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Fernando Bermejo Martín
De cerca Líneas de Servicio
Por cierto, según me han comentado aunque no tengo la certeza, el
Museo Thyssen instaló finalmente el polvo, a pesar de la polémica y
sin que me conste se hayan recabado otras opiniones expertas a las
que la Fundación Thyssen-Bornemisza seguro tiene fácil acceso en
cualquier parte del mundo.
Aplicando el sentido común cabría preguntarse ¿cual es el valor de
las obras de arte que pueden perderse en un incendio del Museo
Thyssen? y ¿Cuanto costaría un estudio serio e independiente para
la protección de esas obras?
Y lo voy a hacer respondiendo, a título personal, el comunicado de
APROBIC, la Asociación para la Protección de Bienes de Interés
Cultural, que se sorprende porque APICI considere que la seguridad
contra incendios en los museos españoles esté en peligro.
Una consideración preliminar: ¿Podría APROBIC tratar de convencer
técnicamente a la comunidad, de la conveniencia de proteger un
almacen de obras pictóricas con una instalación de polvo? Sería
deseable que si un destacado miembro de APROBIC ha llegado a
semejante conclusión, los razonamientos técnicos se hiciesen
públicos, ya que constituyen probablemente un caso único en el
panorama internacional, y, por ello, el mundo de la seguridad contra
incendios y del seguro, estarían muy interesados en contrastar que
se ha encontrado la solución ideal a tan grave problema. Sería
especialmente importante si tan excelente "descubrimiento" se
hubiese logrado en España y, además, en uno de sus museos más
acreditados. El mundo del arte, en todos los países, quedaría muy
agradecido; el de la protección contra incendios también, y,
finalmente, todos nuestros conciudadanos estarían orgullosos de que
España liderase internacionalmente la protección del patrimonio de la
humanidad.
No creo que cuestionar la elección de sistemas fijos de polvo para
proteger museos ponga en entredicho la profesionalidad de los
responsables de los museos españoles. En todo caso pondría en
entredicho la capacidad técnica de un solo profesional, el único que
hasta la fecha ha llegado en el mundo (que yo sepa) a semejante
conclusión. Y aún más, no creo ni siquiera que suponga un
descrédito para ese profesional a quien no conozco, pero cuya
capacidad profesional no creo que se pueda ni se deba poner en
duda. Un profesional de la seguridad, al que supongo no dispone de
los conocimientos adecuados para seleccionar sin duda una
instalación contra incendios para su museo, requiere un
asesoramiento de expertos, ya que este es un tema muy complejo y
especializado. Lo que sí parece ponerse en cuestión es la
profesionalidad de esos "expertos" a quienes por cierto tampoco
conozco.
No obstante consideramos de interés la consulta de publicaciones y
normativas de reconocido prestigio internacional, como la NFPA 911
"Recommended Practice for the Protection of Museums and Musseum
Collections", donde la protección fija que se recomienda es la
protección por agua, o por agentes gaseosos, pero no se cita al
polvo en absoluto para instalaciones fijas; o la NFPA 17 "Dry
Chemical Extinguishing Systems", en la que el polvo se considera
idóneo para fuegos de clase A cuando estos sean superficiales y se
indica la necesidad de disponer de disponer de agua para apagar
brasas residuales o fuegos profundos cuando estén involucrados
textiles, y que además indica la necesidad de que el polvo seco se
utilice para maderas o textiles solo cuando se garantice que el polvo
puede alcanzar todas las superficies en combustión, algo que no
parece muy fácil en el caso que nos ocupa; o el Manual de
Protección Contra Incendios de la misma NFPA (institución con
prestigio internacional fuera de toda duda), en cuyo capítulo
destinado a la protección de Colecciones de Bibliotecas y Museos se
consideran los sistemas automáticos de protección por agua (a
pesar de las dudas que puede suscitar su uso) o los sistemas por
gas, pero para nada cita instalaciones de polvo. Y ello no porque no
se consideren idóneas en otros casos, ya que en el capítulo
destinado a Agentes y Productos Químicos Secos y sus Sistemas de
Aplicación, se cita incluso algún caso de uso para materiales sólidos,
aunque con la advertencia, en el apartado de Usos y Limitaciones,
de complementarlos con agua pulverizada para apagar las brasas
incandescentes, o incluso combinarlos con sistemas fijos de
extinción por agua. En el mismo apartado se advierte de la no
recomendación en los casos de dificil eliminación o mercancías
delicadas, ya que los polvos ABC se vuelven pegagosos al calentarse
y pueden ser de difícil eliminación. Se hace mención también a la
agresividad del polvo (el fosfato monoamónico usado para fuegos de
clase A es ácido, y la mayoría de los demás son alcalinos), indicando
la necesidad de la eliminación del mismo lo antes posible de las
superficies afectadas.
