todos los árboles). Las simulaciones de
los distintos métodos de muestreo fueron realizadas sobre uno de los lotes de
plantación. Para determinar el número total de árboles, sobre el polígono que
demarca los límites del lote de plantación, se superpuso una grilla de puntos de
distribución uniforme, con una distancia de 3 x 3, simulando de este modo el
marco y densidad original de plantación.

La plantación usada para el análisis comparativo esta constituida sobre una


matriz de estepa y posee una superficie de 93 ha., con un espaciamiento
original entre plantas de 3 x 3 m. y una edad promedio de 19 años. La misma
presenta sectores sin poda y al momento del monitoreo no se le habían
efectuado raleos silvícolas. Posee un ataque reciente por la plaga, la cual se
halla en niveles endémicos (Corley y Villacide 2005)

Según el censo contabilizamos 53.649 árboles, los cuales fueron revisados


individualmente para detectar el ataque por la plaga. Los árboles hallados con
síntomas de ataque marcados y posicionados mediante GPS y le adjudicamos
un momento de ataque (el año corriente, si era sintomático; año anterior si
poseía agujeros de emergencia nuevos o año(s) previo(s) si los agujeros de
emergencia estaban negros y/enmohecidos. La información fue compilada en
una base de datos y se procesó mediante un Sistema de Información
Geográfica (SIG). Información adicional sobre el ataque por la plaga en la
plantación se consigna en los Informes de Avance del presente.

Se presenta en la Tabla 4, una reseña de la eficiencia de cada método de


muestreo, respecto al dato cierto obtenido mediante el censo. El monitoreo
mediante “parcelas trampa” al ser un método cuyo fin es detectar
presencia/ausencia de la plaga, no es contrastado en este análisis.
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Tabla 4: Eficiencia comparada de las técnicas de muestreo usadas para la clasificación del
ataque de S. noctilio. Se muestran valores medios de replicas para cada método y
estimaciones de ataque y superficie muestreada. (1) sobre un total de 10 replicas; (2) sobre un
total de 10 replicas; (3) sobre un total de 13 replicas; (4) sobre un total de 12 replicas.

árboles atacados
hallados % ataque superficie
Método total media desvío media total %
árboles (rango) estándar (rango) muestreado muestreado
contados (m2)
CENSO 34949 139 0,39 429350 100
(1)
Parcelas de 326 0,64 0,809 0,19 4000 0,93
inventario (0-2) (0-0,84)
forestal
Transectas 1518 4,1 1,792 0,27 (2) 13862 3,23
sistemáticas (2-6) (0,13-0,39)
Muestreo 272 1,31 1,38 0,48 (3) 3342 0,78
secuencial (0-4) (0-1,47)
Transectas 20 0,17 0,39 0,0085 (4) 246 0,06
permanentes (0-1) (0-0,05)

Los resultados indican las variaciones en la eficiencia de de detección de cada


método existente para niveles de ataque endémicos. La eficiencia es clara
función del esfuerzo muestreal. Asimismo, se reflejan rangos de detección
amplios, seguramente asociados a la fuerte agregación espacial de la plaga.
Finalmente, se indican las tendencias a la subestimación o sobreestimación de
cada método. Por ejemplo, mientras que las transectas permanentes
subestiman el daño real, el muestreo secuencial tiende a sobreestimar el
ataque. Las parcelas de inventario, por su parte sub-estiman en un 50% el
ataque. El método de elección queda sujeto entonces a los objetivos, costos y
escala espacial.

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