A. ¿Debemos dudar de la honradez de empresas autorizadas?
Obviamente no se debe dudar por sistema, pero, dando por sentada
la honradez general de las empresas, se sorprenderían Vds, de
cuantas instalaciones no se prueban antes de entregarse, cuantas
no funcionan en el momento que las probamos (y en nuestro
territorio las probamos todas), cuantas no cumplen las normas. Y
eso a pesar de que de todos es conocido en nuestro ámbito
territorial, que sin informe favorable de Bomberos, no se permite la
apertura de ningún establecimiento. Se sorprenderían Vds (o quizás
no) de encontrarse incluso con museos sin extintores. De extintores
retirados para su recarga dejando los edificios completamente
desprotegidos, de instalaciones automáticas de extinción que no
funcionan recién entregadas, o que no cumplen las normas, etc.,
etc. No se puede generalizar, ni para bien, ni para mal. Pero una
autorización administrativa no es sinónimo de visado de honradez ni
de competencia profesional. La razón de ser de APICI, y el que yo
esté involucrado en ella, es incrementar el nivel de formación en el
sector, ya que la protección contra incendios no tiene el
reconocimiento social, profesional ni académico que se merece, en
cuanto que de ella depende la vida de las personas. Cuando mi
Servicio empezó a participar en la concesión de licencias, el índice
de instalaciones rechazada llegó hasta cerca del 90%, algo que
afortunadamente ha ido cambiando con los años, pero en todo este
tiempo le puedo hablar de multitud de incumplimientos, incluso de
certificados de ensayo falsificados. Y eso en un territorio con
supervisión de todos los establecimientos. ¿Que ocurrirá en los sitios
donde no hay ninguna supervisión?
B-. ¿Las empresas fabricantes de sistemas de extinción no cuentan
con ingenieros competentes? Según la legislación todo ingeniero es,
en este ámbito, "técnico competente", entendiendo por tal "técnico
autorizado". Pero cabría preguntarse ¿qué formación sobre
protección contra incendios reciben en España los ingenieros y
arquitectos, tanto superiores como de grado medio, durante sus
estudios? Pues en la mayoría de los casos poca o ninguna. La
mayoría de la formación se obtiene a posteriori, en la mayoría de los
casos en la empresa en que trabajas, y, si el ámbito de actuación
de la empresa es limitado, cabe la posibilidad de que la formación
también lo sea. Con numerosisimas excepciones, afortunadamente,
el nivel de formación en el sector es muy preocupante, lo que exige
un asesoramiento muy cuidadoso y lo más amplio posible antes de
resolver casos singulares. No pueden cerrarse los ojos ante una
realidad muy cruda, pero que nos afecta a todos. Y que hay que
trabajar para cambiar.
C-. ¿Los ingenieros profesionales competentes sólo son los que se
asocian en APICI? No, por Dios, pero desearíamos que se asociasen
o que colaborasen con APICI para ayudar a quienes tenemos
carencias de formación.
D-. ¿Todos los ingenieros encuadrados en APICI son independientes
y no tienen vínculos comerciales con empresas de extinción que
podrían condicionarles para decantarse por uno u otro sistema
aunque no fuera el adecuado? Por supuesto que en APICI hay
técnicos vinculados a empresas. Muchas de ellas capaces de
instalar una extinción por polvo en un museo, y que seguramente,
supongo, estarían encantadas de tener entre sus clientes al Museo
Thyssen. Pero que puedan hacerlo no quiere decir que deban
hacerlo. La postura de APICI es clara, aunque algunos de sus
asociados trabajen en empresas capaces de instalar excelentes
sistemas de extinción por polvo.
E-. ¿La titulación de Director de Seguridad es excluyente para a su
vez poder tener la de Ingeniero? En absoluto, y, en todo caso, APICI
no es una asociación de ingenieros, sino de personas que trabajan
en el ámbito de la ingeniería de incendios, sean o no ingenieros. E,
insisto, su finalidad como asociación es mejorar la calidad en el
ámbito de la seguridad.
F-. ¿Ya no es el polvo ABC bueno para extinguir los fuegos de
sólidos? En mi opinión el polvo ABC, en extintores portátiles, es
adecuado para la protección de un museo. Quizás los extintores de
polvo sean los más adecuados, en mi opinión, fundamentalmente por
su polivalencia, ya que elimina el error de una elección incorrecta
por parte del usuario, lo que no descarta en absoluto que se
dispusiese de extintores de agua o CO2 en museos. Lo que sería
necesario, en todo caso, es una adecuada formación de los
empleados sobre su elección y uso, y la mayor práctica posible para
utilizar la menor cantidad de polvo posible para el control del fuego.
Las instalaciones fijas de extinción de agua se usan en muchos
casos para protección del patrimonio, y son perfectamente
aceptables incluso en museos, ya que pueden incluir todas las
prevenciones necesarias para evitar descargas inesperadas, por
ejemplo sistemas de pre-acción, y además su aplicación se limita a
la zona afectada por el fuego. No es aceptable el CO2 para una
inundación total, igual que no sería aceptable una descarga
generalizada de otro producto agresivo para los bienes protegidos,
como el polvo, que además puede no extinguir focos profundos. Pero
el extintor de polvo implica una aplicación manual, localizada, que
permite incluso en el caso del museo la manipulación de las obras
afectadas para que la aplicación sea lo más efectiva posible. Y con
la mínima cantidad de agente extintor para evitar daños
suplementarios. No obstante, será necesaria una limpieza profunda
de todo objeto afectado.
Y voy a acabar copiando la última frase del comunicado de APROBIC.
"La defensa de nuestro Patrimonio necesita la suma de voluntades y
no descalificaciones y luchas fratricidas". Todos tenemos un objetivo
común.
Estamos nosotros equivocados... Por favor, sáquennos de nuestro
error, pero con información técnica contrastable que nos sirva para
cambiar nuestro criterio futuro. ¿No les parece a todos algo mejor?
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Fuente: Revista: Prevención de Incendios, nº 23
Fecha: Septiembre 2004
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